Fiesta 1095

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DIGITAL Semanario de las Iglesias de Granada y Guadix 22 de marzo de 2015 1095 AÑO XXIII

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Revista diocesana Fiesta digital, Semanario de las Iglesias de Granada y de Guadix.

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DIGITAL

S e m a n a r i o d e l a s I g l e s i a s d e G r a n a d a y G u a d i x

22 de marzo de 2015Nº 1095 • AÑO XXIII

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vozdelPapa

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En sus catequesis sobre la familia, el pasado miércoles el Santo Padre habló de los niños, “el gran don” que son “para la humanidad” y quienes nos enseñan que siempre, también cuando somos adultos o ancianos, somos hijos.

Son el gran don de la humanidad, pero también son los grandes excluidos, porque ni siquiera les dejan nacer. (…) Me vienen a la mente los muchos niños que he encontrado durante mi último viaje a Asia: llenos de vida, de entusiasmo y, por otra parte, veo que en el mundo muchos de ellos viven en condiciones indignas. De hecho, por cómo son tratados los niños se puede juzgar a una sociedad. Pero no sólo moralmente, también sociológica-mente. Si una sociedad libre, o una sociedad escla-va de intereses internacionales.

En primer lugar los niños nos recuerdan a todos que, en los primeros años de la vida, hemos sido totalmente dependientes de los cuidados y de la bondad de los otros. Y el Hijo de Dios no se ha ahorrado este paso. Es el misterio que contempla-mos cada año, en Navidad. El pesebre es el icono que nos comunica esta realidad en la forma más sencilla y directa.

Es curioso, Dios no tiene dificultad a hacerse en-tender por los niños, y los niños no tienen proble-mas para entender a Dios. No por casualidad en el Evangelio hay algunas palabras muy bonitas y fuerte de Jesús sobre los “pequeños”. Este térmi-no, “pequeños”, indica a todas las personas que dependen de la ayuda de los otros, y en particular a los niños. (…)

Por tanto, los niños son en sí mismos un riqueza para la humanidad y para la Iglesia, porque nos lla-man constantemente a la condición necesaria para entrar en el Reino de Dios: la de no considerar-se autosuficientes, sino necesitados de ayuda, de amor, de perdón. Y todos estamos necesitados de ayuda, amor y perdón. Todos. Los niños nos recuer-dan otra cosa bonita, nos recuerdan que siempre somos hijos: también si uno se convierte en adul-to, o anciano, también si se convierte en padre, se ocupa un puesta de responsabilidad, por encima de todo esto permanece la identidad de hijo. ¡To-dos somos hijos! Y esto nos lleva siempre al hecho de que la vida no nos la hemos dado solos, sino que la hemos recibido. El gran don de la vida, es el primer regalo que hemos recibido. La vida. A veces corremos el peligro de vivir olvidándonos de esto, como si nosotros fuéramos los dueños de nuestra existencia, y sin embargo somos radicalmente de-pendientes. En realidad, es motivo de gran alegría escuchar que en cada edad de la vida, en cada si-tuación, en cada condición social, somos y perma-necemos hijos. Este es el principal mensaje que los niños nos dan, con su misma presencia. Solamente con la presencia recuerdan que todos nosotros y cada uno de nosotros somos hijos.

(…)

Queridos hermanos y hermanas, los niños llevan vida, alegría, esperanza, también disgustos, pero la vida es así. Ciertamente llevan también preocu-paciones y a veces problemas; pero es mejor una sociedad con estas preocupaciones y estos proble-mas, que una sociedad triste y gris porque se ha quedado sin niños. (…)

Los niños, donpara la humanidad Catequesis

sobre la familia

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Editorial

“Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?”. Con esta frase santa Teresa de Jesús se dirigía a Dios y hoy, siglos después, la Iglesia de nuevo la repite, en esta ocasión con motivo del Día del Seminario, que en la fiesta de San José, el pasado día 19, hemos celebrado, y que en las Diócesis –también en Granada y Guadix- celebra-mos el día 22 por ser el domingo más cercano.

El “qué mandáis” es la disponibilidad que en manos del Señor depositaba la santa andariega, de quien estamos celebrando el V centenario de su nacimiento, y por ello Año Teresiano, presente en el Día del Seminario.

Los seminarios son lugares de formación del futuro clero, “llave de la cosecha en todos los campos de la gloria de Dios”, como se ha referido a ellos en alguna ocasión el Papa Francisco. Todos los días se nos invita a orar por los sacerdotes y candidatos al sacerdocio, y por ello el Día del Seminario se nos presenta como una ocasión propicia para conocerles, para orar por ellos y para considerarlos una extensión de nuestra familia. Son nuestros futuros sacerdotes, que se han formado y están llamados a ser testigos de la Resurrección del Señor. Su formación es, en alguna medida, tarea de todos, contribuyendo a su sostenimiento y con nues-tra oración, para que el Señor les dé una conciencia en medio del pueblo de Dios como padres, hermanos y compañeros de camino, no como administradores

de una parroquia, un templo o para lograr un status dentro de la Iglesia. El Señor construye su Iglesia con los corazones dóciles y con nuestra debilidad, porque a través de ella el Señor es fuerte y muestra su Gracia y su Misericordia.

Esta semana también celebramos la Anunciación del Señor, el día en que el Ángel anunció a la Virgen María la Encarnación del Hijo de Dios. Y por ello celebramos la Jornada por la vida con el lema Hay mucha Vida en cada vida. Que la vida es un don es mucho más que una frase conocida y repetida: quien toma conciencia verdaderamente de esta gratuidad que empieza en el seno mismo de cada maternidad puede afirmar que la vida es don ante la evidencia de que nadie se hace a sí mismo. La vida es sagrada, la de cada una de las personas, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural. Y nadie puede disponer de la propia vida, sea quien sea.

En este tiempo de Cuaresma, con la celebración de la Semana Santa muy cercana, se nos invita a tomar con-ciencia de cómo la Vida, que es Cristo, se dio por cada uno de nosotros, porque Dios nos ama tan infinita-mente y misericordiosamente que entregó a su propio Hijo. El Señor ama a todos, nadie queda fuera, aunque el mundo le rechace, le niegue o le ignore.

Día del Seminario y Jornada por la vida

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Directora:Paqui Pallarés García

Redacción:Rosa Die AlcoleaPedro Flores Medina

Delegado en Guadix:Antonio Gómez Casas

Edita: ARZOBISPADO DE GRANADAPlaza Alonso Cano, s/n18001 GRANADA tel.: 958 215 675 e-mail: [email protected]

Diseño y maquetación:Secretariado de Medios de Comunicaciónde la Archidiócesis de Granada

Sumario

Sumario02. Voz del Papa

Los niños, don para la humanidad Catequesis sobre la familia

03. Editorial Día del Seminario y Jornada por la vida

05. Mirada

• Familia, Iglesia y sociedad

• Procesión con niños de 3 a 5 años en Ogíjares

• Fallece el sacerdote Faustino Sánchez

•Mons. Martínez agradece a los consagrados su vocación y entrega al Señor

• El “Stabat Mater” en el concierto de Cuaresma en la Catedral

•Nota de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis

• Exequias de Mons. Dorado Soto

• “Hay mucha Vida en cada vida”

•Agenda

11. Textos Sacramento de la Penitencia, Sacramento de la Misericordia Padre Andre Manaranche

12. A fondoSeñor, ¿qué mandáis hacer de mí?Día del Seminario

16. Cultura Educar la mirada

19. Testimonio Luz del Evangelio en la noche del mundo Las Hermanitas del Cordero

23. Signo y gracia Custodiar el tesoro de la Eucaristía El Sagrario (I)

24. Luz de la Palabra “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre” V Domingo de Cuaresma

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Del 23 al 29 de marzo, el Arciprestazgo de Motril organiza la Semana de Teología con el título Fa-milia, Iglesia y sociedad.

El Arciprestazgo de Motril ha organizado un año más la Semana Teológica, que va a tener lugar en el Cole-gio de las Dominicas de la localidad Granadina, desde el lunes, día 23 de marzo, hasta el viernes, día 29.

La Archidiócesis sigue así con la mirada puesta en el Sínodo de la Familia que se está desarrollando en Roma y que acabará a final de año, con la formación y el trabajo sobre la familia en todas las zonas de Gra-nada.

El Arzobispo, Mons. Javier Martínez, será quien in-augure la Semana de Teología con dos conferencias en los dos primeros días. El lunes 23, D. Javier Mar-tínez ofrecerá la ponencia Una visión del mundo que destruye la familia y el martes 24, hablará sobre Cons-truir la familia cristiana.

El miércoles no habrá ningún acto, ya que la parro-quia de la Encarnación de Motril celebra su festividad, que es también la Jornada por la vida, con la Eucaris-tía a las 20 horas, y que, además, será una Acción de Gracias por los 500 años de la parroquia.

El jueves 26, D. Ildefonso Fernández-Fígares, sa-cerdote diocesano que ha cursado en Washington la licenciatura en el Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, hablará de La familia y la Teología del Cuerpo. El misterio nupcial. Como clausura de la Semana de Teología, la hermana Teresa Rodríguez, Vicecanciller de la Archidiócesis, ofrecerá la conferencia La Iglesia como esposa y como familia. La vida consagrada y la familia.

Todas las conferencias serán a las 20:30 horas, con entrada libre. Especialmente están invitados todos los laicos que quieran acudir, grupos, hermandades y jó-venes.

Familia, Iglesia y sociedadSemana de Teología en Motril

Mirada

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El próximo día 27 de marzo, a las 10 horas, ten-drá lugar la segunda edición de la Procesión in-fantil organizada por el Colegio Santa María del Llano, de la localidad de Ogíjares, con pequeñas réplicas de la Entrada de Jesús en Jerusalén y de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra.

La iniciativa, que partió del propio profesorado del centro escolar, dependiente de la Congregación de las Religiosas Dominicas, y que tuvo una excelente aco-gida el pasado año, contará con un amplio número de alumnos de diferentes etapas educativas (princi-palmente, los más pequeños, de la etapa infantil: 3 a 5 años).

La procesión sacará a las calles adyacentes al centro escolar dos pasos, réplicas de pequeño tamaño del paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén y de Nues-

tra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra. El acompañamiento musical será la banda formada por alumnos del colegio, miembros de bandas de Granada que se han ofrecido para apo-yar esta bonita iniciativa, así como del propio coro del colegio. Esta iniciativa se contempla como una gran ocasión que acerca a los más pequeños al mundo cofrade, en vísperas de la celebración de la Semana Santa.

Tras la procesión, se descubrirá una placa en recuerdo del Centenario del fallecimiento de la fundadora de la congregación dominica, madre Teresa Titos Garzón, cuyos actos conmemorativos comenzaron el pasado 14 de febrero. En el acto participarán el alcalde de Ogíjares, Francisco Plata, y sor Imelda Fernández Rodríguez, Priora General de la Congregación de Santo Domingo.

Procesión con niños de 3 a 5 años en Ogíjares

La exequias fueron el pasado día 17, en la iglesia Mayor de Baza, presididas por el Obispo Mons. Ginés García.

El domingo 15 de marzo falleció el sacerdote Fausti-no Sánchez Cuevas, de la Diócesis de Guadix. Tenía 99 años y llevaba ya varios años retirado en Alican-te, donde residía con su familia. Don Faustino, como todo el mundo le conocía, era de Venta-Micena, un anejo de Orce.

El sacerdote Faustino Sánchez ha sido uno de esos curas que se dejan querer. Tenía un gran sentido del humor y su dedicación a la diócesis accitana se ha prolongado hasta bien entrado en los ochenta años. Sólo entonces, cuando ya se hacía mayor, dejó sus actividades pastorales.

Fue ordenado sacerdote en 1944 por Mons. Álvarez Lara. Los primeros años de sacerdocio los pasó vin-culado al Seminario de la Diócesis, ocupando cargos de administración y dirección. También fue profesor y capellán de religiosas.

En 1954 fue nombrado párroco de Huéscar, donde fue arcipreste muchos años. Después, en 1973, fue nombrado párroco del Sagrario, de Baza. En esta igle-sia, conocida popularmente como La Mayor, perma-

Fallece el sacerdote Faustino Sánchez, a los 99 años de edad

neció hasta que, por su avanzada edad, se retiró de la vida de parroquia. Sin embargo, continuó desempa-ñando otras responsabilidades como Director Dioce-sano de Apostolado de la Oración, Secretario de Visita en Curia y Delegado de Fundaciones, Consiliario de la Adoración Nocturna,…

Durante su etapa en Huéscar cuidó la atención voca-cional. Muchos jóvenes de la parroquia marcharon al seminario siendo él el párroco, entre otros José Díaz y Manuel Millán, que hoy son sacerdotes. Su vincu-lación al seminario se ha mantenido siempre, incluso en los últimos años de su actividad pastoral.

En 1980 fue nombrado canónigo de la catedral de Guadix. Descanse en paz el sacerdote Faustino Sán-chez Cuevas, de la Diócesis de Guadix.

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Mirada

Así lo expresó el Arzobispo de Granada en su alocu-ción con la que clausuró el día 15 la exposición sobre carismas religiosos en la Iglesia de Andalucía.

Una historia del siglo IV cuenta que uno de los primeros monjes, de Alejandría, fundador de un hospital, habló a una mujer cristiana de la época de las esmeraldas y jacintos que le trajo un mercader. La mujer, enamorada de las joyas, le pagó para tenerlas y ante la tardanza del monje en recibir-las, se las exigió. El monje le invitó a verlas y se fueron al hospital. Le mostró el ala del hospital donde estaban las mu-jeres, sus esmeraldas... A la pregunta de si deseaba ver los “jacintos”, la mujer comprendió de lo que se trataba. Desde aquel día abandonó toda la vida que llevaba antes y dedicó su vida a cuidar de esas esmeraldas y jacintos.

Con esta historia, Mons. Javier Martínez se dirigía a los consagrados y consagradas congregados el domingo día 15 para clausurar la exposición sobre carismas de vida religiosa en la Iglesia de Andalucía en el monasterio de San Jerónimo. Con esta clausura de la muestra, organizada por la Con-federación de Religiosos Españoles (CONFER-Andalucía) y la Unión de Religiosos Provinciales de Andalucía (URPA), se clausuraron también las Jornadas de vida religiosa celebrada en Granada los días 14 y 15 de marzo.

La historia de las “esmeraldas y jacintos” sirvió a Mons. Martínez para decirles a los consagrados y consagradas que “las joyas sois vosotros y cuántas joyas hay detrás de vues-tras Casas”.

Asimismo, el Arzobispo agradeció a Dios la vida de los reli-giosos y consagrados y consagradas, sin quienes “la Iglesia no sería la Iglesia de Jesucristo”. “La vida consagrada es ‘coesencial’. Es esencial, sencillamente: no hay vida de la Iglesia, no hay Iglesia de Jesucristo sin esa dimensión espon-sal del Bautismo, que muestra que el Cielo ya se puede vivir aquí. Lo digo con toda la gratitud”.

Asimismo, Mons. Martínez deseó que “todos, cada uno –empezando por mí, y con todas mis limitaciones-, podamos sentirnos unos partes de los otros”. En este sentido, el Ar-zobispo de Granada aludió a San Juan Pablo II para que el Señor rehaga el tejido de comunión eclesial.

EXPOSICIÓN

La muestra, que llegó a Granada procedente de Sevilla don-de también se expuso, se inauguró el pasado día 25 y con ella han podido conocerse los distintos carismas religiosos de la Iglesia en Andalucía a través de 53 paneles, que mos-

Mons. Martínez agradece a los consagrados su vocación y entrega al Señor

Mons. Martínez y Mª José Tuñón, junto a consagrados y consagradas en la clausura.

traban la vida de sus fundadores, así como la obra nacida a través de ellos, acompañada de fotografías actuales sobre la tarea pastoral y caritativa que llevan adelante.

En la clausura, a la que asistieron numerosas personas de distintas Congregaciones e Institutos de vida consagrada presentes en Andalucía, la presidenta de URPA, Mª José Tuñón, subrayó que la riqueza de la exposición no es el pa-trimonio artístico o cultural que en ella se muestran –puesto que se tratan de sencillos paneles informativos-, sino que la “riqueza somos nosotros”, en referencia a la vida entregada y amorosa desde la fe de tantos consagrados y consagradas en Andalucía, que con su día a día desde la vocación con-sagrada testimonian el amor de Cristo a todos los hombres y mujeres hoy.

La clausura de la muestra coincide asimismo con las Jorna-das de vida religiosa en Andalucía, que se han celebrado los días 14 y 15 de marzo en Granada. En estas Jornadas han participado distintos religiosos y consagrados que han abordado desde “los horizontes de la vida religiosa hoy” hasta “vivir el presente con pasión”, “abrazar el futuro con esperanza y valentía”, y la “gratitud con un pasado que queremos siempre reavivar”.

En el sencillo y emotivo acto de clausura, URPA y CONFER Andalucía expresaron a Mons. Javier Martínez su agrade-cimiento por su compañía y cuidado como Pastor. Por su parte, nuestro Arzobispo calificó el encuentro de “especial-mente significativo e importante” para él, al mismo tiempo que pidió a los consagrados y consagradas que recen por él y que ellos cuentan con su oración. Antes de finalizar y de proceder a visitar por última vez la muestra y el claustro del monasterio, se rezó el Padrenuestro, se cantó una canción y Mons. Martínez bendijo a los consagrados y consagradas presentes y a todas las personas que hay con ellos, pidiendo a Dios la gracia de más vocaciones para dichas Congrega-ciones.

Alocución de Mons. Martínez en la clausura

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El domingo día 22 la Catedral acoge el concierto de Cuaresma, organizado por el Centro Cultural Nuevo Inicio del Arzobispado en colaboración con el templo catedral, en el V Ciclo de Música y Tiempo Litúrgico. El concierto tendrá lugar a las 19:30 horas y es gratuito.

La Schola Pueri Cantores y Numen Ensemble interpre-tarán el Stabat Mater de Zoltán Kodály (s. XIX-s. XX), una Secuencia de la Misa en honor de Los siete dolores de la Beata Virgen María, cuya festividad se celebra el 15 de septiembre, y es uno de los textos en el que se han fijado compositores de todos los tiempos. También estará la interpretación del Stabat Mater de Juan Gu-tiérrez de Padilla (s. XVI-s. XVII), cantor de la Catedral de Málaga, Maestro de Capilla de la Colegiata de Jerez y de la Catedral de Cádiz.

Asimismo, se ofrecerán una selección de responsorios de Tomás Luis de Victoria (s. XVI- s. XVII). El Oficio de Semana Santa de Tomás Luis de Victoria es una músi-ca cumbre de la polifonía religiosa renacentista, plena de misticismo y profundo recogimiento. Sin duda, es la obra maestra del compositor abulense. Esta composi-ción monumental comprende el ciclo completo de la liturgia de la Semana Santa (desde el Domingo de Ra-mos hasta el Sábado Santo).

SChOLA PuERI CANTORES

La Schola Pueri Cantores de la Catedral fue fundada en noviembre de 2006 a petición del Arzobispo D. Javier Martínez, como un proyecto con una triple dimen-sión: colaborar en la dignificación de la liturgia de la Catedral de Granada, promover y difundir en nuestro entorno la música sacra y el canto coral en general, y conformar un grupo de jóvenes cantores de alto nivel siguiendo un ambicioso plan formativo, en el que se

contemple al cantor desde su integridad, despertando en él valores humanistas, se fomente el desarrollo de su personalidad creativa y el aporte de recursos para un trabajo artístico eficiente.

La Schola Pueri Cantores pertenece tanto a la Federa-ción Nacional como a la Internacional de Pueri Canto-res, y en este marco ha participado en los Congresos de Estocolmo (2009), Roma (2010), Granada (2012), en el que fueron anfitriones, y París (2014). Actualmente, está integrado por un coro infantil de voces blancas, Los pequeños Pueri Cantores, dirigido por Patricia La-torre, y otro juvenil de voces mixtas, dirigido por Héc-tor Eliel Márquez, coordinador del proyecto formati-vo global, que prevé clases de técnica vocal, dirección coral, refuerzo de lenguaje musical e intercambios con otros coros infantiles y juveniles.

En mayo de 2014 presentaron su primer trabajo dis-cográfico, Rosa sine Spina, una selección de piezas del siglo XX y del XXI, dedicadas a la Virgen María. Nor-malmente, podemos escuchar a la Schola cada segun-do domingo del mes en la misa de 12:30 de la Catedral de Granada.

Sobre la opción por la enseñanza religiosa católica en el curso 2014-2015.

Los datos sobre la opción por la enseñanza religiosa católica que se ofrecen a continuación han sido elaborados con las informaciones del número de alumnos que las diócesis de la Iglesia en España han enviado a esta Comi-sión Episcopal de Enseñanza y Catequesis (CEEC), recabadas, a su vez, de cada uno de los Colegios e Institutos de toda España.

En total han proporcionado datos sesenta y cuatro diócesis de las sesenta y nueve encuestadas. Según los datos recibidos, de un total de 5.544.013 de alumnos escolarizados, 3.521.370 de alumnos reciben enseñanza religiosa católica, lo que supone el 63,5%.

Nota de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis

El “Stabat Mater” en el concierto de Cuaresma en la Catedral

Mirada

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MiradaLos Obispos de la CEEC lamentamos que la regulación de la enseñanza de la Religión y Moral Católica que la LOM-CE ha impuesto para el Bachillerato no garantice la oferta obligatoria de la asignatura por parte de los centros ni, consecuentemente, que los padres y, en su caso, los alum-nos puedan optar por ella. En esta etapa educativa no se garantiza de manera suficiente y adecuada el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que ellos deseen, ni se cumple el mandato constitu-cional (Art. 27,3) ni el tratado internacional entre el Estado y la Santa Sede de 3 de enero de 1979, que son normas de obligado cumplimiento, si en verdad se quiere respetar este derecho fundamental.

Conviene recordar que la enseñanza religiosa escolar for-ma parte del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones religiosas. A ellos corresponde la educación de sus hijos y no al Estado. Las administraciones centrales y autonómicas verdaderamente democráticas fa-vorecerán de modo subsidiario dicha educación libremen-te elegida, sin intentar imponer concepciones religiosas o morales.

“La educación católica -ha dicho el Papa Francisco- es uno de los desafíos más importantes de la Iglesia, dedicada hoy en realizar la nueva evangelización en un contexto histó-rico y cultural en constante transformación”. Por ello, los obispos de la CEEC animamos a los padres cristianos a que inscriban a sus hijos en la asignatura de religión y agra-decemos a los docentes de dicha asignatura su servicio a la formación integral de los alumnos. Según Benedicto XVI, “la dimensión religiosa es intrínseca al hecho cultural, contribuye a la formación global de la persona y permite transformar el conocimiento en sabiduría de vida”.

La enseñanza de la religión, libremente elegida por los pa-dres, ayuda a descubrir que “la dimensión religiosa no es una superestructura, sino que forma parte de la persona, ya desde la primera infancia; es apertura fundamental a los demás y al misterio que preside toda relación y todo encuentro entre los seres humanos. La dimensión religiosa hace al hombre más hombre”. Esto es lo que el Concilio Vaticano II quiso decir en su célebre sentencia: “Cristo ma-nifiesta plenamente el hombre al propio hombre” (GS 22).

A las exequias celebradas en la Catedral de Málaga, donde falleció el Obispo emérito de esta Diócesis el pasado día 18 a los 83 años de edad, asistieron el Arzobispo Mons. Javier Martínez con el Vicario General D. Manuel Reyes, y el Obispo de Guadix, Mons. Ginés García.

Mons. Dorado Soto fue consagrado Obispo en la Dió-cesis de Guadix el 10 de mayo de 1970, de la que fue Obispo durante tres años. Una vez nombrado Obispo de Cádiz-Ceuta, siguió vinculado a esta diócesis como Admi-nistrador Apostólico durante otros tres años más. Unos 20 sacerdotes de la Diócesis de Guadix, encabezados por el Obispo Mons. Ginés García, se desplazaron hasta Málaga para asistir al entierro del emérito malagueño. El Obispo de Guadix destacó que “fue un Obispo por aclamación popular: todos, sacerdotes y pueblo, querían que el obis-po fuera D. Antonio, por algo sería”. También asistieron

sacerdotes por las que pasó Mons. Dorado Soto: Cádiz-Ceuta y Málaga, además de Guadix.

Las exequias tuvieron lugar en la catedral de Málaga con la presencia de los Obispos del Sur de España, los Car-denales Fernando Sebastián y Carlos Amigo, y otros Obispos venidos de diferentes diócesis. Presidió el Obispo de Málaga, Mons. Jesús Catalá, que dedicó unas sencillas palabras a iluminar el momento desde la fe y a destacar la figura de Mons. Dorado, de quien dijo que fue “un pastor bueno y sencillo, regalo de Dios”.

Tras la celebración, el féretro del Obispo fue trasladado a la parte de atrás del altar mayor, donde fue enterrado en una de sus capillas. Fue un momento sencillo e intenso, que rompió en un expresivo aplauso de reconocimiento hacia el Obispo malagueño fallecido.

Exequias de Mons. Dorado Soto

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• Pastoral de la salud. Oración y Eucaristía por los enfermos el día 26 a las 18:30 horas en la pa-rroquia de Nuestra Señora de Gracia (Plaza de Gra-cia, s/n).

• Retiro de oración. La Fraternidad Misionera Verbum Dei en Granada celebra su retiro de ora-ción para recibir la Pascua del 2 (Jueves Santo) al 4 de abril (Sábado Santo) en la Casa Diocesana de Espiritualidad de La Zubia. Las personas inte-resadas en participar pueden ponerse en contacto en los teléfonos de la comunidad de Misioneras Verbum Dei 958-256-375 y 616-882-168, o en el e-mail [email protected].

AGENDA

Extracto de la Nota de los obispos para la Jorna-da por la Vida 2015, que se celebra en el día de la Encarnación, el 25 de marzo.

Al celebrar la Jornada por la Vida queremos reconocer el don precioso de la vida humana, independientemen-te de cualquier circunstancia o condición. Toda vida hu-mana es valiosa porque es imagen de Dios. Esta es la gran revelación sobre la naturaleza humana: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó” (Gén 1, 27). Para Dios, todos y cada uno de los seres humanos poseen un valor excep-cional, único e irrepetible. Nuestra vida es un don que brota del amor de Dios que reserva a todo ser humano, desde su concepción, un lugar especial en su corazón, llamándolo a la comunión gozosa con Él. En toda vida, en la recién concebida, en la débil o sufriente, pode-mos reconocer el sí que Dios ha pronunciado sobre ella de una vez para siempre. Aquí se fundamenta la razón de hacer de este sí la actitud justa y propia hacia cada uno de nuestros prójimos sea cual sea la situación en que estos se encuentren”

Dios nos ha regalado la vida y ha confiado la vida de cada persona a los demás, en una fraternidad real que procede de Dios Padre, que nos hace hermanos y nos indica la verdad de ser don para el otro y de aprender a acoger el don que el otro supone para mí. El ser hu-mano no es una isla, no es una realidad encerrada en sí misma, sino un ser en relación. La experiencia muestra con claridad que el ser humano solo alcanza su pleni-tud en la comunicación y el diálogo interpersonal que genera la comunión. Asimismo, el ser humano es una misteriosa combinación de pobreza y grandeza. Nadie puede desarrollarse en plenitud en soledad, sino vivien-do en comunión recíproca con los demás. Y, al mismo tiempo, todos y cada uno de nosotros somos capaces de enriquecer a los demás. En estos tiempos en los que el individualismo y la autosuficiencia calan en nuestra sociedad, conviene recordar que todos, de alguna ma-nera, somos seres dependientes y necesitados. Nadie puede alcanzar una vida plena si no es con la ayuda de los demás, si no es mediante la aceptación del don de otro que colma mi indigencia.

(…)

5. Todos estamos llamados a implicarnos en la defensa de la vida, especialmente de la más vulnerable, débil e indefensa. Debemos construir una verdadera comuni-dad humana en la que todos nos percibamos como un

“Hay mucha Vida en cada vida”

Mirada

inmenso don de Dios llamados a cuidarnos los unos de los otros, a socorrer nuestra indigencia con la grande-za de la vida del prójimo y viceversa, en una sinfonía de la caridad, en la que al dar la propia vida y recibir la del prójimo crecemos como personas y edificamos un mundo verdaderamente humano. El Hijo de Dios, tomando carne de María, nos ha mostrado la altura, anchura y profundidad del amor que verdaderamen-te puede saciar el corazón humano. El Espíritu, que es artífice de comunión en el amor, crea entre nosotros una nueva fraternidad reflejo de la vida de Dios que es comunión de Personas. Por eso, el compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente “eclesial”, que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y estructuras de la comunidad cristiana. Sin embar-go, la misión comunitaria no elimina ni disminuye la responsabilidad de cada persona, a la cual se dirige el mandato del Señor de “hacerse prójimo” de cada ser humano: “Vete y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37)

(…)

Obispos de la Subcomisión Episcopalde Familia y Vida

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Su Cruz se me presenta más como un beneficio suyo que como una mala acción mía. La vergüenza de ha-ber sido causa del Calvario cede a la estupefacción de tener que aceptarlo. La palabra “confusión” es un magnífico término por su doble sentido: “Estoy con-fuso por mi maldad”, y “estoy confuso por vuestra gran bondad”. Toda la pedagogía de la penitencia consiste en pasar de una confusión a otra. Advirta-mos que la palabra “confusión” tiene también una doble significación: la confesión de los pecados, y la alabanza a Dios. De esta forma, rompió el círculo agobiante y mórbido de la culpabilidad, porque “si nuestro corazón nos condenara, Dios es más grande que nuestro corazón” (1 Jn 3, 20).

Me exige superar la apreciación superficial de mi cul-pabilidad, desposeerme a mí mismo para percibir en la profundidad de lo real toda la extensión de este de-sastre que mata al mismo Dios: “Me lo habéis hecho a mí” (Mt 25, 40).

Jesús es la verdadera conciencia de cada uno: perci-bo la falta de sentidos de mi vida en el sentido de la suya; el callejón donde me había perdido, en la Salida que me ofrece su Corazón abierto. Sondeo el abismo abierto del torbellino infernal en el abismo de su Cari-dad sin medida. Porque todo esto se juega en las múl-tiples traiciones que jalonan una existencia humana, creyente o no. Por eso, las lágrimas del arrepentimien-to son a la vez amargas y dulces, distinguiéndose de las lágrimas estragadoras del despecho o de la sequía de la desesperación.

Si la confesión parte el corazón, el perdón vuelve a ce-rrarlo y cicatriza la herida: “Únicamente yo, por quien lo sabes, puedo curarte”. Edipo, en la tragedia griega, se saca los ojos cuando descubre la enormidad de sus actos; Magdalena, en el Evangelio, guarda los suyos: los necesita mucho para llorar, sacando de su interior esa agua que Simón el fariseo no vertió sobre los pies de Jesús. Esto es el cristianismo.

Desnudándome de mi culpabilidad, acojo el triunfo del amor divino. No se trata tanto de estar desconten-to de sí cuanto contento de Dios. Nada más doxológi-co que el sacramento de la Penitencia, cuyo nombre más apropiado sería el sacramento de la Misericordia –lo mismo que la parábola del “hijo pródigo” es la del Padre lleno de bondad. Fuera de esto no se sale del psicologismo.

Un suspiro de alivio después de la confesión por ha-ber vaciado el saco, se comprende humanamente: la confesión, la confidencia tienen un efecto purificador. Pero eso no bastaría. Aparte de denunciar así su ín-timo remordimiento puede rozar el formalismo de la magia.

La Penitencia no tiene nada que ver con una tera-péutica de la liberación del inconsciente. Cristo da a nuestra alegría superada su verdadero punto de apli-cación: da salida al júbilo de sus amigos. De esta única manera es cómo la Penitencia merece el nombre de Sacramento y cómo constituye una verdadera cele-bración del amor divino, en vez de ser el vertedero de nuestras obsesiones, o un felpudo para nuestros pies antes de la Eucaristía.

Si yo he clavado a Jesús en el patíbulo, todavía con más verdad se puede decir que Él consintió en ser entregado.

Sacramento de la Penitencia,Sacramento de la Misericordia

Padre Andre Manaranche

Textos

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El Día del Seminario se viene celebrando desde el año 1935 con un mismo objetivo: suscitar voca-ciones sacerdotales mediante la sensibilización, dirigida a toda la sociedad, y en particular a las comunidades cristianas. Este año con el lema Se-ñor, ¿qué mandáis hacer de mí?, frase tomada de santa Teresa de Jesús, coincidiendo con el Año Teresiano que celebramos en el V Centenario de su nacimiento. Esta es la Carta Pastoral que con motivo de este Día ha escrito el Obispo accitano, Mons. Ginés García. Queridos diocesanos:

Como cada año, al acercarse la fiesta de san José, Día del Seminario, me dirijo a vosotros para recordaros un tema que siempre es de actualidad, me refiero a la dimensión vocacional de la Iglesia que encuentra una

concreción privilegiada en el Seminario, escuela del Evangelio, donde se forman los futuros pastores del pueblo de Dios.

La Iglesia, y eso significa su nombre, es una gran lla-mada, una convocatoria. Los hombres estamos llama-dos a la comunión con Dios, pero no de modo aislado sino como pueblo, en familia. La Iglesia es y debe pre-sentarse ante el mundo como una familia, un hogar de puertas abiertas donde todos pueden entrar a par-ticipar de la vida que en ella se da. No hace mucho nos decía el Papa: “Cuánto deseo que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia” (Mensaje para la Cuaresma 2015). Hermosas palabras que deben llamarnos a una renovación de nuestra vida cristiana y de nuestras comunidades.

Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?Día del Seminario

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Los seminaristas del San Cecilio con su Vicerrector.

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Los jóvenes viven en un mundo marcado por la indife-rencia que se manifiesta en muchos de los ámbitos de la vida social. Buscamos nuestro interés y queremos asegurar nuestra supervivencia y nuestro lugar en una sociedad donde no hay las mismas posibilidades para todos. Hemos de reconocer que muchos de los grandes valores como la libertad, la justicia, la paz o el amor se han convertido en buenos deseos, o en una realidad sólo en el nombre. Estamos en una cul-tura donde nada es para siempre, por eso tiene más fuerza el voluntariado por un tiempo que las opciones para toda la vida. Sin embargo, también encontramos signos hermosos de solidaridad, ternura y entrega. Sí, hay jóvenes que quieren hacer de su vida una entre-ga generosa a los demás para siempre. Otros jóvenes buscan sin encontrar el camino, pero hay algo que les dice interiormente que tiene que arriesgar y darlo todo.

Por eso, necesitamos esa Iglesia, esas comunidades de las que nos habla el Papa, que sean islas de mi-sericordia y de fraternidad en medio de un mundo indiferente. Los jóvenes, y todos, han de encontrar en nosotros hombres y mujeres transformados por la experiencia de un encuentro que los ha cambiado y ha sembrados en sus corazones una alegría que nadie puede quitar, la alegría del amor de Dios.

¿Cuántas veces nos hemos preguntado el porqué de la falta de vocaciones al sacerdocio y a la vida consa-grada? Las causas pueden ser muchas; pero hay una clara: no hay vocaciones sacerdotales porque no hay vida cristiana. Sólo de la vida cristiana puede surgir la vocación a un estado de vida en la Iglesia. Sólo desde la oración, desde el estupor ante la presencia del Señor en la Eucaristía, desde la práctica del sacra-mento de la penitencia y la dirección espiritual, desde el descubrimiento de un amor que llena el corazón

como nada en el mundo lo puede llenar, sólo desde la amistad con el Señor puede surgir la vocación. Hemos de crear espacios donde el joven pueden escuchar la llamada del Señor y dejarla crecer.

El lema del Día del Seminario de este año, tomado de santa Teresa de Jesús, nos sitúa en este horizon-te: “Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?”. Qué sencilla es la pregunta y qué sencilla puede ser la respuesta cuando uno se abandona al querer de Dios. Si somos del Señor, ¿qué quiere de nosotros? A vosotros jóvenes os vuelvo a decir: preguntad cada día al Señor qué quiere de vosotros. Preguntarle con perseverancia y dejad que Él se vaya manifestando en vuestra vida. Nos os cerréis a la voluntad de Dios, es-tad abiertos a lo que Dios quiere de vosotros. Estoy firmemente persuadido que también hoy hay muchos jóvenes que sienten la llamada en su corazón, pero tienen miedo o amor propio para decir que sí.

Santa Teresa llamaba a los sacerdotes “siervos del amor”. Sí, la vida de un sacerdote está al servicio del amor de Dios y del amor a los hombres. Vivimos para amar con el mismo amor con que nosotros hemos sido amados. Damos a los demás lo que hemos recibi-do, somos testigos de aquello que anunciamos. Nada es nuestro, todo es gracia para el servicio del pueblo.

El Seminario nos recuerda que Dios sigue llamando a los hombres para que lo sigan estando con Él y en-viándolos al mundo como mensajeros del Evangelio. Dios no se cansa de llamar. Dios llama porque nos ama y nos quiere tener cerca; no quiere que a su pue-blo le falten los signos de su presencia ni los medios de gracia que se nos dan a través del ministerio de los sacerdotes.

Seminario San Torcuato de Guadix.

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aFondoOs confieso que el Seminario me preocupa por la escasez de las vocaciones, pero no me angustia por-que sé que el Señor nos ha de bendecir con santas y numerosas vocaciones para el servicio de nuestras Diócesis.

Me atrevo, por ello, a pediros que no dejéis de rezar por el Seminario y por las vocaciones. Pedid con in-sistencia, desde lo más hondo del corazón, y el Señor nos escuchará y nos concederá lo que nos convie-ne. Santa Teresa quiere que en sus conventos se ore “por los capitanes de este castillo”, es decir, por los sacerdotes. Ofrezcamos también las dificultades y los

sufrimientos por esta intención, y llevemos a los semi-narista y a sus formadores muy cerca en el afecto. Si encontráis a algún muchacho que se siente llamado al sacerdocio invitadlo a ponerse en contacto con aque-llos que los pueden acompañar en su camino voca-cional, y no os olvidéis de invitar a los jóvenes: ¿No has pensado alguna vez ser sacerdote? ¿Y, tú, por qué no puedes ser sacerdote?

Con mi afecto y bendición.

+ Ginés, Obispo de Guadix3 de marzo de 2015

Admisión a las Sagradas Órdenes de cuatro seminaristaspara celebrar este Día en Granada

La celebración tendrá lugar el día 22 a las 12:30 horas en la S.I Catedral, de manos de nuestro Arzo-bispo, Mons. Javier Martínez, y se instituirán a dos seminarista en los Ministerios de Acólito y Lector. En la Archidiócesis celebramos el Día del Seminario también el domingo día 22 por ser el más cercano a la fiesta de San José. La celebración del Día del Seminario se concretará en la S.I Catedral con la concesión por parte del Arzobispo de la Admisión a las Sagradas Órdenes de tres seminaristas del diocesano San Cecilio: Álvaro Jesús Roca Palop, Luis Palomino Ortega y Javier Peña García. Asimismo, del Seminario Redemptoris Mater también será admitido a las Sagradas Órdenes William José Sauce Charmel.

Al mismo tiempo, Mons. Martínez instituirá los Ministerios de Acólito y Lector a Álvaro Jesús Roca Palop, del Seminario San Cecilio y que también será admitido a las Sagradas Órdenes, y Carlos José Fernández Peñafiel, del Seminario Redemptoris Mater.

La colecta de las Eucaristías del domingo van destinadas a la formación de los seminaristas de Granada.

Seminaristas del Redemptoris Mater de Granada.

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Los seminaristas en España, en cifras

El número de seminaristas en España ha aumentado un 2,7% respecto al año anterior. En el curso 2014-2015 hay un total de 1.357 seminaristas mayores, lo que supone 36 más que en 2013-2014, informó la Conferencia Episcopal Española. Con esta cifra aumenta por cuarto año consecutivo el número de aspirantes al sacerdocio y se consolida la tendencia al alza que comenzó en el curso 2011-2012 (1.278 seminaristas); 2012-2013 (1.307 seminaristas); 2013-2014 (1.321 seminaristas); y 2014-2015 (1.357 seminaristas). Según estos datos, en estos años se ha producido un 6% de incremento total.

En el curso 2014-2015 han ingresado en los seminarios españoles 311 nuevos seminaristas, 12 más que el curso anterior (299). En el 2012-2013 ingresaron 295, y en el 2011-2012, ingresaron 277.

En cuanto al número de ordenaciones, todavía se aprecia la incidencia del descenso vocacional de años ante-riores. En el 2014 se ordenaron 117 nuevos sacerdotes; 131 en 2013; 130 en 2012; y 122 en el 2011.

Estos datos se hacen públicos coincidiendo con la celebración del Día del Seminario, el 19 de marzo. Este año en las diócesis en las que no es festivo el día de San José, se celebra el domingo 22 de marzo con el lema Señor, ¿qué mandáis hacer de mí?

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Cultura

A uno no le salen las cuentas. Fascinado por el ideal que nos ofrece la sociedad, y apostándolo todo por ello, te acabas encontrando desolado por un incumplimiento doloroso. hay momentos en los que uno percibe destellos de belleza que nos sorprenden en lo cotidiano.

De un modo imprevisto, como un ladrón en medio de la noche, sucede algo que te eleva, pero al mismo tiempo ensancha aún más el anhelo de tu ser, para volver a estar mendigando sucedáneos de verdad allí donde nos lo ponen a buen precio. Podríamos decir que somos ontológicamente insatisfechos y consolar-nos tontamente con el mal de muchos.

Sin embargo, de vez en cuando se cruzan en nuestra existencia personas que parecen no estar heridas es-tándolo. Viven en medio de la multitud de un modo envidiable porque saben abrazar aquello que hace la

vida verdaderamente grande. Están moldeados por el mismo barro corruptible llamado a la eternidad, pero con una mirada hacia la realidad que la transfigura o, quizá, la miran sabiendo que pueden ser transfigura-dos por ella.

Saint-Exupéry tiene esa mirada elevada, amplia y profunda. Mirada creativa capaz de descubrir el hilo dorado del que está tejido el mundo, hilo de sutura para la herida abierta de nuestro deseo. Con una ima-gen muy recurrente en sus escritos, él ha descubierto el agua subterránea que “gracias a ti, se abren en no-sotros todas las fuentes cegadas de nuestro corazón”.

El piloto francés escribió su obra Tierra de los hom-bres en un momento histórico en el que la sociedad francesa estaba desgarrada por un conflicto bélico sin precedentes, y en sus líneas se descubre muchas ve-ces una angustiosa preocupación por los suyos eleva

Educar la mirada

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Culturada por la esperanza cierta de la positividad de la vida. Sus palabras no se conforman con impulsar el ánimo de sus compatriotas, sino que les apremia a alzar el rostro, a dejar de contemplar la técnica bélica como salvación de Europa y descubrir aquello que realmen-te construye la civilización. “La grandeza de un oficio estriba, tal vez y ante todo, en unir a los hombres: sólo hay un lujo verdadero: el de las relaciones hu-manas”.

La pretensión educativa de Saint-Exupéry queda reco-gida al inicio de esta autobiografía. Fue con 26 años, recién incorporado como joven piloto, cuando le die-ron el primer trayecto Toulouse-Dakar. La emoción de cubrir este trayecto por primera vez se mezclaba con el temor a las montañas de España que nunca había sobrevolado. El director de la Sociedad Latécoère, Di-dier Daurat, le preguntó si conocía bien las consig-nas. Pero éstas no son suficientes para afrontar por primera vez una ruta en la que en días de tormenta estaba “repleta de celadas, de trampas, de acantila-dos que surgían bruscamente y de torbellinos capaces de arrancar cedros de cuajo. Negros dragones defen-dían la entrada de los valles, haces de rayos corona-ban las crestas”. La realidad se presentaba hostil al joven piloto amedrentado por las historias de los más veteranos. El señor Daurat, antes de despedirle le re-cordó: “Es muy bonito eso de navegar con brújula sobre España, por encima del mar de nubes; es algo sublime, pero... no lo olvide: bajo el mar de nubes... está la eternidad”.

Un mar de nubes para un piloto esconde la muer-te, para un montañero tiene un significado distinto.

“Comenzaba a darme cuenta de que un espectácu-lo sólo cobra sentido dentro de una cultura, de una civilización, de un oficio”. Fue su amigo Henri Gui-llaumet, a quien rinde homenaje en esta obra, quien le enseñó a mirar de un modo relacional la vida hu-mana. El joven Saint-Exupéry se “había sumido en la aridez de los mapas y no había conseguido descubrir las instrucciones que necesitaba”. Guillaumet le edu-ca la mirada y, abriendo sobre la mesa el mapa de la Península Ibérica, le descubre aquello que una visión cuantificable no permite.

“Pero ¡qué extraña lección de geografía recibí enton-ces! Guillaumet no me enseñaba España; él convertía España en una amiga. No me hablaba de hidrografía, ni del ganado, ni de la población. No me hablaba de Guadix, sino de los tres naranjos que, cerca de Gua-dix, bordean un campo: ‘Desconfía de ellos, már-catelos en el mapa...’. Y en mi mapa, desde aquel momento, los tres naranjos eran más importantes que Sierra Nevada. No me hablaba de Lorca, sino de una humilde granja cercana a Lorca. Y aquella pareja, perdida en el espacio, a quinientos kilómetros de dis-tancia de nosotros, adquiría una importancia enorme. Instalados, como vigilantes fareros, en la ladera de la montaña, estaban prestos bajo las estrellas, para so-correr a otros hombres.

Así rescatábamos del olvido, de una inconcebible le-janía, detalles ignorados por todos los geógrafos del mundo”.

La geografía española, sin cambiar un ápice, se des-velaba de un modo más humano, mucho más propio

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Esta mirada relacional, que no añade irrealidad al mundo, descubre “lo invisible a los ojos” porque tie-ne en cuenta que la verdad es una mutua relación entre el objeto y el sujeto que se relaciona con ella y con el resto de los seres. ¡Cuánta necesidad tenemos de ser educados en este modo de abrazar, acoger y descubrir las posibilidades que la vida nos ofrece y elevarnos a un modo más auténtico de ser hombres! “Poco a poco, la España de mi mapa se transformaba bajo la lámpara en un país de cuento de hadas”.

Esta vocación de educar la mirada empieza por de-jarse guiar por tantos otros que nos han precedido y que, desgraciadamente, han sido reducidos a vo-lúmenes polvorientos de biblioteca, CD’s en peligro de extinción o películas regaladas con los dominica-les que jamás serán desprecintadas. Necesitamos ser introducidos en la vida de un modo verdadero, que nos señalen y nos acompañen pero que no nos eviten caminar. “Cada uno de nosotros, en circunstancias insospechadas, ha conocido las más entrañables ale-grías. Nos han dejado una nostalgia tan grande que hasta llegamos a añorar nuestras desdichas si han sido nuestras desdichas las que las han propiciado”.

Pero el hombre que se mueve en la paradoja de ser grande y vil puede amordazar su propia nostalgia y sobrevivir sin responder a su naturaleza, alienado so-cialmente y dejándose llevar por lo que toca. “Esos hombres que se creen hombres y que, sin embargo, por una presión de la que no son conscientes, están reducidos, como hormigas, a ser sólo usados”. ¡Qué alguien nos rescate si caemos en este abismo! Urgen maestros que nos enseñen a pensar con rigor, a pe-netrar en cada realidad sin reducirla ni violentarla con nuestros esquemas.

Para descubrir el sentido de la vida tenemos que re-correr nuestra existencia guiados por mapas trazados por aquellos que nos han precedido; mapas sin esca-las, sin referencias geográficas ni hidrográficas, pero, a modo de imágenes, repleto de escenas iluminado-ras que despiertan una y otra vez la nostalgia, “deseo de algo que no podemos describir”, y desvelan nues-tro papel en la vida. “Sólo entonces podremos vivir en paz y morir en paz, pues lo que da sentido a la vida da sentido a la muerte”.

Chema AlejosInstituto John Henry Newman-

Universidad Francisco de Vitoria

Cultura

Dos hombres contemplando la luna (1819-20). Caspar David Friedrich.

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Testimonio

Desde hace ya casi cuarenta años, las hermanitas del Cordero se consagran a la evangelización. Oficialmen-te erigida en Francia en 1983 por el obispo de Perpi-ñán, Mons. Jean Chabbert, esta comunidad domini-cana de la Orden de Predicadores cuenta hoy con más de ciento cincuenta religiosas, unos treinta religiosos y nada menos que una veintena de fundaciones re-partidas por Europa y América Latina, así como en los Estados Unidos.

¿Podría hablarnos de su Comunidad, las Herma-nitas del Cordero, cuál es su carisma, su misión en el mundo?

Utilizaré una imagen para responderle. Las Hermanitas del Cordero se sitúan en el mundo de hoy, en medio de la noche que atraviesa la humanidad. La espesura de las tinieblas nos impresiona a todos. Una Hermanita del Cordero es una hermana que atraviesa esta noche conservando una lámpara encendida, y esta lámpara es la luz del Evangelio, es Jesús mismo y es el Cordero del que nos dice el Apocalipsis que es la luz de la nueva Jerusalén, de esta humanidad renovada por el Señor Jesús. Resumiría la luz que habita nuestra comunidad con lo que se ha convertido en nuestra divisa: “Herida, no dejaré jamás de amar”. Entre nosotros, ¿quién no ha sido nunca herido; por una palabra, una expresión, pudiendo incluso proceder de un amigo muy querido?

Luz del Evangelio en lanoche del mundo Las Hermanitas

del Cordero

Las hermanitas del Cordero es una comunidad de hermanas que viven su carisma de la Providencia y acompañando a los más necesitados por las calles. Con su hábitos azules es habitual verlas por las calles de Granada en el día a día y participando en las celebraciones litúrgicas en la S.I Catedral. En nuestra Diócesis están presentes y participan junto a jóvenes de la Pastoral universitaria en la llamada Experiencia AKOR: salir a las calles para acompañar a personas que tienen por “casa” la intemperie o el techo de algún soportal o entidad donde cobijarse. Zenit.org ha entrevistado a la cofundadora de esta comunidad, la hermanita Marie.

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Testimonio

Cuando somos heridos, en vez de presentar un rostro de víctima que hace que el otro se convierta en verdu-go, acogemos esta herida y seguimos amando a quien nos ha herido.

Nuestra vida diaria se deja iluminar por esta luz del Cordero herido que dice “no dejaré nunca de amar” y creemos con todas nuestras fuerzas, y ahora por ex-periencia, que esta es verdaderamente la luz que trans-forma el mundo, la luz del Cordero.

Ante todo, se trata de una vida contemplativa, de amor fraterno, pero de un amor más fuerte que la muerte, más fuerte que todo odio. Esto es una urgencia que reclama el mundo de hoy. Años después de la funda-ción de Hermanitas, la Iglesia acogió y reconoció a “los Hermanitos del Cordero”, que viven de un mismo pro-pósito de vida.

¿Dónde y cómo empezó todo?

La historia comenzó en la universidad, en París, cuan-do, siendo ya religiosa, fui por primera vez con jóvenes estudiantes al encuentro de los pobres, de la gente de los barrios perdidos de la capital. Atravesábamos los años que seguían a la revolución cultural y fue para mí un impacto el encuentro con los que están en tinieblas. Hacíamos camino entonces con algunos hermanos do-minicos. Entre ellos, fray Chritoph Schönborn, actual Cardenal-Arzobispo de Viena y protector de la Comu-nidad.

Enseguida iniciamos esta vida de fraternidad a la som-bra de la basílica de Vézelay; esto duró unos nueve her-mosísimos años de oración y acogida de los pobres. La víspera de la festividad de la Cruz gloriosa, estando nosotras en oración ante el Santísimo, lanzaba yo hacia Dios el grito que inundaba mi corazón, preguntándole: “¿Por qué el mal parece triunfar hasta tal punto?”. A

este gran grito, respondió el Señor haciendo que su-biera a mi corazón esta frase de san Pablo a los Efesios: “En su carne, Jesús ha dado muerte al odio… en su persona, Jesús ha dado muerte al odio”. Era el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, todo el mal del mundo. En este momento también, el Señor puso en nuestro camino a un hermano franciscano, al her-mano Jean-Claude, padre espiritual y cofundador de la Comunidad. Otras hermanitas se unieron a nosotros entonces, llegaba la hora de las primeras fundaciones. La de Buenos Aires, hace ya 23 años, merece una es-pecial mención, ya que el actual Papa Francisco fue el que allí nos recibió. ¡Qué gran gracia!

¿Trabajaron con él personalmente?

Digamos que fue él quien ejerció como padre de la pe-queña fraternidad que comenzaba sin experiencia en Buenos Aires; recibía a los Hermanitos y Hermanitas y también acudía a la fraternidad una o dos veces al año. Nos dio su confianza y, gracias a su apoyo, pudimos poco a poco desarrollarnos.

¿En qué consiste su ayuda a los pobres en los paí-ses en que está implantada su Comunidad?

No tenemos obras. Vamos a su encuentro con la amis-tad, y la misión está marcada por el hecho de que con frecuencia salimos a mendigar nuestro pan del día; entonces no pedimos dinero, sólo el pan. Como el Señor, mendigo de nuestro amor, somos llamados a tomar este camino del Evangelio, a ir al encuentro de los pobres y a mendigar también entre ellos. Nos mara-villa siempre ver cómo los pobres se alegran cuando se les pide algo. Reencuentran su dignidad por el simple hecho de que alguien aguarda su respuesta. Les pedi-mos el pan, salimos sin nada y mendigamos nuestra comida.

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¿Cómo financian su actividad misionera?

Nos abandonamos completamente a la Providencia. En Roma, por ejemplo, el Vaticano puso a nuestra dis-posición la casa en la que nos alojamos desde hace veinte años, lo cual ha sido extraordinario para el de-sarrollo de los Hermanitos y Hermanitas en el corazón de la Iglesia. Pero ha llegado la hora de dejar esta casa, que no nos permite vivir plenamente nuestro carisma, para construir aquí en Roma un pequeño monasterio con una capilla abierta a la calle, permitiendo que se ofrezca a todos la luz de la liturgia que el mundo tanto necesita. Por otro lado, en casi todas nuestras fraterni-dades, nuestra mesa está abierta a los pobres. Por el momento, hemos construido nueve monasterios en el mundo, y para eso necesitamos donativos, por supues-to. Cuando empezamos no tenemos nada, y al cabo de dos o tres años la construcción concluye, permitiendo la acogida.

¿Quiénes son sus principales donantes?

Los cristianos, muchísimos cristianos. En nuestro mo-nasterio de Kansas City, por ejemplo, ha habido 6.200 donantes, así que nos llega un gran número de pe-

queños donativos, y esto es lo principal, pero asimis-mo otros, afortunadamente, más cuantiosos. También existe el sistema de las fundaciones en los Estados Uni-dos. Las familias, al igual, nos ayudan mucho.

2015 indica el Año de la Vida Consagrada. ¿Han previsto alguna iniciativa para esta ocasión?

Nos gustaría mucho que en este Año de la Vida Con-sagrada, la Iglesia nos donase un terreno en el corazón de Roma en el que poder construir nuestro pequeño monasterio. Como encarnación de la vida consagrada, sería nuestra pequeña contribución. Y también, quere-mos responder a la llamada del Santo Padre, dejándo-nos renovar en la práctica ferviente del Evangelio, en el amor a Dios, y además y siempre, en el anuncio gozoso del Evangelio.

Con esta lógica de expansión por el mundo, ¿qué pueden pedir a los fieles y especialmente a los lec-tores de ZENIT?

¡Haremos como el Papa y les pediremos que recen por nosotros! Recen por nosotros, ayúdennos a que estos pequeños monasterios, que son pequeñas luces, estre-llas en la noche de este mundo, lleguen a nacer, de modo que las gentes puedan venir a beber a la fuente, pues lo necesitan.

S. TPublicada en Zenit

Testimonio

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El encuentro con el pobre

Testimonio

En la Diócesis de Granada participan en la llamada Experiencia AKOR, junto a las hermanitas del Cor-dero, un grupo de 60 universitarios de esta Pastoral con su Capellán de la universidad, D. José Antonio Villena.

Akor (en hebreo “tribulación”, “desgracia”) es el Valle del que el Señor hizo Puerta de Esperanza: “Haré del valle de Akor, una puerta de esperanza” (Os 2, 15) En las calles de nuestra ciudad existe un valle. Un valle en la noche donde se encuentra el que sufre la soledad, el frio, el hambre, el abandono. El Señor, el amigo de la vida, es el único que puede transformar la desgracia en esperanza. Todo aquel que se cruza con Él, la tribula-ción en la vida queda transformada en gozo y alegría.

“Recorramos las calles (el mundo) viviendo o procla-mando la Buena Nueva hasta que todos los pobres de

este mundo que no tienen voz ni nombre en la so-ciedad, hayan conocido la dicha de ser llamados por su nombre… ¡Sí, cuando se le llama por su nombre, el hombre se levanta!” (Del propósito de vida de las Hermanitas del Cordero).

La hermanita Marie, fundadora de la Congregación, imponía la cruz Akor a más de 70 jóvenes el 8 de no-viembre de 2008, después de recorrer las calles de Gra-nada. Fue en la Colegiata de los Santos Justo y Pastor. Una cruz que nos llama a una misión: “Prender el fue-go del amor que hemos recibido del Amor”.

La Pastoral Universitaria se da cita en la Colegiata de los Santos Justo y Pastor, en la Plaza de la Universidad, los jueves alternos a las 21:30 horas. El encuentro termina en el Pequeño Monasterio Luz de la Paz presentando al Señor en la oración a los pobres que Él ha puesto en el camino esa noche. Para más información sobre ésta y otras actividades, los interesados pueden contactar con esta Pastoral en www.pastoral-ugr.es. Las Hermanitas del Cordero están presentes desde el año 2009 en Granada en el Pequeño Monasterio Luz de La Paz (C/ Paz, 17), auspiciado por el Arzobispo Mons. Javier Martínez y cuya construcción se inició en 2007.

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Y los Obispos y los sacerdotes estamos para santificar, regir, enseñar y, además, cuidar celosamente el tesoro de la Eucaristía; estas son nuestras principales respon-sabilidades. Y los fieles por tanto están llamados a la corresponsabilidad en la vida eclesial y a desempeñar un servicio, incluso, litúrgico.

Pero desempeñar un oficio en la liturgia no es nece-sario para que un fiel pueda participar activa y fruc-tuosamente en la misa. Es más debemos respetar la dignidad de los laicos, evitando toda “clericalización”. Ninguno debe pensar que son mejores cristianos los fieles que desempeñan oficios litúrgicos.

Hechas estas dos aclaraciones hay que decir que el ministro ordenado, quien es el ministro ordinario de la comunión, es el único quien normalmente puede y debe abrir el Sagrario para cerciorarse de las Sagradas Hostias, para traer o llevar la Reserva, hacer la exposi-ción del Santísimo, etc..

Al final del rito de comunión durante la misa “las Hos-tias consagradas que han sobrado, o las consume el sa-cerdote en el altar o las lleva al lugar destinado para la

reserva de la Eucaristía” (Redemptionis Sacramentum, 107). Por tanto, los acólitos instituidos y/o los llamados ministros extraordinarios de la comunión no accedan al Sagrario y menos aun en presencia del sacerdote y en plena celebración eucarística.

Si esto sucede, es un abuso que lamentablemente es consentido por algunos sacerdotes. “El acólito es insti-tuido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdo-te y al diácono. Al él compete principalmente preparar el altar y los vasos sagrados y, si fuere necesario, distri-buir a los fieles la Eucaristía, de la cual es ministro ex-traordinario (Instrucción general del misal romano, 98).

Entonces, que quede claro: normalmente los acólitos y/o los ministros extraordinarios de la comunión ayu-dan a distribuir en casos excepcionales la Eucaristía; pero no pueden, cuando hay un sacerdote celebrando, abrir o cerrar el Sagrario, ni ir a buscar o reservar al final de la comunión las Hostias.

Padre henry Vargas holguínAleteia

Custodiar el tesorode la Eucaristía

Nuestro Señor Jesucristo nos dejó el tesoro de la Eucaristía en la Última Cena, el Jueves Santo. La Iglesia custodia con sumo cuidado ese tesoro. Pero la Iglesia no es una abstracción, una idea; la Iglesia somos todos los bautizados.

SignoyGracia

El Sagrario (I)

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Jeremías 31, 31-34Salmo 50, 3-4. 12-19hebreos 5, 7-9

Juan 12, 20-33:

Entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; estos, acercándose a Felipe, el de Bet-saida de Galilea, le rogaban: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré? Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre”. Entonces vino una voz del cielo: “Lo he glorificado y vol-veré a glorificarlo”. La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: “Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

“Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre”

V Domingo de Cuaresma

luzdelaPalabra

Cristo en el huerto de los olivos. Paul Gaugin.

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laPuntadaReflexiones para náufragos

Hoy la imagen de la misión ad gentes quizá está cambiando: lugares privilegiados deberían ser las grandes ciudades, donde surgen nuevas costumbres y modelos de vida, nuevas formas de cultura, que luego influyen sobre la población. Es verdad que la “opción por los últimos” debe llevar a no olvidar los grupos humanos más marginados y aislados, pero también es verdad que no se pueden evangelizar las personas o los peque-ños grupos descuidando, por así decir, los centros donde nace una humanidad nueva con nuevos modelos de desarrollo.

Juan Pablo IIRedemptoris Missio, núm. 37b.