Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

66

Transcript of Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Page 1: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 2: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 3: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

.E'A' AjCIAS' Al'"/\lin .·· • Errores en la persuasión

MIGUEL ANGEL NUÑEZ

JV2 ~ Ediciones New Life

Page 4: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

IMPRESO EN LA ARGENTINA Printed in Argentina

Editor: Hugo A. Cotro Diseño de Tapa: Viviana C. de Niedhrans

Primera edición MCMXCV - 3,5M

Es propiedad. © ACES (1995) Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Ediciones New Life, División de ACES, Buenos Aires, Argentina. Tel. 761-4802. Fax: 756-2629.

ISBN 950-769-015-8

162.5 Núñez, Miguel Angel NUÑ ¡Falacias!- 1• ed.- Florida (Buenos Aires). Ediciones New

Lile, 1995. 64 p.; 18x1 1 cm.

ISBN 950-769-015-8

l. Titulo - 1. Lógica - 2. Sofismas

Impreso, mediante el sistema offset, en talleres propios. 040995

-3638{)-

Page 5: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

"ENTONCES AGRIPA DIJO A PABLO: POR POCO ME PERSUADES

A SER CRISTIANO"

(Hech. 26:28)

Page 6: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 7: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

INDICE

PROLOGO..................................................... 7

INTRODUCCION......................................... 9

I. FALACIAS DE ATINGENCIA. ............. 17

II. FALACIAS DE AMBIGÜEDAD........... 39

III. FALACIAS EN EL USO DE EVIDENCIAS.................................. 49

CONCLUSION ............................................. 59

BIBLIOGRAFIA ......... .. ....................... ........ 63

Page 8: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 9: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

PROLOGO

Muchas veces fui sorprendido por argumentos que parecían válidos pero que a la postre resulta­ron falsos. El problema es que fueron tan persua­sivos que me enredaron sin que me percatara si­quiera de ello.

Al estudiar lógica, y entendiendo que ésta es una disciplina que se dedica "al estudio de las for­mas de argumentación válidas" 1 o, como lo expre­sa el profesor Juan Rivano, es la "ciencia de las le­yes del pensamiento" ,2 empezamos a detectar cier­tas incongruencias entre lo eminentemente racio­nal y lo emocional. Dicho de otra forma, empeza­mos a sospechar de los argumentos que hacían lla­mados enfatizando lo emocional y descartando, minimizando o despreciando lo racional. En un es­tudio más detallado, nos encontramos un día con las falacias de la argumentación, y una vez produ­cido el encuentro constatamos que lo que en algún momento nos inquietó tenía su razón.

Este pequeño trabajo pretende ayudarnos a es­tar alerta ante las llamadas "falacias de la persua­sión" con el fin de presentar nuestras argumenta-

7

Page 10: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

ciones a favor del evangelio o la enseñanza de una manera depurada, limpia y transparente. Confia­mos en que este intento sea efectivo.

8

Page 11: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

INTRODUCCION

"Vivir de manera efectiva significa poseer la in­formación adecuada".3 Este pensamiento, expresa­do por el "padre" de la computación moderna, re­vela en síntesis uno de los aspectos fundamentales del complejo mundo actual: la comunicación.

Según algunas de las tesis de Wiener (1969), la sociedad entera es una computadora y, circunscrito a un plano menor, cada hombre es una máquina programable. Entendido desde el punto de vista de la informática, esto significa que las sociedades y los hombres actuarán de acuerdo a la información que reciban. Dicho en términos cibernéticos: "Cada máquina actuará de acuerdo con su progra­ma".4

Tal vez, en primera instancia, la comparación del ser humano con una máquina nos parezca un pensamiento gratuito y exagerado; no obstante, dentro del espectro de premisas que manejan las comunicaciones actuales esto es perfectamente factible.5 Los publicistas, políticos, comunicadores sociales, comerciantes y todos aquellos cuya fun­ción gira en torno a "mover voluntades", barajan

9

Page 12: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

una serie de alternativas que les permiten lograr de la gente las decisiones que esperan: El publicista, la decisión de comprar o vender, y el político la de­cisión de votar. Usar adecuadamente la persuasión es lo que marca la diferencia entre un mal o un buen publicista o comunicador social. Entendiendo persuasión como la define el sociólogo Pablo Huneeus: "El proceso por el cual inducimos un comportamiento valiéndonos del razonamiento o de la emotividad. La persona es persuadida cuan­do asume esa actitud o comportamiento como pro­pia".6 Ya en la década del60 el investigador nor­teamericano Vanee Packard demostró cómo es po­sible lograr que las personas compren con el míni­mo de resistencia. En su libro Los artífices del de­rroche 7 muestra los mecanismos del condiciona­miento por el cual se persuade a las personas para que asuman alguna actitud, adquieran algún pro­ducto o apoyen alguna idea o candidato. También muestra cómo crear necesidades (reales o imagi­nadas), cómo se fabrican sueños y utopías colecti­vas, y cómo se maneja la opinión pública con vis­tas a un fin determinado.

En todos estos casos la herramienta utilizada es la persuasión, que presupone la existencia de de­terminadas leyes y constantes del razonamiento humano que la hacen posible.

El psicólogo Martin Fischbein, de la Universi-

10

Page 13: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

dad de Illinois, señala que la palabra persuasión tiene hoy una connotación negativa. Sostiene que "la mayoría de las personas prefieren creer que el propósito de sus comunicaciones es informar y no persuadir" .8

Como el mismo Fischbein señala, si el objeto de la comunicación es "cambiar creencias, senti­mientos o conductas, entonces, queramos admitir­lo o no, participamos en el proceso de comunica­ción y persuasión" .9

Es en ese afán de persuadir que se cometen ex­cesos que muchas veces son apenas perceptibles.

Persuadir es un arte, cultivado desde hace mu­chos siglos. Los llamados "sofistas", primeros pro­fesores asalariados de occidente, fueron expertos en la técnica de la argumentación. La retórica, la oratoria y el discurso fueron estudiados por esos griegos con un celo intelectual que difícilmente se­ría superado por las generaciones futuras.

La sofística estableció una diferencia con todos los filósofos anteriores por el énfasis puesto en "el hombre, su civilización y sus costumbres". 10

Otra de las diferencias con la filosofía anterior se refiere al método utilizado por los sofistas, lla­mado "empírico deductivo". 11 Por otra parte, a di­ferencia de los filósofos griegos tradicionales, ellos no pretendían establecer "normas objetivas, basa-

11

Page 14: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

das en una verdad necesaria", 12 de allí la acusación de relativismo que siempre se les hace. En este sentido "sus fines eran prácticos y no especulati­vos".13

Donde fueron realmente expertos fue en el arte de la retórica. Como señala Frederick Copleston, en aquel tiempo "era imposible abrirse camino co­mo hombre público si no se sabía hablar con elo­cuencia" .14 De allí surgen entonces los sofistas co­mo la alternativa válida para enseñar ese arte.

Los sofistas se destacaron por la "eurística", 15

el arte de ganar litigios judiciales. En Grecia, quien quería enriquecerse tenía que hacerlo por medio de litigios, y estos maestros se dedicaron a enseñar el mejor modo de ganarlos. Pero aquello que podía sonar muy loable, fácilmente degeneró en el "arte de enseñar a los hombres cómo conseguir que la causa injusta pareciese justa". 16 De allí que no es extraño que Protágoras, autor griego contemporá­neo de los sofistas, señale que el objetivo de todo sofista es: "Convertir en argumentos sólidos y fuertes los más débiles". 17

Para alguien no acostumbrado a tratar con tales argumentos, podría parecer totalmente válido lo que se decía. En este sentido, Aristóteles (384-322 a.C.) define los sofismas como "argumentaciones falaces que guardan un asombroso parecido con

12

Page 15: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

argumentaciones válidas". 18

La importancia de conocer los detalles de la ar­gumentación sofística estriba en que aunque son razonamientos incorrectos resultan "psicológica­mente persuasivos" .19 Eso implica que podemos ser persuadidos por ellos o usarlos sin percatarnos conscientemente del engaño que hay detrás de la argumentación.

La imitación de los sofistas20 hizo que durante la época medieval proliferaran abundantemente las discusiones públicas. Ejemplo de ello, y conocido para los cristianos, es la famosa disputa pública en­tre Martín Lutero (1483-1646) y el Doctor Eck, en Leipzig, Alemania, el4 de julio de 1518.21

Fue durante esa época cuando las argumenta­ciones no válidas se estudiaron con mayor avidez, se clasificaron y enseñaron en las escuelas de retó­rica, convirtiendo su uso en un arte. Algunas fala­cias conservan su nominación latina desde enton­ces.

Existen las falacias formales y las no formales. En este trabajo no trataremos las primeras pues ellas entran en el ámbito de las matemáticas y la lógica simbólica. Nos ocuparemos sólo de las no formales, es decir, de las falacias que se usan en el lenguaje y en el proceso de la argumentación tanto coloquial como académica.

13

Page 16: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Copi, lógico norteamericano, define estas fala­cias como "errores de razonamiento en los cuales podemos caer por inadvertencia o falta de atención en el tema, o bien porque nos engaña alguna am­bigüedad en el lenguaje usado para formularlo". 22

A su vez, Keefe, Harte y Norton sostienen que las falacias son "razonamientos que contienen errores, defectos o tachas; el resultado es un razonamiento deficiente".23 Toda vez que se incurre en una fala­cia de razonamiento se transgreden reglas de la ló­gica inductiva o deductiva, normas que son a la postre las "que regulan el razonamiento firme". 24

A continuación haremos una descripción gene­ral de las falacias lógicas más comunes del razo­namiento y que no son falacias de tipo formaF5

, en cada una de ellas daremos ejemplos fundamental­mente bíblicos para que veamos cómo se expresan estos razonamientos.

'David Mitchel, Introducción a la lógica (Barcelona, Editorial Labor, 1968), p. 11.

'Juan Rivano, Lógica elemental (Santiago, Editorial Universitaria, 1970), p. 14. ·'Norbert Wiener, Cibernética y sociedad (Buenos Aires, Sudamericana, 1969),

p. 17. 'Ibíd. Ver especialmente los tres primeros capítulos. 5 A esto hay que agregar los postulados del conductismo, que están en la base de la

actual psicología social. 'Pablo Huneeus, Lo impensable (Santiago, Editora Nueva Generación, 1983), pp.

155, 156. 7Vance Packard. Los artífices del derroche (Buenos Aires, Sudamericana, 1961 ).

Ver especialmente el capítulo: "Fabricantes de sueños".

14

Page 17: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

'Martin Fischbein, "Comunicación persuasiva, una perspectiva psicosocial acer­ca de los factores que influyen en la efectividad de la comunicación". Revista de Psicología, [Caracas, Universidad Católica de Venezuela, IV (3, 4): 303!. diciembre de 1977.

'lb íd. 10Frederick Copleston, lliswria de la filosofía (Barcelona, Editorial Ariel, 1982).

t. 1, p. 96. 11 /bid., p. 96. \0/bíd .. pp. 96-97. \)lbíd., p. 97. 1'/bíd. 15/bid. 1'/bíd., p. 98. 17Johannes Hirschberger. lliJwria de /u jilosoj{a (Barcelona, Editorial Herder,

1974), tomo 1, p. 72. 18Citado por WilJiam y Martha Kneale, El desarrollo de la Lógica (Madrid,

Editorial Tecnos, 1980), p. !l. "Irving Copi, Introducción a La ldgica (Buenos Aires, EUDEBA, 1962.

Traducción del inglés: Néstor Núguez), p. 59. 20Kneale, /bid .. p. 12. 21 Juan Bautista Weiss, Historia universal (Barcelona, Tipografía La Educación,

1929. Traducción del alemán: Ramón Ruiz Amado), volumen Vlll, p. 724. "Copi, lbíd., p. 60. "Carolyn Keefe, Thomas B. Harte y Laurence E. Norton, lntroducrion to Debate

(New York, MacMilJan Publishing, Co., Inc., 1982). p. 362. "Susan Stebbings. Introducción a La lógica moderna, (México, Fondo de Cultura

Económica, 1965), p. 267. "Falacias que caen en el ámbito de la lógica silogística y la lógica simbólica.

15

Page 18: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 19: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

II FALACIAS

DE ATINGENCIA

El rasgo común a estas falacias es que las con­clusiones no tienen conexión con las premisas que se utilizan en el argumento. La verdad o falsedad de la conclusión no guarda relación lógica con el todo del razonamiento. Las falacias más comunes son:

l. Conclusión inatingente

La primera de las falacias de atingencia se co­mete "cuando un razonamiento que se supone di­rigido a establecer una conclusión en particular es usado para probar una conclusión diferente" .1

En una junta de iglesia, por ejemplo, se ventila una acusación de adulterio y se pretende inculpar a una persona de esa falta. Alguien -que actúa como fiscal- comienza a argumentar acerca de lo terrible de este pecado y de las graves consecuen­cias que acarrea para la iglesia. Después de hacer estos razonamientos puede llegar a probar efecti-

17

Page 20: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

vamente estas conclusiones. Pero, si pretende, a partir de sus observaciones acerca de lo horrible del adulterio, inferir que el "acusado" es culpable de él, entonces comete falacia de conclusión ina­tingente.

Esta falacia se puede facilitar por una discusión prolongada. La fatiga puede originar falta de aten­ción con la consecuencia de que los errores de atingencia pueden pasar inadvertidos. Además, se debe tener en cuenta que el "lenguaje puede servir para despertar emociones, tanto como para comu­nicar información".2

En el caso ejemplificado anteriormente, el miembro de la junta es capaz de pintar un cuadro suficientemente conmovedor de la enormidad del pecado del adulterio, el resto de los miembros pre­sentes puede sentirse tocado, puede despertarse en ellos tanto horror y desaprobación que estarán más accesibles a aprobar una moción de culpabilidad que si se hubiesen limitado solamente a probar que la persona acusada es realmente culpable.

En este caso específico, los argumentos que se den en contra del adulterio pueden ser efectiva­mente veraces, pero no prueban la validez de la acusación real. Por lo tanto, no viene al caso ha­blar del adulterio en general si eso no sirve para determinar si alguien es culpable o no de ese peca­do.

18

Page 21: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Visto desde otro punto de vista, también se co­mete esta falacia cuando alguien pretende probar un determinado argumento, por ejemplo, una idea teológica, con citas bíblicas que corresponden a un contexto diferente al tema tratado. Error muy co­mún entre quienes acostumbran a usar citas bíbli­cas sin tomar en cuenta algunos principios herme­néuticos básicos, que no viene al caso tratar aquí.

Para salvaguardarnos de caer en este error de­bemos tener en cuenta que debe necesariamente existir relación lógica entre las premisas de un ar­gumento y la conclusión que de ellas se deriva.

2. Argumento ad baculum

Significa literalmente: "Apelación a la fuerza". Se cae en esta falacia cuando "se apela a la

fuerza, o a la amenaza de fuerza, para provocar la aceptación de una conclusión". 3 Es común que se recurra a esta falacia cuando se fracasa en la pre­sentación de pruebas o argumentos que apelen a la razón.

No se trata aquí necesariamente de medir fuer­za muscular o recurrir a los puños para dirimir un conflicto. Hay medidas de presión que son tan fuertes como un puñetazo y que no implican nece­sariamente lucha física.

El proverbio: "La fuerza hace el derecho" sin­tetiza esta falacia.

19

Page 22: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Durante una discusión entre un empleado y su jefe, se produce una diferencia de opinión. El obre­ro no es capaz de ver luz sobre determinado punto que sustenta el empleador. Llegado el momento cuando ya no quedan más argumentos, el jefe le dice:

"Bueno, después de todo, usted estará de acuer­do conmigo pues de eso depende su estabilidad la­boral". Ante esta afirmación el hombre no tiene más remedio que acceder, porque se ha hecho una presión sobre él que no tiene nada que ver con los argumentos que ha presentado. No se hace alusión a la verdad o falsedad de lo tratado, simplemente hay una medida de presión.

Este argumento es el utilizado por los gobier­nos poderosos; no tienen más que hacer una mues­tra pública de su arsenal bélico para "convencer"4

a su contrincante. Aunque nada se diga, la fuerza exhibida es por sí sola un poderoso argumento.

También son argumentos ad baculum las huel­gas, las sentadas y los ayunos porque de un modo u otro son elementos de coacción disuasiva. A pro­pósito de lo último, el rector de la Universidad Católica de Chile, Dr. Juan de Dios Vial, señaló hace algunos años certeramente que: "Tratar de conseguir una finalidad ilegítima usando la intimi­dación, las amenazas o presiones físicas sobre cualquier persona, sobre terceros o sobre sí mismo

20

Page 23: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

es igualmente ilegítimo". 5

Este argumento adquiere matices tan sutiles que muchísimas veces es difícil poder determinar su validez.

3. Argumento ad hominem

En el caso de este argumento falaz existen dos variantes: el "ofensivo" y el "circunstancial". La expresión latina significa literalmente "argumento dirigido contra el hombre".

a. Ofensivo: Se comete esta falacia cuando en vez de discutir la validez de lo que se afirma "se ataca al hombre que hace la afirmación" .6

Es muy frecuente observar esta actitud en los debates políticos, donde los oponentes, en vez de analizar sus mutuos postulados divergentes, se de­dican a desacreditarse mutuamente con el fin de desvirtuar la imagen pública de su opositor.

El carácter de una persona o la conducta coti­diana de ella carece de importancia lógica para de­terminar la corrección o incorrección de un argu­mento. Hasta el hombre más perverso es capaz de decir en determinado momento la verdad. Distinto es que queramos nosotros analizar la inconsecuen­cia o consecuencia de las ideas de un autor con su vida, lo que requiere un análisis distinto y de otras características. 7

21

Page 24: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Probablemente sea éste el error de razonamien­to más común entre los cristianos. Especialmente en las denominaciones que tienden a ser más orto­doxas en sus planteamientos.

Descalificar el razonamiento de determinado individuo basado en su forma de vida es falaz. Si alguien dice "Frederick Nietzsche (1844-1900) no es digno de crédito pues los últimos días de su vi­da vivió en un hospital para enfermos mentales y hay antecedentes que indican que se volvió loco a consecuencia de una enfermedad venérea adquiri­da por un estilo de vida disipado" comete, sin lu­gar a dudas, una falacia lógica, pues, aunque efec­tivamente Nietszche se volvió loco, eso no signifi­ca que lo que escribió estando cuerdo fuera erró­neo. Aunque lo fuera, el análisis debe realizarse sobre los argumentos y sin desacreditar a quien los esgrimió.

Es interesante notar que en tiempos de Cristo lo mismo hicieron los fariseos, quienes, sin duda, al­go conocían de los sofismas griegos por la in­fluencia alejandrina. Los fariseos acusaron al Maestro de no haber estado en una escuela cono­cida, con lo que daban por sentado que Jesús no podía emitir juicios correctos por no tener una for­mación académica "normal", es decir, rabínica. Sus palabras: "¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?" (Juan 7:15), son en realidad una sutil

22

Page 25: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

ofensa y pretenden desacreditar a la persona para descalificar sus planteamientos.

De la misma forma, al mencionar a la gente de Nazaret que Jesús era sólo hijo de un carpintero (Mat. 13:55-57) estaban tratando de justificar su rechazo a las enseñanzas del Salvador, no refutan­do sus doctrinas sino atacándolo por su origen mo­desto.

De igual modo, los que atacaron a Jesús por comer con publicanos sin detenerse a pensar en lo que él realmente estaba tratando de enseñarles se privaron a sí mismos de muchas bendiciones (Mat. 9:11; Mar. 2:16; Luc. 5:30). El Maestro dejó en evidencia la falsedad del argumento cuando dijo: "Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma". Y agrega sagazmente: "Pero la sabi­duría de Dios se demuestra por todos sus resulta­dos" (Mat. 11:19, versión Dios habla hoy).8

Hace algunos años, con motivo de una reunión de universitarios adventistas, se invitó a un pastor a exponer acerca de la justificación por la fe. Su exposición fue excelente y al final de ella dio opor­tunidad para preguntar. Un joven, que a la sazón se había mantenido en silencio, pidió la palabra y en un instante nos vimos todos arrastrados por la ar­gumentación de una persona muy hábil que co-

23

Page 26: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

menzó a rebatir abiertamente todo lo antes ex­puesto. Se manifestó a favor del comunismo y planteó la utopía marxista leninista como la alter­nativa más viable para los seres humanos.

El asunto se tornó muy interesante y los pre­sentes empezamos a esperar con ansias una res­puesta tan hábil como los interrogantes -por cier­to muy legítimos- que el joven comenzó a plan­tear. El pastor que había expuesto se mantenía en silencio, y esperábamos que diese respuestas razo­nables a preguntas lógicas. No obstante, cuando retomó la palabra, su reacción consistió en atacar la forma de vida de los jerarcas de la órbita sovié­tica. No se refirió en ningún momento a los inte­rrogantes planteados, no habló tampoco de la vali­dez del cristianismo como forma inteligente de vi­da; simplemente atacó a personas. De más está de­cir que todos quedamos muy chasqueados. Hoy, viéndolo retrospectivamente sé sin lugar a dudas que esas preguntas tienen respuestas lógicas y asentadas en fundamentos bíblicos razonables. No era necesario el ataque personal para descubrir la verdad del evangelio en contraste con el comunis­mo.

Quizá tengamos temor de reconocer que quie­nes viven de manera diferente a nosotros sean ca­paces de razonar correctamente, lo cual constituye un flagrante atropello a la dignidad humana, que

24

Page 27: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

consiste en el desafío a pensar por uno mismo. No olvidemos que el consejo inspirado es que la ver­dadera educación consiste en "educar a los jóvenes para que sean pensadores, y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres"9 y esto pa­sa primero por entender que la razón se justifica con la razón. Como dice en otro párrafo la pluma inspirada: "Dios nunca nos pide que creamos sin darnos suficiente evidencia sobre la cual fundar nuestra fe. Su existencia, su carácter, la veracidad de su Palabra, todas estas cosas están establecidas por abundantes testimonios que apelan a nuestra razón". 10

Este mismo principio hizo que el apóstol Pablo aconsejara: "Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal" (1 Tes. 5:21, 22). Esto es posible sólo cuando aprendemos a dis­tinguir entre las ideas y los hombres que las sos­tienen.

Si consideramos que sólo los cristianos son ca­paces de emitir juicios correctos, caeremos en una contradicción. Diariamente usamos aparatos y sus­tentamos opiniones que son formuladas por perso­nas que llevan vidas contrarias a los principios cristianos, pero eso no significa necesariamente que sus planteamientos sean incorrectos. Suponer esto es caer en el error de Natanael, quien dedujo erróneamente que todo aquel que venía de Nazaret

25

Page 28: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

era necesariamente malo (Juan 1:46). b. Circunstancial: El otro sentido de la falacia

es el circunstancial. Se comete este error de razo­namiento cuando en algún momento de la discu­sión entre dos personas, una de ellas ignora total­mente la cuestión relativa a la verdad o falsedad de sus propias afirmaciones y trata de probar que su antagonista debe aceptar sus razones "debido a cir­cunstancias especiales en las que éste se encuen­tra". 11 Dicho de otro modo, cuando desconoce la validez o falsedad de lo que se está discutiendo, y en cambio esgrime un argumento en contra de su oponente que aparentemente justifica su propia forma de pensar.

Por ejemplo, si una de las dos personas es cris­tiana y pertenece a una determinada denomina­ción, y su oponente, que no lo es, arguye que aqué­lla debe aceptar determinada idea sólo y exclusi­vamente porque lo contrario es incompatible con su religión, se comete un error argumentativo, por­que esto no es demostrar la verdad del asunto en cuestión sino pretender que un individuo está obli­gado a aceptar algo debido a las particulares con­diciones en las que se encuentra; en este caso, la filiación a una iglesia.

Irving Copi da un ejemplo de la lógica clásica. Un hombre cuestiona a otro que es cazador por la barbarie de matar animales indefensos sólo por di-

26

Page 29: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

versión. El cazador replica: "¿Por qué se alimenta usted con carne vacuna?". 12 Esta reacción es falaz porque en ningún momento alude a la situación concreta que se le está planteando sino quemen­ciona la situación del que lo critica, en este caso, tener una dieta a base de carne.

4. Argumento ad ignorantiam

Significa literalmente: "Argumento por la igno­rancia". Se comete esta falacia cuando se sostiene que algo es verdadero "simplemente sobre la base de que no se ha demostrado su falsedad, o que es falso porque no se ha demostrado su verdad". 13

Si alguien dice: "Los fantasmas existen porque nadie ha podido demostrar nunca que no los hay", cae en la misma falacia del que dice: "Segura­mente Dios no existe porque nadie ha probado que exista".

Sólo es posible permitir una excepción a esta falacia como principio en las cortes de justicia donde se supone que una persona es inocente has­ta que se demuestra su culpabilidad.

Los miembros del Sanedrín, en tiempos de Cristo, cayeron en esta falacia cuando supusieron que de Galilea no podía venir ningún profeta pues nunca antes había venido uno. La debilidad del ar­gumento resulta evidente (Juan 7:51, 52).

27

Page 30: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

5. Argumento ad misericordiam

Significa literalmente: "Argumento por la mi­sericordia o apelación a la piedad".

Se comete esta falacia cuando "se apela a la piedad para conseguir que se acepte una determi­nada conclusión". 14

Es un argumento utilizado intuitivamente por los niños. Un muchachito de siete años se ha co­mido un pedazo de torta que la mamá le ordenó no comer. El sabe que si su mamá se entera lo va a castigar. Cuando la madre finalmente averigua lo que su hijo ha hecho lo llama; éste, en vez de res­ponder naturalmente a lo que le preguntan, se pone a llorar. Conmovida, la madre decide no castigarlo, pero con la promesa de que no lo hará más. Sin embargo, lo que ella no logra captar es que ha si­do persuadida hábilmente por alguien que sin sa­ber técnicas de persuasión ha apelado a la piedad para no recibir las consecuencias justas de su ac­ción, y ha hecho que la madre no sea consecuente con su propia palabra.

Puesto que este argumento busca obtener una respuesta utilizando mecanismos emocionales, o más bien presión psicológica, es difícil en prim~ra instancia determinar la validez de los argumentos en cuestión. Todo esto lo saben muy bien los pu­blicistas, que usan este argumento con mucha sa­gacidad, lo mismo que los colectores profesiona-

28

Page 31: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

les de dinero, que saben que los estados emocio­nales hacen bajar las defensas racionales normales.

Arthur Koestler dijo una vez ironizando: "Las estadísticas no sangran"15 para explicar -de esta manera- la razón por la cual la gente no se con­mueve con los relatos de horror masivo.

Una diplomática estadounidense dijo en rela­ción a lo mismo: "Las altas cifras y los lugares re­motos son menos reales para la mayoría de noso­tros que las experiencias de una persona en parti­cular".16

¿Dónde está el mayor problema de esta falacia? En que, movidos por las lágrimas, no seamos ca­paces de darnos cuenta de la verdad o falsedad de la cuestión en tratamiento.

Este argumento es particularmente peligroso en nuestro tiempo, cuando mediante él se pretende justificar la homosexualidad, la drogadicción, el asesinato, el adulterio, etc. Es decir, se pretende que el fin justifica los medios. La cinematografía mundial ha contribuido a este estado de cosas17eri­giendo como héroes a personajes como "Rambo", que nos quieren persuadir de que si el fin es justo, no importan los medios.

'Las naciones poderosas hacen uso de este argu­mento para justificar guerras supuestamente por "fines humanitarios", la agresión a estados peque­ños prácticamente indefensos, el espionaje, etc. La

29

Page 32: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

lista es larga, pero el argumento sigue siendo falaz aunque se lo encubra con fines nobles.

6. Argumento ad populum

Significa literalmente: "Argumento dirigido al pueblo o apelación al pueblo". Se comete esta fa­lacia cuando se pretende ganar asentimiento para una determinada propuesta no mediante una expo­sición razonada, sino por medio de un llamado emocional dirigido al pueblo e intentando desper­tar sentimientos de apoyo basándose en justifica­ciones nacionalistas, populares o de cualquier otro tipo masivo.

Con este tipo de razonamiento se intenta per­suadir "despertando las pasiones y el entusiasmo de la multitud". 18

En la publicidad se recurre normalmente a este tipo de argumento cuando se asocian determinados productos con los así llamados "compromisos y deberes cívicos". Por la competencia de países al­tamente industri~lizados, en algunas naciones se intenta crear "conciencia ciudadana" persuadiendo a la gente a que compre sólo productos nacionales.

Hace tiempo, una publicidad hizo popular el es­logan: "Sé buen chileno, compra productos nacio­nales". El argumento, aparentemente noble, es fa­laz. El argumento no me dice nada de la calidad

30

Page 33: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

del producto en cuestión. Las personas tienen de­recho a averiguar por sí mismas qué productos son los mejores, sin que por ello deban ser presionadas psicológicamente.

Caifás, el sumo sacerdote que "juzgó" a Jesu­cristo utilizó este argumento 19 para justificar la condena a muerte de Jesús. "Vosotros no sabéis na­da; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación pe­rezca" (Juan 11:49, 50). Logró persuadir al Sanedrín de cometer un acto reñido con la moral, en este caso planear un complot de asesinato, no con pruebas acerca de la veracidad o falsedad de lo que Jesús decía sino en base a un deber patrióti­co que asegurase la estabilidad de la nación.

Seguramente, lo mismo subyacía en la base ar­gumentativa de los sacerdotes cuando convencie­ron a la masa para que eligiera a Barrabás y no a Cristo. "Pero los principales sacerdotes y los an­cianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto" (Mat. 27:20).

Este razonamiento ha llevado a los seres huma­nos a través de la historia a notables excesos. Por ejemplo, en Vietnam se utilizaron niños como bombas humanas. Valía más la nación que la vida de un infante. Interesaba el fin, no el medio. En es­te caso, los niños eran tan sólo un "instrumento" que servía para los fines superiores de la patria ...

31

Page 34: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Los demagogos se han especializado en la utili­zación de tales argumentos. Incitan no a la razón, sino a la pasión. No obstante, lamentablemente, muchas veces puede más la pasión desenfrenada que la razón en equilibrio.

Se cae también en este razonamiento falaz cuando alguien sostiene que algo es verdadero simplemente sobre la base de que "la mayoría lo aprueba". O cuando alguien opina que se debe apoyar una causa porque "todos lo hacen". O lo que es lo mismo, sostener que un producto, una práctica o una idea es buena porque "todos" lo aprueban.

La aceptación popular de algo no significa que ese "algo" sea razonable. La experiencia a través de la historia ha demostrado muchísimas veces que las mayorías suelen equivocarse, por lo que el asentimiento general acerca de una opinión no de­muestra que ésta sea verdadera.

7. Argumento ad verecundiam

Se traduce como: "Apelación a la autoridad". Se utiliza este argumento teniendo en cuenta el

respeto que despiertan en el público las figuras po­pulares o famosas. Se apela a esta situación para lograr que se acepte alguna conclusión.

En rigor, no siempre este argumento es total-

32

Page 35: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

mente falso, pues la referencia a una autoridad re­conocida en un área determinada puede represen­tar un verdadero aval. La opinión de un especialis­ta, en este caso da mayor credibilidad a la conclu­sión.

Sin embargo, se debe aprender a no llevar esto a un extremo, porque aun los expertos pueden equivocarse.20 Por eso, en un simposio de exper­tos, éstos están obligados a ceñirse sólo a los he­chos y a las evidencias.

Tal vez un ejemplo importante de actitud jui­ciosa sea la de los bereanos, personajes que deben su fama a la pluma de Lucas, quien los inmortalizó en el libro de Hechos de los Apóstoles. La fama de Pablo lo precedía en los lugares donde llegaba; no obstante, los que lo escucharon en Berea, son cali­ficados como "más nobles" (Hech. 17: 11) que los de Tesalónica, después de cada exhortación de Pablo apelaban a una autoridad superior, infinita­mente más confiable: Escudriñaban las Escrituras "para ver si estas cosas eran así" (Hech. 17:11).

El argumento es totalmente falaz cuando se usa la opinión de una autoridad en un campo en el cual no es competente. La publicidad utiliza mucho es­te subterfugio psicológico asociando personalida­des famosas a determinados productos de consu­mo, por lo que no es extraño observar a jugadores de fútbol recomendando aparatos electrónicos y a

33

Page 36: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

maratonistas promoviendo determinada marca de automóvil.

Del mismo modo, los comerciantes apelan a es­te elemento al utilizar el argumento de que el pro­ducto es bueno porque un determinado personaje ampliamente reconocido lo haya adquirido. El he­cho de que un famoso compre u opine acerca de algo, no significa necesariamente que el producto sea bueno o la opinión verdadera.

Cristo supo separar esto por lo menos en dos ocasiones registradas: Cuando desechó la paterni­dad abrahánica como argumento para justificar la actitud judía diciendo que no era suficiente con ser hijo del "famoso Abraham", sino que había que "hacer frutos dignos de arrepentimiento" (Luc. 3:8), y cuando los judíos pretendían que Jesús ava­lase sus enseñanzas sobre alguna autoridad. Ellos preguntaron a la manera sofística: "¿Con qué au­toridad haces estas cosas?¿ Y quién te dio esta au­toridad?" (Mat. 21 :23 ). La autoridad era él mismo y así lo reconocieron quienes dijeron que él "ense­ñaba como quien tiene autoridad" (Mat. 7:29).

8. La causa falsa

Se comete esta falacia de razonamiento cuando se toma "como causa de un efecto algo que no es

34

Page 37: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

su causa real".21 En otras palabras, se establece una conexión causal errónea.

Comúnmente las personas sustentan opiniones que se basan en prejuicios no razonables. Se puede notar fácilmente esto en las cosas que la gente pro­pone como causas de ciertos hechos cotidianos.

Por ejemplo, si nos acercamos a un grupo de transeúntes que fueron testigos de una colisión y les preguntamos ¿por qué sucedió el choque?, las respuestas que obtendremos serán tan variadas co­mo el número de personas que respondan aunque todos hayan visto el mismo hecho.

Alguien puede responder por ejemplo: "Yo creo que el chofer no respetó la luz roja, seguramente es daltónico", cuando en realidad el hombre pudo haber estado ebrio o simplemente distraído.

9. Preguntas complejas

Son las llamadas preguntas "capciosas". Seco­mete esta falacia cuando se exige o se da una res­puesta única a una pregunta que admite en realidad más de una respuesta.22

Cuando se presentan dos presuntas alternativas pero hay sólo una respuesta posible se cae en esta falacia. La mamá le dice al niño: "¿Quieres portar­te bien o ir a dormir?" No deja alternativa posible. La respuesta es sí o sí.

35

Page 38: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

O en este otro caso: "Fulano es un radical es­trafalario o un conservador irracional". 23 Para re­solver el interrogante de una manera lógica es pre­ciso analizar antes los componentes de la pregunta. Puede que sea radical pero no estrafalario, o con­servador pero no irracionaL

A Jesús le hicieron varias veces este tipo de preguntas. Los fariseos le demandaron: "¿Es lícito dar tributo a Cesar, o no?" (Mat. 22: 17). Una pre­gunta difícil, pues si contestaba "sí" bien podrían acusarlo de traidor, y si la respuesta era "no" lo acusarían de sedicioso.

Del mismo modo, cuando le llevaron a una mu­jer sorprendida en adulterio y le preguntaron si se la debía apedrear (Juan 8:5). "Si indultaba a la mu­jer, se lo acusaría de despreciar la ley de Moisés. Si la declaraba digna de muerte, se lo podría acu­sar ante los romanos de asumir una autoridad que les pertenecía sólo a ellos".24

En muchas ocasiones usamos tales preguntas sin darle alternativa al interlocutor. Esta falacia es más común de lo que parece a simple vista.

1lrving Copi, Introducción a la lógica (Buenos Aires, EUDEBA. 1962), p. 60. 'lbíd., p. 61. 'Ibfd., p. 62. 'En realidad, debería decirse "disuadir" en este caso en particular. 'Diario El Mercurio, 12 de junio de 1986. 'Copi, lbíd., p. 63. 'Un análisis en este sentido es el que hace el historüidor inglés Paul Johnson en su

muy publicitado libro Intelectuales (Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1990).

36

Page 39: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

'En adelante la enunciaremos con la sigla DHH. 'Elena G. de White, La educación (Buenos Aires, Asociación Casa Editora

Sudamericana, 1978). p. 17. 10Eiena G. de White, El camino a Cristo (Santiago, Servicio Educacional Hogar y

Salud, 1990. 4" edición), p. 106. 11 Copi, lb íd., p. 64. 1 'lb íd., p. 64. "Jbíd., p. 65. 1'/bíd., p. 66. "Citado por Jeane Kirpatrick, "El crimen de Sakharov: pensar pensamientos

prohibidos", Diario El Mercurio, 1• de Junio de 1986, p. t. 16/bíd. "Sin olvidar que el cine es renejo directo e indirecto del estado real de la socie-

dad. 18Copi, /bíd., p. 68. 19 Aunque sin estar consciente de que podria •ener otra interpretación a la luz de

las profecías mesiánicas, tal como lo señala Juan 1 l: 50 y sigs. "Fue un experto laureado con numerosas distinciones el que dijo que nunca se

podría dividir el átomo. Pocos años después de esta afirmación Einstein demostró que eso era posible. Abundan los casos como éste.

"Copi, lbíd., p. 70. 22/b(d., p. 71. "Jbfd., p. 73. "Elena G. de White, El Deseado de rodas las gentes (Buenos Aires, Asociación

Casa Editora Sudamericana, 1 976), p. 425.

37

Page 40: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 41: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

IIII

FALACIAS DE AMBIGÜEDAD

Son falacias muy comunes, aparecen en razo­namientos cuya formulación "contiene palabras o frases ambiguas, cuyos significados oscilan duran­te el razonamiento". 1

l. El equívoco La mayoría de las palabras tiene más de un sig­

nificado literal, esto es evidente en algunos voca­blos pero no en otros. Además, en diferentes con­textos culturales y/o sociales una misma palabra puede usarse en sentidos diferentes.

Debemos agregar a todo esto el cambio veloz que sufren los sentidos de las palabras. Los signi­ficados cambian tan rápido por el uso que prácti­camente no tenemos tiempo de darnos cuenta.

Alvin Toffler puso en evidencia el problema en su interesante libro El shock del futuro, donde se­ñala a propósito de esto que: "Hubo un tiempo cuando el hombre aprendía el lenguaje de su so­ciedad y lo empleaba, con pocos cambios, durante toda su vida. Su 'relación' con cada palabra o ade-

39

Page 42: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

mán conocidos era duradera. Hoy no lo es, casi en absoluto" .2 Esta característica del lenguaje posibi­lita la falacia de equívoco.

Si confundimos los diferentes significados que puede tener una palabra o frase y la utilizamos dentro de un mismo contexto con distintos senti­dos, entonces caemos en la falacia de equívoco,3

también conocida como "homonimia".4

Por ejemplo, Jesús fue acusado de decir que si el templo era destruido, en tres días podría levan­tarlo. Efectivamente eso fue lo que él dijo (Juan 2: 18). No obstante, lo que no se dice es que la ex­presión "templo" fue usada por el Maestro en dos sentidos. Uno es el que señala al templo literal de Jerusalén y el otro apunta simbólicamente a Cristo. Esto queda claramente en evidencia al leer el rela­to del apóstol Juan. Los discípulos en primera ins­tancia entienden el término según el primer sentido (Juan 2:20) y le replican que se ocuparon muchos años en la construcción. Pero Juan, que relata el in­cidente desde una visión retrospectiva, señala el verdadero significado al decir: "Más él hablaba del templo de su cuerpo" (Juan 2:21). La falacia seco­mete cuando se utiliza la frase en contextos dife­rentes.

Los periódicos usan esta falacia deliberada­mente cuando escogen para sus titulares palabras que tienen varias connotaciones y sentidos. Algu-

40

Page 43: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

nos utilizan esta argucia en las chanzas llamadas "de doble sentido".

Por lo tanto, es fundamental para no caer en es­te error -voluntaria o involuntariamente- acla­rar explícitamente los términos en los cuales esta­mos comunicándonos.

Recuerdo la ocasión cuando fui invitado a pre­dicar a una cárcel de varones. Escogí como tema el amor. Me parecía que era lo más indicado para hombres sometidos a un régimen desprovisto de afecto. Desde el primer momento el título del te­ma causó algunos guiños de complicidad entre los reclusos presentes. Hubo un momento cuando una frase que dije causó un franco arranque de hilari­dad. Terminé a duras penas lo que tenía que decir en medio de un sinfín de carcajadas y risas espon­táneas. Confundido, consulté con la persona que me había invitado y me hizo notar que para las personas allí presentes lo que había hablado tenía un sentido totalmente diferente al que yo -inge­nuamente- había pensado. Ellos empleaban la terminología que yo había usado casi totalmente en el contexto de las relaciones sexuales y en la jerga carcelaria, que yo desconocía. Muchas de las expresiones que yo utilicé tenían una connotación grosera; de allí las carcajadas.

Finalmente, se comete también esta falacia cuando introducimos en el razonamiento términos

41

Page 44: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

que son relativos: "Alto", "bajo", "bueno", "ma­lo", "oscuro", "claro", etc., vocablos que si no es­tán en relación a algo definido y concreto resultan ambiguos.

2. Anfibología

Aparece cuando se argumenta a partir de pre­misas cuya formulación es ambigua debido a su estructura gramatical. Un enunciado es anfibológi­co cuando su significado es confuso debido a la manera descuidada o torpe como sus partes están combinadas. El enunciado puede ser verdadero de acuerdo con una interpretación y falso según otra.5

Se trata, en otras palabras, de oraciones grama­ticales "tramposas".

Un ejemplo clásico es el de los llamados Oráculos de Delfos. Delfos era una isla griega don­de existía un templo cuyos sacerdotes respondían a las preguntas que les hacían sobre el futuro, el hogar, el matrimonio, la guerra, etc. Sin embargo, para que las respuestas siempre pudiesen ser co­rrectas, no importa cuál fuera la situación, se utili­zaban frases anfibológicas.

Un ejemplo es el del rey Creso, quien ante un inminente ataque de los persas preguntó qué debía hacer. Los sacerdotes le contestaron: "Si Creso emprende la guerra contra Persia destruirá un reino

42

Page 45: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

poderoso" . 6 Creso sufrió una derrota aplastante, y cuando reclamó por el oráculo se le contestó que efectivamente destruyó un reino poderoso ... el su­yo.

En la Biblia, la afirmación de Satanás mediante la serpiente resulta ser una expresión anfibológica. "Entonces la serpiente dijo a la mujer: No mori­réis" (Gén. 3:4). Efectivamente, al comer del árbol no murió instantáneamente. Allí reside el engaño, puesto que finalmente la muerte los alcanzó.

Resulta difícil diferenciar una oración tramposa de una que no lo es, por lo cual se hace imperioso que analicemos muy bien lo que se nos está di­ciendo para no resultar engañados.

3. Enfasis

Esta es una de las falacias más utilizadas por políticos y periodistas en los diarios y periódicos.

Se produce esta falacia cuando se destaca más una parte de una frase que otra. También cuando alguien enfatiza algo fuera de contexto.

Hace algún tiempo, mientras el país estaba ex­pectante por el posible cambio en la constitución nacional, apareció en un diario de tinte amarillis­ta7, en primera plana y en grandes caracteres, la frase: "Nueva constitución". Como era obvio, da­das las circunstancias del momento, muchísima

43

Page 46: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

gente se acercaba a comprar el periódico; sin em­bargo, la mayoría pronto se chasqueaba pues en le­tras muy pequeñas se leía: "Eso anunciaban los diarios en el año 1925". 8

A veces, algunos predicadores, en su afán por atraer personas, caen en esta falacia. Se anuncia determinado tema en grandes titulares, y en el mo­mento de la conferencia se habla tan sólo cinco minutos del tema enunciado. El resto se dedica a analizar alguna doctrina. Aunque eso parece justo por el fin que se persigue, no deja de ser un enga­ño. El desengaño de muchos es un precio muy alto por una mentira que parece piadosa, pero que en suma no es más ni menos que una mentira.

También se comete esta falacia cuando se cita a alguien fuera de contexto o se sobredimensiona una frase o una palabra sin aclarar la situación en la cual fue dicha. Así, el interlocutor puede llevar­se una impresión equivocada de la realidad por un uso falaz de frases dichas fuera de contexto.

Por último, se comete falacia de énfasis cuando se usan indiscriminadamente comillas, cursivas, subrayado o negritas para destacar algo, sin indi­car específicamente que el énfasis no aparece en el original, o cuando tal énfasis es injustificado.

4. Falacia de composición

Se comete cuando se infiere que "un todo tiene

44

Page 47: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

una cierta propiedad a partir de la premisa de que cada una de sus partes tiene esa propiedad".9

Por ejemplo, alguien puede razonar: "Cada uno de los jugadores del equipo es un atleta descollan­te; por lo tanto, el equipo debe ser extraordinario". Pero cuando se intenta crear súper equipos juntan­do los mejores jugadores de diferentes equipos y no ocurre nada extraordinario, nos damos cuenta de que esta afirmación tiene elementos falsos.

Lo mismo ocurre cuando alguien afirma que to­dos los fieles de un determinado credo son menti­rosos porque conoce a uno de ellos que sí lo es. El argumento es falso porque la parte no implica ne­cesariamente el todo.

5. Falacia de división

Consiste en argumentar que lo que es cierto acerca de un todo debe serlo también acerca de ca­da una de sus partes. 10

Alguien dice que por cuanto cierta Sociedad Comercial es muy importante, el señor B, que tra­baja en ella, también lo es. El razonamiento es fal­so. Las propiedades del todo no necesariamente se aplican a sus partes.

En este error cayó Natanael cuando exclamó ante el anuncio de que el Maestro provenía de Nazaret: "¿Acaso puede salir algo bueno de

45

Page 48: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Nazaret?" (Juan 1:46, DHH). El pensó que si Nazaret era una ciudad pecadora, todos sus habi­tantes también lo eran.

6. Falacia de argumento circular

Esta falacia consiste en "suponer de plano el punto en cuestión o en usar como premisa una pro­posición que sólo puede probarse mediante el uso de la conclusión para la cual ha sido usada ya co­mo premisa". ll En este caso, la persona que pre­tende argumentar da "vueltas en círculo" sin arri­bar a una conclusión válida.

Un ejemplo es decir: "La enseñanza superior es inútil porque a nadie le resulta provechoso estudiar una vez que ha dejado la escuela" .12 En este caso, sólo hay repetición de la conclusión en la premisa. Este tipo de falacia es difícil de descubrir, espe­cialmente si el círculo recorrido es demasiado am­plio.

Este tipo de falacia se conoce como "petitio principii" 13 o petición de principio, pues en la con­clusión se afirman hechos que no agregan nuevos elementos de conocimiento sino que repiten las premisas.

1lrving Copi, Introducción a la lógica (Buenos Aires, EUDEBA, 1962), p. 77. 2Alvin Toffler, El shock del futuro (Barcelona, Plaza & Janes, S.A., 1982), p. 216.

46

Page 49: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

'Copi, lbíd., p. 77. 'Elide Gortari, Lógica general (México, Editorial Grijalbo, S.A., 1971), p. 270 'Copi. lbíd., p. 79. 'lb íd. 'Diario sensacionalista. 'Fecha en que efectivamente se produjo un cambio en la consútución. 9Copi, lbíd., p. 83. 10/bíd., p. 84. "Stebbing,Inrroduccidn a la lógica moderna (México, FCE, 1965), p. 270. "Jbíd. 11/hfd.

47

Page 50: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf
Page 51: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

JIJIJI FALACIAS EN EL USO

DE EVIDENCIAS

Numerosas investigaciones han demostrado en los últimos años la utilidad del uso de evidencias en la argumentación persuasiva. Cuando hablamos de evidencias nos referimos a las "declaraciones de hechos y opiniones presentadas por un exponente con el fin de producir o reforzar en su auditorio una determina creencia". 1

Es necesario, nos advierten los especialistas Keefe, Harte y Norton, que antes de analizar estas falacias tengamos en cuenta que no existen dos si­tuaciones de comunicación que sean exactamente idénticas. No es posible prescribir con plena exac­titud cómo debe ser usada la evidencia en un dis­curso o en una intervención que pretenda persua­dir. Sólo se pueden dar grandes directrices. 2

Se incurre en este tipo de falacia toda vez que usamos la evidencia de una manera inadecuada pa­ra provocar un efecto persuasivo.

49

Page 52: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

l. Uso de evidencia que no pasó el "test" de la evidencia

Se incurre en esta falacia toda vez que usamos evidencia poco seria o inadecuada. Y en este senti­do hay un uso poco ético de la evidencia, pues si el receptor no conoce los hechos con exactitud puede ser persuadido por un uso indebido de aquélla.

Para evitar esto, los especialistas han creado evaluaciones que permitan corroborar si la eviden­cia presentada es correcta o no.3

En la Biblia se narra un ejemplo de este tipo. Josué y todo el pueblo de Israel fue engañado por la astucia de los moradores de Gabaón, quienes "tomaron sacos viejos sobre sus asnos, y cueros viejos de vino, rotos y remendados, y zapatos vie­jos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos so­bre sí; y todo el pan que traían para el camino era seco y mohoso" (Jos. 9:4, 5). Luego, presentando una evidencia que hacía suponer que eran personas que venían desde muy lejos, contaron una historia que convenció a Josué de que le estaban diciendo algo cierto. Aunque el general no tardó en darse cuenta del engaño, ya era tarde para remediarlo. El error de Josué y su gente fue no corroborar la evi­dencia para verificar si era verdadera o no . La Biblia lo afirma explícitamente: "Y los hombres de Israel tomaron de las provisiones de ellos, y no consultaron a Jehová" (Jos. 9: 14).4

50

Page 53: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Se dice que Alejandro Magno habría engañado a muchos de los pueblos que conquistó usando ar­mamento y escudos de bronce que a la distancia parecía de oro. De allí el dicho "no todo lo que bri­lla l!S oro", lo que en nuestro contexto, parafrasea­do podría ser "no toda evidencia que parece verda­dera lo es".

2. Uso de evidencia insuficiente

Numerosos estudios demuestran que la mente es mejor persuadida cuando la evidencia es aplas­tante. Se cae en la falacia de uso insuficiente de evidencia cuando presentamos poca evidencia con el fin de persuadir. Hay una relación con la falacia de énfasis, toda vez que pretendemos sobredimen­sionar la escasa evidencia que tenemos para justi­ficar un argumento.

Algunas encuestas de opinión pública preten­den dar razón de un argumento o una idea cuando la muestra estadística es escasa.

Gerard A. Wagner demostró el impacto persua­sivo que se produce en la mente de las personas con la acumulación de gran cantidad de evidencia técnica.5 Un hecho concreto tiene más importancia persuasiva que una opinión vaga; sin embargo, el problema está en que la cantidad de la evidencia en la mente de las personas resulta más importante que la cualidad de ésta,6 lo que a la postre puede

51

Page 54: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

resultar peligroso si no se examina adecuadamente la calidad de la evidencia.

En el juicio a Cristo encontramos un uso maño­so de las escasas evidencias presentadas. Si exa­minamos con cuidado los distintos relatos de los evangelios, llegamos a la conclusión de que se pre­sentaron sólo dos testigos falsos, que lo acusaron sólo de decir que el templo sería destruido y que en tres días él lo reconstruiría (Mat. 26:61), (argu­mento que ya analizamos cuando vimos la falacia de equívoco). Luego vemos cómo el sumo sacer­dote fuerza una respuesta de Cristo y en base a ella clama: "¿Qué más necesidad tenemos de testi­gos?" (Mat. 26:65), todo lo cual constituye una pa­rodia.

3. Uso de evidencia reciente

Mientras más reciente sea la evidencia, más po­sibilidades hay de que sea considerada verdadera. Esto es más claro en situaciones donde se manejan informaciones del ámbito económico o médico. "Los estudios empíricos sugieren que la evidencia no familiar (novedosa) es más creíble que la fami­liar para producir un impacto en términos de cam­bio de actitud".7

Se puede caer en falacia al manipular la infor­mación reciente para convencer, desacreditando la

52

Page 55: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

información que se tiene y que resulta más fami­liar. Por otra parte, se puede caer en la paradoja de creer que "sólo" lo novedoso o reciente es verda­dero en desmedro de "verdades" que siguen siendo tales aunque no sean "nuevas".

4. Uso de evidencia de hechos concretos más bien que evidencias generales

John Kline descubrió que el uso de evidencia de hechos específicos (estadísticas, lugares, datos, etc.) son preferibles al uso de evidencias generales (caracterizadas por términos tales como "muchos", "más", "pocos"). 8

En este caso, se caerá en falacia toda vez que, sabiendo el impacto que tienen los hechos especí­ficos sobre el auditorio, se manipulen datos para dar la impresión de hechos comprobados o se usen datos no relevantes o no actualizados.

S. Uso de evidencias primarias antes que secun­darias

Es bien sabido que la evidencia primaria tiene más relevancia epistemológica que la evidencia se­cundaria, que se recibe vía interpretación o análi­sis.

Se cae en esta falacia toda vez que se toma co­mo verdad total, sin previo análisis, una informa-

53

Page 56: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

ción que se ha obtenido por vía secundaria. Las fuentes primarias -a las que supuestamente ha te­nido acceso quien la interpreta- es preferible en un grado muy superior a toda información que se obtenga de fuente secundaria.

En la Biblia -aunque se acepta sin lugar a du­das que hay inspiración- se usa el mismo criterio. Por ejemplo, en el caso de los evangelistas, los re­latos de Mateo y Juan resultan ser fuentes prima­rias, pues los autores fueron testigos directos de los hechos narrados. En el caso de Marcos hay una in­terpretación a partir de un relato obtenido -pro­bablemente- de Pedro. Y en el caso de Lucas, él mismo dice que consulta, investiga y luego escri­be. Obviar la interpretación no es correcto en este caso.

En la enseñanza y la predicación se cae muchas veces en el error de citar como verdad la interpre­tación secundaria que dan algunos autores acerca de algunos hechos. Una interpretación acerca de algún punto, por buena que sea, sigue siendo una interpretación que debe ser ponderada, cotejada y evaluada con la fuente original. Una persona que descalifica a un escritor por tal o cual idea que él expone, sin haberse tomado el trabajo de analizar por sí mismo esa idea en el contexto donde fue ex­presada, cae en esta falacia. Muchas interpretacio­nes son tendenciosas, parciales y carecen de todo

54

Page 57: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

fundamento. Determinar cuándo una interpretación es fidedigna es labor fundamental de quien se pre­cie de veraz.

6. Uso de evidencia de fuentes creíbles

Las fuentes de las evidencias tienen una impor­tancia fundamental, especialmente en lo que con­cierne a opiniones.

Es mucho más fácil producir cambios de acti­tud en personas que confían en las fuentes que se citan como autoridad que cuando no hay confianza en esa fuente. 9

Se cae en esta falacia cuando se desconoce este aspecto psicológico de la mente del auditorio. He visto muchas veces cómo las personas intentan justificar determinados acertos religiosos basados en la Biblia sin haberse detenido a averiguar si el interlocutor confía en las Sagradas Escrituras co­mo fuente creíble o válida. No lograremos persua­dir a menos que primero demostremos la credibi­lidad de la fuente que vamos a usar.

7. Uso de varias fuentes de evidencia

El uso de una sola fuente no resulta tan persua­sivo como el uso de varias fuentes. Esto, que re­sulta obvio, no siempre es respetado por quien quiere persuadir. Si queremos que algo tenga rele-

55

Page 58: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

vancia persuasiva para el interlocutor debernos fundamentar lo que argüimos con la mayor canti­dad de fuentes posibles.

Lucas, el médico, merced a la formación huma­nista y científica que tenía, entendía bien este pro­blema, por lo que expone explícitamente que para su investigación acerca de la vida de Cristo no se ha contentado con una sola fuente, sino que ha consultado una variedad de ellas. "Me ha parecido también a mi, después de haber investigado con di­ligencia todas las cosas desde su origen, escribír­telas por orden" (Luc. 1 :3). Esa es una lección que deberíamos aprender todos los que tenernos la mi­sión de persuadir.

8. Fundamentación basada en la calidad de la evidencia presentada

Todos los oradores suelen presentar ante sus au­diencias pruebas de la calidad de las fuentes usa­das. "Cuán específica y rigurosa sea la documen­tación dependerá de la situación específica." 10

Algunos pueden ser más específicos que otros. Sin embargo, la audiencia tenderá a asignar mayor cre­dibilidad a la fuente que dé muestras de ser más creíble. Será más confiable la fuente en la medida que demuestre tener relación directa con lo que se está exponiendo. 11

56

Page 59: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Eso demanda del exponente una gran habilidad para fundamentar adecuadamente la validez de la evidencia que presenta.

En este sentido se recurre a lo que los especia­listas llaman evidencia "basada en autoridad" .12 En el caso de los escritores bíblicos existe una cons­tante, especialmente entre los profetas, y es la de justificar sus acertos recurriendo a una fuente au­torizada superior, actitud señalada por la expre­sión: "Así dice Jehová" (véase Isa. 1:2; Jer. 1:2; Eze. 1 :3; Dan. 2:22; etc.).

Existen otros elementos en relación con el uso de evidencia, pero basten éstos para mostrarnos brevemente la necesidad de escoger adecuada­mente las evidencias que usaremos para justificar determinado acerto y decidir cuál es la mejor for­ma de usar esa evidencia.

La enseñanza y la predicación demandan vera­cidad; de otro modo, haríamos un flaco favor a dos instancias que deberían gozar de la mayor credibi­lidad.

1Keefe, Harte y Norton, lnrroduction ro Debate (N. York, Me Millan Publ., Co., lnc., 1982), p. 114.

2/b(d., p. l 06. 'Thomas B. Harte, "Audience Ability to Apply Test ofEvidence", Journal ofthe

American Forensic As.<Ociation 7 (otoño de 1971):109-15. Citado por Keefe, Harte y Norton, /bfd., p. 106.

'El subrayado es nuestro. 'Gerurd A. Wag.ner, "An Experimental Study of the Relative Effectiveness of

57

Page 60: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Varying Amounts of Evidcnce in a Persuasive Communication" (M.A. thesis, Mississippi Southem College, 1958). Citado por Keefe, Harte y Norton, lbíd., p. 106.

'John Saltiel y Joseph Woelfel, "lnertia in Cognitive Processes: The Role of Accumulated lnformation in Attitude Change," Human Communicarion Research 1 (verano de 1975): 333-44. Ellos estudian el cambio de actitud provocado por la canti­dad de información acumulada como un factor de control. Citado en Keefe, Harte y Norton, lbfd.

7McCroskey, "A Summary", pp. 174-75. Citado por Kecfe, Harte y Norton, lbfd., p. 107.

'John A. Kline, "Interaction of Evidence and Reader's lntelligence on the Effects of Short Messages", Quurrerly Journal of Speech 55 (diciembre de 1969): 407-413. Citado por Keefe, Harte y Norton, lbíd., p. 107.

'Irving D. Warren, "The Effect of Credibility in Sources of Testimony on Audience Attitudes Toward Speaker and Messagc", Speech Mongraphs 36 (noviembre de 1969): 465-458. Citado por Kcefe, Harte, y Norton, lbíd., p. 108.

10Keefe, Harte y Norton, lhíd., p. 109. ''Bradley S. Greenberg y Gemid R. Miller, "The Effects ofLow-Credit>le Sources

on Message Acceptance", Speech Monographs 33 (junio de 1966): 127-136. Citado en Kecfc, Harte y Norton, lbíd., p. 110.

"Keefe, Harte y Norton, /bíd., p. 114.

58

Page 61: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

CONCLUSION

Lo importante es dar a conocer el mensaje de salvación para este tiempo. No obstante, el fin no justifica los medios.

Rebajamos la verdad cuando pretendemos per­suadir con argumentos falaces. El Espíritu Santo no precisa de engaños para guiar hacia la verdad (Juan 16: 13).

Convertimos en falsa una verdad cuando intro­ducimos en ella elementos falaces. No existen ver­dades a medias. Una aseveración que contenga al­gún elemento falaz hace falso todo el argumento. Este principio básico en la ciencia suele ser olvi­dado en la vida cotidiana.

Algunos autores dudan de la veracidad de quie­nes persuaden. Stebbing hace en este sentido una diferencia entre persuasión y convicción. Según esta autora, la persuasión es de uso casi exclusivo del orador, y afirma que el fin de este es "inducir a la creencia a toda costa más bien que probar sus aseveraciones". En este sentido busca que sus oyentes "acepten sus conclusiones para las cuales él no ha ofrecido ninguna evidencia y que incluso pueden ser falsas". 1 En rigor, debemos admitir que

59

Page 62: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

muchos oradores usan argucias para convencer. Sin embargo, no concordamos con la autora en su aseveración de que todos los oradores "apelan a la emoción sin control" y que no recurren a las "con­sideraciones lógicamente pertinentes, sino al pre­juicio".2 Estos oradores que no apelan a la razón deberían ser definidos como "sofistas" o "dema­gogos", pero un predicador o un maestro cristiano no debería caer en este juego.

Creo que no sólo es posible sino también nece­sario que el orador recurra a los métodos de la con­vicción racional que usa esencialmente la "prueba razonada". 3 Esto implicará que haremos uso de ar­gumentos lógicamente bien construidos, que estén pensados para "convencer al intelecto" ,4 y en con­cordancia serán argumentos que tendrán como ca­racterísticas esenciales la "claridad, conexidad o pertinencia, ausencia de contradicción, demostra­bilidad y fuerza lógica". 5

El conocimiento preciso de las falacias del ra­zonamiento nos ayudará a no dejarnos engañar por argumentos falsos y a no usarlos para persuadir a otros.

Hacer esto demandará un gran espíritu crítico y mayor reflexión acerca de lo que se dice o escribe.

Para esto deberemos dar importancia no sólo al contenido del mensaje sino también al proceso por el cual es transmitido.

60

Page 63: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

Fischbein señala acertadamente que muchos comunicadores sociales se "han preocupado de descubrir variables que aumenten o disminuyan la 'persuasividad' de un mensaje dado, independien­te de sus contenidos". 6 Quien desee enseñar con verdad no puede darse ese lujo. El mensaje que se transmita con apego a la veracidad debe ser asépti­co. No debe contener ningún elemento que entur­bie el contenido.

Además, debemos tener en cuenta que la co­municación es un puente entre un receptor y un emisor. Pero no debemos obviar que el receptor posee información anterior que ciertamente influi­rá en lo que nosotros le digamos.

Otra especialista en comunicación señala que la información debe poseer:

a. Claridad: Un hombre normal no puede pen­sar nada más que una sola idea a la vez.

b. Concisión: Escoger los detalles más signifi­cativos, lo que supone sentido común y sentido de gradación. En esta área son admirables los publi­cistas de televisión, quienes en treinta segundos son capaces de transmitir múltiples ideas y con­ceptos.

c. Precisión: Decir exactamente lo que se quie­re. Los rodeos impacientan.

d. Discreción: No se mueven voluntades si se choca con sensibilidades.7

61

Page 64: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

e. Propiedad: Es decir ser atingente. f. Integralidad: Una información incompleta es

tan mala como una tendenciosa. Fischbein opina que una de las razones más im­

portantes del fracaso en la comunicación efectiva no es que las personas no acepten la información que se les da, sino que ésta es incompleta o ina­propiada.8

Dura tarea la que tenemos por delante. Es más fácil buscar argumentos falaces que intentar ser probos y honestos hasta las últimas consecuencias, pero nuestro es el deber de enseñar y predicar usando estrategias divinas que no se contaminan con nada que tenga apariencia de mal o que sea falso. Cristo no emitió palabras engañosas, ¿por qué habríamos de hacerlo quienes nos considera­mos sus seguidores?

1Stebbing, Introducción a la lógica moderna (México, Fondo de Cultura Económica, 1965), p. 265.

2/b(d. 3/bíd. 'lb íd., p. 266. 'lb íd. 'Fischbein, Revista de Psicología, pp. 313-314. 7Ricarda Castillo Romero, "Escribir para comunicar", Revista Educación [Puerto

Rico. (31):18-25, diciembre de 1970]. 'Fischbein, Ibíd., p. 328.

62

Page 65: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

BIBLIOGRAFIA

LffiROS

Copi, lrving. Introducción a la lógica, Buenos Aires, EUDEBA, 1962. Traducción del inglés: Néstor Núguez.

Hunneus, Pablo. Lo impensable, Santiago de Chile, Editora Nueva Generación, 1983.

Johnson, Paul. Intelectuales, Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1990. Traducción del inglés: Clotilde Rczzano.

Keefe, Carolyn. Harte, Thomas B. Norton, Laurence E. lntroduc­tion to Debate, New York, MacMillan Publishing, Co., Inc., 1982.

Kneale, William y Martha. El desarrollo de la lógica, Madrid, Editorial Tecnos, 1980.

Mitchel, David. Introducción a la lógica, Barcelona, Editorial Labor, 1968.

Packard, Vanee. Los atifices del derroche, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1961. Traducción del inglés: Florea! Mazía.

Rivano, Juan. Lógica elemental, Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1970.

Stebbing, L. Susan. Introducción a la lógica moderna, México, Fondo de Cultura Económica, 1965. Traducción de José Luis González. Revisada por C. W. K. Mundle.

Toffler, Alvin. El schock de/futuro, Barcelona, Plaza & Janes, S.A. 1982. 2da. edición. Traducción del inglés: J. Ferrer Aleu.

White, Elena G. de. La educación, Buenos Aires, Asociación Casa Editora Sudamericana, 1978.

White, Elena G. de. El camino a Cristo, Santiago de Chile, Servicio Educacional Hogar y Salud, 1990. 4" edición.

Whitc, Elena G. de. El Deseado de todas las gentes, Buenos Aires, Asociación Casa Publicadora Sudamericana, 1976.

Wicner, Norbert. Cibernética y sociedad, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1969. Traducción del inglés: José Novo Cerro.

OBRAS GENERALES Copleston, Frederick. Historia de la filosofía, Barcelona, Editorial

Ariel, 1982. Traducción: Juan Carlos García Borrón. 5" edi­ción.

Hirschberber, Johannes. Historia de la filosofía, Barcelona, Edito-

63

Page 66: Falacias. Errores en la persuasión. Miguel Angel Nuñez.pdf

rial Herder, 1974. Traducción del alemán: Luis Martínez G. Weiss, Juan Bautista. Historia universal, Barcelona, Tipografía La

Educación, 1929. Traducción del alemán: Ramón Ruiz Amado.

PUBLICACIONES PERIODICAS Castillo Romero, Ricarda. "Escribir Para Comunicar", Revista

Educación, Puerto Rico, (31 ), diciembre de 1970. Fischbein, Martin. "Comunicación persuasiva: Una perspectiva psi­

cosocial acerca de los factores qqe influyen en la efectividad de la comunicación". Revista de Psicología, Caracas, Universi­dad Católica de Venezuela, IV (3, 4), diciembre de 1977.

DIARIOS Kirpatrick, Jeane. "El crimen de Sakharov: Pensar pensamientos

Prohibidos", El Mercurio, domingo 1° de junio de 1986, D l. Vial Larrain, Juan de Dios. El Mercurio, 12 de junio de 1986, C 2.

64