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Finanzas & Desarrollo / Septiembre de 2002 39 OS SISTEMAS públicos de pensiones de muchos países desarrollados enfrentan crisis que se deben sobre todo a factores demográficos: jubilación de la generación nacida en la posguerra, una pobla- ción en edad productiva cada vez menor y un aumento de la esperanza de vida. Los sistemas públicos de pensiones de muchos países en desarrollo, incluidos los de América Latina, también enfrentan crisis. Sin embargo, aunque en estos países los aspectos demográficos desempeñan un papel importante, el principal problema es que las presta- ciones que se ofrecían con los antiguos planes de prestaciones definidas, basados en sistemas de reparto, eran desproporciona- damente generosos en relación con las aportaciones, lo que fomentaba la jubilación anticipada y desalentaba la movilidad de la mano de obra. Las únicas opciones que les quedaban a las autoridades para mantener estos sistemas eran elevar notable- mente los impuestos o recortar las prestaciones, ninguna de las cuales era políticamente factible. Por consiguiente, algunos países de América Latina reali- zaron reformas sistémicas. Aunque las reformas variaron de un país a otro, en la mayoría de los casos, prescindieron en la tota- lidad o en parte de sus sistemas públicos de seguridad social, sustituyéndolos por planes administrados por el sector privado, basados en cuentas individuales y aportaciones definidas (simi- lares a los planes de tipo 401(k) vigentes en Estados Unidos, con la variante adicional de que son obligatorios), siguiendo en gran medida las directrices del estudio Averting the Old Age Crisis, publicado en 1994 por el Banco Mundial. Los nuevos sistemas deberían favorecer la sostenibilidad, aliviar las presiones fiscales, reducir la pobreza en la tercera edad y fortalecer los mercados financieros, factores, todos ellos, que supuestamente estimula- rían el crecimiento económico. Los sistemas reformados han arrojado resultados iniciales impresionantes en lo que se refiere al volumen de activos admi- nistrados por fondos de pensiones privados, rentabilidad bruta y número de participantes (cuadro 1). Algunos analistas señalan entre los beneficios derivados de las reformas el descenso de las razones implícitas entre deuda y PIB, tasas más altas de partici- pación en términos de afiliados a los nuevos planes y una mayor equidad en lo que respecta a la rentabilidad de las aportaciones a las pensiones obtenidas por los participantes de distintos perfiles salariales y sexo. Los planes de pensiones privados —dada su gran magnitud en relación con el total de la economía— también han impulsado reformas en el sector financiero. Pese a que la ex- periencia es distinta en cada país, muchos de estos beneficios, así como la cuestión de si los nuevos planes representan una mejora neta sobre el sistema antiguo, siguen siendo objeto de debate. La reforma de las pensiones en América Latina David de Ferranti, Danny Leipziger y P.S. Srinivas Los países de América Latina van a la vanguardia mundial en materia de reforma del sistema de pensiones. Ocho de ellos los han reformado en los últimos 20 años y ahora se contempla la posibilidad de que se lleven a cabo otras reformas en toda la región. ¿Han sido satisfactorias las reformas anteriores? ¿A qué objetivos deben orientarse las nuevas? ¿En qué medida son acertadas las ideas que impulsan estas reformas? L

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  • Finanzas & Desarrollo / Septiembre de 2002 39

    OS SISTEMAS pblicos de pensiones de muchospases desarrollados enfrentan crisis que se debensobre todo a factores demogrficos: jubilacin dela generacin nacida en la posguerra, una pobla-cin en edad productiva cada vez menor y un aumento de la esperanza de vida. Los sistemas

    pblicos de pensiones de muchos pases en desarrollo, incluidoslos de Amrica Latina, tambin enfrentan crisis. Sin embargo,aunque en estos pases los aspectos demogrficos desempean

    un papel importante, el principal problema es que las presta-ciones que se ofrecan con los antiguos planes de prestacionesdefinidas, basados en sistemas de reparto, eran desproporciona-damente generosos en relacin con las aportaciones, lo que fomentaba la jubilacin anticipada y desalentaba la movilidadde la mano de obra. Las nicas opciones que les quedaban a lasautoridades para mantener estos sistemas eran elevar notable-mente los impuestos o recortar las prestaciones, ninguna de lascuales era polticamente factible.

    Por consiguiente, algunos pases de Amrica Latina reali-zaron reformas sistmicas. Aunque las reformas variaron de unpas a otro, en la mayora de los casos, prescindieron en la tota-lidad o en parte de sus sistemas pblicos de seguridad social,sustituyndolos por planes administrados por el sector privado,basados en cuentas individuales y aportaciones definidas (simi-lares a los planes de tipo 401(k) vigentes en Estados Unidos, conla variante adicional de que son obligatorios), siguiendo en granmedida las directrices del estudio Averting the Old Age Crisis,publicado en 1994 por el Banco Mundial. Los nuevos sistemasdeberan favorecer la sostenibilidad, aliviar las presiones fiscales,reducir la pobreza en la tercera edad y fortalecer los mercadosfinancieros, factores, todos ellos, que supuestamente estimula-ran el crecimiento econmico.

    Los sistemas reformados han arrojado resultados inicialesimpresionantes en lo que se refiere al volumen de activos admi-nistrados por fondos de pensiones privados, rentabilidad brutay nmero de participantes (cuadro 1). Algunos analistas sealanentre los beneficios derivados de las reformas el descenso de lasrazones implcitas entre deuda y PIB, tasas ms altas de partici-pacin en trminos de afiliados a los nuevos planes y una mayorequidad en lo que respecta a la rentabilidad de las aportaciones alas pensiones obtenidas por los participantes de distintos perfilessalariales y sexo. Los planes de pensiones privados dada sugran magnitud en relacin con el total de la economa tambinhan impulsado reformas en el sector financiero. Pese a que la ex-periencia es distinta en cada pas, muchos de estos beneficios, ascomo la cuestin de si los nuevos planes representan una mejoraneta sobre el sistema antiguo, siguen siendo objeto de debate.

    La reforma de las pensiones en Amrica Latina D a v i d d e F e r r a n t i , D a n n y L e i p z i g e r y P . S . S r i n i v a s

    Los pases de Amrica Latina van a la vanguardia mundial en materia de reforma del sistema de pensiones.Ocho de ellos los han reformado en los ltimos 20 aos y ahora se contempla la posibilidad de que se llevena cabo otras reformas en toda la regin. Han sido satisfactorias las reformas anteriores? A qu objetivos deben orientarse las nuevas? En qu medida son acertadas las ideas que impulsan estas reformas?

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    Aunque en Amrica Latina no se ha criticado mucho la deci-sin de abandonar los planes de pensiones pblicos lo que nodeja de sorprender, en vista de los encarnecidos debates que eltema suscita en el mundo desarrollado los nuevos planes depensiones de aportes definidos han recibido bastantes crticasen cuatro aspectos concretos: cobertura, desempeo de fondos,buen gobierno y costos fiscales.

    CoberturaExiste la preocupacin de que los planes de pensiones privadosde Amrica Latina, dada su limitada cobertura, no permitan al-canzar el objetivo previsto: una reduccin amplia de la pobrezaen los grupos de la tercera edad. En la mayora de los casos, sololos trabajadores del sector formal tienen acceso a estos planes y,de esos trabajadores, solo unos pocos contribuyen realmente,aun cuando el nmero de afiliados sea grande. Por lo tanto,muchos latinoamericanos no tienen la cobertura de un sistemaformal de ingreso seguro a la jubilacin. Actualmente, en pro-medio, solo una tercera parte de la poblacin econmicamenteactiva de la regin disfruta de esa cobertura. En los 20 aostranscurridos despus de que Chile reformara su sistema, la co-bertura en este pas ha aumentado muy poco. Los sectores for-males estancados o en contraccin de muchos pases de AmricaLatina estn agravando el problema, a medida que disminuye elnmero de contribuyentes potenciales. Incluso entre los quepueden contribuir, la razn entre contribuyentes activos y los registrados nominalmente en el sistema est reducindose. Enlos planes de pensiones que vinculan las prestaciones con lasaportaciones, el hecho de que el nmero de contribuyentes sea

    limitado significa que solo una fraccin de la poblacin econmi-camente activa recibir una pensin adecuada despus del retiro.

    Una forma de aumentar la cobertura es hacer que la partici-pacin sea obligatoria para los individuos que actualmente es-tn excluidos, como son los trabajadores independientes. Sinembargo, no est claro que existan incentivos adecuados paraque este colectivo cumpla esa obligacin, y la observancia de lanorma sera costosa y difcil desde el punto de vista administra-tivo. Otra opcin sera incrementar la proporcin que representael sector formal en la economa, con lo que aumentara el n-mero de trabajadores que tendran que ahorrar para la jubila-cin. No obstante, este enfoque exigira revertir la recienteexpansin del sector informal, algo complejo y que, probable-mente, tardara mucho en realizarse. Un tercer enfoque es pro-porcionar seguridad de ingreso en la vejez a los que no hancontribuido al sistema y no tienen la cobertura de los nuevosplanes de pensiones, mediante subsidios, pensiones sociales y asistencia social. Pero, si bien las prestaciones universales, nocondicionadas al nivel de recursos pueden ser eficaces para hacer frente al problema de la pobreza en la vejez, en general,resultan caras e ineficientes; por su parte, los planes condicio-nados al nivel de ingresos son difciles de aplicar. Entre otrasmedidas, cabe sealar la reduccin de las barreras para parti-cipar en los planes de pensiones, una mejor educacin de lostrabajadores para que ahorren para la jubilacin y la reestructu-racin de las garantas de prestaciones mnimas. Una inversinms acertada de los activos podra tambin incentivar en mayormedida a los contribuyentes para que aporten fondos al plan de pensiones.

    Cuadro 1

    Prepararse para empezar con buen pieEl volumen de activos en manos de fondos de pensiones privados en Amrica Latina y su rentabilidad anual (sin descontar las comisiones) soncuantiosos, pero las comisiones son elevadas.

    Comisiones,excluidas

    Rentabilidad Comisiones las primasActivos en real anual totales en de seguroporcentaje excluidas porcentaje de en porcentaje

    Activos en millones de dlares del PIB comisiones los salarios de aportaciones____________________________________________________1995 1997 1999 2000 2001 2000 (Porcentaje) 1999 1999

    Argentina 2.497 8.816 16.787 20.381 20.786 7,2 11,1 3,3 23,0Bolivia 0 98 535 842 936 10,1 11,1 4,6 5,5Chile 25.143 30.525 34.501 35.886 35.461 50,9 10,9 2,5 15,6El Salvador 0 0 210 482 768 3,7 12,9 3,2 17,6Mxico 0 615 11.509 17.012 27.146 3,0 9,5 4,4 22,1Per 583 1.510 2.406 2.752 3.622 5,1 5,3 3,7 19,0Uruguay 0 191 591 811 1.045 4,1 9,1 2,7 14,3

    Fuentes: International Federation of Pension Fund Management Companies (FIAP), Banco Mundial, James y otros (2001).

    La participacin en los nuevos fondos ha sido impresionante, pero no as la cobertura(Cifras en millones)

    Argentina Chile Colombia MxicoAfiliados Contribuyentes Afiliados Contribuyentes Afiliados Contribuyentes Afiliados Contribuyentes

    (A) (C) C/A (A) (C) C/A (A) (C) C/A (A) (C) C/A

    1983 1,6 1,2 77%1994 3,4 2,0 59% 5,0 2,9 58%1995 4,8 2,6 54% 5,3 3,0 57%1996 5,5 2,8 51% 5,6 3,1 55%1997 6,3 3,1 49% 5,8 3,3 57% 2,5 1,3 52% 11,2 7,8 70%1998 7,1 3,5 49% 6,0 3,2 53% 2,9 1,0 34% 13,8 8,8 64%1999 7,9 3,5 44% 6,1 3,3 54% 3,4 1,8 53% 15,6 9,5 61%2000 8,4 3,3 39% 6,3 3,2 51% 4,0 1,9 48% 17,8 10,4 58%2001 8,8 2,6 30% 6,4 3,5 55% 4,3 2,1 49% 26,5 11,9 45%

    Fuente: International Federation of Pension Fund Management Companies (FIAP).

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    La aplicacin de algunas o todas las medidas anteriores con-tribuir a incrementar la cobertura, pero la introduccin de unsistema de aportacin definida, aun cuando proporcione incen-tivos a los trabajadores para que ahorren para su retiro, quiz noaumente automticamente la cobertura. El tamao del sectorinformal es un factor determinante para el alcance de cualquiersistema de pensiones y expandir el sector formal resulta com-plejo. Un sistema de aportacin definida bien diseado puedereducir al mnimo las distorsiones del mercado de trabajo con-dicionando claramente las prestaciones a las aportaciones. Sinembargo, la reforma de los fondos de pensiones no es ms queun componente del conjunto de polticas necesarias para reducirla pobreza en la tercera edad.

    Evolucin de los fondos de pensionesLos ahorros con los que se pagan las prestaciones por conceptode pensin a los jubilados en los planes de pensiones privadosson igual a la suma de sus aportaciones ms los rendimientos deesas aportaciones, menos las comisiones que cobran los fondosde pensiones. Las aportaciones generalmente se estipulan en lalegislacin por la que se reforma el sistema. Por lo tanto, paraacumular ahorro suficiente es necesario que la rentabilidad seaalta y las comisiones bajas. Quienes critican el sistema consi-deran que los nuevos fondos de pensiones de Amrica Latina nopodrn proporcionar a los jubilados ahorro suficiente. En pri-mer lugar, muchos fondos de pensiones an no invierten encarteras bien diversificadas (cuadro 2). En segundo lugar, loscontribuyentes tienen pocas opciones para decidir cmo se invierten sus ahorros para la jubilacin y, prcticamente, no tie-nen voz ni voto en la gestin. En tercer lugar, los costos adminis-trativos de los planes de pensiones privados siguen siendo altos.

    Una flexibilizacin de las normas sobre asignacin de activospor parte de los fondos de pensiones permitira ms posibilida-des de diversificacin, reducira los riesgos y podra aumentar larentabilidad. A pesar de los argumentos que se pueden esgrimirpara limitar las inversiones en bonos del Estado en los primerosaos de vigencia de un nuevo sistema de pensiones, la experien-cia ha demostrado que, en inversiones de largo plazo, para ob-tener una elevada rentabilidad es esencial contar con una carteradiversificada, en la que la proporcin de inversiones ligadas alsector real sea mayor. En muchos pases de Amrica Latina, uncambio de nfasis en detrimento de las inversiones en bonos delEstado y a favor de una cartera ms equilibrada de activos nacio-

    nales e internacionales (incluidos los valores de rentavariable) brindara grandes oportunidades de crea-cin de riqueza y permitira un mayor desarrollo y for-talecimiento de los mercados financieros y de capital,uno de los objetivos estipulados en la reforma de las pensiones.

    En Amrica Latina, los contribuyentes a los planesde pensiones privados tienen pocas posibilidades deelegir en lo que respecta a las asignaciones de carterams convenientes para su edad o sus preferencias deriesgo. Actualmente, en la mayora de los pases, cadaadministrador de fondos ofrece un solo fondo a to-dos los contribuyentes (y las tenencias y los rendi-mientos de casi todos los fondos son similares),

    mientras que, fuera de la regin, en los sistemas de aportacindefinida se suele permitir a los trabajadores que personalicensus carteras de acuerdo a sus necesidades particulares. Natural-mente, el hecho de que existan ms opciones no significa que elcontribuyente tome, automticamente, la decisin ms inteli-gente y mejor informada. Al tiempo que se brinda a los contri-buyentes un mayor nmero de opciones a la hora de invertir, selos debe educar para que sean conscientes de la importancia delahorro, la diversificacin de las inversiones y la importancia deacumular ahorro con el tiempo.

    Tambin es necesario que, en Amrica Latina, las autoridadesreduzcan urgentemente los gastos de administracin de losfondos. Las comisiones, que en la mayora de los fondos para elretiro se basan en los salarios de los contribuyentes, son ms altasen Amrica Latina que en ninguna otra parte. La forma en queestn estructuradas las comisiones, unida al errtico historial detrabajo del contribuyente tpico, afecta desproporcionadamentea los trabajadores ms pobres. La reduccin de los gastos de ad-ministracin exigir algunos cambios bsicos en los fondos depensiones de la mayora de los pases; por ejemplo, pasar de al-gunos modelos actuales en los que tanto la recaudacin como lagestin de los activos se han descentralizado a un modelo de re-caudacin centralizada. Sin embargo, la centralizacin requieremejorar la gestin de gobierno y la reglamentacin y reducir lainterferencia poltica.

    A diferencia de lo que muchos podran creer, la reforma delos fondos de pensiones no se hace de un plumazo. Es un pro-ceso continuo. Los esfuerzos para mejorar los resultados de unfondo de pensiones deben ser constantes, y el diseo de un plande pensiones, por apropiado que parezca en el momento de suintroduccin, con frecuencia debe perfeccionarse una vez que elplan haya comenzado a funcionar.

    Gestin de gobiernoLos que critican la reforma de las pensiones en Amrica Latinaafirman tambin que la gestin de gobierno de los sistemas re-formados es deficiente esta deficiencia contribuy a las fallasde los anteriores planes de pensiones pblicos y que las gran-des inversiones que realizan los fondos de pensiones en deudapblica no son sino una puerta falsa para financiar el dficit delgobierno. Los defensores de la reforma sostienen que el sectorpblico tiene pocos incentivos para gestionar eficientemente losplanes de pensiones y que los planes privados son, por lo tanto,

    Cuadro 2

    Aumentar la rentabilidadLas carteras de los fondos de pensiones de Amrica Latina no estn suficientemente diversificadas

    (Porcentaje de activos a diciembre del 2001)

    Bonos del Depsitos Bonos em- Acciones Fondos de Valores Estado bancarios presariales y particip. inversiones extranjeros Otros

    Argentina 69,5 10,9 1,7 10,2 3,6 1,8 2,3Bolivia 73,2 10,5 13,4 0 0 0 2,9Chile 35,0 17,5 21,0 10,6 2,4 13,4 0,1Colombia 48,7 13,5 24,2 5,1 0,7 0 7,8El Salvador 80,7 17,7 1,6 0 0 0 0Mxico 89,4 0 8,2 0 0 0 2,4Per 13,8 24,4 30,8 24,8 0,5 4,8 0,9Uruguay 61,2 19,2 8,5 0 0 0 11,1Fuente: International Federation of Pension Fund Management Companies (FIAP).

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    intrnsecamente mejores. Dos son, como mnimo, los caucespor los que el gobierno influye en el rendimiento de los fondosde pensiones.

    El primero es la calidad de la gestin del fondo de pensiones,que, en general, los gobiernos de Amrica Latina han tratado devigilar recurriendo a la reglamentacin y la supervisin. Aun-que la calidad de la supervisin est en funcin del nivel generalde desarrollo institucional de un pas, en la mayora de los pa-ses de Amrica Latina, a diferencia de otras regiones del mundo,la supervisin de los organismos reguladores ha sido, en ge-neral, eficaz y los administradores de los fondos de pensioneshan respondido acertadamente ante las fusiones y adquisicio-nes. Los activos de los contribuyentes a los fondos se han visto,en gran medida, protegidos de cualquier deterioro de la calidadoperativa y del comportamiento fraudulento de los administra-dores, gracias a una custodia segura de los activos y a la apli-cacin de mecanismos para subsanar las fallas. Conforme evolucione el sector, es sumamente importante que se refuerce elpapel de los organismos reguladores y se mantenga la vigilancia.

    El segundo cauce de influencia es la gestin macroeconmicay la reglamentacin de los fondos por parte del gobierno. El gobierno crea el entorno macroeconmico y mantiene la inte-gridad de los sistemas financieros en los que operan los fondosde pensiones. Incluso las pequeas contribuciones peridicaspueden convertirse en montos significativos en el horizonte de largo plazo de un plan de pensiones. Sin embargo, estosmontos acumulados solo mantienen su valor si las polticasque aplica el gobierno coadyuvan a la estabilidad macroecon-mica. Los gobiernos tambin han de resistir la tentacin de in-troducir la mano en el enorme pozo de los activos de losfondos exigiendo que se inviertan grandes sumas en deuda pblica o por motivos patriticos o de otra ndole, ajenos aconsideraciones financieras.

    Una percepcin errnea muy comn es que se puede pro-teger a los planes de pensiones privados de la deficiente gestinde gobierno que ha afectado a los planes administrados por elsector pblico. Sin embargo, hay pocos motivos para creer queun gobierno que administr un sistema pblico de manera ine-ficiente pueda regular correctamente uno privado. Claro estque el cauce especfico a travs del cual la gestin de gobiernoinfluye en un plan de pensiones difiere de un sistema pblico auno privado. Una vez dicho esto, el buen gobierno de los fondosde pensiones es tan importante para los planes nuevos comopara los antiguos. En ltima instancia, la buena gestin de unsistema de pensiones no puede ser mejor que la del pas en general. La privatizacin de los planes de pensiones no resta im-portancia a una buena poltica pblica.

    Costos fiscalesOtro problema es que las obligaciones de los fondos de pen-siones con arreglo al sistema anterior a la reforma pesan comouna losa sobre las finanzas pblicas, lo que est llevando a losms crticos a preguntarse si en verdad se materializarn los be-neficios de la reforma y en qu momento. Tras la introduccinde los sistemas de aportaciones definidas en Amrica Latina, sehizo obligatoria la participacin para todos los trabajadoresnuevos; a los que se incorporaron a la fuerza laboral antes de la

    reforma normalmente se les permiti elegir entre seguir aco-gindose al antiguo sistema o pasar al nuevo. A veces se les ofre-cieron incentivos para que cambiaran de plan, mientras que elgobierno segua teniendo que pagar pensiones a los jubiladosacogidos a los planes anteriores. As pues, durante un largo pe-rodo de transicin de casi 50 aos en algunos pases losgobiernos tendrn que hacer frente a los pasivos asumidos con-forme a los planes antiguos sin tener acceso a los nuevos ingre-sos, que se canalizan hacia cuentas individuales. Estos pasivos,que ascienden a porcentajes significativos, aunque cada vez me-nores, del PIB, se financian con cargo a los ingresos fiscales yexigiendo a los fondos de pensiones que inviertan en bonos delEstado. En muchos casos, estos pasivos no representan costosnuevos sino, simplemente, compromisos asumidos que se ponen de manifiesto con el cambio de sistema. En general, laprdida de ingresos en el corto plazo tiene como contrapartidaa largo plazo una reduccin de los gastos futuros.

    Otra cuestin preocupante es la probable acumulacin denuevos pasivos fiscales en el marco de los sistemas reformados.La mayora de los gobiernos han instituido algn tipo de ga-ranta de pensin mnima (normalmente, una fraccin del salario medio), compromiso que, algn da, quiz tendrn quecumplir. Por otra parte, es menos probable que los trabajadoresque renen los requisitos para recibir la pensin mnima garan-tizada por el gobierno sigan realizando aportaciones al sistema (Packard, 2002). Para reducir los pasivos fiscales futuros, esesencial invertir bien las aportaciones y brindar incentivos a lostrabajadores para que sigan participando en el plan.

    La introduccin de un sistema basado en cuentas individualesno conlleva una reduccin inmediata de los gastos fiscales porparte del gobierno, como muchos creen. De hecho, en trminosde flujos de caja la situacin puede incluso empeorar antes demejorar, aunque, a largo plazo, el ahorro probablemente sersignificativo. Adems, como ya sostenan Orszag y Stiglitz(2001), la idea tan extendida de que los gobiernos parecen sufrirmenos presiones para sacar a flote un plan de pensiones privado

    De izq. a der.: David de Ferranti, Vicepresidente de la OficinaRegional de Amrica Latina y el Caribe del Banco Mundial; P. S. Srinivas era Economista Financiero Superior para laregin cuando se prepar este artculo; actualmente de excedencia, ensea finanzas en la Facultad de CienciasEmpresariales de Hyderabad, India, y Danny Leipziger esDirector de Finanzas, Sector Privado e Infraestructura para la regin.

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    que uno pblico de prestaciones definidas no es ms que un mito. Si la regulacin de los administradores de los fondos depensiones privados por parte del gobierno es deficiente, y surgen problemas con una o ms instituciones, los muchos in-dividuos que invierten en el plan nacional de pensiones exigirnal gobierno una compensacin.

    Es necesario profundizar en la reformaLas reformas de los planes de pensiones en Amrica Latina res-ponden a una necesidad muy real. El cambio de un sistema to-talmente pblico a uno con mayor participacin de los planesprivados es inevitable y puede entraar beneficios importantes.Los planes de pensiones privados nacionales, de carcter obliga-torio, debidamente estructurados y administrados pueden ayu-dar a aliviar la pobreza en la tercera edad. Si dichos planes estncapitalizados como lo estn todos los sistemas reformados enAmrica Latina tambin movilizan un notable volumen derecursos sustanciales a largo plazo, que pueden contribuir a re-ducir los pasivos del Estado por concepto de pensiones, fomentarel desarrollo del mercado financiero y de capital y, eventual-mente, acelerar el crecimiento econmico. La vinculacin de lascontribuciones a las prestaciones probablemente resulte msjusta desde el punto de vista actuarial en los sistemas de aporta-ciones definidas y brinda a los trabajadores los incentivos ade-cuados respecto al mercado laboral. Los pases que retrasan lasreformas, o que eligen opciones radicalmente diferentes, se arries-gan a enfrentar problemas ms graves en una etapa posterior.

    Sin embargo es necesario hacer ms y hay que hacerlo bien.Contrariamente a lo que cabra esperar en el sentido de que, conuna reforma de carcter excepcional, sera suficiente, siemprehabr necesidad de adaptar los sistemas a los cambios demogr-ficos y de circunstancias de cada pas. Es necesario ampliar la cobertura, poner en prctica las reformas de la reglamentacin y mejorar la gestin de gobierno. Finalmente, a medida que la economa mundial comience a adquirir tonos menos opti-mistas y las economas latinoamericanas enfrenten nuevos retos, resultar mucho ms difcil administrar los costos de latransicin a los sistemas de aportaciones definidas.

    Bibliografa:

    Banco Mundial, 1994, Averting the Old Age Crisis: Policies to Protect

    the Old and Promote Growth, World Bank Policy Research Report (Nueva

    York: Oxford University Press).

    James, Estelle , Dimitri Vittas y James Smalhout, 2001, Administrative

    Costs and the Organization of Individual Account Systems: A Comparative

    Perspective, World Bank Policy Research Working Paper No. 2554

    (Washington).

    Orszag, Peter y Joseph Stiglitz, 2001, Rethinking Pension Reform:

    Ten Myths About Social Security Systems, in New Ideas About Old Age

    Security: Toward Sustainable Pension Systems in the 21st Century, a cargo

    de la edicin, Robert Holzmann y Joseph Stiglitz (Washington: Banco

    Mundial).

    Packard, Truman G., 2002, Pooling, Savings and Prevention: Mitigating

    the Risk of Old Age Poverty in Chile (indito, Washington).

    F&D

    El Boletn del FMI presenta temas de actualidad relacionados con las actividadesdel FMI en el contexto de la evolucin econmica y financiera mundial. Los artculosabarcan cuestiones que afectan el sistema monetario internacional tales como elavance hacia la mundializacin y una mayor transparencia, las economas en transi-cin, anlisis de la investigacin y polticas macroeconmicas y estudios de pases,as como la evolucin reciente de las polticas y actividades del FMI.

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    Finanzas y desarrollo - Septiembre de 2002 - Volumen 39 - Numero 3OTROS TEMASLa reforma de las pensiones en America Latina--David de Ferranti, Danny Leipziger y P. S. Srinivas