Fotos muertos

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"Angelitos" El niño muerto fue objeto de culto en las diferentes culturas desde la antigüedad. El culto varía dependiendo de la época y la cultura de que se trate. Se les enterraba con juguetes u objetos de uso cotidiano. Por eso a las fotografías post mortem de niños, a partir del siglo XIX se les llamó de "angelitos". Existe una importante cantidad de fotografías de ese tipo, debido el alto índice de mortalidad infantil de dicha época, (la mayoría de los fallecimientos se debieron a los escasos recursos médicos en esos tiempos, como a la pobreza en muchos de los casos). Una familia común sumaban entre 8 y 10 hijos de los cuales solían fallecer la mitad. Tomando en cuenta ese contexto, las fotografías del niño fallecido junto a sus padres y/o hermanos, o simplemente el niño muerto, estaban comprensiblemente aceptadas. En la religión católica de América los niños que morían sin pecado original por haber sido bautizados y sin ningún otro pecado en vida, iban directamente al cielo para convertirse en Angelitos, en cambio, los que no habían sido bautizados eran enterrados con los ojos abiertos para que pudiesen ver la gloria del señor, y se dice que iban al Limbo . En el velorio de “angelitos” generalmente los ritos y las ceremonias expresaban alegría por la convicción de que sus almas van directamente al cielo, se trataba de un día de fiesta en el que la

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"Angelitos"

El niño muerto fue objeto de culto en las diferentes culturas desde la antigüedad. El culto varía dependiendo de la época y la cultura de que se trate. Se les enterraba con juguetes u objetos de uso cotidiano. Por eso a las fotografías post mortem de niños, a partir del siglo XIX se les llamó de "angelitos".

Existe una importante cantidad de fotografías de ese tipo, debido el alto índice de mortalidad infantil de dicha época, (la mayoría de los fallecimientos se debieron a los escasos recursos médicos en esos tiempos, como a la pobreza en muchos de los casos). Una familia común sumaban entre 8 y 10 hijos de los cuales solían fallecer la mitad. Tomando en cuenta ese contexto, las fotografías del niño fallecido junto a sus padres y/o hermanos, o simplemente el

niño muerto, estaban comprensiblemente aceptadas.

En la religión católica de América los niños que morían sin pecado original por haber sido bautizados y sin ningún otro pecado en vida, iban directamente al cielo para convertirse en Angelitos, en cambio, los que no habían sido bautizados eran enterrados con los ojos abiertos para que pudiesen ver la gloria del señor, y se dice que iban al Limbo.

En el velorio de “angelitos” generalmente los ritos y las ceremonias expresaban alegría por la convicción de que sus almas van directamente al cielo, se trataba de un día de fiesta en el que la familia había sido elegida para tener un “angelito” en el cielo, los niños que asistían debían poner también alegría al momento y se hacían hasta juegos.

Al día siguiente, el “angelito” era llevado al cementerio en su cajita blanca cubierta de flores, entre un cortejo que adquiría una tonalidad celestial, en medio de música, cohetes y alegría, la cruz de la procesión no tenía asta: así se representa la brevedad del paso a la otra vida. “Al llegar el cortejo al panteón o campo santo se hacía una pausa en la capilla, para de ahí encaminarse al lugar donde sería sepultado el niño.” Durante el entierro del “angelito”, el sacerdote usaba vestiduras blancas.