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    LA ECONOMA COLONIAL: LA TRANSFERENCIA DEL SISTEMA

    PRODUCTIVO EUROPEO EN NUEVA ESPAA Y EL PER *

    Carlos Sempat Assadourian **

    Ei estudio de las estructuras econmicas instauradas por Espaa en las Indias, atravs de fuentes que permiten obtener un conocimiento apropiado a la realidad, es unaprctica que aparece recin en las ltimas tres o cuatro dcadas. Los avances logrados,pese a la incertidumbre todava vigente en cie rtos aspectos de los procesos deproduccin, apropiacin y distribucin, son ya suficientes para excluir de nuestrosmodelos las tradicionales concepciones acerca de una economa reclusa, cerrada, rsticaen sus bases tecnolgicas, arcaica o "feudal".

    El perfil dominante de las estructuras econmicas que se impondr en los espaciosde la Nueva Espaa y el Per, sobre todo durante un ciclo semisecular cuya

    ' temporalidad y naturaleza examinaremos enseguida, est dado por la transferencia delsistema de produccin mercantil europeo, tanto de sus bases tecnolgicas como de la

    arquitectura jurdica y las formas de clculo que regan su reproduccin. Ahora bien,se debe conservar el adjetivo de "colonial" para esta economa moderna, en tanto sudesarrollo estuvo sujeto al proyecto de acrecentar al mximo las remesas de plata a lametrpoli y, con tai fin, la poblacin indgena fue sometida a una gravosasubordinacin. Asimismo, la metrpoli mantuvo un alto grado de control sobre ladinmica econmica interna de esos espacios y el monopolio de su comercio exterior.

    Hacia la mitad del siglo XVI se usa con frecuencia la expresin "conquista ypoblacin" para definir al dominio sobre el mundo nuevo. "Conquista" remita al hechoinicial de las armas, que impuso en los reinos y seoros indgenas un derecho hasta

    " Este breve ensayo ftie escrito a solicitud de Tulio Halperin Donghi para su publicacin en JOURNAL OF LATINAMERICAN STUDIBS, vol. 24, quincentenary supplement, Cambridge, 1992.

    El Colegio de Mxico.

    ANUARIO DEL IEHS 9, Tandil, 1994

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    entonces slo vlido en el concierto de las naciones europeas: la donacin pontificia delas Indias a los reyes catlicos. "Poblacin", por su lado, expresaba en esos momentosel primer movimiento de radicacin europea en el nuevo mundo, connotadoesencialmente an por la conquista misma. Este movimiento se intensificar de un modo

    notable en la segunda mitad del siglo XVI, con un gran cambio en su naturaleza: en vezde "conquistadores", los migrantes ahora son colonos con la funcin de acelerar laimplantacin de la economa europea.

    La victoria militar qued asociada a un largo enfrentamiento en torno al sistemade las encomiendas de indios. Dos posiciones parecen polarizar los acontecimientos. Porun lado, el proyecto seorial de los encomenderos, quienes aspiran a determinar lasformas y la magnitud del tributo indgena, lo mismo que a ejercer la jurisdiccin civily criminal en los pueblos que reciben "en merced". Por el otro, la doctrina orientada

    por fray Bartolom de las Casas, que postula que los reyes catlicos estn obligados alegitimar (colocar in habitu purificatu) su dominio mediante una accin exclusivamente

    apostlica, como haba preceptuado la sede apostlica en las bulas de donacin; segnLas Casas, para cumplir con esta obligacin, la Corona deba suprimir las encomiendas,devolver a los indios sus tierras y pastos y los tributos recolectados, restituir la honray el poder a los seores naturales e impedir la presencia de los europeos seglares, puesstos, con su codicia del mundo, tergiversaban la comisin apostlica.

    El proyecto seorial de los encomenderos y el reclamo lascasiano al rey de unamisin puramente evanglica signaron los debates y gran parte de la poltica estatal hasta1560 aproximadamente. Parece una paradoja que ambos proyectos fueran relegadossimultnea y definitivamente por el Estado entre 1560 y 1570. La merced de laencomienda, tan plena antes de rasgos y de aspiraciones seoriales, fue transformada

    en una renta monetaria regulada por el Estado y gradualmente absorbida por ste, hastaconvertirla en uno de los ingresos ms consistentes de la real hacienda. La teoralascasiana fue tildada como perniciosa para los altos intereses del Estado y sus

    partidarios sometidos a diferentes tipos de represalias.Antes de que culminaran estos desplazamientos, en la dcada de 1550 se perfil

    con mayor fuerza una poltica indiana que hemos llamado "de la utilidad econmica".Un factor que contribuy al predominio de esta tendencia fue el grave desequilibriocreado en las finanzas reales, a consecuencia del incremento en los gastos destinados asustentar la supremaca espaola en Europa. Aunque tambin se procur corregir eldficit acentuando la presin fiscal en la propia Espaa y en las posesiones europeas,

    slo en las Indias estaba la fuente que poda rellenar con monedas de plata a la exhaustareal hacienda.

    Pero, si bien en 1555 haba ya consenso en la Corte de que el dficit de la realhacienda deba ser resuelto con las "granjerias de minas y otros aprovechamientos yarbitrios de Indias", la poltica "de la utilidad econmica" alcanzar mayor definicinslo a partir de 1568, en la llamada Junta Magna formada por 17 altos funcionarios delos cinco Consejos del reino, la cual estuvo precedida por una amplia consulta sobre laproblemtica indiana.

    Por cierto, todos los elementos de la poltica que se aplic en Nueva Espaa y elPer a partir de 1568 tenan ya cierto grado de desarrollo antes de esa fecha. La

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    transferencia de sectores del sistema productivo europeo guarda una relativa sincronacon la conquista misma, Hernn Corts dedic parte de sus afanes al cultivo del azcary la fabricacin de navios. Hernando Pizarro, apenas sofocado el levantamiento deManco Inca, encarg a un avisado clrigo reclutar en Espaa a expertos mineros y

    comprar ios fuelles y herramientas necesarias para sus minas de plata en Charcas. Otrosespaoles, carentes de hazaas militares, podan reivindicar hechos que considerabanservicios igualmente meritorios: haber conducido ganado vacuno a Nueva Espaa en unao tan temprano como 1520, o ser el primero en trasladar las vacas y fundar estanciasde ganado en tierras chichimecas. El virrey don Antonio de Mendoza reclamar paras el mrito de haber introducido las ovejas merinas y de ser uno de los primerosfundadores de obrajes. En noviembre de 1554 Bartolom de Medina present al virreyde Nueva Espaa una solicitud de privilegio por su nuevo mtodo de beneficiar la platacon azogue, que permita.sacar toda la ley "que se le saca por fundicin, con muchamenos costa de gente y caballos y sin greta y cendrada, carbn ni lea..." Hacia 1560

    encontramos ya informaciones sobre los ingresos que obtendra la real hacienda con laimposicin de las alcabalas. Tres dcadas antes se haba fundado en Nueva Espaa unavilla de labradores espaoles (Puebla de los Angeles), a quienes el gobierno de laSegunda Audiencia reparti contingentes de trabajadores indgenas para sus sementerasde trigo; uno de los artfices de ese proyecto, el licenciado Juan de Salmern, alegdespus en el Consejo de Indias, en 1545, que la nica forma de radicar all poblacineuropea consista en obligar a los indios a trabajar para los espaoles a cambio de un

    jo rnal .Pero las definiciones adoptadas por la Junta Magna de 1568 determinaron una

    nueva fase de duracin semisecular, dada por la impresionante expansin de la economa

    europea en el espacio colonial y el fuerte crecimiento de las remesas de plata a lametrpoli. La Junta trat uno de los ms imperiosos y conflictivos (moralmente)negocios de estado: la cuestin de aumentar sustancialmente los ingresos indianos de lareal hacienda. Al acordar que ello slo era factible a travs del crecimiento de la

    produccin de plata, ya sea en la propia Junta o dentro de crculos ms restringidos seconsider la forma de abatir los escrpulos acerca del uso coactivo de la fuerza detrabajo indgena en el sector minero. Junto a las medidas que deban impulsar la

    produccin de plata, la Junta analiz otro complejo problema derivado de ese eventualcrecimiento: transferir toda la plata a Espaa esto es, no slo la que era captable porel Estado a travs del quinto requera establecer en el espacio colonial las debidas

    articulaciones entre la demanda de bienes intermedios y de consumo por parte del sectorminero, el desarrollo de la produccin mercantil en el espacio colonial y el comerciointerocenico. Y para correlacionar la expansin de la produccin y circulacin internay externa del espacio colonial con la necesidad de recaudar mayores ingresos para lareal hacienda, la Junta proyect introducir el impuesto de la alcabala e imponer ajustesa los del almojarifazgo.

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    La definicin del sector primordial de la economa colonial qued remarcada enel primer captulo de las instrucciones de 1568 sobre minas dadas a los virreyesFrancisco de Toledo y Martn Enrquez, que gobernarn durante una dcada el Per yla Nueva Espaa respectivamente: "La labor de las minas, de que dependen los quintos

    y derechos nuestros y en que consiste la riqueza y substancia de aquellas provincias,queremos que sea muy favorecida y reforzada, y que los dueos de las minas que lashan de labrar sean en cuanto se pudiera ayudados, y que todas las cosas y mediosnecesarios para la dicha labor se dispongan de manera que esto crezca y vaya enaumento cuanto fuere posible."

    Ambos virreyes promovieron la minera mediante polticas de distinta intensidad.Para la Nueva Espaa se asegur la provisin del azogue de Almadn, hubo un manejodctil de la carga fiscal que gravaba al sector y se pretendi resolver el problema de lafrontera chichimeca mediante la guerra "a sangre y a fuego", con un fuerte gastomilitar. En el Per, donde la produccin de Potos haba cado en una grave crisis, en

    1571-1572 el virrey Toledo impuso lauta para las minas de plata de Huamanga y lasde azogue de Huancavlica y auspici los ensayes que permitieron aplicar la tecnologadel azogue a los metales de baja ley de Potos. Brindando una tecnologa probada,crdito para la compra de azogue y un flujo permanente de trabajo forzado de muy bajocosto, Toledo entreg la restaurada riqueza de Potos a una nueva clase de empresarios,formada rpidamente al amparo del estado. A estos espaoles les concedi tambin, sincosto alguno, los miles de quintales de metal extrados por los indios durante un cuartode siglo y desechados por ellos al no ser fundibles por lashuayras; esos desmontes ,aprovechables ahora debido a la tecnologa del azogue, al rendir enormes ganancias alos nuevos empresarios, fueron una de las bases de la asombrosa formacin de capital

    ocurrida en Potos durante el lapso 1575-1580.En la regulacin del trabajo compulsivo se aprecia claramente el diferente grado

    de apoyo estatal a las mineras de ambos espacios. Al establecer el servicio personalpara las minas en Nueva Espaa, el virrey Enrquez restringi su aplicacin a algunospueblos situados a no ms de 20 leguas de ciertos yacimientos, moder en un 4% elporcentaje de los ind genas tribu tarios que podan ser afectados por los turnos deservicio y prohibi que stos fueran empleados en las labores subterrneas. El virreyToledo, en cambio, decidi incluir prcticamente a todos los pueblos de la Sierra en elservicio coactivo para la minera, estableciendo adems proporciones desmedidas parasus turnos anuales. Por ejemplo, lamita para Potos abarc hasta una distancia de 180leguas del yacimiento, y todos los pueblos comprendidos dentro de ese radio debanremitir, al centro minero, un contingente anual de trabajadores cuya dimensinalcanzaba del 12% al 17% de su poblacin masculina tributaria. Esta brutal degradacininfligida por Toledo a la poblacin andina fue censurada por un virrey de la segundamitad del siglo XVII con estas palabras: lamita minera era "la ms dura servidumbreque ha padecido nacin ninguna del mundo".

    Por su demanda de medios de consumo y bienes intermedios, la minera fue laproduccin dominante en el proceso de formacin del mercado interno colonial. Otroaspecto que merece especial atencin es el de su base tcnica.

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    El beneficio por azogue suele considerarse una invencin americana. No es as:este mtodo se experimenta y aplica por primera vez a gran escala en la Nueva Espaa,

    pero el innovador Bartolom de Medina representaba el saber cientfico-tecnolgico deEuropa. Por otra parte, si bien el mtodo del azogue se propag rpidamente, puessolucionaba un problema crucial de la minera argentfera colonial el dado por larelacin entre los costes de produccin y la baja ley de la mayora de los yacimientos,un porcentaje relativamente importante de los minerales continu beneficindosemediante la tecnologa europea de la fundicin.

    La obtencin de plata pura es el resultado de un complejo y costoso proceso deproduccin. Lasfases de arranque y extraccin del mineral, su clasificacin y ensayes,la alternativa del lavado, la molienda, el beneficio final por fusin o por la amalgamacon mercurio, significan por una parte cuantiosas inversiones en pozos y galerasverticales, galeras de comunicacin y de desage, tornos o bombas de impulsin paradesage, ingenios de lavado y molienda, hornos de fundicin o artificios para laamalgama. Por otra parte, instalar este complejo proceso de produccin requiritransferir en forma casi ntegra el saber cientfico-tecnolgico imperante en la Europadel siglo XVI, as en los usos de fuentes de energa como en la geometra subterrnea,fsica mecnica, metalurgia y qumica.

    Sobre la base de la inicial transferencia del conocimiento europeo se despleg enla minera colonial un proceso de adaptacin (o desarrollo) tecnolgico relativamenteautnomo. En s misma, la aplicacin industrial del mtodo del azogue determin unava tecnolgica independiente con respecto a la minera argentfera europea, la cualsigui basada en la fundicin. Adems, la profundidad que fueron alcanzando lasgaleras, las diferentes composiciones de los minerales y, sobre iodo, las escalas de

    produccin de la minera colonial, determinaron un continuum experimental tendientea perfeccionar los procesos de extraccin, molienda y beneficio de los minerales. Enuna fecha tan temprana como puede ser la dcada de 1570, expertos que habancontribuido a desarrollar la minera novohispana o estaban formados en ese contexto,estimaban que sus conocimientos especializados competan ventajosamente con los delos afamados tcnicos alemanes.

    La poltica estatal de fomento a la minera de la plata determin un ciclofuertemente ascendente de la produccin tanto en el Per como en Nueva Espaa. Enel caso del Per, por ejemplo, mientras en el quinquenio 1571-1575 la produccin demetales preciosos alcanz un promedio anual de 352 millones de maravedes, en el

    quinquenio 1576-1580 que ya expresa el resultado de las reformas ejecutadas por elvirrey Toledo el promedio ascendi abruptamente cuatro veces y media ms, a cercade 1.622 millones. El aumento continu de 1581 a 1600: el promedio anual durante eselapso fue de 2.760 millones de maravedes. La minera de Potos comand elmovimiento general; de 1551 a 1575 ese yacimiento produjo 5.804.811 marcos de plata(232.192 marcos de promedio anual) mientras que en el siguiente cuarto de siglo, de1576 a 1600, la produccin subi a 18 millones de marcos y el promedio anual a721.879 marcos.

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    historiografa para definir ese grupo, "peonaje por deuda", sera adecuada pues reflejarala tendencia novohispana de basar la retencin de trabajadores indgenas por la haciendaen una relacin econmica.

    Hay otras diferencias, La transferencia del sistema productivo agrcola europeo fue

    casi completa en el Per, pues dos cultivos (en realidad "agroindustrias") de tantaimportancia como la vid y el olivo tuvieron all una gran expansin, mientras que en

    Nueva Espaa los in tereses metropolitanos frenaron su desarrol lo . Por otra parte, lalocalizacin de los yacimientos mineros, al igual que otros grandes mercados como lasciudades de Lima y Mxico, determinaron tanto en el Per como en Nueva Espaa lageografa de las principales zonas cerealeras. Ahora bien, as como la demanda dePotos contribuy a que el valle de Cochabamba continuara siendo como en el tiempodel Inka el mayor granero de Charcas, aunque ahora con un paisaje dominado por laagricultura mixta trigo-maz, la demanda de Zacatecas, Guanajuato y otros realesmineros situados ms al norte provoc el fenmeno de un desarrollo agrcola asociado

    al correr de la frontera; el Bajo es una muestra realmente trascendente de la escala quealcanz esta ocupacin y roturacin de tierras nuevas.

    Prestemos atencin a las similitudes. Con respecto a la introduccin de los cereales,fue muy neto en ambos espacios el predominio del trigo; entre los llamados cerealesinferiores, el centeno casi no se cultiv mientras la cebada, al ser en ambos casosutilizada solamente para el sustento de los animales, tuvo una expansin limitada debidoa la competencia de oros forrajes como el maz y la alfalfa. La siembra del trigosupuso, claro est, a transferencia del utillaje desde la hoz hasta el arado, de lafuerza de tiro y del saber hidrulico europeo; los datos dejan la impresin, por otra

    pa rte, que slo se int rodu jo el tradicional mtodo de cultivar trigo uno o dos aos ,

    seguidos por otro de barbecho, con prescindencia de aquellos sistemas ms intensivoscomprendidos dentro del trmino de "labranza convertible", de rotaciones mucho mscomplicadas (alternancias y acoplamientos).

    Si bien muchos observadores europeos del siglo XVI, especialmente los religiosos,dejaron elocuentes testimonios de admiracin por los logros de la agricultura indgena,la implantacin del sistema agrario europeo se hizo de espaldas a los sistemas nativos.Para los espaoles no poda haber relacin entre su agricultura extensiva, basada en elarado y la tuerza de tiro, y esa otra agricultura intensiva basada en la energa humana,a la que calificaban justamente como una prctica "de jardn". Los nuevos empresariosrurales, por ejemplo, pudieron codiciar las zonas donde los indgenas realizaban losadmirables "cultivos de humedad", pero fue para dedicarlas al sustento de sus puercosu ovejas; por esa y otras razones, tendieron igualmente a desechar las tcnicas de lasandeneras y de los sistemas de riego nativos.

    Ya en otro orden de cosas, los europeos s otorgaron enorme importancia a lasproducciones indgenas de gran demanda en el mercado interno o en el internacional:coca, cacao, grana, cochinilla y maz, y trataron ya sea de asumir derechos de

    propiedad sobre la produccin o de controlar su comercializacin. Consideremos ahoraslo el caso de la adopcin del cultivo del maz en el sistema de la hacienda europea.La cronologa establecida para este proceso en 1a Nueva Espaa, 1580-1630, puede

    estimarse vlida para el Per, con la posibilidad de que all el arranque haya sido an

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    ms temprano en el rea de Cochabamba, Lacaba y Clisa. La intensidad y naturalezade este proceso se debe calificar considerando que, hacia 1630, la produccin de mazde la hacienda dominaba los mercados urbanos y mineros y que, adems, otroimportante volumen del maz de las haciendas era transferido al mismo mundo rural

    indgena bajo la forma de medio de pago de su fuerza de trabajo. La adopcin por lashaciendas del cultivo del maz estuvo connotada por aplicar la tecnologa europea dondefue factible, esto es, la roturacin del suelo con arados impulsados por fuerza animal,reduciendo drsticamente el tiempo necesario para la preparacin de las reas desiembra1.

    El proceso de crecimiento del sistema productivo europeo debe concebirse en

    trminos de "bloque en desarrollo", lo cual obliga a analizar no slo el aumento de laproduccin en algunos sectores sino, como dira Marx, "el acrecentamiento ydiversificacin de las esferas productivas y de sus ramificaciones". Si bien la primacadel desarrollo global corresponde al sector minero exportador y sus diversos tipos deeslabonamientos (backward Unkages, forward linkages, etctera), los dems sectorestampoco dejan de suscitar efectos di versificadores. La lista de las transferencias pareceas interminable: transporte terrestre y martimo, vidrio, la manufactura de cueros,iluminacin, casas de moneda, imprenta, instrumentos de crdito y pago, el derecho...Por las discrepancias que ha provocado, vamos a considerar brevemente el problema de,la transferencia de la produccin textil.

    Antes de la invasin europea, el algodn era uno de los componentes bsicos delas culturas mesoamericana y andina; esta ltima rea, adems, al poseer un ganadonativo proveedor de lana, desarroll el tejido de esta fibra como la otra actividadesencial, junto a la agricultura, de las unidades domsticas.

    Su carencia de ganado propio determin la pronta expansin de los rebaos deoveja en el espacio de la Nueva Espaa, as como las fundaciones de obrajes en un

    perodo tan temprano como la dcada de 1530. Pero hay que puntualizar un aspectocronolgico. Los fuertes reclamos contra la proliferacin de las ovejas hacia 1550 hacensuponer que, ya en ese momento, una marea de rebaos devoraba a los indios al ocuparsus tierras, desecar sus jageyes y corrientes de riego y destruir sus sembrados buscandoforrajes. Tal visin, aun pudiendo reflejar adecuadamente algunas situaciones zonales,no debe encubrir la gran fase de multiplicacin de los rebaos ocurrida entre 1570 y1600-1620, cuando el stock creci, segn los clculos de Simpson, de dos a ochomillones de cabezas, alterando el paisaje del obispado de Puebla y de la frontera norte.Junto a este incremento se dio un movimiento de creacin de ms obrajes; es posibleque el nmero de estas empresas haya aumentado de 80 a 120 entre 1571 y 1604. Hacia

    1 Los europeos tambin intentaron modificaciones a nivel de los usos del maz: en Potos por ejemplo; hacia

    1555, encontramos proyectos para imponer la molienda "industrial" de! maz empleado en la elaboracin de la

    chicha.

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    1^80 la Nueva Espaa ya contaba con,un excedente de lana que origin proyectos deexportacin hacia la metrpoli, y una produccin de paos que lleg incluso a tener unmercado de "larga distancia" en el virreinato del Per.

    El notable desarrollo que haba alcanzado la sociedad andina en el tejido de la lana

    determin en el Per ciertos desfases respecto al proceso novohispano que acabamos deresear. En las primeras dcadas, por ejemplo, los europeos trataron ms bien de asumirel control del ganado nativo con el justificativo de que la mayor parte de los rebaoshaba sido del Inka y, por lo tanto, pertenecan al rey catlico como su sucesor, o deexportar su finsima lana a Espaa; frustrados esos proyectos, consiguieron sin embargograndes partidas anuales de tejido por medio del tributo de la encomienda. La

    prol if erac in de la oveja europea y las fundaciones de obrajes resultaron, entonces ,movimientos ms tardos (quizs a principio con ritmos de crecimiento ms lentostambin) que los que se produjeron en Nueva Espaa. En el espacio andino lalocalizacin de los obrajes tendi a concentrarse en las provincias centrales de la

    audiencia de Quito, en el distrito de esa ciudad, Latacunga y Riobamba y, sin duda, lapr imera gr an fase de esa formacin manufacturera, hasta lcanzar un nmero de 56obrajes, ocurri entre 1590 y'1620, integrando a un nmero especfico de obrajesllamados "de comunidad". Por otra parte, la antigua posesin de un ganado proveedorde lana, unida a la tradicional prctica del tejido domstico de la fibra, facilit a losindgenas la cra de la oveja europea y el hilado y tejido de su materia prima; desde la

    perspectiva de ciertos segmentos del mercado, esto significa que en el Per, a diferenciade Nueva Espaa, los obrajes encontraron mayores obstculos para superar durante las

    primeras dcadas las barreras dadas por la produccin domstica; ello explicara por quel nmero de obrajes ~~y de otras unidades de produccin de menor escala continu

    aumentando en el siglo XVII, tanto en las provincias centrales de Quito como en otrasreas andinas.

    Comparando los datos contenidos en algunos estudios sobre la produccin textil deEspaa en el siglo XVI y los del obraje indiano que deparan las nuevas investigaciones

    basadas en. los archivos notariales y judiciales, queda en evidencia un hecho innegable.En la compleja organizacin manufacturera del obraje, la seleccin, lavado y despuntadode la lana, las operaciones del cardado, la urdiembre, el tejido y el desborrado ydespinzado posterior, as como el batanado final, representan una senda transferenciade la tecnologa textil castellana.

    Dada la destreza manual de los indgenas y la calidad de la lana utilizada, debemos

    dar por supuesto que el obraje indiano tiene, por su base tcnica, niveles deproductividad y de calidad similares a la referencia europea. A partir de este hecho,cabe estimar algunas diferencias, como el uso de manteca en lugar de aceite,modificaciones en el proceso de teido y, sobre todo, el gran cambio en la organizacindel trabajo: el sector textil castellano tiene una forma artesanal, es decir, funcionamediante una serie de oficios independientes, mientras el obraje, adoptando todo el

    proceso laboral-tecnolgico de aquella forma, integra la organizacin del trabajo en unsolo espacio de produccin. El obraje, desde sus inicios, constituy una autnticamanufactura.

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    Algunas corrientes historiogrficas gustan afirmar que la metrpoli trat de frustrarel desarrollo del sector textil en el espacio colonial. No se puede referir aqu la a vecessinuosa poltica normativa de la Corona entre 1550-1750, ni tampoco examinar el nuevo

    proyecto que se gesta bajo los Borbones. Pero para el siglo XVI s resulta importante

    consignar que la metrpoli no trab la expansin y merinizacin del ganado lanar o lamigracin de los artesanos especializados que organizaban la produccin, y que elgobierno colonial apoy el crecimiento del sector obrajero a travs del sistema detrabajo compulsivo indgena. Advirtamos, otra vez, que el flujo compulsivo de hombresadultos dirigido hacia los obrajes fue ms intenso en el Per que en la Nueva Espaay, adems, que si bien en ambos espacios una alta proporcin de la fuerza de trabajoestaba constituida por mujeres y varones en edad de no tributar, slo en el Per se

    perc ibe que las autoridades coloniales obligaran a los pueblos indios a enviarcontingentes compuestos por viejos, muchachos y nios a los obrajes.

    En el siglo XVI la expansin de los obrajes se justific bajo la teora de que

    satisfacan la necesidad de una produccin textil masiva y de bajo precio para la mayorade la poblacin, en tanto el rgimen de ingresos de sta le vedaba adquirir los gnerosimportados de mayor costo. En relacin a este ltimo punto s existi una polticarestrictiva, formalizada incluso en las instrucciones secretas que la Junta Magna de 1568dio a los virreyes Toledo y Enrquez: deban proceder con disimulo y "buenos modos"

    pero "con mucha advertencia", a fin de frustrar la produccin de textiles de calidad enel Per y Nueva Espaa. La prohibicin estaba dictada por una inexcusable lgica: lanica forma posible de extraer hacia Espaa toda la plata de las Indias que estaba enmanos privadas, es decir, la que obtenan los colonos justamente por el crecimiento enel espacio colonial del sistema productivo europeo, consista en obligarles a comprar,

    por la va del monopolio comercial, textiles importados de alta calidad y precio.Dos ltimos comentarios sobre la cuestin textil. Aunque no llegara a la

    autosuficiencia, Espaa contaba en el siglo XVI con una fuerte produccin de tejidosde Uno. Esta rama del sector textil no fue transferida al espacio colonial y las causas sedeben atribuir, primero, al cultivo indgena del algodn y, segundo, a que los obrajesintegraron una lnea de produccin de tejidos bastos de lana destinados al consumo

    popular . Tanto en el Per como en Nueva Espaa resalta el contraste entre elcrecimiento manufacturero con base en la lana europea y el vertiginoso descensoocurrido en el textil indgena de algodn; en la relacin entre ambos hechos, la crisisdemogrfica de la poblacin indgena, sin duda, tuvo una funcin determinante. Peroatendamos otra cuestin. A finales del siglo XVI, en las zonas indgenas que todavacultivan, hilan y tejen algodn para el tributo de la encomienda, impera su antiguatecnologa. A partir de este ejemplo surge una pregunta casi en forma de respuesta:acaso los europeos podan en ese momento ensear algo sobre el algodn?2 Sinembargo, falta an saber si en el centro de Mxico, donde por lo general los indgenashilaban y tejan algodn procedente de otras reas, se pudo dar alguna adaptacin de los

    2 Recordar la reflexin de Adarn Smith: en ese tiempo las muselinas y otros gneros de algodn fabricados en

    las Indias Orientales tenan una gran estimacin en Europa, pero "en este continente no existan manufacturas paraesa fibra..."

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    instrumentos usados por los europeos para elaborar otras fibras. Este proceso s pareceocurrir en la produccin de telas de algodn que organizan ios europeos en la regin delTucumn a finales del siglo XVI.

    La fase semisecular de crecimiento "en bloque" del sistema productivo europeoocurri en medio de una dinmica demogrfica negativa; luego del pavoroso derrumbeinicial de la..poblacin indgena, esta crisis an continu entre 1570-1620, debido a laincidencia de sucesivos lapsos epidmicos. La variable demogrfica ofrece as dos caras:no trab la expansin de la nueva economa mercantil y s signific una progresivareduccin de los niveles de produccin de la economa campesina indgena.

    Con respecto a este sector slo hemos considerado, por el tema especfico denuestro ensayo, su funcin de generar en forma compulsiva una oferta de trabajo conel fin de impulsar la expansin de la economa "moderna". Pero, unido a estasubordinacin, dicho sector seguir ocupando una enorme rea dentro de la economacolonial.

    Un rasgo esencial de la poltica del estado es que, yuxtapuesto al desarrollo delsistema productivo europeo, mantuvo una territorialidad propia para la continuidad dela economa campesina indgena. Este aspecto, conocido como "congregaciones", fueregulado en el Per por el virrey Toledo en la dcada de 1570, mientras en la NuevaEspaa, luego de algunos desplazamientos parciales de pueblos, alcanz su mayor escala

    en la primera dcada del siglo XVII. Por desgracia, conocemos las normas con que elestado colonial reorganiz el espacio indgena, pero no las superficies y calidades delsuelo que otorg a las congregaciones de pueblos.

    Tambin hay demasiadas interrogantes respecto a la eficiencia de los factores dela produccin y la productividad del trabajo del sector indgena bajo el dominioeuropeo. Parte de esta cuestin va unida al tema de la prolongacin del sistema agrcolaantiguo y la adopcin de cultivos e instrumentos europeos. Demostrado que algunoscaciques poseen tierras con vias, caa de azcar, o cuentan con numerosas yuntas de

    bueyes de arada , en trminos del anlisis econmico el fac tor de las adopciones slotiene sentido si es tratado a nivel de las unidades que realmente determinan el volumen

    de la produccin global, esto es, las pequeas parcelas familiares. Ya en este mbito,adems de reconocerles su amplia receptividad hacia el ganado menor y las hortalizaseuropeas, en el ltimo rubro hasta el grado de generar excedentes para la venta, cabeindagar mejor otro problema: siendo indudable que los indios del comn, al ir a trabajara las haciendas en forma compulsiva o voluntaria, reconocen y adquieren destreza enlos cultivos y herramientas del sistema agrcola europeo, qu elementos de l adoptanal regresar a sus pueblos? En relacin a los cultivos, slo cabe por el momentoconsiderar la siembra del trigo, hasta poseer ms datos sobre la produccin de cebada,explotada siempre como forraje y no por el grano. Tanto en el Per como en NuevaEspaa muchos pueblos cultivaron trigo; si bien esta produccin tuvo escasa dimensin

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    cuantitativa y pudo ser estimulada por obligaciones institucionales, resulta no obstantesugerente, porque manifiesta a posibilidad indgena de adaptar el entero sistemaagrcola europeo3. Respecto al utillaje agrcola europeo4, slo un estudio especializadodir si era aplicable o no en cultivos mesoamericanos como el frijol, amaranto, chiles,

    clabazas, cha, maguey, nopales o los andinos de tubrculos (papa, oca, mashua,olluco) y granos como !a quinua, kaiwa, kiwicha, tarwi. Por ahora slo se puedeindicar que hubo adaptaciones del hierro al instrumental indgena, y comentar que seutiliz el arado para preparar las tierras del maz. Hacia 1550-1560 ya encontramosfrecuentes observaciones de espaoles acerca de establecer entre los indios el uso delarado tirado por bueyes, que subrayan la considerable liberacin de energa humana quesobrevendra de ello; tambin a partir de esas fechas podemos datar las primerasadepciones del arado por algunos pueblos indios5. Ahora bien, si ios clsicosinstrumentos indgenas para sembrar (la coa mesoamericana y la chaquitaclla andina)deban forzosamente persistir en las reas de laderas y de terraceras, tambin perdur

    en los suelos llanos coexistiendo con el arado6

    . Sin poder estimar bien qu clase defactores, agronmicos o de otro tipo, podan inducir a esta dualidad, sealemos porltimo que, en los pueblos donde se utilizaba la tecnologa europea, tanto los aradoscomo los bueyes parecen haber sido siempre propiedad del comn.

    La organizacin campesina indgena representa en la economa colonial, frente ala instauracin del sistema productivo europeo, la produccin de autosubsistencia. Peroesto no significa que, aparte de sus propias formas de intercambio de bienes, estabsolutamente cerrada al mercado que construyen los europeos. Se ha sealado ya, conel suficiente nfasis, al consumo indgena como un factor del desarrollo de lamanufactura textil obrajera. Adems, la economa campesina ofrece a los mercados

    urbanos y mineros, compuestos en buena parte por consumidores indgenas, una seriede bienes como hortalizas europeas y nativas, sal, madera y lea, forrajes, o las bebidaspopulares derivadas del maz y el maguey. En el Per, por otra parte, recibi fuertesingresos por el transporte de cargas en llamas, y tambin control parte de los cultivosde coca, cuya hoja result el producto de ms alta demanda en el mercado de Potos yde otros centros mineros. En la Nueva Espaa, los indgenas de la regin Puebla-Tlaxcala y de la Mixteca tuvieron el absoluto control de la produccin del tinte de granacochinilla, uno de los sectores mercantiles ms significativos de aquella economa en la

    3 En los inicios de la colonizacin, los indgenas sembraban trigo con sus mtodos tradicionales. Fray Toribiode Motona, al sealar que los indgenas novohispanos obtenan rendimientos extraordinarios de 1:150, segn larelacin simiente-cosech, coment: "porque hacen la tierra a camellones y con la mano escarban y ponen dos otres granos y de palmo a palmo hacen otro tanto, y despus sale una mata llena de caas y espigas".

    4 La cultura agrcola indgena haba alcanzado un excepcional desarrollo en la asociacin y rotaciones decultivos.

    5 En 1553 el cabildo indgena de Tlaxcala compr 30 bueyes, rejas y arados para labrar sus grandes extensionesde tierra eriaza, pero tambin contrat a un espaol "para que se haga bien la labor".

    6 En el rea andina, del siguiente comentario del padre Cobo, se deduce que hacia 1650 todava era msfrecuente el uso de la chaquitaclla que del arado: los indios "se van aficionando" a los bueyes, "de manera que enmuchas partes han dejado ya su antiguo uso de tanta prolijidad y trabajo de arar la tierra a fuerza de brazos, y laaran ya con bueyes."

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    segunda mitad del siglo XVI. Para este perodo se estima, por ejemplo, que lasexportaciones a Sevilla de dicho tinte alcanzaron un valor equivalente al 20% ele todala plata y oro enviados desde la Nueva Espaa durante el mismo lapso. Tomando encuenta a las Indias en su conjunto, la grana cochinilla novohispana constituy el

    principal ramo del sector no minero de la economa exportadora: en la segunda mitaddel siglo XVI represent, en promedio, cerca del 40% del valor total de esasexportaciones, muy por encima de los cueros (26%), azcar (13%) y ail (10% desde1576).

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