Folleto de Oración Encuentro Juvenil

Elaborado porFr. Pierre Guillén Ramírez, o.f.m.

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«Orar no consiste en hablar mucho o en pensar mucho,sino en amar mucho»

PRIMER Día

ORACIÓN DE LA MAÑANA

INVOCACIÓN INICIAL

Conviene prepararse para la oración con unos breves instantes de silencio. A continuación, todos se ponen de pie.

PRESIDENTE:En el nombre del Padre , del Hijo y del Espíritu Santo . Amén.

TODOS: Te buscamos, Señor, en el polvo, los trapos y el sudor de nuestra cotidianidad. No queremos buscarte en la extravagancia, en lo sensacional; te buscamos en la oración silenciosa, que tantas veces nos resulta difícil; en los momentos de desierto y de prueba, que la vida nos depara; en el camino cotidiano de la vida de jóvenes, tantas veces tortuoso y cargado de dificultades; te buscamos en lo cotidiano de nuestro trabajo y de nuestro estudio, ¡Ahí te encontramos Señor!

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA

PRESIDENTE:Abre, Señor, nuestra mente y nuestro corazón para escuchar tu Palabra.


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Ahora, todos se sientan para escuchar atentamente la Palabra de Dios.

LECTOR:Lectura del libro del profeta Jeremías 1, 4-10

El Señor me dirigió la palabra:—Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.Yo repuse: —¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que solo soy un muchacho.El Señor me contestó: —No digas eres un muchacho, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte.El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: —Voy a poner mis palabras en tu boca. Desde hoy te doy poder sobre los pueblos y reinos para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar.

V. Palabra de Dios.R. Te alabamos, Señor.

Momento para interiorizar y asimilar la Palabra escuchada (puede haber música de meditación). Dejemos resonar la voz del Señor dentro del corazón. ¿Qué me está diciendo el Señor a través de su Palabra?

RESTITUCIÓN


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Una vez terminado el tiempo de interiorización de la Palabra se invita a compartir (restituir) lo meditado, mediante la puesta en común del versículo o expresión que le ha resultado más significativo.

PRESIDENTE: Señor, hemos escuchado tu Palabra y la hemos hecho nuestra. Ahora manifestamos, movidos por tu Espíritu, nuestra experiencia de cara a ella.

Al finalizar la intervención de cada uno, todos se unen diciendo: Tu Palabra, Señor, interpela, orienta y modela nuestra existencia.

PRESIDENTE:Señor, quizá nuestro lenguaje humano es limitado para hablarte, sin embargo, tú nos sondeas y nos conoces; nos conoces cuando nos sentamos o nos levantamos, de lejos penetras nuestros pensamientos. Ahora, Señor, nuestro corazón te habla a través del canto que brota del encuentro personal contigo.

Se entona el siguiente canto u otro apropiado.

ANTES QUE TE FORMARAS

Antes que te formaras dentro del vientre de tu madre antes que tú nacieras te conocía y me consagré. Para ser mi profeta en las naciones yo te elegí irás donde te envíe y lo que te mande proclamarás.

Tengo que gritar, tengo que andar,


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ay de mí si no lo hago cómo escapar de Ti, cómo no hablar si tu voz me quema dentro. Tengo que arriesgar, tengo que luchar ay de mí si no lo hago cómo escapar de Ti, cómo no hablar si tu voz me quema dentro.

No temas arriesgarte porque contigo yo estaré, no temas anunciarme porque en tu boca yo hablaré. Te encargo hoy mi pueblo para arrancar y derribar para edificar, destruirás y plantarás.

Deja a tus hermanos, deja a tu padre y a tu madre abandona tu casa porque la tierra gritando está nada traigas contigo porque a tu lado yo estaré es hora de luchar porque mi pueblo gritando está.

NUESTRAS INTENCIONES DE CARA A DIOS

PRESIDENTE: El Señor nos interpela: «No digas eres un muchacho, pues irás adonde yo te envíe y dirás lo que yo te ordene». Sin embargo, no basta con «estar» simplemente dentro de la Iglesia, la fe implica una actitud concreta en la vida, una decisión de transformar la realidad. Nuestra atención desinteresada y oportuna a todos los hombres y mujeres del mundo será siempre un testimonio humilde y callado del rostro compasivo de Cristo. Estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe a través de obras específicas.

TODOS:


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Señor, no podemos encontrarnos contigo y no darte a conocer a los demás. No queremos una fe apartada de la realidad, egoísta o intimista. No queremos endurecer nuestro corazón ante el mundo. Queremos comprometernos con el anuncio de tu Evangelio a través de nuestra realidad de jóvenes. Queremos mostrar al mundo que tus Palabras siempre tienen vigencia y encierran vida abundante para quien las acoge con corazón libre y puro. Queremos tomarnos en serio tu Evangelio. Queremos anunciar a todos cuantos encontremos a nuestro paso la paz y el bien que el hermano Francisco de Asís anunció. Permite, Señor, que nuestro corazón explore caminos inéditos de Evangelización joven y que no sucumbamos ante el peso de las dificultades.

PRESIDENTE: Hermanos, Dios inclina su oído ante la oración sincera del corazón humano. Dios no es sordo a nuestras súplicas, por el contrario es pronto para atender todo cuanto pedimos confiadamente. Unámonos con fe sincera a la súplica que Jesús elevó al Padre, empleando sus mismas palabras.

TODOS: Padre nuestro,

que estás en el cielo,santificado sea tu Nombre;venga a nosotros tu reino;hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;perdona nuestras ofensas,como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;no nos dejes caer en la tentación,y líbranos del mal.

Amén

PRESIDENTE:


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Te damos gracias, Señor, Alfarero del hombre, porque Tú nos has formado en lo oculto y nos has escogido portentosamente según el modelo de tu Hijo Jesucristo; concédenos la gracia de pertenecer siempre a ti, nuestro Señor, e imitar la vida de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

TODOS: Reconocemos en María a la mujer audaz y valiente que supo decir «Hágase en mí según tu Palabra». A ella nos dirigimos diciendo:

Ayúdanos, Madre del cielo,a conseguir ser fieles a Dios;a llevar la verdad y la paz,a saber escuchar y a aceptar.

A poder confiar siempre en Dios,a pesar de la cruz y el dolor.A tener esperanza y valoren la siembra del Reino de Dios. Amén.

BENDICIÓN FINAL

PRESIDENTE:Bendición de San Francisco dada al hermano León

V. El Señor los bendiga y los guarde.R. Amén.V. El Señor les muestre su rostro y tenga misericordia de ustedes.R. Amén.V. Vuelva el Señor su rostro hacia ustedes y les conceda la paz. R. Amén V. El Señor los bendiga, hermanos, En el nombre del Padre , del Hijo y del Espíritu Santo . Amén.


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«Silencio no es mera ausencia de ruido, sino voluntad de escucha»

ORACIÓN DE LA TARDE

INVOCACIÓN INICIAL



Ahora que se hace de noche y se encienden las lámparas, dirijamos nuestra mente y nuestro corazón a Dios, empleando las palabras que el hermano Francisco de Asís pronunció ante el crucifijo de San Damián.

TODOS:¡Oh Alto y Glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta


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y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento. Amén.

PRESIDENTE:Abre, Señor, nuestra mente y nuestro corazón para entonar nuestra alabanza de la tarde. Que aquello que pronuncia nuestros labios concuerde con los sentimientos de nuestro corazón.

Todos se sientan y desde su puesto, el lector hace la siguiente monición al salmo 138.

LECTOR: Un sabio medita sobre la omnipresencia de Dios y sobre su sabiduría, que penetra hasta lo más recóndito de nuestra vida. Su poema quiere ser un homenaje de entrega confiada a Aquel que todo lo sabe: nuestro pasado, nuestro presente, nuestro futuro. El pasado, que ya hemos olvidado o del que quizá nunca fuimos conscientes, está presente a los ojos de Dios: Cuando, en lo oculto, me iba formando, no desconocías mis huesos, conocías hasta el fondo de mi alma. El presente, lleno de misterios para nuestra mente, es luminoso a los ojos de Dios: Penetras mis pensamientos, distingues mi camino. El futuro, objeto sólo de mis proyectos, el Señor no deja de penetrarlo: ¿A dónde iré?, allí me alcanzará tu izquierda y me agarrará tu derecha. Gustemos de este hermoso salmo.

Ahora, se entona pausadamente y a dos coros el salmo.

SALMO 138, I-IIDios está en todas partes y lo ve todo


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CORO 1:Señor, tú me sondeas y me conoces;me conoces cuando me siento o me levanto,de lejos penetras mis pensamientos;distingues mi camino y mi descanso,todas mis sendas te son familiares.

CORO 2:No ha llegado la palabra a mi lengua,y ya, Señor, te la sabes toda.Me estrechas detrás y delante,me cubres con tu palma.Tanto saber me sobrepasa,es sublime, y no lo abarco.

CORO 1:¿Adónde iré lejos de tu aliento,adónde escaparé de tu mirada?Si escalo el cielo, allí estás tú;si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;

CORO 2:si vuelo hasta el margen de la aurora,si emigro hasta el confín del mar,allí me alcanzará tu izquierda,me agarrará tu derecha.

CORO 1:Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,que la luz se haga noche en torno a mí»,ni la tiniebla es oscura para ti,la noche es clara como el día.


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CORO 2:Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

CORO 1:Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

PRESIDENTE: Señor, tú no necesitas nuestras explicaciones, porque sabes bien lo que hay en el corazón del hombre; que la luz de tu saber penetre la tiniebla de nuestros corazones, para que podamos encontrarte y seguir con fidelidad el camino de tu Evangelio. Amén.

Se permiten unos segundos de meditación.

LA VOZ DE LA IGLESIA

LECTOR: Del mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la vigésimo séptima Jornada Mundial de la Juventud 2012

Testigos de la alegría

Queridos amigos, para concluir quisiera alentaros a ser misioneros de la alegría. No se puede ser feliz si los demás no lo son. Por ello, hay que compartir la alegría. Id a contar a los demás jóvenes vuestra alegría de haber encontrado aquel tesoro precioso que es Jesús mismo. No podemos conservar para nosotros la alegría de la fe; para que ésta pueda permanecer en nosotros, tenemos que transmitirla. San Juan afirma: «Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros… Os escribimos esto, para que nuestro gozo sea completo» (1Jn 1,3-4).


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A veces se presenta una imagen del Cristianismo como una propuesta de vida que oprime nuestra libertad, que va contra nuestro deseo de felicidad y alegría. Pero esto no corresponde a la verdad. Los cristianos son hombres y mujeres verdaderamente felices, porque saben que nunca están solos, sino que siempre están sostenidos por las manos de Dios. Sobre todo vosotros, jóvenes discípulos de Cristo, tenéis la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sed vosotros los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe. El Evangelio es la «buena noticia» de que Dios nos ama y que cada uno de nosotros es importante para Él. Mostrad al mundo que esto de verdad es así.

Por lo tanto, sed misioneros entusiasmados de la nueva evangelización. Llevad a los que sufren, a los que están buscando, la alegría que Jesús quiere regalar. Llevadla a vuestras familias, a vuestras escuelas y universidades, a vuestros lugares de trabajo y a vuestros grupos de amigos, allí donde vivís. Veréis que es contagiosa. Y recibiréis el ciento por uno: la alegría de la salvación para vosotros mismos, la alegría de ver la Misericordia de Dios que obra en los corazones. En el día de vuestro encuentro definitivo con el Señor, Él podrá deciros: «¡Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu señor!» (Mt 25,21).

Se dejan algunos minutos de silencio para meditar el mensaje del Papa.

RESTITUCIÓN

A continuación, se entona el siguiente canto u otro apropiado.

SOIS LA SEMILLA

Sois la semilla que ha de crecer,sois estrella que ha de brillar.Sois levadura, son grano de sal,


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antorcha que ha de alumbrar.Sois la mañana que vuelve a nacer,sois espiga que empieza a granar;sois aguijón y caricia a la vez,testigos que voy a enviar.

Id amigos por el mundo, anunciando el amor,mensajeros de la vida, de la paz y el perdón.Sed amigos los testigos de mi resurrección,id llevando mi presencia, con vosotros estoy.

Sois una llama que ha de encender,resplandores de fe y caridad.Sois los pastores que han de guiar,al mundo por sendas de paz.Sois los amigos que quise escoger,sois palabra que intento gritar,sois Reino nuevo que empieza a engendrar,justicia, amor y verdad.

Sois fuego y savia que vine a traer,sois la ola que agita la mar.La levadura pequeña de ayer,fermenta la masa del pan.Una ciudad no se puede esconder,ni los montes se han de ocultar. En vuestras obras que buscan el bien,los hombres al Padre verán.

DIÁLOGO DE AGRADECIMIENTO

PRESIDENTE: Señor, nos has llamado sal y luz para el mundo. Nuestro espíritu joven nos impulsa a responder con creatividad a la misión de anunciar tu Evangelio con el testimonio de la propia vida. Nuestro corazón desea abrirse hacia el futuro, deseamos la felicidad, la amistad, el compartir y la verdad; nuestros ideales nos impulsan a


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gastar nuestra vida en servicio permanente a todos los hombres y mujeres.

JOVEN 1:Cada día, Señor, nos ofreces tantas alegrías sencillas: la alegría de vivir, la alegría ante la belleza de la naturaleza, la alegría de un trabajo bien hecho, la alegría del servicio, la alegría del amor sincero y puro.

JOVEN 2: Y si miramos con atención, nos has dado tantos motivos para alegrarnos: los hermosos momentos de la vida familiar, la amistad compartida, el descubrimiento de las propias capacidades personales y la consecución de buenos resultados, el aprecio que otros nos tienen, la posibilidad de expresarse y sentirse comprendidos, la sensación de ser útiles para el prójimo.

JOVEN 3: También, Señor, es motivo para alegrarnos la adquisición de nuevos conocimientos mediante los estudios, el descubrimiento de nuevas dimensiones a través de viajes y encuentros, la posibilidad de hacer proyectos para el futuro. También produce en nosotros una verdadera alegría la experiencia de leer una obra literaria, de admirar una obra maestra del arte, de escuchar e interpretar la música o ver una película.

TODOS: Te damos gracias, Señor, por todo lo que nos has dado. Gracias por nuestros padres y hermanos; gracias por los amigos; gracias por todos los que han contribuido a nuestra formación. Gracias, Señor, por las posibilidades que Tú nos das cada jornada; ayúdanos para que las aprovechemos. Gracias, Señor, por la vida que nos das. Gracias por el pan de cada día: que lo sepamos compartir con los demás, convirtiéndonos nosotros mismos en par partido para los otros. Gracias por tu presencia en medio de nosotros.


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EXPERIENCIA FRANCISCANA DEL DIOS ABSOLUTO

PRESIDENTE: La acción de gracias a Dios por todo lo que nos ha dado, nos debe mover a reconocerle como el Absoluto. El hermano Francisco de Asís solía llamarle: «Mi Dios y mi todo», por eso, haciendo nuestras sus palabras, dirijámonos a Dios, reconociendo su grandeza.

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO

Todos se ponen de pie y entonan a un coro las Alabanzas.

Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.

Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.

Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.

Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.

Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio.

Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

PRESIDENTE: Ahora, hermanos, encomendemos a Dios nuestro descanso de la noche y recibamos su bendición, para que mañana con ánimo renovado nos levantemos a cantar de nuevo sus maravillas.


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BENDICIÓN FINAL



Segundo Día«Es necesario dejar a Dios ser Dios»

ORACIÓN DE LA MAÑANA


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INVOCACIÓN INICIAL



TODOS:Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo [...]. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos [...]; danos tu gozo eterno. Amén.

Ahora todos se sientan y se disponen para escuchar la Palabra del Señor. Desde su puesto, el monitor lee pausadamente lo siguiente:

MOTIVACIÓN:Tras una noche de dura fatiga sin ningún resultado, Jesús invita a Pedro a remar mar adentro y a echar de nuevo la red. Aun cuando esta petición parece inútil, Pedro se fía del Señor y responde sin dudar: «Señor, por tu palabra, echaré la red» (Lc 5,4). La red se llena de peces, hasta el punto de romperse. Hoy, después de dos mil años de trabajo en la barca agitada de la Historia, la Iglesia es invitada por Jesús a «remar mar adentro», lejos de la orilla y las seguridades humanas, y a tirar de nuevo la red. Es hora de responder de nuevo con corazón joven: «Señor, por tu palabra, echaré la red».

A LA ESCUCHA DE LA PALABRA

Quien previamente haya sido designado como lector, se dirige hacia el ambón y desde allí proclama el Evangelio.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11


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En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro y echad las redes para pescar». Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes». Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro, se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador". Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas: desde ahora serás pescador de hombres». Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

V. Palabra del Señor.R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Es conveniente destinar unos minutos para que de nuevo cada uno lea personalmente el texto. Este es el momento para interiorizar y asimilar la Palabra escuchada. Dejémosla resonar dentro del corazón.

Algunas preguntas que podrían ser útiles para la meditación:

«[...] los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.» ¿Cuándo me sentí interpelado por Jesús (cuándo llegó a mi vida)? ¿En qué circunstancia particular de mi vida me encontraba (qué estaba haciendo y con quién


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estaba) cuando Jesús me invitó a colaborar con la misión evangelizadora de los jóvenes? ¿Cómo recibí a Jesús?

«Rema mar adentro y echad las redes para pescar». ¿Qué me está pidiendo Jesús actualmente de cara a la pastoral juvenil? ¿Cuáles son esos «mares» que debo navegar?

«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes». ¿Es fácil comprometerse con la pastoral juvenil? ¿Cuáles son mis miedos de trabar por el Reino de Dios? ¿Cuál es la diferencia entre creer en Jesús y creerle a Jesús?

«No temas: desde ahora serás pescador de hombres». ¿Cuáles son esos hombres a los que me debo dirigir para anunciar como joven su mensaje de amor? ¿Cómo debe ser mi testimonio de Cristo ante el mundo? ¿Qué espera la Iglesia de mí como joven? ¿Debo repetir esquemas o recrear nuevos caminos de misión juvenil? ¿Qué significa para mí ser pescador de hombres?

Finalizado el tiempo de medicación de la Palabra, se entona el siguiente canto u otro apropiado.

ALMA MISIONERA

Señor, toma mi vida nueva antes de que la espera desgaste años en mi estoy dispuesta a lo que quieras no importa lo que sea tu llámame a servir.

Llévame donde los hombres necesiten tus palabras


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necesiten mis ganas de vivir donde falte la esperanza donde falte la alegría simplemente por no saber de ti.

Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo Tu grandeza, Señor Tendré mis manos sin cansancio tu historia entre los labios y fuerza en la oración.

Y así en marcha iré cantando por calles predicando lo bello que es tu amor Señor tengo alma misionera condúceme a la tierra que tenga sed de ti.

RESTITUCIÓN

PRESIDENTE: Señor, tu nos dices: «No tengas miedo». Para dar una respuesta significativa a las realidades del mundo actual es necesario, ante todo, vencer el miedo. El miedo a nosotros mismos, de la debilidad de nuestro camino, del carácter extremadamente vulnerable de cuanto intentamos hacer, y convertirnos en centinelas que custodien lo que tu nos has encomendado custodiar y que se atrevan a mirar hacia adelante. Por eso Señor, te manifestamos nuestros anhelos.

JOVEN 1:Señor, anhelamos profundamente poder dejarnos interpelar por la realidad de los jóvenes de nuestro país, adquiriendo una necesaria capacidad de adaptación a las nuevas formas de la sociedad, convirtiendo los obstáculos en desafíos.

JOVEN 2:


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Señor, anhelamos profundamente poder continuar, desde la pastoral juvenil franciscana, la búsqueda de formas creativas y veraces de hacer provocativo el Evangelio al mundo de hoy, anunciándolo con las palabras y sobre todo con la vida misma.

FRAILE:Señor, anhelamos profundamente fraternidades abiertas a los jóvenes para ofrecerles una rica experiencia humana, una fuerte vida cristiana, y la posibilidad de compartir la vida y misión franciscanas.

Se pueden agregar espontáneamente otros anhelos.

LA EXPERIENCIA DEL HERMANO FRANCISCO DE CARA AL MUNDO

PRESIDENTE: Señor Jesús, nuestro hermano Francisco de Asís manifestó siempre empatía por el mundo, del cual no sólo no pretendió huir sino que antes bien lo reconoció como el propio claustro. Compartió la vida de los pobres y la de aquellos que se encontraban a la orilla del camino. Se hizo hermano de todos y de todo. Nosotros, queremos apropiarnos de este modo de andar por el mundo, como una manera concreta de restituir el don del Evangelio recibido. Por eso, haciendo nuestras las palabras con las que Francisco proclamó su fraternidad universal, nos dirigimos esta mañana a ti.

Se entona el cántico a un coro.

CÁNTICO DEL HERMANO SOL O DE LAS CRIATURAS

Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, corresponden, y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.

Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, especialmente el señor hermano sol,


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el cual es día, y por el cual nos alumbras.

Y él es bello y radiante con gran esplendor, de ti, Altísimo, lleva significación.

Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas, en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.

Loado seas, mi Señor, por el hermano viento, y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo, por el cual a tus criaturas das sustento.

Loado seas, mi Señor, por la hermana agua, la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego, por el cual alumbras la noche, y él es bello y alegre y robusto y fuerte.

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.

Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor, y soportan enfermedad y tribulación.

Bienaventurados aquellos que las soporten en paz, porque por ti, Altísimo, coronados serán.

Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal, de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!: bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad, porque la muerte segunda no les hará mal.

Load y bendecid a mi Señor,


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y dadle gracias y servidle con gran humildad.

PRESIDENTE: Haz, Señor, que seamos siempre hombres de conducta irreprensible, que procedamos honradamente, practiquemos la justicia y no escatimemos esfuerzo para testimoniar al mundo nuestra fe en ti, para que así merezcamos hospedarnos en tu tienda y habitar contigo en tu monte santo, por los siglos de los siglos. Amén.

BENDICIÓN FINAL




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«Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (Sal 118)

ORACIÓN DE LA TARDE

«LECTIO DIVINA»

Conviene para la realización de la Lectio Divina, disponer en medio de la asamblea una Biblia en un atril o algo semejante, a manera de signo de la presencia de Cristo en medio de quienes se reúnen en su nombre para meditar su Palabra.

Mientras todos están sentados, el monitor lee lo siguiente:

MONITOR: Hermanos, esta tarde, pondremos todo cuanto somos delante del Señor. Dejaremos que la Palabra de Dios penetre en lo profundo de nuestra existencia y la transforme. Para ello, nos serviremos de un antiguo método llamado «Lectio Divina», también conocido como «lectura orante de la Palabra de Dios». Dios hablará y nosotros le escucharemos. Conviene, pues, que nos preparemos física y espiritualmente para ello. Encontremos una posición física que nos facilite el recogimiento y la escucha atenta; liberemos la mente y el corazón de las preocupaciones y de las distracciones.

A continuación, todos se ponen de pie.

PRESIDENTE:En el nombre del Padre , del Hijo y del Espíritu Santo . Amén.Hermanos, con el corazón y la mente vueltos al Señor, acerquémonos a su Palabra, con candor y reverencia, pues son espíritu y vida.


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1. INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Luego un fraile o un joven lee en voz alta lo siguiente:

Oh Dios, ilumina los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre de tu Palabra y convertirla en vida para que nuestros corazones sean penetrados y purificados del suave rocío de su venida. Ven, Espíritu Santo, abre nuestros corazones para que podamos acoger las palabras de Jesús, permite que, a la luz de esta Palabra, podamos interpretar nuestra vida y vocación…

Inmediatamente se entona algún canto al Espíritu Santo.

2. LECTURA Y ESCUCHA DE LA PALABRA DE DIOS: ¿Qué dice la Palabra de Dios?

Desde el ambón, mientras todos permanecen de pie, el lector asignado con anticipación proclama la Palabra del Señor.

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 19, 16-22

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo». El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

V. Palabra del Señor.R. Gloria a ti, Señor Jesús


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A continuación, todos se sientan.

3. INTERIORIZACIÓN Y ASIMILACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS: ¿Qué me dice la Palabra?

Terminada la escucha del pasaje evangélico se deja un tiempo de silencio para la relectura personal del pasaje y para dejar resonar una palabra dentro del corazón. Se puede poner música de meditación.

Conviene prestar atención a lo siguiente:

¿Se parece mi situación personal a la del joven del evangelio? ¿Quiero irme triste o permanecer alegremente al lado de

Jesús? ¿Qué me falta por «cumplir»? ¿Cómo entiendo la respuesta de Jesús: «vende lo que tienes,

da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo»?

¿Será que Dios nos quita algo o por el contrario nos da el ciento por uno y hace eterna nuestra vida?

¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Servir a los demás o servirme a mí mismo?

¿Cuáles son mis temores de cara al trabajo en la pastoral juvenil?

4. LA PALABRA DE DIOS A PARTIR DE LA EXPERIENCIA DEL OTRO: ¿Qué me hace decir la Palabra a mis hermanos?

Para este momento, el presidente invita a los jóvenes a compartir en voz alta su experiencia personal de cara a la Palabra escuchada y meditada. Se trata de compartir sentimientos, anhelos, temores, esperanzas, ilusiones, proyectos, etc., que el Señor ha inspirado en cada uno. Las intervenciones no necesariamente tienen que ser largas o muy elaboradas. Aquí se trata de compartir la propia vida de cara al proyecto de Dios en ambiente de confianza.


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5. LA PALABRA HECHA ORACIÓN: ¿Qué me hace decir la Palabra a Dios?

Es conveniente concluir la propia reflexión con una breve oración de alabanza, de petición, de acción de gracias o de intercesión para poder vivir el compromiso que nace de la escucha y meditación de la Palabra del Señor. Para esto, el presidente invita a los presentes a elevar a Dios su oración, espontáneamente y en voz alta.

6. LA PALABRA HECHA VIDA: ¿A qué me mueve la Palabra?Este momento es muy importante, porque se trata de la aplicación específica de todo cuanto hemos reflexionado y orado. El presidente invita a que cada uno elabore un compromiso concreto de cara a la Palabra; se trata de una acción específica y realizable que me conduzca a evidenciar mi compromiso de joven de cara a la evangelización. Para ello, se destinan algunos minutos.

7. CONCLUSIÓN

TODOS: Señor, realmente quiero saber qué más puedo hacer. Tú me conoces, sabes que soy débil y que rehúyo o me excuso con facilidad del sacrificio, de la renuncia. Por eso te suplico, dame tu gracia para corresponderte, ayúdame a amarte sobre todas las cosas, a entregarte mi juventud en servicio a los hombres y mujeres que están sedientos de tu Palabra. Sé que estoy apegado a tantas cosas y que fácilmente te olvido. Ayúdame a descubrir que de nada sirve tener o hacer muchas cosas, si no estás Tú, si no es tu voluntad. Amén.

PRESIDENTE: Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, danos a nosotros, hacer por ti mismo lo que sabemos que tú quieres, y siempre querer lo que te place, para que, interiormente purificados, interiormente iluminados y abrasados por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y por sola tu gracia llegar a ti, Altísimo, que, en Trinidad


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perfecta y en simple Unidad, vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los siglos. Amén.




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«Solía decir San Francisco, comencemos, hermanos, a servir al Señor Dios, pues escaso es o poco lo que hemos

adelantado». (1C 103)

Folleto de Oración Encuentro Juvenil

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