El problema de Pablo solo

comienza cuando intenta solucionarlo

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICARafael Correa DelgadoMINISTRA DE EDUCACIÓNGloria Vidal IllingworthViceministro de EducaciónPablo Cevallos EstarellasSubsecretaria de Calidad EducativaAlba Toledo DelgadoPrograma Nacional de Educación para la DemocraciaMaría Fernanda PorrasRevisión de contenidos: Andrea Crespo, Daniela Estupiñán, Mario Naranjo (AT UNFPA), Alexandra Higgins, John De Maesschalck (AT UNFPA)Agradecimientos: Colegio Municipal Benalcázar

Estrategia Intersectorial de Planificación Familiary Prevención del Embarazo en Adolescentes

Coordinación general: Verónica Tapia y María Rosa Cevallos Castells (AT UNFPA)Realización: Verónica TapiaFotografía: Jean Claude ConstantProducción: Verónica Tapia, Sofía Lira, Andrés Tapia y Paula Castello StarkoffDiseño y diagramación: Verónica TapiaActuaciónPablo: Pablo Estrella PorterManu: Brenda RosilloPancha: Jhael OrtegaSusanita: Daniela LeónSofi: Nathaly EgasAndrés: Manuel RiosecoAmigos: Jorge Estrella Porter y Alfredo Pachar

©Ministerio de Educación del EcuadorAv. Amazonas N34-451 entre Atahualpa y Juan Pablo SanzTeléfonos: 396 -1300 / 1400 / 1500Quito - Ecuador

Primera edición: agosto 2011ISBN: hay que sacar el ISBN en la cámara del libroLa reproducción parcial o total de esta publicación está prohibida, en cualquier forma, por cualquier medio o procedimiento, incluyendo fotocopia, microfilmación, mimeografía o modo magnético. Cual-quier reproducción que no haya sido autorizada por escrito por el Ministerio de Educación viola los derechos reservados, es ilegal y constituye un delito.DISTRIBUCIÓN GRATUITA - PROHIBIDA SU VENTA O REPRODUCCIÓN.

Persona-

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Todos los sábados, Pablo va a jugar fútbol con su hermano Andrés. Esta historia comienza

después de un partido...

Oye, Andrés, ¿por qué no me presen-tas a esas peladas?

¡Huy, no! Mejor te voy a pre-

sentar a otras amiguitas que tengo por ahí.

Tú sí conoces full nenas,

¿no?

Claro, pues, mi ñaño es un ba-

cán. Es que de tal palo, tal astilla.

¿Y tú? ¿Sabes de lo que hablas? Ya es

hora de que aprendas a ser hombre.

No, si el man sí se la sabe. ¿O no? Ya le enseñé mis truquitos.

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Más tarde... ya solo con su hermano...

Oye, ya entre nos, cuéntame, ¿tú y Manu

yaaa?

Bueno, la otra vez casi… pero Manu no quiso seguir y yo no quiero hacerla

sentir mal.Pero no te pue-des quedar así...

¡Chuuuta, eso sí que es turro!

A veces es bueno “cam-biar de aire”. Búscate otra. Total, Manu no tiene por

qué enterarse...

Y ¿entonces?, ¿qué hago?

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¿Por qué esas caras, chicas? ¿De qué esta-

ban hablando?

¿Y por qué la molestan?

Yo no entiendo por qué no la dejan en

paz a la pobre Pancha. ¡Cotorras envidiosas!

Es que la pesada de Cris quería barajar a Pancha del parti-

do del curso.

Es que tiene fama de “fácil” y le ha-cen la vida impo-sible. Yo igual la invité al partido.

Lunes, en el cole ...

Una genial idea se le cruzó por la cabeza.

Mmmm...

¿Y cuándo es el parti-do? Yo sí quiero ir.

Es el sába-do. Sí le íba-mos a avisar

a Manu.

Ah, pero es que... es que... Manu no puede... igual, yo le aviso... pero no ha de

ir. Mejor no le hagan te-ner ganas, que ni puede.

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O sea, es que... no sé bien... en realidad, no sé, pero... que-

damos en no vernos este fin de semana.

¿Pasó algo?

¿Están peleados?No, no, todo bien, es solo que un hombre necesita, a veces, un poco de aire.

¡Uuuu, mijito!, ¿en qué andarás?

Ten cuidado, que mucho aire hace

tormenta.

!?!!?!

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Pero es trampa, por-que mi bici se trabó... Repitamos la carrera.

¡Esta vez sí te gané! ¡Me debes un helado!

Ayyy. Bueno ya, pero te pago el sábado. ¿Vamos al partido?

O si quieres, mis papás nos invitaron a la piscina.

Ahora me debes un helado y un chicle

por peleona.

durante la semana...

por unos segundos muy largos, Pablo busca la mejor respuesta.

Ehhhh... ¿Y ahora qué le digo?

Chuta... es que el sábado... mi papá me pidió... que lo ayude.

¿Tu papá? ¿Está aquííí? ¿Te pidió

ayuda a tiii?

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O sea, es que le prometí a mi ñaño Andrés que íbamos

a ayudar a mi papá a descargar el camión.

Pero mejor deberías irte a la piscina. El partido va a estar

aburrido.

si tienes razón, es mejor la piscina. Qué pena que no

puedas ir.

Por fin, llegó el día del partido...

¿Qué será de Pablo?

No sé, seguro “anda queriendo cambiar de aires” el bruto ese.

Jajaja, qué mala. Mejor acompáña-me a comprar unas

papas fritas.

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¡Qué bacán! Deja ver.

Un folleto del tiempo de vi-

vir. Dice que en nuestra adoles-cencia tenemos

derechos.

Algunos. Por ejemplo, to-mar decisiones sobre nuestra

sexualidad.

¡Tenías razón! Mira, Pablo

hecho el galán con Pancha.

Y en efecto...Jajaja, seguro te queda bien el pier-cing. Ahora, lo de

“chico malo” lo veo difícil con lo bueni-

to que eres.

Yo sí me haría un piercing, ¿qué tal?, ¿crees que me que-de bien la facha de

“chico malo”?

Jajaja, pues sí, creo que mejor me hago

un piercing en la lengua, como siem-pre me río con la

bocota abierta. Aun-que, ¡ayayay!No duele tan-

to, y tiene sus encantos.

¿Qué lees?

¿Qué derechos?

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Es que tú sí que eres valiente... y lo de los

encantos, de ley.

De ley, sí es rico.

Dicen que es rico besar con ese piercing, como

el de tu labio.

Ah, ¿sí?...

Y justo en ese momento...

!

13

Pablo!

¡Manu! yo... tú... ¿no estabas en la piscina? ¡No es lo

que piensas!

A ver, genio, ¿qué estoy

pensando? Yo solo sé lo que estoy viendo.

¡No!, es que... yo te quie-ro a ti... y quiero estar

contigo... Esto lo estoy haciendo por ti. ¡Para

respetarte!

¿Qué?

¡oh no!

¿Qué?!

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Es que... tú sa-bes... tengo mis necesidades de

hombre... y como tú no quieres... para eso tengo que buscarme a

alguien más.

¿O sea que solo por-

que tengo un piercing yo

vendría a ser la “chica fá-cil”? Yo pen-sé que eras

chévere, pero solo eres es

un pelado in-seguro.

El respeto es ser sincero con la otra persona. Y si no eres capaz de entender mis tiempos y deci-

siones, entonces, ¡no sé para qué estamos juntos!

¡Por lo menos, búscate una mejor excusa que eso de “respetarme”!

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Pero ¡tú también! ¿En qué estabas pensando? No va contigo eso de

hacerse el galán...

Yo sé, pero es que ya todos mis panas han tenido sexo, y como Manu no quería, tenía que buscar otra solu-ción. Ustedes no

entienden, no son hombres.

No es que Manu no quiera, pero esas cosas

toman tiempo y ella aún no se sentía lista.

En serio, yo sí sentí que necesitábamos más tiempo, pero como todos me de-

cían que ya era hora...

Sí, aparte es feo que te presionen

con eso.

Hay que informarse y cuidarse, como dicen

en el folleto del tiempo de vivir.

Además, da miedo quedarse emba-

razada.

¿Qué pasó?

Ya perdí el año con la Manu, y encima me

porté como un gil con la Pancha, que es tan chévere. Y ahora, las

dos me odian.

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¡Ay! Tú que les crees a tus amigos. Ni siquiera ha de ser cierto todo

lo que te cuentan.

Fin

Sí, es cierto. Por gusto me dejo

influenciar. Lo peor es que no

estaba tan desespe-rado, más me im-portaba Manu.

Bueno, sí, la verdad yo tam-bién exagero un poquito cuando hablo con ellos.

Jijiji... ¿viste?, en-tonces, ¿por qué

les crees?

Bueno, pues, para la próxima

ya sabes...

Fin