Fantasia y Realidad de Cibeles en Carmona

11
FANTASÍA Y REALIDAD, CIBELES EN CARMONA. PROBLEMAS HISTORIOGRÁFICOS DE UN MONUMENTO FUNERARIO JAIME ALVAR Universidad Carlos III ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X RESUMEN Es extremadamente difícil estable- cer el significado de la Tumba del Ele- fante en Carmona. Desde la tesis de Bendala, se ha asumido que este espa- cio fue un santuario consagrado al cul- to de la diosa Magna Mater. No obstan- te, Fear ha criticado duramente los ar- gumentos de Bendala. El presente artí- culo señala las inconsistencias de los estudios de Fear y Bendala, a la vez que incluye algunas explicaciones sobre las construcciones conceptuales que defi- nen el asunto tratado. Por último, se manifiesta el escepticismo del autor con respecto a la posibilidad de solucionar satisfactoriamente el tipo de discusio- nes protagonizadas por Fear y Bendala. ABSTRACT It is extremely difficult to find out the significance of the Elephant's Tomb in Carmona. It has been assumed since Bendala's thesis that this space was a shrine devoted to Magna Mater's cult. Bendala's arguments have been strongly criticised by Fear. This paper points out the inconsistencies of Fear and Bendala's proposals. It also intro- duces some explanations about the con- ceptual constructions involving the topics and finally it assesses the author's sceptical position concerning the solution of such kind of discussions. Fecha de recepción: Enero 2002 Fecha de recepción: Enero 2002 ` Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto de Investigación: Recepción, transmisión y uso de la cultura clásica en España, BHA2002-04437-004, financiado por el MCYT. Universidad de Huelva 2009

description

historia

Transcript of Fantasia y Realidad de Cibeles en Carmona

  • FANTASA Y REALIDAD, CIBELES EN CARMONA.PROBLEMAS HISTORIOGRFICOS DE

    UN MONUMENTO FUNERARIO

    JAIME ALVARUniversidad Carlos III

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    RESUMEN

    Es extremadamente difcil estable-cer el significado de la Tumba del Ele-fante en Carmona. Desde la tesis deBendala, se ha asumido que este espa-cio fue un santuario consagrado al cul-to de la diosa Magna Mater. No obstan-te, Fear ha criticado duramente los ar-gumentos de Bendala. El presente art-culo seala las inconsistencias de losestudios de Fear y Bendala, a la vez queincluye algunas explicaciones sobre lasconstrucciones conceptuales que defi-nen el asunto tratado. Por ltimo, semanifiesta el escepticismo del autor conrespecto a la posibilidad de solucionarsatisfactoriamente el tipo de discusio-nes protagonizadas por Fear y Bendala.

    ABSTRACT

    It is extremely difficult to find outthe significance of the Elephant's Tombin Carmona. It has been assumed sinceBendala's thesis that this space was ashrine devoted to Magna Mater's cult.Bendala's arguments have beenstrongly criticised by Fear. This paperpoints out the inconsistencies of Fearand Bendala's proposals. It also intro-duces some explanations about the con-ceptual constructions involving thetopics and finally it assesses the author'ssceptical position concerning thesolution of such kind of discussions.

    Fecha de recepcin: Enero 2002 Fecha de recepcin: Enero 2002

    ` Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto de Investigacin: Recepcin, transmisiny uso de la cultura clsica en Espaa, BHA2002-04437-004, financiado por el MCYT.

    Universidad de Huelva 2009

  • Universidad de Huelva 2009

  • No son abundantes los documentos relacionados con la religin de la ciudadromana de Carmona. No obstante, son suficientes para comprobar su compleji-dad demogrfica y cultural, pues se atisban procesos de adaptacin de deidadesprerromanas, de raigambre pnica o turdetana es difcil de precisar, as como lasistematizacin del panten oficial romano en la religin de la ciudad' .

    La induccin de los conquistadores hacia nuevas formas de comportamientoreligioso es evidente, pero tambin lo es el proceso de autorromanizacin religio-sa de la aristocracia local que, de ese modo, busca cmo mantenerse en posicio-nes de privilegio. Los seores de la palabra silencian las prcticas religiosas tra-dicionales, por lo que -en una lectura directa y superficial, es decir, positivista,de la documentacin- se desemboca en la conviccin de que la romanizacinhaba calado profundamente en la totalidad de la poblacin' .

    Por otra parte, la integracin social es un objetivo deseado en gran medidapor todos aquellos que an gozando del privilegio de la libertad no poseen elestatuto jurdico de la ciudadana. Asimismo es un objetivo poltico, quiz noenunciado explcitamente, pero tan rentable para la estabilidad que consciente einconscientemente se arbitran procedimientos desde las esferas dirigentes paralograr real e imaginariamente su consecucin.

    Es en ese inestable universo de integracin y reaccin en el que se difundenlos cultos orientales por todo el Imperio Romano. La Pennsula Ibrica se ve muypronto afectada por estas novedades religiosas, al socaire de la implantacin ro-mana en ella3 . La ciudad de Careto no ha proporcionado documentos correspon-

    ' He dedicado recientemente un estudio a las religiones de Careto al que remitira para quienesestn interesados en ahondar ms en estas cuestiones: J. Alvar, El panten de Carmona: destellos dela vida religiosa en una ciudad hispanorromana, A. Caballos ed., Carmona Romana, Carmona, 2001,477-489.

    - La complejidad del cambio religioso es extraordinaria, pero he intentado articular un ciertoorden en J. Alvar, El contacto intercultural en los procesos de cambio , Gerin, 8, 1990, 11-27 yProblemas metodolgicos sobre el prstamo religioso , II Encuentro-coloquio de ARYS: Formas dedifusin de las religiones antiguas. Jarandilla de la Vera 18-20 dic. 1990. Madrid, 1993, 1-33.

    3 J. Alvar, Los santuarios mistricos en la Hispania republicana , en Italia e Hispania en la crisisde la Repblica Romana. Actas del III Congreso Hispano -Italiano (Toledo, 20-24 de septiembre de 1993),Madrid, 1998, pp. 413-423; idem, Las religiones mistricas en Hispania, Religin y magia en laAntigedad, Valencia, 1999, pp. 35-47.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • 90 JAIME ALVAR

    dientes a los cultos ms extendidos en poca altoimperial, como son los miste-rios de Mitra o de Isis`s , con la excepcin de algunas esculturas del dios Atis. ste

    es el compaero de la Magna Mater, Cibeles, cuyos misterios y ritos iniciticosparece compartir. Sin embargo, su popularidad es mayor en su vertiente funera-ria, disociada de las prcticas cultuales metracas. Y as, las representaciones deAtis, como acompaante del difunto, con su expresin pensativa y melanclica,se multiplican por doquier. El Museo Arqueolgico de Carmona conserva dosestatuas procedentes de la necrpolis de Carmona identificadas como Atis fune-rarios muy rudos; una tercera se encuentra an en la Tumba del Elefantes . Sinembargo, este Atis funerario no es testimonio suficiente de que quien a l sevincula est iniciado en los misterios frigios, cuya manifestacin ms notoria, apartir de Antonino Po, es el rito del taurobolio, del que la Pennsula ha propor-cionado magnficos testimonios, aunque ninguno procede de Carnio 6 .

    As pues, la documentacin disponible no corrobora la existencia de prcti-cas relacionadas con los misterios frigios en Carmona. El debate se centra en unmonumento extraordinario, como es la Tumba del Elefante, uno de los mltipleshipogeos de la ciudad que otorgan una personalidad muy especfica a esta necr-polis romana. Su estudioso ms conspicuo, M. Bendala, ya destac el fuerte in-flujo pnico que presenta esta necrpolis entre sus rasgos ms caractersticos' .

    La notoriedad de la Tumba del Elefante, al margen de su valor arquitectni-co, estriba en la conclusin a la que llega Bendala, mediante pruebascircunstanciales, al interpretar este hipogeo de casi 150 m- como un espacio cul-tual metraco.

    Los argumentos empleados por Bendala para alcanzar su conclusin preten-den abarcar todos los aspectos ms destacados de la tumba:

    4 J. Alvar y E. Muiz, "Les cultes gyptiens dans les provinces romaines d'Hispania",en L. Bricaulted., Isis en Occident. Actes du Hme Colloque International sur les Etudes Isiaques, Lyon, mai 2002,RGRW, Leiden, 2004, pp. 69 - 94.

    1 A. Garca y Bellido, Les religions orientales dans l'Espagne Romaine, EPRO 5, Leiden, E.J. Brill,1967, 58; idem, Esc. Rom., p. 124, not. 1. La primera es de piedra del lugar, calcrea, muy porosa queestuvo revestida de estuco a la que le falta la cabeza y los pies (Alt.: 49 cm.); a la segunda (Alt.: 48cm.)le falta una parte de la cabeza y se levanta sobre un pedestal; fue hallada en la necrpolis en 1883, enla tumba llamada "del Plaidero"; la tercera es igual a la primera pero le falta la mitad superior (Alt.:42 cm.). Cf. M. Bendala, La necrpolis romana de Carmona (Sevilla), 2 vols., Sevilla, 1976, 56; J. Alvar,Los cultos mistricos en la Btica, Actas del I Coloquio de Historia Antigua de Andaluca. Crdoba,1988, Crdoba, 1993, pp. 225-236.

    6 A. Blanco, Documentos metroacos de Hispania, AEspA, 41, 1968, 91-100; J. Alvar, Los cul-tos mistricos en la Tarraconense , Religio Deorum.Actas del Coloquio Internacional de Epigrafa (Cul-to y Sociedad en Occidente), 1988, Sabadell, s/f (1993), 27-46; ideen, Los cultos mistricos en la Btica,Coloquio de Historia Antigua de Andaluca. Crdoba, 1988, Crdoba, 1993, 225-236; idem, Los cultosmistricos en Lusitania, II Congresso Peninsular de Historia Antiga. Coimbra, 1990, Coimbra, 1993,789-814; J. Fernndez Ubia, The Cult of Magna Mater in Hispania, en E.N. Lane ed., Cybele, Attisand Related Cults: Essays in Memore of M.J. Vernzaseren, RGRW 131, Leiden, Brill, 1996.

    Bendala, Necrpolis, I, 38 y 123.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • FANTASIA Y REALIDAD, CIBELES EN CARMONA 91

    1) La estatua de Atis all aparecida debe tener un significado real en relacincon las devociones de los propietarios de la tumba.

    2) La existencia de tres mbitos triclinales destinados a las comidas sacras.3) La existencia de un estanque o balneum que servira como fossa sanguinis,

    donde se llevara a cabo el bautismo de sangre derivado del sacrificio del carne-ro, el criobolio. Pero tambin servira como lugar para la lavatio.

    4) La pared que da a un lateral del estanque tiene un nicho con la efigie de unvarn presumiblemente velado que Bendala interpreta como un archigalo.

    5) Una piedra ovoidea es considerada como el betilo, la imagen anicnica dela diosa Cibeles. Este betilo se encontrara situado ante la pequea cmara queservira de tlamo nupcial.

    6) La orientacin del monumento permite la entrada del sol hasta el fondodel mismo en el solsticio de invierno a travs del vano abierto entre la bveda y lapared de la cmara triclinal. El punto iluminado deba de ser una losa colocadaen la pared, que no se conserva, pero que estara en relacin con el nacimiento deAtis identificado con el sol.

    7) La pequea cmara funeraria servira nicamente para albergar las urnasde los archigalos.

    Evidentemente, la argumentacin de Bendala est determinada por una per-cepcin del culto metraco dominante en el momento de composicin de su te-sis, pero que en realidad no es aceptada en la actualidad de forma global. Porotra parte, a pesar de que se busca explicacin de contenido cultual para cadauno de los elementos encontrados en la tumba, nada se logra articular en torno ala estatua que da nombre a la tumba, por lo que se sugiere que estara relaciona

    -da con los propietarios de la tumba o con alguna peculiaridad local del culto, enconexin con la honda tradicin pnica de la ciudad.

    Muchos aos despus de la propuesta de Bendala y sin que hubiera habidorplica alguna al respecto, se public en el Archivo Espaol de Arqueologa undursimo ataque de Fear contra Bendala que, a su vez, provoc una contestacininmediata del autor espaol8 . Tras el estruendo provocado por la controversia, elsilencio ms profundo se abati de nuevo sobre el asunto debido al desinters delos espectadores que haban asistido divertidos a la reyerta.

    La crtica de Fear se articula en torno a los siguientes puntos:

    1) Ningn santuario de Cibeles se sita fuera de las murallas de las ciudades.

    2) La estructura de los templos metracos conocidos es diferente a la de laTumba del Elefante.

    8 A.T. Fear, "Cybele and Carmona: A reassessment", AEspA, 63, 1990, 95-108 y M. Bendala, "Co-mentario a] artculo de A.T. Fear "Cybele and Carmona: A reassessment", ibidem, 109-114.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSI\I 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • 92 JAIME ALVAR

    G

    3) La imagen de la diosa nunca es un betilo. El supuesto betilo podra sercualquier otra cosa, por ejemplo, una pia tras revestir la piedra con estuco ade-cuadamente. Y el habitculo propuesto como tlamo nupcial debera ser en rea-lidad la cmara funeraria.

    4) Ningn santuario tiene una cmara funeraria. Un archigalo de Ostia estaenterrado en el cementerio de Isola Sacra, la necrpolis de todos los ostienses. Elnico caso de cementerio restringido es el del colegio de los dendrforos, perosta es una cofrada funeraticia y no tanto religiosa.

    5) La interpretacin de la fossa sanguinis no parece correcta. El tauroboliono surge hasta el 160, mientras que la tumba parece de poca julio-claudia. Ellugar es inadecuado para introducir un toro y sacrificarlo. Por otra parte el es-tanque no tiene escaleras de acceso, por lo que la entrada y salida del iniciandono parecera muy digna. Pero, adems es muy improbable que el mismo estan-que fuera empleado para la lavatio de la diosa y para el bautismo de sangre.

    6) Es muy improbable que si el estanque es una fossa sanguinis el personajedel nicho sea un sacerdote y no la propia diosa. Pero adems, interpretarlo comoarchigalo es totalmente gratuito.

    7) No parece probable que hubiera un triclinio destinado al banquete ritualde los nios iniciados.

    8) La Tumba del Elefante no parece lugar apropiado para el desarrollo de losrituales del arbor intrat o las danzas extticas que conducen a los seguidores a laablacin de sus genitales.

    9) La presencia del Atis funerario no es significativa. Tambin aparece en laTorre de los Escipiones en Tarragona entre otros muchos ejemplos de desco-nexin total entre la escultura y los misterios frigios.

    A estos argumentos responde Bendala en las pginas consecutivas de la mismarevista con comprensible rotundidad. Para desacreditar el ataque de Fear seala:

    1) Hay santuarios ciblicos extramuros.2) Hay santuarios con forma de templo y otros cuya estructura no responde

    al canon del templo romano.3) El betilo es representacin de la diosa y sigue siendo objeto de culto, al

    menos en las Adonas, como pone de manifiesto el relato del martirio de lasSantas Justa y Rufina. Y ello a pesar de la opinin contraria de Fear. El sustratopnico es responsable del carcter betlico del culto metraco en Carmona.

    4) Para el bautismo desde la fossa, sera el sacerdote quien en ella se introdu-jera y desde all realizara la aspersin sobre los nios situados en el tricliniocercano.

    5) La identificacin del personaje de la hornacina con un archigalo siguesiendo propuesta mejor que la de un personaje normal, como sugiere Fear, puesaparece velado.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • FANTASIA Y REALIDAD, CIBELES EN CARMONA 93

    6) La finalidad del tragaluz de la habitacin del fondo est en conexin con elsol, as como Atis con las divinidades solares, frente a lo que niega Fear.

    Por desgracia no hay ninguna novedad arqueolgica que contribuya a resol-ver los problemas suscitados. En consecuencia, no podemos ms que reflexionarsobre los argumentos ya empleados a la luz del conocimiento actual del culto dela Magna Mater en el Imperio Romano. En efecto, los postulados de Cumont9 ,Hepding 10 y Graillot" ya no estn vigentes, sobre todo desde las propuestas ritua-les realizadas por Duthoy 12 y los nuevos planteamientos de Vermaseren 13 ,Thomas , los colaboradores del tomo homenaje a Vermaseren editado por Lane'Sy ms recientemente por las novedades introducidas por Borgeaud 16 , Roller" yAlvar 18 .

    Ante todo, he de sealar que parto de la imposibilidad de concluir nada segu-ro como consecuencia de las caractersticas de los documentos. Sin embargo,pueden ser pertinentes las reflexiones acerca del peso de los argumentos maneja-dos hasta ahora y, sobre todo, la perspectiva del problema desde la imagen quetenemos actualmente sobre el funcionamiento del culto a la Magna Mater en elImperio Romano.

    La Tumba del Elefante es una de las construcciones ms lujosas de la necr-polis de Carmona, sin embargo, no es ahora el momento de realizar su descrip-cin, pues ya ha sido meticulosamente cumplida tal tarea por Bendala en suestudio de la necrpolis de Carmona. Mi intervencin en el debate est motivadapor mi inters en saber si el monumento en cuestin debe o no ser consideradocomo expresin del culto mistrico de Cibeles en la Pennsula Ibrica.

    Es cierto, frente al argumento de Fear, que son numerosos los santuariosciblicos situados extramuros, como afirma Bendala; pero tambin es cierto queno hay paralelo a la existencia de un santuario en el interior de una necrpolis y

    9 F. Cumont, Les religions orientales dans le paganisrne romain, Pars, 1906, 2aed. revisada 1909 y3aed. revisada en 1929. La traduccin espaola, a cargo de J.C. Bermejo, Madrid, 1987.

    ' 0 H. Hepding, Attis, seine Mythen and sein Kult, Giessen, 1903." H. Graillot, Le culte de Cybele, Mere des dieux, Rome et dans 1'Ernpire Romain, Pars, 1912.12 R. Duthoy, The Taurobolium. Its Evolution and Terminology, EPRO 10, Leiden, 1969. Sus pro-

    puestas son bastante coincidentes con las de J.B. Rutter; "The Three Phases of the Taurobolium",Phoenix, 22, 1968, 226-249, menos afamado por haber publicado sus conclusiones en forma de art-culo y no como libro en una serie de gran difusin.

    13 M.J. Vermaseren, Cybele and Attis. The Myth and the Cult, Londres, 1977.' 4 G. Thomas, Magna Mater and Attis, ANRW, II, 17.3, Berln-N.York, 1984, 1500-1533.15 E.N. Lane ed., Cybele, Attis and Related Cults. Essays in Memory of M.J. Vermaseren, RGRW

    131, Leiden, 1996. A propsito de la participacin de Cibeles en comidas rituals destacara el trabajode E. Mitropoulou, The Goddess Cybele in Funerary Banquets and with an Equestrian Hero, in-cluido en las pginas 135-165 de esta obra de recopilacin.

    1 ' Ph. Borgeaud, La Mere des Dieux. De Cybele la Vierge Marie, Pars, 1996." L.E. Roller, In Search of God the Mother: The Cult of Anatolian Cybele, Berkeley-Los ngeles, 1999.' 8 J. Alvar, Los Misterios. Religiones "orientales" en el hnperio Romano, Barcelona, 2001.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • 94 JAIME ALVAR

    menos an en el interior de una tumba. Nunca, hasta la propuesta de Bendala, sehaba encontrado un santuario metraco en una necrpolis. Esta ausencia deantecedentes podra haber bastado para el pensamiento positivista de Fear, perol prefiere enzarzarse en argumentos secundarios en los que yerra, por ejemplo,al afirmar que no hay santuarios metracos extramuros, o cuando supone quetodos los templos ciblicos han-de ser iguales. La pregunta que ninguno de losdos autores se formula es por qu razn un rico propietario o un colegio profe-sional habra de construir un santuario en la necrpolis. Y ciertamente desde esaperspectiva se hace peliaguda la aceptacin de.la propuesta de Bendala. Desdeluego no da la impresin de que La Tumba del Elefante sea la sede de un colegiofuneraticio bajo la advocacin de Atis o Cibeles debido a su peculiar estructura.Los collegia dendrophorum se expandieron mucho por el Imperio, pero no hayconstancia de su existencia en Carmona, ciudad en la que s pudieron existirotras corporaciones funerarias 19 . Pero este enorme hipogeo no tiene, como sea-la el propio Bendala una sala dedicada a albergar las urnas o los sarcfagos delos difuntos; tampoco tiene una aula suficientemente grande como para dar co-bijo a una agrupacin de tales caractersticas. En cualquier caso es imprescindi-ble distinguir, desde el punto de vista religioso, entre cultos mistricos iniciticosy corporaciones funeraticias. La frecuente aparicin de estatuillas de Atis enambientes funerarios est relacionada ms con su funcin tutelar de tales corpo-raciones que con el culto mistrico metraco.

    La remodelacin del colegio de los Dendrforos parece haber sido obra delemperador Claudio20 . Sin embargo, no todos los dendrforos estaban iniciadosen los misterios metracos. Es ms, probablemente, en poca de Claudio no exis-tiran los misterios iniciticos como nosotros los percibimos, pues esa otrareformulacin del culto parece haber sido obra de Antonino Po2 ' . Es bajo sureinado cuando se implanta el taurobolio como rito ms caracterstico de la ini-ciacin ciblica. El primero, como acertadamente recoge Fear, se sita en el ao160 y corresponde a un epgrafe de Lyon (CIL XIII, 1751) 22 . Si la tumba del Ele-fante es de poca julio claudia, posiblemente no se realizaran en ella nitaurobolios, ni criobolios. A menos que haya habido una profunda remodelacindel espacio cultual a mediados del s. II d. C., asunto al que no se hace la menorreferencia en la descripcin arqueolgica del monumento.

    Por otra parte, la necesidad de una pileta en la que recoger la sangre de lavctima sacrificada parece corresponder slo a la ltima fase del rito del taurobolio,como document ya con precisin Duthoy. Esa fase se establece slo con el testi-monio de Prudencio, quien en el relato del martirio de S. Romn hace una des-cripcin terrible del ritual. Pero lo cierto es que algunos estudiosos han puesto en

    19 A propsito de esta cofrada, vase: R. Rubio, "Collegium dendrophorum: Corporacin profe-sional y cofrada metraca", Gerin, 11, 1993, 175-183.

    20 Rubio, loc. cit., 178-179.21 Alvar, Los misterios, 205.22 Alvar, Los misterios, 197 ss.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • FANTASIA Y REALIDAD, CIBELES EN CARMONA 95

    duda la descripcin del autor cristiano23 . Por lo dems, hasta el presente, la ar-queologa no ha atestiguado la existencia de ninguna fossa sanguinis, de modoque parece forzado convertir en tal la pileta de la Tumba del Elefante, construidaen un momento en el que con certeza no exista ningn ritual que la requirieran 4 .Los problemas Fsicos manifestados por Fear para introducir un toro en un hipo-geo y degollarlo all no se resuelven, como pretende Bendala aduciendo que nosera el taurobolio, sino el criobolio, es decir, el sacrificio del carnero, lo que seejecutara en la Tumba del Elefante. Es lgico suponer que quienes instauran elculto de la Magna Mater en Carmona desearan poder realizar todos los ritos enplenitud de posibilidades y que por problemas espaciales no renunciaran a cele-brar el rito ms caracterstico del culto a partir de Antonino Po, el taurobolio.Pero todo esto huelga si tenemos en cuenta que la Tumba es un siglo anterior aAntonino y que en la poca de la reforma del culto no se introduce el bao desangre que cita Prudencio, sino que el taurobolio es, sencillamente, el sacrificiode un toro por la salud del Imperio y de la familia imperial.

    En conclusin, pues, a propsito de la pileta, creo que se tratan de dar expli-caciones funcionales innecesarias por anacrnicas. A menos que se deba revisarcompletamente la cronologa de la Tumba del Elefante, que no sea significativala moneda de Claudio all encontrada o que la Tumba sufriera remodelaciones alo largo del tiempo conforme las necesidades lo hubieran requerido.

    Por otra parte, parece correcta la observacin de Fear segn la cual no serautilizable indistintamente para realizar el bautismo de sangre y la lavatio. Ha-bra, pues, que elegir o lavatio o bautismo. Lleva razn Fear cuando seala queaquella slo se realiza en un ro, pero lo cierto es que no tenemos testimoniosajenos al de Roma. Quiz donde no hubiera un arroyo como el Almo se inventa

    -ran cualquier otro procedimiento, pero no sabemos si en otros sitios se lavaba ala diosa como en Roma. Se crean, en mi opinin, argumentos y contraargumentossobre supuestos cuya verosimilitud es ms que dudosa, pero sobre todo, resultanintrascendentes.

    En cuanto al personaje representado en un relieve sobre la pileta, Bendala lointerpreta como un archigalo, porque de ese modo logra mayor rotundidad en suargumentacin. Sin embargo, su mal estado de conservacin hara asimismoaceptable prcticamente cualquier otra sugerencia. Pero, de nuevo, nos halla-mos ante un problema de ndole cronolgica. El archigalato es un institucinintroducida por Antonino Po en su reforma del culto de la Magna Mater25 . De

    23 N. McLynn, "The Fourth-Century Taurobolium", Phoenix, 50, 1996, 312-330; la crtica en Alvar,Los misterios, 202 y nota 92.

    24 Slo tres espacios arqueolgicos han sido identificados por sus excavadores como fossaesanguinis. Los tres han sido negados por McLynn (loc.cit. 320). R. Turcan ha manifestado su totalescepticismo sobre estos recintos en Les cultes orientaux dans le monde Roman, Pars, 1989, 68.

    25 J. Alvar, "El archigalato", XXIX Congreso Internacional del GIREA-ARYS IX: Jerarquas religio-sas y control social, Valladolid, 2003.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • 96 JAIME ALVAR

    0

    nuevo tendramos que admitir, para aceptar la tesis de Bendala, que la Tumba delElefante fue remodelada en poca antoniniana para colocar entonces el retratode un archigalo, lo cual no deja de constituir una arbitrariedad para mantener aultranza la defensa de una idea. La consideracin de que el representado es unarchigalo procede del paralelo pretendido por Bendala en el relieve del Palazzodei Conservatori de Roma; sin embargo, no hay ninguna razn para considerararchigalo y no galo a est difunto de mediados del s. II d.C. 27 Pero no entiendoqu impide suponer que el representado sea un galo o simplemente el miembroms relevante de la familia propietaria de la tumba, estuviera o no consagrado alculto de Cibeles.

    Otro de los restos hallados en la Tumba del Elefante que requiere explicacines la piedra ovoidea que Bendala interpreta como un betilo. Como sugiere Fear lapiedra podra ser cualquier otra cosa. De hecho, debemos pensar que pudo habersido estucada y, en consecuencia, se podra haber hecho representar algo queahora no podemos ni imaginar. Pero me atrevera a indicar sencillamente quedentro del contexto cultural metraco podramos pensar, por ejemplo, en unapia, smbolo del pino atideo e icono de la eternidad. Y dentro del material mue-ble queda la famosa estatua que da nombre a la tumba. El elefante no guardarelacin directa con el culto ciblico y, desgraciadamente, ese elemento centralqueda fuera del ingenioso juego de identificaciones que lleva a cabo Bendala.

    Tambin encuentra apoyo adicional para su tesis Bendala en la propia orien-tacin de la Tumba. Creo que la crtica de Fear en este sentido es fallida cuandopretende desconectar a Atis del sol. Lleva razn Bendala en su rplica al reivindi-car el importante significado solar contenido en el culto de Atis. Sorprende queignore Fear el texto de Macrobio (Sat. I, 21) en el que afirma: "al Sol, bajo elnombre de Atis, lo adornan la flauta y el cayado" y Juliano (Or. V, 165 b) afirmaque la Madre de los Dioses regala a Atis el gorro frigio adornado de estrellas, demodo que Atis est cubierto por el cielo que nos rodea y el ro Galo no es sino laVa Lctea . Sin embargo, a pesar de estas observaciones, puestos a ser escpti-cos resultara ms slido constatar que en el frigianismo no hay ninguna fiestacelebrada en el solsticio de invierno, momento en el que nace el sol, orientacina la que parece ceirse la construccin de esta tumba. Desde mi punto de vista,aducir orientaciones y rayos solares para aumentar la densidad de los argumen-tos resulta, cuando menos, problemtico, pues ms o menos siempre hay orien-taciones que coinciden con rayos susceptibles de ser interpretadas segn convengaen cada ocasin.

    No querra dejar el asunto sin un comentario adicional en relacin con elsupuesto betilo. No poseemos informacin de que Cibeles fuera venerada en for-ma de betilo. Es verdad que cuando entra en Roma es su hipstasis betlica laque se traslada desde Pesinunte. Sin embargo, desde Roma se difunde bajo su

    26 Bendala, op. cit., 52.27 Cf., por ejemplo, M. Beard, J. North y S. Price, Religions of Rome, vol 2, Cambridge, 1998, 211.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166X

    Universidad de Huelva 2009

  • FANTASA Y REALIDAD, CIBELES EN CARMONA 97

    fisonoma ms conocida, como una divinidad antropomorfa con su coronaturriforme, entronizada en un carro arrastrado por dos leones. Es ms, en susrepresentaciones ms antiguas vinculadas al episodio de su llegada a Roma,Cibeles tiene ya su aspecto de diosa sedente clsica29 . Lo cierto es que toda laiconografa ciblica peninsular conocida coincide con la imagen de la diosa en-tronizada y slo en el caso de Carmona que comentamos se vincula con el betilo.Traer a colacin el martirio de las santas Justa y Rufina para apoyar la imagenbetlica de la divinidad parece fuera de lugar, pues la airada reaccin de las san-tas hispalenses est relacionada con las Adonas.

    No obstante, no le faltan argumentos a Bendala para defender el culto ciblicobajo el icono del betilo en Carmona y para ello sugiere que el culto habra llegado

    En mi opinin, la tesis de Bendala se sustenta en pruebas circunstancialesno slidamente cimentadas. El punto de partida de su pesquisa es la estatua deAtis, pero incluso este dato que podra parecer decisivo se desvanece al constatarsu frecuencia como dios funerario no necesariamente mistrico, pues de hecho,Atis como deidad del duelo y de la esperanza ultramundana aparece disociadodel culto inicitico de Cibeles. La conjetura de que la Tumba del Elefante es unsantuario metraco es difcilmente defendible, incluso aunque la propuesta hu-biera sido acertada. Ms bien debera haberse defendido que se trata de unatumba de alguien o de un conjunto de personas que de una u otra manera po-dran haber estado vinculadas al culto de la Magna Mater. En tal sentido, eseespacio funerario podra haber sido una miniaturizacin del espacio sacro ciblico,no para reproducir los ritos de los vivos, sino para simularlos entre los muertos.Si as fuera, todo el debate sobre la posibilidad y la probabilidad sostenido porBendala y Fear sera intil, pues para el uso post mortero el imaginario generarealidades no necesariamente reconocibles desde la dimensin lgica de la reali-dad vivida. Por ello es imposible determinar si Bendala lleva o no razn, pues esverdad que prcticamente cualquier hiptesis bien construida podra ser correc-ta, mientras sea por alguien creda. El problema es cuando triunfa el desacuerdoderivado por la falta de consistencia de los elementos empleados en la construc-cin del imaginario. Sin duda, la fantasa y la realidad se podran haber unidopara dar cobijo a los dioses, para otorgar a los dioses los espacios propios de sureligin, pero lo cierto es que la incredulidad deja vaca la Tumba del Elefante yla oscura sombra del desconocimiento se apropia de los escenarios delinframundo.

    28 Ya he defendido el carcter solar de Atis en Alvar, Los misterios, 44 ss.29 E1 ara datada en el s. I de nuestra era procede de Roma; en ella se representa a Claudia Quinta

    tirando del barco de Cibeles, en el que la diosa aparece entronizada en su fisonoma clsica, aunquesin los leones, pues an est en el barco que la lleva a Roma. Cf. Beard, North y Price, Religions ofRonne, vol 2, 46.

    ARYS, 5, 2002, 87-98 ISSN 1575-166XUniversidad de Huelva 2009

    VOLUMEN V 89.pdfVOLUMEN V 90.pdfVOLUMEN V 91.pdfVOLUMEN V 92.pdfVOLUMEN V 93.pdfVOLUMEN V 94.pdfVOLUMEN V 95.pdfVOLUMEN V 96.pdfVOLUMEN V 97.pdfVOLUMEN V 98.pdfVOLUMEN V 99.pdf