Fallo Acerca de Los Vicios Redhibitorios

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N° Legal Publishing: 32452 Corte Suprema, 27/07/2005, 5320-2003 Cecinas La Preferida S.A. con sociedad Comercial Salinak Limitada Tipo: Recurso de Casación en el FondoResultado: Acogido Descriptor Resolución de contrato. Indemnización de perjuicios procedente. Entrega de producto distinto al convenido. Compraventa Doctrina Se acoge casación en el fondo y se concede resolución de contrato e indemnización de perjuicios, por venta de un producto, sal nitrificada, en concentraciones distintas a las pactadas lo que desvirtúa el objeto en su escencia. No se confiere indemnización al daño moral por la pérdida de prestigio, por no haberse acreditado. Legislación aplicada en el fallo : Código Civil art 1454; Código Civil art 1489; Ministros: Domingo Kokisch Mourgues; Eleodoro Ortiz Sepúlveda; Jorge Rodríguez Ariztía; Oscar Carrasco Acuña; René Abeliuk Manasevic Texto completo de la Sentencia San Miguel, veinticinco de octubre de dos mil uno. Vistos: A fojas 12, Cecinas La Preferida S.A., sociedad comercial, representada por don Carlos Albers Holzapfel, factor de comercio, ambos domiciliados en Avenida Condell 1.471, Comuna de Providencia, interpone demanda en juicio ordinario contra sociedad Comercial Salinak Limitada, sociedad del giro de su denominación, representada por don Alfred Lindhorst Fernández, factor de comercio, ambos con domicilio en calle Carmen Nº 2.896, Comuna de San Joaquín, a fin de que en definitiva, se declare resuelto el contrato de compraventa celebrado entre las sociedades antes mencionadas, por incumplimiento de la obligación de la vendedora, como asimismo se condene a esta última a indemnizar los perjuicios que el referido incumplimiento le ha causado, los que valoriza en la suma de $ 48.153.368 más los costos finales en que incurra por arriendo y consumo de energía de un contenedor y que en su momento se determinen, por concepto de daño emergente, y la suma de $

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N° Legal Publishing: 32452 Corte Suprema, 27/07/2005, 5320-2003 Cecinas La Preferida S.A. con sociedad Comercial Salinak Limitada Tipo: Recurso de Casación en el FondoResultado: Acogido

Descriptor

Resolución de contrato. Indemnización de perjuicios procedente. Entrega de producto distinto al convenido. Compraventa

Doctrina

Se acoge casación en el fondo y se concede resolución de contrato e indemnización de perjuicios, por venta de un producto, sal nitrificada, en concentraciones distintas a las pactadas lo que desvirtúa el objeto en su escencia. No se confiere indemnización al daño moral por la pérdida de prestigio, por no haberse acreditado.

Legislación aplicada en el fallo :

Código Civil art 1454; Código Civil art 1489;

Ministros:

Domingo Kokisch Mourgues; Eleodoro Ortiz Sepúlveda; Jorge Rodríguez Ariztía; Oscar Carrasco Acuña; René Abeliuk Manasevic

Texto completo de la Sentencia

San Miguel, veinticinco de octubre de dos mil uno. Vistos: A fojas 12, Cecinas La Preferida S.A., sociedad comercial, representada por don Carlos Albers Holzapfel, factor de comercio, ambos domiciliados en Avenida Condell 1.471, Comuna de Providencia, interpone demanda en juicio ordinario contra sociedad Comercial Salinak Limitada, sociedad del giro de su denominación, representada por don Alfred Lindhorst Fernández, factor de comercio, ambos con domicilio en calle Carmen Nº 2.896, Comuna de San Joaquín, a fin de que en definitiva, se declare resuelto el contrato de compraventa celebrado entre las sociedades antes mencionadas, por incumplimiento de la obligación de la vendedora, como asimismo se condene a esta última a indemnizar los perjuicios que el referido incumplimiento le ha causado, los que valoriza en la suma de $ 48.153.368 más los costos finales en que incurra por arriendo y consumo de energía de un contenedor y que en su momento se determinen, por concepto de daño emergente, y la suma de $

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10.000.000 por concepto de daño moral que lo anterior le ha irrogado, o las sumas que por tales conceptos determine el tribunal, montos que pide le sean enterados con los reajustes e intereses que corresponden, todo ello más las costas de la causa, a cuyo pago también solicita se condene a la demandada. Funda su pretensión la demandante en haber celebrado a comienzos del mes de mayo de 1999, contrato de compraventa con la demandada, por el que esta última se obligó a vender a la primera nitrito de sodio en la forma de sal nitrificada, producto que la actora utiliza como insumo en la elaboración de cecinas, y que de acuerdo al Reglamenta Sanitario de los Alimentos, no puede exceder en su concentración a 0.8%. Sostiene que por ello, expresamente se convino que el producto objeto del contrato debía tener dicha concentración. Asimismo, las contratantes acordaron la entrega de la cosa vendida en tres partidas de 1,5 a 2 toneladas cada dos semanas, y adicionalmente a lo anterior, que cada partida debía ser certificada por la Fundación Chile. Así, recibió de la vendedora el mencionado producto los días 19 de mayo, 4 y 11 de junio de 1999 respectivamente, todo lo cual totalizó la cantidad aproximada a 166 sacos rotulados como "Salikur al 0,8%", indicándose también la fecha de su elaboración, lo que además se especificó en las pertinentes facturas que singulariza. Dado lo anterior, sostiene que las partes convinieron la compra por orden, determinando expresa y específicamente la cosa objeto de la convención, tanto en su especie como en su calidad. Manifiesta que no obstante ello, después de algunos días de utilización de la mercancía adquirida a la demandada, el día 17 de junio de 1999, ante reclamos de clientes que señalaban que los productos a ellos entregados presentaban mal olor y sabor, se detectó que aquello obedecía a que la sal nitrificada comprada a la demandada tenía una concentración de 8% en lugar del 0.8% especificada expresamente en el contrato, además de exceder en diez veces la concentración permitida en la ley para dicho producto. Ante lo cual, dio cuenta de inmediato a la vendedora, recibiendo en respuesta a ello, la remisión de los exámenes y certificaciones de concentración que ésta debía obtener de la Fundación Chile, entre ellos, el correspondiente a la muestra tomada el día 18 de mayo de 1999, que arrojó como resultado una concentración de 8,4%. Presentándose al día siguiente el gerente técnico de la demandada, don Sergio Cid Yáñez, a quien se le proporcionaron todos los antecedentes del problema; además, concurrieron al mismo lugar y en horas de la tarde los señores Lindhorst, quienes reconocieron que la sal nitrificada entregada por su representada a la demandante no correspondía a la por ésta ordenada ni cumplía con el grado de concentración para aquélla convenido. También refiere que el mismo día 17 de junio, debió retirar del mercado, tanto de los distribuidores como de los demás receptores de los productos dañados por la incorporación del mencionado elemento, toda la mercancía con éste producida,

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entre ella la entregada a los expendios de alimentos Copec; además encomendó a Fundación Chile el examen de las distintas partidas de la sal nitrificada comprada a la demandada, como también de la adquirida a su anterior proveedor de la misma, corroborando el resultado de ellos, que la entregada por Salinak alcanzaba concentraciones de 6.9%, 7.2% y 7.9% entretanto la proveniente del antiguo suministrador, 0.8% de nitrito de sodio; lo que significó que los productos elaborados con la sustancia proporcionada por Salinak, y distribuido por la actora, superaran el límite de concentración de 125 partes por millón permisible para dicho compuesto químico según establece la regulación sanitaria de alimentos, lo que por consiguiente, imposibilita la comercialización de los mismos, determinando la obligación de su retiro del mercado, como también los gastos y perjuicios asociados. En relación a estos últimos sostiene que el desecho que debió hacer de la totalidad de la mercancía elaborada con el insumo adquirido de la demandada, correspondiente a 23.214 kilos, lo significaran un detrimento económico de $ 47.301.368; a lo que se añade la sustitución de 600 kilos de vienesas Fast Food retiradas de los expendios de alimentos de las estaciones de servicio Copec, que por la urgencia en su reemplazo, debió hacerse por igual cantidad de vienesas normales, cuyo costo es superior a las retiradas y también desechadas, ocasionándole ello una pérdida de $ 852.000; agregándose a lo anterior, los costos de arriendo y pago de energía del contenedor en el que se mantienen los productos afectados, ascendentes los primeros a US$ 25 diarios y los segundos a US$ 10 también por día, desde el 25 de junio de 1999 y hasta la fecha en que deba incurrir en tales gastos; todo ello constitutivo de daño emergente según asevera. De otro lado, expresa que la falta de cumplimiento de su obligación contractual por la demandada, con las consecuencias ya anotadas, han afectado el prestigio, la confianza y credibilidad adquirida durante años en los clientes y consumidores de los productos elaborados por la demandante, quien se vio expuesta por el actuar de Salinak, todo lo cual manifiesta le originó un daño moral ascendente a $ 10.000.000. En razón de lo anterior, y conforme a las citas legales que invoca, solicita lo precedentemente expuesto. En subsidio a lo anteriormente indicado y por las mismas razones más arriba anotadas, interpone acción de saneamiento de los vicios redhibitorios de la cosa vendida, solicitando al efecto se declare la rescisión del antes dicho contrato, como asimismo se condene a su contraparte a indemnizar los perjuicios que lo anterior le ha causado, en la forma y por los conceptos antes señalados, todo ello conforme a las normas legales que cita. A fojas 18 y 19 consta la notificación de la demanda y su proveído a las partes, efectuada en la forma establecida en la ley. A fojas 42, la demandada, Comercial Salinak Limitada, contesta el libelo

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intentado en su contra, solicitando el rechazo del mismo en todas sus partes. Argumenta para lo anterior, que como lo indica la demandante, a comienzos de mayo de 1999, aceptó la oferta de compra de 7.000 kilos de "sal de cura" que esta última le realizara, previo acuerdo de las condiciones de pago, a 30, 60 y 90 días, como de la forma de entrega a realizar en tres partidas de 1,5 a 2 toneladas cada dos semanas, y adicionalmente a ello, analizada y certificada por Fundación Chile cada partida antes de su utilización en la elaboración de sus productos por la compradora, según lo que ésta solicitó. Así, se enviaran conforme a lo pactado las partidas antes señaladas los días 19 de mayo, la primera y las dos restantes los días 11 de junio, todas de 1999. Añade que la cosa comprada por la actora fue recibida por ésta según dan cuenta las respectivas guías de despacho que singulariza, en las que se especificó su contenido como "Salikur 0.8% (sal de cura)", la que también se indica en la rotulación y facturación pertinente. Correspondiendo según indica el primero, al nombre de fantasía de la sustancia, entretanto el segundo a la naturaleza de ella, constituyendo un error dactilográfico la mención al porcentaje de concentración en 0.8% en circunstancias que ésta es de 8%, según lo establece el Reglamento Sanitario de los Alimentos. Asevera que con posterioridad a las entregas, solicitó de acuerdo a lo pactado, los informes de análisis de las señaladas partidas al Laboratorio de la Fundación Chile, cuyos resultados fueron remitidos a la actora en cuanto fueron obtenidos por su parte, solicitando a su turno el pago de las facturas que pormenoriza, lo que no logró, encontrándose por tanto ellas impagas. Por consiguiente, asegura haber dado cumplimiento a su obligación contractual, entregando la mercancía objeto del contrato en la forma convenida, sin que sea imputable a su parte, la circunstancia que Cecinas La Preferida hubiere utilizado en la elaboración de sus productos el compuesto que adquiriera, con antelación a la obtención de los resultados de los análisis pertinentes según lo acordado, añadiéndose a ello la no efectividad del hecho informado por la actora el día 17 de junio de 1999, en cuanto a que la sal por ésta utilizada, en la forma ya descrita, fuere de una concentración distinta a la solicitada, toda vez que la sal de cura, de acuerdo al reglamento antes citado, es inferior a 10%, mas nunca de un 0.8%. Resultando además inexplicable según su decir, que la actora no se hubiere percatado de la diferencia en la concentración de dicho compuesto antes de poner en el mercado los productos con ella elaborados, atendidos los controles de calidad que ésta debió realizar. Añade que lo anterior hace inconducente la acción resolutoria intentada, puesto que en la especie no concurre la exigencia para su procedencia consistente en el incumplimiento imputable de una obligación, desde que entregó y fue recibida por su contraparte, la especie que ésta solicitara y objeto de la convención, cual era, sal de cura, lo que sostiene no ha sido objetado en el libelo, demostrando con ello, su conformidad con la esencia del producto; ya que de lo contrario,

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según el decir de la demandada, no se habría manipulado la sustancia y agregado a la producción por la actora, además de haberse detectado la diferencia alegada de inmediato, atendidos los rigurosos controles de calidad que ella realiza. Agrega que consistiendo la reclamación en cuanto al producto en la concentración del mismo, acorde a la normativa legal que expresa, no resulta posible y significaría una contravención a la misma, que éste tuviere el porcentaje sostenido por la demandante de 0.8%, la que además importa de parte de la actora alegar desconocimiento de la ley, encontrándose ello expresamente prohibido y sancionado en el ordenamiento jurídico de la forma que señala. También y agregando a lo precedentemente señalado, alega la excepción de contrato no cumplido, lo que sustenta en el hecho de encontrarse impagas las facturas pertinentes a la relación contractual habida entre las partes, de modo que acorde a la disposición legal que cita, imposibilita el ejercicio de la acción resolutiva en la forma planteada. Asimismo sostiene que en el caso sub lite, no existiendo incumplimiento de su parte de la obligación contractual, más bien existiría un vicio del consentimiento consistente en un error de hecho en cuanto a la identidad de la cosa específica de que se trata, lo que no ha sido alegado por su contendora mediante el ejercicio de la acción de nulidad correspondiente. Lo que implica según su parecer, que tal error en su origen no existió, además de hacer improcedente la acción de indemnización de perjuicios que se pretende. Referente a estos últimos asevera que ellos resultan improcedentes por no concurrir en la especie los requisitos copulativos para ello. Al efecto señala que no existe incumplimiento de su obligación contractual dados los argumentos antes señalados; a lo que se añade que los daños que se esgrimen no constan en su efectiva ocurrencia a su parte, los que en todo caso obedecen al actuar de la propia demandante, y por tanto con responsabilidad de ésta; a su turno, lo anterior conlleva que tampoco se dé en la especie la exigencia de relación causal entre los daños y el accionar de su parte, el que en ningún caso ha sido doloso o culposo, de modo que no concurre el requisito de imputabilidad y por el contrario sí existe una causal de exención de responsabilidad a su favor, consistente en el no cumplimiento de parte de quien reclama de su correlativa obligación de pagar las facturas; finalmente, asevera que la actora no ha mencionado la existencia de mora de parte de la demandada, implicando ello un reconocimiento a su inexistencia. Por último, en cuanto a la acción de saneamiento de los vicios redhibitorios, subsidiariamente interpuesta, manifiesta que en la especie no concurren las exigencias legales para su procedencia, toda vez que tanto en la rotulación

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como en las guías de despacho y facturas se indica que la sustancia entregada es "sal de cura", lo que impide considerar la existencia de vicios ocultos de la cosa, a lo que se añade que ésta sirve precisamente para su uso natural conforme la reglamentación ya citada y en relación a los demás que pormenoriza, de concurrir en la especie, significaría que la demandante fue víctima de su propio accionar en la forma que describe, todo lo cual hace improcedente la acción redhibitoria intentada. Atendido lo antes relacionado, y conforme a las citas legales que invoca, solicita lo precedentemente referido. A fojas 63 la demandante evacua el traslado de réplica, contra argumentando las aseveraciones de la demandada en su contestación al libelo, señala al efecto, que su contraparte no ha controvertido la celebración de un contrato de compraventa mercantil y su naturaleza, sino que ha tratado de desconocer la naturaleza de la cosa objeto del referido contrato, en circunstancias que Cecinas La Preferida solicitó y compró nitrito de sodio bajo la forma de sal nitrificada al 0,8%, resultando por ello inefectivo lo aseverado por la demandada al respecto. Comprueba lo anterior según manifiesta, que las órdenes de compra que emitió señalaban la solicitud de sal nitrificada, la que conforme al Reglamento Sanitario de los Alimentos, es una mezcla de cloruro de sodio adicionado con nitrito de sodio en una concentración de 0,7% a 0,8%, sin que éste permita una concentración mayor a los porcentajes aludidos de sal nitrificada; asimismo, las facturas emitidas por la demandada hacen referencia a las órdenes de compra y señalan que el producto vendido tiene una concentración de 0.8%; los sacos del producto adquirido se encontraban rotulados como Salikur 0.8%, correspondiendo dicha denominación del producto, como lo señala la demandada, a un nombre de fantasía y por último, la demandada reconoce su negligencia en la rotulación de los sacos, los que sólo tienen en su rótulo, Salikur, sin señalar que dicho nombre se refiera a sal de cura. Añade que entre las sustancias que se utilizan en la elaboración de cecinas, se encuentra el nitrito de sodio, que es el componente común en las sales de cura y de la sal nitrificada, siendo su porcentaje total de concentración lo que determina su calificación química como uno u otro elemento. Así, sostiene que el nitrito de sodio bajo la forma de sal nitrificada sólo puede alcanzar al 0.8%, mientras que dicho porcentaje expresado como sales de cura no puede superar al 10%. Agrega que dichos productos químicos no se diferencian a simple vista, ni tampoco en composición orgánica, sino que sólo en la concentración de nitrito de sodio. De otro lado, indica que el reconocimiento expreso de su negligencia en la rotulación de los sacos por la demandada al indicar una concentración menor a la realmente contenida, vulnera con ello la normativa de rotulación de tales productos, por cuanto el artículo 310 del Reglamento Sanitario de los Alimentos, establece que tanto la sal nitrificada como las sales de cura deberán declarar en

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forma destacada en su rótulo los porcentajes de nitrito de sodio y nitrato de sodio y/o potasio que contiene, como asimismo sus recomendaciones de uso; prohibiendo por otra parte a las fábricas de cecinas la elaboración de sal nitrificada y sales de cura. Dado ello, expresa que ha debido confiar en empresas profesionales autorizadas para la elaboración de dichos insumos, a las que por consiguiente, cabe exigir un grado mayor de responsabilidad, y por lo mismo, imputarles un mayor grado de culpa por la infracción de dichos deberes. También desdice a su contendora en cuanto a que se hubiere convenido que la utilización de los insumos adquiridos a la antes mencionada hubiere quedado supeditado a la certificación previa que debía realizar Fundación Chile; y respecto a la argumentación de la demandada referente a lo prescrito en el artículo 158 del Código de Comercio indica que la misma norma establece las excepciones por las que los reclamos de la compradora por las mercaderías recibidas serían procedentes, cuales son: que ésta no haya revisado las mercaderías al tiempo de la entrega, y cuando las hubiera recibido sin previa protesta, lo que ocurre en los hechos, ya que el control que se efectúa en portería se refiere a la cantidad de productos que ingresa a la fábrica y no a un control de calidad de las mercaderías compradas, sumado a la similitud que presentan físicamente la sal de cura y la sal nitrificada, como ya se dijo. Sostiene que tampoco corresponde hacer análisis químico de los productos adquiridos, ya que son comprados para hacer uso de ellos en forma prácticamente inmediata, dadas las características de producción en cadena de la empresa demandante. Por ello, asevera, resulta ser de responsabilidad de la vendedora, elaborar un producto con las concentraciones y rotulación que prescribe el reglamento ya aludido. A fojas 77, la demandada por su parte duplica, esgrimiendo los fundamentos ya expresados en su contestación de la demanda. A fojas 99 se recibió la causa a prueba, resolución que se notificó a las partes en la forma establecida en la ley según se advierte de los atestados de fojas 103 y 104. A fojas 189 rola acta de la audiencia de conciliación a la que fueron citadas las partes, sin que comparecieran a ella ninguna de las anteriores, por lo que no se produjo el fin para el que fueron convocadas. A fojas 192 se citó a las partes a oír sentencia. Considerando: I. En cuanto a la acción de resolución de contrato: Primero: Que Cecinas La Preferida S.A., sociedad comercial, interpone

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demanda en juicio ordinario contra sociedad Comercial Salinak Limitada, sociedad del giro de su denominación, a fin de que en definitiva, se declare resuelto el contrato de compraventa celebrado entre las partes, por incumplimiento de la obligación de la vendedora de entregar la cosa objeto del contrato, como asimismo, se condene a esta última a satisfacer los perjuicios que tal incumplimiento ha ocasionado a la demandante, todo ello en la forma, por los montos y en razón de los fundamentos de hecho y de derecho referidos en lo expositivo de esta sentencia y que se dan por reproducidos para todos los efectos legales, como también al pago de las costas de la causa. Segundo: Que por su parte, Sociedad Salinak Limitada, solicita el rechazo del libelo intentado en su contra, en todas sus partes, con costas, por las razones de hecho y de derecho señaladas en lo expositivo de esta sentencia, las que también se dan por reproducidas para todos los efectos legales. Tercero: Que de los dichos de las partes, no se encuentra controvertido en el proceso la existencia del contrato de compraventa que las vincula, radicando la discusión en el cumplimiento de sus correlativas obligaciones contractuales, y en relación a ellas, especialmente, la de entregar la cosa objeto del contrato por la vendedora; como consecuencia de lo anterior, los perjuicios que el incumplimiento por esta última se ha producido a la demandante, su naturaleza, especie y monto. Cuarto: Que para la acertada resolución del asunto sometido a la decisión del tribunal, es menester analizar la normativa legal que nuestro ordenamiento jurídico establece al efecto. Así, conforme lo señala el artículo 1.437 del Código Civil, las obligaciones nacen entre otras, del concurso real de las voluntades de dos o más personas como en los contratos o convenciones; esto es, un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa, conforme lo indica el artículo 1.438 del mismo cuerpo legal citado; el que de acuerdo al artículo 1.439 del mismo compendio normativo, es bilateral cuando las partes contratantes se obligan recíprocamente, y oneroso acorde lo previene el artículo 1.440 del Código Civil si tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno en beneficio del otro; a lo que añade el artículo 1.441 del citado código, que éste será conmutativo cuando cada una de las partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como equivalente a la que la otra parte debe dar o hacer a su vez. Por su parte, el artículo 1.545 de la citada compilación legal dispone que todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes; los que deben ejecutarse de buena fe y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella, según lo señala el artículo 1.546 del Código Civil. A su turno, el artículo 1.547 del mismo código

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dispone que el deudor es responsable de la culpa leve en los contratos que se hacen para beneficio recíproco de las partes, incumbiendo la prueba de la diligencia o cuidado a quien ha debido emplearlo. De otro lado, el artículo 1.489 del citado cuerpo de leyes, establece que en los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria tácita de no cumplirse por uno de los contratantes lo pactado, pudiendo en tal caso el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el cumplimiento del contrato, con indemnización de perjuicios. A su vez, el artículo 1.552 del mismo código establece que en los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte o se allana a cumplirlo en la forma y tiempo debidos; a lo que agrega el artículo 1.551 del citado cuerpo legal, que el deudor está en mora en las tres situaciones que describe. Asimismo, el artículo 1.556 del mismo cuerpo legal establece que la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente; debiéndose la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora, de conformidad a lo establecido en el artículo 1.557 de la citada compilación de leyes; agregando el artículo 1.558 del mismo cuerpo legal, que si no se puede imputar dolo al deudor, sólo es responsable de los perjuicios que se previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato. A su turno, el artículo 1.560 del Código Civil establece que conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse a ella más que a lo literal de las palabras, señalando el artículo 1.563 del referido código que en aquellos casos en que no apareciere voluntad contraria deberá estarse a la interpretación que mejor cuadre con la naturaleza del contrato, presumiéndose las cláusulas de uso común aunque éstas no se expresen, como también, según añade el artículo 1.564 del mismo compendio, unas por otras o por la aplicación práctica que hayan hecho de ellas ambas partes, o una de ellas con aprobación de la otra. Por su parte, el artículo 1.793 del Código Civil prescribe que la compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero, indicando que aquélla se dice vender y ésta comprar, llamándose precio el dinero que el comprador da por la cosa vendida; a lo que agrega el artículo 1.801 del referido cuerpo de leyes que la venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido en la cosa y en el precio, salvo las excepciones que indica; pudiendo venderse todas las cosas corporales o incorporales cuya enajenación no esté prohibida por la ley, de conformidad a lo establecido en el artículo 1.810 del citado código. Estableciendo el artículo 1.824, que las obligaciones del vendedor son la entrega o tradición y el saneamiento de la cosa vendida, y en relación a la primera, agrega el artículo 1.828 del mismo compendio, el vendedor es obligado a entregar lo que reza el contrato, según las reglas de los artículos 670 y siguientes; entretanto la obligación del comprador,

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conforme lo indica el artículo 1.871, ambos del Código Civil, es la de pagar el precio convenido. A su vez, el Código de Comercio regula la compraventa mercantil en sus artículos 130 y siguientes, entre éstas, el artículo 134, que dispone que la compra por orden de una cosa designada sólo por su especie, y que el vendedor debe remitir al comprador, implica de parte de éste la facultad de resolver el contrato, si la cosa no fuere sana ni de regular calidad, agregando que siendo la cosa designada a su vez por su especie y calidad, el comprador tendrá también la facultad de resolver el contrato si la cosa no fuere de la calidad estipulada. A su turno, su artículo 144 establece que perfeccionado el contrato, el vendedor debe entregar la cosa vendida en el plazo y lugar convenidos; la que se entiende verificada de alguna de las formas que al efecto señala el artículo 149; añadiendo el artículo 146 del código en comento, que en el acto de la entrega puede el vendedor exigir del comprador el reconocimiento íntegro de la calidad y cantidad de las mercaderías, si el comprador no hiciere el reconocimiento, se entenderá que renuncia a todo ulterior reclamo por falta de cantidad o defecto de calidad; a lo que agrega el artículo 158 del cuerpo de leyes citado, que entregadas las mercaderías vendidas, el comprador no será oído sobre defecto de calidad o falta de cantidad, siempre que las hubiera examinado al tiempo de la entrega y recibídolas sin previa protesta. Asimismo, establece el artículo 155 del mismo compendio, que puesta la cosa a disposición del comprador y dándose éste por satisfecho de ella, deberá pagar el precio en el lugar y tiempo estipulados, y de no haberse convenido ellos, en el lugar y tiempo de la entrega, sin que pueda exigir que ésta se efectúe sino pagando el precio en el acto. Finalmente, según dispone el artículo 2 del Código de Comercio, en los casos que no estén especialmente resueltos por el anterior, se aplican las normas del Código Civil. Por último, el Reglamento Sanitario de los Alimentos, en su artículo 310 prescribe que en la elaboración de cecinas se permitirá el uso de nitrito de sodio, nitrato de sodio y nitrato de potasio, solos o en mezcla bajo las siguientes condiciones: a) Como sal nitrificada, indicando que la sal nitrificada es una mezcla de cloruro de sodio, adicionado de nitrito de sodio en una concentración de 0,7 a 0,8% y entre otros, b) Sales de cura, mezcla de cloruro de sodio, nitrito de sodio, nitrato de sodio o de potasio y otros aditivos permitidos, disponiendo que el porcentaje total de nitrito de sodio y nitrato de sodio o potasio, expresado como nitrito de sodio no debe ser superior al 10%. A lo anterior añade el artículo 311 del reglamento en estudio, que en cecinas se permitirá un máximo de 125 mg/kg de nitrito de sodio residual.

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Quinto: Que de lo anterior, resulta que para la procedencia de la acción resolutoria interpuesta, es menester la concurrencia de los siguientes requisitos: a) Que exista un vínculo contractual entre quien reclama la resolución y aquél contra quien se reclama. b) Que aquél contra quien se dirige la acción no hubiere dado cumplimiento íntegro y oportuno a su obligación contractual. c) Que quien acciona hubiere cumplido por su parte o estuviere llano a cumplir su obligación correlativa a la anterior; d) Que este último hubiere experimentado daños. e) Que tales daños sean consecuencia del incumplimiento de la obligación señalada en el literal b) que antecede. f) Asimismo que dichos detrimentos fueren previsibles o pudieren preverse al tiempo del contrato. Sexto: Que conforme lo indica el artículo 1.698 del Código Civil, incumbe probar la existencia de las obligaciones o su extinción a quien alega éstas o aquéllas. De modo que en la especie, ha correspondido a la actora acreditar la existencia de la obligación cuyo incumplimiento reclama, entretanto a la demandada por su parte el cumplimiento de la misma; lo que en forma inversa han debido probar los litigantes en relación al requisito señalado bajo el literal c) del motivo que antecede. Séptimo: Que según se ha dicho en el motivo tercero de esta sentencia, existe controversia entre las partes en cuanto a la existencia del vínculo contractual que las liga y a fin de acreditar sus pretensiones, la demandante acompañó al proceso, con la debida ritualidad procesal, entre otros, los siguientes documentos: a) Fotocopia autentificada de orden de compra Nº 009476, de fecha 27 de mayo de 1999, emitida por Cecinas La Preferida, dirigida a Comercial Salinak Ltda., referente a 7.000 kg. de sal nitrificada, por el valor que en ella se consigna, indicándose contiguo al epígrafe "Observaciones": "uso en producción" y en condiciones de venta, contado 30 días. Instrumento agregado a fojas 8 del proceso, el que oportunamente fue impugnado por la parte contra quien se hace valer, petición que fuera desestimada por resolución escrita a fojas 75, la que se encuentra ejecutoriada. b) Fotocopias también autentificadas de las facturas Nºs 02064, 02099 y 02122, aparejadas al proceso a fojas 9, 10 y 11, fechadas respectivamente los días 19

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de mayo, 2 y 11 de junio de 1999, todas ellas emitidas por Comercial Salinak Ltda., a nombre de Cecinas La Preferida S.A. en las que se describe el producto al que se refieren como "Salikur 0.8% (sal de cura)", indicándose en el cuerpo de las dos últimas: "según orden de compra Nº 009476 de 27 de mayo de 1999". c) Fotocopias también autentificadas de cinco informes de laboratorio emitidos por Fundación Chile, en los que se indica el resultado de los análisis a las muestras obtenidas con fechas 18 de mayo, 17 y 18 de junio de 1999 todas ellas, la primera de Comercial Salinak Ltda., entre tanto las restantes de Cecinas La Preferida, indicándose en la primera de ellas que corresponde al producto sal de cura, "Salikur 0.8 Preferida". También, y con el fin antes expresado, rindió prueba testimonial, deponiendo por su parte a fojas 107 y siguientes, y 132 y siguientes, don Walter Ahrend Villa, don Sergio Enrique Cid Yáñez, don Roberto Antonio de la Barra Guzmán y don Alejandro David Tapia Vial, quienes legalmente examinados, no tachados y dando razón de sus dichos, en forma conteste aseveran que la cosa objeto del contrato de compraventa celebrado con Comercial Salinak Limitada, según las órdenes de compra que señalan, fue sal nitrificada de 0.8% de concentración de nitrito de sodio, lo que fue aceptado por la demandada; solicitándose además, la certificación por parte de Fundación Chile del producto vendido, en razón de no contar a esa época la compradora con laboratorios apropiados para ello. Agrega que la demandada no dio cumplimiento a lo estipulado, por cuanto no hizo entrega de las partidas de Salikur que la actora le comprara, como tampoco adjuntó oportunamente la certificación de concentración de nitrito de sodio contenida en el mismo, por parte de Fundación Chile, según lo acordado en el contrato celebrado entre las partes. Además sostienen que con motivo de la mayor concentración del elemento químico antes anotado, y que fuera utilizado en la elaboración de los productos cárneos que la demandante produce, éstos resultaron no aptos para el consumo humano y contrario a lo establecido en el Reglamento Sanitario de los Alimentos, lo que motivó que la demandante debiera retirar del mercado la totalidad de lo elaborado con el producto entregado por Salinak, y ello a su turno, representó perjuicios patrimoniales y morales ascendentes a $ 47.000.000 los primeros, y $ 10.000.000 los segundos, consistiendo estos últimos en la afectación al prestigio de la empresa a causa de lo anterior. Además, la actora solicitó inspección ocular del tribunal, diligencia que se realizó el día 27 de diciembre de 2000, según se comprueba del acta de la misma agregada a la causa a fojas 160, en la que se deja constancia de haberse constituido el tribunal en los lugares que se indica, correspondientes a la fábrica de la demandante y el lugar donde se mantienen almacenados los productos elaborados con la sustancia entregada por la demandada y que debió ser retirada del mercado según lo asevera la solicitante de la diligencia, constatándose que ésta se guarda en un container de 58,35 mts. cúbicos de capacidad, de los cuales se encuentran ocupados 50 mts. cúbicos con diversos

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productos que se mencionan a modo de ejemplo, todos ellos de Cecinas La Preferida, los que se aprecian congelados y sin signos de descomposición, también se encuentra una pasta que se indica por los asistentes a la diligencia, es la base de elaboración de las cecinas antes anotadas, en todo lo cual se utilizó la sustancia entregada por la demandada según se indica. Asimismo, en la planta elaboradora de cecinas de la actora, tras recorrer sus distintas dependencias, se advierte el almacenamiento en lugares diversos de los sacos contenedores de sal nitrificada, adquiridos del actual proveedor, y de los correspondientes a los entregados por Comercial Salinak. Se deja constancia en el acta que estos últimos presentan en su envase el rotulado: "Salikur al 0.8%, nitrito de Na, sal común, estabilizadores y silicatos", su fecha de elaboración "junio de 1999", dirigido a Cecinas La Preferida, el domicilio de ésta, y su capacidad "30 Kg.". También se comprueba por el tribunal, que comparadas las sustancias contenidas en los sacos del actual proveedor como de la enviada por Comercial Salinak, ellas resultan igual a la vista, tacto y gusto. Octavo: Por su parte, la demandada aparejó al proceso, también con la debida ritualidad procesal, los siguientes instrumentos: a) Cuadruplicado control interno transportista y duplicado: Servicio de Impuestos Internos de las guías de despacho Nºs 01821, 01805 y 01820, agregados a la causa a fojas 20 y siguientes, datadas los días 11 de junio de 1999 la primera y última, y 19 del mismo mes y año la segunda, emitidas por Comercial Salinak Limitada, a nombre de Cecinas La Preferida S.A., en las que se describe la especie a recibir por el destinatario como "Salikur 0.8% (sal de cura)", en las respectivas cantidades de 44, 50 y 22 sacos de 30 kg. netos c/u, más uno de 20 kg. neto, además de indicarse el valor unitario de lo anterior. También se lee del cuerpo de la primera y tercera de tales guías, "según orden de compra Nº 09476 del 27 de mayo de 1999". Todas ellas con timbre de control portería, entrada, bajo el nombre de Cecinas La Preferida. b) Duplicado de las facturas Nºs 02099, 02064 y 02122, guardadas en custodia, emitidas por Comercial Salinak Limitada, a nombre de Cecinas La Preferida, con fecha 2 de junio, 19 de mayo y 11 de junio de 1999 respectivamente, indicándose contiguo al epígrafe "Condiciones": "crédito a 30 días, desde fecha de factura" en cada una de las mismas. Además en el cuerpo de ellas, se leen bajo los títulos cantidad, 1.500 Kg. en las dos primeras y 2.000 Kg. en la última, describiéndose el producto al que se refieren como "Salikur 0,8% (sal de cura), se indica el valor unitario de ello y el total del mismo. También, se consigna en dicha parte, tanto en el primero como en el último de los documentos en comento, "según orden de compra Nº 009476 del 27/05/99". c) Original de la etiqueta adherida a las partidas entregadas a Cecinas La Preferida S.A., según describe la demandada, el documento por ésta acompañado bajo el numeral 1 de su presentación de fojas 156, también guardado en custodia, de cuyo examen se advierte, además del logo impreso

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del nombre de la demandada, bajo el cual se lee "insumos industria alimentaria" "asesoría técnica", "aditivos alimentarios", "condimentos y sabores", "films tripas mallas elásticas"; como destinatario: "Cecinas La Preferida" y la dirección de la anterior. En forma destacada, al centro del documento: "Salikur 0,8%" y bajo ello, "fecha de elaboración: junio 10, 1999"; "peso neto: 30.0 Kg.", "ingredientes: nitrito de sodio, sal común, estabilizadores, silicatos". d) Dos informes de servicios de laboratorio, emitidos por Fundación Chile, Nºs 73.111 y 72.701, y la orden de análisis de este último, todos ellos guardados en custodia, en los que se indica el resultado de las muestras recibidas los días 8 de junio y 18 de mayo de 1999, indicándose en el primero el producto como "Salikur 0.8%" el que arrojó dicho porcentaje de NaNO2, entretanto en la segunda, se especifica la sustancia como "sal de cura "Salikur 0.8% Preferida", cuyo porcentaje del producto químico antes indicado resultó ser de 8.4. Noveno: Que los antecedentes probatorios referidos en lo que antecede, apreciados en la forma establecida en la ley, unidos a los dichos de las partes, en su conjunto, constituyen una presunción judicial revestida de los caracteres de gravedad, precisión y concordancia suficiente para formar el convencimiento del tribunal y por consiguiente tener plenamente acreditado en el proceso, que la cosa objeto del contrato de compraventa celebrado por las litigantes en esta causa, fue sal nitrificada, en una concentración de 0.8%. En efecto, según se advierte de los dichos de los testigos que deponen en la causa, prestados con las exigencias establecidas en el artículo 384 Nº 2 del Código de Procedimiento Civil, lo que permite atribuirles valor de plena prueba, entre ellos, don Sergio Enrique Cid Yáñez, quien a la época de celebración de la convención que motiva esta litis trabajaba para la empresa demandada, con motivo de lo cual intervino directamente en la negociación de que se trata según señala, asevera al igual que los demás declarantes, que la sustancia encargada por la demandante a Comercial Salinak Limitada, fue sal nitrificada en una concentración de 0.8%, fórmula que se aseguró haber ingresado en presencia del jefe de producción de la actora como lo solicitado comprar por ésta, junto a las demás condiciones de la compra, lo que a su turno, fue aceptado vender en las mismas condiciones por su entonces empleadora, la demandada. Asimismo, en los instrumentos relativos a la negociación acompañados por ambas partes, y relacionados en lo que antecede, especialmente en las guías de despacho y facturas pertinentes, singularizadas bajo los literales b) del considerando séptimo, y a) y b) del motivo octavo, se consigna la especie vendida con el nombre de Salikur 0.8%, figurando entre paréntesis "sal de cura", además de señalarse en ellas que éstas dicen relación con la orden de compra pormenorizada en la letra a) del citado apartado séptimo, en la que expresamente se menciona el producto ofrecido comprar como "sal nitrificada". Además, tanto en la inspección ocular practicada por el tribunal referida en el

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último razonamiento antes citado, como en el documento aparejado por la propia demandada a fojas 156, como correspondiente "a la etiqueta adherida a las partidas entregadas a Cecinas La Preferida", se describe el producto envasado como "Salikur 0.8%". A lo que se agrega lo dispuesto en el artículo 310 del Reglamento Sanitario de los Alimentos, que establece la composición y concentración de la sustancia denominada "sal nitrificada", cuya concentración oscila entre los 0.7 y 0.8%. De otro lado, tratándose la cosa objeto del contrato de un producto químico, es de conocimiento público que su esencia y naturaleza está determinada por la específica proporción de los diversos compuestos que los conforman, y no por la denominación que pueda dársele, a lo que se agrega que comúnmente tales elementos son escriturados por su fórmula y no por su denominación. Décimo: Atendido lo anteriormente señalado, no resulta atendible la alegación de la demandada en cuanto a que el porcentaje de concentración de la sustancia a la que se refieren y señalado en todos los documentos por ella emitidos y adjuntados al proceso, correspondieron a un simple error dactilográfico, menos aún considerando que atendido su giro de "elaboración de insumos para la industria alimentaria", según se indica en las copias de las facturas por ella acompañadas, no se advierte que la denominación del producto vendido no se condice con el porcentaje de concentración para el mismo indicado no sólo en las señaladas facturas y guías de despacho, sino que además, en la rotulación del producto, especialmente teniendo presente las disposiciones pertinentes del Reglamento Sanitario de los Alimentos, que especifican la composición y concentración de la sal de cura y de la sal nitrificada, entre otros, y establecen la información que debe contener el rótulo o etiqueta de los productos alimenticios, precisamente a fin de evitar que se induzca a error o engaño respecto de la naturaleza y condición física auténtica del producto de que se trata. Decimoprimero: Por consiguiente, encontrándose establecido en el proceso como se ha dicho, que el objeto de la compraventa celebrada entre las partes litigantes fue "sal nitrificada" en una concentración de 0.8%, y de otro lado expresamente reconocido por la demandada que el producto por ella entregado a la demandada fue "sal de cura" en una concentración de 8.0%, incuestionablemente lleva a colegir que esta última no ha dado cumplimiento a su obligación contractual, concurriendo por tanto en el caso sub lite, además de la existencia del vínculo contractual, que como ya se ha señalado no se encuentra controvertido en el proceso, la exigencia referida en el literal b) del motivo quinto de esta sentencia. Referente al tercer requisito, esto es, el cumplimiento de parte de la demandante de su correlativa obligación contractual de pagar el precio en la forma y tiempo estipulado, condición sine qua non, para la procedencia de la acción de

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resolución de contrato, conforme lo dispone el artículo 1.552 del Código Civil, en relación a los artículos 2 y 130 y siguientes del Código de Comercio, la que corresponde acreditar a la antes mencionada, acorde lo dispone el antes citado artículo 1.698 del Código Civil, es inconcuso que no habiendo aportado la actora antecedente alguno del que se infiera ello, como tampoco que se encontrare llana a satisfacer lo convenido, sino que por el contrario, se colige de las guías de despacho y de las facturas aparejadas al proceso, anteriormente pormenorizadas, que la demandante no ha dado cumplimiento en forma alguna a su obligación contractual, ni ha manifestado por hechos directos su intención de hacerlo, hace que necesariamente deba rechazarse la acción de resolución de contrato por ella intentada. Decimotercero: Atendido lo precedentemente concluido, resulta inconducente analizar la concurrencia en la especie de los demás requisitos señalados en el motivo quinto de esta sentencia. Decimocuarto: Que los demás antecedentes probatorios no pormenorizados en lo que antecede, en nada alteran o adicionan lo antes concluido por lo que se omitirá su análisis. II. En cuanto a la acción redhibitoria subsidiariamente interpuesta. Decimoquinto: Que Cecinas La Preferida S.A. interpone demanda de rescisión del contrato de compraventa e indemnización de perjuicios contra Comercial Salinak Ltda., por los vicios ocultos de la cosa objeto del contrato y entregada por esta última, por las razones de hecho y de derecho señaladas en lo expositivo de esta sentencia que se dan por reproducidos para todos los efectos legales. Decimosexto: Por su parte, la demandada, Comercial Salinak Limitada, contestó en esta parte el libelo intentado en su contra, solicitando el rechazo del mismo, atendidas las alegaciones de hecho y de derecho también referidas en lo expositivo de esta sentencia, los que se dan por reproducidos para todos los efectos legales. Decimoséptimo: Que en relación al asunto en discusión, conforme lo señala el artículo 1.824 del Código Civil, es obligación del vendedor, además de la entrega de la cosa objeto de la convención, el saneamiento de ella; denominándose acción redhibitoria, según lo establece el artículo 1.857 del citado compendio de leyes, aquélla que tiene el comprador, para que se rescinda la venta o se rebaje proporcionalmente el precio por los vicios ocultos de la cosa vendida, raíz o mueble, los que llama redhibitorios. A su turno, precisa el artículo 1.858 del mismo cuerpo normativo, que se entiende por tales, los que reúnen las calidades que enumera y consistentes en: haber existido al tiempo de la venta; ser tales, que por ellos la cosa vendida no sirva para su uso natural, o sólo sirva imperfectamente, de manera que sea de presumir que conociéndolos el

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comprador no la hubiera comprado o la hubiera comprado a mucho menos precio; y por último, no haberlos manifestado el vendedor, y ser tales que el comprador haya podido ignorarlos sin negligencia grave de su parte, o no haya podido fácilmente reconocerlos en razón de su profesión u oficio. Además, según indica el artículo 1.861 del mismo código, si el vendedor conocía los vicios y no los declaró, o si los vicios eran tales que éste haya debido conocerlos en razón de su profesión u oficio, será obligado, no sólo a la restitución o la rebaja del precio, sino a la indemnización de perjuicios; pero si el vendedor no conocía los vicios ni eran tales que por su profesión u oficio debiera conocerlos, sólo será obligado a la restitución o la rebaja del precio. Decimoctavo: Que de los antecedentes allegados al proceso, según se ha dicho en los motivos noveno y undécimo de esta sentencia, se ha establecido que la demandada no ha cumplido su obligación contractual de entregar la cosa objeto del contrato, cual es, sal nitrificada en una concentración de 0.8%, sino que ha dado a la demandante una especie diversa a la anterior, consistente en sal de cura en una concentración de 8.0%. Decimonoveno: Que lo anterior, lleva innegablemente a colegir que no resulta procedente la acción redhibitoria intentada, desde que como se ha dicho, no habiendo entregado la vendedora lo comprado por la actora, no resulta posible determinar la existencia de los vicios por los que se reclama la rescisión del contrato celebrado entre las partes. Al efecto, es dable señalar, que habiéndose entregado sal de cura y no sal nitrificada como se ha dicho, ello no importa un vicio oculto de la cosa existente al tiempo del contrato, desde que el acuerdo de voluntades y por tanto el consentimiento se formó entre las partes en relación a la segunda de tales sustancias, la que no corresponde a la entregada; a su turno, esta última, en cuanto tal, sirve para su uso natural, a lo que se añade que el comprador no ha manifestado de forma alguna, siquiera su intención de comprar tal compuesto, de lo que inequívocamente se desprende que en la especie no concurren las exigencias antes anotadas, conforme a las disposiciones legales citadas, para la procedencia de la acción redhibitoria intentada, la que por consiguiente, necesariamente también deberá ser desestimada. En mérita de lo expuesto y teniendo presente lo dispuesto en los artículos 1.437 y siguientes, 1.560 y siguientes, 1.698 y siguientes, 1.793 y siguientes, y 1.857 y siguientes del Código Civil; 2 y 130 y siguientes del Código de Comercio; decreto supremo Nº 977 de 6 de agosto de 1996, que aprueba el Reglamento Sanitario de los Alimentos; artículos 144, 160, 170, 341, 346, 384, 408, 426 y 428 del Código de Procedimiento Civil, Se declara: 1. Que se rechaza en todas sus partes la demanda de resolución de contrato e

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indemnización de perjuicios por incumplimiento de la obligación de la vendedora, deducida en lo principal de fojas 12 por Cecinas La Preferida S.A., contra Comercial Salinak Ltda. 2. Que asimismo, se rechaza en todas sus partes, la acción redhibitoria e indemnización de perjuicios interpuesta subsidiariamente a la anterior, en el primer otrosí de fojas 12, por Cecinas La Preferida S.A. contra Comercial Salinak Limitada. 3. Estimando el tribunal que la demandante ha tenido motivo plausible para litigar, no se le condena al pago de las costas de la causa. Anótese, regístrese, notifíquese, dese copia a la parte que lo solicite y en su oportunidad archívense los antecedentes. Dictada por: María Soledad Espina Otero, Juez Titular. Autoriza: Marta Sepúlveda Vilugron, Secretaria Titular. Rol Nº 5.423 1999. San Miguel, tres de noviembre de dos mil tres. I. En cuanto al incidente de objeción de documentos. Vistos: Atendido el mérito de los antecedentes, y tratándose los documentos impugnados de instrumentos privados emanados de terceros ajenos a la litis, se revoca la resolución de nueve de enero del año dos mil uno, escrita a fojas 204 de estos autos y a fojas 20 del cuaderno de compulsas ya acumulados al principal, en su parte apelada y se declara que se acogen las alegaciones formuladas en el escrito de fojas 201 y de fojas 17 de las compulsas por la parte demandante a los documentos señalados en los Nºs 5 y 7 del escrito de fojas 194 del principal y de fojas 13 de las compulsas, y que se guardan en la custodia Nº 2.800 00 del tribunal; declarándose que tales documentos carecen de valor probatorio. II. En cuanto a la apelación de la sentencia definitiva. Vistos y teniendo además presente: Que la sociedad demandada recibió la mercadería comprada como consta de las guías de despacho y recepción de fojas 58, 60 y 62 sin haber formulado reclamación alguna respecto de la calidad y cantidad de lo entregado. Y de acuerdo además con los artículos 146 y 158 del Código de Comercio, se

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confirma la sentencia apelada de veinticinco de octubre del año dos mil, escrita a fojas 232 a 265. Acordada con el voto en contra del señor Matus, quien fue de parecer de revocar la sentencia apelada y prestar acogida la demanda de resolución de contrato de compraventa formulada como petición principal del libelo de fojas 50 de estos antecedentes acumulados y para ello tiene presente: Primero: Que como bien se señala en los fundamentos primero a decimoprimero de la sentencia de primer grado, la sociedad demandada no dio cumplimiento a su obligación de entregar la cosa vendida, constituyéndose de esta manera en mora, a partir de la fecha de la última entrega, es decir, desde el 11 de junio de 1999 como aparece de la guía de despacho de fojas 62, de cumplir la referida obligación; Segundo: Que la obligación correlativa que había contraído la parte demandante de pagar mercadería vendida, se encontraba sometida al plazo que señala la parte demandada en su contestación de fojas 80, esto es a 30, 60 y 90 días después de la entrega; la primera entrega se realizó el 19 de mayo de 1999 y las dos siguientes el día 11 de junio del mismo año, como aparecen de las guías que rolan de fojas 58 a 63; Tercero: Que la demandante comprobó el 17 de junio que la mercadería entregada no era la que había sido comprada, lo que hizo saber de inmediato a la demandada; de lo anterior se desprende que la parte vendedora no entregó la mercadería señalada en el contrato, constituyéndose en mora de cumplir dicha obligación y por ende el comprador no se ha encontrado en ningún momento en mora de cumplir con su obligación de pagar el precio, de acuerdo con la norma del artículo 1.552 del Código Civil y del artículo 155 del Código de Comercio que determina que la obligación del comprador de pagar el precio en el lugar y tiempo estipulados, se encuentra sometida a las condiciones que la cosa vendida sea puesta a su disposición y que se hubiere dado por satisfecho de ella; en el presente caso, antes de vencer el plazo estipulado para el pago de la primera parte o cuota del precio, el comprador manifestó su disconformidad en lo entregado; Cuarto: Que la disposición del artículo 146 del Código de Comercio invocadas por la demandada no tienen aplicación al caso sublite porque el primero sanciona al comprador que no efectúe un reconocimiento de la calidad y cantidad de las mercaderías, cuando el vendedor en el acto de la entrega le exige que efectúe tal reconocimiento, y solamente en tal evento se entiende renuncia a todo ulterior reclamo por falta de cantidad o defecto de calidad; en el presente caso la parte vendedora no exigió tal reconocimiento y por ende no cabe entender que el comprador hubiere renunciado a todo reclamo; pero además debe considerarse que las mercaderías venían rotuladas como "sal de cura" de "0.8%". es decir engañosamente habían sido rotulados como si fueran

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de la calidad convenida en el contrato; este curioso error dactilográfico como lo denomina la empresa demandada, se repite también en las facturas que en copias rolan a fojas 47, 48 y 49 y en las guías de despacho de fojas 58 a 63; la disposición del artículo 158 del mismo código tampoco impide a la demandante reclamar por defecto de la calidad de lo comprado porque tal norma establece como condición que el comprador hubiere examinado la mercadería al tiempo de la entrega y la hubiere recibido sin previa protesta, y en la caso sublite la demandante no efectúo tal examen; Quinto: Que en razón de lo consignado anteriormente, corresponde prestar acogida a la petición principal de la demanda, y declarar resuelto el contrato de compraventa de 7.000 kilos de sal nitrificada al 0.8% por no haber la parte vendedora entregado la mercadería convenida; Sexto: Que con relación a la indemnización de perjuicios por daño emergente y por daños morales, estima el disidente que esta petición de la demanda debe ser desestimada toda vez que tales perjuicios han tenido su origen en la utilización de la sal entregada en la elaboración de productos destinados a la alimentación llevada a efecto antes de haber obtenido la certificación por el laboratorio de la Fundación Chile, y la entrega de los productos al comercio sin que hubieran sido sometidos al control de calidad que ha debido tener la propia empresa demandante, de modo que la causa inmediata de los perjuicios ha sido el proceder negligente de la propia demandante. Regístrese y devuélvase conjuntamente con su custodia. Redacción del Ministro señor Hernán Matus Valencia. Pronunciada por los Ministros señores Matus, Contreras y la Abogada Integrante señora Donoso. Autoriza el señor Molina, Secretario Titular. Roles acumulados Nº 341 01 y Nº 1.878 01. Santiago, veintisiete de julio de dos mil cinco. Vistos: En este juicio ordinario de resolución de contrato con indemnización de perjuicios caratulados "Cecinas La Preferida con Comercial Salinak Ltda.", rol Nº 5.423 1999 del Tercer Juzgado Civil de San Miguel, por sentencia de 25 de octubre de 2001, la Juez Titular de dicho tribunal rechazó la demanda deducida. Apelado este fallo por la demandante, una Sala de la Corte de Apelaciones de San Miguel, a fojas 302 por sentencia de 3 de noviembre de 2003, lo confirmó. Contra este último fallo, la demandante dedujo el recurso de casación en el fondo de lo principal de fojas 305.

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Se trajeron los autos en relación. Considerando: Primero: Que del examen de la sentencia atacada a través del recurso de casación en el fondo deducido por el abogado don Marco Antonio Atal Ramos en representación de la parte demandante Cecinas La Preferida, se constata lo siguiente: a. La actora, Cecinas La Preferida S.A. solicitó se declarara la resolución de un contrato de compraventa pactado con la demandada Comercial Salinak Ltda. fundado en el incumplimiento por parte de ésta de entregar la cosa objeto del contrato, toda vez que, habiendo comprado "sal nitrificada" en una concentración de 0,8%, la vendedora le entregó "sal de cura" en una concentración cercana al 8,0%. b. La sentencia de primera instancia, confirmada por la de segunda, estableció en su considerando decimoprimero que el objeto de la compraventa celebrada entre las partes litigantes fue "sal nitrificada" en una concentración de 0,8% y el producto entregado por la demandada fue "sal de cura" en una concentración del 8,0%, "lo que incuestionablemente lleva a colegir que esta última (la demandada) no ha dado cumplimiento a su obligación contractual". c. En el fundamento decimosegundo, la sentenciadora decidió rechazar la demanda por cuanto estimó que el actor no es un contratante diligente habilitado para demandar, pues no aportó antecedente alguno que acreditara haber dado cumplimiento a su obligación contractual de pagar el precio en la forma y tiempo estipulado, ni ha manifestado por hechos directos su intención de hacerlo. Segundo: Que, respecto del fundamento del rechazo, cabe consignar que lo resuelto importa acoger la excepción de contrato no cumplido planteada por el demandado en su contestación de fojas 80, donde expresamente afirmó que a la fecha no habían sido pagadas las facturas Nºs 02064, 02099 y 02122. Dichas facturas corren agregadas a los autos de fojas 47 a 49 (9 a 11), aparecen singularizadas en la letra b) del considerando séptimo y su análisis por el sentenciador, en conjunto con la restante prueba rendida, motivó el establecimiento del incumplimiento contractual por parte del demandado. Tercero: Que, no obstante lo anterior, como se aprecia de la lectura del considerando decimosegundo del fallo de primer grado, no existe consideración ni análisis alguno de las mismas facturas antedichas en relación a la excepción de contrato no cumplido planteada por el demandado, en circunstancias que para resolver adecuadamente dicha defensa y el conflicto suscitado entre las partes, necesariamente debieron los sentenciadores haberse hecho cargo del contenido de las mismas, especialmente en lo relativo a las condiciones

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pactadas para el pago del precio del producto. En efecto, en tales documentos se indica textualmente como condiciones para el pago: "crédito a 30 días desde fecha de factura"; en consecuencia, habiéndose extendido la primera factura el 19 de mayo de 1999, resulta que, a la fecha en que el actor detectó la diferencia del producto recibido comunicándoselo al vendedor, esto es, al día 17 de junio de 1999, no se había hecho exigible siquiera, el pago de la primera factura emitida. Cuarto: Que de este modo, el fallo impugnado no cumple con el requisito exigido en el Nº 4 del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, puesto que carece de las consideraciones de hecho y de derecho que llevaron a los sentenciadores a concluir que "el demandante no ha dado cumplimiento en forma alguna a su obligación contractual" de pagar el precio de la compraventa, lo que importa una causal de casación en la forma, de acuerdo a lo normado en el Nº 5 del artículo 768 del citado cuerpo legal. Por cierto, tal infracción ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo por cuanto un adecuado estudio de las facturas emanadas de la parte demandada y no objetadas, habría podido conducir a los sentenciadores a concluir que no le era exigible el pago del precio de la mercadería al actor, por cuanto en forma previa a ser exigible su obligación, constató e informó a su vendedor las irregularidades en el objeto del contrato. Quinto: Que, de acuerdo con la facultad concedida a esta Corte por el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, se invalidará de oficio el fallo impugnado, por el defecto formal ya señalado, dejándose constancia que sobre el particular no pudo ser invitado a alegar el abogado que concurrió a estrados, por haberse detectado el vicio durante el estado de acuerdo. Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 775 y 808 del Código de Procedimiento Civil, se invalida de oficio la sentencia de tres de noviembre de dos mil tres, escrita a fojas 302, dictada por la Corte de Apelaciones de San Miguel, la que se reemplaza por la que se dicta a continuación. Téngase por no interpuesto el recurso de casación en el fondo deducido por el demandante en lo principal de fojas 305. Regístrese. Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Abeliuk. Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros señores Eleodoro Ortiz S., Jorge Rodríguez A., Domingo Kokisch M. y los Abogados Integrantes señores René Abeliuk M. y Oscar Carrasco A.

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No firma el Ministro señor Ortiz, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con licencia médica. Autorizado por el Secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro. Rol Nº 5.320 03. Santiago, veintisiete de julio de dos mil cinco. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 786 del Código de Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo. Vistos: Se reproduce la sentencia de primera instancia, con excepción de sus fundamentos decimosegundo a decimonoveno que se eliminan. Y se tiene, en su lugar y además presente: 1º) Que el conflicto de autos se resuelve analizando el cumplimiento de las obligaciones por parte del vendedor, de las cuales la primera es entregar la cosa vendida al comprador, lo que en este caso se hizo, pero en términos objetados por éste y la segunda, es la obligación de garantía, que a su turno comprende los vicios redhibitorios y el saneamiento de la evicción. 2º) Que, el artículo 1.828 del Código Civil expresa que "el vendedor es obligado a entregar lo que reza el contrato", de lo que se sigue que, aunque en el caso de autos el vendedor cumplió con su obligación de entregar la cosa la sal lo hizo en forma imperfecta al entregar sal en una concentración distinta a la requerida por el comprador. Esta materia se encuentra tratada en el artículo 1.454 del Código Civil, referida al error de hecho que se produce cuando "la sustancia o calidad esencial del objeto sobre el que versa el acto o contrato, es diversa de lo que se cree". 3º) Que, en el caso de autos, no se ha demandado la nulidad del contrato por la existencia de este error sustancial, sino que la resolución del mismo, conforme lo faculta el artículo 1.489 del Código Civil, esto es, que el contrato se deje sin efecto por el incumplimiento del vendedor, con indemnización de perjuicios y, en subsidio "la rescisión", como dice la ley, por vicios redhibitorios, debiendo la sentencia que se dicte limitarse al análisis de estas pretensiones y fundamentos. De esta manera, el conflicto jurídico a que debe avocarse el sentenciador, es determinar cuál es la sanción por el hecho de haber entregado el vendedor una cosa distinta a la comprada y que, no sólo no servía para el objeto que buscaba el comprador, sino que, además, le habría producido graves perjuicios.

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4º) Que, habiendo sido recibida la cosa comprada, se ha producido lo que la doctrina llama el cumplimiento imperfecto, porque el vendedor cumplió su obligación de entregar sin reclamo de parte del comprador, pero en definitiva, como se ha señalado, el producto resultó ser otro diferente al comprado. 5º) Que corresponde, entonces, determinar cuál es la sanción para este caso por haberse entregado una cosa diferente a la comprada. A primera vista, pareciera que se trataría de un caso de vicio redhibitorio, definido en el artículo 1.857 del Código Civil, como la acción que tiene el comprador para pedir que se "rescinda" la venta o se rebaje proporcionalmente el precio, por los vicios ocultos de la cosa vendida. Sin embargo, ha de destacarse que la acción antedicha, cuyos requisitos de procedencia se encuentran en el artículo 1.858 del Código Civil, constituye una excepción a la regla general de que el incumplimiento de las obligaciones de un contrato bilateral da origen a la acción resolutoria, debiendo entenderse que aun cuando el legislador califica constantemente la acción por vicios redhibitorios como una acción rescisoria, lo cierto es que, en verdad, es una acción resolutoria especial y con reglamentación diferente a la regla general del artículo 1.489 del texto legal señalado. 6º) Que, en consecuencia, la situación se traduce en que, ante el cumplimiento imperfecto de la obligación de entregar, puede suceder que se reúnan los requisitos de los vicios ocultos, en cuyo caso se aplican las normas del párrafo 8º del Título XXIII del Libro Cuarto del Código Civil, pero si no se dan dichas exigencias puede reclamarse el cumplimiento de la obligación de entregar por parte del vendedor, a través del artículo 1.489 del Código Civil, si concurren los presupuestos que exige la norma, dando lugar así a la aplicación de la condición resolutoria tácita de este precepto de aplicación general. 7º) Que, de acuerdo a las disposiciones que reglamentan la institución de los vicios ocultos, ellas se aplican cuando entregada la cosa realmente vendida, ésta resulta tener un vicio existente al tiempo de la venta, pero que no puede ser advertido por el comprador, lo que en este caso se cumple, como se encuentra establecido en autos. Pero ello sólo puede tener lugar cuando la cosa entregada es realmente la vendida, lo que no acontece en autos, donde la cosa entregada es otra, como ha quedado establecido en la sentencia de primer grado. Por ende, no cumpliéndose esta exigencia fundamental para aplicar la acción redhibitoria, debemos volver a la regla general del artículo 1.489 del Código Civil, ya que el incumplimiento del vendedor reúne todos los requisitos para que proceda la resolución del contrato. 8º) Que, por otra parte, no puede considerarse que el actor sea un contratante que esté en mora de cumplir con sus obligaciones emanadas del contrato, por

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cuanto, según se indicó en la sentencia de casación precedente, es un hecho reconocido por el demandado que fue informado de las objeciones respecto del producto entregado el día 17 de junio de 1999, fecha en la cual no se cumplían los 30 días de plazo para el pago de la primera factura, de lo cual sólo cabe concluir que la obligación del comprador de pagar el precio no le era exigible y tampoco lo es con posteridad a la fecha señalada, puesto que tal como lo constató la actora, ha podido determinarse en estos autos que la sal que le fue entregada no correspondía a aquélla comprada. 9º) Que, conforme lo razonado precedentemente, corresponde acoger la acción principal de resolución de contrato deducida por el actor. 10º) Que, en cuanto a los perjuicios demandados, ellos se han hecho consistir en: a) Daño emergente, por los perjuicios en el desecho de todos los productos elaborados con el insumo entregado por la demandada, que suman 23.214 kilos, por un valor total de $ 47.301.368; el retiro del mercado de 600 kilos de vienesas Fast Food de estaciones de servicio Copec, que alcanzan una suma de $ 852.000; valor de gastos de arriendo y pago de energía de un contenedor en que se mantienen los productos afectados, a razón de US$ 25 diarios por arriendo desde el día 24 de junio de 1999 y US$ 10 diarios por energía desde el 25 de junio del mismo año. b) Daño moral, por los perjuicios causados en el prestigio, confianza y credibilidad ganadas por la actora a través de años con sus clientes y consumidores, que avalúan en la suma de 10 millones de pesos. La actora solicita dar lugar a estas cantidades con sus debidos reajustes e intereses o bien a las sumas que este tribunal determine en justicia. 11º) Que, para acreditar tales perjuicios, la actora rindió la prueba testimonial detallada en el considerando séptimo del fallo de primer grado, la que, reuniendo los presupuestos señalados en el número 2 del artículo 384 del Código de Procedimiento Civil permite a estos sentenciadores concluir que con la sal de cura entregada por la demandada, se elaboró una cantidad considerable de productos del giro de la demandante, es decir, cecinas, las que no pudieron ser comercializadas dada la concentración de nitrato de sal que contenían, superior en diez veces a la que permite el reglamento sanitario. Así también lo comprobó el juez de la causa, quien a través de la inspección personal realizada a fojas 199, observó la existencia de un contenedor del aproximadamente 50 metros cúbicos que almacenaba los productos que debieron de ser retirados del mercado o desechados por haber sido elaborados con la sal proporcionada por la demandada. 12º) Que, de la prueba señalada en el considerando precedente se puede concluir que el obrar de la demandada causó perjuicios a la actora consistente en la pérdida de una importante cantidad de productos elaborados sobre la base al insumo proporcionado por la demandada y que debieron ser desechados o retirados del mercado. Sobre el particular, cabe destacar, que el incumplimiento

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de la demandada que ocasionó este perjuicio, resulta particularmente grave y doloso, si se consideran las explicaciones y defensas esgrimidas en la contestación en relación con la actividad económica desarrollada por tal empresa, consistente en la elaboración de insumos para la industria alimenticia, actividad regulada por estrictas disposiciones legales contenidas en el Código Sanitario y especialmente en el Reglamento Sanitario de los Alimentos aprobado por decreto 977 del Ministerio de Salud. 13º) Que, respecto del monto de los perjuicios cabe consignar que el testigo Walter Sergio Ahrend Villa cuantifica en $ 47.000.000 el valor de los productos que debieron ser desechados y en $ 852.000.los que debieron ser retirados del mercado; por su parte, los testigos Roberto de la Barra Guzmán y Alejandro David Tapia Vial, los calculan en $ 50.000.000 y $ 48.000.000 los primeros y en $ 1.000.000, los segundos. Dichos testimonios, unidos a la restante prueba analizada en los autos, son a juicio de estos sentenciadores suficientes para regular el daño emergente sufrido por la demandante en la suma única y total de $ 40.000.000 que deberán ser pagados por la demandada con los reajustes e intereses que se indicarán en lo resolutivo. 14º) Que se rechazarán, en cambio, los restantes rubros demandados por cuanto, la misma prueba rendida es insuficiente para acreditar el daño consistente en los gastos en que la actora incurrió para almacenar los productos desechados, puesto que no puede determinarse el tiempo que permanecieron en ese estado y el valor de los mismos en unidad monetaria chilena. Tampoco corresponde dar lugar al daño moral demandado por cuanto no existe prueba que acredite un real y cierto perjuicio a la imagen de la empresa o a la confianza de sus clientes, como fue expuesto por la actora. 15º) Que, habiéndose acogido la demanda principal, no resulta procedente pronunciarse sobre la demanda subsidiaria de rescisión. Por estas consideraciones, se revoca la sentencia de veinticinco de octubre de dos mil uno, escrita a fojas 232 y siguientes y, en su lugar, se decide: I. Que se acoge la demanda deducida en lo principal de fojas 50 y se resuelve el contrato de compraventa de sal nitrificada celebrado entre las partes en el mes de mayo de 1999. II. Que la parte demandada deberá pagar a la actora por concepto de indemnización de perjuicios por daño emergente, la suma de $ 40.000.000 (cuarenta millones de pesos), con reajustes desde la notificación de la demanda, e intereses corrientes desde que esta sentencia quede ejecutoriada. III. Que se rechaza la indemnización solicitada por los rubros de arriendo de

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frigorífico y daño moral. IV. Que se condena en costas al demandado. Se previene que el Ministro señor Rodríguez concurre al rechazo de la indemnización por daño moral, teniendo únicamente en consideración que, en el estatuto jurídico que regla la responsabilidad contractual no procede la indemnización por daño moral conforme lo preceptuado en el artículo 1.556 del Código Civil. Acordada la condena en costas, con el voto en contra del Abogado Integrante señor Carrasco, quien estuvo por eximir al demandado de las mismas, por no haber sido totalmente vencido. Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Abeliuk. Regístrese y devuélvase, con sus agregados. Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros señores Eleodoro Ortiz S., Jorge Rodríguez A., Domingo Kokisch M. y los Abogados Integrantes señores René Abeliuk M. y Oscar Carrasco A. No firma el Ministro Sr. Ortiz, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con licencia médica. Autorizado por el Secretario señor Carlos A. Meneses Pizarro. Rol Nº 5.320 03