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  • Flores y jardinesC. JINARAJADASA

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  • FLORES Y JARDINES

    (BOCETO DE UN SUEO)

    por

    C. JINARAJADASA

    TRADUCIDO DEL INGLESPOR

    CARMEN MATEOS DE MAYNAD

  • Al Maestro KUT HUMIquin me inspir el sueo

  • INDICE

    Cap. Pgs.

    I - Flores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

    II - Jardines . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 7

    III - Jardineros La Cabeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 10

    IV - Jardineros El Corazn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

    V - Jardineros Flor del Corazn . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    VI - Sueo o Visin? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16

    Ofrenda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

  • I

    F L O R E S

    Acabo de tener un vvido sueo, y aunque estoy ahora del todo despierto, vivo en l todava. So un extrao lugar y gente extraa. Me pareca ser uno de ellos y residir all, y an ahora, mientras escribo me parece menos explicar lo que veo con la imaginacin, que describir lo que viv.

    Como nota predominante hay all ciertas ideas que flotan en el ambiente y parecen casi intangibles. Estuve varias veces en un edificio a manera de central elctrica, donde toda emocin era un pensamiento y sentimiento insistentes, y sin embargo, nada vean girar mis ojos. As, en el lugar soado, ciertas ideas, aunque invisibles e intangibles, son como la presin atmosfrica que nos rodea, y no obstante parecen palpitar en todo cuanto vive. De entre estas ideas, sobresalen dos preponderantes, la de infancia y la de ancianidad.

    Doquiera que vayis, hombres y mujeres obsesionados por la idea de que el Estado slo existe en inters de los nios. Ni pensamientos de negocios ni de placeres predominan en sus mentes; el nico tema que les fascina es: cmo haremos a los nios ms felices de lo que ahora son? As como nosotros leemos cada maana el diario buscando noticias de negocios, diversiones, poltica, literatura o arte, segn el atractivo que para nosotros tengan, as en aquel Estado, cada maana hombres y mujeres comienzan el da buscando con ahnco cualesquiera ideas nuevas que aparezcan en el mundo para dicha de los nios.

    Aquellas gentes no se identifican con el Estado, sino que en su mente prevalece el pensamiento de que los nios constituyen el Estado. Todas sus ocupaciones cotidianas estn magnetizadas por este pensamiento capital y todos los asuntos nacionales se encaminan al bienestar de los nios. Que los nios estn contentos y sean felices, no intermitentemente sino en todo momento; esto es para aquellas gentes la Ley y los Profetas. Su idea de virtud es que, quienquiera que sea, contribuya al bienestar de los nios. As como nosotros llamamos patria a nuestro pas y cuantos lo pueblan, as tambin de opuesto modo llaman aquellas gentes a su pas tierra de los nios. As como entre nosotros el patriotismo o servicio paternal resume los deberes y virtudes del ciudadano respecto del Estado, entre aquellas gentes sintetiza anlogas virtudes la frase servicio a la infancia.

    Si los mayores piensan siempre en los nios, es igualmente raro para nosotros que los nios piensen siempre en los viejos. Se les ensea a los nios que hay algo de misterioso y que infunde respeto en el hombre o mujer cuando al pasar de cierta edad decaen sus fuerzas fsicas; se les ensea a mirar a los ancianos con el mismo orgullo y veneracin que sentimos hoy por nuestros hroes nacionales. Parece como si los nios viesen en cada palabra de los viejos una perla de sabidura. El privilegio de servir a un anciano, se considera ciertamente como el mayor honor que puede caber a un nio.

    Por supuesto los nios aman ms ardorosamente a los de su propia generacin, o a las personas de la generacin precedente como padres, tos y tas; y sin embargo resulta extrao que instintivamente prefieran servir a los de dos o ms generaciones anteriores a ellos.

    Desde luego que en este Estado no se conocen apenas las penalidades fsicas. Despus de cierta edad, hombres y mujeres se retiran de las ocupaciones activas, porque desde entonces el Estado les asegura una vida tranquila en recompensa de los servicios que le prestaron como laboriosos

  • ciudadanos. Pero este reposo fsico de los ancianos, no es lo que llama la atencin, sino el respeto que les muestran los nios. Cuando stos llegan a hombres, algunos de ellos son mucho ms hbiles que cualquiera de sus antecesores, y aunque no pueden por menos de reconocerlo as, no se engren de ello ni menosprecian a los viejos porque sean menos hbiles.

    La educacin recibida en la infancia persiste cuando son hombres, manifestada en respetuosa cortesa hacia los ancianos y en devocin por su bienestar. Todo ciudadano considera que su deber con los nios va unido con el de los ancianos y desvalidos.

    Aquellas gentes tienen su religin, pero las imgenes mentales son tan nuevas que no es fcil describirlas. El pensamiento de las flores cruza de continuo con sus ideas de bondad y nobleza. Piensan que en cada cual hay una flor que se abre lentamente. As como nosotros decimos el alma del hombre ellos dicen la flor en el hombre. Cuando alguien presta un servicio, dicen su flor se est abriendo. Creen en una inteligencia Suprema que dirige todas las cosas y la llaman Flor de las Flores.

    Las flores de la naturaleza tienen para ellos un significado que no tienen para nosotros en este mundo. En cada flor, ven el espejo de una virtud, creen que la flor en el hombre puede abrirse de tres modos distintos: por el poder, por la sabidura o por el amor. Cada una de estas modalidades entraa centenares de virtudes, y cada virtud se refleja en una flor. Siempre que un hombre, una mujer o un nio ven una flor, advierten en ella un significado; en una flor, renunciacin, en otra, humildad; en otra, gozoso sacrificio. Les parece que las flores de la naturaleza provocan la eclosin de las flores en los hombres, y por lo mismo se rodean de flores.

    Todos los nombres de sus flores les recuerdan fases de la vida. As como nosotros les damos a las flores nombres como jacintos, margaritas, espuela de caballero, flor de noche, diente de len, siempreviva, etc., as ellos dan nombre a sus flores con frases como: beso y amistad, dulce musiteo y sonrisa infantil. Tienen una correspondiente a nuestro nomeolvides que llaman buscaluz y es la favorita de los corazones suaves y tiernos. La flor que simboliza el amor es una rosa silvestre llamada todo tuyo. Los enamorados se entregan recprocamente esta flor al prometerse. La flor sagrada es una variedad cultivada del todo tuyo y la llaman flor del Corazn, ofrecindola en los altares a Flor de las Flores.

    En sentido oculto, identifican la infancia con las flores.

    Hombres y mujeres cavan la tierra, siembran las semillas, cultivan las plantas, cumplen cuanta labor manual requiere la jardinera; pero consideran a los nios como los verdaderos jardineros cuyas insinuaciones deben seguirse implcitamente en todo lo relativo a las flores. Los nios insinan el ordenamiento de los diversos colores en los arriates; los dibujos que debe formar la plantacin, y qu flores ha de colocarse contiguas; pues los mayores se dan cuenta de que las flores hablan ms audiblemente a los nios que a ellos, por lo que siempre consultan a los nios acerca de las flores.

    Los nios y las flores toman parte principal en la imaginacin de las gentes. As como las flores que sugieren virtudes, asimismo creen que cada nio representa ms particularmente alguna virtud. Se alegran tanto de ver a un nio, como nosotros de encontrar una flor campestre en primavera tras largo y crudo invierno.

    Cuando la corriente del verdadero amor une en matrimonio dos tiernos y dulces corazones, ruegan devotamente que les nazcan muchos hijos para que les bendigan al rodearlos de virtudes.

  • Los padres consideran que un nio nacido de ellos trae consigo dos grandes privilegios; el de meditar sobre una virtud representada por el nio, y el de florecer en una virtud evocada por la presencia del nio entre ellos. Dicen que tal nio refleja inocencia; tal otro candor; otro encarna la alegra del vivir y otro las inestimables dotes de mando.

    El buen humor es entre ellos una virtud, pero de nada se burlan, sino que al sonrer se compadecen. De cuando en cuando encuentran algn nio que con sus originales y donosos reparos les hace sentir la vida de un modo hondamente placentero, por lo que le observan y estudian como nosotros a los genios incipientes.

    Los hijos de aquellas gentes, como todos, tienen sus peculiaridades, y los padres se dan cuenta de que ellos deben manifestar aquellas virtudes que los nios deben desarrollar. Cuando un nio es de carcter violento, los padres piensan es que debemos acrecentar nuestra paciencia, y an cuando fracasen en esta virtud, jams condenan al nio por la irascibilidad que sienten.

    Si un nio es desobediente, se dicen a s mismos: Cun poco conocemos nosotros el privilegio de la obediencia!; puesto que no hemos aprendido hasta ahora a renunciar a nuestros deseos, es natural que no tengamos xito en guiar la voluntad de los dems a travs de sus deseos. Y lo mismo piensan acerca de cualquiera manifestacin, buena o mala del carcter de los nios. En los buenos ven reflejadas las propias virtudes, en los malos, atienden a un llamamiento para fomentar alguna virtud.

  • II

    JARDINES

    Aquellas gentes tienen la idea de que su Estado es su jardn. Sus mentes saben distinguir claramente entre el bien y el mal, y tambin entresacan de las flores sus smiles en cuestiones de tica. Aunque todas las flores son para ellos espejos de virtudes, consideran algunas virtudes tan slo convenien