Formación Política - volumen I

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Las experiencias de formacin poltica a las que se refieren reiteradamente estos volmenes se dan en el marco de un proyecto de intervencin socioeducativa a favor de un conjunto de partidos polticos y de dirigentes de mandos medios y de las bases de dichos partidos. Se ejecutaron adems en una situacin especfica y con tres poblaciones concretas, jvenes, mujeres e indgenas de estos partidos, era pues un ambiente multicultural, multitnico, plurietario, multipartidario y por ltimo se ensay su realizacin en un ambiente controlado, con una metodologa participativa y cargado de una fuerte motivacin transformadora, orientada por el deseo del cambio de ciertos valores democrticos y la incorporacin de un conjunto de habilidades y conocimientos de la gerencia poltica.

La Subsecretara de Asuntos Polticos y Democracia, es la principal entidad de la Secretara General de la OEA, a cargo de las actividades de apoyo a los procesos de consolidacin democrtica, siendo creado con el objetivo de prestar asesoramiento y apoyo a los Estados Miembros para fortalecer sus instituciones y procedimientos democrticos.

Serie:

FORMACIN POLTICA Volumen I Conocindonos y reconocindonos Volumen II Anlisis Estratgico de la Realidad Volumen III Instituciones y Democracia

Douglas ChacnEntre sus prioridades estratgicas se encuentra la promocin de procesos de fortalecimiento y cambio institucional en los partidos polticos y sistemas partidarios. Para ello, ha creado el Foro Interamericano sobre Partidos Polticos como espacio de reflexin, dilogo y de las organizaciones polticas en las Amricas. A travs del Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica que se ejecuta en Guatemala, el Departamento para la Promocin de la Democracia de la OEA provee a los partidos guatemaltecos un conjunto de recursos estratgicos, en trminos de conocimiento, criterios de accin, metodologas y herramientas de trabajo, orientados al mejoramiento de su desempeo institucional, su efectividad poltica y su competitividad electoral. fomento a iniciativas y acciones de trabajo con y para el fortalecimiento y modernizacin Coordinador y Editor de la Serie

VOLUMEN I Conocindonos y Re-conocindonos

Volumen IV Partidos Polticos Volumen V Cultura Democrtica y Etica Poltica Volumen VI Negociacin y Resolucin de Conflictos Volumen VII Liderazgo Poltico Volumen VIII Organizacin Poltica

Formacin Poltica Teora y Prctica

Douglas ChacnCoordinador y Editor de la Serie Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica Departamento para la Promocin de la Democracia -OEA-

Conocindonos y Re-conocindonos

Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica Departamento para la Promocin de la Democracia -OEA-

Con el auspicio de: Real Embajada de Noruega Embajada de Suecia -Sida-

SERIE: FORMACIN POLTICA

VOLUMEN I

Formacin Poltica Teora y Prctica

Conocindonos y Re-conocindonos

VOLUMEN I

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Formacin Poltica Teora y Prctica Volumen I Conocindonos y Re-conocindonos Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica - DPD-OEA

ORGANIZACIN DE LOS ESTADOS AMERICANOSJos Miguel Insulza Secretario General Albert R. Ramdin Secretario General Adjunto Dante Caputo Subsecretara de Asuntos Polticos German Quintana Director Departamento de Modernizacin del Estado y Gobernabilidad

PROGRAMA VALORES DEMOCRATICOS Y GERENCIA POLITICARoberto Menndez Coordinador General Programa [email protected]; [email protected] Douglas Chacn Coordinador de la Serie. [email protected]

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Esta Publicacin forma parte de la Serie Formacin Poltica, que corresponde a las investigaciones desarrolladas por el Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica del Departamento de Modernizacin del Estado y Gobernabilidad de la Organizacin de los Estados Americanos. Formacin Poltica. V. 1.

Coautores: Teora Poltica: Amilcar Dvila. Teora Psicosocial: A. Mazariegos Douglas Chacn. Prctica Educativa: Douglas Chacn. Las ideas, afirmaciones, opiniones y criterios expresados en esta publicacin, son responsabilidad exclusiva de sus autores y no reflejan, necesariamente, las posiciones de la Organizacin de los Estados Americanos ni de sus Estados Miembros. Se permite la reproduccin total o parcial de los materiales publicados, siempre que no sean alterados y se reconozcan los crditos correspondientes. Esta publicacin es posible gracias al soporte financiero del los gobiernos Noruega y de Suecia.

OAS Cataloging-in-Publication Data Formacin poltica: teora y prctica: conocindonos y reconocindonos. p.; cm. (Cuadernos de Formacin y Capacitacin Poltica)

ISBN 0-8270-4687-1 (v.1)1. Political science--Study and teaching. 2. Political development. 3. Political ethics. I. Organization of American States. Unit for the Promotion of Democracy. II. Series. JA86 .F6 v. 1

Impreso en Guatemala, Julio de 2007 Esta primera edicin consta de 1,000 ejemplares Diseo, diagramacin e impresin: Mks Comunicacin E-mail: [email protected]

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Presentacin

PresentacinElizabeth Spehar Coordinadora Departamento para la Promocin de la Democracia

Desde 1998, la Organizacin de los Estados Americanos ha venido implementando en Guatemala el Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica, iniciativa especializada en cooperacin con y para partidos polticos. Como tal, este Programa ha diseado una estrategia enfocada a propiciar procesos de fortalecimiento y cambio institucional en tres mbitos fundamentales: El sistema de relaciones entre partidos y sociedad. El sistema de partidos polticos. El sistema de gestin interna de los partidos polticos. Durante estos aos, el Programa ha venido acumulando experiencia y produciendo metodologas para la cooperacin poltica con partidos, en el entendido de que no siempre los instrumentos propios de la cooperacin para el desarrollo, pueden producir los efectos requeridos en relacin con procesos de cambio institucional y cultural, especialmente cuando se trata de medir impacto efectivo. En este proceso de aprendizaje en la accin, la estrategia de implementacin se ha basado en dos premisas fundamentales: Que el fortalecimiento y modernizacin de los partidos no puede enfocarse slo desde la ptica del cambio interno, sino que debe entenderse prioritariamente como un esfuerzo de adaptacin de los partidos a entornos sociales cambiantes y crecientemente autnomos en relacin con la poltica. Por tanto, el xito de los procesos de cambio interno est directamente asociado con los esfuerzos de reforma de las reglas del juego del sistema de partidos y, por supuesto, de la forma en que los partidos se insertan y relacionan con la sociedad. Un enfoque centrado nicamente en el cambio interno, tiende a producir partidos ms eficientes pero no necesariamente ms legtimos y representativos. Que los procesos de cambio partidario demandan un acentuado esfuerzo de renovacin de cuadros dirigentes, as como de inclusin de segmentos de poblacin histricamente subrepresentados en el acceso a cargos internos y de eleccin. No obstante ello, la mayor parte de las reformas que requiere el sistema de partidos deben realizarse en el corto plazo, razn por la cual se encuentran bajo la influencia de las elites vigentes. Por tanto, trabajar con ellas en el mejoramiento de sus capacidades poltica de negociacin y gestin es un imperativo y condicin de xito de cualquier estrategia de reforma y modernizacin partidaria.

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Precisamente por ello, el Programa ha venido implementando una estrategia de pinza o abordaje doble: por un lado, trabajo enfocado al mejoramiento de las capacidades polticas de las dirigencias nacionales de los partidos y por otro, trabajo orientado a mejorar las capacidades de incorporacin de cuadros medios y representativos de segmentos de poblacin subrepresentados en los partidos. La primera dimensin la hemos denominado abordaje socio poltico, y como se ha indicado, se concentra en las dirigencias nacionales de los partidos. Se enfoca a poner a disposicin de estos cuadros informacin, metodologas y herramientas efectivas para la gestin de procesos de reforma y modernizacin a nivel del sistema de partidos y de los partidos en tanto organizacin. Se conforma de varios ejes estratgicos, a saber: i. Mejores prcticas de funcionamiento institucional de partidos polticos. ii. Procesos de dilogo entre partidos y sociedad. iii. Apoyo al Foro Permanente de Partidos Polticos, como instancia representativa del conjunto del sistema de partidos guatemalteco. iv. Agendas de fortalecimiento institucional para partidos polticos. El otro abordaje, denominado socioeducativo, se enfoca al desarrollo de capacidades polticas de cuadros medios de los partidos, con nfasis en jvenes, mujeres e indgenas. Se trabaja para mejorar sus capacidades de participacin y competencia poltica a lo interno de sus partidos, con el propsito de fortalecer la representatividad de los mismos, mediante el aumento de su calidad de inclusin. Este abordaje est estructurado en dos ejes bsicos: i. Redes interpartidarias de dirigentes polticos mujeres, jvenes e indgenas, como procesos de formacin de identidades polticas. ii. Formacin y capacitacin poltica. Trabajar solo una de las dimensiones producira resultados insuficientes en materia de fortalecimiento y cambio partidario. Ello por cuanto, por ejemplo, formar y capacitar cuadros medios de partidos sin que exista una organizacin partidaria amigable y con capacidades efectivas de desarrollar procesos autnomos e inclusivos de participacin poltica, podra desembocar en que los y las dirigentes formadas por el Programa terminen marginados de los espacios de decisin, pero an, fuera de los partidos polticos a los cuales pertenecan. Con esto se quiere dejar dicho que el propsito fundamental de la oferta educativa del Programa es desarrollar cuadros partidarios con capacidades de participacin y competencia, que se enfoquen a la construccin institucional del partido. Si formamos polticamente personas que por diversas razones se marginan o son marginados de los partidos a los cuales pertenecen, ello significar ciudadanas y ciudadanos ms calificados, pero no un aumento de la densidad institucional de los partidos y del sistema partidario, que es el sentido central de estas iniciativas. Por ello, los programas educativos estn construidos sobre la base de favorecer que los sujetos educativos cuenten con informacin y formacin para la concepcin e implementacin de procesos de fortalecimiento institucional de mediano y largo plazo, a la vez que se construye cultura democrtica, dado que el modelo de implementacin de la mayor parte de las iniciativas educativas es de tipo interpartidario.

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Se puede decir entonces, que el Programa propicia la creacin de espacios de formacin y capacitacin poltica, que permiten el encuentro de personas de distintos partidos dentro de procesos especficos de enseanza-aprendizaje en temas sociales, polticos y culturales, enfocados en dos grandes vectores formativos: valores democrticos y gerencia poltica. Estos dos mbitos de la formacin buscan brindar un enfoque integrado para el desarrollo de lderes y dirigentes polticos, en el entendido de que la formacin en valores democrticos atiende el talante del liderazgo, mientras la gerencia poltica se enfoca a la efectividad del liderazgo. Desde nuestra forma de ver las cosas, una formacin centrada solo en valores generara liderezas y lderes democrticos pero no necesariamente efectivos; y una formacin concentrada en gerencia poltica producira liderezas y lderes efectivos cuyas capacidades pueden estar al servicio de cualquier rgimen poltico, democrtico o autoritario. Solo el desarrollo equilibrado del talante democrtico y de las capacidades de gestin de los lderes puede coadyuvar a la gestacin de visiones institucionales de la accin poltica y partidaria. Bajo esta visin, el Programa de Formacin y Capacitacin, se encarga de coordinar actividades dirigidas al desarrollo de conocimientos, valores y habilidades de los y las militantes de los partidos polticos y comits cvicos, mediante la implementacin de varias lneas de trabajo (ver grfica 1): i. Programa modular de formacin y capacitacin ii. Fortalecimiento de las instancias de formacin poltica iii. Materiales educativos Todas las actividades educativas que conforman las lneas de trabajo descritas, mantienen un enfoque educativo comn, que se alimenta de tres fuentes fundamentales: el modelo de educacin de adultos/as, la pedagoga experiencial y la metodologa participativa. De estas fuentes se extraen los elementos fundamentales que dan identidad educativa al Programa, diferencindolo de otras propuestas existentes en el medio. Grfica 1 Esquema Programa de Formacin y CapacitacinFormacin y Capacitacin Poltica

Programa Modular de Formacin y Capacitacin

Fortalecimiento a las Instancias de Formacin Poltica

Materiales Educativos

Programa Modular Nacional

Programa Modular Departamental

Diplomado Nuevo Liderazgo Poltico-Social

Cooperacin Bilateral para el Fortalecimiento de Estructuras Internas de Partidos Polticos

Formacin de formadores/as

Cuadernos de Formacin Politica

Manuales Estratgicos

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Siendo el aumento de la densidad institucional de los partidos y del sistema partidario el propsito principal a seguir, resulta altamente relevante que se desarrolle un proceso de transferencia efectiva de capacidades y recursos estratgicos hacia las instancias educativas de los partidos y del sistema. Por ello se privilegia para el perodo 2004 2008 el trabajo con las unidades, secretaras o institutos de formacin que tienen los partidos y la produccin de paquetes pedaggicos sobre los temas pertinentes. El primer paquete pedaggico que se entrega es esta serie de volmenes para la educacin poltica de los dirigentes polticos. Como tal, este paquete est constitudo por ocho volmenes temticos y dos manuales estratgicos, cuyos contenidos se refieren al diseo originalmente concebido para el programa modular de formacin y capacitacin que se ejecuta a nivel nacional y departamental en Guatemala. La idea original de desarrollar estos volumenes se da en el marco del Programa Calidem que la OEA viene dearrollando a lo largo de Amrica en los tlimos aos, pero se debe al impulso del PVDGP su realizacin y con ello la OEA cumple con un propsito muy apreciado, el de proveer a los Partidos una importante herramienta para su institucionalizacin. Como producto educativo, este paquete ha sido largamente validado por el Programa a travs de la ejecucin de cada volumen a lo largo de 36 meses de trabajo continuo, razn por la cual consideramos que rene criterios de calidad y utilidad considerables. No obstante ser un producto construido y mediado desde la realidad guatemalteca, ha sido formulado en un tipo de lenguaje y nivel de complejidad que puede ser fcilmente utilizado en otros pases de la regin Amrica Central y Repblica Dominicana y, porque no, del resto de Amrica Latina. Es nuestra expectativa que este producto, cuyos contenidos y enfoque especfico se detallan ms adelante, sean de utilidad prctica para los partidos y dirigentes polticos de Guatemala y de cualquier otro pas que entienda que los partidos polticos son, en lo esencial, el espacio para la seleccin y formacin de los liderazgos nacionales llamadas a la conduccin de los procesos de cambio institucional y social.

Guatemala, agosto de 2006.

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Prlogo

PrlogoSteven Griner Coordinador General Foro Interamericano sobre Partidos Polticos Organizacin de los Estados Americanos

El Departamento para la Promocin de la Democracia de la Organizacin de los Estados Americanos desarrolla desde hace varios aos esfuerzos de dimensiones hemisfricas en favor del fortalecimiento de la institucionalidad democrtica, los procesos que la sustentan y el cuerpo de personas que se reconocen y trabajan profesionalmente en dichos espacios, es decir, los polticos y las polticas. Es en este marco programtico y poltico que se ubica este esfuerzo particular del Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica (PVDGP) que tiene como sede Guatemala, pero que aspira a ms, como lo demuestra la reciente creacin del Programa Centroamericano sobre Valores Democrticos y Gerencia Poltica. Por ello, alimenta de manera efectiva los trabajos de reflexin que se inscriben dentro del Foro Interamericano sobre Partidos Polticos, que la OEA ha venido impulsando desde 2001 y que hoy se ha convertido en el principal foro hemisfrico sobre la materia. EL PVDGP es en si mismo uno de los esfuerzos de cooperacin sociopoltica y socioeducativa para partidos ms ambiciosos y abarcativos que se hayan dado en Amrica Latina. La Carta Democrtica Interamericana de la Organizacin de los Estados Americanos en su artculo 5 dice lo siguiente: El fortalecimiento de los partidos y de otras organizaciones polticas es prioritario para la Democracia... y a estas tareas se ha dedicado con xito el PVDGP desde 1998. Los volmenes que ahora presentamos son parte de este esfuerzo del DAPD y de los actores polticos de Guatemala, pues han sido validados por ellos en la prctica y a ello se debe el ttulo de la coleccin Formacin Poltica: teora y prctica. Los textos han sido producidos a partir de la experiencia del equipo de trabajo del PVDGP en Guatemala, pero fueron escritos pensando en los partidos de Amrica Central, en primer lugar, y de Amrica Latina en general. Devolvemos a los Partidos Polticos y a sus militantes este producto educativo con la esperanza de que los mismos sean de enorme utilidad para los procesos formativos que los Partidos mismos desarrollan en sus propios ambientes y condiciones sociopolticas.

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La larga marcha de la Democracia en nuestros pases se alimenta de pequeos esfuerzos como ste y con humildad pero con confianza lo ofrecemos a todos aquellos y aquellas que ya estn luchando en sus respectivos espacios por la consolidacin y fortalecimiento de los Partidos Polticos. Washington D.C., agosto de 2006.

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ndice

ndice

v Presentacin Prlogo 1 ndice 3 Estructura de los Volmenes ...........................................................................................5 1. Introduccin a los Mdulos de Formacin y Capacitacin .......................7 1.1. La importancia de la Formacin Poltica.................................................................7 1.2. Un Programa de Formacin Modular.....................................................................9 2. Mapa educativo del Programa Modular ........................................................12 3. Conocindonos y Reconocindonos...............................................................13 3.1. Objetivo del Volumen I .......................................................................................13 4. Teora Poltica .....................................................................................................15 4.1. Objetivos ............................................................................................................15 4.2. Identidad, Cultura y Democracia .........................................................................15 4.2.1. Identidad .................................................................................................16 4.2.2. Cultura.....................................................................................................18 4.2.3. Grupos tnicos o Nacionales ....................................................................21 4.2.4. Relaciones Intertnicas: Etnocentrismo o Interculturalidad .............................................................24 4.2.5. Etnias, Estado y Democracia.....................................................................26 4.3. Bibliografa .........................................................................................................29 4.4. Gua de estudio ..................................................................................................30 5. Teora Psicosocial .............................................................................................31 5.1. Objetivos ............................................................................................................31 5.2. Teora de la Percepcin .......................................................................................31 5.2.1. Definiciones Bsicas .................................................................................31 5.2.2. Proceso de Percepcin .............................................................................32 5.2.3. Percepcin Interpersonal ..........................................................................34 5.3. El Proceso de Comunicacin Humana .................................................................36 5.3.1 Bases de la Comunicacin ........................................................................36 5.3.2. Axiomas de la Comunicacin....................................................................39 5.3.3. Relaciones Interpersonales........................................................................44 5.4. La Retroalimentacin (Feed Back) ........................................................................46 5.5. La ventana de Johari...........................................................................................47 5.5.1. Principios del Modelo ...............................................................................47 5.5.2. Cualidades del Modelo .............................................................................48 5.5.3. Estructura de la Ventana ..........................................................................49

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5.6. 5.7. 5.8.

5.9. 5.10.

Barreras del Dilogo............................................................................................52 5.6.1. Las Barreras en la Comunicacin ..............................................................53 El Aprendizaje Mutuo ..........................................................................................54 Comunicacin eficaz ...........................................................................................56 5.8.1. Escuchar es un arte ..................................................................................56 5.8.2. Claves de la comunicacin .......................................................................57 Bibliografa .........................................................................................................59 Gua de estudio ..................................................................................................60

6. Prctica Educativa ...........................................................................................61 6.1. Objetivos ............................................................................................................61 6.2. Estrategia educativa ............................................................................................61 6.2.1. El Modelo de educacin de adultos/as .....................................................62 6.2.2. La Pedagoga experiencial ........................................................................66 6.2.3. La Metodologa participativa ....................................................................67 6.2.4. Formacin permanente ............................................................................69 6.2.5. Las implicaciones polticas de esta metodologa ........................................72 6.2.6. La dimensin ldica del aprendizaje .........................................................74 6.3. Metodologa del Volumen I .................................................................................75 6.3.1. Opcin metodolgica ..............................................................................76 6.4. El Programa ........................................................................................................77 6.4.1. Programa sugerido para el Volumen I.......................................................81 6.4.2 Ejercicio prctico ......................................................................................89 6.5. Tecnologa del Volumen ......................................................................................91 6.5.1. Lista de tcnicas usadas............................................................................91 6.5.2. Fichas tcnicas .........................................................................................92 6.6. Bibliografa ......................................................................................................107 6.7. Gua de estudio ................................................................................................108 7. Materiales de Trabajo ...................................................................................109 8. Bibliografa General ......................................................................................135

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Estructura de los

VolmenesEl segundo segmento, lo integran los contenidos de teora psicosocial o el tratamiento psicosocial del tema. El tercer segmento, lo integran los contenidos educativos propiamente, no solamente la metodologa y los programas de los cursos, sino la tecnologa a ser aplicada en cada mdulo.

IntroduccinLos volmenes de Formacin y Capacitacin Poltica son un esfuerzo terico y metodolgico del PVDGP. Estos volmenes se producen despus de un proceso de validacin de dos aos y medio con distintas poblaciones de lderes y lideresas de los Partidos Polticos de Guatemala, aunque pretenden servir a un pblico mayor. El programa apunta a desarrollar un liderazgo de nuevo talante en Amrica Central que combine los dos componentes principales de nuestro Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica:

Estructura interna de los volmenesLos volmenes tienen la siguiente estructura: Objetivos del volumen, los propsitos socioeducativos y los alcances de cada uno. El primer segmento, lo integran los contenidos de teora poltica o el tratamiento poltico del tema.

Cada segmento incluir, su respectiva bibliografa y las conexiones con otros volmenes, es decir, cmo los distintos temas tratados pueden ser aplicados en los otros volmenes, cuando ello sea pertinente. Adems los volmenes tendrn como soporte un conjunto de materiales para ser usados en los cuadernos de acuerdo con la poblacin a la que se destine la formacin. Entonces cada volumen tiene los siguientes elementos:

VolumenTeora poltica Objetivos Contenidos Bibliografa Gua de estudio Teora psicosocial Objetivos Contenidos Bibliografa Gua de estudio Prctica educativa Objetivos Contenidos Bibliografa Gua de Estudio Metodologa y Programas Fichas Tcnicas Materiales de trabajo

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ObjetivosEn el que se explican los alcances de cada volumen y lo que se espera se haya aprendido al final de cada mdulo.

Cada ficha tendr: El nombre de la tcnica. El autor (en el caso de que se conozca). La descripcin de la tcnica. El tiempo recomendado para su desarrollo. Materiales a utilizar. Otros usos. Referencias tericas indispensables para su uso. Bibliografa.

ContenidosEn donde se desarrollan los temas con detalle, de modo que puedan ser estudiados directamente en el texto o bien ser utilizados como material de apoyo a capacitaciones con diferentes destinatarios.

BibliografaAl final de los contenidos el lector podr encontrar una bibliografa de referencia, tanto para profundizar los temas desarrollados como para expandir los temas ya abordados.

MaterialesSe trata de un conjunto de documentos que podrn ser usados (copiados, fotocopiados, transcritos, impresos, etc.) directamente para el trabajo formativo con los destinatarios de la capacitacin.

Gua de estudioComprende un conjunto de tareas de aplicacin personal con el propsito de revisar el aprendizaje realizado. Incluiria un cuestionario y algunas tareas para su desarrollo o bien lecturas a adicionales.

Bibliografa GeneralSe colocan en una sola lista todas las obras consultadas.

ProgramaSe incluye un programa de referencia para el desarrollo de una actividad educativa con los contenidos del Volumen en cuestin con todos los subtemas, contenidos, metodologas, tcnicas y materiales requeridos para su ejecucin.

Ficha TcnicaCada Volumen, en el segmento de prctica educativa contar con una ficha tcnica de las diversas tcnicas que se pueden utilizar como auxilio de las prcticas educativas. Ello le permitir al usuario escoger la tcnica que mejor se adecue a sus necesidades metodolgicas y educativas.

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1. Introduccin a los mdulos de formacin y

capacitacin poltica

Eduardo Nez Vargas Coordinador General Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica

1.1. La importancia de la Formacin PolticaLa consideracin de la sociedad como un sistema o un conjunto de subsistemas que interactan permanentemente, nos permite extender dicha consideracin tambin a los partidos polticos, que son en s mismos un sistema dentro del gran sistema que conocemos como Democracia. La caracterstica ms importante de esta idea es que, cada parte de ese sistema est conectado de una forma especial a las otras partes. De modo que lo que le ocurre a una parte repercute directa o indirectamente en las otras. Una imagen que ayuda a entender estas relaciones es la del reloj, que con todos sus mecanismos producen un servicio, darnos la hora. Todas las partes colaboran con el fin propuesto. Eso es lo que se conoce como sinergia, la cualidad de los sistemas sociales (en este caso) de interactuar (afectar y ser afectados) con los otros subsistemas, es decir, cada parte se entiende en funcin de las otras. As las cosas, podemos afirmar que los Partidos Polticos son sinrgicos y que gracias al conjunto de sus acciones (u omisiones) la sociedad entera se ve afectada por la dinmica propia de cada partido y de los partidos en general. El desarrollo y ejecucin de una serie de tareas, (agregacin,

intermediacin y representacin) mantienen el sistema funcionando y requiere como cualquier otro sistema, de ciertos cuidados para darle mantenimiento. En otras palabrasl conjunto de acciones tcnicas que afinan las operaciones del sistema y lo hacen seguir funcionando con eficiencia. Como las organizaciones partidarias son ncleos productores de ideas y de proyectos que coadyuvan a la construccin de la Nacin, requieren fortalecer constantemente el factor que llamaremos renovador o actualizador. Este factor juega un papel muy importante en el diseo de las propuestas partidarias de cara al proyecto histrico del pas, precisamente porque los Partidos reciben demandas de la ciudadana y mediante los debidos procesos internos, los ncleos generadores de ideas devuelven a la poblacin nuevos productos: proyectos legislativos, consensos polticos, acciones concretas o nuevas orientaciones para entender y/o enfocar los problemas de la poblacin. Este factor actualizador tiene su fuente generadora ms importante en la Formacin Poltica que cada partido le otorga a sus militantes, aunque debe reconocerse que no es la nica. Es en los Centros de Formacin que los Partidos reflexionan en voz alta con sus

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militantes sobre los avatares de la Nacin y las posibles soluciones que el partido debe ejecutar (Partido de gobierno) o impulsar (Partidos de oposicin). Si se pudiera dar una definicin de Escuela de Formacin Poltica, se definira como Fbrica de Realidades Posibles, precisamente porque el objetivo ltimo de cualquier formacin poltica es la preparar, orientar y promover entre los militantes partidarios el uso de un conjunto de recursos (tericoprcticos) que les permitan fabricar nuevas realidades y proponer a la sociedad los caminos para que ellas sean posibles, mediante acciones directas o indirectas, de corto, mediano o largo plazo. No pareciera que los Partidos Polticos le dedican muchos recursos a la formacin de sus militantes y que la formacin dada, es ms bien capacitacin, pues la primera exige reflexionar el mundo en su complejidad y la segunda apunta a la adquisicin de ciertas destrezas (discursivas por ejemplo). No obstante, los partidos tienen en la Formacin Poltica de sus militantes un enorme reto. Nunca como hoy los programas de formacin poltica se han vuelto gaseosos o si se prefiere voltiles. Las razones se ubican en tres planos, Primero la crisis de las ideologas: hasta hace una dcada los planes de formacin giraban entorno a lo ideolgico y programtico. Segundo, los partidos que antes eran de masas se han vuelto ms delgados, en trminos orgnicos o si se prefiere, han perdido fortaleza institucional. Y Tercero, ya no se encuentran tantos jvenes dispuestos a militar en partidos verticales, poco democrticos o geriocntricos. Por otro lado un enorme grupo de mujeres quieren mejorar su participacin en los partidos, superando lo cuantitativo en favor de lo cualitativo.

De este modo los partidos experimentan no slo problemas de tipo orgnico (de funcionamiento) sino de tipo ambiental o de entorno. Hay una creciente llamada de los y las ciudadanas a exigir participacin en los mbitos partidarios, pero no slo en las tareas menores o externas, sino y principalmente en la toma de decisiones as como en aquellas tareas que inciden directamente en la conduccin de los procesos sociales. La modernidad impuls la emancipacin de los pueblos y parece haberlo logrado en cierto grado, los avances en los programas de defensa de los derechos humanos, proteccin al consumidor, el habeas data, la probidad y la transparencia en la funcin pblica, entonces...Cmo hacer formacin poltica en un mundo que ya se ha hecho adulto? Por otro lado, la disolucin de las fronteras polticas de los Partidos hace angustiosamente urgente un replanteamiento de la Formacin Poltica al interior de los Partidos, especialmente considerando que la ciudadana se ha vuelto ms exigente y pide de los polticos, ms transparencia; algo a lo que los polticos no se terminan de acostumbrar. Es por ello que los partidos deben avanzar hacia la idea del Partido Abierto segn la cual el Partido como sistema permite cada vez mayores ingresos (de demandas, ideas, necesidades y propuestas) las procesa amplia y profundamente (con la participacin de la ciudadana) en sus centros de pensamiento (Escuelas de Formacin y otros) y las regresa a la sociedad en forma de acciones concretas y viables . Un Partido Abierto le permitira a sus militantes seguir haciendo uso de sus facultades de autonoma y libertad de conciencia, para

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que los acuerdos que se alcancen, se funden en la voluntad general y en la conciencia de las limitaciones impuestas por los procesos sociales; en donde los milagros no suceden, sino, los acuerdos entre ciudadanos responsables de sus propios compromisos. La Formacin Poltica es sin embargo slo uno de los mltiples componentes de los Partidos que necesitan ser reformados, pero quizs sea uno de los que se tratan con ms ligereza. La Formacin del presente y del futuro en los Partidos se debe orientar por nuevos principios, que temporalmente denominamos, complejos.

Por ltimo, la Formacin Poltica tiene la tarea fundamental de transmitir a las nuevas generaciones de militantes, que en el futuro sern llamados operadores, un conjunto de fundamentos tico-prcticos, para resolver con responsabilidad las mltiples decisiones a las que se encuentran sometidos los que pretenden conducir los procesos sociales y econmicos de nuestros pases. Pero, Qu gana un adulto o adulta con la Formacin Poltica? Gana en primer lugar, al darle continuidad a su proceso de educacin permanente. En segundo lugar , se le facilita el espacio de encuentro y discernimiento de sus experiencias, que junto a las de los y las otras pueden convertirse en soluciones conjuntas. En tercer lugar, un conjunto de herramientas terico-prcticas para desempearse como militante activo de su partido poltico y de la sociedad. Por ltimo, gana, al poder darle un nuevo sentido a la actividad poltica en tanto logra combinar los Valores Democrticos y la Gerencia Poltica. Es en este contexto en el que se desarrollan las nuevas tareas de la Formacin Poltica y es ah donde se inserta esta propuesta modular del Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica de la OEA.

1. El mundo y las sociedades seguirn su camino con o sin partidos renovados. 2. La procesos sociales evolucionan ms rpido que la capacidad de las instituciones partidarias para responder a las nuevas realidades. 3. Un adecuado proceso de comunicacin Partidos-Sociedad colaborara en la superacin de esa percepcin de vaco de sentido que experimenta la Poltica en la vida cotidiana. 4. Toda formacin partidaria, ms que ideolgica, deber girar en torno a modelos de discernimiento crtico de los fenmenos sociales. 5. Los nuevos militantes debern tener una comprensin holstica (de su entorno), pensar en trminos estratgicos (las acciones) y ser proactivos, respecto de las necesidades de los pueblos.

1.2. Un Programa de Formacin ModularEl Programa Valores Democrticos y Gerencia Poltica ha desarrollado en los ltimos tres aos una amplia gama de actividades formativas con polticos y polticas de partidos polticos de Guatemala y junto a ellos ha validado un propuesta de formacin y capacitacin que es la que hoy presentamos como un programa Modular:

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Qu quiere decir Modular ?Se refiere a un conjunto de paquetes formativos que funcionan como los mdulos o partes de una casa. Cada uno de ellos forma parte de un todo, pero tambin pueden ser utilizados en forma independiente en el entendido de que cada uno aborda de manera suficientemente amplia las temticas abordadas. As las cosas, cada mdulo da para desarrollar un solo curso de dos, tres o cuatro das, dependiendo de cunto se quiera profundizar. En la propuesta que se aqu se plantea, se ha pensado en cursos cortos de 14 16 horas de trabajo, pero como se podr notar los temas no son tratados exhaustivamente y ello deja un amplio margen para desarrollos posteriores.

El otro elemento a considerar es la movilidad de los mdulos, en el PVDGP hemos optado por un orden y una secuencia a partir de la consideracin de varios factores: Institucionales, temporales, de contexto poltico y estrategias programticas, as como de los destinatarios/as de dicho Programa de Formacin. Pero, las organizaciones deben hacer su propio anlisis para poder determinar, partiendo de sus necesidades formativas la ruta de desarrollo de los mdulos. En ese sentido, la metodologa propuesta permitira ampliar los cursos de acuerdo con las necesidades de las organizaciones partidarias, siempre y cuando se hagan los ajustes pertinentes. El programa apunta a desarrollar un liderazgo de nuevo talante en Centro Amrica que combine los dos componentes principales de nuestro Programa :

Vea grfico en la siguiente pgina

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Valores Democrticos

Gerencia Poltica

(Apunta al sentido de la democracia)

(Apunta a la capacidad de conduccin de los procesos polticos)

Formacin

CapacitacinImplica preparacin y entrenamiento en y para el trabajo calificado o tcnico, normalmente va seguido de un calificativo, atinente al rea en que se capacita.

Implica la adquisicin de conocimientos, actitudes y conductas frecuentemente asociados a un campo profesional.

Conjunto de herramientas tericas

Conjunto de herramientas prcticas

Esfuerzo que busca apoyar el proceso de Educacin permanente de los y las adultas, unificando la formacin con el entrenamiento.

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2. Mapa educativo del

Programa ModularVolumen IIAnlisis estratgico de la realidad

Conocindonos y re-conocindonos

Volumen I

Volumen IIIInstituciones y democracia

Volumen VCultura democrtica y tica poltica

Volumen IVPartidos Polticos

Volumen VINegociacin y resolucin de conflictos

Volumen VIILiderazgo poltico

Volmenes IX y XManuales de Gerencia Poltica

Volumen VIIOrganizacin Poltica

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3. Conocindonos y

Re-conocindonosLa poltica es una actividad que hace referencia a la gente. La materia prima de la poltica est constituda de personas, sus actuaciones, opiniones y creencias. Trabajar en la poltica tiene un componente comunicacional inevitable. La Poltica es en el fondo un proceso comunicacional.

3.1. Objetivo del Volumen

El volumen de Formacin y Capacitacin I pretende establecer un conjunto de puentes (cognitivos, afectivos, conductuales) que le permitan a los lectores-participantes establecer relaciones Inter-subjetivas sobre la base de las diferencias de identidad y el respeto por ellas, con el propsito de construir espacios sociales ms democrticos.

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4. Teora

Poltica4.1. ObjetivosProveer al lector-participante algunos conceptos y reflexiones en torno a la identidad poltica como punto de partida para una mejor relacin entre iguales-diferentes, con el propsito de ampliar las concepciones e ideas que nos permitan niveles de relacin ms orgnicos y respetuosos.

4.2. Identidad, Cultura y DemocraciaCultura, etnia, identidad, diferencia, tolerancia, respeto, inclusin, interculturalidad, derechos culturales, estados pluriculturales, etc., son todos temas actuales, sin duda ligados. El mundo contemporneo se ha visto una y otra vez convulsionado, con mayor o menor fuerza, por el poder de esa realidad humana fundamental como lo es la identidad tnica y cultural. Cuando se le ignora o se le oprime por mucho tiempo slo se consigue que resurja con mayor intensidad. Es el caso de las culturas indgenas en Guatemala, como de otros pases con similiar situacin. Hace ya ms de dos dcadas, Antonio Gallo, en un libro seminal para la reflexin sobre este tema en Guatemala, describa el fenmeno central del mundo poltico actual en trminos de la agresin sufrida por las culturas no occidentales (Gallo, 1994). Hoy en da se ha vuelto comn considerar la globalizacin, fenmeno primariamente tecnolgico-comunicacional y econmico,

como una amenaza a las culturas locales tradicionales. Tal amenaza y agresin es tan violenta y verdadera, como sistemtica y sutil. A pesar de ella, sin embargo, los grupos tnicos y las culturas no dominantes perviven. Pareciera que algunos incluso salen de estos enfrentamientos ms vigorosos que nunca, que aprovechan las ventajas de la tecnologa global en los diferentes mbitos de sus vidas; en la economa, la cultura, la educacin, en sus reivindicaciones socioculturales, en los negocios, interactuando de manera cotidiana. En el siglo XIX, las luchas armadas, sobre todo en Europa, solan ser de tipo nacionalista, y procuraban la afirmacin y defensa de los estados-nacin es decir, aquellos estados ms o menos homogneos u homogeneizados tnica y culturalmente1. Durante la segunda mitad del siglo XX, y aun en lo que va del XXI, buena parte de la violencia que agita el mundo ha asumido la forma de guerras civiles o de terrorismo.

1Ms adelante se analizar esta idea, todava predominante hoy en da.

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Muchas son rebeliones contra el dominio y la marginacin a que se ha relegado a grandes conglomerados humanos, los cuales se esfuerzan desesperadamente por afirmar sus peculiares identidades y formas de vida, es decir, sus diferencias culturales. Pinsese, por ejemplo y son slo unos pocos ejemplos, en movimientos indgenas americanos como el de los zapatistas mexicanos, la participacin de indgenas en el movimiento armado en Guatemala o los cocaleros bolivianos, en la historia reciente de los Balcanes o de Sudfrica, as como en las explosiones de violencia tnica, a menudo dantescas y siempre recurrentes, en el Oriente Prximo, Rusia o frica Central. Simple y sencillamente no se puede seguir viviendo de espaldas a realidades tan esenciales para el ser humano, como lo son las que definen y gobiernan su comportamiento cotidiano y su ser ms ntimo, sus creencias y afectos, sus aspiraciones e intereses, y la manera en que organiza sus relaciones con los que le son semejantes y con los que no lo son tanto. Es sin duda impostergable buscar un camino de salida, un tipo distinto de accin, organizacin e institucionalidad poltica, social y econmica, que destierre de una vez por todas el racismo, la discriminacin y la marginacin tnica que marca mucho del diario vivir en tantos pases y regiones del mundo. Semejante cambio parece slo poder darse desde la perspectiva del reconocimiento, el respeto, la valoracin, la promocin y la participacin de los distintos grupos culturales que cohabitan en un pas. Pero no se trata solamente de erradicar fenmenos que van en detrimento de la dignidad humana, sino en varios casos de construir nuevos pactos nacionales. Por ello, una accin poltica verdaderamente democrtica no puede dejar de tomar en

consideracin el fenmeno de la pertenencia e identidad tnico-cultural.

4.2.1. IdentidadAhora bien, a qu se llama identidad tnicocultural?, en qu consiste? En qu se diferencia de otro tipo de identidades, por ejemplo de gnero, etrea o de especie?, de dnde deriva la ascendencia que se le adjudica con respecto a estas otras, que parecieran ser por lo menos tan importantes como aqulla? Pues bien, empicese notando que la identidad, en general, es el ncleo caracterstico de definicin de la persona individual como tal y como perteneciente a uno o ms grupos humanos dados, ms o menos numerosos. Identidad en un plano psicosocial es cmo alguien se autocaracteriza y es reconocido por otros; es aquello que hace que la persona sea quien es y como es. Por ejemplo, Asuncin Teleguario es una mujer, de 22 aos, estudiante universitaria, indgena kaqchikel, de Patzn, evanglica, integrante de un coro, etc.; mientras Julio Revolorio es un adolescente, varn, aprendiz de albail, de Estel, padre de una nia, alcohlico annimo, etc. Este conjunto de referencias, son construcciones sociales que las personas utilizan para hacerse presentes en la interaccin social. La correlacin persona-grupo es esencial, trtese del gnero, la edad, la ocupacin, la filiacin tnica, el lugar de origen, la religin o los grupos particulares en que uno participa. De hecho, el proceso de la identidad social viene dada sobre la base de un conjunto de rasgos que permite a un grupo reconocerse, por la exhibicin de un sinnmero de caractersticas que pueden ser simblicas y/o subjetivas de un grupo humano: mujeres y hombres, jvenes o adultos, mayas o ladinos, salvadoreos o costarricenses, exhiben ciertos rasgos fsicos

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y se visten, hablan y se comportan de determinadas formas. Cada persona asume, consciente o inconscientemente, tales formas de ser, que propios y extraos reconocen en mayor o menor medida. De un lado, se da una interiorizacin de parte de la persona individual concreta; del otro opera el reconocimiento por parte de quienes estn en contacto habitual u ocasionalmente con ella. La identidad es, pues, ncleo individualizador y eje de reconocimiento y participacin en un mundo, el cual es fundamentalmente un mundo humano. Identidad propia y la identificacin con, y por parte de, diferentes grupos son aspectos de un mismo rostro, el de un ser humano concreto. Gracias a su carcter de ncleo de caracterizacin y de actividad, la identidad psicosocial permite a la persona reconocerse y ser reconocida, situarse, tomar decisiones, actuar ordenada o rutinariamente, hacer y participar en proyectos propios y grupales. Dado que su identidad es algo que depende no slo de ella en cuanto sujeto, sino de la circunstancia humana que le rodea particulamente la comunidad y los grupos a que pertenece, el fortalecimiento de las identidades grupales resulta en el fortalecimiento de las identidades individuales, es decir, de la personas concretas. Si en vez de fortalecer la identidad, se la menoscaba o destruye, se da lugar a la alienacin, el fenmeno opuesto de la identidad. La alienacin cultural con respecto a los valores y smbolos identificantes de un grupo puede resultar en la no aceptacin, falta de pertenecia o marginacin de la persona. No obstante, es pertinente usar con prudencia el trmino alienacin, ya que puede provocar confusiones y tergiversaciones. Al fenmeno, en su estricto

sentido sociocultural no se puede delimitar sus fronteras. Incluso se le puede confundir con la aculturacin, fenmeno que se da en grupos que estn en permanente contacto y en interaccin social, como en el caso de las migraciones. Los procesos de cambio ms acentuados pueden suceder en culturas minoritarias, no obstante con el embate de los medios de comunicacin global la influencia reciproca entre culturas es notoria, as como de culturas de dominacin sobre otras. Sin embargo, como afirmara Aristteles hace casi 25 siglos, el ser humano es un ser que por naturaleza se mueve dentro de un grupo humano y est dotado de pensamiento y lenguaje2. Al privrsele de una autntica comunicacin humana y la participacin en el grupo, las posibilidades de crecimiento y desarrollo de la persona individual le puede provocar dao a su condicin de ser humano, ya que puede adaptarse a las circunstancias del entorno en que vive. Evidentemente, no todos los grupos a que se puede pertenecer al desarrollo de las personas, las comunidades, las sociedades o los pases. Algunos son ms bien destructivos, como por ejemplo los grupos criminales. La mayora de grupos dan por supuesta la pertenencia a una comunidad lingstica, cultural o tnica determinada, y funcionan sobre esta base. A guisa de ejemplo, la participacin de un anciano monolinge zwagili en un grupo de estudio bblico de jvenes haitianos no slo es impensable sino virtualmente imposible.

2 tica a Nicmaco y La Poltica.

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El papel de la pertenencia a un grupo tnicocultural es fundamental como elemento posibilitador de la actividad y desarrollo de personas y grupos. No obstante, ante la ruptura o ausencia de relacin e identificacin con la comunidad tnico-cultural en que se nace, se puede dar un proceso de aculturacin, como en el caso de un nio adoptado por padres de una cultura diferente. El nio asimilar la cultura en que ser socializado. Como ya se sugiri, ante la ruptura o ausencia de relacin e identificacin con la comunidad tnico-cultural en que se nace sobreviene una carencia casi total de sentido de la vida y de sus actividades. La cultura cuya expresin y ncleo articulador ms importante es la lengua constituye el horizonte ms global de sentido experiencial y existencial de la vida humana en que cada persona se mueve, hace opciones y realiza sus actividades. No obstante, a menudo la filiacin e identificacin tnico-cultural es considerada como un obstculo o, cuando menos, una piedra en el camino para la construccin de otro tipo de asociaciones, que se estiman ms importantes. Este ha sido el caso de los estados-nacin o estados nacionales, incluso cuando stos han adoptado sistemas polticos, como la democracia, que en teora defienden valores tales como la autonoma o la igualdad. Un sistema poltico, con todo lo que ste implica, que conscientemente o por ignorancia descuide la dimensin fundamental de la identidad tnico-cultural, en lugar de ser liberador, resultar alienante, y en lugar de posibilitar el desarrollo pleno de la persona humana, sera una cortapisa. Toda persona, por el mero hecho de serlo, pertenece a una comunidad lingstica y cultural. Tal pertenencia no constrie sino

ms bien posibilita la evolucin de las personas individuales y los distintos grupos o asociaciones que se pretenda formar. Ello incluye los estados, los cuales se constituyen y organizan precisamente con el fin de promocionar el bien comn y el desarrollo integral de la persona, por medio de un rgimen de justicia, igualdad y libertad3. Antes de pasar a considerar las consecuencias que para un sistema poltico y unas prcticas autnticamente democrticos comporta la mejor comprensin del fenmeno de la identidad tnico-cultural, examinemos este fenmeno con mayor detenimiento y revisemos algunos conceptos bsicos.

4.2.2. CulturaEl primero es el concepto de cultura. Entindese comnmente por cultura varias realidades ms o menos relacionadas. Con frecuencia se usa el trmino para referirse a la educacin o cultivo general de alguien en particular, sobre todo en cuanto concierne a la apreciacin de las artes, el dominio de varios idiomas y el manejo de informacin especializada en ciertas disciplinas del saber, como por ejemplo la historia, la geografa, la filosofa, etc.. Se llama culta a aquella persona que posee este tipo de conocimientos y exhibe un comportamiento considerado refinado y digno de admiracin. Cultura quiere decir aqu erudicin, bellas artes o buenos modales. Ahora bien, cultura puede tambin significar algo ms bsico, por ejemplo, como cuando se llama inculto a quien no maneja cierto tipo de informacin elemental de dominio comn o no se comporta de manera apropiada en determinadas circunstancias. No es difcil advertir cmo en ambos casos la referencia bsica es a la educacin, entendida como

3Vase, por ejemplo, la Invocacin y el Ttulo I de la Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala.

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conocimientos, comportamientos y valoraciones importantes de aprender y manejar para funcionar y desarrollarse como persona dentro de un grupo humano. Bajo esta ptica, no se nace, pues, con cultura, sino que sta es algo adquirido y cultivado, como lo indica la etimologa misma de la palabra (del latn colere, cultivar, cuidar, practicar, honrar)4. Lo que puede ser valido para otras culturas, que no necesariamente se incluyen en las llamadas occidentales. Asimismo, se habla hoy en da de cultura para referirse precisamente al fenmeno antes apuntado de la identidad de personas y grupos humanos, aunque en especial aquellos de larga data y gran expansin, cuyas ciudades, monumentos y desarrollo cientfico y artstico an maravillan. Se habla en este sentido de las grandes culturas o civilizaciones, como la China, la India, Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma, los Incas y los Mayas. Si se habla de grupos actuales, suele resaltarse de ellos sus peculiares creencias, costumbres, ritos, ceremonias, tradiciones, vestuario, msica, comida, etc., a todo lo cual se hace referencia no sin utilizar adjetivos tales como colorido, vistoso, extico, tradicional, milenario, folclrico, y otros por el estilo. Esta manera de hablar de la cultura y concebirla asume un punto de vista externo, casi como si la persona que habla no poseyera ella misma una cultura de larga tradicin. En Guatemala, por ejemplo, ese

posicionamiento pseudo-externo en referencia a la cultura ha hecho decir a ms de alguien en aos atrs que los grupos ladinos (casi la mitad de la poblacin, o sea unas cinco millones de personas) no tienen definida una cultura de pertenencia, a diferencia de los mayas o los garfunas5. En un sentido amplio, que abarca y rebasa las anteriores consideraciones, se define la cultura como el conjunto de patrones de comportamiento, pensamiento y sentimiento que dan sentido y orden a las experiencias de todos y cada uno de los seres humanos. La cultura es un primer horizonte orientador sobre los fines o propsitos de la existencia humana, sobre lo que se puede y debe esperar de ella, sobre lo que constituye objeto de satisfaccin o frustracin, y sobre el puesto o misin del ser humano en el cosmos, en tanto especie, como grupo y como individuo6. Lo que Martn Heidegger dice acerca de la obra de arte puede muy bien aplicarse a la cultura: otorga a las cosas su rostro y a los seres humanos perspectivas de s mismos7. La cultura da cohesin a los grupos humanos y permite a las personas individuales ubicarse, coexistir con otras, desenvolverse con facilidad y desarrollarse dentro del mundo, el cual, como ya se dijo, es siempre fundamental, aunque no exclusivamente, un mundo humano. En el plano cotidiano, la cultura permite predecir el comportamiento de los semejantes y reconocer a los extraos. La cultura, como la existencia humana en general, es algo

4Corominas, Joan. Breve Diccionario Etimolgico de la Lengua Castellana, 3 ed. revisada y aumentada. Madrid: Gredos, 1973. 5Otra razn esgrimida para hacer semejante afirmacin es la definicin negativa y, por tanto, vaca del ladino como simplemente no-maya. La misma antropologa, consciente del absurdo de tal aserto, ha contribuido al malentendido, toda vez que ha tendido a privilegiar, con mucho, como sujetos de estudio a los grupos no ladinos guatemaltecos, evidentemente menos exticos, extraos y atractivos al ojo occidental. 6Se recomienda a este respecto los clsicos textos de Max Scheler, El Puesto del Ser Humano en el Cosmos y El Saber y la Cultura. 7En su texto de 1935-1936, El Origen de la Obra de Arte

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compartido de cabo a rabo. Conocimientos y saberes, tradiciones y costumbres, lenguas y otros cdigos de comunicacin, no son ni pueden ser inventos ocasionales o privativos de las personas individuales, aunque stas puedan, como lo hacen todo el tiempo, contribuir a su desarrollo. La cultura es principalmente obra de un grupo humano, una obra que el ser humano hace en tanto que humano, que lo hace ser humano, y que queda en poder y a disposicin de otros, grupos humanos o personas individuales. Al mismo tiempo que un grupo recibe o crea una cultura, y se realiza en ella, tambin ofrece sus descubrimientos o verdades a aquellos con quienes convive, as como a quienes han de venir. Cada grupo cultural vive y hace crecer su verdad histrica, es decir, su versin del bien, de lo bello, de lo conveniente, de lo til, etc., segn se plasma en su forma de organizarse socialmente, de relacionarse con la naturaleza, de producir y distribuir la riqueza, de reconocer y rendir culto a lo sagrado, etc. En esa medida, constituye asimismo una afirmacin de lo universal en lo especfico, de lo trascendente en lo inmediato, de lo colectivo en lo individual, y en una medida o modelo de posibilidades vitales para todo el gnero humano. Las expresiones bagaje, acervo o riqueza cultural son, de acuerdo con lo anterior, acertadas, aunque en un sentido mucho ms amplio y profundo del que corrientemente se les adjudica. A menudo estas frmulas, en apariencia encomiosas, connotan una visin de la cultura como algo extra, importante pero marginal, ms all del comn de los mortales o perteneciente al pasado, a los museos o las instituciones culturales, algo que poco o nada tiene que

ver con la vida cotidiana, sus realidades y problemas. Es de notar, sin embargo, que semejante concepcin de la cultura y lo cultural deriva ella misma de una determinada manera de comprender y valorar las costumbres, las tradiciones, las creencias y la existencia humana en general es decir, deriva de una cultura peculiar, la cultura occidental moderna. Entre los rasgos caractersticos ms importantes de esta cultura se cuenta su privilegio de los valores de la autonoma e inters individual, la produccin y consumo masivo de bienes y servicios, la vida en el presente y la satisfaccin de los deseos, la expansin econmica, el desarrollo cientfico y tecnolgico. Lo cual no significa que otras culturas no occidentales no cuenten con tales caractersticas. Pero por la posicin dominante que ha venido ocupando la cultura occidental, resulta difcil apreciar autnticamente las riquezas humanas de las culturas locales tradicionales y otras como las asiticas o las rabes. Como se habr de observar ms adelante, pasar juicio sobre otras culturas es no slo arduo sino en buena medida resulta intil. No se trata de eso. Se trata ms bien de adoptar una perspectiva y construir un ambiente de respeto, inters, comprensin y aprecio por las culturas por todas. Slo as se puede estimular a la persona individual para que alcance la realizacin plena de sus posibilidades, cultivando todas sus dimensiones. Porque quin tiene el derecho a decidir por otros qu pueden y deben hacer o dejar de hacer y pensar, a qu pueden aspirar, con qu deben conformarse? Una vez ms: operar de espaldas a la dimensin cultural, que rige y ordena estas actividades bsicas del ser humano es ponerle cortapisas a la justicia y al desarrollo, entendido ste como realizacin integral o multidimensional.

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4.2.3. Grupos tnicos o NacionalesUna persona aprende como ser adulta funcional en una sociedad dada a travs de una cultura. Las destrezas, conocimientos, actitudes y comportamientos considerados como apropiados son transmitidos por la familia y el grupo humano inmediatamente circundante. Se denomina enculturacin y socializacin a estos procesos de aprendizaje, que constituyen la base para el posterior proceso de educacin formal en la escuela. La enculturacin es la adquisicin caracterstica de una cultura, e incluye la competencia en el manejo de un idioma. La socializacin es el proceso general gracias al cual se aprende a funcionar dentro de una sociedad y asumir ciertos roles. El grupo que inicia y desarrolla estos procesos es el grupo tnico o nacional8. ste se define como un conjunto de personas, biolgicamente autoperpetuado (en el grupo se nace), que comparte una misma cultura. Cada integrante de un grupo tnico posee un sentido de membresa que lo identifica con su propio grupo, y hace que ste sea reconocible en aqul. Todo grupo tnico establece entre sus miembros un campo de comunicaciones e interacciones. La comunicacin se desarrolla principalmente por medio de la lengua, pero tambin son expresiones culturales comunicativas y de membresa las ceremonias, los vnculos de parentesco y las formas de reconocer la autoridad. Algunos rasgos caractersticos importantes del grupo tnico son:

ciertas creencias, valores, obligaciones y tareas comunes; una peculiar organizacin familiar, del parentesco y de las relaciones interpersonales y de jerarquas, con sus respectivas codificaciones (ritos matrimoniales, modalidades de la herencia, saludos y expresiones de respeto, etc.); la ocupacin, no necesariamente exclusiva, de un territorio; la especializacin de sus actividades econmicas no es exclusiva de un grupo determinado; el reconocimiento de aquellos que no son del grupo; etc.9 Es importante distinguir entre lo tnico de lo social. Mientras lo primero hace referencia a la dimensin de la cultura, lo segundo se refiere a la organizacin bsica de la produccin y vida en comn de personas y grupos. Grupo tnico no equivale a clase social, como tampoco son equivalentes las relaciones intertnicas con las relaciones sociales. La diferencia esencial viene del sentimiento de membresa, o sea de la identidad. En una situacin ideal, la divisin que priva entre varios grupos tnicos es, por decir as, horizontal, es decir, los grupos coexisten uno al lado de otro. Las clases sociales, en cambio, son, por definicin, estratos; adems, sus criterios

8No parece existir consenso para utilizar estos dos trminos como sinnimos. Del griego, ethnos, etnia significa literalmente nacin o pueblo, en sentido amplio, que puede o no buscar establecer un estado con gobierno propio (soberana). La etnologa volvi a adoptar el trmino antiguo, haciendo hincapi en la cultura compartida, sentido de pertenencia, adscripcin territorial y destino comn (historia o tradicin, y visin del futuro). 9Debido a las discrepancias sobre los trminos etnia, nacin y pueblo, diferentes autores diferirn, en cuanto a los detalles, sobre una lista de rasgos como sta. Juan Villoro, por ejemplo, excluye, aunque no por completo, la referencia a la ocupacin de un territorio. Enfatiza, adems, la ausencia de referencia a una voluntad de convertirse en nacin o estado, lo cual se reflejara en su capacidad de relacin no conflictiva con otros grupos dentro de un espacio o sistema poltico determinado. Vase Villoro, 1998.

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principales de descripcin y anlisis son econmicos. Por su parte, un grupo tnico puede reunir personas de distintos niveles socioeconmicos. Sin embargo, an con tales diferencias de ingreso y condicin social, no se deja de reconocer a los miembros del grupo. La fuerza de cohesin de la identidad tnica es por lo general ms poderosa que la fuerza de la disgregacin de la diferencia de clase. Lo que no significa que las clases sociales no desarrollen sentimientos de pertenencia. Una clase social, por su parte, puede fragmentarse en varios grupos tnicos diferentes. Por ejemplo, en Centroamrica (de Guatemala a Costa Rica) existen un poco ms de cuarenta grupos tnicos, de los cuales los que corresponden a Guatemala alcanzan ms del 50%, siendo stos tambin los de mayor poblacin con respecto a los grupos tnicos de los cuatro pases restantes. As, en Guatemala, la poblacin total de los grupos tnicos llega a los 4.5 millones, que corresponde al 49% ms o menos del total de la poblacin10, mientras que en Honduras, Nicaragua y Costa Rica, sus poblaciones indgenas no rebasan el 10%, y en El Salvador, apenas llegan al 1%. Cada uno de los grupos tnicos centroamericanos comparten entre una herencia histrico cultural comn que se remonta al perodo prehispnico, as como tradiciones culturales forjadas durante los perodos colonial y republicano, pero tambin cada grupo tiene una particularidad cultural e identitaria que los distingue entre s. En Guatemala el legado histrico cultural es casi exclusivo de la civilizacin maya, mientras que en El Salvador es de origen nahuatl, y en Honduras, Nicaragua y Costa Rica, se comparten tradiciones histrico culturales mesoamericanas, caribeas y sudamericanas.

Con relacin a las clases sociales centroamericanas, cuya formacin histrica se origina en los procesos productivos, puede afirmarse que existen caractersticas que las hace ms cercanas entre s, que en contrapartida las hace diferenciarse menos. Por ejemplo, los asalariados agrcolas del caf, del banano y de otros cultivos de exportacin, o artesanos de los siglos XIX y principios del XX, o de los obreros de las industrias urbanas modernas, guardan ms rasgos comunes entre s a lo largo de Centroamrica, que los grupos tnicos. Lo mismo puede decirse de las lites sociales y econmicas de cada pas. Pero para enfatizar los lineamientos que gobiernan la membresa en un grupo tnico son histricos, ya que se comparte un pasado (origen), una lengua, una geografa, un sistema de valores, costumbres, estrategias econmicas, etc.. Entre otras cosas, ello implica que el grupo tnico es un proceso dinmico. La identidad del grupo, como la de las personas individuales, es ms un proceso que un producto terminado. La identidad tnica es un principio definidor que posibilita la escogencia, pero tambin el cambio de los smbolos que la constituyen. Los grupos tnicos cambian por su propia iniciativa y esfuerzo. Como la persona se adapta al entorno humano y natural cambiante, tambin se adaptan los grupos. stos van asumiendo smbolos nuevos, de acuerdo con nuevas circunstancias y tiempos, aunque siempre en consonancia con ciertos criterios de conveniencia caractersticos de su especificidad. Tales cambios pueden ser mucho ms acelerados en la vida diaria que el propio proceso de cambio de paradigmas. Por ejemplo, el vestido tradicional de varias

10 Instituto Nacional de Estadstica, Censos Nacionales XI de Poblacin Censo Nacional y VI de habitacin 2002, Guatemala 2003.

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etnias indgenas se ha venido modificando o el uso de palabras de otro idioma en el propio, como el anglicismo, lo cual no significa que la identidad est siendo trastocada, simplemente las circunstancias o por el gusto de los sentidos se van permeando las culturas entre s. El mundo contemporneo presiona poderosamente a la adaptacin y cambio de las culturas tradicionales. No obstante, no puede exigirse que un grupo evolucione de manera autntica si se pretende cambiar precisamente aquellos aspectos que l mismo considera esenciales para su identidad. Para que un proyecto de desarrollo sea visto en trminos favorables y se le asuma como propio deber concordar con los elementos de identificacin de los grupos tnicos participantes. Si es hostil y destructivo, puede ser objeto de una resistencia pasiva. La nica evolucin econmica, poltica o social que es posible fomentar con xito sostenido es aquella que toma en cuenta la identidad y las posibilidades de transformacin propias de los grupos tnicos. La continuidad puede tambin mantenerse en el cambio. El grupo tnico no es prisionero de sus lmites culturales o frontera tnica. La historia muestra que cambia y evoluciona, escogiendo libremente nuevos smbolos identitarios. La reivindicacin de la identidad no es en s misma reaccionaria o conservadora. La identidad cultural, precisamente porque es expresin de vida, cambia de acuerdo con la evolucin, desarrollo o progreso de las naciones. Los grupos tnicos mismos, sobre todo los que han sido explotados o marginados por largo tiempo, exigen poder adaptarse a las nuevas realidades econmicas, tecnolgicas y polticas del mundo actual, sin que se lesione su dignidad e integridad cultural. Es, por tanto, errada la percepcin de las llamadas culturas tradicionales como culturas estticas

que slo miran hacia atrs en el tiempo. Asimismo, es fruto del prejuicio etnocntrico la generalizacin acerca de los grupos no occidentales como ignorantes, sucios, holgazanes y, en general, ineptos para comprender y asumir el ms mnimo espritu capitalista, la industrializacin o las nuevas tecnologas de informacin y comunicacin. Semejantes concepciones suelen venir acompaadas de una visin folclorista de las etnias y las culturas, a las cuales se considera como objetos coloridos de consumo para propios y extraos, como mercanca turstica o meros smbolos de la identidad de un pas o regin, nunca como sujetos o protagonistas. De manera que se suele dar por sentado que si los grupos tnicos no occidentales quieren verdaderamente mejorar su vida y desarrollarse deben poco menos que abandonar su cultura propia y adoptar, con todas sus paradojas y contradicciones, la cultura occidental contempornea, su caracterstico individualismo y masificacin, y su orientacin por y hacia la produccin, el consumismo y la tecnologa. En la mentalidad de muchos plagado de estereotipos y prejuicios, desarrollo implica forzosamente volverse occidental. Es posible una vida coherente con y orgullosa de la cultura y pasado propios, y que se beneficie de la ciencia, la tecnologa y la organizacin productiva occidental contempornea. No obstante, el desarrollo verdaderamente humano e integral comprende, adems de la tecnificacin, del crecimiento productivo o del aumento de la riqueza, el desarrollo de las ciencias y las artes, estadios cada vez ms justos de organizacin social y de las prcticas e instituciones polticas en fin, de todos aquellos elementos que constituyen la forma y calidad de vida de los grupos humanos.

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Ahora bien, forma y calidad de vida, felicidad y bien comn, son todos trminos formales, sin contenido preciso, misterios o problemas cuya comprensin y solucin es y slo puede ser histrica es decir, propuesta, ensayada, vivida, por grupos humanos concretos. Respecto a la viabilidad de una cultura global altamente consumista, como dicen en Estados Unidos, the jury is still out (el jurado an delibera), pero las perspectivas y experiencias concernientes al medio ambiente y la explotacin humana no pintan un panorama precisamente seductor.

todos los elementos culturales de un grupo son identificantes (no todos definen la identidad grupal) en la misma medida. La cultura influye poderosamente en la manera cmo se piensa, siente y acta, por lo que se convierte en algo as como un lente a travs del cual se percibe y pasa juicio sobre el entorno, sobre todo el humano. La cultura condiciona inconscientemente la percepcin de cmo otros piensan, sienten y actan. Una persona dada tiende a pensar que su cultura es, si no la nica forma de ser, s la ms natural, conveniente y mejor. De manera que cuando ve a personas de otras culturas las ve y evala a travs del lente o estndar de la suya propia. Esto se llama etnocentrismo, que en un modo extremo denota la inhabilidad de considerar otras culturas como alternativas viables y aceptables de comportarse y organizar la realidad. Parece ser una caracterstica generalizada de las culturas el que sus rasgos propios sean considerados como correctos, naturales o superiores en comparacin con los de culturas ajenas. Los de stas suelen ser vistos, en el mejor de los casos, como extraos o graciosos, si no como inferiores, inmorales, atrasados, etc. Es importante para la sobrevivencia de un grupo tnico que sus integrantes consideren su cultura como algo correcto y bueno. Sin embargo, muchas veces se impone un desmedido sentido de superioridad respecto a las dems culturas, lo cual dificulta la comprensin de stas y el debido respeto por ellas. Un proverbio maya reza nunca opines de otro hasta que no hayas caminado una legua en sus caites. En el contexto de las relaciones intertnicas, este proverbio sugerira la importancia de entender los antecedentes culturales y las

4.2.4. Relaciones Intertnicas: Etnocentrismo o InterculturalidadA propsito del asunto del cambio cultural y de la globalizacin de la cultura occidental, es importante abordar el tema de las relaciones intertnicas. stas se rigen de acuerdo con un conjunto sistemtico de reglas que gobierna los encuentros sociales. Puntos y fuentes de contacto frecuente entre miembros de diferentes etnias son, por ejemplo, los mercados, la escuela, las migraciones (internas o externas), el servicio militar, los actos religiosos o los trmites burocrticos. Es de hacer notar que, en primera instancia, los contactos frecuentes entre grupos de diferentes identidades, en lugar de eliminarlas, tienden ms bien a acentuarlas. Los medios adoptados para mantener y defender los lmites culturales son complejos y muchas veces ocultos. Con todo, parece inevitable que los encuentros cotidianos produzcan una reduccin de los roces y los diferendos. Este es uno de los aspectos de la evolucin natural de los grupos. No hay que perder de vista, sin embargo, que las reducciones de diferendos y diferencias culturales entre los grupos tnicos no conllevan necesariamente una reduccin de las respectivas identidades, ya que no

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experiencias de otras personas antes de juzgarlas de acuerdo con estndares que les son ajenos. Una tendencia ya madura en el campo de las ciencias sociales, de la cultura y de la educacin propone la adopcin de un principio que podra denominarse relativismo cultural como parte de un esfuerzo por comprender los diferentes sistemas culturales desde sus propios esquemas y en sus propios trminos, dejando a la vez por un lado las creencias y apreciaciones propias. La publicacin, a mediados del siglo XX, del libro del clebre antroplogo francs Claude Lvi-Strauss, Raza y Cultura, marc un hito en el proceso de cambio de la mentalidad occidental moderna respecto a otras culturas. Hasta entonces, tal mentalidad haba sido tpicamente etnocentrista, cuando no abierta y violentamente racista. El libro apoyaba decididamente la tesis de que no existen razas privilegiadas ni culturas superiores, con lo que se desbarataba un mito querido y antiguo, y se comprenda mejor el derecho de todos los grupos humanos de cualquier raza o cultura a defender su propia identidad y a continuar trasmitiendo su propio conjunto de valores, creencias y patrones conductuales. En esencia y dignidad, todas las personas y todos los grupos tnicos son iguales. Todos somos capaces de realizar las mismas obras, sean stas grandes o pequeas, importantes o insignificantes, nobles o viles La postura del relativismo cultural implicara el deseo y el esfuerzo genuinos por conocer y valorar otras culturas, as como por hacerse ms consciente de las riquezas y lmites de la propia. Fruto importante de esta actitud es la valoracin cada vez ms positiva del

fenmeno de la interculturalidad. Se dice que una persona es intercultural cuando posee los conocimientos suficientes y las destrezas necesarias para desenvolverse con comodidad y comunicarse efectivamente con personas de cultura diferente a la propia y, en general, en cualquier situacin que involucre personas de diversos antecedentes culturales 11 . De manera anloga, una sociedad o un pas son interculturales cuando promueven y desarrollan conocimientos culturales y destrezas comunicativas entre sus diferentes integrantes, de manera que stos se comunican y conviven dentro de un marco de efectivo respeto y comprensin. Ni la comodidad ni la proficiencia comunicativa en un ambiente multicultural conllevan forzosamente el rechazo o el abandono de la identidad cultural propia, sino ms bien amplan el rango de habilidades para el relacionamiento y la comunicacin. La interculturalidad es en realidad una experiencia humana normal, como lo prueba el hecho de que una persona tpicamente pertenece a, y se relaciona con, varios grupos sub- o transculturales por ejemplo, de gnero, etreos, lingsticos, polticos, etc. De manera que el conocimiento de, y la proficiencia en, mltiples sistemas de percepcin, evaluacin, creencias y actuaciones no es algo remoto ni extrao. Es importante tener esto presente en la discusin que sigue acerca de cmo la dimensin de lo tnico-cultural puede y debe tomarse en cuenta en la construccin y evolucin de un sistema. Sin embargo, no se puede dejar de lado el hecho que en Centroamrica, y en Guatemala en particular, as como en otras latitudes del mundo, las relaciones intertnicas a menudo estn atravesadas por la opresin de un grupo por

11Parfrasis de definicin original de Hoopes, 1979, citada y discutiva por Becker y Richards, 1992.

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otro, lo cual da como resultado la discriminacin, el racismo y otras manifestaciones de esa ndole. Puede afirmarse que la discriminacin tnico-cultural y el racismo constituyen el componente principal de las relaciones entre los grupos tnicos y los mestizos o ladinos en pases como Guatemala.

hacen franceses e ingleses. En estos pases, ningn grupo tnico prevalece sobre los otros, y se ha vividio por largusimos perodos de tiempo sin episodios ni riesgos de inestabilidad poltica o ingobernabilidad. Dicho sea de paso, estos mismos ejemplos tambin prueban la falsedad de la correlacin, comnmente sostenida, entre homogeneidad tnico-cultural y prosperidad econmica. De hecho, segn observa recientemente Will Kymlicka, los pases que han adoptado formas slidas de multiculturalismo de inmigracin, en conjuncin, o como alternativa al federalismo multinacional, se encuentran entre los ms prsperos del mundo (2003, pg. 12). Un contraejemplo til en ambos respectos sera un pas como Hait, sin grandes diferencias ni tensiones tnicas, pero con una ingobernabilidad crnica y uno de los peores niveles econmicos de vida del mundo. Ciertamente, como se apuntaba al inicio del ensayo, muchas de las situaciones conflictivas del mundo actual, algunas infernalmente violentas, derivan de animosidades tnicas. No obstante, se apresura a adelantar juicio quien considera que semejantes escenarios son producto de las diferencias culturales por s mismas. Habra como mnimo que sopesar la hiptesis de que tales enemistades han surgido ms bien de la negligencia o el desdn por las diferencias, o del proyecto que no deja de tener algo de paradjico de tomarlas en cuenta pero slo para la desventaja y explotacin de los grupos considerados inferiores, infieles, incultos, atrasados, salvajes, etc.. Habra, pues, que considerar detenidamente si mucha de la violencia tnica no se explica mejor como epifenmeno de esquemas intolerables de marginacin y discriminacin, y si ms bien consiste en estos esquemas mismos. El cuadro de un grupo tnico que

4.2.5. Etnias, Estado y DemocraciaSe hizo ya una alusin marginal (nota 11) al hecho de que la mera existencia de un grupo tnico o nacional no implica necesariamente una voluntad de soberana que deba realizarse en la constitucin de un estado o pas. De manera inversa, puede afirmarse que tampoco es requisito esencial para la organizacin y funcionamiento de un estado la homogeneidad tnica y cultural de la ciudadana. Es completamente errnea la idea de que un estado o pas no puede subsistir si alberga en su seno demasiadas diferencias entre sus miembros, sobre todo del peso de las diferencias culturales. No sin alguna razn, se supone que estas diferencias en particular son especialmente delicadas, toda vez que rigen la manera en que grupos y personas conciben los fines, la naturaleza y la estructura de la organizacin social, poltica y econmica. No obstante, la historia ha mostrado que es posible concebir y construir entidades polticas nacionales que agrupen diferentes etnias y culturas sin desmedro de la justicia, la equidad y la gobernabilidad. Considrese, por ejemplo, la situacin de judos y cristianos en la Espaa medieval, bajo el rgimen rabe. Asimismo, existen pases modernos y pujantes que albergan distintos grupos tnicos, y hasta enemigos histricos. Tal es el caso de Suiza, donde conviven alemanes, franceses e italianos; o Canad, donde lo

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se hace del control poltico y econmico de un pas en desmedro de otros es recurrente a lo largo de la historia. Pinsese, por ejemplo, en la Espaa medieval bajo los Reyes Catlicos, en la Amrica hispana, o en la historia y actualidad guatemalteca12. La altsima factura en vidas que este tipo de estados ha cobrado por su subsistencia y gobernabilidad ha sido pagada por los grupos subyugados en una desproporcin atroz13. Las realidades o comunidades inventadas de que habla Benedict Anderson en su clebre ensayo sobre el origen y difusin del nacionalismo, y que l mismo propone distinguir y juzgar no tanto por su falsedad o legitimidad sino por el estilo con que son imaginadas por algunos, ya han resultado demasiadas veces en mortales catstrofes para otros. Ningn estado o pas, menos an aquellos que profesan una vocacin

democrtica, puede tolerar un estado de cosas en el que bajo las consignas de la construccin, de la prosperidad, se discrimine, se acalle, se reprima o se elimine a quienes exhiben rasgos fsicos diferentes, piensan de acuerdo con diferentes esquemas, hablan idiomas diferentes, o conciben y veneran lo sagrado y la divinidad de manera diferente. Libertad, justicia, igualdad han representado siempre los valores, principios y fines por excelencia de la llamada democracia liberal occidental, sistema ampliamente considerado como modelo a seguir por parte de pases como los nuestros. No obstante, an aquellos pases que han formado parte durante largo tiempo de esta tradicin, no han sido todos siempre plenamente coherentes con ella. Segregacin y discriminacin racial de jure o de facto, veda de los derechos ciudadanos a minoras tnicas o a la mujer, represin violenta a las organizaciones sindicales, y otras inconsistencias por el estilo han sido hasta hace relativamente pocas dcadas moneda corriente en este mundo supuestamente libre, justo y ejemplar.

12El territorio de lo que hoy se llama Guatemala ha visto venirse a radicar en l diferentes grupos y culturas a lo largo de

los siglos: los olmecas (siglos IV A.C. al III D.C), los mayas (siglos IV-X), los toltecas (siglos XI-XV) y los espaoles y europeos (siglo XVI-XXI). Actualmente, el pas est constituido culturalmente por varios grupos blancos o de cultura occidental; los grupos ladinos o mestizos, descendientes de espaoles e indgenas, bsicamente de cultura occidental, pero afectados por elementos autctonos; varios grupos mayas, herederos de la gran civilizacin mesoamericana; los garfunas, de origen caribeo y africano; y los xincas. Mientras los dos primeros han detentado tradicionalmente el poder poltico y econmico, y han impuesto sus esquemas de progreso y desarrollo, los otros grupos han permanecido relegados poltica y socialmente, y han sufrido despojo y explotacin. Para una perspectiva histrica y antropolgica de las relaciones intertnicas en Guatemala, vase los recin publicados estudios del Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamrica, de la serie Por qu estamos como estamos?, coordinada por Arturo Taracena, Richard Adams y Santiago Bastos. 13Aunque vienen a la mente con facilidad otras atrocidades tnicas registradas por la historia, especialmente en los ltimos

dos siglos (recurdese el destino de los indgenas y los grupos africanos en territorio estadounidense, el de los judos en la Alemania nazi, y el de los grupos tnicos no rusos bajo el rgimen stalinista, por nombrar tan slo los ms impresionantes), cimonos a los ejemplos ya propuestos, que tocan cerca de casa. Las vctimas indgenas de la conquista y el tricentenario rgimen espaol de Amrica se cuentan por millones, constituyendo uno de los captulos ms sangrientos de la historia universal. Por su parte, de acuerdo con la Comisin para el Esclarecimiento Histrico (CEH), el as llamado enfrentamiento armado interno guatemalteco (1962-1996) arroj un saldo de ms de 200,000 muertos y desaparecidos, de los cuales la gran mayora (83%, o sea ms de 160,000) fueron indgenas mayas. Los clculos y censos poblacionales a menudo discrepan, pero puede afirmarse que los mayas representan algo as como 40% de la poblacin guatemalteca. Ciertamente, el escenario predominante del enfrentamiento en su etapa ms lgida (1978-1983) fue el rea rural, donde los mayas son mayora. Sin embargo, las investigaciones de la CEH son concluyentes en el sentido de que las matanzas de poblaciones mayas obedecieron a polticas y estrategias racistas emanadas del estado mismo, y no dudan en calificarlas de actos de genocidio ni de imputar la r