Felipe Guamán Poma de Ayala

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Felipe Guamán Poma de Ayala Autorretrato de Felipe Guamán Poma de Ayala, que está tomando las relaciones y leyendas de los indios antiguos, que por sus tocados se distinguen como procedentes de varias provincias y de varios rangos. Felipe Guamán Poma de Ayala, (¿1534 /1556 ?-m. ¿1615 /1644 ?), 1 ocasionalmente escrito también como Felipe Huamán Poma de Ayala, fue un cronista indígena del Virreinato del Perú . Índice [ocultar ] 1 Biografía 2 Crónicas 3 Crónica incompleta 4 Bibliografía 5 Enlaces 6 Referencias Biografía[editar ] Nació probablemente en Lucanas , Virreinato del Perú, alrededor de 1534, aunque algunas fuentes recientes afirman que fue en 1556 en Andamarca, barrio de la antigua Huamanga , actual Ayacucho, 2 y era

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Felipe Guamán Poma de Ayala

Autorretrato de Felipe Guamán Poma de Ayala, que está tomando las relaciones y leyendas de los

indios antiguos, que por sus tocados se distinguen como procedentes de varias provincias y de

varios rangos.

Felipe Guamán Poma de Ayala, (¿1534/1556?-m. ¿1615/1644?),1 ocasionalmente escrito también como Felipe Huamán Poma de Ayala, fue un cronista indígena del Virreinato del Perú.

Índice

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1   Biografía 2   Crónicas

3   Crónica incompleta

4   Bibliografía

5   Enlaces

6   Referencias

Biografía[editar]

Nació probablemente en Lucanas, Virreinato del Perú, alrededor de 1534, aunque algunas fuentes recientes afirman que fue en 1556 en Andamarca, barrio de la antigua Huamanga, actual Ayacucho,2 y era descendiente, según él afirma en su manuscrito, de una noble familia yarovilca de Huánuco. Su nombre, Guamán Poma, proviene de las palabras quechuaswaman y puma, halcón 3  y puma, nombres totémiclos en quechua (asociados a los dioses tutelares de la tierra y del cielo). Fue hijo

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presumiblemente de Martín Guaman Mallqui y Juana Chuquitanta llamada Cusi Ocllo, noble descendiente de Túpac Yupanqui.

Se crió con los españoles, por lo que se consideraba de origen latino. Desterrado dos veces, una por el corregidor de Huamanga en 1600 y otra por el corregidor de Lucanas hacia el año 1606 (o 1618), se dedicó a recorrer durante varios años todo el país y a escribir su Nueva crónica y buen gobierno, uno de los libros más originales de la historiografía mundial.4

En esta obra, de 1180 páginas y 397 dibujos, que presuntamente terminó de escribir en 1615, da la visión indígena del mundoandino y permite reconstruir con todo detalle aspectos de la sociedad peruana después de la conquista, a la vez que ilustra sobre la historia y genealogía de los incas con textos en el castellano del siglo XVI y en el quechua general. La obra, dedicada al rey Felipe III y enviada a España, se extravió. Hoy se conserva en la Biblioteca Real de Copenhague y se puede consultar en línea.5

Crónicas[editar]

Portada de la Nueva coronica i buen gobierno

Un puñado de documentos del siglo XVI dan fe de que Guamán Poma sirvió en la década de 1560-70, como traductor («lengua») del quechua para varios funcionarios coloniales, entre ellos del oidor Alberto de Acuña conocido como el «Abogado General de los Indios» nombrado por el virrey García Hurtado de Mendoza en 1589. También sirvió de traductor al oidor Pedro Arteaga de Mendiola en la visita a las minas de Huancavelica en 1588. Estuvo al servicio de don Juan Pérez de Gamboa, corregidor de Huancavelica y luego visitador de las tierras del Cusco, Huamanga, Huancavelica, Vilcabamba, Castrovirreyna y Jauja en 1587.6

Una ratificación documental indica que Guamán Poma estuvo al servicio del oidor de la Real Audiencia de Lima, el Dr. Alberto de Acuña, puesto que de un memorial que envió dicho personaje al rey de España en 1598, coincide en varios puntos de sus recursos con las quejas que escribió el cronista ayacuchano; otras veces existen puntos en abierta contradicción entre las visiones del Guamán Poma y el oidor de Acuña, vale decir que ambas personas conocían sus planteamientos y propuestas en abordar los asuntos en favor de los indígenas. Además, por intermedio de Acuña, el cronista Guamán Poma se habría documentado de varios asuntos internos de la administración colonial: por ejemplo, de las residencias a los virreyes Francisco de Toledo y Hurtado de Mendoza y las visitas efectuadas a las minas y población nativa en la época toledana y en 1585. Guamán Poma, habría trabajado como traductor en la Real Audiencia de Lima con los nombres de don «Lorenzo Anchachumbi» o «Phelipe Lorenzo Guamanchumbi».7

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Guamán Poma apareció como actor en una serie de demandas de finales de la década de 1590, en la que trató de recuperar el título político y de tierra en el Valle de Chupas que él creía suyo por derecho de familia. Estos juicios en última instancia resultaron desastrosos para él: no sólo perdió, sino que en 1600 fue despojado de todos sus bienes y obligado a exiliarse en las ciudades que había gobernado una vez como un noble. Participó en el sofocamiento del movimiento religioso político de Taki Unguy, al lado del cura Albornoz, posiblemente en una actitud antiindegenista para ganar algún beneficio del los manos españoles8

La gran obra de Guamán Poma es El Primer nueva corónica y buen gobierno, un documento de 1189 páginas. Su libro sigue siendo la más larga crítica sostenida sobre el dominio colonial español producido por un sujeto indígena durante el periodo colonial. Escrita entre 1600 y 1615 y dedicada al rey Felipe III de España, la Corónica describe las injusticias del régimen colonial y sostiene que los españoles fueron colonos extranjeros en el Perú. «Es nuestro país», dijo, «porque Dios nos lo ha dado a nosotros». El rey nunca recibió el documento.

La «Crónica» es muy notable en muchos aspectos. En primer lugar, despliega una fusión brillante de la escritura y dibujos de líneas finas (392 páginas del libro consisten de dibujos a página completa). En segundo lugar, el manuscrito expresa la opinión de un noble provincial sobre la conquista, mientras que la mayoría de otros puntos de vista indígenas de la época colonial proceden de la nobleza del Cusco, la antigua capital de los Incas. En tercer lugar, el autor utiliza con frecuencia palabras y frases quechuas dentro de este trabajo mayoritariamente español, lo que proporcionó a los expertos material para aprender más sobre el idioma quechua. Guamán Poma propuso una nueva dirección para el gobierno del Perú: Un «buen gobierno» que se basaría en las estructuras sociales y económicas Incas, la tecnología europea, y la teología cristiana, adaptada a las necesidades prácticas de los pueblos andinos.

Escribe que los gobiernos indígenas trataban a sus súbditos mucho mejor que los españoles y le pide al Rey Felipe instaurar indios en puestos de autoridad. Es importante señalar que, a pesar de que rechaza la dominación española, no rechaza al rey español. Durante este tiempo, los monarcas eran vistos generalmente como descendientes de Dios y siendo extremadamente católico, Guamán Poma tiene al monarca español en la más alta consideración. En su escrito, no sólo quiere proponer cambios en la sociedad, sino además denunciar las injusticias contra los indios no percibidas por el rey quien, como representante de Dios, de haberlas conocido no las habría permitido.

El manuscrito de la «Corónica» se ha mantenido en la Biblioteca Real de Dinamarca, al menos desde principios de los años 1660, aunque sólo se hizo público en 1908, cuando fue descubierto por el erudito alemán Richard Pietschmann. Una edición retocada fue producida en París en 1936, por Paul Rivet. En 1980, una transcripción crítica del libro, basado en la autopsia del manuscrito más que en el facsímil de 1936, fue publicado por John Murra y Rolena Adorno, (con la colaboración de Jorge Urioste) bajo el título Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva Crónica y Buen gobierno (México D.F.: Siglo XXI). Un facsímil digital de alta calidad del manuscrito original fue publicado en línea en 2011 por la Biblioteca Real Danesa, con Rolena Adorno como editor académico.

Crónica incompleta[editar]

De los últimos documentos publicados sobre Guamán Poma, destaca el «Segundo informe del manuscrito de don Felipe Guamán Poma de Ayala» hecho por Richard Pietschmann en Berlín de 1913. En la introducción a este documento importantísimo y poco conocido y estudiado, se hace referencia a un cuadro descriptivo hecho por Pietschmann que no ha sido identificado en ningún dibujo de los actualmente conocidos. Se trata de: «El alcalde y su mujer llevan mucho tributo al corregidor tanto como ellos son capaces según sus modestos medios, implorando en un discurso de sumisión para contentarle y para evitar sus amenazas no hay nada mejor que pagar». «Según algunos indicios, el original que manejó y fotografió Pietschmann, estaban completos en su paginación: posiblemente

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habrían dos pliegos (ocho páginas) no cosidos en el corpus documental sino sueltos que hacían coherente la compaginación de todo el manuscrito». (Cfre. Alberdi Vallejo)9

Felipe Guamán Poma de Ayala(Felipe Guamán o Huamán Poma de Ayala; San Cristóbal de Suntuntu, 1534 - Lima, 1615) Cronista peruano. Dedicado a la enseñanza de la lengua castellana a los indígenas, es autor de una Nueva crónica (c. 1600), compendio de la historia preincaica del Perú, y de su continuación, Buen gobierno (c. 1615), muestra de las injusticias que los encomenderos y los funcionarios de la corona infligían a los indios. Concebida como una monumental carta al rey de España, Felipe II, la obra está ilustrada con dibujos del mismo autor.Por las noticias autobiográficas contenidas en Nueva crónica y buen gobierno se sabe que era hijo de Gusmán (o Huamán) Malqui de Ayala y de Juana Curi Oello, hija menor del inca Túpac Yupanqui. Descendía por lo tanto de los nobles de Huánuco, señores de Chinchaysuyo anteriores a los mismos incas. Fue educado por su hermano mestizo el padre Martín de Ayala, quien debió de iniciarle en los estudios clásicos, y trabajó probablemente en la administración. Desempeñó cargos directivos en los hospitales de Cuzco y Huamanga, y estudió al parecer en estas dos ciudades.En 1594 o 1595 fue detenido y desterrado por el corregidor de Lucanas, Antonio de Monroy. De esta suerte el escritor inició una larga serie de viajes que se prolongó durante unos veinte años y que le permitirían recoger abundante información para su obra; finalmente, en 1613, volvió a Huamanga e hizo valer sus derechos al puesto de cacique de la provincia. Atacó además la política del corregidor, por lo que fue nuevamente expulsado. Se dirigió entonces a Lima, con la intención de presentar su Nueva crónica al virrey.

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Pizarro y Atahualpa en una ilustración

de la Nueva crónica y buen gobierno

Perdido durante siglos, el manuscrito de Nueva crónica y buen gobierno fue encontrado en 1908 en la Biblioteca Real de Copenhague por Richard Pietschmann, quien lo presentó a la comunidad científica internacional en 1912. Se cree que hubo de ser redactado entre 1567 y 1615, y en su mayor parte entre 1612 y 1615. En 1936 fue publicado en edición facsimilar al cuidado de Paul Rivet y con una introducción escrita por Richard Pietschmann. El arqueólogo y antropólogo peruanoJulio C. Tello ensalzó inmediatamente su importancia incomparable: "No existe libro alguno escrito en este período que pueda competir con él en riqueza de información, clarividencia y valentía del autor para enjuiciar los acontecimientos de su tiempo".El título de Nueva crónica y buen gobierno resulta claramente expresivo de las intenciones del autor: nueva alude a que trae una óptica diferente a las de las crónicas existentes, nunca escritas por indios; y buen gobierno a su afán por denunciar el mal gobierno del virreinato de esos años, en claro contraste con las instituciones prehispánicas, pero también con las creencias cristianas y los ideales utópicos del humanismo europeo. Su objetivo central es en efecto ofrecer lo que Wachtel llamó la "visión de los vencidos". Conectado a él, opera el designio de enaltecer lo que realizó en el pasado el hombre andino y de instar a su participación digna y efectiva en un gobierno realmente justo y acorde con el mensaje evangélico: sueña con un rey propio para el Perú, aunque jerárquicamente inferior al rey de España, señor de todo el

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globo terráqueo. Poma de Ayala adopta, comoBartolomé de Las Casas, una firme actitud "indianista" e "incaica", la cual, según advierte Estuardo Núñez, revela un vivo espíritu de rebelión y de justicia, y constituye una franca defensa de los indígenas.Presentada como una larguísima carta al rey de España, la Nueva crónica reelabora el género cronístico hasta extremos no conocidos, con la libertad propia de un hombre de gran mestizaje de lecturas y creencias como es Felipe Guamán Poma de Ayala. Consta de más de mil páginas, embellecidas por numerosos e ingenuos dibujos, interesantes por sus trajes y por la presencia de símbolos y perspectivas que expresan la cosmovisión andina. Produce la impresión de una síntesis enciclopédica que buscara hilvanar en un solo texto lo que hacían por separado las crónicas, los informes, las demandas de justicia, los tratados sobre política y sobre evangelización, e incluso las utopías al gusto de humanistas.

La obra resulta de excepcional valor por las noticias que ofrece respecto de la vida anterior al período incaico, el folklore y las tradiciones y narraciones de la época precolombina. La parte más importante del libro, en el cual alternan poesías y cantos en pura lengua quechua (cantos y poesías de amor, para la danza, para la caza, para la recolección de las mieses), se refiere ante todo a la historia de la época inca y a la de los primeros años de la conquista española. El autor da la biografía de cada emperador y de sus mujeres, narra sus empresas y habla del régimen, de las leyes, de las condiciones en que vivían los súbditos, de la religión, de las fiestas y de las indumentarias de un pueblo que había alcanzado un admirable grado de civilización y de cultura. Guamán Poma de Ayala conoce también los protagonistas y las noticias referentes a los acontecimientos que se sucedieron en el Perú después de la llegada de Francisco Pizarro y de los conquistadores. Dejando de lado las posibles incoherencias históricas, la crónica de Poma de Ayala proporciona nuevos datos sobre el pasado andino y refleja una visión descarnada de la sociedad colonial organizada en Perú.

Poma se expresa en una lengua que algunos críticos han calificado de bárbara. LaNueva crónica y buen gobierno está escrita en una prosa híbrida (la cual será reclamada, tres centurias después, por Gamaliel Churata como mestizaje idiomático a desarrollar) que inserta en el español vocablos y recursos idiomáticos del quechua, el aymara y el dialecto del Chinchaysuyo: maraña verbal que congenia con el sincretismo que intenta entre las creencias andinas y la cultura europea y cristiana. Su escritura trasluce las modulaciones de un escritor bilingüe que habla la lengua del colonizador, pero no quiere abandonar del todo la propia. Es probable también que el autor reflejara la lengua oral de su tiempo, la que hablaba la enorme masa de analfabetos que formaban la

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sociedad indígena. Guamán Poma es, sin embargo, un hombre ilustrado que no desconocía la tradición y el estilo de las crónicas hispánicas. La mezcla de registros da a su obra ese tono distanciado y extraño que tanto ha cautivado a sus críticos y lectores.