Fontana InMemoriam

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1 R.P. Lic. Elvio C. Fontana In Memoriam R.P. Cornelio Fabro EDICIONES DEL VERBO ENCARNADO

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    R.P. Lic. Elvio C. Fontana

    In Memoriam

    R.P. Cornelio Fabro

    EDICIONES DEL VERBO ENCARNADO

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    SumarioSumarioSumarioSumario Presentacin Introduccin Ingente en sus obras Combatiente en cuanto pensador Definido en cuanto tomista Ante todo y siempre sacerdote Apndice

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    INTRODUCCIN In MemoriamIn MemoriamIn MemoriamIn Memoriam R.P. CORNELIO FABROR.P. CORNELIO FABROR.P. CORNELIO FABROR.P. CORNELIO FABRO Estos grandes, en aquella luz primordial que hizo latir su espritu, no son, ni pueden ser, objeto de juicio, sino que ellos se constituyen en jueces de su tiempo y del futuro y siempre con mayor insistencia e incidencia a medida que la humanidad avanza en su historia y en la aparicin de nuevas frmulas1. Estas pginas pretenden ser un reconocimiento y un acto de gratitud al P. Cornelio Fabro, fallecido el 5 de mayo de 1995 a la edad de 84 aos. Un agradecimiento en el cual me atrevo a incluir a tantos que se sienten deudores del insigne tomista, y un agradecimiento en nombre de nuestro Instituto del Verbo Encarnado que desde su comienzo supo encontrar en la persona del P. Fabro y en su estilo de investigacin filosfica, un gua seguro para el descubrimiento del verdadero pensamiento de Santo Toms, un ejemplo de pensador serio y cientfico, que no menosprecia el pasado ni esquiva el presente, sino que sabe sacar de lo nuevo y lo viejo (Mt 13,52). Pero es posible presentar la vida y obra de un hombre que trasciende las categoras comunes a las que estamos acostumbrados? En cierto sentido no. Su vida y obras llevan su impronta personal, la cual no puede ser copiada ni calcada sin correr el riesgo de reducirla o caricaturizarla. Es preferible poner al lector en contacto con sus escritos. Pero en otro sentido s es posible presentarlo y es conveniente hacerlo; y tal vez no hagan falta muchas palabras. Cuando se trata de una vida vanal o superficial hay que abundar en ejemplos y ancdotas accidentales y jams se llega al meollo de la persona pues tal vez ste no exista... Un pensamiento gris y poco importante rara vez puede condensarse en pocas palabras. Necesita emplear muchas; le pasa, en esto, lo que a la mentira. Tiene que dar vueltas y ms vueltas alrededor de la cosa, porque no acierta a dar en el blanco de la cosa que se propone decir, y tal vez no quiere tampoco acertar. Cuanto ms larga la charla, ms se diluye el sentido y ms la pone al descubierto la abreviacin. En cambio, los grandes pensamientos son compatibles, en

    1 FABRO C., Las razones del tomismo, Ed. Eunsa, Pamplona 1980. p. 33.

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    caso necesario, con la mayor concisin, y no slo eso, sino que se prestan especialmente para ello -deca Bloch de los grandes pensadores. Por todo lo dicho, intentar con este trabajo alcanzar dos objetivos, que por fuerza arrastrarn dos limitaciones: tratar de presentar la vida y obras del P. Fabro en cuatro rasgos que pienso son los que mejor lo identifican, abreviando mis expresiones para que fluyan sus palabras y entremos en contacto directo con l. Los aspectos que pueden manifestar su larga vida en favor de la verdad nos lo presentan: 1. Ingente en sus obras. 2. Combatiente en cuanto pensador. 3. Definido en cuanto tomista. 4. Ante todo y siempre sacerdote. La bondad de los lectores sabr disculpar, por una parte, el multiplicarse de las citas, y por otra, los variados aspectos de la persona del P. Fabro que quedan sin tratar.

    R.P. Lic. Elvio C. Fontana* 29 de septiembre de 1995,

    fiesta de los Santos Arcngeles Miguel, Gabriel y Rafael.

    * **** El R.P. Lic. Elvio C. Fontana, actualmente Secretario General del Instituto del Verbo Encarnado, es Licenciado en Filosofa por la Pont. Univ. Santo Toms de Aquino (Angelicum). Se desempea como Profesor de Crtica y Metafsica en el Seminario religioso Mara, Madre del Verbo Encarnado.

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    1. INGENTE EN SUS OBRAS1. INGENTE EN SUS OBRAS1. INGENTE EN SUS OBRAS1. INGENTE EN SUS OBRAS La erudicin es, para el hombre dbil, una carga que lo hace doblarse sobre la tierra, pero para

    el hombre fuerte una armadura que lo hace invencible, Schopenhauer.

    All donde presenta una trascendencia filosfica, no es lo exhaustivo precisamente lo fundamental, sino la corriente que lo atraviesa y anima, E. Bloch.

    Comienzo a lo grande Cornelio Fabro naci en Flumignano (Udine) el 24 de agosto de 1911. A los 20 aos se doctor en Filosofa en la Pontificia Universidad Lateranense con la tesis: La oggettivit del principio di causa e la critica di D. Hume. En ese tiempo se dedic a estudios paralelos de ciencias naturales en la Universidad de Padua y de Roma. El 7 de marzo de 1934 concursa en la Pontificia Academia Romana de Santo Toms de Aquino y obtiene el primer premio con una monografa: Il principio di causalit, origine psicologica, formulazione filosofica, valore necessario ed universale. Al ao siguiente, 1935, consigue la Licencia en Teologa, y al mismo tiempo que colabora como asistente de biologa en la facultad de Filosofa de la Pontificia Universidad Lateranense prosigue sus estudios teolgicos. En 1937 obtiene el Doctorado en Teologa en la Pontificia Universidad Angelicum. Entonces comienza su tarea docente en dos campos algo distantes: la biologa y la filosofa. As se encarga de las ctedras de Biologa, de Psicologa teortica y del Seminario de Metafsica en la Pontificia Universidad Lateranense desde 1937 hasta el 1940; contemporneamente encargado de la ctedra de Biologa (1938) enseando con apuntes propios (dispensas), profesor Extraordinario de Metafsica (1940) y finalmente ordinario (1941) en el Ateneo Urbaniano del cual fue Decano.

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    En esos aos (1939) publica su primer gran estudio La Nozione metafisica di partecipazione secondo San Tommaso, con el intento de mostrar que la nocin de participacin expresa en el Aristotelismo tomista la ltima razn metafsica de la estructura del ente finito (nocin de creatura), tanto en el orden trascendental como predicamental, sea en el mbito de la naturaleza como en el de la gracia2. Inmediatamente se gana la aprobacin y el elogio del mundo filosfico: Su visin de la metafsica de Santo Toms se muestra exacta3. Conviene remarcar el inters del P. Fabro por la formacin cientfica emprica, por sus estudios, experimentacin y docencia en el campo de la Biologa; a lo ya mencionado debemos aadir los dos semestres de estudio en el Laboratorio de psicologa de la Universidad Catlica de Miln (1938-1940) dirigido por su Rector P. A. Gemelli. Quien haya ledo La fenomenologia della percezione y Percezione e pensiero, ambos publicados en 1941, admirar los resultados de sus investigaciones en el campo de la fenomenologa filosfica all vertidas. Los dos volmenes forman un tratado nico segn un orden compacto y ascendente4; el primero con una temtica analtico-descriptiva y dedicado a poner de relieve los contenidos fundamentales y genuinos por los que se da el acto de percepcin5; y el segundo destinado a realizar la construccin de un realismo gnoseolgico de la experiencia sobre una base funcional6. Este parntesis cientfico que en un principio fue por obediencia

    2 Id., La nozione metafisica di partecipazione secondo S. Tommaso D`Aquino, I Ed., Milano 1939, Prefazione.

    3 F. VAN STEENBERGHEN, Siger de Brabant d`aprs ses oeuvres indites (Coll. Les Philosophes Belges t. XIII). Louvain 1942, t. II, p. 481.

    4 FABRO C., La fenomenologia della percezione, Morcelliana, Brescia, 2da ed., 1961, p. 70.

    5 Ibid.

    6 Ibid., p. 71.

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    a sus superiores se convirti luego en un momento altamente importante para su formacin filosfico-realista. Recin cuenta con 30 aos de vida y su produccin ya ha sido vasta y profunda. Aos despus, en 1948, obtiene la habilitacin para la enseanza universitaria Libera Docenza de Filosofa teortica en la Universidad de Roma y all dicta el curso acadmico 1949-1950. Mientras que en el Ateneo Urbaniano, adems de los ya mencionados cursos, enseaba Filosofa de la Religin (1948-1956), fue denominado Profesor honoris causa de filosofa de la Universidad de Buenos Aires. En 1954 obtiene la ctedra de filosofa teortica en la Universidad de Npoles; es Profesor Extraordinario de Filosofa teortica en el Instituto Universitario de Magisterio Maria SS. Assunta de Roma; y en el mismo ao obtiene de la Chaire Card. Mercier en la Universidad de Lovaina la posibilidad de dictar un curso monogrfico sobre el tema: Participation et Causalit, recibiendo de la Societ Philosophique de Louvain la medalla de oro (1954). Director del Instituto Universitario Maria SS. Assunta en el bienio 1954-1956, fue promovido a Profesor Ordinario en la Universidad Catlica del Sacro Cuore de Miln en 1957, ao en que es nombrado Comendador al mrito de la Cultura. En 1958 es denominado Consultor de la Sagrada Congregacin para la doctrina de la fe y dirige la Enciclopedia de Ciencias Religiosas. Nombrado Profesor de Historia de la Filosofa Moderna en el Ateneo Urbaniano, es tambin Ordinario de Filosofa Teortica del Instituto Universitario Mara SS. Assunta. La consolidacin Si la aparicin de La nocin de participacin haba marcado su comienzo, la publicacin de la obra Partecipazione e causalit seala el fin de un perodo riqusimo en producciones y de gran evolucin intelectual.

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    En estos aos publica 20 libros, traduce 5 grandes obras; colabora en 6 enciclopedias y sus artculos son ms de 260. Pero por sobre todo interesa remarcar la direccin de las investigaciones del P. Fabro: su mirada se dirige a la filosofa moderna y contempornea; en 1940 toma contacto con El concepto de la Angustia de Kierkegaard; y a partir de 1943 comienza a publicar sobre el existencialismo. Su inters por el autor dans surgi -segn l mismo declara- porque encontr... un genio especulativo original y de una profunda conciencia religiosa: me impresion sobre todo la fuerza persuasiva de su crtica a la dialctica hegeliana, que constituye el hilo conductor de su actividad literaria7. Los estudios del P. Fabro apuntaban a una crtica a Hegel y a la filosofa que le sigui, pero con un objetivo ms amplio an: que esta crtica constituyese la instancia moderna para profundizar la nocin tomista de participacin. As aparece Partecipazione e causalit, obra que madurada por veinte aos de nuevas investigaciones y reflexiones confrontaba el fundamento del nuevo horizonte tomista de la participacin con las instancias de fondo del pensamiento moderno y contemporneo8. De Raeymaeker describe perfectamente este perodo del P. Fabro en la presentacin de Participacin y causalidad. Toma como punto de partida La nocin de participacin, obra de una importancia considerable, que de un golpe le asegura un puesto selecto en el mundo de la filosofa. Desde aquel entonces ha dado pruebas de la ms grande actividad publicando numerosas contribuciones concernientes a la metafsica, la psicologa y la historia de la Filosofa, sobre todo estudios sobre Hegel, Marx, Kierkegaard. Dotado de una buena formacin cientfica, el P. Fabro comenz de muy temprano a dedicarse

    7 Id., Appunti di un itinerario, en Essere e Libert. Studi in onore di Cornelio Fabro. AAVV. Maggioli Editore, Rimini 1984, p. 62.

    8 Ibid., p. 20.

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    a la investigacin en el campo de la biologa. Sin duda, el gusto por los datos permaneci en l, con el amor por las situaciones netas. En el campo por ejemplo de la historia, el deja de lado los intemediarios por llegarse a las fuentes y le place leer los autores en su propia lengua original. Cuando decidi aferrar el pensamiento de Kierkegaard comenz a aprender el dans y public l mismo la traduccin italiana de los principales textos del Journal de Kierkegaard. Continuando sus investigaciones en los diferentes sectores de la filosofa y de la historia, el P. Fabro no se dej desviar de la tarea principal que se haba propuesto, aquella de revelar el sentido autntico de la metafsica de Santo Toms9. De Raeymaeker destaca el hecho que el P. Fabro haya estudiado la lengua danesa para la lectura de Kierkegaard. No es slo una ancdota. Presenta en vivo la estampa de un estudioso serio, jams satisfecho con trabajos de segunda mano, siempre deseoso de penetrar hasta el fondo en una cuestin y con la mayor fidelidad posible. Mi primer acercamiento o encuentro con Kierkegaard fue para mi una semidesgracia y esto por dos motivos: porque la traduccin alemana que encontr en la Biblioteca Nacional de Roma (a cura de Chr. Schrempf) me pareca una jerga ininteligible (despus me enter que era muy defectuosa), pero era un texto de extrema importancia por la profundidad y lo acertado de la crtica al principio de inmanencia y porque vea que Kierkegaard estaba siendo usado para negar la filosofa, desviar la teologa, para dar libre curso a las ltimas formas de inmanentismo alemn y francs y de las varias teologas dialcticas.... En cuanto a mi aplicacin kierkegaardiana, dos hechos o encuentros me fueron decisivos: la amistad con el prof. E. Peterson y el consejo del prof. G. Gabetti... Gabetti me recibi con sobrada cortesa de buen piamonts y entramos en seguida en conversacin: fue una conversacin

    9 En FABRO C., Partecipazione e causalit secondo San Tommaso d`Aquino. S.E.I., Torino 1960. Prefazione.

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    muy animosa que me hizo entrever el horizonte espiritual de la obra kierkegaardiana. Llegados a un cierto punto, mientras concretbamos un plan de trabajo, el cort en seco: deje a un lado todos estos alemanes y todas las traducciones alemanas y comience a leer el original dans que -para alguien como Ud que sabe desenvolverse con el alemn y el ingls- no es difcil. Nuestra biblioteca posee en su versin original tanto Opere como Papirer: estn completamente a su disposicin10. Nuevos horizontes La publicacin de Participacin y causalidad seala el fin de un perodo pero recin la mitad de una vida; se abra una nueva etapa. Ya estaba contenida en germen en los aos anteriores, en esa direccin tomada en orden a la profundizacin del pensamiento moderno. La doctrina tomista de la participacin, de la emergencia del esse ut actus destrua la base de las filosofas inmanentistas, pero stas seguan influyendo en el mundo con su atesmo pernicioso: De cualquier manera que sea juzgada la filosofa moderna de la inmanencia, que ha llegado a su punto cero, es necesario admitir que ella ha plasmado el mundo moderno en el cual nos encontramos tambin nosotros. Si este mundo va a la deriva y tiene necesidad de una nueva orientacin hacia el Absoluto, que no engae y que colme el vaco de los absolutos del racionalismo y del idealismo, es mrito del principio de inmanencia haber mostrado, con su resolverse y disolverse en el vaco, que quien interroga como tambin quien responde no puede ser otro que el Ser mismo, y que al hombre le toca ocuparse y preocuparse por estar a la escucha y repetir la Verdad que ha odo y recogido en la presencia del Ser11.

    10 FABRO C., Appunti di un itinerario, op.cit., p. 61 ss.

    11 Ibid., p. 53.

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    Dos objetivos de esta segunda etapa: llevar hasta las ltimas consecuencias la filosofa inmanentista mostrando su atesmo y entonces proclamar la existencia de Dios: Verdad y Ser Subsistente. En esta lnea funda en 1959, junto a la Pontificia Universidad Urbaniana, el primer Instituto europeo de Historia del Atesmo. Fruto de esta obra fue la publicacin, cuatro aos ms tarde de la Introduzione allateismo moderno con el propsito de clarificar ante todo el itinerario esencial de la nada enclavada en el cogito y que ha llevado al hombre a la desesperacin radical, que emana como resultado inmanente del principio -aunque en pleno contraste con su propsito de libertad que se renueva en cada etapa- de que el hombre puede salvar al hombre, manifestando as el inevitable deseo de salvacin...12. Ya haba escrito varios artculos sobre el atesmo, pero lo que urga era demostrar la raz filosfica de este fenmeno que no tiene paralelo en la historia del espritu humano: Por eso, en vez de una exposicin lineal o una fcil polmica o de la conocida apologtica, hemos preferido descubrir y medirnos nicamente con los principios, porque slo de ellos puede emerger la posicin del hombre en el mundo y el sentido ltimo de su ser y de su destino: pues es esto lo que sobre todo y ante todo nos interesa: saber de dnde viene con su nacimiento y a dnde va con su muerte13. En el 1960 fue nombrado miembro de la Comisin preparatoria y perito del Concilio Vaticano II. Dict cursos extraordinarios de Metafsica en la Pontificia Universidad Lateranense (1960-1970) y Urbaniana; en 1964 fue miembro de la Unin Italiana por el progreso de la cultura; Visiting Professor en la Notre Dame University (Indiana, U.S.A., 1965); representante italiano en el Congreso Internacional de la UNESCO para la revisin de la Declaration of the Rights

    12 Id., Introduzione all`ateismo moderno., 2da Ed., Editrice Studium. Roma 1969, Prefazione.

    13 Ibid.

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    of Man (Oxford, 1965). Miembro para la Comisin de Estudio para la Formacin del Clero secular y religioso, Profesor ad honorem de Filosofa en la Universidad de Perugia y Ordinario de Filosofa teortica en la Facultad de Letras de la misma Universidad. Consultor de la Sagrada Congregacin de la Educacin Catlica y del Secretariado para los no creyentes (1966). Su ltima gran preocupacinSu ltima gran preocupacinSu ltima gran preocupacinSu ltima gran preocupacin En 1974 fue designado Orador oficial del Comit ministerial para la

    conmemoracin de Santo Toms de Aquino. El 7 de marzo en el Campidoglio, en la

    apertura del VII Centenario de la muerte del Doctor Anglico, sorprende a muchos

    con su disertacin: Santo Toms, maestro de libertad. La preocupacin por el problema de la libertad haba surgido paralelo al problema del atesmo -segn se

    dejaba entrever en el prefacio antes citado-. Para marzo de 1974 ya haba publicado

    unos diez artculos sobre la libertad pero la mayora de ellos considerndola en

    relacin con el extravo de la filosofa moderna. Pero ahora la situacin es distinta: se

    trata de buscar las razones tomistas para fundamentar la libertad. Tres aos antes, en

    1971, conclua su estudio Horizontalidad y verticalidad en la dialctica de la libertad manifestando: No hay duda de que Santo Toms en el variado articularse de su

    pensamiento, sobre todo a nivel teolgico y mstico (del dominio de la voluntad en la

    economa de las virtudes teologales, de los dones del Espritu Santo y especialmente de

    la caridad mater et forma omnium virtutum), ha colmado generosamente la laguna

    del momento constitutivo de la eleccin del fin sobre el plano natural de la eleccin

    existencial. Se puede convenir, por tanto, que en Santo Toms las frmulas

    aristotlicas y cristianas de la libertad parecen conjugarse; pero en realidad la eleccin

    cristiana del fin ltimo existencial toma el puesto en el centro de la conciencia14.

    14 Id., Orizzontalit e verticalit nella dialettica della libert, en Riflessioni sulla libert, Maggioli editore, Rimini 1983, p. 51.

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    Es este su tercer perodo, tan fecundo como los anteriores, pero ms que

    nunca volcado al hombre moderno, pues era consciente que aquello que ms que

    nada exalta el hombre de la libertad y que como nada lo ha estrechado y contina

    estrechndole en las cadenas del condicionamiento de los fenmenos, es la libertad

    misma; no tanto la libertad como pura forma de ser de lo humano, sino sobre todo el

    modo de entenderla y consecuentemente aquel de ejercitarla. Se puede decir que la

    libertad es la aurora de gloria del hombre, aunque deba agregarse que aqu comienza la

    tragedia del hombre hinc incipit tragoedia hominis!15.

    No abandon en estos ltimos veinte aos la enseanza, ejerci en la

    Universidad de Perugia, en la Pontificia Universidad Angelicum, en el Instituto

    Universitario Maria SS. Assunta y en Npoles.

    Toda su actividad intelectual y docente transcurri en el marco religioso. De

    joven hizo sus votos religiosos en la Congregacin de los Santos Estigmas de Nuestro

    Seor Jesucristo y en ella se orden sacerdote. Colabor con la Iglesia directa e

    indirectamente y de las ms variadas maneras; entre sus escritos religiosos, adems de

    los artculos y de los aportes para el LOsservatore Romano, cabe mencionar los

    siguientes libros: Profili di Santi, Vangeli delle Domeniche, Positio super scriptis Teresiae Benedictae a Cruce, Gemma Galgani (Testimone del Soprannaturale) y otros.

    Vivi sus ltimos aos en la Parroquia de la Santa Croce in Flaminia, y all

    mismo muri ... La Iglesia es la casa. La Iglesia es la madre. La Iglesia es la patria. Casa, madre y patria del alma en el jubilo del espritu. Pero del espritu que anima un

    cuerpo, de la historia del hombre como singular (singolo) y como totalidad... La Iglesia

    se ha convertido con Cristo en la Casa de Dios para los hombres. Dios en cuanto

    Dios habitaba y habita en los cielos, en la infinitud de S mismo. El hombre en cuanto

    hombre vive en casas de paja y barro, de ladrillos y cemento, en pases y ciudades,

    errante sobre la tierra. Ahora en la Iglesia, Dios habita con los hombres: los escucha

    15 Id., Riflessioni sulla libert, op. cit., Premessa.

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    y estimula, los amonesta y los conforta. Y los hombres all habitan con Dios en su

    Iglesia: lo invocan y esperan su ltima venida suplicando: Ven, Seor Jess (Ap. 22,

    20)16.

    16 Id., Momenti dello spiritu, Ed. Sala Francescana di Cultura P. Antonio Giorgi, Asis 1983, II Vol., pp. 281-287.

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    2. COMBATIENTE EN 2. COMBATIENTE EN 2. COMBATIENTE EN 2. COMBATIENTE EN CUANTO PENSADORCUANTO PENSADORCUANTO PENSADORCUANTO PENSADOR Pensaba pugnativamente... (lo cual) no quiere decir amarga o despectivamente, sin caridad,

    sino combativamente, G.K. Chesterton

    La espada proporciona belleza a las cosas; es la espada la que ha hecho novelesco al universo , G. K. Chesterton

    Aprendiendo de Santo TomsAprendiendo de Santo TomsAprendiendo de Santo TomsAprendiendo de Santo Toms Fue un gran conocedor de la filosofa moderna y de Santo Toms. De Santo Toms haba aprendido no slo una filosofa sino un modo de pensar, una actitud ante la verdad o un camino hacia la verdad. Un Santo Toms optimista y dialogante. Ningn doctor medieval puede confrontarse con el Doctor Anglico por la amplitud y la seguridad de la informacin positiva; se tiene la impresin que probablemente jams en la historia de los problemas especulativos se encontraron, como en l, admirablemente fusionados en una sola persona la solercia del historiador y la tendencia irrefrenable del terico por llevar las ideas al vrtice de la especulacin pura17. Pero debi dialogar combatiendo, pues el siglo XIII no era un tiempo de paz, ni en lo civil -basta recordar las luchas entre Federico II Hohenstaufen y el papado- ni en lo intelectual. En el campo de las inteligencias encontramos un conflicto entre la orientacin dominante y oficial del agustinismo conservador y la agresin audaz del averrosmo progresista respecto a la estructura metafsica de la creatura y la relacin del hombre con Dios. La escuela agustiniana (prevalentemente franciscana) defenda lo que posteriormente ser llamado hilemorfismo universal... Santo Toms entr resueltamente en la batalla negando, contra los primeros, la materia espiritual en conformidad con la nocin clsica y cristiana de la subsistencia de las sustancias espirituales, pero afirmando, contra los segundos, la composicin real de esencia y esse en toda sustancia, tanto natural como espiritual, como caracterstica de su total dependencia y de su radical Diremtion de Dios como Ipsum esse subsistens18.

    17 Id., La nozione metafisica di partecipazione..., op.cit., p. 43.

    18 Id., Appunti di un itinerario, op.cit., p. 23.

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    El Padre Fabro aprende de Santo Toms esta doble condicin: dialogante y combatiente, que gusta llamar apertura-ruptura, las cuales marchan siempre juntas. Estaba convencido que Santo Toms era suficientemente slido como para continuar dialogando. Las ciencias, por ejemplo, son un interlocutor vlido y deben ser tenidas en cuenta por quien se precie de ser tomista. La filologa, la historia civil y eclesistica, la arqueologa, la misma historia de la filosofa y de la moral, por poner algunos ejemplos, son una conquista vlida de la cultura moderna, y hoy Santo Toms sera el primero en alegrarse de ello y en recoger sus resultados positivos19. Ya hemos citado como ejemplos Fenomenologa de la percepcin y Percepcin y pensamiento. Pero el trabajo principal deba llevarse a cabo en el campo de la metafsica y sobre una base tomista.

    A la vanguardiaA la vanguardiaA la vanguardiaA la vanguardia El primer combate fue librado contra los de afuera, para defender al tomismo de las graves acusaciones que desde haca tiempo intentaban denigrarlo reducindolo a un sincretismo acomodaticio. Es claro en las obras del Doctor Communis la presencia, no slo de Aristteles, sino tambin la de Platn, y otras varias fuentes. Muchos, al no poder comprender la excelencia de la doctrina, hacen una crtica acrrima y despectiva, degradando la labor de Santo Toms a la de un buen summista medieval, a una yuxtaposicin de doctrinas incompatibles segn opinin de P. Duhem, o a la habilidad de utilizar a gusto diversas piezas segn la necesidad del momento en el decir de G. Saitta. Era muy importante responder a estas acusaciones que amenazan quebrar al tomismo en su interior diciendo: una mera reproduccin y bautismo de Aristteles no tiene sentido; un intento de sintetizar elementos contrarios entre s, est condenado al fracaso. La respuesta hay que extraerla desde el interior del tomismo. En 1938, el P. Fabro anticipa su respuesta: el proceso de formacin del pensamiento del Aquinate, no es de ninguna manera un agregado de elementos distintos unidos en esa poca en un sincretismo ms o menos heterogneo, sino que ms bien se asemeja, a primera vista, al proceso de asimilacin de un viviente: elementos aparentemente irreductibles, bajo la accin del soplo de un genio, llegan a integrarse en una sntesis de una homogeneidad impecable20. Al ao siguiente lo hace con gran armadura de

    19 Id., Las razones del tomismo, op.cit., p. 21.

    20 Id., Un itinraire de Saint Thomas, en Esegesi Tomistica, Roma 1969, p. 91.

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    argumentos para concluir su postura en la siguiente tesis: El Tomismo es esencialmente un Aristotelismo...esencialmente un Aristotelismo...esencialmente un Aristotelismo...esencialmente un Aristotelismo... Pero no se trata de una repeticin servil, en el ambiente medieval, de un aristotelismo meramente histrico, como podra estar presente en el Aristteles de los ltimos aos: el Tomismo es esencialmente un Aristotelismo especulativoAristotelismo especulativoAristotelismo especulativoAristotelismo especulativo que se ha ido construyendo por un desarrollo ab intra (atencin a esto) de las virtualidades de sus principios y particularmente de algn principio asentado por el Estagirita. En este desarrollo del aristotelismo, Santo Toms llega a la asimilacin, no forzada ni ficticia, sino natural a l y real de meollo especulativo, o sea del aspecto perenne, del Platonismodel aspecto perenne, del Platonismodel aspecto perenne, del Platonismodel aspecto perenne, del Platonismo que es hecho convivir junto al Aristotelismo y, lo que ms interesa aunque tal vez pueda sorprender, que este fondo este fondo este fondo este fondo especulativo neoplatnico se sostiene casi siempre en el Tomismo por principios especulativo neoplatnico se sostiene casi siempre en el Tomismo por principios especulativo neoplatnico se sostiene casi siempre en el Tomismo por principios especulativo neoplatnico se sostiene casi siempre en el Tomismo por principios aristotlicosaristotlicosaristotlicosaristotlicos21. Una vez defendida la coherencia interna del tomismo, la integracin-superacin de las fuentes a travs de una hermenutica sinttico-intensiva22, corresponda mostrar cual es su fundamento. Cabe destacar que el P. Fabro, cada vez ms dedicado a la filosofa moderna, percibi que una operacin semejante a la realizada por Santo Toms, un intento de superar segn un movimiento de convergencia positiva al idealismo platnico y al realismo aristotlico, pasando por el absoluto de la conciencia propia del pensamiento moderno (tengamos presente la confluencia de la sustancia de Espinoza y el Ich denke berhaupt de Kant), haba sido intentada por Hegel. Los resultados haban sido decisivos, no slo para la radicalizacin del laicismo de la Reforma (teologa liberal), sino para toda la historia posterior occidental, pues desemboc en el materialismo dialctico e histrico de Karl Marx. Pero la respuesta o punto de fusin y superacin que haba descubierto Santo Toms y re-descubierto Fabro era totalmente opuesta, no inmanentista sino la doctrina de la participacin y de la emergencia del actus essendi, doctrina con la cual santo Toms se hizo fuerte y con la cual tambin hoy se poda dialogar desde una base slida.

    La polmica recin comienzaLa polmica recin comienzaLa polmica recin comienzaLa polmica recin comienza El filsofo de nuestro siglo que ms ha captado los problemas de nuestro tiempo y que ms profundamente ha reflexionado sobre el drama de la filosofa fue

    21 Id., La nozione metafisica di partecipazione..., op. cit., p. 5.

    22 Cf. id., Introduzione a San Tommaso, Edizioni Ares, Milano 1984, p. 353.

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    Martin Heidegger. Su acusacin sacudi a todo el ambiente filosfico cuando enrostr a todos el olvido del ser. Pero los ms tocados fueron los tomistas que siempre guardaron como tesoro el descubrimiento del ser. El Padre Fabro no se inquiet por esta denuncia; todo lo contrario: vio en ella la gran oportunidad para librar su combate a dos frentes. Afirmar que la filosofa, toda filosofa y por tanto tambin el tomismo estn en crisis, no es decir algo novedoso... La crisis del tomismo es probablemente el evento ms notable del pensamiento contemporneo: las interpretaciones de Platn, Aristteles, Plotino... como las de Kant, Hegel, Heidegger... han sido sistematizadas en cnones y resultados suficientemente estables, tanto que parece difcil que puedan sufrir alteraciones de fondo, no as con santo Toms. La crisis del tomismo es de hecho una crisis de crecimiento segn una direccin que casi podramos llamar de emergencia activa en el campo agitado de la filosofa contempornea y sobre todo del pensamiento cristiano23. Era conveniente en este crecimiento una sacudida para no caer en sistematizaciones simplistas, y esta sacudida fue la heideggeriana: El estmulo inmediato de la presente investigacin proviene de la denuncia de M. Heidegger a partir de 1927 y siempre ms insistente, del abandono por parte del pensamiento occidental, de la va real del esse (Sein) en favor del ente-essente (Seiende): Toda ontologa, aunque an no pueda disponer de un sistema de categoras ya neto y firme, permanece en fondo ciega y es una desviacin del propio intento si primeramente no ha aclarado suficientemente el centro del ser y no ha comprendido esta su aclaracin como su objetivo o deber fundamental (Heidegger, Sein und Zeit). Y as, a causa de la mencionada desviacin el ser, como tal, permaneci no pensado (ungedacht) por la metafsica (Idem, Nietzsche)24. En la mente de Heidegger, los 25 siglos de olvido del ser incluan a Santo Toms y para Fabro esto era evidentemente calumnioso. S tocaba de lleno a los suarecianos, escotistas y a algn tomismo tradicional, pero no a Santo Toms. La insistencia de la Escolstica y tambin del tomismo tradicional en la distincin de essentia y existentia derivada de la distincin de esse essentiae y esse existentiae de las

    23 Id., Platonismo, Neoplatonismo e tomismo: Convergenze e divergenze, en Tomismo e pensiero moderno, Libreria Editrice della Pontificia Universit Lateranense, Roma 1969, p. 435.

    24 Id., L`emergenza dello esse tomistico sull`atto aristotelico: breve prologo. L`origine trascendentale del problema, p. 149.

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    primeras generaciones tomistas expresan ad oculos aquel olvido del ser (Seinsvergessenheit) sobre el cual ha insistido con razn Heidegger, hacindola responsable de la decadencia progresiva e inarrestable del pensamiento occidental. Pero su acusacin no toca a Santo Toms, que Heidegger, por otra parte -formado primeramente en una direccin formalista aristotlica de Surez-Brentano y despus en el historicismo de Hegel-Nietzsche-Dilthey..., muestra no conocer25. De ah la importancia de recoger el desafo heideggeriano, y purificar al tomismo de todas los agregados espreos: Esta bsqueda dentro de la especulacin tomista de la emergencia del ens-esse, ms all del significado especulativo en cuanto a la problemtica del pensamiento contemporneo, casi exterior, tiene un significado mucho ms importante en el interior no slo de la escolstica -como es obvio- sino en el interior de la misma escuela tomista presente a travs de los siglos26.

    A dos frentesA dos frentesA dos frentesA dos frentes Pero para poder presentar la respuesta de Santo Toms haba que separarlo de muchos conceptos, teoras o expresiones de la escuela. Haba que depurar el tomismo en su interior. La crtica de Heidegger daba de lleno contra el esencialismo y el formalismo, y estos haban ocultado al verdadero Santo Toms. Desde all no haba respuesta posible a Heidegger: La respuesta, desde el punto de vista terico, a esta situacin, no se sabe cmo puede llegar con la continuacin de una escolstica formalista, plida y genrica, que la filosofa moderna conoce muy bien y ha atacado desde Descartes a Kant, a Schopenhauer..., segn la cual el ente se expresa en la esencia posible o real y la existencia en el hecho emprico presentado por los sentidos27. La escolstica racionalista y el tomismo corriente entendan el ser como actualidad, efectibilidad, presentacin: Esencia es lo que alguna cosa (por ejemplo: el hombre) es, y est por esto como fundamento de su existencia que es la actualitas: esencia y existencia son segn esto sinnimos de posibilidad y realidad28. Los escolsticos de direccin formalista o nominalista cuando distinguen essentia y existentia en el sentido de dos estados y no de dos principios reales constitutivos

    25 Id., Appunti di un itinerario, op. cit., p. 25.

    26 Id., L`emergenza dello esse tomistico sull`atto aristotelico: breve prologo, op. cit., p. 150.

    27 Id., Las razones del tomismo, op. cit., p. 28.

    28 Ibid., p. 29.

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    del ente, reducen essentia y existentia a dos aspectos de la idntica realidad: ellos hablan de una distinctio rationis cum fundamento in re, en cuanto admiten como nico constitutivo fundante del ente la dependencia de la creatura del Creador. Esta dependencia resulta por tanto introducida del exterior y no toca la estructura misma del ente, el cual, posible o real, resulta de los mismos principios con la nica diferencia de la ausencia o presencia de la causalidad divina, respectivamente29. El P. Fabro se propuso una empresa muy delicada: haba muchos nombres ilustres en juego. El objetivo de introducir y acentuar la nocin de participacin era doble, negativa y positiva: separar al Anglico de la tradicin racionalista fijada en los manuales escolsticos tradicionales (Roselli, Zigliara, Remer, Gredt...) y de las direcciones de preocupacin histrica, sociolgica y apologticas... (Gilson, Maritain, Olgiati...), y de encontrar el plexo radical y original de sus reflexiones y su novedad radical...30. El P. Fabro tuvo que repetir el trabajo que hiciera en su tiempo Santo Toms: clarificar la nocin de esse para llegar a su pureza metafsica. Fue un largo trabajo del Aquinate: Nos vamos persuadiendo que el pensamiento de Santo Toms representa por una parte el punto final y la convergencia en el Cristianismo del pensamiento griego en sus principales direcciones de platonismo y de aristotelismo, y por otra parte no pocos ojos estn convencidos que la especulacin tomista, concentrada en la dialctica de plexo de ens-esse, es la ms apropiada para encontrase con las instancias especulativas de la dialctica de ser del ente (Sein-Seiendes) en la direccin de Kant-Hegel-Heidegger31. De este modo volvi a la doctrina tomista del actus essendi con la cual se mostr slido de frente a Heidegger pero tambin osado ante algunos tomismos. Contra estos tuvo que denunciar duramente el haber suplantado el esse ut actus por el esse in actu, el esse por la existencia (Sladeczek F.M. y dependiendo de l Karl Rahner), otros introducan el principio de razn suficiente derivandolo del exister, existence como sinnimos del esse (Roland-Gosselin, M.D.; Roselli, S.; Zigliara, Th.; Garrigou-Lagrange)32. Otros como Maritain y Gilson quedaron ligados a la concepcin tradicional de essentia-existentia33. Parvus error in principio, fit

    29 Id., Partecipazione e causalit, op. cit., p. 28.

    30 Id., Appunti di un itinerario. op. cit., p. 11.

    31 Id., Platonismo, Neoplatonismo e tomismo.... op. cit., p. 436.

    32 Cf. id., Partecipazione e causalit, op. cit., Introduzione.

    33 Cf. id., Introduzione a San Tommaso, op. cit., p. 283.

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    magnus in fine! Y el dao que ha hecho a la interpretacin del tomismo y a la filosofa en general este trmino aparentemente inocente de existentia es incalculable; probablemente debern pasar todava muchos decenios para poder ubicarse en el camino definitivo y preparar al tomismo la afirmacin de su universalidad en el pensamiento humano34. Respecto de Heidegger quedaba bien marcada su posicin segn se ve, por ejemplo, en la siguiente afirmacin: La posicin de Santo Toms y de Heidegger acerca del acto de ser goza de la mxima afinidad y de la mxima diversidad. Hay afinidad en la denuncia del olvido del esse y en la instancia radical de fundar los entes en el esse como acto del ente (Sein des Seienden). Existe una diversidad radical en el modo de entender el Sein. El de Heidegger es todava concebido como actualidad de una esencia que es el cogito invertido o sea una conciencia totalmente extrinsecada como Dasein, ms all del mismo principio hegeliano: Das ussere ist das Innere y viceversa- no existe ya ni lo externo ni lo interno- porque es puro entender, inmerso en el tiempo como quera Kant. Aquel de Santo Toms es el acto metafsico que es participado por todo acto pero l no participa de ningn otro acto y puede convertirse, por lo tanto en el lugar de la ltima resolucin especulativa del pensamiento para un hombre que busca al Absoluto ms all del tiempo y se compromete en el tiempo a hacer la eleccin de su ltimo destino35.

    La doctrina esencialLa doctrina esencialLa doctrina esencialLa doctrina esencial - Cmo lleg usted a la doctrina de la participacin? -le preguntamos en una visita en junio de 1991. - Tom los tres temas que me parecen ser los fundamentales y siempre la respuesta que Santo Toms daba era la de la participacin. Esta fue su hiptesis de trabajo: la participacin como esencia del tomismo. Pero no era una cuestin fcil. Grandes autoridades ya haban intentado realizar una comprensin y condensacin del tomismo en una doctrina que le fuera esencial. Las ms difundidas resaltaban nicamente la doctrina del acto-potencia, relegando la nocin de participacin a un segundo plano y hacindola casi intil. Esta doctrina era plenamente aristotlico-tomista. Tal es la impresin que da la lectura de la gran obra de G. Manser36; as lo indica A. Forest37. La doctrina de la participacin era nueva en

    34 Id., Partecipazione e causalit. op. cit., p. 48.

    35 Id., Attualit della metafisica tomistica della partecipazione. Presena Filosofica. 1974-1975, p. 80. 36 G. MANSER, Das Wesen des Thomismus, Freiborg i. Schw. 1932.

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    los ambientes tomistas, pero no siempre era bien entendida y adems sonaba muy platnica. A esta nocin se acercaron N. Del Prado38, R. De Raeymaeker39, J. De Finance40, L.B. Geiger41, entre los principales. Se perciben discrepancias entre ellos, fruto de particulares acentuaciones o de la diversa comprensin de la naturaleza de la participacin. Slo una investigacin a fondo de los escritos de Santo Toms poda explicar y hacer comprensible la respuesta que ensayaba el Filsofo udinense. Santo Toms, desde el comienzo de su carrera magisterial hasta el fin de su vida tuvo muy en claro y jams cambi su posicin filosfica respecto a la Simplicidad divina, y a la real composicin de las creaturas: composicin real de esencia-esse en el orden sustancial y sustancia-accidente en el accidental dinmico. Pero al momento de presentarlas era consciente que los conceptos y ms an las palabras no se adecuaban perfectamente, distaban mucho de aquellas realidades tan profundas y excesivamente inteligibles para nuestros dbiles ojos. Tena gran libertad de espritu y en su afn de mostrar lo que entenda se vala de las palabras y conceptos que tena a disposicin, utilizando a veces unas y a veces otras. Muchas veces utiliza la composicin acto-potencia, pero muchas otras utiliza la composicin participado-participante. Ante todo se debe reconocer que hay absoluta correspondencia de terminologa entre: participatum y participans = forma y sujeto, acto y potencia. Consta por la declaracin explcita del Anglico. Pero el problema de utilizar uno u otro va ms all: no se trata de saber si las dos terminologas tienen un valor equivalente, sino que se pregunta si hay una composicin que aventaja a la otra en la construccin del sistema tomista y que por tanto sea indispensable. En La nocin de participacin el P. Fabro se vale del anlisis de abundantsimos textos (9 ms vagos y 22 explcitos) para mostrar como la participacin est a la raz de toda composicin y distincin42. Culmina con el De Substantiis De Substantiis De Substantiis De Substantiis

    37 En realidad Santo Toms nos sugiere una forma de ver totalmente distinta. La relacin participante-participado no es la que permite traducir con rigor su pensamiento, por el contrario esta relacin es muy imprecisa para l (La structure mtaphysique du concret, Paris 1926, pp. 150-151). 38 N. DEL PRADO, De Veritate Philosophiae Christianae, Friburgi Helvetiorum, 1911.

    39 L. DE RAEYMAEKER, Metaphysica Generalis, ed. II, Lovanii 1935.

    40 J.DE FINANCE, tre et agir dans la philosophie de Saint Thomas, Paris 1945.

    41 L.B. GEIGER, La participation dans la philosophie de Saint Thomas d'Aquin, Bibliothque Thomiste XXIII, Paris 1942.

    42 Cf. FABRO C., La nozione metafisica di partecipazione..., op. cit., p. 222.

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    SeparatisSeparatisSeparatisSeparatis, una de las ltimas obras de Santo Toms. All la demostracin sigue un camino que excluye toda ambigedad. En el captulo 9 Santo Toms nos muestra el camino completo para acceder a esta distincin primera. Se parte de los accidentes, se profundiza descubriendo la composicin materia-forma, pero es necesario llegar a un principio simplicsimo de ser,principio simplicsimo de ser,principio simplicsimo de ser,principio simplicsimo de ser, y a partir de l descendiendo vemos que todos los dems son participantes, y porque participantes, compuestos: pero porque el esse subsistens no puede ser sino solo uno... es necesario que todo lo que est debajo de l sea participante del ser (quasi esse participantia). Por tanto es necesario hacer en todos ellos una cierta resolucin, segn que cada uno de estos se resuelve en nuestro intelecto en id quod est et in suum esse (n. 105). Se ve como un requisito necesario pasar a travs del ipsum esse existensipsum esse existensipsum esse existensipsum esse existens para demostrar con rigor la composicin. Los pasos son: de los participados al esse subsistens, y de l al compuesto, a travs de la participacin. La perfeccin participada es el esseesseesseesse. La nocin Tomista de participacin se expande interiormente y es la que explica la distincin real de toda otra composicin tanto en el orden esttico como en el dinmico. La razn ltima de la existencia de cualquier tipo de composicin es la limitada posesin del esse: La ltima raz de esta profunda teora es siempre la misma y los textos lo muestran con un estilo llano y elocuente: de la distincin real entre esencia y acto de ser se siguen en la creatura las otras distinciones reales: entre sustancia y facultad, entre facultad y actos; justamente porque la condicin de la creatura es ser ente por participacin, ella debe ser un agente y operante por participacin... Todo esto, ciertamente, es slo Tomismo y no simplemente Filosofa Cristiana43. La doctrina de la participacin implica y lleva a la afirmacin de la emergencia metafsica del esse como acto. El aristotelismo profesaba como nocin basilar la superioridad del acto a la potencia y esta doctrina pasa en plenitud al tomismo. Pero que el acto pueda ser redimensionado y dar cabida al esseesseesseesse, es algo no presente en Aristteles, para quien la forma era el acto ltimo y explicativo. El esse ut actusesse ut actusesse ut actusesse ut actus es una nocin a la que arriba Santo Toms con la ayuda del neoplatonismo.En la En la En la En la concepcin tomista, el acto aristotlico entrando en el crculo intencional de la concepcin tomista, el acto aristotlico entrando en el crculo intencional de la concepcin tomista, el acto aristotlico entrando en el crculo intencional de la concepcin tomista, el acto aristotlico entrando en el crculo intencional de la participacin no slo ni niega ni disminuye la instancia del acto, sino que acta ms participacin no slo ni niega ni disminuye la instancia del acto, sino que acta ms participacin no slo ni niega ni disminuye la instancia del acto, sino que acta ms participacin no slo ni niega ni disminuye la instancia del acto, sino que acta ms radicalmente la instancia primaria delradicalmente la instancia primaria delradicalmente la instancia primaria delradicalmente la instancia primaria del acto: Es perfeccin de la potencia y la acto: Es perfeccin de la potencia y la acto: Es perfeccin de la potencia y la acto: Es perfeccin de la potencia y la

    43 Id., La nozione metafisica di partecipazione..., op. cit., p. 335.

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    precede...precede...precede...precede...44. Los textos a testimoniarlo son abundantsimos; la doctrina es clara y se refleja en afirmaciones como sta: el esse es la actualidad de todos los actos (De Pot. 7,2 ad 9). Pero el paso original en la consolidacin y manifestacin de la metafsica tomista est en subordinar la metafsica del acto y la potencia a la metafsica de la participacin: las nociones de acto-potencia se fundan en las de participado y participante. Y es la doctrina de la participacin la que mejor muestra la emergencia metafsica del acto de ser. Esto fue el descubrimiento originalsimo de Santo Toms y se oscureci muy pronto en la filosofa. Fue mrito del P. Fabro su redescubrimiento. Cerrado la conferencia que pronunciara en la Pontificia Universidad Angelicum, con ocasin del homenaje a sus 80 aos, el P. Fabro coment a modo anecdtico: Me acuerdo de nuestro querido amigo el P. Meinvielle; el P. Meinvielle deca: -Es posible, es posible que despus de siete siglos de tomismo tan slo el P. Fabro haya vuelto a entender el acto de ser?Es posible...?

    Nobleza obligaNobleza obligaNobleza obligaNobleza obliga Pasan los aos y el Padre Fabro comienza a hacer incapi en el drama que vive el hombre moderno: respecto a Dios se proclama ateo, respecto a s mismo duda, niega y hasta aborrece su libertad. La libertad pasa a ser el principal problema del hombre. Qu respuesta podemos darle? Es verdad que Santo Toms no escribe un tratado sobre la libertad, ni trata el problema de la libertad como nosotros quisiramos, de un modo existencial, desde el interior del sujeto. En su tiempo no era un drama, una tragedia. Pero ya no estamos en tiempos de Santo Toms, mucho tiempo ha corrido y se han sucedido muchas teoras del mundo y del hombre, y del hombre esclavo en el mundo, en la cultura... Reacciones contrarias plantearon la existencia de una libertad sin asidero, un capricho, un querer por querer... Y sin embargo, para muchos de nosotros sigue sin ser un problema. Pero aunque para muchos pasa inadvertido no sucedi as para el P. Fabro quien dedic sus ltimos esfuerzos -no sin grandes contrariedades- a resolver desde el tomismo el problema de la libertad: La realidad de la libertad, aun antes de ser un problema, es la primera experiencia que ha tenido el hombre desde la antigedad: con todo, el problema de la libertad parece que no ha sido todava resuelto45. Esto le vali serias acusaciones: fue

    44 Id, Attualit della metafisica tomistica della partecipazione, op. cit., p. 71.

    45 Id., Riflessioni sulla libert, op. cit., Premessa.

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    tratado de kierkegaardiano y no tomista, heideggeriano y no tomista, moderno y no tomista... y en fin, doctrinas nuevas en tiempo de vejez (sic!). Ser, verdad, libertad... se encuentran entre s en un plexo unitario e inescindible que es una mutua relacin de fundamento porque cada uno de ellos es fundamento de s y del otro46. Por lo tanto el extravo de la libertad tiene su origen en el extravo de la filosofa del ser: El mrito de Heidegger y el significado actual de su obra de crtica filosfica fue la denuncia del olvido del ser que infecta todo el pensamiento occidental, es decir la denuncia de su veta esencialista en cuanto que el ente fue interpretado cada vez ms en las diversas filosofas a partir de la esencia, dejando en la oscuridad, en un olvido siempre creciente el ser mismo. Tal olvido ha provocado primeramente la prdida del fundamento con la dupla de essentia-existentia y despus el surgir del cogito moderno el cual, por su parte se fue realizando como un volo que ha llegado a su culmen en la voluntad de poder de Nietzsche: ste es el responsable de haber provocado en la poca moderna el dominio total de la ciencia y de la tcnica, a cuya violencia agresiva y corrosiva Heidegger ha dedicado repetidamente anlisis ejemplares47. No poda dar respuesta la filosofa moderna. Tampoco los llamados tomistas podan dar una clara respuesta. Ms an, una mala comprensin del tomismo estaba a la raz de este extravo. Se present, en cambio, en nuestros tiempos, la figura de Kierkegaard: es necesario reconocer que la reflexin existencial de Kierkegaard lo ha visto mejor, en modo ms metafsico y cristiano. El fundamento de la consideracin kierkegaardiana es mucho ms simple, exquisitamente moderno y al mismo tiempo profundamente cristiano48. Su postura era clara y realista. El punto de partida est en el sujeto concreto que es el Yo del hombre entendido como sntesis de finito e infinito, y por tanto como un relacionarse del Yo consigo mismo (es la libertad como posibilidad). El momento del actuarse es la relacin del Yo con Dios donde se constituye la libertad como realidad: ser delante de Dios, pues no basta una vaga aprehensin del bien en comn (apprehensio boni in communi), sino que es necesario empear la propia eleccin por referencia a Dios.

    46 Id., L`esse tomistico e la ripresa della metafisica, en Tomismo e pensiero moderno, op. cit., p. 381.

    47 Id., Il Trascendentale esistenziale e il fondamento della libert, en Riflessioni sulla Libert, op. cit., p. 96.

    48 Id., La dialettica d`intelligenza e volont nella costituzione esistenziale dellatto libero, en Riflezione sulla libert, op. cit., p. 77.

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    El P. Fabro capt la fuerza del argumento y vio el paralelo con el que utiliz Santo Toms para derrotar al averrosmo: a los que sostenan la existencia de un intelecto separado comn para todos los hombres, el Anglico respondi sencillamente: Este hombre conoce (Hic homo intelligit). La respuesta, por tanto, se poda encontrar en Santo Toms. Pero como en casos anteriores, haba que depurar la doctrina del Anglico de muchos agregados posteriores. Tambin aqu sirvi la crtica de Heidegger: La explicacin heideggeriana puede considerarse como la crtica inmanente a la metafsica esencialista que funda la libertad, por parte del hombre, sobre la trada de contingencia-indeterminacin-indiferencia, y sobre la causalidad fundante e infalible por parte de Dios, alineados sobre un mismo plano metafsico mediante la identificacin del plano metafsico del autoponerse de la libertad que es propio del sujeto humano (espiritual) como tal49. Heidegger tena razn, pero haca blanco no en santo Toms sino en la escolstica; el P. Fabro no teme reconocer la falencia de la escolstica en estos puntos. Respecto del primer elemento de la trada, la contingencia, y su complemento doctrinal, la dependencia meramente extrnseca de Dios, se expres: La raz metafsica de esta flexin formalista-racionalista de la libertad se puede indicar en el olvido del esse como acto sustituyndolo por la existentia como hecho, tambin dentro de la escuela tomista y en la aceptacin de la distincin de essentia et existentia y por tanto de la reduccin total de la relacin creatura-creador a una dependencia extrnseca50. Tambin era verdad la alusin a la indeterminacin-indiferencia: La tradicin escolstica y tambin aquella tomista, haba interpretado (y fundado) la libertad por referencia al objeto: el dominio que ejercita la voluntad ya sea sobre su objeto como sobre su acto se acta mediante un juicio de indiferencia51. Compartir la crtica de Heidegger no signific quedar entrampado en la nada heideggeriana. Ms an, segn Fabro, Heidegger representa histricamente la ltima cada de la libertad: En el pensamiento moderno hay entonces una doble inversin de la libertad: primeramente (hasta Hegel) la inversin con la identificacin de la libertad y la necesidad del conocimiento (del Absoluto), luego la inversin de Heidegger que es

    49 Id., Libertad y persona en Santo Toms, Gladius N 6, p. 14.

    50 Id., La dialettica dintelligenza..., op. cit., p. 73, en nota 46.

    51 Ibid., p. 73.

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    la identificacin de la libertad con el presentarse finito del ser del ente en la apertura infinita que es la libertad como Existenz, o sea el incondicionado dejar ser el ser del ente. Aqu la libertas indifferentiae no es ya el terminus a quo de la Escolstica esencialista, que an mantena una relacin con Dios, sino que es tambin el terminus ad quem: as fue quitada totalmente el sentido de una libertad que realiza decisiones determinantes gracias a las cuales cada uno es responsable ante la distincin absoluta de lo verdadero y lo falso, del bien y del mal52. Segn esto no hay decisin alguna del hombre que lo separe del suceder de los eventos histricos sino que la inmanencia es total y se expresa en la libertad que no es poner un acto sino dejar-ser: As, Heidegger ha transportado de nuevo la libertad al crculo externo del presentarse del mundo mediante el dejar ser -esto es, el dejar presentarse- del ente (Seinlassen des Seienden)... Heidegger explica que aqu dejar ser tiene el significado negativo de prescindir de algo, de renunciar a algo, de la indiferencia y, sin ms, de la omisin53.

    Demasiado intrpido para conservadoresDemasiado intrpido para conservadoresDemasiado intrpido para conservadoresDemasiado intrpido para conservadores Me he limitado a mostrar como se aprovecha Fabro de la trada sealada por Heidegger, para depurar el tomismo en este tema de la libertad. Su trabajo continu con el rechazo de una serie de teoras que pacficamente se repetan en la escuela: se hablaba de modo poco reflexionado de una primaca de la libertad de especificacin sobre la de ejercicio, de la libertad fundada en la indiferencia, rpidamente se recurra al axioma voluntas in ratione, a la interpretacin comn y extendida del finis non est electio. Con esta fraseologa se pretenda explicar la libertad, pero para el hombre moderno no significaban ninguna respuesta a su drama. No morda la realidad. Los textos de Santo Toms decan otra cosa y el P.Fabro los fue desenterrando. Es mucho lo que l hizo emerger de los textos de Santo Toms. As insisti en la voluntad como espontaneidad, dominio, creatividad participada, eleccin del fin ltimo existencial. Mostr cmo la voluntad rompe el cerco cerrado de la razn y dignifica al hombre poniendo en sus manos -en el orden de las causas segundas- la responsabilidad de la salvacin: obrar la salvacin y cualificarse. Para el P. Fabro, ste es el genuino pensamiento del Anglico. Lo expresa en varios lugares pero es en la Quaestio VI De Malo donde nos da la enunciacin que yo reputo como la ms completa y profunda de la dialctica de la libertad humana: -I. En cuanto a la

    52 Id., Il trascendentale esistenziale..., op. cit., p. 130.

    53 Id., Libertad y persona en Santo Toms, op. cit., p. 11

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    determinacin del acto (quantum ad determinationem actus), esto es, de parte del objeto, la mocin parte obviamente de la aprehensin del intelecto (por parte del objeto que especifica al acto, el primer principio de la misin procede del intelecto) y tal mocin se hace exigitiva del acto slo en el caso de la aspiracin a la felicidad en general, que el hombre no puede dejar de lado cuando se aplica a la accin. - II. En cuanto al ejercicio del acto (quantum ad exercitium actus), es decir, de parte del sujeto, que es propiamente la actividad de la persona como tal, la mocin parte de la voluntad en cuanto -y sta es la ltima razn metafsica- ella es la facultad del mismo fin principal, que es precisamente el bien. La tesis tiene dos momentos; atindase bien: primeramente ... de este modo la voluntad se mueve a s misma; despus mueve ... tambin a todas las otras potencias, comenzando por el intelecto: En efecto, entiendo porque quiero y uso todas las potencias porque quiero. Aqu est el nudo principal del problema y, segn nuestro entender, el progreso decisivo de Santo Toms sobre Aristteles en la profundizacin de la dialctica de la libertad54. No es mi propsito adentrarme en la doctrina que rescata Cornelio Fabro sobre el ejercicio de la libertad55. Me limitar a dar sus conclusiones ms fundamentales: Primado formal y objetivo del intelecto; pero primado real y subjetivo (existencial) de la voluntad. Por tanto, el sujeto espiritual que es el yo individual o persona, en cuanto participa o asume en s directamente el esse como actus essendi con pertenencia necesaria, se pone y se impone como persona subsistente que es en s libre en el obrar e inmortal en el ser en ascendencia metafsica. Es la atrevida concepcin tomista del necessarium ab alio que hace del conocer en la aprehensin de la verdad y de la libertad en la decisin del bien en todo el mbito de la persona, una esfera a se de cualidad absoluta. Es el envo a la fundacin originaria de la independencia del obrar en el absoluto del esse como acto primero de subsistencia del espritu creado, liberado sobre las vicisitudes del tiempo, que empea en absoluto la libertad de frente a Dios y de frente a Cristo (Dios entrado en el tiempo)56. La libertad fue el ltimo de los grandes problemas que abord el P. Fabro. El ltimo cronolgicamente, pero tal vez porque sea en realidad el ltimo problema para

    54 Id., Orizzontalit e verticalit..., op. cit., p.33.

    55 Remitimos a la escueta pero clara presentacin del pensamiento del P. Fabro publicada en Dilogo 11: Cornelio Fabro voluntarista?, p. 9-40.

    56 FABRO C., Orizzontalit e verticalit..., op. cit., p. 55.

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    el hombre: ltimo no por la dignidad del objeto sino porque aqu juega la persona su destino ltimo, y las dems cuestiones pasan a ser meras curiosidades... Las publicaciones sobre la libertad le merecieron al P. Fabro las ms duras crticas; tal vez por ser un tema muy arduo en s mismo; tal vez porque no lo present como un tratado completo y exhaustivo -como a los que nos tena acostumbrado- dejando la posibilidad para que alguno, apoyndose en afirmaciones aisaldas lo condenen apresuradamente. Tan osada fueron sus doctrinas respecto de la percepcin, del esse, de la participacin como respecto a la libertad, con la sola diferencia que nos dej escritos acabados e irrefutables sobre los primeros, y en cambio, luego de asentar las baces, dej abierta la polmica sobre la libertad. Pero su posicin, aunque aveces expresada con lenguaje moderno, es plenamente tomista. Conserva lo mejor de Santo Toms y lo hace fructificar de modo siempre nuevo. En una ocasin, ante las crticas que por este tema de la libertad le llovan de ciertos ambientes tomistas, coment privadamente: - Son buenos y conservadores; pero confundieron qu cosas hay que conservar.

    Una actitud constanteUna actitud constanteUna actitud constanteUna actitud constante Hemos querido ejemplificar esta actitud del P. Fabro, actitud de combate y dilogo, de ruptura-apertura. Ambas cosas se imponan: no se puede seguir repitiendo lo que est contaminado de errores o interpretaciones simplistas, ni tampoco se gana mucho hablando hacia dentro, mientras el mundo sigue un camino totalmente ajeno. En una pgina admirable, hace poco ms de diez aos, el P. Fabro, mirando hacia atrs el camino recorrido en su larga trayectoria como filsofo, en los continuos debates y polmica que encierra la filosofa viva, sintetizaba sus trabajos reducindolos a los tres puntos de ms riquezas, ms intensivos: A- Ruptura con el pensamiento formal de la tradicin greco-escolstica que interpretaba el ser segn las varias categoras en modos dobles de posible-real, de esencia-existencia... y apertura al ens tomista que es el conjunto real compuesto de esencia real y de esse-actus essendi (compuesto de potencia y de acto en la linea del ente). Primado ontometafsico del esse como acto sobre la forma entendida tanto en el sentido realista como idealista. De aqu se sigue que no es la conciencia la que funda la realidad ni la libertad, sino que el fundamento ltimo es el acto: B- Ruptura con el subjetivismo moderno de la inmanencia que hace de la conciencia el principio del ser y pone en el pensar universal la esencia de la libertad... y

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    apertura a la presencia realista del ser que se da a la conciencia en la realidad de la naturaleza como objeto segn la alternativa de lo verdadero-falso y en la responsabilidad de la persona concreta como sujeto responsable ante la alternativa del bien-mal. Primado de la inmanencia metafsico-espiritual de la persona sobre la inmanencia antropolgica del gnero y por tanto primado de lo verdadero en el hecho de conocer y del bien en el obrar. Para concluir en la realidad de un individuo que, por no estar absorbido por el mundo es responsable ante Dios: C- Ruptura con el empirismo tico del existencialismo de izquierda (y con el marxismo) que abandona al hombre al hecho histrico... y apertura al existencialismo de la emergencia del Yo singular como persona delante de Dios y delante de Cristo, de modo que la responsabilidad del obrar hace referencia a la responsabilidad del pensar y una influye sobre la otra mediante el salto de la decisin. Primado existencial de la libertad como independencia radical del sujeto espiritual de lo finito y como inicio de la libertad en s y consigo misma: movet seipsam et intellectum a seipsa et omnes facultates per seipsam57.

    57 Id., Appunti di un itinerario, op. cit., p. 69.

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    PORQUE ESTUDIAR SANTO TOMAS, HOYPORQUE ESTUDIAR SANTO TOMAS, HOYPORQUE ESTUDIAR SANTO TOMAS, HOYPORQUE ESTUDIAR SANTO TOMAS, HOY

    Una vez bachiller... de tal modo usaba nuevosnuevosnuevosnuevos artculos en sus lecciones, encontraba un modo nuevonuevonuevonuevo y claro de solucionar las cuestiones y aportaba nuevasnuevasnuevasnuevas razones a las soluciones, que nadie oyndolo

    ensear cosas nuevasnuevasnuevasnuevas y definir las dudas con nuevasnuevasnuevasnuevas razones, dudase que Dios se haba dignado ilustrarlo

    con nuevosnuevosnuevosnuevos rayos de su luz, Guillermo de Tocco, Vida de Santo Toms.

    En la cumbre de su enojo, Toms de Aquino entiende lo que tantos defensores de la

    ortodoxia no entendern. No es de utilidad decir al atesta que es un ateo o... probrselo con los principios de cualquier otro,

    pero no con los suyos; ...o debemos no argir con nadie, o sino argir en su propio terreno y no en el nuestro

    G. K. Chesterton Un teologo catlico me podra responder rapidamente.... Pero un filsofo hablara de otra manera y yo debo hablar como filsofo, es mi campo, son mis estudios, mi modo de pensar. Y dentro de la filosofa me he formado en la filosofa de Santo Toms, con profunda admiracin por el modo de estudiar y hacer filosofa del p. Cornelio Fabro, de cuyas ideas me apropio. En el mundo de la filosofa, y no solo, se verifica una gran crisis, llammosla postmodernismo, pensiero debole, o como queramos. Que un Papa deba escribir una encclica para animar a los filsofos, cristianos o no cristianos, a confiar en la capacidad de la razn humana y a no fijarse metas demasiado modestas en su filosofar! El problema principal es que est en el concepto mismo de filosofa. Las ciencias, la tcnica, la informtica, la economa crecen, se globalizan, mientras que la filosofa cae en la insignificancia y est totalmente ausente en la formacin del mundo contemporneo; el hombre se ha volcado fuera de si, se ha desenfrenado en la accin y ha perdido el significado de su propio yo. La filosofa ha seguido su curso, pero cada vez ms alejada de los reales problemas, cada vez ms superflua e intil. Se multiplican ctedras de filosofa y surgen nuevas disciplinas filosficas; las revistas de filosofa pululan como hongos; los congresos de filosofa internacionales, nacionales y regionales observan con

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    puntualidad su realizacin... pero los filsofos comienzan a darse cuenta siempre ms que el mundo no sabe que hacer con sus palabras y que sin ellos puede continuar muy bien (as se cree!)58. Qu es lo que ha logrado la ciencia? Nadie niega sus xitos, pero son muy parciales y propios de su campo, mientras que las grandes cuestiones acerca de la verdad, del hombre, de su destino no encuentran respuesta. Qu ha logrado la ciencia con su internarse cada vez ms en la natura del mundo y de la psiquis del hombre? Por una parte vemos que ha puesto en las manos del hombre y de la tcnica las llaves de la energa del cosmos y en su mente la ilusin de dominarlo. Pero por otra parte va creciendo un temor y una sensacin de inseguridad: el yo pierde su libertad y las fuerzas de la naturaleza amenazan con desencadenarse y arrasar con el hombre, su incauto explorador. As la edad de la mxima potencia que el hombre jams ha alcanzado, coincide hoy con la inseguridad esencial, la que abierta o solapadamente, corre por las fibras ms ntimas del espritu y el hombre se da cuenta que ha transitado demasiado por el camino que l crea que era de la suprema libertad y que se muestra en cambio como el de su mxima alienacin59. Y ahora s debemos reconocer que ste estado de inseguridad y temor es consecuencia, que se deriva de la filosofa moderna y de su principio de inmanencia, que ha volcado al hombre al mundo de lo finito, anulando toda trascendencia. Las consecuencias, tanto de la ciencia como de la filosofa son las mismas: ambas conducen al hombre a una desesperacin silenciosa. Y qu puede responder la filosofa moderna a esta splica suprema que alza la humanidad entera? La filosofa moderna ha respondido y contina a responder que slo el hombre puede salvar al hombre: pero la ciencia hoy responde que la naturaleza se ha transformado a causa del hombre ms fuerte que el mismo hombre y la historia nos recuerda que la voluntad del hombre, si es voluntad de potencia, puede destruir, desgarrarse y perder, pero jams construir ni salvar60. Esta es la suerte del hombre moderno y de la moderna filosofa de la inmanencia. Agonizando la filosofa moderna, podemos preguntarnos: sobrevive al menos la filosofa clsica o la tomista, como para que pueda marcarnos algn rumbo?

    58 Id., Per un tomismo essenziale, op. cit., p. 7.

    59 Id., S. Tommaso e il pensiero moderno, op. cit., p. 416.

    60 Ibid., p. 417.

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    Por una parte, desde siempre, pero ms insistentemente en estos ltimos 100 aos el magisterio papal ha aconsejado fuertemente una vuelta a Santo Toms. La encclica Aeterni Patris, del 4 de agosto de 1879, dejaba ver la voluntad de Len XIII de que la doctrina de Santo Toms sea la pauta en los estudios superiores de filosofa y teologa. Era una toma de posicin decidida en favor de la doctrina del Anglico. Pero por otra parte veamos cuales son sus frutos: No se piense que la accin de los Papas en favor de Santo Toms haya tenido sin ms la adhesin indiscutida e integral de las escuelas catlicas, tal y como los Decretos indicaban con insistencia y como daban a entender tambin algunas intervenciones enrgicas, sobre todo de Len XIII y de San Po X. Baste un ejemplo: San Po X orden que el texto oficial de Teologa especulativa en las facultades de teologa fuera la Suma Teolgica, pero cuntas universidades o institutos universitarios catlicos, fuera de los dominicos han llevado a la prctica esta orden? O sea, que la situacin casi ha vuelto -por lo menos en algunos sitios- a ser parecida al eclecticismo catico de hace un siglo, anterior a la Aeterni Patris. Muchos doctores en Teologa han realizado y realizan ntegramente su curriculum desconociendo totalmente la Suma, de la que confiesan ingenuamente que desconocen incluso la divisin y la estructura fundamental. Son realidades por todos conocidas y por lo tanto, a nadie puede molestar si se dicen61. No nos engaemos: la denuncia del P. Fabro era dura y heroica. A esto aada la constatacin de que el laicado catlico, formado en las universidades del estado, asimilando el pensamiento moderno ignora la riqueza del tomismo. An en el mismo clero, casi a modo de rechazo y como por un complejo de inferioridad, se filtran y desarrollan secretas preferencias por el pensamiento moderno que esperan la ocasin propicia para manifestarse...Y as se termina sin entender nada: ni el pensamiento moderno ni el realismo clsico; todo flucta en un mar de aspiraciones indefinidas, con un malestar profundo que se refleja en toda la trabazn religiosa y social de nuestro tiempo62.

    Entre la vida y la muerteEntre la vida y la muerteEntre la vida y la muerteEntre la vida y la muerte Este es el diagnstico del estado actual de la filosofa. Haberlo denunciado es una actitud valerosa del P. Fabro, puesto que muchos prefieren cerrar los ojos. Es un hecho valeroso pero no por eso original, pues no es el nico en hacerlo. La situacin es clara y desde muchos sectores es denunciada. La misma filosofa contempornea,

    61 Id., Las razones del tomismo, op. cit., p. 36.

    62 Ibid., p. 37.

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    en algunos casos con tristeza en otros con satisfaccin, proclama su propia muerte. Pero este es el punto de separacin del P. Fabro. Donde todos gritan la muerte de la filosofa, Fabro afirma que no est muerta sino crucificada: Tambin la filosofa, no solo nuestra fe, est hoy en la Cruz, est clavada a la Cruz de lo finito, de lo contingente... que ella, olvidada del Ser y de Dios, ya no puede ms contener y retener: as la filosofa moderna ha perdido hasta aquellas palabras de consolacin que la antigua filosofa an tena63. La filosofa est crucificada. Es la mejor imagen que encuentra para describir esta situacin. No muere, aunque est muriendo; est muriendo pero no morir. El proceso o situacin de muerte es real, pero no es definitivo. La Cruz es muerte pero es resurreccin y vida. Creemos que aqu est la grandeza del P. Fabro y es su momento ms original, el ms valioso y el que ms puede ensearnos. La filosofa no est muerta sino crucificada. En qu se verifica esta situacin de muerte de la filosofa. Es verdad que desconciertan la gran cantidad de sistemas filosficos que pululan, pero su surgimiento no implican la muerte: Esta muerte no tiene su causa en la multiplicidad de los sistemas que de una y otra parte pueden inducir a alguno al escepticismo; an ms, estos podran ser interpretados como un signo de vitalidad y casi como un concierto a muchas voces que intenta adecuarse desde distintos puntos de vista a la riqueza inagotable de lo real64. La muerte de la filosofa es un hecho ms grave y no es slo de nuestro tiempo; tal vez alguno, de modo simplista, intente sealar con el dedo a la filosofa moderna como si ella fuese el nico cadver en cuestin; a ese tal responde el P. Fabro: La filosofa no ha llegado a la muerte slo despus de Hegel con Feuerbach y Nietzsche o slo en nuestros das con Heidegger, Jaspers y Sartre. Ella ha muerto ya en la antigedad muchas veces y de muchos modos, especialmente en los sistemas post-aristotlicos con las interminables ideologas de los estoicos, de los epicreos y del pulular de sistemas que fue el neoplatonismo... La filosofa como tal ha muerto muchas veces tambin en el medioevo -que a ninguno ofenda esta afirmacin- no slo por la frecuente confusin de fe y razn y por la multiplicidad y baranda de escuelas que se hacan fuertes enorgullecindose con pretextos teolgicos ignorando la antigedad, sino por su oposicin al ser parmendeo-tomista en virtud de la aceptacin

    63 Id., San Tommaso e il pensiero moderno, op. cit., p. 432.

    64 Id., Breve discorso sull`essere, en Tomismo e pensiero moderno, op. cit., p. 361.

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    gradual y despus predominante, con el avance del nominalismo, del concepto abstracto como representacin formal y por tanto separada del ser. De aqu la incapacidad de parte del pensamiento de aferrar lo real, de pronunciarse sobre el ser y sobre la existencia del trascendente que inunda la escolstica tarda y empuja a Descartes a que corra a esconderse en su cogito. Si el cogito de Descartes es en su esencia no menos ateo que aquel de Sartre, es necesario reconocer que ya antes era otro tanto virtualmente atea aquella escolstica que -en oposicin a Santo Toms- rechazaba la capacidad de una demostracin de la existencia de Dios que no fuese o el argumento ontolgico, grato a la corriente agustiniana, o el recurso fidesta a la Revelacin tan comn en el nominalismo... La muerte de la filosofa declarada por los epgonos del pensamiento moderno tiene otras muertes ms vastas y antiguas y constituye el juicio histrico de toda una sociedad y no de una poca o slo de un particular tipo de filosofar65. A la muerte de la filosofa se le podran atribuir diversas causas prximas, segn lo variado de los sistemas, pero una sola es la verdadera causa, la que puede dar el golpe mortal y se ha verificado a travs de todos los tiempos: es su falso comienzo, su comenzar de la nada o de cualquier cosa que no sea el ser: La muerte est en las races mismas del rbol de la filosofa occidental que desde hace ms de un siglo no da ningn fruto y ahora yace por tierra exhausta y estril, sin flores ni hojas, tanto que los sistemas contrastantes no son ms que los mltiples y desesperados intentos de huir de la rigidez mortal del veneno, o sea de la nada que yace en lo ms profundo de su comienzo. Es a partir de este estupor reflejo o radical de la propia nada, o como se quiera decir, que la filosofa debe reencontrar hoy su primordial fundamento en el ser, si quiere sobrevivir y no resignarse a morir66. La filosofa muere cuando equivoca su camino, cuando sabe hablar de todo: del arte, de la economa, de la sociologa, de las ciencias de cualquier tipo, de la historia, de la religin... de todo menos del ser. Reducir la filosofa a estas aplicaciones es quitarle aire, quitarle espacio, cansarla con lo banal, y alejarla de lo esencial. Para ella lo esencial y lo que le da vida es el ser, es el problema del ser, es hablar del ser. Un repaso histrico lleva al P. Fabro a reconocer la dificultad que significa para los hombres hablar del ser, pues este dilogo, este discurso sobre el ser, aunque sea claro es a la vez el ms ambiguo, a veces parece intil, pues el ser no sirve; sirven las cosas, los entes particulares, no el ser vago que se pierde y esfuma en el vaco. Por

    65 Ibid., p. 363.

    66 Ibid., p. 361.

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    esto el discurso sobre el ser parece breve, brevsimo, un simple empezar el discurso filosfico el cual sigue luego su propio camino: el pensamiento, la vida, la actividad... y hoy la tcnica, el anlisis, la revolucin econmica67. He aqu el carcter endeble de la filosofa, he aqu la precariedad y el riesgo continuo de muerte.

    El revivir de la metafsicaEl revivir de la metafsicaEl revivir de la metafsicaEl revivir de la metafsica Se debe entonces tener presente que la filosofa no ha agotado de hecho su capacidad de morir y puede continuar muriendo tambin en cada uno de nosotros; morir ciertamente en nosotros si repetimos nuevamente los errores de los sistemas del pasado, si tenemos prisa y nos precipitamos por correr a uno y otro lado, si renunciamos a la asctica que significa remontarnos al fundamento radical. Pero la filosofa no ha agotado tampoco su posibilidad de sobrevivir y de resurgir, pero con la condicin de retroceder en su camino, o sea de sacudirse de la actual indiferencia que la filosofa muestra ante la verdad, de consagrarse a su bsqueda incondicionada y aferrarla en su locus nativus que es la relacin de la conciencia al ser68. No es fcil, pues significa convencerse que el primer momento del espritu no es y no puede ser ms que esta relacin con el ser, no lo es la ciencia, ni la filosofa de la ciencia, ni la tcnica del lenguaje, ni la sociologa o la cultura. Si por aqu quiere comenzar ya est perdida y se desangrar en problemas que no son lo esencial de la filosofa. Otros pueden hablar en estos campos; pero sobre el ser ella reivindica la nica palabra insustituible. Estamos tocando el momento principal de la reflexin del P. Fabro: su conviccin de que es imposible que la filosofa desaparezca, que en medio de tantas muertes siempre vuelve a la vida. No es un optimismo infundado: se apoya en la naturaleza de las cosas; el espritu no muere y no puede morir, tampoco la filosofa morir. Yerran aquellos que se alegran por la inminente muerte de la filosofa; no est en la posibilidad del hombre, de ningn hombre, ni de ellos ni en la nuestra renunciar a lo que es indispensable a todo hombre. Por esta razn, aunque el discurso sobre el ser ha sido histricamente breve, jams se apaga y por ms que se lo quiera exterminar vuelve a encenderse en el momento y lugar menos esperado. El venerable problema del ser no ha tenido en verdad mucha fortuna en ninguna poca del pensamiento. Si en el pensamiento griego

    67 Id., Breve discorso sull`essere, op. cit., p. 360.

    68 Ibid., p. 364.

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    l obtuvo su pice con Parmnides y Herclito, parece ya decaer sbitamente con los mismos Platn y Aristteles, para resurgir despus de un milenio con el neoplatonismo especialmente ateniense (Proclo), pero casi como una sombra. Si en el pensamiento cristiano l se afirma con vehemencia irrefutable en Santo Toms, pierde todo sentido en la escolstica decadente esencialista; la filosofa moderna surge del preocupante extravo del formalismo escolstico y ha vuelto, a su modo, a la problemtica radical del ser sobre todo con Hegel y Heidegger... En el pensamiento contemporneo -debemos decirlo en su honor- el problema del ser ha sido mantenido vivo (salvo algn perdido grupo de tomistas) slo por los existencialistas ms robustos que marchan tras las huellas de Hegel y de Heidegger: aunque el ser de sus escritos es o la realidad inmediata, que se opone a la conciencia (ser in-autntico) o es el acto mismo de conciencia como proceder autnomo de la libertad (el ser autntico)69. La vida de la filosofa es la vida del espritu en cuanto est ligado al ser. Por ser vida del espritu siempre pugna por renacer, y de hecho lo consigue tantas veces cuantas algn filsofo se pregunte por el ser con exclusividad: qu es el ser del ente?, es decir, cul es la relacin constitutiva entre ser y pensamiento? Es decir, que sucede en el hombre mediante el pensamiento o bien como sucede el pensamiento en el hombre? - qu significa para el hombre pensar? Adverta atnito Heidegger: Lo que ms da de pensar es que nosotros todava no pensemos70. Porque despus del cogito el hombre no sabe qu es pensar; pensar cosas, pensar problemas, pensar un teorema poco tiene que ver con pensar el ser, en todo caso son problemas derivados. El pensamiento en su acto primordial es el situante originario de frente a la realidad como tal, que da a cualquier pensamiento especfico la posibilidad de poder situarse en los muchos horizontes de la realidad: el pensamiento en aquel primer referirse y actuarse respecto a la realidad, lejos de ser una abstraccin vaca, es lo intensivo por esencia, el fundamento para un encuentro, el prius y el comienzo absoluto71. Esto nos lleva a una bsqueda del comienzo de la filosofa: comienzo histrico de la filosofa y comienzo de una filosofa particular que aspira a ser esencial: Cuanto ms la filosofa restrinja su campo tanto ms su reflexin se tornar esencial: debe por tanto andar contra la corriente, no ceder a la seduccin de programas o etiquetas contingentes sino ms bien, remontando de cumbre en cumbre el itinerario de su cada en la insignificancia, reencontrar el sendero autntico del ser. Si

    69 Ibid., p. 359.

    70 M. HEIDEGGER, Was heisst Denken?, Tbingen 1952, p. 2.

    71 FABRO C., Per un tomismo essenziale, op. cit., p. 6.

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    quiere salvarse, la filosofa debe regresar a la primera llamada, al ser de Parmnides como fundamento del pensamiento, que la tradicin filosfica ha extraviado an antes de haber aferrado su autntica exigencia72.

    Retorno al fundamentoRetorno al fundamentoRetorno al fundamentoRetorno al fundamento Dos cosas debemos advertir: en todo este perodo el P. Fabro no deja de insistir en un retorno al fundamento, en un paso hacia atrs, en el comenzar del comienzo, en el retorno a la metafsica... Adems est utilizando abiertamente terminologa heideggeriana y tambin hegeliana, y no slo es cuestin de palabras sino que est hablando de la problemtica planteada por Hegel y Heidegger. Algo han vislumbrado estos pensadores para que el P. Fabro les preste tanta atencin. Donde muchos los despachan de un plumazo, el filsofo udinense los trata con mucho respeto; mientras muchos los descalifican del mundo de la filosofa, el P. Fabro los llama verdaderos metafsicos... La grandeza de estos pensadores descansa en haber captado la razn de ser de la metafsica, su dilogo con el ser que se presenta a la inteligencia y la bsqueda de su fundamento: En realidad se debe reconocer - y el intenso trabajo de la obra heideggeriana da fe de esto- que de la realidad de presencia no se puede hablar sino solo desde el interior de la verdad del Ser y que tal verdad del Ser o sea la fundacin ltima de la verdad del ente no tiene sentido sino mediante la manifestacin del Absoluto, o sea gracias a la revelacin de la presencia del Infinito como fundamento del finito. La filosofa que recorra este camino -cualquiera sea el modo de recorrerlo- debe ser llamada metafsica73. El P. Fabro tiene la certeza que el drama de la filosofa no depende tanto de las respuestas fallidas que se dan a los interrogantes; esto es algo derivado, un segundo problema. Radicalmente, el drama de la filosofa est en errar su comienzo, equivocar el punto de partida, no saber qu preguntar, no comenzar preguntndose por el ser. Y como la filosofa no muere, espordicamente surgen pensadores que, ms all de la respuesta filosfica que dan o pueden dar, mantienen viva la llama de la filosofa, pues vuelven a llevarla a sus orgenes, a su pregunta radical: Sea cual sea el ltimo resultado de la obra de Heidegger en el pensamiento contemporneo, y en particular en la determinacin de la esencia de la filosofa por l empezada, se le debe reconocer que ha recuperado para la problemtica filosfica el significado del

    72 Ibid., p. 6.

    73 Id., Presenza metafisica dell`Essere, en Tomismo e pensiero moderno, op. cit., p. 22.

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    problema del ser, extraviado en la filosofa occidental por una serie continua de desviaciones comenzando por Platn hasta Nietzsche: la filosofa ha perdido su nico camino, el del ser, que le fue indicado al inicio de su historia... Por tanto... es solamente en el retorno al fundamento de la metafsica (Rckgang in den Grund der Metaphysik), o sea en el retorno a la esencia de la metafsica (in das Wesen der Metaphysik) donde yace el significado de la verdad. As, nicamente podemos vislumbrar la superacin del nihilismo contemporneo en el mbito de un retorno a la metafsica (in der Verwindung der Metaphysik74) y el hombre puede reencontrar el sentido del propio ser nicamente con la condicin de regresar al Principio y al fundamento (Grund). El ltimo Heidegger, a diferencia del primero que pareca anclado en la Ontologia, proclama ahora la Metaphysik como el nico lugar de la verdad y de la salvacin. Se trata de lo siguiente: en la filosofa occidental, a partir al menos de Platn hasta Hegel y Nietzsche y todava hasta Sartre, el ser se funda sobre la esencia y es comprendido mediante una representacin y el error radical de esta concepcin segn Heidegger, es creer que el ser tenga necesidad de una representacin, de ser representacin, mientras se debe decir que la presencia es el ser mismo. En esta resolucin ms bien sumaria de la filosofa occidental Heidegger no hace ninguna distincin: l afirma que la conclusin de la estructura representativa de la filosofa occidental es precisamente la eliminacin de Dios (Dios ha muerto) porque Dios no puede ciertamente ser dado en una representacin. De tal error no estara inmune, ms bien sera particularmente culpable la filosofa cristiana...75. Magnfica descripcin de los aportes de Heidegger; enumerar los errores de Heidegger es tarea relativamente fcil para muchos, pero captar el mrito, el aporte de su obra distingue al P. Fabro y nos muestra su preocupacin fundamental, la esencia de la filosofa ms all de cualquier etiqueta o caracterizacin accidental: Para nosotros la filosofa es y debe ser filosofa simplemente, en cualquier poca del hombre y de su pensamiento: las diferencias tienen slo significado de lmite histrico y polmico, y no expresan la instancia perenne del fundamento que es su tarea constructiva. Cualquiera sea su actitud existencial, la filosofa debe atender nicamente

    74 Cf. Was ist Metaphysik? V ed., Einleitung, p. 7; Die Seinsfrage, Frankfurt a.M. 1956, p. 33. En la p. 35 se lee ms explicitamente: Die Verwindung des Metaphisik ist Verwindung der Seinsvergessenheit.

    75 FABRO C., Dell`ente, dellessere e del nulla (1960), en Tomismo e pensiero moderno, op. cit., p. 223s.

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    a la bsqueda del fundamento, que es el presentarse del ser al espritu para indagar su estructura. Trminos como filosofa antigua o clsica, filosofa moderna y filosofa cristiana tienen un significado puramente histrico-cultural y por lo tanto accidental76. La certeza del P. Fabro es plena y caminar hasta las ltimas consecuencias, aunque puedan ser escandalosas para muchos. Slo retornando al inicio, al comienzo se puede captar el ser y quienquiera que haya intentado este retorno a los fundamentos debe ser tenido en cuenta seriamente. Es aqu, en el comienzo, en la relacin del ser al conocimiento, donde se encuentran los filsofos esenciales y donde pueden dialogar: La problemtica del fundamento (Ground), llevado al primer plano con gran urgencia por los trabajos de Martn Heidegger, no fue agotada fcilmente. Su veredicto muy preciso de la muerte de la filosofa debido al olvido del ser (Vergessenheit des Seins) y el llamado a la verdad como la vuelta al ser parece retomar una vez ms el dilogo con el realismo clsico que el pensamiento moderno haba interrumpido abruptamente... Cualquier respuesta debe verdaderamente dar significado y consistencia al dilogo y redescubrir su clave universal. Esta clave es sin dudas el ens y no puede haber otra. Sobre este punto, a pesar de que las interpretaciones sobre su significado estn bastante distantes, Santo Toms y Hegel (y con l Heidegger) estn de acuerdo con Parmnides, quien lo descubri por primera vez77.

    Pensadores esencialesPensadores esencialesPensadores esencialesPensadores esenciales Santo Toms y Hegel aparecen de continuo en los escritos del P. Fabro. Es difcil no reconocer que estamos tal vez ante los dos filsofos ms extraordinarios de todos los tiempos y es igualmente difcil ocultar la oposicin diametral de sus sistemas: pero es ms difcil an mantener las d