fallo 259
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Poder Judicial de la Nación
TRIBUNAL ORAL FEDERAL DE GENERAL ROCA
SENTENCIA Nº 20/2.013: En la ciudad de General Roca,
Provincia de Río Negro, a los 23 días del mes de DICIEMBRE
del año dos mil trece se reúne el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal de General Roca integrado por el Dr.
ORLANDO ARCANGEL COSCIA como Presidente y los Sres. Vocales
Dr. ARMANDO MARIO MARQUEZ y Dr. EUGENIO KROM, asistidos por
la Sra. Secretaria Dra. ELIANA BALLADINI para dictar
sentencia en los autos caratulados “DELVAS, SERGIO GERMÁN –
FUENTES, MARIO ALBERTO S/LEY ESTUPEFACIENTES”, Expediente N°
752 – Fº 252 – Año 2.011 del registro del Tribunal,
originario N° 7876/2010 del Juzgado Federal de 1º Instancia
de San Carlos de Bariloche, Río Negro, causa que fuera
seguida contra: SERGIO GERMÁN DELVAS, alias “CHEKO” titular
del D.N.I. Nº 22.473.812, argentino, nacido el 18 de febrero
de 1972 en la ciudad de Neuquén, provincia homónima, hijo de
José Antonio y de Ana María VILLANUEVA, soltero, con
instrucción secundaria incompleta, de profesión mecánico,
domiciliado en calle 5 del Barrio Gregorio Álvarez, Neuquén,
asistido por la Sra. Defensora Pública Oficial ad-hoc, Dra.
Gabriela LABAT. Y contra MARIO ALBERTO FUENTES, alias
“CACHI”, identificado con el D.N.I. Nº 26.810.227,
argentino, nacido el 28 de agosto de 1982 en Neuquén,
provincia de homónima, hijo de Remigio y de Mirta RIQUELME,
soltero, actualmente desempleado, con domicilio en Barrio
Fonavi, Tira 3, Entrada “B”, 1º Piso “A” de la ciudad de
Neuquén, bajo la asistencia técnica del Sr. Defensor de
confianza, Dr. Juan Carlos RIOS IÑIGUEZ. Concurrió además al
debate la Sra. Fiscal del Tribunal, Dra. Mónica BELENGUER.
En la requisitoria de elevación a juicio (fs.343/357) el
Fiscal de grado Dr. Jorge BAGUR CRETA, atribuyó a MARIO
ALBERTO FUENTES haber tomado parte a sabiendas en el
transporte de estupefacientes llevando consigo y en el
interior de su mochila -ocho envoltorios de sustancia
vegetal prensada embalada en cinta marrón “ladrillos”;
cuatro envoltorios de nylon que contenían sustancia vegetal;
y tres envoltorios enfundados en cinta marrón, que contenían
un total de treinta porciones de sustancia blanca compactada
“tizas”- y dentro de su morral –cuatro envoltorios de
sustancia vegetal prensada embalada en cinta marrón-, a
bordo del coche de la empresa “El valle”, desde la provincia
de Neuquén, con destino a la ciudad de Bariloche, provincia
de Río Negro, concretamente en la terminal de ómnibus de esa
ciudad, en donde personal policial requirió su
identificación el día 24 de febrero de 2010 a las 05.00
horas.
En cuanto a SERGIO GERMÁN DELVAS el hecho que se le imputa
consistió en haber cooperado de un modo no imprescindible a
la ejecución del transporte de estupefacientes que ejecutó
Mario Alberto FUENTES, ya que salió al mismo tiempo y con
similar itinerario que el medio en el que viajó el
transportador de Neuquén hacia Bariloche, se conocía con
FUENTES y estaba registrado en la agenda telefónica de éste,
buscó averiguar por teléfono sobre la situación de que quien
ya había llegado a destino al llamarlo al aparato que
portaba, y se hizo presente en la estación terminal donde se
debía hallar el carguero mostrando que buscaba a alguien,
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presumiblemente para retirar la droga que aquél había
trasladado y debía entregar.
Calificó la conducta de los imputados como tráfico de
estupefacientes en la modalidad de transporte asignándole a
FUENTES responsabilidad a título de autor y a DELVAS,
responsabilidad en calidad de partícipe secundario (arts. 45
y 46 del Código Penal, 5° inc. “c” de la Ley 23.737). Dicho
encuadre coincide con el fijado en el resolutorio obrante a
fs.179/191.
Las partes formularon sus alegatos en la audiencia de
debate. A continuación se transcriben sus respectivas
posiciones en sus tramos más destacados.
Así la Sra. Fiscal General, Dra. Mónica BELENGUER dijo: que
en primer término va a acusar por el hecho, autoría y
participación por la que los acusados vienen requeridos a
juicio en esta causa. Hizo referencia al procedimiento
llevado a cabo en la terminal de ómnibus de la ciudad de San
Carlos de Bariloche el día 20 de marzo de 2010, y a la
declaración del personal policial y de los testigos del
procedimiento, indicando que todo lo acontecido surge con
claridad en el acta procedimental la cual fue labrada con
los recaudos previstos por ley. En ese contexto relató que
FUENTES se trasladó desde la ciudad de Neuquén a San Carlos
de Bariloche y que al ser interrogado respecto del material
estupefaciente que llevaba consigo afirmó que el mismo no
era de su propiedad, que alguien lo venía a buscar, luego
aseguro que no sabía que transportaba, pero sí que había un
precio por el traslado. A esa Fiscalía le cuesta creer que
FUENTES no sabía qué transportaba; a lo sumo debía
presumirlo ya que iba a recibir un pago por ello, tuvo el
dominio, el acceso y el conocimiento de lo que transportaba.
Por otro lado, la versión de DELVAS de que en la búsqueda de
un kiosco, el de la terminal de colectivos era el único que
se encontraba abierto, no fue acreditada, sumado a ello
poseía en su agenda telefónica como contacto a FUENTES, con
quien intentó comunicarse minutos antes de que el primero
arribara a la estación de ómnibus. Alegó que el transporte
de estupefacientes se configura con el solo hecho de
trasladar la droga, y que esa Fiscalía estaba convencida de
que FUENTES fue prácticamente un instrumento en el
transporte del material estupefaciente a cargo de DELVAS,
puesto que de la pericia del celular de éste último surgía
claramente que se dedicaba al tráfico de estupefacientes. Lo
cierto es que la droga fue secuestrada bajo el dominio de
FUENTES, la cooperación de DELVAS no fue imprescindible para
la ejecución. Acusó a ambos imputados por el delito de
transporte de estupefacientes. Solicitó que a FUENTES se le
imponga la pena de 4 años, más multa de $400, accesorias
legales y costas del proceso. En orden a DELVAS, peticionó
se le imponga la pena de dos años de ejecución condicional,
multa de $225, accesorias legales y costas del proceso. Por
último requirió, respecto del vehículo secuestrado en autos,
cuya utilización para cometer el delito no fue acreditada, y
debido a que la titular registral del automotor no es
imputada en la causa, se restituya el automotor a la misma.
A su turno, alegó la Dra. LABAT, Defensora Pública Oficial
del imputado Sergio German DELVAS quien planteó la nulidad
de la requisa de la camioneta, por realizarse sin orden
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judicial, sin expresar los motivos de urgencia y su
realización en horario nocturno. Afirmó que no existe
certificación de una comunicación telefónica con el juzgado
federal para que se procediera como se hizo; tampoco se dejó
constancia actuarial de haber recibido un llamado del
Principal de P.F.A ROMERO. Indicó que a fs. 96 existía un
decreto, fechado dos días después del procedimiento, donde
el juez hace una especie de relato del procedimiento, que no
se corresponde con lo que sucedió. Además aseguro que los
testigos no corroboraron el procedimiento y no existía
motivo suficiente para actuar, que el juez autoriza a
proceder basándose en el art.230, por lo que debía estar
debidamente fundado y no lo hace por el 230 bis, no había
razones de urgencia. Respecto al llamado que se le achaca a
DELVAS, esa Defensa considera que existe una falta de lógica
puesto que el supuesto llamado tiene hora 06.02 hs. y el
procedimiento se efectuó a las 05.30 hs.; por lo que FUENTES
ya había sido detenido y DELVAS interceptado. También
plantea la nulidad de la requisa personal, la misma se llevó
a cabo sin orden y no existían motivos suficientes para
detener y requisar a DELVAS, ni siquiera circunstancias
previas o concomitantes que lo justificaran. Además dicha
requisa no fue presenciada por dos testigos hábiles, sólo
con un testigo civil. Otra nulidad que esa Defensa quiere
formular es la de la indagatoria de fs.109/111 y de fs.
174/175, debido a que en las mismas no se detalló toda la
prueba que había en la causa, se lo indagó por algo que
presumían era droga, no se hizo pesaje, ni pericia química.
Posteriormente a la segunda indagatoria, se efectuó el
examen pericial; pero ni éste ni los mensajes de texto le
fueron imputados a su asistido en ese acto. Por otro lado
los testigos HUENCHOCOY y OYARZO PINO recordaron que se
intercepto una camioneta pero no pudieron dar más detalles;
INFANTE brindó tres versiones distintas, y el Principal
ROMERO sólo recordaba haber realizado consulta con el
Secretario del Juzgado y que éste le dio directivas. En
definitiva, afirmó que todo lo que se hizo respecto de su
asistido es nulo de nulidad absoluta por haberse violado
garantías constitucionales; los elementos de prueba; y la
falta de ratificación del procedimiento por los testigos;
toda esa duda favorece a su defendido. Los elementos
objetivos no han sido configurados y el Ministerio Público
Fiscal no ha aportado ninguna prueba que asegure que la
intención de DELVAS era compartir la droga con FUENTES.
Además, explicó que la participación secundaria exige
también una intención, una convergencia con el otro en el
hacer. En definitiva solicita la absolución lisa y llana de
su asistido, por las nulidades planteadas; secundariamente
la absolución por atipicidad por no acreditarse el elemento
subjetivo que requiere la figura penal y subsidiariamente
por la duda en virtud del art.3 del CPPN.
Finalmente, expuso su alegato el Dr. RIOS IÑIGUEZ, Defensor
Particular de FUENTES. Comenzó diciendo que adhiere a todas
las nulidades planteadas por la Sra. Defensora Oficial. En
ese sentido afirmó que se está ante un procedimiento
violatorio de normas constitucionales procesales, porque se
efectuaron requisas sin autorización judicial alguna. Se
procedió sin testigos al abrir el bolso de FUENTES.
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Peticionó la nulidad de la indagatoria, adhiriendo a los
argumentos de la defensa de DELVAS y también porque la
ampliación de la indagatoria de su cliente se realizó sin su
presencia. Así explicó que el día 22 de marzo su defendido
es llamado a prestar declaración indagatoria bajo la
asistencia de la defensora oficial, Dra. FARIÑA, en esa
oportunidad FUENTES no se prestó al acto. Un día después,
esa Defensa se hace presente en la comisaría de Bariloche,
acepta el cargo de defensor de confianza de FUENTES, fijando
domicilio a los efectos legales en los estrados del Juzgado
de esa ciudad. El día 28 su cliente presenta una carta
manuscrita pidiendo se le otorgue la oportunidad de
declarar, esa defensa es notificada de que el día 31 de
marzo se tomaría la ampliación de la indagatoria al incuso.
En ese acto el juez, estando a su aceptación de defensor de
confianza de FUENTES, lo dejó en estado de indefensión.
Manifiesta que el juez no debió autorizar su declaración,
por el art.104 del C.P.P.N. Citó el fallo de la C.S.J.N
dictado en los autos: “NUÑEZ, Ricardo Alberto”. Dijo que con
muy escaso argumento la Fiscalía entiende que su cliente
sabía lo que llevaba, y esa Defensa se pregunta ¿si no sabía
que llevaba en su mochila, puede llevar a una condena?. No
le parece suficiente. El argumento sostenido por la Fiscalía
de que FUENTES fue un instrumento, le sirve, porque el
instrumento no razona. Expone que esa Defensa ha acompañado
informes médicos, no plantea la inimputabilidad, sino la
adicción exteriorizada por FUENTES, lo que lo ha colocado en
una situación donde le cuesta decir que no. Su cliente tiene
características de abulia porque fue usado, y presenta
alguna lentitud psíquica. A FUENTES lo usaron para llevar un
bulto, pero alguien se le pasó, si no se encuentra
acreditado que él sabía, no está acreditada la tipicidad de
su conducta, por lo que lisa y llanamente dejo peticionada
la absolución de su cliente.
Seguidamente el Sr. Presidente le concedió la palabra a la
Sra. Fiscal invitándola para que diga cuanto estimara
pertinente en punto a las nulidades articuladas, y en su
caso hiciera uso del derecho a réplica. Centrada únicamente
en responder los planteos nulidicentes dijo que el
procedimiento llevado por los preventores fue dentro de sus
atribuciones, no se afectó derecho constitucional alguno, se
pidió autorización al Juzgado. En cuanto a la nulidad de la
indagatoria, consideró extemporáneo al planteo por ser la
primera oportunidad que se introduce, agregando que se han
respetado las formalidades de ley, propiciando el rechazo
total por el principio de preclusión de los actos
procesales.
Los imputados no hicieron uso del derecho a pronunciar
palabras finales.
Cumplido el proceso de deliberación establecido en el
artículo 396 del CPPN, el Tribunal conforme lo autoriza el
segundo párrafo del artículo 398 del ordenamiento ritual
efectuó el sorteo surgiendo el siguiente orden para la
votación: Dr. COSCIA, Dr. MARQUEZ y DR. KROM. Se estableció
para resolver el caso el planteamiento de las siguientes
cuestiones:
PRIMERA:
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¿Corresponde hacer lugar a las nulidades propuestas como
defensas de fondo?
SEGUNDA:
¿Existió el hecho; fueron sus autores los imputados?
TERCERA:
¿Qué calificación legal cabe asignarles?
CUARTA:
¿Qué sanción les corresponde a los acusados; deben cargar
costas procesales?
PRIMERA CUESTION:
¿Corresponde hacer lugar a las nulidades propuestas como
defensas de fondo?
El Dr. ORLANDO A. COSCIA dijo:
En sus alegatos los letrados interpusieron diversos planteos
que por razones de orden metodológico trataré con carácter
preliminar, agrupándolos según especies comunes arrimadas
por ambos defensores. Veamos entonces los respondes a cada
una de las pretensiones instauradas.
I. Nulidad de las requisas:
La Sra. Defensora Oficial, en importante esfuerzo
argumentativo, solicitó se declaren nulas las requisas
practicadas por la autoridad policial al momento de ser
llevados a cabo los procedimientos bajo análisis.
Concretamente sobre la requisa personal efectuada sobre
DELVAS dijo que fue realizada sin orden judicial, no
existiendo motivos suficientes ni circunstancias previas o
concomitantes que la justifiquen. En relación a la
inspección de la camioneta Ford Ranger, doble cabina,
dominio IJT-189 que conducía su asistido al momento del
procedimiento, también postuló su nulidad. Sostuvo que dicha
inspección fue realizada sin orden judicial, sin expresar
los motivos de urgencia que autorizaban tal proceder, en
horario nocturno y sin constancia actuarial en el expediente
de conocimiento de la magistratura.
Dijo que el art. 230 bis –último párrafo CPPN- concede
“amplias” facultades a las fuerzas de seguridad, aunque
exige la existencia de determinadas circunstancias que en el
sumario traído a juicio no se vieron cumplidas. Concluyó que
en el proceso se produjo una ofensa a la intimidad de su
defendido al haberse practicado una requisa personal y
vehicular irrespetuosa de derechos y garantías superiores.
En ese lineamiento el Dr. RIOS IÑIGUEZ, defensor de
confianza del acusado FUENTES, adhirió en todos los términos
a los planteos formulados por la Dra. LABAT. Sostuvo que fue
un procedimiento violatorio de normas constitucionales y
procesales al efectuarse requisas sin autorización judicial.
La Fiscal General BELENGUER demando el rechazo de los
pedimentos. Aseguró que los preventores actuaron dentro de
sus atribuciones, sin afectar derecho constitucional o
procedimental de los acriminados.
Nulidades de declaraciones indagatorias:
En segundo lugar la Defensa Oficial de DELVAS peticionó
también se nulifique la declaración indagatoria prestada por
su asistido a fs. 109/111 y 174/175. Centró su argumento en
la falta de enunciación de la prueba. Explicó que tampoco se
había practicado pericia química sobre el material
estupefaciente y que una vez realizado el estudio técnico,
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no se incluyó como elemento de cargo en una ampliación de
indagatoria.
El abogado RIOS IÑIGUEZ, también formuló la nulidad de la
declaración indagatoria tomada a FUENTES con carácter
ampliatorio. Dijo que este acto procesal se llevó a cabo sin
la asistencia técnica a su cliente, estando él legalmente
designado, afectándose con el ello los derechos de FUENTES.
Una vez más la Fiscal General se expidió por el rechazo de
las temáticas arrimadas. Entendió al planteo de RIOS IÑIGUEZ
extemporáneo; entendió correcta la enunciación formulada en
las indagatorias, previo confronte de los contenidos que
exponen.
Puesto a resolver cuanto han peticionado las partes a título
preliminar, propongo al acuerdo que lidero el rechazo total
de sus pretensiones, según los fundamentos que a
continuación postulo.
I.- En primer lugar, las requisas efectuadas por personal de
Policía Federal Argentina, Delegación San Carlos de
Bariloche (Delitos Federales y Complejos). Cabe repasar,
entonces, las circunstancias y formas de su realización para
recién allí inspeccionar las invocadas violaciones
normativas.
Pues bien, el acta de inicio agregada a la discusión final
como elemento de prueba, sin oposición u objeción de partes,
y que aparece por tanto como instrumento público que goza de
plena fe, se ha encargado de aclarar desde sus primeras
líneas las circunstancias de su realización; “…que debido a
la escasez de control policial que hay entre la franja
comprendida en horario de 04.00 a 09.00 hs, en la fecha
siendo las 05.00 se implanta un selectivo control
poblacional en la estación de ómnibus de la ciudad, sobre
pasajeros de distintos micros que arriban a este medio,
utilizando para ello can rastreador. Que siendo las horas
05.30 aproximadamente arriba el primer micro siendo de la
empresa El Valle procedente de la ciudad de Neuquén del cual
descienden algunos pasajeros, en ese momento se comienza a
interceptar a algunos, más aquellos que portaban bolsos de
mano y mochilas…” (cfr. fs 01/05).
El escenario recreado por la autoridad, visto en sinnúmero
de casos por este Magistrado, ejecutado por diversos
organismos de seguridad que operan territorialmente en éste
circuito federal, no puedo sino inscribírselo con urgencia
interpretativa en una actuación de tipo ordinaria, propia de
esa agencia nacional de investigación. Entre múltiples
funciones, dedica su esfuerzo a desplegar tareas de
prevención y persecución de conductas ilícitas previstas en
la ley 23.737, apareciendo casi como la función primordial
en el ámbito “interior” del país.
Actuación por otra parte inscripta en planes de trabajo
preestablecidos por la superioridad, ejecutados de acuerdo a
cuanto autoriza y obliga su propia carta orgánica de
funcionamiento con ajuste, claro ésta, a la norma procesal
penal vigente. Análisis preliminar que adverso a cuanto se
verifica en los grandes centros urbanos, resulta un
despliegue policial ejecutado con un reducido número de
agentes, únicos representantes de esa fuerza federal en una
zona tan extensa como dura desde lo geográfico a lo
climático, y ciertamente alejados de cualquier apoyo de
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otras unidades colegas en un radio inmediato de cientos de
kilómetros a la redonda.
En ese despliegue rutinario, al menos uno de los ciudadanos
requeridos –identificado luego como el hoy procesado
FUENTES– negó primero poseer documentos de identificación
personal para inmediatamente contestar con “evasivas” (sic)
a los requerimientos de policías federales individualizados
como tales.
Fue precisamente esa conjunción de situaciones
(indocumentación del sujeto más respuestas elusivas a
preguntas), en el marco de un control común y general de
prevención, lo que alertó a los agentes y los condujo a
intensificar y ampliar el nivel de injerencia sobre los
derechos del sujeto requerido. Y fue esa la experiencia
profesional y precedente en cumplimiento de esas funciones,
posicionados frente a un sujeto sospechoso, lo que los
decidió convocar al otro uniformado junto al can adiestrado
en la detección de narcóticos.
Entonces “…Al pasar el perro por la mochila y el bolso tipo
morral que esta persona portaba, el animal señala como que
ambos podrían contener sustancias estupefacientes…”, momento
en el cual el sujeto pesquisado dijo “NO ES MIA ME VIENEN A
BUSCAR” (ver acta citada).
Con ello acontecido, convocaron inmediatamente a testigos
civiles para asegurar al sujeto demorado y sus elementos
sospechados de criminalidad, a la postre requisados
materialmente con resultado “positivo”, en el argot
policíaco. Concretamente este fue el secuestro obtenido: en
la mochila, 12 de ladrillos de marihuana y 33 tizas de
cocaína; en el morral: cuatro ladrillos de marihuana; y en
poder del pasajero DNI Nº 26.810.227 a nombre de MARIO
ALBERTO FUENTES y teléfono celular negro marca SANSUNG.
Y aquí corresponde hacer un punto en el repaso de la
situación. Ello así para afirmar, fuera de toda duda
razonable que, al amparo del cuadro fáctico recreado y
establecido para la causa, no desconocido además por los
involucrados, que los parámetros y permisos del artículo 230
bis del rito procesal penal (concurrencia de circunstancias
previas o concomitantes que razonada y objetivamente
permitan justificar medidas de intrusión sobre los derechos
constitucionales de una persona) han encontrado comprobación
ajustada a derecho y jurisprudencia vigente en el caso
juzgado.
Ya desde hace tiempo en “FERNANDEZ PRIETO” (FALLOS 312:2947)
se introdujo el concepto de “causa probable” o “sospecha
razonable” a fin de convalidar la requisa y detención de una
persona sin orden judicial, siempre que fuera advertido que
sujetos actuaran de “manera sospechosa”, aunque no sin
invitar para una mejor validación del estándar a escrudiñar
cuidadosamente la totalidad de las circunstancias del caso
(“the whole picture”).
En ese lineamiento, validado posteriormente por la
disposición en estudio, tengo para mí que una consideración
en conjunto total de las circunstancias comprobadas en la
emergencia, habilitaron correctamente la actuación policial
autorizando a subsumir adecuadamente su proceder en el tipo
adjetivo que se invoca, sin posibilidad de error.
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“Es importante resaltar que no se trata de impedir a los
miembros de las fuerzas preventoras para que se guíen por su
experiencia y habilidad profesional en el cumplimiento de
sus obligaciones legales. Lo verdaderamente relevante es que
el funcionario actuante sepa brindar los verdaderos motivos
que sustentaron su accionar… Sólo así podrá ser sometida
posteriormente al escrutinio imparcial de la autoridad
judicial competente, para su debido control…” (Causa nº
452/13, CFCP Sala III, “RICOTTA, Leonardo s/ recurso de
casación”. Registro 2182/13, sentencia del 13/11/13).
Pero es más, cuanto aquí expongo en contra del estado de
inocencia que protege al inculpado, no se abastece solo del
acta de inicio a la que hice referencia. Idéntica secuencia
procedimental fue explicada por declarantes ante el plenario
oral y público (ROMERO, HUENCHOCOY, BUSTOS, INFANTE, etc.)
como así también reconocida en declaración indagatoria ante
el juez de sección por FUENTES, constituida en “fuente de
prueba”, aunque no sin agregar elementos vinculados a su
propia estrategia de defensa material (testigos e
indagatoria sobre los que volveré más abajo).
Pero en la obligación de ofrecer fundamentación razonada y
legal a esta postulación sentenciante, el corte analítico
establecido supra debe ser superado para proseguir en la
tarea de recreación histórica del suceso, aunque ahora
vinculado a DELVAS, respecto de quien también se peticionó
la nulidad de procedimiento de requisa.
Y para ello deseo retomar una situación a la que atribuyo
especial trascendencia y que fuera transcrita en los
párrafos que anteceden. FUENTES manifestó espontáneamente al
personal policial “…no es mía, me vienen a buscar…”. Esta
manifestación, cuestionada por los abogados defensores, en
mi criterio se ajusta a la más absoluta verdad de lo
acontecido. Ello lo afirmo no solo por lo escuchado en
audiencia a los testigos (para el caso INFANTE, etc., sin
existir motivos para dudar de la verdad de sus afirmaciones)
sino también a propósito de interpretar cuanto aconteció en
la secuencia bajo análisis desde la lógica, la psicología y
la experiencia común.
Y digo ello porque hasta ese mismo momento el personal
policial actuante se encontraba operando de manera
concentrada y única en relación al sospechoso FUENTES, no
teniendo dato, informe, constancia, ni tan siquiera
presunción de otro sujeto involucrado en la maniobra
ilícita.
La única forma por la que puedo explicar la aparición en
escena de DELVAS es en tanto y cuanto se le otorgue plena
credibilidad a la manifestación espontánea de FUENTES. Dicho
de otro modo, si FUENTES no se hubiera expresado de esa
forma, DELVAS no hubiera aparecido en el acto para los
agentes policiales porque justamente el procedimiento era
ordinario y de rutina sin inteligencia previa.
Más claro aún, para quienes conocemos el lugar de
ocurrencia de los hechos, es factible visualizar a los
policías trabajando con la situación de FUENTES y girando
recién a partir de las manifestaciones del mismo hacia las
dársenas de estacionamiento a propósito de la declaración
espontánea de aquel, instante en el que detectan al otro
sujeto estacionando un automotor y bajando en forma
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inmediata en la búsqueda de un tercero, tal como reflejó el
acta y explicaron en audiencia. Todo, claro está, facilitado
por lo temprano del horario del evento y la poca o nula
circulación de gente y rodados en el área.
Y a propósito de la protesta de los abogados en
esta cuestión preliminar, bien vale recordar que según el
acta de inicio “…ante la presunción de que este sujeto
viniera a buscar a la otra persona, se lo intercepta. Acto
seguido se promueve consulta con el Secretario del Juzgado
Federal de esta ciudad, Doctor Walter DA SILVA, quien
interiorizado de los pormenores de lo que estaba
aconteciendo, y con anuencia de S.S., dispuso: 1) Aprobar lo
actuado hasta el momento; 2) Se proceda requisar la mochila
y el bolso que el perro había marcado; 3) Identificar a los
ocupantes de la camioneta y requisarla; 4) Con el resultado
nueva consulta…”.
De forma tal, bien puede concluirse, que una vez más por
facultades propias de la autoridad policial, y ahora incluso
con autorización judicial, se procedió a identificar al
ocupante del rodado. Ese resultó ser Sergio Germán DELVAS, a
quien se le procedió a dar lectura de sus derechos y
garantías de ley, con la demora subsecuente.
Requisado el vehículo en presencia de testigos de
actuación fue secuestrado –de una gaveta ubicada a la altura
de la caja de cambios- un envoltorio de nylon color blanco
conteniendo sustancia polvorienta del mismo color similar en
aspecto a clorhidrato de cocaína, como así también un
teléfono celular marca “NOKIA” y otro marca “SAMSUNG”. Y del
bolsillo delantero derecho del buzo tipo ‘canguro’ que
vestía el sospechoso, otro envoltorio de nylon que contenía
una ‘piedrita’ de color blanca de la misma sustancia.
Por tanto es claro que la actuación policial en
relación a DELVAS tuvo la intervención de la autoridad
judicial competente a los fines de autorizar la requisa de
su persona y del vehículo que había estacionado en la misma
vía pública, en inmediaciones del procedimiento que se venía
realizando a la persona de FUENTES, ya demorado y sospechado
de criminalidad.
Es claro entonces que la autorización encontró para policías
y autoridad judicial fundamento razonado y concomitante en
cuanto venia aconteciendo con el otro sujeto, sin otra
explicación posible, atento la evidente relación entre
ambos.
Por todo lo expuesto, tal lo anticipado, se rechazan
las nulidades impetradas por ambos abogados defensores y
anunciadas en el acápite, vinculadas a nulidades de requisas
personales y de rodado, libre de imposición de costas. Así
lo propongo al acuerdo que lidero.
II.- En segundo lugar y en punto a la nulidad de las
declaraciones indagatorias formuladas por las partes,
corresponde separar los respondes.
En lo atinente a la descripción de la prueba anexada a las
actas de las declaraciones del imputado DELVAS (fs. 109/112
y 174/175), del repaso de las mismas, se observa una
adecuada descripción del hecho del proceso en circunstancias
de tiempo, lugar, modo y personas, como así también una
concreta descripción de los elementos probatorios materia de
secuestro. Se encarga a su vez el instructor de enunciar los
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elementos de cargo al indagado aunque, vale aclarar, sin
identificar concretamente los mismos. Tengo para la decisión
que ese último detalle no puede pulverizar de nulo el acto,
en tanto el magistrado de sección aclara que los mismos le
fueron enunciados, no poseyendo razón (sea propia, sea
otorgada por los curiales) para dudar de la verdad de cuanto
atesta ese instrumento público.
En ese tránsito deja también constancia el acta que el
sujeto requerido comprendió el hecho materia de imputación y
las pruebas obrantes en su contra.
De manera tal que, según mi entendimiento, las disposiciones
relativas a las actas y particularmente a la forma y
contenido de la indagatoria (art. 298, 299, 300, 301 y
ccdtes. Del C.P.P.N.) se encuentran ciertamente cumplidas,
motivo por el cual el reclamo no puede prosperar.
Mención aparte merece el reclamo del Sr. abogado RIOS
IÑIGUEZ cuando protesta de nula de la declaración de
indagatoria prestada por FUENTES en su ausencia y sin su
asistencia profesional.
Inicialmente FUENTES fue convocado a declarar
indagatoriamente a fs. 106/107 donde luce asistido por la
Defensa Oficial, oportunidad en la cual no se prestó al acto
indagatorio. Designado por el encausado letrado de confianza
–ver fs. 119/120-, el profesional constituye domicilio en
los estrados del Tribunal.
A fs. 148 solicita audiencia con el Sr. Juez a cargo del
Juzgado Federal y concedida la misma a fs. 153 peticiona
ampliar su declaración indagatoria; eso despacha
favorablemente según providencia que luce a fs. 154,
designándose audiencia para dos días después. Se libra
cédula al profesional según consta a fs. 162.
Abierto el acto de ampliación indagatoria en fecha y hora
fijada, FUENTES ratifica la designación del Dr. RIOS IÑIGUEZ
de fs. 118 “…señalando que no resulta necesario que el
nombrado se encuentre en el acto y que no requiere
entrevistarse previamente con él…”, sustanciándose el acto
ahora cuestionado.
En tales condiciones es claro que el profesional fue
anoticiado en forma y condiciones de ley; y que su ausencia
al acto se explica por la sola voluntad de aquel y no por
déficit de comunicación oficial o incumplimiento de
disposiciones legales vigentes. Sabido es que la asistencia
del abogado al acto indagatorio es un derecho del imputado
antes que un derecho del profesional que lo asiste, bastando
la comunicación previa a sustanciar la medida. En el
particular, el juez a quo cuidó las formas y las garantías
ofreciéndole el contacto previo con el letrado, lo que
FUENTES rechazó, manifestando además claramente su voluntad
de declarar sin la presencia del mismo.
En ese sentido, la norma dispone la facultad por parte del
imputado de mantener una entrevista previa con el letrado
que proponga, posibilidad de entrevista que constituye una
garantía procesal que asegura la defensa del incuso. Por
ello se ha dicho que: “…Los derechos a la entrevista previa
a la indagatoria con el defensor y a la asistencia de éste
al mismo acto, son una facultad reconocida en interés del
imputado y no de la defensa, por lo que el primero puede
renunciar a ellos” (Tribunal Oral Crim. Nº 9, in re
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“Navarrete, Carlos R.”, rta. El 20/4/1993 en LA LEY, 1993-D,
369-DI1994-1-446).
No observo entonces afectado el derecho de defensa del
sujeto investigado en tanto surge claramente comprobado que
el mismo en todo momento dispuso de la facultad de contar
con asistencia letrada tanto previa como simultánea a su
declaración, reclamando además declarar sin el
apersonamiento del letrado de confianza, al cual, por otro
lado, se ocupó de ratificar.
Finalmente tengo también para esta decisión la falta de
requerimiento escrito o actuado (por vía telefónica o aún
por medio electrónico) por parte del Dr. RIOS IÑIGUEZ
requiriendo la suspensión de la audiencia que se le había
notificado por imposibilidad profesional o personal de
comparecer, todo lo cual se encontraba a disposición del hoy
reclamante. En ese sentido la Cámara Nacional de Casación
Penal, Sala II, in re “Guillen Varela, Juan W. y otros”,
rta. El 18/11/1993, dijo: “Siendo el imputado el titular de
todas las garantías que rodean al juicio, corresponde al
mismo decidir contar o prescindir del asesoramiento o
entrevista previsto en la última parte del art. 197
C.P.P.N., siendo exigencia que el defensor designado sea
notificado oportunamente”.
Por estos fundamentos también rechazo entonces la nulidad
incoada por el letrado, libre de imposición de costas, lo
cual así lo propongo. MI VOTO.
El Dr. ARMANDO M. MARQUEZ dijo:
Que adhiero a la solución vertida por el colega
preopinante.-
El Dr. EUGENIO KROM dijo:
Que concuerdo con el análisis realizado en el voto
precedente, por lo que adhiero al mismo.-
SEGUNDA CUESTION:
¿Existió el hecho; fueron sus autores los imputados?
El Dr. ORLANDO A. COSCIA dijo:
1. El hecho imputado y la defensa material esgrimida:
Que en ocasión de recibírsele declaración indagatoria a los
imputados DELVAS (fs.109/112 y 174/175); y FUENTES (fs.
106/107; y 168/170) se les hizo conocer el hecho atribuido y
las pruebas obrantes en el legajo en su contra.
FUENTES, sólo se prestó al acto indagatorio en la segunda
ocasión. Allí manifestó que jugando al fútbol en una cancha
de la ciudad de Neuquén, se encontró con un joven, al cual
conocía como “Sebastián”, que éste le propuso trasladar
algunas cosas hasta la ciudad de Bariloche a cambio de
$1.000. Que ante la falta de recursos, el dicente accedió y
en la terminal de ómnibus de Neuquén, “Sebastián” le entregó
una mochila, la cual no abrió en ningún momento,
desconociendo su contenido; y que al arribar a la ciudad de
Bariloche le fue secuestrada. Preguntado por el Juez de
grado acerca de si en algún momento sospechó que podía estar
transportando sustancia estupefaciente, el incuso afirmó: “…
yo algo imaginé, pero lo hice más que nada por la plata ya
que no tengo trabajo…”.
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Por su parte, el imputado DELVAS, sólo declaró en una
oportunidad, allí negó tener conocimiento alguno respecto de
FUENTES, y del material estupefaciente secuestrado a éste.
Explicó que ese día regresaba de la ciudad de Neuquén hacia
la localidad de Bariloche donde tiene un terreno. Que detuvo
su marcha en la terminal de ómnibus barilochense a los fines
de comprar algo en el kiosco, porque sabía era el único
local que podía hallar abierto, y que en esa circunstancia
se encontraba cuando fue demorado por los agentes
policiales. Respecto de la llamada realizada a FUENTES, que
su teléfono celular registrara, dijo desconocerla.
2. Valoración de los elementos de cargo:
Cuanto fuera expresado en los parágrafos que anteceden, más
precisamente todo lo referido al procedimiento policial, la
interceptación de personas, pertenencias y vehículo
automotor, encuentran recreación suficiente con cuanto fuera
desarrollado al tratar la temática que antecede, motivo por
el cual, doy tales extremos por reproducidos en el acápite a
los fines de la fundamentación, todo en honor a la brevedad
argumentativa del fallo.
Centrado entonces en el análisis de la prueba dispuesta a
favor de este órgano de decisión procederé, en lo que sigue,
al examen de los testimonios y demás extremos de cargo. En
la instancia se recepcionaron sendas atestiguaciones.
Veamos.
El Oficial Jefe del Grupo de Investigación, Principal Víctor
Horacio ROMERO, explicó el hecho en toda su extensión, dando
cuenta en lo sustancial de la disposición de la partida
policiaca en la terminal de ómnibus de ciudad de San Carlos
de Bariloche, y el anoticiamiento vía telefónica de la
situación que comprometía al ciudadano FUENTES. Recordaba
también su concurrencia inmediata al sitio a requerimiento
de los numerarios y su arribo al lugar de los hechos.
Describió el escenario encontrado: FUENTES demorado,
pertenencias personales del sospechoso (mochila y morral)
con gesto positivo del can detector de narcóticos. En ese
tránsito de se observa la camioneta Ford Ranger con un
sujeto en actitud de búsqueda de una tercera persona,
estacionado en un espacio público, espacio ese que por el
horario del entuerto se encontraba vacío. Recordaba también
la ubicación de la FORD RANGER a la altura de la dársena
seis, a la sazón en la línea del micro de pasajeros en que
había llegado FUENTES. Explicó luego la demora de DELVAS y
su vinculación con el caso.
Los agentes policiales que intervinieron inicialmente en el
procedimiento, el Sargento INFANTE, y el Cabo Primero BUSTOS
también recrearon la secuencia de idéntica forma a la que se
viene aludiendo. Precisamente fue INFANTE quien en juicio
recordaba la actitud sospechosa de FUENTES ante el
requerimiento policial, indicada como mínimo de “nerviosa” y
“evasiva”; describía también el trabajo del can detector y
su reacción marcando las pertenencias del inculpado.
Los testigos de actuación Adrián HUENCHOCOY y Juan Fernando
OYARZO PINTOS confirmaron el procedimiento policial;
coincidiendo en las circunstancias temporo espaciales en
que se sucedieron los hechos, ratificando el acta de
procedimiento suscripta por ambos.
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Las pequeñas diferencias en que habrían incurrido los
testigos apuntadas por los abogados defensores, por ejemplo,
ubicación de la camioneta, hora precisa del procedimiento,
etc.; no desnaturalizan el sólido cuadro probatorio
sopesado, quedando inscriptos en los naturales vaivenes del
recuerdo humano ante el tiempo transcurrido.
La calidad de “estupefaciente” de la sustancia hallada ha
sido acreditada mediante informe pericial efectuado por el
Grupo de Policía Científica del Escuadrón Nº 34 de
Bariloche, obrante a fs. 163/166 y fs. 308/311. De esa pieza
se desprende que el material incautado se corresponde a las
variedades “cannabis sativa” –marihuana- y clorhidrato de
cocaína, con pesos establecidos y con capacidad alucinógena
para conformar la cantidad de dosis umbrales que allí se
detallan (en mochila y morral habían 11,894 kg de marihuana,
con capacidad psicotóxica, y 292,13 gramos de cocaína, con
igual capacidad, pura esta última en un 18,10 % promedio, y
suficiente para configurar 1064,1 dosis promedio).
Como indicaron los defensores, a modo de protesta, en el
terreno de ocurrencia de los hechos no se efectuó test
orientativo de campo (también conocido como “narcotest”).
Ello no invalida de forma alguna el secuestro y posterior
peritación del material estupefaciente, toda vez que si
bien, no con frecuencia, ocurre que la autoridad preventora
no dispone de reactivos químicos, situación que parece haber
acontecido en autos. Interpretarlo de la forma que reclaman
los letrados equivaldría a no realizar secuestros de
narcóticos por falta de reactivos, lo que no soporta la más
básica lógica investigativa e interpretativa.
Y sobre el mismo elemento probatorio, su falta de
información precisa en indagatorias, como aquellos también
reclamaron, tampoco nada agrega. Si bien apropiada hubiera
sido su inclusión en el marco de un mejor estilo forense, su
agregación posterior al legajo y su permanente puesta a
disposición de partes junto a los demás elementos de cargo
(incluso en el espacio previsto en el artículo 354 del rito
procesal penal) autorizó de forma permanente el control de
esa prueba. Es más, los propios interesados hasta podrían
haber solicitado nuevas pruebas sobre el mismo material
secuestrado, cosa que así no hicieron.
El análisis de los teléfonos celulares incautados determinó
que el teléfono marca “Samsung”, abonado Nº 0299-15-5280900,
secuestrado a FUENTES, registraba una llamada del teléfono
Nº 0299-155360900, marca “Nokia”, secuestrado a DELVAS; a
las 06.02 hs.; así como que en la agenda telefónica del
celular de FUENTES figuraba registrado el número de DELVAS,
bajo el apodo “CHEKO” (conf. Análisis de fs. 41/57).
El vínculo entre encausados se desprende nítidamente del
análisis de los teléfonos celulares secuestrados, análisis
que desvirtúa las defensas materiales ensayadas en sus
indagatorias. Para el caso, FUENTES reconoció a todos los
contactos que se registran en su agenda a excepción del
identificado con el apodo “CKEKO”, quien es el coimputado
DELVAS, lo que demuestra la mendacidad de su afirmación,
inscripta en un vano, aunque legal, intento defensista.
El propio DELVAS, al anunciar sus datos personales en
indagatoria, informa ese sobrenombre. Sobre el particular es
claro que pudiendo no haberlo proveído o aún mentido al
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respecto, así lo hizo, lo que habilita a su ponderación.
Enseña ALMEYDA, y en mi criterio enseña bien, sobre el
proceso de identificación en indagatoria que el imputado no
está obligado a decir verdad respecto de estos datos, aunque
informados, sí pueden ser tenidos en cuenta para ponderar la
sujeción al proceso del acriminado (Código Procesal Penal de
la Nación, Comentado y Anotado, T.II, página 521).
Ese apodo que surge igualmente de los mensajes entrantes del
celular secuestrado a DELVAS, explorado por la autoridad
(ver fs. 51), en contacto con otros sujetos.
Tampoco encuentra sustento probatorio la defensa de este
mismo imputado cuando indagatoriamente afirmó desconocer a
FUENTES, no tener relación con ese transporte de
estupefacientes, y que la llamada saliente de su celular al
aparato del coimputado le realizó el personal policial para
involucrarlo. Contra esto último fue sincero el testigo de
actuación HUENCHUCOY cuando describió cómo la autoridad
manipuló los aparatos en su presencia, narrando solo la
maniobra de exhibición sin utilización de los mismos para
realizar llamadas.
Finalmente, menos se comprueba la defensa de DELVAS al decir
que se detuvo en la estación de micros para acceder a un
kiosco, cuando la autoridad y testigos fueron contestes en
afirmar que lo observaron detenido en el lugar desde su
arribo, sin otra acción interpretable más que la de
expectación a su alrededor. Concretamente, no hay quien
informe su desplazamiento hacia los comercios existentes en
la estación de micros, lo que deja huérfana a su afirmación
indagatoria.
Por todo lo expuesto, sostengo, que el evento
precedentemente relatado y comprobado en la causa constituye
soporte fáctico del ilícito atribuido a los incusos fuera de
toda duda razonable, y acredita la existencia del hecho
según la participación que les fuera endilgada, en
circunstancias de modo, tiempo y espacio propuestas por la
Sra. Fiscal; en coincidencia con aquel postulado por el juez
de grado en el pronunciamiento obrante a fs. 179/191, y
detallado por el Fiscal de primera instancia en la solicitud
de elevación a juicio a fs. 343/357, impuesta en la apertura
del debate a los procesados. MI VOTO.
El Dr. ARMANDO M. MARQUEZ dijo:
Por compartir los fundamentos del primer voto, presto mi
adhesión.
El Dr. EUGENIO KROM dijo:
Que coincido con el detallado análisis de la materialidad
del hecho y autoría responsable de los imputados efectuado
por el colega de primer voto, adhiriendo al mismo.
TERCERA CUESTION:
¿Qué calificación legal cabe asignar?
El Dr. ORLANDO A. COSCIA dijo:
Respecto del encuadramiento legal del hecho atribuido a
FUENTES y DELVAS, comparto la postulación del Fiscal General
en juicio: tráfico de estupefacientes en la modalidad de
transporte (art. 5° inc. “c” de la Ley 23.737).
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Con lo que llevo dicho, resta ahora individualizar el lugar
que, en términos de la teoría de autoría y participación
criminal, ocuparon los procesados. No tengo dudas que
FUENTES debe responder a titulo de autor del ilícito
anunciado arriba, toda vez que realizó con conocimiento y
voluntad los elementos contenidos en el tipo objetivo y
subjetivo de la norma en aplicación. Fue él mismo en
indagatoria quien explicó poseer cierto grado de certeza en
cuanto a que el objeto trasladado trataríase de
estupefacientes. No justifica su acción, su invocada
necesidad económica ante la falta de trabajo; aunque
seguramente cierto, no limito la autodeterminación del
sujeto a punto tal de colocarlo en un dilema entre no
infringir la ley o hacerlo como única forma de sostenerse en
su persona y la de su familia, de todo lo cual no hay
siquiera invocación o dato. Por tanto el episodio criminal
es una acción típica, antijurídica y culpable a su respecto.
Ahora bien, no interpreto feliz la subsunción legal
propugnada para DELVAS en este punto, aunque propongo al
acuerdo sujetarnos a la asignación en grado de participación
secundaria para el coimputado DELVAS.
En mi criterio resulta errónea, toda vez que entiendo al
incuso DELVAS coautor del delito de transporte atribuido en
la especie. La prueba relevada de manera directa en la
audiencia pública y el conocimiento personal y de visu
obtenido de los imputados en esa instancia me dejan
íntimamente convencido de que el titular de la droga
transportada era DELVAS, hombre bien formado con evidente
conocimiento y manejo de la situación, y capacidad económica
para solventar esa empresa. FUENTES fue un colaborador,
seleccionado adecuadamente a propósito de su escasa o nula
extracción y formación sociocultural, sus evidentes
necesidades y aún su condición de ex consumidor de
estupefacientes en la propia versión de aquel. Si algo
mostró además en ‘visu’ fue su incapacidad humana y
monetaria de sostener ese entuerto, a punto tal que su
propio abogado defensor calificó a su cliente como una
persona de escasa capacidad psíquica (influenciable, dijo),
aunque sin ingresarlo en forma alguna de imputabilidad.
No obstante ello, la pretensión expresada por el acusador
público, atento aparecer con fundamentación razonada y
legal, se levanta como un valladar insuperable, so riesgo de
modificar frente a la coautoría el quantum de la pena a
individualizar, actividad está vedada en la mejor y más
moderna jurisprudencia.
A tenor de estos fundamentos DELVAS responderá en calidad de
partícipe secundario del delito atribuido, en el marco del
pedimento efectuado por el Fiscal General.
La calificación definitiva resulta adecuada si consideramos
el cuadro probatorio colectado en autos y descripto
precedentemente.
En este sentido, ha dicho la Sala IV de la Cámara Nacional
de Casación Penal que: “El delito de transporte de
estupefacientes se consuma con el mero desplazamiento de la
droga sin que sea necesaria la constatación del dolo de
tráfico en el autor el cual sólo es exigible en las figuras
relacionadas con la comercialización del estupefaciente”.
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(30-10-2008, “Arrieta Berrios, Juan y otro”, L.L. del 17-7-
2009).
Asimismo, la Sala III expresó: “El delito de transporte de
estupefacientes se ubica como una de las formas agravadas de
la simple tenencia prevista por el art. 14, primera parte,
de la Ley 23.737, y para su configuración basta la mera
traslación o desplazamiento de un lugar o paraje a otro,
portando a sabiendas los estupefacientes, y no se exige dolo
de tráfico o fines de comercialización y ni siquiera importa
el destino que posteriormente se le confiere a las
sustancias.” (13-7-2000, “P.H.M.”, L.L. Suplemento de
Jurisprudencia Penal del 22-12-2000, p.29).
De esa forma, deben responder por el delito de tráfico de
estupefacientes en la modalidad de transporte, los imputados
SERGIO GERMÁN DELVAS, en condición de partícipe secundario,
y MARIO ALBERTO FUENTES en calidad de autor penalmente
responsable; según el evento que declaro hecho criminoso
definitivo de este legajo según la descripción material e
histórica que antecede, restando ahora cristalizar la
sanción como corolario de todo este razonamiento en términos
de la teoría de la imputación delictual (arts. 45 del CP; 5°
inc. “c” de la Ley 23.737). MI VOTO.
El Dr. ARMANDO M. MARQUEZ dijo:
Arribo a iguales conclusiones que el Sr. Juez de primer voto
por compartir los fundamentos expuestos para el encuadre
legal; brindado mi adhesión.
El Dr. EUGENIO KROM dijo :
Comparto también la calificación legal propugnada por el Dr.
Orlando A. COSCIA.
CUARTA CUESTION:
Sanción e imposición de costas
El Dr. ORLANDO ARCANGEL COSCIA dijo:
Al formular la acusación en juicio, el Representante del
Ministerio Fiscal consideró apropiado la imposición de la
siguiente pena: para FUENTES, 4 años de prisión, multa de
$400, accesorias legales y costas del proceso (con
calificación legal como autor del delito de tráfico de
estupefacientes en su modalidad de transporte) y para el
imputado DELVAS la pena de dos años de ejecución
condicional, multa de $225, accesorias legales y costas del
proceso, por el delito de tráfico de estupefacientes en su
modalidad de transporte en grado de partícipe necesario.
Para determinar la sanción aplicable tengo en cuenta la
naturaleza y modalidad del delito, la afectación al bien
jurídico tutelado a propósito de la cantidad de droga
secuestrada, la edad, extracción y formación socio cultural
de los incusos, su situación familiar, como así también los
demás elementos mensurativos de los artículos 40 y 41 del
Código Penal. La importante cantidad de estupefaciente
secuestrado y la utilización de medio de transporte
escogido, así como la participación que FUENTES y DELVAS
tuvieron en el transporte de la sustancia ilícita, entre
otros puntos.
En este espacio la pena propugnada por el Ministerio Público
aparece entonces ajustada a derecho y así la propongo al
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acuerdo, tanto en punto al quantum de la pena de prisión
como en relación a la multa conjunta requerida.
En concreto, Mario Alberto FUENTES deberá responder como
autor penalmente responsable (art. 45 CP) del delito de
tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte
(art.5°, inc. “c” de la Ley 23.737), debiendo así afrontar
la pena de CUATRO AÑOS DE PRISION, multa de PESOS
CUATROCIENTOS ($400), accesorias legales y costas procesales
(arts. 12, 29 y 45 del CP; 5° inc. “c” de la Ley 23.737;
530, 531, 533 CPPN, todos con sus concordantes y afines)
En relación a Sergio Germán DELVAS deberá responder como
partícipe necesario (art. 45 CP) del delito de tráfico de
estupefacientes en la modalidad de transporte (art.5°, inc.
“c” de la Ley 23.737), debiendo así afrontar la pena de DOS
AÑOS DE EJECUCIÓN CONDICIONAL, multa de PESOS DOSCIENTOS
VEINTICINCO ($225), y costas procesales (arts. 29 y 45 del
CP; 5° inc. “c” de la Ley 23.737; 530, 531, 533 CPPN, todos
con sus concordantes y afines).
Se le impone a DELVAS, ademas, reglas de conducta por el
término de dos años, según el siguiente orden: 1. someterse
al cuidado y supervisión del órgano de liberados de su
domicilio; 2. no consumir estupefacientes ni vincularse con
ámbitos o personas donde se los consuma; 3. prestar ochenta
horas anuales de trabajos gratuitos a favor de la comunidad,
en un organismo de bien público a seleccionar por el
condenado, debiendo informar por escrito trimestralmente
sobre el cumplimiento de esta regla al señor juez de
ejecución; 4. no cometer nuevos delitos, todo bajo
apercibimiento de ley (artículos 26, 27 y ccdts. CP).
Quedan los acusados, con la notificación y firmeza del
pronunciamiento, intimados por el término de diez días a
efectuar el depósito de la multa impuesta, todo bajo
apercibimiento de ley y práctica.
En otro orden la representante del Ministerio Público
Fiscal, solicitó en audiencia de juicio la devolución del
vehículo secuestrado en autos -camioneta Ford Ranger, doble
cabina, dominio IJT-189-, cuya utilización para cometer el
delito no fue acreditada, y debido a que la titular
registral del automotor no es imputada en la causa.
Pues bien, siendo que el vehículo en cuestión fue elemento
utilizado en la comisión del delito que se enrostra a los
imputados, no corresponde sino cumplir con lo que dispone la
norma penal general y por tanto ordenar su decomiso (Art. 23
del C.P). Este vehículo deberá ser puesto a disposición de
la autoridad competente.
Del mismo modo, se procederá al decomiso de los demás
elementos secuestrados relacionados con el delito, los que
se pondrán también a disposición de la “Comisión Mixta de
Registro, Administración y Disposición- ley 23.737 (art. 522
CPPN).
Respecto del material estupefaciente secuestrado, el mismo
será destruido (artículo 30, Ley 23.737 y su modificatoria,
Ley 24.112), con intervención de la Delegación Sanitaria
Federal, debiendo la Sra. Secretaria oficiar y coordinar tal
cometido. ASI VOTO.
El Dr. ARMANDO M. MARQUEZ dijo:
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Comparto los fundamentos expuestos por el colega del primer
voto, adhiriendo a la solución propugnada para esta
cuestión.
El Dr. EUGENIO KROM dijo:
Adhiero al fundado voto del Juez preopinante respecto a la
cuestión tratada, expidiéndome de igual modo.
Por todo lo expuesto, luego de cumplidas las etapas
procesales pertinentes y conforme lo que resulta de la
votación efectuada, por unanimidad el
TRIBUNAL ORAL EN LO CRIMINAL FEDERAL DE GENERAL ROCA
FALLA:
PRIMERO: NO HACER LUGAR a las nulidades interpuestas por la
Sra. Defensora Pública Oficial y por el Sr. Defensor de
confianza, sin costas (Considerando, primera cuestión; arts.
530, 531 533 y ccdts. CPPN).
SEGUNDO: CONDENANDO a MARIO ALBERTO FUENTES, D.N.I. Nº
26.810.227, de demás condiciones personales obrante en
autos, por considerarlo autor penalmente responsable del
delito de TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES EN LA MODALIDAD DE
TRANSPORTE a la pena de CUATRO AÑOS DE PRISIÓN, multa de
PESOS CUATROCIENTOS ($400), la que deberá ser abonada en el
término de diez (10) días de consentida la presente, bajo
apercibimiento de lo dispuesto en el art. 21 del C.P.,
accesorias legales y costas (arts. 12, 29 y 45 del CP;
art.5° inc. “c” de la Ley 23.737; 530, 531 y 533 del CPPN,
todos con sus concordantes y afines).
TERCERO: CONDENANDO a SERGIO GERMÁN DELVAS, titular del
D.N.I. Nº 22.473.812, de condiciones personales obrantes en
autos, por considerarlo partícipe necesario penalmente
responsable del delito de TRÁFICO DE ESTUPEFACIENTES EN LA
MODALIDAD DE TRANSPORTE, a la pena de DOS AÑOS DE EJECUCIÓN
CONDICIONAL, multa de PESOS DOSCIENTOS VEINTICINCO ($225),
la que deberá ser abonada en el término de diez (10) días de
consentida la presente, bajo apercibimiento de lo dispuesto
en el art. 21 del C.P., y costas (arts. 29 y 45 del CP;
art.5° inc. “c” de la Ley 23.737; 530, 531 y 533 del CPPN,
todos con sus concordantes y afines), con imposición de
reglas de conducta por el término de dos años según se
detalla en considerando, cuarta cuestión (artículo 26, 27 y
ccdts.CP).
CUARTO: NO HACER LUGAR al pedido formulado por la Sra.
Representante del Ministerio Público Fiscal en orden a que
se restituya la camioneta Ford Ranger, doble cabina, dominio
IJT-189, por las razones expuestas, y ordenar por tanto su
decomiso (Art. 23 del CP).
QUINTO: DISPONIENDO el decomiso de los demás elementos
secuestrados relacionados con el delito, los cuales juntos
al vehículo que se identifica en punto IV, se pondrá a
disposición de la “Comisión Mixta de Registro,
Administración y Disposición - Ley 23.737”.-
Poder Judicial de la Nación
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SEXTO: DISPONIENDO la destrucción del material
estupefaciente elevado a este Tribunal, a cuyo fin
encomendase la diligencia a la Delegación Sanitaria Federal,
debiendo el Actuario oficiar y coordinar tal cometido
(artículo 30 ley 23.737, modificado por ley 24.112).-
SÉPTIMO: Firme que sea el decisorio se practique por
Secretaría el respectivo cómputo de pena.
OCTAVO: Regístrese, notifíquese y firme que sea el fallo
practíquense las comunicaciones de rigor. Oportunamente,
archívese la causa.
Dr. Armando M. MARQUEZ Dr. Orlando A. COSCIA Dr. Eugenio KROM Juez de Cámara Presidente Juez de Cámara
T.O.C.F. Gral. Roca T.O.C.F. Gral. Roca T.O.C.F. Gral. Roca
Ante mí: Dra. Eliana BALLADINI Secretaria T.O.C.F. General Roca
Dra. Eliana BALLADINISecretaria
T.O.C.F. General Roca
REGISTRADO BAJO N° /13
S E N T E N C I A S