Finanzas Populares julio 2013

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Suplemento trimestral impress y on-line especializado en finanzas para las pymes y emprendedores.

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Manuel García*

En relación con los llamados “grupos vulnerables”, lo primero que se viene a la mente es gente pobre y con poca o ninguna preparación académica o técnica, por tanto desvinculada de los sectores productivos y sin experiencia ni capacitación para los negocios.

Ese grupo de población tiene muchas dificultades para emplearse, y la tendencia en los países emergentes como México es que el problema aumente. A lo que se suma un deterioro creciente en la calidad de los trabajos.

Muchos jóvenes, que con grandes sacrificios terminan una carrera universitaria, no encuentran trabajo. Con un problema adicional: según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 6.9 millones de jóvenes entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan y para revertir esta tendencia se necesita de la voluntad de instituciones educativas, del gobierno y las empresas.

Es ahí donde deben entrar las microfinacieras, promoviendo grupos para el autoempleo a partir de un oficio o impulsando miocroempresas, que aunque pequeñas, reúnan elementos para poder crecer y en algún momento crear nuevas fuentes de trabajo.

Pensamos que hay una gran beta para forjar posibles microempresarios. A algunas personas que mal que bien tienen una formación profesional, si se les apoya mediante un proceso de incuba-ción adecuado y se les brinda financiamiento, podrían alcanzar sus sueños de realización personal.

En varios países, México incluido, se ha venido desarrollando el modelo de redes de apoyo a proyectos innovadores. Existen, por ejemplo, las “Compañías Startup”, una red global de líderes y emprendedores. Esa podría ser otra alternativa para promover proyectos financieramente viables.

Como institución, hemos dado financiamiento a grupos altamente vulnerables, entre ellos adultos mayores, mujeres cabeza de familia, personas con capacidades diferentes, todos en condición de pobreza. Inicialmente, la expectativa era que los índices de morosidad que se registrarían serían muy altos. Para nuestra sorpresa, los niveles que se dieron fueron muy parecidos a los de los grupos solidarios.

Es sabido que las instituciones del sector tienen como responsabilidad social apalancar el crecimiento económico de las comunidades donde participan. Es verdad, también, que al financiar em-prendedores se incrementan los índices de morosidad por los altos niveles de mortandad en los nuevos negocios. Pero hay mecanismos que se pueden aprovechar para la incubación y la aceleración de negocios. Existen instituciones muy reconocidas y con incubadoras certificadas, con las que se pueden hacer sinergias para conjuntar esfuerzos, haciendo cada quien lo que le corresponde, con la finalidad de impulsar y apoyar el emprendimiento y el autoempleo.

* Miembro del Consejo Directivo ANMIF

2 JULIO 2013

Cynthia Montiel*

Desde 2011, las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple No Reguladas han tenido que enfrentar una oleada de regulaciones de la SHCP y la CNBV,

en particular sobre el tema de prevención de lavado de dinero. Ajustarse a ello no ha sido una tarea fácil. Algunas institucio-nes han registrado dificultades desde la designación del oficial de cumplimiento, identificación y conocimiento del cliente, la integración del comité de comunicación y control y en el envío de reportes.

La falta de conocimiento por parte de las SOFOM ENR y la poca orientación e información de las autoridades han retrasado el proceso de cumplimiento, en comparación con las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo que cuentan con una lógica de regulación y están más familiarizadas con ese tipo de reglas. Por otra parte, también tienen que cumplir con las regulaciones de la CONDUSEF.

Por esa razón, la ANMIF y el INDIFEP se han esforzado en promover y brindar programas de capacitación que ayuden a las instituciones del sector a aclarar las dudas que van surgiendo en sus operaciones diarias. Las preguntas que surgen durante el mes de tutoría permiten evaluar el impacto alcanzado y si se cumplió con el objetivo del taller. Suele suceder que con posterioridad nos siguen pidiendo asesorías, lo que ayuda a fortalecer nuestros fi-nes.

Además hemos creado asistencias integrales en temas de pre-vención de lavado de dinero y auditoría interna, lo que permite profundizar en el cumplimiento de las disposiciones y no solo quedarse con los conocimientos del curso básico.

Más adelante estaremos ofreciendo asistencia para apoyar los trámites con la CONDUSEF, y un taller de redacción que per-

En México existen 6.9 millones de NINIS, es ahí en donde las microfinancieras entran promoviendo grupos de autoempleo o impulsando la creación de microempresas.

mitirá tener una comunicación más eficiente con las autoridades (CNBV, CONDUSEF, IFAI) y organismos de fondeo.

En el corto tiempo que llevo en el sector me he dado cuenta que a las SOFOMES les cuesta un poco entender por qué tienen que cumplir con las obligaciones; aunque existan bases contun-dentes, ponen en duda lo sustentado poniendo mayor interés al monto de las sanciones en caso de no llegar a cumplir. Otro punto que he notado en las instituciones de menor tamaño, es que toman más en serio la capacitación, aunque algunas ocasiones no cuentan con los recursos suficientes. En cambio, en las de mayor tamaño, sus directivos son más reacios a aprobar los cursos.

Aunque poco a poco las SOFOMES se han ido ajustando al proceso regulatorio, persisten muchas lagunas. Por esa razón, la ANMIF y el INDIFEP seguirán promoviendo cursos de capaci-tación y brindando información actualizada sobre el devenir del sector, siempre con la mira puesta en alcanzar mejores resultados en el ámbito de las microfinanzas.

Sobre microfinanzas y desempleo

Las sofomes y el proceso regulatorioPublicación Trimestral

Año INúmero 10Julio 2013

Editorial INDIFEP

Patricia Villafuerte Directora

Celso Garrido Coordinador de Contenidos

Carlos Fazio Coordinador Editorial

Selene Montiel / Cynthia MontielPromoción y Difusión

Salma González Diseño

Susana Villafuerte/ Carola Conde/ Celso GarridoPatricia Villafuerte/ Carlos Fazio

Consejo Editorial

Los contenidos de los artículos son responsabilidad de los autores.

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escribe a: [email protected]úmero de reserva otorgado

por el Instituto Nacional del Derecho de Autor04-2013-020113180900-101

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Benjamín Eleazar Torres López*

México es un país con hambre, sí. Pero con hambre de justicia, equidad, bienes-tar, empleo, educación, salud y seguridad. Eso es claro para todos, pero solo algunos logran comprender que el hambre no es un asunto fisiológico. Quien

lo entiende así terminará regalando un taco para asegurarse tener a la gente comiendo de su mano. Basta con voltear a ver en las esquinas y constatar que están repletas de personas estirando la mano pidiendo una moneda, apostando a que nuestra lástima nos convierta en un ser piadoso y, pretender como los que tapan el sol con un dedo, que estamos resolviendo un problema que históricamente se sigue agravando.

El hambre lo debemos conceptualizar tal y como se describe en una de las acepciones del Diccionario de la Real Academia de la Lengua: “Apetito o deseo ardiente de algo”, entendiendo esto como una fuerza de voluntad y dignidad humana; como un deseo legítimo de aspiraciones; donde a todos los ciudadanos de México se les mire a los ojos y se dejen a un lado discursos y demagogia; donde se respeten las garantías individuales y se asegure la provisión de medios para lograr el bien vivir, entendido como equidad, salud, educación, trabajo y seguridad, todo lo cual se podrá lograr sólo con un programa bien definido de educación y desarrollo económico y social.

En ese contexto, la estrategia de la cruzada contra el ham-bre suena más a un plan deliberado por infringir auto-dolor y culpa, que una oportunidad para hacer detonar el auto-consu-mo y la generación de empresas productivas en las comuni-dades más humildes de México, donde más que limosnas se necesita un verdadero esquema de impulso por medio del mi-cro financiamiento de actividades productivas, sin pretender con eso inventar la panacea para combatir el hambre, sino tan solo tener la humildad e inteligencia de replicar la filosofía que Muhammad Yunus logró implantar en países donde no solo tienen hambre, sino donde literalmente ¡la gente se muere de hambre!

Con desánimo, veo cómo en México las instituciones de fomento han ido perdiendo esa línea estratégica de impulso a proyectos productivos, programas de capacitación y asistencia técnica para intermediarios financieros no bancarios, mientras se canalizan recursos al pago de compromisos de campaña por medio de grupos de poder que centralizan y lo acaparan todo, lo que pone de manifiesto malos hábitos de corruptelas y compadrazgos.

Recientemente revisaba el expediente de una Sociedad Cooperativa de Ahorro y Prés-tamo autorizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en el cual se hacía un requerimiento de información respecto a la presentación de carátulas de contratos de crédito y otros documentos de carácter mercantil utilizados para garantizar la obligación crediticia de sus socios.

En ese documento, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (CONDUSEF), por medio de la vicepresidencia jurídica y la dirección de arbitraje y sanciones, y con base en la Ley para la Transparencia y Ordena-miento de los Servicios Financieros, solicitan documentación diversa para asegurar que las

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Sociedades Financieras integrantes del sector de ahorro y crédito popular y cooperativo se apeguen a criterios mercantiles y a la aplicación de políticas justas para el deudor, evitando que los contratos de crédito sean leoninos y ventajosos.

Igual a lo anterior, hemos visto cómo esas prácticas de supervisión se intensifican en cumplimiento de las disposiciones de carácter general, que aplican a las operaciones con recursos de procedencia ilícita en términos del financiamiento de actos de terrorismo y la-vado de dinero, a fin de controlar las transferencias de recursos económicos en operaciones relacionadas.

Como lo dijo el escritor británico Aldous Huxley, “tal vez el resultado más valioso de la educación es la capacidad de hacer que uno mismo haga las cosas que se tienen que hacer cuando se tienen que hacer, nos guste o no”. Cito eso en relación con las instituciones que pueden tener muchos o pocos años ofreciendo servicios financieros a sus socios o clientes, y que han visto que en la última década sus procesos de aprendizaje se tienen que acelerar; que se ven obligadas a la implantación de herramientas para el control de operaciones y la supervisión del trabajo como parte de lo cotidiano, al desarrollo del personal operativo, ge-rencial y directivo como una disciplina permanente para ejecutar las mejores prácticas en el sector de ahorro y crédito popular, cooperativo y micro finanzas.

Nada es obra de la casualidad, todo es resultado de lo que hacemos y dejamos de hacer. Veo con gusto que el sector de las finanzas populares se fortalece y empieza a tomar una inercia de desarrollo organizado, pero sobre todo, una toma conciencia de parte de sus di-rectivos y administradores por profesionalizar el otorgamiento de servicios competitivos en el mercado.

*Director General FIRMA EMPRESARIAL. Presidente del Consejo de Administración CENTRO DE NEGOCIOS FIRMA S.C.

Finanzas Populares, ¿asunto de contrastes?

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Carola Conde Bonfil*

En octubre de 2011, la Admi-nistración Federal de Ingre-sos Públicos (AFIP), de Ar-

gentina, hizo obligatoria una validación para que cada particular pudiera adqui-rir moneda extranjera en bancos y casas de cambio. Adicionalmente, en julio de 2012, con el objetivo de orientar el ahorro en moneda nacional, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) suspendió la venta de dólares con fines de atesoramiento. La autoridad monetaria dero-gó el punto 4 del anexo a la Comunicación A 5236 de comienzos de ese año, y decidió “suspender el acceso al mercado local de cambios para la compra de activos externos sin aplicación a un destino específico”. No obstante, permitió realizar una serie de operaciones con otros objetivos: viajes y turismo, comercio exte-rior, créditos hipotecarios o prestación de servicios en el exterior por una sola vez.

Con el paso del tiempo las restricciones se agudizaron. Desde abril de 2012 fue prácticamente imposible acceder a la compra de divisas en el mercado formal. Eso impulsó la oferta en el mercado paralelo (conocido como “blue”), donde la cotización del dólar es en promedio 30% superior al tipo de cambio oficial, y a fines de marzo de 2013 alcanzó 65% al adquirirse a 8.45 pesos argentinos por dólar frente al oficial de 5.12, posiblemente influido por la alta demanda de los feriados de semana santa y pascua.

Más allá de los férreos controles para la compra de dólares, el objetivo de frenar la fuga de divisas no tuvo los resultados espe-rados, a juzgar por la caída de 38% de los depósitos en dólares en el sistema financiero desde fines de octubre de 2011 y un menor nivel de reservas en el BCRA, a pesar de la política de la autoridad monetaria de adquirir divisas en el mercado mayorista.

La experiencia argentina resulta interesante desde el punto de vista de las finanzas populares y, en específico, de una cultura fi-nanciera que aún hoy tiende a menospreciarse o a confundirse con la educación financiera, que alude a que los consumidores de di-chos servicios deberían tener toda la información, el conocimiento y las habilidades para evaluar las opciones e identificar aquellas que se adapten a sus necesidades y circunstancias, sobre todo, en aquellas poblaciones de niveles medios y medios bajos, adonde por su situación geográfica no llega ningún servicio financiero o bancario.

Por desgracia, la mayoría de las personas no llegan a tomar un curso formal de cultura financiera y no adquieren tales conoci-mientos ya adultos y mucho menos de jóvenes. Un defecto de los sistemas educativos es que no brindan enseñanzas básicas de fi-nanzas. Al contrario, la cultura financiera podría ser definida como la capacidad de la población de menores ingresos para idear me-canismos que sustituyan la ausencia de instrumentos, servicios e instituciones financieras a su alcance, apropiados a sus necesidades y a las características de sus ingresos (montos, periodicidad, esta-cionalidad, irregularidad).

Así, la ausencia de aquello ha sido solventada, en general, con mecanismos de ahorro y crédito como las tandas e instituciones no reguladas por las autoridades financieras (cajas populares, cajas in-dependientes, cajas operadas por compañías para sus empleados y por sindicatos para sus afiliados, cajas solidarias, sociedades finan-cieras populares o sociedades cooperativas de ahorro y préstamo). En cuanto al crédito, es frecuente encontrar el que está amarrado a otras transacciones, las compras a plazos, los “aboneros” (comer-ciantes ambulantes que venden por abonos o pagos a plazos) e incluso los agiotistas profesionales (que prestan dinero con usura o interés excesivo), mientras que para el ahorro destacan la compra de animales, joyería, el atesoramiento de efectivo, los “guardadi-nero” (personas que cobran un monto por guardan dinero a quienes temen un robo y no disponen de un lugar seguro) y los préstamos a familiares y amigos.

En medio del nuevo corralito cambiario, muchos ahorradores

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Argentina:El ingenio de las finanzas populares ante el control cambiario

argentinos crearon varios mecanismos caseros para obtener divi-sas y proteger su dinero del avance de la inflación, el aumento de impuestos tras la renuncia a los subsidios de luz, gas y agua, y de la pesificación de la economía, medida que el gobierno nacional incluyó en el proyecto de ley para reformar el Código Civil y Co-mercial. Entre ellas:

El PayPal, es un sitio de Internet que permite enviar dinero a cualquier persona que tenga una dirección de correo electrónico. Los ahorristas pueden pagar en pesos argentinos un giro de dólares a otra persona de confianza. Aunque el ahorrador debe pagar di-versas comisiones incluidas en la transacción (5.4% del monto en dólares (USD), 0.30 USD por operación, 11 USD por la emisión del cheque y 3% del importe que cobra el banco local que pague la operación) y el máximo es de 300 USD para cada envío, el PayPal derivó en una fuga hormiga de divisas, ya que el dólar se obtiene a un precio muy por debajo del valor del dólar blue.

El EBay es un sitio de subastas en el que ponen en venta un producto cualquiera para que sea comprado por alguien de confian-za para el vendedor. La transacción se realiza en dólares cobrados en una cuenta del exterior. La compra de bonos en dólares en el mercado de capitales es una opción más sofisticada (el ahorrador cobra su amortización en dólares al vencimiento) y a veces más costosa (en junio de 2012 el dólar se pagaba a 6.30 pesos en la compra de los bonos a cobrar en agosto de ese año), pero bastante menor en los títulos con más baja probabilidad de cobro como el Boden 2015 (igual que el oficial de ese mes: $ 4.50) y el Bonar 17 (debajo del oficial: $ 4.13).

Otro mecanismo son los viajes cortos y baratos al exterior. Mediante éstos, los argentinos tienen acceso a la validación de la AFIP para comprar dólares (vedada para el resto de los ahorra-dores). Un argentino que decidiera ir a Colonia (Uruguay) podría

pagar $300 por un pasaje ida y vuelta en el ferry y realizar una solicitud de compra de divisas al organismo oficial por 1,000 USD, con lo que (considerando el costo del viaje) habría obtenido esas divisas a un precio de $4.83; si fuera validado por 2,000 USD, el tipo de cambio sería de $4.68 y si hubieran sido 5,000 USD, habría pagado el dólar a $4.59. En la actualidad, al parecer (dado que no hay una explicación oficial acerca de los criterios empleados para clasificar la capacidad económica de los interesados en la compra de divisas), la autorización depende de la duración del viaje y el poder adquisitivo de la persona, por lo cual las cifras anteriores tal vez no sean válidas.

Dado que ese mecanismo se ha usado con mucha frecuencia, el gobierno argentino estableció un impuesto adicional de 15% a las compras con tarjetas de crédito en el extranjero, que puede recupe-rarse total o parcialmente en la declaración anual, pero que muchos pierden por desconocimiento o porque no declaran. En contrapar-tida, para mantener el flujo turístico, el gobierno uruguayo decidió subsidiar con el mismo monto los gastos que realicen los argentinos.

Aunque ya no está disponible, el dólar casino permitía a los viajeros comprar fichas en un local de juegos de azar del exterior con su tarjeta de crédito, pero en lugar de jugarlas, un rato después las devolvían en la ventanilla a cambio de dólares. Al final del mes, pagaban al banco esa transacción en pesos argentinos al tipo de cambio oficial del día de corte de la tarjeta.

Otra modalidad es el dólar Punta del Este. Los propietarios de viviendas en esa ciudad uruguaya acuden a una inmobiliaria para que pongan el cartel de alquiler a su casa y se limite a cobrarles la comisión del 8% al inquilino (normalmente también se cobra al propietario) que el mismo dueño se encarga de llevar, que pagará la transacción con tarjeta de crédito y al que luego el Estado uruguayo le devolverá 10.5% del importe pagado. De esa manera se acceden a dólares baratos, 2.5% por debajo de la cotización oficial (tenien-do en cuenta que el impuesto por usar el plástico en el exterior se puede deducir tanto por ganancias como por bienes personales). Más frecuente es la opción de hacer la operación directamente con alguna inmobiliaria amiga, que permita concretar una suerte de au-toalquiler y cuando cobran los dólares de la tarjeta de crédito se los devuelven al propietario (la inmobiliaria se queda con la comisión de 8%).

Compra a turistas. Los argentinos que reciben visitas del ex-tranjero o que pueden entrar en contacto con turistas adquieren los billetes directamente de ellos a un tipo de cambio “intermedio” en-tre el oficial y el del mercado blue (en marzo de 2013 ofrecían de $5.50 a $7.00 por dólar). También están los arbolitos, personas que se quedan paradas en una esquina y realizan la compraventa de la divisa a precios superiores al tipo de cambio oficial. Estas dos últi-mas opciones no son tan legales, ya que en estricto sentido corres-ponden al mercado negro (aunque los argentinos le llamen blue).

A la inversa (para quien posee los billetes), además de la úl-tima opción puede convertir sus ahorros en un monto mayor con intermediarios financieros: el poseedor de los billetes entra a una institución a pagar un crédito y en la ventanilla (buscando a una persona específica) vende los dólares a un precio superior al tipo de cambio oficial (en marzo de 2013 era de $8). Otra modalidad son las compras en establecimientos, diferentes tipos de tiendas y restaurantes (o sus dependientes) que aceptan el pago en dólares por encima del precio oficial (en marzo de 2013 ofrecían de $6.00 a $7.30 por dólar).

Aún con las comisiones que implican, algunos de esos meca-nismos permiten obtener la divisa más barata. En otros casos, el tipo de cambio es muy superior al oficial. Lo importante es con-seguir acceso a la moneda. Aunque algunos mecanismos han sido detectados por las autoridades y ya no están disponibles, dejan una lección importante: ante los cambios del contexto, la creatividad y la innovación son indispensables para salir adelante.

*Profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metro-politana Xochimilco. La autora agradece a Diego Mollo la infor-mación personal y hemerográfica proporcionada para la elabora-ción de este artículo.

Muchos ahorradores argentinos crearon varios mecanismos caseros para obtener divisas y proteger su dinero, pues

desde 2012, con el objetivo de orientar el ahorro en moneda nacional, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) suspendió la venta de dólares con fines de atesoramiento.

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Dra. Úrsula Heimann*

En fechas recientes se han implementado dos encuestas que miden el estado de la inclusión financiera en México: la Encuesta Nacional de

Inclusión Financiera (ENIF), realizada en 2012 por la Co-misión Nacional Bancaria y de Valores y el Instituto Nacio-nal de Estadística y Geografía, y el estudio Global Findex, financiado por la Fundación Gates y llevada a cabo por el Banco Mundial en 2011.

Esas encuestas generan bases de datos ricas en infor-mación, que muestran el estado actual de la inclusión financiera en México en algunas de sus aristas más relevantes. Se pretende repetir dichas encuestas en algunos años, lo cual permitirá monitorear de manera detallada los avances en la materia.

Al trabajar con los datos generados hay que tomar en cuenta que los enfoques de las dos encuestas son diferentes entre sí. La ENIF es una encuesta de orden nacional, que con más de 100 preguntas analiza el acceso y uso de servicios financieros de adultos entre 18 y 70 años de cualquier segmento poblacional. Genera datos detallados con base en entrevistas en alrededor de 7,000 hogares en todo el país.

El estudio Global Findex se realizó en 148 países de manera paralela. Se hicieron 18 preguntas a 1,000 personas mayores de 15 años en cada país, generando datos en cierta forma homologados sobre el uso de servicios financieros, que permiten comparar el grado de inclusión financiera a nivel internacional.

Las dos encuestas muestran el uso que los mexicanos dan a productos y servicios financieros como el ahorro, el crédito, los diferentes tipos de tarjetas, etcétera, diferenciando por género y, en el caso de la ENIF, también por zonas rurales y urbanas. Podemos entender la penetración de productos y servi-cios financieros en la población y conocer cuáles son los productos de mayor uso. También obtenemos información sobre barreras que obstaculizan el uso de productos financieros.

En algunos casos, los datos presentan diferencias considerables debido al enfoque y la metodolo-gía diferentes de las dos encuestas. En otros casos los datos concuerdan de manera muy clara. Defini-tivamente se enriquece y profundiza nuestra visión de la inclusión financiera en México si trabajamos con las dos encuestas de manera paralela.

A la vez, son justamente algunas contradicciones en los datos generados las que nos muestran áreas en las cuales requerimos de análisis adicionales. Las encuestas ENIF y Global Findex, por ejem-plo, no son investigaciones de necesidades y demanda, por lo cual requerimos complementarlos, entre otros, con estudios detallados de mercado.

Un ejemplo es la demanda de crédito en instituciones reguladas. Según datos de la ENIF, 51 mi-llones de personas adultas no usan crédito formal. Pero ese dato a su vez no correspondería al tamaño del potencial de mercado o de la demanda. De hecho, un 48.9% de esas personas (aproximadamente 25 millones) menciona no necesitar crédito de una institución financiera formal, 19.1 % (aprox. 9.7 millones) dice no querer endeudarse y un 13.6% (aprox. 6.9 millones) menciona usar préstamos de amigos y familiares.

¿Cuál es, entonces, la demanda de crédito formal en la población mexicana? La ENIF nos hace ver esa pregunta, pero la respuesta nos la tendrá que dar la implementación de estudios específicos de preferencias y necesidades de crédito en la población mexicana.

Los datos de la ENIF y el Global Findex son un insumo muy valioso para conocer el estado de la inclusión financiera en el país. A la vez, será muy útil cruzar los datos con otras fuentes de información y complementarlos con investigaciones adicionales, con el fin de poder definir y diseñar estrategias exitosas de fomento de inclusión financiera en México.

*SOLLIV - Constructing Opportunities for Solid Livelihoods, S.C.

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Nuevas herramientas para medir la inclusión financiera

A las dos bases de datos se puede tener acceso por vía Internet. La base de datos de la ENIF se encuentra en la página web del INEGI http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/Proyectos/encuestas/hogares/especiales/enif/enif2012/default.aspx y el reporte de resultados en la pági-

na de la CNBV http://www.cnbv.gob.mx/Prensa/Paginas/Inclusion.aspx.La base de datos del estudio Global Findex se encuentra en la página web del Banco Mundial

http://datatopics.worldbank.org/financialinclusion/country/mexico, donde a la vez se encuentran estudios y análisis de los datos generados.Recientemente se realizó el evento “Herramientas para la Inclusión Financiera” en el Centro de Investigación y Decencia Económica (CIDE), en la Ciudad de México, en el cual se presentaron esas dos encuestas y un análisis comparativo de los datos generados por ellas. Se

puede tener acceso a las presentaciones en el link: http://cidecyd.wordpress.com/2013/07/04/el-acceso-a-la-inclusion-financiera/

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Luis Mario Fuentes Chagolla*

En la actualidad está en fase de discusión el proyecto de Reforma Financiera enviado por el Poder Ejecutivo a los distintos grupos parlamentarios representados

en el Congreso. Esa reforma, apoyada por el llamado Pacto por México, está lejos de garantizar el cambio en materia financiera que el país requiere, ya que no contempla los grandes problemas estructurales que existen en la materia.

Para muestra algunos datos estadísticos: de los miembros de la OCDE, México es el país con menor penetración bancaria, ya que en promedio cuenta con una sucursal por cada 150 mil ha-bitantes, estando en este renglón por debajo inclusive de países africanos. Es también el lugar 98 de entre 112 países revisados por Naciones Unidas en cuanto a penetración del crédito se refie-re, siendo que solamente 26% de la población económicamente activa tiene acceso al sistema financiero tradicional. Asimismo, de los 2,443 municipios del país, sólo en 1,263 hay presencia de entidades bancarias.

En ese contexto de débil penetración bancaria, quienes ven más lejana aún su inclusión en el sistema financiero son los 15 millones de mexicanos que viven por debajo de la línea de pobreza alimentaria. Dicho sector está conformado por alrede-dor de 11 millones de indígenas provenientes de las 53 etnias originarias que existen en el país, aunado a los cuatro millones de semi-nómadas que habitan en poblaciones menores a 100 ha-bitantes. Ese sector social ha sido excluido del sistema financiero mexicano desde que se redactó el primer Código de Comercio en 1854, y nuevamente no ha sido contemplado en la Reforma Financiera.

A esas estadísticas desalentadoras se suma el dato de que el sistema financiero mexicano es gobernado y regido por seis grandes instituciones bancarias privadas, que acaparan 80% del mercado de cuentahabientes (que representan sólo 26% de la población mexicana). Esos bancos no parecen ser la solución a la problemática estructural del sector, ya que si bien tienen planes

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de expansión, no les es ni les será rentable jamás la pobla-ción de escasos recursos, ya que resulta imposible considerar que las matrices corporativas de esas grandes instituciones con sede en Madrid, Londres o Nueva York decidirán algún día invertir en zonas rurales deprimidas.

Quienes sí pueden atender esa demanda son las SOFO-MES, Cajas Populares y SOFIPOS, intermediarios finan-cieros regionales que apenas si han sido contemplados en el proyecto de reforma. Si bien es posible pensar que empresas regionales con mayor flexibilidad podrán penetrar en zonas donde los bancos nunca lo harán, resulta una necesidad imperiosa que a esas entidades financieras se les reconozca en la reforma y se les dote de recursos por medio de la banca de desarrollo, para que puedan impulsar el sector y llegar a quien más lo necesita.

Las más favorecidas con los proyectos de integración de las instituciones de finanzas populares han sido las muje-res. Ellas fueron las primeras en recibir préstamos, y por lo mismo, aunado a reducir la pobreza, se está combatiendo la desigualdad de género, donde tal vez ese “glass ceiling” mencionado académicamente esté en México más alto de lo que pensábamos.

De todo lo anterior, resulta imperiosa la necesidad de hacer más participativas a las autoridades sectoriales del país, integrándolas a la cultura de las finanzas populares y haciéndolas corresponsables del proceso de inclusión financiera, ya que sin ellas será difícil alcanzar ese objetivo de manera satisfactoria. Las autoridades deben comprender que esas personas olvidadas no pueden esperar más, y que los intermediarios financieros, que se han ocupado de ellas y las han tratado de impulsar, necesitan una plataforma eficaz y nuevas leyes que los estimulen.

*Director General de Financiera Comenzar

La reforma financieray el sótano de la pirámide social

*Jorge Cervera

No, no voy a citar “La Bamba” para darles ánimo. Pero lo que les voy a decir tiene que ser llevado a la práctica con la misma enjundia con la que se disfruta una canción alegre.En mi empresa aplicamos un programa de Desarrollo Organizacional que lleva a la “autorrealización” de cada uno de nuestros colaboradores, y es de esa manera que los resul-

tados se pueden alcanzar. Cuando iniciamos la presentación del programa, pregunté a mis colaboradores: “¿Cuando eran niños, quién jugó a tirar la piedra más alto?” La siguiente pregunta, fue: “¿Recuerdan qué dijo quien aseguró que ganó la competencia?”. “Yo gané, pues mi piedra llegó al cielo”. Pues bien, les dije, “ya no somos niños, pero podemos seguir apuntando alto para obtener resultados que nos permitan enorgullecernos por nuestros logros”.

A continuación explicamos las poderosas herramientas que nos llevarán a lo más alto, utilizando las cinco letras de la palabra CIELO: comunicación efectiva, iniciativa, equipo, liderazgo, y la “O”, que no es principio de una palabra sino el final de “acueducto”, que tiene que ver con otra anécdota que enfatiza la “creatividad”. Veamos cómo funciona:

• Comunicación efectiva: 1) Pregunta específica con respuesta específica, sin rodeos y siempre precisando números, es decir, importes, cantidades, fechas, tiempos. 2) Escuchar con atención y responder con amabilidad. 3) No presuponer sino averiguar. 4) Retroalimentación, explicar qué se entendió del emisor del mensaje.

• Iniciativa: En este punto, remarcamos la importancia de aprovechar la “oportunidad” de resolver situaciones específicas dentro del área de trabajo de cada uno, y la responsabilidad que ello conlleva. No hay que tener miedo de cometer un error. Un error deja un aprendizaje y eso sirve para no volver a cometerlo. Como se ve, manejamos la palabra “oportunidad” y no “obligación”, ya que lo que promovemos es la autorrealización de cada colaborador.

• Equipo: Sinergia positiva por medio de la aportación de fortalezas coordinadas. Hay que identificar las fortalezas de cada quien y asignarle a cada colaborador las funciones que permitan hacer más fácil llegar a la meta. Eso es sencillo cuando se conjuntan fortalezas, pero cuando se hace lo contrario se pierde la motivación de trabajar en equipo; y es más difícil cuando se conjuntan debilidades. Coordinar involucra planeación y liderazgo.

• Liderazgo: Líder es la persona que con su ejemplo resuelve problemas. En nuestra empresa todos son líderes dentro de su ámbito de responsabilidad.• Creatividad: La actividad de crear significa combinar los elementos actuales de forma diferente para tener resultados diferentes en la operación y servicio a nuestros socios de negocio (en algunas em-

presas les llaman clientes internos y externos).

Si bien no hay fórmulas mágicas, como empresario, a lo largo de los años hemos aprendido algunos principios. Espero que estas reflexiones propositivas puedan ser de utilidad y que cuando bailemos La Bamba, pensemos que para llegar al cielo no sólo se necesita una escalera grande y otra chiquita; hay más opciones.

PARA LLEGAR AL CIELO Y OTRAS COSITAS

Trabajo de campo, Financiera Comenzar.

Luis Mario Fuentes Chagolla durante el trabajo de campo, Financiera Comenzar.

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Lic. J. Alejandro Arreola Prado*

El pasado 8 de mayo, en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, el presidente Enrique Peña Nieto anunció la presentación de la llamada Reforma Finan-ciera, que comprende 13 iniciativas encaminadas a modificar 34 leyes con

el objeto de impulsar el crecimiento de la economía nacional, generando empleos para mejorar la calidad de vida de millones de mexicanos.

Una pregunta clave es si la iniciativa del Ejecutivo contempla la situación de 52 millones de mexicanos que viven en pobreza. Del análisis de la reforma surge que está totalmente dirigida al sistema bancario tradicional. Además, en su discurso de presentación, el mandatario dijo que la reforma buscará “que los bancos, y este es el propósito más importante, presten más y más barato”. Como es bien sabido, la banca comercial está dirigida a zonas urbanas y de alta actividad económica, y su población objeto son aquellas personas que reciben cinco (5) o más salarios mínimos. Es decir, no comprende a los 52 millones de pobres.

Más aún: aclaró que ante un severo déficit en el financiamiento de pequeños y me-dianos negocios −que son los que generan el 74% de los empleos−, la reforma estaba encaminada a generar “los incentivos correctos, para que tanto el sector privado como la banca de desarrollo liberen el crédito que requiere México para crecer”.

Desde 1864, cuando se abrió la primera sucursal bancaria en México, ha transcu-rrido casi un siglo y medio sin que se haya consumado una penetración significativa de los servicios financieros entre el grueso de la población. Y mucho menos puede decirse que la banca privada haya contribuido de manera significativa a alcanzar la tan anhela-da inclusión financiera.

No es cuestión de buscar culpables. Se trata, simplemente, de un tema de mercados. Y es que el mercado de la banca comercial mexicana no son las clases populares.

Sin embargo, en la mayoría de las economías desarrolladas se han logrado consoli-dar estructuras y mecanismos complementarios que atienden y garantizan la inclusión financiera de todos los sectores de la sociedad. ¿Ejemplos? Las cajas españolas, las cooperativas financieras de Alemania y las uniones de crédito en Estados Unidos. En su momento, estas economías supieron entender la importancia de esos intermediarios financieros, que fueron los verdaderos artífices del desarrollo económico de las clases populares y los vehículos más importantes para lograr la inclusión financiera.

La reforma propuesta deja totalmente fuera a todas las organizaciones e institu-ciones que por años han atendido el sector popular. Las instituciones de las finanzas populares son hoy en día la única expresión de banca social en México. Un somero recuento da cuenta de la existencia de sociedades financieras comunitarias (SOFIN-CO) y más de 600 cooperativas de ahorro y préstamo (SOCAPS).

Con un historial de más de 60 años, las cooperativas de ahorro y préstamo constitu-yen hoy en día la mejor opción para ofrecer servicios financieros a las microempresas y las clases populares. No sólo porque su tasa de interés que es de un 24% anual (mu-cho menor que la de otros intermediarios financieros privados, cuyo mercado objetivo

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también son las microempresas y las clases populares, pero que manejan tasas de hasta un 65% anual en promedio), sino también porque llegan a comunidades ubicadas en municipios adonde nunca llegarán otros intermediarios financieros.

Baste revisar el informe de inclusión financiera que elabora la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), para descubrir que en los últimos años no ha sido la banca comercial la que ha incrementado ese indicador, sino otros intermediarios financieros como la SOCAPS, dirigidas a atender a los mexicanos que no entran en el esquema de negocio de la banca tradicional. En la actualidad las SOCAPS llegan a 6.1 millones de asociados, y sus familias manejan más de 20 millones de cuentas, aten-diendo a microempresarios en zonas urbanas marginadas y en pequeñas poblaciones rurales, donde constituyen la única opción de servicios financieros.

Por todo eso es importante reforzar la Reforma Financiera, buscando incluir inicia-tivas que permitan a prestadores de servicios financieros, como las SOCAPS, contar con un marco legal y regulatorio acorde a su realidad. Un ejemplo: las exigencias y sanciones para una cooperativa con activos de 50 millones de pesos, son iguales o superiores a las que se aplican a un banco comercial con activos de miles de millones de pesos, lo que encarece su operación y desarrollo.

Es necesario que las SOCAPS tengan acceso directo a la banca de desarrollo en condiciones preferentes, y cuenten con fondos de garantía que les permita expandir su cartera crediticia llegando a más comunidades y microempresarios. Ya basta de fondear sólo a los grandes bancos, que únicamente prestan a los grandes corporativos y al mismo gobierno.

Asimismo, es necesario modificar la Ley General de las Sociedades Cooperativas, con la finalidad de que las SOCAPS puedan tener como socios a personas morales y ofrecer servicios financieros a las micro y pequeñas empresas, y así impulsar su incor-poración a la formalidad.

Aún se está a tiempo de lograr una reforma financiera plena, que contribuya de ma-nera significativa a lograr una mayor inclusión financiera y con ello la incorporación de millones de familias mexicanas a un México más próspero. Estamos seguros de que un gobierno comprometido con esa misión, hará lo propio para incluir a las SOCAPS como un factor estratégico de la reforma.

*Director General CONCAMEX

Cooperativas de ahorro y préstamo:Las grandes ausentes de la Reforma Financiera

La reforma financiera propuesta deja totalmente fuera a todas las organiza-ciones e instituciones que por años han atendido el sector popular.

Las instituciones de las finanzas populares, sociedades financieras comunita-rias (SOFINCO) y cooperativas de ahorro y préstamo (SOCAPS), son hoy en

día la única expresión de banca social en México.

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En México, el sistema financiero está integrado por una gama excesiva de intermediarios, organismos y agentes sobre los que el gobierno federal ejerce −o debería ejer-

cer− funciones de rectoría, regulación y supervisión a través de un enjambre de instituciones y dependencias cuya funcionalidad se ha visto cuestionada durante las cuatro últimas administraciones neoliberales.

Ante el anuncio de otra nueva reforma financiera promovida por el Poder Ejecutivo el sector ha vuelto a captar la atención. La propuesta, a consideración del Legislativo, sostiene que su propó-sito central es ampliar el crédito y abaratarlo. Para alcanzar ese ob-jetivo −ante una importante falla de mercado donde los solicitantes de crédito no son atendidos por las grandes empresas bancarias privadas−, la reforma propone que la Banca de Desarrollo (BD) impulse el desarrollo económico facilitando el acceso al crédito y a los servicios financieros a empresas y particulares.

La iniciativa, que introduce cambios a 34 ordenamientos de la legislación actual, se basa en cuatro ejes: fomentar el crédito por medio de la BD, incrementar la competencia en el sector fi-nanciero, estimular el otorgamiento de préstamos por parte de los bancos privados y garantizar la solidez del sistema financiero en su conjunto.

En ese planteamiento no aparecen las finanzas populares, que han permitido que la economía social tenga mecanismos de finan-ciamiento diferentes a los de la banca comercial y con propósitos efectivamente sociales ajenos al lucro, no obstante lo cual es un sector sujeto de supervisión, vigilancia y sanción de parte de las autoridades bancarias y hacendarias.

En contraste, la banca corporativa privada −moderna, sólida y extranjerizada−, no le sirve al país pero les es extremadamente ren-table a los propietarios en sus casas matrices de Nueva York, Lon-dres, Ottawa o Madrid. Además, es reconocida en México por una insuficiente oferta de crédito, el cobro de tasas de interés leoninos y comisiones exorbitantes por el uso de sus productos y servicios. Banca “usurera”, la llamó Jesús Zambrano ante el presidente Peña Nieto en el acto de presentación de las iniciativas de reforma.

En 2012, la gran banca comercial registró un monto histórico de utilidades, con ganancias netas de más de 87 mil millones de pesos según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), cifra que representa 20.6 por ciento más de lo obtenido el año an-terior. Siete instituciones bancarias concentraron 85 por ciento del total de ganancias, ocupando el primer lugar BBVA Bancomer, se-guido de Santander, Banamex, Banorte y HSBC.

Según informes del Banco de México, la CNBV, Condusef y el Banco Mundial, las tasas de interés que cobran en promedio los bancos a los usuarios de préstamos al consumo son hasta 20 veces superiores a las que obtienen los ahorradores que depositan su dinero en esas instituciones, quienes incluso obtienen beneficios menores a la inflación, lo que se traduce en una pérdida en el valor de sus recursos. En ese sentido, esa banca es también agiotista. Sin hablar de que además controlan la mayor parte del negocio de las Afores, que es un robo en despoblado.

BD: Entre el confinamiento y la disfuncionalidad

Por Banca de Desarrollo se entiende el conjunto de institu-ciones públicas constituidas para fomentar e impulsar financie-ramente actividades y sectores económicos específicos de interés nacional y social, e incluye bancos, financieras, institutos, fondos, fideicomisos y otras figuras enfocadas a tal fin. No obstante, la cla-sificación oficial abarca sólo a seis instituciones catalogadas como Sociedades Nacionales de Crédito: Nacional Financiera (Nafin); el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras); el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext); la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF); Banjercito, y el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), de apoyo al sector de ahorro y crédito popular.

Es innegable que en los últimos sexenios la banca de desarrollo ha sido marginada y actualmente juega un papel secundario, de

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Propuestas, trasfondo y riesgosLa reforma financiera y la banca de desarrollo

bajo perfil y poco impacto económico y social. Además de que, como sostiene David Márquez Ayala, ha sido llevada a una “degradante complementariedad” que la subordina a la banca comercial. Prueba de su “disfuncionalidad”, sostiene el conocido economista, son las elevadas tasas de interés a Pymes que aplican los bancos con fondos de Nafin, que de manera inconcebible oscilan entre 14 y 74% anual, 30% en promedio para capital de trabajo, y 29% promedio en créditos de equipamiento.

En 2012, las seis instituciones consideradas como BD totalizaron activos por 1 billón 85 mil 112 millones de pesos; utilidades netas (resultados después de impuestos) por 7, 200 millones; captación de recursos por 568, 200 millones, y una suma de crédito otorgado por 489 mil millones. El superávit de operación (7,200 millones) fue re-sultado de una ampliación del margen financiero (diferencia entre lo que cuesta el dinero al banco y lo que gana por prestarlo), es decir, de mayores tasas de interés (14,363 millones) y un alto cobro de comi-siones (4,505 millones).

Como plantea Márquez Ayala, está claro que la BD no está para perder, pero tampoco para seguir las pautas “agiotistas” de la banca comercial. A su juicio, se les está pasando la mano en los cobros. Al costo de captar 100 pesos (gasto por interés), la BD le agregaba un margen de 12.6% (ingresos por intereses) en el año 2000 y 28.2 en 2012; en el cobro de comisiones, el ingreso por ese concepto era de 700 millones en 2000 y ascendió a 4,500 millones en 2012.

Todo ello redundó en un encarecimiento del crédito que fue di-luyendo el objetivo de fomento con costos y tasas razonables (inclu-so preferenciales) del crédito al desarrollo, hasta confundirse con el crédito comercial. Máxime, que como dice Márquez Ayala, la BD ha sido vedada de operar directamente con los usuarios y confinada a hacerlo a través de la banca comercial, lo cual entorpece su función, reduce su impacto de fomento y la empantana en un conflicto de in-tereses.

Otros aspectos comerciales-financieros que han venido desvir-tuando su función son la cada vez menor importancia que se le da al otorgamiento de créditos a la economía productiva y familiar, y el creciente énfasis a operaciones sencillas y rentables de intermedia-ción financiera.

Del discurso y la realidad

En mayo pasado, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédi-to Público, Luis Videgaray, anunció la pretensión de “hacer valer” la rectoría del Estado sobre la banca, lo que contrasta con un poder público que, como resultado de la desregulación fundamentalista y la promoción a ultranza del libre mercado −impulsadas por los últimos cinco gobiernos neoliberales−, ha renunciado a casi todos sus me-canismos de regulación sobre las instituciones financieras y carece, en consecuencia, de capacidad para presionar a la baja el costo del crédito, como no sea mediante la aplicación de estímulos fiscales o el empleo directo de recursos públicos.

En junio, el mismo funcionario dijo que “la banca de Estado parte de una convicción de política pública, en la que se reconoce que el mercado de crédito privado, el que otorga la banca comercial y el mercado bursátil, por sí mismo no es suficiente para lograr los obje-tivos de desarrollo y otorgamiento de crédito”. Según Videgaray, en una economía donde la penetración financiera sigue siendo baja, la BD debe ser un instrumento de “innovación”, una “banca creativa”, que “trabaje con los intermediarios del sector privado, que abra mer-cados donde no los hay”.

Huelga decir que la iniciativa fue recibida con beneplácito por las instituciones bancarias y los grandes capitales del país. Sin em-bargo, algunas visiones críticas han comentado que en el contexto nacional actual, la ampliación de la oferta de crédito por parte de los grandes bancos privados conlleva riesgos y podría promover un en-deudamiento poco sostenible y a la postre peligroso para los estratos más bajos de la pirámide social, e incluso de clase media y pequeños empresarios, que podrían colocarse en una circunstancia de bancarro-ta, desahucio y confiscación.

Para evitar esos peligros se requiere un reordenamiento de la po-

lítica económica a fin de impulsar la generación de empleos, ro-bustecer en forma sostenida a las pequeñas y medianas empresas y al sector social y de las finanzas populares, así como fortalecer el poder adquisitivo de los salarios y los ingresos de los sectores mayoritarios de la población.

¿Qué banca de desarrollo y para quiénes?

México no necesita una BD que opere cada vez más como banca comercial, ya que son distintas. Lo que requiere el país es una reestructuración completa de la banca de desarrollo, su consolidación y dinamización, una administración profesional y una operación eficaz.

Al respecto, Orlando Delgado Selley ha propuesto la crea-ción de una sola institución de BD en el país, que él denomina Banco para el Desarrollo, que fusionaría a Nafin, Bancomext, Banobras y Financiera Rural, con un enfoque de atención integral al estilo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social del gobierno brasilero.

Tal vez ha llegado la hora de que el Estado mexicano atien-da a sectores que no interesan a la banca comercial, usando sus funciones para que los bancos populares (cooperativas de ahorro y crédito, financieras populares y comunitarias) puedan expan-dir sus actividades crediticias, lo que permitiría atender de mejor manera a la economía social y familiar, de enorme importancia para la vida nacional.

De cara a todo lo anterior, convendría que antes de que sea aprobada la reforma por los legisladores del Pacto por México, la Cámara de Diputados abra una consulta amplia con las institu-ciones del sector de las finanzas populares, que está conformado por más de cuatro mil instituciones que actúan bajo diferentes figuras jurídicas: SOFIPOS, SOFOMES, AC, cooperativas de ahorro y crédito, cajas de ahorro y préstamo, uniones de crédito, con la finalidad de saber cuáles son las dificultades que tienen para acceder a los fondos para ofrecer crédito y qué piensan y cuáles son sus propuestas, ya que son ellos quienes impulsan la producción y el empleo, y para quienes debería estar diseñada la reforma. (CF)

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¿Otra “reinvención total” de la banca de Estado?Ahora que el inquilino de Los Pinos y sus aliados pactistas impulsan el “relanzamiento” de

la Banca de Desarrollo, conviene recordad que desde el sexenio de la “solidaridad” salinista hasta los del “cambio” panista, las instituciones que la conforman vivieron un proceso de hosti-gamiento, despojo y ninguneo, y fueron obligadas a ponerse al servicio del capital financiero y salvaguardar −mediante “rescates” y “salvamentos”− los intereses del gran capital.

Cuando en 2004 el entonces presidente Vicente Fox anunció el “proceso de reinvención to-tal” de la banca de desarrollo, puso al mando a Mario Laborín, del Grupo Monterrey. Y cuando llegó Felipe Calderón, cedió la posta a Héctor Rangel Domene, otro banquero al servicio de los barones regios.

Lo que sucedió con el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) es el ejemplo más elocuente. En 2008 y 2009, por instrucciones de Calderón, sus famélicas arcas fueron utilizadas para atender las urgencias financieras de grandes corporativos nacionales como Vitro, Cemex y Comercial Mexicana, y para justificar tal acción el gobierno la disfrazó de “programa de apoyo a Pymes”. Luego se destinó alrededor de mil millones de pesos para financiar a Gas-tón Azcárraga en su depredación de Mexicana de Aviación.

Ya antes, en tiempos del “modernizador” Carlos Salinas de Gortari y después con Ernesto Zedillo, Bancomext “rescató” a un puñado de empresas de los amigos de ambos regímenes priístas, entre ellas, constructoras como Gutsa, de Juan Diego Gutiérrez Cortina −el mismo de la Estela de Luz−, concesionarios de carreteras, tiendas de autoservicio, telefónicas, líneas aéreas. Remember Fobaproa.

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Secuestro de bienes y arraigos castigará a usuariosGrandes banqueros, los ganones

Publicitada como la panacea para abrir el ostión de los préstamos productivos, la reforma financiera planteada en el marco del Pacto por México contiene algu-nos claroscuros. Uno es el endurecimiento de la posibilidad de cobranza, ya que de mantenerse letra por letra la iniciativa presidencial se agilizará la posibilidad de hacer efectivas las garantías dejadas en prenda por los deudores de créditos, en proporción de dos a uno sobre el monto de los mismos.

El asunto tiene que ver con la modificación del artículo 1168 del Código de Co-mercio, que creará las figuras del “arraigo” de deudores y del “secuestro provisional” de bienes. El giro se viene gestando desde finales de 2009, cuando se realizaron cam-bios al Código a instancias de Estados Unidos, para implementar un registro gratuito de Garantías mobiliarias.

De aprobarse la iniciativa, un banco podrá pedirle a un juez que arraigue a un cliente que no pague sus deudas, “cuando hubiere temor fundado de que se ausente u oculte”. También podrá promover el secuestro provisional de sus bienes en cualquie-ra de los siguientes casos: a) cuando exista temor fundado del banco de que los bienes que se hayan consignado como garantía se oculten, dilapiden, enajenen o sean insufi-cientes, y b) podrá secuestrar el dinero en efectivo o en depósitos en instituciones de crédito, si sospecha que el cliente pueda ocultarlos o dilapidarlos.

Según Enrique Galván Ochoa, el “reformón” es una imposición de los grandes banqueros a Enrique Peña Nieto para prestar dinero. Ergo, “crédito, sí… pero con garrote en mano”.

La prisa por sacar la reforma contrasta con la exigencia de quienes plantean que se debe analizar a fondo capítulos tan delicados como el fortalecimiento de las inter-mediarias financieras no bancarias que en el pasado tuvieron problemas, como el caso de instituciones en Veracruz que atendían regiones que fueron afectadas con inunda-ciones o resultaron víctimas de la delincuencia organizada, y que por esas razones so-licitaron a la banca de desarrollo que se reestructuraran sus créditos y les fue negado.

La paradoja del caso es que las reglas para impedir una explosión de préstamos con etiqueta de incobrables les pegan más a los usuarios que a los intermediarios, cuando la responsabilidad del otorgamiento de un crédito debe ser compartida: insti-tución−usuario.

Según Alfonso Ramírez Cuéllar, de la Red de Usuarios de Servicios Financieros, la propuesta de reforma concede “certezas excesivas” a favor de los banqueros, quie-nes podrán hacerse en poco tiempo de los bienes dejados en prenda por el otorga-miento de un crédito, en una relación que se desequilibra en perjuicio de los usuarios de los préstamos.

El argumento de quienes impulsan la medida es que en caso de no pago el trámite de adjudicación de las garantías es muy largo y con esa modificación se impulsará el crédito y bajarán las tasas de interés. Sin embargo, tal modificación podría poner en peligro el patrimonio de familias que a veces, por motivos del propio riesgo del negocio, no pueden pagar o se retrasan.

La iniciativa incluye la figura del “arraigo” en el Código de Comercio, y prevé que en un juicio mercantil el juzgador puede determinar que un deudor debe permane-cer en su domicilio si hay presunción o temor fundado de que se ausente u oculte, lo que a su vez podría derivar en una acusación penal por desobediencia. Por lo que un juicio mercantil se convertiría en penal.

Para el empresario regiomontano Fernando Turner, la penalización de los deudores inhibirá la solicitud de créditos. Turner, quien preside la empresa de partes automotrices Katcon Global, dijo que establecer figuras como el secuestro de bienes sin juicio de por medio y el arraigo de deudores, en vez de resolver puede agravar la falta de créditos.

A su juicio, la actitud de penalizar a los deudores provocará que se reduzca la in-versión. Agregó que el arraigo de deudores es una regresión: “Sería volver a la época de la Independencia, cuando por deber dinero te llevaban a prisión. Espero que tengan la prudencia de quitar eso”.

Page 10: Finanzas Populares   julio 2013

Patricia Villafuerte*

En torno a la Ley sobre prevención de lavado de dine-ro, en repetidas ocasiones las autoridades que regulan a las entidades financieras no bancarias han manifes-

tado públicamente su preocupación ante la falta de cumplimien-to de las SOFOMES.

Tales declaraciones han provocado una suerte de sataniza-ción del sector.

Cabe recordar que desde un principio, la banca comercial que atiende a esas SOFOMES percibió un gran negocio y condi-cionó las cuentas de esas instituciones a auditorías, mismas que son realizadas por despachos designados por los bancos y que tienen costos muy altos y requerimientos para realizar esa tarea fuera de la realidad de las entidades.

Al respecto, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) dice que no puede intervenir ya que es un tema de polí-tica “comercial”, determinado por las instituciones bancarias. En rigor, se trata de otro jugoso negocio para la banca.

Las entidades financieras no bancarias deben sufragar a la CNBV 30 mil pesos de supervisión anual. A eso ahora se le suma que deben pagar una auditoría al banco, con un costo aproximado de entre 30 y 60 mil pesos; todo ello, para tener de-recho a contar con una cuenta bancaria que sirve principalmente para que depositen sus acreditados.

Nos preguntamos a cuántos “emprendedores” se dejará de apoyar con ese nuevo egreso.

Durante una reunión con la CNBV, se informó que de las 4,179 SOFOMES que presentaron el estatus, 2,956 están cum-pliendo con las disposiciones de ley; 737 se mantienen irregu-

10 JULIO 2013

LAS SOFOMES, CONTRA LA PARED

lares; 30 han sido disueltas; 102 fueron liquidadas; 344 se han transformado y 10 cambiaron de sector.

Cabe preguntar por qué, si 2,956 SOFOMES están cumpliendo, sigue la campaña de estigmatización mediática. En julio, un artículo periodístico consignó que las “mayores sanciones” se concentraron en las SOFOMES. Según la infor-mación, en el primer semestre de 2013 se impusieron mil 545 multas a 522 instituciones financieras; de ese total, 488 eran SOFOMES.

Las instituciones más afectadas son medianas y peque-ñas empresas cuya misión es apoyar con créditos proyectos productivos, y que en general están ubicadas en zonas rura-les. Tales instituciones necesitan una sucursal bancaria para realizar el pago o el cobro de un crédito otorgado, pero hay vastas regiones del país adonde no llega la banca comercial. A lo anterior se suma el hecho de que tales SOFOMES viven en un contexto de total inseguridad debido al aumento de la criminalidad y el riesgo que implica, en función de lo anterior, el traslado de efectivo en esas regiones apartadas.

Por otra parte, no se puede negar que existen SOFOMES que fueron creadas para evadir el IDE. Algunas, abiertas in-cluso por la propia banca comercial. ¿Preguntamos para qué? Máxime, cuando están localizadas en zonas cercanas al mismo banco.

Es en ese contexto que debemos ubicar la tan mecionada “inclusión financiera”. Mucho se habla de “grandes objetivos” y sobre la necesidad de atender a la población excluida de los servicios financieros; de la cruzada contra el hambre y del apoyo a los “emprendedores”.

¿De qué México hablan? La realidad indica que cada vez se ponen más obstáculos a las instituciones de las finanzas

populares que trabajan en regiones excluidas y apoyan pro-yectos productivos del sector social de la economía. Se trata de un sector invisible, excluido y que trabaja en condiciones de desigualdad en comparación con otros actores financieros que son beneficiados por las autoridades del área.

En vez de satanizar a las instituciones de las finanzas populares, ¿no habrá llegado el momento de reconocer que el sector ha conseguido logros importantes en la creación de empleos y el desarrollo económico y social en beneficio de un amplio segmento de población igualmente excluido?

*Directora general ANMIF-INDIFEP

Lic. Luis Miguel Hernández*

Desde el origen de su existencia, el hombre ha transitado por caminos amenazados de riesgos, lo que lo ha llevado a enfrentar las inclemencias del tiempo, la depredación de fieras especies animales y de otros hombres guerreros que pretendieron invadir su espacio vital. De la misma

forma, grandes corporaciones mundiales, entre ellas bancos y entidades financieras, así como gobiernos, cubren sus áreas de erosión a través de grandes y especializados equipos de evaluación de riesgos. Por imitación, o por prueba y error, también pequeñas instituciones, incluso familiares –que son las que sos-tienen la economía nacional e internacional− han implementado sistemas para evaluar los riesgos.

Las compañías financieras (y no sólo ellas sino cualquier empresa), deben tomar en cuenta cuáles son los riesgos a los que puedan estar expuestas, y eso se lleva a cabo a través de un diagnóstico integral financiero, que demostrará los puntos más vulnerables, entre ellos, el robo de bienes, el fallecimiento de sus deudores, etcétera.

¿Qué debemos tomar en cuenta para una buena administración de riesgos?Lo mejor es consultar a un experto en administración de riesgos, que podrá detectar las áreas de exposición, lo que permitirá

minimizar la pérdida esperada a través del diagnóstico y la creación de tableros de control de riesgos. Ello generará confianza a los fondeadores y permitirá a su entidad negociar mejores tasas de interés de crédito así como ofrecer mejores niveles de crecimiento institucional y de dividendos a sus accionistas e inversionistas, dando la certeza de permanencia de su entidad en el horizonte del tiempo.

*Director Financiero AFIN Patrimonial S.C.

La administración de riesgos en el entorno financiero

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Wolfgang Erhardt Varela*

En México, el mercado de las microfinanzas sigue posicionándose y poco a poco está llegando a la etapa de madurez que requiere para potenciar el apoyo que dan a emprendedores y mi-croempresarios en todo el país. Por ello, el sector requiere de innovación en sus operaciones y sobre todo, contar con información suficiente para introducirse en nuevos segmentos de negocio que aún no se han explorado.

Hoy en día, las instituciones microfinancieras mexicanas son más fuertes y cuentan con herramientas e instrumentos a su alcance para mantener y mejorar la calidad de su cartera crediticia. En ese sentido, contar con información clara y suficiente sobre todos los acreditados resulta ser fundamental para garantizar la operatividad de las empresas y sobre todo, otorgar créditos sanos y

con la certeza de que serán pagados a tiempo.Sin duda alguna, la mejor herramienta para fortalecer el sector de las microfinanzas es la información. Por ello, Buró de Crédito cuenta con los datos más confiables que le ayudarán a tomar las

mejores decisiones.

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Microfinanzas:Evitar sobreendeudamiento, prioridad para crecer

La información es poder y evita riesgos

Si bien los mercados del microcrédito han crecido de forma importante en los últimos años, estos tam-bién tienen debilidades. Una de ellas, es que en muchas ocasiones sus clientes son personas con poca capa-cidad para endeudarse, por lo que otorgarles un crédito nuevo puede generarles un problema. Sin embargo, contar con información completa sobre su perfil debe ser una estrategia para evitarlo.

¿Cómo lograr entonces que las microfinancieras puedan seguir haciendo crecer su mercado, captar más clientes y cristalizar mejores negocios sin que estos pongan en riesgo la estabilidad de las finanzas persona-les de sus clientes a través del sobreendeudamiento?

Consultar el historial de crédito de sus clientes en Buró de Crédito, sociedad de información crediticia pionera y líder, es una estrategia fundamental, pues así pueden evitar dar crédito a quien no puede adquirir una obligación adicional y que, por ende, dejará de pagarla en el corto o mediano plazo.

La información del historial crediticio puede ser consultada en cualquier momento del ciclo de crédito, ya sea de forma preventiva o para tomar las acciones adecuadas en el momento preciso, de tal forma que se evite un problema mayor en el futuro.

Sin embargo, aún existen instituciones microfinancieras que no consultan la información crediticia de sus clientes, ya sea porque creen que es costoso o que requieren de sistemas complejos o grandes inversio-nes para poder hacerlo. Sin embargo, productos como e-Valua, desarrollado por Buró de Crédito, permiten a cualquier otorgante de crédito contar con todo un servicio de análisis de riesgo, desde cualquier compu-tadora conectada a Internet.

Con e-Valua, el otorgante puede cargar sus propias políticas de otorgamiento en el sistema, consultar el historial crediticio del solicitante, definir el nivel de riesgo de cada cliente y decidir sobre el otorgamiento en pocos segundos y con la seguridad de que está tomando la mejor decisión.

E-Valua es un producto económico y accesible que permite a empresas como las instituciones microfi-nancieras hacer crecer su negocio sin poner en riesgo su propia cartera crediticia.

Además, con la amplia oferta de productos y servicios de Buró de Crédito, pensados para apoyar a las IMF en cualquier momento del ciclo del crédito, las instituciones pueden poner en práctica los principios planteados en Finanzas Responsables: Poniendo los principios a funcionar; un informe realizado por el Gru-po Consultivo para Apoyar la Lucha contra la Pobreza (CGAP) del Banco Mundial, el cual hace mención del esfuerzo en torno a generar unas microfinanzas responsables, a través de proteger al consumidor, evitar y reducir el sobreendeudamiento y sobre todo a hacer esfuerzos por mejorar el conocimiento del cliente y su capacidad financiera a través de consultar su historial crediticio.

El sobreendeudamiento es un problema real al cual las IMF deben hacer frente, pues de no hacerlo existe un riesgo grave de generar una situación que salga del control de toda la industria y que puede tener severas consecuencias para el sector. Y en ese proceso cuentan con herramientas accesibles proporcionadas por socios estratégicos como Buró de Crédito.

*Vocero de Buró de Crédito

Page 12: Finanzas Populares   julio 2013

Ramón García Gibson*

Con independencia de la naturaleza jurídica de las enti-dades microfinancieras, sean instituciones de crédito especializadas, Sociedades Financieras de Objeto

Múltiple (SOFOM) o Sociedades Financieras Populares (SOFIPO), todas tienen en común la necesidad de cumplir con las disposiciones emitidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para prevenir y detectar operaciones que pudieran resultar en el deli-to de lavado de dinero, y dado el caso deben reportarlas a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).

Las disposiciones hacendarias contienen diversas obligaciones que implican una carga regulatoria para las microfinancieras, pero

que al mismo tiempo les ayudan a mitigar el riesgo de lavado de dinero. Entre esas obligaciones están la elaboración de políticas de conocimiento e identificación de clientes; la clasificación de clientes con un enfoque basado en riesgo; reportar operaciones dudosas a la UIF; la creación de estructuras internas que incluyen la designación de un oficial de cumplimiento y en su caso la integración de un comité de comunicación y control; la conservación de registros por un período determinado; el desarrollo de sistemas automatizados de monitoreo de operaciones, y programas de capacitación y difusión.

De acuerdo con el portal de la Asociación Nacional de Microfinancieras e Intermediarios Fi-nancieros (ANMIF), “los microcréditos son pequeños préstamos realizados a personas a las que no conceden préstamos los bancos tradicionales. Los microcréditos posibilitan que muchas personas sin recursos puedan financiar proyectos laborales por su cuenta que les reviertan unos ingresos. El microcrédito es la parte esencial del campo de la microfinanciación, dentro del que se encuentran otros servicios tales como los microseguros, ahorros u otros”.

Con frecuencia, en foros y conferencias dirigidas al sector de las microfinanzas surge el debate acerca de si se puede o no lavar dinero en una entidad dedicada a ese tipo de actividad, pues los montos que se operan son relativamente bajos. Invariablemente, nuestra respuesta es que la delin-cuencia organizada puede lavar dinero en las instituciones del sector, y que la falta de cumplimiento con las disposiciones de Hacienda tiene consecuencias negativas. Entre ellas, sanciones adminis-trativas importantes, la posibilidad de incurrir en delitos y el consiguiente daño reputacional para la microfinanciera en cuestión.

Para dimensionar el tema, es importante tener claro que uno de los problemas que enfrenta un lavador de dinero es deshacerse de un gran volumen de dinero en efectivo procedente de actividades ilícitas como el tráfico de drogas ilegales, de armas, personas y órganos; el terrorismo; el crimen organizado; el secuestro; el robo de automóviles y autopartes; la evasión fiscal y la corrupción. Para alcanzar ese fin, los lavadores pueden utilizar personas que ayudan a diversificar el dinero ilícito en diferentes tipos de instituciones financieras (incluidas las microfinancieras) y entidades con débiles controles en prevención de lavado.

12 JULIO 2013

Las microfinancieras y el lavado de dinero

Es importante tener claro que uno de los problemas que en-frenta un lavador de dinero es deshacerse de un gran volumen de dinero en efectivo procedente de actividades ilícitas como el tráfico de drogas ilegales, de armas, personas y órganos; el terrorismo; el crimen organizado; el secuestro; el robo de automóviles y autopartes; la evasión fiscal y la corrupción. Para alcanzar ese fin, los lavadores pueden utilizar personas que ayudan a diversificar el dinero ilícito en diferentes tipos de instituciones financieras (incluidas las microfinancieras) y

entidades con débiles controles en prevención de lavado.

En entidades que otorgan créditos, el riesgo de blanqueo de dinero puede darse principalmente en dos sentidos: 1) Que se ubique a una persona o un grupo que tiene contratado un crédito con una institución, y mediante previo consentimiento del o los acreditados, los pagos de dicho crédito sean realizados por el lavador con dinero en efectivo y de esa forma logre adquirir un bien (el que sea) que le de legitimidad a sus recursos de procedencia ilícita; 2) Que se identifiquen personas que pue-dan calificar para el otorgamiento de créditos y sean utilizados como intermediarios para tales fines.

Una política robusta de conocimiento e identificación de clientes debe contar con mecanismos eficaces para determinar quién es el beneficiario real de los recursos otorgados por la microfinanciera así como de los bienes adquiridos con dicho dinero. Aspectos que no son tan sencillos de detectar en la práctica y que requieren la implementación de un proceso sólido que de la posibilidad de obtener información complementaria del cliente, de manera que permita a la entidad financiera conocer su comportamiento transaccional esperado y contar con un adecuado nivel de seguimiento.

La Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita que entró en vigor en julio de 2013. Dicho ordenamiento incluye actividades vulnerables (ca-sinos, joyerías, constructoras, vendedores de autos nuevos y usados, notarios y corredores públicos, agentes aduanales, organizaciones sin fines de lucro, vendedores de arte y otros) que no se encon-traban obligadas a identificar a sus clientes ni dar avisos a la autoridad correspondiente, y que ahora deberán hacerlo para prevenir operaciones de lavado; también se imponen límites a las operaciones realizadas con dinero en efectivo.

En la ley, los actos, operaciones y servicios que realizan las entidades financieras se consideran “actividades vulnerables”, y para efectos de prevención de lavado se regirán por esa y otras normas regulatorias. Además, como se dijo antes, se establecen medidas y procedimientos para prevenir y detectar actos, omisiones u operaciones que pudieran constituir el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita; identificar a clientes y usuarios de conformidad con lo establecido por los artículos 115 de la Ley de Instituciones de Crédito; presentar ante la SHCP los reportes sobre actos, operaciones y servicios que realicen con sus clientes y lleven a cabo miembros del consejo admi-nistrativo, apoderados, directivos y empleados de la propia entidad, que puedan constituir delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita; entregar a la SHCP información y documentación relacionada con los actos, operaciones y servicios que pueden constituir operaciones con recursos de procedencia ilícita.

La autoridad supervisora seguirá siendo la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, organismo que emitirá los criterios y políticas generales para supervisar el cumplimiento de las obligaciones previstas. De todo lo anterior se desprende la importancia de cumplir con lo previsto en la ley y con las disposiciones generales emitidas por la SHCP a fin de evitar sanciones y el consiguiente daño reputacional.

*Doctor en Derecho y director general de García Gibson Consultores, S.C.www.garciagibson-consultores.com [email protected] www.twitter.com/

garciagibson

Page 13: Finanzas Populares   julio 2013

Celso Garrido*

Entre los grandes pronunciamientos que marcaron el ini-cio del gobierno de Enrique Peña Nieto, se encuentra lo relativo a las MYPYMES y la oferta de un nuevo papel

para estas en el marco del Plan Nacional de Desarrollo Innovador. La gran línea institucional de transformación la marcó la

creación del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), en sustitución de la Subsecretaría de PYMES creada por los gobiernos panistas, con el argumento de que ésta había tenido muchas limita-ciones y baja eficiencia en su operación.

El INADEM fijó cuatro líneas estratégicas para su acción: 1) Apoyar la inserción exitosa de las MYPYMES; 2) Detonar proyec-tos productivos; 3) Fortalecer el ecosistema de financiamiento; 4) Inculcar una nueva cultura emprendedora y empresarial. Para im-plementar esa estrategia el gobierno ofreció dotar de 9,000 millones

de pesos al Instituto para apoyar a 300 mil MYPYMES.Según detalló en su momento el presidente del INADEM, el cuadro en que se desagregarían

esos fondos públicos para dicho actor sería el siguiente: 7,240 millones de pesos del Fondo PYME, 500 millones de pesos del Fondo Emprendedor y 160 millones de pesos del Fondo del Programa de Logística y Centrales de Abasto (Prologyca). Asimismo, 105 millones de pesos del Fondo de Innovación Tecnológica y mil millones para proyectos productivos en sectores estratégicos que se canalizarían a empresas insertas en las cadenas productivas, lo que impactaría en la productividad de sus sectores.

Adicionalmente, el presiente Peña Nieto anunció una revisión de las políticas relativas a la participación de las MYPYMES en el Programa de Compras del Gobierno Federal, en lo que ese momento significaba que sólo el 4 % de ese tipo de empresas fuera proveedora de algún producto o servicio a las dependencias federales. En la nueva estrategia el gobierno aspira a incrementar el monto de las compras a las MYPYMES desde los 61,500 millones que les adquiría en el 2010 a

JULIO 2013 13

Enrique Peña Nieto y la promoción de las MYPYMES¿MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES?

Silvia Peña-Alfaro

El entorno económico, social y legal de las instituciones microfinancieras coloca al sec-tor ante diferentes retos. Uno tiene que ver con la imperiosa necesidad de responder a los requerimientos de las autoridades. Para dar cauce a determinados trámites y cum-

plir con su responsabilidad, las instituciones microfinancieras se ven obligadas a llenar formatos, redactar manuales o informes de auditoría, escribir correos electrónicos y navegar en los sitios de Internet gubernamentales, entre otras tareas.

Eso que a primera vista parece sencillo suele presentar algunas complicaciones. A veces, la información proporcionada por la autoridad resulta confusa o incomprensible. Entonces, surge la necesidad de leer varias veces la información hasta descifrar el mensaje, o hay que realizar varias llamadas telefónicas para preguntar a los funcionarios qué quisieron decir. Ahí comienza la danza con nuestros interlocutores. Se debe comprender lo que dicen o aclararlo, aun cuando él otro tenga deficiencias para darse a entender. Uno debe desentrañar lo que no quedó claro y explicar con precisión nuestro asunto a fin de no dejar dudas.

Muchas veces hay que escribirle a la autoridad para notificar o explicar algo, para dar res-puesta a una solicitud, plantear un caso específico o una necesidad particular. Entonces comienza el desafío de aclarar y ordenar nuestras ideas. A veces pasan los minutos y no se nos ocurre nada; no sabemos por dónde empezar. Tenemos poco tiempo y nos comen los nervios. La cabeza se va de aquí para allá, pero no sale nada. Nos bloqueamos, nos sentimos mal y transcurre el tiempo en balde. Si eso se repite a menudo, empezamos a desarrollar miedo y fobia al acto de ponernos a escribir.

Sabemos que el dinamismo propio de nuestras instituciones exige respuestas ágiles y ope-raciones y procedimientos eficientes. No podemos darnos el lujo de perder tiempo luchando por redactar un escrito ni tampoco se puede arriesgar un trámite −con todas las consecuencias que eso representa− por no haber contestado bien un requerimiento. Así pues, es evidente que la capaci-dad comunicativa juega un papel trascendental: un escrito bien redactado puede poner punto final a un trámite inevitable o ser la solución definitiva a un problema. Eso significa que el dominio de la palabra ahorra tiempo, dinero y esfuerzo.

Pero, ¿cómo lograrlo? Al igual que cualquier técnica, el arte de la comunicación escrita tiene sus propias reglas y también sus secretos. Todo es cuestión de aprendizaje y práctica, igual que cuando aprendemos a bailar, a cocinar o a manejar. A veces sólo basta una pequeña guía para despertar las apti-tudes y para accionar los talentos escondidos.

Conscientes de la relevancia del tema, en INDIFEP/ANMIF hemos venido preparando un taller de redacción enfocado exclusivamente a las necesidades de comunicación escrita propias del sector. El ob-jetivo es poner en tus manos las técnicas de expresión escrita orientadas al cumplimiento de las disposiciones oficiales. Con ello tendrás una herramienta más a tu favor. La danza con las autoridades será ágil, precisa, oportuna y efectiva. No sólo profesionalizarás tu trabajo, sino que generarás ahorros que incrementen el nivel de renta de tu negocio.

compras del orden de los 100 mil millones de pesos en 2013.Para ello, el gobierno propuso una estrategia con cinco grandes líneas de acción. La primera

proponía diseñar un esquema de desarrollo de proveedores que brinde capacitación a las PYMES con potencial para suministrar bienes y servicios al gobierno. En segundo lugar otorgar apoyo a las PYMES para la obtención de fianzas que requieren los procesos de contratación gubernamental. Tercero, poner en funcionamiento una línea telefónica (01800) para atender a los dueños de micro, pequeños y medianos negocios que son o aspiran a ser proveedores. Cuarto, revisar el marco norma-tivo con el fin de reducir las barreras de entrada que tienen actualmente las empresas en la contra-tación pública y proponer las iniciativas de reforma correspondientes. Finalmente, la quinta medida sería fomentar procesos de innovación en las MYPYMES.

Adicionalmente, el gobierno impulsa una reforma financiera con la que busca aumentar el finan-ciamiento a los agentes económicos, particularmente a las PYMES, dando en ello un nuevo rol a la banca de desarrollo. Sobre eso se hace un análisis en otra nota de este suplemento.

* UAM Azcapotzalco/ INDIFEP

La comunicación y la danza con las autoridades

Page 14: Finanzas Populares   julio 2013

• Según el profesor Jason Hickel, de la Escuela de Economía de Londres, las 300 mayores fortunas del mundo acumulan más riqueza que los 3,000 millones de pobres? ¿Y que la situación es aún peor, por-que las 200 personas más ricas tienen aproximadamente 2,7 billones de dólares, y eso es mucho más que lo que poseen 3,500 millones de personas, que tienen un total de 2,2 billones de dólares? ¿Y que de acuerdo con el economista británico, asesor del movimiento The Rules que lucha contra la desigualdad, el 1 % de los más ricos aumentó sus ingresos en un 60 % en los últimos 20 años, con la crisis financiera acelerando ese proceso en vez de frenarlo?

• México cuenta en la actualidad con una población de 145 mil millonarios y 2 540 multimillonarios, y que esa cantidad de ricos supera el promedio de acaudalados en todo el mundo entre 2007 y 2012? ¿Y que según un informe de la firma de investigación WealthInsight, esos mexicanos poseen una fortuna de 736 mil millones de dólares, lo que equivale a 43 % de la riqueza total individual del país? El informe añade que entre esos multimillonarios existen 16 personas con más de mil millones de dólares, 252 individuos con más de 100 millones, y 2 272 considerados millonarios ricos al poseer más de 2 millones de dólares.

• 2006-2012 fue el sexenio perdido en ingresos de los mexicanos y que el desplome, según el Inegi, fue de 12.75 %? ¿Qué con Felipe Calderón la percepción mensual de las familias más pobres fue de 2,332 pesos y que ese estrato social destinó casi la mitad de sus recursos para la compra de alimentos, siendo que entre los economistas es conocido que mientras mayor es el gasto que se dedica a comida mayor es el índice de pobreza? ¿Y que según Julio Boltvinik los datos oficiales minimizan la dimensión de la miseria en México?

• El subejercicio del gasto público durante el primer trimestre de 2013 es el peor que se ha registrado en un principio de sexenio desde 1995, cuando el país estaba en plena crisis económica, y que según alertaron los organismos empresariales ello agravará la situación del país, aunque el gobierno federal lo niegue? ¿Y que el desplome de 10.4 % en el ejercicio presupuestal prácticamente duplica el observado durante el sexenio de Felipe Calderón (5.5% entre enero y marzo de 2007), y es mucho mayor a los registrados durante las administraciones de Vicente Fox (2.8%) y Ernesto Zedillo (4.2%)?

• En México, 59% de la población ocupada −28 millones de personas− trabaja en la informalidad, lo que significa que seis de cada diez no cuentan con el amparo del marco legal o con seguridad social, tampoco aportan al fisco y se emplean en actividades poco productivas, lo que hace que sus sueldos sean muy bajos? ¿Y que a esa baja calidad del empleo se suma el hecho de que el aparato productivo del país es incapaz de generar nuevos puestos de trabajo para el millón de mexicanos que cada año se incorporan a la Población Económicamente Activa?

• Que en la primera quincena de mayo la inflación anual se ubicó en 4.72%, el nivel más alto en cuatro años según registró el Inegi? ¿Y qué Banamex ubicó ese “nuevo pico” por encima del rango de tole-rancia fijado por el Banco de México? ¿Qué de los 82 bienes y servicios que componen la canasta básica del Índice Nacional de Precios al Consumidor, 37 de ellos registraron una variable de precios anual superior a la de la inflación general de México?

• Capitales golondrinos estimados en 3 mil millones de dólares abandonaron los bonos del gobierno y comenzaron a emigrar de la economía mexicana, a la que habían llegado desde 2008 en busca del re-fugio de tasas de interés superiores a las de Estados Unidos y la estabilidad macroeconómica? ¿Y que esa fuga de capitales disparó tasas y provocó una depreciación del peso, intensificando los riesgos a la baja de la actividad económica en el país?

• La economía mexicana crecerá este año 2.5%, un ritmo inferior en 1.4 puntos porcentuales a 3.9 por ciento registrado en 2012, según pronosticó el Bank of America Merrill Lynch? ¿Y que uno de los sec-tores claves del aparato productivo, la industria de la construcción, se ha visto afectado en la primera parte de 2013 por la restricción del gasto público, que se ha reflejado en el retraso de pagos y proyectos?

• México es el país latinoamericano con mayor grado de corrupción y pago de sobornos entre empresas y gobierno para concretar negocios, según la firma consultora Ernst & Young? ¿Y qué de acuerdo con datos de Transparencia Mexicana, en 2010 se gastaron 32 mil millones de pesos en sobornos, a lo que se suman cálculos realizados por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, que indican que el pago de “mordidas” alcanza entre 7 y 9% del PIB, el equivalente a un billón de pesos?

14 JULIO 2013

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Page 15: Finanzas Populares   julio 2013

Fernando Mendoza Nevares*

Al comenzar su gestión, la nueva administración se dio a la tarea de revisar los esquemas de subsidio para vivienda, apoyo financieros que beneficia de manera importante a las pobla-ciones más vulnerables del país y que representa un valioso impulso para que las personas con menores niveles de ingreso puedan aspirar a tener una vivienda de mejor calidad y

acorde a los estándares definidos por el gobierno entrante, así como por las metas del milenio establecidas por la ONU.

Hablar de vivienda adecuada es un tema complejo y debe ser analizado de manera detallada. Consi-derando las cifras publicadas por la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), en México 52.6 millones de personas se encuentran en una situación de hacinamiento, de los cuales 27.8 millones están en el área urbana y 42.2 millones en zonas rurales, esto distribuido en más de 10 millones de hogares a lo largo de la República Mexicana.

Aunado a ello, y considerando la misma fuente de información, el rezago habitacional anual de vi-viendas nuevas en nuestro país asciende a más 1.1 millones, de las cuales 0.9 millones se ubican en zonas urbanas y 0.2 millones se ubican en áreas rurales.

Al analizar esas cifras tenemos que considerar el trascendente papel del Estado como facilitador del desarrollo. Es entendible que el déficit habitacional no será resuelto desde una visión individual; por tanto, es necesaria la participación e involucramiento de diversos actores públicos, privados y de la sociedad civil, para que juntos puedan solucionar esa problemática. Es evidente que los institutos de vivienda federales (SHF, INFONAVIT y FOVISSSTE), tienen una responsabilidad muy importante. Pero, ¿qué hay de las personas que no tienen acceso a esas fuentes de financiamiento? Es por ello que las autoridades guberna-mentales deben fomentar la inclusión de nuevos actores que ayuden a disminuir tal situación.

Considerando esos elementos, surge una gran oportunidad para que las microfinancieras adopten un papel diferenciador y funjan como importante catalizador de esa problemática. Su cercanía con la población más desprotegida del país, el conocimiento y análisis de sus necesidades y requerimientos, y la implemen-tación de esquemas integrales, permitirá atender ese mercado, que está deseoso de recibir productos inno-vadores en materia de vivienda.

JULIO 2013 15

El subsidio gubernamental como motor de desarrollode grupos vulnerables

En diversos foros de análisis donde he participado, se observa que las familias que reciben créditos productivos de las microfinancieras en múltiples ocasiones desvían parte de los recursos para mejorar su vivienda. De hecho, al comparar resultados de otras entidades con los obtenidos por Hábitat para la Huma-nidad México, A.C., se observa que las principales necesidades de financiamiento son de orden productivo, y en segundo lugar la vivienda (renta, edificación y mejoramiento).

Las microfinancieras pueden y tienen la oportunidad de diversificar sus productos mediante el otor-gamiento de crédito con esquemas de subsidio gubernamental, así como asistencia técnica constructiva que permitan que sus beneficiarios se sientan considerados dentro de sus necesidades. Ello, debido a que recibirán recursos adicionales para que puedan mejorar o edificar sus viviendas, respetando sus necesidades tanto de pago como de habitabilidad.

Sabiéndolos ocupar, ejecutar subsidios gubernamentales puede ser un gran motor de desarrollo para todos los actores: a) Los acreditados reciben una cantidad mayor de recursos para la construcción de su vivienda, pagando una cantidad mucho menor a lo que reciben. Aunado a ello, pueden recibir esquemas de asistencia técnica constructiva que garantizará seguridad y habitabilidad de sus viviendas, generando esquemas más económicos; esos elementos son muy valorados por los acreditados.

b) Las microfinancieras pueden ofrecer financiamiento, diversificando las fuentes de recursos y dismi-nuyendo el riesgo implícito del crédito. Esas acciones demuestran un interés por las necesidades y desarro-llo de sus clientes, y provoca lealtad y permanencia en el tiempo de sus beneficiarios.

c) A su vez, el gobierno diversifica su operación, ataca el problema de hacinamiento y déficit cualitativo y cuantitativo de vivienda, generando mejores condiciones de vida para la población.

Un inconveniente es la estrategia de difusión y apropiación del crédito. En muchas ocasiones se cree que la participación de los fondos gubernamentales puede contaminar la recuperación del crédito. Empero, si se aplican medidas preventivas durante la selección y difusión de las características del financiamiento, se pueden superar gran parte de esos retos.

En la actualidad diversas microfinancieras recurren a ese tipo de esquema de trabajo y han obtenido muy buenos resultados. Más aún, si a esa estrategia se añaden elementos de asistencia técnica constructiva, tasas de interés accesibles y plazos adecuados. Viéndolo así, la lealtad y responsabilidad de los acreditados será satisfactoria y quedarán cubiertas las expectativas de las entidades microfinancieras.

*Director de Administración y Finanzas de Hábitat para la Humanidad México, A.C.

El rezago habitacional anual de viviendas nuevas en nuestro país asciende a más 1.1 millones, de las cuales 0.9 millones se ubican en zonas urbanas y 0.2 millones se ubican en áreas rurales.

Considerando esos elementos, surge una gran oportunidad para que las microfinan-cieras adopten un papel diferenciador y funjan como importante catalizador de esa problemática. Su cercanía con la población más desprotegida del país, el conocimiento y análisis de sus necesidades y requerimientos, y la implementación de esquemas integra-les, permitirá atender ese mercado, que está deseoso de recibir productos innovadores en materia de vivienda.

Page 16: Finanzas Populares   julio 2013

El pasado 17 de julio entró en vigor la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, con la que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), de Luis Videgaray, pretende ser

más efectiva y atajar los caminos que usan las organizaciones de la eco-nomía criminal para legalizar (lavar) sus recursos malhabidos.

Esa misma semana de julio se creó la Unidad Especializada en Aná-lisis Financiero, entidad que estará adscrita a la Procuraduría General de la República (PGR), cuyo titular es Jesús Murillo Karam. La Unidad An-tilavado de la PGR estará en coordinación con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que ya posee ex profeso Hacienda.

La nueva unidad de la PGR será la única instancia competente para el diseño y ejecución de sistemas y mecanismos de análisis de la infor-mación financiera y contable relacionada con hechos constitutivos de delitos fiscales, financieros u operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Según el estudio Lavado de dinero, de la Di-rección de servicios de investigación y análisis de la Cámara de Diputados, en 2012 se lavaron en México recursos por 10 mil millones de dóla-res, lo que equivale a 3.6 por ciento del producto interno bruto (PIB). A su vez, un informe de la UIF revela que en los primeros seis meses del gobierno de Enrique Peña Nieto se incrementa-ron 24 por ciento las operaciones inusuales en el sector financiero mexicano, las cuales pueden ser susceptibles de blanqueo o lavado de dinero.

Las operaciones inusuales son aquellas ac-tividades, conductas o comportamientos que no concuerden con los antecedentes conocidos o declarados por los clientes de las instituciones financieras del país. La unidad de la SHCP in-formó que entre enero y junio de 2013 se identi-ficaron 31,443 operaciones inusuales, contra las 23, 923 detectadas en el mismo período de 2012.

La diversidad de productos e instrumentos financieros, así como la complejidad de algunas operaciones, contribuyen a ampliar las oportu-nidades para ejecutar acciones destinadas a legi-timar activos ilícitos, haciendo más difícil para los sujetos obligados a reportar casos a Hacienda, identificar la razón de lo inusual o sospechoso de una operación.

Según la UIF, las operaciones relevantes también tuvieron un aumento de 14.8 por cien-to en los primeros seis meses del año en curso, contra el período enero-junio de 2012. El informe indica que en el primer semestre se detectaron 3 millones 100 mil operaciones relevantes, 400 mil más que en el mismo período del año pasado.

Las operaciones relevantes son las realizadas en las instituciones financieras con monedas y bi-lletes de curso legal en México o en otro país, así como con cheques de viajero y monedas de plati-no, oro y plata, por un monto igual o superior al equivalente en moneda nacional a 10 mil dólares estadunidenses, con independencia de que puedan estar vinculadas o no con los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y de terrorismo y su financiamiento.

Ante esa problemática, la ley antilavado –que estará operando en octubre, una vez que quede listo su reglamento y se publique en el Dia-rio Oficial de la Federación− establece que los negocios que lleven a cabo actividades consideradas como vulnerables, tienen la obligación de corroborar la identidad de sus clientes; solicitar información sobre su ocupación y fuente de ingresos, así como guardarla y protegerla por al menos cinco años.

Entre las actividades consideradas vulnerables se ubican negocios que operan o emiten tarjetas de crédito, por lo que se establece que debe-rán reportar por medio de un aviso a la SHCP, cuando el gasto mensual acumulado sea igual o superior a mil 825 veces el salario mínimo del Distrito Federal, equivalente a 83,011 pesos.

Lo mismo pasará con tarjetas prepagadas y cheques de viajero cuan-do su saldo supere los 451,667 pesos. Asimismo, Hacienda vigilará prés-

16 JULIO 2013

Incompleta, entró en vigor ley antilavado¿Todos somos sospechosos?

tamos otorgados por entidades no financieras que estén por arriba de los 103,683 pesos.

En varios otros rubros económicos la restricción del efectivo su-pondrá desafíos operativos. En el caso de los bienes raíces (casa y terrenos) ninguna operación arriba de los 521 mil pesos se podrá pagar con dinero contante y sonante. También deberán reportarse a Hacienda los premios de juegos y sorteos cuando rebasen 40 mil pesos; la com-pra de joyas de oro y plata por 100 mil; obras de arte, 300 mil; servicio de blindaje, 208 mil; automóviles, 400 mil y donativos, 200 mil pesos.

Como dice Enrique Galván Ochoa, “con la ley antilavado todos somos sospechosos” y/o “presuntos culpables” de lavar dinero. Sin embargo, como señalan expertos abogados, el derecho penal impli-ca que el desconocimiento de la ley sobre un asunto determinado no exime a ninguna persona de tener que cumplirla. Por lo que dada la desinformación sobre el tema de marras, incurrir en delitos fiscales o financieros o en otros en los que esté involucrada la transferencia de

dinero en entidades bancarias, como el lavado de dinero, puede resul-tar más común de lo que mucha gente considera; ya sea por ignorancia o negligencia.

La SHCP aclaró que los reportes no son “prueba plena” ni tienen “valor probatorio” de algún ilícito, ya que ninguna investigación de la PGR podrá estar soportada solo por los “avisos”, lo que garantiza, en teoría, la protección de las personas en la implementación de la ley.

Operaciones sospechosas, en aumento

De acuerdo con información oficial, durante el primer trimestre de 2013 la SHCP procesó 2.8 millones de operaciones consideradas “sos-pechosas” en el sistema financiero, cuyos montos y orígenes cubrían los parámetros establecidos por la ley para ser reportadas. No obstante, de ese total de operaciones identificadas sólo seis fueron etiquetadas bajo el rubro de “operaciones preocupantes”, y el procesamiento del total de esas transacciones por parte de la UIF derivó en apenas 11

denuncias ante las autoridades judiciales.La enorme diferencia entre el universo de operaciones sospecho-

sas y el número de denuncias presentadas por la unidad de Hacienda hace pensar que, o bien los grupos de la economía criminal lavan sus recursos sucios en circuitos ajenos al sistema financiero, o las autoridades mexicanas vienen incurriendo en una actitud omisa en materia de combate al lavado de dinero. Con mayor fundamento cabe suponer omisiones mayores en las grandes corporaciones financieras privadas, muchas de cuyas matrices han sido multadas de manera reiterada en Estados Unidos por efectuar operaciones con recursos de presunta procedencia ilícita.

La segunda de esas posibilidades cobra fuerza ante los abultados montos de dinero negro que, de acuerdo con diversas estimaciones, son inyectados cada año a la economía nacional. En efecto, la cifra que ingresa a México por actividades ilícitas podría ser de entre 10 mil y 19 mil millones de dólares, si se atiende los cálculos de

“excedentes difíciles de explicar” en el sistema financiero, reportados por la propia Secretaría de Hacienda, o bien de 30 o 40 mil millones, si se toman en cuenta diversas estimaciones extraofi-ciales y de agencias de seguridad privada e inte-ligencia. Y según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, de julio de 2012, los cárteles de la droga envían de ese país a Mé-xico “entre 19 mil y 39 mil millones de dólares al año”.

Más allá de esas disparidades, tales cantida-des ponen en evidencia una magnitud de miles de millones de dólares en los flujos de dinero ilícito que se introducen en la economía mexica-na. Resulta poco creíble que montos semejantes −comparables a las cifras anuales de las remesas o de los ingresos por exportaciones de hidro-carburos− puedan ser blanqueados únicamente mediante “empresas fachadas”, y que su ingreso al sistema financiero se dé a través de depósitos “hormiga” inferiores a los 500 dólares, que es el monto máximo para que una transacción en esa divisa no sea reportada a las autoridades.

Los datos precedentes hacen inevitable su-poner que buena parte de los recursos que pro-vienen de actividades de la economía criminal en sus distintas modalidades, entra y sale del país mediante grandes transacciones bancarias, cambiarias y bursátiles a través del sistema fi-nanciero, como las que realizó, según un reciente informe del Senado de Estados Unidos, la filial mexicana del banco HSBC entre 2007 y 2008, para transferir presuntas ganancias de traficantes de drogas. El escándalo obligó a la CNBV a reve-lar que el banco había sido castigado en México con una multa simbólica.

Se supone que con la entrada en vigor de la ley antilavado, México llega a un alto grado de cumplimiento de las 40 recomendaciones que hace el Grupo de Acción Financiera Internacio-

nal (GAFI) sobre el blanqueo de capitales. En teoría, antes como ahora la ruta del dinero servirá para llegar a la base patrimonial de los grupos de la economía criminal. O de otra manera, a sus empresas, que es donde más les duele. La moneda está en el aire.

Según el estudio Lavado de dinero, de la Dirección de servicios de investigación y análisis de la Cámara de Diputados, en 2012 se lavaron en México recursos por 10 mil millones de dólares, lo que equivale a 3.6 por ciento del producto interno bruto (PIB). A su vez, un informe de la UIF revela que en los primeros seis meses del gobierno de Enrique Peña Nieto se incrementaron 24 por ciento las operaciones inusuales en el sector financiero mexicano, las cuales pueden ser susceptibles de blanqueo o lavado de dinero.