Formación Permanente del Clero y Retiros 2014-2015 diócesis de Palencia

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  • DELEGACIN DIOCESANADEL CLERO

    OBISPADO DE PALENCIA

    FORMACIN DEL CLERO2014-2015

    Obispado de PalencialFormacin Permanente del Clero 2014-2015

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  • 2014 Obispado de PalenciaC/ Mayor Antigua, 2234005 - PalenciaTfno.: 979 70 69 13

    http://www.diocesispalencia.org

    Impresin y Encuadernacin:Grficas ZAMARTPalencia

  • 5Obispado de PalencialEstatutos de Critas Diocesana de Palencia

    RETIROS ESPIRITUALES DEL CLERO 2014-2015

    INTRODUCCIN .......................................................................................... 7

    1. LA VOCACIN A LA SANTIDAD ................................................................... 9

    2. EL SACERDOTE EN EL MISTERIO DE LA TRINIDAD ........................................ 13

    3. EL SACERDOTE EN LA IGLESIA ................................................................... 17

    4. LA ORACIN RELACIN PERSONAL CON CRISTO ...................................... 21

    5. LA PREDICACIN DE LA PALABRA DE DIOS ............................................... 25

    6. LA EUCARISTA Y LA ADORACIN EUCARSTICA ........................................ 29

    7. LA PENITENCIA Y LA DIRECCIN ESPIRITUAL ............................................. 33

    8. EL SACERDOTE Y LOS CONSEJOS EVANGLICOS .......................................... 37

    FORMACIN PERMANENTE DEL CLERO 2014-2015

    NCLEOS TEMTICOS ................................................................................. 45

    1 SESIN. LA ALEGRA DEL EVANGELIO ........................................................ 47

    2 SESIN. LA TRANSFORMACIN MISIONERA DE LA IGLESIA ......................... 51

    3 SESIN. ALGUNOS DESAFOS DEL MUNDO ACTUAL ................................... 55

    4 SESION. TENTACIONES DE LOS AGENTES PASTORALES ................................. 59

    5 SESIN. EL ANUNCIO DEL EVANGELIO ...................................................... 63

    6 SESIN. LA DIMENSIN SOCIAL DE LA EVANGELIZACIN ........................... 67

    7 SESIN. EVANGELIZADORES CON ESPRITU ............................................... 71

    ndice

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  • OBISPADO DE PALENCIA

    VIDA Y MINISTERIOSACERDOTAL

    RETIROS ESPIRITUALES

    PARA EL CURSO 2014-2015

    Esteban Escudero Torres

    Obispo de Palencia

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  • Obispado de PalencialFormacin Permanente del Clero 2014-2015

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  • Evangelizadores con Espritu quiere decir evangelizado-res que oran y trabajan. Desde el punto de vista de laevangelizacin, no sirven ni las propuestas msticas sinun fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxissociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el cora-zn. Esas propuestas parciales y desintegradoras slo llegan a gru-pos reducidos y no tienen fuerza de amplia penetracin, porquemutilan el Evangelio. Siempre hace falta cultivar un espacio interiorque otorgue sentido cristiano al compromiso y a la actividad. Sinmomentos detenidos de adoracin, de encuentro orante con la Pa-labra, de dilogo sincero con el Seor, las tareas fcilmente se va-can de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades,y el fervor se apaga. La Iglesia necesita imperiosamente el pulmnde la oracin, y me alegra enormemente que se multipliquen entodas las instituciones eclesiales los grupos de oracin, de interce-sin, de lectura orante de la Palabra, las adoraciones perpetuas dela Eucarista.

    Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 262

    INTRODUCCIN

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  • 9Obispado de PalencialFormacin Permanente del Clero 2014-2015

    REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    Bien sabis vosotros, hermanos,que nuestra ida a vosotros nofue estril, sino que, despus de ha-ber padecido sufrimientos e injuriasen Filipos, como sabis, confiadosen nuestro Dios, tuvimos la valentade predicaros el Evangelio de Diosentre frecuentes luchas. Nuestra ex-hortacin no procede del error, nide la impureza ni con engao, sinoque as como hemos sido juzgadosaptos por Dios para confiarnos elEvangelio, as lo predicamos, nobuscando agradar a los hombres,sino a Dios que examina nuestroscorazones. Nunca nos presentamos,bien lo sabis, con palabras adula-doras, ni con pretextos de codicia,Dios es testigo, ni buscando gloriahumana, ni de vosotros ni de nadie.Aunque pudimos imponer nuestraautoridad por ser apstoles de Cris-to, nos mostramos amables con vos-otros, como una madre cuida concario de sus hijos. De esta manera,amndoos a vosotros, queramosdaros no slo el Evangelio de Dios,sino incluso nuestro propio ser, por-que habais llegado a sernos muyqueridos. Pues recordis, hermanos,

    nuestros trabajos y fatigas. Trabajan-do da y noche, para no ser gravososa ninguno de vosotros, os proclama-mos el Evangelio de Dios. Vosotrossois testigos, y Dios tambin, decun santa, justa e irreprochable-mente nos comportamos con vos-otros, los creyentes. Como un padrea sus hijos, lo sabis bien, a cadauno de vosotros os exhortbamos yalentbamos, conjurndoos a quevivieseis de una manera digna deDios, que os ha llamado a su Reino ygloria. De ah que tambin pornuestra parte no cesamos de dargracias a Dios porque, al recibir laPalabra de Dios que os predicamos,la acogisteis, no como palabra dehombre, sino cual es en verdad,como Palabra de Dios, que perma-nece operante en vosotros, los cre-yentes. Pues cul es nuestra espe-ranza, nuestro gozo, la corona de laque nos sentiremos orgullosos, antenuestro Seor Jess en su Venida,sino vosotros? S, vosotros soisnuestra gloria y nuestro gozo.

    1 Ts 2, 1-13

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + El Sacramento del Orden.

    El Orden, constituido por los tresgrados de episcopado, presbitera-

    LA VOCACIN A LA SANTIDAD

  • do y diaconado, es el sacramentoque habilita para el ejercicio delministerio, confiado por el SeorJess a los Apstoles, de apacentarsu rebao, con el poder de su Esp-ritu y segn su corazn.

    Aquellos que son ordenados sonpuestos al frente de la comunidad.Estn al frente s, pero para Jesssignifica poner la propia autoridadal servicio, como l mismo demos-tr y ense a los discpulos conestas palabras: Sabis que los je-fes de los pueblos los tiranizan yque los grandes los oprimen. Noser as entre vosotros; el quequiera ser grande entre vosotros,que sea vuestro servidor, y el quequiera ser el primero entre vos-otros, que sea vuestro esclavo.Igual que el Hijo del hombre no havenido a ser servido sino a servir ya dar su vida en rescate por mu-chos (Mt 20, 25-28 / Mc 10, 42-45).Un obispo que no est al serviciode la comunidad no hace bien; unsacerdote, un presbtero que noest al servicio de su comunidadno hace bien, se equivoca.

    Otra caracterstica que derivasiempre de esta unin sacramentalcon Cristo es el amor apasionadopor la Iglesia. Pensemos en ese pa-saje de la Carta a los Efesios dondesan Pablo dice que Cristo am asu Iglesia: l se entreg a s mismopor ella, para consagrarla, purifi-cndola con el bao del agua y lapalabra, y para presentrsela glo-riosa, sin mancha ni arruga ni nadasemejante, sino santa e inmacula-da (5, 25-27). En virtud del Orden

    el ministro se entrega por entero ala propia comunidad y la ama contodo el corazn: es su familia. Elobispo, el sacerdote aman a la Igle-sia en la propia comunidad, laaman fuertemente. Cmo? ComoCristo ama a la Iglesia. Lo mismodir san Pablo del matrimonio: elesposo ama a su esposa como Cris-to ama a la Iglesia. Es un misteriogrande de amor: el ministerio sa-cerdotal y el del matrimonio, dossacramentos que son el caminopor el cual las personas van habi-tualmente al Seor.

    Un ltimo aspecto. El apstol Pablorecomienda al discpulo Timoteoque no descuide, es ms, que reavi-ve siempre el don que est en l. Eldon que le fue dado por la imposi-cin de las manos (cf. 1 Tm 4, 14; 2Tm 1, 6). Cuando no se alimenta elministerio, el ministerio del obispo,el ministerio del sacerdote, con laoracin, con la escucha de la Pala-bra de Dios y con la celebracin co-tidiana de la Eucarista, y tambincon una frecuentacin al Sacramen-to de la Penitencia, se termina inevi-tablemente por perder de vista elsentido autntico del propio servi-cio y la alegra que deriva de unaprofunda comunin con Jess.

    El obispo que no reza, el obispo queno escucha la Palabra de Dios, queno celebra todos los das, que no seconfiesa regularmente, y el sacerdo-te mismo que no hace estas cosas, ala larga pierde la unin con Jess yse convierte en una mediocridadque no hace bien a la Iglesia. [PapaFrancisco, 26 de Marzo 2014]

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  • + Llamamiento a la santidad.

    Por el Sacramento del Orden lospresbteros se configuran con CristoSacerdote, como miembros con laCabeza, para la estructuracin y edi-ficacin de todo su Cuerpo, que esla Iglesia, como cooperadores delorden episcopal. Ya en la consagra-cin del bautismo, como todos losfieles cristianos, recibieron cierta-mente la seal y el don de tan granvocacin y gracia para sentirse capa-ces y obligados, en la misma debili-dad humana, a seguir la perfeccin,segn la palabra del Seor: Sed,pues, perfectos, como perfecto esvuestro Padre celestial (Mt 5, 48).Los sacerdotes estn obligados es-pecialmente a adquirir aquella per-feccin, puesto que, consagradosde una forma nueva a Dios en la re-cepcin del Orden, se constituyenen instrumentos vivos del SacerdoteEterno para poder proseguir, a tra-vs del tiempo, su obra admirable,que reintegr, con divina eficacia,todo el gnero humano. Puesto quetodo sacerdote representa a sumodo la persona del mismo Cristo,tiene tambin, al mismo tiempo quesirve a la plebe encomendada y atodo el pueblo de Dios, la gracia sin-gular de poder conseguir ms apta-mente la perfeccin de Aquel cuyafuncin representa, y la de que sanela debilidad de la carne humana lasantidad del que por nosotros fuehecho Pontfice santo, inocente, in-maculado, apartado de los pecado-res (Hb 7, 26).

    Cristo, a quien el Padre santific oconsagr y envi al mundo, se en-

    treg por nosotros para rescatar-nos de toda iniquidad, y adquirirseun pueblo propio y aceptable, ce-lador de obras buenas (Tit 2, 14), yas, por su pasin, entr en su glo-ria; semejantemente los presbte-ros, consagrados por la uncin delEspritu Santo y enviados por Cris-to, mortifican en s mismos las ten-dencias de la carne y se entregantotalmente al servicio de los hom-bres, y de esta forma pueden cami-nar hacia el varn perfecto, en lasantidad con que han sido enri-quecidos en Cristo.

    As, pues, ejerciendo el ministeriodel Espritu y de la justicia, se forta-lecen en la vida del Espritu, con talque sean dciles al Espritu deCristo, que los vivifica y conduce.Pues ellos se ordenan a la perfec-cin de la vida por las mismas ac-ciones sagradas que realizan cadada, como por todo su ministerio,que ejercitan en unin con el obis-po y con los presbteros. Mas lasantidad de los presbteros contri-buye poderosamente al cumpli-miento fructuoso del propio minis-terio, porque aunque la gracia deDios puede realizar la obra de lasalvacin, tambin por medio deministros indignos, sin embargo,Dios prefiere, por ley ordinaria,manifestar sus maravillas por me-dio de quienes, hechos ms dci-les al impulso y gua del EsprituSanto, por su ntima unin conCristo y su santidad de vida, pue-den decir con el apstol: Ya novivo yo, es Cristo quien vive en m(Gal 2, 20).

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  • Por lo cual, este Sagrado Concilio,para conseguir sus propsitos pas-torales de renovacin interna de laIglesia, de difusin del Evangelioen todo el mundo y de dilogo conel mundo actual, exhorta vehe-mentemente a todos los sacerdo-tes a que, usando los medios opor-

    tunos recomendados por la Iglesia,aspiren siempre hacia una santidadcada vez mayor, con la que de daen da se conviertan en ministrosms aptos para el servicio de todoel Pueblo de Dios. ]VAT II. Presbytero-rum ordinis, 12]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Intento reavivar el don de Dios recibido en la ordenacin sacerdotal atravs de la lectura asidua de la Palabra de Dios, la oracin, la celebra-cin de la Eucarista y la Confesin frecuente?

    l Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial (Mt 5,48) me esfuerzo por tender a la santidad como consagrado a Dios porel sacramento del Orden?

    l Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi (Ga 2, 20). Hasta qu puntoes esto verdad en mi vida? Cmo es mi relacin con Cristo?

    l La santidad de los presbteros contribuye poderosamente al cumpli-miento fructuoso del propio ministerio. Soy consciente de la relacinque existe entre el testimonio de mi vida personal y la eficacia de mi ac-tividad ministerial?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    Teniendo, pues, tal Sumo Sacer-dote que penetr los cielos -Je-ss, el Hijo de Dios- mantengamosfirmes la fe que profesamos. Puesno tenemos un Sumo Sacerdoteque no pueda compadecerse denuestras flaquezas, sino probado entodo igual que nosotros, excepto enel pecado.

    Acerqumonos, por tanto, confia-damente al trono de gracia, a fin dealcanzar misericordia y hallar gra-cia para una ayuda oportuna.

    Porque todo Sumo Sacerdote es to-mado de entre los hombres y estpuesto en favor de los hombres enlo que se refiere a Dios para ofrecerdones y sacrificios por los pecados;y puede sentir compasin hacia losignorantes y extraviados, por estartambin l envuelto en flaqueza. Y acausa de esa misma flaqueza debeofrecer por los pecados propiosigual que por los del pueblo. Y na-die se arroga tal dignidad, sino el lla-mado por Dios, lo mismo que Aa-rn. De igual modo, tampoco Cristose apropi la gloria del Sumo Sacer-docio, sino que la tuvo de quien le

    dijo: Hijo mo eres t; yo te he en-gendrado hoy. Como tambin diceen otro lugar: T eres sacerdote parasiempre, a semejanza de Melquise-dec. El cual, habiendo ofrecido enlos das de su vida mortal ruegos ysplicas con poderoso clamor y l-grimas al que poda salvarle de lamuerte, fue escuchado por su acti-tud reverente, y aun siendo Hijo,con lo que padeci experiment laobediencia; y llegado a la perfec-cin, se convirti en causa de salva-cin eterna para todos los que leobedecen, proclamado por DiosSumo Sacerdote a semejanza deMelquisedec.

    Hb 4, 14-5, 10

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + La identidad del presbtero.

    En su Exhortacin apostlica postsi-nodal Pastores dabo vobis, el beatoJuan Pablo II delinea la identidaddel sacerdote: Los presbteros son,en la Iglesia y para la Iglesia, una re-presentacin sacramental de Jesu-cristo, Cabeza y Pastor, proclamancon autoridad su palabra; renuevansus gestos de perdn y de ofreci-miento de la salvacin, principal-mente con el Bautismo, la Peniten-cia y la Eucarista; ejercen, hasta el

    EL SACERDOTE EN EL MISTERIO DE LA TRINIDAD

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  • don total de s mismos, el cuidadoamoroso del rebao, al que congre-gan en la unidad y conducen al Pa-dre por medio de Cristo en el Esp-ritu. [Directorio para el ministerio y la vidade los presbteros, Introduccin]

    + Dimensin trinitaria del sacerdo-cio.

    El Decreto conciliar PresbyterorumOrdinis, desde su exordio, subrayala relacin fundamental entre el sa-cerdote y la Trinidad Santsima,nombrando distintamente las tresPersonas divinas: El ministerio delos presbteros, por estar unido alorden episcopal, participa de la au-toridad con la que el propio Cristoconstruye, santifica y gobierna suCuerpo. Por eso, el sacerdocio delos presbteros supone ciertamen-te los sacramentos de la iniciacincristiana. Se confiere, sin embargo,por aquel sacramento peculiarque, mediante la uncin del Espri-tu Santo, marca a los sacerdotescon un carcter especial. As estnidentificados con Cristo sacerdote,de tal manera que pueden actuarcomo representantes de Cristo Ca-beza de la Iglesia. [...] Por tanto, loque se proponen los presbteroscon su vida y ministerio es procu-rar la gloria de Dios Padre en Cris-to. [Directorio, 5]

    + Dimensin cristolgica del sacer-docio.

    A aquellos fieles que, permanecien-do injertados en el sacerdocio co-

    mn o bautismal, son elegidos yconstituidos en el sacerdocio minis-terial, se les da una participacin in-deleble en el mismo y nico sacer-docio de Cristo, en la dimensinpblica de la mediacin y de la au-toridad, en lo que se refiere a lasantificacin, a la enseanza y a lagua de todo el Pueblo de Dios. Deeste modo, si por un lado, el sacer-docio comn de los fieles y el sa-cerdocio ministerial o jerrquico es-tn ordenados necesariamente eluno al otro -pues uno y otro, cadauno a su modo, participan del nicosacerdocio de Cristo-, por otra par-te, ambos difieren esencialmenteentre ellos y no slo de grado.

    En esta especfica identidad, el sa-cerdote ha de tener conciencia deque su vida es un misterio inserta-do totalmente en el misterio deCristo /.../ Esta conciencia -basadaen el vnculo ontolgico con Cris-to- se aleja de las concepcionesde tipo funcional que han queri-do ver al sacerdote solamentecomo un agente social o un gestorde ritos sagrados con el riesgo detraicionar incluso el Sacerdocio deCristo y reducen la vida del sacer-dote a mero cumplimiento de susdeberes. Todos los hombres tienenun natural anhelo religioso, quelos distingue de cualquier otro serviviente y que hace de ellos busca-dores de Dios. Por eso, las perso-nas buscan en el sacerdote al hom-bre de Dios en el cual descubrir SuPalabra, Su Misericordia y el Pandel cielo que da vida al mundo(Jn 6, 33): Dios es la nica riquezaque, en definitiva, los hombres de-

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  • sean encontrar en un sacerdote.[Directorio, 6-7]

    + Actuando in persona Christi Ca-pitis.

    La configuracin con Cristo, obra-da por la consagracin sacramen-tal, define al sacerdote en el senodel Pueblo de Dios, hacindoloparticipar, en un modo suyo pro-pio, en la potestad santificadora,magisterial y pastoral del mismoCristo Jess, Cabeza y Pastor de laIglesia. El sacerdote, al hacerse mssemejante a Cristo es -gracias a l,y no por s solo- colaborador de lasalvacin de los hermanos: ya noes l quien vive y existe, sino Cris-to en l (cfr. Gl 2, 20).

    Actuando in persona Christi Capitis,el presbtero llega a ser el ministrode las acciones salvficas esenciales,transmite las verdades necesariaspara la salvacin y apacienta al Pue-blo de Dios, guindolo hacia la san-tidad. Esta conformacin del sacer-dote con Cristo se verifica tambinen la oblacin n de s mismo y en laexpiacin, es decir, en aceptar conamor los sufrimientos y los sacrifi-cios propios del ministerio sacerdo-tal. [Directorio, 8]

    + Dimensin pneumatolgica delsacerdocio.

    El sacerdote es ungido por el Esp-ritu Santo. Esto conlleva no slo eldon del signo indeleble que con-fiere la uncin, sino la tarea de in-vocar constantemente al Parclito -

    don de Cristo resucitado- sin elcual el ministerio del presbtero se-ra estril. Cada da el sacerdotepide la luz del Espritu Santo paraimitar a Cristo.

    Mediante el carcter sacramental eidentificando su intencin con lade la Iglesia, el sacerdote estsiempre en comunin con el Esp-ritu Santo en la celebracin de la li-turgia, sobre todo de la Eucarista yde los dems sacramentos. En efec-to, es Cristo quien acta a favor dela Iglesia, por medio del EsprituSanto invocado en su poder eficazpor el sacerdote celebrante in per-sona Christi.

    La celebracin sacramental, portanto, recibe su eficacia de la pala-bra de Cristo -que es quien la insti-tuy- y del poder del Espritu, quecon frecuencia la Iglesia invocamediante la epclesis. Esto es parti-cularmente evidente en la Plegariaeucarstica, en la que el sacerdote -invocando el poder del EsprituSanto sobre el pan y sobre el vino-pronuncia las palabras de Jess afin de que se cumpla la transubs-tanciacin del pan en el cuerpoentregado de Cristo y del vinoen la sangre derramada de Cristoy se haga sacramentalmente pre-sente su nico sacrificio redentor.[Directorio, 11]

    + El sacerdote, hombre espiritual.

    Mi vida ahora en la carne, la vivoen la fe del Hijo de Dios, que meam y se entreg por mi (Ga 2,20). Qu es esta vida? Es la vida

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  • misma de Dios. Y quin nos intro-duce en esta vida? El Espritu Santo,el don de Cristo resucitado. Es lquien nos introduce en la vida divi-na como verdaderos hijos de Dios,como hijos en el Hijo unignito.Estamos abiertos nosotros al Esp-ritu Santo? Nos dejamos guiar porl? El cristiano es un hombre espi-ritual, y esto no significa que seauna persona que vive en las nu-bes, fuera de la realidad como sifuera un fantasma. No. El cristiano

    es una persona que piensa y actaen la vida cotidiana segn Dios,una persona que deja que su vidasea animada, alimentada por el Es-pritu Santo, para que sea plena,propia de verdaderos hijos. Y esosignifica realismo y fecundidad.Quien se deja guiar por el EsprituSanto es realista, sabe cmo mediry evaluar la realidad, y tambin esfecundo: su vida engendra vida al-rededor. [Papa Francisco, 16 Junio 2013]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Medito con alguna frecuencia que mi identidad sacerdotal consiste enla participacin en el sacerdocio de Cristo?

    l Me doy cuenta en mis actuaciones ministeriales de que estoy obrandoin persona Christi? Me siento instrumento suyo o protagonista de miministerio pastoral?

    l Soy consciente del Espritu Santo que habita en m y se me ha dado porla imposicin de las manos para ejercer el ministerio que se me ha en-comendado?

    l Cundo siento el peso de las debilidades personales y de las dificulta-des pastorales, creo en la ayuda del Espritu, que viene en mi ayuda demi debilidad?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    En verdad, en verdad os digo:el que no entra por la puertaen el aprisco de las ovejas, sino quesalta por otra parte, ese es ladrn ybandido; pero el que entra por lapuerta es pastor de las ovejas. A estele abre el guarda y las ovejas atien-den a su voz, y l va llamando por elnombre a sus ovejas y las saca fuera.Cuando ha sacado todas las suyas ca-mina delante de ellas, y las ovejas losiguen, porque conocen su voz: a unextrao no lo seguirn, sino que hui-rn de l, porque no conocen la vozde los extraos.

    Jess les puso esta comparacin,pero ellos no entendieron de qu leshablaba. Por eso aadi Jess: Enverdad, en verdad os digo: yo soy lapuerta de las ovejas. Todos los quehan venido antes de m son ladronesy bandidos; pero las ovejas no los es-cucharon. Yo soy la puerta: quien en-tre por m se salvar y podr entrar ysalir, y encontrar pastos. El ladrnno entra sino para robar y matar yhacer estragos; yo he venido paraque tengan vida y la tengan abun-dante. Yo soy el Buen Pastor. El buen

    pastor da su vida por las ovejas; elasalariado, que no es pastor ni due-o de las ovejas, ve venir al lobo,abandona las ovejas y huye; y el lobolas roba y las dispersa; y es que a unasalariado no le importan las ovejas.Yo soy el Buen Pastor, que conozco alas mas, y las mas me conocen,igual que el Padre me conoce, y yoconozco al Padre; yo doy mi vida porlas ovejas. Tengo, adems, otras ove-jas que no son de este redil; tambina esas las tengo que traer, y escucha-rn mi voz, y habr un solo rebao yun solo Pastor.

    Jn 10, 1-16

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + La uncin sacerdotal.

    La uncin aproxima a los obispos y alos sacerdotes al Seor y les da laalegra y la fuerza para llevar ade-lante a un pueblo, para ayudar a unpueblo, para vivir al servicio de unpueblo. Dona la alegra de sentirseelegidos por el Seor, mirados porel Seor, con aquel amor con el queel Seor nos mira, a todos nosotros.As, cuando pensemos en los obis-pos y en los sacerdotes, debemospensarlos as: ungidos: De lo con-trario no se entiende a la Iglesia,pero no solamente no se entiende,

    EL SACERDOTE EN LA IGLESIA

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  • no se puede explicar cmo la Iglesiavaya adelante solamente con lasfuerzas humanas. Esta dicesis vaadelante porque tiene un pueblosanto, tantas cosas, y tambin un un-gido que la conduce, que la ayuda acrecer. Esta parroquia va adelanteporque tiene tantas organizaciones,tantas cosas, pero tambin porquetiene un sacerdote, un ungido que lalleva adelante. [Papa Francisco, 27 de Ene-ro 2014]

    + Dimensin eclesiolgica del sacer-docio.

    Cristo, origen permanente y siemprenuevo de la salvacin, es el misterioprincipal del que deriva el misterio dela Iglesia, su Cuerpo y su Esposa, lla-mada por el Esposo a ser signo e ins-trumento de redencin. Cristo siguedando vida a su Iglesia por medio dela obra confiada a los Apstoles y asus Sucesores. En ella el ministerio delos presbteros encuentra su locus na-tural y lleva a cabo su misin.

    A travs del misterio de Cristo, el sa-cerdote, ejercitando su mltiple mi-nisterio, est insertado tambin en elmisterio de la Iglesia, la cual tomaconciencia, en la fe, de que no pro-viene de s misma, sino por la graciade Cristo en el Espritu Santo. De talmanera, el sacerdote, a la vez queest en la Iglesia, se encuentra tam-bin ante ella.

    La expresin eminente de esta colo-cacin del sacerdote en la Iglesia yante la Iglesia, es la celebracin de laEucarista donde el sacerdote invitaal pueblo a levantar el corazn hacia

    el Seor en la oracin y la accin degracias, y lo une a s en la solemneoracin, que l, en nombre de todala comunidad, dirige a Dios Padrepor medio de Jesucristo en el Espri-tu Santo. [Directorio, 13]

    + ndole misionera del sacerdocio.

    El presbtero, partcipe de la consagra-cin de Cristo, participa en su misinsalvfica segn su ltimo mandamien-to: Id, pues, y haced discpulos a to-dos los pueblos, bautizndolos en elnombre del Padre y del Hijo y del Es-pritu Santo; ensendoles a guardartodo lo que os he mandado (Mt 28,19-20) /.../ En virtud del sacramento delOrden, estn llamados a compartir lasolicitud por la misin: El don espiri-tual que los presbteros recibieron enla ordenacin no los prepara a unamisin limitada y restringida, sino a lamisin universal y amplsima de salva-cin (Presbyterorum Ordinis, 10). To-dos los sacerdotes deben de tener co-razn y mentalidad misioneros, estarabiertos a las necesidades de la Iglesiay del mundo /.../

    Hoy en da, sin embargo, hay unaconfusin creciente que induce amuchos a desatender y dejar inope-rante el mandato misionero del Se-or (cfr. Mt 28, 19). A menudo sepiensa que todo intento de conven-cer a otros en cuestiones religiosases limitar la libertad. Se considera l-cito solamente exponer las propiasideas e invitar a las personas a actuarsegn la conciencia, sin favorecer suconversin a Cristo y a la fe catlica:se dice que basta con ayudar a los

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  • hombres a ser ms hombres o msfieles a su propia religin, que bastacon construir comunidades capacesde trabajar por la justicia, la libertad,la paz y la solidaridad. Adems, algu-nos sostienen que no se deberaanunciar a Cristo a quienes no lo co-nocen, ni favorecer la adhesin a laIglesia, pues tambin es posible sal-varse sin un conocimiento explcitode Cristo y sin una incorporacinformal a la Iglesia. [Directorio, 16-17]

    + Paternidad espiritual.

    La vocacin pastoral de los sacerdo-tes es grande y universal: se dirige atoda la Iglesia y, por tanto, es tam-bin misionera. Normalmente, estunida al servicio de una determinadacomunidad del Pueblo de Dios, en laque cada uno espera atencin, cui-dado y amor. Por eso, el ministeriodel sacerdote es a su vez ministeriode paternidad. A travs de su dedica-cin a las almas, muchas son engen-dradas a la vida nueva en Cristo. Setrata de una verdadera paternidadespiritual, como exclamaba San Pa-blo: ahora que estis en Cristo ten-dris mil tutores, pero padres no te-nis muchos; por medio del Evange-lio soy yo quien os ha engendradopara Cristo Jess (1Cor 4, 15). [Direc-torio, 24]

    + Comunin jerrquica.

    La comunin, como caractersticadel sacerdocio, se funda en la unici-dad de la Cabeza, Pastor y Esposo dela Iglesia, que es Cristo. En esta co-

    munin ministerial toman formatambin algunos precisos vnculosen relacin, sobre todo, con el Papa,con el Colegio Episcopal y con elpropio Obispo. No se da ministeriosacerdotal sino en la comunin conel Sumo Pontfice y con el ColegioEpiscopal, en particular con el pro-pio Obispo diocesano, a los que sehan de reservar el respeto filial y laobediencia prometidos en el rito dela ordenacin. Se trata, pues, deuna comunin jerrquica, es decir,de una comunin en la jerarqua talcomo ella est internamente estruc-turada. [Directorio, 31]

    + Comunin en la celebracin euca-rstica.

    La comunin jerrquica se encuentraexpresada en significativamente enla plegaria eucarstica, cuando el sa-cerdote, al rezar por el Papa, el Cole-gio episcopal y el propio Obispo, noexpresa slo un sentimiento de de-vocin, sino que da testimonio de laautenticidad de su celebracin.

    Tambin la concelebracin eucarsti-ca, en las circunstancias y condicio-nes previstas, cuando est presididapor el Obispo y con la participacinde los fieles, manifiesta admirable-mente la unidad del sacerdocio deCristo en la pluralidad de sus minis-tros, as como la unidad del sacrificioy del Pueblo de Dios. La concelebra-cin ayuda, adems, a consolidar lafraternidad sacramental existenteentre los presbteros. [Directorio, 32]

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  • + Comunin en el presbiterio.

    En virtud del sacramento del Ordencada sacerdote est unido a los de-ms miembros del presbiterio porparticulares vnculos de caridadapostlica, de ministerio y de frater-nidad. El presbtero est unido alOrdo Presbyterorum: as se constitu-ye una unidad, que puede conside-rarse como verdadera familia, en la

    que los vnculos no proceden de lacarne o de la sangre sino de la graciadel Orden /.../ Con respecto a esto,es particularmente significativo elrito que se realiza en la ordenacinpresbiteral de la imposicin de lasmanos por parte del Obispo, en elcual toman parte todos los presbte-ros presentes para indicar la partici-pacin en el mismo grado del minis-terio. [Directorio, 34]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Soy consciente de que el principio que debe primar en mi ministerio es lacaridad pastoral? Como pastor que soy, quiero a las personas a las que hesido enviado? Hago acepcin de personas?

    l Afronto las dificultades y las alegras del ministerio como un aspecto con-natural al seguimiento de Cristo? Estoy dispuesto a aceptar los sufrimien-tos causados por la misin pastoral?

    l Me siento en comunin con la Iglesia? Contagio el amor a la Iglesia?

    l Vivo en comunin con el Obispo y con el presbiterio del que formo parteMe siento en comunin en la misma misin que compartimos o prefierohacer la misin por mi cuenta?

    l Concelebro siempre que puedo con mi Obispo y otros sacerdotes, comoexpresin de la fraternidad sacerdotal?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    Una vez que estaba Jess oran-do en cierto lugar, cuandotermin, uno de sus discpulos ledijo: Seor, ensanos a orar,como Juan ense a sus discpu-los. l les dijo: Cuando oris, de-cid: Padre, santificado sea tu nom-bre, venga tu reino, danos cada danuestro pan cotidiano, perdnanosnuestros pecados, porque tambinnosotros perdonamos a todo elque nos debe, y no nos dejes caeren tentacin.

    Y les dijo: Suponed que alguno devosotros tiene un amigo, y viene du-rante la medianoche y le dice: Ami-go, prstame tres panes, pues unode mis amigos ha venido de viaje yno tengo nada que ofrecerle; y,desde dentro, aquel le responde:No me molestes; la puerta ya estcerrada; mis nios y yo estamosacostados; no puedo levantarmepara drtelos; os digo que, si no selevanta y se los da por ser amigosuyo, al menos por su importunidadse levantar y le dar cuanto necesi-te. Pues yo os digo a vosotros: Pedidy se os dar, buscad y hallaris, lla-

    mad y se os abrir; porque todo elque pide recibe, y el que busca ha-lla, y al que llama se le abre.Qupadre entre vosotros, si su hijo lepide un pez, le dar una serpienteen lugar del pez? O si le pide unhuevo, le dar un escorpin? Si vos-otros, pues, que sois malos, sabisdar cosas buenas a vuestros hijos,cunto ms el Padre del cielo darel Espritu Santo a los que se lo pi-den?.

    Lc 11, 1-13

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + Luces y sombras de la labor mi-nisterial.

    Es un motivo de consuelo sealarque hoy la gran mayora de los sa-cerdotes de todas las edades des-arrollan su sagrado ministerio contesn y alegra, frecuentementefruto de un herosmo silencioso.Trabajan hasta el lmite de sus pro-pias energas, sin ver, a veces, losfrutos de su labor.

    El ministerio sacerdotal es una em-presa fascinante pero ardua, siem-pre expuesta a la incomprensin ya la marginacin, y, sobre todo hoyda, a la fatiga, la desconfianza, elaislamiento y a veces la soledad.

    LA ORACIN.RELACIN PERSONAL CON CRISTO

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  • Para vencer los desafos que lamentalidad laicista plantea al pres-btero, este har todos los esfuer-zos posibles para reservar el pri-mado absoluto a la vida espiritual,al estar siempre con Cristo, y a vivircon generosidad la caridad pasto-ral intensificando la comunin contodos y, en primer lugar, con losotros presbteros. Como recordabaBenedicto XVI a los sacerdotes, larelacin con Cristo, el coloquiopersonal con Cristo es una priori-dad pastoral fundamental, es con-dicin para nuestro trabajo por losdems. Y la oracin no es algo mar-ginal: precisamente rezar es ofi-cio del sacerdote, tambin comorepresentante de la gente que nosabe rezar o no encuentra el tiem-po para rezar. [Directorio, 48]

    + La evangelizacin se hace de ro-dillas.

    La evangelizacin se hace de rodi-llas. Odlo bien: la evangelizacinse hace de rodillas. Sed siemprehombres de oracin! Sin la rela-cin constante con Dios la misinse convierte en funcin /.../ El ries-go del activismo, de confiar dema-siado en las estructuras, est siem-pre al acecho. Si miramos a Jess,vemos que la vspera de cada deci-sin y acontecimiento importantese recoga en oracin intensa yprolongada. Cultivemos la dimen-sin contemplativa, incluso en lavorgine de los compromisos msurgentes y duros. Cuanto ms osllame la misin a ir a las periferiasexistenciales, ms unido ha de es-

    tar vuestro corazn a Cristo, llenode misericordia y de amor. Aqureside el secreto de la fecundidadpastoral, de la fecundidad de undiscpulo del Seor! [Papa Francisco, 7de Julio 2013]

    + Imitar a Cristo que ora.

    La primera intencin de Jess fueconvocar en torno a s a los Aps-toles, sobre todo para que estu-viesen con l (Mc 3, 14). El mismoHijo de Dios quiso dejarnos el tes-timonio de su oracin. De hecho,con mucha frecuencia los evange-lios nos presentan a Cristo en ora-cin: cuando el Padre le revela sumisin, antes de la llamada a losApstoles, en la accin de graciasdurante la multiplicacin de los pa-nes, en la transfiguracin del mon-te, cuando sana al sordomudo y re-sucita a Lzaro, antes de la confe-sin de Pedro, cuando ensea a losdiscpulos a orar, cuando regresande su misin, al bendecir a los ni-os y al rezar por Pedro.

    Toda su actividad cotidiana nacade la oracin. Se retiraba al desier-to o al monte a orar, se levantabade madrugada y pasaba la nocheentera en oracin con Dios. Hastael final de su vida, en la ltimaCena, durante la agona, en laCruz, el divino Maestro demostrque la oracin animaba su ministe-rio mesinico y su xodo pascual.Resucitado de la muerte, vive parasiempre e intercede por nosotros.

    Por eso, la prioridad fundamentaldel sacerdote es su relacin perso-

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  • nal con Cristo a travs de la abun-dancia de los momentos de silen-cio y oracin, en los cuales cultivay profundiza su relacin con la per-sona viva de Jess, nuestro Seor.[Directorio, 51]

    + Oracin como comunin con elSeor

    El presbtero, fortalecido por elvnculo especial con el Seor, sa-br afrontar los momentos en quese podra sentir solo entre loshombres; adems, renovar con vi-gor su trato con Jess en la Eucaris-ta, lugar real de la presencia de suSeor. As como Jess, que, mien-tras estaba a solas, estaba conti-nuamente con el Padre, tambin elpresbtero debe ser el hombre,que, en el recogimiento, en el si-lencio y en la soledad, encuentra lacomunin con Dios, por lo que po-dr decir con San Ambrosio: Nun-ca estoy tan poco solo como cuan-do estoy solo.

    Junto al Seor, el presbtero en-contrar la fuerza y los instrumen-tos para acercar a los hombres aDios, para encender la fe de los de-ms, para suscitar compromiso ycoparticipacin. [Directorio, 53]

    + La Liturgia de las Horas.

    Para el sacerdote un modo funda-mental de estar delante del Seores la Liturgia de las Horas: en ellarezamos como hombres que nece-sitan el dilogo con Dios, dandovoz y supliendo tambin a todos

    aquellos que quizs no saben, noquieren o no encuentran tiempopara orar.

    El Concilio Ecumnico Vaticano IIrecuerda que los fieles que ejer-cen esta funcin no slo cumplenel oficio de la Iglesia, sino que tam-bin participan del sumo honor dela Esposa de Cristo, porque, al ala-bar a Dios, estn ante su trono ennombre de la Madre Iglesia. Estaoracin es la voz de la Esposa quehabla al Esposo; ms an, es la ora-cin de Cristo, con su mismo Cuer-po, al Padre. En este sentido, el sa-cerdote prolonga y actualiza la ora-cin de Cristo Sacerdote.

    La obligacin diaria de rezar el Bre-viario (la Liturgia de las Horas), esasimismo uno de los compromisossolemnes que se toman pblica-mente en la ordenacin diaconal,que no se puede descuidar salvocausa grave. Es una obligacin deamor, que es preciso cuidar entoda circunstancia, incluso entiempo de vacaciones. El sacerdotetiene la obligacin de recitar cadada todas las Horas, es decir, Lau-des y Vsperas, al igual que el Ofi-cio de las Lecturas, al menos unade las partes de Hora intermedia, yCompletas.

    En la medida en que interiorice-mos esta estructura, en que com-prendamos esta estructura, en queasimilemos las palabras de la Litur-gia, podremos entrar en consonan-cia interior, de forma que no slohablemos con Dios como personasindividuales, sino que entremos enel nosotros de la Iglesia que ora;

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  • que transformemos nuestro yoentrando en el nosotros de laIglesia, enriqueciendo, ensanchan-do este yo, orando con la Iglesia,

    con las palabras de la Iglesia, enta-blando realmente un coloquio conDios. [Directorio, 74-76]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Mi vida consiste muchas veces en un activismo, que me hace olvidar lapresencia de Dios?

    l Considero que la prioridad en mi sacerdocio lo ha de tener la oracin,el coloquio personal con Cristo?

    l Realmente, cunto tiempo dedico a la oracin?

    l Rezo con asiduidad el Oficio de las Horas? Me doy cuenta de que lohago como alabanza a Dios en nombre de toda la Iglesia?

    l Rezo especialmente por las necesidades de las personas que me hansido confiadas? Imploro la misericordia y la bendicin de Dios para to-dos mis feligreses?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    T, en cambio, persevera en loque aprendiste y en lo que cre-ste, teniendo presente de quineslo aprendiste, y que desde nio co-noces las Sagradas Letras, que pue-den darte la sabidura que lleva a lasalvacin mediante la fe en CristoJess. Toda Escritura es inspiradapor Dios y til para ensear, paraargir, para corregir y para educaren la justicia; as el hombre de Diosse encuentra perfecto y preparadopara toda obra buena.

    Te conjuro en presencia de Dios yde Cristo Jess que ha de venir a juz-gar a vivos y muertos, por su Mani-festacin y por su Reino: Proclama laPalabra, insiste a tiempo y a destiem-po, reprende, amenaza, exhorta contoda paciencia y doctrina. Porquevendr un tiempo en que los hom-bres no soportarn la doctrina sana,sino que, arrastrados por sus propiaspasiones, se harn con un montnde maestros por el prurito de or no-vedades; apartarn sus odos de laverdad y se volvern a las fbulas. T,en cambio, prtate en todo con pru-dencia, soporta los sufrimientos, re-

    aliza la funcin de evangelizador,desempea a la perfeccin tu minis-terio. Porque yo estoy a punto de serderramado en libacin y el momen-to de mi partida es inminente. Hecompetido en la noble competicin,he llegado a la meta en la carrera, heconservado la fe.

    Y desde ahora me aguarda la coro-na de la justicia que aquel Da meentregar el Seor, el justo Juez; yno solamente a m, sino tambin atodos los que hayan esperado conamor su Manifestacin.

    2 Tim 3, 14- 4, 8

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + La preparacin de la predicacin.

    La preparacin de la predicacin esuna tarea tan importante que con-viene dedicarle un tiempo prolon-gado de estudio, oracin, reflexiny creatividad pastoral /.../ Algunosprrocos suelen plantear que estono es posible debido a la multitudde tareas que deben realizar; sinembargo, me atrevo a pedir que to-das las semanas se dedique a estatarea un tiempo personal y comu-nitario suficientemente prolonga-do, aunque deba darse menostiempo a otras tareas tambin im-portantes. [Papa Francisco, EG 145]

    LA PREDICACIN DE LA PALABRA DE DIOS

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  • + El culto a la verdad

    El primer paso, despus de invocaral Espritu Santo, es prestar toda laatencin al texto bblico, que debeser el fundamento de la predica-cin. Cuando uno se detiene a tra-tar de comprender cul es el men-saje de un texto, ejercita el culto ala verdad. Es la humildad del cora-zn que reconoce que la Palabrasiempre nos trasciende, que no so-mos ni los dueos, ni los rbitros,sino los depositarios, los heraldos,los servidores /.../ Para entenderadecuadamente el sentido delmensaje central de un texto, es ne-cesario ponerlo en conexin con laenseanza de toda la Biblia, trans-mitida por la Iglesia. ste es unprincipio importante de la inter-pretacin bblica, que tiene encuenta que el Espritu Santo no ins-pir slo una parte, sino la Bibliaentera, y que en algunas cuestio-nes el pueblo ha crecido en sucomprensin de la voluntad deDios a partir de la experiencia vivi-da. As se evitan interpretacionesequivocadas o parciales, que nie-guen otras enseanzas de las mis-mas Escrituras. Pero esto no signifi-ca debilitar el acento propio y es-pecfico del texto que correspondepredicar. [Papa Francisco, EG 146.148]

    + La personalizacin de la Palabra

    El predicador debe ser el primeroen tener una gran familiaridad per-sonal con la Palabra de Dios: no lebasta conocer su aspecto lingsti-co o exegtico, que es tambin ne-

    cesario; necesita acercarse a la Pa-labra con un corazn dcil y oran-te, para que ella penetre a fondoen sus pensamientos y sentimien-tos y engendre dentro de s unamentalidad nueva /.../ No se nospide que seamos inmaculados,pero s que estemos siempre encrecimiento, que vivamos el deseoprofundo de crecer en el caminodel Evangelio, y no bajemos losbrazos. Lo indispensable es que elpredicador tenga la seguridad deque Dios lo ama, de que Jesucristolo ha salvado, de que su amor tienesiempre la ltima palabra. Antetanta belleza, muchas veces sentirque su vida no le da gloria plena-mente y desear sinceramente res-ponder mejor a un amor tan gran-de. Pero si no se detiene a escu-char esa Palabra con aperturasincera, si no deja que toque supropia vida, que le reclame, que loexhorte, que lo movilice, si no de-dica un tiempo para orar con esaPalabra, entonces s ser un falsoprofeta, un estafador o un charla-tn vaco. [Papa Francisco, EG 149.151]

    + La lectio divina

    Hay una forma concreta de escu-char lo que el Seor nos quiere de-cir en su Palabra y de dejarnostransformar por el Espritu. Es loque llamamos lectio divina. Con-siste en la lectura de la Palabra deDios en un momento de oracinpara permitirle que nos ilumine ynos renueve. Esta lectura orante dela Biblia no est separada del estu-dio que realiza el predicador para

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  • descubrir el mensaje central deltexto; al contrario, debe partir deall, para tratar de descubrir qu ledice ese mismo mensaje a la pro-pia vida. La lectura espiritual de untexto debe partir de su sentido lite-ral. De otra manera, uno fcilmentele har decir a ese texto lo que leconviene, lo que le sirva para con-firmar sus propias decisiones, loque se adapta a sus propios esque-mas mentales. Esto, en definitiva,ser utilizar algo sagrado para elpropio beneficio y trasladar esaconfusin al Pueblo de Dios. Nun-ca hay que olvidar que a veces elmismo Satans se disfraza de ngelde luz (2 Co 11,14). 153. En la pre-sencia de Dios, en una lectura re-posada del texto, es bueno pre-guntar, por ejemplo: Seor, qume dice a m este texto? Ququieres cambiar de mi vida coneste mensaje? Qu me molesta eneste texto? Por qu esto no me in-teresa?, o bien: Qu me agrada?Qu me estimula de esta Palabra?Qu me atrae? Por qu meatrae?. [Papa Francisco, EG 152-153]

    + Un odo en el pueblo

    El predicador necesita tambin po-ner un odo en el pueblo, para des-cubrir lo que los fieles necesitanescuchar. Un predicador es uncontemplativo de la Palabra y tam-bin un contemplativo del pueblo.De esa manera, descubre las aspi-raciones, las riquezas y los lmites,las maneras de orar, de amar, deconsiderar la vida y el mundo, quedistinguen a tal o cual conjunto

    humano, prestando atencin alpueblo concreto con sus signos ysmbolos, y respondiendo a lascuestiones que plantea. Se tratade conectar el mensaje del textobblico con una situacin humana,con algo que ellos viven, con unaexperiencia que necesite la luz dela Palabra. Esta preocupacin noresponde a una actitud oportunistao diplomtica, sino que es profun-damente religiosa y pastoral. En elfondo es una sensibilidad espiri-tual para leer en los acontecimien-tos el mensaje de Dios y esto esmucho ms que encontrar algo in-teresante para decir. Lo que se pro-cura descubrir es lo que el Seordesea decir en una determinadacircunstancia.

    Otra caracterstica es el lenguajepositivo. No dice tanto lo que nohay que hacer sino que propone loque podemos hacer mejor. En todocaso, si indica algo negativo, siem-pre intenta mostrar tambin un va-lor positivo que atraiga, para noquedarse en la queja, el lamento, lacrtica o el remordimiento. Ade-ms, una predicacin positivasiempre da esperanza, orienta ha-cia el futuro, no nos deja encerra-dos en la negatividad. [Papa Francisco,EG 154.159]

    Recordemos que nunca hay queresponder preguntas que nadie sehace; tampoco conviene ofrecercrnicas de la actualidad para des-pertar inters: para eso ya estn losprogramas televisivos. En todocaso, es posible partir de algn he-

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  • cho para que la Palabra pueda re-sonar con fuerza en su invitacin ala conversin, a la adoracin, a ac-titudes concretas de fraternidad yde servicio, etc., porque a veces al-

    gunas personas disfrutan escu-chando comentarios sobre la reali-dad en la predicacin, pero no porello se dejan interpelar personal-mente. [Papa Francisco, EG 155]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Me esfuerzo por actualizar regularmente mi formacin teolgica y es-piritual leyendo libros sobre Sagrada Escritura o Teologa?

    l Practico habitualmente la lectura meditada y orante de la Palabra deDios?

    l Es Cristo y su Evangelio el centro de mi predicacin o prefiero otros te-mas ms seculares?

    l Preparo la homila dominical con calma y dedicacin, poniendo el tex-to, como dice el Papa, en conexin con la enseanza de toda la Biblia,transmitida por la Iglesia?

    l En los momentos de riesgo o dificultad, anuncio o callo la verdad delEvangelio, o me da miedo o vergenza proclamarlo?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    Esta es la voluntad de mi Padre:que todo el que ve al Hijo y creeen l tenga vida eterna, y yo lo resu-citar en el ltimo da. Los judosmurmuraban de l porque haba di-cho: Yo soy el pan bajado del cie-lo, y decan: No es este Jess, elhijo de Jos? No conocemos a supadre y a su madre? Cmo diceahora que ha bajado del cielo?. Je-ss tom la palabra y les dijo: Nocritiquis. Nadie puede venir a m sino lo atrae el Padre que me ha en-viado. Y yo lo resucitar en el ltimoda. Est escrito en los profetas: Se-rn todos discpulos de Dios. Todoel que escucha al Padre y aprende,viene a m. No es que alguien hayavisto al Padre, a no ser el que estjunto a Dios: ese ha visto al Padre.En verdad, en verdad os digo: el quecree tiene vida eterna.

    Yo soy el pan de la vida. Vuestrospadres comieron en el desierto elman y murieron; este es el panque baja del cielo, para que elhombre coma de l y no muera. Yosoy el pan vivo que ha bajado delcielo; el que coma de este pan vivi-

    r para siempre. Y el pan que yodar es mi carne por la vida delmundo. Disputaban los judos en-tre s: Cmo puede este darnos acomer su carne?. Entonces Jessles dijo: En verdad, en verdad osdigo: si no comis la carne del Hijodel hombre y no bebis su sangre,no tenis vida en vosotros. El quecome mi carne y bebe mi sangretiene vida eterna, y yo lo resucitaren el ltimo da. Mi carne es verda-dera comida, y mi sangre es verda-dera bebida. El que come mi carney bebe mi sangre habita en m y yoen l. Como el Padre que vive meha enviado, y yo vivo por el Padre,as, del mismo modo, el que mecome vivir por m. Este es el panque ha bajado del cielo: no comoel de vuestros padres, que lo co-mieron y murieron; el que comeeste pan vivir para siempre.

    Jn 6, 40-58

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + El Misterio eucarstico.

    Si bien el ministerio de la Palabraes un elemento fundamental en lalabor sacerdotal, el ncleo y centrovital es, sin duda, la Eucarista: pre-sencia real en el tiempo del nico yeterno sacrificio de Cristo.

    LA EUCARISTIA Y LA ADORACIN EUCARSTICA

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  • La Eucarista -memorial sacramen-tal de la muerte y resurreccin deCristo, representacin real y eficazdel nico Sacrificio redentor, fuen-te y culmen de la vida cristiana y detoda la evangelizacin- es el medioy el fin del ministerio sacerdotal, yaque todos los ministerios ecle-sisticos y obras de apostolado es-tn ntimamente trabados con laEucarista y a ella se ordenan. Elpresbtero, consagrado para perpe-tuar el Santo Sacrificio, manifiestaas, del modo ms evidente, suidentidad. De hecho, existe una n-tima unin entre la primaca de laEucarista, la caridad pastoral y launidad de vida del presbtero: enella encuentra las seales decisivaspara el itinerario de santidad al queest especficamente llamado. [Di-rectorio, 66]

    + Celebrar bien la Eucarista.

    Es necesario recordar el valor incal-culable que tiene para el sacerdotela celebracin diaria de la SantaMisa -fuente y cumbre de la vidasacerdotal-, aun cuando no estu-viera presente ningn fiel. Al res-pecto, ensea Benedicto XVI: Jun-to con los padres del Snodo, reco-miendo a los sacerdotes lacelebracin diaria de la santa misa,aun cuando no hubiera participa-cin de fieles. Esta recomenda-cin est en consonancia ante todocon el valor objetivamente infinitode cada celebracin eucarstica; y,adems, est motivada por su sin-gular eficacia espiritual, porque sila santa Misa se vive con atencin y

    con fe, es formativa en el sentidoms profundo de la palabra, puespromueve la configuracin conCristo y consolida al sacerdote ensu vocacin.

    El la vivir como el momento cen-tral de cada da y del ministerio co-tidiano, como fruto de un deseosincero y como ocasin de un en-cuentro profundo y eficaz conCristo. En la Eucarista, el sacerdoteaprende a darse cada da, no sloen los momentos de gran dificul-tad, sino tambin en las pequeascontrariedades cotidianas. Esteaprendizaje se refleja en el amorpor prepararse a la celebracin delSanto Sacrificio, para vivirlo conpiedad, sin prisas, respetando lasnormas litrgicas y las rbricas, afin de que los fieles perciban eneste modo una autntica cateque-sis. [Directorio, 67]

    + Respetar las normas litrgicas enla celebracin.

    En una sociedad cada vez ms sen-sible a la comunicacin a travs designos e imgenes, el sacerdotecuidar adecuadamente todo loque puede aumentar el decoro y elaspecto sagrado de la celebracin.Es importante que en la celebra-cin eucarstica haya un adecuadocuidado de la limpieza del lugar,de la estructura del altar y del sa-grario, de la nobleza de los vasossagrados, de los paramentos, delcanto, de la msica, del silencio sa-grado, del uso del incienso en lascelebraciones ms solemnes, etc.,

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  • repitiendo el gesto amoroso deMara hacia el Seor cuando tomuna libra de perfume de nardo, au-tntico y costoso, le urgi a Jesslos pies y se los enjug con su ca-bellera Y la casa se llen de la fra-gancia del perfume (Jn 12, 3). To-dos estos elementos pueden con-tribuir a una mejor participacinen el Sacrificio eucarstico. De he-cho, la falta de atencin a estos as-pectos simblicos de la liturgia y,aun peor, el descuido, las prisas, lasuperficialidad y el desorden, vac-an de significado y debilitan la fun-cin de aumentar la fe. El que cele-bra mal, manifiesta la debilidad desu fe y no educa a los dems en lafe. Al contrario, celebrar bien cons-tituye una primera e importante ca-tequesis sobre el Santo Sacrificio.

    Especialmente en la celebracineucarstica, las normas litrgicas sedeben observar con generosa fide-lidad. Son una expresin concretade la autntica eclesialidad de laEucarista; ste es su sentido msprofundo. La liturgia nunca es pro-piedad privada de alguien, ni delcelebrante ni de la comunidad enque se celebran los Misterios. /.../Tambin en nuestros tiempos, laobediencia a las normas litrgicasdebera ser redescubierta y valora-da como reflejo y testimonio de laIglesia una y universal, que se hacepresente en cada celebracin de laEucarista. El sacerdote que celebrafielmente la Misa segn las normaslitrgicas y la comunidad que seadecua a ellas, demuestran de ma-nera silenciosa pero elocuente suamor por la Iglesia. [Directorio, 67]

    + Lo ms importante en la liturgiaes la adoracin.

    Nos har bien pedir al Seor quenos d a nosotros este sentido delo sagrado, este sentido que noshace comprender que una cosa esrezar en casa, rezar en la Iglesia,rezar el rosario, rezar tantas her-mosas oraciones, leer la Biblia... yotra cosa es la celebracin eucars-tica. En la celebracin entramos enel misterio de Dios, en aquel cami-no que nosotros no podemos con-trolar: solamente es l el nico, lla gloria, l el poder. l es todo. Pi-damos esta gracia: que el Seornos ensee a entrar en el misteriode Dios. [Papa Francisco, 10 de Enero 2014]

    El templo es el lugar donde la co-munidad va a rezar, a alabar al Se-or, a darle gracias, pero sobretodo a adorar: En el templo se ado-ra al Seor. Esto es lo ms impor-tante. Y esto es vlido para las cere-monias litrgicas: en la ceremonialitrgica, qu es lo ms importan-te? Los cantos, los ritos, todo? Loms importante es la adoracin:toda la comunidad reunida mira alaltar donde se celebra el sacrificioy adora. Pero, yo creo -humilde-mente lo digo- que nosotros loscristianos quizs hemos perdidoun poco el sentido de la adoracin/.../ Nuestros templos, son lugaresde adoracin? Favorecen la adora-cin? Nuestras celebraciones fa-vorecen la adoracin?. [Papa Francis-co, 21 de Noviembre 2013]

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  • + Adoracin eucarstica.

    La centralidad de la Eucarista sedebe indicar no slo por la digna ypiadosa celebracin del Sacrificio,sino an ms por la adoracin ha-bitual del sacramento. El presbterodebe mostrarse modelo del rebaotambin en el devoto cuidado delSeor en el sagrario y en la medita-cin asidua que hace ante Jess Sa-cramentado. Es conveniente quelos sacerdotes encargados de la di-reccin de una comunidad dedi-quen espacios largos de tiempopara la adoracin en comunidad -

    por ejemplo, todos los jueves, losdas de oracin por las vocaciones,etc.-, y tributen atenciones y hono-res, mayores que a cualquier otrorito, al Santsimo Sacramento delaltar, tambin fuera de la SantaMisa. La fe y el amor a la Eucaristano pueden permitir que Cristo sequede solo en el tabernculo. Im-pulsados por el ejemplo de fe desus pastores, los fieles buscarnocasiones a lo largo de la semanapara ir a la iglesia a adorar a nues-tro Seor, presente en el tabern-culo. [Directorio, 68]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Siento que el Seor comunica su salvacin a travs de los sacramentos,sobre todo en la Eucarista? Cmo vivo personalmente la celebracinde la Eucarista?

    l Celebro la Eucarista con sentimientos de ofrenda y humildad que re-quiere este misterio o como una actividad ms del da?

    l Respeto las normas litrgicas en la celebracin de los sacramentos, es-pecialmente en la Eucarista?

    l Favorece la adoracin a Dios el silencio y el ambiente al entrar en miparroquia o lugar de culto?

    l Paso diariamente algunos momentos de adoracin eucarstica ante elsagrario? Enseo a hacerlo a las personas a mi cargo pastoral?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    Yeste es el mensaje que hemosodo de l y que os anuncia-mos: Dios es Luz, en l no hay ti-niebla alguna. Si decimos que esta-mos en comunin con l, y cami-namos en tinieblas, mentimos y noobramos la verdad. Pero si camina-mos en la luz, como l mismo esten la luz, estamos en comuninunos con otros, y la sangre de suHijo Jess nos purifica de todo pe-cado. Si decimos: No tenemos pe-cado, nos engaamos y la verdadno est en nosotros. Si reconoce-mos nuestros pecados, fiel y justoes l para perdonarnos los pecadosy purificarnos de toda injusticia. Sidecimos: No hemos pecado, lehacemos mentiroso y su Palabra noest en nosotros. Hijos mos, os es-cribo esto para que no pequis.Pero si alguno peca, tenemos auno que abogue ante el Padre: a Je-sucristo, el Justo. l es vctima depropiciacin por nuestros peca-dos, no slo por los nuestros, sinotambin por los del mundo entero.

    1Jn 1, 5-2,1

    Al anochecer de aquel da, elprimero de la semana, estabanlos discpulos en una casa, con laspuertas cerradas por miedo a los ju-dos. Y en esto entr Jess, se pusoen medio y les dijo: Paz a vos-otros. Y, diciendo esto, les enselas manos y el costado. Y los disc-pulos se llenaron de alegra al ver alSeor. Jess repiti: Paz a vosotros.Como el Padre me ha enviado, astambin os envo yo. Y, dicho esto,sopl sobre ellos y les dijo: Reci-bid el Espritu Santo; a quienes lesperdonis los pecados, les quedanperdonados; a quienes se los reten-gis, les quedan retenidos.

    Jn 20,19-23

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + El sacramento de la Penitencia.

    El Espritu Santo para la remisinde los pecados es un don de la re-surreccin, que se da a los Apsto-les: Recibid el Espritu Santo; aquienes perdonis los pecados, lesquedan perdonados; a quienes selos retengis, les quedan reteni-dos (Jn 20, 22-23). Cristo confi laobra sacramental de reconciliacindel hombre con Dios exclusiva-mente a sus Apstoles y a aquellosque les suceden en la misma mi-

    LA PENITENCIA Y LA DIRECCIN ESPIRITUAL

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  • sin. Los sacerdotes son, por vo-luntad de Cristo, los nicos minis-tros del sacramento de la reconci-liacin. Como Cristo, son enviadosa convertir a los pecadores y a lle-varlos otra vez al Padre, medianteel juicio de misericordia. La recon-ciliacin sacramental restablece laamistad con Dios Padre y con to-dos sus hijos en su familia, que esla Iglesia. Por lo tanto, esta se reju-venece y se construye en todas susdimensiones: universal, diocesanay parroquial.

    A pesar de la triste realidad de laprdida del sentido del pecado,muy extendida en la cultura denuestro tiempo, el sacerdote debepracticar con gozo y dedicacin elministerio de la formacin de laconciencia, del perdn y de la paz.Es preciso que l, por tanto, sepaidentificarse en cierto sentido coneste sacramento y -asumiendo laactitud de Cristo- se incline conmisericordia, como buen samarita-no, sobre la humanidad herida ymuestre la novedad cristiana de ladimensin medicinal de la Peniten-cia, que est dirigida a sanar y per-donar. [Directorio, 70]

    + El ministerio de la Reconcilia-cin.

    El presbtero deber dedicar tiem-po -incluso con das, horas estable-cidas- y energas a escuchar lasconfesiones de los fieles, tanto porsu oficio como por la ordenacinsacramental, pues los cristianos -como demuestra la experiencia-

    acuden con gusto a recibir este sa-cramento, all donde saben y venque hay sacerdotes disponibles.Asimismo, que no se descuide laposibilidad de facilitar a cada fiel laparticipacin en el sacramento dela Reconciliacin y la Penitenciatambin durante la celebracin dela Santa Misa /.../

    Cada sacerdote seguir la normativaeclesial que defiende y promueve elvalor de la confesin individual e n-tegra de los pecados en el coloquiodirecto con el confesor. La confe-sin individual e ntegra y la absolu-cin constituyen el nico modo or-dinario con el que un fiel conscien-te de que est en pecado grave sereconcilia con Dios y con la Iglesiay, por tanto, todos los que, por suoficio, tienen encomendada la curade almas, estn obligados a proveerque se oiga en confesin a los fielesque les estn encomendados. Sinduda, las absoluciones sacramenta-les impartidas de forma colectiva,sin que se observen las normas esta-blecidas, hay que considerarlas abu-sos graves.

    Por lo que se refiere a la sede paraor las confesiones, las normas lasestablece la Conferencia Episcopal,asegurando en todo caso queexistan siempre en lugar patenteconfesionarios provistos de rejillasentre el penitente y el confesorque puedan utilizar libremente losfieles que as lo deseen. El confe-sor tendr oportunidad de ilumi-nar la conciencia del penitente conunas palabras que, aunque breves,sern apropiadas para su situacin

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  • concreta. Estas ayudarn a la reno-vada orientacin personal hacia laconversin e influirn profunda-mente en su camino espiritual,tambin a travs de una satisfac-cin oportuna. As se podr vivir laconfesin tambin como momentode direccin espiritual. [Directorio, 71]

    + Es parte importante del ministe-rio sacerdotal.

    Si la Reconciliacin transmite lavida nueva del Resucitado y renue-va la gracia bautismal, vuestra tareaes entonces la de darla generosa-mente a los fieles. Un sacerdoteque no se dedica a esta parte de suministerio es como un pastor queno se preocupa por las ovejas quese han perdido La misericordia esel corazn del Evangelio Es la bue-na nueva de que Dios nos ama, deque ama siempre al pecador y coneste amor lo atrae hacia s y lo invi-ta a la conversin //

    Por eso es muy importante que entodas las dicesis y comunidadesparroquiales se preste mucha aten-cin a la celebracin de este sacra-mento de perdn y salvacin. Es im-portante que en todas las parro-quias los fieles sepan cuandopueden encontrar disponibles a lossacerdotes: cuando hay fidelidad, seven los frutos. [Papa Francisco, 28 Marzo2014]

    + Necesidad de confesarse.

    Como todo buen fiel, el sacerdotetambin tiene necesidad de confe-

    sar sus propios pecados y debilida-des. l es el primero en saber quela prctica de este sacramento lofortalece en la fe y en la caridad ha-cia Dios y los hermanos. Comotodo buen fiel, el sacerdote tam-bin tiene necesidad de confesarsus propios pecados y debilidades.l es el primero en saber que laprctica de este sacramento lo for-talece en la fe y en la caridad haciaDios y los hermanos.

    Para hallarse en las mejores condi-ciones de mostrar con eficacia labelleza de la Penitencia, es esen-cial que el ministro del sacramentoofrezca un testimonio personalprecediendo a los dems fieles enesta experiencia del perdn. Ade-ms, esto constituye la primeracondicin para la revalorizacinpastoral del sacramento de la Re-conciliacin: en la confesin fre-cuente, el presbtero aprende acomprender a los dems y, si-guiendo el ejemplo de los Santos,se ve impulsado a ponerlo en elcentro de sus preocupaciones pas-torales. En este sentido, es unacosa buena que los fieles sepan yvean que tambin sus sacerdotesse confiesan con regularidad.

    Toda la existencia sacerdotal sufreun inexorable decaimiento si le fal-ta por negligencia o cualquier otromotivo el recurso peridico, inspi-rado por autntica fe y devocin, alsacramento de la Penitencia. En unsacerdote que no se confesase o seconfesase mal, su ser como sacer-dote y su ministerio se resentiranmuy pronto, y se dara cuenta tam-

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  • bin la comunidad de la que espastor. [Directorio, 72]

    + La direccin espiritual.

    De manera paralela al sacramentode la Reconciliacin, el presbterono dejar de ejercer el ministerio dela direccin espiritual. El descubri-miento y la difusin de esta prctica,tambin en momentos distintos dela administracin de la Penitencia,es un beneficio grande para la Igle-sia en el tiempo presente. La actitud

    generosa y activa de los presbterosal practicarla constituye tambinuna ocasin importante para reco-nocer y sostener las vocaciones alsacerdocio y a las distintas formasde vida consagrada.

    Para contribuir a mejorar su propiavida espiritual, es necesario que losmismos presbteros practiquen ladireccin espiritual, porque con laayuda de la direccin o el consejoespiritual es ms fcil discernir la ac-cin del Espritu Santo en la vida decada uno. [Directorio, 73]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Me confieso con frecuencia, examinando atentamente mi vida espiri-tual y mi coherencia moral con el Evangelio?

    l Dedico regularmente un tiempo a estar en el confesonario para escu-char las confesiones de los fieles? Les formo la conciencia moral y lesinvito a acercarse a la misericordia divina?

    l Ejerzo una autntica direccin espiritual con mis feligreses o mi accinpastoral se reduce a dispensarles sacramentos?

    l Practico el coloquio espiritual con algn compaero sacerdote o slohablo de temas intrascendentes?

    l Preveo cada ao algunos das de Ejercicios Espirituales o se me pasanlos aos sin participar en esta prctica espiritual tan necesaria?

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  • REZO DE LAUDES

    LECTURA DE

    LA PALABRA DE DIOS

    Ahora os digo yo que, si uno re-pudia a su mujer-no hablo deuniones ilegtimas- y se casa conotra, comete adulterio. Los discpu-los le replicaron: Si esa es la situa-cin del hombre con la mujer, notrae cuenta casarse. Pero l les dijo:No todos entienden esto, solo losque han recibido ese don. Hay eu-nucos que salieron as del vientrede su madre, a otros los hicieron loshombres, y hay quienes se haceneunucos ellos mismos por el reinode los cielos. El que pueda enten-der, entienda.

    Mt 19,9-12

    Acerca de la virginidad no tengoprecepto del Seor. Doy, noobstante, un consejo, como quien,por la misericordia de Dios, es dignode crdito. Por tanto, pienso que escosa buena, a causa de la necesidadpresente, quedarse el hombre as.Ests unido a una mujer? No bus-ques la separacin. No ests unido amujer? No la busques. Mas, si te ca-sas, no pecas. Y, si la joven se casa, no

    peca. Pero todos ellos tendrn su tri-bulacin en la carne, que yo quisieraevitaros. Os digo, pues, hermanos: Eltiempo es corto. Por tanto, los quetienen mujer, vivan como si no la tu-viesen. Los que lloran, como si no llo-rasen. Los que estn alegres, como sino lo estuviesen. Los que compran,como si no poseyesen. Los que dis-frutan del mundo, como si no disfru-tasen. Porque la apariencia de estemundo pasa. Yo os quisiera libres depreocupaciones. El no casado se pre-ocupa de las cosas del Seor, decmo agradar al Seor. El casado sepreocupa de las cosas del mundo, decmo agradar a su mujer; est portanto dividido. La mujer no casada, lomismo que la doncella, se preocupade las cosas del Seor, de ser santaen el cuerpo y en el espritu. Mas lacasada se preocupa de las cosas delmundo, de cmo agradar a su mari-do. Os digo esto para vuestro prove-cho, no para tenderos un lazo, sinopara moveros a lo ms digno y al tra-to asiduo con el Seor, sin divisin.

    1Cor 7,25-35

    TEXTOS PARA MEDITAR

    + Las componendas con el espritudel mundo.

    Tened cuidado de vosotros y de

    EL SACERDOTE Y LOS CONSEJOS EVANGLICOS

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  • todo el rebao sobre el que el Esp-ritu Santo os ha puesto como guar-dianes para pastorear la Iglesia deDios (Hb 20, 28). La falta de vigilan-cia -lo sabemos- hace tibio al Pastor;le hace distrado, olvidadizo y hastaintolerante; le seduce con la pers-pectiva de la carrera, la adulacindel dinero y las componendas conel espritu del mundo; le vuelve pe-rezoso, transformndole en un fun-cionario, un clrigo preocupadoms de s mismo, de la organizaciny de las estructuras que del verda-dero bien del pueblo de Dios. Secorre el riesgo, entonces, como elapstol Pedro, de negar al Seor, in-cluso si formalmente se presenta yse habla en su nombre; se ofusca lasantidad de la madre Iglesia jerr-quica, hacindola menos fecunda.[Papa Francisco,23 de Mayo 2013]

    + Espritu de pobreza.

    La pobreza de Jess tiene una finali-dad salvfica. Cristo, siendo rico, sehizo pobre por nosotros, para enri-quecernos por medio de su pobreza(cfr. 2 Cor 8, 9). La Carta a los Filipen-ses nos ensea la relacin entre eldespojarse de s mismo y el espritude servicio, que debe animar el mi-nisterio pastoral. Dice San Pablo queJess no retuvo vidamente el serigual a Dios; al contrario, se despojde S mismo tomando la condicinde esclavo (Flp 2, 6-7). En verdad, di-fcilmente el sacerdote podr serverdadero servidor y ministro de sushermanos si est excesivamente pre-ocupado por su comodidad y por unbienestar excesivo /.../

    El ejemplo de Cristo pobre debe lle-var al presbtero a conformarse conl en la libertad interior ante todoslos bienes y riquezas del mundo. ElSeor nos ensea que Dios es elverdadero bien y que la verdaderariqueza es conseguir la vida eterna:De qu le sirve a un hombre ga-nar el mundo entero y perder sualma? O qu podr dar uno pararecobrarla? (Mc 8, 36-37). Todo sa-cerdote est llamado a vivir la virtudde la pobreza, que consiste esen-cialmente en el entregar su corazna Cristo, como verdadero tesoro, yno a los recursos materiales /.../

    Si bien no asume la pobreza conuna promesa pblica, est obliga-do a llevar una vida sencilla y a abs-tenerse de todo lo que huela a va-nidad; abrazar, pues, la pobrezavoluntaria, con el fin de seguir a Je-sucristo ms de cerca. En todo (ha-bitacin, medios de transporte, va-caciones, etc.), el presbtero elimi-ne todo tipo de afectacin y delujo. En este sentido, el sacerdotedebe luchar cada da por no caeren el consumismo y en las comodi-dades de la vida, que hoy se hanapoderado de la sociedad en nu-merosas partes del mundo. [Directo-rio, 83]

    + El celibato sacerdotal.

    La Iglesia, convencida de las pro-fundas motivaciones teolgicas ypastorales, que sostienen la rela-cin entre celibato y sacerdocio, eiluminada por el testimonio, queconfirma tambin hoy la validez es-

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  • piritual y evanglica en tantas exis-tencias sacerdotales, ha confirma-do, en el Concilio Vaticano II y re-petidamente en el sucesivo Magis-terio Pontificio, la firme voluntadde mantener la ley, que exige el ce-libato libremente escogido y per-petuo para los candidatos a la or-denacin sacerdotal en el rito lati-no El celibato, en efecto, es undon gozoso que la Iglesia ha reci-bido y quiere custodiar, convenci-da que es un bien para s misma ypara el mundo. [Directorio, 79]

    + El ejemplo de Jess.

    El celibato, entendido de estemodo, es entrega de s mismo eny con Cristo a su Iglesia, y expre-sa el servicio del sacerdote a laIglesia en y con el Seor. Elejemplo es el Seor mismo, el cual,yendo contra la que se puede con-siderar la cultura dominante de sutiempo, eligi libremente vivir cli-be. Al seguirlo los discpulos lo de-jaron todo para cumplir con lamisin que les encomend (Lc 18,28-30). Por ese motivo la Iglesia,desde los tiempos apostlicos, haquerido conservar el don de lacontinencia perpetua de los clri-gos, y ha tendido a escoger a loscandidatos al Orden sagrado entrelos clibes (Cfr. 2 Tes 2, 15).

    El celibato es un don que se recibede la misericordia divina, comoeleccin de libertad y grata acogidade una particular vocacin de amorpor Dios y por los hombres. No sedebe concebir y vivir como si fuese

    simplemente un efecto colateral delpresbiterado. [Directorio, 81]

    + La castidad sacerdotal.

    No podemos olvidar que el celiba-to se vivifica con la prctica de lavirtud de la castidad, que slo sepuede vivir cultivando la purezacon madurez sobrenatural y huma-na, en cuanto esencial a fin de des-arrollar el talento de la vocacin.No es posible amar a Cristo y a losdems con un corazn impuro //Es necesario, por tanto, que lospresbteros se comporten con ladebida prudencia en las relacionescon las personas cuya familiaridadpuede poner en peligro la fideli-dad al don o bien ser causa de es-cndalo para los fieles. [Directorio, 82]

    + La obediencia.

    La obediencia es una virtud de pri-mordial importancia y va estrecha-mente unida a la caridad // Comopara Cristo, tambin para el presb-tero, la obediencia expresa la dis-ponibilidad total y dichosa de cum-plir la voluntad de Dios. Por esto elsacerdote reconoce que dicha vo-luntad se manifiesta tambin a tra-vs de las indicaciones de sus leg-timos superiores. La disponibilidadpara con estos ltimos hay quecomprenderla como verdaderoejercicio de la libertad personal,consecuencia de una eleccin ma-durada constantemente ante Diosen la oracin. La virtud de la obe-diencia, que el sacramento y la es-

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  • tructura jerrquica de la Iglesia re-quieren intrnsecamente, la pro-mete explcitamente el clrigo, pri-mero en el rito de ordenacin dia-conal y despus en el de laordenacin presbiteral. Con ella elpresbtero fortalece su voluntad decomunin, entrando, as, en la di-nmica de la obediencia de Cristo,quien se hizo Siervo obedientehasta una muerte de cruz (cfr. Flp2, 7-8). [Directorio, 56]

    + La devocin a Mara.

    Existe una relacin esencial entrela Madre de Jess y el sacerdociode los ministros del Hijo, que de-

    riva de la relacin que hay entre ladivina maternidad de Mara y el sa-cerdocio de Cristo. En dicha rela-cin radica la espiritualidad maria-na de todo presbtero. La espiritua-lidad sacerdotal no puedeconsiderarse completa si no tomaseriamente en consideracin eltestamento de Cristo crucificado,que quiso confiar a Su Madre aldiscpulo predilecto y, a travs del, a todos los sacerdotes, que hansido llamados a continuar Su obrade redencin. Como a Juan al piede la Cruz, a cada presbtero se leencomienda de modo especial aMara como Madre (cfr. Jn 19, 26-27). [Directorio, 84]

    PREGUNTAS PARA EL EXAMEN PERSONAL

    l Me esfuerzo por no caer en el consumismo y en la bsqueda de unavida cmoda?

    l Vivo austeramente, o abundo en bienes materiales, distancindome asde los ms pobres?

    l Me esfuerzo diligentemente por guardar el celibato sacerdotal y unavida de castidad?

    l Cules son las circunstancias, personales o ambientales, que me ayu-dan o me dificultan vivir en castidad y celibato?

    l Obedezco con humildad las orientaciones del Papa y de mi Obispo?

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  • OBISPADO DE PALENCIA

    EXHORTACINAPOSTLICA

    EVANGELIIGAUDIUM

    SESIONES DE

    FORMACIN PERMANENTE

    CURSO 2014-2015 Obispado de PalencialFormacin Permanente del Clero 2014-2015

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  • Obispado de PalencialFormacin Permanente del Clero 2014-2015

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  • Estudio por arciprestazgos de la Exhortacin Apostlica Evangelii Gau-dium, del Papa Francisco. Con extractos de los materiales preparadospara la Comisin Episcopal del Clero por el Rvdo. Don Alfonso Fernndez-Casamayor Palacio (Dicesis de Mlaga).

    1 SESIN. LA ALEGRIA DEL EVANGELIO

    l Con Jesucristo renace la alegra (1)l Alegra que se renueva y se comunica (2-8)l La dulce y confortadora alegra de evangelizar (9-13)l La nueva evangelizacin para la transmisin de la fe (14-15)l Propuesta y lmites de esta Exhortacin (16-18)

    2 SESIN. LA TRANSFORMACIN MISIONERA DE LA IGLESIA

    l Una Iglesia en salida (19-24)l Pastoral en conversin (25-33)l Desde el corazn del Evangelio (34-39)l La misin que se encarna en los lmites humanos (40-45)l Una madre de corazn abierto (46-49)

    3 SESIN. ALGUNOS DESAFOS DEL MUNDO ACTUAL

    l Discernimiento evanglico de los signos de los tiempos (50-51)l No a una economa de la exclusin (52-54)l No a la nueva idolatra del dinero (55-56)l No a un dinero que gobierna en lugar de servir (57-58)l No a la inequidad que genera violencia (59- 60)l Algunos desafos culturales (61-67)l Desafos a la inculturacin de la fe (68-70)l Desafos de las culturas urbanas (71-75)

    4 SESIN. TENTACIONES DE LOS AGENTES PASTORALES

    l S al desafo de una espiritualidad misionera (76-80)l No a la acedia egosta (80-83)

    NCLEOS TEMTICOS

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  • l No al pesimismo estril (84-86)l S a las relaciones nuevas que genera Jesucristo (87-92)l No a la mundanidad espiritual (93-97)l No a la guerra entre nosotros (98-101)l Otros desafos eclesiales (102-109)

    5 SESIN. EL ANUNCIO DEL EVANGELIO

    l Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio (110-134)l La homila (135-144)l La preparacin de la predicacin (145-159)l Una evangelizacin para la profundizacin del kerygma (160-175)

    6 SESIN. LA DIMENSIN SOCIAL DE LA EVANGELIZACIN

    l La repercusiones comunitarias y sociales del kerygma (176-185)l La inclusin social de los pobres (186-202)l Economa y distribucin del ingreso (203-208)l Cuidar la fragilidad (209-217)l El bien comn y la paz social (217-237)l El dilogo social como contribucin a la paz (238-258)

    7 SESIN. EVANGELIZADORES CON ESPRITU

    l Abrirse sin temor a la accin del Espritu Santo (259-261)l Motivaciones para un renovado impulso misionero (262-274)l La accin misteriosa del Resucitado y de su Espritu (275-280)l La fuerza misionera de la intercesin (281-283)l Mara, la Madre de la evangelizacin (284-288)

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  • PARA LA LECTURA

    PREVIA A LA REUNIN

    + Con Jesucristo renace la alegra(1)

    + Alegra que se renueva y se co-munica (2-8)

    + La dulce y confortadora alegrade evangelizar (9-13)

    + La nueva evangelizacin para latransmisin de la fe (14-15)

    + Propuesta y lmites de esta Exhor-tacin (16-18)

    ALGUNAS CUESTIONES

    PARA EL DILOGO

    Muchos cristianos viven con ale-gra los gestos y propuestas delPapa Francisco que, en muy pocotiempo, se ha ganado el coraznde una inmensa mayora del Pue-blo de Dios y del mundo entero.Pero son menos los que tratan deconocer y reflexionar en profundi-dad sobre lo que dice y ensea.

    Los temas que vamos a estudiareste curso como Formacin Perma-nente estn elaborados a partir dela reciente Exhortacin Apostlicadel Papa Francisco titulada Evan-

    gelii Gaudium que, como sabe-mos, fue publicada el 24 de no-viembre de 2013, con motivo de laclausura del Ao de la Fe, y que hasido recibida con enorme esperan-za. Dicha Exhortacin, que versasobre el anuncio del Evangelio enel mundo actual, es un texto deuna gran riqueza y amplitud, escri-to con el lenguaje directo, suge-rente y claro, que caracterizan lasintervenciones del Papa. Mereceser estudiado con atencin por to-dos los cristianos, sus destinatariosdirectos, teniendo en cuenta, ade-ms, que es un documento progra-mtico de este pontificado.

    1) La importancia de este docu-mento es patente. Basta considerarlo que pretende el Papa Francisco.Desde el comienzo de su Exhorta-cin, nos habla de la alegra delEvangelio (n.1) y se dirige a todoslos cristianos para invitarlos a unanueva etapa evangelizadora marca-da por esa alegra, e indicar cami-nos para la marcha de la Iglesia enlos prximos aos (n.1).

    Creis que se conoce sufi-cientemente en la Iglesia lashomilas y documentos delPapa Francisco, o ms bien,cae bien el Papa por sus

    LA ALEGRA DEL EVANGELIO

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  • gestos, sin conocer realmen-te lo que quiere ensearnos?

    2) Al comienzo del tema se dice: Laalegra del Evangelio llena el cora-zn y la vida entera de los que seencuentran con Jess. Quienes sedejan salvar por l son liberados delpecado, de la tristeza, del vaco inte-rior, del aislamiento. Con Jesucristosiempre nace y renace la alegra.

    Exponed un hecho en el quese muestre que, por desgra-cia, la fe de muchos de losque nos llamamos cristianoses muy dbil y no transformala vida; o bien, comentad uncaso de alguien que est lle-no de alegra por haberse en-contrado con Jesucristo.

    3) En el prrafo nmero 3 hemosledo: Invito a cada cristiano, encualquier lugar y situacin en quese encuentre, a renovar ahora mis-mo su encuentro personal con Je-sucristo o, al menos, a tomar la de-cisin de dejarse encontrar por l,de intentarlo cada da sin descanso[] ste es el momento para decir-le a Jesucristo: Seor, me he deja-do engaar, de mil maneras escapde tu amor, pero aqu estoy otravez para renovar mi alianza conti-go. Te necesito. Resctame de nue-vo, Seor, acptame una vez msentre tus brazos redentores. Noshace tanto bien volver a l cuandonos hemos perdido! Insisto una

    vez ms: Dios no se cansa nuncade perdonar, somos nosotros losque nos cansamos de acudir a sumisericordia.

    Dialogad brevemente de qumanera podemos respondera esta invitacin del PapaFrancisco al comenzar el es-tudio de estos temas sobre laExhortacin Evangelii Gau-dium. Qu podemos espe-rar de ellos? Cmo debe-mos proponernos trabajarlospara sacar provecho?

    4) Leemos en el tema: Slo graciasa ese encuentro -o reencuentro-con el amor de Dios, que se con-vierte en feliz amistad, somos res-catados de nuestra conciencia ais-lada y de la autorreferencialidad.Llegamos a ser plenamente huma-nos cuando somos ms que huma-nos, cuando le permitimos a Diosque nos lleve ms all de nosotrosmismos para alcanzar nuestro serms verdadero. All est el manan-tial de la accin evangelizadora.Porque, si alguien ha acogido eseamor que le devuelve el sentido dela vida, cmo puede contener eldeseo de comunicarlo a otros?

    Comentad cmo el deseo deevangelizar debe nacer siem-pre desde la experiencia delencuentro personal con elAmor de Jesucristo.

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  • 5) A la luz de alguno de los textosque se citan en el tema, respondeda esta pregunta: sintonizamos ver-daderamente con lo que proponeel Papa sobre la alegra que nacedel encuentro con el Amor de Je-sucristo? Nuestra actitud ordina-ria es la de evangelizar, es decir, lade compartir con los dems la ale-gra de nuestra fe?

    CONCLUSIONES

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  • PARA LA LECTURA

    PREVIA A LA REUNIN

    + Una Iglesia en salida (19-24)

    + Pastoral en conversin (25-33)

    + Desde el corazn del Evangelio(34-39)

    + La misin que se encarna en loslmites humanos (40-45)

    + Una madre de corazn abierto(46-49)

    ALGUNAS CUESTIONES

    PARA EL DILOGO

    1) En el texto se dice: En la Palabrade Dios aparece permanentementeeste dinamismo de salida queDios quiere provocar en los creyen-tes. Abraham acept la llamada a sa-lir hacia una tierra nueva (cf. Gn12,1-3). Moiss escuch la llamadade Dios: Ve, yo te envo (Ex 3,10),e hizo salir al pueblo hacia la tierrade la promesa (cf. Ex 3,17). A Jerem-as le dijo: Adondequiera que yo teenve irs (Jr 1,7). Hoy, en este idde Jess, estn presentes los esce-narios y los desafos siempre nue-vos de la misin evangelizadora dela Iglesia, y todos somos llamados aesta nueva salida misionera. Cadacristiano y cada comunidad discer-nir cul es el camino que el Seor

    le pide, pero todos somos invitadosa aceptar este llamado: salir de lapropia comodidad y atreverse a lle-gar a todas las periferias que necesi-tan la luz del Evangelio.

    Conscientes de que la alegradel Evangelio siempre tienela dinmica del xodo y deldon, del salir de s, del cami-nar y sembrar siempre denuevo, siempre ms allCmo podemos ayudarnosunos a otros a salir de nues-tras propias comodidades y aatrevernos a llegar a todoslos lugares que necesitan laluz del Evangelio?

    2) En el texto se dice que en la so-ciedad de la comunicacin elmensaje que anunciamos correms que nunca el riesgo de apare-cer mutilado y reducido a algunosde sus aspectos secundarios y queel problema mayor se producecuando el mensaje que anuncia-mos aparece entonces identificadocon esos aspectos secundariosque, sin dejar de ser importantes,por s solos no manifiestan el cora-zn del mensaje de Jesucristo.

    Conscientes de este riesgopodrais poner algn ejem-plo, conocido por vosotros,de mutilacin del Evangelio o

    LA TRANSFORMACIN MISIONERADE LA IGLESIA

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  • reduccin a aspectos muy se-cundarios en los medios decomunicacin social?

    3) Dice el papa en el nmero 24que la Iglesia en salida es la co-munidad de discpulos misionerosque primerean, que se involucran,que acompaan, que fructifican yfestejan.

    Qu quiere decir el Papacon estos verbos? Exponedalgunas sugerencias para po-nerlos en prctica progresi-vamente.

    4) Dice el Papa: No deben quedardudas ni caben explicaciones quedebiliten este mensaje tan claro.Hoy y siempre, los pobres son losdestinatarios privilegiados delEvangelio, [52] y la evangelizacindirigida gratuitamente a ellos essigno del Reino que Jess vino atraer. Hay que decir sin vueltas queexiste un vnculo inseparable entrenuestra fe y los pobres. Nunca losdejemos solos.

    Cmo podemos vivir mejoresta verdad evanglica desdenuestra situacin concreta?Qu quiere decir el Papacuando afirma que hay unvnculo inseparable entrenuestra fe y los pobres

    5) Leemos en el tema: No quierouna Iglesia preocupada por ser elcentro y que termine clausurada enuna maraa de obsesiones y proce-

    dimientos. Si algo debe inquietar-nos santamente y preocupar nues-tra conciencia, es que tantos her-manos nuestros vivan sin la fuerza,la luz y el consuelo de la amistadcon Jesucristo, sin una comunidadde fe que los contenga, sin un hori-zonte de sentido y de vida. Msque el temor a equivocarnos, espe-ro que nos mueva el temor a ence-rrarnos en las estructuras que nosdan una falsa contencin, en lasnormas que nos vuelven jueces im-placables, en las costumbres don-de nos sentimos tranquilos, mien-tras afuera hay una multitud ham-brienta y Jess nos repite sincansarse: Dadles vosotros de co-mer! (Mc 6,37)

    Hay entre nosotros verdade-ro ardor por comunicar elEvangelio a los alejados?Notas entre los anunciado-res del Evangelio el cansan-cio y el fcil recurso a limitar-se a una pastoral de conser-vacin de lo ya sembrado porotros?

    6) La Iglesia est llamada a sersiempre la casa abierta del Padre.Uno de los signos concretos de esaapertura es tener templos con laspuertas abiertas en todas partes.De ese modo, si alguien quiere se-guir una mocin del Espritu y seacerca buscando a Dios, no se en-contrar con la frialdad de unaspuertas cerradas. Pero hay otraspuertas que tampoco se deben ce-rrar. Todos pueden participar de al-guna manera en la vida eclesial, to-dos pueden integrar la comunidad,y tampoco las puertas de los sacra-

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  • mentos deberan cerrarse por unarazn cualquiera. Esto vale sobretodo cuando se trata de ese sacra-mento que es la puerta, el Bau-tismo. La Eucarista, si bien