¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

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¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico 1 I. Introducción A fines de la década del noventa del siglo pasado inició una etapa política en América Latina conocida como “el giro a la izquierda”, que se caracterizó por el triunfo electoral de candidatos presidenciales que criticaron intensamente las políticas económicas de apertura de mercados, privatización y reorientación del rol del Estado en la economía (englobadas bajo el término neoliberalismo) aplicadas en los países de la región. En varios casos, estos candidatos construyeron, además, un discurso que identificaba a las prácticas corruptas y clientelares de los partidos y al funcionamiento del sistema político en general como los responsables de la amplia desigualdad social y de que la población permanezca sumergida en la pobreza. Este giro llamó la atención de la academia y de la comunidad internacional debido a que significaba una posible ruptura con el pasado inmediato, con el consenso económico que se había alcanzado luego de la crisis del ochenta de que las fuerzas del mercado debían desarrollarse sin limitaciones y de que sus beneficios se derramarían a toda la población. A nivel político también existía la posibilidad de un quiebre con el consenso alcanzado de que la representación política a través de los partidos era el componente fundamental de la democracia. En ese sentido, se vislumbraban políticas distintas, e incluso opuestas, a las aplicadas previamente. Los gobiernos del giro a la izquierda se beneficiaron de un contexto internacional favorable en el que los precios de las materias primas (minerales, hidrocarburos y alimentos) aumentaron notablemente (gracias en buena medida al estímulo de la demanda china), lo que permitió que las economías crezcan, incrementó los ingresos fiscales y les permitió gastar más que sus antecesores. Este desempeño exitoso permitió que varios de ellos se mantengan en el poder e impulsen reformas que alteraron el panorama económico y político en los países. Así, en la década pasada se redujo notablemente la pobreza, cayó la desigualdad y en varios países se ampliaron los mecanismos de representación política y se aprobaron 1 Profesor-Investigador de la FLACSO-México.

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¿Fin del giro a la izquierda en América Latina?

Mario Torrico1

I. Introducción

A fines de la década del noventa del siglo pasado inició una etapa política en América Latina

conocida como “el giro a la izquierda”, que se caracterizó por el triunfo electoral de

candidatos presidenciales que criticaron intensamente las políticas económicas de apertura

de mercados, privatización y reorientación del rol del Estado en la economía (englobadas

bajo el término neoliberalismo) aplicadas en los países de la región. En varios casos, estos

candidatos construyeron, además, un discurso que identificaba a las prácticas corruptas y

clientelares de los partidos y al funcionamiento del sistema político en general como los

responsables de la amplia desigualdad social y de que la población permanezca sumergida

en la pobreza. Este giro llamó la atención de la academia y de la comunidad internacional

debido a que significaba una posible ruptura con el pasado inmediato, con el consenso

económico que se había alcanzado luego de la crisis del ochenta de que las fuerzas del

mercado debían desarrollarse sin limitaciones y de que sus beneficios se derramarían a toda

la población. A nivel político también existía la posibilidad de un quiebre con el consenso

alcanzado de que la representación política a través de los partidos era el componente

fundamental de la democracia. En ese sentido, se vislumbraban políticas distintas, e incluso

opuestas, a las aplicadas previamente.

Los gobiernos del giro a la izquierda se beneficiaron de un contexto internacional favorable

en el que los precios de las materias primas (minerales, hidrocarburos y alimentos)

aumentaron notablemente (gracias en buena medida al estímulo de la demanda china), lo que

permitió que las economías crezcan, incrementó los ingresos fiscales y les permitió gastar

más que sus antecesores. Este desempeño exitoso permitió que varios de ellos se mantengan

en el poder e impulsen reformas que alteraron el panorama económico y político en los

países. Así, en la década pasada se redujo notablemente la pobreza, cayó la desigualdad y en

varios países se ampliaron los mecanismos de representación política y se aprobaron

1 Profesor-Investigador de la FLACSO-México.

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procedimientos de democracia directa previamente inexistentes (referéndums y plebiscitos).

Sin embargo, a inicios de la presente década empezó un declive de los precios internacionales

de materias primas que afectó notablemente las perspectivas de crecimiento de la región. Con

ello los distintos gobiernos empezaron a tener serias dificultades para sostener las políticas

sociales que los ingresos extraordinarios les habían permitido y para dar respuesta a las

crecientes demandas de la población. Gradualmente la izquierda fue perdiendo poder

político, ya sea a través de elecciones o de juicios políticos a presidentes, y en los casos en

que se mantuvo gobernando enfrentó situaciones cada vez más adversas en virtud de la

creciente insatisfacción ciudadana. En ese contexto, es preciso preguntarnos qué factores

explican el giro a la izquierda para luego saber si las condiciones están dadas para afirmar

que éste ha finalizado.2

II. Rasgos generales del giro a la izquierda

Existe amplio acuerdo en la literatura comparada3 de que el giro a la izquierda inició en

Venezuela en 1998 con la victoria de Hugo Chávez y se propagó por la mayoría de los países

de la región durante la década siguiente, en la cual alrededor de dos tercios de la población

latinoamericana llegó a ser gobernada por presidentes izquierdistas. Pero también hay un

buen grado de aceptación de que la izquierda en América Latina es diversa debido a las

distintas trayectorias históricas de los países en relación, entre otras cosas, al tipo de

regímenes autoritarios que han tenido (militar, civil), a cómo ha sido su proceso de

democratización (ruptura, transición pactada), a qué tipo de sistemas de partidos han

emergido en ellos (institucionalizados o no institucionalizados) y a las características de su

población (socioeconómicas, étnicas, etc.).4 A continuación se exponen en orden cronológico

los triunfos electorales con que los distintos países se adscribieron a dicho giro o se

mantuvieron en él.

2 Sorprendentemente la literatura no ha determinado los factores explicativos del giro a la izquierda. 3 Toda mención a la literatura que se haga en este artículo refiere a los estudios comparados sobre América Latina. 4 Véanse al menos Clearey (2006), Oxhorn (2009), Panizza (2009), Luna (2010), y Levitsky y Roberts (2011).

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Tabla 1. Presidentes del giro a la izquierda en América Latina*

País Presidente Elección 1 Elección 2 Elección 3 Elección 4 Elección 5

Venezuela Hugo Chávez Nicolás Maduro

1998 2000 2007 2013 2013

Chile Ricardo Lagos Michelle Bachelet

2000 2006

Brasil Lula Da Silva Dilma Rousseff

2003 2007 2011

2015

Argentina Néstor Kirchner Cristina Fernández

2003 2007

2011

Panamá Martín Torrijos 2004

Uruguay Tabaré Vázquez José Mujica Tabaré Vázquez

2005

2010

2015

Bolivia Evo Morales 2006 2010 2015 Nicaragua Daniel Ortega 2007 2012 2017 Ecuador Rafael Correa 2007 2009 2013 Guatemala Álvaro Colom 2008 Paraguay Fernando Lugo 2008

El Salvador Mauricio Funes Salvador Sánchez

2009 2014

Perú Ollanta Humala 2011 Costa Rica Luis Guillermo Solís 2014

* Se incluyó sólo los casos en que hay acuerdo en la literatura en que esos presidentes son de izquierda. Fuente: Elaboración propia y Diego (2016).

Si bien el giro ha sido dominante en la región, su duración muestra variaciones importantes

entre países. Así, en Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina, Bolivia, Nicaragua y Ecuador

se mantuvo o se mantiene más de una década; en tanto que en Paraguay, Panamá o Guatemala

no se extendió por más de una gestión presidencial. El porqué de estas diferencias aún no ha

sido estudiado, aunque es claro que hay factores comunes entre los países que llevan a esos

resultados (es decir, la explicación no puede limitarse a describir las trayectorias y procesos

internos nacionales). Otro contraste notorio es que en algunos casos la continuidad de la

izquierda en el poder se dio a través de la alternancia de líderes políticos (Uruguay, Brasil,

Chile), en tanto que en otros la izquierda fue incapaz de cambiar de líder y cayó en el

caudillismo (Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua).5 La interacción entre el grado de

institucionalización del sistema de partidos antes del giro y el desprestigio del mismo parece

ser la causa principal de esto, aunque su comprobación empírica aún está pendiente.6

5 El caso argentino es un intermedio entre ambos, ya que hubo alternancia pero de esposo a esposa. 6 Schamis (2006), Lanzaro (2007) y Paramio (2008) sugieren esta relación causal pero la vinculan con el surgimiento del populismo, lo que no es una consecuencia teóricamente inevitable.

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Una pregunta obvia que surge cuando se discute sobre el giro es: ¿qué queremos decir cuando

hablamos de la izquierda en América Latina? Quienes la han abordado coinciden en que una

característica de esta corriente política es la búsqueda de la igualdad en sentido amplio

(Arditi, 2009; Borón, 2012), en especial la reducción de la desigualdad socioeconómica

(Castañeda, 2006; Schamis, 2006; Santander, 2009) a través de una distribución lo más

igualitaria posible de la riqueza (Clearey, 2006), lo que implica su disposición a recurrir al

Estado para corregir el desbalance de las fuerzas del mercado (Cameron, 2009; Weyland,

2010). Si en décadas pasadas la izquierda era relacionada con posturas anticapitalistas, hoy

en día se la asocia más bien con la búsqueda de un modelo económico que no solo produzca

crecimiento, sino también inclusión social. Por ello, la izquierda plantea la necesidad de una

política social activa que permita la creación de empleos, la mejora de la educación y de la

salud y la reducción de la pobreza (Paramio, 2006). Actualmente la izquierda no se opone a

la propiedad privada ni a la competencia de mercado, pero rechaza la idea de que las fuerzas

del mercado no reguladas pueden satisfacer las necesidades sociales (Levitsky y Roberts,

2011). La regulación del mercado y la política social que defiende la izquierda requiere del

aumento de las capacidades del Estado, en especial de su recaudación a través de una

estructura tributaria progresiva, basada más en impuestos a los sectores de mayores ingresos

(tanto a la riqueza como a la propiedad) y menos en tributos al consumo (como es el caso del

Impuesto al Valor agregado o IVA) (Beasley-Murray, Cameron y Hershberg, 2010). En ese

sentido, esta corriente es consciente hoy en día de la importancia de la estabilidad económica,

lo que la aleja de lo que Dornbusch y Edwards (1992) llamaron “populismo

macroeconómico”.7 Adicionalmente, se señala que la izquierda ha ampliado su mirada sobre

las desigualdades y actualmente incluye a las que se desprenden de las diferencias de género,

raza o etnia (Levitsky y Roberts, 2011).

La postura de la izquierda en relación a la economía descrita en el párrafo anterior se aleja

de la tradición estatista prevaleciente en las décadas sesenta y setenta y tiene coincidencias

con algunos planteamientos que se impulsaron con las reformas de los ochenta y noventa

(control del déficit fiscal, de la inflación, respeto a la propiedad privada y a los intercambios

7 Dentro de esta caracterización general hay obviamente variaciones entre países. Así, por ejemplo, en unos casos la política social es más activa, la regulación estatal es más intensa o el respeto a las reglas del mercado es mayor que en otros.

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de mercado), lo que lleva a algunos autores a plantear que el giro está muy lejos de configurar

un modelo alternativo al Consenso de Washington (Paramio, 2006) o que incluso la izquierda

en Brasil, Uruguay y Chile no es izquierda (Borón, 2012). Sin embargo, no puede ignorarse

que la postura izquierdista de inicios del siglo XXI tiene también importantes diferencias con

los señalamientos neoliberales, en especial en relación a que los frutos del crecimiento

económico no llegarán en automático a todos los sectores de la sociedad (por lo que se

requiere redistribución), o que el libre mercado es benéfico para todos (lo que hace necesaria

la regulación). También hay diferencias sobre la conveniencia de los acuerdos

internacionales de libre comercio (mismos que fueron impulsados con fuerza antes del giro),

ya que si bien la izquierda de hoy en día no es aislacionista ni radicalmente proteccionista,

mantiene sus reservas respecto a la apertura total del comercio internacional en sus países,

en especial cuando el mismo se realiza con naciones más poderosas (Santander, 2009). En

consecuencia, el giro a la izquierda en América Latina no puede caracterizarse como la

continuación del neoliberalismo, aunque ciertamente no rompe con él. Se trata de un giro,

mas no de un cambio radical y menos de un retorno al pasado.

En relación al ámbito político, en la literatura se suele destacar que la izquierda dejó atrás su

escepticismo con la democracia (a la que llamaba burguesa o meramente formal) y está

comprometida con los procedimientos electorales para elegir autoridades, pero los considera

insuficientes para incluir a los grupos marginados, por lo que promueve la democracia

participativa (Cameron, 2009; Panizza, 2009; Weyland, 2010) y la toma de decisiones a

través de mecanismos de democracia directa (nombrados por algunos autores como formatos

posliberales de participación política).8 En ese sentido, su crítica política estaría usualmente

dirigida a cuestionar el desempeño de los gobiernos más que la democracia en sí misma,

aunque sin dejar de buscar la construcción de sistemas políticos más incluyentes (Schamis,

2006; Beasley-Murray, Cameron y Hershberg, 2010).

No está claro en qué medida lo que la literatura identifica como planteamientos que defiende

la izquierda tiene sustento empírico, y si así fuera, si se está prestando atención a lo que los

líderes de esta corriente política dicen en sus discursos, en sus entrevistas y en sus programas

8 Véase Lanzaro (2008) y Arditi (2009).

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de gobierno o a las decisiones que toman y a las acciones que emprenden una vez que están

en el poder.

III. El estado del arte sobre el giro a la izquierda en América Latina. ¿Qué sabemos y

qué ignoramos?

La discusión académica sobre el giro a la izquierda en América Latina ha atravesado tres

etapas. En la primera los estudios se limitaron a argumentar que, en efecto, se estaba

produciendo dicho giro y comenzaron a plantear de manera preliminar las causas del mismo,

aunque sin mostrar evidencia de ello (Borón, 2004; Boersner, 2005; Panizza, 2005; Paramio,

2006; Touraine, 2006). En estos trabajos se aprecia un optimismo moderado sobre las

posibilidades que los nuevos gobiernos tienen para efectuar cambios importantes y se señalan

algunos desafíos que enfrentaría la izquierda (amplias demandas de la población, deterioro

económico previo, necesidad de gobernar eficazmente para aliviar las carencias de los

sectores más empobrecidos y de hacerlo de manera más incluyente) que además le permitan

construir o mantener su credibilidad. En la segunda etapa la academia discutió ampliamente

las causas del giro y los tipos de izquierda que se puede identificar en los gobiernos de la

región. Al respecto, hay consenso de que la crisis económica de fines de los noventa e inicios

de este siglo9 desencadenó la ola de triunfos de candidatos izquierdistas, aunque las lecturas

sobre ese episodio varían, ya que para algunos se trató de la culminación del fracaso del

neoliberalismo en generar crecimiento, mejorar las condiciones de vida de la población y

reducir la desigualdad (Laclau, 2006; Arditi, 2009; Macdonald y Ruckert, 2009; Sader, 2009;

Borón, 2012), en tanto que para otros lo que hubo fue un desencanto social con los resultados

económicos obtenidos luego de varios años de reformas, aunque el saldo sería más bien mixto

ya que las mismas permitieron al menos mantener la estabilidad de las economías (Lanzaro,

2008; Paramio, 2008; Panizza, 2009; Santander, 2009; Beasley-Murray, Cameron y

Hershberg, 2010; Luna, 2010; Levitsky y Roberts, 2011; Weyland, 2010; Oxhorn, 2009).10

Otras de las causas frecuentemente mencionadas en la literatura son la crisis de

representación que sufrió la clase política ante la ciudadanía, el mal desempeño de los

9 Llamada media década perdida por la CEPAL (2002). 10 Pero todas las explicaciones al respecto destacan la amplia desigualdad y la extendida pobreza en la región a inicios del siglo XXI.

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gobiernos en la región y la falta de rendición de cuentas democrática (Lanzaro, 2007;

Paramio, 2008; Cameron, 2009; Panizza, 2009; Santander, 2009; Silva, 2009; Luna, 2010;

Thwaites, 2010), que se pueden aglutinar bajo el término déficits del sistema político

democrático. Esto ya había sido diagnosticado en un documento elaborado por el PNUD

(2004) (con datos hasta 2002) y ampliamente difundido en la región en el que se mostraba

que la insatisfacción ciudadana con la democracia había aumentado y que los partidos

políticos y los cuerpos legislativos recibían el apoyo de menos de un cuarto de la población,

todo ello a pesar de que la mayoría de los países gozaban de más de veinte años de vida

democrática ininterrumpida. La principal diferencia en la interpretación de ese fenómeno

entre los autores es que unos (aquellos para los que el fracaso del neoliberalismo es el único

factor causal del giro a la izquierda) lo conciben como parte integral del deterioro neoliberal

(es decir, las reformas estructurales de mercado habrían sido más que un cambio de las

políticas de desarrollo, y constituían también un proyecto de transformación político, social

y cultural),11 y en cambio para otros los ámbitos económico y político son autónomos, aunque

ciertamente existe relación entre las crisis en ambos de principios de siglo.12

La crisis económica y los déficits del sistema político democrático latinoamericano son las

causas del giro a la izquierda más mencionadas en la literatura (aunque ningún estudio ofrece

un planteamiento metodológico causal para demostrarlo).13 También se suele resaltar el

impacto que tuvo la normalización electoral en la región, ya que en la medida en que se

institucionalizó la competencia política las elecciones se convirtieron en parte de la vida de

los países y fueron asumidas por los distintos actores (incluidas las izquierdas) como la única

ruta para la conquista del poder. En ese sentido, era esperable que tarde o temprano los

partidos y candidatos que no habían accedido a los gobiernos tengan su oportunidad, la cual

llegó cuando el electorado pudo castigar a sus autoridades por la crisis económica y por el

mal desempeño público (Castañeda, 2006; Clearey, 2006; Levitsky y Roberts, 2011). Es más,

algunos autores señalan que el giro a la izquierda no fue más que una alternancia política en

que la población no votó a favor de la izquierda, sino de oposiciones o de líderes que no

11 En especial Laclau (2006), Arditi (2009), Macdonald y Ruckert (2009), Roberts (2009), Sader (2009) y Borón (2012). 12 Véase Lanzaro (2007), Paramio (2008), Cameron (2009), Panizza (2009), Santander (2009), Silva (2009) y Luna (2010). 13 Con excepción de Diego (2016), que es una tesis de maestría de la FLACSO-México.

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habían gobernado previamente, esto con el fin de que haya cambios en los gobiernos

(Panizza, 2009). ¿Por qué entonces no llegaron las izquierdas antes al poder?

La crisis de la deuda de la década del ochenta del siglo pasado afectó la credibilidad de los

planteamientos que señalaban la necesidad del involucramiento del Estado en la economía,

mismos que siempre han sido parte de los programas de la izquierda política. El desprestigio

de estas ideas fue tan grande y el acuerdo sobre la conveniencia de las reformas de mercado

llegó a ser tan amplio que varios candidatos que postularon por partidos de tradición

nacionalista-revolucionaria se ajustaron a los señalamientos del Consenso de Washington

cuando les tocó gobernar.14 El éxito en contener la inflación y en conservar la estabilidad

económica, en un contexto en que el recuerdo de los trastornos provocados por la crisis aún

estaban frescos, permitieron la continuidad de dichas políticas. Sin embargo, las izquierdas

fueron avanzando de forma gradual en elecciones subnacionales y municipales, lo que les

permitió, antes de llegar a la presidencia, gobernar regiones importantes de los países y

ciudades tan centrales como Caracas, Brasilia, Sao Paolo, Montevideo, San Salvador y la

Ciudad de México. Ese ejercicio de gobierno no sólo les permitió ganar experiencia en la

gestión pública, sino también construir una buena reputación al respecto.15 Además, el acceso

que tuvo la izquierda a los poderes legislativos le permitió proyectar su imagen y mezclar

discursos de oposición radical con el juego pragmático de alianzas y compromisos

parlamentarios. En ese sentido, el giro habría sido producto de un proceso de acumulación

política de la democracia que tomó casi dos décadas, tiempo en el cual las ideas de mercado

perdieron fuerza y los partidos de izquierda acumularon experiencia y ganaron aceptación.

Las causas desarrolladas en los dos párrafos anteriores pueden sintetizarse bajo las

expresiones institucionalización de la competencia política y acumulación política

democrática. A las mismas la literatura agrega dos factores causales de índole internacional:

el retiro de Estados Unidos de la región después del ataque a las torres gemelas de 2001

(Cameron, 2009) y el surgimiento de un proceso de difusión regional hacia la izquierda,

similar a un efecto contagio de un país a otro (Levitsky y Roberts, 2011). En relación al

14 Fue el caso de Carlos Menem en Argentina, Carlos Salinas en México y Víctor Paz en Bolivia. Esta aparente paradoja es explicada por Stokes (2001). 15 Este argumento es desarrollado por Panizza (2009) y por Levitsky y Roberts (2011).

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primero, se menciona que el país norteamericano concentró sus esfuerzos militares,

diplomáticos y económicos en las invasiones a Irak y Afganistán y en los efectos negativos

que éstas generaron en los países cercanos, lo que provocó que América Latina pase a un

segundo o tercer plano de su agenda internacional, motivo por el que la fuerza cada vez mayor

que iba cobrando el giro a la izquierda no se vio amenazada por una reacción contraria desde

Washington. Esta postura de Estados Unidos incluso aumentó después de la IV Cumbre de

las Américas en Mar del Plata en que prácticamente quedó sepultada cualquier posibilidad

de que se concrete la iniciativa norteamericana de constituir un área de libre comercio

continental (el ALCA). En relación al proceso de difusión regional se señala que el éxito de

los primeros gobiernos de izquierda en lograr un buen desempeño económico (en buena

medida gracias al aumento de precios internacionales de materias primas) eliminó las

reservas que algunos sectores de la población en otros países tenían con la izquierda y dio

mayor impulso al giro. La siguiente tabla resume las causas del giro a la izquierda en América

Latina que identifica la literatura comparada.

Tabla 2. Causas del giro a la izquierda

Ámbito Causas

Interno

Crisis económica/fracaso del neoliberalismo Déficits del sistema político democrático Institucionalización de la competencia política Acumulación política democrática

Externo Retiro de Estados Unidos de la región Difusión regional hacia la izquierda

Fuente: elaboración propia

En la discusión académica sobre los tipos de izquierda en América Latina se identifican dos

corrientes: una que construye tipologías mutuamente excluyentes (que es predominante en

los estudios) y otra que propone clasificaciones multidimensionales. En relación a la primera,

ha tenido amplia difusión el planteamiento de Castañeda (2006) de que existen dos izquierdas

en la región, una populista y otra socialdemócrata. La primera estaría presente en Venezuela,

Bolivia y Argentina, y la segunda en Chile, Uruguay y Brasil. Para este autor sólo la izquierda

socialdemócrata representa un avance en términos de su responsabilidad fiscal, su pluralismo

y su apertura a la modernidad, en tanto que el populismo es un retroceso histórico en todos

los sentidos. Oxhorn (2009) y Weyland (2010) presentan clasificaciones muy similares pero

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con distintas etiquetas; así, identifican una izquierda moderada donde las instituciones

representativas tuvieron éxito (presente en Brasil, Chile y Uruguay) y otra contestataria que

emergió del rechazo a esas instituciones (en Venezuela, Bolivia y Ecuador). Por su parte,

Schamis (2006) y Lanzaro (2008) proponen una categoría intermedia entre las dos anteriores,

misma que estaría caracterizada por su pasado nacional-popular y por el hecho de que está

presente en países que nunca pudieron establecer un sistema de partidos institucionalizado

(en Argentina, Nicaragua y Perú).

En las tipologías mutuamente excluyentes siempre aparecen de un lado Chile, Uruguay y

Brasil, y del otro Venezuela, Bolivia y Ecuador, y se desvanecen las diferencias que hay al

interior de cada grupo, pero las clasificaciones multidimensionales añaden información

importante. Así por ejemplo, Panizza (2009) muestra que en Bolivia la participación directa

y la deliberación de los actores sociales es muy alta, lo que la acerca al caso uruguayo y la

aleja de la izquierda venezolana, pero que el poder del líder también es alto, lo que, de forma

contraria, la aleja de Montevideo y la acerca a Caracas. Para Luna (2010) también hay

similitudes entre la izquierda uruguaya y la boliviana (en relación a los límites sociales al

poder) y entre ésta y la venezolana (ya que ambas buscan cambios radicales). Finalmente,

quienes hacen la propuesta más interesante son Levitsky y Roberts (2011), quienes

identifican cinco grupos de esta corriente política en la región: izquierda electoral profesional

(en Brasil y Chile), izquierda orgánica de masas (en Uruguay), maquinaria populista (en

Argentina y Nicaragua), izquierda populista (en Venezuela y Ecuador) y movimiento de

izquierda (en Bolivia).

Al igual que en la discusión sobre qué es la izquierda, en el debate sobre los tipos de izquierda

no queda claro si los autores están evaluando lo que dicen los líderes o lo que hacen, los

orígenes de esos gobiernos o la forma en que gobiernan. Tampoco ayuda mucho el que ese

debate esté atravesado por prejuicios en contra de una parte de la izquierda de la región o

esté planteado en términos normativos de la buena y la mala izquierda, algo que es notorio

al menos en Castañeda (2006), Schamis (2006)16 y Weyland (2010). Pero ese tipo de sesgo

también se aprecia en quienes se empeñan en defender, con ninguna evidencia sistemática, a

16 Este autor incluso viola la regla de clasificación (institucionalización del sistema de partidos) que él mismo establece y señala que en Venezuela y Bolivia existe una petro izquierda.

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las experiencias de Venezuela, Bolivia y Ecuador (Laclau, 2006; Borón, 2012). En ese

sentido, resulta lamentable que la batalla ideológica permee en los estudios científicos sobre

los fenómenos políticos.17

La tercera etapa de la discusión académica sobre el giro a la izquierda es reciente y está muy

poco desarrollada. En ella se discute sobre los resultados de los gobiernos de izquierda: cómo

gobernaron en términos del ejercicio de autoridad, qué reformas institucionales

emprendieron y qué políticas impulsaron a nivel económico y social. Al respecto hay acuerdo

en que las condiciones externas del giro fueron favorables debido al notable incremento de

precios de materias primas que benefició a la región por al menos una década. Ello permitió

a los gobernantes aumentar el gasto social, fomentar la participación económica del Estado

(aunque con grandes variaciones entre países) y, al mismo tiempo, mantener en orden las

finanzas públicas; es decir, sin abandonar la ortodoxia económica la izquierda pudo

emprender políticas redistributivas, siendo predominantes los programas de transferencias

monetarias condicionadas18 (Madrid, Hunter y Weyland, 2010; Levitsky y Roberts, 2011;

Macdonald y Ruckert, 2009; Hershberg, 2010). En realidad, este tipo de programa social no

es una innovación de la izquierda, ya que surgió en México a mediados de los noventa (en

pleno dominio priísta) y después fue propagado en la región por el Banco Interamericano de

Desarrollo (BID), pero la posibilidad que ofrecía de llegar a los sectores más necesitados y

de obtener buenos resultados con poca inversión pública lo hizo muy popular entre los

gobernantes.19 Esto muestra que un rasgo adicional de la izquierda latinoamericana actual es

su pragmatismo.

Lo anterior significa que el giro a la izquierda no significó el fin del Consenso de Washington

(Oxhorn, 2009; Silva, 2009) pero tampoco el inicio de una transición al socialismo, sino el

intento de construir un capitalismo más incluyente (Levitsky y Roberts, 2011). Sin embargo,

si bien el aumento de precios de materias primas permitió a los gobiernos impulsar políticas

17 El debate contemporáneo sobre el populismo, que es una parte de la discusión más amplia sobre los tipos de izquierda, es el que más ha sufrido la falta de rigor científico de la academia. 18 Esta combinación entre ortodoxia económica y política social activa ha sido denominada posneoliberalismo. Para algunos autores este es el rasgo principal de los gobiernos de izquierda latinoamericanos, los que no serían neoliberales, pero tampoco antineoliberales ni keynesianos (esto último exigiría al menos el intento de construir un Estado de bienestar, lo que no ha sucedido). Al respecto, véase Macdonald y Ruckert (2009). 19 Véase Fiszbein y Schady (2009) y Cecchini y Madariaga (2011).

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sociales de forma más activa que sus antecesores (con buenos resultados en términos de

reducción de la pobreza y de la desigualdad), también redujo la presión para emprender

reformas impositivas progresivas y para iniciar un proceso de transformación productiva que

permitan que los avances logrados sean sostenibles en el largo plazo. En ese sentido, América

Latina podría haber perdido una oportunidad histórica e incluso haber dado un paso muy

peligroso debido a que la dependencia de las materias primas se profundizó y su

vulnerabilidad externa aumentó (Hershberg, 2010).

En el aspecto político, los estudios destacan que los gobiernos de izquierda han mantenido

las instituciones básicas de la democracia electoral y no han echado abajo el orden político;

sin embargo, claramente en unos países los cambios han sido más radicales que en otros, ya

que mientras en Brasil, Chile y Uruguay se ha respetado a las instituciones políticas existentes

y a la oposición, en Venezuela, Bolivia y Ecuador se concentró el poder en el Ejecutivo

debilitando los pesos y contrapesos entre poderes y prevaleció una práctica política

confrontacional y polarizante (Levitsky y Roberts, 2011). Si bien esto lleva a afirmar que la

democracia fue respetada más en el primer grupo que en el segundo, no puede ignorarse que

los sectores políticamente excluidos antes del giro vieron incrementada su influencia en

mayor medida en éste que en aquél, y que, como consecuencia, la satisfacción con la

democracia aumentó notablemente en los países gobernados por lo que algunos consideran

la izquierda populista y que en los de la izquierda socialdemócrata dicha satisfacción se

mantuvo en niveles relativamente bajos (Madrid, Hunter y Weyland, 2010). En ese sentido,

el reto para América Latina sigue siendo el mismo desde hace décadas: ¿cómo lograr una

inclusión política plural? (Oxhorn, 2009).

El presente artículo se inserta en la tercera etapa de estudios sobre el giro a la izquierda en

América Latina, pero a la vez pretende inaugurar una cuarta, dedicada a discutir si éste ha

concluido, qué escenarios a futuro se abren para la región y qué retos deben afrontar los

nuevos gobiernos con independencia de su signo ideológico. Sin embargo, es preciso señalar

que las preguntas que han motivado cada una de las etapas anteriores aún no han sido

completamente respondidas. Así, aún está pendiente la corroboración empírica de las causas

del giro, el estudio de los factores que explican por qué surgen distintos tipos de izquierda en

la región y las implicaciones de ello, el análisis de por qué ciertos gobiernos decidieron

Page 13: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

emprender cambios más profundos que otros y el examen de si el aumento de precios de

materias primas debió producir avances sociales mayores (evaluación de la gestión pública

de la izquierda), entre otras interrogantes. El debate que se genere debe, además, procurar ser

desapasionado y centrado en la evidencia disponible.

IV. Causas del giro a la izquierda

A continuación, se presenta un modelo de regresión logística para dar cuenta del efecto que

tuvieron las variables planteadas en el apartado teórico, sobre la primera victoria de la

izquierda en los países de la región en los que adoptaron un gobierno presidencial de esta

corriente, desde finales de la década de los noventa del siglo XX hasta la fecha.

Para la prueba empírica se construyó una base de datos tipo panel, la cual está compuesta por

cuatro tipos de variables:

1) Dicotómicas: primera victoria de la izquierda, retiro de Estados Unidos de la región,

difusión regional hacia la izquierda y acumulación política democrática.

2) Categóricas: evaluación de la economía y nivel de confianza en el gobierno.

3) Discretas: Institucionalización de la competencia política.

4) Continuas: Crecimiento del PIB (porcentaje anual), inflación a precios constantes, e índice

de Gini. Éste último grupo de variables es de control y se tomó en cuenta porque de acuerdo

con Nadeau et al. (2015), los indicadores que más se utilizan en el análisis del voto económico

retrospectivo son la tasa de crecimiento del PIB y la inflación, mismos que en el presente

análisis se complementan con el índice encargado de medir el nivel de desigualdad.

Una vez que se mencionaron las variables que explican los resultados obtenidos por la

izquierda, se presenta la ecuación del modelo:

𝐿𝐿𝐿𝐿 � 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖

� = 𝛼𝛼𝑗𝑗 + ∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑗𝑗𝑘𝑘

Donde

Page 14: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

𝑷𝑷𝒊𝒊𝒊𝒊:𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝐿𝐿𝑡𝑡𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝒊𝒊: 𝑃𝑃𝐿𝐿𝑃𝑃𝑃𝑃𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃 𝑃𝑃 𝒊𝒊:𝑝𝑝𝑃𝑃í𝑠𝑠 𝑗𝑗

𝒌𝒌: 𝑑𝑑𝑃𝑃𝑑𝑑𝑒𝑒𝑒𝑒𝑃𝑃ó𝐿𝐿 𝑘𝑘 𝜶𝜶𝒊𝒊: 𝑒𝑒𝑃𝑃𝐿𝐿𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑖𝑖𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑗𝑗𝑃𝑃 𝑃𝑃ó𝐿𝐿𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃í𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃

sin 𝑡𝑡𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑑𝑑𝐿𝐿 𝑒𝑒𝑡𝑡𝑑𝑑𝐿𝐿𝑡𝑡𝑃𝑃 𝐿𝐿𝑃𝑃𝐿𝐿𝑛𝑛𝑡𝑡𝐿𝐿𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃. 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑒𝑒𝑃𝑃𝐿𝐿𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑑𝑑𝑠𝑠 𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑠𝑠 𝑒𝑒𝑃𝑃𝐿𝐿𝑠𝑠𝑡𝑡𝑃𝑃𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑𝑠𝑠 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑠𝑠 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑑𝑑𝑃𝑃𝑑𝑑𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑𝑠𝑠 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑠𝑠𝑑𝑑𝑠𝑠 𝜷𝜷𝑿𝑿𝒊𝒊𝒊𝒊𝒌𝒌:𝐶𝐶𝑃𝑃𝑑𝑑𝑡𝑡𝑃𝑃𝑒𝑒𝑃𝑃𝑑𝑑𝐿𝐿𝑡𝑡𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑋𝑋 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑃𝑃𝐿𝐿𝑃𝑃𝑃𝑃𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃 𝑃𝑃, 𝑑𝑑𝐿𝐿 𝑑𝑑𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃í𝑠𝑠 𝑗𝑗, 𝑑𝑑𝐿𝐿 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑑𝑑𝑃𝑃𝑑𝑑𝑒𝑒𝑒𝑒𝑃𝑃ó𝐿𝐿 𝐾𝐾. La ecuación en su forma ampliada se expresa:

𝐿𝐿𝐿𝐿 � 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖

�=𝛼𝛼𝑗𝑗+β1𝑋𝑋1+β2 𝑋𝑋2+β3𝑋𝑋3+β4𝑋𝑋4+β5𝑋𝑋5+β6𝑋𝑋6+β7𝑋𝑋7+β8 𝑋𝑋8 +β9𝑋𝑋9

Dado que interesa saber el impacto que tienen las variables independientes y las de control

sobre los resultados obtenidos por la izquierda en las elecciones presidenciales, a

continuación se describe como fueron construidas, y que se espera de cada variable.

Variable dependiente

Primer victoria de la izquierda, se utilizó una variable dicotómica en la que se asignó el valor

0 a los años de las elecciones en las que no ganó la izquierda y 1 para cuando obtuvo el

triunfo en cada país de la región.

Variables independientes. La elección de estas variables y las de control, se llevó a cabo bajo

la premisa de que la izquierda representa a la oposición en el año de la elección.

Evaluación de la economía, para medir fracaso del neoliberalismo se utilizaron los datos

Latinobarómetro sobre la percepción que tenían los ciudadanos respecto al desempeño

económico en sus países, en el año de la elección. Se espera que si los electores consideran

que la economía va mal, obtén por un gobierno de izquierda.

Para medir el déficit del sistema político, de nueva cuenta con datos de Latinobarómetro, se

tomó en cuenta el nivel de confianza en el gobierno. Se espera que si la desconfianza es alta,

los ciudadanos elijan a un líder de izquierda para encabezar el poder ejecutivo.

Page 15: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

Respecto a la institucionalización de la competencia política se contabilizó el número de años

que llevaban realizándose elecciones democráticas antes del año de la elección ya que la

realización de comicios, otorgaba la posibilidad de alternancia ideológica en el poder.

En cuanto a la acumulación política democrática, se construyó una variable dicotómica en

la que se asignó el valor 0 para aquellos países en los cuales, no habían gobiernos

subnacionales de izquierda y 1 para el caso contrario. Se espera que si en las naciones existían

mandatos locales izquierdistas, la corriente aumentaba sus posibilidades de llegar a la

presidencia.

Para el caso del retiro de Estados Unidos, se creó variable binaria, a la que se asignó el valor

1 para la presencia de Estados Unidos antes de 2005 y 0 para los años siguientes. Sobre el

comportamiento de la variable dependiente, se espera que la izquierda aumente sus

posibilidades de llegar a la presidencia cuando el país del norte deja de intervenir.

Respecto a la difusión regional hacia la izquierda, se utilizó una variable dicotómica, en la

que el valor 1 fue asignado a los años posteriores a 2003 y 0 para los anteriores. Se espera

que la izquierda tenga resultados positivos en las elecciones después de este año.

Variables de control

Para este grupo de variables se espera que si la inflación y el índice de Gini son altos, y el

nivel de crecimiento del PIB es bajo, las posibilidades de la izquierda de encabezar el poder

ejecutivo se incrementen. Los datos fueron obtenidos del Banco mundial, de la base de datos

de las economías de América Latina 1965 – 2014, y The Standardized World Income

Inequality Database (Harvard).

Una vez descrita la composición de las variables se presentan los resultados de la regresión

logística, después de cuatro iteraciones.

Tabla 1 Modelo: Factores que favorecieron el Giro a la Izquierda en Latinoamérica.

Variable dependiente Primera victoria de la izquierda Variables independientes

Page 16: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

Variable X Coeficiente β Signo Evaluación de la economía -0.30**

(0.02) Esperado

Déficit del sistema político -0.31** (0.01)

Esperado

Institucionalización de la competencia política

-0.01** (0.00)

No esperado

Acumulación política democrática 0.45** (0.03)

Esperado

Retiro de Estados Unidos 0.80** (0.03)

Esperado

Difusión regional hacia la izquierda 2.47** (0.05)

Esperado

Variables de Control % de Crecimiento del PIB -0.13**

(0.00) Esperado

Inflación a precios constantes de 2005 0.00 (0.00)

Gini 0.05** (0.00)

Esperado

Constante -4.26** (0.25)

Pseudo R2 0.085 0.1052

Además de la tabla 1 con los resultados del modelo, se presenta la Gráfica 1, mediante la cual

el lector podrá identificar el sentido del impacto de las variables independientes y de control

sobre el primer triunfo de la izquierda. La línea vertical señala el impacto nulo sobre la

primera victoria de la izquierda; los puntos que se observan del lado derecho, señalan un

impacto positivo y los del lado izquierdo, tienen el efecto contrario.

Page 17: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

Grafica 1. Coeficientes del modelo. Impacto de las variables explicativas sobre la primera victoria de la izquierda.

En la gráfica de coeficientes del modelo, la línea vertical indica un impacto nulo en la variable

dependiente, -primera victoria de la izquierda-, la cual tienen dos posibilidades: triunfo o

derrota; las variables más próximas a la línea vertical inciden en menor cuantía sobre los

resultados de la corriente -Institucionalización de la competencia política, Índice Gini, e

inflación (esta última no es significativa)-. Mientras que del lado derecho se encuentran las

variables que inciden positivamente sobre el triunfo en las elecciones –retiro de Estados

Unidos, difusión de la izquierda, acumulación política- Del lado izquierdo están las variables

tienen el efecto contrario –evaluación positiva de la economía, alto nivel de confianza en el

gobierno saliente, crecimiento del PIB-. A continuación se interpretan los resultados

obtenidos con el modelo, atendiendo tanto a las probabilidades de la corriente como al

número de individuos que podrían votar por la izquierda para que ésta llegue al poder

ejecutivo por primera vez.

eco_actual

conf_gob

Interv_USA_05

dif_izq_03

Años_Democ

Gob_subna

crec_pib_porc_anual

inf_prec_cons

gini_net

-1 0 1 2 3

Page 18: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

Probabilidades de la izquierda de llegar a la presidencia por primera vez

Para el cálculo de las probabilidades de votar por la izquierda con cada una de las variables

manteniendo todo lo demás constante, se transforma, la ecuación base del modelo de la

siguiente manera:

𝐿𝐿𝐿𝐿 � 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖

�=𝛼𝛼𝑗𝑗+β1𝑋𝑋1+β2 𝑋𝑋2+β3𝑋𝑋3+β4𝑋𝑋4+β5𝑋𝑋5-β6𝑋𝑋6-β7𝑋𝑋7-β8 𝑋𝑋8 +β9𝑋𝑋9-β10 𝑋𝑋10+β11𝑋𝑋11

Por simplicidad se definirá

z=𝛼𝛼𝑗𝑗+β1𝑋𝑋1+β2 𝑋𝑋2+β3𝑋𝑋3+β4𝑋𝑋4+β5𝑋𝑋5-β6 𝑋𝑋6-β7𝑋𝑋7-β8 𝑋𝑋8 +β9𝑋𝑋9-β10 𝑋𝑋10+β11𝑋𝑋11

Realizando el álgebra pertinente se tiene que:

𝐿𝐿𝐿𝐿 �𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗

1 − 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗� = 𝑖𝑖

Para transformar el logaritmo se utiliza una función exponencial

𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗1 − 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗

= 𝑑𝑑𝑧𝑧

𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 = 𝑑𝑑𝑧𝑧�1 − 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗�

𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 = 𝑑𝑑𝑧𝑧 − 𝑝𝑝𝑑𝑑𝑧𝑧

𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 + 𝑝𝑝𝑑𝑑𝑧𝑧 = 𝑑𝑑𝑧𝑧

𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗(1 + 𝑑𝑑𝑧𝑧) = 𝑑𝑑𝑧𝑧

Por lo tanto, ara observar el impacto variable por variable la ecuación que se utilizará es:

𝑃𝑃𝑖𝑖𝑗𝑗 =𝑑𝑑𝑧𝑧

1 + 𝑑𝑑𝑧𝑧

Page 19: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

Tabla 2. Cálculo de Probabilidades

Variable dependiente Primera victoria de la izquierda Variables independientes Variable X Coeficiente β Probabilidad Evaluación de la economía -0.30 58% Déficit del sistema político -0.31 58% Institucionalización de la competencia política

-0.01

50%

Acumulación política democrática

0.45 61%

Retiro de Estados Unidos 0.80 69% Difusión regional hacia la izquierda

2.47 92%

Variables de Control % de Crecimiento del PIB -0.13 53% Inflación a precios

constantes de 2005 0.00

Gini 0.05 51% Elaboración propia

La información de la tabla 2, refleja que las probabilidades de la izquierda de encabezar el

poder ejecutivo por cada variable, manteniendo todo lo demás constante, disminuyen 58% si

la evaluación de la economía es positiva o si existe alta confianza en el gobierno saliente,

50% si la Institucionalización de la competencia política es sólida, 53% si aumenta el

porcentaje de crecimiento del PIB.

Por el contrario, las probabilidades aumentan 61% si existen gobiernos locales de izquierda,

69% si no existe intervención estadounidense, 92% si la izquierda gobierna en otras naciones

de la región, y 51% si se incrementa el nivel de desigualdad.

Una vez calculadas las probabilidades de triunfo de la izquierda, resulta conveniente

transformarlas y presentarlas como razones de momios para interpretarlas a través del

número de votantes.

Para transformar el logaritmo en una razón de momios se puede utilizar una función

exponencial en la que:

Page 20: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

� 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖1−𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖

� = 𝑑𝑑𝛼𝛼𝑖𝑖+∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑖𝑖𝑘𝑘

Por lo tanto:

𝑝𝑝 =𝑑𝑑𝛼𝛼𝑖𝑖+∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘

𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑖𝑖𝑘𝑘

1 + 𝑑𝑑𝛼𝛼𝑖𝑖+∑ 𝛽𝛽𝑘𝑘𝑘𝑘=1 𝑋𝑋𝑖𝑖𝑖𝑖𝑘𝑘

El cociente cobra riqueza explicativa si se multiplica la expresión por 100, ya que esto

permite expresar los resultados en función del número de votantes. Entonces, la expresión

queda de la siguiente manera:

𝑉𝑉𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑋𝑋𝑁𝑁𝑂𝑂 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑡𝑡𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑝𝑝𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑖𝑖𝑖𝑖𝑡𝑡𝑃𝑃𝑑𝑑𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑃𝑃𝑃𝑃 𝑖𝑖𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑃𝑑𝑑 𝑋𝑋

=𝑑𝑑𝛽𝛽

𝑑𝑑0. �

100100�

=𝑑𝑑𝛽𝛽

1. �

100100�

Tabla 3. Posibles votantes

Variable dependiente Primera victoria de la izquierda Variables independientes Variable X Coeficiente β Posibles votantes Evaluación de la economía -0.30 135 Déficit del sistema político -0.31 136 Institucionalización de la competencia política

-0.01

101

Acumulación política democrática 0.45 157 Retiro de Estados Unidos 0.80 223 Difusión regional hacia la izquierda 2.47 1182 Variables de Control % de Crecimiento del PIB -0.13 114 Inflación a precios constantes de 2005 0.00 100 Gini 0.05 105

La información de la tabla anterior señala que por cada 100 votantes que favorezcan a la

izquierda en las elecciones presidenciales, no lo harán 135 si la evaluación de la economía

es positiva, 136 si la confianza en el gobierno es alta, 101 si la Institucionalización de la

competencia política es sólida, y 14 si aumenta el porcentaje de crecimiento del PIB.

Por el contrario, por cada 100 votantes que no elegirían a un candidato de izquierda, sí lo

harían, 157 si existen gobiernos subnacionales de izquierda, 223 si no existe intervención

Page 21: ¿Fin del giro a la izquierda en América Latina? Mario Torrico

estadounidense, 1182 si el poder ejecutivo está encabezado por esta corriente en otras

naciones de la región, y 105 si el nivel de desigualdad se incrementa.

Conclusiones

El modelo estadístico presentado brinda respaldo a la mayoría de las causas del giro a la

izquierda identificadas por la literatura. La única variable que no tiene el comportamiento

esperado es institucionalización de la competencia política, ya que el resultado muestra que

en la medida en que la democracia persiste en el tiempo es menos probable que la izquierda

gane elecciones presidenciales (aunque el efecto es muy pequeño).