Filosofía del Arte en Marx - Simón Royo

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  • 8/8/2019 Filosofa del Arte en Marx - Simn Royo

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    Ponencia en Marx Update (artculo, seleccin de textos y bibliografa).

    La Filosofa del Arte en Karl Marx.Simn Royo

    Rebelin

    Abstract

    El anlisis del Arte en relacin con el pensamiento comunista puede servir tanto decaballo de Troya en el marxismo y ser utilizado por sus detractores para minar elrico y complejo legado de Marx, como de punto de reflexin adecuado para unaactualizacin, renovacin y desarrollo de todo ese movimiento y toda esa tradicintan injusta e interesadamente denostada y vilipendiada por el capitalismotriunfante. La aportacin que sigue y que constituye la ponencia inaugural en elCurso Marx Update, celebrado en Madrid entre febrero y marzo de 2005 (con lacolaboracin de la UCM, el Goethe Institute y El Ojo Atmico), pretende servir aese en la actualidad dbil pero constante movimiento de actualizacin, renovacin y

    desarrollo del pensamiento marxista; refutando con la praxis terica la pretensinneoliberal que insiste histricamente en la muerte de Marx. Nos fijaremos entoncesen lo que sigue tanto en la relacin del hombre Karl Marx con el Arte, as como enlas consideraciones del terico de la economa poltica Karl Marx sobre losfenmenos estticos; sacando de ambas investigaciones el ncleo o germen de laesttica marxista posterior y de los motivos de indagacin que han jalonado lasobras posteriores dedicadas al mismo tema y realizadas por la misma escuela depensamiento.

    La ponencia que inmediatamente despus de pronunciada vertimos ahora comoartculo iba acompaada de una serie de materiales, una seleccin de textos msextensa que los citados en el artculo, as como una bibliografa orientativa(adjuntos ambos al final), un aadido cuyo objetivo estribaba en empezar arecorrer, con su ayuda, desde sus orgenes, desde las reflexiones de Marx acerca del

    Arte, el camino de la esttica marxista. Todo ello por supuesto con la intencinasimismo de poder llegar a nuestros das en las subsiguientes conferencias, pero

    salvaguardados de dos extravos complementarios: el de ignorar lo acontecido previamente en el senodel marxismo y el de caer en la simplificacin aviesa neoconservadora del legado marxiano, salvandode ese modo, con la seriedad del estudio y el anlisis crtico, la propaganda superficial y falsaria conla que constantemente nos bombardean los medios de comunicacin de la actualidad.

    I. Una excepcin: condiciones para el desarrollo de la creatividad tericade Karl Marx.

    Karl Marx realiz una tesis doctoral titulada: Diferencia de la filosofa de lanaturaleza en Demcrito y en Epicuro (escrita entre 1839-1841). En ella estudi lasdiferentes concepciones del materialismo en la Grecia antigua y clsica, pero laexpulsin de Bruno Bauer de la docencia universitaria, acusado de atesmo, hizo queMarx renunciase a la idea de dedicarse a la enseanza universitaria. Hubiese sidoMarx un feliz burgus, profesor de universidad del naciente mundo bismarckiano,con slo haberse convertido en hegeliano de derechas, en lugar de hegeliano deizquierdas y haber dedicado su talento terico a apuntalar el sistema de dominacinvigente, entrando en nmina como intelectual orgnico del Estado prusiano. Pero la

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    presin del chantaje econmico, social, ideolgico y moral que cada sociedaddominante ejerce sobre sus individuos no consigui torcer ni doblegar su conviccinde que la tarea del pensador estaba por encima de su propio bienestar particular yque dicha tarea consista -como indico Michel Foucault- en oponerse a la dominacinen todo lugar en el que sta se ejerciese.

    Marx dio mucho ms a la sociedad de lo que recibi de ella, pues pese a que trabajafanosamente siempre -su vasta obra es buena prueba de ello- nunca ganara losuficiente para mantener dignamente a su familia. La penuria, la miseria y lamarginacin, son el elevado premio que las sociedades dominantes en cada pocaotorgan a los intelectuales cuyo compromiso terico y poltico les fuerza a ejercer laoposicin. Marx fue un traidor a su clase social, ya que naci y se form como unburgus para mostrar luego las hipocresas de la clase dominante a la que pertenecapor nacimiento y tomar partido por el socialismo. En una poca de su vida quisotrabajar como vigilante de estacin ferroviaria, labor que pensaba, le permitirallevar adelante sus trabajos intelectuales y sus actividades polticas, pero su solicitudfue rechazada por mala caligrafa, aducindose como motivo de rechazo que su

    letra era ilegible. Durante las tres dcadas que vivir en Londres, deber aceptar,repetidamente, la ayuda de Engels para poder subsistir.

    Durante los aos 50 se agudizara la miseria en la que vivi a menudo la familia Marxque, compuesta en ese momento de seis miembros, vivan en dos habitaciones de laDean Street de Londres. En tal periodo naci su hija Franciska, que muri en mediode unas condiciones de vida lamentables (y tambin habra de morir a lo largo delao 1851 su hijo Edgar), su esposa, Jenny Marx, describir la muerte de su hija untiempo despus, lo que da una imagen de las condiciones de vida en las que seencontraron:

    Estbamos con los otros tres pequeos, y nosotros llorbamos por aqul angelito que yacaa nuestro lado yerto y plido. La muerte de nuestra querida hija acaeci en el periodo dems amarga pobreza. Yo me encamin corriendo a casa de un refugiado francs que vivacerca, y que no haca mucho nos haba visitado. l con gran amabilidad me dio en elmismo momento dos libras esterlinas. Con ellas compr el diminuto atad en el que ahoraduerme en paz mi pobre nia.

    En cuanto pensador que se opuso al sistema dominante de su tiempo el propio Marx(que tiene esto en comn con Nietzsche y con Freud) demuestra y es pruebamanifiesta de que incluso en condiciones desfavorables y a pesar de una sociedad quela impide y dificulta en lugar de promoverla, la labor filosfica es posible, al igual quela artstica. Desde luego que no es imprescindible morirse de hambre para quedarmoralmente incontaminado ya que ha de ser posible aunque sea difcil inserirse en elsistema sin traicionarse y transformarlo quiz desde dentro. El escritor ha de ganarsela vida para poder vivir y escribir, pero no debe en ningn caso vivir y escribir paraganar dinero y prebendas del sistema. En esa dialctica entre la participacin en elpoder y la actuacin al margen de las instituciones vigentes, Marx hubo de optar porel trabajo desde fuera, en el afuera, en los entonces estrechos mrgenes y en lascondiciones desfavorables del socialismo emergente.

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    Cunto ms posible no sera el arte y el pensamiento si se lograse instaurar unasociedad en la que las condiciones para el desarrollo completo y para la manifestacinlibre de la creatividad estuviesen aseguradas, fuesen la norma y no la excepcin. Talcosa resulta totalmente imposible desde la aceptacin del capitalismo y sin lamodificacin de la economa de expropiacin y explotacin bajo la que vivimos hoyen da.

    Cuando las condiciones son desfavorables, sometidas al azar de la diosa Fortuna o aldescarnado proceso de mercantilizacin del Capital -que no es lo mismo- incluso lasnaturalezas ms fuertes y formadas en la cultura ms excelsa perecen, pues ante ungran infortunio no hay virtud humana que resista. Nuestra sociedad desperdicia yvampiriza las energas ajenas y no son los vivos sino los muertos vivientes quienes entales condiciones prevalecen.

    Resulta ingenuo pensar que se puede oponer alguien al sistema dominante y no pagarpor ello, ya que cualquier sistema dominante castiga duramente la inconformidad, larebelin, la revolucin y la contestacin. Es a pesar de ello que sigue vivo el

    pensamiento marxista y constituye ya la sola realizacin de este Curso una refutacinde la tesis neoconservadora de la muerte de Marx.

    Dadas las duras condiciones en las que Marx desarrollo su creatividad terica ytrabajo a lo largo de su vida podemos considerar su obra como un milagro deexcepcin, surgida a pesar de todos los inconvenientes y en contra de todo loestablecido. Algn da se pensar y crear gracias a una sociedad que promueva elpensamiento y el arte, como en la Cuba actual y en los antiguos pases del Este, sinsacrificios de ninguna libertad ni censuras de ningn tipo. De momento, en elcapitalismo, slo se produce lo que vale como valor de cambio y lo que ordenainstrumentalmente el mercado, muriendo de inanicin todo pensador y todo artista

    que no se venda y se prostituya a las ordenes del dinero.

    II. Situacin de Marx en relacin con la esttica: desde los inicios de sureflexin y desde la actualidad.

    Las grandes aportaciones tericas de Marx surgieron de sus estudios del pensamientode Hegel y de sus estudios de economa poltica, pero Marx fue un hombre muy culto,de saber enciclopdico, con una buena educacin clsica, lector de Shakespeare o deCervantes en sus lenguas originales y cuyas fuentes se prolongan a muchas reas delsaber y la cultura. En Marx no hay una Filosofa del Arte si por tal entendemos untratado sistemtico de Esttica, no existe tal tratado, pero de las bases tericas

    asentadas en su pensamiento s que surgira una esttica marxista y se llegarn acomponer esos tratados que l no lleg a realizar. As, para estudiar el lugar del Arteen la Obra de Marx y poder seguir luego las consecuencias tericas de esa tpica,habremos de buscar aquellos lugares en los que, sin ser ese el objeto focalizado de suestudio, nuestro pensador manifest sus consideraciones sobre el Arte.

    Como ya hemos sealado el fundador del marxismo nunca dej una exposicinsistemtica de sus ideas sobre el arte y no hay por tanto una Filosofa del Arte en elsentido sistemtico de la expresin en Karl Marx, pero eso no significa que a partir

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    de su quehacer terico no se pueda rastrear, extraer y discutir una serie de ideasestticas consecuentes con su sistema de pensamiento. En las Obras y Cartas de Marxes donde se encuentran las observaciones y reflexiones sobre la cultura y el arte,siendo su conjunto el que conforma el bloque de las ideas estticas de Marx, quevendrn a conformar una parte activa de su filosofa revolucionaria. Los temas delArte en relacin con la ideologa y a la superestructura, de la literatura como reflejo ydescripcin de las relaciones sociales o como escapismo y sublimacin imaginaria,junto a la predileccin por el realismo social como contenido para una literatura y unarte socialistas y revolucionarios, estn ya en Marx perfectamente perfilados.

    Es el Marx poeta y clasicista el que se encuentra a la base del Marx terico de laeconoma poltica. La antinomia entre el hecho del arte y las condiciones favorables odesfavorables para su florecimiento, en el sentido del surgimiento artstico en mediosdesfavorables, se resolver en su proposicin no parcial, elitista o puntual, sino en laexigencia de generalizar los bienes humanos (y no cabe duda de que el Arte es uno deellos) a toda la humanidad en su totalidad. La reflexin sobre las condiciones deposibilidad del comunismo coincide, punto por punto, con la reflexin sobre las

    condiciones de posibilidad del desarrollo y expresin de la creatividad de los sereshumanos en su totalidad; ya que sin una base material que garantice la vida de losindividuos los goces de la produccin y la recepcin artstica permanecen arruinadoso imposibilitados para la mayor parte de los hombres.

    Incluso un burgus como Kant a pesar de su universalismo mentiroso ya indicaba ensu Crtica del Juicio y coincida en eso con Marx que con hambre no hay sentidoesttico del gusto y que para la captacin de lo sublime es necesaria cierta cultura.

    Hay una estrecha relacin entre los pensadores de la llamada hermenutica de lasospecha, Marx, Nietzsche y Freud, relacin a partir de la cual se ha subvertido en

    cierta medida la oposicin dicotmica entre Modernidad y Postmodernidad,oposicin que se retrotrae al enfrentamiento decimonnico entre la Ilustracin y elRomanticismo. Marx fue un pensador ilustrado que asumi la creencia en lalinealidad progresiva del tiempo histrico y que se opuso a la corriente romntica enaquellos lugares en los que las ideologas centraron las batallas intelectuales del sigloXIX. Ese es el motivo de que el Arte supusiese una apora para su quehacer terico yfuese tratado con ambigedad, pero tambin lo que marcara la direccin de laesttica marxista hacia el realismo social y su crtica de la cultura y del arte escapista,de evasin y sublimacin, cuando no meramente reflejo del capitalismo triunfante,complacencia o lavado de cara de la sociedad dominante y peor an, militante acto demodelamiento de la conciencia, produccin de la subjetividad y dominio ideolgico.

    Con el psicoanlisis de Freud y la esttica de Nietzsche, Marx compartir, en primerlugar el sueo de una sociedad sin clases y en el segundo, lo que pudiera denominarseuna justificacin esttica de la existencia en el gusto por batirse en batallas perdidas,pues la militancia por el comunismo, entendido como la forma ms justa deexistencia colectiva y, por tanto, como la ms bella, era en su tiempo como lo esahora, la exigencia de sumarse a la lucha de los dominados contra los dominadores,de los dbiles y sometidos contra los fuertes y los sometedores. La socializacin de lasfuerzas productivas no poda quedarse en un sueo esteticista sino que haba de ser

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    puesta en prctica, sumndosele una exigencia tica, con todos los riesgos, errores yfracasos que pudiera entraar el intento. As vemos en el ms joven Marx,compositor de poemas, como el sueo de algo mejor, premonicin de la toma delpalacio de invierno, cobra sentido y va tomando forma:

    "Envuelto audaz en vestiduras de fuegoiluminado el orgulloso corazn,dominante, libre de yugo y atadura,avanzo a paso firme por amplios salones,arrojo ante tu faz el dolor,y como rbol de la vida nacen los sueos!"(Soneto final a Jehnny, 1837).

    Los estudios del joven Marx sobre Epicuro no slo estuvieron encaminados atransitar por el materialismo antiguo, sino que acogen la filosofa hedonista quesuea con un jardn posible, ms lejos del quimrico paraso bblico y ms cerca delas autnticas satisfacciones terrenales; aunque el monotesmo secularizado de Hegel

    se mostrase luego ms difcil de rebasar de lo que se pudiera pensar. En este sentidoel sueo precede al olvido y es necesario un proceso de anamnesis para recuperar lamemoria.

    La condena facilona del socialismo real y algunas de las polticas nefastas de laextinta URSS desterraron al marxismo a una especie de olvido, cuando no rechazo,pero ya no existe la rmora sovitica que llev a la crisis de la izquierda en los aos 60y que dur hasta la cada del muro de Berln y ahora, en el siglo XXI, se puede volvera ser comunista sin que haya ningn reparo, pues ya no implica estar conforme conla poltica de una superpotencia enfrentada a los Estados Unidos y a Europa. Lascosas han cambiado tanto que es muy posible que un espectro vuelva a recorrer

    Europa, motivo de gran miedo por parte de los explotadores, del neofascismoneoliberal reinante, de un miedo reflejado en la constante insistencia en que Marxest muerto. Y efectivamente, Marx est tan muerto como Platn o Eucldes, pero lageometra de las ideas que sus quehaceres tericos legaron a la humanidad no puedemorir nunca, sino a lo sumo, como ocurri con la geometra eucldea, lo que podrocurrir es que se enriquezca y perfile como un caso particular y fundamental dentrode las geometras no-eucldeas. Lo mismo habr que decir dentro de no mucho, si esque no pudiera decirse ya, del marxismo de Marx respecto del postmarxismo actualeuropeo o del marxismo latinoamericano.

    En esa direccin, en tal camino y andadura intelectual, tras el empeo de asentar elpensamiento de Marx sobre el pensar revolucionario de Spinoza alejndolo as de lasmalas influencias de Hegel, tras los trabajos de la Escuela de Frankfurt o el llamadofreudomarxismo, el pensamiento de Marx acab siendo vinculndolo alestructuralismo francs de los aos 60 por obra de Althusser. Con ello se aproximabaa ese movimiento que rescataba a Nietzsche de manos del fascismo y empujaba alpsicoanlisis a una nueva era. Llegara luego el momento, que quizs an no hacalado suficientemente, de vincular la economa de Marx tanto con la esttica deNietzsche renovada por Heidegger como con el psicoanlisis de Freud renovado porLacan. Y as, de mixturas semejantes, es que surgir buena parte del pensamiento

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    contemporneo. Sin ellas no se podra explicar el lugar del marxismo dentro de lo quese ha venido a llamar postmodernidad y ni siquiera se podrn discutir las derivasreaccionarias de la propia postmodernidad de las que el marxismo clsico suele serantdoto, y se seguir descalificando, a causa de esa gran ignorancia, todopensamiento de orientacin e inspiracin marxista, como la nocin capitalista delstalinismo narra sin cesar, como macrorelato y metarrelato sobre un sistematotalitario que hay que rechazar contado por un sistema totalitario que se quiereocultar. El capitalismo realiza el Gran Relato lyotardiano de la muerte del marxismopara ocultar que asistimos y nos enfrentamos a la dominacin ms aterradora de lahistoria de la humanidad, a la Globalizacin Capitalista, vendiendo como si fuese unprogreso el cuento fukuyamesco del fin de la Historia.

    Hay que tener en cuenta que cuando Marx comienza su andadura intelectual lareflexin filosfica de inspiracin socialista se apartaba paulatinamente de laliteratura y del arte y se centraba en la economa poltica y en las apremiantescuestiones sociales del momento. No obstante el siglo XVIII haba dejado lascategoras de lo bello y lo sublime que desde Burke a Kant, retomando un tema

    clsico del Pseudo-Longino inspirara el pensamiento esttico del siglo XIX, eje delromanticismo. As, tras polmicas estticas especiales como el papel del genio en lacreacin de la obra de arte o el juicio esttico universal propio del sentido comn, seescondieron e involucraron las cuestiones sociopolticas del mundo burgus nacido dela Revolucin francesa.

    Marx ver en lo sublime una metfora de lo colosal, lo desmedido, de la imposicinde lo grande como en la pirmide egipcia o la catedral gtica, en consonancia con loque Heidegger llamara el gigantismo de las grandes autopistas o los enormesrascacielos y precediendo con ello a la crtica del arte totalitario y grandioso delnazismo y, paradjicamente, del estalinismo. En la hybris de lo colosal vera Marx la

    desmedida e ilimitada acumulacin de Capital en su manifestacin esttica. Pero lostitanes fueron derrocados por los olmpicos y eso titnico, grandioso pero informe,que anima lo dionisaco y lo telrico, ms tiene que ver con el fondo indmito ylibertario de los individuos y de los pueblos, ms tiene que ver con lo prometico, conel titn filntropo, que con esas colosales formas cuya misin es empequeecer yhacer desaparecer la potencia humana. La produccin capitalista no slo es colosalsino que adems es vamprica, empequeece y quita las fuerzas a los hombres. Poreso dir Marx que:

    "la produccin capitalista es hostil a ciertas ramas de la produccin intelectual, como elarte y la poesa" (Marx Teoras sobre la plusvala I).

    Marx dej establecido que bajo las condiciones capitalistas de produccin tambin elarte deviene mercanca y las realizaciones artsticas acaban convertidas en parte de laindustria de la cultura y del consumo del espectculo, cuando no en parte activa de lacreacin de subjetividades adaptadas a la explotacin para que no la vivan como tal.

    Hegel consideraba la libertad poltica del ciudadano griego como condicin deposibilidad del excelso arte griego y vea en la descomposicin de la democraciagriega el declive y la decadencia de tan elevada cima esttica, pero a Marx no le

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    bastaba con el programa ilustrado de la libertad poltica y quiso poner de manifiestoque sin igualdad econmica la libertad poltica poco valor tiene y es ms un engaoque una realidad. Y efectivamente, la izquierda hegeliana recogera las tesis sobreGrecia de Hegel llevndolas ms all, la libertad poltica de los ciudadanos de lasrepblicas griegas estara relacionada con la perfeccin de su arte, pero con elcristianismo se perdera esa libertad limitada y restringida de los antiguos y el arteentrara en un estadio de decadencia y tosquedad.

    A Marx ms adelante, ya en los Grundrisse, le parecer sta una tesis un tantoidealista, problemtica e incoherente con el materialismo histrico, motivo, comoveremos, de que su salida del atolladero del desarrollo desigual entre las formasartsticas y los modos de produccin no pasase por el abandono del determinismoprogresista que entraaba el materialismo histrico sino declarando que la perfeccindel arte griego no era tan elevada como se presume y que se debi ms que a lalibertad de los ciudadanos a la ingenuidad y pureza propia de unos nios que carecende una larga Historia que los lastre y condicione.

    Ya la Esttica de Hegel consideraba al Estado cristiano y a la sociedad burguesacomo desfavorables para la creacin artstica, motivo de que la muerte del Arte fuesefinalmente una exigencia del Estado absoluto. Pero con la inversin marxiana deHegel se puede arribar a la conclusin contraria y declarar que la muerte del Estadoabsoluto es la que exige la vida del Arte.

    En el panfleto satrico e irnico de Bruno Bauer con colaboracin del joven Marxtitulado: "La teora de Hegel sobre la religin y el arte desde el punto de vista de lafe" (1842) la izquierda hegeliana defender la "forma" clsica frente al egosmo de"contenido" moderno y cristiano lleno de intereses y supersticiones. En los extractosque quedan de los libros consultados por Marx para un trabajo de esa misma poca

    que preparaba sobre el arte cristiano se tiene ya como patria del arte a la vida socialorgnica y se considera que la opresin y el terror, la servidumbre y el despotismo,necesitan de lo feo y lo hostil al arte para extender su dominio. La "forma" clsicaimplica la relacin terica, desinteresada, con el objeto de estudio, mientras que laadoracin del "contenido", de la materia entendida espiritualmente mediante laidentificacin de lo divino con el objeto-fetiche, implica la relacin interesada delconsumo. En la poesa y el arte griegos la izquierda hegeliana vio un ejemplo de lafuerza productiva humana que crea formas all donde el egosmo de lascosmovisiones religiosas slo aprecia contenidos aptos para la rapia de la naturalezapor mediacin del nacisismo proyectado.

    Marx sacar del trabajo de De Brosses (titulado "Sobre el sueo de los diosesfetichistas" 1785) que ley en 1842 las ideas fundamentales que animarn su reflexinsobre el "fetichismo de la mercanca", el aura maligna que a diferencia de la queBenjamin experimentara como perdida, rodeara todo valor de cambio. Delanimismo de las sociedades prehistricas heredar la Historia el culto al fetiche. Laesencia fetichista de la religin residir en la adoracin de unos objetos a los que seles ha transmitido y en los que se ha proyectado las particularidades humanas msexcelsas hiperblicamente destacadas. El dinero, en cuanto capital, en cuantoexpresin abstracta en papel moneda de lo todopoderoso, se transforma en el fetiche

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    absoluto, en el objeto de adoracin del monotesmo del mercado. Freud entroncarcon ello al poner de manifiesto como en los estados de depresin o melancola losobjetos, como impregnados de emotividad, herirn la sensibilidad siendo portadoresde asociaciones de ideas. Y Nietzsche intentar una resolucin de la dialctica entre laforma y el contenido al afirmar que se es artista cuando se experimenta la formacomo contenido.

    A partir de 1843 Marx comienza a abandonar ciertas ideas que comparte con elromanticismo, justo cuando el liberalismo emergente vino a coaligarse con dichomovimiento frente a los seguidores de la Revolucin francesa. No obstante, tanto elpoeta Herder con su militante atesmo, como el propio Richard Wagner con suapologa de la revolucin de 1848, demuestran que los cruces son complejos y que nose puede seriamente establecer dicotomas maniqueas. Ser el romanticismo poltico,en su vertiente liberal tanto como en su vertiente nostlgica y anacrnica, junto a lacensura prusiana, el gran enemigo del Marx periodista de la Gaceta Renana; elreferente polmico principal de la lucha por la libertad de prensa y contra lajerarquizacin y manipulacin de la informacin pblica.

    "Si un alemn lanza una ojeada hacia atrs sobre su historia, descubrir que una de lascausas principales de la lentitud de su desarrollo poltico, as como del estado miserable dela literatura antes de Lessing, incumbe a los escritores autorizados. Los eruditosprofesionales, patentados, privilegiados, los doctores y otros pontfices, los escritores deuniversidad sin carcter de los siglos XVII y XVIII, con sus pelucas radas y su pedanteradistinguida y sus disertaciones microscpicas, se interpusieron entre el pueblo y el espritu,entre la vida y la ciencia, entre la libertad y el hombre. Son los escritores no autorizadoslos que han creado nuestra literatura". (Marx Nueva Gaceta Renana, "Debates sobre lalibertad de prensa", 1842).

    El artculo de Lenin de 1905 "La organizacin del partido y la literatura de partido"nos da la pauta contraria al camino del joven Marx, ya que si en l se defiende el artemilitante y para mantenerlo libre de las determinaciones y exigencias del mercado yde la ideologa de las lites burguesas se propone su proteccin estatal y de partido,esto es correcto siempre que no se gobierne, puesto que la literatura de partido si estealcanza el poder ser convierte en el arte oficial del rgimen o en la prensa oficial deun rgimen. El Estado habra de soportar entonces el subvencionar un arte y unaliteratura plural, admitiendo todas las ideologas, pero bajo el capitalismo la prensase supedita al capital privado que la compra y la vende en el mercado.

    Marx escribe en la Gaceta Renana que la prensa y la intervencin pblica, como msadelante dir Althusser de la filosofa o bien pudiramos decir del arte, constituye unespacio de lucha de clases en la teora:

    "Todo objeto, sea incluido en la prensa con alabanza o reproche, se convierte en un objetoliterario, es decir, un objeto de discusin literaria. Esto es, precisamente, lo que convierte ala prensa en la palanca ms poderosa de la cultura y de la formacin intelectual popular,porque transforma la lucha material en una lucha ideal, la lucha de la carne y de la sangreen una lucha intelectual, la lucha de las necesidades, de la avaricia, del empirismo, en una

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    lucha de la teora, de la razn, de la forma" (MarxNueva Gaceta Renana, 1842, MEGA,Tomo I).

    De ah que en nuestro tiempo Alain Badiou siguiendo la estela foucaultiana segn lacual est claro que los discursos inciden en la transformacin y configuracin de larealidad, dijese que "las ideas existen y tienen poder".

    Hoy est claro que toda la prensa, la literatura o el arte es de partido o bien estideolgicamente determinada y comprada por el capital. Para subvertir este puntohabra que crear espacios pblicos en los que no se pida al artista adhesionesinquebrantables sino produccin y despliegue de su creatividad, pero en el mercadose soborna con el salario y el despido y en el Estado con su ideologa oficial, que es ladel que gobierna.

    El ltimo captulo del Tratado teolgico-poltico de Spinoza se titula: En el que sehace ver que en un Estado libre es lcito a cada uno, no slo pensar lo que quiera, sinodecir aquello que piensa. De ah que no slo la censura gubernamental, cuando ha

    existido, sino sobre todo la censura capitalista ejercida mediante el monopolio de lainformacin por las grandes corporaciones mediticas nos quita la libertad de hablary de escribir, e incluso llega a arrebatarnos -con stas- tambin la libertad de pensar,como indicaba ya Kant:

    Es cierto que se dice que un poder superior puede quitarnos la libertad de hablaro de escribir, pero que nopuede despojarnos en modo alguno de la libertad de pensar. Sin embargo, hasta qu punto y con qucorreccin pensaramos si no pensramos, por decirlo as, en comunidad con otros a los que comunicarnosotros nuestros pensamientos y ellos los suyos a nosotros? Por tanto, bien se puede decir que ese poderexterno que arrebata a los hombres la libertad de comunicar pblicamente sus pensamientos les quitatambin la libertad de pensar (Kant Qu significa orientarse en el pensamiento? (1786). UniversidadComplutense de Madrid, 1995, p.23).

    Hace ya aos que Felipe Martinez Marzoa nos explic a muchos que el liberalismopoltico se equivoc al pretender que la declaracin formal de la libertad depensamiento pudiera bastar a la democracia, ya que sin los medios materiales paraque todo ciudadano pueda expresarse pblicamente, la idea de libertad de prensanunca se materializa:

    La libertad de prensa. Qu quiere decir esto?; puede querer decir dos cosas: a) la libertad que tiene laprensa (es decir: los propietarios de los medios de prensa y los profesionales por ellos contratados) parapublicar aquello que quieran, y b) la libertad que todos los ciudadanos tienen de utilizar la imprenta(combinada con otros medios de comunicacin) para comunicar sus puntos de vista a los dems y, lo que eslo mismo, el derecho de todo ciudadano a conocer los puntos de vista de otros ciudadanos por los medios decomunicacin de que se disponga (Felipe Martnez Marzoa De la revolucin. Alberto Editor. Vigo

    1976, pp.84-85).

    El primer punto incluye la libertad de censura, de omisin de la informacin o detergiversacin de la informacin, ejercida por las corporaciones mediticas privadasen la actualidad. El segundo punto implica, por el contrario, una contracensura, queno habr de significar un monopolio estatal de una informacin nica, sino, ms bien,una proteccin estatal de la pluralidad de las informaciones.

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    Slo una subvencin abierta y a fondo perdido como la que ha podido llegar a existiren las universidades pblicas para la investigacin y creacin esttica, cada vez msminoritaria y cada vez ms determinada por el grupo de presin que la solicita, hapodido ofrecer, junto a la libertad de ctedra y la inexistencia de la amenaza dedespido, un cierto refugio para el arte y el pensamiento libres. De ah que no slobaste el deseo de pensar y crear libremente sino que hayan de darse las condicionesmateriales para ello.

    El Romanticismo procuraba el distanciamiento de la sociedad y la poltica, laretirada en el arte, la sublimacin, el cultivo del arte por el arte, y rechazaba enmuchas de sus vetas cualquier mezcla de lo esttico y lo poltico; pero no resulta tanfcil escapar a las determinaciones econmicas y polticas que puedan envolver alarte.

    La crtica de Marx al Romanticismo ir unida a la crtica ilustrada de la religin y ala oposicin al influjo que las ilusiones, imgenes fantsticas y ficciones, con las quese encadenara a los hombres en lugar de lograr su libertad. Como Platn en su

    Repblica, Marx distinguir entre las imgenes y ficciones liberadoras, socialmenteeducativas y promotoras del desarrollo humano y las imgenes y ficcionesencadenantes y obnubilantes. Lo maravilloso y lo mstico como elementosextraordinarios seran utilizados por la reaccin para atentar contra esa esenciacomn del hombre que residira en la razn. Slo por una irona histrica su crticadel Romanticismo, contempornea de su lucha por la libertad de prensa, derivara encensura y se transformara en la expulsin platnica de los poetas consideradosnocivos de la repblica sovitica.

    Ciertamente tras el culto al genio de Carlyle, combatido fieramente por Marx, seesconda la defensa liberal-romntica de la nueva aristocracia industrial, surgiendo el

    empresario como nuevo hroe y como genio de la nueva poca. Pero la defensa delindividuo no como tomo consumista sino como singularidad creativa quedabarelegada por las consideraciones colectivas, con fatales consecuencias para laposteridad. La herencia de Hegel a la que podramos contraponer una observacin deBertrand Russell es en esto tambin decisiva, ya que si bien la Historia la hacen loshombres colectivamente, y a la vez que la construyen, queda determinada por esasestructuras construidas por ellos y devenidas autnomas de su voluntad, entre ambosmovimientos, tambin hay individuos que, para bien o para mal -segn acten paradominar y adquieran un culto a la personalidad o acten para no ser dominados ypromuevan la liberacin de los otros- toman en un determinado momento un papelimportante en el devenir histrico.

    En esa direccin pero sealando a un individuo nocivo para la historia de lahumanidad se expresaba Bertrand Russell al principio de su excelente libroLibertad y Organizacin (publicado en 1934 y traducido en 1936 al espaol por elpoeta Len Felipe) al decir ya en el Prefacio que: Yo no creo que si Bismarck sehubiese muerto de nio la historia de Europa durante los ltimos setenta aos hubiese sidoexactamente igual a como ha sido. Por el contrario Hegel deca ya al final de suPrlogo a la Fenomenologa del Espritu que: la actividad que al individuo lecorresponde en la obra total del espritu slo puede ser mnima. Hegel se equivocaba

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    respecto a la obra del espritu, el papel de cada individuo sin entrar en contradiccincon su insercin en la colectividad puede ser bastante ms importante y el culto algenio del romanticismo tiene fcil recepcin con tal de considerar a todaindividualidad plena en capacidades creativas y constructivas, democratizando eseculto a la excelencia de unos pocos mediante un elogio a las excelencia de cada serhumano, sin excepcin.

    A pesar del individualismo neoliberal de tomos mediocres y consumistas queconsagran sus existencias a alimentar con su trabajo la mquina de la plusvala,junto a la accin conjunta de los pueblos nacionales y las multitudes revolucionarias,existen individuos que inciden no poco en la obra total de la Historia y todoshabremos de ser considerados as, en cuanto posibilidades. Para superar esacontradiccin entre lo individual y lo colectivo es que en nuestra contemporaneidadse ha gestado el concepto de "multitud de singularidades" en el cual no habra yaoposicin entre el primer trmino y el segundo, quedando armonizados lo individualy lo colectivo.

    Sin embargo en relacin con los intelectuales la polmica sobre la accin intelectualindividual y la accin colectiva o de partido tuvo un hito en la Gaceta Renana de1842, cuando dos poetas se enfrentaron como paladines de la cuestin.

    De un lado el poeta Feiligrath escribi unos versos en los que deca que:

    "El poeta se encuentra en una atalaya ms elevadaque la azotea del partido".

    A lo que respondi muy acertadamente otro poeta, Heinzen:

    "El poeta se encuentra en una atalaya ms elevadaque la azotea del partidomas sin vergenza se agarra al estandartede la... polica"

    Y con ello entramos en un tema que difcilmente se puede dar por zanjado en laactualidad con el simple expediente de forjar un concepto postdialectico y no binariocomo el mentado ya de "multitud de singularidades", porque unas veces tendrrazn el primer poeta y otras veces el segundo, dependiendo del contexto en el que secelebre la disputa. En el contexto de Marx era cierto que el que peda libertad deexpresin en el seno de una lucha poltica acababa llamando a la polica ydenuncindolos a todos, pues se enfrentaban al poder, mientras que en el contexto dela Unin sovitica la literatura de partido lleg a ser una inaceptable opresin de lascreatividades individuales, siendo ellos la polica. Todava hoy suele ocurrir quecuando alguien dice que slo se gua por la razn y no sigue ninguna ideologa, da latriste casualidad de que todos sus argumentos, supuestamente tan racionales resultanser los de la derecha ms rancia y si se les reprueba su consciente o inconscienteestratagema, acaban llamando a la polica; pues estn bien del lado del poder.

    III. La alienacin de los sentidos por la expropiacin capitalista.

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    Frente a los hermanos Bauer y su "esttica especulativa" Marx en La SagradaFamilia reivindicar el mbito de la sensibilidad mediante una teora de la novelaimplcita en sus comentarios crticos a la obra predilecta de lo Bauer: "Los misteriosde Pars" de Eugne Sue. Aqu se puede apreciar como en el propio Marx estn lasbases del "realismo social" y de la crtica de la ideologa contenida en la novelaburguesa. A diferencia de la obra preferida de los Bauer, para Marx, eran obrascomo "El sobrino de Rameau" de Diderot, junto a las novelas de Balzac, las querepresentaban la literatura que apreciaba y pona como ejemplar, pues vea en ellatanto descripciones de la incipiente explotacin capitalista como ideologas muydistintas a las burguesas y ms afines a las socialistas.

    Esto ha generado la confusin entre forma y contenido ya que si el contenido de unaobra puede ser burgus, proletario, feminista o cristiano, la forma de una obrasiempre es una estructura teortica carente de ideologa, si bien resulta a menudodifcil discernir entre ambas, toda suerte que forma y contenido se acaban fundiendoy entrelazando al mismo tiempo.

    Todos los aspectos de la actividad social de los hombres estn determinados en ciertamedida por el desarrollo de su produccin y reproduccin material y as sucedetambin en la creacin artstica, igualmente condicionada, por el desarrollo histricode la sociedad. Pero se da siempre en este proceso un mecanismo deretroalimentacin mediante el cual el arte y el pensamiento surgidos en un contextohistrico preciso y determinados por unas condiciones materiales de gestacin puedendevenir en cierta medida autnomos, y a su vez, determinantes de las condiciones deexistencia:

    "a) El desarrollo poltico, jurdico, filosfico, religioso, literario, artstico, etc., descansa en

    el desarrollo econmico. Pero todos ellos repercuten tambin los unos sobre los otros ysobre su base econmica. No es que la situacin econmica sea la causa, lo nico activo, ytodo lo dems efectos puramente pasivos. Hay [531] un juego de acciones y reacciones,sobre la base de la necesidad econmica, que se impone siempre, en ltima instancia"(Carta de Engels a W.Borgius. Londres 25 de enero de 1894).

    Lo econmico en el sentido de lo material, esto es, la sensibilidad -que no la razn- eslo determinante en ltima instancia. A diferencia de Hegel, que vea la razn de ladecadencia del arte, en su carcter sensorial, Marx ver las causas de este fenmenoen las condiciones desfavorables y defender el derecho de los sentidos a desarrollarse(de una manera no tan lejana a la que en el Romanticismo propusiera la operawagneriana como obra de arte total, idea despus retomada por el cine, en cuanto artedirigido a todos los sentidos) tanto como el derecho de la razn a ejercitarse:

    "Por otra parte, desde el punto de vista subjetivo: el sentido musical del hombre no sedespert ms que por la msica; la ms bella msica no tiene ningn sentido para el odono musical; no es un objeto para l. Es por ello que los sentidos del hombre social sondiferentes de los del hombre que vive en sociedad. Slo por el despliegue objetivo de lariqueza del ser humano, la riqueza de los sentidos humanos subjetivos deviene odomusical, un ojo sensible a la belleza de las formas, en una palabra, devienen los sentidos

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    ciencias y las artes y Heidegger en sus Sendas perdidas, que el progreso tcnicopudiendo ser un bien para la humanidad, sin embargo, no conlleva necesariamenteun progreso humano, sino que bien puede emplearse para la esclavitud en lugar depara la liberacin. Lasfuerzas productivas se convierten bajo el capitalismo enfuerzasdestructivas y donde haba algo acaban consumiendo todo y dejando el desierto.

    La tcnica expropiada a la humanidad no es un medio de liberacin sino un medio dedominacin, motivo de que Marx en El Capital sealase la misma consideracinaristotlica que su yerno Paul Lafargue enEl derecho a la pereza:

    "De ah la paradoja econmica de que el medio ms poderoso para reducir el tiempo detrabajo se trastrueque en el medio ms infalible de transformar todo el tiempo vital delobrero y de su familia en tiempo de trabajo disponible para la valorizacin del capital. "Sitodas las herramientas", soaba Aristteles, el ms grande pensador de la Antigedad,"obedeciendo nuestras rdenes o presintindolas, pudieran ejecutar la tarea que lescorresponde, al igual que los artefactos de Ddalo, que se movan por s mismos, o lostrpodes de Hefesto, que se dirigan por propia iniciativa al trabajo sagrado; si las

    lanzaderas tejieran por s mismas [...], ni el maestro artesano necesitara ayudantes ni elseor esclavos". Y Antpatro, poeta griego de la poca de Cicern, salud la invencin delmolino hidrulico para la molienda del trigo, esa forma elemental de toda la maquinariaproductiva, como liberadora de las esclavas y fundadora de la edad de oro!" (Karl MarxEl Capital. Libro I. Cap.XIII: Maquinaria y gran industria. 3) Efectos inmediatos quela industria ejerce sobre el obrero. b) Prolongacin de la jornada laboral).

    (A este respecto ltimo remitimos a nuestro artculo, reseado en la documentacinaportada al final, que lleva por ttulo: La sociedad capitalista como negacin delOcio, en el que se trata del trnsito desde el reino de la necesidad al reino de lalibertad).

    IV. La anomala esttica en el materialismo histrico.

    Ya en los Grudrisse (1859) Marx se encontrar con el problema de explicar una seriede desigualdades entre los modos de produccin y sus respectivas manifestacionessocio-culturales detenindose a comentar en el caso del arte, el problema de explicarla perfeccin del arte griego. El programa que Marx se marc explicar y resolverpero que nunca lleg a elaborar sistemticamente daba mayor importancia a laexplicacin del desarrollo del derecho romano antes que el del arte griego, pero en esemomento se centrara en lo segundo:

    "6)La relacin desigual entre el desarrollo de la produccin material y el desarrollo, porejemplo, artstico. En general, el concepto de progreso no debe ser aprehendido en laabstraccin usual. Con respecto al arte, etc., esta desproporcin no es tan importante ni tandifcil de aprehender como dentro de las propias relaciones prctico-sociales. Por ejemplo,de la educacin. (...). Pero el punto realmente difcil que ha de ser discutido aqu es, sinembargo, el de cmo las relaciones de produccin en cuanto relaciones jurdicas tienen undesarrollo desigual. Por ejemplo, la relacin del derecho privado romano (en el derechopenal y pblico esto ocurre en mucho menor medida) con la produccin moderna" (KarlMarx Grundrisse, Introduccin, 1859).

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    No nos interesa aqu el caso jurdico que habr de ser analizado en otro momento yotra parte, sino el desajuste esttico y es precisamente en ste en el que Marx sedetiene al principio de su ltima obra citada. Al tomar como ejemplo el arte griegoclsico y las obras de Shakespeare para establecer una comparacin, problemticapara el progreso que entraaba su concepcin del materialismo histrico, Marx secentra en el gnero literario por excelencia en la antigedad, retomado porShakespeare, el gnero trgico. La tragedia es, de entre el conjunto de los gnerosliterarios heredados de Grecia, la que ilustra en mayor medida la paradoja generalque acabamos de citar, concretada a propsito del arte griego en general y de laepopeya en particular.

    Los productos del arte de acuerdo con el materialismo histrico al igual quecualquier otro producto social, habrn de ir unidos a determinados modos deproduccin y a un determinado contexto histrico. Pero entonces se vuelveproblemtico el explicar la permanencia a lo largo del tiempo de productos que segestaron en un determinado momento de la historia y bajo unas determinadas

    formas de produccin, como los de la tragedia (y otras artes):

    Cmo explicar que permanezcan vivos, que sigan hablndonos cuando las formas de vida social se hantransformado a todos los niveles y las condiciones necesarias a su creacin se han desvanecido? Dicho deotro modo cmo se puede afirmar el carcter histrico de las obras y del gnero trgico cuando se constatasu permanencia a travs de los siglos, su transhistoricidad? (Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-NaquetMito y tragedia en la Grecia antigua. Volumen II. Editorial Taurus. Madrid 1989. IV: El sujetotrgico: historicidad y transhistoricidad, p.85).

    Lo clsico no slo contina proporcionando placer esttico sino que adems sirvecomo modelo y norma para la realizacin de lo nuevo.

    Marx no se ocup nunca de realizar una teora esttica, no hizo una esttica marxista,sino que se le present el problema ocasionalmente y no supo ni pudo, ni era suinters primordial, el resolverlo. Resulta tan ingenuo el pedir a Marx una teoraesttica acabada como pedirle una teora fsica o una teora sobre la irona, y losalegatos en ese sentido parten de quienes toman un sistema filosfico como unaexplicacin de la totalidad de los fenmenos en lugar de como una investigacinteortica de una parcela particular de lo real. De lo que se ocup Marx y se ocupmuy bien, fue de desvelar la estructura econmica de la sociedad contempornea,nada ms, y nada menos. Marx plantea el problema de pasada. El arte no es suobjetivo. En los Grundrisse tan slo pretende sealar que existe una relacindesigual entre el desarrollo general de la sociedad, la expansin de la produccinmaterial, la sucesin de los diversos modos de produccin y la historia del arte. Lasformas ms elevadas del arte han podido nacer en sociedades muy poco desarrolladaslo que supone una apora para el materialismo histrico que habr que responder.

    Para salir del paso al problema Marx responde acudiendo a la ideologa propia de sutiempo, segn la cual, Grecia sera la infancia de la humanidad. Hoy ya nadieaceptara semejante progresismo, pero en la poca de Marx se asuma que eldesarrollo de la colectividad era paralelo al desarrollo individual, de modo querespecto a la infancia que constituyera Grecia se nos dice:

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    Por qu la infancia histrica de la humanidad, all donde se ha desarrollado de la formams bella, no debera ejercer un encanto eterno, como un estadio que no ha de volver jams? Hay nios mal educados y nios precoces. Muchos de los pueblos antiguospertenecen a esta categora. Los griegos fueron los nios normales. El encanto de su arte noest en contradiccin con el estadio de la sociedad no desarrollada sobre el que creci. Esms bien su resultado, y est ms bien ligado inseparablemente al hecho de que lascondiciones sociales inmaduras, bajo las cuales surgi y nicamente poda surgir, nopueden volver jams (Karl Marx Lneas Fundamentales de la Crtica de la EconomaPoltica. (Grundrisse: 1857-1858). Introduccin. OME 21. Editorial Crtica.Barcelona 1977, p.35).

    La metfora que vincula el desarrollo individual con el colectivo empleada por Marxpara explicar el arte griego no es adecuada. No se corresponde el desarrollo colectivocon el desarrollo individual y si lo hiciera tambin resulta muy discutible que unhombre maduro no sea ya nio pues hay muchos adolescentes con canas. Lametfora de Marx remite a que cuando somos ingenuos, nios, cuando nuestra

    biografa no est llena de experiencias, de historias, somos ms puros y tratamos lascosas con mayor pasin y entrega, inconscientes de sus dificultades. No hay el lastrede la experiencia ni del dominio de la tcnica como cuando somos mayores. Pero esaingenuidad o esa pasin permanece en algunos casos en la madurez y es la que hacaque Marx, como si fuese un nio ingenuo, articulase la propuesta utpica de alcanzaruna sociedad comunista y acabar con la explotacin del hombre por el hombre.Mantenindose incluso despus de haber ledo y estudiado multitud de libros deeconoma poltica. La progresividad de la historia no es un hecho necesario ni en lacolectividad ni en la biografa individual, se da en unos momentos, en otros seretrocede, existen discontinuidades o revoluciones que implican saltos en lo quepudiera ser lineal; a lo largo de la vida y de la Historia hay prdidas y hay

    adquisiciones y slo puede esperarse que las segundas sean ms abundantes que lasprimeras, nada ms.

    Critiquemos ms duramente el esquema propuesto por Marx sobre los pueblosantiguos. Resulta que hay otros pueblos antiguos, como el Chino, el Egipcio, el Persa,adems de los griegos, que el materialismo histrico divide en tres grupos: a) niosmal educados, como los pueblos indoeuropeos, quiz; b) nios precoces, como laantigua India anterior a las invasiones arias donde Marx presupone que existi elcomunismo originario, quiz; c) y nios normales, como los griegos. Pero resulta que,adems, si bien se presupone que las condiciones sociales inmaduras en las quesurgieron esos nios no podrn volver jams, sus realizaciones si que se repiten osern repetibles, esto es, volvern a existir tambin brbaros invasores, e ilustradosartistas, como los griegos, en un dualismo maniqueo que se reproducir sin cesar entodo puritanismo moderno y platonista. La analoga entre infancia individual einfancia colectiva o social sugiere la introduccin de una frrea flecha del tiempo enla segunda derivndola de la primera, pero si bien es cierto que un individuo madurono puede retornar a la infancia (aunque pueda nunca haber salido de ella), -Freudpodra traerse a colacin para discutir ese punto a partir de su idea de las regresionesinfantiles-, no es cierto que una civilizacin no haya recado y no pueda recaer en labarbarie, (las guerras son una buena muestra de ello), adems, como Nietzsche y

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    Heidegger sealaron, la ciencia barbariza, la ciencia no piensa, luego a menudo lotenido por civilizado (Occidente en estos momentos) no sea sino lo ms brbaro.Aunque, en rigor, civilizacin y barbarie coexisten siempre en todos los ordenes y entodos los tiempos y slo habra que ajustar los contenidos que definen una y otra cosapretendiendo que lo ms civilizado y mayormente abundante hubiere de ser laderogacin de la explotacin del hombre por el hombre mediante la reapropiacin delos medios de produccin.

    En la actualidad nadie aceptara la respuesta de Marx, el arte griego no nos recuerdala frescura e ingenuidad infantil, ya que por una parte, desde Freud ya no se concibeal nio como un ser angelical, sino como un perverso polimorfo, y por otra, el arte serevela como una anomala del materialismo histrico, una de las que anidan no sloen la concepcin marxista de la historia, sino, aunque parezca paradjico, tambin enla autocomprensin monista del capitalismo actual. El hacerse cargo de ellasignificar el necesario replanteamiento de un nuevo materialismo histrico quesupere las anomalas del clsico. Es la infancia, la ingenuidad, la naturalidad, lo quenos seduce en una tragedia griega, en las Bacantes de Eurpides, por ejemplo?

    Deberamos tambin suponer que es la infancia normal la que nos seduce en elBanquete, en el Timeo, en el Parmnides o en la Repblica de Platn? Es una obrainfantil la Poltica o la Metafsica de Aristteles?. Una infancia extraordinariamentedespabilada y sofisticada, reconozcmoslo.

    Pero no slo los griegos sino actualmente el investigador que se libera de la erudicinfilolgica, como propusiera Nietzsche, que pasa por encima de ella, que rechaza lahistoria anticuaria y monumental que condenara Foucault, llega a tener una opcinde olvidar el peso de la memoria de la Historia y crear algo nuevo sobre la base de sulibertad de movimiento. Extraordinarios son los casos de nios que ganan al ajedrezal campen del mundo o adolescentes, como Rimbaud, que sin haber cursado

    estudios de filologa realizan los ms bellos poemas. Quizs en las reas artsticas seams fcil y ocurran con ms frecuencia esos saltos que en reas cientficas, pero es unhecho que se dan y que representan la cima del arte y del pensamiento tanto como lasrealizaciones de los ms eruditos sabios y los ms viejos y experimentados artistas.

    El hombre nuevo del comunismo sera aquel que hubiese asimilado todo el saber y laexperiencia de la historia y la vida y que, sin embargo, saltase por ello mismo al planode la accin por instinto, la del nio que se identifica con el superhombre; un ideal aalcanzar asintnicamente. As, el pianista avezado que domina la tcnica no llega atocar con maestra hasta que no se ha olvidado de la experiencia acumulada y tocacon naturalidad y soltura.

    Hemos partido de un problema abstracto y llego a poner ejemplos concretos, elproblema formal y eterno alcanza diversas caracterizaciones segn lo llenemos decontenido y puesto que en ese proceder consiste un pensar materialista, era necesarioaplicarlo tambin a las reflexiones sobre el arte.

    El mtodo de la economa poltica, el famoso mtodo dialctico marxista, consiste enpartir de lo concreto, que en cuanto pensamiento (concreto espiritual), es resultado,proceso de sntesis, pero en cuanto concreto material es el punto de partida real:

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    Lo concreto es concreto, porque es la sntesis de muchas determinaciones, porque es, porlo tanto, unidad de lo mltiple. En el pensamiento lo concreto aparece, consiguientemente,como proceso de sntesis, como resultado, y no como punto de partida, a pesar de que es elpunto de partida real (Marx Grundrisse, 3) El mtodo de la economa poltica).

    Luego se parte de un resultado abstracto al que habr que rellenar con sus mltiplesdeterminaciones y relaciones hasta retornar a un pensamiento del que pueda decirseque es un pensamiento real. Lo espiritual no es originario y no produce la realidad,dice Marx contra el idealismo hegeliano, sino que se limita, primero, a apropiarse,captar y aprehender la realidad, y segundo, a promover ideas fuerza que incidan, encuanto realidades ellas mismas, en ella:

    El mtodo de elevarse de lo abstracto a lo concreto slo es la manera que tiene elpensamiento de apropiarse lo concreto, de reproducirlo como un concreto espiritual. Peroen modo alguno se trata del proceso de gnesis de lo concreto mismo. Por ejemplo, lacategora econmica ms simple, como, por ejemplo, el valor de cambio, presupone la

    poblacin, y la poblacin que produce dentro de determinadas relaciones; presuponetambin un cierto tipo de sistema familiar, o comunitario o poltico, etc. El valor decambio no puede existir ms que como relacin abstracta y unilateral de un todo vivo,concreto, ya dado. Por el contrario, en cuanto categora el valor de cambio tiene unaexistencia antediluviana (Karl Marx Grundrisse, ibid.).

    En esto consiste el mtodo dialctico tal y como Marx lo adapta desde Hegel alestudio de la economa poltica, por eso el valor de cambio puede ser al mismo tiempoun factor propio del capitalismo y pudo ser, en cuanto categora, ya descrita en Lapoltica de Aristteles. No confundir el materialismo dialctico y el materialismohistrico es fundamental y si lo concreto, lo material, es ontolgicamente lo primero,

    termina siendo epistemolgicamente lo ltimo.Por eso Marx afirm que el hombre es el nico animal cuyos cinco sentidos no sonslo el resultado de la evolucin biolgica de las especies, sino tambin el producto dela historia social y cultural. Respecto a los colectivos humanos y su devenir,ciertamente, la estructura de la mano y el modo social de produccin, o trabajo,estarn relacionados; el sujeto se configurar de acuerdo con las condicionesmateriales de existencia y de acuerdo con las condiciones genticas de su desarrollo,conformndose en cuanto amalgama de herencia y medio ambiente.

    Desde aqu puede vislumbrarse la anloga relacin respecto a la Tragedia que seproducira entre la herencia clsica y nuestras relaciones con ella. El gnero trgico,una vez constituido como espacio formal, permanecera como una estructura quetransitara por la historia recibiendo diversos contenidos. No habra de descartarse,aqu tampoco, la posibilidad de cambios estructurales a lo largo del tiempo, ya demanera impremeditada o con intencin consciente; puesto que en la biologa elproyecto genma implica la posibilidad de intervencin a nivel estructural, unaintervencin que nos resulta mucho ms familiar en la literatura. El tiempo de lahistoria y el tiempo de la biologa, en lo que respecta a los cambios estructurales, noson el mismo, pues hasta ahora el primero se meda en cientos o miles de aos,

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    mientras que el segundo, en cientos de miles o de millones de aos. Pero el tiempo dela intervencin a nivel estructural global, (que habra que distinguir de la posibilidad,si es que la hay, del cambio revolucionario parcial), el tiempo de las revoluciones agran escala, s que es el mismo en todos los rdenes. Thomas Kuhn entender eltiempo revolucionario de las ciencias de un modo que bien podra ajustarse al de lapoltica, las artes o la filosofa, conllevando un cambio de todos los rdenes el poderhablar de revolucin en trminos de nueva era o cambio de poca. Sera elequivalente evolutivo un cambio a nivel de especie? De ese es del que trata Engels alhablar de la importancia de la mano en la transformacin del mono en hombre, peroquintaesenciando el factor trabajo entre lo que debieron ser una pluralidad defactores.

    Lo que continuamente afirman Marx y Engels de la relacin de la mano y el trabajoes que la mano crea el trabajo pero que el trabajo tambin crea la mano, dado que lamano es a la vez el rgano y el producto del trabajo. Esto lo repite el primero en losGrundrisse en relacin con el arte y sus obras:

    El objeto de arte y lo mismo ocurre con cualquier otro producto-:- crea un pblicosensible al arte y capaz de disfrutar de la belleza. La produccin produce, por lo tanto, noslo un objeto para el sujeto, sino tambin un sujeto para el objeto. La produccin produce, por lo tanto, el consumo 1) en cuanto que crea el material para l; 2) en cuanto quedetermina la forma de consumo; 3) en cuanto que engendra como necesidad en losconsumidores los productos creados por primera vez por ella como objetos. La produccin produce, por lo tanto, el objeto del consumo, la forma del consumo, el impulso alconsumo. Del mismo modo, el consumo produce la disposicin del productor, en cuantoque lo solicita en forma de necesidad que da una finalidad a la produccin (Karl MarxGrundrisse, op.cit, p.15-16).

    Aqu se reconoce el proceso defeedbackque, partiendo de la produccin y tenindolapor lo ontolgicamente primero, lleva a la final determinacin de la produccinmisma por la disposicin del productor. Y a la inversa de cmo se nos plantearespecto a la belleza, tendremos respecto a su contrario que la televisin basuracrear asimismo un pblico insensible al arte e incapaz de disfrutar de la belleza.

    Jean Pierre Vernant sostendr por tanto, a partir de la posicin marxianamencionada, que la invencin de la tragedia griega no slo producir obras literarias(objetos) sino asimismo un sujeto trgico y una conciencia trgica, que no sern,finalmente, algo exclusivo de la antigedad griega, sino que, a pesar de su deuda conla tradicin, permanecer ms all de su tiempo:

    No hay visin trgica fuera de la tragedia y del gnero literario cuya tradicin ha iniciado. Desde estepunto de vista, el estatuto de la tragedia griega es comparable al de una ciencia, como la geometraeuclidiana, o al de una disciplina intelectual tal y como la instituyen Platn y Aristteles al fundar susescuelas. () Un nuevo objeto que se constituye: el espacio en su idealidad abstracta, () un sector de loreal, un nuevo tipo de operacin mental, tiles intelectuales ignorados hasta entonces-. Platn y Aristteles,la Academia y el Liceo, representan la inauguracin de una prctica filosfica, () representan laconstitucin de un vocabulario, de una forma de discurso, de un modo de argumentacin, de un

    pensamiento filosfico. Todava hoy, filosofar supone integrarse a esta tradicin, situarse dentro delhorizonte intelectual despejado por el movimiento filosfico, sin duda para ampliarlo, para modificarlo o

    ponerlo en tela de juicio, pero siempre insertndose en su lnea, retornando los problemas en el punto en

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    que fueron elaborados por todos los filsofos precedentes (Jean Pierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet,op.cit, p.89).

    El horizonte del arte, de la filosofa y de la ciencia, no se circunscribe al que les vionacer, se cre entonces un horizonte trascendental, ciertamente finito, ilimitado perofinito, y en dependencia umbilical con el contexto trascendido pero pregnante en el

    que fueron constituidas en cuanto disciplinas. Respecto a las ciencias no sernecesario que nos detengamos a presentar sus anomalas con respecto almaterialismo histrico, que en su versin ms burda reduce el espacio teortico quese pueda abrir en un momento dado a las condiciones del desarrollo tecnolgico, sinapercibirse de que momentos de alta tecnologa han convivido con la ausencia deteorizacin y viceversa, que momentos de tecnologa rudimentaria han convivido conla gestacin de importantes teoras. Si logramos argumentar convincentemente elfenmeno de la anomala esttica, en cuanto espacio formal de dudosa constitucin encomparacin con el cientfico y el filosfico, los otros dos nos vendrn dados poraadidura, aunque sus anomalas sean mucho ms difciles de demostrar.

    No bastar entonces con reinstaurar una forma esttica o filosfica, se piensa contrala tradicin y a partir de ella, pero no hay que entender por tradicin lo que elpostmodernismo conservador y relativista entiende por ello, sino que la tradicinsignifica una especie de constitucin de un espacio transhistrico:

    si a las obras de Shakespeare, de Racine o a determinadas obras contemporneas, se les puede llamartragedias, es porque con los desplazamientos, con los cambios de perspectivas unidos al contexto histrico,se enraizan en la tradicin del teatro antiguo en donde encuentran, ya trazado, el marco esttico propio deltipo de dramaturgia que instaur la conciencia trgica al proporcionarle su total forma expresiva (JeanPierre Vernant & Pierre Vidal-Naquet , Ibid).

    Por eso dir Heidegger en sus Holzwege que no se puede afirmar que las tragedias deShakespeare sean un adelanto o un progreso respecto a las de Esquilo. Y si tomamosun clsico estudio de Felipe Martinez Marzoa sobre Marx, nos sale la mismarespuesta:

    Por una parte, trato de distinguir entre el pensamiento esencial y la filosofa de consumo; por otra parte,todo escrito habla de algo, se mueve en un cierto tejido de trminos, en una determinada verbalizacin yteorizacin de las cuestiones, y, todava por otra parte, nadie puede pensar ni expresarse sin tomar susrecursos intelectuales de alguna tradicin de pensamiento. Pues bien, que hable de las cosas de las que yoquera hablar aqu, no conozco otro pensamiento esencial que el de Marx, y, por consiguiente, en contextocomo el que aqu se adopta (y que uno no tiene otro remedio que adoptar entre otros, a no ser que, con totalfalta de honradez, quiera expresamente rehuirlo), yoestaba ineludiblemente obligado a ser marxista ().Es, por ejemplo, falso que la msica ligera exista porque el ciudadano medio no soporta fcilmente aBeethoven; lo cierto es que el ciudadano medio no soporta fcilmente a Beethoven porque la msicaligera le ha estructurado el cerebro (Felipe Martnez Marzoa De la revolucin. Alberto Editor. Vigo1976, pp.7-8 y p.59).

    Aristteles afirmar en su Potica que el mito es el principio y como el alma de latragedia (1450a). Pero cmo traducir, aqu, la palabra mithos? Est claro queadems de ser el principio (arch) sera como el alma (psych,physis) de la tragedia?La esencia de la tragedia es el mithos, afirmar Marx como prueba de que el horizontede la creacin trgica habra desaparecido en un mundo sin hroes y dioses. Levy-Strauss, sin embargo, nos familiarizar con una forma de ver la estructura del

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    mithos, ms filosfica que literaria, donde su esencia no estara ya en los contenidos,relatos de hroes y dioses, sino en la forma, en el conjunto de mitemas o elementosestructurales, como su anlisis del mito de Edipo revela.

    Ahora tenemos la ocasin de actualizar y sofisticar el materialismo para entendernuevamente desde ste la permanencia de las manifestaciones artsticas a lo largo deltiempo -su intempestividad- y su influencia en el presente y en el porvenir.

    V. Cuando el valor de cambio se entroniza, muere entonces el arte.

    La valorizacin del valorque imprime el Capital al valor de uso transformndolo envalor de cambio (en mercanca) constituye una determinacin, la determinacinfundamental del nihilismo entendido como voluntad de voluntad, para la cual, algopeor que la esclavitud, es decir, tener esclavos que se mantengan a s mismos,constituye el ideal a alcanzar:

    "La gratuidad de los obreros, pues, es un lmite en el sentido matemtico, siempre

    inalcanzable, aunque siempre sea posible aproximrsele. Es una tendencia constante delcapital reducir a los obreros a ese nivel nihilista" (Marx Capital. Libro I. Seccinsptima. Cap.XXII. 4).

    Bajo esa presin constante al trabajo bien de la ms larga duracin en extensinposible o bien de la mayor intensidad posible, las fuerzas restantes para el ocioproductivo y para las actividades intelectuales y artsticas desaparece para la granmayora de la poblacin. Si bien existe tambin la explotacin intelectual, laexpropiacin del general intellect, la apropiacin del trabajo agradable del espritucomo trabajo gratuito, abundante por ejemplo entre quienes colaboran con unaUniversidad sin mantener con ella una relacin contractual. Pero peor an es el

    llamado mercado libre donde ni siquiera se especula con el prestigio de lasactividades, pues ninguna lo tiene ya y da igual ser obrero, profesor, artista o poeta:

    "La burguesa ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces setenan por venerables y dignas de piadoso respeto. Al mdico, al jurisconsulto, al sacerdote,al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados" (MarxManifiesto comunista I).

    Se acab la consideracin elevada en que se tuvo al gran poeta, al emblemticoartista, al filsofo e incluso al cientfico, devenido currante de una empresa. Lasactividades de prestigio social en la sociedad de las mercancas son las que devenganun mayor dinero, las del capitalista o las de las minoras de un rea que resultanenormemente productivas a la vez que asalariadas, como los directivos de empresas,presentadores de televisin, actores, futbolistas, modelos y cantantes.

    Ya no se ayudan las familias, no hay cooperacin entre las comunidades de lengua, detnia, de religin o de vecindario, no hay comunidades polticas, profesionales oartsticas:

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    "La burguesa ha desempeado en la historia un papel altamente revolucionario.Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesa ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idlicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sussuperiores naturales las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vnculoentre los hombres que el fro inters, el cruel pago al contado. Ha ahogado el sagradoxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeoburgus en las aguas heladas del clculo egosta. Ha hecho de la dignidad personal unsimple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y adquiridaspor la nica y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotacinvelada por ilusiones religiosas y polticas, ha establecido una explotacin abierta,descarada, directa y brutal." (Marx Manifiesto comunista I).

    No obstante la resistencia a la transformacin histrica que Marx encuentra abocadaal fracaso en vinculaciones supuestamente pertenecientes a otras pocas hademostrado mucha mayor tenacidad de la que predeca el marxismo clsico. Loslazos comunitarios que hoy se enfrentan al Capital son una buena muestra de ello y sibien el capitalismo era aplaudido por el propio Marx por barrer supersticiones e

    ilusiones, con ellas se llevaba por delante una multitud de sistemas de cooperacin yde solidaridad que han sabido resistir a todos los embates y que siguen presentandobatalla, pues ante el Capital todo se convierte, efectivamente, en valor de cambio:

    "queda solamente el usurero, la compraventa como la nica relacin (...), todos losllamados trabajos ms elevados, los intelectuales, artsticos, etctera, se transforman enartculos de comercio y as han perdido su vieja santidad" (Marx Trabajo asalariado ycapital, 1847).

    Igualmente podra decirse que la doctrina del arte por el arte, correlato de la filosofacontemplativa o desinteresada, que habra de haber sido engullida por la

    mercantilizacin universal, subsiste y resiste, presentndose no slo como unanostalgia pretrita ni como un anacrnico reaccionarismo sino como un obstinadoremanente intempestivo frente al tiempo de la venalidad universal. (Vase en ladocumentacin adjunta abajo la referencia a nuestro artculo con ese mismo ttulo).

    EnEl Capitalaparece tambin esta constatacin de que las fuerzas productivas en lasociedad capitalista se convierten en fuerzas destructivas, para la que el dinero y lamquina cumplen la misma funcin explotadora. Por eso Marx recoge deShakespeare y de Sfocles un fenmeno existente en todo tiempo pero exacerbado yuniversalizado por el capitalismo y termina citando a los clsicos en sus crticas al oroy al dinero:

    "Todo se vuelve venal y adquirible (...). As es como en el dinero se ha extinguido todadiferencia cualitativa de las mercancas (cita Shakespeare). Pero el dinero mismo esmercanca, una cosa exterior, pasible de convertirse as en propiedad privada de cualquiera.El poder social se convierte as en poder privado, perteneciente a un particular. De ah quela sociedad antigua lo denuncie como la moneda fraccionaria de su orden econmico ymoral (cita Sfocles)" (Marx El Capital. Libro I. Seccin I. Captulo III. 3. El dinero.a) Atesoramiento).

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    Si Marx cita a los clsicos es porque hay algo de intempestivo en ellos, aunquepertenezcan a distintas pocas y pensasen desde distintos contextos y aunqueestuviesen insertos en diversos modos de produccin. Si hoy podeos leer y aprenderde Marx es porque su mejor labor terica resulta transhistrica y no debeconsiderarse superada por un tiempo posterior, sino a lo sumo actualizada ycomplementada con nuevas investigaciones.

    Debido a sus crticas a la usura acompaadas de las crticas a la hipocresa de unasdeclaraciones de derechos humanos formales y legalistas sin la base econmica parapoderlas cumplir, el Marx que escribi sobre La cuestin juda (1844) ser tenido ennuestro desquiciado tiempo por antisemita por parte de los estudiosos sionistas, lque fue hijo de un judo que tuvo que cambiar de religin para poder ejercer la jurisprudencia. Pero Marx, como hemos visto, sigui enfrentndose a lamercantilizacin de todo lo existente, condenando el mundo de los tenderos y losusureros, no desde la nostalgia romntica de la prdida de la nobleza y de laaristocracia, sino desde la profesin ilustrada de generalizar esa nobleza y esaaristocracia perdidas a toda la humanidad.

    Bajo el sistema capitalista se aprecia agudamente la contradiccin entre el enormedesarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad material y su desarrollo artsticoo espiritual; la contradiccin entre ciencia y arte, entre tcnica y poesa, entre lasenormes posibilidades culturales y sociales y el manifiesto y progresivoempobrecimiento espiritual. La concentracin de las labores estticas en unos muypocos y su estancamiento en la mayora se deber a la fuerte divisin del trabajo y ala ruina especializada y slo de la eliminacin (o minimizacin) de la propiedadprivada que la sustenta podr surgir la emancipacin y desarrollo de los sentidos ycapacidades en todos (o la mayora) de los seres humanos que pueblan el planeta.

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    SELECCIN DE TEXTOS Y BIBLIOGRAFIA SUMARIASOBRE "KARL MARX Y EL ARTE".

    Por Simn Royo

    SELECCIN DE TEXTOS.

    Texto 1(Condiciones desfavorables de Marx para su quehacer terico).Jehnny Marx, (hacia 1850).Estabamos con los otros tres pequeos, y nosotros llorbamos por aqul angelito que yacaa nuestro lado yerto y plido. La muerte de nuestra querida hija acaeci en el periodo dems amarga pobreza. Yo me encamin corriendo a casa de un refugiado francs que vivacerca, y que no haca mucho nos haba visitado. l con gran amabilidad me dio en elmismo momento dos libras esterlinas. Con ellas compr el diminuto atad en el que ahoraduerme en paz mi pobre nia.

    Texto 2(El jven Marx compositor de poemas).Karl MarxSoneto final a Jehnny, (1837)."Envuelto audaz en vestiduras de fuegoiluminado el orgulloso corazn,dominante, libre de yugo y atadura,avanzo a paso firme por amplios salones,arrojo ante tu faz el dolor,y como rbol de la vida nacen los sueos!".

    Texto 3(El capitalismo como hostil al arte).Karl Marx Teoras sobre la plusvala I, 1863."la produccin capitalista es hostil a ciertas ramas de la produccin intelectual, como elarte y la poesa".

    Texto 4(Sobre los intelectuales orgnicos o escritores autorizados).Karl MarxNueva Gaceta Renana, "Debates sobre la libertad de prensa", 1842."Si un alemn lanza una ojeada hacia atrs sobre su historia, descubrir que una de lascausas principales de la lentitud de su desarrollo poltico, as como del estado miserable dela literatura antes de Lessing, incumbe a los escritores autorizados. Los eruditosprofesionales, patentados, privilegiados, los doctores y otros pontfices, los escritores deuniversidad sin carcter de los siglos XVII y XVIII, con sus pelucas radas y su pedanteradistinguida y sus disertaciones microscpicas, se interpusieron entre el pueblo y el espritu,entre la vida y la ciencia, entre la libertad y el hombre. Son los escritores no autorizadoslos que han creado nuestra literatura".

    Texto 5(Arte, literatura y pensamiento como lucha de clases en la teora).

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    Karl MarxNueva Gaceta Renana, "Debates sobre la libertad de prensa", 15 de mayode 1842."Todo objeto, sea incluido en la prensa con alabanza o reproche, se convierte en un objetoliterario, es decir, un objeto de discusin literaria. Esto es, precisamente, lo que convierte ala prensa en la palanca ms poderosa de la cultura y de la formacin intelectual popular,porque transforma la lucha material en una lucha ideal, la lucha de la carne y de la sangreen una lucha intelectual, la lucha de las necesidades, de la avaricia, del empirismo, en unalucha de la teora, de la razn, de la forma".

    La libertad de prensa. Qu quiere decir esto?; puede querer decir dos cosas: a) la libertad que tiene laprensa (es decir: los propietarios de los medios de prensa y los profesionales por ellos contratados) parapublicar aquello que quieran, y b) la libertad que todos los ciudadanos tienen de utilizar la imprenta(combinada con otros medios de comunicacin) para comunicar sus puntos de vista a los dems y, lo que eslo mismo, el derecho de todo ciudadano a conocer los puntos de vista de otros ciudadanos por los medios decomunicacin de que se disponga (Felipe Martnez Marzoa De la revolucin. Alberto Editor. Vigo1976, pp.84-85).

    Es cierto que se dice que un poder superior puede quitarnos la libertad de hablaro de escribir, pero que nopuede despojarnos en modo alguno de la libertad de pensar. Sin embargo, hasta qu punto y con qucorreccin pensaramos si no pensramos, por decirlo as, en comunidad con otros a los que comunicarnosotros nuestros pensamientos y ellos los suyos a nosotros? Por tanto, bien se puede decir que ese poderexterno que arrebata a los hombres la libertad de comunicar pblicamente sus pensamientos les quitatambin la libertad de pensar (Kant Qu significa orientarse en el pensamiento? (1786). UniversidadComplutense de Madrid, 1995, p.23).

    Texto 6(Independencia del poeta de los grupos de presin).Feiligrath,Nueva Gaceta Renana, 1842:"El poeta se encuentra en una atalaya ms elevadaque la azotea del partido".

    (Dependencia del poeta de los grupos de presin).Respuesta de K.Heinzen,Nueva Gaceta Renana, 1842:"El poeta se encuentra en una atalaya ms elevadaque la azotea del partidomas sin vergenza se agarra al estandartede la... polica".

    Texto 7(Literaturas nacionales vs. literatura nacional).Karl MarxManifiesto comunista I, 1848. Cita A."En lugar del antiguo aislamiento y la amargura de las regiones y naciones, se establece un

    intercambio universal, una interdependencia universal de las naciones. Y eso se refieretanto a la produccin material, como a la intelectual. La produccin intelectual de unanacin se convierte en patrimonio comn de todas. La estrechez y el exclusivismonacionales resultan de da en da ms imposibles; de las numerosas literaturas nacionales ylocales se forma una literatura universal".

    Texto 8(La formacin de la literatura socialista como incompleta).

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    Manifiesto comunista. Cita B. Prefacio de Marx y Engels a la edicin alemana de1872."la crtica de la literatura socialista es incompleta para estos momentos, pues slo llega a1847".

    Texto 9(Literatura socialista en cuanto literatura universal).Manifiesto comunista. Cita C. Prefacio de Engels a la edicin alemana de 1890."Y as, la historia del "Manifiesto" refleja hasta cierto punto la historia del movimientoobrero moderno desde 1848. Actualmente es, sin duda, la obra ms difundida, la msinternacional de toda la literatura socialista, el programa comn de muchos millones deobreros de todos los pases, desde Siberia hasta California".

    Texto 10(El desarrollo de los sentidos para la captacin del arte).Karl Marx, Manuscritos de Pars (1844). Tercer Manuscrito: Propiedad privada ycomunismo.

    "Por otra parte, desde el punto de vista subjetivo: el sentido musical del hombre no sedespert ms que por la msica; la ms bella msica no tiene ningn sentido para el odono musical; no es un objeto para l. Es por ello que los sentidos del hombre social sondiferentes de los del hombre que vive en sociedad. Slo por el despliegue objetivo de lariqueza del ser humano, la riqueza de los sentidos humanos subjetivos deviene odomusical, un ojo sensible a la belleza de las formas, en una palabra, devienen los sentidoscapaces de goces humanos, sentidos que se confirman como fuerzas humanas esenciales(...), la formacin de los cinco sentidos es un trabajo de toda la historia universal hastanuestros das.El sentido que es presa de la grosera necesidad prctica tiene slo un sentidolimitado. Para el hombre que muere de hambre no existe la forma humana de la comida,sino nicamente su existencia abstracta de comida; sta bien podra presentarse en su forma

    ms grosera, y seria imposible decir entonces en qu se distingue esta actividad paraalimentarse de la actividad animal para alimentarse. El hombre necesitado, cargado depreocupaciones, no tiene sentido para el ms bello espectculo. El traficante en mineralesno ve ms que su valor comercial, no su belleza o la naturaleza peculiar del mineral, notiene sentido mineralgico. La objetivacin de la esencia humana, tanto en sentido tericocomo en sentido prctico, es, pues, necesaria tanto para hacer humano el sentido delhombre como para crear elsentido humano correspondiente a la riqueza plena de la esenciahumana y natural".

    Texto 11(Necesidad de la liberacin de las necesidades para el cultivo del arte).Karl Marx,Manuscritos de Pars. Primer Manuscrito:El trabajo alienado."El animal produce slo bajo el dominio de la necesidad fsica directa, mientras que elhombre, libre el mismo de necesidades fsicas, produce y slo produce realmente cuandoest libre de esas necesidades fsicas".

    Texto 12(La gratuidad de los obreros y la gratuidad del trabajo artstico e intelectual).Karl Marx El CAPITAL. LIBRO I. Seccin sptima. CAP.XXII. 4.

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    "La gratuidad de los obreros, pues, es un lmite en el sentido matemtico, siempreinalcanzable, aunque siempre sea posible aproximrsele. Es una tendencia constante delcapital reducir a los obreros a ese nivel nihilista".

    Texto 13(La prdida de consideracin del trabajo bajo el capitalismo).Karl Marx Manifiesto comunista I. Cita D."La burguesa ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta entonces setenan por venerables y dignas de piadoso respeto. Al mdico, al jurisconsulto, al sacerdote,al poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados".

    Texto 14(La explotacin descarnada del capitalismo y la desaparicin de los vnculos socialestradicionales).Karl Marx Manifiesto comunista I. Cita E."La burguesa ha desempeado en la historia un papel altamente revolucionario.Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesa ha destruido las relaciones feudales,

    patriarcales, idlicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre a sussuperiores naturales las ha desgarrado sin piedad para no dejar subsistir otro vnculoentre los hombres que el fro inters, el cruel pago al contado. Ha ahogado el sagradoxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeoburgus en las aguas heladas del clculo egosta. Ha hecho de la dignidad personal unsimple valor de cambio. Ha sustituido las numerosas libertades escrituradas y adquiridaspor la nica y desalmada libertad de comercio. En una palabra, en lugar de la explotacinvelada por ilusiones religiosas y polticas, ha establecido una explotacin abierta,descarada, directa y brutal".

    Texto 15

    (El tiempo de la venalidad universal: arte y ciencia convertidos en mercanca.Intempestividad del pensamiento: Marx lector de Sfocles y Shakespeare).Karl Marx El CAPITAL (1867). LIBRO I. Seccin I. Captulo III. 3. El dinero. a)Atesoramiento."Todo se vuelve venal y adquirible (...). As es como en el dinero se ha extinguido todadiferencia cualitativa de las mercancas (cita Shakespeare). Pero el dinero mismo esmercanca, una cosa exterior, pasible de convertirse as en propiedad privada de cualquiera.El poder social se convierte as en poder privado, perteneciente a un particular. De ah quela sociedad antigua lo denuncie como la moneda fraccionaria de su orden econmico ymoral (cita Sfocles)".

    "Oro? Oro precioso, rojo, fascinante?Con l, se torna blanco el negro y el feo hermoso,Virtuoso el malo, joven el viejo, valeroso el cobarde, noble el ruin.... Oh, dioses! Por que es esto? Por qu es esto, oh, dioses?Y retira la almohada a quien yace enfermo;Y aparta del altar al sacerdote:S, este esclavo rojo ata y desataVnculos consagrados; bendice al maldito;Hace amable la lepra; honra al ladrn

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    Y le da rango, pleitesa e influenciaEn el consejo de los senadores; conquista pretendientesA la viuda anciana y encorvada.... Oh, maldito metal,Vil ramera de los hombres".(Shakespeare, Timn de Atenas. Citado por Marx)

    "Pues nada de cuanto impera en el mundoEs tan funesto como el oro, que derribaY arruina a las ciudades y a los hombres,Y envilece los corazones virtuosos,Lanzndolos a los caminos del mal y del vicio;El oro ensea al hombre la astucia y la perfidiaY le hace volver, con impiedad, la espalda a los dioses".(Sfocles, Antgona. Citado por Marx)

    Texto 16

    (La crtica del valor de cambio percibida ya en la antigedad. Marx lector de losclsicos).EL CAPITAL Libro I. Cap.XIII: Divisin del trabajo y manufactura. 5. El carctercapitalista de la manufactura."La economa poltica, que como ciencia especial no surgi hasta el periodomanufacturero, considera la divisinsocialdel trabajo nicamente desde el punto de vistade la divisin manufacturera del trabajo, esto es, como medio para producir msmercancas con la misma cantidad de trabajo, y por tanto para abaratar las mercancas yacelerar la acumulacin del capital. En anttesis radical con este nfasis en la cantidady enel valor de cambio, los escritores de la Antigedad clsica se atenan exclusivamente a lacalidad y al valor de uso. (...) No se dedica una sola palabra al valor de cambio, al

    abaratamiento de las mercancas. Este punto de vista del valor de uso de las mercancas esel que predomina tanto en Platn, quien en la divisin del trabajo ve el fundamento de laseparacin social en clases, como en Jenofonte, que con su caracterstico instinto burgusse aproxima ya a la divisin del trabajo dentro de un taller".

    Texto 17(La desmesura del valor de cambio y la mercantilizacin de todo lo existente: Marxlector de Aristteles).Karl Marx EL CAPITAL. LIBRO I. Seccin Segunda. CAP.IV. La transformacinde dinero en Capital. 1. La frmula general del capital ."La circulacin mercantil simple -vender para comprar- sirve, en calidad de medio, a un finltimo ubicado al margen de la circulacin: la apropiacin de valores de uso, la satisfaccinde necesidades. La circulacin del dinero como capital es, por el contrario, un fin en s,pues la valorizacin del valorexiste nicamente en el marco de este movimiento renovadosin cesar. El movimiento del capital, por ende, es carente de medida (6)".

    "(Nota 6 de Marx) Aristteles contrapone la economa a la crematstica. Su punto departida lo constituye la primera, en la medida en que el arte de adquirir se circunscribe a laobtencin de los bienes necesarios para la vida o tiles para la familia o el estado. "Laverdadera riqueza (texto en griego) se compone de tales valores de uso, ya que no es

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    ilimitada la medida de este tipo de propiedad suficiente para una vida buena. Existe,empero, otro tipo de arte de adquirir, al que preferentemente y con razn se denominacrematstica, a causa del cual la riqueza y la propiedad no parecen reconocer lmites. Elcomercio de mercancas" (texto en griego) (significa literalmente comercio al menudeo, yAristteles adopta esta frmula porque en ella predomina el valor de uso) "no es privativo,de por s, de la crematstica, pues aqu el intercambio slo concierne a lo necesario paraellos mismos" (el comprador y el vendedor). Por eso, expone ms adelante, la formaoriginaria del comercio era el trueque, pero con su expansin surgi necesariamente eldinero. Al inventarse el dinero, el trueque hubo de desarrollarse necesariamente hastallegar a ser (texto en griego), comercio de mercancas, y ste, en contradiccin con sutendencia originaria, se convirti en crematstica, en el arte de hacer dinero. La crematsticaslo se distingue de la economa en que "para ella la circulacin es la fuente de la riqueza(texto en griego). Y parece girar en torno del dinero, porque el dinero es el principio y elfin de este tipo de intercambio (texto en griego) De ah que tambin la riqueza que lacrematstica trata de alcanzar sea ilimitada. As como es ilimitado, en su afn, todo artecuyo objetivo no es considerado como medio sino como fin ltimo --pues siempre procuraaproximarse ms a ella, mientras que las artes que slo persiguen medios para un fin no

    carecen de lmites, porque su propio fin se los traza--, tampoco existe para dichacrematstica ninguna traba que se oponga a su objetivo, pues su objetivo es elenriquecimiento absoluto. La economa es la que tiene un lmite, no la crematstica... Laprimera tiene por objeto algo que difiere del dinero mismo, la otra persigue el aumento deste... La confusin entre ambas formas, que se sobreponen recprocamente, induce aalgunos a considerar que el objetivo ltimo de la economa es la conservacin y aumentodel dinero hasta el infinito". (Aristteles, "De Republica", ed. por Bekker, lib. I, caps. 8 y 9y pssim)".

    Texto 18(La sociedad capitalista como negacin del ocio necesario para las artes y la buenavida).KARL MARX CAPITAL LIBRO I. CAP.XIII: Maquinaria y gran industria. 3)Efectos inmediatos que la industria ejerce sobre el obrero. b) Prolongacin de lajornada laboral."Por tanto, si bien el empleo capitalista de la maquinaria genera por un lado poderososestmulos para la prolongacin desmesurada de la jornada laboral -trastocando ademstanto el modo de trabajo como el carcter del cuerpo social del trabajo de tal manera quequebranta la resistencia opuesta a esa tendencia-, ese empleo produce, por otro lado,mediante el reclutamiento para el capital de capas de la clase obrera que antes le eraninaccesibles y dejando