Fragmento Máscaras sueltas- Estela Figueroa

13
 Máscaras sueltas (1985) Tiempo pasado NO ES PARA HABLAR DE MÍ QE ES!R"BO #e la $l%c%&a' ca su llu*%a l%$era a+ul, *%-lácea, celeste. N- es /ara 0alar #e la $l%c%&a 2ue la c-3/ar- c-& u&a llu*%a a#4et%*- esa llu*%a. Es /ara #ete&er este 3-3e&t- &-ctur&-' la casa e& cal3a l-s /e&sa3%e&t-s 2ue e&&-lec%#-s *ela& /-r u& -r#e&a3%e&t- 2ue l- aar2ue t-#-. ESREME!"DO DE L6 el a%re 2ue lle&aa l-s es/ac%-s a%ert-s 3e t-caa t-#- ,el recuer#- #e 3% casa *ac7a l- 2ue all7 *e7a, 3e lle*aa al /-e3a l-s ár-les tra&2u%l-s las calles 03e#as el a$ua resca #el r7-.  : el /-e3a era es-' *ac7- #e 0-$ar 2u%etu# #e ár-l 0-s/%tal%#a# #e la calle

description

Máscaras sueltas 1985Estela FigueroaPoesía

Transcript of Fragmento Máscaras sueltas- Estela Figueroa

Mscaras sueltas (1985)

Tiempo pasado

NO ES PARA HABLAR DE M QUE ESCRIBOde la glicina: caysu lluvia ligeraazulviolceaceleste.

No es para hablar de la glicinaque la comparo con una lluviay adjetivo esa lluvia.

Es para detener este momento nocturno:la casa en calmay los pensamientos que ennoblecidos velanpor un ordenamiento que lo abarque todo.

ESTREMECIDO DE LUZel aire que llenabalos espacios abiertosme tocabay todo el recuerdode mi casa vacay lo que all veame llevaba al poemalos rboles tranquiloslas calles hmedasel agua fresca del ro.Y el poema era eso:vaco de hogarquietud de rbolhospitalidad de la calleprodigalidad del ro.

TORMENTA DE VERANO

Por la noche la lluvia inund la calleel patiodesprendi las ropas colgadas en la sogamoj la tela de la hamaca.

Durante el daun viento frosec el barrosec las ropassec la tela de la hamaca.En vano.Nadie ira a sentarse alljunto a los altos yuyosenhiestos.

Mucho ms tardeslo los niosse le atrevan al crepsculo.

Ahoraotra vez noche.Hace tres das que te has ido.Todava estn tus libros sobre la mesay yauna casi imperceptible capa de tierralos cubre.

TERMINARON LAS FIESTASMujeres cansadasreordenamos los cuartos.Se vacan florerosdonde flores marchitascabecearon en el alba.Botellas vaca son llevadasa la pila del patio.Manos despejanmesas dispuestaspara lo cotidiano:un costureroun libroun bolsoun papel.En un rincn de la cocinael tarro de basurarebosa.

Sostenme que me caigomi nuca est tan fatigada.[footnoteRef:1] [1: Cita de dos versos de un poema de Gottfried Benn]

Hubo amigos que llegaron y se fueroncomo en un vrtigo.Hubo padres y hermanos con quienes se brindpor el ao que comienzadesendolomenos penoso que el que pasamos.Y hubo desconocidos que besaron nuestras mejillasy a quienes besamos, sin comprender,en realidad, tanta efusin.

Pero no queda ms rastro que el arbolitoen el cuarto de la niay un par de zapatos rojos en el mo:anduve bastante.

No hemos llegado an a la mitad del veranoy ya aoramoslos das del otooen que nada sucede.El tedio de una lluvia entrevista entrelas hojas de los rbolesa travs de cristales frosdesde la intimidad de la casa.

LA MALA VIDA Y LA MALA POESA VAN JUNTASQu puedo hacer?Desvelada me levantocamino unos pasos por el patio.Un pjaro solitario canta monocordela desgracia de la tormenta.Los gatos hambrientos me rodean.Tienen miedo.Los dejo junto a m les digo unas palabras.Los relmpagos recortan el paisajey parece que lo real terminaradonde termina el patio.Sentada en el suelo caigo en cuentade que cada momento que pasa me acerco ms a algode lo que no quiero estar cerca.Me levanto y me refugio en la casa.Los gatos me siguen. No tengoel valor de echarlos. Que duerman aqu.

Terminar como Celinemuriendo solitariarodeada de diecisiete gatos?Ser lo nico en lo que nos parecemos?Ay, estrella de la suerteno caigas tan lejos de m!

DETALLES

Antescuando tu cara estaba cerca de la mami mirada la recorra como se recorre un jardnse detena en cada detalleamplindolo retenindolouna flor entreabiertauna cerradauna hoja seca cadauna gota.Era de esa manera como entrabas a mi vida.Entraba tu ojo ms prximosu color gataapenas bordeado por pestaas.Entraba el perfil de tu nariztu mejilla imberbe unacicatriz una orejacasi tapada por el pelo castaoel cuello claro.

De esos detalles estabahecho mi amor.Y mi amor me rodeabacomo un collar rodea una garganta.

Ahoracuando al atardecer oyendocantar las chicharras tocomi cuello ya no est el collar.Recuerdo aquel jardn:es un jardn que ya no tiene patria.

ANTES DE RELEER A CONSTANTIVO CAVAFIS

Los ojos dorados o castaosNo.Del color de las gatasvistas en soledada contraluz.

La nucatodava adolescentecontra mi boca.

Era amorel sentimiento?Me deshaca.rbol en la tormentafui.Pjaro en el rbol.Tormentafui

Fui una yegua sedienta galopandoy fui tambinla cincha que la detiene:se es el secretode mi pena.

La experiencia de los otros

Dos poemas sobre Emily Dickinson

SOANDO CON EMILY DICKINSON

La hermosade frente altay labio gruesome visitabaen sueos.

Haba sido nombrey apellidobucley vestidos.Un andar lentoreconcentradoen el jardn.

Es lo que queda dijode piejunto a la puertaabiertade mi casa.Y me extendiun lbum.En los cartones negrosde sus pginasencontr fotosde un rostro tristepensativometiculoso y sonrientecruel:haba sido poeta.Y unos pocos adornosya sin otro valorque el del recuerdo(prendedoresde piedras falsasalfilercitoscon la pintura descascarada):haba sido mujer.

Lo que queda.La casa haba sido vendida.Los libros donadosa una biblioteca pblicadonde se recubrieron de polvorezongLa ropaentregada a los pobres.

Otros decidieronqu parte de mpodra ser heredable.

SI TUVIERA PAPEL BLANCOSi tuviera la mano finaSi tuviera un lpiz en la manoSi fuera la duea de unpequeo escritorio junto a la ventanaSi en los vidrios de la ventanareviviera el paisajeSi mi escritorio fuera de madera vieja y opacaSi sus cajoncitos tuvieran pequeas llaves

Un vestido antiguo tan cmodopese a la complejidad del modeloy como deslizndose al borde del escote severoantes del nacimiento de los senosun camafeo sujeto por dos angostasbandas de terciopelo

Emily Dickinsonmojigatajugueteando con el camafeo:la dureza del materialentre os dedos algo hmedosde sudor.La mano finacon dedos algo hmedos de sudorpor el calor de la siestaabrira la ventana.Y como el paisaje estaba ya en sus vidriosel cuerpo inclinado sobre el pequeo escritoriose asomara por as decirloun poco al vaco.Veleidosa contemplacin del convalecienteel hacia afueray el hacia adentrounidos.La mano fina tomando el lpizy sobre el papel blancoescribiendo.

MEMORIA DE EMILY GRIERSONa partir de Una rosa para Emily de William Faulkner

Me ahogabalen quien haba depositado tanta confianzame defraudaba.Yo no lo senta dignode llevar por la casala bata morada de mi difuntopobre padre.Llegu a detestar su vos:Emilyno nos aburramos aqu.La casa es hmeda y oscura. Salgamossin rumbo en tu carruaje..Como si yo no entendieraque todo lo que quera era vanagloriarsepor la calle principal con la ropaque yo le compraba y mi criada lavabaen el carruaje que era moSuciode olor a prostbulose me acercaba con gestos gatunosl:Mujereshay hombres que coquetean como putashay hombresque son peores que las putasEmilyvas a tomar fro aquest en verdad fresco.chate un abrigo sobre los hombros. lel imbcilcreyendo que yo me sentabasola en el patiopor las nochespara soar mirando tal vez la luna o las nubescuando en verdad tratabade discernir en torno a mis emocionesde averiguar por qu permitaque esa bestia arrastrndoseme humillara entre gemidosentre lamentosda tras da.

Pero una noche de insomnio todo se aclar.A travs de la voz de mi pobredifuntoamado y venerable padremi conciencia habl.Las indicaciones fueron clarasprecisasy as tambin las horas en que las cumpl.Eso fue todo.Con la ansiedad con que cuando de niaesperaba la fiesta del alba en que saldramos de cazaesper.Tempranollegu a la farmacia y compr el arsnico.Media hora antes de que volviese de la carretera lo desparram sobre su platocolmado de costillas de cerdo y papasgusto vulgarcomi hasta saciarse:Emily adelgazas.Cuando te conoceras bonita.

Muri a mi ladotras una terrible agonaen el lecho de mis padrestantas veces profanado.No lo mov de all.No crean que me asque su cuerpo descomponindoseda tras da.No fue ms impresionanteque la visin de una manzana podridacolocada por descuido en la fruterasobre la mesa del comedor.Mujeresslo un hombre muerto puede ser fiel.Gloria a Dios en los Cielos!

SENSIBILIDAD FEMENINA

Lo reconozco.No pude releerEl suplicio de una madre de Cainporque saba que la hija mejor la ms dulcemorira de una infeccin antes de la pgina veinte.

Corra por la casase reasoplaba en la cara de Mildred.

Y qu imaginan que sentcuando desde la celda donde me tenano la voz de un nio?

La experiencia de la muerte

ENFERMA

Si es que la dulce estrella de la nochedeja caer su luzy no la vemosquin no se siente crdulopara creer en un destino ciertoal que indagartambin con labios muertos?

Muertos porque no hablan

Quin no se vuelve pobrepobre de una pobreza inanimaday quiere que por esos labios muertosnos cuente el tiempo idocmo es que se fue?Quin no se vuelve ricode una riqueza turbia y estancada?Cuando la dulce estrella de la tardedeja caer su luz y no la vemosquien est solo en casaenferma ms cuando las puertas crujenporque nadie va a entrar.Sordo: al canto de los pjaroslo escucha y no lo entiende.Mudo: su propio canto le es ajeno.

Tomando con cuidado las palabrascomo a manos pequeasarma, disuelve versosarmndose de miedo contra el miedo.

CON EL GRITO DESTEMPLADO DE LA LECHUZAla que fui me llam.Con la mano descarnada de los que se fueronarrastr de los pelosmi cuerpo flojo-fofoy lo dej en la orilladel agua quieta en la que transcurra.

Nostalgia de la casa en la que fuigrvida de palabrasinclinado labriegoante el blanco papellector del pensamiento.

(bastabaamansar la luzcorriendo las cortinaspara que lo imprevisibleun amigo queridogolpeara la ventana)

Nostalgia de la casa en la que fui:otra vez vuelvo a verte.En un giro inesperadoen un papel ajadoen una mano tensa.

Tanto tiempo pasque ahora la que soy es la que llegay como el amigo solitarioveo en el suave interior a la que fuihacerme seashacerme seasno s si porque llegoo porque estoy por partir.

Nos corremos en los andenespauelos en altoen los andariveles de los sueosen las sofocaciones del avinen parajes desnutridosen callecitas de pueblo.Extrao parentesco el que nos une.Me llama cuando quiere y cuando quiereme expulsa de la casa.No tengo sobre ella otra ventaja que conocer a la que ahora soy.

ZUMBIDO DE UNA MOSCA

Como una noche de insomniodebe ser el principio del largo viaje.Tan duro el nuevo lecho, tan angosto.Y el camisn de seda pegadoal cuerpo que no encuentra su sitio.

All no habr compaeroa quien desvele mi inquietud.Probablemente escuchar un llantoel rumor de una conversacinel ruido de un autopenetrandopor la ventana abierta.Hasta que termine por acomodarmecomo un feto en su vientre.