Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística · veinte horas de trabajo autónomo, se...

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Libertad y Orden

3 Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística

Guía 3

Diplomado Fiesta de la Lectura-Leer es mi Cuento | Formación a distancia

MinCulturaMinisterio de Cultura

Libertad y Orden

La presente Guía fue elaborada por Beatriz Helena Isaza, para ser impresa y entregada a los agentes educativos de Fiesta de la Lectura 2013. Se trata de una adaptación para la modalidad de formación a distancia y fue realizada a partir del Módulo Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística, escrito por Patricia Correa para la modalidad formativa virtual Fiesta de la Lectura 2013.

Ministerio de CulturaMariana Garcés Córdoba Ministra de Cultura

Guiomar AcevedoDirectora de Artes

Estrategia Fiesta de la Lectura – Plan Nacional de Lectura y Escritura 2013

Instituto Colombiano de Bienestar FamiliarAdriana María González Maxcyclak Directora General (E)

Germán Alberto Quiroga GonzálezDirector de Primera Infancia

Carlos del Castillo CabralesSubdirector de Gestión Técnica para la Atención a la Primera Infancia

Coordinación EditorialIsabel Cristina Quiroga GómezJefe de la Oficina Asesora de Comunicaciones ICBFGrupo de Comunicación Externa

Socios nacionales:Fundación para el Fomento de la Lectura, FundalecturaFundación Rafael PomboFundación CarvajalCentro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, Cerlalc Socios regionales:Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana, OpiacFundación Taller de Letras Jordi Sierra i FabraCorporación Gestión y AcciónFundación para el Desarrollo Alimentario, FundaliCorporación Yraka

Diseño y diagramación: Victoria Peters Rada

Impresión: Gráficas Gilpor S.A.S.

ISBN: 978-958-623-146-6

Guía 3 para formación a distancia dirigida a agentes educativos del ICBF.© Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,Primera edición, octubre 2013

Comisión Intersectorial de Primera Infancia. Estrategia Nacional De Cero a Siempre

Esta Guía es producto del Convenio 1269-2172/2013 suscrito entre el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar–

ICBF, el Ministerio de Cultura, la Fundación para el Fomento de la Lectura, Fundalectura, la Fundación Rafael

Pombo, la Fundación Carvajal y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, Cerlalc.

Diplomado Fiesta de la Lectura-Leer es mi Cuento | Formación a distancia

3 Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística

Guía 3

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Guía 3. Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística Guía 3. Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística

Saludo

Bienvenido a la Guía 3. Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística del componente de formación a distancia de Fiesta de la Lectura-Plan Nacional de Lectura y Escritura 2013.

Como abrebocas a los temas que vamos a abordar, lo invitamos a leer unas cuantas líneas de este maravilloso libro que hace parte de la colección Leer es mi Cuento:

Por la noche cuando duermes y la casa se encuentra en silencio, por la noche cuando duermes, me imagino tu vida.Y deseo para ti, ser humano, [.. .] lecho, silla y casa. [.. .] Y que tu risa, niño cantarín, suene como plata.Quiero cantar contigo todas las canciones que yo sé. [.. .]

Las traemos aquí porque son palabras que nos permiten pensar en los niños y en nosotros desde tres lugares diferentes pero relacionados: la familia, el patrimonio y los lenguajes de expresión artística.

Al abordar estos temas seguiremos explorando caminos que nos conducirán a revisar y mejorar nuestro papel como acompañantes de los procesos de construcción del lenguaje y desarrollo de los niños. El orden en que los abordaremos es el siguiente:

1. La familia: hablaremos de ese grupo humano que es el primero en acoger a los que recién llegan a nuestro mundo y cuya manera de apoyar el crecimiento de los niños está determinada por su cultura. También daremos algunas ideas acerca de cómo involucrar a las familias en el trabajo que hacemos con los niños, valorando las diferencias culturales que hay entre ellas.

2. El patrimonio: en este segundo apartado veremos qué entendemos por patrimonio, por qué es importante y cómo podemos acompañar a los niños a descubrir cuál es el suyo y a relacionarse con él. También daremos pautas sobre cómo usar algunos de los libros de la colección Leer es mi Cuento para ayudar a que nuestros niños conozcan y valoren las lenguas como parte vital de su capital cultural.

3. Los lenguajes de expresión artística: por último abordaremos el tema de los lenguajes de expresión artística, cuáles son y por qué debemos darles un lugar propio en nuestros espacios de trabajo. Fiesta nos invita a pensar la música, la pintura, los juegos teatrales, no como actividades “al servicio” de la práctica de lectura de libros o de relatos orales, sino como formas de expresión que debemos propiciar y potenciar para lograr el desarrollo integral de los niños.Las actividades que usted deberá realizar, y que le permitirán cumplir con

veinte horas de trabajo autónomo, se explican en el Cuadernillo de Actividades. A medida que vaya leyendo la Guía encontrará recuadros en los cuales se nombran las actividades propuestas para cada uno de los temas abordados. Para ampliar la información sobre estas actividades y realizarlas vaya al Cuadernillo.

Al finalizar estas veinte horas esperamos que cuente con herramientas que le permitan:PFortalecer la presencia de las familias en el espacio que comparte con los niños. PIdentificar cómo vivir y dar significado al patrimonio en la unidad de servicio. PPotenciar los lenguajes de expresión artística para favorecer el desarrollo integral

de los niños.

Lóguez Ediciones.

Cuadernillo de actividades

ANTES de leer el apartado correspondiente a la familia, por favor abra su Cua-dernillo, busque la actividad 1 y responda las preguntas que allí se formulan. Una vez termine de leer el apartado sobre la familia, vuelva al Cuadernillo y res-ponda las preguntas planteadas para el momento en que termine de leer el texto.

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1. La familia

Cada vez que nos preparamos para el nacimiento de un bebé, nos preocupamos por tener listas las cosas materiales que va a necesitar: la cuna, su ropa, un sonajero o algún muñeco de textura suave. Al mismo tiempo, durante esa espera nos preparamos para recibirlo como madres, padres o como integrantes del grupo de adultos cuidadores más cercanos a él o a ella.

Esa preparación nos permite comprender que, una vez nazca el bebé, la vida del grupo no volverá a ser la misma. Él o ella llega para transformarlo todo, principalmente el orden de las relaciones que establecemos con los demás y nuestras prioridades. Por eso, aunque el nacimiento de un bebé es un acontecimiento que en muchos casos es feliz, nunca es fácil porque conlleva muchos cambios, nuevas tareas en casa, una permanente preocupación porque el bebé esté bien, por atender sus necesidades y responder a su proceso de desarrollo.

Si bien este proceso, al que nos referimos en la Guía 1, lo llevan adelante de manera muy parecida todos los bebés, siempre es diferente. Esto es así porque desde el nacimiento comienza a manifestarse la relación entre la herencia biológica (esa que nos hace seres humanos semejantes) y la herencia cultural, presente en la forma especial que tiene cada familia, cada comunidad, de acompañar a los más pequeños y relacionarse con ellos.

Un ejemplo que muestra cómo la cultura determina las pautas de crianza es el del autocuidado: cómo desde muy pequeña cada persona aprende a cuidar de sí misma en distintas situaciones. Algunas comunidades indígenas enseñan el autocuidado por medio del ejemplo, permitiendo el ensayo y el error, así los niños aprenden cómo evitar caerse de un árbol, cómo nadar en el río... A diferencia de ellos, muchos de nosotros damos recomendaciones a los niños y con muchas palabras los prevenimos sobre los riesgos.

Es esa diversidad cultural la que determina cómo cada familia, cada comunidad, cuida al bebé, cómo lo alimenta, lo viste, le propone juegos o hace que participe en ciertas actividades, como ir con su madre a hacer el mercado, por ejemplo. Y todo esto marca grandes diferencias en los procesos de desarrollo, de construcción del lenguaje y de relaciones del niño.

Así pues, tanto la familia como la comunidad determinan diversidad de comportamientos a los que los bebés responden adaptándose para lograr su objetivo: ser miembros activos de su sociedad, reconocidos por todos.

Hay un maravilloso documental llamado Bebés y realizado en el año 2010, que gira en torno a las distintas maneras de criar a los más pequeños. Cada una de sus imágenes nos permite ampliar y mejorar nuestra comprensión de esas diferencias de las que estamos hablando.

Dirigido por Thomas Balmès, el documental nos permite seguir a cuatro bebés muy disímiles. Los vemos crecer desde el momento de su nacimiento hasta cuando logran dar sus primeros pasos. Uno de ellos se llama Ponijao y nace en Namibia. El otro se llama Bayarjargal y su familia vive en Mongolia. Una de las niñas es Mari y vive con sus padres en Japón. Y la otra es Hattie, que nace y crece en Estados Unidos.

Busque este video y mírelo, dispuesto a comprender las diferencias que se presentan no solo en relación con los lugares que habitan los niños, sino con las costumbres y modelos de crianza de cada una de sus sociedades. Como todos los

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grupos humanos del planeta, las familias que se presentan en el documental deben acomodar sus prácticas a las posibilidades que brinda el entorno y a las de la propia comunidad.

Para ver el video debe conectarse a internet y luego ingresar a esta dirección: http://www.fi lmdu.tv/babies/

Diferentes familias y diferentes historias

para valorar la diversidad y construir identidadPero no necesariamente se debe vivir en lugares

distantes como África y Estados Unidos para ser distintos. Permanentemente los agentes educativos encontramos grandes diferencias entre los niños y las familias que forman parte de la comunidad que llega a nuestro espacio de atención.

Es nuestra función ayudar a todos los niños a comprender que las familias son muy diferentes unas de otras, que cada uno tiene la propia y que los lazos que los unen a sus padres, presentes o ausentes, no son los únicos que explican su historia. También están aquellos vínculos que se extienden a sus antepasados y a su comunidad.

Y nada mejor para apoyarlos de modo que lo comprendan que la palabra. Por medio de las historias de los padres, de los abuelos o de otras personas mayores que explican cómo es el lugar de donde provienen, sus gentes y sus costumbres, y también por medio de los cantos tradicionales, los juegos, las coplas, los mitos y las leyendas los niños pequeños van comprendiendo la riqueza de la diversidad y aprenden a valorar su pertenencia a un grupo social.

Promover el diálogo entre las familias y entre estas y sus niños constituye un paso fundamental para aprender a valorar la diversidad. Con ello, apoyamos a los niños en su proceso de construcción de identidad. Abra las puertas de su lugar de trabajo para que entren las familias. Al hacerlo logrará que los niños:• Comprendan que tienen raíces y también una historia, porque

compartir con sus padres y otros adultos les permite a los niños sentirse unidos a ellos, así como una planta se siente unida a sus raíces. Algunas cortas y gruesas raíces unen a los

niños con sus padres; unas más largas, con sus antepasados y otras mucho más extensas los vinculan con la comunidad. Entender que son esas raíces las que los sostienen, les brinda a los niños la posibilidad de comprender por qué se parecen y al mismo tiempo, les muestra en qué son diferentes; les facilita ser similares a los otros, diferenciarse, unirse o alejarse sin temor a perder el vínculo.

• Saber que son herederos de una gran riqueza, pues conocer elementos muy variados de su cultura, diferentes manifestaciones artísticas, la exuberancia de su entorno, cada logro alcanzado por sus padres o sus cuidadores y por la comunidad les permitirá valorar tanto lo que son, como lo que tienen y pensar en la importancia de cuidarlo y recrearlo.

• Comprender la diversidad y respetar la diferencia, pues tendrán experiencias diversas con familias distintas a las suyas, al tiempo que podrán observar cómo se relacionan los diferentes grupos familiares.

Los nombres se presentan: otra estrategia para la construcción de identidad

Margarita, está linda la mary el vientolleva esencia sutil de azahar;yo sientoen el alma una alondra cantar;tu acentoMargarita, te voy a contarun cuento:. . .Ya que lejos de mí vas a estar,guarda, niña, un gentil pensamientoal que un día te quiso contarun cuento.

Tomado del poema A Margarita Debayle, de Rubén Darío.

Ediciones Ekaré-Banco del Libro.

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Esta actividad contribuye al fortalecimiento del vínculo entre padres e hijos y a la construcción de identidad de los pequeños. Cada niño se siente único: no hay otra historia como la suya. Al mismo tiempo, esta actividad permite a los agentes educativos conocer un poco más a las familias de los niños que atienden y comprender mejor circunstancias particulares, lo cual los ayuda a intervenir de forma más acertada en casos especiales.

Más ideas acerca de cómo involucrar a las familias en la unidad de servicio

Una buena relación con los padres y con otros familiares responsables de los niños nos permite mejorar nuestra función como acompañantes. Para lograrlo es muy importante que nuestros intercambios no se reduzcan a un momento en la puerta a la hora de llegada y otro a la hora del regreso a casa, a los de reuniones para la entrega de informes o a los momentos de adelantar trámites.

Es necesario idear espacios y proponer temas que sirvan como una invitación a los padres para que se acerquen a la

¿Cómo se llaman sus niños, esos que tiene a su lado todos los días? ¿Conoce la historia de sus nombres? ¿Saben los niños por qué se llaman Margarita o Isabel, Jacobo o Sebastián?

Así como invitamos a los abuelos y a los padres a compartir la memoria de lo que ha vivido cada familia, podemos pedirles a estos últimos que nos hablen acerca de la historia que tienen los nombres de los niños. Los nombres son palabras que guardan una tradición y un significado. Al elegir el nombre que le daremos a nuestro hijo tomamos en cuenta muchos más elementos que el simple gusto, entra en juego la historia familiar:—Mi hijo se llamará José por su abuelo paterno y Luis por su

abuelo materno. ¿Ya sabes si tendrás una niña o un niño y qué nombre le pondrás?

—Será una niña y la llamaré Camila, como su tía, que además va a ser su madrina de bautizo. Los nombres que reciben los niños también son el resultado

de semanas y a veces meses de búsqueda y acuerdos entre el papá y la mamá, entre estos y los abuelos, tíos y demás familiares. Algunos eligen el nombre pensando en personas que admiran o para cumplir, en parte, el deseo de haberse llamado de un modo diferente. En fin, cada nombre tiene detrás una razón, una historia y muchos significan cosas muy bellas, como algunos de los nombres de los niños indígenas, pues se relacionan con elementos de la naturaleza.

El nombre es importante. Llamamos a los niños aún antes de nacer, es la palabra que la madre siempre pronuncia cuando le habla al pequeño que espera, y la que aparece en el primer documento público en el que se le reconoce como un nuevo miembro de la sociedad, una vez nace.

Por todo lo anterior es que invitar a los nombres de los niños a presentarse, resulta ser una actividad que encanta y emociona a todos los pequeños. Gracias al relato del padre o la madre que llega al hogar o a la unidad de servicio, trayendo el álbum de fotografías o alguna de las ropitas de cuando era un recién nacido, los niños confirman que su nombre es importante, que tiene una carga de sentido.

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unidad de servicio y sientan que se les acoge. Animarlos a que compartan sus saberes y sus historias con sus hijos, con los otros niños y con los agentes educativos, sin que esto tenga un sentido de obligación, sino el del placer por el intercambio y el reconocimiento.

Momentos y actividades diferentes y divertidas que permitan a los niños ver a sus padres de otra manera, como adultos que saben y quieren enseñar, narrar, jugar, etc. Al mismo tiempo, los padres pueden observar a sus hijos en ese espacio que es muy suyo y en relación con muchos otros niños de edades cercanas.

Miradas y observaciones que en muchas ocasiones brindan un conocimiento del hijo o del padre que antes no se tenía, que crean lazos y tranquilizan. En la relación entre padres e hijos se experimentan constantes angustias; los padres porque desean asegurar que sus hijos estén bien y se relacionen de manera adecuada con los otros niños y los adultos distintos a los miembros de la familia, y los hijos porque necesitan comprobar qué tan importantes son para los padres.

Por todo esto, es necesario promover esos momentos. Algunas ideas que pueden servirnos para lograrlo son estas que nos comparten otros agentes educativos:• Compartir el álbum familiar es una actividad emotiva y

disparadora en la que, a partir de algunas fotos, todos recuerdan y recrean vivencias y afectos. Un álbum con los abuelos, tíos significativos, papá, mamá: fotos, quizá una descripción de cada uno o alguna anécdota que acompañe las fotos. Con esto se monta una exposición y padres y niños la recorren en una vivencia de reconocimiento que da pie a conversar sobre los otros y sobre sus historias.

• Invitar al hermanito que aún no ha nacido, o que acaba de nacer, con los relatos de los padres sobre ellos y sus nombres.

• Crear la “tarde de cocina fácil y deliciosa”, para que lleguen al espacio de atención mamás, tías, abuelas con sus recetas o comidas favoritas para niños.

• Planear sesiones de demostración de oficios: carpintería (mostrar cómo se fabrica un sencillo mueble de madera), albañilería (que puedan ver cómo se pegan ladrillos o pule una pequeña parte del piso), sastrería (mostrarles cómo se hace un pantalón).

• Invitar a compartir saberes curiosos a los papás, abuelos, tíos y personas de la comunidad.

• Realizar un festival de historias o canciones tradicionales.• Invitar a los padres a contar cómo vivían cuando eran

niños, a jugar con los niños los juegos de su infancia, una tarde al mes.

• Hacer la huerta y aprender de plantas.• Construir juguetes o las mochilas en las que luego se

transportan a las casas los libros en préstamo. • Participar en un concurso de coplas o trovas para los niños• Organizar un encuentro de colonias, así no sean más que

dos: aquella a la que pertenece la mayoría de los niños de la unidad de servicio y esa otra del niño nuevo que llega de un lugar muy diferente, con costumbres y pensamientos que queremos conocer.

• Proponer a los padres venir a conocer cómo es un día en la unidad de servicio para su niño.Todo esto y mucho más puede ser lo que anime a los padres

y familiares a participar más de cerca en los procesos de los niños y en la construcción de su identidad.

También podemos invertir los papeles e invitar a los padres y familiares a las unidades de servicio no para que realicen las actividades que acabamos de mencionar sino para que reciban un regalo de nuestra parte. Por ejemplo: una lectura en voz alta o la narración de un relato que nosotros, los agentes educativos, hemos preparado para ellos.

También podemos invitarlos a pasar un momento en el rincón de los libros o en el patio, junto a sus hijos, unos pocos minutos antes de volver a casa y sin la obligación de tener que hacer nada; solo “estar allí”, compartir con sus pequeños ese breve tiempo y luego regresar a casa con una

Arriba en la palmera se columpia un monito y mientras pela un bananocanta muy bajito. Florecita de yerbabuenaflorecita de poleo, las horas se me hacen años los días que no te veo.Coplas de tradición

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sensación de bienestar que seguramente les hemos podido regalar.

Actividades como las descritas, y muchas otras que seguramente usted lleva a cabo, son las que hacen que en nuestro espacio de atención no solo se acepte la presencia de las familias, sino que se la promueva para que los niños puedan reconocer desde otras dinámicas a sus padres, y para que estos papás y mamás tengan la oportunidad de un intercambio con su hijo muy diferente al cotidiano.

Todas las acciones anteriores, que no guardan ningún misterio y podemos multiplicar y organizar para realizarlas fácilmente en el espacio compartido con los niños, posibilitan que se produzcan varios hechos fundamentales en la dinámica de las familias, tales como:• El reconocimiento por parte de los padres y familiares de su

saber y de la importancia de transmitirlo directamente a sus hijos. Y es que, desafortunadamente, muchos papás piensan que ellos no saben mucho acerca de cómo criar a sus niños por los cambios que se han venido produciendo en la sociedad. No confían en lo que saben y terminan delegando gran parte de la responsabilidad en el agente educativo.

Es necesario ayudarles a comprender lo fundamentales que son para la vida de sus hijos, a todo nivel. Para proveerles el sustento y garantizar su seguridad pero también para involucrarlos en la cultura y la historia, para acompañarlos a construir su identidad y sentido de pertenencia. Es importante hacerles sentir a los padres que su presencia es vital para el sano desarrollo emocional, relacional y cognitivo de los niños.

• Escuchar al agente educativo y permitirle que aporte a sus dinámicas familiares. Un ambiente que acoge a los padres y que parte del respeto por los diferentes modelos de crianza, le dará al agente educativo más oportunidades para compartir con ambos padres sus observaciones sobre los procesos de su hijo y las relaciones de comunicación que establece con ellos. De esta manera puede ayudar a

comprender por qué se producen determinadas situaciones, y colaborar para que los grupos familiares que lo requieran se planteen la posibilidad de hacer algunos cambios para el bienestar de todos sus integrantes.

• Considerar que ellos también pueden hacer actividades muy parecidas con sus niños en casa. Esto es algo que se logra al facilitar que los padres se integren, por momentos, a la cotidianidad del espacio que compartimos con los niños. Porque ese estar al lado de sus hijos, en una de las actividades corrientes que realizamos con ellos, les muestra que no hay misterios, que los niños disfrutan con muy poco si realmente se les ofrece con entusiasmo y se les asegura compañía. En fin, que su cariño, su saber y su presencia son importantes y que su diversidad es valiosa y enriquece la vida de los niños.

Cuadernillo de actividades

Por favor abra su Cuadernillo y revise las actividades 2 y 3. La actividad 2 consiste en hacer una encuesta mural en su espacio de trabajo para que las familias de los niños puedan escoger una actividad que les permita integrarse a la unidad de servicio. La actividad 3 lo ayudará a sacarle más provecho a la lectura del siguiente apartado, acerca del patrimonio. Por favor realícela ANTES de continuar la lectura de esta Guía.

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Y que tu risa niño cantarín, suene como plata.Quiero cantar contigo todas las canciones que yo sé.

Tomado de: Todo lo que deseo para ti de Jutta Richter.

Lóguez ediciones.

La autora de Todo lo que deseo para ti dice: “Quiero cantar contigo todas las canciones que yo sé”. Es eso lo que deseamos para nuestros niños: entregarles todo lo que sabemos ya sea por experiencia propia o porque otros nos lo han enseñado. Todo lo que consideramos importante para que los niños crezcan sabiendo que son miembros de una comunidad con la que comparten una identidad, un tiempo y un espacio. No son solo las canciones que conocemos sino toda la riqueza cultural y natural que poseemos. Y esto es precisamente lo que constituye el patrimonio.

¿Qué es y por qué valoramos el patrimonio? Patrimonio es el conjunto de bienes culturales y naturales

que una generación recibe de la anterior y busca entregar a la siguiente cumpliendo con el propósito de preservarlos, continuarlos y hacerlos crecer.

2. El patrimonio Muchas de esos bienes pueden tocarse con las manos como una antigua escultura en piedra o los árboles y el agua de un parque o de una reserva natural. Otros, en cambio, no podemos tocarlos, pero existen: se trata del patrimonio inmaterial, que está conformado por:• los conocimientos, por ejemplo, saber cuál es el poder

medicinal de una planta;• Las técnicas, como el modo de hacer una siembra;• las diferentes formas de expresión, entre ellas: la música, la

pintura, la representación teatral, el juego. • Las celebraciones, como los carnavales y las fiestas.

De estos bienes del patrimonio que no se logran atrapar con las manos, y que por eso se llaman intangibles, sí podemos obtener algunos registros para compartirlos con los demás, verlos, hablar de ellos y disfrutarlos; por ejemplo:• De la preparación de una medicina a partir de una planta,

podemos tener la receta. • De las formas de sembrar en la zona cafetera podemos

lograr una fotografía.• De un joropo o un arrullo puede conseguirse una grabación.

Podemos observar entonces, que el patrimonio también está conformado por todas las prácticas y los saberes que tienen que ver con nuestro modo de ver la vida y de relacionarnos con el entorno, con lo que ese medio nos brinda o nos limita. Por ejemplo, muy diferente es la vaquería en los Llanos Orientales, con sus cantos y la relación con el caballo, que el cuidado del ganado en Cundinamarca. O la pesca en el río, que la pesca artesanal en el mar.

Al mismo tiempo, el patrimonio se alimenta de las relaciones en la comunidad y gracias a ellas se conserva, dándonos a cada uno, al mismo tiempo, identidad, reconocimiento y posibilidad de recreación. Un buen ejemplo son los carnavales. Tan similares por ser fiestas populares, con desfiles y mascaradas, música, baile, textos que se escriben y se cantan, espacios especiales para la participación de los niños. Y, al mismo tiempo, tan diferentes como el Carnaval

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de Blancos y Negros en Pasto es distinto del Carnaval de Barranquilla o diferente al del Diablo en Riosucio, cada uno tiene sus temas y música.

Todo lo anterior nos permite entender que el patrimonio no es algo antiguo y quieto, sino algo que está en nuestra vida de manera integral. Al respecto, Marcela Tristancho nos dice:

En la vida de los hombres y las comunidades aparecen constantemente nuevos objetivos y experiencias. Por eso el patrimonio, que es el resultado de su pensar y de su hacer, es algo vivo. Una herencia que al mismo tiempo que dio significado a algún hecho en el pasado, permite que ahora pueda dársele a algo nuevo, relacionado con la vida en este momento.Es muy importante enseñar esto a los niños. Ellos deben saber que son poseedores de una gran riqueza, pero al mismo tiempo sujetos con la posibilidad no solo de conservar sino de crear, no solo de mantener sino de transformar.Para ayudarlos a comprender esto que decimos, se les puede pedir que miren fotografías de cuando eran bebés y de sus primeros juguetes. Verlas ahora cuando son un poco más grandes, les permite entender que muchas cosas cambian, como los relatos de sus abuelos sobre otros tiempos, mientras que otras permanecen tanto en lo físico como en el pensamiento y en el sentimiento. Porque el patrimonio está muy ligado a lo afectivo, y es lo que en el primer momento nos impulsa a conservarlo.Las palabras de Marcela Tristancho nos permiten replantear

una concepción muy común acerca del patrimonio. La mayoría de las veces lo asociamos con el pasado y con grandes monumentos o ciudades, con lo antiguo y lo que ya pasó. También acostumbramos pensarlo como una relación pasiva, es decir, solo como algo que se recibe de aquellos que lo crearon hace mucho tiempo y no como algo vivo que también se transforma, que podemos cambiar.

La relación de los niños con el patrimonioPor lo general, la mayoría de los adultos olvidamos

acompañar a los niños a establecer una relación con su patrimonio. Con excepción de los pueblos indígenas, pensamos que esta es una herencia que se les debe entregar más adelante, cuando ya estén en capacidad de comprenderla.

Se nos escapa que los niños tienen una enorme capacidad de maravillarse y conmoverse, de reconocer la belleza en lo grande y en lo diminuto, de sentir verdaderos deseos de conocer y entender, de disfrutar y contribuir, de cuidar y guardar.

Pensemos por ejemplo, en cuántas veces encontramos a los niños concentrados mirando una araña tejiendo su tela, o un cucarrón que por desgracia se ha dado la vuelta, o una suave pluma, una piedrita o una hoja que se encontraron en el camino, y recordemos cuántas veces nos hemos dado tiempo para ver cómo guardan estas cosas que para ellos son tesoros.

Todo eso lo hacen (recoger y cuidar) porque en su esencia como en la nuestra, está el tratar de conservar lo

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que nos emociona y nos parece importante. Todos tenemos objetos preciados, algunos que ni siquiera usamos, pero que guardamos con amor porque tienen un gran significado en nuestra vida.

¿Nos hemos detenido a observar este comportamiento en los niños? ¿Lo hemos conversado con ellos? ¿O simplemente pensamos que son manías de guardar cosas?

¿Les hemos preguntado por qué les parecen bellos y les preocupa que algo les pase? ¿Por qué les atraen, por qué los cuidan y los conservan?

De estas preguntas, de esa conversación podemos llegar a diferentes propuestas que les permitan reconocer elementos de su patrimonio y el sentido de disfrutarlo, conservarlo y difundirlo.

Propuestas para reconocer y compartir el patrimonio con los niños• Planear recorridos para encontrar y recolectar objetos

especiales. Realizar una salida cerca del espacio de atención con bolsas reales y cajitas invisibles para guardar las cosas que se ven y las que no se ven, como el sonido de los árboles al ser movidos por el viento, el olor de unas flores, o el color de las alas de una mariposa. Y recorrer un pequeño parque, un camino, un tramo de playa… despacio, tratando de encontrar cosas simples pero bellas para cada uno. Luego regresar y poner todo en el centro de una rueda y hablar de eso que se ha traído.

• Invitar a los niños a elaborar una lista de todo eso que más nos emociona y queremos cuidar. Aproveche la ocasión para invitar a los niños a conocer, o a mirar con otros ojos, lugares que hacen parte de su patrimonio: la plaza, la iglesia, el árbol más antiguo, un lugar natural que sea muy bonito… y elaboren una lista que nosotros iremos escribiendo a medida que ellos dictan. Una actividad que podemos proponer así:

Vamos a hacer una lista de objetos, animales y lugares muy especiales para todos.

Y, claro, será necesario que cuenten por qué les parecen

especiales. De la elaboración de este listado a la necesidad de

compartirlo con otras personas como los padres, cuidadores y los amigos, no hay sino un paso, pues nos permite por ejemplo trabajar un Álbum de nuestros tesoros.

• Proponer un álbum colectivo abre enormes posibilidades de trabajo con los niños: una actividad alrededor de una misma idea, un centro de interés común que se desarrolla en diferentes y sucesivos momentos:1. Entre los primeros estará el llegar a acuerdos sobre

aquello que es más importante para todos y por tanto debe quedar en el álbum: la iglesia, el río, el trapiche más antiguo, el sombrero que protege, la ceiba de la plaza, etc.

2. Luego en otro momento vendrá la clasificación, pues será necesario organizar esa selección especial por categorías: algo así como “animales del lugar”, “árboles y flores” “sitios especiales”, “juegos divertidos”, “canciones para todos”, “comidas que nos encantan”, entre otras muchas posibilidades.

3. Después habrá que definir cómo hacer el álbum, qué técnicas usar: pintura, dibujo, recorte y pegado de imágenes, fotografías, etc.

4. Se necesitará buscar y pedir ayuda a las familias para completar el álbum, para que vengan y nos ayuden o nos cuenten las historias sobre cómo se fundó el pueblo, cuál fue la primera casa, quién plantó la ceiba, etc.

5. Habrá también que escribir pequeños textos que en lo posible deberán ser de los niños y transcritos por nosotros.

6. Tendremos que darle forma: ordenar todos los contenidos que hemos creado y recogido en un álbum.

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7. Por último, definiremos con los niños cómo haremos para que el álbum vaya de visita a todos los hogares de los niños cuando lo hayamos terminado.

El patrimonio y la lengua Hasta el momento hemos dicho que el patrimonio puede

ser tangible o intangible y hemos dado ejemplos para entender estas dos categorías. En este apartado vamos a referirnos a una de las formas de patrimonio inmaterial más importantes: la lengua.

La lengua, oral y escrita, no es solo el instrumento de comunicación de un pueblo. Es mucho más porque en ella reside el modo de pensar, de abordar el conocimiento, de cada pueblo. Si se extingue una lengua perdemos la posibilidad de acercarnos a un modo de ver y de entender el mundo diferente del nuestro, perdemos los conocimientos, creencias y creaciones artísticas de quienes la hablaban y al perderlos disminuimos la posibilidad de aprovecharlos para enriquecer y ampliar nuestra manera de interpretar y habitar el mundo en que vivimos.

Como agentes educativos tenemos tanto el deber como la posibilidad de jugar un papel en ese reconocimiento y valoración de las lenguas de determinadas comunidades por parte de nuestros niños. Comunidades que forman parte de nuestra Colombia diversa y que tienen sus propias lenguas: indígenas, raizal, gitana (o rom), palenquera, etc.

Nuestra lengua oficial, el castellano, no es suficiente para que podamos comprender y transmitir diferentes expresiones de nuestro patrimonio diverso, muchas de ellas unidas a lenguas que ya muy pocos conocen, que solo hablan las personas mayores de las comunidades.

Cuando esas personas mueran, no solo morirán esas lenguas con ellas, también todas las historias y los saberes que únicamente se conocen con esas palabras. La pérdida es tan grande como cuando una especie animal desaparece del planeta. Ya nada podrá hacerse para recuperarla.

En estos libros se recogen relatos, canciones infantiles y arrullos de algunos pueblos indígenas, de los gitanos y también de los afrocolombianos que viven en el Pacífico, en Palenque o en San Andrés y Providencia. Además, Sopa de soles recoge textos de estos pueblos en braille: esa forma de escribir que se ha inventado para que las personas ciegas puedan leer pasando suavemente sus dedos sobre las líneas de puntos.

Así pues, todo lo que se haga para reconocer estas lenguas y lo que con ellas puede transmitirse es de una importancia vital. Fiesta de la Lectura se ha preocupado por esto y trae, como parte de la colección Leer es mi cuento, cuatro pequeños y hermosos libros que nos brindan esa experiencia de acercamiento a otras lenguas y otras maneras de expresar la vida. Esos libros son:

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Cuando hablamos de Fiesta de la Lectura no solo nos estamos refiriendo a una fiesta alrededor de la lectura alfabética y de libros con páginas sino, como ya se oye decir frecuentemente, de los libros sin páginas que somos todos los seres vivos, de los sonidos de la música, de los textos producidos desde las artes plásticas (dibujo, pintura, escultura, etc.), de los sentidos construidos con el cuerpo en el juego, el teatro y la danza. Y podríamos seguir enumerando expresiones, si convenimos extender el término lectura a todas las actividades por medio de las cuales construimos significado y le damos sentido a lo que vemos o hacemos.

De esta manera el significado de leer crece y permite abarcar otras actividades humanas. De paso, esto posibilita que personas que dicen NO ser lectoras, reconozcan cuántas acciones de lectura llevan a cabo cada día, como leer las señales del entorno para saber si va a llover o si pueden comenzar la siembra en el campo, si es momento para pescar o si pueden cortar la paja para luego tejer.

De la misma forma, concebir así la lectura permite pensar de otra manera muchas de las acciones que proponemos a los niños. Todas las que giran alrededor de la música, de los juegos de roles o teatrales, de la pintura. Ya no únicamente como continuadoras de la práctica de lectura de libros o de relatos orales, sino como construcciones de textos completos

3. Los lenguajes de expresión artística

Cuadernillo de actividades

Por favor abra su Cuadernillo y busque las actividades 4 y 5. La actividad 4 tiene como propósito invitar a los niños a elaborar un álbum de su región. La actividad 5 se debe realizar ANTES de leer el tercero y último apartado de esta Guía: Los lenguajes de expresión artística.

Son libros bilingües y así debemos compartirlos con los niños. Nos permiten leer en español si no conocemos la otra lengua, el otro código, pero nos permiten intentar acercarnos a su sonido y a su forma de escribir, para que podamos mostrarlos a los niños, resaltando sus diferencias y sus semejanzas con la lengua que nosotros hablamos y escribimos.

Y así, a través de nuestra mediación, los pequeños y también sus padres podrán reconocer el enorme significado que encierran estos libros, conocer de la existencia de otros grupos humanos en el país, aprender a valorarlos y respetarlos y enamorarse de su poesía y sus imágenes. Mucho ayudará también que les hablemos en dónde se encuentran estos pueblos y cuál es su historia.

Esta es una imagen de Putunkaa Serru-ma, con un juego de los niños piapocos.

Zúuwa idadakaimiEl picoteo del pájaro carpintero

Pimani putsaiba iwakeeyei, abeerinama abeeri yaaluna mazibee zúuwa, aiba yaaluna nakai aikunai. Idekunitakawa nalabaidaka niai zuuwanaika nataataka niai abeestuanamata náiinata niai aikunai yaaluaka…

piap

oco

Los niños pájaros persiguen a los

niños árboles y con sus dedos

picotean sus espaldas

mientras cantan estas

palabras…

Uai mazibee zúuwakaEl pájaro carpintero

Libro Putunka ICBF 2012.indd 14 15/12/12 11:46

Udada aikunaipicotea los árboles

Makaita udadakaa todos los picotea

Éwita, manuínameyei níapero ellos son grandes.

Neeze niai aikunaika neeba: Entonces los árboles les responden:

–Mamálakanamikue pidadaka wía–Si nos picotean otra y otra vez

Ya wakalaminakawajanos vamos a caer.

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pequeños a que la lectura solo resulta interesante cuando está rodeada de todos estos señuelos y luces artificiales. Me preocupa ver que en muchos talleres se hace de todo: jugar, dibujar, conversar, menos leer. Si bien es cierto que, en algunos casos, esto puede ayudar a despertar el interés inicial de los niños por los libros, la pregunta es si el día que se les quiten todas estas andaderas, ellos van a ser capaces de recorrer por sí solos el camino de la lectura. Cualquier recurso es válido para animar la lectura, siempre y cuando no se convierta en una distracción para el encuentro directo del lector con el libro. Ningún artificio pedagógico, ninguna técnica puede suplir la experiencia personal que el promotor de lectura ha tenido con los libros. La mejor preparación que puede tener un profesor o un promotor de lectura consiste en vivir la experiencia del libro, dejarse trabajar por él, hacerlo suyo.

Tomado de: Dejar Leer, Luis Bernardo Peña Borrero1

Es muy posible que estemos de acuerdo con estas palabras, sin embargo a muchos nos cuesta separar la lectura del libro o el relato a viva voz, de esa serie de actividades que pensamos siempre para después de la lectura. ¿Por qué nos pasa esto?

Pues bien, esta manera de proceder después de leer en voz alta o de compartirles un relato a los niños, responde a la ansiedad que nos crea esta actividad: no podemos saber exactamente qué pasa en los niños, qué piensan, sienten, recuerdan… pues en relación con la lectura y la escucha de una narración siempre habrá un lugar al que no podemos llegar, ese lugar en la intimidad de cada lector.

De allí entonces se desprende nuestra urgencia de contar con algo “real”, tangible, como un dibujo por ejemplo, que nos permita a los agentes educativos estar tranquilos acerca de la comprensión alcanzada por lo niños.

1 Conferencia pronunciada en el I Encuentro de Promotores de la Lectura, celebrado en el marco de la XVII Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México, 2003).

con sentido y con un propósito independiente. Todas son diferentes formas de expresión de los seres humanos.

Detengámonos aquí y expliquemos un poco más lo que acabamos de decir.

Con mucha frecuencia, una vez terminamos de leer un libro en voz alta o de compartir un relato oral, le pedimos a los niños pintar lo que más les gustó de la historia, dibujar algún personaje importante del cuento, elaborar un modelo en plastilina relacionado con lo leído o jugar a representar la historia entre ellos o con muñecos.

Estas son algunas de las tantas acciones posibles para extender el momento de la lectura. Pero no tienen que ser condiciones para leer, no deben ser los pasos siguientes y obligatorios. Porque si se vuelven una acción rutinaria, una fórmula que se repite y se repite, tanto una práctica como la otra (es decir la lectura y el dibujo, por ejemplo) se cargan de un significado que no tienen. No siempre hay que pintar después de leer, y no siempre lo que se pinta tiene que ser aquello sobre lo que se ha leído.

Lo anterior sucede, en la mayoría de los casos, porque en nuestra preocupación por enriquecer los momentos asociados con los textos orales y escritos, los mediadores recurrimos a estas propuestas, sin confiar del todo en la validez de leer por leer.

Traigamos aquí las palabras de Luís Bernardo Peña quien cuestiona esta tendencia de la promoción de la lectura:

La promoción de la lectura puede llegar a convertirse en un ejercicio puramente técnico, vacío de sentido, como sucede con cierta modalidad de talleres en los que se despliega toda una parafernalia de actividades pedagógicas, juegos y “dinámicas” divertidas que, supuestamente, conducirán a la lectura. Estas acciones –en las que el libro solo sirve como pretexto– pueden producir el efecto contrario, porque distraen la atención de los lectores del libro mismo y los acostumbran desde

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Buscando saber qué pasó con ese lectorExisten otras muchas posibilidades de acercarnos a

la relación que los niños han establecido con lo leído y escuchado. Para encontrarlas es importante que nos preguntemos:• ¿Es posible que después de leer, simplemente cerremos el

libro y pasemos a otra cosa completamente diferente y sin relación inmediata, pero seguir atentos a ver qué comentan?

• ¿Les permitimos a los niños proponer cualquier otra actividad después de leer o contar una historia? ¿Qué es lo que proponen¿ ¿Es siempre muy parecido?

• ¿Llevamos a la sesión de lectura otro libro ya conocido por los niños, y que al ser muy diferente o muy parecido al que se lee en ese momento, permite una conversación que los ponga en relación?

• ¿Con nuestra actitud invitamos a que una vez terminada la lectura, se pueda volver al libro, simplemente para disfrutar de las ilustraciones y de los diferentes comentarios que hacen los niños?

• ¿Les proponemos volver al libro con otros ojos, otros oídos, otro cuerpo? Es decir, ¿partimos de ese texto que se ha escuchado para relacionarlo con una canción que nos sabemos o que suena semejante? ¿O vemos de nuevo las ilustraciones como si fuéramos pintores y lo que más nos interesara es saber cómo las logró el artista, qué colores usó, cómo representó el sol o el sentimiento de tristeza? ¿Y, de ese cuerpo más quieto y relajado en la lectura, llegamos a proponer un juego o un ejercicio para sentir la historia recorriendo nuestras piernas o nuestras espaldas?Lo que queremos plantear aquí es la posibilidad de

permitirnos y permitir a los niños otras experiencias tanto previas como posteriores a la lectura. Validar el acto de leer por sí mismo, sin tener que recurrir a nada para que sea considerado “productivo”. Dejar a un lado la constante pregunta por si los niños comprendieron (y ojalá lo mismo),

para dar espacio a las diferentes relaciones que los lectores establecen con los textos.

Dar un lugar propio a los lenguajes de expresión artística

Así como es necesario dar un lugar propio a la lectura, también es fundamental dárselo a los lenguajes de expresión artística.

Las artes son para los niños un lenguaje cercano y familiar ya que, por naturaleza, ellos son artistas, inventores, poetas, músicos. Están dotados de capacidades expresivas diversas, y nuestra labor como agentes es ayudar a que las descubran, exterioricen y enriquezcan.

¿Por qué? Veamos algunas razones:• Porque las artes desarrollan la percepción, la sensibilidad y

la capacidad creadora. • Porque son una fuente de conocimiento. La forma en que

los niños comprenden el mundo está muy alejada de la lógica del pensamiento adulto. La sensorialidad, la acción, la experimentación son la manera natural de aprender durante la primera infancia.

• Porque ayudan a los niños a organizar su experiencia de vida. El arte no es solo un producto o una fuente de placer; es una manera particular de mirar el mundo, sentirlo y formar parte de él.

• Porque ofrecen diversas posibilidades para que los niños expresen sus ideas, emociones, fantasías y temores.

• Porque muchos niños pueden sentirse inhibidos para hablar, pero encuentran en otros lenguajes oportunidad para expresarse. Más que “enseñar” arte, el reto durante la primera infancia

está en crear ambientes propicios donde la experimentación, la expresión y la creatividad tengan cabida. Los niños son desinhibidos, espontáneos, libres, curiosos; no se rigen por modelos preestablecidos, hacen las cosas a su manera. Aprovechemos esto en lugar de limitarlos imponiéndoles

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estereotipos como que el sol siempre es amarillo y redondo, o que tienen que modelar en plastilina de la misma manera el perro del vecino.

Estimulemos y valoremos la diferencia, el riesgo, la expresión auténtica en lugar de premiar la copia y la elaboración de producciones artísticas idénticas.

Unas cuantas ideas para que el la expresión artística tenga lugar

Nuestra tarea entonces, es hacer todo lo posible para que los niños se acerquen a las diferentes artes y a través de ellas a la posibilidad de simbolizar su pensamiento, compartir sus emociones, darse permiso para experimentar, equivocarse y acertar.

Algunas ideas que nos pueden ayudar a lograrlo son las que a continuación nos comparten otros agentes educativos preocupados por lo mismo:• Salir de paseo llevando unos palitos para buscar cuántos

verdes distintos hay en el parque. Y cada vez que estemos

de acuerdo en que el verde de esas plantas es distinto al de aquellas otras, colocamos un palito que lo indique. Al terminar, nos reuniremos para mirar todos los palitos y todos los verdes que encontramos. Ya de regreso a nuestro espacio, podemos invitarlos a mezclar colores para lograr algunos de esos verdes que encontramos.

Lo mismo podemos hacer con las nubes, con las formas de las cosas (ruedas de carros, techos de casa, chapas de puertas), o con el tamaño de los objetos en relación con la distancia donde se encuentran (más lejos-más pequeños, más cerca-más grandes).

• Sentir el olor de la fruta antes de comerla, y tratar de describirlo. Lo mismo se puede hacer con su sabor (esto que parece muy sencillo no lo es). ¿Y qué tal si les pedimos que asocien sabores con colores?

• Rodar por el suelo, sobre telas, plásticos, papel periódico, arena, hierba; escuchar los sonidos que se producen al mover nuestros cuerpos y cómo se siente cada material.

• Pedir a los padres o cuidadores que un día lleven a los niños con su ropa más gastada, para pintar con los pies descalzos y, untados de pintura, caminar sobre grandes hojas de papel (pueden ser periódicos). O llenar jeringas plásticas con pintura aguada para lanzar chorros de todos los colores a una pared forrada con papel.

• Proponer a los niños las artes de manera que puedan comprender las diferencias entre las distintas técnicas, por ejemplo, o qué pasa cuando un color se une a otro, cómo pueden lograr cambios agregando un poco de pegante o arena a la pintura líquida, qué pasa si colorean con crayones y luego cubren con betún, esperan que se seque y con un palito hacen caminos sobre ese betún destapando los colores que están debajo… etc.

De este modo evitaremos pedirles siempre que extiendan una hoja y darles unos colores para que ellos “pinten” y luego guardar sus producciones en carpetas o dárselas para que las lleven a su casa sin mayores comentarios.

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• Acompañar paso a paso con nuestra voz lo que va sucediendo mientras se trabaja con algún material, reconociendo sus descubrimientos, sus sorpresas. Ayudando a enfrentar los “pequeños grandes desastres” para que superen la frustración y más bien aprovechen esos “errores” para lograr otra cosa

• Terminar una sesión de pintura o de modelado exhibiendo todos los trabajos sobre una mesa grande o en el piso para mirar juntos cómo lo hizo cada uno (la manera, el color, la forma) y lo que quiso decir con su dibujo.

• Permitir que un dibujo o un modelado que no le guste para nada a su autor pueda ser destruido. No todo es bueno, no todo logra lo que buscamos, no todo es para exponer o guardar en la carpeta. Del error se aprende mucho si no genera culpa o inseguridad.

• Guardar el trabajo que más satisfecho haya dejado a cada niño, y luego de un tiempo proponer usar la misma técnica y decir o plasmar lo mismo que esa vez. Al terminar, colocar los dos trabajos uno al lado del otro para que cada autor pueda observarlos.

• Aprovechar la oportunidad para tomar fotografías de los trabajos y organizar pequeñas exposiciones, montando esos dibujos o esos modelados en soportes (cartulinas de colores, bases de madera) que les den más importancia, marcando cada producción con el nombre del autor y, tal vez, añadiendo alguna corta frase de lo que el niño manifestó en el momento de hacer su obra.

• Estar atentos a revistas, fotografías, libros de arte que nos permitan presentarles las experiencias de otros, estimulando su observación y la conversación acerca del trabajo de esos artistas.

• Desplazarse por el espacio, jugar a las rondas, explorar ritmos y movimientos corporales.

• Bailar al ritmo de la música. • Descubrir sonidos cotidianos, asociarlos con colores, con

texturas.

• Ofrecer objetos sonoros para que ellos hagan música, inventar instrumentos.

• Enriquecer la escucha del mundo sonoro con instrumentos diversos, música de tradición oral y de diversos autores, lugares y épocas.

• Recoger vestidos que ya otros no usan, sombreros, carteras, etc., para que los niños puedan disfrazarse en momentos libres.

• Invitar a los niños a ver trozos de películas, imágenes de títeres, fotografías en revistas, periódicos o cualquier libro que nos permita mostrarles cómo otros juegan con su cuerpo, se disfrazan y mueven muñecos para contar historias. Seguramente muchas de estas actividades las hemos hecho

antes, lo importante ahora es que se carguen con el sentido de que todos los niños pueden hacer arte y pueden expresarse a través de lenguajes de expresión artística; reconocer el valor que tienen estos como práctica con sentido propio y como posibilidad de experimentar y conocer.

Ofrecer esta posibilidad de comunicar y significar a través de las artes a los niños ciegos y sordos es fundamental. Como se señalaba en la Guía 2, ellos requieren muchas y variadas experiencias de comunicación, lo más integrales posible, para comprender mejor cómo ven las personas que no son ciegas y cómo escuchan las personas que no son sordas.

También es fundamental entender que los lenguajes de expresión artística se nutren cuando permitimos que los niños tengan acceso a obras de arte que amplíen el repertorio: plásticas, musicales y dramáticas, entre otras. En ese sentido, nuestra función como agentes también es la de vincular a los niños con experiencias culturales de calidad, que alimenten su sensibilidad artística y amplíen sus horizontes culturales. Llevar a los niños a museos a eventos musicales, teatrales, que tengan lugar, por ejemplo, en las casas de la cultura, resulta un complemento ideal para las actividades recién propuestas.

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Guía 3. Familia, patrimonio y lenguajes de expresión artística

Cuadernillo de actividades

Para terminar la ruta de actividades correspondiente a esta guía, y para cerrar el proceso vivido durante esta propuesta formativa presencial y a distancia, lo invitamos a abrir su Cuadernillo y realizar las dos actividades finales. La actividad 6 tiene que ver con compartir una experiencia significativa en relación con los lenguajes expresivos. La actividad 7 lo ayudará a identificar y a compartir cómo fue la experiencia de aprendizaje presencial y a distancia vivida a lo largo de estos meses en que ha sido parte de la Estrategia Fiesta de la Lectura.

Ahora, después de todo lo compartido, queda en manos de nuestra creatividad, a los permisos que nos demos para liberarla, la posibilidad de crear un espacio cada vez más estimulante para el desarrollo artístico de los niños con quienes compartimos la unidad de servicio.