Foro 2 - Desarrollo de La Sociedad Hatera y Los Bucaneros

5/10/2018 Foro 2 - Desarrollo de La Sociedad Hatera y Los Bucaneros

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IIIDE LOS INGENIOS A LOS HATOSHacia el afio 1540 la poblaci6n de la Espanola rendfa a organi-zarse alrededor de la industria azucarera; sesenta afios despuesse habfa organizado alrededor de los duefios de los hatos.

iPor que sucedi6 eso?Porque cuando se dejan abandonadas a sus impulsos natu-

rales, las sociedades secongregan en tomo a fuerzas econ6mi-cas; allf donde hay rnerales se forman las sociedades mineras,donde 10que rinde beneficios es la agricultura se forman lassociedades agrfcolas, y en Santo Domingo, una vez extingui-da la riqueza del azticar, 1 0 que qued6 como Fuente de nego-cios fue el ganado.

Por esos afios de 1540 en nuestro pais habfa centenares demiles de reses que se habfan multiplicado a partir de los ejem-plares trafdos por Col6n y poi"Nicolas de Ovando. Las tierraseran ricas en pastos naturales, el agua era abundante y sana, ypor alguna raz6n desconocida no habia en la Isla enfermeda-des que mataran los ganados.

En e1 Torno 1, Libro VI, Capitulo XLVI (pags, 206-207),de su mencionada Historia General y Natural d e las Indias,decfa Oviedo que "los ganados, en especial el vacuno, sonpoderosos animales, e sus alientos e grandes rebafios rompenel aire e 10 aclaran ... y hay, como h e dicho en otra parte, hom-bre de esta cibdad de a veinte e veinticinco mill cabezas de

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aqueste ganado, y de aquf para bajo, de quince, e doce e diezmill, y asf bajando, de tal forma que e 1 que tiene mill de dosmill cabezas, cuasi que no le cuentan ni le han por el mirnerode los que se llaman ricos de ganado".

Claro que el que tenfa mil reses era un pobrere, puesto quecomo dice Oviedo, una res valfa "un peso de oro, e muchoslas han muerto e alanceado, perdiendo la carne de muchasdellas, para vender los cueros y enviarlos a Espana".

Durante un tiempo los cueros compartfan con e 1 azticar elmercado de exportacion de la Isla. Oviedo asegura que "con-tinuamente van las naves cargadas, e muchas carabelas, conaziicar a Espana" (Torno I, Libro III, Capitulo XI, pags 78-9),pero tambien deda en el Libro VI, Capftulo XXVI, pag, 183,del mismo torno, que "es mucha cantidad la que del ganadovacuno se mata e alancea en el campo, e se deja perder lacarne, por salvar los cueros para los llevar a Espana".

Habfa personas que participaban en los dos negocios; quetenfan ganado y almismo tiempo eran azucareros. Ese era elcaso por ejemplo, del obispo Bastidas. En elTorno I, Libro I,Capitulo XI, pag, 79, deda Oviedo que "cuando la primeravez se imprimio esta primera parte {d e s u o br a, edita da en 1535en Sevi ll a, JB}, dije que ,el sefior obispo de Venezuela, queagora 10 es de SantJoan [d e Puer to R ico ,jB}, don Rodrigo deBastidas, tenfa diez e seis mill cabezas deste ganado, digo queal presente, en este afio de mill e quinientos e cuarenta e siereafios, tiene veinte e cinco mill cabezas, 0 mas de vacas", YOviedo deb fa saber bien 10 que deda porque el obispo deBastidas era su vecino, pared por rnedio, y los dos mante-nfan una esrrecha amistad. Por orra parte, 10 que Oviedoescribi6 qued6 bien documentado cuatro afios despues de-bido a que el mismo obispo dec1ar6 en 1551 que tenfa esacantidad de reses en once hates, ademas de veinriseis casasen la ciudad de Santo Domingo, medio ingenio de aziicar y


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ochenta esclavos (Americo Lugo, Hs tor ia de S a n to Dom in g o,Editorial Libreria Dominicans, C.T.~ 1952, pag. 311).

Sin embargo, el obispo Bastidas no era el que tenfa m a sganado en la Isla, porque Oviedo dice que habfa quienes te-nfan "treinta e dos (mil); y si dijere cuarenta e dos (mil) y hayquien las tiene: que es una dueiia viuda, honrada hijodalgo,Hamada Marfa de Arana, mujer de un hidalgo que se decfaDiego Solano, que ha poco riernpo murio".

Algunos ganaderos tenfan parte en los ingenios de aziicary los dueiios de ingenios tenfan ganado; pero eso no significaque unos y otros pertenecieran al mismo grupo social. Losazucareros eran miembros de una oligarqufa; los ganaderospertenecfan a una capa de esa oligarqufa que estaba llamada aeonvertirse en una oligarqufa patriarcal, Los primeros produ-dan riqueza con la explotacion del trabajo de los esclavos; lossegundos reeogfan el producto de unas reses que se habfanmultiplicado de manera natural en unas tierras que les habfadonado graciosamente el rey de Espana a elIos 0a sus padres.

El negocio de producir aziicar requerfa planeamiento; co-noeimientos para el uso de la fuerza hidraulica, para la cons-truccion de los molinos; organizacion para la siembra y elcuidado de la cafia, talleres de consrruccion de carretas y parala reparaci6n de todo el equipo de madera que se usaba en laindustria, numerosas y variadas piezas de cobre y de hierro yla tecnica para repararlas; requerfa los servicios de los llama-dos maestros y oficiales de aziicar, que eran los recnicos defabricaci6n del dulce; requerfa administracion, organizaci6nde transporte y comercial. Los esclavos tenfan que ser adies-trados, cada uno en un aspecto del negocio --cultivo y riego,transporte, carpinteria, los diferentes puntos del proceso de pro-duccicn=-, y algunos eran jefes de secciones. Debido a quecostaba tiernpo y atenci6n adiestrar a un esclavo, habfa quedade despues un trato mejor que el que recibfa un esclavo de


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hato, porque no era facil reemplazarle. Hubo esdavos quellegaron a ser maestros de azucar, la funci6n tecnica mas altaque habfa en un ingenio. Un maestro de aziicar tenia muchovalor para el duefio del ingenio, puesto que sin el no podiafabricarse azucar; como se sabe, los blancos que tenfan eserango eran llevados de las Canarias y a veces hasta de Portu-gal. En la lista de los esclavos que habfa en el ingenio Santia-go de la Paz de Hernando Gorj6n hallamos un Marcos, "maes-tro de azucar"; un Lucas, "maestro de ternplar"; un Hernando,"mandador"; a Perico y Canguey, "tacheros"; a FranciscoCalabar, Pedro Zape, Ganbli, Domingo Carabf, "caldereros",Habfa purgadores de aziicar, y habfa un "maestro de hacerladrillo e teja", pues tarnbien hacfa falta fabricar iadrillos paraaislar las grandes hogueras que servfan para el cocimiento delguarapo y de las mieles.

En la rnedida de la epoca, los que trabajaban en un inge-nio eran hombres especializados, fueran blancos 0 fueran ne-gros, y eso les daba 16gicamente un nivel de conocimientos yun grado de respeto propio y ajeno que los hacfa socialmentemas avanzados que los que trabajaban en los hatos. Los blan-cos, los mestizos y los negros esc1avos de los hatos vivfan casien estado de naturaleza; sus conocimientos eran mfnimos yprimitivos y sus relaciones con orros seres humanos, escasas.Adernas, no vivfan en un regimen de disciplina, como tenfanque vivir los esclavos y los blancos de los ingenios; estos nopodfan abandonar el trabajo y por tanto estaban sometidos areglas. Por Ultimo, el haro era atendido por una 0dos perso-nas, y aunque fueran esclavos, vivfan a su albedrfo, como sifueran libres.

Sucedi6, sin embargo, que la falta de mercado exterior parael aziicar, yel ningun aumento --0dirfamos mejor, la dismi-nuci6n- del mercado interior, causado por el hecho de quelos habitantes espafioles de la Isla se iban a otras partes de


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America, paraliz6 el desarrollo de la industria azucarera y fueprovocando luego su extincion. Y al mismo tiempo que eseestado de cosas iba produciendose, comenzaba a aumentar enEuropa la demanda de pieles de reses. Europa pedfa cuerosparafabricar sillas, sombreros, mamparas, zaparos, botas, fon-dos de cama, arneses de caballos, fundas de espadas, escudos,arcones, forros de libros. Asf, la enorme demanda europea decueros coincidio con la existencia de una enorme cantidad dereses en la Espanola. EI mercado que Ie faltaba al aziicar co-menzaba a sobrarles a la s pieles. El obispo Basridas, que era a lavez conduefio de un ingenio y duefio de once hatos con veinti-cinco mil reses podia estar tranquilo porque 10 que dejarfa deganar en el ingenio 10 ganarfa en las vacas; pero los que tenfantodas sus esperanzas puestas en el negocio del azucar no podfansentirse bien. 10 que valfan los ingenios iba a desvalorizarsernientras que los ganados del obispo Bastidas, que valfan solo25,000 pesos -apeso por cabeza, segiin sabemos-, iban avaler el doble, luego el triple, luego una fortuna.

El obispo Bastidas encarnaba un caso particular; el se ha-llaba en los dos bandos, en el que estaba llamado a perder yen el que estaba llamado a ganar. Pero el pais iba a perder,pues en unos treinta aiios la Isla paso, de las perspectivas deacabar siendo una sociedad organizada alrededor de la indus-tria azucarera, a ser una sociedad organizada alrededor de loshateros. Y ese paso significo un retroceso enorme en terminosde organizaci6n social; signified pas a r de las puertas del nivelmas alto de desarrollo social que-era posible tener en laepoca-no s610en nuestro pals, sino en cualquier orro de Ameri-ca- al nivel mas bajo a que podfa llegar cualquiera sociedad.Si establecemos a grandes rasgos, sin detenernos en detalles,un esquema en que aparezcan las etapas m a s importantes enla evolution social, hallaremos que el pastoreo de ganado esanterior a la agricultura y esta es anterior a la industria. Pues. -'...,.~


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bien, la Espanola descendi6 del punto en que comenzaba aorganizarse como sociedad industrial al esrado de los pueblospastores, pues eso, y no otra cosa, lleg6 a ser la Isla en lasegunda mitad del siglo XVI: un pueblo de pastores.

A fin de que podamos comprender en toda su magnitudla irnportancia regresiva del cambio que se oper6, debemosdetenernos un poco en los datos relativos a la poblaci6n de laEspanola en esos dfas, Esto es necesario porque la relaci6nhombres-tierra tuvo mucho que ver con el fen6meno socialque se produjo, Probablemente si la relaci6n de esos dos fac-tores hubiera sido diferente, el paso de una sociedad que seiniciaba en el proceso industrial habrfa sido a otra etapa, no ala de los hateros.

Oviedo decfa que en el15481a poblaci6n de la ciudad deSanto Domingo no llegaba a seiscientos vecinos, pero no sa-bemos ni cuantos Ie faltaban para llegar a esa cifra ni cual erael mimero de los pobladores de la Isla. Seiscientos vecinosequivalfan a tres mil personas; luego, en la Capital habfa me-nos de tres mil habitantes, tal vez dos mil. En esa cantidaddebfa haber, desde luego, muchos esclavos.

Es probable que en toda la Isla la poblaci6n espanola eindtgena --contando como espafioles a los hijos de espafio-les nacidos en e1 paIs- no pasara de tres mil personas y quelos esclavos no fueran mas de cuatro mil. De estos tiltimos,la mayoda de las mujeres y los nifios debfan estar dedicadosa trabajos domesticos y la mayorfa de los hombres adultos yj6venes, a trabajos en los ingenios, estancias y hatos; la pro-porci6n m a s alta debfa hallarse en los ingenios. Sabemosque el obispo Bastidas tenia ochenta esclavos, pero no sabe-mos cudntos de eIlos estaban dedicados al servicio domesti-ca, cuanros estaban en el ingenio del eual era socio, cuantosse enconrraban en los once hatos que tenfa en el campo,pero debe suponerse que en ochenta esclavos, unos treinta,


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quizas treinta y tres, eran hombres de rrabajo, contando decatorce a quince afios hacia arriba.El calculo que hemos hecho para la poblaci6n esclava de

los afios 1550 y tantos se basa en el mimero de esclavos quehabfa hacia el1606, al quedar terrninadas las despoblaciones.En ese afio de 1606, segun e 1 censo que mand6 hacer el go-bernador Osorio --que por cierto debi6 ser un censo muyestricto, porque Osorio, el implacable despoblador, fue es-rricto en redo 1 0 que hizo u orden6 hacer- habfa en nuestropals, que era entonces toda la Isla 9648 esclavos, es decir, algomenos de dos mil familias esclavas. (Conviene aclarar, de paso,que para hao~'rseuna idea de los censos de la epoca debemostener en cuenta que en los primeros siglos que siguieron alDescubrimiento los censos se hacfan sobre la base de dos cla-sificaciones: la de "vecinos" para los blanc os, fueran espafio-les, criolios 0 extranjeros, y la de "cabezas" para esclavos ne-gros y para negros y mulatos libres. Por vecino se entendfa unjefe de familia, y a la familia se le calculaban cinco miembros.De manera que cuando un censo de la epoca informa que ental lugar habfa, por ejemplo, mil vecinos, debemos entenderque habra cinco mil personas, y cuando dice que habfa milesclavos debemos entender que habra mil personas, y debe-mos calcular que en ese rnirnero de esclavos estaban compren-didos las mujeres y los nifios, generalmenre dedicados a tra-bajos dornesricos 1 0 rnisrno en las casas de sus amos que en losingenios, los hatos y las estancias).

Asi, en el caso muy probable de que hacia el 1550 hubieraen la Espanola cuatro mil personas esclavas, entre eIlas debiahaber unos ochocientos hombres adultos y unos setecienrosj6venes que hacfan trabajos fuertes; esto quiere decir que lostrabajadores esclavos debfan ser unos mil quinientos. Si acep-tarnos 10 que dice Oviedo, que en un ingenio hacfan falta deochenta a cien esclavos _"e aun ciento e veinte e algunos


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mas", llega a decir- debemos entender que 0 se refiere a losesclavos que trabajaban y sus mujeres e hijos 0 esta dandocifras exageradas. 10 16gico es 10 primero. En el inventario delos bienes de Hernando de Gorj6n aparecen los esclavos detrabajo y tambien mujeres y n if io s esclavos, a pesar de 10 cualla lista no llega a ochenta. Pero muchos debfan tener ochenta.Si ese hubiera sido el mimero promedio de hombres de traba-jo, el total de los esclavos de los ingenios habrfa sido de milseiscientos, cifra superior en un ciento al mirnero de mil qui-nientos para toda la isla que da nuestro calculo. Sin dudahabfa algun ingenio, como el dellicendado Zuazo, que debfatener ciento veinte esclavos, pero incluyendo mujeres y ni-nos; otros tendrfan noventa, otros ochenta y varios menos deesa cantidad. No serfa exagerado pensar que entre adultos yj6venes la poblad6n trabajadora y esclava de la s fabricas deaziicar estuvo en unos quinientos y la femenina e infantil enmil. En total, en los ingenios debfan vivir de mil seiscientos amil ochocientos esclavos. El resto estarfa en otros lugares; unaparte de ellos en servicios domesticos en la ciudad de SantoDomingo y en las pocas villas de entonees, y otra parte enestaneias y hatos.Algunos historiadores del siglo XVI hablan de treinta acuarenta mil esclavos' en nuestra Isla, 10 que es a todas lucesabsurdo. Habrfa que investigar que querfa decir el padreLas Casas al hablar de millones y millares, porque a 10 mejorse referfa a millares y centenares. Si cuando deda mill onesquerfa significar millares, entonces el estimaba la poblaci6nde la Isla en la hora del Descubrimiento en quinientos mil,eifra alta, pero mucho mas probable que los cinco millonesde que habla el autor de la Hi st or ia Ap%g it ic a de la s Indias; ysi un millar era en su lenguaje un ciento, entonees la pobla-ci6n esclava de principios del siglo XVI era de tres a cuatromil, cantidad que es exagerada, pero no absurda. Tambien

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5:fhubo historiadores que exageraron el mimero de los escIa-vos alzados, pues parece ser que en los alzamientos de esesiglo no se reunfan muchos esclavos; nunca llegaron a cienen cada caso.

Sabemos por don Americo Lugo (ob . cit., pag. 99) que des-pues de la invasi6n de Drake hubo "grandes pesrilencias enlos negros con rnuerte de mas de la mi tad de los que habfa"; yaun si esa noticia fuera exagerada, y de mas de la mitad ladejararnos en la rnirad, tendrfarnos que de 1550 a 1600 lapoblaci6n negra debi6 doblarse dos veces, es decir, debi6 pa-sar de cuatro mil a diez y seis mil. (Decimos 1600 porquelanoticia indica que la epidemia se produjo despues de la inva-si6n de Drake; fue, por tanto, en 1590, un poco antes 0 unpoco despues, pero siempre antes de 1600). Ahora bien, laepidemia marc mas de la rnitad, pero no sabemos si mas de lamitad de diez y seis mil que debfa haber en el1600 6 mas dela rni tad de los doce mil que debfa haber hacia e l 1590, puesesa mitad --0mas de la mitad- fue mayor 0menor segunfuera el afio de la epidemia. Pero de 1 0 que no hay duda esque los calculos hechos sobre la poblaci6n esclava comproba-da por e 1 censo de 1606 conducen, teniendo en cuenta laepidemia en cualquier momento alrededor de 1590, a unacifra no mayor de cuatro mil esclavos en 1550.

Di jimos que por esos afios de 1550 la poblaci6n espanolay criolla -incluidos los indios que todavfa vivfan- no po-dia pasar de tres mil. Pues bien, en e l censo de Osorio apare-cen mil ciento veintisiete vecinos, 1 0 que qui ere decir de cin-co mil seiscientos a seis mil personas. Si alia por ellS 90 hubomorrandad entre los negros a causa de una epidemia, debi6haberla rambien entre los blancos espafioles y crioUos. Encuanro a los indios que debfan vivir hacia el 1550, ya noquedaba ninguno al f inal del siglo, puesto que no f iguran enel censo de 1606.


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Si la poblaci6n blanca, espaiiola y criolla, se multipliednaturalmente, sin bajas por epidemias, debi6 doblarse tam-bien dos veces entre 1550 y 1600; luego las probables tresmil personas, entre blancas e indias, de 1550, debieron serdoce mil en el1600, pero en 1606 solo eran unas seis mil.iPor que? iMurio tambien la rnitad de elIas en la epidemiaque mat6 ala rnitad --0mas de Lamitad- de los negros?iEra que de los habitantes no negros de 1550, la mitad eranindigenas, que desaparecieron sin dejar descendencia? iE sque nuestro calculo de que debfa haber tres mil habitantesblancos y criollos en e l afio 1550 es exagerado? Si 1 0 es,entonces la poblacion de Laeiudad de Santo Domingo esta-ba muy por debajo de 1 0 que esrirno Oviedo euando dijo queesa poblacion no llegaba "a seiscienros vecinos al presente,que es e 1 afio de mill e quinientos e cuarenta y ocho en queestamos", 0 sueedi6 que los blaneos emigraron en gran mi-mero a partir de 1550.

D e todos rnodos, el autor no ha guerido quedarse corte enesos calculos, preeisamente porque la intencion es demostrarque alllegar a la mitad del siglo XVI, punto el mas alto a queIlego el desarrollo de la industria azucarera, y por tanto laantesala de la decadencia de la oligarqufa del aziicar, la pobla-ci6n de la Isla no podfa pasar de siete a siete mil quinientaspersonas, de ellas, unos cuatro mil esc1avos y el resto espafio-les y criollos, y easi seguramente mas criollos gu~ espafioles,Y si resulta que esas eifras estan exageradas, y la poblaci6n erarnenor, entonees la eond usi6n que va a leerse inmediatarnen-te quedar fa reforzada.

Una eantidad de siete mil quinientas personas, que equi-valfa en suma a mil quinienras familias, diseminadas en unasuperficie de serenta y cinco mil kilometres cuadrados --quees el rarnafio de la Isla-. significa que en e115 50 habfa en laEspanola una persona por cada diez kilomerros cuadrados y


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E1una familia por cada cincuenta kilometres cuadrados. Esto esasf en terminos estadfsticos, pero en la realidad la siruacionera peor; pues si habra unos dos mil habitantes s610 en laciudad de Santo Domingo, que no ocupaba en ese tiempomas de un kilometre cuadrado, quedaban mas 0menos unascinco mil 0 cinco mil quinientas personas en el res to de laIsla, 10que indica que el espacio para cada una era de unosquince kil6metros cuadrados y de setenta y cinco kilometreseuadrados para cada familia.

Esa minima eantidad de gente en tanta superficie de tie-rras no podia formar una sociedad, sino apenas unos cuantosembriones dispersos de una sociedad futura. Entonees no ha-bia eaminos que eomuniearan a un gropo de personas conorros grupos. Ademas, debemos entender que cada familiavivia aislada en setenta y cinco kilornetros euadrados; que sereunfan en villorrios, algunos con el nombre pomposo de eiu-dades. Los espacios despoblados eran, pues, enormes; habiaregiones de miles de kilometres euadrados donde no vivfa unalma; de manera que las comunicaciones de las gentes entre sfse hacfan diffciles, y por tanto muchisima gente viviasin sa-ber noticias, sin enterarse de 10 que estaba pasando en la Isla yen el mundo. Por eso no debe causarnos asombro que lasfamilias dispersas buscaran el amparo de los centros de podersocial que quedaron en la Isla despues que declin6 la indus-tria azucarera; y esos centros de poder social eran los hatos,que pasaron a ser los puntos de mayor autoridad social entodo 10que rest6 del siglo XVI; en todo el siglo XVII y en granparte del siglo XVIII. .

Ya en 1582 los ingenios azucareros habfan eomenzado adisminuir (Fray Cipriano de Utrera, nota en Idea del va lo r dela Is la E sp an ola , pig. 113), Ya medida que los ingenios ibandesapareciendo los haros iban convirtiendose en sus sustitu-tos como centros de auroridad social. Fue un fen6meno de


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traspaso de la autoridad social por razones puramente econo-micas. Pero ese traspaso llevaba en su sene una tragedia quenadie tomo en cuenta; la de la destitucion humana, la deldescenso de la funcion social de los hombres que habfan ad-quirido en los ingenios destrezas y habitos de trabajo quecorrespondfan al nivel mas alto en la epoca.

iQue se hicieron los esclavos que habfan aprendido a sermaestros de aziicar,maestros de temple, caldereros, purgadoresde aziicar, maestros de "hazer ladrillo 0 teja"? En 1547, segunpodemos ver en el inventario notarial de los bienes del difun-to don Hernando Gorjon, Marcos, maestro de aziicar, teniacuarenta afios; Perico, tachero, tenia treinta; Francisco Calabar,calderero de la caldera de rnelar --es decir, experto en eldeshidratado del guarapo hasta que quedara convertido enmiel- tenia cuarenta afios; Pedro Zape tenia rarnbien cua-renta. Esos hombres debieron vivir 16gicamente unos veinteafios mas, treinta y tal vez algunos llegaron a los ochenta afios,Pero desaparecida la industria en que se habfan hecho dies-tros, sus conocimientos no les servfan para nada. Ir a la ciudadde Santo Domingo para aprender otro oficio tampoco era unaperspectiva, puesto que la capital de la Isla fue despoblandosetambien; sus habitantes se iban a los hatos, sobre todo des-pues que comenz6la epoca de los negocios con los corsarios.En el afio 1600 en Santo Domingo habfa s610doscientas fa-milias, segtin informaba e 1 arzohispo Davila y Padilla.(Arnerico Lugo, o b . cit., pag. 99).

Para seguir viviendo, los esclavos que se habfan especiali-zado -para decirlo con una palabra actual- en alguna tareade las muchas que habfa en la industria azucarera, tenfan ne-cesariamente que olvidar sus conocimientos y aplicarse a losoficios primitives de los hates; tenfan que descender no s610como parte del conjunto de la poblaci6n, sino adernas demanera individual, pues 10 que elIos habfan aprendido en


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largos afios de su juventud no podia ejercerse mas. Su descen-so era resultado del descenso general del pais, pero a la vez esedescenso personal estimulaba el del conjunto.

Ahora bien, los maestros de azticar, como los tacheros, losque cortaban la cafia y los que cuidaban de los bueyes; toda 1apoblacion de los ingenios respond fa a la misma ley que todolos seres humanos en cualquier grado de la civilizaci6n: secongregaban alredeclor de una auroridad social. En sus afiosde rrabajadores de los ingenios, esa autoridad esraba repre-sentada por los duefios de las fabricas de aziicar. Cuando estosdesaparecieron pas6 a estar encarnada en los hateros. As!, laIsla, que iba desarrollandose como sociedad de azucareros, sinllegar a alcanzar su madurez en esa direccion, paso a ser unasociedad de hateros; y los hombres y las mujeres que antes seagrupaban alrededor de los centres del aziicar tuvieron quepasar a agruparse alrededor de los centros de ganado.

Hasta ahora se hapensado que la decadencia de la Espano-la se debi6 a que sus pobladores la abandonaron porque en elPeru y en Mexico se descubrfan minas de oro y de plata. Elabandono es un hecho comprobado; 10 que no esta compro-bada es la causa de la decadencia. La fabricacion de azticarpudo proporcionar a la Isla tanta riqueza como el oro y laplata al Peru y Mexico, y tal vez mas. De hecho, eso sucedi6en el siglo XVIII en una parte pequefia de la Isla, que fueHaiti. En caso de que la industria del aziicar hubiera llegadoa desarrollarse en toda sus posibilidades, la Isla no se habriadespoblado; al contrario. Luego, la raz6n del abandono de laEspanola por parte de sus habitaates en el siglo XVI no hayque buscarla en las minas peruanas y mexicanas sino en elfracaso de la industria azucarera; y ese fracaso se debi6 a lafalta de un mercado comprador.

Ahora bien, cuando la fabricaci6n de azticar empez6 a serun negocio malo los pobladores comenzaron a organizarse


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alrededor de la riqueza ganadera, y esto signified un cambiocualitativo muy importante, el paso de la oligarqufaesclavistaindustrial al de la oligarqufa ganadera patriarcal. Marx. habiallamado a los esclavistas de America capiralistas, que exisdan"como anomalfas en el seno de un rnercado mundial fundadoen el trabajo libre", y habfa dicho que "antes de la trata denegros, las colonias no daban al rnundo antiguo m a s que unospocos productos y no cambiaron visiblernenre la faz de la tie-rra. Laesclavitud es, por tanto, una categorfa economics de lam a s alta imporrancia"(CarlosMarx, S ur les S o c i e t e s Precapitalistes,Editions Sociales, Paris, 1970, pag. 224; Carlos Marx, Fede-rico Engels, Obras Escogidas, LaHabana, Torno III, pag. 320).Pero Marx hablaba de las oligarqufas esclavistas industriales,y resulta que una oligarquia esclavista patriarcal, como la quevino a quedar en la Espanola despues del fracaso de la oligar-quia azucarera, era precapitalista, no capitalista. Asf, del ca-mino del desarrollo capitalista, a traves de la modalidad tfpi-camente americana de las oligarqufas esclavistas, que nuestropais habfa tornado apartir dellS 20, vinimos a salir a una vere-da enmaraiiada y perdida, la de la oligarqufa esdavistaprecapitalista. Del nivel industrial descendimos al nivel de loshateros, sin dejar por e~ de ser una sociedad esclavista, Yen 1 0sucesivo toda nuestra historia iba a estar condicionada por esedescenso, que sufrimos en nuestra infancia como pueblo.


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IVEL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD HATERASerfa un error pensar que el proceso de ir de una economiaque estaba organizandose a base del azucar a una economiadel ganado fue brusco 0 se llev6 a cabo en pocos alios. La Islasiguio produciendo aziicar, cada vez menos, eso si; y al ritmoque descendia la producci6n del aziicar ascendia la venta decueros. Una economia iba en descenso y la otra ascendia. Sa-bemos que los ingenios empezaron a desaparecer, primero,por los mas alejados de la Capital; el de Higtiey, los de PuertoPlata, Bonao, Sanjuan de laMaguana. En mediode ese pro-ceso iban aumentando la demanda europea de cueros y lasdificultades de Espana para mantener el comercio con sus te-rritorios de America. S e estimaba que los artfculos que nece-sitaba America en un afio hacia mediados del siglo XVI -porel1545- no podrian ser servidos por Espafia en menos desiete alios, y no era posible tratar de comprarlos en otros paf-ses porque Espana mantenfa el monopolio del comercio consus dependencias arnericanas, y en eso era inflexible. Ese atra-soen la entrega de mercancfas para America semantuvo duran-te todo el siglo XVI, de manera que los articulos que llegaban ala Espanola eran tan pocos que su precio subia rnucho, y eso setraducia en una baja alarmante del valor de la moneda. Por esoen una informaci6n del 23 de junio de 1577 se decfa, hablandode nuestro pais, que "estaba puesta lamoneda en 1 0 Ultimo desu bajeza" (Americo Lugo, o b . cit., pigs. 44-5).


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La escasez del tipo de mereancfas que se eonsumian a dia-rio y la abundancia de reses fueron los dos faetores determi-nantes en la aparici6n del contrabando como sistema de eo-mercio de la Isla. E1contrabando seorganiz6 a base de trueque;los contrabandistas llegaban a las costas poco pob1adas de laEspanola y cambiaban sus mercandas por cueros de res. Losholandeses, que eran los europeos que tenfan mejor organiza-do su comercio marftimo, lIegaron a monopolizar practice-mente e l negocio del contrabando. De acuerdo con e 1 memo-rial que envio a Felipe II,rey de Espafia, e l escribano real de laYaguana -La actual ciudad de Leogane, en Haiti- (publi-cado por Manuel A. Pefia Batlle en su libro sobre L a Tortu-ga), e l contrabando estaba organizado ya en 1577, de maneraque podemos suponer que era muy fuerre en 1583. Muchagenre, Ilevandose sus esdavos, se iba hacia las costas del Oestey del Norte, a cazar reses cimarronas para cambiar sus pie1espor los artfcuIos que llevaban los ho1andeses, y hal1amosuna indicaci6n de que el mimero de esa genre era alto en elhecho de que en 1583 no habfa casabe para la poblaci6n dela Capital, 1 0 que quiere decir que los que hacfan casabe ha-bfan dejado esa pequeiia industria para irse a las costas delOeste y del Norte a caz~ vacas, porque esa actividad les ren-dfa mas beneficios.

La venta de pieles a Espana --que era legal- consumi6las reses en las vecindades de Ia Capital. En el1581 se em bar-caron para Espana catorce mil cueros, que Espana pagaba adiez pesos. Los artfculos que los holandeses daban por unapie! valfan, a l venderlos, veinte pe~os; y aunque con e l pesode entonces pudiera comprarse poca cosa debido a la depre-ciacion, era sin duda mejor cambiarles las pieles a los holan-deses por artfculos de contrabando que venderlos a la Casade Contrataci6n de Sevilla, y era mucho mas beneficioso irsea cazar reses a los montes del Oesre que sembrar yuca para


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hacer casabe y venderlo en la Capital. La movilizaci6n de lospobladores hacia las costas del Oeste y del Norte estaba, pues,justificada. Como artfculos marginales del negocio de contra-bando estaban el tabaco y las maderas, pero en poca cantidad.

El escribano real de la Yaguana de que hemos hablado,Jer6nimo de Torres, informaba que cuando un navfo contra-bandista llegaba frente ala Yaguana hacfa algunos disparos,que servfan de sefial a los que vivian mas cerca de la costa; lanoricia de que la nave extranjera habfa llegado iba pasando delos vividores mas cercanos a los mas lejanos, y comenzabaentonces el desfile de los pobladores hacia Guanahibes consus cueros de res, con sebo, con maderas y tabaco; algunos apie, otros a caballo y en carretas, orros en canoas. Se advierte,pues,que los cazadores de reses se dedicaban a matarlas du-rante rode el afio, por 10 menos en tiempo seco, pues cuandollegaba un navfo ya renfan cueros secos para llevarlos a trocarpor mercancias europeas. Unos afios despues del memorial deTorres el negocio se habfa estabilizado de tal modo que envarios puntos de la costa del Oeste se habian construido al-macenes para guardar los productos que intercambiaban loscontrabandistas y los habitantes de la Isla.

En marzo de 1594 el arzobispo de Santo Domingo infor-maba al rey de Espana que el contrabando habfa borrado to-das las diferencias religiosas. Y efectivamente sucedfa asi, por-que ya a esos afios tilrimos del siglo el contrabando era ejercidopor franceses y portugueses, buenos cat61icos; por holandesese ingleses, protestantes, y por los muy cat61icos habitantes dela Espanola; y todos trataban en la mejor armonfa sin tomaren cuenta las diferencias religiosas.

Eso, sin embargo, con ser escandaloso a los ojos de una dig-nidad eclesiastica espanola, no era nada comparado con e 1 dere-rioro,cie laautoridad rea l entre los criollos de la Isla. Seconocencasos de funcionarios que tenian que dormir escondidos en los


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bosques para que los pobladores y los contrabandistas extran-jeros no los hicieran presos; un vecino de la Yaguana arrebatoa un escribano real una proclarnacion contra el trueque ilegalen el momenta en que el escribano estaba Ieyendola ante elvecindario, y adernas rornpio la proclamacion del rey en lacara del escribano, hecho insolito e inconcebible. Un oidor dela Audiencia de Santo Domingo, cargo de tanta categorfaque convertfa al que 10 desempefiaba en un personaje casisagrado, tuvo que huir rnientras los contrabandistas 10 perse-gufan a tiros, y el escribano que le acompaiiaba para dar fe desus actos ~ostumbre de la epoca- estuvo mas de dos me-ses preso de los contrabandistas en las bodegas de un navfo.La autoridad publica, fundamento de la existencia misma delpafs como territorio espaiiol, estaba, como se ve, en procesode desintegracion,

iCu:indo y como se hubieran atrevido los duefios de inge-nios a actuar asf?

La. escasa sociedad dela.Isla paso a organizarse alrededorde las reses, 10 que ya de por sfsignificaba un descenso en laescala de la organizacion social, pero adernas, e l estado de casinaturaleza en que vivio la sociedad del ganado en sus prime-ros afios llevaba a los pobladores que se habfanadscrito a ellaa situarse en un campode violencias contra la autoridad delEsrado, que, como sabemos todos, era enesos tiempos, parala creencia de la gente, de origen divino y por tanto indispu-table. A la menor amenaza de ser perjudicados econornica-mente, los ganaderos reaccionaban con violencia, desafiandotodos los principios. Su incapacidad para obtener beneficiosen aetividades diferenres, y sobre todo su incapacidad de todotipo para emplear de manera rentable los dineros que gana-ban con el negocio de contrabando, les llevaba a reaccionarasf. Los mercaderes de la Baja Edad Media europea habfaninventado formas de ganar dinero empleando los capitales


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CoMPOSlCION SOCIAL DOMINlCANA

que habian acumulado, y dieron de esa manera nacimiento ala burguesia; los cazadores de reses de la Espaiiola no conce-bian otra manera de ganar dinero que no fuera haciendo true-ques de cueros, sebo, tabaco y madera por los articulos de loscontrabandistas, que luego vendian a precios altisimos. Elmiedo a su propia incapacidad para crear riqueza los conver-ria en enemigos de la ley.

Pero tarnbien sucedia que el genero de vida que hacian losganaderos en esos afios los educaba para la violencia. L as resesse cazaban en monterias, a puras lanzadas, despues de perse-guirlas por entre los bosques con perros entrenados; donde semataba la res, ahf se desollaba, se le sacaba el sebo y se carga-ban cuero y sebo; la carne se dejaba pudrir, con excepci6n delos mejores pedazos, que se usaban para alimentar a los caza-dores y los perros. Amos y esclavos vivian en ranchos, en elmas bajo nivel imaginable.

Ese estado de naturaleza no impidi6, sin embargo, un cier-to tipo de estabilizaci6n de los cazadores de reses del Oeste ydel Norte, 10 que se explica porque el negocio del contraban-do duro mucho tiempo, probablemente mas de treinta aiios acontar del momenta en que comenz6 a organizarse. El primerdocumento con noticias alarmantes sobre el contrabando esde 1577, pero sin duda el tcifico con los extranjeros habiacomenzado desde 1565, por 10 menos. Pues bien, los cazado-res de reses acabaron estableciendose en las regiones dondecazaban: domesticaron muchos ganados, al grado que se con-sidera que al ordenarse las despoblaciones habia en esas zonasmas de cien mil reses mansas; unos cuantos de los haterosvivian en las villas de la costa, pero orros hicieron viviendasprirnitivas en medio de los terrenos donde tenian la s reses, Seestabilizaron, pero no mejoraron s.utipo de vida prirnitiva, lade perseguidores, cazadores y degolladores de reses; la de genceque descendi6 a un nivel de organizaci6n social realmente de


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pueblos pastores. De ahf su falta de sentido del orden social, sudesaprension ante las autoridades e incluso su falta de convic-ciones religiosas, 10que era inconcebible en aquellos tiempos.

Desde el punto de vista del gobierno espaiiol esto ultimocolmaba todas las medidas; y asi, cuando el dean de la Care-dral de Santo Domingo recogi6 entre los habitantes del Oes-te unas trescientas biblias luteranas, entre fines de 1599 yprincipios de 1600, el gobierno espafiol, campeon mundialdel catolicismo, orden61as despoblaciones. Esa medida signi-ficaba que los habitantes del Oeste y del Norte sedan evacua-dos hacia e l Este y las villas situadas en la costa del Oeste y delNorte sedan desrruidas, La evacuaci6n serfa total, can anima-les, esclavos y todo 10 que pudiera trasladarse. Los que vivfandel contrabando se prepararon para resistir y en varios lugareshubo lucha; pero el gobernador Osorio tenfa la mano dura;ahorc6 a algunos, destruy6 propiedades y al fin despobl6 lascostas seiialadas como nidos del contrabando y desmantel6 yquem6las poblaciones.

Ya a mediados de 1606 estaba abandonada la mitad oeci-dental de la Isla. Ahara bien, por mucho empefio que pus ie-ran las autoridades en llevarse el ganado del Oeste y del Nor-te bacia el centro y el Este de la Isla, algunos millares de resesy de cerdos cimarrones se quedaron en los bosques, ricos deaguas y de pastos naturales. Pasados veinte afios, cuando yaen la region occidental no habfa mas seres humanos que unoscuantos negros cimarrones, los valles, las sabanas y las laderasde las montanas de esa parte de la Espanola estaban lIenas dereses y de cerdos. Centenares de millares de elIos vagaban enuna zona de varios miles de kilometres cuadrados sin quenadie los moles tara.

Y sucedi6 que para el afio 1629 los franceses y los inglesesestaban establecidos en una pequefia isla del gropo de Barlo-vento llamada San Crist6bal-hoy, San Kitts- y ese afio se


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CoMPOS[crDN S C > C l A L DOMrNICANA

present6 frente a San Cristobal una flora espanola comandadapor don Fadrique de Toledo, descendiente de un rfo de donaMarfa de Toledo; atac6 y dispers6 a los pobladores, de loscua1esunos cientos, franceses ellos, huyeron ala pequeiia islade San Martin, y de San Martfn salieron hacia Monserrate,Anguila, San Bartolome y Antigua; muchos de elIos, bus-cando refugio, navegaron hacia el noroeste y fueron a dar a lascostas del Oeste de la Espanola, donde se dieron de buenas aprimeras, sin comedo ni beberlo, con esa cantidad de cente-nares de miles de reses sin dueiio que vagaban por todas par-tes. Los fugitivos se dedicaron a marar reses, a secar los cuerosy a almacenar el sebo, y pasaron poco despues a trocar esosproductos por los que llevaban los barcos corsarios que nave-gaban por las vecindades. Fue asf como renaci6 el antiguonegocio, esta vez hecho por los franceses, que se esrablecieronen la costa y fundaron la curiosa sociedad de los bucaneros, delacual se desprenderfan la sociedad de los piratas que estuvie-ron asolando el Caribe durante largos afios y los llamados"habitantes" ; es decir los que se dedicaron a sembrar vfverespara la comida y tabaco para vender a los barcos negociantes.De esos bucaneros, piratas y habitantes saldrfa, con e l andardel tiempo, 10 que fue la colonia francesa de Saint-Dominguey es hoy Haiti. '

El negocio del contrabando hecho a base de pieles de resqued6 aniquilado con las despoblaciones, pero no qued6 des-truido el tipo de organizaci6n social que se consagr6 con el.Hemos dicho que se consagr6 porque el germen de la socie-dad de los hareros esruvo vivo en Ia-Espafiola desde principiosdel siglo XVI. Ya hemos explicado que los grandes ganaderoscoexistieron con los azucareros y que incluso habfa ganaderosque eran a la vez azucareros. Pero a partir dell5 20 los azucare-ros pasaron a ser e 1 sector social m a s avanzado de la Isla y lasociedad de la Espaiiola comenz6 a organizarse alrededor de


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ellos. Durante varios afios la produccion del pais descanso enaziicar y cueros de res. Don Americo Lugo refiere que expor-tabamos a Espaiia, "anteriormente, cada afio" ..."de ochenra acien mil cueros", y que despues "esta cantidad habfa disrni-nuido a veinticuatro mil" (His tor ia de S a nto D om in go ); ya en1581, cuando el contrabando estaba organizado, descendio acatorce mil porque las cantidades importantes de cueros secogfan en el Norte y el Oeste y estaban destinadas a los com-pradores contrabandistas. En tiernpos de Oviedo esre dedaque "es mucha cantidad la que del ganado vacuno se mara ealancea en el campo, e se deja perder la carne, por salvar loscueros para los llevar a Espana, e por aprovecharse del sebo" ,y contaba que solo en la ciudad de Santo Domingo se mata-ban en un dfa mas de cien cabezas de terneras, carneros, cer-dos y novillos. "La cual canridad no hay pueblo en Espana,por grande que sea, en que tanto ganado se pese" (Oviedo,O b . c it ., Torno I, Libro VI, Capitulo XXVI, pig. 183).

Pues bien, a pesar de que el negocio de pieles era bueno,era mucho mejor el del aziicar, puesto que una res, en tiern-pos de Oviedo, valfa un peso, es decir, 10 mismo que unaarroba de aziicar, y esta, desde luego, dejaba mas beneficiosporque era el producto de un proceso industrial, llevado re-gularmente, que nodependfa del azar; y ese mayor beneficioobtenido en forma economicamente mas ordenada y seguraperrnitfa capitalizar rambien demanera m a s ordenada y segu-ra que el negocio del ganado; asf , aunque coexistieron duran-te afios, los azucareros tomaron socialmente la delantera. Perola produccion de aziicar tuvo que estancarse y paso luego adeclinar, y la venta de pieles aparecio, gracias al contrabando,como el mejor negocio de la Isla. Cuando se Ilego a este pun-to los hateros se convirtieron en los centros de autoridad so-cial. Esto se explica porque el que lleg6 a tener mas resesdisponfa de mas pieles y era por 1 0 tanto el que m a s trueques


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hacfa, y con las mercandas recibidas de los conrrabandisrashacfa mas negocios que los dernas pobladores, y por 10mismoacumulaba mas dinero que otros; 16gicamente, ese hombreacababa siendo el mas irnportante en su drculo. En los aiiosde auge del contrabando, cien 0doscientas personas se enri-quecieron con el ganado, y alrededor de elIos iba a organizar-se la sociedad de los hateros, que serfa dominante en la Isladurante mas de dos siglos.

El contrabando de pieles iba a quedar aniquilado con lasdespoblaciones del Oeste y del Norte, pero fue imposible des-truir, junto con las rancherfas de los hatos, el fen6meno socio-16gico que habfa culminado en los afios de auge del contra-bando, es decir, la autoridad social de los duefios de reses. Almudar los hatos hacia el Este, los hateros solo pudieron Ilevar-seocho mil de las mas de cien mil reses que habfa en las zonasdespobladas, y parece que los padecimientos de las largasmarchas redujeron esas ocho mil a dos mil. Sin embargo, so-bre ese mfnimo nfunero de cabezas de ganado se mantuvo elesquema, ya establecido, de la sociedad hatera. Esto se explicaporque a pesar de que la poblacion se habra doblado -habfaIlegado, en el 1606, a unas diez y seis mil personas, entreblancos crio11os,esclavos negros ymestizos libres- y de queel territorio se habfa reducida, la relaci6n hombres-tierra se-gufa siendo irnpropia para el desarrollo de una sociedad sana.Podrfamos establecer, aunque de manera caprichosa, que elterritorio poblado qued6 en treinta mil kilomerros, 10 quenos darla cinco personas por kilometre cuadrado, cifra bajfsima,que no cambiaba los terminos de la relacion hombres-tierratal como esta se hallaba en e 1 ana 1550.

Ademas, no apareci6 ningun medio de vida que fueradistinto, y socialmente superior, al del ganado, de maneraque los hateros siguieron siendo una vez concentrados en laparte central y el Este de la Isla, los grandes personajes del


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conglomerado social, con cierta ventaja para la reafirmaci6nde su autoridad: que la poblacion se concentro, 10 que hacfaque su autoridad Uegara a toda ella. El traspaso de esa auror],dad social a otro sector no podia producirse porque ese otrosector no aparecio en el campo socio-econornico del pais, yla imagen que se habfa consagrado en los afios del contra-bando perrnanecio intacta e incluso paso a sus descendien.res, Asf, el que habfa side hatero poderoso antes de la ani-quilacion del negocio de contrabando segufa siendo hombreimportante a los ojos de sus dependientes, amigos y relacio-nados aunque solo Ie hubieran quedado cien vacas cuandotuvo que rnudar su hato al Esre 0 al centro; y sus hijos si-guieron siendo personas importances aunque ni siquieraruvieran relacion con el negocio de las reses.

Al hacerse el censo de 1606 quedaban en el pais cientoochenra y nueve hates distribuidos asi: En los campos de laCapital; noventa y cinco; en los de Santiago, treinta; en los deBayaguana, dieciseis; en los de Monte Plata, quince; en los deAzua, dace; en los de La Vega, once; en los de Cotui, seis; ydos para cada uno de los siguienres Lugares: Higiiey, Seybo yBoya. Conocemos los nombres de algunos de sus duefios;podemos ver esos nombres en Laobra, ya mencionada, de donArnerico Lugo. El hato de Francisco Dominguez, que esrabaen Mao, fue trasladado al sitio de Masana, en Cotui; el deDiego Leguisamon, tam bien de Mao, paso a la Sabana deBijao, en L a Vega, y otro del rnismo Diego Leguisamon pasoa orro lugar de La Vega; e 1 de Duarte Fernandez, de Mao,paso a Arroyo Pufial, en Santiago. Se dan otros nombres dehateros: Alonso Gonzalez de Berruguete, Diego Lorenzo, Lo-renzo Vicioso, Domingo del Monte. Todavia hoy, a la distan-cia de varios siglos, podemos identificar algunos de esos ape-Ilidos en families que siguieron siendo importantes en el paisy 10 son atin hoy.


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Tenemos, pues, que para 1606 en 10 alto de la sociedad delos hateros habfa menos de ciento ochenta y nueve duefios deharos; y decimos menos porque conocemos un caso --el deDiego Leguisam6n- de una sola persona con dos hatos, y

.'sabemos -aunque no tenemos a mano la informaci6n para..;reproducirla aquf- que habfa orros en esa situacion.

Ahora bien, ic6mo estaba constituido entonces el medio,'~\.I\....u.del pais; es decir, en que orden social se hallaba distri-.......da la poblaci6n que no era hatera?

En primer Iugar, digamos que los veinte ingenios y cin-trapiches de los dfas de Oviedo habfan quedado reduci-

dos a unos trece, sin que sepamos de esos trece cuantos eran..ingenios propiamente dichos, y cuantos eran trapiches. Desde. Iuego, habfan desaparecido los de Higuey, Puerto Plata,Bonao' y San Juan de la Maguana; los mas alejados de laCapital eran, uno en Azua y uno en Ocoa; quedaban cincoen Haina, cuatro en Nizao, uno en Itabo y uno en LaJ agua,jurisdicci6n de Azua. La poblaci6n esclava de los ingeniosera-de ochocienras personas, de las cuales ochenta y ochoesraban dedicadas a servicios domesticos. De las setecientasdoce personas restantes, ciento cuarenta 0ciento cincuenta,tal vez violentando mucho las posibilidades, ciento ochen-ta, eran adult os y j6venes en edad de hacer los duros traba-jos del aziicar; en suma, una cantidad mfnirna, 10 que indicaque la industria azucarera habfa descendido mucho. (Todoslos datos del censo de Osorio son extrafdos de Americo Lugo,ob. cit.). En Resles CMulas y Correspondenc ia de Gobert zado.res deS a nt o Dom in go O . Marino Inchausregui, Tomo III, pags. 861-864) hallarnos que en el afio 1603 se embarcaron para Espa-n a trece mil cuatrocientas veintid6s arrobas de azticar, vein-tid6s mil ochocientos veintiseis cueros, y ocho mil quinientossiere quintales, trece arrobas y dieciseis libras de jengibre;

. que en 1604 se embarcaron seis mil novecientas sesenta y


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una arrobas de aziicar, veinricuarro mil novecientos cuaren, ,ta y un cueros, y ocho mil quiniencos treinra y dos quintales .de jengibre "y una arroba ocho livras"; que en 1605 salieron'ocho mil cuatrocientos treinta arrobas de aziicar, veintiunmil novedentos dos cueros, y quince mil trescientos cuaren,ta y nueve quinrales, una arroba y quince libras de jengibre;que en el 1606 salieron diez mil arrobas de azucar, veinti,cinco mil cienro cincuenta y siete cueros, y trece mil tres- .cientos treinta y nueve quintales, "tres arrovas e una libra"de jengibre.

Como podemos ver, al comenzar el siglo XVII la exports-cion de aziicar oscilaba de afio en aiio, serial de que la produc-cion estaba ya desorganizada, pero la de pieles se sostenfa porencima de veinte mil piezas y sus oscilaciones eran relativa-mente pocas; y podemos ver tambien que habia aparecidootro producto de exportaci6n, que fue el jengibre.

La presencia del jengibre en las estadisticas de esa epocaindica que ya el pais estaba entrando en 10 que podriamosllamar la economia de las estancias. La estancia era la pe-quefia propiedad situada en las vecindades de una ciudado centro poblado, generalmente trabajada por una familiaesc1ava. Su laboreo no requeria organizacion ni conocimien-tos especiales, y su produccion era variada, no solo en 10general sino adernas de afio en afio, 0 por 10 menos cadacierro tiempo. Habia epocas en que las estancias produdan .mayormente yuca, porque eso era 10 que tenia dernanda; enotras producian maiz. En esos afios iniciales del siglo XVII eljengibre se vend fa bien en Espana y las estancias eran dedi-cadas a producir jengibre. La economfa de las estancias era,pues, marginal en cierto sentido, y no lleg6 a ser derermi-nante en la vida del pais, por 10 menos durante mucho tiem-po; es decir, de ella no salio ningtin sector social en los siglosXVII y XVIII.


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Para el1606 la poblacion estaba concentrada en diez po-blaciones, que eran la Capital, Santiago, L a Vega, Corui,.Higuey, Azua, El Seybo, Boya, Monte Plata y Bayaguana, lasdos Ultimas formadas con los pobladores de Monte Cristi ypuerto Plata y los de Bayaja y Yaguana. La poblacion de laCapital, que habfa llegado a ser de s6lo doscientas familias enel1600, paso a ser de seiscientas cuarenta y ocho; la de San-tiago, de ciento veinticinco; la de Bayaguana, de ciento quin-ce; la de Monte Plata, de ochenra y siete; la de Azua, de cua-renta y seis; la de La Vega, de cuarenta; la de Cotuf, deveinticuatro; la de Higliey, de veintid6s; la de Boy a , de trece;la del Seybo, de siete. Esas cifras dan mil ciento veintisietefamilias viviendo en centros urbanos, aunque algunos de esoscentros urbanos, como e l del Seybo, no tuviera sino siete fa-milias, 10 que equivale a treinta y cinco personas. Mil cientoveintisiete familias significaban unas cinco mil seiscienras aseis mil personas, a las que hay que agregar nueve mil seis-cientos cuarenta y ocho esclavos. De estos iiltimos, ochocien-tos vivian en los ingenios y trapiches, y los restantes en loscentros urbanos, la s esrancias y los hatos. El censo ---de Osorio,no debemos olvidarl~ dice que de esa cantidad de esclavosque vivfa en los centros urbanos, las estancias y los hatos, seismil setecientos cuarenra y dos vivian en estancias "de gengibre,casabe y mafz", De tal mimero debemos deducir que los es-clavos que trabajaban en las estancias debfan ser alrededor demil serecientos cincuenta, esto es, diez veces mas que los quetrabajaban en los ingenios y trapiches y tres veces mas que losque trabajaban en los hatos.

Objetivamente, parece que la'economfa de la estancia eramas importante, desde el punto de vista social, que lade loshatos, y por tanto la autoridad social debio pasar de los haterosa los estancieros. Pero un analisis del hecho social nos lleva apensar que si para una familia esclava que trabajaba en una

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estancia la autoridad social estaba representada por el amo,ese amo era econ6mica y socialmente mas debil que un hateroporque la estancia estaba inscrita en una economfa marginal;e 1 estanciero, pues, debfa reconocer en el hatero a una personasocialmente superior a el. Pero adernas, si la estancia se halla-ba cerca de un hato, la familia esclava debfa sentirse natural-mente atrafda por la autoridad social del hatero, al que tal vezpodia ver con mas facilidad que a su amo; asl, en much oscasos el esclavo de la estancia girarfa alrededor del centro so-cial del hato, no en torno a su amo.

No sabemos que mirnero de personas se dedicaban en loscentros urbanos ala producci6n artesanal, al comercio 0a loscargos publicos. Pero de la cantidad de habitantes que habfaen esos lugares se deduce que no podfan ser muchas y que portanto no estaban en capacidad de discutirles a los hateros supreeminencia social. Con 10 que se concluye que a l terrninarlas despoblaciones del gobernador Osorio, 10 que renfamosen la Espanola ~ue ya entonces comenzaba a ser conocidacon el nombre de Santo Domingo-- era una sociedad dehateros. En poco m a s de medio siglo, pues, habfamos descen-dido por 10 menos dos grados en el orden de la organizaci6nsocial, y adernas, la mirad de la Isla qued6 abandonada, hechoque originarfa males'irremediables.

~Por que habfa sucedido todo eso en tan coreo tiempo?La respuesta es simple: Porque eramos parte de Espana y

Espana no tenfa la organizaci6n econ6mica y social adecuadani para vender en su propio mercado 0 en otros pafses el azii-car de la Espanola ni para producir los artfculos de consumoque necesiraban los pobladores de la Isla. Espana, en fin, noera una sociedad burguesa, y en ese perfodo en que comenza-ba la expansi6n del capitalismo prirnitivo, un pais sin bur-guesfa no podfa ni organizar ni defender un imperio; y si nopodia hacerlo el pais, no podia hacerlo una de sus partes; mas


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ann, el retraso socio-econ6mico de Espana impedfa que en laEspanola se formara y se desarrollara, no ya una burguesfa,cosa totalmente imposible dada nuestra situaci6n de miseriageneral, sino ni siquiera un micleo oligarquico importante,como se vio con el fracaso de la oligarqufa esclavista del azu-car, que fue llevada a la disoluci6n por la incapacidad de Es-pana para absorber nuestra producci6n azucarera y aiin paraencauzarla hacia el mercadode Flandes.


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VLA CURIosA. SOCIEDAD DE LOS BUCANEROS

En cierto senrido -por 10 menos desde e1punto de vistasocio16gico-- hay todo un siglo de nuestra historia pracrica-mente perdido para las generaciones de hoy. Apenas conoce-rnos algo mas que los pocos hechos militares que sucedieronen el, Se trata del siglo XVII, que va del 1601 al 1700. Y sinembargo esa fue una centuria de acontecimientosimponantfsimos, tal vez los mas importantes en la vida delpals. En el siglo xvn se produjeron las despoblaciones, la ocu-paci6n de la s costas del Oeste por bucaneros, piratas y culti-vadores --estos iiltimos llamados "habitantes"-lo que a suvez producirfa la divisi6n mas permanente en dos reptiblicas;ese fue el siglo del ataque Ingles de 1655, el de las incursionesde piratas a Azua y Santiago, el de la formaci6n de lasaguerridas cincuentenas, el de las batallas del Cabo, el de laformaci6n del canicter nacional, el de la cristalizaci6n de lasociedad hatera, que fu e el hecho clave del pais en los siguien-res doscientos afios; e induso fue el siglo en que la Isla dej6 dellamarse la Espanola y paso a llamarse Santo Domingo. En elsiglo XVII cuaj6 todo 10que la historia de Europa en general,y de Espana en particular, venfa sembrando en el fondo denuestro ser social a partir de 1492, y 10 que somos hoy vieneen gran parte de 1 0 que llegamos a ser en esos cien afios.

Sucede sin embargo que el siglo XVII es la epoca que me-nos ha interesado a nuestros hisroriadores, 0 posiblemente seala que menos documentaci6n ha dejado, si se excepnia el

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episodio de la s despoblaciones. Esa parte de las despoblacionesesta bien estudiada y hay mucha informacion sobre ella. Peroa partir de ahf solo hallarnos ellibro sobre La Tortuga deM. A. Pefia Batlle y el de J . Marino Inchaustegui sobre elataque ingles de 1655; y resulta que los dos estan escritosmas bien desde el punro de vista del interes polftico-rnilirar,de manera que es diffcil encontrar en ellos noticias de caracrersocio16gico. La documentacion dellibro de Pefia Batlle queofrece noricias con ese aspecto corresponde ala epoca del con-trabando, anterior a las despoblaciones. Gracias a Inchaustegui(CM u la s Rea les y Correspondencia d e los G obernadores d e Sa nto D o-mingo) estamos enterados de cuales fueron nuestras exporta-ciones inmediatamente despues de las despoblaciones. Pero apartir de ahf apenas tenemos informacion de como vivian; deque vivian, y que hadan los pobladores de la Isla. Hay queaclarar, sin embargo, que esro se refiere a los pobladores de 10que despues paso a llamarse "Ia parte espanola de la Isla",pues hay bastante informacion, en 10que se refiere a bucane-ros, agricultores 0 habitantes y piratas, de 10que luego fue "laparte francesa" .

De manera tan sutil que apenas hemos llegado a apreciar-10, los historiadores de nuestro pais dieron el occidente de laIsla por perdido a partir de las despoblaciones. Hacia el cente-nario de la Republica se produjo un movimienro de aparenterescate de ese olvido, pero se tratd en el fondo de una reaccioncontra las causas y los efectos de la perdida del Oeste, de rna-nera que la documenracion quese uso para darle fundamentohistorico a ese movimienro fue la que servia para justificarlo,no la que podfa ser uti! para averiguar que clase de vida hici-mos en el siglo XVII. Sepaso por alto el hecho de que durantecasi todo el siglo XVII, hasta sus mismos finales, la Isla siguiosiendo "una e indivisible", como dirfa despues ToussaintLouverture, y por esa razon la hisroria de los bucaneros, los


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tantes del Oeste y los piratas es una historia que nos.,!pertenece,aunque se haya escriro en frances; es nu~stra en la... Jnedida en que fue hecha sobre y desde nuestra trerra, y es

,'" nuestra porque afecro nuestro destine. Heridos por un re-.sentimiento de pueblo inmaduro, nos hemos vuelto contra

esa parte de nuestra historia y se la hemos donado a Haiti,pero la verdad es que los hechos de los bucaneros y de lospiratas son parte de nuestra historia, por 10 menos hasta eldfa en que e 1 territorio del Oeste fue reconocido como per-tenencia de Francia. Es cierto que esa parte de la historiacorresponde rambien a Haiti, en la medida en que Haitinaciri de lasemilla sembrada en 1640, pero hasta fines delsiglo XVII es historia de la Isla, y la Isla era el asiento nues-tro, no el de Haiti, que todavfa no habfa nacido como pue-blo, mucho menos como entidad jurfdica, Ahora bien, Iehernos obsequiado graciosamente esa parte de nuestra his-coria a Haiti porque consideramos que la sociedad bucaneraera un hatajo de asesinos y ladrones, especie de basura socialechada por Europa sobre nuestra tierra; y resulta que la 50-ciedad bucanera fue uno de los hechos mas fascinantes delos tiempos modernos, la primera -y tal vez la iinica- -sociedad de hombres libres que se mantuvo, sin leyes y sinautoridades, gracias al respero de cada uno de sus miembrospor los derechos y la individualidad de los restantes.

Como hemos dicho ya, una parte de los franceses que ha-bfan sido sacados a cafionazos de San Cristobal por la escua-dra de don Fadrique de Toledo acabo esrableciendose en eloeste de la Espafiola. Ahf habfa reses en canridades asombro-sas, y tales cantidades de reses, dada la demanda de pieles quehabfa en Europa, equivalfan a grandes minas de oro, pero conla ventaja de que no habfa que buscar el metal bajo la tierra.

Hacfa un cuarto de siglo que en el Oeste y en el Norte dela Isla no habfa habitantes; una nueva generacion de los


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pobladores de nuestro pais ignoraba la existeneia de las tierrasdel Oeste, y no hay constancia de que ni siquiera por curiosi-dad se inrernara alguno en esas tierras, No se sabe que a SantoDomingo Uegaran noticias de que en las costas del Oeste ha-bfa unos exrranjeros cazando reses, 10 que indica que no habfapuestos de vigilancia en esas costas.

!C6mo se explica esa falta total de interes por una porei6ndel pais?

No hay mas que una explieaei6n: los habitanres de SantoDomingo se habfan resignado a vivir aislados. En los dfas delcontrabando, antes de las despoblaciones, esos habitanres-sobre todo los que operaban en e l Oeste- eran a la vezrnonreros, hateros y comereiantes; persegufan reses por entrelos bosques y al mismo tiempo eriaban en haros, pero a la vezvendfan pieles y sebo -yabaco y madera- y comprabanartfculos de consumo; al quedar reducidos a los diez centrosde poblacion que les sefial6 Osorio, quedaron convertidos enhateros y agrieultores aislados.

Poco despues de las despoblaciones qued6 prohibida lasiernbra del tabaco, un produeto que podfa servir para e 1 eo-mercio con la propia Espana (ver Pray Cipriano de Utrera, ennota ala pag. 64 de Idea del v alo r d e fa I sl a E spanola ), yaunquem a s tarde esa orden fire revocada, su vigencia debe haber afec-tado sicol6gicamente a los cultivadores. El aislamiento im-puesto a la fuerza produjo sin duda un esrado de recogimien-to general y con el una perdida de interes porlo que podfapasar en el pals. No hay informaciOn al respecto, pero es casisegura que en esa etapa la poblad6n estuvo viviendo mayor-mente del trueque; y de no haber sido asf no se explicarfa elenvfo del situado mexicano.Se le llama "siruado" en nuestra hisroria a la cantidad dedinero en efectivo que por orden del rey se enviabacada afiode Mexico a Santo Domingo. En sus inicios, bacia el1608,


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ese dinero tenia por objeto pagar los sueldos de los funciona-rios de la Real Audiencia de Santo Domingo, pero despues seamplio para pagar los sueldos de la guarnicion, y a rnedidaque el siglo fue avanzando se destine cada vez a gasros mayo-res. El situado tuvo una historia movida. Durante un tiempo,en vez de M exico 10 daba Cartagena; Iuego volvio a darloMexico y despues paso a pagarlo Panama; hacia el1683 sepuso otra vez a cargo de las cajas reales de Mexico. Durantecasi todo el siglo XVII Santo Domingo no tuvo mas monedaque la del situado, y esre no llegaba todos los afios debido aque en algunas ocasiones Mexico 0 Cartagena 0 Panama nodisponian de dinero 0 de medios de transporte. La falta demoneda, que se produjo a raiz de las despoblaciones, tieneque haber aumentado la sensacion de aislamiento, y por tantode soledad, en que vivian los habitantes de Santo Domingopor los afios de 1630 y tantos, cuando llegaron a las costasdel Oeste los primeros franceses de 10 que despues seria laincreible sociedad de los bucaneros. Por otra parte, esa sen-sacion de aislamiento debe haber contribuido a la formaciondel canicter nacional dominicano, porque al sentirse dejadosa sus propias fuerzas y a 10 que pudieran extraer del medioen que vivian, los habitantes de la Isla se vieron forzados acrear habiros propios de comida, de vivienda, de vestuario,Justamente en ese perfodo historico debe haberse fortaleci-do fa autoridad social de los hateros, sobre todo en el inte-rior del pais. Esta es una deduccion que resulta de una vi-sion de conjunto de 10 que era el pais en esos tiempos, puesno hay informacion que nos permita saber con seguridadcomo esraba organizada la poblaci6n; que ripo de relacioneshabra entre los habitantes del interior y la Capital, que tipode autoridades civiles habfa en los centres urbanos y en loscampos, fuera de fa Capital. Precisamente la falta de datosnos inclina a creer que la inamovilidad economica, social y

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hasra militar era casi absoluta, y esa inamovilidad s6lo podiadescansar en un fundamento social: la autoridad de los hareros.

Los que iban a llamarse bucaneros llegaron a las costas delOeste en la hora mas propicia; en el momento hist6rico enque los habiranres de la Isla estaban desinteresados del desti-no de su propia tierra, y por eso los franceses pudieron que-darse en el Oeste, matando reses, secando pieles y guardandosebo para vender esos productos de Lacacerfa a los navfos quepasaban por las vecindades.

Los dominicanos deberfamos tener un conocimienro m a samplio de las actividades de los bucaneros, puesto que suhistoria es la nuestra y 10 que ellos hicieron nos afect6 pro-fundamente; pero no renernos ese conocimiento por las cau-sas ya expuestas. De tenerIo, sabrfamos ahora S 1 su comerciose hizo al principio a base de trueque 0 a cambio de dinero.La diferencia entre el esrado social de los que truecan y losque venden a cambio de dinero es importante, pues la eco-nornfa dineraria supone un paso de avance en relaci6n con ladel trueque. Probablemente el establecimienro de La Tor-tuga como capital comercial de los bucaneros exigi6 quepor 10 menos a partir de cierro tiempo los pagos se hicieranen dinero. En los primeros afios, desde luego, 10 normaldehi6 ser el rrueque.

Desde el punro de vista militar, La Tortuga era un castilloedificado por la naturaleza; yadetruis tenia buena agua y por 1 0menos un puerto excelente y f.kil defensa. E I tamafio de la islay Ia ca l idad de sus tierras permitfan manrener una pobLaci6ndebasta dos mil personas. Cuando los bucaneros lIegaron encon-traron en La Tortuga una guarnici6n de espafioles-dominica-nos compuesta por un a.lferez y veinticinco soldados que sealegraron de dejar la pequefia isla en manos de los bucaneros.Muchos de estos hicieron chozas para vivir en los meses queno eran de caza, pero no forrificaron ellugar porque ellos no


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-formaban unasociedad de guerreros nicosa parecida. L a Tortu-ga iba a ser para ellos un alrnacen de cueros y sebo, y nada m a s .. Bacia el1631 unos ingleses de Providencia, pequei'ia islasituada frente a Cartagena, organizaron una expedici6n paratomar La Tortuga; 10 lograron sin esfuerzo y rebautizaron laisla con el nombre de Asociaci6n. El capitan Anthony Hiltonfue designado gobernador; algunos ingleses, llevando negrosesclavos, se unieron a los bucaneros y agregaron al negocio dela caza de reses el de cortes de madera. Para 1634, la Asocia-don tenia una poblaci6n de unos seiscienros hombres blan-cos, unas cuantas mujeres y nifios y esclavos africanos. Endiciembre de 1634, las autoridades espaiiolas de Santo Do-mingo organizaron un ataque a La Tortuga, mataron a todoel que hallaron alli y destruyeron la s propiedades; muchosesclavoshuyeron a los bosques de laEspanola. Pero lo s atacantesabandonaron la isla y un afio despues habfa en ella unos tres-cientos ingleses que procedian de Nevis, una islita vecina deSan Cristobal. Por alguna razon que todavfa no conocemos,los ingleses comenzaron a abandonar ellugar a principios de1637 yen 1638 quedaban allf solo algunos franceses. Ese aiioatacaron otra vez los dominico-espaiioles, y tal como habfanhecho en ocasiones anteriores, abandonaron La Tortuga des-pues de haber muerto todo ser viviente y haber destruidocoda vivienda. Otra vez volvi6la islita a repoblarse, y enton-ces tuvo una especie de gobernador, un Ingles de quien 5610se sabe que se llamaba Willis.

Mientras tanto, ique habia sido de los bucaneros, que ha-bfa pasado en San Cristobal, punta de origen de los bucane-ros; que habfa pasado en el Caribe, la region donde se hallabala Espanola?

Alllegar a las costas del Oeste, los franceses de Sa n Cristo-bal se dedi caron a la cacerfa de reses, pero al paso de los dfasfueron agrupandose de acuerdo con sus inclinaciones y sus


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conocirnienros, y asf, unos escogieron la cacerfa como mediode vida, y estos acabaron formando la sociedad bucanera; otrosprefirieron sembrar viveres y tabaco, y acabaron fijandose comoagricultores en la tierra, por 10 que se les llam6 "habitantes",y unos cuantos, mas agresivos y aventureros, construyeronpiraguas y balsas y se lanzaron a atacar pequefias ernbarcacio,nes; y esos terminaron formando la sociedad de los filibusteroso piratas, la temida asociaci6n de los "Hermanos de la Costa".

De esos tres grupos sociales, el mas original e interesanteserfa e l de los bucaneros. N unca antes habfa conocido el mundonada parecido a elIos ni nada tan diferente de la pirarerfa, ysin embargo hay autores que echan en un saco a bucaneros ypiratas y los consideran igualmente detesrables, Es mas, en lalengua inglesa bucanero y pirata son terminos equivalences,10 cual es impropio, como es impropio que en la lengua espa-nola sean equivalentes los vocablos corsario y pirata.

Los piratas 0filibusteros formaron una sociedad de malhe-chores, similar a otra muchas que hubo antes y ha habidodespues. Lo que distingui6 a los piratas que operaron desde.La Tortuga de otros piratas que habfan operado en otros si-tios, fue un ctirnulo de circunstancias: una, el hecho de queestuvieron respaldados por gobiemos interesados en despojara Espafia de territories y riquezas americanos; dos, la intensi-dad y la continuidad de sus correrfas; tres, la difusi6n que lesdio a sus actividades el hecho de que tuvieran un historiadorque lleg6 a conocer las entrafias mismas de la sociedadfilibusrera porque fue uno de elIos -ynos referimos aOexmelin-; cuarro, Ia epoca en que actuaron, ya en plenaEdad moderna.

En cuanro a las razones de que piratas y bucaneros hayansido puestos en un mismo lore social, hay que buscarlas en lascircunstancias de que ambas sociedades ruvieron durante algu-nos afios una misma capital, que fue La Torruga. La pequefia


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isla adyaeente de la de Santo Domingo fue plaza comereial delos bucaneros y de los piratas a la vez, y tambien punto forti-ficado y cuartel general de los segundos, y esa coexistencia debucaneros y piratas en un mismo lugar ha confundido a loshistoriadores. Pero 1 0 eierto es que la sociedad de los bueane-rosfue absolutamente diferente de la de los piratas; que susprincipios, sus actividades, su organizacion y sus fines no separedan en nada.

Los bucaneros formaron una sociedad de hombres libres;no tuvieron codigo alguno ni obedecieron a ninguna autori-dad. y sin embargo fue una sociedad pacffica, que nunca hizola guerra a nadie a excepci6n de algunas pequefias accionesdefensivas cuando los habitantes de Santo Domingo hadanincursiones hacia el Oeste para obligar a los bucaneros a salirde su tierra. 0 como cuando el gobernador de Ogeron quisosorneterlos a su ley. Los bucaneros habfan llegado a un terri-torio que nadie les dispute y hallaron en el su medio de vidasin conquistarlo en luchas de armas 0 de otro tipo. No hayconstancia de que entre los bucaneros hubiera criminales 0ladrones. El gobernador de Oger6n los acuso una vez de quehabfan robado algo de barcos extranjeros, pero esa acusaci6nfue inventada y tenfa una finalidad polftica, segiin es faci!advertir, y no hay nada que la'sustancie. Cuando surgfan di-ferencias serias entre dos bucaneros, las arreglaban en lancespersonales y nadie se rnetfa a averiguar nada sobre 10 quehabfa pasado. Los bucaneros adquirfan "cornprometidos" 0sirvientes por un plazo de tres afios, y se trataba siempre deblancos europeos, generalmente franceses, que pagaban conel salario de esos tres afios sus gastos de transporte hasra elCaribe, y se sabe que hubo casos en que algiin que otro buca-nero maltrato a su "comprometido", pero debemos admitirque es diflcil, si no irnposible, evitar que en cualquier gruposocial haya un exaltado. L a sociedad bucanera se extingui6


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cuando se extinguieron las reses, que eran su medio de vida, ylas reses se extinguieron no s610 debido a la cacerfa de losbucaneros sino tarnbien debido a la actividad de lascincuentenas, gropos de lanceros dominicanos compuestospor cincuenta hombres de a caballo, que mataban vacas, ter-neros y toros para aniquilar el negocio de los bucaneros. Escasi seguro que algunos bucaneros, una vez exterminadas lasreses, se dedicaron ala agricultura, esto es, que pasaron a serhabitantes, y esprobable que algunos pasaran a ser filibusteros,pero estos iiltimos debieron ser los menos. Ahora bien, mien-tras existi6 como sociedad, el sector de los bucaneros fue uncaso singular, que deberfa ser estudiado en todos sus aspectospor historiadores y sociologos.

Esa sociedad de caracterfsticas tan particulares naci6, vivi6y muri6 en nuestra tierra, en la isla de Santo Domingo; y aella le han achacado nuestros historiadores los males que nosvinieron de las despoblaciones, de nuestra subsiguienteinamovilidad social y de la incapacidad que sufri6 Espafiapara defender sus territorios del Caribe. Sin embargo, algu-nos de esos historiadores, como 1 0 hace Pefia Batlle, siguien-do las lfneas interesadas de los historiadores franceses, exaltanal gobernador de Ogeron reconociendole el merito de haberexterminado la sociedad bucanera. Eso no fue verdad, perc dehaberlo sido, no serfa un merito. De Ogeron, que habfa sidobucanero, alcanzo la gobernaci6n de La Tortuga en junio de1665, y queria llevar a La Tortuga a los pobladores de la parteOeste de Santo Domingo. De Oger6n sabfa que sus planesno iban a ser aceptados tranquilamente por los bucaneros.Estos formaban una sociedad libre, que no tenia ni querfagobierno; una sociedad compuesta por hombres duros, bienarmados porque necesitaban estarlo para cazar reses; hombresque eran, uno por uno, senores de sf mismos. De Ogeron nopodia gobernar a esos hombres sin destruir antes su exrrafia .,


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sociedad; y eso es 10 que explica que tan pronto Ilego a LaTorruga comenz6 a escribir cartas dirigidas al rey destinadas adesacreditar a los bucaneros. Menos de dos meses despues dehaber tornado poses ion del gobierno de La Tortuga, ese anti-guo bucanero escribia diciendo que los bucaneros eran s610unos ochocientos y que "viven como salvajes, sin reconocer anadie y sin aceptar jefes entre sf, haciendo mil fechorias" . Lode las fechorias no era cierto, pero era cierto de 10 que noreconocian jefes, y de Ogeron aspiraba a ser su jefe. Luego,para jusrificar 10 de las fechorias, dice, sin ofrecer ningunaprueba, que los bucaneros habian "robado varias embarcacio-nes, holandesas e inglesas y con ella nos han causado muchosdesordenes aquf", y tampoco ofrece pruebas ni detalles deesos des6rdenes.

Cualquiera puede creer-y0han crefdo a ciegas los his-toriadores franceses, cosa explicable porque de Ogeron fue enrealidad el padre de Haiti, y 1 0 creyo Pefia Batlle siguiendo alos franceses- que el hombre que se indignaba tanto con lassupuestas fechorfas de los bucaneros era un dechado de virtu-des; pero Bertrand de Ogeron participaba en un diez porciento de todo 10que robaban los piratas en su oficio de eri-minales del mar, prestaba sus almacenes para que seguardaranen ellos las mercandas robadas por los piratas y en una oeasi6nenvi6 ados sobrinos suyos, recien llegados de Francia, a pira-tear bajo elmando del Olones, uno de los filibusteros mas des-almados que conocieron las aguas y las tierras del Caribe.

De Oger6n querfa saear a los bucaneros de la s costas deSanto Domingo porque sabia que elIos no se someterfan a suautoridad, ni a ninguna otra, En la carta que usa para acusar-los de hacer "mil fechorias" Iepedfa a LuisXN, rey de Francia,que prohibiese a los bucaneros, bajo pena de muerte, "habitardicha isla Espanola y se les ordene retirarse de alii en el plazode dos meses para pasar a La Tortuga". Segun de Ogeron,


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"deberfa prohibirse a todos los capiranes de navios mercanresy otros, negociar ni vender a los dichos, franceses que se Ha-man bucaneros y que viven en la costa de la isla Espanola,bajo pena de la confiscaci6n de sus naves y de la mercancia.Esta orden deberfa ser notificada a los recepcores 0Comisio-nados de las Oficinas de las ciudades maritimas de Francia, afin de que se les permita confiscar todas las mercancfas hechaspor los dichos bucaneros de Ia isla Espanola". Al final de lacarta, el gobemador denunciaba sus intenciones a l decir: "Estoles obligara a retirarse completamente de donde estan y pasara La Tortuga, que en poco tiernpo se haria muy importance".Esto Ultimo era 10 que perseguia el gobernador.

De Ogeron, que hablaba tan mal de los bucaneros y quepretendia destruir su extrafia sociedad, no deda 10 mismode los piratas. Al contrario, se hallaba a gusto con ellos, yfue a eIlos a los que confi6 el asaltO de 1667 a Santiago delos Caballeros, que habia sido atacada en la Semana Santa de1659 por los mismos desalmados piratas de L a Tortuga. Ensu afan de acabar con la sociedad bucanera, de Ogeron pro-hibi6 en agosro de 1670 que dos navios holandeses que an-daban recorriendo las costas del Oeste de nuestra isla co-merciaran con los bucaneros, pero estos se burlaron de lasdisposiciones del gobernador; de Oger6n quiso imponer suaucoridad por la fuerza y eso dio lugar a serios desordenes,en los que los bucaneros hallaron el apoyo de los Ilamadoshabitantes, es decir, de los agricultores franceses. De Oger6nse traslad6 allugar de los motines y en Petit-Goave fue reci-bido a tiros, de manera que tuvo que retirarse a L a Tortnga.Parece que en esa ocasion el gobernador soliciro Ia ayuda deHenry Morgan, el afamado pirara ingles, que se hallaba entales momentos en Laisla de la Vaca, situada frente a la costasuroeste de Santo Domingo, organizando su formidable ara-que a Panama.


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La sociedad bucanera se extingui6, como hemos dicho,porque su base economics qued6 extinguida, no por orrasrazones. Ahora bien, ~por que no evolucion6 para convertirseen una sociedad hatera? ~D6nde esta el secreto de que losbucaneros, en vez de internarse cada vez mas en los bosquesde Santo Domingo para rnatar reses a tiros, no establecieronhatos, con 10 que hubieran hecho estable su rnedio de vida?Los bucaneros fueron laversi6n francesa de los monteros nues-tros y los hateros dorninicanos se habfan dedicado ala monte-ria en esas misrnas tierras del Oeste que fueron escenario ybase de la sociedad bucanera. Pero los monteros dominicanosde los afios del contrabando pasaron a ser los hateros de losdfas de las despoblaciones debido a que ya habfan sido haterosantes. El hato era una institucion socio-economics de la Espa-nola porque la poblacion de la Espanola se habra organizadosobre el esquema de la sociedad espanola, y Espana era pals deganaderos, la tierra de la Mesta, especie de asociaci6n dega-naderos que formaban un poder respetable. En cambio, Fran-cia no conocfa ese tipo de organizaci6n. Por otra parte, losfranceses que lIegaron a la Espanola despues de haber estadoviviendo en la pequefia isla de San Cristobal tenfan muy pocotiempo en el Caribe, pues habfan llegado a nuestras tierrasdesde Francia dos 0 tres aiios antes del ataque espaiiol a SanCristobal, de manera que no tuvieron tiempo de enterarse deque en otras islas del Caribe existfa la organizaci6n social delhato, Y como por ultimo no hubo intercambio entre elIos,cuando estaban en la Espanola, y los habitantes de las regio-nes del centro y del Esre de nuestra Isla, no se enteraron deque en esa misma tierra donde ellos operaban habfa ganadomanejado segiin las normas del haro.

La sociedad de los bucaneros fue un caso original. Nacio,vivi6 y muri6, todo en unos cincuenta afios, y no se someti6nunca a la s leyes generales de otras sociedades; nia las polfticas


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de Francia ni a las sociales y econornicas de Santo Domingoni a las de la violencia de los piratas ni a las naturales de los"habitanres"; y eso, que estos tiltimos convivfan con ella enla misrna tierra. En los tiempos modernos no hay nada pare-cido a esa sociedad tan singular. El ganado cimarron de San-to Domingo le dio vida y su exrincion la llev6 a desaparecer,y desapareci6 sin dejar derras de sf ni documentos escritosni edificios de piedra. Fue calumniada porque fue libre y nose someti6 a las corrientes de la epoca. Pero 10 cierto es quepor mucho que se hurgue en ella, esa sociedad de los buca-neros no hizo nada que justifique las calumnias que se Iehan hecho a base de 10 que dijo de ella el antiguo bucaneroBertrand de Oger6n.

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