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Sobre la cobarda y la irrelevancia de los cientficossociales

El ltimo libro del economista francs Thomas Piketty est siendo objeto de muchos

comentarios: todava hay esperanzas en la educacin superior para los intelectuales seriosy los acadmicos decentes. El libro,Capital in the Twenty-First Century acaba de salireste mes y plantea graves cuestiones sobre el valor de la ciencia social acadmicadominante.

Piketty es bien conocido por tenerla tomada con la academia: la acusa de producirmontaas de basura de escaso valor prctico para la sociedad y para las polticaspblicas..El consejo de Piketty a los acadmicos futuros: "empezad con cuestionesfundamentales y tratad de dar buena cuenta de ellas". Piketty ha seguido desde luego supropio consejo. Junto con su colega, el economista Emanuel Sez, ha logrado lacelebridad en los ltimos aos produciendo investigaciones que marcan un hito en elestudio de la desigualdad sin precedentes actualmente existente en los EEUU del

incipiente siglo XXI.

Las conclusiones de Piketty y Sez resultan demoledoras para los numerosos columnistasy tertulianos que insisten machaconamente en que la desigualdad no es un problemagrave en los EEUU de hoy, y que Norteamrica sigue siendo el "pas de las oportunidades"para todos quienes estn "dispuestos a trabajar lo suficientemente duro". En realidad, losEEUU ostentanslo sobrepasados en eso por Canad la segunda ms baja "tasa defuga" de la pobreza de todos los pases ricos, del primer mundo. La investigacin dePiketty y Sez abre tambin grandes boquetes en la inveterada conclusin muy comnentre los economistas de que el neoliberalismo de "libre mercado" produce resultadosptimos para las masas norteamericanas. Si la desigualdad sigue creciendo en una era enla que los trabajadores se ven trabajando ms y ms horas, eso habla mal del potencial demovilidad econmica ascendente.

Ser economista acadmico en Francia ofrece una gran ventaja: aqu los economistas noson demasiado respetados en el mundo acadmico e intelectual o entre las elites polticasy financieras. La verdad es que la teora econmica no debera haberse empeado jamsen divorciarse de las otras ciencias sociales, porque slo podr progresar con ellas. Lasciencias sociales, todas ellas, saben demasiado poco como para perder el tiempo ennecias rebatias sobre fronteras disciplinarias. Si tenemos que hacer progresos en nuestracomprensin de la dinmica histrica de la distribucin de la riqueza y la estructura de lasclases sociales, es obvio que tenemos que adoptar un enfoque pragmtico y hacernos conlos mtodos de los historiadores, los socilogos, los politlogos y tambin loseconomistas Las disputas disciplinarias y las guerras de posicin por lindes carecen deimportancia."

Me puedo sumar a los comentarios de Piketty. Los problemas detectados en la teoraeconmica son comunes en todas las ciencias sociales. Mi propia disciplina la cienciapoltica esta dominada desde hace tiempo por la sobrespecializacin y la oscuridad:plagada de acadmicos excavando en nichos extremadamente angostos y plantendoseuna y otra vez cuestiones de utilidad prctica limitada, por decir lo menos. Es un problemamuy embarazoso, francamente. Para dar un ejemplo, los congresos profesionales deciencia poltica reproducen una y otra vez "investigacin" de baja calidad, carentetotalmente de relevancia para el norteamericano medio. Un subcampo en auge en laciencia poltica es nada menos que la investigacin del modo de medir el fenmenopoltico, sin la menor nocin o visin de la vida poltica o del mundo poltico propiamentedicho. Toda la pericia estadstica del mundo de poco vale, si no sabes nada de tu objeto deestudio.

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Es slo una pequea fraccin de los miles de trabajos presentados cada ao en midisciplina. En Norteamrica se asiste al desarrollo de carreras acadmicas enteras sin elmenor inters por el modo en que podran reasignarse los recursos con vistas a fortalecerel bien comn. Los doctorandos de ciencias sociales raramente son socializados por susdirectores de tesis o sus tutores en la comprensin de la importancia de producirinvestigacin que sea de utilidad en el mundo real. Lo ms comn es tomar como indicio

de seriedad y "potencial" acadmico la produccin de todo lo contrario: publicar en revistasacadmicas esotricas muy prestigiosas, ledas slo por un pequeo puado de cientficossociales dispersos por todo el pas. Esos trabajos son totalmente ignorados por lospolticos, porque estn escritos en un lenguaje arcano y rebosante de jerga, jams escritospensando en lectores ajenos al nfimo club de iniciados en la ciencia poltica.

Lleva razn Piketty en su condena de la auto castracin de unas ciencias sociales en posdel prestigio y desdeosas de los descubrimientos prcticos y del compromiso poltico.. Elgrueso de los acadmicos opera con mentalidad de manada: tienen pnico alcomportamiento no convencional. Produciendo investigacin de inters para el mundo real,uno desafa las reglas sagradas que gobiernan la ciencia social "objetiva" que celebra lasagendas de investigacin esotricas. Salir de esa va trillada pondra en peligro el prestigio

de uno y se correra el riesgo de que los colegas te vieran como "poco profesional". Esetipo de presiones logran que los acadmicos sean parte del problema, no parte de lasolucin.

Un cambio radical as slo tendr lugar merced a la presin exterior del contribuyentenorteamericano y de la opinin pblica. Los padres (financiadores de esta vergenza deinvestigacin acadmica) y los contribuyentes al fisco tendrn que presionar a lasuniversidades y centros de educacin superior para que reevalen sus prioridades y dejende asignar recursos valiosos a las necias (y estriles) agendas de investigacin quecampan hoy por sus respetos en la academia norteamericana.

CRITICAS:

POSITIVAS:

- En este artculo se enfatiza lo mencionado por el autor Thomas Piketty quienpone en prctica que la teora econmica no debera haberse empeado jamsen separar de las otras ciencias sociales, porque slo podr progresar con ellas.

- De esta manera se obtendra progresos en nuestra comprensin de la dinmicahistrica de la distribucin de la riqueza y la estructura de las clases sociales, esobvio que tenemos que adoptar un enfoque pragmtico y hacernos con losmtodos de los historiadores, los socilogos, los politlogos y tambin loseconomistas, es decir dejar de lado las disputas disciplinarias y empezar atrabajar tomando como referencia un todo en conjunto.

- Nos muestra un claro ejemplo de cmo se asiste al desarrollo de carrerasacadmicas enteras sin el menor inters por el modo en que podranreasignarse los recursos con vistas a fortalecer el bien comn, y que esteaspecto es irrelevante en la ciencia poltica, aspecto que se tendra queerradicar.

- Otro punto de importancia es que el autor est de acuerdo con Piketty en sucondena de la auto castracin de unas ciencias sociales en pos del prestigio ydesdeosas de los descubrimientos prcticos y del compromiso poltico, es

decir que no se estudian las ciencias sociales en conjunto solo especficamente

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se preocupan mas por su pasin por las matemticas y por la especulacinpuramente terica.

NEGATIVAS:

- Toma a la sobreespecializacin como algo negativo, pero este punto no es del

todo cierto porque tambin se podra llevar a cabo una especializacin parapoder conocer ms sobre un tema pero teniendo en cuenta tambin los temasque estn vinculados a l, no dejndolos de lado.

- Se preocupa ms por cuestionar la posicin y no muestra alternativas desolucin para que los acadmicos sean ya no sean parte del problema, sino queformen parte de la solucin y con ellos sean capaces de desafiar el poderpoltico, econmico y las injusticas que afrontamos da a da.