Cita bibliográfica completa. Nihilismo y Mundo actual, Editorial Universidad de

Granada, Granada, 2009.

Tipo de recurso. Libro de conferencias.

Investigación para la cual la estás usando. Proyecto de Tesis de Fin de Máster.

Contenido extraído para la Investigación.

Capítulo 5. El Nihilismo, Síntoma más que Diagnóstico. Pp 137 -142. Pedro Gómez

García.

Según muestra la historia, el nihilismo surge como un rechazo al cristianismo

establecido en todas sus formas. Friedrich Nietzsche es el canon del nihilismo

contemporáneo: considera los valores tradicionales, la moral cristiana, como

fomentadores de renuncia, resentimiento y conformismo en el ser humano. Es necesaria

la transmutación de todos los valores, la capacidad de la voluntad de poder para crear

nuevos valores, el surgimiento del superhombre1. Esto es, una unión entre un idealismo

apasionado y una ley de la naturaleza2.

El diagnóstico es metafórico. Y lleva constantes malentendidos. No nos lleva

más allá del bien y del mal de las cosas, sino que considera a las cosas como un mal, y

por tanto cree en la reconstrucción nihilista del bien. Nietzsche crea un maniqueísmo

epistemológico del mundo. La voluntad idealizada se considera como la determinante

del curso de la historia. Se produce una descalificación del mundo establecido.

El discurso carece de un análisis científico y teórico que sustente los resultados,

por tanto se mantiene en el ámbito metafísico para justificar tal ignorancia. No obstante

el contenido critica precisamente la metafísica establecida en sí. Por tanto es una

ideología basada en la negación de las ideologías3. Esto permite que sea artillería a caso,

usable para cualquier propósito.

1 Como camino, propone la alegoría del hombre que pasa de ser camello –cargado con el fardo de los valores tradicionales que lo esclavizan-, a convertirse en león – cuya fiereza niega y destruye todos los valores, aniquilándolos-, para llegar a ser finalmente niño –que, desde su mirada inocente, su amor a la vida y su fortaleza, recrea el mundo sobre auténticos valores-. Pp 1382 Pero, si vamos al análisis de los textos, encontraremos más bien una aleación de idealismo apasionado y darvinismo social, con una carga de prejuicios racistas propios de la época. Idem.3 Pero no podemos progresar en la teoría sin edificarla sobre los avances de los conocimientos científicos. El cosmos, la vida y la humanidad existen en el tiempo finito de la evolución, conformando estructuras, sistemas y procesos que son el objeto a investigar. Ni el Ser ni la Nada son de este mundo.

La terapia resulta contraproducente. La aplicación práctica consiste en

transmutar todos los valores, destruir todas las creencias, y a través de esa negación dar

vida al hombre nuevo. La subversión del orden existente, con toda la violencia

necesaria. Un fin que justifica cualquier medio, una ideología mitológica basada en la

reacción violenta. Los nuevos valores, en tanto que supervivientes, serán los válidos.

Esto lleva una contradicción establecida, los valores actuales podrían ser justificados

como, precisamente, los supervivientes de dicho proceso4. Es un mensaje válido tanto

para una política de la extrema derecha como de la extrema izquierda.

Decepción Resultante. Pese a que tal nihilismo haya influido en la caída del

determinismo científico, en el carácter histórico de la codificación cultural, en el

surgimiento del diálogo entre la razón crítica y el pensamiento mítico, en la búsqueda de

sistemas sociales respetuosos con la vida; aún se sigue defendiendo la necesidad de

construir un nuevo mundo destruyendo el existente5.

Detrás de este discurso nihilista están algunos de los males concretos del mundo

actual. Acierta por una parte al adoptar un punto crítico sobre algunos de los grandes

problemas del mundo, pero no posee un método fiable para analizar el objetivo que se

propone: la problemática de la civilización occidental y el mundo contemporáneo. Al

carecer de tal método, se sostiene en un lenguaje fantástico, ideal, teleológico. El mal

que genera implica que, de la misma manera que denuncia las calamidades del mundo,

el discurso sea precisamente una de ellas6.7

4 En efecto, el comportamiento nihilista, que despliega la voluntad de dominio aniquilando cuanto lo obstaculiza, cuenta con tan pocas probabilidades de mejorar al ser humano como las que tendría el introducir mutaciones aleatorias en el genoma de una especie para ver si mejora –sabiendo que en su mayoría serán deltéreas-. ¿Qué garantías tienen los valores inventados por el nihilista creador? ¿Cómo discernir si los «nuevos valores» son mejores? Al parecer, sólo los avala el hecho de poder imponerse al modo de la supervivencia darviniana. Pero, si esto es un argumento, valdría igualmente para la tradición establecida. Pp 140.5 Pero el hecho es que, un siglo largo tras la locura y la muerte de Nietzsche, sus talmudistas prosiguen la exégesis de un pensamiento soteriológico a todas luces ensimismados, enredados en los cortcircuitos del principio de negar todo principio, de la creencia de afirmar negando y construir destruyendo. Pp 141.6 El discurso nihilista refleja la imagen en el espejo de los males que él mismo fustiga. Su estética de la transmutación de todos los valores condena a sus seguidores a la impotencia o al eterno retorno de la dominación.7 La fábula del camello, el león y el nió puede llegar incluso a volverse del revés, en aquel que se cree el nihilismo como un niño, lo defiende con uñas y dientes como un león y acaba cargando con él como un camello.