Familia.pdf

2

Click here to load reader

Transcript of Familia.pdf

Page 1: Familia.pdf

FAMILIA En el Antiguo Testamento, el vocablo hebreo que con más frecuencia se traduce familia es (mispajah), que en realidad quiere decir «clan», un grupo de familia. En el Nuevo Testamento el concepto «familia» se expresa mayormente en términos de mayordomía (oikos/oiké a; Hch 16.15; 1 Co 1.16; Flp 4.22; 2 Ti 4.19; ® CASA) y de responsabilidad (therapeia; Mt 24.45; Lc 12.42). Más allá de los términos explícitos, familia en la Biblia se manifiesta por medio de una amplia gama de relaciones.

La unión de hombre y mujer fue instituida por el Creador (Gn 3.20–24) y ratificada por Jesucristo (Mc 10.7, 8). Desde la creación, también, existe el deber de procrear y de integrar familia (Gn 1.26, 27). La Biblia presenta la relación indisoluble de la pareja como paradigma de la relación Dios-Israel (Is 62.1–5; 25.3–14, 20) y Cristo-Iglesia (Ef 5.22–33). Por otro lado, las Escrituras no idealizan a la familia. La aceptan como es. Encontramos muy pocos ejemplos de familias funcionales. Conocemos muy poco acerca de las familias de los principales actores bíblicos, sin duda porque pertenecían a sociedades patriarcales en que las mujeres solo existían en función de los hombres. Procreaban hijos para mantener viva su estirpe. Las mujeres y sus hijos eran una parte indispensable de la fuerza laboral (cf. ® SARAH; AGAR; LEA; REBECA). Aun las mujeres que se destacan por su iniciativa personal, como ® DÉBORA, ® RUT y ® ESTER, estuvieron a merced de los hombres.

En tiempos bíblicos la familia era un grupo sumamente unido, los abuelos muchas veces vivían con sus hijos y nietos en el mismo hogar.

La Biblia nos pinta un panorama ambiguo a respecto de la familia. Proverbios 31.10–31 destaca las grandes virtudes de la esposa y madre (aunque no sabemos si se trata de una persona real o una idealización), pero con frecuencia encontramos un desface entre el ideal de la legislación y la realidad de la familia, como es el caso con las familias de los patriarcas, y de paladines como ® MOISÉS y ® DAVID. En el Nuevo Testamento hay escasos ejemplos de «familia modelo», a pesar del exaltado lenguaje de San Pablo acerca de la familia (Ef 5.22–33). Pero sí encontramos víctimas de familias quebrantadas por el pecado social y personal. Con el fin de comunicar un mensaje dramático a un pueblo que le ha sido infiel, Jehová ordena que ® OSEAS se case con una prostituta, a la que debe perdonar y amar a pesar de sus desvaríos.

Jesús valoriza a la familia, pero no la absolutiza. Su actitud hacia ella es más bien ambigua. Llama a sus discípulos a dejar sus familias para seguirle y llevar su cruz. Afirma haber venido a dividir las familias de sus seguidores (Mt 4.18–22; 10.34–38; Lc 9.59–62), pero al mismo tiempo anuncia un nuevo orden de familia (Mc 3.31–35; 10.28–31). Restaura hijos a sus padres (Mt 15.2128; Lc 7.11; 9.37–45). Reintegra a endemoniados a su pueblo y familias (cf. Mc 5.1.20) y da prioridad a una mujer socialmente marginada sobre una prominente familia postrada por la muerte (Mc 5.21–43).

Page 2: Familia.pdf

En una sociedad que poco valoriza a los niños, Jesús los presenta como modelo y requisito para entrar a su Reino (Mc 9.33–38; 10.13–16). Su concepto de la familia es concreto y realista, nunca teórico. Por eso rechaza el planteamiento de los saduceos sobre la ley del ® LEVIRATO (Lc 20.27–38). Su actitud hacia el ® DIVORCIO es mesurada (Mt 19.1–12; cf. Mc 10.1–12) y hacia el ® ADULTERIO, misericordioso (Lc 7.36–50; Jn 8.1–11), inculpando más al hombre que a la mujer. Encarnado en un pueblo anonadado por crisis sociales y familiares, Jesús se solidariza con las víctimas, creando una nueva familia de la cual Él es cabeza y miembro integrador (Mc 10.28–31; cf. 3.31–35).

La familia cristiana tiene más que ver con calidad de vida en común que con estructuras determinadas y funciones definidas. Compárese la relación de ® PRISCILA con ® AQUILA (Hch 16.3 y 2 Ti 4.19) y de ® TIMOTEO con su madre y abuela (Hch 16.1 y 2 Ti 1.5). Por otro lado, la familia nuclear, tan idealizada en los países desarrollados, no se conoce en los tiempos bíblicos. Prevalece la familia extendida, a la que pertenecían también los abuelos, parientes menos afortunados (viudas y huérfanos) y algunos sirvientes y esclavos. La familia nuclear responde más a las exigencias y limitaciones de una sociedad materialista e individualista que a ideales cristianos. Es también extraña a muchas culturas tradicionales hoy. Con todo, el ideal que encontramos en el Nuevo Testamento es aún más inclusivo. Es una nueva clase de familia abierta a quienes la sociedad rechaza. A la familia de Jesús pertenecen personas de varias clases sociales, de diversas ideologías políticas, personas marginadas y aun mujeres de dudosa reputación, sin importarle lo que dijeran los demás.

El desarrollo de la ® IGLESIA (familia de Dios) requiere normas de conducta en familias, que ejemplifiquen su íntima relación con Cristo, la cabeza (cf. Ef 5.22–33; 1 Co 5.1–5; 6.12–20; 7.1–17; 2 Co 6.14–16). Se requiere acciones ejemplares de los líderes en particular (1 Ti 3.4, 5; 5.1–8). Las epístolas de Pedro exhortan a la consideración mutua de marido y mujer (1 P 3–7) y extienden el concepto de familia y hogar (oiké a) a la iglesia universal y local (1 P 2.5, 9–11; 4.17).

Sigue vigente la preocupación especial por las familias de los pobres (2 Co 8.13, 14); y el rechazo de cualquier abuso de ellos por parte de los ricos (Stg 2.5–7; 5.1–6).

Bibliografía: Margareth Brephol, «La misión de la iglesia y la unidad de la familia», en La misión de la iglesia: una visión panorámica, Waldir L. Steuernagel, ed. Visión Mundial, Costa Rica, 1992, pp. 433–444. Guillermo Cook, Ricardo Foulkes y Francisco Mena, Comentario Bíblico Hispanoamericano: Evangelio de Marcos, Editorial Caribe, Miami, FL, 1993.1

1Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.