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  • Revista de Lexicografa, Volumen 111/ 1996-1997/ 31-57

    Las marcas lexicogrficas: concepto yaplicacin prctica en la Lexicografa espaola

    Alejandro FajardoUniversidad de La Laguna

    Al manejar un diccionario observamos que abundan las marcas, abre-viaturas, signos, etc. cuya lectura se puede obviar sin que ello impida enten-der el significado de la palabra que nos interesa. Quiz por este motivo, aalgn usuario ms o menos espordico del diccionario le resulten molestas,sobre todo si no entiende pronto su valor, lo que probablemente ocurre confrecuencia; son muchas y variadas, quiz incluso para algunos lexicgrafosque se limitan a reproducirlas siguiendo una tradicin ms o menos clara ysin ser conscientes de que tambin las marcas, como otras partes del artcu-lo lexicogrfico y del diccionario, se organizan en una estructura propia y tie-nen funcin definida.

    Nos proponemos examinar crticamente la manera en que la lexicogra-fa espaola se ha ocupado de la marcacin, precisar el valor de trminos quea menudo se emplean con ligereza y revisar el uso, en ocasiones poco con-gruente, que se hace de las distintas marcas en los diccionarios espaoles.Dedicaremos tambin atencin a indicaciones diversas que aparecen en eldiccionario con cierto grado de estandarizacin y que por esta circunstanciase confunden a veces con lo que en un sentido tcnico llamamos marcas.

    1. LA MARCACiN COMO SISTEMA

    1.1 . CONCEPTO DE MARCACiN Y PRECISIONES TERMINOLGICAS

    Se utilizan a menudo como si de sinnimos se tratase los trminos "mar-cacin", "marca", "acotacin" o "indicacin". Para evitar ambigedades,precisaremos el significado con que los empleamos.

    Marcacin es el recurso o procedimiento que se utiliza en el diccionariopara sealar la particularidad de uso, de carcter no regular, que distingue a

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    determinados elementos lxicos. Su valor es general y afecta a todo el dic-cionario, de manera que las unidades lxicas quedan divididas en marcadasy no marcadas.

    La marcacin cumple una funcin fundamental: caracterizar a un ele-mento lxico sealando sus restricciones y condiciones de uso y tiene suexpresin en el empleo de distintos tipos de marcas.

    Las marcas son las informaciones concretas sobre los muy diversos tiposde particularidades que restringen o condicionan el uso de las unidades lxicas.

    Suelen aparecer como "etiquetas" o "rtulos", a menudo en forma deabreviatura, precediendo a la definicin. Sin embargo, hay que dejar claroque no podemos considerar "marcas" a todo lo que aparece en el ndice deabreviaturas de un diccionario y que, por otra parte, no toda marca est for-zosamente representada por una abreviatura.

    Pueden afectar al lema en cuanto signo, guiando al usuario en la con-sulta de una manera directa, la lectura sera: "la marca x se usa con las limi-taciones impuestas por la marca y", o bien afectar slo al contenido dealguna de las acepciones, con lo que tendra la funcin de indicar que:"cuando la acepcin x se usa con la marca y, x presenta las siguientes carac-tersticas"1.

    Los distintos tipos de marcas forman parte de los elementos no fijos dela estructura del artculo lexicogrfico, junto con las informaciones comple-mentarias2

    A veces se utiliza el trmino acotacin en este sentido amplio de infor-macin complementaria, para referirse a indicaciones u observaciones dediverso tipo, ms o menos formalizadas, mientras que en otras ocasiones seemplea en sentido restringido como sinnimo de marca, para hablar de aco-taciones geogrficas, de estilo, etc. Preferimos usar marca, que nos parecetrmino ms precis03

    Las indicaciones complementarias comprenden un conjunto de informa-ciones que aparecen en el artculo lexicogrfico con distintos grados de for-malizacin, pero que no se refieren directamente a la marcacin lingsticade la unidad lxica. Consideramos, por tanto, que no es adecuado denomi-narles marcas, aunque en ocasiones puedan ser parecidas en la forma. De los

    1 Esto ocurre especialmente en los diccionarios bilinges: "cuando x se usa conla marcacin y, le corresponde el siguiente equivalente".

    2 Vid. el desarrollo de este punto en HAUSMANN (1991).3 acotacin es palabra que se documenta en espaol desde principios del siglo

    XVII con el sentido de 'sealo nota al margen de un escrito' (Vid. Diccionario Histri-co). Este sentido general, sin definirlo de manera precisa como un tecnicismo de lalexicografa, ha sido el que se ha aplicado habitualmente para un difuso conjunto demarcas, abreviaturas e informaciones complementarias que aparecen en el artculolexicogrfico.

  • Las marcas lexicogrficas: concepto y aplicacin prctica en la lexicografa espaola 33

    tipos ms estandarizados y por tanto ms prximos a las marcas nos ocupa-remos en el punto 3.

    1.2. LA MARCACiN EN LA METALEXICOGRAFA

    La normalizacin del uso de marcas es quiz uno de los aspectos menostratados por la lexicografa terica: mientras que la bibliografa en torno a ladefinicin, la acepcin, la informacin gramatical, etc. es muy abundante, laatencin que reciben las marcas de los diccionarios es muy escasa. Si bienhay algunas monografas4 para el ingls, el francs y el alemn, la mayora delos tratados de lexicografa no abordan el tema, excepcin hecha de ZGUSTA(1971), HAUSMANN (1977) Y KIPFER (1984).

    En nuestra lengua, los estudios sobre los distintos microsistemas de mar-cacin no abundan, aunque ya J. CASARES (1950) llam la atencin sobrediversos aspectos de las marcas. En los ltimos aos han ido apareciendoestudios especficos, como el de A. SALVADOR (1985) sobre las marcas geogr-ficas; los de C. CORRALES (1985), L. DEL BARRIO Y S. TORNER (1994-95), S. RUHs-TALLER (1995-96) YA. FAJARDO (1996) sobre aspectos diacrnicos; los de D.AZORN (1992) Y A. FAJARDO (1994) sobre la marcacin tcnica, y sobre lasmarcas de uso vulgar y despectivo los de C. GARRIGA (1994) Y(1994-5).

    Las dificultades tericas que plantea el uso sistemtico de marcas nohan hecho, sin embargo, que los lexicgrafos prcticos desistan de marcarlas entradas, antes bien al contrario: desde los inicios de la lexicografa his-pnica la marcacin ha sido objeto de atencin, aunque aun hoy en da siguesin estar totalmente normalizado su uso.

    A pesar de los trabajos que han ido apareciendo ltimamente sobrecada uno de los microsistemas de marcacin, la aplicacin de las conclusio-nes que de ellos se desprenden todava no se ha llevado a la prctica demanera sistemtica en los diccionarios de nuestra lengua.

    1.3. RELATIVIDAD DE LAS MARCAS

    Del inventario de las marcas de un diccionario obtenemos el esquemadel sistema de marcacin, sin embargo, tal esquema no suele ser objeto de

    4 Los problemas de marcacin derivados de las interferencias entre las marcasdiastrticas, diafsicas y normativas, han sido tratados sobre todo por la metalexico-grafa alemana: HERMANNS (1986), SCHIPPAN (1987), SPYRKA (1987). La marcacin tc-nica, en cambio, ha sido estudiada, fundamentalmente, por la lexicografa francesa:BOUVEROT (1986) y CALLEBAUT (1983). Sobre la marcacin diacrnica destacan los tra~bajos para el ingls de OSSELTON (1979) y respecto a la marcacin diatpica los deHAUSMANN (1977) y REY (1986) para el francs, NIEBAUM (1984) para el alemn y VIE-RECK (1975) para el ingls. Ms bibliografa puede encontrarse en HAUSMANN (1991).

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    atencin en los prlogos de los diccionarios, que suelen repetir algunas indicacio-nes generales, sin tener en cuenta que el sistema tiene carcter de estructura.

    Por tanto, la comparacin entre sistemas de marcacin de distintos diccio-narios resulta difcil, por una parte, por el uso de distintas marcas (ej., unos usancoloquial, otros popular, con igualo distinto valor), y por otra parte, por la utiliza-cin de sistemas de marcacin de distintos grados.

    La comparacin puede resultar desalentadora: aunque no contamos todavaen espaol con estudios comparativos sobre el uso de las marcas, en francs segnseala HAUSMANN (1991), comparando el Robert (1977) y el Dictionnaire du fran~aiscontemporain (1966), se comprueba que el empleo de marcas de los niveles fami-liar - popular - neutro vara en un 40 % de los casos.

    Sin embargo este no es un argumento para renunciar al empleo de marcas,sino que lo nico que demuestra es que stas no representan un valor absoluto,sino relativo y que, por otra parte, aunque se den divergencias en el uso de mar-cas como fam. y po. , hay coincidencia en la necesidad de aplicar alguna.

    Un sistema de marcas puede ser visto, segn HAUSMANN (1991), como uncontinuo gradual, donde cada marca tiene un espacio, en el que arbitrariamentese pueden establecer una serie de grados, con un centro y una periferia. Depen-diendo de la valoracin subjetiva de cada lexicgrafo, no es de extraar que laperiferia de lo familiar y lo popular vare, lo que explica la poca precisin de estasmarcas. Por otra parte, al situar una unidad lxica en la periferia de lo considera-do neutro, aparecer sin ningn tipo de marca, lo que aumenta el valor relativode estas marcas graduales, porque sin duda es ms significativa esta ausencia quela opcin entre fam. o po.

    Otra dificultad viene dada por el hecho de que los lmites entre unos y otrosmicrosistemas de marcacin no siempre son claros y las interferencias entre ellosson frecuentes, ej., la marca administrativo puede considerarse, segn el punto devista, como marca de tipo de texto, como marca tcnica o como marca de estilo.Adems, las marcas del nivel de uso, de correccin y de estilo suelen implicarsemutuamente, de manera que lo vulgar se identifica con lo incorrecto, lo popularcon lo informal o con lo coloquial, lo coloquial con lo familiar, etc.

    Vemos, pues, que el valor de las marcas es muy relativo, sin embargo, nodebe ser menospreciada la informacin que aportan, aunque sea de maneraorientativa.

    1.4. RELACiN DE LAS MARCAS CON OTROS ELEMENTOS DEL ARTCULO lEXICOGRFICO

    Frecuentemente, la relacin que se establece entre las marcas y otroscomponentes textuales del artculo es formalmente ambigua, puesto que haydistintas posibilidades, en la medida en que la marca puede referirse5 :

    5 Todos los ejemplos corresponden a artculos del DRAE-92.

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    a) al lema en cuanto signo en conjunto:despesar. tr. ante expender.

    b) a alguna de sus acepciones:

    arte. ambo [...] // 4. desuso Libro que contiene los preceptos de la gram-tica latina.

    c) indeterminadamente, a una acepcin o a varias. El problema sepresenta cuando encontramos la serie de acepciones del tipo: 1. nomarcada. 2. marcada. 3. no marcada. La regla general, explcita enel caso ej. del DRAE, indica que:Dentro de cada artculo van colocadas por este orden las diversas acepcio-nes de los vocablos: primero las de uso vulgar y corriente, despus lasanti-cuadas, las familiares, las figuradas, las provinciales e hispanoamericanas, y,por ltimo, las tcnicas y de germana. 6

    Cuando una acepcin aparece marcada, puede implicar que las que lesiguen tienen la misma marca aunque no aparezca, con lo que se da un sobre-entendido, quiz por descuido, quiz con la finalidad de evitar repeticiones. Encualquier caso, al no aclararse el procedimiento, el resultado es la ambigedad:

    casero, rae adj. [...] // 4. fam. Dcese de la persona que es muy asistente a su casa,y tambin de la que cuida mucho de su gobierno y economa. // 5. Dcese deljuez deportivo o del arbitraje que favorecen al equipo en cuyo campo se juega.

    Otras veces se repite en las sucesivas acepciones:

    atocinar. tr [...] // 3. fig. Yfam. Asesinar o matar a uno alevosamente. //4. prnl.fig. y fam. Irritarse, amostazarse. // 5. fig. Yfam. Enamorarse perdidamente.

    Pero el mayor desconcierto llega cuando tras repetirse la marca envarias acepciones, la siguiente aparece sin ninguna, con lo que nos queda-mos con la duda de saber si se trata de una acepcin general mal colocadadespus de las marcadas o si simplemente se ha olvidado la marca:

    canastero, rae m. y f. Persona que hace o vende canastas. / / 2. Chile. Ven-dedor ambulante de frutas y legumbres, que lleva en canastos. // 3. Chile.

    6 DRAE-92, XIX.

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    Mozo de las panaderas, que traslada el pan en canasto desde el horno alenfriadero. / / 4. m. Chile. Ave indgena que hace su nido en forma decanasto alargado [...]. / / 5. f. Pjaro insectvoro que divaga en bandadasbuscando alimento [...].

    d) Tambin puede referirse a alguna caracterstica del lema (gnero,pronunciacin, etc.). En los diccionarios monolinges espaoles loms frecuente en estos casos es dar la indicacin por medio de unaobservacin ms o menos normalizada

    sartn. m (en la norma culta es f.) Recipiente circular, ms ancho que hon-do, de fondo plano y con mango largo, que se emplea para freir. (DDEC).

    1.5. OPOSICIONES QUE ESTABLECEN LAS MARCAS

    El sistema de marcacin de un diccionario est formado por un conjun-to de microsistemas, algunos tradicionalmente representados por marcas,otros a los que se ha prestado menor atencin o que se interfieren entre s.Veamos a continuacin los principales tipos de oposiciones que se estableceny una muestra de las marcas habitualmente utilizadas en la lexicografa espa-ola:

    1) actual / / nuevo / obsolescente / obsoleto: neol., desus., ant.

    2) general // regional/dialectal: Amr., And., Argent., Al.

    3) neutro / / hablado / escrito: lit.

    4) neutro / / estrato / grupo: po, vulg.

    5) neutro / / formal/informal: coloq., form., informo

    6) neutro / / potico/literario/ periodstico/administrativo: Adm., lit., Pot.

    7) lengua comn / / lengua tcnica: Acst., Aer., Agri., Agrim.

    8) frecuente / / infrecuente: desus., uso

    9) neutro / / connotado: despect., irn., insul.

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    10) correcto / / incorrecto: /ncor., *.

    La agrupacin que se haga de todas las marcas, barajando unos u otros crite-rios en los que se basen las oposiciones, es a la fuerza relativa y siempre discutible.

    1.6. TIPos DE MICROSISTEMAS DE MARCACiN

    Dentro de este sistema general de marcacin, podemos distinguirmicrosistemas de diversos tipos:

    a) Marcaciones graduales del tipo: neutro - familiar - popular.b) Marcaciones antonmicas como las que se dan entre: antiguo-neutro-

    nuevo; hablado-neutra-escrito; formal-neutra-informal.c) Marcaciones delimitadas, en las que slo hay un espacio claramente

    marcado, como ocurre con las marcas tcnicas: tcnico / neutro.

    2. Los MICROSISTEMAS DE MARCAS EN LOS DICCIONARIOS DE ESPAOL

    2.1. LAs MARCAS DIACRNICAS

    Al hablar de marcacin diacrnica, nos estamos refiriendo a las indicacio-nes que aparecen en el diccionario referidas al hecho de que los lexemas o acep-ciones se sientan como obsoletos, obsolescentes o, por el contrario, novedosos.Marcas del tipo ant., desus., neol. (desusado, anticuado, neologismo), etc., sonde empleo habitual en gran nmero de obras lexicogrficas.

    2.1.1. Ya en los comienzos de nuestra lexicografa, COVARRUBIAS (1611)en su Tesoro de la lengua castellana o espaola da en ms de 130 entradasalguna informacin diacrnica7, que no se representa todava mediante unaabreviatura, sino inserta en la definicin en forma de comentarios diversos,aunque casi siempre aparecen con las frmulas: "trmino castellano antiguo"o "vocablo espaol antiguo".

    Sin embargo, la informacin es ambigua, pues no todas las palabras encuya definicin aparece alguna de estas indicaciones son del mismo tipo,segn demuestra RUHSTALLER (1995-1996) y puede tratarse segn los casosde: a) voces realmente antiguas ya en la poca de Covarrubias y que slo

    7 Ejs.:alogador. Del nombre latino locator, es el que tiene por su alquile la casa,o la via, o la tierra, o otra cosa. Es palabra antigua, de que usan las leyes de la par-tida ...

    avoleza. trmino antiguo castellano, vale huyda, porque quien con miedohuye, vuela. Usa dl la ley 6, ...

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    pervivan en textos medievales, b) voces obsolescentes, que el autor sentaque a principios del siglo XVII se estaban quedando anticuadas, c) vocesusuales en la poca de Covarrubias, pero que en su opinin tendran origenen la lengua prelatina autctona que, segn su creencia, se habra habladoen Espaa antiguamente, y d) voces usuales en su poca, pero de las quehaba encontrado documentacin en textos antiguos.

    Esta ambigedad a la hora de dar informaciones diacrnicas que mues-tra Covarrubias, en los inicios del siglo XVII, se mantendr de una u otra for-ma a lo largo de la historia lexicogrfica del espaol.

    El Diccionario de Autoridades (DA) (1 726-1 739) de la Academia, que tienepresente en buena medida el Tesoro de COVARRUBIAS, adopta la manera de stede dar las informaciones sobre lo que consideraba obsoleto, mediante el proce-dimiento de insertar en la definicin frmulas como"es voz anticuada"8.

    Con la reelaboracin del Diccionario de Autoridades, que dio como frutola primera edicin del Diccionario de la Real Academia Espaola (DRAE) (1 780),se hace necesari reducir el volumen de la obra y una de las medidas que setoman con esta finalidad es la utilizacin de abreviaturas, de manera que sus-tituyendo a las frmulas que daban informaciones sobre lo anticuado o pocousual de algunas palabras, aparecen ahora las siguientes abreviaturas:

    ant.: voz, frase anticuada.us.: voz o frase de poco uso.r.: voz, o frase de raro uso.En posteriores ediciones del DRAE hay una inexplicada desaparicin de la lis-

    ta de abreviaturas de las marcas us. y r. La primera se reintrodujo en la cuidado-samente revisada duodcima edicin (1884) y la segunda nunca volvi a aparecer.

    En la decimotercera edicin del DRAE (1 899) aparece la marca desusopara las "voces desusadas", aunque en ninguna parte se aclara el valor deesta marca, ni su diferencia con la de us. (poco usual) que se haba reintro-ducido en la edicin anterior, ni tampoco la diferencia entre desuso y la quesiempre se haba mantenido de ant.

    Esta situacin fijada en 1899 es la que ha continuado hasta la edicinde 1992 sin ninguna revisin crtica. En nuestros das, la marca ant. se empleaen el DRAE con un doble valor, segn indica en las "Advertencias ...": a) Parael vocabulario de la Edad Media, y b) Para palabras ya desechadas, pero quese usaron hasta el siglo XVII.

    Hay que aadir adems el uso de otra marca: desus (desusado), que indicaque la voz "se us en la Edad Moderna" y una tercera: us. (poco usual) que resul-

    8 Algunas de ellas han llegado hasta la ltima edicin del DRAE, de 1992, gene-ralmente con la marca ant. que vienen arrastrando desde la 1 edicin de 1780, comoes el caso del siguiente ejemplo:avoleza. S. f. Lo mismo que vileza, ruindad y mezquindad de nimo. Es voz anticua-da.

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    ta tambin un tanto ambigua y parece referirse a palabras de pocas pasadas que"han decado en su uso pero forman parte de la lengua tradicional y literaria"9

    Mara MOLlNER en su Diccionario de uso del espaol (OVE) emplea la mar-ca ante (anticuado) aunque advierte que "no es de fiar", y no utiliza la mar-ca desuso En cualquier caso, todas las palabras marcadas diacrnicamente porser obsoletas aparecen diferenciadas en un tamao de letra ms pequeo(aunque no exclusivamente ellas)lO.

    El Diccionario manual ilustrado (DMI) de la Academia, en cambio, mani-fiesta en su prlogo que suprime las palabras y acepciones anticuadas, aun-que hayan tenido, en ocasiones, un notable uso literario. No se entiende, portanto, que se mantengan en su ndice de abreviaturas las correspondientes aanticuado desusado y poco usado.

    La abreviatura hist. (histrico o historia) para las palabras cuyo referenteha cado en desuso (los historicismos) suele aparecer en los ndices demuchos diccionarios. Sin embargo, tampoco se define en ninguna parte suvalor, por lo que resulta ambiguo: desconocemos si se refiere a tecnicismospropios de los historiadores o si son palabras que se usaron en determinadomomento histrico. Su uso est poco justificado y no se trata en sentidoestricto de una marca, pues no indica directamente particularidades del lxi-co, sino de los referentes. Quiz este sea el motivo de que en la prctica ape-nas se use. Ms adecuado resulta incluir en la definicin indicaciones quepermitan situar el significado de la entrada o acepcin en el momento hist-rico correspondiente. Esto se suele hacer introduciendo elementos de carc-ter enciclopdico en la definicin" o indicando su pertenencia al pasadomediante el uso de un tiempo verbal de preterito12, si bien no es raro que faI-te tanto la abreviatura como la indicacin en la definicin13

    9 ORAE-1992, XXII.10 Bien es verdad, sin embargo, que tal recurso supone enmascarar bajo una

    misma forma distintos tipos de fenmenos: distinta frecuencia de uso por tratarse depalabras eruditas o cientficas, por estar relegadas a ambientes rurales o a mbitosregionales, y M MOLlNER es consciente de ello: "....desgraciadamente no es posibleaquilatar la medida del desuso de las palabras y, as, resultan envueltas en el mismotrato las palabras eruditas o cientficas, las que se usan corrientemente en algunasregiones o se oyen en ambiente rurales y las totalmente desaparecidas del habla des-de hace mucho tiempo (pues la acotacin "ant." que se respeta en todos aquelloscasos en que figura en el DRAE no es de fiar". (OVE, XXV).

    11 repartimiento m. // 4. Sistema seguido en la repoblacin, despus de lareconquista cristiana en la Edad Media, en Andaluca y en Aragn, Mallorca y Levan-te. Consista en una distribucin de casas y heredades de las poblaciones reconquis-tadas entre los que haban tomado parte en su conquista. (ORAE-92).

    12 comunero m. 4//. El que segua el partido de las comunidades de Castilla.(ORAE-92).

    13 reduccin f //2. Pueblo de indgenas convertidos al cristianismo. (ORAE-92).

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    Otros diccionarios renuncian a cualquier tipo de marcacin, ej. el Dic-cionario Planeta de la lengua espaola usual (DP) (con la nica excepcin dela diatpica para los americanismos generales)14, lo que es un inconvenientepara un diccionario en otros aspectos muy tips.

    2.1.2. En cuanto al tratamiento de los neologismos, observamos que la ausen-cia de formalizacin de su marcacin se mantendr mucho ms persistentemen-te que para los arcasmos y llega, en cierta forma, hasta nuestros das.

    Tambin en el Tesoro de COVARRUBIAS podemos ver en este aspecto el or-gen de una tradicin: el lexicgrafo acepta los neologismos con reparos, aun-que no les cierra su entrada en la obra y dice, en repetidas ocasiones, que espreciso incluirlos porque "nos los han introducido":

    DISENTERA. Han introducido este nombre con otros muchos los mdicos,y por esa razn es justo explicarlos.[...].

    El DRAE (1992) incluye en su ndice de abreviaturas la marca Neol. (neo-logismo), pero en la prctica no la emplea, al menos en la cala que hemoshecho, examinando una seleccin de neologismos de diversos tipos16. Ocu-rre exactamente igual en otros diccionarios en cuyos ndices tambin seincluye dicha marca (como el Diccionario actual de la lengua espaola. Vox) oque resaltan en sus prlogos la introduccin de numerosos neologismos(como el Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua espaola).

    M MOLlNER en su OVE presta especial atencin a los neologismos yaunque no incluye marca, s hace observaciones al respecto. Muestra, esos, ciertos reparos y suele ofrecer, cuando es posible, usos alternativos17

    El DMI de la Academia, que justifica en gran medida su existenciaindependiente del DRAE por la inclusin de nuevas voces an no registra-das en ste, seala con un corchete los neologismos, pero este signo espolivalente, ya que se aplica a toda entrada no incluida en la anterior edi-cin del DRAE.

    2.1.3. Como conclusin, constatamos que el empleo de marcas diacr-nicas en los diccionarios espaoles es problemtico en varios aspectos:

    14 Eventualmente tambin los extranjerismos15 Se pueden encontrar en este diccionario, a pesar de ser de uso, algunas

    entradas poco justificadas por su escaso uso o por su antigedad y que carecen demarca alguna (p. ej. alabiado).

    16 Entre ellos muchos citados por J. FERNNDEZ SEVILLA (1982) YM. ALVAR (1993).17 "Es de esperar que a los mismos puristas satisfar el ver los neologsmos

    expresamente tildados de tales, con las palabras castizas y perfrasis equivalentes allado de ellos". (OVE, XXVII).

  • Las marcas lexicogrficas: concepto y aplicacin prctica en la lexicografa espaola 41

    a) Coincide a menudo el hecho de que las palabras sean anticuadascon su poco uso, por lo que existe una especie de confusin queinduce a creer que lo que las diferencia de otras categoras lxicases su "poco USO"18 y se les adjudican marcas como USo Sin embar-go, el bajo grado de uso afecta tambin, ej., a palabras de recientecreacin, a tecnicismos, etc.

    b) No siempre est suficientemente justificado el uso de algu-nas de las marcas diacrnicas. La explicacin del significadoque se les otorga suele estar ausente de los prlogos, ycuando aparece es demasiado sucinta. Alternan en un mis-mo diccionario marcas como desus, us., o r. (desusado,poco usual o raro), sin que se explique cul es la diferenciaentre una y otra o si se trata de una serie gradual en la quetambin podra ir ante (anticuado). Cabra pensar, por otraparte, que uso y raro, podran no referirse a palabras anti-cuadas, sino a las que son actuales pero de poco uso. Sinembargo vemos que el DRAE parece utilizar uso con similarvalor que desuso Dnde situar entonces la indicacin deraro? Parecen ya demasiados grados para una escala de ladiacrona en un diccionario general.

    c) Lo que manifiestan todas estas incongruencias en la marcacin dia-crnica es que los ndices de abreviaturas no se suelen tratar con lameticulosidad que requiere el trabajo lexicogrfico y que han idoincrementndose poco a poco por inercia de la tradicin.

    2.2. LAs MARCAS DIATPICAS

    La ltima edicin del DRAE comienza sealando que pretende: "darmayor cabida en su Diccionario a las peculiaridades lxicas y semnticasvigentes en cada pas"19.

    Esta atencin a la diversidad lxica hispnica y, especialmente, al lxicohispanoamericano hace que la marcacin diatpica sea, sin lugar a dudas, lams abundante en los diccionarios espaoles (y no slo en el acadmico).

    18 Quiz por ese motivo, aunque no lo explicita, M MOLlNER no utiliza la marcadesus., ya que como hemos visto era muy consciente de que el poco uso no es una carac-terstica exclusiva de los arcasmos.

    19 DRAE (1992), VII.

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    Remontndonos una vez ms a los inicios, la atencin que desde el primermomento se prest a la marcacin geogrfica en espaol se apunta ya en el Teso-ro de COVARRUBIAS, que reuni veintitrs palabras que cita como americanas2o.

    Es bien sabido que uno de los rasgos progresivos ms caractersticos dela Academia, ya desde su DA y que la singulariza frente a la francesa y la flo-rentina, es la defensa que haca en el prlogo de su primer diccionario de lainclusin de voces "provinciales"21.

    Pero el proceso de normalizacin de las marcas diatpicas ha sido len-to: hay que esperar a la 9 edicin del DRAE (1843) para que se de ya la abre-viatura a 14 provincialismos espaoles.

    La aparicin del diccionario de SALV (1847), que dedica atencin pre-ferente al lxico americano, debi influir en la Academia para que a partir dela duodcima edicin (1884) aumentara muy considerablemente el nmerode localizaciones americanas e introdujera por primera vez la abreviatura deAmr: junto a las de seis pases americanos22 Desde entonces, el incrementodel nmero de americanismos ha sido constante.

    En lo que respecta a otros diccionarios espaoles actuales, su fuenteprincipal es generalmente el DRAE.

    El OVE de M MOLlNER, se muestra parco en localizaciones geogrficas yslo seala con la marca hispan. los americanismos ms generales.

    En cualquier caso, lo que cabe preguntarse, como ya hizo G. SALVADOR(1978), es qu garantas ofrecen las localizaciones que se nos dan en los dic-cionarios y como entonces, debemos seguir lamentndonos de la escasez detrabajos de geografa lingstica con los que ayudarse en la delimitacin lexi-cogrfica de las marcas diatpicas.

    Las marcacin geogrfica, por tanto, tiene dbiles fundamentos tericosy una caracterstica imprecisin. En lexicografa se renuncia a la imposibledescripcin de la extensin geogrfica de cada voz y se dan nicamente"localizaciones", indicaciones o pistas de lugares en los que ser general-mente comprensible23 Sin embargo, debe existir una constante preocuap-cin del lexicgrafo por aprovechar las aportaciones de la dialectologa y lageografa lingstica a la hora de precisar, cada vez ms adecuadamente, lasmarcas diatpicas en el diccionari024

    20 Vid. LOPE BLANCH (1990), pp. 153-174 Y201-212.21 Sobre la presencia de regionalismos en el O.A. frente a otros diccionarios

    europeos vid. s. GIU GAYA (1963).22 Los que contaban con academias: Colombia, Mjico y Venezuela, o con aca-

    dmicos correspondientes: Chile, Ecuador, Per.23 Vid. A. REY (1986).24 Excelente muestra del aprovechamiento de la geografa lingstica en los tra-

    bajos lexicogrficos ha sido la inclusin de los datos del Atlas lingstico y etnogrfico delas Islas Canarias (1975) en la elaboracin del Diccionario diferencial del espaol de Cana-rias (1996).

  • Las marcas lexicogrficas: concepto yaplicacin prctica en la lexicografa espaola 43

    2.3. LAs MARCAS DE NIVEL, REGISTRO Y ESTILO.

    El establecimiento de una categora de marcas para el nivel, el registroy el estilo entraa no pocas dificultades, pues supone la consideracin bajoun mismo tipo de marcas tan diversas como literario, potico, escrito, popula"familiar; coloquial, vulgo" formal. etc., que responden a criterios muy distin-tos y que no se suelen explicar en los prlogos de los diccionarios.

    Por otra parte, la terminologa no siempre est bien definida y se hablade "marcas estilsticas", "marcas de nivel de lengua", "registros de lengua"o "marcas de uso" sin definir claramente a qu se refieren.

    2.3.1. La adscripcin de muchas de estas marcas a un determinado gru-po es problemtica, as mientras A. REY (1967) 25 clasifica la marca fam. entrelas diastrticas, COSERIU (1981) incluye lo fam. entre las variedades diafsicas,es decir, entre los estilos de ~engua. Algunos sociolingistas llegan a negar lavalidez de estas marcas, as BOURDIEU (1982) considera que su valor es tanvariable que no tiene sentido incluirlas en el diccionario.

    2.3.2. La definicin en los diccionarios del valor de estas marcas es ine-xistente. En toda la lexicografa espaola no hemos encontrado ninguna defi-nicin de marcas tan abundantes como fam. 26

    2.3.3. La conclusin que podemos extraer es que la lexicografa debeguiarse sobre todo por consideraciones prcticas, para dar indicaciones sobreel uso no se puede aspirar siempre a la cientificidad estricta y hay que acep-tar que aunque las apreciaciones que los lexicgrafos hacen a la hora deemplear marcas como po , vulg., fam., etc. sean subjetivas, no por ello sonarbitrarias, ya que suelen responder a una sensibilidad general.

    En cualquier caso, el valor que cada diccionario atribuya a estas marcasdebera estar definido claramente y no limitarse a registrar, sin ms explica-ciones, el equivalente de una abreviatura.

    2.4. LAs MARCAS TCNICAS

    Los lexicgrafos se ven inmersos hoy da en un mundo que les lleva cons-tantemente fuera de esa "generalidad" ideal del diccionario y encuentran el pro-

    25 Habla de cinco clases, referidas a las variables de tiempo, espacio, sociedad,frecuencia y estilo: "esta notacin generalizada de los valores de empleo es delicaday est sujeta a contestaciones" PR (1967), XXI.

    26 En la ms cercana a nosotros de las lexicografas extranjeras, la francesa, slola encontramos definida en los diccionarios Robert como "uso hablado e incluso escritode la lengua cotidiana: conversacin, etc., pero que no se empleara en circunstanciassolemnes".

  • 44 Alejandro Fajardo

    blema de que son muchas las palabras tcnicas que, como advierte M MOLlNER"han salido ya del mbito estrictamente especializado para aparecer en artcu-los de divulgacin o en prospectos de objetos de uso comn"27.

    Sin embargo, es sumamente difcil hacer una seleccin y ya lo vieron los auto-res del DA que recogieron slo "las ms comunes y precisas al uso y que se podanechar menos" y decidieron hacer un diccionario por separado con estas voces.

    Vicente SALV, en su NDLC (1847), opt por una solucin .intermedia:aadir a su diccionario un suplemento de ms de 300 pginas con las vocesde ciencias y artes.

    Los diccionarios generales que deben seleccionar los tecnicismos tienenel difcil trabajo de "evitar recargar el diccionario con cosas que a la mayorano le van a ser tiles", la intencin es, segn la generosa finalidad expresadapor M MOLlNER, hacer un diccionario "para todos". Sin embargo, todo dic-cionario lleva, se quiera o no, una gran carga de palabras que escapan a logeneral y cotidiano.

    2.4.1. Las marcas tcnicas que acompaan a estas entradas son muydiversa y para obtener un panorama de ellas debemos recurrir, una vez ms,al imprescindible y subestimado ndice de abreviaturas. Comprobamos asque ninguno de los diccionarios generales espaoles tiene una nica marcacomn a todos los tecnicismos seleccionados que ide'ntifique la unidad lxi-ca como perteneciente a un tecnolecto. Encontramos marcas de carctergeneral como Tecn. (tecnicismo) o ciento (cientfico) pero en ninguna parte seexplica cundo se usan y cundo se sustituyen por las correspondientes a tc-nicas o ciencias concretas28

    Similar problema de categora se da cuando se mezclan en un mismodiccionario las marcaciones jerarquizadas (donde, ej. adems de Matemticasse da Geometra, Aritmtica, Algebra. etc.) con las simples ( ej., slo hay unamarca para los deportes).

    Sera muy conveniente, por tanto, que los lexicgrafos considerasenestas dos posibilidades de marcacin y tuvieran en cuenta si su opcin sedebe a una decisin razonada o si simplemente se dejan llevar por la tradi-cin. La labor, sin embargo, no es fcil y cada diccionario debe decidir cun-tas marcas utilizar y a qu actividades, tnicas etc, primar sobre muchasotras otorgndoles una marca. Si quisiramos indicar todas las ciencias, tc-nicas, profesiones y campos del saber tendramos que contar con un nme-ro enorme de marcas que, segn los distintos criterios de clasificacin podra

    27 OVE, XXV.28 Algunos diccionarios extranjeros s aclaran el criterio, de manera que, ej., el

    PR reemplaza la marca techn. por la de la tcnica concreta cuando sta es particulary muy importante, como aviacin, automvil, fotografa, etc.

  • Las marcas lexicogrficas: concepto y aplicacin prctica en la lexicografa espaola 45

    ir desde las 300 de la clasificacin del conocimiento de DAHLBERG (1974) has-ta las 7000 de HOFFMANN (1985) 29.

    Lo que s se puede determinar es cules son las marcas de actividades, cien-cias, etc. ms utilizadas. En general, en las ciencias abstractas hay un cierto acuer-do, en cuanto a profesiones y actividades ms concretas las diferencias en laaplicacin de marcas son mayores. Se han hecho comparaciones entre dicciona-rios de distintas lenguas: H. KALVERKAMPER (1991), A. FAJARDO (1994), lo que permi-te determinar cules son las ms frecuentes. Observamos que la coincidencia esbastante grande y que la marcacin tcnica en los diccionarios espaoles es, jun-to con la francesa, la ms abundante. Adems, en los diccionarios espaoles sedeja notar tambin en este aspecto la influencia de la lexicografa de la Academia.

    2.4.2. Numerosos diccionarios, por otra parte, no tienen en cuenta quela estructura de la lengua no es la misma que la de la realidad y caen en elerror de marcar cada actividad, profesin o campo conceptual, sugiriendoequivocadamente que tienen un lenguaje propio, lo que acarrea un excesode marcas30, es lo que ocurre, ej., con la definicin de 'hoja' del VOX:

    hoja f. Bar Organo laminar, gralte. verde, que nace de la cubierta exter-na del tallo y las ramas de los vegetales.

    2.5. LAs MARCAS CONNOTATIVAS

    Nos referimos, al hablar de marcas connotativas, a todas las indicacio-nes sobre particularidades de uso de una unidad lxica que no estn recogi-das en la definicin y que pueden expresar connotaciones, valores subjetivosde uso, aspectos afectivos, etc.

    Las marcas connotativas estn tambin muy cerca de las de nivel y estilo, demanera que la inclusin de algunas en uno u otro grupo puede plantear dudas ydificultades, pero es indudable que existe una zona con peculiaridad propia (queya seal Ramn MENNDEZ PIDAL al hablar de la estimacin afectiva)31.

    Cabra en esa zona intermedia de lo estimativo, afectivo y evaluativouna variada e imprecisa serie de marcas, como las que se utilizan para indi-car lo despectivo, festivo, irnico, enftico, eufemstico, grosero, insultante, etc.

    29 Las diferencias se deben a que se trate de profesin (criterio prctico) oespecialidad, como dimensin abstracta que puede abarcar distintas profesiones.

    30 Este exceso no se da tanto en la lexicografa espaola como en otras, por ejem-plo para el ingls el LDEL (1984) tiene marcas propias para el billar, minigolf, pinpn, comi-da, bebida, caza, pesca, etc.

    31 "El Diccionario viene desde antiguo aplicando dos notas opuestas en algu-nos vocablos, a unos los califica de "familiares", a otros de "poticos", a modo de dos

  • 46 Alejandro Fajardo

    Se formulen de una u otra forma estas indicaciones, lo que es indiscutible esque para el usuario del diccionario este tipo de informaciones son muy ti-les. Covarrubias ya era consciente tambin de esto e indicaba explicitamen-te los valores estimativos que tenan determinadas voces de una serie32

    Las marcas de voces despectivas o tabuizadas en determinados contex-tos tambin se incluyen en este grupo, pero tampoco suelen aparecer enmuchos diccionarios. As, ej., segn la marcacin del DRAE y otros dicciona-rios, godo en Canarias significa simplemente 'espaol peninsular' (lo que noes cierto, la palabra es claramente despectiva). Otras veces, entradas y acep-ciones despectivas o insultantes llevan solamente la indicacin de figurado 33

    El matiz de humorstico34, que se puede encontrar en voces como espi-chaf palmarla o estirar la pata por 'morir', empinar el codo, por 'beber', etc.no suele recibir calificacin alguna en el diccionario, como tampoco la reci-ben normalmente los eufemismos.

    2.5.1. La conclusin que obtenemos de todo lo anterior es que los dic-cionarios incluyen pocas marcas connotativas y la informacin que dan eneste aspecto es escasa. Es cierto que las marcas pueden resultar insuficientespara mostrar los abundantes matices y connotaciones que pueden acompa-ar a las palabras, y esto ha llevado a algunos lexicgrafos como WIEGAND(1981) a proponer que se utilicen comentarios u observaciones en lugar demarcas. Sin embargo, esta solucin resultara perjudicial para la economa deespacio a la que debe aspirar el diccionario.

    polos opuestos de llaneza o de elevacin en el modo de hablar. Pero esto no es sufi-ciente para guiar el buen uso, pues esas dos categoras no son en realidad dos trmi-nos extremos ni nicos: es preciso considerar otros varios" (DGILE, XXV).

    . 32 Al definir COVARRUBIAS orina, agua, meados, adverta cul era el trmino "pro-pio de los cortesanos". El DA califica una como dicha "con ms polica". El DRAE ensus ltimas ediciones, en cambio, no da ninguna indicacin sobre las diferencias enla estima de muchas series de voces como estas.

    R. MENNDEZ PIDAL (Ioc. cit.) tambin hizo notar que:"Unas palabras dan a laenunciacin del concepto un tono bajo, de nfima vulgaridad, cosa muy distinta deltono familiar. El caso ms patente es el de aquellos conceptos asquerosos o repug-nantes que el lenguaje urbano no tolera sino atenuadamente: meados [...]."

    33 As cabrn aparece sin ningn tipo de restriccin de uso en el DP o se con-sidera slo "figurada" o "familiar" en otros. En esta ocasin COVARRUBIAS era muchoms aclaratorio:

    "Llamar a uno cabrn en todo tiempo y entre todas naciones es afrentarle. Vale lomesmo que cornudo, a quien su muger no le guarda lealtad, como no la guar-da la cabra, que de todos los cabrones se dexa tomar.. Y tambin porque elhombre se lo consiente, de donde se sigui llamarle cornudo, por serlo elcabrn, segn algunos." (La cursiva es ma).34 MENNDEZ PIDAL, loc. cit.: "el diccionario seala algunos vocablos con la nota

    de 'despectivo', pero tambin lo hace pocas veces y sin hacerse cargo de la notaopuesta, que es frecuente".

  • Las marcas lexicogrficas: concepto y aplicacin prctica en la lexicografa espaola 47

    Sera conveniente, en cualquier caso, definir un sistema de marcas mscompleto que las tres o cuatro que suelen aparecer en los diccionarios espa-oles, pero sobre todo, hacer un uso ms regular y consecuente de ellas.

    2.6. LAs MARCAS DE FRECUENCIA

    Las indicaciones sobre frecuencia de uso de determinadas palabras tie-nen una larga tradicin lexicogrfica, marcas como usual, raro, frecuente, inu-sitado, poco usado, etc. aparecen en la mayora de los diccionarios generales.

    Se han hecho estudios de su aplicacin en la lexicografa francesa: HAUS-MANN (1977) Yalemana: SCHAEDER (1983), pero carecemos de estudios sobresu uso en los diccionarios espaoles.

    2.6.1. Sin embargo, podemos apreciar inexactitudes ya en un primeracercam ient035 :

    a) La indicacin de frecuencia se superpone a menudo con otros tiposde indicaciones, como las que se refieren a las restricciones de usoa un determinado nivel sociocultural, a determinada extensingeogrfica, etc.

    b) La gradacin entre las distintas marcas de' frecuencia no est expl-cita en ninguna parte.

    2.6.2. La marcacin de la frcuencia no ha alcanzado un grado de nor-malizacin tan elevado como ha ocurrido con otras marcas, de manera quepuede aparecer de varias formas:

    a) Por medio de una o de varias de las marcas que mencionbamos alprincipio.

    b) Como comentario del tipo: su empleo es poco frecuente.

    c) Con algn recurso tipogrfico (como distinto cuerpo de letra).

    d) Por medio de remisiones a otra palabra que se considera la msusada. (ej.: toba -> cardo).

    35 En general, observamos que las indicaciones sobre la frecuencia en los dic-cionarios son de dos tipos: a) las que comparan dos variantes de un mismo lema(variantes ortogrficas, de acentuacin, de significado, etc), b) las que comparan doso ms lemas distintos.

  • 48 Alejandro Fajardo

    Es habitual que en un mismo diccionario concurran varias de estas formas,as el DRAE utiliza las marcas US., inus., raro, pero tambin emplea observacionesinsertas en la definicin y opta muchas veces por remitir a otra entrada.

    M MOLlNER emplea habitualmente el recurso a la letra pequea tambinpara las palabras de poca frecuencia. Encontramos, sin embargo, que utilizaadems con asiduidad las marcas free., no free. o no usuaP6.

    2.6.3. Como conclusin, observamos que:

    a) El uso de tres o cuatro marcas distintas para graduar la frecuenciaes excesivo y arbitrario; una o dos marcas, a lo sumo, seran sufi-cientes y, en cualquier caso, siempre se debera aclarar la gradacindel sistema de marcas.

    b) Puesto que, como hemos visto, las cuatro formas de dar la indica-cin de frecuencia suelen concurrir en un mismo diccionario, seraconveniente unificar criterios.

    c) Finalmente, hay que tener muy en cuenta que las indicaciones defrecuencia pueden ser sustituidas en muchas ocasiones por las geo-grficas, de nivel sociocultural, tcnicas, diacrnicas, etc. de mane-ra que slo tendran sentido en los casos en los que hubiera unaprevia igualdad de extensin geogrfica, nivel sociocultural, etc.entre los lemas cuya frecuencia se compara.

    2.7. LAs MARCAS NORMATIVAS

    Los diccionarios adquieren con frecuencia un carcter normativo, espe-cialmente los generales monolinges, de manera que la simple comproba-cin de que la palabra "est en el diccionario" se suele tomar por aval de"normalidad". Esto es consecuencia de su propia funcin y tambin de laactitud de los usuarios. En el caso espaol, hay que sumar el hecho de queuna buena parte de la produccin lexicogrfica sigue el modelo de la Aca-demia, que no es descriptivo, sino selectivo, lo que explica que los dicciona-

    36 Estas indicaciones entran a menudo en conflicto con el recurso de reservarel cuerpo de letra pequeo para las palabras poco usuales, porque encontramos laindicacin de no frece en palabras que van en letra grande:avechucho (no frec.) 1 pajarraco 2 (no frec.) Se aplica con desprecio a una personatonta e inoportuna.

  • Las marcas lexicogrficas: concepto y aplicacin prctica en la lexicografa espaola 49

    rios generales no recojan muchos usos que se consideran incorrectos y queen general sea raro el empleo de marcas para indicar lo incorrecto. Las ni-cas excepciones son (en la lexicograf general y al margen de la pujante lexi-cografa para enseanza) las del DMI, que seala la incorreccin de algunasvoces con un asterisco y el VOX (en cuyo prlogo MENNDEZ PIDAL planteabala necesidad de que los diccionarios recogieran tambin usos incorrectos37 y,en consecuencia, incluye la marca INeOR.)

    Otros diccionarios espaoles parecen relegar las indicaciones normati-vas, as el GOLf declara su propsito de poner "nfasis en la lengua usada,ms que en el cmo debe usarse"38, lo que no deja de ser una contradiccincon la manifiesta intencin didctica de un diccionario en cuyo prlogo dicetener muy en cuenta al usuario extranjero.

    M MOLlNER, sin emplear marcas, introduce abundantes comentariossobre la incorreccin de determinadas entradas, sobre todo de neologismosy extranjerismos.

    Una mayor abundancia de este tipo de marcacin sera til y la inclu-sin de incorrecciones frecuentes, debidamente marcadas, aumentara elvalor didctico de los diccionarios generales.

    3. OTRAS INDICACIONES

    Aparecen tambin en el artculo otras indicaciones, ms o menos nor-malizadas y que pueden ser confundidas con marcas, pero que no lo son enel sentido definido en 1.1. Sin embargo, puesto que formalmente estn muyprximas a las marcas, nos detendremos en las ms usuales.

    3.1. INDICACIONES GRAMATICALES. Queda fuera del concepto de marcacintodo lo que es regular y constante en cada uno de los artculos del dicciona-rio. Uno de los elementos fijos del artculo lexicogrfico es la informacinsobre la categora gramatical de cada palabra, por tanto, preferimos hablarde indicacin gramatical mejor que de "marca".

    3.2. INDICACIONES DE ADOPCiN LXICA (de prstamos y extranjerismos). Darinformacin sobre el origen de una palabra corresponde al diccionario eti-molgico, sin embargo, en los diccionarios monolinges generales espao-

    37 "El diccionario total no ha de ser selectivo por el silencio u omisin de loreprobable, sino calificando la voz desde el punto de vista lingstico, histrico y desu estimacin social, yuxtaponindole las voces preferibles", loco cit.

    38 Op. cit., V.

  • 50 Alejandro Fajardo

    les y de otras lenguas europeas39, es prctica general dar junto a la etimolo-ga indicaciones sobre la lengua de la que se han tomado los prstamos.Incluso diccionarios que renuncian a dar cualquier informacin etimolgica(como el DP) indican la lengua de procedencia de algunos prstamos.

    El inventario de las lenguas de donde proceden los prstamos espao-les no est determinado, pero slo en el ndice de abreviaturas del DRAE seencuentran cuarenta de otras tantas lenguas de origen de prstamos, sincontar las que, no sabemos obedeciendo a qu criterio, no han sido abrevia-das (mapuche, quechua, y otros orgenes frecuentes no se abrevian, pero salgunos ms raros como ja japons)

    Tambin desde COVARRUBIAS encontramos estas indicaciones (indiferen-ciadas en el interior del artculo y unidas a la definicin):

    ESPILOCHO. Aunque es vocablo italiano le han introduzido en Espaa loscortesanos que buelven de Roma y llaman espilocho a Uf) pobretn desa-rrapado que no tiene casa ni hogar. Viene de la palabra griega [...].

    Sin embargo, el camino hacia la normalizacin ha avanzado ms en estetipo de indicaciones sobre los prstamos que en otras.

    3.2.1 . La solucin generalmente seguida hoy da para los prstamos queson adaptaciones espaolizadas de voces extranjeras, es la frmula: Del +abrevo o indicacin de origen + etimologa: kiser (Del alemn Kaiser).

    A pesar de ello, se puede encontrar an la informacin sobre el orgensin normalizar inserta en la definicin, al modo de COVARRUBIAS, ej. en el DRAE(1992):

    co o coac f. Aguardiente de graduacin alcohlica muy elevada, obteni-do por la destilacin de vinos flojos y aejado en toneles de roble, imitandoel procedimiento usado en Cognac, pueblo francs, de donde tom el nombrft.

    3.2.2. Para los extranjerismos que son adopciones directas, la frmulahabitual es: voz + adj. gentilicio: doping (voz inglesa) (DP).

    3.2.3. Para los calcos semnticos o prstamos en los que se traduce laforma, resulta curioso comprobar cmo est ausente de los diccionarios cual-quier tipo de indicacin sobre su origen. Nada se nos dice de que balonces-to proceda del ingls basketball o cierre relmpago (en algunos pases deAmrica 'cremallera') del francs clair.

    39 Vid. B. CARSTENSEN (1991).40 La cursiva es ma.

  • Las marcas lexicogrficas: concepto y aplicacin prctica en la lexicografa espaola 51

    Quiz el motivo de la ausencia de indicaciones est en la dificultad paracomprobar el origen de muchos de estos prstamos enmascarados, en la esca-sez de monografas sobre el problema y en el deficiente dominio de otras len-guas por parte de los lexicgrafos. En cualquier caso, sera conveniente prestarms atencin a la informacin sobre los calcos de los que se conoce su segu-ro origen forneo y que estn definitivamente asentados en nuestra lengua.

    3.3. INDICACIONES CONTRASTIVAS. En los diccionarios diferenciales de tipocontrastivo, como los aparecidos de la serie del Nuevo Diccionario de Ameri-canismos de HAENSCH / WERNER (NDA), las informaciones que se refieren a ladiversidad de uso entre variedades diatpicas de la lengua, se expresanmediante lo que se denomina "marcas de contrastividad". Sin embargo,como en el caso anterior, afectan regularmente a todos los artculos, por tan-to quedan fuera del concepto de marcacin y sera preferible denominarlasindicaciones de contrastividad o signos de contrastividacJ41 La indicacin seconvierte en estos diccionarios en la clave que justifica explcitamente lainclusin de cada uno de los artculos, de forma que su uso de manera siste-mtica ha supuesto un avance en la lexicografa regional hispnica.

    La indicacin se da:

    a) mediante abreviaturas. Como ocurre en parte en el Nuevo Diccio-nario de Colombianismos (NDA-C), que utiliza la abreviatura tambopara referirse a las palabras que tienen alguna acepcin comn conel uso de Espaa.

    b) mediante signos. Es el sistema adoptado en el Nuevo Diccionariode Argentinismos (NDA-A) y Nuevo Diccionario de Uruguayismos(NDA-U).

    En estos diccionarios se desarrolla un sistema de indicaciones contrasti-vas: de cada palabra y mediante unos signos determinados se nos indica si launidad lxica usual en Amrica: a) es desconocida en espaol peninsular, b)tiene acepciones comunes al espaol peninsular y americano, pero tiene ade-ms otras que son de uso exclusivo en el espaol americano, c) se da tantoen el espaol peninsular como en el americano pero con usos completa-mente distintos en cada una de las variedades.

    41 En los diccionarios del Proyecto de Augsburgo, que utilizan el mtodo dife-rencial-contrastivo, se emplean abreviaturas en el NDA-C. En cambio, en el NDA-A yel NDA-U se opt por el empleo de signos. A estos signos se les denomina, pensamosque inadecuadamente "marcas de contrastividad" (Vid. pp. XX YXXXVI-XXXVII, res-pectivamente).

  • 52 Alejandro Fajardo

    El Diccionario ejemplificado de chilenismos (DECh) de F. MORALES (1984)utiliz ya indicaciones de contrastividad, si bien el contraste se establece ni-camente con los usos espaoles registrados en el DRAE.

    La informacin aportada por los signos de contrastividad es til paraprecisar cules son realmente las diferencias internas en el lxico hispnico.Sin embargo, su valor es relativo, sobre todo en lo que se refiere a algunasrealidades consideradas tpicamente americanas ( ej., los nombres de anima-les, plantas, comidas, folclore, etc., de los que el hablante peninsular segnsu cultura puede tener algn grado de conocimiento).

    El anlisis previo de cada entrada, que est garantizado explcitamentepor la aparicin de los signos de contrastividad, hace rigurosos a estos dic-cionarios. La complejidad visual que pueden introducir los signos de con-trastividad se ve compensada por la informacin que sintticamentepresentan al especialista, que es el usuario habitual de estos diccionarios.

    3.4. Otras indicaciones estandarizadas en cierto grado aparecen amenudo insertas en la definicin. Se alejan del concepto de marca, aunque aveces hay referencias a ellas como acotaciones, cuando se entiende este tr-mino en sentido amplio. Se trata en realidad de diversas indicaciones comple-mentarias (como ej. transiciones semnticas y categoriales), o deobservaciones abreviadas regularmente de acuerdo con frmulas fijas.

    4. CONCLUSIONES GENERALES

    1. Vemos que, aunque la tradicin de la lexicografa espaola es abun-dante en marcas, no se ha alcanzado an en la mayor parte de loscasos una normalizacin adecuada de su uso.

    2. Es una necesidad urgente de nuestra lexicografa la revisin de lossistemas de marcas, lo que supondra eliminar algunas que resultaninnecesarias o repetitivas.

    3. Con las marcas definitivamente seleccionadas habra que establerseries claramente graduadas, lo ms sencillas posible.

    4. Los ndices de abreviaturas, por otra parte, tienen que ser actuali-zados y sobre todo, no deben limitarse slo a dar equivalentes dela abreviatura, sino que tambin deben aportar explicaciones sobresu valor.

  • Las marcas lexicogrficas: concepto yaplicacin prctica en la lexicografa espaola 53

    5. Las mltiples dificultades que plantea la marcacin no debe hacerdesistir de ella, pues cumple una funcin informativa que resultamuy til para el usuario del diccionario. Pensamos, por tanto, quevale la pena detenerse lo necesario para establecer un sistema demarcacin claro antes de abordar la realizacin de una obra lexico-grfica.

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