Franco; Nunes; Breilh; Laurell (1991) Debates en Medicina Social

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

FRANCO - NUNES - BREILH - LAURELL

OPS - ALAMES

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Primera ediciónIMPRENTA NON PLUS ULTRA

1991

DEBATES EN MEDICINA SOCIALOrganización Panamericana de

la Salud - Alames, 1991

Impreso y hecho en el EcuadorDirecci6n ySupervisi6n Editorial: CEAS

Dep. Diseñio Gráfico Non Plus UltraDiagramación cubierta: Rocío Recalde C.

Ilustración cubierta: Chalco Jorge"Suburbio Rojo" Gquil. 1983

IMPRESO EN: NON PLUS ULTRAPasaje San Pedro 14 7 y Rumipamba

Telef.: 541-603 QUITO -ECUADOR

ISBN: 9978 - 82 - 155 - 4 ColecciónISBN: 9978 - 82 - 155 - 4 (NQ 92)

DERECHOS A LA PRIMERA EDICION:IMPRENTA NON PLUS ULTRA, 1991, OB

CORPORACION MYLManuel Mejía DalmauPRESIDENTE EJECUTIVO

Carmen de MoyaGERENTE GENERAL NON PLUS ULTRA

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&

ceasW centro de estudios y asesoría en salud

DiREcao4 POSTAI. Tei, Cod. Inl. 5932No., 562-674

Calle Roct 549 Dpto. 602 243-039Quito- Ecuado 246-514

Quito, 20 de Octubre de 1991

Estimado compañero (a):

El Centro de Estudios y Asesoría en Salud (CEAS) del Ecuadoragradece al Departamento de Recursos Humanos de la OrganizaciónPanamericana de La Salud y a la Asociación Latinoamericana deMedicina Social, por habernos confiado la dirección y supervisión editorialpara la publicación del trabajo Debates en Medicina Social. Esta obracorresponde al número noventa y dos de la Serie Desarrollo de RecursosHumanos de la OPS y contiene, a no dudarlo, otra valiosa reflexión acerca de lahistoria, estado actual y perspectiva futura de la "Medicina Social' o "SaludColectiva" en América Latina.

Nuestro Centro, al hacer llegar a usted (es) esta trascendental publicación,aspira a que sus contenidos logren uno de los objetivos primordiales señaladospor los autores, esto es, que ayuden a quienes están vinculados o entregados a laSalud Colectiva, pero también a todos aquellos que se empeñan en seguir decerca los adelantos en las disciplinas-sociales, a tener una visión objetiva de estecampo en construcción, lleno de estimulantes aportes y de efervescentesdebates, cuyo desarrollo, lógicamente, como conviene al futuro de cualquiercampo multidisciplinar, debe mantenerse en el mas alto nivel. La contribuciónque cada compañero pueda hacer en este campo será favorecida, estamosconvencidos de ello, por el papel orientador que tiene esta obra.

Invitamos pues a leerla con atención y pensarla quizás como una propuestaa ser enriquecida con tu opinión. Ediciones CEAS quisiera en tal sentidoarrimar el hombro con los gestores de la iniciativa que hoy se concreta en estelibro, y contribuir al desarrollo del esfuerzo sistematizador desplegado por losautores, ofreciendo su modesto contingente para receptar y canalizar los puntosde vista, las criticas, las correcciones y, en fin, todas las respuestas que la obragenere, en pos de su perfeccionamiento futuro.

Iu fIón t y FAX es:

Cale Roca 549 Dpto. ó02Quito-Ecuador

Fax: 5932-566714

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CENTRO DE ESTUDIOS Y ASESORIA EN SALUDCEAS

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EL SISTEMA DE SUMINISTRO DEMEDICAMENTOS EN LAS PRINCIPALES

.4-g~ ~ INSTITUCIONES Y PROGRAMAS DEfe ^8'. lSALUD DEL PAIS

Dar cuenta de la forma que asume el sistema de suministro, constituye elWi objeto problema sobre el cual gira el trabajo de investigación, sin

embargo, con el fin de comprenderlo como un sistema operativo integral,se ha unido a la descripción de sus elementos constitutivos, el análisis desus determinaciones inmediatas.Dos son los niveles fundamentales que el estudio plantea para el análisisdel suministro de medicamentos: Un nivel estatal general, a partir delcual se generan los determinantes políticos, jurídicos y financieros del

"li ~',f_ . ~ ,,,~ ~~comportamiento farmacéutico nacional y un nivel institucional degestión administrativa y ejecución operativa de las políticas nacionales

\.....As- ~traducidas en programas sociales.Además, con la finalidad de romper con las limitaciones de algunos

_ ___^^j esquemas inflexibles, tradicionalmente utilizados enel análisis del__proceso de suministro de medicamentos, el texto incorpora al estudio delos elementos teórico-explicativos, técnicosaoperativos y farmaco-terapéuticos, el análisis de la prescripción, adquisición, utilización ygrados de satisfacción de las necesidades farmacéuticas de los usuarios, apartir de una investigación de sondeo de opinión. (325 pp)

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Patrones de trabajo/consumo y saludDeterminaciones de la salud enfermedadRelaciones entre clínica y salud colectiva

Proyecciones prácticasResúmenes bibliográficos

... , 9 EntrevistasI~=~5~ \Reportajes

CUADERNOS DE SALUD DE LA MUJER

Condiciones de vida y salud de la mujer .. -/e

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DETERIORO DE LA VIDA: Un Instrumento<-Xo^?.t - \ para análisis de Prioridades Regionales en lo

11YOté s~~~ i\\-SSocial y la Salud

- -poá/- 1 El Deterioro de la Vida de las poblaciones latinoamericanas es un7- - ' ,oj j < Xi\signo distintivo de la crisis económico social contemporánea. De allíy..-~... b ~...;' B, d la importancia de este libro, que es un serio aporte a la defensa de las

.- ---- .- j . condiciones de reproducción social, con un pensamiento innovador ylíneas de planeación más creativas e informadas.Presenta de modo inédito, una interpretación distinta de la producción

;\ ¡- _._- '- y distribución de la enfermedad, integrando en el análisis criterios?!t, ; N _ Ü \\\ económico sociales, geoecológicos y biológicos. Para ello estudia la~! L , , - O j o : D . composición social de las distintas regiones y subregiones,

observando las condiciones de trabajo y de consumo familiar, yvinculándolas al análisis de los efectos terminales en la salud. Dirigidaa trabajadores de la salud, planificadores, cientistas sociales, etc., estaobra es un importante instrumento de consulta e información para elanálisis y formulación de prioridades regionales en lo social y la salud,y en donde los espacios y recursos para la acción no surgen solo delmarco institucional, sino que tienen en cuenta las potencialidades deuna participación popular organizada. (510 pp)

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TLA TRIPLE CARGA: Deterioro Prematurode la Mujer en el NeoliberalismoAsume el reto de contribuir al esclarecimiento de los conceptos ycategorías necesarios para la investigación de los problemas deltrabajo femenino. de la vida social de la mujer, sobre todo en lo quehace referencia al conocimiento de las determinaciones sociales de lacalidad de vida y la salud femeninas, como un aporte para laformulación de políticas auténticas en el campo social y sanitario.En lo general, la obra comienza por ubicar la lucha de la mujer en laconstrncción de un nuevo ser humano, en la coyuntura adversa yregresiva del neoliberalismo. Aborda la discusión conceptual decategorías como "sexo", "género" y "clase", así como el análisis de losprocesos de la reproducción social, y del trabajo insertado ydoméstico específicamente, que determinan el desarrollo biológico delfenotipo femenino y el deterioro del mismo.

La Triple carga es una obra polémica y suscitadora, que parte en su.. ~ ciClo-deliconociuei nto científico y te-rnina en la formulación de

propuestas altemativas para lo social y la salud, constituyéndose en unaporte más de la línea de producción del CEAS.

Es un libro escrito con apasionamiento po la defensa de la mujer."Más allá de la identificación del autor -un hombre de ciencia- conuna visión igualitaria de la sociedad y del anhelo por un mundo másjusto, está la honda convicción de que una parte decisiva de la utopíade un mundo mejor será la vigencia plena de las capacidadespostergadas de la mujer. Cuando ese mundo advenga se harátotalmente visible la enorme magnitud del error más grande de lasociedad machista y patriarcal: el haber confundido diversidadbiológica con inferioridad natural y haber colocado entre paréntesis elpotencial particular con que la mujer aporta, y aportará aún más, anuestra profunda liberación" (92 pp)

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DEBATES EN MEDICINA

DEBATES EN MEDICINASOCIAL

Franco - Nunes - Breilh - Laurell

Serie Desarrollo de Recursos Humanos No. 92

OPS-ALAMES

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wmmv'

ORGANIZACION PANAME R ICANADE LA SALUD

ASOCIACION LATINOAMERICANADE MEDICINA SOCIAL

AUTORES:

Presentación: Saúl Franco y Everardo Nunes

Capítulo I: Everardo Duarte

Capítulo II: Jaime Breilh

Edmundo Granda

José Yépez

Patricia Costales

Capítulo III: Cristina Laurell

Ficha de CatalogaciónDebates en medicina social/Saúl Franco, Everardo Nunes, Everardo

Duarte, Jaime Breilh, Edmundo Granda, José Yépez, PatriciaCostales y Cristina Laurell. Quito: Organización Panamericanade la Salud, 1991.350p; diagrs; cuadrs; bibliog. (Serie recursos Humanos, 92)

< EPIDEMIOLOGIA > <c EPIDEMIOLOGIA CRITICA ><MEDICINA SOCIAL-SALUD COLECTIVA >< SALUD PUBLICA > < SALUD OCUPACIONAL >< HISTORIA > < EPISTEMOLOGIA > < SABER,ESTADO Y SALUD >

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

INDICE

PRESENTACION .......................................... 7Saúl Franco y Everardo DuarteCAPITULO 1TRAYECTORIA DE LA MEDICINA SOCIAL EN AMERICALATINA: ELEMENTOS PARA SU CONFIGURACION ....... 17Everardo DuarteIntroducción .............................................. 21

Los orígenes latinoamericanos .............................. 24

La medicina social como práctica pedagógica ................ 26La incorporación de lo social a nivel de loscursos de pregrado .................................. 35Las ciencias sociales y la medicina social enlos cursos de posgrado ................................ 48

La medicina social como práctica teórica: La producción científicaIntroducción a los estudios sobre produccióncientífica ............................................ 58Análisis cuantitativo de la producción científica ......... 62Análisis temático de la producción científica ............ 64Perspectivas en la investigación en ciencias socialesen salud ............................................ 79

Las prácticas sociales ...................................... 90La evolución de los servicios estatales de salud .......... 90Los años 50-70 ....................................... 97La crisis de los años 80 ............................... 101Los movimientos sociales ............................. 102Procesos organizativos internos ........................ 106

Reflexiones finales ......................................... 108

Bibliografía ............................................... 115

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OPS -ALAMES

CAPITULO IICOMPONENTE DE METODOLOGIA: LA CONSTRUCCIONDEL PENSAMIENTO EN MEDICINA SOCIAL. ............ 138Jaime BreilhConsideraciones preliminares ............................... 140

Las luchas del contexto como referente histórico ........ 141Breves anotaciones sobre los problemas enla investigación de la práctica y el saber (E. Granda) .... 146

La epidemiología (crítica) latinoamericana:análisis general del estado del arte, los debatesy desafíos actuales ........................................ 164

Aportaciones centrales del movimientolatinoamericano ..................................... 164Relación con el sujeto popular:una politicidad replanteada ........................... 168Nueva construcción del objetoepidemiológico y la subsunciónde la lógica formal .................................... 174Primeras aportaciones críticas ymetodológicas. Consolidación instrumental,diversificación de los objetos y multiplicación docente ... 176Epidemiología del consumo .......................... 179Epidemiología laboral ............................... 183Epidemiología geográfica o del territorio .............. 186Epidemiología del poder, la concienciay la organización .................................... 189Epidemiología histórica .............................. 194Discusión sobre algunaspropuestas latinoamericanas .......................... 197Breves elementos autocríticos ......................... 198Categorías básicas para este análisis ................... 200Determinación y mediación ........................... 200Reproducción social ................................. 205Las propuestas de Xochimilco y del CEAS ........... 208Reflexiones críticas .................................. 209Problemas instrumentales ............................ 212Otras propuestas latinoamericanas .................... 213

El método empleado para el análisis de la producciónlatinoamericana y descripción general (J. Yépez y P. Costales) . 216

Método para el análisis .............................. 216Fuentes y criterios para la selecciónde los trabajos ...................................... 218

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Procedencia, formas organizativas,tipos y áreas temáticas de 316 trabajosestudiados en la fase intermedia. ...................... 224

Anexos ........................................ 228

Bibliografía . ....................................... 236

CAPITULO IIITRABAJO Y SALUD: ESTADO DEL CONOCIMIENTO ..... 249Cristina LaurellIntroducción ......................................... 250

Los enfoques teóricos ................... 2...................254

La construcción del proceso de investigación ................. 262Sobre la cuestión de las disciplinas .................... 263Sobre el sujeto y el objeto de la investigación ........... 266Sobre los ámbitos y niveles de la investigación .......... 268Sobre la dimensión del tiempo ........................ 274

Temas, problemas y conocimiento generado ................... 279Heterogeneidad industrial y desgastediversificado: los estudios nacionalesy sectoriales ......................................... 280Detrás de los muros de la fábrica:Los estudios de centros de trabajo ..................... 286Los Problemas específicos: accidentesy riesgos químicos y físicos ........................... 301Crisis y reestructuración productiva .................. .306

La defensa y desarrollo de la salud obrera:hacia una nueva práctica ................................... 312

Los sindicatos: conocer para transformar .............. 313Hacia la transformación de la prácticainstitucional ........................................ 318

Bibliografía ...................................... 322

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

PRESENTACION

n la medida en que un campo del conocimiento y porende de la práctica - se va configurando y expandiendo,

requiere mayor vigilancia conceptual, metodológica y episte-mológica, y mayor crítica tanto interna como externa. Ade-más, dado que el crecimiento no es unifocal ni unidisciplinarioni monotemático, va requiriendo levantamientos que articu-len, establezcan regularidades, puntos comunes, períodos, in-consistencias, prioridades y posibilidades e imposibilidades. Yes justamente por su naturaleza y momento que conviene a lacorriente de pensamiento y acción global - pero quizás impro-piamente - llamada "Medicina Social" un trabajo de este tipo.

Que la Medicina Social no es un campo constituido sinoen constitución podría considerarse entonces como la primerapremisa de este material. Premisa cargada de implicaciones.Porque lo aún no constituido es débil y con márgenes variablesde incertidumbre. Pero al mismo tiempo relativamente abier-to, convocante al trabajo de construcción y al debate. Puedeser ésta la raiz y razón del título adoptado: "Debates enMedicina Social". No es territorio de nadie o desierto sinsenderos. Ya hay propuestas, propuestas con contenido ydireccionalidad que merecen consideración y requieren discu-sión. Pero tampoco es un bloque monolítico, sin fisuras. Lastiene y posiblemente lo mejor no sea cerrarlas sino seguirlasen busca de saludables diversidades o necesarias rupturas. Latarea que culmina con la publicación de este material se pro-puso justamente mirar ese campo en construcción, ayudar aidentificar sus fronteras, confrontar las propuestas originales-

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con los desarrollos posteriores y contribuir al proceso constructivo del cual hace parte importante la crítica interna.Quela Medicina Social es un campo multitemático no es sólo unapremisa de este trabajo sino una condición de su naturaleza.Premisa y condición que plantea de inmediato dos preguntasbásicas:

* Cuál es la línea divisoria de la especificidad temática de laMedicina Social (MS)? O sea: cuáles temas son y cuálesno son médico-sociales.

· Por qué los notables desbalances en los desarrollos temá-ticos?

Sobre ambas preguntas se volverá un poco más adelanteen esta introducción. Pero es bueno anticipar: más que temá-tica, la delimitación parece ser conceptual, de enfoque, decriterios y métodos de análisis. Es decir: toda temática quetoque con la vida humana, con la salud, con la enfermedad ocon la muerte en cuanto se aborde y analice como entidad yrealidad histórico-social, con la rigurosidad y metodología quetal identidad requiere, es un tema médico-social. La identifi-cación entonces es de objeto, conceptual y metodológica, y noexclusivamente temática.

Que la Medicina Social es al tiempo un saber y una prác-tica - mejor: un conjunto de prácticas - es la otra premisa deltrabajo y condición de esencia del tema. Por eso el esfuerzooriginal se orientaba tanto a la identificación del campo teó-rico como a la delimitación y análisis de las prácticas, incluidaslas teóricas. Pero también aquí se plantea la pregunta, yaformulada a propósito de los temas, de la especificidad de lasprácticas. Cuál es y cuál no es una práctica Médico Social?La respuesta no está acabada, pero sí perfilada en la notaanterior a la cuestión temática. Serán prácticas médico-socia-les aquellas que, basándose en un esquema conceptual y mo-delos metodológicos como los enunciados anteriormente, seconcreten en procesos de activación de las diferentes fuerzassociales hacia la transformación positiva de sus condiciones

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

de vida y de salud. Caben entonces prácticas pedagógicas einvestigativas; acciones al interior de movimientos sociales ypolíticos; acciones en los terrenos de la legislación, y laorganización popular, el debate político, las luchas gremialesy sindicales en el terreno de la salud, y muchas otras formas deacción social. Algunas de ellas son consideradas en loscapítulos de este trabajo. Pero muchas otras o no se hanimpulsado lo necesario o no son suficientemente conocidasaún. Impulsarlas más o conocerlas mejor es una tarea colectivaque se coloca por encima de las posibilidades de estapublicación. Pero discutir algunas de ellas y, sobre todo, abor-dar la MS no sólo como campo teórico sino también demúltiples prácticas sociales, ese sí ha sido uno de los objetivosesenciales de este trabajo, aceptando anticipadamente laslimitaciones en los logros.

Si bien no es el nombre el problema central de la MedicinaSocial latinoamericana actual, no debe excluirse de la agendade asuntos pendientes. El cuestionamiento sobre la validez yadecuación del nombre se viene incrementando en la medidaen que se amplian los campos de trabajo y se aumentan el rigormetodológico y la participación interdisciplinaria e inter-profesional.

Para algunos la realidad expresada en la palabra Medicinatiene un significado demasiado cargado de una racionalidad yuna práctica casi antagónicas con lo que quiere expresar ymaterializar el pensamiento y la acción hasta ahoradenominadas médico-sociales. En el contexto de lasprofesiones Medicina es también una de ellas, y con una his-toria de poder hegemónico en el campo de la salud nofácilmente conciliable con la democratización implicada ydefendida por la "Medicina Social". Y, de mantenerse lasdenominaciones profesionales, en rigor habría que hablartambién de Odontología Social, Enfermería Social, etc.Adicionalmente, sin ser la Medicina una disciplina, desde lasdisciplinas se ve también como reduccionista el concepto deMedicina Social.

El esfuerzo por trascender el territorio de la enfermedad

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- al que ha estado dedicada en buena medida la medicina - ypenetrar más los campos de la vida, de la salud y de la muerte,tampoco parece quedar bien expresado en la categoríaMedicina Social.

En esencia el argumento se refiere entonces a la incon-veniencia de mantener un nombre que ni expresa la realidadteórico-práctica que quiere señalarse ni produce el efecto deconvocatoria y movilización transdisciplinar y transprofesionaldeseados, ni amplia la perspectiva de la salud y de la vida enlas dimensiones proyectadas.

Aunque el problema de la denominación se vieneagudizando recientemente, tal como ya se anotó, suformulación es muy antigua. Lo enfrentó desde sus orígeneseuropeos la sistematización de un conocimiento referido a lasrelaciones de la salud con la sociedad. Cuando Guerín utilizópor primera vez en Francia en 1948 el concepto de MedicinaSocial, la expresión hacía parte de la propuesta global dereforma médica en la convulcionada Europa de entonces.Para Guerín todos los términos utilizados hasta entonces paradenominar esta área - higiene social, policía médica, higienepública - eran insuficientes y no expresaban las nuevasprácticas que debían orientar las relaciones entre la enfer-medad, los "problemas sociales" y una clara intervención delEstado en tales problemas. Otros reformadores de entonces,Virchow por ejemplo, consideraban a la medicina como unaciencia social. Y empezaron a construir la Medicina Socialcomo una práctica político-social profundamente articuladacon las condiciones económicas y orientada por tres principiosbásicos, a saber:

-) Que la salud del pueblo es un objeto de incuestionableresponsabilidad social, teniendo la sociedad la obligación deproteger y asegurar la salud de la totalidad de sus miembros.

-) Que las condiciones económicas y sociales tienen unefecto importante sobre la salud y la enfermedad,requiriéndose de investigación y rigor científicos para lacomprensión de tales relaciones.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

-) Y que es preciso tomar medidas en el sentido depromover la salud y combatir la enfermedad tanto médicacomo socialmente.

Este ideario difiere del que originó la Salud Púb'lica in-glesa. Ella se orientaba más a las acciones prácticasrelacionadas con medidas de saneamiento y consideraba alEstado como un agente complementario de la iniciativaprivada. Hay entonces desde el origen dos denominaciones:Medicina Social y Salud Pública afines pero diversas en sugénesis, en su conceptualización y en sus prácticas. Afinidady diversidad que aún persiste y que históricamente en unoscasos ha posibilitado - y puede seguir posibilitando - el acer-camiento, y en otros contextos ha permitido - y puede seguirdemandando - una demarcación de campos y de estrategias.

En la mitad de este siglo, y con fuerte influencia nor-teamericana, se consolidaron dos nuevas expresiones:Medicina Preventiva y Medicina Integral. Ambas surgieroncomo movimientos ideológicos orientados a la reforma de lasprácticas médicas y referidos tanto a enfatizar los aspectoscolectivos de la salud como a plantear la integración de con-ocimientos biológicos, psicológicos y sociales. El primercapítulo del libro desarrolla detenidamente la trayectoria de laMedicina Preventiva en especial en las escuelas de medicinaen las que dió el nombre a un Departamento - con frecuenciadenominado también de Medicina Preventiva y Social.

Particularmente en Brasil, y en forma creciente en otrospaíses de la región, se ha venido utilizando el término de SaludColectiva. Este logra superar la medicalización y el contrastepúblico-privado, resaltando la temática de la salud y su caráctercolectivo. No siendo reductible lo social a lo colectivo, tam-poco ésta ha podido resolver totalmente la insuficiencia de lasdenominaciones en cuestión.

Con todas las limitaciones ya anotadas, el concepto deMedicina Social ha logrado hasta ahora agitar la temática,convocar y movilizar. La superación positiva de ladenominación va a ser producto de la madurez conceptual y

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OPS -ALAMES

de la realización y legitimación social del campo de saber ypráctica reconocido hasta ahora bajo dicha denominación.

Especial preocupación viene mereciendo también elreconocido desbalance temático de la Medicina Social.Asumiendo los riesgos de un gran nivel de generalizaciónpuede decirse que en las décadas del cuarenta y del cincuentapredominaron en el campo los estudios socio-antropológicos.Las investigaciones centradas en la formación de personal desalud en los sesenta. Los replanteamientos epidemiológicoscon la consiguiente formulación de una propuesta alternativa,la salud de los trabajadores, y la organización social de la saludfueron dominantes en los setenta y los ochenta. La cuestióndel Estado y de las políticas sociales avanzan significativa-mente en los ochenta y en lo que va de la década actual. Perolos desbalances son facilmente observables tanto entre lostemas enunciados, como en su distribución regional como, enespecial, en la profundidad y rigurosidad alcanzadas. Y cadavez es mayor el interés por acercarse o incrementar el trabajoen temáticas de alta prioridad social. Es el caso de la cuestiónde la tecnología, sus fronteras sanitarias, su impacto en lasalud, en los servicios asistenciales y en sus costos; la bioética;el ambiente, su relación con la salud, y las transformaciones eimplicaciones sanitarias del espacio geo-político; las prácticasalternativas en salud; los movimientos sociales y susposibilidades en el campo de la salud; la salud mental; latemática del género y la problemática de la mujer; lasrelaciones de poder en las instituciones de formación de per-sonal, gestión y prestación de servicios de salud; las nuevas - orenovadas - políticas sanitarias; la violencia; el hambre; lasrelaciones cultura y salud, etcétera.

Lo social en Medicina Social no es sólo cuestión de cien-tificidad o adjetivo para resaltar lo colectivo ante lo individual.Es también cuestión de naturaleza, de objeto, de escenario yagentes en acción. O sea: es social en la medida en que seconstruya y acontezca en, por y para las fuerzas que con-stituyen, dan tensión y razón de ser a la sociedad. Carece derealidad por fuera de la trayectoria cultural, del momentocientífico y político de la específica sociedad en que se desen-

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

vuelve. Por eso es tan intenso y conflictivo su momento actual,tanto en América Latina como en el contexto general.

América Latina, sobre los saldos acumulados de injusti-cias, desigualdades y marginaciones centenarias, cargó en ladécada pasada con el peso aplastante de la deuda externa, lossaldos rojos de la crisis vivida por el capitalismo a nivel mun-dial, y las consecuencias de las nuevas versiones de relacionesinternacionales en las que el imperialismo no es una imageninofensiva del pasado ni una creación panfletaria o delirante.Al tiempo que unificada por las constantes enunciadas y pormuchos otros procesos, la misma América Latina es tambiéndiversa. Diversa en sus momentos político-sociales, en lasespecificidades de su contextura económica y en las formas deenfrentar el impacto de la crisis.

Esta diversidad subregional necesariamente se traducetambién en la diversidad de prácticas, de enfoques y propues-tas en el campo médico-social latinoamericano. Prácticas di-versas académicas e investigativas; prácticas políticas y de mo-vilización por derechos y acciones por la vida y la salud;propuestas analíticas y operativas, metodológicas y administra-tivas. Diversidad que se intensifica, por supuesto cuando elescenario se amplía a Europa Occidental y Norte América, aAfrica y Europa Oriental. Con la obvia aclaración de que noes la geografía la que marca la diversidad. En ella se expresany delinean los modelos económicos, y las grandes alternativaspolítico-ideológicas de la humanidad.

Por la vía de la constatación de la diversidad y sus deter-minantes llegamos a los que pueden ser los dos núcleos cen-trales de toda esta discusión y en torno a los cuales gira no sóloel material que se presenta a continuación, sino el esfuerzomédico-social en su conjunto. Tratemos de formularlos siste-máticamente.

El primero se refiere a la identidad misma del campomédico-social. El segundo a la existencia, validez y viabilidadde su propuesta. Si, como se vió, la temática es sólo un primernivel de delimitación del campo, y éste sólo se configura por la

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naturaleza del objeto y el tipo de abordaje y análisis, cuál esentonces la especificidad de la corriente médico-social lati-noamericana? Cuáles son los elementos que la unifican en ladiversidad y diferencian de otras opciones y propuestas? Elreconocimiento del esencial carácter histórico-social de todala problemática relacionada con la salud-enfermedad y la viday la muerte es un primer elemento identificador. Pero insufi-ciente. En realidad en el amplio panorama de temas que talproblemática abre, la corriente Médico-Social Latinoameri-cana ha optado por aquellos más vinculados a las necesidadesde los trabajadores y de las clases populares y más próximos alas posibilidades de pensamiento y acción de los investigado-res. Y esto ayuda a delimitar y explicar lo hecho, pero noalcanza a justificar las exclusiones y desbalances ya anotados.Y entre las opciones teórico-ideológicas, aparece claro que laMedicina Social Latinoamericana ha trabajado basada funda-mentalmente en los aportes de la visión y metodología mate-rialista-histórica. La fidelidad a la realidad, la rigurosidad, elcarácter dinámico y dialéctico que tal enfoque exige han per-mitido algunos de los avances obtenidos. Hasta el presenteeste ha sido el elemento más específico de la corriente a nivelregional. La necesidad de consolidarlo y enriquecerlo, supe-rando dogmatismos y reduccionismos, es otro de los retosactuales.

El segundo núcleo, y que constituye la última reflexión deesta introducción, se refiere a si la Medicina Social es o nouna propuesta global alternativa en el campo de la salud y, encaso positivo, cuál es su vigencia y cuáles sus posibilidades ylimitaciones. Con la información y el análisis disponiblespuede decirse que realmente constituye una propuesta peroaún embrionaria. Embrionaria por cuanto buena parte de suscontenidos están aún por desarrollarse e inclusive varios deellos apenas sí se han enunciado; y embrionaria también encuanto buena parte de sus planteamientos se encuentran aúna nivel de formulación teórica con relativamente escasas im-plementaciones y operacionalizaciones prácticas. Pero esuna propuesta global en cuanto toca las bases conceptualesde la problemática sanitaria, los contenidos y prácticas metodológicas tanto del saber como del hacer social en la

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Juan
Resaltado
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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

salud, y formula la revisión epistemológica del campo cientí-fico implicado. Lo es también en cuanto pretende abordar latotalidad de la temática y contribuir a la búsqueda de alterna-tivas aplicables. Lo cual está lejos de significar que la Medi-cina Social sea o esté intentando producir un nuevo y defini-tivo recetario para los bizarros problemas de salud regional.Está trabajando y continuará haciéndolo por entender e in-terpretar mejor y por participar más activamente en construirestrategias y mecanismos de transformación y de respuesta.

Hoy la propuesta no tiene, no puede tener aún, plenavigencia. Está gestándose y ganando presencia y legitimidadno sólo académica en los espacios donde se realizan las cues-tiones que la constituyen: la vida y la muerte, la salud y laenfermedad del hombre como sujeto social. Su vigencia va adepender entonces de su propia capacidad para configurarsey validarse, de su articulación sincrónica con la realidad trata-da, de la viabilidad y oportunidad tanto de las respuestasteóricas como de las propuestas más inmediatas y concretas,y de su visión para canalizar su energía y sus avances justohacia el logro de sus objetivos esenciales, sin dispersionesinútiles o desgastantes en discusiones neo-bizantinas o prác-ticas ya históricamente superadas.

Por elemental coherencia un trabajo sobre esta temáticadebería ser colectivo. Y así se trató de hacerlo. Se partió deidentificar los temas prioritarios y en los cuales hubiera unmayor volumen de conocimiento y práctica acumulados. Ele-mentos para una reconstitución histórica; conceptos básicos;metodología; trabajo y salud, y estado y políticas de salud,surgieron como las áreas que deberían tratarse. Acordadorealizar lo que algunos llaman un "estado del arte", un equipode cinco investigadores inició el trabajo: Everardo DuarteNunes, Jaime Breilh, Cristina Laurell, Sonia Fleury y SaúlFranco. El plan contemplaba una primera fase de levanta-miento y análisis de información y elaboración de una formu-lación inicial. Una fase de discusión conjunta, y una terceraetapa de reelaboración de los materiales. En la marcha sevió la conveniencia de agregar una etapa: una discusión más

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amplia con otros investigadores. Se conformó un grupo delque participaron: Hugo Mercer, Jaime Sepúlveda, ElianaLabra, Ana María Tambellini, Alberto Vasco, María ConsueloCastrillón, Cesar Mella, Josefina Padilla, Mario Brofman, Ed-mundo Granda, Roberto Pérez, Catalina Eibenschutz, Cris-tina Laurel, Everardo Duarte y Saúl Franco. Las discusionesy aportes de este grupo sobre los materiales ya re-elaborados,requirieron una nueva formulación. El grupo considerótambién que, a pesar de la importancia del tema y de la indis-cutida calidad del material preparado, al no contener propia-mente el "estado del arte" acordado, no deberían incluirse enla publicación un documento sobre Estado y políticas de Saludy un material sobre Crisis y Salud, quedando pendientes paraposteriores publicaciones.

Aún cuando los distintos capítulos del trabajo per-sonalizan su autor, cada uno de ellos es realmente el productodel trabajo colectivo y de intensas discusiones en los dos añosde elaboración. Esto, por supuesto, no descarga las respon-sabilidades de contenido y forma de los autores principales, nisobrecarga a los participantes en el grupo de trabajo conco-responsabilidades no atribuibles.

A más de colectivo en su producción, el presente trabajotuvo otra característica en su ejecución: fue interinstitucional.La Asociación Latinoamericana de Medicina Social -ALAMES - planteó la idea de la conveniencia de la revisión-crítica, y ofreció la colaboración de sus asociados, y laOrganización Panamericana de la Salud - OPS - tomó la ideacon entusiasmo, ayudó a elaborarla y desarrollarla y financióla totalidad de las distintas etapas del trabajo y de lapublicación del material. Por esto a las demás contribucionesque en distintos campos pueda hacer este documento debesumarse ésta: la de una forma concreta de cooperación entreentidades de naturaleza diferente pero afines en el interés porentender y ayudar a difundir lo que acontece y se piensa en elámbito médico-social latinoamericano.

Saul Franco A. Everando Duarte N.

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CAPITULO I

TRAYECTORIA DE LA MEDICINASOCIAL EN AMERICA LATINA

ELEMENTOS PARA SUCONFIGURACION

Everardo Duarte Nunes

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"Alfin, la medicina será lo que debe ser, elconocimiento del hombre natural y social"Lanthenas - "De I' influence de la liberté sur la santé".Paris, 1792

"Basado en los pilares gemelos de la medicina y de lasciencias sociales, el concepto de medicina social sólopodía ganar en precisión con el avance de la medicina yel desarrollo de las ciencias sociales. Es imposibledestacar lo suficiente que la medicina social descansapor igual, tanto en las ciencias sociales como en lasciencias médicas. La antropología, la psicología, lasociología y la economía son tan importantes en estecampo como las diversas ramas de la medicina. "G. Rosen - Qué es la medicina social? un análisisgenético del concepto. 1947.

"Para fines de 1968 - 1973, las condiciones parecenpropicias para que se diera legitimidad (en la AméricaLatina) a la Medicina Social como un campodisciplinario ".J.C. García - junio de 1984

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INTRODUCCION

La tentativa de analizar la trayectoria histórica de la Me-dicina Social en América Latina plantea algunas dificultades.Estas se refieren, primero, al hecho de ser una área de cono-cimiento y una práctica todavía en elaboración, en segundolugar, porque no existen estudios nacionales completos, quepermitieran una visión más detallada. A estas dos dificultades,se junta la cuestión de que el entendimiento teórico de esaárea, pasa por los caminos no resueltos de las relaciones inter-disciplinares. Felizmente, la literatura que se acumuló a lolargo de tres décadas y media, posibilita evaluar, desde el puntode vista de las Ciencias Sociales, las contribuciones teóricas ymetodológicas de la Medicina Social.

De otro lado, es evidente la complejidad de un análisis queestá ubicado en la intersección de factores sociales, económi-cos y políticos con los adelantos científicos tanto en el áreabiomédica, como social, pero también, de otros campos delsaber. Considérese, por tanto, que en relación a esa área suabordaje tiene que ser realizado considerando tanto las condi-ciones externas que determinaron su emergencia, como tam-bién, los condicionantes internos, relacionados al propio desa-rrollo histórico de las ciencias, que irían a proveer loselementos básicos, para la existencia de una práctica teórica.En realidad, esta ha sido la orientación dada por los estudiososde las ciencias, y, en el campo de la salud se destaca García (1)quien, al realizar un profundo análisis de las instituciones deinvestigación en América Latina, apuntaba:

"La tesis central que orienta este trabajo, es que la práctica

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y el saber en el campo de la salud - en el cual se incluye lainvestigación - están ligados a la transformación histórica delproceso de producción económica. Desde un punto de vistaepistemológico, se opta por la postulación que sostiene que, laconcepción y la proposición de acciones médicas no surgen porun simple juego del pensamiento, sino, que tiene su origen enla experiencia de los individuos con el mundo material objeti-vo, en las relaciones prácticas del hombre con las cosas, y enlas relaciones que constituye el todo social y, en última instan-cia, en la estructura económica".

El autor continúa afirmando que, es estudiando la totali-dad social que se puede aprehender el sentido de las prácticasen el campo de la salud, y en el de la investigación, inclusivede las categorías que emergen del discurso que se elabora enrelación a esas prácticas. Aunque quede claramente estable-cida la determinación económica, García, no descarta que enla productividad científica, también, se debe considerar laautonomía relativa de las ciencias de la salud, y que: "Latensión entre las influencias externas y las internas, constitu-yen la base de la creatividad científica"(1).

Sin duda, los aportes de García son básicos para la com-prensión de la emergencia de la Medicina Social en LatinoAmérica, realizando una obra, que se dedicó a esa área delconocimiento, incluyendo su último trabajo que presenta algu-nos puntos importantes para la reconstrucción de la trayecto-ria de la Medicina Social latinoamericana (2).

Otros trabajos, que procuran dar cuenta de aspectosreferentes a ese campo, y que pueden ser citados como impor-tantes en su reconstrucción, fueron elaborados en los años 80:Laurell (3), Menéndez (4); Rodríguez y Villarreal (5); Nunes(6); Mercer (7).

Dentro de esa temática, la referencia obligatoria para losestudiosos de la teoría social de la medicina, es la tesis deArouca (8), sobre la Medicina Preventiva, que procuró deter-

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minar "las reglas de esta formación discursiva y las relacionesmantenidas con instancias no -discursivas que abarcaron, ytrataron de estudiar la articulación de esta estructura con undeterminado modo de producción, para que se pueda aprehen-der la simultanea contradicción, entre Medicina Preventiva -Medicina Curativa". El trabajo de Arouca, es de la mitad delos años 70, momento en que Donnangelo (9), también publicó"Medicina e Sociedade". Paim (10), sitúa ese período comomarco "por una amplia discusión crítica, en el ámbito de laMedicina Preventiva y Social", como "el grande divisor deaguas, que explicitando la ideología comprendida en el proyec-to preventivista, realizó un corte de ese movimiento, y señaló,la posibilidad de la construcción de una Teoría Social en laMedicina".

En realidad la posibilidad de elaboración teórica en Medi-cina Social será parte del proceso de desarrollo de ese campoque procuraremos demostrar a través de las contribucionesdadas por las Ciencias Sociales. Esto constituye en esta pre-sentación el segundo punto de análisis. El primero hace ref-erencia a la práctica pedagógica, en la cual la incorporación delo social, tanto en el pregrado, como en el post-grado es lacaracterística de los años 60 y segunda mitad de la década del70, respectivamente.

Otro punto básico para comprender la construcción de lamedicina social es el referente a la práctica social, que sedesarrolla en la tercera parte de este trabajo.

Como puede verse por los aspectos levantados, la tarea dereconstruir la historia de la Medicina Social en América Latinaes compleja, pues, además de los aspectos teóricos-conceptua-les, existe todo un campo formado por prácticas técnicas,políticas e ideológicas que acompañaron el proyecto de esecampo del saber.

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Los Orígenes Latinoamericanos

Fue después de la segunda Guerra Mundial, que se obser-vó un proceso inicial de revisión en las tendencias que hastaentonces habían orientado las cuestiones de salud, tanto en loque se denominaba Medicina Preventiva, como en el campode la llamada Salud Pública. Esta ha sido la observación detodos los estudiosos que se dedicaron a analizar la historiasocial de los orígenes y desarrollo del área que, titulada Medi-cina Social, vendría, no a yuxtaponerse, por un proceso derecuperar antiguas denominaciones, sino, principalmente, porun proceso de rearticulación, y de redefinir un campo deprácticas específicas de salud.

Para esto, a la salud - como proceso y práctica - lo socialno se incorpora como una externalidad, si no que aquella escomprendida como un proceso social inclusivo y así, se tornaun objeto de análisis sociológico, cuya principal característicaserá el énfasis analítico orientado en dirección a una perspec-tiva globalizadora. Paim (10), recuerda que esta propuestaque abarca la Medicina Social, e inspirada en los estudios deGarcía, encuentra sus orígenes en los movimientos socialesocurridos en Francia y en Alemania, a mediados del siglo XIX.Esta tendencia se diferencia de la inspirada en Foucault, parael cual la conceptualización de la Medicina Social tiene oríge-nes distintos, sea a través de la medicina del Estado - policíamédica - en Alemania, sea en el ámbito de las transformacionesurbanas - medicina urbana - en Francia, o de la medicina de lafuerza de trabajo, en Inglaterra.

En este trabajo no se analiza la evolución de la MedicinaSocial en Europa, pero la referencia es importante cuando se

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considera la influencia ejercida por los patrones europeos enla medicina latinoamericana. Todavía conviene resaltar que eldesarrollo en América Latina tiene características propiassiendo importante la influencia en la demarcación de esa áreade las propuestas de reforma educacionales en medicina desdemediados de los años 50, de la producción investigativa, y dela participación del estado y del movimiento sanitario.

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La Medicina Social como Práctica Pedadógica

Al procurar situar los orígenes de la medicina social enAmérica Latina, se verifica que, un punto de referencia impor-tante, está relacionado a las cuestiones de reformulación de laenseñanza médica, especialmente en el área de Medicina Pre-ventiva y Social Como es señalado por García (2), en la décadadel 50, la Organización Panamericana de la Salud, comienza ainteresarse por la cuestión de la enseñanza médica, pues,

"La educación médica latinoamericana era evalua-da como atrasada científicamente, desintegrada de laprevención, indisciplinada, metodológicamente a-na-crónica. Se debe recordar que, junto a la OPS, apare-cen otras organizaciones internacionales como la Fun-dación Rockefeller, la Fundación Milbank, el Punto IV,que se irán a interesar en el tema de la educaciónmédica, "en un esfuerzo para corregir estas deficien-cias. Así, la OPS toma a su cargo la modernización dela enseñanza de la medicina preventiva y social, la Fun-dación Rockefeller crea y apoya pequeñas escuelasmodelos, en zonas relativamente aisladas de los grandescentros urbanos nacionales. La Fundación Milbank, seconcentra en las ciencias sociales en salud, y el PuntoIV, incorpora científicos sociales, especialmente antro-pólogos, en sus programas de acción."

Dos seminarios organizados por la OPS, ganaron impor-tancia en 1955 y 1956, en Viña del Mar (Chile), y Tehuacán(México) respectivamente, que ya fue bastante explorada poralgunos estudiosos (García, Arouca, Rodríguez y Villarreal),

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pero cuando se analiza la cuestión de la medicina social, sinembargo, se vuelve imprescindible hacer algunos comentariosadicionales. Esa importancia se pone en evidencia en la déca-da del 50 y 60, pues la Medicina Social en América Latinaaparece estrechamente vinculada al proyecto que se inicia conla tentativa de formalizar a través de la enseñanza de pregrado,los contenidos de las ciencias sociales, entonces denominadasciencias del comportamiento o de la conducta.

Básicamente este esfuerzo de repensar la educación mé-dica se fundamenta en propuestas de integración en diversosniveles, así como de una crítica a la biologización de los conte-nidos de enseñanza. En la filosofía de la educación propuesta,se insistía en la atención integral del individuo y su familia, enla formación biopsicosocial, en la práctica de la medicina inte-gral, preventiva, curativa y de rehabilitación, en el conocimien-to y participación en la solución de los problemas de salud dela comunidad. El documento de 1955 afirma textualmente quese debe "entender al hombre como unidad biológica, que estaintegrado en una familia, y ésta, a su vez, en la sociedad". Eldocumento de 1956, detalla el programa que debe proporcio-nar al estudiante conocimientos: a) "del individuo como uni-dad biológica, para lo cual se incluirá la enseñanza de biología,genética y psicología; b) del hombre como unidad social, te-niendo presente las relaciones recíprocas con el medio am-biente-fisicoquímico, biológico, psicológico o social. Abarcarátambién aspectos de sociología general, ecología y antropolo-gía social, saneamiento, epidemiología y bioestadística (11).

Otros puntos referidos por esos seminarios, llaman la aten-ción para una definición de la responsabilidad del médico, lacomprensión de su propia personalidad e influencias sobre elambiente, la comprensión de sus limitaciones y relaciones conlas especialidades, la importancia de la familia y de la comuni-dad en el cuidado del paciente, la visión de la evolución histó-rica de la medicina, de la terapéutica a la prevención; losesquemas de clasificación de los objetivos educacionales y eltrabajo en equipo (11).

Así, esos seminarios determinaron los límites de las pautas

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de materias y contenidos a adoptarse, y los ejercicios prácticosque pusieron a los estudiantes en contacto con la realidad.Veremos después hasta que punto esas propuestas alcanzaronsu realización, pero veamos antes, cuáles fueron los orígenesde ese movimiento en América Latina.

Según señalan los estudiosos de los orígenes y evoluciónde la medicina preventiva y social en América Latina, loscuestionamientos básicos que dieron origen a los seminarioscitados, fueron la Conferencia de Colorado Spring (EstadosUnidos), celebrada en noviembre de 1952 (para Canadá, Esta-dos Unidos y Jamaica); la conferencia de Francia (Nancy) endiciembre de 1952, (para los países de Europa Occidental); laPrimera Conferencia Mundial de Educación Médica, realizadaen Londres en agosto de 1953, que dedicó una de sus cuatrosesiones al tema de la enseñanza en medicina preventiva; y en1950, el Primer Congreso Panamericano de Educación Médica.

Después de los Congresos patrocinados por la OPS, huboun desdoblamiento de los seminarios nacionales y "La Medici-na Preventiva, asume así, la forma de un movimiento social,que a partir de los seminarios y congresos, se explayan en unared, en una dinámica de influencias de despertar y reforzarconciencias" (2).

Al final de la década de los 60 y en la primera mitad de ladécada del 70, se estableció una crítica a las formulaciones ylas propuestas que venían siendo implementadas por las escue-las médicas. También se discuten las diferencias entre medici-na preventiva, medicina social y salud pública. Sin duda, lostrabajos que más se destacaron en el análisis de esa cuestiónson los de García (12), publicado en 1972, y el de Arouca de1975 (8). En el primero, es realizada una amplia y profundainvestigación sobre la educación médica en América Latina,en la que la medicina en 1968 en las escuelas médicas, cubríauna variedad de campos que se extendían de la medicinacuantitativa a la epidemiología, a las ciencias de la conducta, ala organización y administración de los servicios de salud, y alas medidas preventivas. El autor verificó también que el 45%de las escuelas investigadas incluían programas extramuros y

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que la media de horas/alumnos en las disciplinas de medicinapreventiva y social era de 205. Por eso, cuando en 1974 la OPSrealiza un seminario para evaluar la situación de esa enseñan-za, llega a la conclusión de que "lograron los objetivos de lasreuniones de Viña del Mar y Tehuacán, en su parte estructural,con la incorporación de las diferentes disciplinas de medicinapreventiva en los planes de estudio, pudiendo considerarse sudesarrollo como uno de los hechos mas relevantes en el campode la educación médica en el período de 1950 a 1959".

Según el documento, la enseñanza de la medicina preven-tiva despertaba poco interés entre los estudiantes y por consi-guiente se imponían modificaciones que llevaron a las faculta-des de medicina a redefinir sus objetivos y a presentar pro-puestas de medicina preventiva como parte integrante de unproceso global de reestructuración.

Los programas tuvieron que someterse a nuevas evalua-ciones a fin de evitar "esquemas artificiales" y "desvinculadosde los servicios existentes en la comunidad" porque en elseminario de 1955 se recomendó "que el alumno -debidamentesupervisado- actúe como observador y consejero médico de unnúmero limitado de familias en la comunidad, durante unprolongado período". En el seminario de 1956, se insistía enque se debería usar a la comunidad como un laboratorio -"co-mo núcleo de estudio de problemas concretos, en donde losestudiantes participen activamente y bajo supervisión adecua-da". Se señalaba también que en caso de que la facultad demedicina no dispusiera de un centro de salud, deberían cele-brarse acuerdos con instituciones públicas para usar sus insta-laciones.

En el documento de la OPS, (1974), se expone que "lasambiciosas metas de obtener la transformación de las prácticasde salud, en especial de la atención médica, mediante la for-mación de un profesional capacitado para realizar esos cam-bios, no lograron concretizarse en cambio se produjo, en formacorrelativa, la incorporación aislada de servicios de medicinapreventiva en algunos programas de atención médica hospita-laria" (11). Haciendo un análisis mas profundo de cómo sur-

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gieron las prácticas preventivas en América Latina, Aroucaseñala que "La Medicina Preventiva realiza un trabajo dedelimitación, que por un lado afirma su identidad y la diferen-cia de la propia medicina y por otro lado establece sus diferen-cias con la Salud Pública y la Medicina Social"(8).

En 1974, en el documento de la OPS aparece por primeravez una tentativa de definir el objeto de la medicina socialentendida como: "el campo de la práctica y conocimientosrelacionados con la salud como su preocupación principal ypropone estudiar la sociedad, analizar las formas corrientes dela interpretación de los problemas de salud y de la prácticamédica".

El planteamiento de ese objeto exigirá de las unidades demedicina social un gran esfuerzo de investigación de nuevasmetodologías para completar el análisis de la atención médica(11). Rodríguez y Villareal (5) destacan que en esa reuniónde la OPS surgen dos conceptos que tendrán mucha importan-cia hasta el presente. Los autores citan dos trechos de esedocumento, que se transcriben a continuación. El primerodice:

"En cada formación social concreta la educaciónmédica cumple un papel fundamental en la reproduc-ción de la organización de los servicios de salud y secristaliza en la reactualización y preservación de lasprácticas específicas, tanto en las dimensiones del co-nocimiento cuanto en las técnicas y contenido ideoló-gico".

El segundo afirma:

"Es la propia estructura de la atención médica laque ejerce un papel dominante a través de la estructuradel mercado de trabajo y de las condiciones que circuns-criben la práctica médica".

Como recuerdan Rodríguez y Villarreal (5), contra esadeterminación mecánica de la práctica sobre la enseñanza y

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para preservación de un cierto grado de autonomía de laUniversidad son claros los planteamientos de García y Bojalil(13). Por lo tanto, el documento muestra a nivel de unadiscusión de especialistas en una reunión internacional, quehabía una necesidad de repensar el campo de la medicinapreventiva y social. Cronológicamente, con alguna anteriori-dad, esa preocupación estuvo presente en el Brasil, en unencuentro de docentes de medicina preventiva del Estado deSan Pablo. realizado en 1970. En esa ocasión y según Arouca(8), se definieron posiciones:

La identidad actual de los conceptos: presentadapor el Departamento de Medicina Preventiva de laUniversidad de San Pablo, que conceptuó la MedicinaPreventiva como la aplicación de conocimientos y mé-todos de varias disciplinas, a la promoción, manuten-ción y restauración de la salud, como también, la pre-vención de enfermedades, de incapacidad y demortalidad prematura, a través de programas individua-les y colectivos de atención médica, y concluía: "LaMedicina Preventiva, así conceptuada, tiene más rela-ciones con los conceptos de Medicina Social desarro-llados en Europa en la primera mitad del siglo XIX, quecon las filosofías y propósitos de la defendida por elDepartamento de Medicina Preventiva y Social de laUniversidad Estatal de Campinas, que conceptuó laMedicina Social como el estudio de la dinámica delproceso salud-enfermedad en las poblaciones, sus rela-ciones con la estructura de atención médica, como tam-bién, las relaciones de ambas con el sistema social glo-bal, considerando las transformaciones de estasrelaciones para la obtención, dentro de los conocimien-tos actuales, de los niveles máximos posibles de salud ybienestar de las poblaciones.

Así se verifica que, poco a poco, se establece un cuadro dereferencia más claro, en la tentativa de situar un campo desaber que se venía confundiendo con otras áreas, no por razo-nes de nomenclatura o de antiguedad cronológica, o por deno-minación de los Departamentos en las escuelas médicas que

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adoptaron la designación de Medicina Preventiva y/o Social.Como escribe Arouca (8), "se nota que en realidad se trata deun problema más profundo". Retomando el análisis realizadopor ese autor, los puntos que enunciaremos a continuación,sirven para demarcar el campo de la Medicina Preventiva, yestablecer su delimitación en relación a la Medicina Social.

* La Medicina Preventiva irá a caracterizarse por ser "unmovimiento ideológico, que procuraba transformar lasrepresentaciones sobre las prácticas médicas sin intentar,con todo, ser un movimiento político que realmente trans-formase estas prácticas. De esta forma, su discurso man-tenía una relación de organicidad con el movimiento his-tórico vivido por la sociedad norteamericana,representando una lectura civil y liberal de los problemasde salud".

* La Medicina Social aparece en sus orígenes europeos,como un movimiento de modificación de la medicina,ligada a los propios cambios de la sociedad, o asumiendosólo la modificación de la medicina a través de su transfor-mación institucional". Ejemplos del primer movimientoen la segunda mitad del Siglo XIX son: Francia y Alema-nia; y del segundo movimiento, cien años después (1948),cuando ocurre la creación del Sistema Nacional de Salud,.es Inglaterra.

* La Medicina Social presenta - también - otra tendencia,además de la expuesta arriba, y que se refiere a "unatentativa de redefinir la posición, y el lugar de los objetosdentro de la medicina, de hacer demarcaciones conceptua-les, colocar en cuestión los cuadros teóricos, en fin, se tratade un movimiento a nivel de la producción de conocimien-tos que, reformulando las indagaciones básicas que posi-bilitaron la emergencia de la Medicina Preventiva, intentadefinir un objeto de estudio en las relaciones entre lobiológico y lo psicosocial". Esta forma de entender laMedicina Social pasa a situarla como una disciplina y,según Arouca, "en los limites de las ciencias actuales".

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Para sintetizar esa cuestión, es importante recurrir al últi-mo capítulo de la citada tesis de Arouca (8), donde ese autorcoloca sus análisis en los siguientes términos: "existiendo for-maciones discursivas en confrontación, que se definen en re-lación a la organicidad de sus discursos, la Medicina Preventivaparece como una práctica ideológica, orgánicamente ligada alos grupos hegemónicos de la sociedad civil y existiendo comouna norma que se instaura, por sus propias contradicciones, enel terreno de la articulación de la medicina con lo económico.Por otro lado la Medicina Social intenta realizar una rupturacon esta postura ideológica y delimitar su objeto de estudio, apartir de lo cual podría producir conocimientos que contribui-rían para una acción transformadora. Se trata de un discursoque procura su organicidad en la contradicción de las clasessociales, asumiendo una posición delante de estas contradic-ciones, en la teoría".

En el momento en que se elaboraban estas ideas, transcu-rría la fase en que, según García (2): "las condiciones parecenpropicias para que se diera legitimidad a la Medicina Social,como un campo disciplinario", y que va de 1968 a 1973. Ademáslas discusiones que hasta entonces se habían dirigido hacia unproyecto pedagógico a nivel de pregrado, se orientaron luegohacia la creación de cursos de postgrado. El desarrollo de laMedicina Social latinoamericana aparecía entonces como unproceso necesario e irreversible de una corriente de ideas.Varios encuentros (siete reuniones de trabajo y catorce semi-narios hasta 1976) estimularon dicho proceso. Merece desta-carse el Seminario de Cuenca, 1972, que reunió 14 repre-sentantes de 11 naciones y que representó una revisión críticay una toma de posición en relación al papel de las cienciassociales. La referencia especial al Seminario realizado enCuenca, tiene su razón de ser. El es señalado como el momen-to en el cual se procura "trascender las relaciones amistosas,diferenciando la Medicina Social de la Salud Pública y sepa-rándola de la Medicina Preventiva", como afirma García (2).Sin duda, había llegado el momento de dar un balance en lateoría y metodología que venían informando y orientando lostrabajos en el área de la salud, porque ambas no conseguíandar cuenta de los problemas del sector que se agravaron a fines

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de los añfos 60 y comienzos de la década siguiente, sin que seavistaran señales de mejoría. En relación a la cuestión teóricay metodológica, fué puesta en discusión la sociología médicafuncionalista, que tuviera en Parsons, desde los años 50, sumayor representante, cuando analizó la práctica médica den-tro de su tratado general sobre los sistemas sociales. Lascríticas al funcionalismo se basaron en las "limitaciones expli-cativas, los sesgos ideológicos y la parcialización de la realidadestudiada", como se indica en el documento de 1972, en el quese agrega:

"Las consecuencias teóricas de esa integración sonque la sociología médica, entendida ésta como la apli-cación del análisis funcionalista a los problemas desalud, ha contribuido a una concepción estática de di-chos problemas y otras esferas de los procesos produc-tivos en general. En estas condiciones, la salud aparececomo un valor, como una función y como un serviciocon vida autónoma dentro de cualquier sociedad impi-diendo entender las relaciones dinámicas entre la saludy otras esferas del proceso social" (14).

De esa forma, en ese período, ocurre no sólo una "crisisde generación de conocimientos", en la expresión de Laurell(3), sino, una crisis de determinada práctica, o sea, "por unaparte la insuficiencia del paradigma científico de la medicinacomo modelo explicativo de la salud-enfermedad colectiva y,por la otra, la incapacidad de la práctica médica de transformarsensiblemente las condiciones de la salud de la población".

Ya en la segunda mitad de los años 70, Laurell (15) haceun pertinente análisis, a partir del hecho de que la medicina enlos países latinoamericanos se encontraba en situación crítica.Según la autora:

* Se observa que la pertenencia de clase explica muchomejor que cualquier factor biológico la distribución de laenfermedad en la población y el tipo de patología quepredomina.

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* La suposición "desarrollista" de que las condiciones desalud colectiva mejorarían como resultado automático delcrecimiento económico.

* El desarrollo de la atención médica hospitalaria tampocoha implicado un avance sustancial en la salud de los gruposcubiertos por ella.

* La distribución de estos servicios entre los diferentes gru-pos y clases sociales - que están en relación inversa a lasnecesidades de cada uno - indica que no depende deconsideraciones técnicas y científicas, sino principalmentede consideraciones económicas, políticas e ideológicas.

Los puntos señalados arriba, son suficientemente abarca-tivos y diagnostican correctamente la situación de la realidadlatinoamericana, que en "la década de los setenta está carac-terizada, por el sello de la crisis" (16) y cuando se habla de éstacrisis "dicho rótulo se ha aplicado a diversos fenómenos y sehabla de crisis económica, energética, educativa, de la medici-na, etc" (16). Autores como Laurell (17), Franco A. (18),Musgrove (19), han traído importantes aportes para analizaresa situación, no siendo este el momento para detenernos eneste tópico.

La Incorporación de lo Social a nivel de losCursos de Pregrado

Cuando en 1972 García (12) realizó el estudio sobre laeducación médica en América Latina, verificó que todas lasescuelas médicas con cursos completos tenían en su estructurauna unidad encargada de la enseñanza de los aspectos preven-tivos y sociales. Es interesante que en la clasificación utilizadapor el autor, aparecen las siguientes áreas: la medicina preven-tiva propiamente dicha, las ciencias de la conducta, la epide-miología, la medicina cuantitativa y la organización y adminis-tración de los servicios de salud. Por tanto, no hay referencia

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a una area específica de medicina social; lo social estaba com-prendido en las llamadas ciencias de la conducta, o diluido enotras disciplinas. En ese sentido, el contenido que es tratadoen organización y administración de servicios de salud y des-cripción y análisis de servicios de salud en el país, aparecíanposteriormente, en algunos cursos, dentro de la asignatura demedicina social.

Se considera que, a lo largo de los años, la introducción deun abordaje de lo social en los cursos de pregrado en especiallos de medicina, no se hicieron bajo una única denominación.A fin de esclarecer este aspecto de la denominación que per-meó la introducción de las ciencias sociales, veamos el origendel nombre que la antecede: ciencias de la conducta. En ladécada del 50 la Fundación Ford usó el término como unadescripción abreviada de su programa de "comportamientoindividual y relaciones humanas", cuando financió numerososestudios. En 1946, la Universidad de Harvard organizó unDepartamento de Relaciones Humanas para Investigacionessobre el Comportamiento. En 1950, la Universidad de Chicagocomenzó estudios sobre una teoría general del comportamien-to. En 1952, la Fundación Ford crea el Center for AdvancedStudy in the Behavioral Sciences en Palo Alto, California. Ya fines de 1964, el Instituto Rockefeller inicia con un grupo deespecialistas en ciencias del comportamiento, la relación deéstas con las disciplinas biomédicas.

Berelson (20) refiriéndose al término ciencias del compor-tamiento, recordaba que esa expresión fue elaborada por dosmotivos: primero, para integrar en sus enfoques interdiscipli-narios la centralización de un problema ; ese concepto seríamás amplio que el de ciencias sociales; segundo, evitar laconfusión y los equívocos entre ciencias sociales y socialismo.Esto indica que las ciencias del comportamiento se concentranen tres ciencias sociales, pero no en una clasificación pura: "Enel centro de las ciencias del comportamiento se encuentran lasversiones americanas de la antropología, la psicología y lasociología". En el caso concreto de las ciencias del comporta-miento y medicina, es bastante aclaratoria la crítica hecha porGaete A. y Tapia P. (21) al indicar que, por la construcción

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

teórica que las orienta: disocian el comportamiento individualde su base social, teniendo como objetivo, explícita e implíci-tamente, lograr el máximo ajuste de la medicina a la sociedad.De esa forma, esa corriente postula que los cambios necesariospara mejorar nuestro estado actual de salud no deben sernecesariamente cambios en la estructura social sino, innova-ciones en la conducta personal o, cuando más, en las institu-ciones de salud.

Arriba citamos que fue a fines de los años 40, e inicio dela década del 50, que la expresión ciencias del comportamientoo de la conducta hace su aparecimiento en el escenario cientí-fico norteamericano, cuando sobresale la perspectiva neopo-sitivista y la represión macartista.

Esas informaciones son importantes en la medida en quela inclusión de lo "social" dentro de las propuestas de losSeminarios, a los cuales nos referimos en otra parte de estetrabajo, incorporan inicialmente la expresión ciencias de laconducta. La primera evaluación del estado de la enseñanzay de la producción científica abordando lo social, fue realizadoen 1965 en la Mesa Redonda sobre Ciencias de la Conducta yEnseñanza Médica en América Latina, en la 60a. Conferenciade Aniversario de la Fundación Milbank.

Fué tema importante en esa Reunión la discusión acercade las posibilidades de "casamiento de las ciencias sociales conla medicina"; discutiéndose también si se trata de una uniónapropiada, y cuál es la situación de los cónyuges (frente a lostérminos del imperialismo médico y a la imposición de normaspragmáticas y orientadas a la acción, que reducirían a loscientíficos sociales a una posición servil).

En cuanto a la enseñanza, los participantes concluyeronque "Tal como son impartidos en muchas facultades de medi-cina latinoamericanas, los conceptos de ciencias sociales amenudo aparecen apagados o entremezclados con los precep-tos de medicina social o de filosofía social" (22). Badgley ySchulte (23) señalaron que "los médicos que en algunas cir-cunstancias sirven de punta de lanza en la introducción de las

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ciencias sociales en la enseñanza médica en América Latina,se han enfrentado con frecuencia con el escepticismo de loscolegas, la confusión que origina el nombre y el contenido dela nueva disciplina, y la escasez de candidatos adecuados paralos puestos docentes".

En 1964, época de la investigación, con la participación delos departamentos de Medicina Preventiva y Social, los autoresconcluyeron que aproximadamente 25% de las facultades demedicina latinoamericana ofrecían cursos de antropología, so-ciología o psicología a los estudiantes de medicina. Se com-probó la falta de homogeneidad a partir del mismo nombreasignado a la disciplina que, dentro de la medicina preventiva,se relacionaba con las ciencias sociales: "tanto antropología,antropología social, antropología física, ciencias sociales, cien-cias de la conducta, sociología, socioantropología, psicología,como psicología social aparecen en diversas proporciones, amenudo sugieren distinciones académicas que se vuelven cadavez más nebulosas a medida que se examina el contenido delcurso". Entre las pocas experiencias es relatada la que tratade la enseñanza integrada en la práctica clínica (24).

La segunda evaluación sobre la enseñanza de las cienciasde la conducta, es realizada en 1967 por García (12), cuandoverificó que en el 79% de las facultades de medicina se ense-ñaba "ciencias de la conducta" (definidas como agrupación desociología, antropología y sicología social). Debe recordarseque en la investigación realizada en 1964 los datos se basan enel 47% aproximadamente de las facultades de medicina deMesoamérica y Sudamérica. Los datos de García abarcan a100 escuelas o facultades de medicina. En esta investigaciónse dan detalles de los temas ofrecidos, en las siguientes pro-porciones: conceptos básicos, 78%; etiología y medio ambien-te social, 58%; conducta tanto en estado de salud como deenfermedad, 55%; aspectos psico-socioculturales de la aten-ción médica, 39%. Como indica el autor, el capítulo de losconceptos básicos corresponde al desarrollo de los aspectosgenerales y conceptuales, y los restantes a los aspectos aplica-dos a los problemas médicos.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Teniendo presente que esa investigación es hasta el pre-sente la más completa sobre la enseñanza de las ciencias socia-les en América Latina, es importante exponer otros puntos quefueron estudiados. Se observó un predominio de los aspectosconceptuales sobre los aplicados, casi el 50% del tiempo dedi-cado a la enseñanza se consagra a los primeros. En lo que serefiere a la metodología de la enseñanza, 66% de las horas-alumno son de docencia en aulas teóricas. Por otra parte"Cuando existen clases prácticas, la mayoría de las facultadeslas dedican a visitas a barrios pobres, instituciones y, en elmejor de los casos, a participación en censos de alguna pobla-ción marginal, en los que resaltan los datos sobre las viviendasy las condiciones sanitarias de la vecindad, sin ninguna elabo-ración teórica (12).

García menciona algunos puntos referentes a las dificulta-des de la aceptación de las ciencias sociales: a) el bajo statusprofesional en que los médicos tienen a los científicos socialesy b) la ubicación poco clara de esos científicos en la estructuraadministrativa.

En lo que se refiere a la importancia atribuida por losestudiantes a las ciencias sociales, los resultados de los estudiosrealizados en seis facultades de medicina señalan que la mayo-ría de los estudiantes atribuye gran importancia a este campo,pero, como añade el autor, "es posible que esa consideraciónsólo se refiere a la formación de una cultura general y no comoun instrumento de comprensión de la realidad o como armaefectiva para el trabajo".

Desgraciadamente, no contamos en la actualidad con nin-gún trabajo tan completo como el estudio realizado por García.Hay algunos estudios nacionales procurando evaluar cómo hasido la introducción del abordaje de lo social en las escuelaslatinoamericanas. Pueden ser citados los de Coe (25) y los deVillanueva y Quintana (26).

En 1975 Coe visitó ocho facultades de medicina que ense-ñaban "ciencias del comportamiento" y presentó algunas con-sideraciones sobre la "conceptualización y puesta en práctica

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de las ciencias del comportamiento y aprovechamiento de lacomunidad como instrumento de enseñanza". El autor se re-fiere al hecho de que, a excepción de pocas facultades, losprogramas se relacionan con la práctica de la medicina socialy no de la medicina comunitaria. Este segundo modelo es máscomún en los Estados Unidos, en donde el aprendizaje poneénfasis en la comunidad: estructura, recursos y problemas.Según sus observaciones, "los estudiantes de medicina latinoa-mericanos aprenden los principios de la medicina social en lasaulas y los aplican en las clínicas de la comunidad como unaextensión del centro médico y no están orientados hacia lacomunidad en el sentido de convertirla en centro de salud yeducación".

En el estudio de Villanueva y Quintana (26) se ofrecendatos más recientes sobre la situación de la enseñanza de lasciencias sociales en América Latina. En ese estudio, los auto-res analizaron los planes de estudio de 25 escuelas o facultadesde medicina "a fin de seleccionar aquellos que fueran másrepresentativos en el ámbito médico-educativo de cada país".Se analizaron las facultades de medicina de los siguientespaíses: Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Jamai-ca, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Uruguay que contaban conuna sola facultad de medicina; de Argentina, Bolivia, Colom-bia, Chile, Perú, República Dominicana y Venezuela se esco-gieron dos facultades y de México se estudiaron los planes detres facultades. No se presentan datos sobre Ecuador, Brasily Cuba. Los datos corresponden a 1978. A fin de resaltar laparticipación de las ciencias sociales en el plan de estudio, seagrupó en seis áreas el contenido programático de los cursos:básica, clínica, de cirugía, patología, salud pública y social. Lasmaterias incluidas en el área fueron: introducción a la sociolo-gía, antropología, salud para la comunidad, salud pública, me-dicina social, medicina comunitaria.

Se resumen las informaciones cuantitativas en la Tabla 1,que reúne datos sobre 12 países, ya que cinco no ofreceninformaciones de ese tipo. Es evidente que el porcentajedestinado al área social es muy inferior al de las otras, aunquese puede suponer que el área denominada de salud pública

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

TABLA 1 - DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LAS AREAS OUE COMPONENEL PLAN DE ESTUDIOS DE LA CARRERA DE MEDICINAEN LAS FACUL TADESESCUELAS DE MEDICINA EN L OSPAISES DE LA AMERICA LA 7iNA -1978

AREASPAISES BASICA CLíNlCA CIRUGíA PATOLOGIA SALUD SOCIAL TOTAL

PUBLICA

| c,2ni·4. 45.29 20. 7§ 1.82 5.66 26.42 100

D7SIwVdo ;40.00 25.00 5.00 .00 o2.50 72.50 100

Hondu 36.54 30a77 1.54 7.69 17.34 1.92 100

n~ 31.95 27. 76 23 2.77 L. I r .1 700

rauayv ¡1.66 3334 20.00 23.34 6.66 100

ARCENTWA

Co1dhib 23.08 41.04 15.38 1S.3J 5.12 100

La. ir. 10.00 46.67 6.20 13.33 10.00 100

BOLIVIA

S nAndr6s 31.82 28.759 6.67 6.06 13.63 3,03 100

S3 nSimún 43.47 1.9 1.59 13.04 3.04 2.69 100

COLOMBtI

Unv., N.c. 45.40 22.73 4.54 7164 13.63 100de Co/ombl.

AntiauN 50.00 26.2 263 7.89 10.53 2. 63 00

VENEZUELA

And~ 31.50 42.11 526 7.89 10.53 2.63 100

C5n;l 2.53 > 30,1 9.43 13.20 22.65 I00

CHIL

S nii.úivl N. 22.26 12226 .45 e. r813 S s 3.22 100

Ca./ice 36.37 27.28 13.63 9.09 i11.3 2.27 i00

Rep. Domnninc_ =

Au.o de 27.78 35.19 4.82 7.40 12.96 7.05 70Santo ¡omingo

P.o H. 28.34 3.67 15.00 10.00 11.66 3.33 100

N o..S n<42.56 29.79 8.5 8.51 I08J3 r00

;.d13.7o '° 37.0 0 20 7r.00 12.50 o0.00 1 00

FUVTE;, Vil¡ln C.G. C. y~.-en . P, (261

puede contener muchassocial.

veces aspectos relacionados con lo

En ocho facultades no se hace mención de esa área. Losautores señalan que muchas de esas facultades, a pesar dehaber experimentado un cierto proceso de modificación delplan de estudio, no integraron los contenidos de las disciplinasrelacionadas con lo social. Se observa evidente predominio dematerias básicas en Costa Rica, El Salvador, Honduras, Pana-má, Bolivia, Colombia y Perú. En Paraguay, el caso es diferen-te porque a las básicas y de salud pública se destina pocas horas

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de enseñanza. En Argentina, República Dominicana y Vene-zuela predominan las materias clínicas. Se observa un equili-brio de las áreas básicas y clínicas en una de las facultades deChile, mientras que en otra de ese mismo país el área básicarepresenta un porcentaje ligeramente superior. Siete faculta-des no ofrecen datos bajos la sola forma cuantitativa: ttes deMéxico, una de Guatemala, Jamaica, Uruguay y Nicaragua,respectivamente.

En México, las tres universidades estudiadas ofrecen unaprogramación en ciencias sociales: se calcula que en la Facul-tad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma deMéxico (Plan A-36) 20% es dedicado a sociomedicina (psico-logía social, antropología médica, sociología médica, epide-miología y medicina legal); en la Universidad Autónoma Me-tropolitana (Xochimilco) el programa busca investigar,analizar y evaluar críticamente el proceso salud-enfermedad,y presenta la relación entre las actividades del hombre y lasociedad en su conjunto, como una base para este proceso;también, a partir de 1975, la Universidad de Guadalajara (Ja-lisco) incluyó aspectos sociales en su plan de estudios.

En 1984, González C. y colaboradores (27) publicaron unaextensa investigación, sobre la enseñanza de la medicina pre-ventiva y social y analizando 60 programas en las universidadesmexicanas, señalaron que:

"El programa de la enseñanza de la medicina pre-ventiva y social en México que se ha presentado en estainvestigación permite concluir de acuerdo con la hipó-tesis planteada, que la importancia que se concede a lamedicina preventiva y social es más a nivel discursivoque como respuesta a necesidades de salud concretas,en virtud de que, en general esta enseñanza presentamuchas deficiencias de carácter cuantitativo y cualita-tivo".

El programa de la Universidad de Nicaragua se presentacon características propias. Lo importante en ese plan deestudio es que establece como eje el estudio-trabajo, mediante

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

programas a realizarse en los cinco años de la carrera (jornadaspopulares de salud, higiene escolar, higiene ambiental, aten-ción integral del adulto, medicina y atención materno-infantil)y también una concepción teórica que orienta los programasen cuatro niveles: 1) reproducción de la conducta y de laconciencia; 2) reproducción del medio ambiente; 3) reproduc-ción económica y de la fuerza laboral; y 4) reproducción bio-lógica. Por lo tanto, en este programa integrado puede obser-varse que la problemática social sirve de base al plan deestudio, y favorece los esquemas conceptuales de las cienciassociales (28).

Actualmente en el currículum escolar de Cuba (29) con ladenominación de sociedad y salud se imparte un Curso Intro-ductorio de 90 horas que incluye actividades de terreno. Estecurso integra los aspectos generales de las ciencias médico-so-ciales y se imparte en el primer año. Sus objetivos son: aplica-ción del método científico al estudio de los problemas de saluddel individuo, de las familias y de la comunidad; proporcionarconocimientos sobre factores psicosociales determinantes dela conducta en el proceso salud-enfermedad, factores ambien-tales, económicos y socio-culturales que modifican la salud;organización del Sistema Nacional de Salud, con énfasis en laAtención Primaria; situación de la salud del país y su interre-lación con el desarrollo socio-cultural y económico; métodospara el estudio del nivel de salud de las familias y de la comu-nidad. El curso tiene actividades prácticas en las que se con-feccionan y discuten historias clínicas familiares y el diagnós-tico de la situación de salud de algunas familias. Durante elcurso médico también se ofrecen cursos de materialismo his-tórico abarcando la concepción materialista de la historia, ladialéctica de la relación naturaleza-sociedad, las clases socia-les, la organización política de la sociedad, la revolución social,la ciencia y la cultura y la crítica de las principales concepcionessociológicas contemporáneas.

En lo referente a Jamaica y Uruguay, las informacionesindican que se llevaron a cabo algunos intentos de modifica-ciones de los planes de estudio, pero no pueden compararsecon las de México y Nicaragua, por ejemplo. Un programa que

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divide el plan en ciclos y proyectos comunitarios forma partede la enseñanza médica, sin referencia a las ciencias sociales(26).

En relación a los estudios brasileros sobre la enseñanzade las ciencias sociales, existen dos trabajos realizados porCampos y Nunes (30), en 1971 y por Nunes (31), en 1981. Serecuerda, también, que en el estudio de PESES (32), de 1976,hay algunas informaciones sobre el asunto.

En el trabajo de 1971, primera encuesta global sobre laenseñanza de las ciencias sociales en el sector de la salud, seofrecen datos relacionados con la medicina (50 facultades,67% del total), enfermería (29 escuelas, 80% del total), odon-tología (37 escuelas, 80% del total) y salud pública ( 6 escuelas,100%). Del total de las instituciones 69.6% manifestó queofrecía cursos que incluían temas de ciencias sociales o delcomportamiento en su plan de estudio, en las proporcionessiguientes: 80% de las facultades de medicina; 89.7% de lasescuelas de enfermería; 43.2% de las facultades de odontolo-gía y 50% de las escuelas de salud pública. En esa ocasión, enlas facultades de medicina se ofrecían 127 cursos que incluíanla enseñanza mencionada, pero de ese total solo 22.8% puedenconsiderarse específicamente de ciencias sociales.

En la encuesta de 1980-1981, 44 facultades respondieron elcuestionario, es decir 57.8% de las facultades de medicina. Deltotal de las 44 facultades, 58.6% indican que ofrecen algunaforma de ciencias sociales. Se puede observar que 65.4%declara tener una disciplina para la enseñanza de las cienciassociales y el 34.6% restante ofrece temas relacionados con elárea.

En el Cuadro 1 (véase pg. 47 ) se enumeran las disciplinas,sus títulos, dependencia y departamentos, ano en que se ofrecela enseñanza, horario, año de origen, actividades prácticas ydocentes que forman parte del curso. Se observa cierta con-centración alrededor de los departamentos de medicina pre-ventiva y social, seguidos por salud colectiva. En general, laenseñanza se lleva a cabo en los años básicos (lo, 2o, y 3o.) y

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

raras veces en los cursos clínicos. El menor número de horases de 45 y el mayor 120. A excepción de una facultad que noinformó sobre la fecha de origen de la disciplina, todas lasdemás se establecieron a partir de 1965. De los 37 docentesencargados de la enseñanza, 16 tenían formación en cienciassociales o sociología. Ya en 1971 se observó que del total de323 profesores participantes en la enseñanza de las cienciassociales, sólo 57 habían recibido formación básica en el áreade ciencias sociales. De las 19 disciplinas enumeradas en elCuadro 1, sólo 7 realizaban algún tipo de actividad práctica, quese refería a trabajos en la comunidad o entrevistas con pacien-tes hospitalizados.

Se observó la siguiente metodología de enseñanza; clasesteóricas, 11 casos; clases teóricas en pequeños grupos, 5 casos;seminarios 7, y clases prácticas en pequeños grupos, 7 casos.

El aspecto que merece distinción en esa encuesta es elrelacionado con el contenido de las disciplinas. En resumenlos contenidos citados y que se agruparon en 12 puntos son:conceptos históricos; relación médico-paciente; el paciente;los profesionales de la salud; la organización del ejercicio dela medicina; salud: conceptos y determinación; metodología;comunidad; educación; economía y política y misceláneos. Seobserva una gran diversidad de temas y aparentemente noexiste, excepto algunos casos, un esquema de referencia queordene esos temas dentro de una orientación teórica. El ordende temas que se observa generalmente parte de conceptosbásicos seguido por una adaptación a la temática de la salud.Esa situación no es diferente de la encontrada hace diez años,pues en 1971 "está comprobada la existencia de una preocupa-ción de las facultades profesionales brasileñas, del área desalud, por incluir temas de ciencias sociales o del comporta-miento en sus planes de estudio, si bien eso ocurre a través decursos bien diversos y que tratan de una gran variedad detemas".

Según se indicó anteriormente, 34.6% de las facultadesofrecen temas de ciencias sociales y 7 facultades que tienendisciplinas emplean también esa forma de enseñanza, es decir,

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un total de 16 facultades de medicina. Por tanto, es significa-tiva la inclusión de alguna forma de enseñanza de cienciassociales de manera menos formal que la ofrecida por las disci-plinas. En cuanto a los temas, su diversidad es bastante grande.El eclecticismo es bastante amplio y los temas pueden abarcarla presentación de puntos tales como: migración, metodologíade la investigación, políticas de salud, etnocentrismo y relati-vismo cultural, colectividad y comunidad, interacción social,sistemas de salud, medicina no convencional, el médico comoagente del cambio, problemas de salud pública, y muchos otrosmás. Los departamentos a los que se subordinan pueden serlos de psiquiatría, medicina preventiva, medicina social, y confrecuencia también el de salud colectiva. Del total de 45profesores que enseñan los temas de ciencias sociales, 35 sonmédicos, 6 sociólogos, 1 antropólogo y 3 tienen formacióncomo asistente social, farmacéutico y dentista.

Un punto importante en la evaluación de la enseñanza fuéel de las dificultades. En un análisis de conjunto de las respues-tas, se llega a las siguientes conclusiones: a) interés de losestudiantes razonable en promedio general; b) material bibli-ográfico: insuficiente; c) cantidad de horas: insuficiente: d)orden en que se enseña la materia: no hubo consenso, paraunos es inadecuado y, para otros, satisfactorio o adecuado; e)coordinación e integración con otras disciplinas o temas: ine-xistente o es precaria y difícil f)popularidad: limitada g) popu-laridad entre los alumnos: razonable. Además de esos proble-mas, algunos señalaron "autodidactismo de los profesores","dificultades para establecer trabajo práctico", "resistencia aincorporar profesionales no médicos", "número elevado dealumnos en cada grupo".

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Cuadro 1 -DISCIPLINAS DE CIENCIAS SOCIALES QUE SE ENSEÑANEN LAS FACULTADES DE MEDICINA DEL BRASIL1980-1981

DlSCIPLINAS DEPARTAMENTO ANO HORAS AÑO No. ACTIVIDADCREACION DOCENTES

Medicina Prev. Cl/inca medics 2do 120/aio 1981 4 medic. Investig.y comunitaria * 1 As.Soc. de la comun.

Elemenroa de cien. Ciencas Socsles lero 451/ño 1972 I Sociologo No ti.enesoc. aplicildae a

lo salud

Cincia- Sociolho Medicin- Social leso 75/ñio 1968 2 Médioso Entevius Pac.oplicadaa ha l 2 Sociólogos inom..vticsmedicins * domiciliise

Ciencias Socinles Medicint legal y 3sro 92/ñon 1969 1 Sociílogo Investig do

aplic.da$ a oh Salud en salud pública 6to aspc. Med.Soc.

Medicira Socio Medicins SociAl 3erc 30/año 1966 1 Médico No ticnCulimrel'

Cienc¡s Socia ociles Medici Preea 2do 30S/fo 1967 1 Soci6logo No tienaplicadas hl y Socialmedicira**

RRclcioncs Hum.' Piquiatrisy leo 1970 1 M¿dico No ticne

psicologia médis. 4/sestoiem 1 Soci6logo

AntropologIa Medicins Pvcntiv a 2do 60/1/io 1966 I Psic61go No ucncCoulturl' y Social

Sociologia split. Medicin 2do 601afño 1968 I Socilogo No ticneha medicino

Cienciacs nociales Salud Colectiva 3cm 731/so 1972 2 Médicos Inven. y isb.

aplicadas y educ. en h comunidaden rsalud

Anucopologia de Medicina ColICtiv lero /601af 1978 I Soci6logo No lienehla medicina

Medicino scial Medicin- Soci.l 3ero 60/aR.o 1977 6 MCdicos Trabajo conentsvisla dom

Sociologia y Sociologia y 3ero 6Oafio 1981 I Socialogo No tihneAtropologia Aonropologia 1 Antiop

Mndicins Pre. I Medicina Prvont. 3cro 45/afio 1968 1 Soci6logo Trb. Com.

Sociologia I Educ. y Cienc. ero Info-r. No inf. 1 Abogdo No tinceComponamenoto inuL.

Cihnci-s Sociale. Medicin Prevent. 2do 120/abO 196S' 4 Cienias. Invcsiig

aplicadeasa la ocialesmedicinea'

Medicino aocial* Medic. Prv.y Soc. 4to 601añie 1970 1 C. So. No tieney prof. con.

Poblacidn y slud- Medic. Psv.y So. lero 45/ao 1979 1 C. Soc. No tiene4 Médicos

Sociologih Gen. Cinci-a Humans lros 451.afio 1976 1 Soci61ogo No tiene1 Faeitsolt.

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Las Ciencias Sociales y la Medicina Social enlos cursos de postgrado

Sin duda, el gran impulso reorientador para la incorpora-ción de una perspectiva de las ciencias sociales en salud, ocu-rrió especialmente en la segunda mitad de los años 70 con lacreación de los cursos de postrado en medicina social. Esto iráa acontecer tanto a nivel de los cursos de postrado strictu sensu(maestría y doctorado), como también, en un sentido amplioincluyendo los cursos de especialización y las residencias mé-dicas.

A pesar de que se acentúa en ese período su incorpora-ción, hay que recordar que en algunos casos excepcionales esaenseñanza ya estaba presente en cursos de salud pública orga-nizados anteriormente, por consiguiente precediendo a la en-señanza en los cursos de pregrado. Citemos como ejemplo, elcurso de "problemas de sociología aplicada a la higiene", en laFacultad de Salud Pública de la Universidad de San Pablo de1946, programa exclusivo para médicos con un total de 18 horasde actividades. Ese curso fue ampliado y posteriormente ladisciplina "Técnica de salud pública" incluyó las ciencias socia-les. Ya al final de la década del 50, la Escuela Nacional deSalud Pública de Río de Janeiro también incluyó cursos de"fundamentos socioeconómicos" y " educación sanitaria" (33).Tenemos que citar, además, que la Facultad de Salud Públicade la Universidad Central de Venezuela, el Ministerio de Saludy la OPS firmaron en 1962 un convenio para consolidar laenseñanza de las ciencias sociales, creando en esa Facultad unDepartamento de Educación Sanitaria" (34)

En realidad, sólo en 1973, se estableció un proyecto espe-cífico de enseñanza de las ciencias sociales a nivel de estudiosde postrado en medicina social en América Latina. El cursoes resultado de un proyecto de apoyo a la enseñanza de cien-cias del comportamiento elaborado por el programa de Nacio-nes Unidas para el Desarrollo (PNUD), en 1971, y que en 1972

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

aprobó el Programa PAHO-AMRO 6223 para esa enseñanza.Así, la PAHO y la Fundación W. K. Kellogg crean en elInstituto de Medicina Social de la Universidad Estatal de Ríode Janeiro, un curso de Medicina Social (35).

En 1975, la Universidad Autónoma Metropolitana de Mé-xico, en Xochimilco, inauguró un programa de maestría enmedicina social. En síntesis, ese programa fue elaborado para"volver a examinar los conceptos teóricos y prácticos quetratan de los aspectos socioeconómicos de la salud y fomentarla formación del personal en investigaciones, planificación ysalud" (35). Ese programa se llevó a cabo mediante la coope-ración de la PAHO con la Universidad Autónoma Metropoli-tana.

Puede citarse como uno de los puntos más importantes deese programa la creación de un marco teórico para orientar laorganización del curso, lo que originó una producción cientí-fica de suma relevancia en el área de las ciencias sociales ysalud. Según señala Laurell (36), se hizo necesaria la creaciónde un marco, que partía de una proposición en la que consideraque "el proceso salud enfermedad, el ejercicio de la medicinay la ciencia médica son partes dinámicas de determinada socie-dad y en ella encuentran su explicación. Por lo tanto, esnecesario estudiar los fenómenos mencionados con metodolo-gía y técnicas sociológicas". Al exponer los diversos aspectosde esa propuesta, afirmaba que, "esta posición no nos sitúa enuna corriente cualquiera del pensamiento sociológico, nossitúa en la del materialismo histórico". La organización de eseplan de estudios se basa en dos ciclos" el primero, abarca lasprincipales áreas de influencia de la salud y la estructura social;la determinación social de la ciencia médica, la distribución demorbilidad-mortalidad, la formación de recursos humanos yfinalmente, la planificación de los servicios de salud; el segun-do ciclo ofrece la posibilidad de escoger entre tres especialida-des: epidemiología, políticas de salud y planificación de recur-sos humanos (37).

En 1986 fue hecha una propuesta de modificación del plande estudio encaminado al Consejo Académico. Según consta

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en el documento: En el transcurso de estos años de trabajo,como es natural, el contenido de los programas se ha actuali-zado. Se ha visto la necesidad de redefinir algunos seminariosy se ha apoyado también la creación de nuevos cursos optati-vos(38). Reorganizada en dos niveles, el nivel 1, abarca 3trimestres con sus respectivos módulos: Salud y Sociedad, Dis-tribución y Determinantes de la Enfermedad, y Práctica yRecursos Humanos; el nivel 2, para formación de investigado-res. En el primer nivel los objetivos específicos para formarprofesionales especialistas en Medicina Social son: analizar laproblemática sanitaria en su relación con el contexto socioe-conómico y político, manejar la metodología y las técnicas deuso común en la Medicina Social, operar programas médico-sociales en instituciones de docencia y servicio. Para el segun-do nivel fueron fijados los siguientes objetivos: analizar críti-camente problemáticas complejas epidemiológicas y depolíticas sanitarias en relación con el contexto socioeconómicoy político; manejar la metodología y las técnicas complejas dela epidemiología y de la planificación e investigación en servi-cios de salud; formular y operar programas epidemiológicos yde servicios sanitarios en instituciones del sistema de salud;operar programas médico-sociales en instituciones de docen-cia y servicio. Para ingresar al segundo nivel, el aspirantedeberá cumplir las unidades de enseñanza-aprendizaje corres-pondiente al primer nivel.

Esas modificaciones no alteran la orientación básica de loscursos que fundamentan en la teoría y metodología de lasciencias sociales, las bases necesarias para analizar e interpre-tar los problemas de medicina social. En ese sentido, el énfa-sis en el materialismo histórico continúa siendo punto de fun-damental importancia. Se acrecienta la caracterización de laformación social mexicana y latinoamericana, así como el es-tudio de los enfoques que analizan la distribución y los deter-minantes del proceso salud-enfermedad y la articulación delestado y las políticas de salud.

Una de las formas de analizar la importancia que vieneteniendo el curso a partir del año en que inició sus actividades,en 1975, es verificar algunos datos cuantitativos. Hasta 1986,

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

se inscribieron en el curso 297 alumnos, siendo 156 mexicanosy 141 extranjeros; de ese total, cumplieron los requisitos 121 yse graduaron 60, habiendo 19 tesis en proceso de elaboración,además de las 60 ya defendidas. Durante ese período, 15países latinoamericanos tuvieron alumnos cursando medicinasocial y 4 eran procedentes de España. No constituye nuestroobjetivo analizar la contribución teórica de los trabajos reali-zados por los alumnos en sus tesis, pero se verifica que ladiversidad de temas y la manera como fueron abordados, hicie-ron importantes aportes a la trayectoria de la medicina social.Esto obviamente es reflejo de las propias líneas de investiga-ción desarrolladas a partir de 1977 por el personal docente, yque tuvieron cuatro líneas principales: proceso de trabajo ysalud, crisis económica y salud, estado y políticas de salud,situación de salud y ámbito regional actualmente sustituidopor condiciones de vida y salud).

En relación a Brasil, la enseñanza de postrado latu sensu,en lo que ha venido llamándose Salud Colectiva, incluía en 198723 programas de residencias, con cerca de 180 plazas en primeraño; 30 cursos de especialización, totalizando 850 plazas, y lasMaestrías y Doctorados, compuestos por 11 cursos, y que ofre-cían entre 60 y 80 plazas anuales. En una caracterizacióngeneral, las residencias son destinadas a los recién egresadosde los pregrados de las áreas de salud, especialmente los mé-dicos, y se distribuye-ron por todo el país, aunque se concen-traron en la región Sudeste. Los cursos de especialización seofrecen preferencialmente al personal vinculado a los serviciosde salud y se destinan a la formación de sanitaristas de las áreasespecíficas en Salud Pública como: Educación, Farmacia, Ve-terinaria. Los cursos de maestría y doctorado se destinan aformar personal para el ejercicio de la enseñanza e investiga-ción. Además de esos cursos, existen 20 cursos especiales, conaproximadamente 300 plazas, y en ellos están incluidas áreascomo Ingeniería Sanitaria, Administración y Planificación deSalud, Epidemiología, Salud Materno-Infantil, OdontologíaPreventiva y Social y Medicina del Trabajo, entre otras (39).

Los datos anteriores muestran que los programas de post-grado que tiene como punto de referencia principal la Medi-

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cina Social, vienen presentando un expresivo desarrollo, y noconstituye objetivo en este momento analizar todos los cursos.Tomaré como referencia para una visión de conjunto de laincorporación de las ciencias sociales en ese programa untrabajo realizado en 1982 (40) y un estudio sobre el postgrado,stritu sensu, o sea aquellos cursos que conducen a maestría-doctorado (41), realizado en 1987. Marsiglia y Rossi (40),analizan 31 programas de cursos e investigaciones y 50 docen-tes, cubriendo en la ocasión 80% de todos los cursos de SaludColectiva. Se recuerda inclusive, que en esa investigación seincorpora la expresión "salud colectiva", para significar elproceso de trabajo y de producción de recursos humanos quese realizan en distintos centros de formación: facultades demedicina, escuelas de salud pública. Según el análisis de Paim(42), esa expresión procura superar las diferencias existentesentre los centros de formación "en la medida en que elaborany aceptan un marco teórico común" y ponen en evidencia"nuevas estrategias de formación de recursos humanos, afinesa los servicios de salud".

Los programas de ciencias sociales, en relación con loscursos de maestría-doctorado constituyen disciplinas y sonrelativamente autónomas. A pesar de llevar distintos nom-bres, se las puede caracterizar en su conjunto como Sociologíade la Salud. Se observa que, además de las áreas específicas,los temas de ciencias sociales aparecen en otros programas delos cursos.

Los cursos de salud pública analizados en el informe citadodesignan a sus programas como ciencias sociales y aparecenbajo los nombres más variados. Según el análisis realizado,buscan una adecuación al área a que se refieren, por ejemplo,ciencias sociales aplicadas a la salud pública, fundamentossociales y culturales de la salud pública. En los cursos ofreci-dos por las Secretarias de Salud se observa una tendencia aestablecer aproximaciones "al nivel local, a las realidades y alas propuestas alternativas de carácter general vigentes en laspolíticas de salud". Si, por una parte, existe un mejor conoci-miento de la realidad brasilera, por otra, se da "una menorintensidad del esfuerzo teórico-conceptual en el sentido de

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

consolidar, clarificar o fundamentar teóricamente las afinida-des entre el instrumental sociológico y el campo de la salud".

Finalmente, otra categoría de cursos se refiere a la resi-dencia en medicina social. Los estudiantes de esos cursos sonmédicos, a exepción de la Residencia en Salud Pública y Medi-cina Social de la Escuela Nacional de Salud Publica FundaciónOswaldo Cruz que es multiprofesional. Al igual que en loscursos de licenciatura y doctorado, aquí también se presentanlos programas como disciplinas. Estas, a su vez, presentan unagran diversidad de denominaciones. En esos cursos se puededescubrir una "preocupación" centrada en el ejercicio de lamedicina, indicando frecuentemente que el instrumental decampo puede conducir a una reflexión crítica de dicho ejerci-cio, y, en segundo lugar, a la búsqueda del fundamento de ladeterminación social del proceso salud-enfermedad".

Datos recientes sobre Brasil, 1986, (41) apuntan que el paíscuenta con 10 cursos de maestría y doctorado, de los cualestenemos informaciones sobre 8. De estos, sólo tres son exclu-sivamente a nivel de maestría, siendo los demás de maestría ydoctorado. No existe una uniformidad en las denominacionesde los cursos, (Salud Colectiva, Salud Comunitaria, Salud Pú-blica, Medicina Preventiva y Medicina Social). Se verificó, enrelación al elenco de las disciplinas, dos tendencias: una deellas estructurada en el ámbito de los conceptos clásicos desalud pública, y otra, incorporando de forma clara la dimensiónsocial en el campo de la salud colectiva. Queda evidente queen el primer caso hay una relación de externalidad del análisisde lo colectivo frente al fenómeno salud-enfermedad, en cuan-to en el segundo caso la incorporación se da al interior mismodel objeto de estudio. Como consecuencia se tiene que, en laprimera vertiente las ciencias sociales son reducidas a las cien-cias de la conducta, instrumentalizadas para medidas de inter-vención en aspectos restringidos de la acción, y en la segunda,sin perder la dimensión de la práctica, las ciencias socialestienden a componer el interior mismo del proceso del conoci-miento de forma dialéctica (41). Esa dicotomía ha sido supe-rada en los programas desarrollados por la Escuela Nacionalde Salud Pública de Río de Janeiro.

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En relación a otros países de América Latina, contamoscon informaciones más detalladas de Ecuador, Venezuela yCuba. Sintéticamente trataremos de presentar algunos aspec-tos importantes sobre ellos. Campaña (43), después de situarde manera bastante clara el contexto histórico que llevó alsurgimiento de nuevas corrientes médico-sociales en el Ecua-dor, analiza el papel desempeñado por las principales institu-ciones que intentaron implementar medidas y soluciones en elárea de la salud. Así, "La Universidad Ecuatoriana, jugaría,obviamente, un papel muy dinámico en el proceso de aprehen-sión objetiva de la realidad y en la búsqueda de alternativas desoluciones. Las facultades de Ciencias Médicas y su institu-ción coordinadora, la Asociación de Facultades Ecuatorianasde Medicina (AFAME), concentrarían los más valiosos esfuer-zos por mejorar la estructura académico-científica y su alcancesocial desde fines de los años 60". La intención inicial de crearen los años 70 un instituto ecuatoriano de investigacionesmédico-sociales no logró concretarse, y solo más tarde el Mi-nisterio de Salud llevaría adelante la iniciativa, transformandoel Instituto Nacional de Nutrición en Instituto de Investigacio-nes Nutricionales y Médico-Sociales. En 1982, con el apoyodel Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y la Organiza-ción Panamericana de la Salud, se concretizó la creación delpostgrado de Investigación y Administración en Salud.

Fue a partir de las posiciones del materialismo histórico ydialéctico que el grupo de Ecuador desarrolló importantestrabajos en los que algunas categorías fueron retomadas comoclaves. El sujeto social, la reproducción social y la clase socialconstituyeron los conceptos más destacadas para la elabora-ción de un pensamiento social en la epidemiología. Comoanota Campaña, el desafío era "incorporar la dialéctica comométodo rector de la epidemiología, sin renunciar a la matemá-tica, a la estadística y a la demografía, y adaptando estas últimasa la naturaleza social del objeto trabajo en el cual han sidoespecialmente importantes los aportes de Breilh y de Granda(44).

Sin duda este grupo de estudiosos encontraría en el Centrode Estudios y Asesoría en Salud - CEAS - el ambiente adecua-

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

da para la realización de proyectos de investigaciones, dondeel énfasis en el perfeccionamiento teórico-metodológico hatraído excelentes contribuciones para el conocimiento de losproblemas de salud ecuatorianos.

El desarrollo de las Ciencias Sociales en Venezuela tuvo,de un modo general, la misma trayectoria de otros paíseslatinoamericanos, o sea, la puerta de entrada fué a través delos Departamentos de Medicina Preventiva y Social, en ladécada del 60. Castellanos (45), que realizó un análisis de lasituación de las Ciencias Sociales en su país, señala que elSeminario realizado en 1976 sobre Metodología de las CienciasSociales aplicadas a la salud bajo los auspicios de la Universi-dad Católica Andrés Bello y con la colaboración de la Orga-nización Panamericana de la Salud, fue fundamental puespermitió una revisión de la metodología de investigación. Re-cuerda también que poco tiempo después se abre en el CEN-DES (Centro de Estudio del Desarrollo), en la UniversidadCentral de Venezuela, el área de Salud. Dicha institución sededicaría fundamentalmente a la investigación y docencia enplanificación, y concretizó más tarde la idea de un curso sobrePolítica y Planificación en Salud. Además de ese curso se citantambién las actividades desarrolladas por el CEVES (CentroVenezolano de Estudios de Salud); los cursos monográficossobre el Proceso Salud-Enfermedad y sobre Salud-Trabajo, enla Universidad de Carabobo. También se debe señalar que apartir de 1983 ocurren varias tentativas de rediseño curricularen las Facultades de Ciencias de la Salud de la UniversidadCentral de Venezuela (Caracas), de la Universidad "Franciscode Miranda" (Coro); en la de Odontología de UCV y en la deOdontología de la Universidad del Zulia, donde la participa-ción de los abordajes de las Ciencias Sociales han sido impor-tantes.

En relación a Cuba (46), el curso de maestría en SaludPública contempla dos módulos teóricos y uno con prácticasde terreno que se ocupa de la elaboración de trabajo de termi-nación de la tesis. Los dos primeros módulos se denominanSalud y Sociedad y Servicios de Salud. El primero incluye:Semana Introductoria, Medicina Social, Métodos Estadísticos,

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Estadística de Salud y Población, Metodología del Conocimiento

Científico, Higiene y Epidemiología, Práctica Integral I (Diagnósti-

co de Salud en una comunidad). El segundo módulo tiene la si-

guiente composición: Educación para la Salud, Administración de

Servicios de Salud, Economía y Planificación de Salud, Investigación

de Operaciones y Computación, Práctica Integral II (Investigación

de las principales características del Sistema Nacional de Salud en

una Provincia).

Con lo anterior, intenté describir la inclusión de las Ciencias

Sociales en los esquemas de enseñanza, tanto en el pregrado como

en el postgrado, relatando inclusive algunas experiencias nacionales.

Sin duda, la vertiente pedagógica es básica, para entender cómo a

partir de los años 60, lo social, a través de algunas disciplinas, como

la Sociología y la Antropología Social, llega a las escuelas médicas y

procura romper la hegemonía del abordaje biológico. Esto no fue

una tarea fácil, tanto así que pasadas algunas décadas aún continúa

inconclusa. Obviamente, hay situaciones que favorecen esas inser-

ciones, especialmente cuando ocurren cambios radicales en los sis-

temas de enseñanza y de salud, condicionando un mejor aprove-

chamiento de las posibilidades ofrecidas por los marcos teóricos,

metodológicos y aplicativos de las Ciencias Sociales. Como ya seña-

lé en trabajos anteriores en relación al pregrado, "Pueden mencio-

narse muchos factores que impidieron la mayor expansión y pene-

tración de los cursos de ciencias sociales. Sin duda, ha habido lo-

gros pero debe señalarse por ejemplo la persistencia de la misma

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

orientación en muchas facultades que insisten en la especialización

y glorifican los valores técnicos y científicos de las disciplinas bási-

cas y clínicas. Inclusive cuando se incorpora lo social en las exposi-

ciones, muchas veces no pasa de ser una simple variable en un es-

quema de factores multicausales. Más aún, no incorpora objetivos

políticos y sociales en el ejercicio profesional. Al incorporar las

finalidades tecnocráticas y racionalizadoras del estado capitalista,

relega las posibilidades crfticas ofrecidas por las ciencias sociales"

(31). No se puede negar que muchos cursos fueron fundamentales

para una concientización de los estudiantes al transmitirles un con-

junto de datos y análisis sobre las precarias condiciones de salud y

de asistencia a la salud de grandes contingentes de poblaciones.

Hay muchos otros aspectos positivos que son difíciles de evaluar.

Sin duda, fue a través de los cursos de postgrado que se logró

un notable impulso al desarrollo teórico en ese campo, como tam-

bién en la formación de docentes e investigadores.

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La Medicina Social como práctica teórica: LaProducción Científica

Introducción a los estudios sobre ProducciónCientífica

En América Latina una de las más recientes áreas deestudio es la que se relaciona con la recopilación, descripcióny análisis de la producción científica, especialmente en elcampo de la salud y más reciente aún en el campo de lasCiencias Sociales en Salud. Ha sido observado que en lospaíses latinoamericanos la recolección de datos sobre cienciay tecnología se inició en los años 70, siendo el punto de partidael trabajo desarrollado en América Central y Panamá, y que seextendió en 1979 a otros países latinoamericanos (47). García,quien orientó la realización de ese estudio, ya había resaltadoanteriormente algunos puntos fundamentales en lo que serefiere al desarrollo de las investigaciones en salud en AméricaLatina, cuando analizó el período que va desde 1880-1930. Enese trabajo García presenta una periodización en la historia delas instituciones de salud, que marcaron claramente las trans-formaciones ocurridas en relación a las prácticas de salud, lasinvestigaciones y sus articulaciones con la estructura socio-económica. La transcripción de un texto de García explica deforma sucinta la cuestión "Los cambios en las instituciones dela salud reflejan los cambios en la estructura social, y lo mismoparece ocurrir con la investigación científica en salud". Segúnel autor:

"De 1880 a 1930, surge la investigación bacteriológi-ca y parasitológica ligada a los problemas de la pro-

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

ducción agroexportadora. De 1930 a 1950, se desarrollala investigación básica y clínica conectada con el creci-miento hospitalario impulsado por la industrialización.A partir de 1960, y especialmente de 1979 se observa unrenacimiento de la medicina tropical consonante con elnuevo interés por la producción agroganadera y losestudios sobre los servicios de salud, impulsados por lanecesidad de racionalizar el sector, frente a la disminu-ción de los gastos estatales en salud".(1)

Como veremos a continuación, fue justamente en esa ter-cera fase (1960) que se evidenció la preocupación de tratar lascuestiones de salud con un enfoque de los factores sociales,acontecimiento que se había iniciado tímidamente en los años50. El inicio de esa preocupación y su desarrollo no irán aocurrir de forma homogénea en todos los países de AméricaLatina, pudiendo observarse claramente las diferentes orien-taciones temáticas, teóricas y metodológicas asumidas por losinvestigadores.

Antes de referirnos a esa producción, es conveniente re-cordar los estudios que han tratado de recuperarla de formasistemática. La recolección de esa producción fue iniciada en1966, cuando Badgley y Schulte (48) realizaron los primeroslevantamientos bibliográficos en que, según sus autores, refle-jaban el estado de "una especialidad que está en los umbralesde un rápido incremento". En el inicio de los años 80, Badgley,Bravo, Gamboa y García organizaron una de las revisiones máscompletas: la Bibliografía Latinoamericana de Ciencias So-ciales aplicadas a la Salud (49). Posteriormente, en 1983,elaboré un amplio ensayo sobre "Tendencias y Perspectivas delas Investigaciones en Ciencias Sociales en Salud en AméricaLatina: una visión general" (50).

Ambos trabajos se refieren a la producción en el períodode 1950-1979. En 1987, concluí la Bibliografía Latinoamerica-na de Ciencias Sociales aplicadas a la Salud; 1980-1985 (51),ampliando los levantamientos anteriores.

Por otro lado, también se destacaron, especialmente en el

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período de 1980-1985, algunas revistas que publicaron tanto enAmérica Latina como fuera de la Región no solamente núme-ros especiales, sino también artículos diversos sobre la saluden América Latina. Citaré: Social Science & Medicine, Vol.15 d, No.4, 1981, dedicado a la investigación en GeografíaMédica; Vol. 17, No. 17, 1983, con algunos estudios de casosde países latinoamericanos, con énfasis en aspectos culturalesde la enfermedad; Vol. 19, No.3, 1984, número especial sobreAntropología y la Atención Primaria de la Salud, en paísessubdesarrollados y que incluye algunos artículos sobre paíseslatinoamericanos; Vol 21, No. 1, 1985, trae contribucionesdiversas sobre salud y ciencias sociales. También en el númeroespecial sobre perspectivas marxistas en medicina social, Vol.28, No. 11, 1989, son reproducidos trabajos de investigadoreslatinoamericanos sobre epidemiología social y salud ocupacio-nal. Otra publicación que incluyó contribuciones latinoameri-canas fué el Internacional Journal of Health Services. Entrelas publicaciones brasileras, la Revista de Administragao Pu-blica, de la Escuela Brasileira de Administración Pública de laFundación Getulio Vargas, dedicó tres números especiales altema de la salud. El primero fue el Vol. 13, No. 14,1979, quepublicó los trabajos del seminario que tuvo como tema lafunción del Estado en el desarrollo de los servicios de salud.El segundo, Vol. 17, No.5, 1983, publicó artículos, debates yconferencias del I Curso Internacional de Política y Adminis-tración de Salud para América Latina y el Caribe. El tercero,Vol. 19, No. 1, 1985, con artículos que tratan los aspectospolítico-organizacionales de la administración pública para elsector de salud. Entre otros números especiales publicados enMéxico destacaré: en 1976 la Revista Mexicana de CienciasPolíticas y Sociales, Vol. 84, y en 1981, Volumen 106, y EstudiosSociológicos de El Colegio de México, Vol 2, Nos. 5 y 6, de1984. En ese volumen se examina la acción estatal en materiade salud en Argentina, Brasil, México y Chile, respectivamen-te. También se presentan reseñas de obras que representandiagnósticos críticos de la situación de salud en América Lati-na. Recientemente se publicó la compilación de trabajos delTaller/Seminario que tuvo lugar en Lima, Perú, Enero 27-30,1987, con el título de " Aplicaciones de las Ciencias Sociales

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

en Programas de Salud", en el No. 1 del Sparkman CenterSeries in International Health, 1988.

Cuando se citan las publicaciones que se dedican a losaspectos sociales de la salud, se verifica que todavía existe unanecesidad muy grande de canales especializados para la divul-gación de la producción. Existen inmensas lagunas enlos programas editoriales en esta área, notándose también quela producción no publicada, constituida por tesis, informes deinvestigación y documentos diversos ha quedado bastante res-tringida en términos de divulgación. Algunas publicaciones noson especializadas en los temas abordados, pero publican artí-culos y colaboran en el área de Medicina Social de formapositiva. Pueden citarse entre las publicaciones importantesde la Organización Panamericana de la Salud: Boletín de laOficina Sanitaria Panamericana y Educación Médica y Sa-lud. En 1980 la OMS inició la Publicación del Foro Mundialde la salud - Revista Internacional de Desarrollo Sanitario.En Argentina, los Cuadernos Médicos Sociales; en Cuba, laRevista Cubana de Administración de Salud; en Costa Rica,la Revista Centroamericana de Ciencias de la Salud; en Brasil,los Cadernos de Saúde Pública, de la Fundación Oswaldo Cruz- Escuela de Salud Pública; la Revista de Saúde Pública, de laEscuela de Salud Pública de la Universidad de San Pablo; laRevista Saúde en Debate, y los Cadernos do Instituto deMedicina Social de la Universidad Estatal de Río de Janeiro.En Chile los Cuadernos Médico Sociales. Infelizmente laRevista Latinoamericana de Salud, de México, tuvo solamen-te dos números editados, en 1981 y 1982, pero prosigue lapublicación de Salud Problema. En Colombia Investigacióny Educación en Enfermería. Recientemente han empezado aeditarse entre otras: Salud y Pueblo, en República Dominica-na; Salud y Cambio en Chile; y Salud, Problema y Debate, enArgentina.

En todos los trabajos de revisión, la preocupación ha sidosiempre actualizar las informaciones al máximo, pero los he-chos ya señalados y las propias limitaciones en el intercambiode las informaciones, me llevaron a considerar que no sonlevantamientos completos, aún cuando son utilizadas fuentes

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informales (trabajos no publicados). En ese sentido, la cita delas palabras que están en la Introducción de la BibliografíaLatinoamericana 1950-1979, me parece bastante oportuna:"Como toda publicación de este tipo, pensamos que esta distade ser exhaustiva, pero, sin embargo, creemos que es unamuestra representativa importante de la cantidad, calidad ytendencia fundamentales que ha tenido la producción latinoa-mericana en este ámbito. Su utilidad reside por lo tanto, enservir, por un lado como una infraestructura básica para eldesarrollo de investigaciones y, por otra, para que los distintoscentros e investigadores puedan visualizar, más allá de supropia área y país de estudio, el carácter y las tendencias de laproducción científica en el campo de las Ciencias Socialesysalud en América Latina" (49)

En este análisis de la producción científica adoptamos unaclasificación dividiéndola en cuatro grupos temáticos (tambiéndenominados categorías en el texto): medicina tradicional,servicios de salud, proceso salud-enfermedad, formación derecursos humanos. Esta es la clasificación utilizada en la pri-mera Bibliografía Latinoamericana de Ciencias Sociales apli-cadas a la salud: 1950-1979, actualizada para el período 1980-1985 con la finalidad de hacer algún tipo de comparación y unacontinuidad en el trabajo. Pienso que esta clasificación nolimita las posibilidades de profundizar el trabajo analítico dela producción cientifica. Recuérdese también que el criteriopara la inclusión de referencias fue inicialmente amplia inclu-yéndose tanto los trabajos realizados por científicos socialescomo por investigadores en salud que habían utilizado varia-bles sociales en sus investigaciones.

Análisis Cuantitativo de la ProducciónCientífica

Desde el punto de vista cuantitativo, y conforme a lascuatro grandes categorías utilizadas en la clasificación de laproducción científica, (ver tabla 2), pudo notarse que hubo unconsiderable aumento a partir de fines de los años 70. Así, en

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

la década del 50, la producción reunida no alcanza 200 referen-cias, pero, en los años 60 se eleva hasta cerca de 500, y llegaa más de 1000 entre 1970-79. Los cinco primeros años de ladécada del 80, superan esa producción llegando hasta 1086.Este crecimiento evidente presentará comportamientos dife-rentes al analizar las subcategorías. Se observa que la Medici-na Tradicional, que en los años 50 presentaba el mayor por-centaje de referencias, conserva en la década siguiente esaposición, aunque, en término de porcentaje haya disminuido,pasando de 44.0 % a 35.55%. Cederá tal posición en la décadadel 70, y en el 80-85 para los Servicios de Salud y ProcesoSalud-Enfermedad. Durante todo el período de 1950-1979, lacategoría denominada Formación de Recursos Humanos sesituará en último lugar y sólo del 1980-85, asumirá el 3er.puesto, dejando en último lugar, la Medicina Tradicional. Re-sumiendo: de 1950-1985, en un total de 2.749 citas biblio-gráficas, los servicios de salud, ocupan el primer lugar con36.3% de la producción científica; el proceso de Salud-Enfer-medad viene en segundo lugar con 32.2%, la Medicina Tradi-cional, presenta un saldo de 18.4% y la Formación de RecursosHumanos para la Salud, 13.% (Véase Tabla 2).

T A B L A 2

DISTRIBUCION DE LAS REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS DE LA "BIBLIOGRAFIA LATINOAMERICANASOBRE CIENCIAS SOCIALES APLICADAS A SALUD", SEGUN CUATRO CATEGORIAS DE TEMAS

Y FECHA DE PUBLICACION PERIODO: 1950 - 1985

ASO PUBLIC. 19S0 -1959 1.90-1969 1970-1979 1980-1995 TOT.LCaTgGORIA_

Medicina Tradiciooal 74 44,0 158 33,5 213 20,8 61 5,6 506 18,4

Servicios de Salud 41 24,4 101 21,4 365 35,7 493 45,3 1000 36,3

Proceso Salud-Enferm. 46 27,4 114 24,1 309 30,2 418 38,5 887 32,2

Formación de Rec. Hum. 07 4,2 99 21,0 136 13,3 114 10,6 357 13,0

TOTAL 168 100,0 472 100,0 1023 100,0 1086 100,0 2749 100,0

R101911019U -N 01)

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OPS -ALAMES

Análisis Temático de la Producción Científica

Es interesante, comprobar como se distribuyen los conte-nidos temáticos en las diversas categorías. En relacióna la Medicina Tradicional se verifica que es campo privilegia-do de la Antropología. Menéndez (52) en su análisis deldesarrollo de la Antropología Médica en América Latinaapunta que las bases metodológicas y teóricas se constituye-ron entre los 40 y 50, con fuerte influencia norte-americana.En ese período puede detectarse la preocupación en describiry analizar valores, actitudes y patrones culturales dentro decuadros de referencia relacionados con la polarización rural-urbana, secular-sagrado, mágico-científico, racional-irracio-nal. De esta manera se podrían conocer las barreras queexistían para la comunicación y difusión de las medidas desalud. De una manera general, la diversidad de temas en laantropología médica es muy grande: aspectos mágicos de cura,plantas medicinales, curanderos, prácticas alternativas, uso dedrogas alucinógenas entre los indígenas, y los primeros estu-dios sobre representaciones de salud entre las poblaciones(53).

En la interpretación de Menéndez (52) la propuesta teó-rica de los años 50 y 60 es la de un "funcionalismo integrativo".Según el autor "debe subrayarse que fue la versión antropoló-gica del funcionalismo cultural la que se conectó con los orga-nismos de salud latinoamericanos y no el modelo parsoniano,que sólo fue manejado a nivel bibliográfico pero sin incidir enla práctica directa de los servicios, por lo menos en este perío-do."

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

La introducción de nuevos abordajes en los estudios an-tropológicos, como la utilización de la fenomenología ocurreen los años 70 principalmente con el objeto de conocer mejorlas representaciones sobre salud y enfermedad. De otro lado,se procura analizar la lógica del discurso popular sobre laenfermedad, como en el caso de la investigación de Montero(54). En ese trabajo la autora afirma "La idea central queorienta nuestro abordaje de las representaciones populares dela enfermedad es que las producciones culturales de las clasessubalternas no se oponen como un todo coherente a la culturadominante, puesto que no constituyen sistemas simbólicosautónomos, enteramente independientes, en su elaboraciónde las leyes que rigen la producción de la cultura hegemónica".Para la autora, la producción dominante sirve como referentepara la elaboración del discurso popular. También en losestudios más recientes se ha procurado comprender mejor losllamados "agentes de curas populares" en espacios urbanosdominados por las prácticas médicas oficiales (55). El replan-teamiento de algunas investigaciones sobre representacionesse hace juntamente con la preocupación de entender las causasatribuidas a las enfermedades: sentimientos negativos oriun-dos de otros individuos o del propio individuo; por un parientemuerto o por Dios, por un desequilibrio entre el individuo y suambiente. El concepto caliente y frío vuelve a tener aplicaciónen la elucidación de las representaciones (56). En el campode las representaciones es importante el estudio realizado porLoyola (57) en un municipio del Estado de Río de Janeirosobre los servicios de salud, representaciones y prácticas po-pulares. La autora procura a través de "la oposición social-mente constituida entre la "cura del cuerpo" y la "cura delespíritu" analizar las estrategias usadas por los especialistascuando intentan imponer un tipo de representación sobre laenfermedad así como de los sistemas de tratamiento más adap-tados a sus intereses en la conservación y ampliación de suclientela".

Otros trabajos que pueden ser citados en el estudio de lasrepresentaciones con enfoque antropológico pero con énfasisen la enfermedad mental fueron realizados por Alves (58) yDuarte (59). En el primero con datos de una población "fave-

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lada" en un barrio de Río de Janeiro y el segundo trata delconcepto de persona entre las clases trabajadoras urbanasdesde sus representaciones, discurso y prácticas sobre las per-turbaciones físico-morales. El concepto de "nervioso" es elnúcleo básico para comprender el de persona, estudiado tantodesde el punto de vista histórico como etnográfico.

Algunos autores, como Estrella (60), realizaron un deta-llado estudio sobre la Región Andina, previéndose una reacti-vación de tales estudios, especialmente por el interés del Es-tado en aplicar para sus propios fines algunos aspectos de lamedicina tradicional. Una visión general de la medicina tradi-cional en América Latina, puede ser encontrada en el trabajode Goldwater, quien analiza en la parte referente a la teoría yterapia humoral, las categorías calor y frío como reaccionesbásicas, y sus proyecciones en relación a la salud. Trata de losmétodos de diagnóstico y la utilización de plantas, y sintetizaalgunas ideas sobre el espiritismo en Brasil (61). Dentro de latendencia más reciente, pueden ser encontrados algunos tra-bajos que procuran estudiar la integración de la medicinatradicional en la estructura histórico-social de cada una de lassociedades donde esta práctica es importante (62).

De las 1002 referencias reunidas en la categoría Serviciosde Salud, en el Cuadro 2, se verifica que 5 subtemas presentanen forma decreciente los mayores porcentajes: medicina ysociedad (25.3%), medicina estatal (13.7%), análisis histórico(12.8%), y programas de salud (12.4%). Los otros subtemas:medicina privada, medicina preventiva, atención secundaria yterciaria, insumos para la salud, mercado de trabajo, conductade la población frente a los servicios de salud e investigaciónen salud, presentan porcentajes menores de 5%.

En el contenido general de la clasificación Medicina ySociedad, se encuentran las publicaciones teóricas y metodo-lógicas relacionadas a la forma de vincular la práctica médicacon la práctica social. Lo que se destaca en esta producción,a partir de la segunda mitad de los años 70, es que gran partede los estudios tuvieron como base teórica un enfoque histó-rico-estructural. Esta posición teórica se desencadena a partir

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del momento en que se reconoce la fragilidad, imperfección yfragmentación con que venían siendo analizadas las relacionessalud y sociedad.

En esta área temática hay una gran riqueza y variedad detemas que son analizados generalmente con profundidad.Pueden ser citados, como ejemplo, los análisis sobre la medi-cina preventiva; medicina comunitaria; prácticas médicas quese sitúan más allá de sus propias determinaciones internas, ensus bases histórico-sociales, relacionándolas con las demásprácticas sociales; sobre los límites de la epidemiología basadaen el positivismo; estudios de los discursos institucionales,elaborados en América Latina que se refieren a las políticasde salud (63).

A partir de los años 80 en diversos países latinoamerica-nos, principalmente Argentina, Brasil, México y Venezuela,continúan apareciendo importantes trabajos que en muchosaspectos amplían los análisis anteriores no siendo rara la utili-zación de cuadros conceptuales más elaborados. Se privile-gian las relaciones entre la estructura socioeconómica y losservicios de salud; el rol del estado en las políticas de salud; losdeterminantes sociales de la planificación; la crisis del modelomédico; la medicina social, tanto teórica como históricamentereciben atención, así como el rol de las Ciencias Sociales en sudesarrollo (64). Sin duda, los propios condicionantes estruc-turales y políticos demarcan claramente una dirección en losestudios con énfasis en las políticas sociales. En ese sentido,la producción procura destacar puntos de importancia. Entreotros, el trabajo de Eibenschutz (65) llama la atención en quehay diferencias muy claras entre países como Brasil, Chile yMéxico cuando se analiza la cuestión del Estado. Según laautora en México la práctica médica es generada por el Estadoy no "intervenida" por él. Para ella la práctica médica no sólose articula con el Estado sino que hace parte de su hegemonía-otros trabajos que tratan de la relación Estado-salud fueronclasificadosen la categoría Medicina Estatal.

Un subgrupo de temas titulados Análisis Históricos, man-tiene estrecha relación con la categoría anterior. En el caso

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de los estudios aquí agrupados, se verifica que tratan de inves-tigaciones sobre países, regiones y tipos de prácticas, y tienenuna dimensión temporal más amplia. Desde el punto de vistateórico es considerable la contribución dada a esos estudiospor el enfoque histórico-estructural. Citaremos algunos deellos: el análisis crítico de la investigación sobre servicios desalud en los países latinoamericanos (66) estudios sobre polí-ticas de salud en América Latina (67); cuestiones demográficasy servicios de salud (68). A esos ejemplos pueden agregarselos trabajos que diversos países realizaron sobre la atenciónmédica, la demanda de servicios y la política sanitaria. Serecuerda que Colombia fue el primer país en realizar unaamplia investigación sobre las relaciones entre la situacióneconómico-social, la producción de la enfermedad y la utiliza-ción de los servicios de salud, en 1965-66 (69). Un buen ejem-plo del estudio de la reconstrucción histórica fue realizado enBrasil y trata de los orígenes de la medicina social y la consti-tución de la psiquiatría (70).

En relación a la Medicina Estatal, ha sido señalado quefué durante los años 70 cuando se multiplicaron los estudiossobre la organización de los servicios de salud (71). De esemismo período es el estudio realizado por García (72) y queanaliza la medicina estatal en América Latina de 1880 - 1930.El análisis de las relaciones entre políticas de salud y el procesode acumulación capitalista es el tema de la tesis de Braga (73).También, dentro de un marco histórico-estructural ha sidoanalizada la gestión oficial de la salud en Venezuela en el sigloactual (74). Dentro de esa categoría encontramos tambiénuna cantidad apreciable de trabajos que tratan de la seguridadsocial (75).

En el período del 80 al 85 aparecen nuevos trabajos deconsiderable importancia en las categorías antes señaladas,algunos de los cuales especifican ciertos períodos y temas.Entre otros se citan: las políticas de tuberculosis en el Estadode San Pablo (76); la historia del Ministerio de Salud del Brasil(77); las investigaciones de salud en México (78); el estudio delas políticas de salud en Brasil de 1889 - 1930 (79); informacio-nes históricas sobre los servicios de salud en Honduras y Pana-

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má (80); las instituciones de salud en Brasil (81); el origen delas prácticas sanitarias en el Estado de San Pablo (82), elmovimiento sanitario de los años 20 y sus conexiones con losmovimientos internacionales (83).

La Atención Primaria y los Programas de Salud repre-sentan cada uno el 13.0% del total de la producción en lacategoría Servicios de Salud. En cuanto al primer subtema, supresencia en la literatura se debe al amplio movimiento que sedesencadenó a partir de la Conferencia de Alma Ata, en 1978(84). La producción sobre atención primaria es bastante di-versificada: establecimiento de un marco conceptual (85); es-tudio comparativo entre Cuba y Costa Rica (86); el papel delInstituto de Desarrollo de la Salud (Cuba), en la atenciónprimaria (87); participación popular (88).

En los Programas de Salud están incluidos temas relacio-nados con los análisis de programas sanitarios en diversossectores: materno-infantil, medicina preventiva, medicina in-tegral, salud mental, campañas sanitarias, evaluación de losmedios de comunicación en salud.

Como puede verse en el Cuadro 2, algunos subtemas vie-nen recibiendo menos atención en lo que se refiere a losenfoques que provienen de las Ciencias Sociales. Muchasveces a pesar de que la cantidad numérica es pequeña, lacontribución teórica es importante. Me refiero, por ejemplo,a algunos trabajos en el área relacionada con los Insumos paralos Servicios de Salud. Estos trabajos han analizado los cos-tos, consumo, políticas de medicamentos, industria farmacéu-tica y los medicamentos como mercancía en términos de suvalor de cambio y su valor de uso. Así, Barros (89), apunta que"la cuestión del consumo de servicios médicos no se determinaa nivel de las "necesidades" o mejor dicho, a nivel de diagnós-ticos técnicos de las condiciones sanitarias, sino que se remon-ta al tema "consumo" y las "necesidades" en el sistema deproducción capitalista". También entre los estudios brasilerosy dentro de un enfoque materialista-histórico se destacan lostrabajos de Giovanni (90) y Cordeiro (91). El primero sobre elconsumo de medicamentos y el segundo, sobre "la constitución

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del complejo médico industrial del país (Brasil) como determi-nación fundamental de las prácticas de consumo de medica-mentos". El tema de la tecnología recibiría especial atenciónen los años 80 con el estudio de Banta (92) y de Borini (93) enla Argentina; los importantes trabajos de Conitrot (94) y Ro-dríguez (95), y, para una apreciación general de las contribu-ciones de las Ciencias Sociales el estudio de la tecnología, eltrabajo de Cordeiro y Tavares (96).

En relación al estudio sobre Mercado de Trabajo y Profe-sión de Salud, deben citarse las importantes produccionesargentinas elaboradas en los años 80. Bloch (97) procuraabordarlo agrupándolo en tres subáreas: mercado de trabajo ymedicina de mercado; demografía médica e investigación mé-dica; e ideología profesional médica. Considera el autor quesólo un abordaje basado en el método histórico-estructuralpodrá alcanzar un nivel explicativo de la práctica médica y delmercado de trabajo. Otros trabajos del grupo argentino, de laprovincia de Rosario, procuran tratar la estructura y la diná-mica ocupacional del médico (98); origen social, e investiga-ción en el mercado de trabajo médico (99). En Brasil se destacael trabajo de Cohn y Donnangelo (100), analizando el ejercicioprofesional médico en la gran San Pablo; de Durand (101),que analiza las ocupaciones de salud; Medici (102), con unestudio sobre la fuerza del trabajo médico en la década del 70y el de Nogueira. (103)

Hay pocos estudios sobre Conducta de la población frentea los servicios de salud, destacándose uno en Guatemala(104), una encuesta sobre inmigrantes mexicanos que viven enCalifornia (105), y dos realizados en Brasil (106).

Incluimos en la bibliografía, para el período de 1980-1985un subtema dedicado a las Investigaciones en salud. En esteítem aparecen: análisis de la cuestión metodológica, la produc-ción científica de algunas categorías profesionales; la situaciónde las Ciencias Sociales en Salud en determinados países lati-noamericanos; las contribuciones de las disciplinas socialespara las investigaciones en salud; enseñanza e investigación ensalud colectiva; investigaciones en servicios de salud; investi-

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gaciones epidemiológicas (107). Entre los estudios históricosse destaca el de García (1) quien hace un trabajo minuciososobre las instituciones de investigación en salud en AméricaLatina de 1880 a 1930.

En la categoría Proceso Salud-Enfermedad, el Cuadro 3muestra que se destacan en ese período estudios que trabajansobre aspectos sociales de las enfermedades mentales; factoressociales de la morbi-mortalidad; aspectos sociales de la nutri-ción; desarrollo y crecimiento; las relaciones salud-enferme-dad-sociedad; la relación entre el trabajo y el proceso salud-enfermedad.

En el período de 1950-1985, con relación a la Salud Mental,se mostró en un trabajo reciente (108) que hubo un granaumento en la producción, representando el 26.0% del totalde trabajos que tratan de los aspectos sociales en el procesosalud-enfermedad. Recordemos que algunos trabajos sobresalud mental y aspectos relacionados, fueron incluidos en otrascategorías (por ejemplo 71 trabajos que tratan de drogas yetnopsiquiatría, se encuentran en la categoría de MedicinaTradicional). La producción escrita en español fué de 50.0%seguida por la de portugués, 29.8%; inglés, 19.2% siendo insig-nificante la producción en francés y alemán. Se destaca en esaproducción como tema principal el alcoholismo, tratado bajolos más diversos aspectos: patrones de consumo y actitudesfrente al alcohol; factores etiológicos; consumo relacionado adiferentes grupos poblacionales (109). Sin duda el trabajo deMenéndez (110) se destaca como una de las revisiones máscuidadosas sobre el tema. Las drogas también merecieronatención siendo analizadas bajo el aspecto epidemiológico(111). Deben citarse, sin entrar en detalles, como áreas deinterés en el campo de la salud mental: estudios epidemioló-gicos (112), psiquiatría folclórica (105), prácticas alternativas(113), análisis históricos e institucionales (114), y trabajos quede forma amplia analizan las políticas de salud mental (115).Incluiremos también, estudios sobre el suicidio e informacio-nes sobre las enfermedades mentales y violencia (116).

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El segundo subtema de la investigación que realizamosincluye una diversidad bastante grande de trabajos, con eltítulo de Factores sociales determinantes de la morbi-morta-lidad. Trataremos de dar una visión panorámica del tema, asícomo algunas transformaciones ocurridas a lo largo del tiempoen lo que se refiere a la metodología y al esquema teórico dereferencia. De un modo general hay evidencias de que endeterminadas épocas los estudios no hacían una comparaciónentre las clases sociales, y las principales investigaciones sobrela mortalidad daban énfasis a variables tales como: gruposocupacionales, escolaridad de la madre y algunos aspectossocio-económicos. Se comprueba, por ejemplo, en la revisiónrealizada por Troncoso (117) en el que la autora clasifica losestudios sobre la mortalidad infantil en tres grupos: las inves-tigaciones con énfasis demográfico, las de carácter epidemio-lógico y aquellas que destacan lo social. Las primeras sonesencialmente cuantitativas y se iniciaron bajo la influencia delas teorías de la modernización y del neomaltusianismo que sebasaron en el esquema de análisis funcionalista. A partir delos años 60, ocurren algunas transformaciones y lo que sedestaca es la relación población y desarrollo. Esta preocupa-ción se generaliza llegando hasta concentrar los estudios en los"estilos de desarrollo" y mortalidad. Más tarde se irán a des-tacar las preocupaciones por introducir un marco conceptualhistórico estructural que va a explicar las diferencias regiona-les de los países y los contrastes urbano-rural de la mortalidad.Los trabajos que tratan de incorporar lo social a los estudiosde mortalidad son más recientes, y las tentativas de operacio-nalizar algunos conceptos, como clase social o fracción de claselo son aún más. En algunos de ellos ha sido considerada larelación de la mortalidad y los procesos de acumulación capi-talista, pudiendo verificarse cómo un abordaje que integra laclase social como categoría analítica, permite comprender me-jor ese evento. Como señala Oliveira (118) "la mortalidad,después de todo, es función del consumo y de la fuerza detrabajo. Sus niveles, tasas, coeficientes generales y específicosdependen en último análisis de los niveles de explotación, dela intensidad y brutalidad de la explotación."

Especialmente en el período de 1980-1985, otras líneas de

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investigación pueden ser detectadas: la cuestión de la pobreza(119); los procesos migratorios y sus relaciones con la salud(120); la relación entre crisis y salud (121). Desde los años 70hay también un esfuerzo teórico de comprender los procesosde salud-enfermedad dentro de un marco más amplio, particu-larmente por las contribuciones de una nueva generación deepidemiólogos con formación en Ciencias Sociales. Para ungrupo de investigadores latinoamericanos queda bien claroque "resaltar las categorías básicas - producción y reproduc-ción social - constituye un avance importante. Junto a laredefinición de las técnicas epidemiológicas convencionales esun paso más adelante encaminado a tratar de que la epidemio-logía no sea solamente un instrumento de diagnóstico, sino queasuma una aut¿ntica dimensión histórica, en la medida en quese constituye en instrumento para la conciencia democrática yla organización popular" (122). Recientemente, Breilh reto-maría el tema enfatizando que:

"uno de los principales retos en el momento actual,es el de orientar las potencialidades del materialismohistórico, como pensamiento director, en la asimilaciónde varias disciplinas que se ocupan de aspectos especí-ficos, para la profundización del conocimiento epide-miológico" (123).

En el área de la Nutrición, se observa que van a predomi-nar los enfoques que proceden de la antropología y de lasociología. Hay estudios sobre la desnutrición y sus efectospara el desarrollo físico y mental, así como sobre las creenciasy prácticas alimentarias de las comunidades. Se han realizadootros estudios en los que se hace un análisis crítico, sobre laspolíticas de nutrición (124). En el período de 80-85, se dioespecial énfasis al tema de la lactancia materna (125); a lasrelaciones estructurales de las familias de bajos ingresos y ladesnutrición (126); a estudios comparativos de patrones ali-mentarios (127); y a estudios de desnutrición entre gruposdiversos: escolares, migrantes (128).

Dentro de la categoría Proceso Salud-Enfermedad, sedebe destacar la contribución dada por la subcategoría Salud-

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Enfermedad y Sociedad. En esta subcategoría se incluyen lostrabajos de carácter teórico y metodológico relativos al proce-so salud-enfermedad, su concepción y las maneras de abordar-los. Hay algunas revisiones que procuran criticar las investiga-ciones que han analizado los procesos salud-enfermedad, y sinser específicamente dedicados a América Latina, ofrecen unaopinión bastante interesante, sobre el tema, como el trabajode Cordeiro y colaboradores (129). Este artículo se elaboróen una época en que los estudios sobre las relaciones de lasalud y la enfermedad con la sociedad comenzaban a reformu-larse nítidamente en algunos países en términos de modelosteóricos para la comprensión de esas relaciones. En esa época(segunda mitad de los años 70), comenzaban a surgir intere-santes propuestas dentro de las corrientes teóricas del mate-rialismo histórico. A fines de los años 70, Laurell (130) criticael paradigma dominante que considera la enfermedad como unproceso biológico individual y señala varias posibilidades deentender la relación de la salud con la enfermedad como unproceso social: subraya la naturaleza histórica del proceso y sucomportamiento en las distintas clases sociales, proponiendola construcción de un objeto de estudio que permita analizarla salud-enfermedad como un proceso social y, finalmente, laconveniencia de realizar una discusión sobre la causalidad. Secitan también otras importantes contribuciones provenientesde la epidemiología social en las que se aborda la reproducciónsocial de la fuerza de trabajo y del control social por medio delos servicios de salud (131). En los años 80, trabajos como losde García (132) traerían para esa área una importante refle-xión sobre la enfermedad de la pereza y sobre la historia delconcepto de fatiga; las relaciones entre trabajo, ciencia e ideo-logía (133); el análisis crítico sobre la historia natural de laenfermedad (134), y un extenso estudio de Rojas Sorianosobre capitalismo y salud (135).

Cerca del 12.0% de los estudios sobre el proceso salud-en-fermedad fueron incluidos en la subcategoría Relaciones entreel trabajo y el proceso salud enfermedad. Sin detallar esosestudios citaremos los más relevantes: García (136), con unimportante estudio histórico conceptual de la categoría traba-jo en medicina; un estudio de Laurell sobre las relaciones entre

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trabajo y salud en la sociedad mexicana (137); y algunos estu-dios epidemiológicos sobre la salud ocupacional (138). En lasegunda mitad de los años 70 esta categoría tuvo un granimpulso permitiendo una amplia utilización de las categoríasdel materialismo histórico.

En 1983, Laurell (139) elabora un detallado estudio sobrelos enfoques teóricos que hasta ese momento estaban orien-tando las investigaciones que relacionaban salud-trabajo. Pa-ra la autora dos acontecimientos serían los determinantes parala emergencia de esta área del conocimiento: los movimientosde la clase obrera y el ambiente universitario. Señala tambiénque esos enfoques se originan en campos diversos del conoci-miento: la medicina ocupacional, la medicina social y las cien-cias sociales. La primera enfatiza los riesgos ocupacionalescomo punto de partida de las investigaciones; la segunda seorigina básicamente en la corriente epidemiológica; y las cien-cias sociales que hicieron importantes contribuciones especial-mente al abordar las condiciones de trabajo de los obreros. Escierto que cada corriente trae implicaciones diferentes para lasprácticas que se desarrollan en relación a la salud del trabaja-dor. La primera, más instrumental, se relaciona fundamental-mente con el conocimiento médico-clínico convencional, lasegunda, procura las categorías analíticas y los problemas dela causalidad; y la tercera, dentro del materialismo histórico,se dedica a estudios en los que predomina la preocupación porla organización social, las técnicas, alternaciones y organiza-ción del trabajo.

Se puede afirmar que en los años 80 esta categoría presen-ta una riqueza de estudios y un proceso de crecimiento teóricoy metodológico de los más importantes. Infelizmente no po-demos citar los 70 trabajos reunidos del 80-85, pero comoejemplo citaremos: la salud ocupacional en América Latina(140); estudios de determinadas categorías profesionales(141); trabajo y salud de la mujer (142), proceso de trabajo ydesgaste obrero (143); los accidentes de trabajo (144), lasrelaciones entre crisis, trabajo y salud (145), ausentismo (146);enfermedades profesionales (147). Se observa que esos traba-jos van a ser realizados, principalmente, en México, Brasil,

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Chile y Ecuador. Lo anterior constituye sólo un enunciado deltema. Un capítulo de esta obra se dedica íntegramente a trataren profundidad la relación salud y trabajo en el campo médi-co-social.

A pesar de su prevalencia y distribución en el continentelatinoamericano, las Enfermedades Tropicales sólo vendríana ser abordas dentro de un esquema explicativo más amplio, enla segunda mitad de la década del 70. Franco (148), al analizarlas enfermedades tropicales plantea el hecho de que en elestudio de tales enfermedades todavía predomina el análisisde factores, y que solamente algunos estudios las abordancomo procesos. Además en su concepto esas enfermedadesdeberían llamarse "enfermedades coloniales" pues la denomi-nación de enfermedades tropicales es muy ambigua y no expre-sa un único concepto, ni desde el punto de vista histórico, niecológico y médico. Su contribución principal en este trabajoestá dirigida a la malaria dentro de un análisis social y de losproblemas teóricos y metodológicos implicados. A partir delos años 80, se observa que algunas enfermedades pasan amerecer mayor interés y que se introduce y destaca en losanálisis el concepto de espacio social (149); la enfermedad deChagas y su relación con la estructura agraria (150); la enfer-medad de Chagas y la estructura social (151); la esquistosomo-sis (152), y el análisis del papel desarrollado por organismosinternacionales en relación a las enfermedades tropicales(153) son algunos de los temas abordados.

En relación a las Enfermedades Crónicas se citan algunostrabajos que procuran asociarlas a factores socio-económicos.Es el caso de la hipertensión (154) y del cáncer de cuellouterino (155). El interesante trabajo de Goncalves procuraanalizar la relación entre la investigación epidemiológica delas enfermedades crónicas degenerativas y el contexto de lapráctica médica en cuanto una práctica social (156).

Algunas subcategorías presentan una producción escasapero de importancia en el planteamiento del problema abor-dado. En el tema de los Accidentes de Tránsito se destaca eltrabajo de Tambellini (157) que analiza los accidentes como

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una fase de consumo, tanto de la fuerza de trabajo como deproductos materiales. También por la metodología adoptada,que incluye entrevistas e historias de vida de los conductores,este trabajo difiere específicamente de los estudios epidemio-lógicos clásicos. Un trabajo reciente desde la perspectiva so-ciológica, procura observar cómo son vividos los accidentes detránsito: cómo las personas asimilan las leyes de tránsito, comoobedecen las reglas de tránsito, cómo se da el trato con losacontecimientos públicos, y cómo las personas intentan resol-ver los conflictos generados por las reglas de tránsito público(158). Destacase también un informe de la OMS, de 1984(159).

En cuanto a las Enfermedades Infecciosas, la produccióntambién es pequeña, siendo que en el período de 80-85, sedestacó el tema de la vigilancia epidemiológica (160). Tam-bién se destaca un estudio sobre la mortalidad por tuberculo-sis, en Río de Janeiro, en el que los autores analizan los datosreferentes al período de 1860-1977, relacionando la caída de lamortalidad con los factores económicos, demográficos, socia-les y políticos-sanitarios de ese largo período de la historiabrasilera (161). Sobre oncocercosis fue realizado un estudioen México y sus relaciones con la organización capitalista dela producción de café (162).

Finalmente, en esta amplia categoría están incluidos lostrabajos que se refieren al Método y Técnicas aplicadas a lasalud que estudian la programación en salud, indicadores es-pecíficos, modelos, etc. Se destaca que en la década del 70,hubo una preocupación acentuada por la reflexión teórico-me-todológica relacionada con algunos campos del conocimientocomo la epidemiología, economía y sociología (163). En estesentido uno de los trabajos básicos para la comprensión de las"corrientes del pensamiento en el campo de la salud" fuéelaborado por García (164). En ese ensayo el autor destacalas bases filosóficas del neokantismo, del neopositivismo, delmarxismo y de la fenomenología presentes en autores y traba-jos orientados al estudio de la medicina. En el campo de laepidemiología, una de las obras más destacadas es la de Breilhy Granda (165) que ofrece los conceptos instrumentales, me-

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todológicos y técnicos para el trabajo de investigación, situan-do las contribuciones de las Ciencias Sociales y las potenciali-dades del materialismo histórico para el área de la salud.

La categoría Formación de Recursos Humanos, incluye laliteratura que trata de los aspectos sociales y educativos de laformación y proyección de los recursos humanos en el área dela salud. Agrupamos los trabajos en subtemas a fin de poderapreciar mejor los estudios aquí clasificados.

En el cuadro 4 se verifica que el mayor porcentaje detrabajos se reúne en el grupo que trata del análisis de planesde estudios, introducción de nuevas disciplinas, y de temasrelacionados con salud pública, odontología y enfermería, cu-briendo el 42.5% de la producción. En las décadas de 50 y 60,la educación médica es motivo de muchos debates y tentativasde reformas curriculares, y así se destacan los temas referentesa la medicina preventiva y social y la introducción de lasciencias sociales. Entre los estudios generales sobre la educa-ción médica se destaca el trabajo de García (12), cuya investi-gación realizada en 1967 sería publicada en 1972. Posterior-mente él mismo escribiría un importante estudio sobre larelación de la medicina y de la educación con la estructurasocial (166). Se cuenta también con una detallado estudiosobre el marco conceptual de la educación médica escrito porAndrade (167). Cuando en 1983 Nogueira (168) analizó lostenias relacionados con el personal de salud y revisando laliteratura en el período de 1966-1982 llegó entre otras a lassiguientes conclusiones: que habían pocas investigaciones ba-sadas en fuentes primarias de datos; que la preocupación prin-cipal era con el currículum y la organización de la enseñanzauniversitaria, en especial del médico; que comenzaba a ganarimportancia la cuestión del personal auxiliar, faltando investi-gaciones que tratan de la administración de personal, de lasideologías, y de los movimientos profesionales.

De un modo general, ciertos temas como los relacionadoscon el análisis crítico de la medicina preventiva y social, la

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enseñanza en algunas áreas médicas como la psiquiatría y lasciencias sociales estarán presentes en la década del 80, comopuede ser constatado en los trabajos de Paim (169), Ramón dela Fuente (170), García y Perera Q. (171), respectivamente.También se puede observar un aumento en la producción detrabajos en el área de enfermería y para no extendernos recor-daremos los números especiales de la Revista Educación Mé-dica y Salud de 1979-1980 (172), que tratan de diversas expe-riencias en servicios y docencia en América Latina y los tra-bajos de Souza (173). Pocos fueron los estudios específicossobre el estudiante de medicina. Destacamos: el de Nunes(174) en 1976 sobre las motivaciones de la elección profesional,entre estudiantes de una escuela médica brasilera; el de Perei-ra (175), sobre la especialización, el de Sobral que escribió unestudio sobre las percepciones de los estudiantes de pre-gradoy de maestrías del área médica y sobre funciones y conductasespecíficas de la enseñanza (176); los de Goncálvez, Carvajaly otros (177), sobre las aptitudes de los estudiantes en relacióna los aspectos preventivos y sociales de la enseñanza y delejercicio de la medicina; y con los de Frenk y Bashur (178),sobre la elección de la carrera y el mercado de trabajo.

Perspectivas en la Investigación en CienciasSociales en Salud

En el transcurso de este trabajo se puede verificar clara-mente la vitalidad de las Ciencias Sociales en Salud en AméricaLatina. Son más de 2000 trabajos diferentes en temas, conte-nido, aspectos teórico-metodológicos y también, en su presen-tación: ora en densos trabajos de tesis, ora en forma de libros,sin contar con otros documentos de varias especies. En reali-dad una selección más rigurosa excluiría algunos trabajos, perotodos constituyen una riquísima documentación, imprescindi-ble para conocer los caminos recorridos durante tres décadasy media por las Ciencias Sociales en el campo de la salud. Apesar de la relativa juventud de esta área en el campo mayorde las Ciencias Sociales, esta con una tradición más antigua-recordemos que en 1877 había sido creado el Instituto de

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Ciencias Sociales en Caracas, en 1881 la cátedra de sociologíade la Universidad Nacional de Bogotá, y más tarde en 1923 seinstala en el Brasil la primera cátedra de sociología. En rela-ción a una sociología de la medicina latinoamericana, Mercer(179) señala dos períodos: el de la búsqueda de una identidadteórica (de los años 50 al 75), y el de la identidad y legitimación(de los años 75 al 80). Para esa consolidación, concurrieron,sin duda, de forma definitiva, la instauración de los cursos depostgrado. Seguramente fue a partir de la crítica situaciónsanitaria latinoamericana que los estudiosos percibieron quelas teorías que buscaban explicar la continua degradación delas condiciones de vida y salud eran insuficientes. Desde 1972,cuando un grupo de estudiosos se reunió en Cuenca, Ecuador(180) se tornó evidente que una sociología médica con basesen el funcionalismo sólo llevaría a una concepción estática delos problemas de salud y a una descripción formalista de lasrelaciones entre esos problemas y otras esferas de los procesosproductivos.

La adopción de un marco alternativo que posibilita "con-templar la explicación del cambio como proceso histórico quepermite una conciencia crítica y autocrítica, y la necesidadconstante de problematizar sus propias categorías" (180), fuéfundamental en la orientación teórica y metodológica de laproducción científica, principalmente a partir de la segundamitad de los años 70. Como señala Laurell (3): "sin embargola realidad plantea algunos problemas que no se resuelven conel simple pronunciamiento de las reglas del método alternativo(materialismo histórico), sino, que sólo pueden ser dilucida-das en un proceso cuidadoso de investigación".

Se considera, por lo tanto, que el desarrollo de esta áreaconstituye un proceso en marcha y que inclusive necesita serperfeccionada en algunos aspectos. Dentro de las categoríasadoptadas en el estudio de la producción científica se presen-tan a continuación algunas sugerencias sobre los principalestemas de debate e investigación en el campo de la MedicinaSocial (181).

I. El área de la Medicina Tradicional, constituye un

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campo abierto para la investigación, principalmente sital área es considerada como parte de un proceso his-tórico común a la sociedad latinoamericana. Esta posi-ción adoptada por estudiosos como Oliveira (182) enrelación a la sociedad brasilera y que extendemos aAmérica Latina, es de la mayor relevancia, si conside-ramos el hecho señalado por la autora cuando afirma:"en ella (medicina popular), pueden ser localizadas lasdiferentes relaciones de poder existente, bien como elmodo como se expresa el enfrentamiento de los intere-ses políticos consolidados en estas relaciones". Lasprácticas populares y sus transformaciones como res-puesta a las necesidades de salud tanto en las poblacio-nes rurales, como urbanas, requieren ser mejor investi-gadas no sólo a través de algunas categorías(mágico-religiosas, por ejemplo) sino también en susrelaciones con la estructura social y en sus aspectosideológicos.

II. Para el área de Servicios de Salud, la cual se hamostrado como una de las más proliferas en el campode la investigación, se debe considerar el hecho de quelos servicios de salud, por el propio carácter intrínsecoque poseen, necesitan ser vistos bajo una perspectivaen la cual los componentes sociales predeterminan lostécnicos. Dentro de este enfoque es fundamental quelas prácticas de salud se relacionen con otras prácticaseconómico-político ideológicas.

De un modo general, esta área es amplia, pues se relacionatanto con las políticas sociales del Estado, como con las formasde organización social de los servicios de salud, no olvidandoque abarca también la formación del personal así como elanálisis de la participación popular. En una situación de crisis,los estudios en esta área no pueden dejar de lado las cuestionesrelacionadas con la reducción de los gastos en salud y la baseempresarial adoptada por la transferencia de los financiamien-tos del sector público al privado. Por otro lado, los procesosde redemocratización de algunos países latinoamericanos y lasposibilidades de apertura política, motivaron que se retomaran

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temas como la extensión de cobertura y las formas adoptadaspor las reformas sanitarias. La reciente reforma sanitaria, enel caso brasilero, necesitará una evaluación y para eso el ins-trumental de las Ciencias Sociales es básico.

Frente al papel atribuido al Estado - Estado de bienestary Estado subsidiario - y de sus políticas - distribucionistas omarginales, "una línea de investigación que se impone es elestudio del comportamiento de estas políticas en distintosmomentos históricos, en los distintos países de América Lati-na, y el carácter que asume la asignación de recursos al sectorsalud y su repercusión en la organización y financiamiento delos servicios" (183).

Otra temática, es la relacionada con el poder consideradopor muchos como categoría analítica central y que puede serdividido en diferentes temas: poder técnico, poder administra-tivo, poder político y poder como ideología (poder-saber), quese estructuran y se relacionan en función de algunas prácticasespecíficas.

Sin pretender esbozar todas las posibilidades de investiga-ción en este tema se debe citar, por lo menos, la que se refierea la tecnología en salud. En 1984, Cordeiro y Tavares (184),señalaron como prioritarios los estudios sobre la estructura ydinámica de los sectores productores de tecnología médica:evaluación de las prioridades para las innovaciones tecnológi-cas; del impacto de las innovaciones tecnológicas en los diver-sos sectores de salud; de la eficiencia y efectividad de losprocedimientos tecnológicos específicos, así como el análisisde las relaciones de la tecnología con la organización social dela práctica médica y sus consecuencias frente a las necesidadesde salud de la población, con énfasis en el análisis del procesode capitalización de la medicina".

III. El abordaje del Proceso Salud-Enfermedad, que vie-ne siendo enriquecido en los últimos años con la meto-dología derivada del materialismo histórico tiene toda-vía por delante una serie de problemas teóricos para serresueltos. Es probablemente en esta área, que la inter-

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disciplinariedad entre las ciencias biológicas y socialestendrá que enfrentar los mayores desafíos ya que: "hayuna diferencia esencial entre plantear el proceso bioló-gico humano como un fenómeno natural y postular que,aún siendo un proceso biológico, asume formas históri-cas específicas" (3). Laurell deja claro que existen dosformas de relacionar lo social: por un lado, que losprocesos sociales dan origen a una determinada cons-telación de riesgos que se expresarían en un determina-do perfil de mortalidad, y por otro, la forma que enfa-tiza que el proceso salud-enfermedad, "no sólo estásocialmente determinado, sino que tiene carácter socialen sí mismo". En esta segunda teoría hay una "interre-lación dinámica entre lo social y lo biológico postulan-do, sin duda, la subordinación de éste a aquel (3).

La propia clasificación adoptada al subdividir la categoríaProceso Salud-Enfermedad, coloca en evidencia que hay unaamplia posibilidad de estudios en esta categoría.

Las perspectivas de estudio se orientarán no solo en rela-ción a las cuestiones epistemológicas, sino que también estaránestrechamente vinculadas a la magnitud y análisis de los pro-blemas de salud. En este sentido, el punto de partida será lademarcación de los procesos económicos, sociales y políticosque caracterizan el período durante el cual se desarrollen losestudios.

En la reunión realizada en Cuenca, 1983, se concluyó queel eje articulador de las investigaciones de lasCiencias Socialesen salud, debería ser la crisis económica y social en que seencontraba el Continente.

Pocos trabajos, hasta esa fecha habían elaborado de formasistemática las vinculaciones entre la crisis y las condiciones desalud. Laurell (17), en un ensayo que data de 1982, hizo impor-tantes contribuciones al tema. Según la autora, "la actual crisiseconómica se caracteriza por la tasa de ganancia, pero presen-ta algunos rasgos nuevos. La característica más sobresalientees la presencia simultánea de inflación y desempleo, que se

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explica por la estructura monopólica del capital". Pollack(185) ya había señalado que entre 1975 y 1980, se podía notaruna fase de creciente deterioro de la economía global latinoa-mericana, marcando el período de menos crecimiento en 30años. Las consecuencias de la inflación, desempleo y el estan-camiento de la economía, señalados por Laurell (17), irán areflejarse en la pauperización absoluta de las clases trabajado-ras; transformaciones profundas en los procesos de trabajo,como resultado de la reestructuración de la industria, con laquiebra de los pequeños y medios establecimientos y la acele-ración de la inversión extranjera; reducción de los gastos so-ciales, y también, la privatización de los servicios de salud(Argentina y Chile). Esa situación tendrá repercusiones anivel de las luchas populares que se vieron dificultadas. Sinembargo, como escribe Laurell: "no se ha podido derrotar laresistencia popular, que se expresa bajo formas muy variadasy, por necesidad, cada día más políticas".

Fue, por tanto, a partir de los años 80, que se trató conmayor profundidad el tema. Franco A. (18) resalta que en lacrisis actual, "el aporte teórico-metodológico de investigado-res y trabajadores de la salud de América Latina ha sidoespecialmente rico, y ha permitido no sólo comprender másglobalmente la relación en estudio, sino, principalmente, de-sagregar su significado en áreas y grupos sociales específicos;y afinar los indicadores más adecuados para la observación delos procesos implicados". Recuerda el autor que el tema estu-vo presente en los tres últimos seminarios de Medicina Social,tanto en los latinoamericanos, como en los internacionales.

La agudización de la crisis y la inexistencia de formas másadecuadas para su solución en los próximos años, vuelve acolocar este tema como de fundamental importancia, pues élestaría propiciando la aceleración de procesos tales como elde urbanización y metropolización. En esa situación, la mar-ginalización de elevados contingentes poblacionales, con lasevidentes consecuencias de pauperización y deterioro de lascondiciones de vida constituyen puntos de partida para estu-dios que ponen en evidencia las modificaciones en los procesosde salud-enfermedad. Es obvio que esas cuestiones tienen que

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ser vistas en dimensiones que especifiquen las transformacio-nes en los procesos de trabajo, en las condiciones de vivienda,en los patrones de relaciones sociales, y en la distribución delespacio social. Básicamente será a través de las categoríasreferidas a los procesos de producción y reproducción social,expresados en la diferenciación en clases sociales que se po-drán comprender mejor las relaciones de la crisis y los procesosde salud-enfermedad. Continúa siendo importante investigarel impacto de la urbanización y su significado e implicacionesen la salud; el proceso de migración, acelerado por la crisis ycomo expresión de una estrategia de sobrevivencia, y de susrelaciones con ciertas enfermedades, inclusive las mentales.

Llama la atención la incipiente y promisoria línea de in-vestigación que ha retomado los conceptos ecológicos desdeel punto de vista del proceso social. De esa forma, la incorpo-ración del materialismo histórico al análisis del espacio físico,que se transforma en espacio geográfico, al integrar la organi-zación social, permite avanzar en el conocimiento de los dis-tintos modos de producción, distribución y desaparición dedeterminadas enfermedades.

Ya fue comentado que en los años 80 continuaron apare-ciendo estudios que trataron de las relaciones entre salud ytrabajo. No se trata aquí de desarrollar todos los argumentosque llevaron a estos estudios, pero, se citará por ejemplo, quela crisis económica irá a apuntar para una nueva divisióninternacional de trabajo, tanto en la producción agrícola comoen la industrial, cuya principal característica será la heteroge-neidad de los procesos de producción. Estos a su vez irán allevar a la recomposición del proletariado rural y urbano, y aun aumento del desempleo de carácter estructural, no olvidan-do que esas transformaciones irán a alcanzar los sectores deservicios, comercio y trabajo doméstico. Los reflejos sobre lasalud de los trabajadores son evidentes: aumento de los acci-dentes de trabajo, de las enfermedades profesionales y de lasmodificaciones de los perfiles de morbi-mortalidad de las po-blaciones en edad productiva.

La relación trabajo-salud es sin duda un objeto de estudio

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privilegiado no sólo para el campo de las ciencias sociales, sinopara el desarrollo de esquemas teóricos y metodológicos queirán, seguramente, a permitir aclarar aspectos centrales de laproducción social de la enfermedad. Esta relación abre laposibilidad de esclarecer la relación de lo biológico y lo socialmediante estudios específicos.

En 1983, Mercer (179) habia señalado con mucha propie-dad que durante los últimos años la sociología latinoamericanatuvo que tratar un nuevo problema: las consecuencias de larepresión. Infelizmente, la relación violencia y salud persistey continuará siendo objeto de estudio, mientras persistan losfactores determinantes de las diferentes violencias en la Re-gión. En la actualidad algunos grupos de trabajo e institucio-nes vienen desarrollando trabajos teóricos y actividades dedivulgación sobre el tema (186). Existe expectativa sobre suexpansión y profundización.

Hay realmente una cantidad tan grande de temas y proble-mas de salud a ser estudiados que se torna difícil enumerarlos.Por eso preferimos el camino de presentar un cuadro generaldonde las fallas derivadas de la no citación de investigacionesespecíficas, sean superadas por la tentativa de ubicar la temá-tica del proceso salud-enfermedad a partir de la propia situa-ción problemática y de la crisis enfrentada por los países lati-noamericanos no olvidando como recuerda Guilherme Mota"la diversidad de los tiempos histórico-culturales de los diver-sos pueblos que la componen" (187).

Faltaría comentar dos aspectos referentes a las perspecti-vas de los estudios: uno relacionado con la Formación deRecursos Humanos y el segundo con la Metodología.

IV. Mi impresión es que el campo de la Formación deRecursos Humanos está encontrando sus caminos, ytendrá en los próximos años un desarrollo aseguradopor las propias exigencias de las transformaciones queestán ocurriendo en relación a las prácticas de salud.En este campo será imprescindible que las investigacio-nes procuren relacionar las transformaciones estructu-

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rales a los procesos educacionales en el contexto de lasprácticas de salud, tanto en lo que se refiere a la orga-nización como en la asignación de recursos. Sólo de esaforma será posible comprender el desarrollo de la fuer-za de trabajo representada por el conjunto de los tra-bajadores de salud. El análisis de los llamados equiposde salud, redefinidos a partir del conocimiento de lasnecesidades y demandas de salud, es básico especial-mente en el marco de las reformas sanitarias.

Al hacer referencia a las relaciones presentes en los estu-dios en el área, tenemos en mente algunas recomendacionesrealizadas por Medici (188) que trató el caso brasilero, peroque también, son relevantes para otros países: "Cabe en laformulación de los programas de gobierno, esbozar estrategiasdonde los recursos humanos en salud estén insertos en unaperfecta coordinación técnica con los objetivos de las políticasde salud y de las políticas económicas. Pero, en la definiciónde estos objetivos, la técnica deberá ceder lugar a la sociedadbrasilera encargada de definir, en última instancia, las priori-dades sociales".

La importancia de las investigaciones en ese campo quedóclaramente establecido en el I Seminario Regional de Investi-gación del Personal de Salud, realizado en 1986 (189) recono-ciendo las investigaciones del personal de salud como un "cam-po", o sea una área de estudios de problemas en sus múltiplesdeterminaciones. En esa ocasión, "se indicó la necesidad deestablecer una relación entre trabajo médico y sistemas desalud, y entre estos la sociedad y la economía en general. Elesclarecimiento de los rasgos esenciales del mercado de servi-cios de salud y de la forma como está organizado, es fundamen-tal para el estudio del mercado de trabajo."

Frente a los problemas actuales de recursos humanos, losexpertos apuntaron que "La naturaleza compleja de estosproblemas de recursos humanos requieren asumir una posturacognoscitiva más integral y analítica." Por tanto, señalaronque constituyen situaciones problemáticas importantes: la re-lación entre oferta y demanda de fuerza de trabajo; la inade-

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cuación entre capacitación y desempeño, la distribución desi-gual de la fuerza de trabajo; los problemas de empleo y losrelacionados con el empleo de la mujer en salud; la migraciónde profesionales; y los aspectos institucionales y de organiza-ción de la fuerza laboral.

No se puede ignorar tampoco que continúa siendo uncampo abierto a la investigación, y para el cual el instrumentalde las Ciencias Sociales es básico, el estudio de la educaciónde pregrado y postgrado en Medicina Social. Por otro lado, unestudio global sobre la educación médica, en los moldes de lorealizado por García en 1972 (12), se hace necesario a fin dereevaluar los planes de estudio y la situación y actitudes deestudiantes y personal docente, tanto de medicina como deenfermería, odontología, etc.

De otro lado, cabe destacar los esfuerzos de la OPS en larealización a fines de los 80 de un amplio estudio multinacionalcon la aplicación de la metodología de análisis prospectivo(190).

V. Finalmente, un punto que se reconoce como de lamayor importancia es el referente a la Metodología, laTeoría y, la Epistemología de las Ciencias Sociales ensalud. En los dos primeros campos existe una activapero aún insuficiente producción mientras que en laepistemología referida a este campo del conocimientoel trabajo es aún embrionario. (191).

Apezechea (192), al presentar un trabajo de epistemologíaseñala algunos puntos fundamentales que deberían orientarlas investigaciones l)examinar escrupulosamente los paradig-mas efectivamente empleados en la investigación social y eva-luar la capacidad explicativa de cada uno; 2) ahondar en lacuestión de la base empírica; 3) buscar un discreto consensoacerca de los diversos caminos de prueba; 4) recordar quéentendemos por describir, explicar, predecir y retroceder; 5)evaluar y vigilar, en sentido bachelariano las cuestiones demar-catorias e ideológicas; 6) tener siempre presente las condicio-nes socio-históricas de la producción científica, priorizando lapráctica teórica.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

LAS PRACTICAS SOCIALES

En lo expuesto hasta aquí, parece claro que la MedicinaSocial es un campo de creación, transmisión y aplicación delconocimiento, en proceso de construcción. Y la práctica delconocimiento es una de las prácticas sociales. Conviene ahoradesagregar un poco más las otras áreas en las cuales la Medi-cina Social se realiza también como práctica social, tales comola política y la organizativa. Dichas prácticas no son inde-pendientes, ni se desarrollan linealmente, ni de la misma for-ma en los diferentes países.

A fin de poder situar el período más reciente - las dosúltimas décadas - haremos una revisión sumaria de los períodosanteriores que marcaron la trayectoria del proyecto de la Me-dicina Social en América Latina como práctica social. De otrolado, procuraremos desarrollar aspectos de la práctica socialque se vinculan a la forma asumida por el Estado y tambiénaquellas derivadas de la acción de grupos o de la sociedad civil.

La Evolución de los Servicios Estatales deSalud

En el análisis hecho por García (72) se expone claramenteque fué durante las últimas décadas del siglo XIX y las tresprimeras de este siglo que se crearon en América Latina órga-nos de salud de carácter nacional. Según el autor,

"La centralización de los servicios de sanidad seexplicaría como parte de un proceso más amplio de

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la salud por si misma no forma parte del proyecto colonial ysólo puede ser registrado en el momento en que "la medicinase vuelca sobre la ciudad, disputando un lugar entre los orga-nismos de control de la vida social (70). Considerando asímismo que la salud de la población, especialmente en el com-bate a la lepra y a la peste y la existencia de algún controlsanitario en relación a los puertos, calles, casas y playas, hayasido objeto de atención de la administración portuguesa enperíodos anteriores, la transformación del objetivo de la me-dicina priorizando la salud solo irá a ocurrir en el siglo XIX.Como observan Machado y colaboradores, en el período ante-rior "el conocimiento en el período de la colonia es colocadocomo fundamento necesario para una intervención dirigidahacia el aumento de la producción, la defensa de la tierra y lasalud de la población (70). Se desarrollan acciones regulado-ras, incluyendo las actividades de los cirujanos, creándose lasprimeras escuelas de medicina. En 1808 en Bahía es creada unaEscuela de Cirugía y en Río la cátedra de anatomía en elHospital Militar, seguida por la de medicina operatoria en1909. Pero fue en 1829, con la creación de la Sociedad deMedicina y Cirugía de Río de Janeiro, "que luchará de diversasmaneras, para imponerse como guardián de la salud pública"cuando se inició la implantación de la medicina social en elBrasil, que lucharía también por la defensa de las cienciasmédicas. Desde su fundación se puede observar la influenciaque la Sociedad irá a ejercer sobre las decisiones gubernamen-tales en lo que se refiere a la salud pública. Ella irá a presentarun amplio programa que se extiende desde la higiene hasta lamedicina legal, la educación física de los niños, la inconvenien-cia de los matrimonios precoces. También condenará los en-tierros en las iglesias, denunciará la carencia de hospitales,establecerá reglamentos para las farmacias, tomará medidaspara mejorar la asistencia a los enfermos mentales, denunciarálas casas insalubres y repletas de personas, y dará énfasis alsaneamiento.

Se destaca que es básico el conocimiento del medio, y lainfluencia de la teoría miasmática de la enfermedad en elpensamiento médico de aquella época. De un modo generalese conocimiento iría a ser permeado por dos categorías de

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transformación de la superestructura jurídico-políticadel Estado, transformación requerida para que éstacorrespondiera con la fase inicial de la implantación delcapitalismo y realizada en los países de América Latinapor la burguesía surgida de la producción capitalista dematerias primas y de productos alimenticios destinadosal mercado exterior."

Por otro lado, agrega que:

"El surgimiento de la medicina estatal fue posibletambién debido a los cambios que se habían operado enel campo médico como resultado de su vinculación conel proceso de producción capitalista y que la afecta ensu conceptualización, en su práctica y en la forma comoorganiza sus actividades."

El énfasis que ha dado al papel del Estado en el momentoen que el centraliza a través de algunos órganos burocráticoslas actividades de salud, sirve para resaltar las diferencias queexistieron en relación a las fases anteriores. En ese sentido,García recuerda que durante el período colonial la única ins-tancia existente era para "administrar justicia en relación conlas profesiones médicas" y en el período en que las nacionesse tornan independientes, las atribuciones en el área de saludquedaron a cargo de los municipios.

La explicación para esto forma de acción, se vincula a lapropia configuración del estado "liberal-oligárquico", incor-porando las actividades médicas de acuerdo con sus intereseseconómicos, y que irán a expresarse a través de la beneficenciapública y de la sanidad. La primera como forma de atenderindigentes, pobres y desvalidos en asilos, hospitales, manico-mios, institutos para ancianos, ciegos y sordo-mudos; la segun-da como "conjunto de servicios gubernamentales ordenadospara preservar la salud del común de los habitantes". Será enel campo de la sanidad en el que el Estado concentrará susmayores preocupaciones y así durante el período de 1880 a1930, la medicina estatal podrá ser considerada casi exclusiva-mente como sanidad estatal. Sólo muchos años después irían

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

CUADRO 3

TI.MAS SECUNDARIOS DE LA CATFGORIA PROCESO SALUD-ENFERMEDAD. REFERENCIAS DE LA"BIBLIOGRAFIA LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES APLICADAS A SALIIDPERIODO: 1950- 1986

SUBTEMAS | 1950-1979 1980-1985 TOTAL *

Salud-Enfernmedad y la Sociedad 73 48 121 13 6

Factores Sociales Determinantes de la 69 105 174 19.5Morbilidad y Mortalidad

Aspectos Sociales de la Nutricidn. el 112 45 157 17.6Desarrollo y el Crescimiento

Aspectos Sociales de la Salud Mental 132 96 228 25.6

La relación entre el Trabajo y la Salud- 36 70 106 11.9Enfermedad

Aspectos Sociales de las Enfermedades 14 10 24 2.7Infecciosas

Aspectos Sociales de las Enfermedades 6 26 32 3.6Tropicales

Aspectos Sociales de las Enfermedades 5 4 9 0.OCrónicas

Aspectos Sociales de las Enfermedades 1 2 3 0.3Genéticas

Aspectos Sociales de los Accidentes de 4 7 11 1 .2Tránsito

Metodo y Tecnicas Aplicados a la Salud 22 5 27 3.0

TOTAL 474 * 418 892 I00.0

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a ocurrir transformaciones importantes, en la atención médicaal ser creados los Ministerios de Salud, muchas veces denomi-nados de Salud Pública o de Asistencia.

En el caso brasilero, los estudiosos (70) ubican la emer-gencia de un proyecto de Medicina Social al inicio del sigloXIX, vinculado sobre todo a la higiene pública y medicaliza-ción del espacio urbano, proceso ocurrido a raíz de las trans-formaciones que se impusieron con la transferencia de la corteportuguesa en 1808. Según Machado y colaboradores "la ad-ministración portuguesa no se caracterizó por lo menos hastala segunda mitad del siglo XVIII, por la organización delespacio social con el objeto de un ataque planificado y conti-nuado a las causas de las enfermedades, actuando por eso demodo mucho mas negativo que positivo respecto a la sa-lud"(70). El estudio detallado de los documentos, periódicos,cartas, oficios y tesis irá a poner en evidencia que el tema de

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

análisis: lo natural y lo social. Así "al diagnosticar el desordenurbano, la medicina comprendió que tal desorden era determi-nado por causas naturales como la situación geográfica engeneral y los accidentes geográficos (pantanos y montañas)tanto del nivel macrosocial del funcionamiento general de lasciudades, como del nivel microsocial de las instituciones" (70).De esa forma, el profundo conocimiento sobre la ciudad y elexamen minucioso de lo urbano será completado con el análisisde los espacios específicos que representan peligro de enfer-medad y de desorden. Se torna imperativo medicalizar lasinstituciones como hospitales, cementerios, escuelas, cuarte-les, fábricas y prostíbulos. Como queda claramente demostra-do en el estudio de Machado y colaboradores el proyecto demedicina social que se implanta en el siglo XIX, "tiene comoobjetivo la transformación de la ciudad principalmente de laCorte, promoviendo sus habitantes libres a individuos saluda-bles y patriotas, perfectos ciudadanos". Concluye destacandoque "el proyecto de la medicina social, en el momento de suconstitución, no es una medicina del trabajo o del proletariado,sino una medicina urbana" (70).

Estudios de diversos países latinoamericanos, como Ecua-dor confirman que "la organización del sistema colonial, tuvouna marcada importancia en la determinación del estado desalud colectivo, así como en la práctica médica que se desarro-lló. Encontramos que frente al gran deterioro de la salud queamenazaba la existencia de la fuerza de trabajo, base de laeconomía colonial se construyeron los hospitales de caridaddestinados a los menesterosos regidos por la iglesia católica yapoyados por familias acaudaladas" (193). La situación des-crita no constituye un hecho aislado sino que se puede encon-trar en los países latinoamericanos como la forma inicial deorganización de las prácticas hospitalarias.

Así en relación a los primeros treinta años de este siglo seobserva que la totalidad de los países latinoamericanos creanunidades administrativas nacionales. Esas unidades recibendistintas denominaciones: como departamentos, servicios odirecciones de sanidad y son incorporadas al Estado a travésde ministerios del Interior o de la Salud. Las distintas formas

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incorporación pueden observarse en la Figura 1, tomada deGarcía, y en la cual se resalta cómo esas formas se relacionancon la importancia dada por el Estado a la salud en los diferen-tes países (194).

García analiza que la creación de espacios administrativosestatales dedicados a los asuntos de sanidad es posible en"aquellos países que lograron primero crear una produccióncapitalista alrededor de un producto de importancia para laexportación y en que los grupos dominantes que emergieronde esta producción lograron controlar los organismos del Es-tado" (194). Las circunstancias señaladas se dieron en Argen-tina, Uruguay, Brasil, Perú, Bolivia y Ecuador.

La sanidad estatal en los países de Centroamérica y Pana-má según García (72) tiene características que los diferenciadel resto de los países latinoamericanos. Con la excepción deHonduras, fueron los últimos en crear unidades administrati-vas estatales encargadas de sanidad. Además en ellos la sani-

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FIGURA 1

MODOS DE INCORPORACION DE UNIDADESADMINISTRATIVAS SANITARIAS EN EL ESTADO DE LOS

PAISES DE LA AMERICA LATINA,SEGUN ORDEN DE APARICION

Ministerio del Interior Ministerio Ministeriodel Interior del Interior

Consejo Dirección ConsejoNacional Nacional Nacionalde de Sanidad de HigieneHigiene

Consejo Dirección DirecciónNacional de dede Sanidad AsistenciaHigiene

(fines XIX aprincipios II (1907-1969)7

FUENTE: García (194)

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

dad marítima no constituye el centro sobre el cual se organizóla medicina estatal, siendo fundamental para ello la influenciade organismos norteamericanos. La influencia de tales orga-nismos, señala García "contradice una de las tesis de estetrabajo sobre el origen endógeno de las transformaciones delestado, al asignar al imperialismo una influencia preponderan-te en los cambios de un sector de las mismas" (72). El propioautor señala que la participación de la Fundación Rockefeller,de la Oficina Sanitaria Panamericana, y de organismos estata-les norteamericanos no invalida la tesis pues "un análisis máscuidadoso revela que la sanidad estatal, a pesar de presiones einfluencias, surge sólo cuando la burguesía interesada en losaspectos de sanidad controla el aparato estatal. Estas burgue-sías capitalistas agrarias entran en alianza con el capital mono-pólico y colaboran con él, no solo a nivel nacional, sino tambiéninternacional (como sucede con el apoyo que estos países leprestan a Estados Unidos para lograr la hegemonía en lasanidad interamericana)" (72).

En relación a Cuba, Haití y República Dominicana, laacción del imperialismo se canaliza a través de varias institu-ciones, garantizando "los objetivos económicos y estratégicosde los Estados Unidos" (72). García traza de forma detalladael desarrollo de la sanidad estatal en esos países durante laocupación militar de los Estados Unidos en las primeras déca-das de este siglo, y que no es posible tratar en esta presenta-ción.

En la periodización hecha por García, se verifica que enel período que va de 1930 a. 1950 ocurre en América Latina "elascenso de la atención médica en su camino hacia el predomi-nio sobre el saneamiento y otras prácticas, que habían sidodominantes en el período anterior (...)" y "el hospital ha de sersímbolo y espacio privilegiado de esta supremacía" (166).También, "La atención médica ha de satisfacer necesidades enforma diferente según el grupo social al cual se dirige: losgrupos urbanos medios lo han de hacer a través de la prácticaprivada y de la seguridad social, el proletariado mediante losseguros sociales de enfermedad y el ejército industrial de re-

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serva, los obreros no especializados o los campesinos a travésde la asistencia pública" (166).

Durante el período el Estado toma a su cargo la asistenciaal proletariado con la creación de los organismos de seguridadsocial y para los grupos urbanos marginales la institucionaliza-ción de obras asistenciales. Ocurren también, modificacionesen relación a la sanidad que tendrán en los centros de salud suforma de actuación, privilegiando la atención individualizaday la atención preventiva.

Los años 50 - 70

Muchas son las transformaciones en el período de postguerra posibilitadas por una redefinición de las relacionesentre las grandes potencias capitalistas y que tuvo como puntocentral la hegemonía económica, política y militar de los Esta-dos Unidos. Junto a la expansión económica, ocurrió unaintensificación de la producción industrial manufacturera,principalmente en algunos países latinoamericanos como Ar-gentina, Brasil, Chile, México.

Como consecuencia de esas transformaciones se implantaun nuevo modelo de acumulación basado en la sustitución deimportaciones. También la ampliación de la participación es-tatal en el proceso de acumulación al aumentar la productivi-dad de la fuerza de trabajo. Las formas adoptadas para estoson la seguridad social y los programas de saneamiento am-biental en las zonas agroexportadoras. Como recuerda García(166) es en ese período los años 50, que estará en boga elconcepto de control. Esta conceptualización se iba a comple-tar en la década de los 70 con nuevas categorías. Como señalaGarcía (166): "Hoy en día ya no es suficiente mantener alenemigo en el ghetto: es necesario introducirse en su intimi-dad. Hoy día ya no se intenta erradicar la enfermedad, elhambre, o analfabetismo, ni tampoco se desea sólo controlarsu avance, además se quiere vigilar".

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Volviendo a los años 50, cabe destacar que se asiste tam-bién a la progresiva utilización de los antibióticos y técnicasquirúrgicas y la consolidación de la confianza en la atenciónmédica individualizada. Ocurre una visión asistencialista de lasalud con el enfoque de la medicina preventiva (se recuerdaque los Seminarios definidores de los rumbos de la medicinapreventiva para América Latina fueron realizados en la mitadde los años 50).

Los años 50, serán también marcados por las discusionesde las relaciones entre el desarrollo económico y los problemassociales. En ese período estuvo en boga la explicación causalde la enfermedad basada en el círculo vicioso pobreza - enfer-medad, y postulando que se alcanzaría el mismo nivel de saludde los países desarrollados gastando los mismos recursos ymontando las mismas estructuras de salud de esos países.Myrdal (195) desarrolla dialécticamente la idea de "círculovicioso", transformándola en el concepto de "causación circu-lar". Entre los puntos destaca que siendo mayor el conoci-miento de la interrelación de los diferentes factores, mayorserá la capacidad de establecer medios para maximizar losresultados para el cambio. A mediados de los años 50, laideología "desarrollista" iría a afirmar que el desarrollo eco-nómico traería consigo un mejor nivel de salud. Se comproba-rá que la meta del desarrollo a través de la aplicación de esascorrientes teóricas no pudo alcanzarse como tampoco unamejoría en los niveles de salud (196). En consecuencia, elimpulso de la economía latinoamericana que se observa apro-ximadamente hasta la mitad de los años 50 sufrirá a partir deese momento un rápido descenso. Como analizan los estudio-sos "El modelo de sustitución de importaciones, basado en unpretendido desarrollo nacional autónomo encuentra sus lími-tes en las propias características del modelo" (16), que fue loque realmente aconteció.

Los estudiosos de ese período señalaron que el capitalextranjero estuvo presente no solo a través de financiamientos,sino también de forma directa en el sector industrial, relegandola producción artesanal a los sectores menos dinámicos y de-terminando desempleo y subempleo. En lo referente a la

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política, se asiste a la caída de algunos gobiernos populares(Perón, Arbens y Vargas), que "fueron reemplazados por go-biernos que posibilitaron, por una parte, la rearticulación y ladependencia en un nuevo nivel con Estados Unidos, y por otrala implantación de medidas "estabilizadoras" y de austeridad alinterior de los países" (16). Como consecuencia, hay unadisminución del gasto estatal, aumento del desempleo y mayorrecesión en la actividad económica. En un momento de "cre-ciente malestar social" el estado y las clases dominantes sesienten extremadamente vulnerables, especialmente por elimpacto de la Revolución Cubana.

En los años 60, los países latinoamericanos que caminabanhacia un desarrollo industrial capitalista, reciben "una inver-sión masiva de capital extranjero, y éste toma los sectores másdinámicos de la economía pero no logra crear el aumento delempleo que esperaban los teóricos del "desarrollismo" paradisminuir el cada vez mayor ejército industrial de reserva" (17).Ese período será marcado para América Latina por los acuer-dos contenidos en la Carta de Punta del Este. Estos acuerdos"constituyen un real proyecto hegemónico del imperialismo,mediante el cual se proponen reformas para el conjunto de lasociedad de los países latinoamericanos en torno a una ideo-logía de modernización y progreso" (16).

La Alianza para el Progreso, producto de esos acuerdos,tendrá en el incentivo de la planificación económica y social suprincipal instrumento de acción, y en la política estatal uninstrumento importante para el cambio social. El sector saludno quedó fuera de la planificación, pues, siendo parte delsector social (con la educación y la vivienda) iría a mereceratención especial. En ese momento emerge la planificación ensalud en América Latina, y en 1963, la primera Reunión deMinistros de Salud, delega a la OPS la responsabilidad deasesorar a los países latinoamericanos en la preparación de losplanes sectoriales y en el desarrollo de la metodología para elárea de salud. La efectividad de esta medida se dará a travésde la metodología conocida como CENDES-OPS, que básica-mente proponía reducir la enfermedad y la mortalidad optimi-zando la designación y administración de los escasos recursos

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del sector. No es este el espacio para una discusión de laplanificación, pero se señala que a pesar de sus limitaciones -"visión ecologista del fenómeno salud-enfermedad y una con-cepción economicista y abstracta de los servicios de salud -constituyó el primer esfuerzo globalizador en torno a la pro-blemática de la salud" (16). En la década del 70, cuando ya sehabía establecido una crítica a esta formulación, los estudiososirán a presentar una propuesta que aparecerá con la denomi-nación de "planificación estratégica" (197).

En varios países a mediados de los años 60 la situación erabastante precaria, y se iría a agudizar en la década siguienteexpresándose políticamente de formas diferentes. Así, Argen-tina y Perú intentan a comienzos de los años 70 instaurargobiernos populares y nacionalistas; otros como Chile y Boliviapresentan proyectos de transición al socialismo; en el caso deBrasil, persiste un estado de excepción que venía del golpemilitar del 64.

En 1972, cuando se realiza la III Reunión Especial deMinistros de Salud de las Américas, se revalúan las propuestasformuladas una década atrás" (...) nuestro problema consisteen proveer de servicios al 37% de los habitantes que en laactualidad no reciben atención." En este momento la granmeta es garantizar a través de la intervención del Estado lasalud como un derecho inalienable para todos los individuos.Se define como importante la extensión de los servicios desalud y la racionalización en el uso de los recursos, que comorecuerda Fassler (16), aparecen como aspectos contradictoriosen un contexto de crisis fiscal. Además de esto, el tipo deplanificación incluye la participación de la población en unapropuesta de planificación participante.

En el cuadro general de los acontecimientos de la décadadel 70, el triunfo de la Revolución Sandinista en julio de 1979fué de gran importancia. En la perspectiva de la salud, laRevolución Sandinista optó por la constitución de una políticasanitaria basada en un Sistema Unico de Salud en el que laparticipación popular es fundamental. (198).

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CUADRO 4

TEMAS SECUNDARIOS DE LA CATEGORIA FORMACION DE RECURSOS HUMANOS. REFERENCIASDE LA 'BIBLIOGRAFIA LATINO-AMERICANA SOBRE CIENCIAS SOCIALES APLICADAS A LASALUD'. PERIODO: 1950-1985

SUBTEMAS 1950-1979 1980-1985 TOTAL %

Análisis de Planes deEstudio, Introducción denuevas Disciplinas, Ense-fianza de Séelud Plblica,Odontoloo[a, Enfermería 117 35 152 42.5

Formación Médica 39 31 70 19.6

Formación de Recursos 29 21 50 14.0Humanos y Planificacidn

Estudiantes de Medicinae 7 2 19 5.3

FunciOn del Hospital y 13 3 16 4.5otras Instituciones

Diversos Ternas 28 22 50 14.0

TOTAL 243- 114 357 100.0

FUENTE: Perldo 1.50-1979. Bede ro. e.oL. roe G~ ia 4a19)Pedo 1, 50- tr .Numo$ 151* hluye I rdfere U. f.

La crisis de los años 80

A fines de la década del 70 la tendencia recesiva de laseconomías latinoamericanas se acentúa, y hacia 1982 la crisisllega a su punto más agudo. Trabajos como los de Laurell (17),Sepulveda (199), Musgrove (19), analizaron la crisis recientede América Latina y sus implicaciones para la salud. La infla-ción, la deuda externa, el aumento del desempleo, el déficitfiscal, son también manifestaciones de la crisis latinoamericanay las consecuencias para la salud, aún, sabiendo de la precarie-dad de las informaciones y del tipo diferencial de impacto, sonbastante evidentes. Entre las consecuencias se citan: la desnu-trición - solo 48% de los niños de 5 años pueden clasificarsecomo "normales" al respecto; la esperanza de vida al nacer esde 63.6 años para América Latina, y dc 59,3 años para CentroAmérica; la persistencia de un diferencial en la mortalidad

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infantil de acuerdo con los estratos socioeconómicos, y latendencia hacia una caída en su reducción en los períodos decrisis; aumento de los accidentes de trabajo; aumento en lasenfermedades infecciosas y de otras patologías. Llama la aten-ción de los estudiosos de las relaciones entre la situación decrisis y la salud en América Latina que "Como parte de laspolíticas puestas o impuestas a los gobiernos de la región paraenfrentar la crisis, ha habido en general una reducción delgasto público en particular del gasto social y más específica-mente del gasto en salud" (16).

Las consideraciones hechas son bastante generales y sus-cintas y sirven exclusivamente para señalar aspectos comunesde la realidad latinoamericana. La elaboración de trabajos queparticularicen cada realidad nacional, se torna imprescindibleen la medida en que se puedan contextualizar los procesoseconómicos, sociales y políticos de cada país. Las tentativasde realizar ajustes y buscar una salida para la situación sanitariaserían desarrolladas a partir del 70. Una de las estrategiasempleadas, en especial a partir de 1977 ha sido la de atenciónprimaria sobre la cual existe un interesante debate en la región.(200 - 201).

Sin duda, la formulación que más se difundió en esteperíodo, especialmente a partir de 1977, es la atención prima-ria, cuya Declaración de Principios sería elaborada en el aiosiguiente en Alma Ata. En septiembre de 1977, la IV Reuniónde Ministros de Salud de las Américas formula la propuestapara la Conferencia Internacional de 1978.

Los movimientos sociales

Frente al agravamiento de las condiciones de vida de am-plios sectores de la sociedad y la incapacidad de las políticassociales para darles respuesta satisfactoria, se dio a finales dela década del 70 y comienzos de los 80 el surgimiento denumerosos movimientos sociales. Tales movimientos se orga-nizaron principalmente en el espacio urbano y se constituye-ron en fuentes de reinvindicaciones de los sectores populares

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por servicios sociales, incluyendo salud, vivienda, saneamien-to, transporte. etc.

De manera general, como analiza Costa (202), los estudiosal respecto de los movimientos sociales han tratado de exami-nar la naturaleza de las contradicciones resultantes de laspolíticas sociales excluyentes, ineficaces y predominantemen-te preventivistas. Como anota el autor, se consideraba elEstado "en el centro de las preocupaciones populares, movili-zadas por demandas de servicios públicos y mejores condicio-nes de existencia."

Otra característica de los movimientos populares es que sumovilización ocurrió fuera de los grupos ya organizados talescomo los sindicatos y los partidos, reuniendo una poblaciónbastante heterogénea. Según Jacobi y Nunes (203), en elmismo momento en que los grupos afirmaban su antagonismocon el Estado, definían las condiciones de su unidad: "Acele-rando el desarrollo de nuevos ajustes históricos que podríanadquirir autonomía e independencia y afirmarse como interlo-cutores políticos fundamentales en la construcción de la ciu-dadanía". Inclusive en el caso de Brasil, según el análisis deCosta (202), esos movimientos se presentaron como esencial-mente autónomos y no institucionales en el momento en queel régimen autoritario, en el período de 1964-1974, restringiólas actividades político-partidarias y sindicales. El mismo au-tor hace referencia a algunos trabajos hechos posteriormentey que llaman la atención sobre la poca eficacia de los movi-mientos sociales. Tales críticas se refieren al hecho de que losmovimientos "no consiguieron establecer formas instituciona-les de existencia y de relación con el Estado en el sentido deredefinir su papel al interior de la sociedad brasilera" Agregatambién que no lograron una posición central en el escenarioinstitucional ni reformular" estatutos, concepciones y prácticasde los partidos políticos y cuerpos legislativos, democratizandola gestión de la cosa pública". Costa desarrolla de maneradetallada una reflexión teórica sobre los movimientos socialesque escapa a los objetivos de este trabajo. Pero es importantemantener la idea principal elaborada por él en dos sentidos.El primero en el de que los movimientos sociales actuales,

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llamados "nuevos" se caracterizan por ser pequeños espaciosde prácticas sociales en los cuales el tema del poder no esfundamental, destacándose entonces el autonomismo y su én-fasis en la cultura popular. El segundo referido a la cuestióndel Estado como referente principal y a sus relaciones con lossectores populares. Tales afirmaciones cobran importancia enla medida en que, si bien existen múltiples prácticas que pue-den considerarse dentro de la temática de los movimientossociales, en relación al área de la salud son aún muy incipienteslos análisis y estudios al respecto.

Pueden incluirse en esa temática general los estudios ini-ciales de medicina comunitaria, educación en salud y partici-pación popular en salud. Pero es preciso resaltar que talesprácticas se desarrollaron en coyunturas históricas muy espe-cíficas, especialmente en la década del 60 y 70, y muchas vecespermanecieron más a nivel de discurso que de una prácticareal. En especial las prácticas anotadas partieron de iniciativaestatal o de propuestas de organismos internacionales. Loanterior contrasta con lo ocurrido en los años 80 en los que losmovimientos sociales parten principalmente de demandas po-pulares en busca de una distribución más equitativa de losbienes de consumo.

En el campo de la Medicina Social es escasa la literaturasobre el tema de los movimientos sociales (204). Es cierto queha habido una participación activa de personas vinculadas a lacorriente médico-social latinoamericana en diferentes movi-mientos. No obstante, ni el desarrollo teórico sobre el tema esaún adecuado, ni existe una postura y evaluación coherentefrente a tales movimientos.

En 1983 Teixeira (206) advertía que ese era un campoabierto a la investigación más recientemente, y en relación aBrasil, Costa llamaba la atención acerca de la carencia de undesarrollo teórico sistemático sobre el tema. Inclusive el con-cepto de participación que se viene utilizando en salud en lasdos últimas décadas, no ha recibido suficiente sistematizacióny profundidad (205). Hay esfuerzos al respecto, como el tra-bajo de Belmartino y Bloch (207) en el que lo abordan dentro

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de la atención primaria. Para ellos, el modelo de participaciónpopular en salud dentro de la estrategia de atención primaria,se ubica en la perspectiva de la ideología desarrollista domi-nante en los organismos internacionales en los años 50. En esemomento frente a la imposibilidad de resolver la crisis fiscaldel Estado y el atraso de las comunidades, se propone que "laresponsabilidad por mejorar las condiciones de vida de lapoblación carente se traslada del Estado a las comunidades, yel énfasis se desplaza de la transformación de las condicionesestructurales hacia el cambio de hábitos y conductas y al es-fuerzo individual" En busca de una reformulación teórica losautores señalan que debe basarse en "la idea de una necesariaintegración del concepto de participación popular en la pro-blemática del Estado, la sociedad y la distribución del poder ensu seno". Por cuanto los movimientos sociales incluyen prác-ticas y políticas que discuten y luchan por la salud como underecho, su importancia es creciente para la Medicina Social.Un caso ilustrativo al respecto fué la 8ava Conferencia Nacio-nal de Salud realizada en Brasil en 1986, y en la cual a partir deuna discusión amplia y democrática se problematizó y redefi-nió la salud considerándola como el resultado de las condicio-nes de existencia en una sociedad determinada. Por su validezen diferentes contextos latinoamericanos, considero conve-niente citar algunos apartes de su propuesta:

"En un sentido más amplio, la salud es el resultadode las condiciones de alimentación, vivienda, educa-ción, ingreso, medio ambiente, trabajo, transporte, em-pleo, ocio, libertad, acceso a la posesión de la tierra yacceso a servicios de salud. Es así, antes que nada, elresultado de las formas de organización social de laproducción, las que a su vez pueden generar grandesdesigualdades en los niveles de vida."

"La salud no es un concepto abstracto. Se defineen el contexto histórico de determinada sociedad y enel momento determinado de su desarrollo, debiendo serconquistada por la población en su lucha cotidiana."

"El derecho a la salud significa la garantía, por

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parte del Estado, de condiciones dignas de vida y deacceso universal e igualitario a las acciones y serviciosde promoción, protección y recuperación de la salud,en todos sus niveles, para todos los habitantes del terri-torio nacional, llevando al desarrollo pleno del ser hu-mano en su individualidad." (208).

Procesos organizativos internos

En la medida en que el pensamiento médico-social latinoa-mericano ha ido avanzando y configurando tanto un enfoquealternativo en el campo de la salud como algunas respuestas ypropuestas específicas temática y nacionalmente, ha ido requi-riendo también de instancias y formas organizativas que lepermitieron una cierta corporeidad y organicidad. Además delos proyectos estrictamente académicos - postgrados y maes-trías constituidos en los 70 - empezaron a surgir en los 80formas organizativas que reunían el doble carácter académico(centros de estudio, investigación y asesorías), y organizativo(grupos, núcleos y asociaciones).

En la práctica, a más de los avances teórico-conceptualesya discutidos, tales formas organizativas han permitido unamejor circulación de la producción e información; una respues-ta más orgánica ante problemas o coyunturas nacionales; unamayor aproximación entre investigadores y profesionales delárea y la realización de eventos, difusión y debate cada vez másfrecuentes.

Son claras las articulaciones de estos procesos organizati-vos con los procesos políticos sociales más amplios de los paíseslatinoamericanos, tanto así que en los países que vivieronregímenes dictatoriales esos grupos y organizaciones se cons-tituyeron como espacios de resistencia y análisis crítico de lasituación y políticas sanitarias. Al mismo tiempo contribuye-ron como puentes de transición en el campo de la salud hacialos procesos de democratización configurando inclusive pro-yectos de reforma sanitaria.

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En los países en los que a pesar de no haberse dadoprocesos dictatoriales, se han vivido intensos procesos detransformación política, tales organizaciones han constituidoparte de la conciencia crítica nacional y continental en elcampo sanitario.

En Brasil, por ejemplo se fundó el CEBES (Centro Brasi-lero de Estudios en Salud) en 1976 cumpliendo importantepapel en el debate sanitario. En 1979 es creada la ABRASCO(Asociación Brasilera de Postgrado en Salud Colectiva) con lapreocupación básica de ser el organismo coordinador de lasactividades de salud colectiva. Habiéndose dedicado inicial-mente a las cuestiones de enseñanza, viene realizando conti-nuas discusiones sobre investigación y cumplió importantepapel en el momento del debate de la reforma sanitaria y deltexto constitucional en el capítulo de la salud (209).

Con un carácter más académico se creó recientementedentro de la ENSP-Fiocruz, el CESTEH (Centro de Estudiosde Salud del Trabajador y Ecología Humana) que ha venidoaportando en los campos de investigación como formación depersonal y asesoría a los trabajadores en el campo específicoenunciado en su nombre.

En la década de los 80 especialmente después de la 8avaConferencia Nacional de Salud y con la finalidad de asesorarinvetigaciones y preparar recursos humanos para la implanta-ción de la Reforma Sanitaria fueron creados diversos núcleos:NESP (Núcleo de Estudios de Salud Pública) en Brasilia;NESCON (Núcleo de Estudios de Salud Colectiva y Nutrición)en Bello Horizonte - MG; NESCO (Núcleo de Estudios deSalud Colectiva) en Paraná. (210).

En Ecuador, desde 1979 se creó el CEAS (Centro deEstudios y Asesoría en Salud) que ha tenido una rica produc-ción teórica y una activa participación en los debates sanitariosy en la formación de personal de alta calificación en salud. Másrecientemente se creó el Instituto Juan Cesar García, Funda-ción Internacional de Ciencias Sociales y Salud.

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En el campo de la salud de los trabajadores se han creadogrupos de estudios en varios países. ISAT (Instituto de Saluddel Trabajador) en Perú y CEST (Centro de Estudios de Saluddel Trabajador, en Ecuador.)

Tratando de agrupar sectores vinculados a investigación ytrabajo en el campo médico social se han constituido grupos oasociaciones en buena parte de los países de la Región. Con-viene enumerarlos: AVEDIS (Asociación Venezolana para elDesarrollo de la Investigación en Salud) en Venezuela; elgrupo Salud-Colombia; el GICAMS (Grupo de Investigacióny Capacitación en Medicina Social) en Chile; el Grupo deCiencias Sociales y Salud, en Uruguay; el GES (Grupo deEstudios de Salud), en México y ADES (Asociación Domini-cana de Estudios de Salud) en República Dominicana. Tra-tando de articular los grupos existentes y de estimular la crea-ción de otros, se fundó en 1984 en Ouro Preto, Brasil, laAsociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES).La Asociación ha venido impulsando el desarrollo teórico, elintercambio de informaciones y el incremento de los debatesy la más activa participación de sus asociados en la discusión ysolución de los problemas de salud desde la perspectiva médi-co-social. A su vez ALAMES hace parte de la AsociaciónInternacional de Economía de la Salud que intenta articularlos grupos a nivel mundial.

Reflexiones finales

Advertimos al inicio de este trabajo algunas de las dificul-tades enfrentadas al tratar de sistematizar el área conocidacomo Medicina Social. Ellas se incrementaron notablementea lo largo del trabajo, y se ampliaron con los cuestionamientos,las sugerencias y las críticas de algunos estudiosos de estecampo del conocimiento. Retomando el texto de este capítuloconviene recordar que la tentativa de reconstruir la Historiade la Medicina Social tomó como eje orientador las prácticassurgidas en torno de un proyecto que la diferenciase esencial-mente del saber y de la práctica médica convencionales, deli-mitándola al mismo tiempo de la Higiene, la Salud Publica y la

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Medicina Preventiva. Al respecto se reconocía desde los años50 de este siglo que el "modelo médico" era insuficiente y quese tornaba imprescindible el recurso teórico y metodológico delas Ciencias Sociales. Esto, por supuesto, sin negar la pre-exis-tencia de prácticas que trataban de vincular la salud, la enfer-medad y la sociedad en los siglos XVIII y XIX. Por otro lado,si en el período siguiente a la Segunda Guerra Mundial laatención se concentró en la enseñanza, trayendo al ámbito dela Educación Médica el abordaje de las Ciencias Sociales, espreciso reconocer que el estado ya venía desempeñando supapel desde las últimas décadas del siglo XIX, especialmenteinstitucionalizando órganos de salud.

Obviamente la estrategia de sistematizar el material empí-rico en función de las diferentes prácticas, no resuelve lacuestión de la periodización, pero puede ayudar a formularla.Pensamos que esta forma de sistematización facilita la com-prensión del campo y permite configurarlo como una totalidad.Es casi innecesario repetir que tales prácticas se inter-relacio-nan pero tienen un cierto grado de autonomía relativa. Talvezes preciso reafirmar que esas prácticas discursivas se van arti-culando con prácticas no discursivas. Repensando entonces lacuestión de la periodización, puede decirse que hay un períodopre-medicina social en el cual las cuestiones se colocan prin-cipalmente en el campo de la Higiene, la Salud Pública y laMedicina Preventiva. No se niega en ese momento la preocu-pación con lo social, pero es aún circunstancial y periférica enlos análisis. Este período puede ubicarse en las décadas del 40y el 50 del presente siglo. Se ha señalado que en tal períodose da una especie de naturalización de lo social, y la factoriza-ción de la realidad se extiende a la comprensión del procesosalud-enfermedad con el modelo de la "historia natural de laenfermedad". En 1946 cuando la OMS define la salud com-prendiendo aspectos biológicos, psicológicos y sociales, se in-tenta oficializar el enfoque multidisciplinario. Aún criticada"por la insistencia en un ideal inalcanzable" según Sir AubreyLewis, o por "la generalidad del término, su historicidad otranshistoricidad y sus implicaciones ideológicas" según VascoUribe, tal definición continúa siendo citada y utilizada. Lasuperación de una concepción puramente individualizada y

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biologizada de la salud y la enfermedad, y de lo social comomeramente externo a tales procesos, expresándose a nivel deindividuos o conjunto de individuos, sería un trabajo progresi-vo que se inicia al final de los años 60.

Puede decirse que el Segundo período de la MedicinaSocial se inicia en los años 70 y estará profundamente marcadopor la necesidad de elaborar un marco alternativo que expliquela problemática realidad médico-sanitaria del continente. Sepostula entonces que la manera de entender esa realidad esreconocer el carácter social del proceso salud-enfermedad. Seafirma también el papel central de las Ciencias Sociales en elanálisis de la salud colectiva y se intenta construir un nuevoobjeto científico que pueda integrar campos distintos del co-nocimiento social, biológico y de las demás ciencias básicas dela medicina.

Sin que exista una delimitación rígida entre las fases, seentra en un tercer período que se dedica tanto a una reflexiónacerca del objeto de la Medicina Social, como a la identifica-ción de los espacios institucionales a partir de los cuales seelabora y practica su discurso: la escuela, el estado y la sociedadcivil.

Para tal efecto la revisión y la precisión conceptual seconvierten en el centro de atención de muchos investigadoresque buscan en las categorías mediadoras los nexos explicativosque no son suficientemente aclarados por los macroanálisis.Hay inclusive estudiosos que rediscuten la inserción político-social de la Medicina considerando que "ciertas concepciones,teorías y categorías, más que médicas o sociales, son biosocia-les" (211). Nos parece, por lo tanto, que si bien al momentode su surgimiento la Medicina Social trató de delimitar suespacio en relación a otras prácticas y saberes, actualmente seintenta establecer su especificidad, en un contexto de crisistanto al interior del propio campo como en los niveles econó-mico y político internacional con su necesario impacto en lasprácticas políticas de los participantes en la corriente médico-social a nivel internacional. Se ha hablado de crisis internaespecialmente al considerar el desequilibrio entre las deman-

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das de la realidad teórica y práctica y la capacidad de respuestade la corriente con un ritmo de producción teórica y formula-ción de propuestas adecuadas y oportunas.

Sin duda la crisis y su problematización no son exclusividadde la medicina social. Ella penetra otros campos del conoci-miento y la discusión de nuevos paradigmas reaparece en los80. Además, no es posible entender la crisis del conocimientocomo un hecho aislado. De hecho en el mismo período, espe-cialmente al final, se han profundizado los análisis críticostanto de las prácticas político-sociales del capitalismo como delsocialismo. Sin ser este el espacio para avanzar en una carac-terización de la crisis, conviene señalar que la lectura de lascrisis políticas tiene perspectivas distintas si se hacen desde lospaíses de Europa oriental, desde los Estados Unidos y Europaoccidental, o desde los países dependientes, incluidos los lati-naomericanos.

Sin olvidar lo anterior, una breve referencia a la crisis dela Sociología puede dar elementos para comprender mejor lallamada crisis de la Medicina Social que está exigiendo nuevosavances temáticos, conceptuales y metodológicos y de prácticapolítico-social. Según Ianni (212), quien viene abordando la"crisis de los paradigmas" en Sociología, el debate que crecióen las últimas décadas se inició al terminar la segunda guerramundial. Al citar a T. H. Marshall en la sesión inaugural delLondon School of Economics and Political Sciences en 1946,señala cómo ese autor estaba preocupado por substituir lasteorías globalizantes por la formulación de "puntos de apoyointermediarios". Para Marshall la sociología debería "escogerunidades de estudio de un espectro manejable, no la sociedad,el progreso, la moral, la civilización, si no estructuras socialesespecíficas en las cuales las funciones y procesos básicos tienensignificados determinados." Según Ianni lo que se criticabaera la "insuficiencia u obsolescencia de las teorías clásicas"tanto por Marshall, como por Mannheim quien propuso los"principia media" o por Merton con las "teorías de alcancemedio". Más adelante aparecieron otros críticos tales comoBourricaud, en 1975, con su crítica al "sociologismo" al "hiper-funcionalismo" y al "realismo totalitario"; las de Touraine a los

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modelos clásicos, en 1984; las de Giddings a las nociones decapitalismo e industrialismo. Sería extensa la lista de aquellosque analizaron críticamente las teorías y los paradigmas socio-lógicos, entre ellos: Gouldner, la Escuela Crítica de Frankfurt,y más recientemente, Jon Elster. La cita de Ianni ubica lastendencias de los diferentes cuestionamientos: "Unos se colo-can radicalmente en favor de nuevos paradigmas. Otros pro-ponen renovaciones o desarrollos de los clásicos, incorporan-do ahí contribuciones contemporáneas. Y hay los quereconocen que la creación de nuevos paradigmas no implicanecesariamente la descalificación de los otros. Inclusive por-que en la historia del pensamiento sociológico, al lado de lasoposiciones y rupturas, se registran también convergencias ycontinuidades. En conjunto, se discuten problemas relaciona-dos tanto con el método como con el objeto de la Sociología.Se discuten prioridades o adaptaciones en relación a la in-ducción cuantitativa y cualitativa, al análisis sincrónico ydiacrónico, a la contraposición entre las partes y el todo, a ladinámica y a la estabilidad sociales, a los individuos y a lasociedad, a lo objetivo y lo subjetivo" (subrayado nuestro).Me parece que, con su especificidad y los problemas que le sonpeculiares, a la Medicina Social se le pueden aplicar los pro-blemas anteriormente señalados. Existe, por tanto, un ampliocampo abierto a los estudios, pues aunque existan algunossobre la cuestión metodológica y epistemológica, requieren serampliados. García (164) se refiere a muchos de ellos al trataiacerca de las corrientes de pensamiento en Medicina, centrán-dose en las bases filosóficas que podrían fundamentar el aná-lisis en el campo de la salud. También Mercer (179) llamaríala atención sobre el hecho de que, a partir de los años 80, seempezó a priorizar la profundización del conocimiento delpropio campo de la Medicina social. Anotaba que al momentode hacer su reflexión - 1983 - en la sociología médica de laregión no se mencionaba la "crisis del marxismo", síntoma queya era frecuente en otras áreas de la sociología y de las cienciassociales en general. Es importante resaltar que ya entoncesMercer detectaba que estaban ocurriendo transformacionesen el propio tratamiento dado a los problemas médico-socia-les" De un análisis de totalidades con un amplio nivel deabstracción, propio de la fase inicial en el cual son evidentes

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las restricciones explicativas si se miran retrospectivamente, sepasa a un tratamiento interno de los objetos de estudio." Hayque destacar también que en relación a la Medicina Social,especialmente a sus fundamentos teóricos, desde la década del70 se inicia una crítica persistente al funcionalismo, cuyosprincipales puntos fueron tratados en este trabajo. Esto iría aorientar la preocupación de los estudiosos hacia un abordajeque privilegiase la historicidad de los procesos, la determina-ción socio-económica y las relaciones conflictivas en la salud yen la enfermedad, y en las prácticas médicas. Y aunque lostrabajos fueron elaborados dentro de la visión más ortodoxadel materialismo histórico, otros desde entonces adoptaronlecturas que pasaban por Gramsci, Althusser y Balibar. Otrosinclusive caminaron por una línea foucauldiana o combinaronlas perspectivas marxistas con el análisis del discurso, puntocentral de los análisis del filósofo francés.

No se trata de retomar ahora un análisis de los trabajoselaborados que sin duda no se logró con la profundidad nece-saria cuando se desarrolló el estudio de la producción teóricamediante los grupos temáticos y no por cortes teóricos. Laintención era suministrar algunas indicaciones que posibilita-sen otras formas de abordaje del material. Lo que se intentófué presentar las diferentes dimensiones de la Medicina Social,tema que deberá desarrollarse en los próximos años dado queindiscutiblemente su crecimiento dependerá de un trabajo quepermita fundamentar y demarcar su singularidad. Una vez máslas reflexiones sobre la sociología parecen muy aplicables a laMedicina Social. Los puntos antes señalados por Ianni sirventambién en parte para el campo socio-médico. El siempre serefiere a la Sociología como ciencia. Pienso que para nosotrosla Medicina social continúa siendo un campo de conocimientoy de práctica dialécticamente relacionadas.

Un primer punto, en consecuencia, es pensar críticamenteel campo de actividades: teóricas, pedagógicas, políticas, téc-nicas y sociales. Un segundo punto es establecer que existeuna relación continua entre la realidad que se está investigan-do y el sujeto que la investiga. Al respecto es muy esclarece-dora la cita de Ianni que dice: "Hay todo un complejo exorcis-

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mo en toda interpretación, explicación o comprensión de esarealidad. Ella es un ser del cual el sujeto participa en algunamedida por el universo de prácticas, valores, ideas, fantasías.Simultáneamente es un ser en movimiento, modificación, de-venir, revolución. Permanentemente desafía al pensamientocomo algo conocido e incógnito, transparente y opaco. Estabaen el pasado y está en el presente, igual y diferente."

Un tercer punto que nos identifica con la problemática dela Sociología es que la Medicina Social, al igual que ésta "esuna forma de autoconciencia científica de la realidad social."

El cuarto punto en común se refiere al desafío de lasfinalidades prácticas de los estudios. En ese sentido creo quela construcción de una teoría social de la Medicina no esincompatible con la aplicación práctica de sus descubtimien-tos.

Finalmente, como en la sociología, también en la MedicinaSocial el sujeto que realiza el conocimiento debe ser vistocomo individual y colectivo. De esa forma la personalidad noexcluye su participación como miembro de un grupo o asocia-ción. Pienso que, en su conjunto, estas observaciones sonaplicables al campo de la Medicina Social pero que, como yase anotó, no cubren toda la realidad de este campo. Siendo uncampo interdisciplinario y que intenta entender no sólo lasrepercusiones sociales en el campo de la salud, si no entenderel proceso salud-enfermedad como proceso social, la MedicinaSocial tiene que enfrentar una cuestión compleja que va másallá de una "adecuación" teórica en el campo de las CienciasSociales. Sin duda en este momento de grandes cuestiona-mientos ante las rápidas transformaciones del cuadro político-social mundial, puede ya preverse que las reformulacionesteóricas y la reubicación de las prácticas políticas van a confi-gurar una nueva etapa de la medicina social latinoamericana.

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186. En el reciente Seminario Sobre Violencia y Salud en AméricaLatina, realizado en Río de Janeiro del 11 al 14 de diciembre de1989 fueron presentados entre otros los siguientes trabajos:FRANCO, A. - Violencia y/o Salud; DE LOS RIOS, A. -Raícespsicosociales de la agresión y la violencia; CARDACI, D.Hablar y que más. Aproximaciones al problema na comprensao dela violencia y salud; MINAYO, M.C. de S. - Interdisciplinariedadena comprensao da violencia e saude.

187. MOTA C. G. - Ciencias Sociais na América Latina. En:MORAES R.; ANTUNES, R.; FERRANTE, V. B. (org.)Intelegencia Brasileira. Sao Paulo, Brasiliense, 1986, p.2 78 -3 05 .

188. MEDICI, A.C. - La fuerza de trabajo en salud en Brasil. Losaños setenta: balance y tendencias. Cuadernos Médico Sociales,37:55-70, 1986.

189. Informe Final del I Seminario Regional de InvestigaciónPersonal de Salud - Educación Médica y Salud, 21(3):271-300, 1987.

190. FERREIRA, J.R. et al. El análisis prospectivo de la educaciónmédica en América Latina. Educación Médica y Salud, 2(3):242-372; 1988 (número especial sobre el tema).

191.Veáse: PIAGET, J. (Org.) Epistemología de las CienciasHumanas. Buenos Aires, Editorial Proteo, 1972. ACHARD, P.- y otros - Discurso biológico y orden social, México, EditorialNueva Imagen, 1980.

192. APEZECHEA, H.J.- Problemas metodológicos de lainvestigación en ciencias sociales en salud. En: NUNES E. D.(editor), ob. cit. p. 477-491.

193. SUARES, J. et al. La situación de la salud en el Ecuador:1962-1985. Quito, MSP/IINM/OPS/OMS, 1987.1985

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OPS -ALAMES

194. GARCIA, J.C. - La nacionalización de los servicios de salud.La Organización sanitaria en los países latinoamericanos,1880-1930, s.f. (mimeo).

195. MYRDAL, G. - Teoria Economica e Regioes Subdesenvolvidas.Rio de Janeiro, 121 Saga, 1956.

196. Para un análisis sobre salud y subdesarrollo, veáse: BRAGA,J.C. de S. y PAULA, S.G. de Saúde e previdencia: Estudos dePolítica social. Sao Paulo, CEBES/HUCITEC, 1981, P.26-33.

197. TESTA, M. - Planificación en salud: las determinacionessociales. En: NUNES, E.D. (ed), ob. CIT. REF. 31, P. 347-380,L986.

198. Entre los trabajos sobre la cuestión de la salud en Nicaragua, laRevista Saúde em Debates, No. 12:8-17, 1981, publicó lasentrevistas realizadas por el Dr. Eleuterio Rodríguez Neto cpn elVice-Ministro de la Salud (Dr. J.Solis Piura), el Representante dela OPS (Dr. M.Márquez) y con el asesor de la OPS, Dr. S. Arouca.

199. SEPULVEDA, S,J. - Crisis y salud de los trabajadores enAmérica Latina. Cuadernos Médico Sociales, 40:5-24, 1987.

200. TESTA, M. - Atención Primaria o Primitiva de Salud.Cuadernos Médico Sociales, 34:3-13, 1985.

201. JAEN, M. H. - Revisión Bibliográfica para evaluar los logros dela estrategia de atención primaria de salud, especialmente enAmérica Latina. CENDES/AVEDIS, Venezuela, julio, 1987, 35p.(mimeo).

202. COSTA, N. do R. - Transición y movimientos sociales.Contribuciones al debate de la Reforma Sanitaria. CuadernosMédico-Sociales, 44:51-61, 1988.

203. JACOBI, P. y NUNES, E. - Movimentos populares urbanos,poder social e conquista da democracia. En: Cidade, Povo epoder. Rio de Janeiro, CEDEC/paz e terra, 1982, p. 165-199.

204. Entre los trabajos se citan: JACOBI, P. Movimentos sociais epolitica: demandas por saneamento basico e saude - Sao Paulo,1974-84. Sao Paulo, Cortez, 1989, SMEKE, E. de L.M. Saúde edemocracia: experiencia de gestao popular: um estudo de caso.DMPS/FCM/UNICAMP, 1989 (Tesis de Doctorado).

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

205. RAMOS, C.L. - Participacao popular nos programas de saúdeEn: MINAYO, M.C. de S. (Org.) A saúde em estado de choque,Rio de Janeiro, FASE/Espaco e tempo, 1986. Véase tambien lascitas bibliográficas en 81.

206. TEIXEIRA, S.M.F.- Las Ciencias Sociales en Salud en elBrasil. En: NUNES. E.D. (org.) Ciencias Sociales y Salud en laAmérica Latina: Tendencias y perspectivas, Montevideo,OPS/CIESU, L986. P.91-115

207. BELMARTINO, S, y BLOCH, C. - Reflexiones sobreparticipación popular en salud en Argentina. Cuadernos MédicoSociales, 27:7-21, 1984.

208. VIII Conferencia Nacional de Saúde. Relatorio Final. Brasilia,17-21 marco de 1986.

209. Análisis de las asociaciones brasileras en los trabajos: NUNES,E.D. - A Medicina Social no Brasil: um estudo de sua trajetória.En: Campos, G.W. de S. Merhy, E.E. e Nunes, E.D. Planejamentosem Normas, Sao Paulo, Hucitec, 1989, p. 113-134; ESCOREL, S.Reviravolta na saúde: origen e articulacao do movimento sanitário.Rio de Janeiro, ENSP, 1987 (Tesis de Maestría).

210. Para una visión de los núcleos, véase: CORDONI, Jr., L. eMARTINS, V.L. Uma visao do papel dos Nucleos de Estudos emSaúde Coletiva, Saúde em Debate, 26: 58-59, 1989.

211. MADEL, T.L. - Natural, racional, social: Razao Médica eracionalidade científica moderna. Rio de Janeiro, Campus, 1988.

212 .IANNI, O. A crise dos paradigmas na Sociologia. Campinas,IFCH/UNICAMP, 1989. (Mimeo).

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

CAPITULO II

COMPONENTE DE METODOLOGIA:

"LA CONSTRUCCION DELPENSAMIENTO EN MEDICINA

SOCIAL"

Avances, Problemas Teórico-Metodológicos

y Discusión de Categorías Básicas

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

AUTORES

De acuerdo a la división interna del trabajo las siguientesfueron las responsabilidades cumplidas:

DISEÑO Y PLANIFICACIÓN GENERALJaime Breilh

Edmundo GrandaArturo Campaña

José YépezPatricia Costales

TAMIZAJE INICIAL Y ANÁLISIS BÁSICOJosé Yépez

Cristina MerinoPatricia CostalesZaida BetancourtKaren Delgadillo

Edith Valle

ANÁLISIS EN PROFUNDIDAD* Análisis General del Estado del Arte, los Debates

y Desafíos Actuales:Jaime Breilh

* Breves Anotaciones Acerca de los Problemas de Conocimiento enla Práctica y el Saber:

Edmundo Granda* Análisis Documental:

Edmundo GrandaArturo Campaña

José YépezOscar Betancourt

Jorge KohenPatricia CostalesCristina Merino

PROCESAMIENTOJosé Yépez

Fausto HerediaADMINISTRACIÓN

Edith ValleMarlene Jarrín

Catalina Trujillo

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

CONSIDERACIONES PRELIMINARES

La compleja tarea de evaluar los avances y recursos meto-dológicos puestos en práctica en las últimas décadas por lostrabajadores de la ciencia de América Latina en el campo dela Medicina Social, debe situarse en una perspectiva epistemo-lógica que adopte, como punto de referencia histórica, lasdemandas urgentes de la necesidad popular en la época actual-postulado político- y que asuma el máximo horizonte de visi-bilidad y capacidad instrumental que haya alcanzado hasta hoydía el trabajo investigativo -postulado científico-.

Se trata de juzgar lo producido como recurso de perfeccio-namiento del quehacer, de la lucha por la defensa y transfor-mación de la vida, como elemento de la formulación científicade la necesidad social y de los problemas masivos y urgentes desalud, pero hacerlo con rigurosidad, en el más alto nivel quepermita el desarrollo del conocimiento contemporáneo, evi-tando las distorsiones y reduccionismos, y abriendo un espacioreal para el análisis de las distintas posturas y enfoques. Es poreso indispensable explicitar dichos referentes, para que laposición epistemológica adoptada en este estudio se compren-da y justifique.

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OPS -ALAMES

Las Luchas del Contexto como ReferenteHistórico

Jaime Breilh

En ningún otro terreno como en el de la salud se hacenostensibles las consecuencias en el sufrimiento humano de unmundo dominado por el ejercicio voraz de la acumulación decapital. La vida de las poblaciones se configura en sociedadesen conflicto, donde las leyes de la acumulación sojuzgan losintereses de las mayorías, polarizan la riqueza, concentran elacceso a los bienes e imponen formas políticas y culturales quedeterminan la aparición de procesos destructivos, los cuales secontraponen dialécticamente a los procesos de desarrollo bio-lógico, dominándolos, constriñéndolos y deteriorándolos siste-máticamente. En el largo plazo, las consecuencias de estemasivo deterioro se concentran y transmiten genéticamente yen el tiempo más corto, se expresan en el avance y diversifica-ción permanentes de condiciones fisiopatológicas, psicopato-génicas y, en su conjunto, como los perfiles de salud-enferme-dad.

En el contexto mundial esta imposición logra ejercerse, nosólamente sobre las clases subordinadas de los países capitalis-tas más atrasados sino que afecta también a las que viven enlos países de una "semiperiferia recientemente industrializa-da", a las de los propios centros imperiales, y aún más, a lostrabajadores de algunos países socialistas. En efecto,"la crisisdel capitalismo ha puesto fin ciertamente a las ilusiones key-nesianas, así como a las derivadas de la ideología del desarro-llo, mientras que la del socialismo no ha encontrado todavía larespuesta a sus problemas;....en el vacío creado por esta doble

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

crisis se ha ido introduciendo la ofensiva conservadora de unneoliberalismo que se reduce a recomendar el uso de un reme-dio universal: el mercado". Mas, ese antídoto falaz para lascontradicciones de la acumulación no podrá modificar las ten-dencias concentradoras y sólo recreará las condiciones de in-justicia. Así por ejemplo, aún en la Europa unificada por laComunidad Económica la política de expansión mercantil,controlada por los monopolios transnacionales y capitales co-mo los alemanes e ingleses, y no acompañada de una políticade prioridades y desarrollo social, sólo empobrecerá más a lasmasas y convertirá especialmente a los trabajadores de paísescomo Portugal, España y Grecia en fuerza barata para laacumulación. Así también, en los países de industrializaciónintermedia como México, Brasil y la India, la lógica de univer-salización por el mercado impone exigencias de ajuste ante lascuales sucumben las posibilidades de un capitalismo benigno ydemocrático. Aún las aperturas semiprotegidas de los paísessocialistas los exponen a retrocesos y distorsiones graves.

De ese modo, el robustecimiento de los espacios de acu-mulación y el creciente sometimiento a la lógica del mercado,llevan en su seno su propia negación y acabarán por desenca-denar una nueva y talvez más peligrosa polarización e irracio-nalidad. Pero, en la coyuntura, este hecho histórico y las falen-cias de la conducción socialista, han facilitado elreblandecimiento momentáneo de las contradicciones de laacumulación en algunos sitios clave, han permitido distraertransitoriamente la conciencia de las masas no organizadas yhan creado la falsa imagen de un capitalismo imbatible y supe-rior.

Acerca de la metamorfosis de los intelectuales latinoame-ricanos, posibilidad de la cual no escapan los del área médicosocial, se ha empezado a alertar desde diferentes frentes depensamiento democrático. La revista venezolana Foro Demo-crático reproduce en su número 18 del año 1990, un artículoen el que se devela la naturaleza íntima de dicha metamorfosis.En él, se señala como la dependencia económica de los centroslatinoamericanos de producción de conocimientos respecto abenefactores externos que encubiertos en un discurso liberal-

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democrático y de aparente auspicio y respeto a la autonomía,ha llevado, muchas veces, a manifestaciones ideológicas,"....estableciendo los parámetros políticos del discurso intelec-tual." 2

Se explica entonces como en la actualidad latinoamerica-na, por medio de la propaganda intencionada o la confusiónde algunos intelectuales se haya difundido la noción de uncapitalismo irreversible, donde se robustece como supuestaúnica alternativa el pensamiento social-demócrata, donde mu-chos se han dejado tentar por los cantos de sirena del "gradua-lismo reformista" o "posibilismo" y donde pretende justificar-se y teorizar esta gran claudicación de la intelectualidad,esgrimiendo una supuesta obsolecencia del pensamiento revo-lucionario.

Así, por esa vía, se pretende producir un vaciamiento decontenido y crítica de las categorías de las ciencias sociales. Seolvida, en este caso, que el marxismo se constituyó haciendo lavivisección del concepto de sociedad civil hasta descubrir sumédula económica y su contradictoria estructura clasista" 3.Igualmente, la interpretación errónea del concepto de hege-monía es otro ejemplo de tergiversación de una categoríaforjada en el marxismo, la cual, "fuera de su uso europeooccidental que alude a la forma de dominación por consensoen el interior del espacio metropolitano y coerción en la peri-feria, explotación atenuada adentro y sobreexplotación afue-ra...induce a pensar que el poder se estructura por medio de lalibre competencia de ideas, imágenes y representaciones, quetermina por favarecer a los concursantes políticos más merito-rios" 4

El trabajo de investigación y político desde la medicinasocial, esta expuesto ahora a todo ese tipo de tergiversacionesque redundarían en dos errores políticos muy graves: fijarcomo límites para la acción y el conocimiento, los que fueranposibles gradualmente dentro de las reglas de juego estableci-das por la burguesía, con lo cual a lo máximo que podríamosaspirar es a un "socialismo a la europea occidental, sólo quesin periferia de donde extraer excedentes económicos para

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atenuar los efectos de la explotación" 5 y, segundo, "pensar queel robustecimiento de la sociedad civil es un sinónimo deentrada en la era de las grandes organizaciones de masas" 6cuando casos como la historia política del pueblo norteameri-cano demuestran exactamente lo contrario.

Es en medio de ese proceso de endurecimiento de lossectores de poder, y de restricción cada vez mayor de lasposibilidades de supervivencia, que a las capas medias quealimentan el trabajo intelectual, acecha el peligro de la confu-sión ideológica, cuestión de la cual no esta exenta la MedicinaSocial. Semejante coyuntura favorece el surgimiento de tesisreformistas que pueden afectar la coherencia política y laobjetividad científica de nuestro quehacer. Tales condicionescrean al ambiente propicio para que se revitalicen conceptosde moda en el léxico sanitario como los de "reforma" y "parti-cipación" para la salud, cuya definición tergiversada puedeenmascarar una ofensiva reformista.

La luchas sociales y el quehacer científico son interdepen-dientes y por eso la producción científica y el quehacer técnicose abren paso en nuestros países en ese contexto conflictivo ycontradictorio. Es ahí, donde se están modelando las posibili-dades y características actuales de la Medicina Social Latinoa-mericana. "Mientras en los años setenta se logró dar pasosfirmes en el rescate de la esencia social de la salud y se lograronavances de trascendencia en el replanteamiento de la investi-gación y la práctica, parece que en la década anterior y en losaños recientes dicha tendencia va perdiendo fuerza. Si por unlado, la derecha pretende rescatar los viejos recursos ideológi-cos del determinismo biológico o remozar las tesis empiristasde la investigación bajo modelos popperianos e introduciresquemas del reduccionismo funcional como el "enfoque deriesgo" y la epidemiología clínica, por otro lado surge el peligrode una "izquierda" conciliadora y reformista, con un discursomistificador que termina promoviendo alternativas distracto-ras, y favoreciendo el desarme ideológico. Resulta ilustrativala aplicación acrítica de modelos de práctica correspondientesa estrategias internacionales que, encubiertas de un ropajedemocrático y de sentido social, han involucrado la creatividad

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y experiencia de muchos cuadros intelectuales que, de uno uotro modo, se ven envueltos en la lógica y proyección final deesos programas cuya intencionalidad es ajena al interés histó-rico de las mayorías.

El objeto del presente estudio es el análisis de los desarro-llos teórico-metodológicos alcanzados en la investigación epi-demiológica ( producción y distribución de la salud-enferme-dad ). Si bien tenemos conciencia de la gran riqueza queresultaría de un análisis que articule las tres áreas básicas de laMedicina Social: epidemiología, práctica médica y saber, sobreestas dos últimas trataremos apenas de delinear en este mo-mento introductorio, los nudos críticos que permitan estable-cer algunas pautas preliminares para una eventual indagaciónulterior de sus desarrollos metodológicos. Por otra parte, elhacer este bosquejo es sin duda trascendentalmente importan-te para el abordaje del objeto epidemiológico, en la medida enque aquello nos permitirá no perder la dimensión totalizadoray unitaria de este campo en relación con el saber y la práctica.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Breves Anotaciones sobre la Investigación dela Práctica y el Saber

Edmundo Granda

Es posible apuntar algunos aspectos que llaman la aten-ción en la investigación en Práctica en Salud y que obviamenterepercuten en la construcción de la imagen del objeto epide-miológico, toda vez que el planteamiento del problema en estecampo entraña una politicidad adelantada en el tiempo quepretende, a través de la praxis tranformar la realidad particularen salud como parte del empeño de transformación socialglobal.

En base a un grupo seleccionado de trabajos elaboradospor autores más representativos de la producción en estecampo en América Latina, que no agota ni mucho menos todaslas aportaciones que se están dando, es posible hacer algunasreflexiones generales acerca de la construcción de la imagendel objeto Práctica Médica, aspecto que obviamente entrañauna serie de cambios metodológicos que no podrán ser cubier-tos en el presente estudio.

Posiblemente, el problema esencial que debe tomarse enconsideración es el desplazamiento del "espacio" de interés enla investigación histórico social sobre la práctica en salud desdelo económico hacia lo político-ideológico.

La búsqueda de los determinantes del surgimiento y desa-rrollo de las acciones y servicios de salud se había centradobásicamente alrededor de los procesos económicos. Juan Cé-sar García en su estudio "La Medicina Estatal en América

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Latina (1880-1930) plantea que "En el modo de produccióncapitalista, la medicina se desplaza del espacio religioso ypolítico donde se encuentra en los modos de producciónpre-capitalistas para articularse con el proceso de produccióneconómico... La región económica juega, entonces, el papeldominante en la estructura social y a este se vincula tambiénla medicina variando las. formas concretas de su articulacónsegún las maneras en que se implanta el capitalismo"7 . SegúnGarcía la medicina comienza su tranformación desde el mo-mento mismo en que surgen los supuestos de la produccióncapitalista, en el período de acumulación originaria que per-mite la acumulación de obreros libres y medios de producción.La medicina interviene sobre los obreros libres que no puedenser absorbidos por la manufactura colaborando para su confi-namiento "mediante instituciones tales como asilos, casas detrabajo, de disciplina y orden necesarios para el trabajo indus-trial" . Un segundo espacio de intervención de la prácticamédica ocurre alrededor de la circulación de mercancías. Lacuarentena se convierte en una traba para el comercio y por lotanto la lucha contra las enfermedades que justifican la cua-rentena pasa a constituir un problema de preocupación médi-ca. Un tercer aspecto se relaciona con la necesidad de incre-mentar el rendimiento de la fuerza de trabajo, debido a lo cuallas enfermedades debilitantes9 y la fatiga o agotamiento de lafuerza de trabajo aparecen como objetos del trabajo médico.Por último, en fases avanzadas del capitalismo, la prácticamédica pasa a ser un sector de realización del valor de lasmercancías, insumos, y medicamentos, así como una instanciapara la extracción directa de plusvalía.

La medicina estatal se relaciona con los determinantesindicados, en distinta intensidad y de acuerdo al requerimien-to de la reproducción de las relaciones de producción capita-lista.

García reconoce además que la medicina puede ser utili-zada como excelente herramienta política para disminuir lastensiones sociales en ciertos sectores de la población.

Bajo este planteamiento se privilegia, entonces, la calidad

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

óntica de apoyo para la acumulación de capital que cumple elEstado a través de la práctica médica, sin dejar de lado sucarácter legitimador. Otros autores resaltan, en cambio, lasacciones de legitimación, generación de consenso y controlque tiene la práctica médica; entre ellos se inscribe el trabajode Clara Fasler "Planificación, Salud y Desarrollo", mientrasque Hugo Mercer destaca la subordinación de los servicios alvalor económico y político que se les asigna dentro de la lógicadel capital. 11

La dialéctica entre acumulación y legitimación tambiénconstituye la guía para la interpretación de trabaosl que sedesarrollan en el campo de la práctica odontológica , parael estudio de las empresas médicas, 14 o para el análisis de loscambios ocurridos en las formaciones sociales concretas. 15

Partiendo de la categoría nuclear "consumo de acciones yservicios de salud" y a través del análisis del carácter estatal deacumulación y legitimación, de las necesidades del capital ypopulares en salud, el CEAS desarolló varios estudios sobreservicios de salud 16 y ciencia en salud 17, los mismos quepermiten visualizar la constitución del objeto como productode las contradicciones que se dan a nivel de la estructura ysuperestructura.

Los planteamientos anteriores (que parten desde las fuer-zas productivas y relaciones de producción) han sido cuestio-nados por Madel Luz porque:

1. "El concepto de contradicción sólo es empleado estruc-turalmente, esto es, en el sentido de las contradicionesdel sistema". Las contradicciones por las clases y gru-pos no tienen lugar importante en el análisis.

2. "Esas corrientes no consideran las instituciones comonúcleos de poder central. Los micropoderes o son asi-milados al Estado, como aparatos, o son simplementereflejos del aparato productivo... se termina viendo elaspecto estructural de las instituciones como reflejo dela dominación; luego somos llevados a ver toda institu-

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ción como práctica de dominación y a pretender unadesinstitucionalización radical de la sociedad. Somosllevados a una visión política anarquista" 18. De lo quese trataría es de "explicar las contradicciones institucio-nales tanto a nivel del discurso/práctica y a nivel internodel discurso, como a nivel de las respuestas de aquellosa quienes la institución intenta encuadrar" 1. Paracumplir con este objetivo, se debería desarrollar unabordaje específicamente político de las institucionesdescubriendo en ellas su "densidad específica comomodo de poder de un modo de producción social, evi-tando reducirlas a un reflejo de las fuerzas productivaso a la función de reproductora de las relaciones socialesde producción" 20. El análisis dialéctico de las institu-ciones posibilitaría observarlas en movimiento, en lu-cha, en la medida en que las reconoce como parte deuna estrategia hegemónica, entendiendo la hegemoníacomo proceso, "como práctica siempre recomenzada ycontradictoria" 21

Para Madel Luz las instituciones serían al mismo tiempociviles y políticas, puesto que la división civil/político, priva-do/estatal sería totalmente artificial, intituciones que sobretodo mantendrían su ligazón vital, orgánica con las relacionesde producción.

"Integrando lo "civil" en lo político (en el Estado), lo"político" (aparatos) en lo civil (asociaciones, sindicatos, órga-nos de todos los tipos que constituyen las vías de organizaciónde los grupos y clases sociales) podremos tener presente noapenas la universalidad del Poder (hegemonía), mas tambíensu reverso necesario: la Resistencia, la Contrahegemonía, 'loque no tiene gobierno ni nunca tendrá'. Las instituciones sonasí, lugar privilegiado de lucha política" 22

En los trabajos de Madel Luz, el objeto aparece situado anivel de la contradicción hegemonía-contrahegemonía institu-cional única, mientras que en los últimos trabajos de SoniaFleury 23 y Mario Testa-Carlos Bloch 24 aparece una diversifi-cación institucional "civil" y "política", siendo las instituciones

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

de la sociedad civil donde debería depositarse el esfuerzo yaccionar de los intelectuales para "construir la dirección polí-tica y cultural de la sociedad, es decir su voluntad colectiva ysu reforma intelectual y moral" 25, toda vez que "son las ideo-logías, cuya sede es la sociedad civil, lo que determina a lassituaciones contribuyendo a crear la nueva historia a través deun nuevo poder que se crea, en lugar de justificar el poderconstituido" 26, de lo que se desprende que la conquista de lahegemonía se lograría a través de una larga lucha por la trans-formación de las instituciones de la sociedad civil que al mismotiempo parece que terminarían por transformar la sociedadpolítica y la estructura económica en su conjunto. Esta es unainterpretación contrapuesta al pensamiento y práctica quemanifiesta la necesidad del descubrimiento de las condicionesde transformación, las mismas que permitirían el accionarpartidario y la toma del poder como único medio para cambiarlas relaciones de producción, en donde las instituciones (deacuerdo a como las concibe Madel Luz) constituirían un espa-cio privilegiado de lucha para la consolidacion del poder pro-letario. Además, es conveniente anotar que en aquel punto devista el hilo conductor parecería despalazarse desde lo econó-mico a lo ideológico.

Bajo el planteamiento anteriormente mencionado, el ob-jeto de estudio de la práctica médica se sitúa en los trabajos deTesta alrededor del poder en el sector salud 27, mientras queSonia Fleury visualiza las políticas sociales.2 8

Si bién la aproximación que privilegia las fuerzas produc-tivas y relaciones de producción, permite tan sólo la visualiza-ción de las constradicciones a nivel estructural y no concibe lasinstituciones como núcleos de poder, sinembargo la propuestade Bobbio, a la que plegan algunos investigadores latinoame-ricanos, minimiza la importancia de la propiedad de los mediosde producción como eje para la constitución del poder y comobarrera fundamental para el cambio de la "sociedad civil"burguesa inmensamente represiva y de la estructura socialdependiente, aspectos que tienen fundamental importanciapara la formulación de las estrategias de lucha en el campo dela salud.

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Para otros, la práctica en salud se desarrolla por influenciade los cambios estructurales ocurridos en la sociedad pero esla medicalización la que también explica su conformación: "laextensión del campo de normatividad de la medicina a travésde la definición de nuevos principios referentes al significadode la salud y a la interferencia médica en la organización de laspoblaciones y de sus condiciones generales de vida". 29

En la búsqueda de expresiones alternativas de la prácticade salud no subordinadas, Menendez recurre a una "lecturaque articule los procesos productivos e ideológicos, en loscuales las clases subalternas aparezcan como sujetos de lasluchas y las transacciones y no como meros objetos de manipu-lación" encontrando en las tendencias de autogestión en saludla respuesta a su interrogante, "procesos de autogestión "quesiempre han sido absorbidos o destruidos por el sistema domi-nante... pero que pueden significar una alternativa embriona-ria y nuclear de otras alternativas". 30

Catalina Eibenschutz propone la participación popularcomo ejercicio del poder por parte del pueblo a través delanálisis de las fuentes de poder en cada momento histórico yen cada sociedad, con miras a la construcción de la contrahe-gemonía. 31

Los nuevos aportes de conocimiento que ha ofrecido esalínea de estudio que ha propuesto el desplazamiento del objetodesde lo económico hacia lo político, son incuestionables,tanto en el plano teórico, cuanto en el metodológico y en laorganización del quehacer en salud, quedan sin embargo cues-tionamientos relacionados con la praxis política, los mismosque deben ser analizados.

La investigación sobre el saber en salud constituye otrode los campos de la Medicina Social cuyo tratamiento nocorresponde a este componente, pero que se esboza aquí,porque contribuye a la comprensión del escenario ideológicoque rodea la producción metodológica. La Producción yTransmisión del Saber constituyen los objetos privilegiadosde un importante número de trabajos latinoamericanos.

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Al inicio de la década de los 70 los trabajos de Foucault ymuy especialmente "El Nacimiento de la Clínica" 32 impacta-ron con fuerza el pensamiento de la Medicina Social latinoa-mericana. En su libro, Foucault "..intenta un análisis estruc-tural de un significado -el objeto de la experiencia médica- enuna época en la cual, antes de los grandes descubrimientos delsiglo XIX, éste ha modificado menos sus materiales que suforma sistemática. La clínica es a la vez un nuevo corte delsignificado, y el principio de su articulación en un significanteen el cual tenemos la costumbre de reconocer, en una concien-cia adormecida, el lenguaje de una "ciencia positiva" 33. Estenuevo análisis epistémico que inagura Foucault permite almismo tiempo estudiar las formaciones discursivas, las positi-vidades y el saber en su relación con las figuras epistemológicasy las ciencias. "Por episteme se entiende en verdad, el conjuntode relaciones que pueden unir, en una época dada, las prácticasdiscursivas que dan lugar a figuras epistemológicas, a ciencias,eventualmente a sistemas formalizados; el modo según el cual,en cada una de las formaciones discursivas se sitúan y operanlos pasos a epistemologización, a cientificidad, a formaliza-ción... (el episteme) es el conjunto de relaciones que se puededescubrir, entre las ciencias, cuando son analizadas a nivel delas regularidades discursivas". 34

El análisis epistémico en salud abre un campo indefinidode relaciones. Los trabajos de Foucault enriquecen grande-mente la comprensión de la Clínica y de la Psiquiatría y posi-bilitan su aprehensión como formaciones discursivas, saberesy ciencias: "La medicina clínica seguramente no es una ciencia.No sólamente porque no responde a los criterios formales y noalcanza el nivel de rigor que se puede esperar de la física, dela química y aún de la fisiología, mas, también, porque ellacomporta un cúmulo, apenas organizado, de observacionesempíricas, de tentativas y de resultados brutos, de recetas, deprescripciones terapeúticas de reglamentaciones instituciona-les. Sinembargo, esta no-ciencia no excluye a la ciencia: du-rante el siglo XIX estableció relaciones definidas entre cien-cias perfectamente constituidas como la fisiología, la químicao la microbiología; aún más: dió lugar a discursos como el de

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la anatomía patológica, al que sería presuntuoso dar el títulode falsa ciencia."

Sobre una matriz de análisis cuyo eje constituye el mate-rialismo histórico y con los aportes del abordaje epistémico yaquellos elaborados por Canguilheim 35 se desarrollan avancessobre la comprensión de las especificidades del trabajo médi-co como base para la constitución del saber. Donnangelo, M.36

y Gongalves, R.37 estudian la forma como la manutención yrecuperación del cuerpo se constituyen en objeto de la prácticamédica en el capitalismo, lo cual permite la unificación de lainterpretación feudal distinta de la enfermedad y el daño físico,y la unificación, bajo la conceptualización gobernada por laclínica (clínica médica y clínica quirúrgica), de aquellos postu-lados teóricos distintos que sustentaban las prácticas del ciru-jano y del físico de la época feudal.38 Por otro lado, la reformahospitalaria capitalista factibiliza la constitución de un espaciodonde es posible la visión homogénea, individual, biológica ytécnica (no social) de la enfermedad. Schraiber 39 describe asíeste cambio: "Al mismo tiempo, sinembargo, en esa reorgani-zación de la práctica hospitalaria, por un lado, los procedi-mientos van siendo caracterizados como intervención sobre elindividuo en base al estudio comparado de los casos, en baseal estudio y control del medio. Por otro lado, el espacio en elcual son realizados esos procedimientos (el espacio hospitalar)va siendo caracterizado como compuesto de medios individua-lizados en un espacio colectivo, y al mismo tiempo espaciocolectivo individualizado y aislado del medio social. Talescaracterísticas posibilitan la observación del colectivo como elconjunto de las observaciones individuales, y de estas últimas,a su vez, como observación de casos totalmente aislados ycontrolados en su individualidad. Ocurre así una aproximacióna los casos que se los toma, exclusivamente, en cuanto indivi-duos biológicos, y una aproximación de sus situaciones vitalesreducidas apenas a los procesos biológicos en ellos presen-tes".

En este mismo campo, Juan César García brinda aportesfundamentales. En su artículo "The Laziness Disease ana-liza cómo surge y se desarrolla el concepto "enfermedad de la

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pereza": "La producción intelectual relacionada con el proce-so de trabajo sólamente puede desarrollarse si existen condi-ciones o si las posibilidades de existencia de dichas condicionesse hallan presentes, entre las cuales, la base material es la másimportante... El reaparecimiento de los conceptos de enferme-dades debilitantes y de medicina tropical pueden ser interpre-tados como relacionados con los cambios en la situación eco-nómica y militar" 41. Es decir, un nuevo concepto que se acuñay que pasa a integrar el discurso científico debe ser estudiadocon el fin de encontrar sus relaciones con los procesos sociales.

Juan César García nunca se enreda en análisis oscuros dedudosa filiación, su método siempre es la dialéctica materialis-ta y su hilo conductor la economía. Es por ésto que vale lapena abundar un poco sobre este tópico: Parte del plantea-miento Lukacsiano, en el que "las categorías no sólo tienen unsignificado objetivo sino tienen una historia objetiva y subjeti-va: una historia objetiva porque algunas categorías presupo-nen un estado definido de evolución del movimiento de lamateria; la historia subjetiva de las categorías es el duscubri-miento por parte de la conciencia humana". Establece que lostérminos "perezoso", "negligente" o "vago" aparecen cuandoel hombre latino deja de ser concebido como hombre y pasa aser tomado como sirviente o esclavo en el proceso colonizador.Posteriormente, debido a la forma de explotación algodonera(de plusvalía absoluta) que implementa el imperialismo en elsur de los Estados Unidos y en América Latina, aparece lanecesidad de dar una solución al requerimiento de incrementode capacidad de trabajo durante un tiempo determinado y porlo tanto de superar el problema de la "pereza".

Surge entonces -según García- el intento de explicar cien-tíficamente las causas de la "pereza". El anquilostoma aparececomo causa explicatoria porque produce una toxina. Despuésse sustenta su naturaleza predatoria y por último nace la teoríade la deficiencia, sólamente cuando el pensamiento médicoacepta la posibilidad de que aspectos no biológicos y ligadoscon la distribución del producto del trabajo aparezcan comocausas de la enfermedad.

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Los términos epidemiológicos como "erradicación, con-trol y vigilancia surgen hacia la superestructura desde la prác-tica social y más específicamente desde el campo de batalla...el concepto de erradicación es propuesto prematuramente sinconocimiento de lo que se va a obtener y emerge cuando laeliminación del adversario, el competidor, el enemigo, es de-seable y aún posible. En el capitalismo de libre competencia,la lucha por la supervivencia es total y la rendición incondicio-nal del enemigo es una condición de supervivencia. El capita-lismo monopolista asume una alianza con los competidores;primero el control y luego la vigilancia del enemigo... Estascategorías que se originan en la estructura económica llegan ala super-estructura y permean los lenguages médico, militar ypolítico entre otros. No existe coincidencias o préstamos, sólocategorías históricamente determinadas que luego se rehusana desaparecer cuando fracasan" 42. Sin lugar a dudas, Garcíapropone una historia del saber y de las categorías científicastotalmente diferente a la propuesta por Foucault y por losFoucaultianos. No es sólamente necesario -según García- re-visar las prácticas discursivas, el saber y la ciencia, sino queestas deben permanecer atadas a un eje, que en última instan-cia es la economía.

En este mismo ámbito de la producción del saber en salud,es posible ubicar los esfuerzos que se desarrollan en AméricaLatina por comprender los determinantes del desarrollo de lainvestigación y la ciencia en este campo. Nuevamente, es JuanCésar García el que propondrá una visión distinta en su trabajo"La Investigación Médica en el Campo de la Salud en OncePaíses de la América Latina". Y la novedad radica en queGarcía no intenta sólamente comprender el problema sinotransformarlo. El considera que los países latinoamericanosson capaces de planificar el desarrollo científico-técnológicomediante la elaboración de indicadores que permitieran en-tender las leyes que rigen la estructura y el desarrollo de laciencia y de esta forma hacer un uso más adecuado de losmismos en el proceso de organización y administración deactividad científica.

En esta misma dirección, el CEAS elabora tres estudios

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dirigidos a comprender los determinantes científico-tecnológi-cos de la investigación en salud y que ya fueron mencionadosanteriormente. Tan sólo vale la pena anotar que en todos sustrabajos privilegia la categoría consumo o utilización del cono-cimiento en salud en su intento de conocer los determinantesy relaciones, porque: "el conocimiento se integra en la pro-ducción de bienes materiales o simbólicos en el momento enque éste es consumido o utilizado. En la sociedad capitalista, elconocimiento se consume o utiliza productivamente como téc-nica, al dinamizar o multiplicar la energía productiva del ins-trumento y la fuerza de trabajo, o liberando la energía delobjeto de trabajo. Se consume, por otro lado, no productiva-mente como ideología o como conocimiento en sí. Al ser elconocimiento un producto/bien determinado, se integra en laproducción social en el momento en que es consumido outilizado. El momento de consumo, de utilización social delconocimiento, actúa, por lo tanto, como determinante funda-mental para su propia producción, distribución e intercam-bio". 43

Además del análisis sobre la constitución del saber médicoy de los determinantes de la investigación y ciencia en salud, laMedicina Social latinoamericana ha realizado esfuerzos porcomprender los determinantes del desarrollo del método ytécnicas y ha propuesto innovaciones en estos campos: Lostrabajos del CEAS1 han circulado ampliamente en AméricaLatina y han intentado superar el encuadre positivista tradi-cional para dar paso a la constitución de un abordaje másintegral y abarcativo: Es también conveniente resaltar losaportes de Juan Samaja y especialmente su obra "Dialécticade la Investigación Científica" 44 la que -en palabras de su

1 Breilh, J. y Granda E.- Investigación de la Salud en la Sociedad, CEAS,5ta. edición. 1988.Breilh, J. Epidemiología: Economía, Medicina y Política, Fonta-mara, 5ta. edición, México, 1989.Otros trabajos del CEAS como "Problemas Metodológicos en la In-vestigación en Medicina Social; Epidemiología entre fuegos;Epidemiología:Método y Política; Reproducción Social y Salud.

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autor- constituye "un esfuerzo por llenar un notorio vacío dela literatura sobre el Método de la Ciencia, el que se refiere ala Teoría Científica y a los procedimientos para su construc-ción... nos enfrenta de manera insoslayable con la tarea deconstruir, para cada investigación concreta, una perspectivapropia, en polémica con otras perspectivas, de cuya superacióndependerá en gran medida, el desenmarañamiento de nuestroobjeto que las distorciones ideológicas lo envuelven". Propo-ne una interpretación en la que la Ciencia de la Lógica deHegel deje de ser un monumento metafísico para llegar a serun instrumento para el análisis y tratamiento de las matricesde datos de cualquier investigación científica. Bajo este reque-rimiento, analiza el papel de la teoría, la forma como se cons-tituye el arte de operar con conceptos y en este acápite rescatala forma de análisis invertido que realiza Hegel partiendodesde los valores, pasando por las variables y terminando enlas unidades de análisis, lo cual, reconoce, "produce una seriede consecuencias trascendentes, tanto para la concepción dela realidad natural y social, cuanto para la organización cientí-fica y para la exposición de resultados" porque a través de ladialéctica "el riguroso análisis del contenido de una noción, nosólo da lugar a vacías reiteraciones de lo mismo -a tautologíasabstractas- sino que también conduce necesariamente a unasíntesis, a una producción de nociones más ricas, lo que nospone ante la paradoja de concebir un análisis"que engendranovedad, progreso, construcción sintética".

La Medicina Social latinoamericana va desmitificando, enesta forma, el carácter cientificista del saber médico dominan-te. Este, se ha demostrado, responde a las necesidades delcapital, a los requerimientos del Estado Capitalista de homo-genizar, de individualizar, de tecnificar, de biologizar la inter-pretación del proceso salud-enfermedad, de desarrollar la má-quina corporal o cuerpo productivo, de impedir ladesalienación del sujeto social, de encerrarlo en el ámbito delhospital que adopta la forma de hospital-escuela encargado dereproducir el saber dominante como técnica y como ideología:"Las referencias de igualdad social y de naturalización de losfenómenos reales, reproducidos en la práctica médica a travésde su unicidad, uniformidad y tecnificación, repercutirán en las

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prácticas educativas, tanto en términos de su contenido, cuan-to en las técnicas didácticas y en las estructuras que pasarán aser adecuadas a la transmisión de nuevos conocimientos exigi-dos por la práctica y a la reproducción e inculcación de losnuevos valores atribuidos al saber y a la intervención médica...Su origen (escuela y hospital-escuela) reside exactamente enla rearticulación de las prácticas sociales en el modo de pro-ducción capitalista, cuando entonces son constituidas comoprácticas que, debiendo reproducir las relaciones de produc-ción como relaciones de clase, deben al mismo tiempo ocultareste carácter de clase en su reproducción. De este modo, si lascaracterísticas de las prácticas sociales en el modo de produc-ción capitalista -entre ellas las que son propias de la educaciónmédica escolar- posibilitan, efectivamente, la reproducción delas relaciones de producción, posibilitan también, en la medidaen que, al mismo tiempo, ocultan el carácter de clase de esasrelaciones, la construcción de una imagen distinta del papelde aquellas prácticas, que, en esta misma reproducción serevisten en su rearticulación de un significado aparente sepa-rado de su significado efectivo".4 5

Al constituirse la práctica médica y el saber en salud enrelaciones necesarias para el desarrollo del capital, la escuelade medicina y el hospital-escuela no pueden salir de esteencuadre. Juan César García 46 demuestra esta realidad enAmérica Latina en su profundo y bien hilvanado trabajo "LaArticulación de la Medicina y de la Educación en la EstructuraSocial" 47. Parte del planteamiento de que "la práctica y elsaber en el campo educacional y en el de la salud están ligadosa la transformación histórica del processo de producción eco-nómica. En otras palabras, se sostiene que la estructura eco-nómica determina el lugar y la forma de articulación de lamedicina y de la educación en la estructura social". Pero,-según García- es necesario no sólamente estudiar el contextoespecífico de cada país latinoamericano, sino que tambiéndebe tomarse en consideración el nivel de dependencia quecada uno de estos tiene con el imperialismo norteamericano.A partir de la periodización de la historia americana en tresetapas, puntualiza los aspectos estructurales y supraestructu-rales que caracterizan a cada una de ellas y resalta la práctica

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y la educación médicas impulsadas coherentemente con losintereses hegemónicos en cada uno de esos períodos. Se esta-blecen las relaciones con el discurso imperante en salud públi-ca para los modelos interpretativos y modelos económico-mi-litares vigentes y advierte que "...la solución de los problemasen el campo educacional y en el campo de salud también seenfrentan con obstáculos difíciles de salvar sino se toman encuenta las fuerzas que actúan en lo político y en lo económico.La Belle y Verhine, en un artículo reciente expresan conrespecto a la educación "no formal" que a menos que existancambios en los valores e instituciones asociadas con el procesode estratificación ocupacional de la sociedad, la educación "noformal" no podrá lograr sus objetivos de igualdad social yeconómica" 8. Critica en esta forma el planteamiento fenome-nológico en educación que a mediados del 70 ya comenzaba atener fuerza. En efecto, la "Educación Desescolarizada" 49 y

la "Nemesis Médica" 50 de Ilich tendrían en esta época graninfluencia en el pensamiento sobre la educación, en general ysobre la práctica y educación médica, en particular y posterior-mente crecerían notoriamente introduciéndose con fuerza enel pensamiento Médico Social latinoamericano. En 1982 Gar-cía critica a la fenomenología porque "...no diferencia la pro-ducción del concimiento científico de los grupos sociales quela financian, que en algunas circunstancias la orientan y quegeneralmente, la usan" 51. Además, la fenomenología -segúnGarcía- reduce todos los concimientos sociales a la motivación,a la experiencia de lo inmediato y al consenso de la comunidad,lo que produce la negación de los fenómenos estructurales,concentrándose en la experiencia diaria. En el campo de lasalud, la fenomenología niega el valor de la práctica médica,da importancia a las estructuras mediadoras, las que protegenal individuo de las megaestructuras sociales productoras deenfermedad reduciendo así el papel del Estado y de las insti-tuciones médicas y educacionales. Transfieren el rol del accio-nar en salud al sector privado, al autocuidado y la autoinstruc-ción con participación de las estructuras mediadoras. La feno-menología es, por lo tanto, una respuesta lúcida de la burguesíaen un momento en que es necesario dejar tranquilo al Estadocapitalista que soporta una aguda crisis fiscal, en que es nece-sario recabar apoyo de cualquier lugar para mantener las ero-

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gaciones institucionales, en que es indispensable disminuir elgasto social y en que es urgente desarmar y confundir al pen-samiento y accionar popular y democrático.

La fenomenología produce un recorte substancial del ob-jeto saber en salud y de la educación. Todo el esfuerzo desa-rrollado por la Medicina Social por comprender más profun-damente los determinantes de la práctica y saber en salud soncriticados por esta corriente y en su lugar aparecen concepcio-nes totalmente pobres: no se requiere conocer los determi-nantes de la práctica médica oficial porque esta es iatrogénica,no se necesita comprender los determinantes y relaciones dela educación escolar porque esta es abstracta, represiva y pocorelacionada con la realidad, en su lugar, debe introducirse laeducación desescolarizada, lo cual lleva a la conclusión de quela lucha por las reformas y cambios al interior de la escuela yel hospital-escuela son intrascendentes. No se requiere refor-mular el método, criticar y ubicar a la lógica formal dentro delmétodo, dar posibilidad a la dialéctica, porque la intuiciónrepetitiva la sustituye. No es conveniente conocer el intrinca-do mundo de la ciencia y sus relaciones porque no existen leyesde lo social, poque no es posible fundar un encuadre nomoté-tico sino tan sólo ideográfico, con lo cual, de un plumazo,también se desconoce la posibilidad de la transformación so-cial y se desvaloriza el empeño que la Medicina Social veníadesarrollando con el fin de apuntalar desde el plano particularaquel intento de tranformación general, al mismo tiempo quedescubría las bases de su propia transformación.

García sale al paso y propone que "La Universidad puededeterminar con cierto grado de autonomía la organización desus actividades y la reinterpretación de las necesidades socialesprovenientes de la estructura externa...". "Los cambios en lapráctica médica parten del cuestionamiento del ejercicio pro-fesional vigente y que la universidad puede incidir en la trans-formación de esa práctica mediante una estrategia educacionaladecuada que permita el reordenamiento del saber acumula-do, la construcción de un nuevo saber, la comprensión de lainserción social de la práctica médica y la incidencia sobre lasrelaciones sociales de producción en que está inmersa la prác-

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tica médica". García se sitúa directamente en este trabajo,sobre la reforma o cambio de la educación médica escolariza-da, ésto es, sobre el "para qué" de todo el esfuerzo interpreta-tivo o "filosófico" desarrollado por la Medicina Social latinoa-mericana. El mismo llevó a cabo una inmensa investigacióntendiente a establecer las bases estructurales de la educaciónmédica latinoamericana y diseñó los pasos generales que de-bían cumplirse para activar una reforma consonante con losintereses de nuestros pueblos. 53

La reforma educativa escolarizada constituye, entonces,otro de los objetos problema de estudio que abarca la investi-gación médico social en el ámbito del saber. A más de lostrabajos ya mencionados de García, vale la pena tomar nueva-mente en consideración el trabajo de Cecilia Donnangelo,"Saúde y Sociedade"54 , que aborda el análisis de la "MedicinaComunitaria" como empeño reformista, la misma que -en pa-labras de la autora- "...corresponde a la búsqueda de raciona-lización-de la práctica médica por medio de la manipulación deaspectos parciales de la estructura de producción de servicios,al mismo tiempo, una tentativa de integración de lo social a lapráctica, a través de modalidades consistentes con los límitesde la reforma que se proponen realizar;:. La connotaciónprimera de esas propuestas es dada por la posibilidad de com-patibilizar 'reforma médica' y preservación de la estructurapredominante de atención médica... la interferencia sobre losgrupos que constituyen el objeto de la práctica con fines dereorientar sus patrones de acción social y compatibilizarlospolítica e ideológicamente con el patrón dominante político-ideológico".

En el mismo ámbito de la reforma educativa escolarizada,Lilia Schraiber 55 reflexiona sobre las contradicciones existen-tes en las propuestas tradicionales de las reformas de la ense-ñanza médica: las prácticas sociales, incluida la educación, alser concebidas ideológicamente como prácticas eminentemen-te técnicas, sus contradicciones son interpretadas como "desa-justes formales o de contenido técnico, una vez que las propiasrelaciones entre las prácticas sociales son entendidas comorelaciones de ajustes y adaptaciones entre ellas". Pasan, enton-

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ces, las contradicciones existentes en la educación médica aser vistas como procesos de desajuste, ya sea en relación a lasnecesidades sociales de producción de servicios médicos, yasea en relación al desempeño profesional efectivo (efectividadconcebida como adaptación a las "necesidades de salud de lapoblación"). Además, en todos los casos se "pretende la re-formulación de la propia práctica médica a ser conquistadamediante las transformaciones educacionales". En base a estacaracterización, la autora reconoce dos tipos de reforma: a)integrativa y b) relacionada con la cobertura de las "necesida-des de salud del conjunto poblacional". La primera, "abordan-do las necesidades sociales bajo el ángulo del cuidado médicoindividual, se centra en la necesidad de cambio del carácterfragmentario de la calificación de los profesionales formadospor la escuela como instrumento de recomposición del actomédico individual. La segunda, abordando la misma cuestiónbajo el ángulo de la extensión del cuidado médico, lo cualimplica una rearticulación de los servicios y también una reva-lidación de los tipos de servicios predominantes, se centra enla mudanza del patrón de diversidad existente al interior delconjunto de las cualidades escolares, pretendiendo compatibi-zarlas al patrón estimado a partir de las necesidades de saludcomo medio de reorganizar la práctica. 56

En base a este planteamiento, analiza la reforma "cienti-ficista" representada fundamentalmente por la "reforma Flex-ner" que sustenta "...una educación en medicina, hoy en díaconsiste simultáneamente en aprender, y aprender cómo; elestudiante no puede efectivamente saber, a menos que sepacómo..." 57. Al ser concebida, en la propuesta "cientificista" lamedicina como una ciencia similar a la física o la química, lapráctica médica es consecuentemente interpretada como unapráctica puramente técnica, excenta de determinaciones his-tórico-sociales y la formación como una práctica clínica hospi-talaria indisolublemente ligada a la investigación de laborato-rio. En las palabras de Schraiber, "la propuesta cientificista"es la elaboración más acabada -tanto en el plano conceptualcuanto en el plano de las prácticas-de las especificidades queadquiere la educación médica en el modo de producción capi-talista, y con esto, antes que una propuesta de reforma, se

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evidencia como una propuesta de sistematización y formaliza-ción de estas especificidades" 58. Entre las propuestas integra-tivas, Schraiber analiza la "medicina comunitaria" ya estudia-da en el trabajo de Cecilia Donnangelo y por último, critica laspropuestas de reforma dirigidas a las "necesidades de cobertu-ra del conjunto poblacional", descubriendo que el "núcleo dela reforma educacional se identifica con una reorientación delprivilegio de la calificación especializada, en el sentido de lacapacitación en el conocimiento "prioritario" correspondientea la frecuencia y simplicidad de las patologías". 59

En resumen, ninguna de estas reformas producen cambiosprofundos en la educación médica modelada por el capital.Para desarrollar una propuesta más coherente será necesarioreconocer las contradicciones existentes en la propia prácticamédica y en la educación en salud "para proponer prácticasque desenvolviendo las contradicciones puedan llevar al en-cuentro de formas de superación de esas mismas contradiccio-nes"

En el momento actual, los movimientos de Reforma Sani-taria, al plantear una estrategia de lucha alrededor de la forjade una nueva conciencia sanitaria que factibilice la confor-mación de un movimiento sanitarista de nuevo tipo, activan laampliación del objeto de estudio y requieren la implementa-ción de nuevos caminos metodológicos que están conduciendoa la reactivación de estudios dirigidos a comprender la formaen que se genera el saber popular en salud y a descifrar laeducación en salud escolarizada y no escolarizada. Por otrolado, las experiencias desarrolladas por el nuevo pensamientomédico social (salud colectiva) han abierto espacios diferentesal hospital-escuela en donde se registran las heterogeneidadessociales, se quiebra la visión tecnicista, biologicista y singularde la enfermedad, lo que consecuentemente permite proponernuevas interpretaciones del saber y de la práctica en salud queen el presente enriquecen grandemente las posibilidades depensar en nuevas propuestas de reforma educativa y del saberen salud que apuntalen la transformación de las actuales con-diciones de vida de los pueblos latinoamericanos.

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LA EPIDEMIOLOGIA (CRITICA)LATINOAMERICANA

ANALISIS GENERAL DEL ESTADO DELARTE, DEBATES Y DESAFIOS ACTUALESEN LA CONSTRUCCION DEL METODO

Jaime Breilh

Aportaciones Centrales del MovimientoLatinoamericano

El significado real de las aportaciones del movimientolatinoamericano, consolidado desde la década de los años se-tenta, se establece en medio de las urgencias socio-sanitariasde los pueblos sobre-explotados de la región y se mide compa-rativamente respecto a los postulados teórico-metodológicosy prescripciones prácticas de la Salud Pública oficial y la medi-cina hegemónica.

Lo que marca la diferencia sustancial de dicho movimien-to, respecto a las escuelas convencionales, no es, como algunoslo comprenden, el buen uso, o utilización progresista de losmismos conceptos, técnicas y líneas programáticas de la viejaSalud Pública, ni es tampoco la adaptación "tercermundista"de modalidades simplificadas y hasta "folklóricas" del saber yla práctica forjados en los centros imperiales -una especie deciencia de segunda para pueblos subordinados-, muy en bogaen esta época'de las "revoluciones conservadoras". Por el

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contrario, esta vertiente innovadora surge alrededor de laadopción de un pensamiento científico emancipador que haroto las amarras conceptuales y político-ideológicas de la SaludPública positivista y fenomenológica de Norteamérica y Euro-pa. Es por tanto una expresión particular de la lucha por laautarquía, significa el crecimiento y profundización especiali-zada de una revolución filosófica que hasta años recientes sehabía mantenido lejos o en la periferie de los campos técnicos.De esa manera, este movimiento adquiere carta de identidaden la ruptura con los reduccionismos e idealizaciones de laciencia neopositivista, porque para ejercer su vocación trans-formadora, arranca de una construcción objetiva de la realidady de un nuevo tipo de vínculos con el pueblo.

El eje vertebrador de esa tarea contrahegemónica es elpensamiento materialista dialéctico e histórico, conocido ge-néricamente como marxismo, cuyas aportaciones decisivasfrente al avance del saber en salud y a la transformación de lapráctica fueron expuestas en un trabajo anterior: 61

a) La forja de una cultura de la transformación, libre ydesalienada, que fertiliza un quehacer innovador y fa-vorece un clima de compromiso con las clases socialessubordinadas.

b) La consolidación de un saber crítico, no contemplativo,que busca transformar los objetos de conocimiento, unaverdadera revolución en los postulados filosóficos delpensamiento científico en salud, superando las basesempíristas y neopositivistas que han impregnado la in-vestigación hegemónica con su visión estática y reduc-cionista, y abriendo amplios caminos para la investiga-ción de un mundo en movimiento en el que es necesariocomprender de otra forma la relación entre lo biológicoy lo social, entre los eventos individuales y colectivos,entre la necesidad y el azar, con lo cual ha permitidotransformar sustancialmente el principio de causalidad.

c) La profunda renovación del método científico, resca-tándolo de las posturas racionalistas y empiristas, me-

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diante una articulación más objetiva y dinámica de losmétodos deductivo e inductivo en correspondencia conuna nueva formulación de la lógica (dialéctica), produ-ciendo un cambio en la metodología para reestructurarla integración de la base empírica y la construcciónteórica en el proceso investigativo y para formular larelación adecuada del análisis cualitativo y cuantitativo,para lo teórico y lo práctico, en el proceso de verifica-ción y demostración científicas, dando como resultadouna reconformación del papel y a veces aún del conte-nido de las técnicas observacionales;

d) Una interpretación objetiva de las instancias de la"práctica" y el "Estado", desentrañando su verdaderocarácter y fuerzas determinantes y transformando lasconcepciones funcionalistas del quehacer.

e) La transformación que produjo en la teoría del cono-cimiento que ha posibilitado un estudio objetivo de losdeterminantes y características del saber en cuanto pro-blemas de la formación y desarrollo del pensamientocientífico, del saber tecnológico, del saber popular másestructurado de la "medicina popular" y del saber "ca-sero", así como las hondas repercusiones que esta teo-ría trajo para la pedagogía y el proceso de enseñanzaaprendizaje en salud por medio del surgimiento de lasmodalidades de trabajo-estudio.

Alrededor de ese marco de ruptura, la investigación lati-noamericana en Medicina Social se ha consolidado en estasdos últimas décadas. La época de las investigaciones débilmen-te fundamentadas y de orientación metodológica titubeante hacomenzado a dar paso a una era de mayor solidez teórico-me-todológica y más clara articulación política. El hecho es que,al margen de cualquier consideración que se pueda hacer sobretendencias y de los desacuerdos que están planteándose con-forme crece y se diversifica la línea, lo que es cierto es que lanueva corriente va mostrando signos de afianzamiento y depu-ración en el método, forjando y haciendo operables propuestasinnovativas que denotan creatividad y rigor.

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Tan es así, que cuando se contrasta los más recientesmateriales latinoamericanos sobre método epidemiológico yteorías sobre causalidad, por ejemplo, con aquellos publicadasestos días por poderosas entidades sajonas que capitaneanla epidemiología positivista y se enrolan en la nueva prácticalucrativa y empresarial en que va sumergiéndose creciente-mente al quehacer epidemiológico en dichos contextos, nopuede dejar de reconocerse una oposición diametral entre elenfoque integrador y dinámico de las investigaciones latinoa-mericanas y el avance unilateral y formalista con que los teó-ricos de la orilla dominante profundizan en un refinado neo-positivismo, a veces de corte popperiano y en otras de fun-damento induccionista. Precisamente, a manera de ilustracióndel corto alcance epistemológico que caracteriza los debatesepidemiológicos de la línea "hegemónica", en el simposio dela "Society for Epidemiological Research" (Junio de 1985)convocado por Rothman, puede mostrarse como testimonio deese empirismo un fragmento de la ponencia presentada por unconocido epidemiólogo quien, situando los términos de ladiscusión sobre causalidad epidemiológica entre el deduccio-nismo popperiano y la inducción de Bacon, Hume y los empi-ristas, explica las propiedades de las causas así: "el conceptopragmático de una causa o determinante es cualquier factorque produce una diferencia; en una situación dada tiene unefecto o produce un cambio..." y "...en epidemiología recono-cemos la probable presencia de una causa de un trastorno dela salud, por su coincidencia, fuera de límites acordados deprobabilidad, con el supuesto efecto. Es decir el factor (x) y elresultado (y) están estadísticamente asociados" 63. De esaforma, el autor "moderno" sigue rescatando la vieja tradiciónempirista y coloca en el centro de la investigación causal losprincipios asociativos del plano fenoménico que Hume (1711-1776) sistematizó, -semejanza, contiguidad y causalidad- y suconcepción acerca de los principios de relaciones factuales,-contiguidad, prioridad y conjunción- que son los mismos quelos epidemiólogos de esa escuela han desarrollado desde laépoca de oro de Bradford Hill, reduciendo la investigaciónepidemiológica a un refinado análisis de los fenómenos oexpresiones formales cuantificables. Entonces, como lo hemosexpuesto en otro trabajo 64 "...las teorías epidemiológicas con-

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temporáneas de base positivista y neopositivista, aunque con-llevan aportes valiosos para el proceso de construcción de laepidemiología moderna y reunen una rica experiencia, sinem-bargo se enmarcan en esa visión reduccionista y expresan, bajodistintas modalidades, las distorsiones de los determinismosantes señalados. En efecto, desde los postulados de MacMa-hon (1960) 65, pasando por los planteamientos de obras comolas de Leavell y Clark (1965) 6 , varios textos del tipo del deLilienfeld (1976) 67, hasta los trabajos más actuales como losde Susser (1973,1988) 68 69 y los más recientes de Rothman(1986,1988) 70 71 pretenden conjuntar lo social y lo biológicopor medio de la simple asociación externa. Así, toda la produc-ción positivista asume de una o de otra forma una cosmovisiónque dicotomiza lo social y lo biológico y fracciona la realidad,congelándola en factores aislados con los cuales reduce ladeterminación de los procesos de la salud-enfermedad a lasrelaciones llamadas "causales" que se establecen por asocia-ción empírica. Frente a esa persistente reducción y parcela-miento de la realidad, la escuela latinoamericana insurge, pesea sus tremendas limitaciones y dificultades, como una alterna-tiva de mayor objetividad que, utilizando un enfoque contra-rio, devuelve a la mirada científica la capacidad de reflejar lacompleja y dinámica unidad de los procesos y de articularsericamente a la praxis.

A continuación se discuten algunas de las aportacionesmás importantes que la Medicina Social (Salud Colectiva) deAmérica Latina ha ofrecido, para el adelanto metodológico enel conocimiento de los problemas de la salud.

Relación con el Sujeto Popular:Una Politicidad Replanteada

En la cienciología contemporánea se reconoce el pesodeterminante de los vínculos prácticos de una ciencia respectoa su configuración interna. Efectivamente, el avance metodo-lógico en las disciplinas científicas, no depende sólo de ese hiloconductor y proceso acumulativo interno, "aun cuando toda

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ciencia mantiene cierta lógica interna en su desarrollo y unaautonomía relativa respecto a los acontecimientos históricosgenerales, sinembargo sus contornos básicos se modelan comoexpresión de los desarrollos generales de la formación social"72, y la dimensión práctica de la ciencia constituye el principalproceso mediador en esa relación. La praxis científica tiene eseestatuto jerárquico y es necesario enfocar su importancia fren-te a la metodología.

Hay dos dimensiones de la politicidad de la ciencia quedeben reconocerse en el análisis epistemológico para la com-prensión del problema del método. Una politicidad "externa"que radica en el contenido y proyección clasista de los vínculosdel trabajo científico con la sociedad y el poder, lo que podríareferirse a la relación entre lo general y lo particular, y unapoliticidad "interna" que se encuentra en la construcción delmodo de pensar científico y que se expresa en la configuraciónmisma de las categorías y explicaciones que la ciencia incorpo-ra. Es en referencia a esta segunda dimensión que Echeverría 73

plantea que el discurso científico sólo puede ser innovador yoperar como instrumento de transformación "si es estructu-ralmente crítico, si vive de la muerte del discurso del poder, siresulta de una estrategia de contradecir". Hay la tendencia aconsiderar la primera forma, separándola de la segunda ydescuidando la congruencia interna del quehacer científico.De esa falsa dicotomía surgen posturas equivocadas acerca delpapel de la ciencia frente a las clases subalternas, reduciéndoloal problema del control de la ciencia y su uso, y descuidando latransformación interna de las disciplinas. Es lo que Laurell 74discrimina, por un lado, como una posición que llamaría demo-cratizadora (la ciencia y la tecnología derivada serían neutra-les en sí mismas y de lo que se trata es de dirigir su uso para elpueblo) y, por otro, como una posición transformadora (laciencia al responder sistemáticamente a problemas definidospor la correlación de poder se configura de acuerdo a interesesdominantes y por eso es necesario reconfigurarla aún interna-mente).

Entonces el problema de la politicidad es inherente a laforma en que históricamente se desarrolla el método. La se-

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lección de objetos de estudio y la manera de construirloscientíficamente se interrelacionan dialécticamente, pero ade-más, esa modalidad de construcción favorece formas de praxiscon una proyección social específica, e inversamente, la formade práxis es determinante frente al avance de la propia cons-trucción interna de las categorías.

Los investigadores latinoamericanos han desenvuelto suquehacer en distintos tipos de contexto. La heterogeneidad delos contextos implica para el trabajo: el enfrentamiento dediferentes condiciones estructurales, la posibilidad de apari-ción de distintos objetos de estudio, la factibilidad de diversasarticulaciones prácticas y la exposición a distintas influenciasteóricas. Del reconocimiento de esos condicionantes se des-prenden algunas reflexiones de interés para lo metodológico.

La diversidad estructural marca diferencias que debenanotarse. En primer lugar en las sociedades capitalistas depen-dientes, sean las más atrasadas o las semi-industrializadas, elénfasis mayor del conocimiento crítico se proyectó hasta añosrecientes, hacia el enriquecimiento de los instrumentos y con-signas del enfrentamiento social, puesto que en sociedadesaltamente polarizadas y enfrentadas, el conflicto mismo debepasar a ser parte del objeto de estudio "salud", mientras queen las sociedades de transición (más ahora que se reconoce unatransición difícil), el mayor énfasis se otorga a la resolucióndirecta y práctica de los problemas técnicos emergentes, porlo cual el problema necesariamente enfocado es la funcionali-dad.

Desde el punto de vista metodológico, esas distintas reali-dades históricas conllevan fortalezas y debilidades propias. EnAmérica Latina, las investigaciones que se han forjado en lacrítica de la salud en las sociedades clasistas, han logradofortalecer los recursos de las ciencias sociales y han mostradoun mayor esfuerzo para incorporar el materialismo dialécticoy lograr una integralidad y penetración en la esencia de lasdeterminaciones, por eso han impulsado replanteamientosteórico-metodológicos según las urgencias y posibilidades ob-jetivas de cada contexto, pero, por ubicarse "fuera" del poder,

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en la oposición política, ha disminuido su posibilidad de instru-mentar técnicamente las propuestas alternativas para las ins-tituciones, porque las acciones se ejecutan insertándose juntoa los sectores populares, con toda la riqueza y limitaciones queeso conlleva. En otras palabras, al margen de las pequeñasfisuras que existen en la máquina estatal capitalista y que hanpermitido el desenvolvimiento vigilado de cuadros progresis-tas, el Estado drena poder a la población, controla y subsumelas propuestas que surgen en su seno y las desnaturaliza, res-tándoles su capacidad crítica y viabilidad como alternativas deconstrucción de un poder hacia "afuera". Lo grave es que,muchas veces, esa cuota relativamente pequeña de poder vigi-lado que se entrega a los técnicos en el aparato estatal, incluidoel universitario, han subyugado a muchos de estos, haciéndolespensar que el poder popular puede fortalecerse desde elquehacer tecnocrático y por el sólo desarrollo de las fuerzasproductivas. En cambio, el trabajo funcional en las sociedadesde transición ha empobrecido el horizonte crítico de la produc-ción en las mismas, pero ha potenciado su experiencia instru-mental, aunque sea sobre bases interpretativas muchas vecesequivocadas, produciéndose el efecto aparente de que sonestas últimas las que funcionan, cuando en realidad lo queocurrió fue que la conquista del poder democrático real y lareconfiguración de la esencia misma del Estado y su proyec-ción, lograron replantear las posibilidades de impacto de losservicios y programas convencionales. Así por ejemplo, lo queha otorgado eficacia a los CDR cubanos, a los programas desalud familiar en la Isla, a las acciones preventivas en losámbitos del consumo y del trabajo, a los modernos recursos dela cirugía y diagnóstico implementados en Cuba, etc., ha sidoel efecto impulsor de la revolución, la lógica de igualdad socialque se tornó hegemónica y el replanteo de las prioridades enla inversión y distribución de la riqueza social y de los recursostecnológicos, que han transformado profundamente la calidadde vida, al margen de lo cual, no tiene ningún sentido interpre-tar la eficiencia del sistema de salud construido por la revolu-ción en la tierra de Martí, y peor aún, pretender transportarloa nuestro contexto, donde no se dan las condiciones anotadas.

La lectura del problema metodológico en nuestras socie-

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dades, exige considerar entonces, especialmente para el casode los países capitalistas de la región, que la diferencia estruc-tural implica también una distinta evolución del crecimiento yrelaciones entre las clases, de sus sistemas de necesidades declase y, como "son estos los aspectos que definen las condicio-nes objetivas para el surgimiento de las categorías 'celulares'(en el sentido marxiano), alrededor de las cuales gira el avancede los 'marcos teóricos' ...no es de extrañarse, por ejemplo, quedentro del campo de estudio de la epidemiología los problemasobrero-industriales hayan alcanzado antes pertinencia y mejorhorizonte de visibilidad en los países con mayor desarrollo delcapitalismo monopólico" 75 como México y Brasil.

También los "condicionamientos estructurales definen lasposibilidades subjetivas, las condiciones de acumulación deconocimiento, las posibilidades para la elaboración teórica delos problemas, por parte de técnicos, profesionales y científi-cos politizados" 76.Si a eso se suma la diferencia de inserciónpráctica de los investigadores, unos vinculados a la acciónpartidaria, otros al trabajo gremial, a los sindicatos, a las fede-raciones barriales, etc., donde cada contexto presenta objetosde estudio distintos que presionan al desarrollo de categoríasdiferentes, se podrá entender la aparición de distintas tenden-cias y énfasis metodológicos que se comentarán más tarde.

El movimiento latinoamericano está transformando la po-liticidad de la medicina social en esas dos dimensiones: prime-ro, una articulación distinta del trabajo académico y técnicocon el pueblo, mediante la superación de ese paternalismoverticalista para contribuir a la formulación de un proyectohistórico global de las clases subordinadas, proyecto que buscaampliar y consolidar los espacios democráticos de construcciónde un poder popular en la gestión, que pretende rescatar laautarquía de los países en las decisiones de salud y que seproyecta como instrumento de canalización de las necesidadesmás profundas de las masas, incorporando la participación delos grupos dominados como sujeto del proceso de conocimien-to y, en segundo lugar, una reconfiguración téorico-metodoló-gica que se estructura alrededor del eje materialista dialéctico,y permite reflejar la realidad objetivamente, en su movimiento

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y relaciones antes que en el contacto externo de cosas o"factores de enfermedad",transformando los diagnósticos, pa-ra entender los procesos mediante los cuales la "totalidad"(socio-económica) con sus contradicciones determina el movi-miento, las condiciones y límites del desarrollo de la "parte"(patrones generales de salud) pero, a su vez, de qué forma lascondiciones específicas de la "parte" (salud) contribuyen, den-tro de esos límites, en la configuración y dinamismo del obje-to-problema del quehacer, según el momento y el sitio que sehayan seleccionado para actuar 77. Entonces, el movimientolatinoamericano recogió como uno de los desafíos metodoló-gicos centrales el replanteamiento de la relación sujeto-objeto,que implica una profundización de la relación entre la cienciay el saber popular. En la metodología convencional el sujetoes la academia y/o el Estado, el objeto es la colectividad, la cual,en el mejor de los casos desempeña un papel pasivo o de apoyosecundario en el proceso de conocimiento, y obviamente, losintereses u objetivos que se realizan son los del Estado y lasfuerzas del poder. En cambio, la nueva corriente busca incor-porar la colectividad al sujeto cognoscente bajo un nexo orgá-nico con los expertos "democráticos" y, los problemas epide-miológicos de la colectividad son mirados bajo el interéshistórico de esa población. Por eso es que cobra especialtrascendencia la inquietud planteada por Noriega respecto ala necesidad de trabajar teóricamente sobre la participaciónde los trabajadores en el proceso de conocimiento científico:"a)¿Genera conocimiento, difunde conocimiento o ambas?;b)¿Es también un problema ético y de respeto? (cosa no menoren la investigación);y c)¿Es esencial como elemento político yde transformación social?" 78

La trascendencia política de este modo integrador de cons-truir los objetos-problema es la de recuperar la unidad de larealidad y entender los determinantes de su movimiento. Laforma desarticulada con que la ciencia convencional mira larealidad lleva a una práctica igualmente desarticulada y super-ficial. Es decir, la lucha por la transformación social y de lasalud se enriquece e interalimenta con la transformación de laciencia y su método, un proceso de revolución social que seproyecta y recrea en la revolución téorica.

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En síntesis, dos son las transformaciones metodológicasque ha implementado el movimiento latinoamericano y que serelacionan al asunto de la politicidad de la epidemiología: unamodificación del carácter y de los mecanismos de la relaciónsujeto-objeto en la investigación 1 y una construcción racionalde los problemas de salud que supera la visión estática yparcelaria de los factores para transformarse en una visióndinámica del movimiento de los procesos y sus relaciones, detal modo que, pueda desentrañarse la patogenicidad de unaestructura social explotadora y conflictiva que destruye la vidae impone patrones destructivos, pueda develarse la manera enque una organización política dominante desnaturaliza el pa-pel del Estado en función de la vida e introduce un comporta-miento institucional corrupto, despilfarrador, ineficiente eineficaz y, finalmente, las consecuencias epidemiológicas deuna cultura alienante y cohersitiva.

Nueva Construcción del ObjetoEpidemiológico y la Subsunción de la LógicaFormal

Para la Medicina Social (Salud Colectiva) de nuevo cuñofue imperioso trabajar en la transformación del método yplantear una construcción distinta de la realidad. Los esque-mas empírico-funcionalistas eran incongruentes con la necesi-dad de conocer a fondo para aportar a la transformación. Eraesencialmente contradictorio aducir la importancia de lo so-cial, mientras la esencia de lo social no se había incorporadoen la entraña misma de los conceptos y relaciones del conoci-miento, y por tanto de la práctica. Era un simple reconocimien-

1 Al respecto, es especialmente sugerente la propuesta del grupo de laUniversidad Autónoma de Xochimilco (Laurell, Noriega y otros) parala implementación de una forma modificada del modelo obrero queexplora la participación de los trabajadores en la investigación,mecanismos de estudio de la fábrica "a distancia" y la articulacióndirecta del proceso educativo en la lucha gremial.

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to retórico del hecho determinante de lo social respecto a lobiológico, cuando se lo había relegado a una ubicación exter-na, convirtiéndose, en términos metodológicos, en una varia-ble más del análisis. Era incongruente teorizar sobre la decisivaimportancia de la prevención, mientras por otro lado se lareducía a las restringidas medidas clásicas de prevención indi-vidual etiológica, desplazando del campo de interés todo loque pertenece al estudio de las condiciones de reproducciónsocial que experimentan los conglomerados socialmente dife-rentes. Por esas razones, el quehacer cumplido a lo largo deuna buena parte de los años setenta se encaminó a la crítica yreplanteamiento teórico. Especialmente en la primera mitadde esa década el contexto latinoamericano se vió plagado dedictaduras y estados de excepción que, como lo explica Gran-da 79, "persiguieron a la intelectualidad progresista que debió,según los contextos, recurrir al exilio o refugiarse en las uni-versidades y centros de investigación" para salvar su creativi-dad y pensamiento crítico. De ese modo, en los espacios demayor apertura y tolerancia, la izquierda en salud se dedicó acontinuar el esfuerzo iniciado por los pioneros de la SaludPública de nuevo cuño y a consolidar un marco distinto parael quehacer y pensamiento.

La línea progresista de epidemiólogos y salubristas de lageneración de oro de Chile como Hernán San Martín, GustavoMolina, Hugo Behm y Rolando Armijo debía proyectarse enuna nueva fase1. Es entonces, bajo nuevas condiciones histó-ricas que aparece la producción pionera de Juan Cesar García.Luego de varios escritos iniciales, la publicación en 1972 de su"Educación Médica en América Latina" 80 marca la apariciónde un pensamiento marxista, incorporado, por primera vez, enel cuerpo teórico metodológico de la investigación en saludcolectiva. Esto no quiere decir que médicos marxistas no hayan

1 En un trabajo anterior (CEAS - Heterogeneidad Estructural yEpidemiología en la América Andina - Oro Preto, III SeminarioLatinoamericano de Medici na Social, 1984) se revisan las condicioneshistóricas que hicieron posible la aparición del citado grupo chilenoque encabezó la fase precursora del progresismo en salud.

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realizado aisladamenmte, importantes investigaciones de de-nuncia del capitalismo frente a la enfermedad desde las prime-ras décadas del presente siglo, como puede ejemplificarse conla producción de Ricardo Paredes8s , pero el signo distintivodel movimiento que nace con García, Savloff y Jimeno, y otrosque en etapa temprana secundaron y amplificaron su labor,como Miguel Márquez y María Isabel Rodríguez, será el desa-rrollo de un trabajo sistematizado y permanente en todo elcampo de la salud colectiva que cobrará forma de movimiento,simbólicamente conformado en Cuenca (Ecuador) en 1972.Desde entonces fue multiplicándose la tarea reformuladora.Los grupos y autores comenzaron a madurar propuestas meto-dológicas que se bosquejaron en los primeros trabajos con loscuales se inició una superación seria del diletantismo de añosanteriores.

En epidemiología se sistematizaron las primeras aporta-ciones críticas y metodológicas de este movimiento alrededorde 1975. Laurell 82 83 84 85 8h publicó sus trabajos iniciales, conuna crítica general a las concepciones positivistas y propuestaspreliminares para teorización distinta del proceso salud-enfer-medad. Un hito importante en su tarea de replanteo teórico-metodológico es la publicación de su trabajo de "Análisis de laMorbilidad en Dos Pueblos Mexicanos" (ya citado-1976) en elque ya se perfila su preocupación por el estudio de las condi-ciones estructurales como determinantes de la salud y el im-pacto de la penetración de las relaciones sociales capitalistasen la transformación de las condiciones de vida, incluidos lostipos de actividad productiva y subordinación por asalaria-miento de la fuerza de trabajo, todo esto encuadrado en unanálisis robusto, en un manejo cada vez más solvente de lasciencias sociales y con una dirección que le llevaría, en añosposteriores, a especificar su búsqueda en la temática de lasalud y el trabajo y plantear las categorías de desgaste y nexobiopsíquico humano (respecto a las cuales se plantea unadiscusión en otra parte). También en 1975 apareció un trabajopionero de Arouca 87,que aunque discute principalmente as-pectos de la práctica preventiva, trae una crítica epidemioló-gica del positivismo ecologista que fundamenta las propuestasde la Medicina Preventiva. En 1976 el autor del presente

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estudio y un grupo de compañeros publicaron los primerostrabajos de una crítica epidemiológica marxista en Ecuador(1976) 88 89 90 y, un año más tarde, apareció una propuestateórico-metodológica más estructurada, que tiene en su centrolas categorías de reproducción social y perfil epidemiológico 9 1

alrededor de la cual se han construido avances posteriores nosólo en epidemiología, sino en investigaciones de la práctica yel saber. Otros trabajos representativos de esa fase inicialfueron los que se encaminaron al replanteamiento de la rela-ción entre esencia y forma o, mejor, al análisis de los funda-mentos para la interpretación del referente empírico o registroestadístico. Tales son los estudios publicados por Tambellini(1975)92,con un replanteamiento dialéctico de la relación en-tre el azar y la necesidad en la génesis de la mortalidad poraccidentes, y Escudero (1976)93 con su trabajo desmitificadorde la información epidemiológica oficial.

Hacia fines de los años sitenta y primera mitad de losochenta, a la par que se estructuraron bases suficientementeespecíficas del discurso crítico, se lograron los esclarecimien-tos iniciales y deslinde de campos con el empirio-positivismo yla fenomenología, aparecieron nuevos desafíos. Había queplantear una propuesta más orgánica, sentar bases instrumen-tales y operacionales para la implementación de la acción decampo que permitiera avanzar en el conocimiento necesariopara la formulación de un proyecto popular. En las palabrasde Granda, era el momento en que "una vez consolidado unmarco interpretativo distinto...debíamos comprender comodesarrollar y direccionar la ciencia en salud para sacarla delmarasmo en que se encontraba, teníamos que comprendercuales eran sus determinantes en nuestro contexto, cualesramas científicas debían ser fortalecidas a través de la movili-zación democrática y popular, entender que aspectos teníanmayor prioridad, como atraer los recursos hacia dichos camposy sobretodo formar un personal científico profundamente po-litizado...encontrar nuevas formas de docencia...un esfuerzoinvestigativo profundamente conectado con el quehacer prác-tico, con la elaboración de instrumentos de transforma-ción... (en definitiva)... teníamos los conocimien-tos básicos para retornar a la sociedad, para cuestionar a las

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instituciones del Estado, para comprender el papel de la cul-tura en la salud y en la demanda de servicios, en la posibilidadde inquirir sobre el movimiento social y la salud...a figurarnosuna respuesta sobre la distribución de la salud en el espacio,las diferencias sociales en salud, etc." 94 En ese momentoocupó un lugar preponderante la tarea de consolidación ins-trumental, multiplicación docente y diversificación de losobjetos de transformación. Este desarrollo arrancaría de losplanteamientos teóricos más robustos para discutir las técnicasde observación y análisis, generar espacios de inserción con-creta y obras docentes. Son signos distintintivos del momento,primero, la proliferación de los primeros trabajos de investiga-ción sobre problemas específicos a los que se aplicaron lasreformulaciones logradas, donde, poco a poco se irían mani-festando direcciones de profundización distinta y, segundo, elsurgimiento o consolidación de espacios y recursos investiga-tivos y/o de multiplicación docente de la línea (a las primerasmaestrías de Medicina Social de Río -1974- y de Xochimilco-1976- se sumaron las de Quito -1980-, La Paz -1984- y seconsolidaron los centros de estudio CEBES -1976- y ABRAS-CO -1979- en Brasil, el Centro de Estudios Sanitarios y Socia-les de Argentina (Rosario) -1978- y el Centro de Estudios yAsesoría en Salud de Ecuador -1979-, que constituyen losespacios decanos y más representativos del desarrollo de latendencia) e incluso la aparición de textos de metodología yproyección docente del nuevo enfoque, como "Investigaciónde la Salud en la Sociedad -1979- ".

El proceso de diversificación de los objetos de estudio yavance metodológico se debió a las determinaciones históricasque fueron analizadas en una sección anterior. De modo ge-neral pueden distinguirse algunas areas de énfasis en los tra-bajos más representativos de esta fase: epidemiología laboraly del consumo, epidemiología del espacio o territorio y, menos

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desarrolladas, la epidemiología del poder y la organización,' yla epidemiología histórica. Unas veces los estudios están refe-ridos a grupos o clases particulares y en otros al ámbito regio-nal o nacional. En anexos constan los listados de la bibliografíarecogida de la considerable producción latinoamericana, aquísólo cabe destacar algunos, con el fin de plantear avances ydificultades y también algunos puntos de divergencia.

En el terreno de la investigación sobre la salud-enferme-dad en la población, buena parte de los trabajos todavía gira-ron, al menos en los primeros años de esta fase, alrededor dela distribución clasista de los "efectos" como la mortalidad, másque en torno de la dinámica o génesis de los procesosepidemiológicos.

La investigación de la epidemiología del consumo se con-centra en el conocimiento de los procesos determinantes de lasalud-enfermedad colectiva relacionados con la conversión delos productos en objetos de disfrute -subjetivación de los ob-jetos-. El consumo se realiza tanto en la población de trabaja-dores como de sus dependientes y se realiza en varias dimen-siones o formas de conversión interrelacionadas: de los bienesmediados por la distribución -mercado-, de los bienes distribui-dos por el Estado -salario social-, de los bienes producidos enel trabajo familiar-doméstico en el seno de las estrategiasfamiliares-comunitarias y, por último, de los valores de usonaturales como el oxígeno. En el sistema unitario de contra-dicciones de la reproducción social, el proceso de consumoforma unidad dialéctica con el proceso de trabajo, con lasformas de vida político-culturales de los conglomerados, conlas condiciones del territorio-medio geográfico y, al concretar-

1 Aquí se incluyen los trabajos dedicados a la investigación de losprocesos políticos y culturales vinculados al desarrollo de laorganización y de la conciencia autártica que son determinantes de lasalud-enfermedad. Es el campo de la epidemiología de la agresióninstitucionalizada y paramilitar, de los efectos de la lucha popular sobrela salud-enfermedad. Es el campo de la epidemiología de la agresióninstitucionalizada y paramilitar, de la conciencia individual y colectiva.

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se en los individuos se relaciona con los procesos de carácterfenotípico y genotípico que se desarrollan en los cuerpos hu-manos de los miembros de cada clase social y que por tantoparticipan en la dinámica de la salud (asunto sobre el que sevolverá más tarde). Sinembargo en los estudios de la fase quese analiza, se muestra una tendencia a aislar el estudio delconsumo sólo a algunas de sus dimensiones, desmembrándolode esos otros procesos. Desafortunadamente, dicha desvicula-ción no se realizó metodológicamente como recurso de énfasisen el conocimiento, sino como limitación en la construcción dela unidad dialéctica de la reproducción social (igual cosa hasucedido con la epidemiología del trabajo).

El nuevo marco interpretativo determinaba la necesidadde discriminar cualitativamente la calidad de vida y las condi-ciones epidemiológicas de las clases sociales y por eso, buenaparte del esfuerzo realizado en esas etapas, sea frente al pro-cesamiento de datos secundarios o para el diseño de encuestas,fue para definir y operacionalizar nuevos sistemas de estra-tificación social, puesto que las estratificaciones empiristasque se habían empleado hasta ese momento, partían de crite-rios empírico-inductivos de estratificación por variables.' Eneste punto es importante recuperar dos tipos de producción:la realizada desde el campo de la nueva demografía y la deestudios propiamente epidemiológicos. En el primer caso, apartir del trabajo "clásico" de Behm y Rosero (1977) 96 en elque se empleó la educación materna como variable de inferen-cia de la clase social y el método de Brass para la estimaciónde los diferenciales de mortalidad por regiones socio-econó-

1 En una recopilación reciente sobre "Medición (sic) de la Clase Socialen Epidemiología" elaborada por Liberatos, P.;Link, B. y Kelsey, J.(Epidemiologic Reviews 10: 87-121, 1988) constan las propuestasempiricistas de clasificación social de la población en epidemiología,que parten unas veces de la ocupación, de la educación, del ingresocomo variables aisladas o sistemas de índices compuestos como losde Duncan, el de Hollingshead, el de Nam Power o el de Warner,todos los cuales son esquemas lógico-formales se segregaciónempírico inductiva.

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micas y clases sociales, hasta la publicación del libro deDierckxsens (1979) 97 con una profunda discusión, desde laeconomía política, sobre las clases sociales, la producción de-mográfica logró avances de enorme utilidad epidemiológica.La investigación de Celis y Nava (1979)98 que estableció lasdiferencias en estructura de la mortalidad entre la casuísticahospitalaria de México es otra expresión de esa tarea nuevadiscriminadora que se impuso el movimiento latinoamericano.Las investigaciones de Carlos García (1982 y 84) 99 100 permi-tieron establecer estimaciones de mortalidad segregadas porclase social, tanto en comparaciones temporales como de tipotransversal, utilizando las técnicas de Trussell, comparadas condatos de encuestas de hogares y estadísticas vitales. Tambiénlos estudios efectuados desde el ángulo demográfico fueron losde Jiménez y Minujín (1984) 101 y el de Bronfman y Tuirán(1984), este último formulando una propuesta para el estudiode las fracciones de clase. Estos trabajos desarrollaron laoperacionalización de la clase social como fue definida porLenin en "Una Gran Iniciativa", llegando a resultados seme-jantes a los que el CEAS de Ecuador había obtenido tres añosantes en un estudio sobre el aborto. En efecto, en la vertientede los estudios epidemiológicos sobre la mortalidad, uno de lostrabajos originales en esa dirección fue el realizado por elCEAS en 1981 acerca del aborto en Ecuador, 102 donde seimplementa la categoría de clase social (en cuanto situaciónde clase) tal como Lenin la explicó en "Una Gran Iniciativa" yla cual reconoce una inserción en el aparato productivo, rela-ciones sociales, relaciones técnicas y relaciones de distribuciónque fueron operacionalizadas para instrumentar un estudioretrospectivo modificado, e iniciar una línea de investigaciónsobre la dialéctica de la reproducción social. Se distingió enese estudio la situación de clase ("clase en sí"') con la posiciónde clase ("clase para sí"). Esa nueva estratificación señalaba lanecesidad de identificar a las clases según su vínculo estructu-ral y no por los efectos de la.misma (tales como: el ingreso, elnivel educativo y otras características componentes y derivadasde la inserción). Era la etapa en la que se buscaba discriminar"transversalmente" las clases para comparar sus índices epide-miológicos. Otro trabajo importante que siguió esa línea debúsqueda fue el de Bloch, Belmartino, Troncoso y Torrado

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(1984) 103 que estudió los diferenciales de clase para la morta-lidad infantil, incorporando una innovativa variante técnica deprospección.. Una investigación también representativa de esafase de la construcción fue la del boliviano Argandoña(1985) 1°4 quien utilizó la categoría clase social para analizar elcomportamiento diferencial de los cuadros sindrómicos depre-sivos, descubriendo, de esa forma, contrastes importantes deuna misma entidad en varias clases. Un año más tarde Menén-dez y Di Pardo (1986)1°05 publicaron un trabajo polémico queaborda la crítica de las estratificaciones utilizadas, cuestionan-do acertadamente las falencias de las propuestas empíricaspero con una errada extrapolación a toda la producción lati-noamericana, debida seguramente a la falta de conocimientosobre los trabajos latinoamericanos que aquí se citan y muchosotros que se incluyen en el listado bibliográfico ampliado queconsta en anexos.

Es interesante resaltar el avance metodológico que expe-rimentó en años posteriores la investigación de los determi-nantes de salud-enfermedad en la esfera del consumo, porqueasumió el conocimiento de la génesis o movimiento de ladeterminación epidemiológica y no sólo el contraste "transver-sal" de los diferenciales. La categoría en torno a la cual sedesarrollaron estas aportaciones fue la de reproducción so-cial. En esta línea se registra como una aportación tempranala fundamentación teórica que el autor de esta recopilaciónpublicó en su obra ya citada "Epidemiología: Economía, Me-dicina y Política" (1979), donde se establece una lectura epi-demiológica de la economía política y se situa la dialéctica deproducción y consumo en el marco del sistema de contradic-ciones que operan como determinantes epidemiológicos. Enesa misma dirección aparecieron varios trabajos de los cualesse puede destacar un estudio de Torrado (1983) que en suaportación demográfica ofrece a la epidemiología pautas ins-trumentales para el análisis de la unidad familiar aplicado a laobservación de fuentes secundarias y la comprensión de lasllamadas estrategias de vida que serán incorporadas al acervometodológico de la epidemiología para el examen de los pro-cesos mediadores familiares. Luego se sucedieron estudiosque profundizan en aspectos específicos del consumo. En unos

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casos como el trabajo de Molina (1982)107 se enfocó los patro-nes socio-familiares como determinantes de los procesos infec-ciosos, en otros casos como los estudios de grupo de Guadala-jara se analizaron los patrones familiares de distintas clasessociales y la relación entre las estrategias de supervivencia,condiciones políticas y culturales con la inserción productiva yla producción de tipos de morbilidad (Mercado-1982 108 yUribe-Ramirez 1987 109 ). También a manera de ejemplo de lanutrida producción brasilera en esta línea, cabe citar los traba-jos sobre reproducción social, patrones de nutrición familiar ylactancia publicados por Goldenberg lo0 m' que exploran rica-mente el proceso de conformación de las mediaciones familia-res en las distintas clases y en su relación con los perfileslaborales de la mujer. Finalmente, están los estudios epidemio-lógicos aplicados al análisis de la demanda de servicios y eva-luación de la oferta estatal como es el caso del estudio delCEAS 112 en el cual se empleó la investigación epidemiológicacomo base para la construcción de la necesidad popular en unbarrio urbano, a partir de la cual se evaluó los programaslocales y la adecuación de las políticas centrales.

El interés por la epidemiología laboral surgió, en prome-dio, más tarde que los estudios de clase iniciales. Es un campoen el que se han producido en las maestrías y centros deinvestigación latinoamericanos una considerable cantidad detrabajos cuya riqueza no corresponde analizar aquí puesto queen otro componente de esta publicación son cubiertos enprofundidad. Especialmente en México y Brasil, dos de lospaíses semi-industrializados de la región donde el objeto deestudio o proceso laboral en grandes unidades productivas y elobrero colectivo se presentaba más claro y desarrollado, seprodujeron los avances más interesantes de ese momento,sinembargo también en Colombia, Ecuador, Perú y Chile exis-ten esfuerzos importantes en la construcción de esta área dela epidemiología.

Los nudos problemáticos de carácter metodológico másimportantes que aparecen en la epidemiología laboral se refie-ren a: cómo ligar la investigación del proceso productivo a lasotras contradicciones de la reproducción social, cómo imple-

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mentar la nueva relación sujeto-objeto o investigación partici-pativa en contextos'no fabriles y formas productivas no capi-talistas y el sector terciario, cómo articular la investigación deltrabajo familiar-doméstico y diferenciar sus procesos determi-nantes del-trabajo insertado, sobretodo en la epidemiologíalaboral de la mujer y de las clases que realizan su trabajo en eldomicilio.-Es importante también esclarecer, no sólo en laepidemiología laboral sino en las demás, una conceptualiza-ción correcta de la relación entre el pensamiento científico yel saber popular. Es decir, se percibe como un problema me-todológico central la articulación de los fundamentos y requi-sitos del conocimiento científico con las posibilidades del saberpopular que se integra como herramienta en la investigaciónepidemiológica, no tanto como un asunto de validación sinocomo un problema de complementación. Es el caso de larelación entre la encuesta colectiva del modelo obrero y susvariantes; respecto a la encuesta epidemiológica individual,asunto en el que no se trata de validar lo uno frente a lo otro,sino de entender las capacidades explicativas de lo uno y lootro, así como su complementación en el análisis.

Una mirada panorámica a las aportaciones del movimientolatinoamericano en este campo rebasa la responsabilidad deeste capítulo, pero quizás pueden mencionarse algunos traba-jos con el sólo fin de resaltar el tipo de avances metodológicosque se han cumplido en este terreno. En México se realizó afines de los setenta un estudio de los electricistas (1978 y 81)113 114 que es de ruptura, porque a pesar de su esquema meto-dológico clásico, inicia una aproximación distinta al conoci-miento de la unidad productiva, con su génesis histórica y laorganización del trabajo en sí misma, con lo cual abrió paso amodalidades de investigación que comenzaron a rebasar elabordaje empírico. Analiza las diferencias del perfil patológi-co, accidentabilidad y sobrevida de los trabajadores vinculán-dolos a la forma de explotación de la fuerza de trabajo y laorganización del proceso productivo. Dos años más tarde Te-rán y Espinosa (1983) 115 reeditan dicho procedimiento con lostrabajadores eléctricos de Quito, incursionando en la relacióncon el consumo de los trabajadores: Importantes estudios tran-sicionales de esta línea, que utilizan creativamente las fuentes

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oficiales como recurso metodológico para demostrar la pato-genicidad del trabajo bajo el capitalismo, son los de Sepúlvedasobre el trabajo de construcción (1979) 16 y sobre el impactode la crisis en los trabajadores (1987) 117 Cohn, Karsch, Hiranoy Sato (1985)118 el cual utiliza también la entrevista a lostrabajadores como recurso metodológico. Pero la epidemio-logía laboral llega a su madurez con los trabajos de Laurell,Noriega y Márquez (1983 al 89) 119120121 y más recientementede miembros del grupo Xochimilco (López, Garduño, Ríos yVillegas) en México y de Tambellini (1981)122 en Brasil.,porque en estos se avanza notablemente en la construcción delobjeto de estudio particular de la epidemiología laboral, incor-poran con rigor las categorías de la economía política al estu-dio del proceso productivo, las modalidades de estracción deplusvalor y el cambio tecnológico articulándolos a la observa-ción epidemiológica del proceso laboral y logrando innovacio-nes aún en la relación sujeto-objeto de la investigación. Eche-verría (1987) 123 124 en Chile, a la vez que analiza el efectoepidemiológico de las nuevas tecnologías (burótica, robotiza-ción, etc.) incursiona también en la investigación del llamadotrabajo precario, la problemática de la heterogeneidad produc-tiva del capitalismo periférico y la imbricación de formas depunta con formas de sobreexplotación y trabajo atrasado comola subcontratación, los contratos a corto plazo, trabajo a domi-cilio, trabajo estacional y formas de trabajo clandestino y ter-mina lanzando la propuesta de avanzar en la línea de losestudios sectoriales o intermedios. Betancourt (1984 al 90) 125126 127128 ha desplegado un importante esfuerzo por contrastarlas ventajas y limitaciones de los modelos propuestos, porincorporar a los planteamientos alternativos el uso de técnicascomo las de estudio de diagramas de bloque y flujos y porimpulsar el conocimiento de las distorsiones que el Estadointroduce en la práctica de la "medicina ocupacional". Recien-temente, Kohen 12 9 conluyó un estudio en el que se obtieneinteresantes conclusiones sobre la antes mencionada relaciónentre la encuesta colectiva y la individual frente a la epidemio-logía del estrés y el trastorno mental en las trabajadoras. Co-nocemos que existen fuertes grupos en este campo tanto enVenezuela como en Perú, pero lamentablemente hasta el mo-mento de elaborar este análisis no pudimos obtener sus traba-

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jos para analizarlos en esta brevísima revisión de las aportacio-nes metodológicas.

No puede dejarse de mencionar las reflexiones teóricasque al respecto del proceso laboral y la salud, publicó JuanCesar García (1984) 13° , quien discutió la importancia metodo-lógica de las categorías trabajo concreto y trabajo abstracto enel examen de los problemas de la salud laboral en el capitalis-mo, enfoca las condiciones estructurales como moldeadoras delas demandas al trabajo y el desempleo, en su relación con la"fatiga patológica" y "enfermedad de la pereza", cuya inter-pretación en las sociedades agrícolas y en las más industriali-zadas de América Latina ya fue tratada en uno de sus trabajosanteriores 131. Ha sido este un terreno de la epidemiología queha ofrecido invalorables aportaciones y que ha realizado undevenir importante desde las primeras fases cuando se estruc-turaba incompletamente alrededor de la categoría "procesolaboral" hasta alcanzar un desarrollo teórico-práctico forjadoalrededor de la categoría "proceso de producción". En unasección posterior se contrastan algunas de las propuestas me-todológicas más acabadas en el campo de la epidemiología quetienen indudable trascendencia para la investigación de laepidemiología laboral.

La epidemiología geográfica o del territorio es otra areadonde se ejerce el trabajo reformulador del movimiento lati-noamericano. Se trata de replantear la interpretación y estudiodel medio geográfico para superar la visión estática y pasivadel mismo frente al proceso salud-enfermedad. Se investigapara comprender la segregación social del espacio y el compor-tamiento y distribución de los procesos epidemiológicos, paraentender la lógica de la distribución de los servicios de salud ysu papel epidemiológico y se estudia los procesos ecológicospara entender su historicidad.

Es este un filón de enorme importancia para el desarrollode la epidemiología y de su aplicación frente a la planeaciónsocial. En la actualidad se da un debate acerca de las basesteóricas para la interpretación del espacio. Desde los trabajosde Marx y Engels, Lefebvre, pasando, por los de Castells,

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Harvey y otros, se han producido avances metodológicos im-portantes en el estudio del territorio, lo cual es una necesidadimperiosa para la investigación epidemiológica.' Un hechoevidente es que en el análisis epidemiológico del espacio, sepone en claro, una vez más, la capacidad explicativa y bondadesanáliticas de la concepción marxista de la reproducción social.Berqúo (1982) 132 la aplicó a la regionalización del territoriobrasilero, delimitando zonas que por su historia social y desa-rrollo económico pudieron considerarse. Se conocen muchostrabajos realizados en esa óptica pero los requerimientos de lainvestigación epidemiológica implican otros problemas meto-dológicos y la inclusión de aspectos de los fenómenos natura-les. En esta línea, varios estudios del CEAS tienen un carácterprecursor. La investigación sobre los determinantes del aborto(1985)133 y la de la mortalidad infantil diferencial en el areaurbana de Quito (1983) 134 parten de una regionalización epi-demiológica que se fundamenta en la distribución espacial delas formas de organización productiva y confluencia de clasescon sus perfiles de reproducción social para conformar zonashomogéneas cuya construcción teórica se bosquejó en esos

1 Una de las discuciones teóricas más recientes y completas a cerca dela llamada teoría del espacio, también reconocida como teoría delterritorio o lo que en términos del materialismo dialéctico-históricosería la interpretación de las condiciones naturales externas, es la queofrece Pradilla en su libro " Contribución a la Crítica de la TeoríaUrbana" (México, ediciones de la UAM-X, 1984).

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años. En trabajos más recientes sobre "Geografía de la saluden Ecuador" (1990)135 y "Deterioro de la Vida en Ecuador"i1990)136 se llegó a la construcción de la categoría corepidema

que expresa la contradicción entre el carácter benéfico odestructivo que pueden tener los elementos geográficos comoconsecuencia de las contradicciones del orden social que losdetermina y, a la vez, el efecto que aquellos tienen en lasociedad y en la salud-enfermedad. Esta idea se desarrolla ylleva a operacionalización en un libro reciente de investigado-res del CEAS donde se analiza la implantación espacial de lasformas de reproducción social en las zonas epi-climáticas delpaís, formulando una matriz de regionalización alternativa ycomprendiendo la dinamia del espacio donde se desenvuelvehistóricamente la reproducción de las clases y se expresan susperfiles de salud-enfermedad. De ese modo surge la concep-ción epidemiológica integral del distrito epidemiológico comobase para la planeación social y el otorgamiento de prioridadesen el territorio.

La investigación de la distribución de la mortalidad ha sidoun campo de aplicación de esa epidemiología del territorio, amás de las investigaciones del CEAS antes citadas aparece eltrabajo de Berqúo (1982) 138 Mercer 139 y el de Blanco 140 estaúltima desemboca en la propuesta de las "unidades socio-es-paciales de reproducción" utilizando la categoría de Pradillade "soportes materiales de vida".

1 COREPIDEMA es una categoía acuñada por Breilh y Granda(CEAS) que viene de las raíces griegas "jore" que significa espacio,lugar o región y "epidemos" que etimológicamente significa"sobre lapoblación". Expresa una síntesis de los histórico-natural o modeloespacial donde se distinguen formas de desarrollo de la estructuraeconómica implantada en el territorio, se acumulan ciertos patronesde vida social preponderantes y característicos con perfiles desalud-enfermedad típicos (incluidas formas fenotípicas y genotípicas),todo lo cual ocurre en zonas de vida específicas principalmentedeterminadas por condiciones de fertilidad, pluviosidad, humedad ytemperatura promedio, producidas históricamente y que participan enla determinación (codeterminación) del proceso salud-enfermedad.

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También el estudio de la implantación de los servicios desalud ha sido terreno propicio para el adelanto de la epidemio-logía del territorio, en este sentido cabe destacarse la construc-ción histórica de esas relaciones que han planteado LópezCámara-Lara (1983)141 y el CEAS con sus estudios sobre losrecursos odontológicos profesionales' 42 donde se analiza lalógica que el sistema imprime a la distribución de los recursos,los condicionamientos del mercado y las contradicciones entreel valor de uso y el valor de cambio en la epidemiología de losprocesos estomatognáticos.

El uso de la epidemiología en la crítica del Estado, laevaluación de servicios y acciones de salud ha permitido des-mitificar su eficacia y descubrir incongruencias, conjuntandoel análisis epidemiológico como instrumento para establecerla necesidad objetiva y el análisis administrativo para medir lasacciones. En esa línea destacan trabajos como los de Suárez'4 3

y algunos del CEAS. 144 145

Otra dimensión de la mirada epidemiológica del espaciose proyecta en función del análisis ecológico, pero no de lainterpretación positivista de la naturaleza como un eco-siste-ma equilibrado, sino como un conjunto de procesos determi-nados por las modificaciones que la sociedad produce, peroque también participan en producir cambios en la vida social ypor ende en la salud-enfermedad. El trabajo de Vásquez 146 so-bre oncocercosis en Chiapas, explora desde un ángulo dialéc-tico la relación entre producción agrícola, la transformaciónde la flora y el comportamiento entomológico del vector, de-volviendo al conjunto la codeterminación y movimiento.

Un campo menos trabajado pero que cobra ahora crecien-te importancia en medio del endurecimiento de los conflictosy la violencia social es el de la epidemiología del poder, laconciencia y la organización. Los procesos políticos y cultura-les que modelan las formas organizativas de la población y elavance de su conciencia son determinantes epidemiológicos.En términos generales esto significa que la calidad de vida enla que se determina la salud, no se refiere únicamente a lascondiciones físicas y psíquicas del trabajo y del ambiente, a la

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adecuación de los bienes de consumo y acceso a los servicios,etc. Lo esencial de la vida humana se define en la construcciónde la conciencia y la solidaridad. Más desarrollada es la vida yla salud de una colectividad mientras mayor conocimientoobjetivo y dominio tenga esta sobre las leyes del mundo físico,biológico y social (máxima expresión de libertad y capacidadobjetiva). Más evolucionada se encuentra la vida y la salud enlas colectividades donde mayores sean las formas de solidari-dad y seguridad (máxima expresión de la esencia social delsujeto colectivo) y mientras más desarrollados estén sus víncu-los universales y autarquía propia. Entonces la cultura comoinstrumento de conciencia y organicidad es un elemento clavepara la defensa y desarrollo de la vida, es un campo decisivo dela determinación epidemiológica. Son estos los aspectos quegeneralmente se soslayan en los enfoques empíricos y pragmá-ticos, pero que paradójicamente son reconocidos fragmenta-riamente por estudios empíricos. Hace pocos meses se publicó,por ejemplo, un estudio demostrativo de la correlación nega-tiva entre el convencimiento religioso y la hipertensión arte-rial. 14 7 Lo importante es que, como el citado trabajo lo reco-noce, la práctica religiosa está ligada a procesos culturales, deconciencia y de solidaridad. Entonces, la determinación epide-miológica se da en el desarrollo de las contradicciones entreorganización clasista y privatización-aislamiento, entre con-ciencia objetiva y alienación, entre solidaridad y agresión-vio-lencia.

En las formaciones sociales existen condiciones culturalesy políticas de carácter general (del todo social) y particular (delas clases y grupos) que operan como determinantes epidemio-lógicos. Las coordenadas del enfrentamiento político y debateideológico que ocurren en una sociedad y los procesos deorganización y pensamiento sobre la realidad que sus miem-bros experimentan, sobre todo en las épocas de mayor crisis,son dirimentes del carácter protectivo o por el contrario delcarácter destructivo de la cultura y la organización. La culturaalienada y la organización agresiva o desorganización conve-nientes al régimen de dominio, tornan más lábil a la población,la desprotegen y potencian la enfermedad y la muerte, mien-tras que el fortalecimiento de la cultura, la conciencia objetiva

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y el avance de la organización autárquica, son bienes para lasalud y la vida.

El estudio de Raczynski y Oyarzo 148 (1981) que se comen-ta más adelante comprueba indirectamente el efecto epidemi-lógico compensador y protector de la cultura y la organizaciónen las etapas de regresión social. También el trabajo de Me-néndez sobre "Poder, Estratificación y Salud en Yucatán "149,asume el reto de entender el papel de lo ideológico comodeterminante de la salud. Al explicar la evolución histórica dela mortalidad general e infantil en esa región de México, paralos años 1900-1978, toma como eje analítico la relación entrelos cambios de la estructura productiva, la configuración cul-tural y la importancia de los procesos ideológicos como deter-minantes de la salud. Para hacerlo, no sólo demuestra la ine-fectividad durante ese período de las medidas convencionalesde la epidemiología oficial (inmunizaciones, dotación de agua,alcantarillado, educación para la salud, etc.) sino que cuestionalas explicaciones antropológicas de carácter etnicista y cultu-ralista, siendo este el punto en que ofrece una rica discusiónpara el problema que aquí nos atañe. Parte de una revisióncrítica de los postulados de las antropologías evolucionistascon su aproximación ahistórica, homogenizadora, focalizadaen lo superestructural y microsocial, sus concepciones gradua-listas y su enfoque esteriotipado de la llamada "medicina tra-dicional". Examina aportaciones como las de Fanon que res-cata la unidad dialéctica entre lo tradicional y lo revolucionarioy en ese punto establece una aguda reflexión sobre el papel dela práctica tradicional en el contexto de la sociedad capitalistamoderna. Menéndez plantea que el proceso de constitución yexpansión de la ideología curativa dominante supone la exclu-sión ideológica de otras prácticas pero no su eliminación, y quelas prácticas "alternativas" (técnicas, caseras, religiosas y má-gicas) tan acariciadas por los viejos y nuevos sustentadores dela visión fenomenológica, son en general complementarias delsistema dominante y no necesariamente cuestionadoras. Gar-cía Canclini 150 también aporta importantes reflexiones para elesclarecimiento metodológico de la relación entre lo "micro-social" antropológico y lo "macrosocial" sociológico en el co-nocimiento de la realidad latinoamericana. Parte de reconocer

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que existe una compleja interacción entre lo "tradicional" y lo"moderno" y, alejándose de una postura excluyente, reconocela necesidad de incorporar los instrumentos de la antropologíacomo elementos útiles para interpretar de que forma los gru-pos reproducen en su interior el desarrollo capitalista domi-nante, constituyendo formas mixtas de reproducción e ideolo-gía. Así, explica como la cosmovisión racionalista liberal, lastradiciones aborígenes y el hispanismo colonial-católico searticulan con desarrollos propios y desiguales en cada lugar,frente a lo cual las herramientas antropológicas ayudarían adesenmascarar lo que puede haber de etnocéntrico, reconocerlas formas locales de simbolizar los conflictos y desentrañarcómo es vista la sociedad, la vida, la salud desde la periferiecultural.

En este sentido, se esclarece un desafío metodológico yuna tarea para la epidemiología que consistiría en alimentaruna conciencia objetiva sobre las complejas articulacionesideológicas alrededor de la salud, relievar los efectos destruc-tivos de la ideología y la organización dominantes, develar losefectos patógenos de la represión política, del deterioro de laseguridad y la cohersión ideológica, temas y aspectos que nose quiere asumir como problemas epidemiológicos. Además lainvestigación epidemiológica, armada de estos nuevos recur-sos metodológicos ayudaría a discriminar las prácticas popula-res verdaderamente protectivas respecto a las que mediatizany limitan las opciones más saludables. Una temática que puedeejemplificar las potencialidades de esta propuesta es la delcampo de la lucha de ypor la mujer, donde aparecen desafíospara la epidemiología sugeridos por Cardaci (1989).151

Es una rama clave para el desarrollo de la epidemiologíay debería convertirse en punto cardinal del avance de estaciencia, máxime cuando la realidad del sistema mundial permi-te pronosticar una época de restricciones y plomo para lospaíses dependientes. En verdad, en la frontera de los añosnoventa América Latina se abre paso hacia una década ende-moniada en la que, al margen del optimismo calculado de losempresarios y de los ofrecimientos de las organizaciones polí-ticas que los representan, se agudizará la crónica penuria de

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las mayorías poblacionales penetrando hasta en los más remo-tos resquicios de la vida cotidiana de los trabajadores y susfamilias, obligándolos a replantear sus patrones de vida parasobrevivir en niveles extremos de trabajo extenuante y priva-ción, en contextos donde la miseria se racionaliza, se descom-ponen las expresiones comunitarias y se extiende el deteriorode la vida. En un trabajo reciente acerca del desconcierto dela salud en América Latina en el decenio anterior 152, llamadoeufemísticamente como "decenio perdido", el autor muestralas regularidades que se observan en el menoscabo de la viday la salud en latinoamérica, lo cual hace más necesaria quenunca la construcción de un proyecto popular de defensa yavance de la vida y la salud. Y es precisamente ese desafíohistórico el que otorga a la epidemiología crítica su mayorimportancia.

El acervo bibliográfico en el que se sustenta este análisisno es completo para este campo pero cabe pasar revista aalgunas de las contribuciones efectuadas.

El reto de la construcción política tiene que recrearse yalimentarse en el reto de la nueva construcción científica y lasalud es un campo privilegiado para esa tarea. Tanto en lassociedades capitalistas como en las de transición se reconocenvacíos de teorización y conocimiento necesarios para el desa-rrollo de una propuesta popular en salud. Las plataformas yprogramas de las organizaciones de vanguardia de la mayorparte de países capitalistas muestran serias falencias en laconstrucción de la necesidad en salud y los caminos político-técnicos. Aún en las sociedades de transición, como lo señalaArouca (1982)155, pese al desarrollo político mayor son pococonocidas las condiciones para el cambio. Hay que reconocer,además, que el conocimiento de la necesidad no sólo es unproblema de la consolidación revolucionaria sino de la cons-trucción misma del pensamiento y la acción transformadoras.La epidemiología puede enriquecer y concretar un alto hori-zonte de visibilidad en la lucha.

El problema de la violencia en sus variadas y complejasdimensiones es parte del objeto de esta rama epidemiológica.

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Muñiz (1984) esbozó la construcción de las dimensiones de laagresión utilizando las categorías de reproducción social yperfil epidemiológico, logrando una primera articulación teó-rica para el análisis epidemiológico del problema. Campaña(1989) avanzó una sistematización crítica de las interpretacio-nes hegemónicas de la violencia y articuló metodológicamenteen la categoría de reproducción social la historia biológica ypsicológica de los seres humanos su conformación bionerviosaactual y pasada, de ese modo recuperó para la investigación,toda la riqueza del perfil epidemiológico en lo que atañe a ladialéctica social-biológico, entendiendo que, "...una confor-mación o potencialidad neurofisiológica se define y surge den-tro de los límites impuestos en última instancia por la repro-ducción social....es en la fase ontogenética donde se configuradefinitivamente el sistema nervioso y se modelan, a partir delas premisas neurofisiológicas señaladas y a partir de prácticassociales y patrones socio-grupales específicos, ensamblajes ac-titudinales y formas de comportamiento". La categoría repro-ducción social permite entonces vincular lo macro con lo coti-diano y configurar la unidad de los procesos generadores deviolencia de todos los tipos. Los procesos regresivos en fasesde dictadura tienen una estrecha relación con efectos epide-miológicos de la violencia, es el punto que aborda el trabajode Escudero (1981)156, cuando examina, por ejemplo, el dete-rioro de los recursos de salud en los estados de excepción.

La epidemiología histórica ha enfrentado grandes esco-llos para desarrollarse, especialmente las serias falencias de losregistros estadísticos en los paises de la región. Es importantedistinguir su objeto de estudio -que es el comportamientohistórico de las series seculares de procesos epidemiológicosespecíficos- del que corresponde a la historia de la prácticaepidemiológica y el de la historia del saber en la disciplina.Algunos epidemiólogos europeos como McKeown 157 senta-ron interesantes precedentes de este tipo de trabajo, pero suinterpretación de la "variable" tiempo se redujo a la corres-pondencia secuencial y empírica de eventos de la historiageneral y de la cronología de la implementación de serviciosde salud, respecto a los momentos y fluctuaciones de las curvasde indicadores de mortalidad o morbilidad. Aunque no existe

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mucho material forjado desde una reconstrucción históricomarxista de la categoría tiempo, sinembargo pueden citarsetrabajos como los de Ruffino Netto y Pereira 15 que analiza laevolución secular de la tuberculosis de 1860 a 1977 en Rio deJaneiro y que separa en la curva de descenso, tres fases contendencias que se explican por determinantes económico es-tructurales y políticos. Souza Lima y Peret Antunes (1982)159profundizaron en la fase de descenso 1860-1900, en la cual noexistió el enmascaramiento de las medidas de control preven-tivo y terapéuticas. Ya se mencionó el estudio de Raczynski yOyarzo160 que explica la variación histórica de los índices demortalidad infantil en Chile y efecto compensatorio de laconciencia y organización de las familias chilenas, así como elmantenimiento táctico de un mínimo de actividad estatal pre-ventiva. Un trabajo histórico muy importante es la investiga-ción de Franco (1981)161 que analiza profundamente las deter-minaciones estructurales, políticas e ideológicas de la historiade la malaria.

La construcción distinta de la categoría tiempo permiteformular "períodos", "etapas" y "fases",* 1 para "establecerlapsos que en forma relativa señalen momentos cualitativa-mente diferenciables ... el esquema histórico, en este caso,opera como una síntesis inicial o visión anticipada de las deter-minaciones generales de la que no se puede prescindir meto-dológicamente". 162

En definitiva esta segunda etapa de la epidemiología lati-noamericana dejó como producto una consolidación y diversi-ficación metodológica e instrumental.

Hacia finales de la década de los ochenta, al cerrarse undecenio de crisis en América Latina y dentro del marco de unmundo sacudido por la conmosión política de la Europa delEste se manifiesta un proceso de polarización al interior delmovimiento de la Medicina Social latinoamericana. Es unaetapa que fué analizada en la sección primera de este capítulo

1 Según la terminología del mexicano Enrique Semo.

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y que tiene como telón de fondo el endurecimiento de losmecanismos internacionales y nacionales de dominación y deempobrecimiento -unas veces relativo y en otras absoluto- delas capas medias y de la intelectualidad, produciéndose unaverdadera "metamorfosis" de un sector de los intelectualeshacia posturas menos críticas. Pero ese desplazamiento tuvoque acompañarse de una fundamentación teórica y, de esemodo se ha empezado a observar un proceso regresivo, con-ceptual y práctico, efectuado en nombre de la heterodoxia yen contra de una supuesta obsolescencia del marxismo. Para-dójicamente, justo cuando esta doctrina estaba consolidandola riqueza de sus aportes metodólogicos es cuando se pretendeclausurar o reprimir su utilización.

Las expresiones de un conflicto, que por otro lado rebasalas fronteras de la Medicina Social o Salud Colectiva, no deja-ron de hacerse sentir en los planteamientos teórico-metodoló-gicos desarrollados en los países y llevados a los últimos con-gresos de la especialidad en los que se anteponen una corrientefuertemente influida por el pensamiento eurocomunista-so-cialdemócrata y una postura que principaliza la construcciónpolítica desde fuera del Estado y junto a las organizacionespopulares revolucionarias. La producción epidemiológica noestá excenta de estos condicionamientos y por eso en loscongresos de Medellín y de Canarias se enfrentaron ponenciasenmarcadas en la polémica indispensable para aclarar los rum-bos y compromisos de fondo de la Medicina Social. Es decir,en estos años cobra mayor importancia el análisis del conteni-do y proyección políticos de la tarea investigativa en su inter-dependencia con el método, es como si se insinuara la apari-ción de una fase de profundización de la politicidad delquehacer, que empieza a expresarse con más fuerza en elpropio método. Lo que ha sucedido es que en el procesoacumulativo, una vez configurados los marcos teóricos y algu-nos recursos instrumentales en las dos fases anteriores, sehabría llegado a una madurez para reconocer la necesidad deintroducir más profundamente el proceso de conocimientodonde está la acción: en las organizaciones populares y en elEstado. Los términos de esta doble proyección no debieran ser

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excluyentes pero, por las razones que se enunciaron en uncapítulo anterior, han cobrado forma las dos tendencias.

Discusión sobre Algunas PropuestasLatinoamericanas

Los apartados anteriores trataron de exponer las contra-dicciones principales entre los postulados teórico-metodológi-cos de la visión neopositivista y fenomenológica de la epide-miología hegemónica y aquellos que desarrolla el movimientolatinoamericano desde una óptica contraria. Para esta revisióncrítica y comparativa del "estado del arte" de la nueva produc-ción en América Latina no se consideró necesario ampliar unasistematización de los profundos cuestionamientos que el mo-vimiento latinoamericano formuló, pues aquellos se encuen-tran ampliamente tratados en los trabajos que desde fines delos setenta publicaron algunos de sus protagonistas como JuanCesar García, Ana María Tambellini, Sergio Arouca, CristinaLaurell y algunos miembros del equipo del cual es miembro elautor, así como en trabajos más recientes, como los de Naomarde Almeida Filho y Cristina Possas. Lo que se ha pretendidosintetizar, como marco histórico del enfrentamiento ideológi-co en medio del cual se forjó el contradiscurso latinoamerica-no, son los contrastes principales que se dan entre las bases deldiscurso científico fragmentario y reduccionista de la epide-miología oficial, que cosifica (o reifica) los "factores" causalesy luego reduce su investigación a las asociaciones empíricas delos mismos, con el discurso científico dialéctico y relacionalque mira la realidad como un mundo material unitario perodiverso, donde los procesos se concatenan en su movimientopermanente y mantienen una jerarquía en su determinación.Es decir, se trató de explicar la trascendencia del movimientolatinoamericano en su lucha para enfrentar el pensamiento delos expertos de la epidemiología hegemónica. Una epidemio-logía cuyos sustentadores se presentan como adalides de unasupuesta objetividad y precisión, revestida de sofisticados mo-delos formal-matemáticos, pero que simplifican la realidad conuna teoría igualmente simplificada, creando un conjunto de

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abstracciones que llevan a una concepción también simplifica-da y fragmentaria de la práctica. Era necesario situar históri-camente las principales falencias y distorsiones frente a lascuales se construyó el quehacer en el mundo del capitalismoperiférico, en función de apuntalar una interpretación trans-formadora para la práctica en salud y poner en evidencia elreduccionismo que ha constreñido la práctica epidemiológicaa una línea descriptivista y empírica que desarticula el podertransformador del conocimiento.

Ahora corresponde revisar críticamente las propuestasemitidas desde la nueva óptica para iniciar un juicio preliminarde sus avances y dificultades. Siendo amplia y diversa la pro-ducción en este campo es necesario acoger para el análisisaquellos planteamientos que muestren un mayor desarrollo.Con tal finalidad se confrontan a continuación algunas de laspropuestas teórico-metodológicas para la epidemiología, ema-nadas del trabajo latinoamericano. El objetivo es el de recono-cer sus potencialidades y dificultades y, sobretodo, afinar lasbases de su complementación para la tarea futura. Cabe aclararque no se pretende mostrar en este punto una reflexión aca-bada y profunda de las propuestas, sino sistematizar los puntosnodales de las mismas con el fin de contribuir a situar losaspectos en los que una discusión más profunda permita des-cifrar sus acuerdos y desacuerdos más importantes.

Breves Elementos Autocríticos

Es necesario anticipar, con miras al trabajo futuro y comobase de una reflexión autocrítica para nuestro quehacer, laexplicación de algunas regularidades que se detectan al obser-var las formas y mecanismos de comunicación entre los núcleoslatinoamericanos que han estado vigentes y que han limitadoo entorpecido la fertilización cruzada de las propuestas.

Como consecuencia de la debilidad técnica y presupuesta-ria de los sistemas alternativos de comunicación que se hanforjado para romper los cercos y restricciones de las redeshegemónicas, frente a las cuales el flujo de información del

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mundo dependiente tiene una ubicación "marginal", se tornanevidentes algunos errores y carencias. La revisión comparativade los trabajos latinoamericanos, las citas y comentarios meto-dológicos mutuos que se publican ponen en evidencia en pri-mer lugar una lectura parcial y atrasada de unos respecto a losotros. No es difícil encontrar, por ejemplo, críticas publicadasa fines de la década de los 80, sobre trabajos de otros gruposde fines de los setenta, luego de los cuales estos últimos ya hanrealizado explicaciones, adiciones y múltiples experiencias decampo que no son siquiera conocidas por quien las analiza. Asímismo, se detecta el pronunciamiento de críticas sobre traba-jos posteriores o menores del autor analizado, cuando susplanteamientos más completos se encuentran en obras ante-riores o se redondean en trabajos no conocidos por el analista.En segundo lugar, se registra el procedimiento incorrecto dejuzgar sólo trabajos de reflexión teórica, producidos con unadeterminada intencionalidad, sin incorporar a la crítica lostrabajos de aplicación concreta de esos planteamientos, dondese ubica la mayor riqueza y se demuestran las potencialidadesde los mismos. En tercer lugar, se percibe en algunos casos unadiscriminación o relegamiento de cierta producción debidaprobablemente a pre-conceptos ideológico-políticos o quizásmotivadas por la reacción que los primeros trabajos produje-ron en quien asume el papel crítico. Entonces, las posibilidadesde extraer los mejores frutos de ese necesario proceso deintegración-divergencia quedan libradas, sea a las limitantescondiciones de esa lectura parcial y desfasada o a las de loseventuales congresos y seminarios, más que a la ejecución deltrabajo conjunto.

La discusión de propuestas que se expone a continuaciónmuy probablemente arrastra las deficiencias que quedaronanotadas y deberá tomársela como un esfuerzo de síntesis dealgunas de las principales identidades y divergencias que sur-gieron en el transcurso de las últimas décadas. Debe aclararsetambién, como ya se dijo anteriormente, que sólo se incluyen,de las propuestas metodológicas conocidas, las que a juicio delautor son más acabadas y han logrado mayor resonancia. Elorden de discusión de las mismas también sugiere el ordenhistórico y antecedencia de su producción.

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Dentro del movimiento regional de la Medicina Social(Salud Colectiva) las dos propuestas que alcanzaron más tem-prano desarrollo y que ostentan la mayor identidad, son las delos grupos de Xochimilco (México) y del CEAS (Ecuador), (Enel esquema NO 1 se esbozan las categorías centrales de laspropuestas). Es necesario, sinembargo, intercalar en este pun-to la discusión de algunas categorías básicas, al margen de lascuales, no tendrían sentido las comparaciones y juicios delmovimiento latinoamericano.

Categorías Básicas para este Análisis

El contraste de las propuestas requiere el esclarecimientoprevio de ciertas categorías fundamentales que el autor haincorporado al análisis epidemiológico.

Determinación y mediación

Los procesos de la realidad son determinados o necesarios("determinación" es una categoría explícitamente incorporadaen la epidemiología por Breilh - 1977) porque están sujetos aleyes objetivas del mundo material. Las leyes objetivas explicanla regularidad del movimiento, el cual está determinado porrelaciones invariantes, necesarias, esenciales, internas y esta-bles dentro de condiciones históricas específicas. Las leyes quedeterminan el movimiento del proceso salud-enfermedadabarcan un conjunto de contradicciones que corresponden avarios dominios y que se desarrollan en su unidad y oposiciónde contrarios (leyes de determinación dialéctica ), y en mediode las cuales ocurren los procesos de causación de una causanecesaria y suficiente externa frente a un efecto (leyes dedeterminación causal), los procesos de acción recíproca (leyesde determinación funcional) y los procesos de desviación de loregular originados en vínculos individuales no previstos (leyesde determinación porprocesos aleatorios o estocásticos). Estasleyes tienen un estatuto jerárquico, siendo las leyes dialécticaslas de orden superior en la determinación. Pero es importanterecalcar el hecho de que la determinación dialéctica no es

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unidireccional, sino precisamente dialéctica. Inclusive en elcaso del último tipo de leyes que definen los procesos aleato-rios, se ha establecido una relación dinámica entre determina-ción y casualidad pues "no sólo puede ser que lo aparentemen-te aleatorio sea explicado como resultado de fuerzas dedeterminación en una dimensión más alta con más especifica-ción, pero una reducción en la dimensionalidad por medio dela promediación también convierte la estocasticidad en deter-minación. Por ejemplo, la estocasticidad de los movimientosmoleculares en un gas subyace las leyes completamente deter-minísticas de los gases, que relacionan temperatura presión yvolumen...Por tanto los procesos aleatorios pueden ser la basede procesos determinados y viceversa". 163

Entonces, la determinación de la salud-enfermedad pasapor esa rica relación dialéctica entre las distintas dimensionesde la determinación.

En efecto, las leyes del movimiento epidemiológico dancuenta de un sistema de contradicciones complejo, y multidi-mensional y jerarquizado en el cual las relaciones que definenprincipalmente la calidad de vida son las relaciones estructu-rales deproducción-consumo mediadas por la distribución (enlas sociedades capitalistas distribución por el mercado y ladistribución del salario social), las relaciones con la naturalezao el entorno natural "externo" mediadas por la producción yde la producción mediadas por las condiciones del entornonatural, las relaciones político-ideológicas y las relaciones delmovimiento biológico subsumido que a su vez operan comomediadores que especifican el efecto de la historia en losorganismos, en la corporeidad, participando de ese modo en ladeterminación.

Pero, como lo ha sostenido el autor en varios escritosdesde 1977, existe la necesidad de estudiar la determinaciónsegún las categorías dialécticas de lo universal, lo particular ylo singular, único camino metodológico que permite compren-der la diversidad y jerarquía de los procesos epidemiológicosdeterminantes pero manteniendo a la vez su unidad. "La dife-rencia existente entre lo universal, lo particular y lo singular

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es relativa...solamente viendo a un fenómeno determinado ensu interdependencia con otros puede establecerse si es singu-lar, particular o universal"'.64 Un conjunto de procesos comolos que conforman la salud-enfermedad suele ser todo a la vez,es decir universal, particular y singular, sólo el caso específicode una persona, con los procesos fisiopatológicos y etiopato-génicos que ocurren en su fenotipo, dentro del marco de lo quepermiten las normas de reacción de su genotipo, no puede seruniversal ni particular, aunque contendrá los rasgos definito-rios de lo universal y particular.

"Por universal se entiende la comunidad que existe obje-tivamente de rasgos, propiedades y caracteres de los objetos yfenómenos singulares de la realidad objetiva, o también lasimilitud de las relaciones y nexos entre ellos. Universal es loque se repite a través de lo múltiple, diverso y singular." 165 Lasleyes epidemiológicas universales o generales son las que co-rresponden a la dimensión estructural (base material econó-mica), en primera instancia, y a la superestructura social, por-que estas definen la esencia de la determinación de todos losdemás procesos, determinan los nexos estables, esenciales, yreiterados de los fenómenos que conforman la salud-enferme-dad colectiva y que delimitan el movimiento de los procesosparticulares (los perfiles de reproducción social en los grupos)y de los procesos singulares (condiciones específicas de lacotidianidad individual y los caracteres fenotípicos y genotípi-cos). Lo universal no forma parte del contenido de lo casual,ni de lo fenoménico porque estos aspectos no contienen loestable y forzoso de la realidad que se estudia, pero el fenóme-no epidemiológico singular permite que se exprese y especifi-que la esencia de lo general o universal.

Como queda dicho, lo particular corresponde a un grupode procesos "objetos, fenómenos o hechos que, siendo gene-rales, forman al mismo tiempo parte de otro grupo más gene-ral"' 66. En el caso de la realidad epidemiológica lo particularcorresponde a los procesos de la reproducción social de unaclase social, de una fracción de la misma o de otro grupomenor, porque si bien en esta dimensión se marcan los rasgosesenciales que ocurren particularmente en dichos grupos y que

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delimitan el movimiento de los fenómenos singulares que sedan dentro de ese grupo, en cambio su movimiento o desarro-llo se encuentra determinado a su vez por las regularidades dela dimensión más amplia de la reproducción social que, entratándose de nuestras sociedades, corresponde al proceso deacumulación de capital y sus manifestaciones político-ideoló-gicas.

Por fin, lo singular "se halla íntimamente vinculado con elfenómeno en que se manifiesta la esencia...los procesos sin-gulares están dotados de una existencia real, objetiva... (sinem-bargo) ... en el ámbito del pensamiento lo singular sólo seconoce en sus rasgos comunes con otros objetos singulares...asípues, el pensamiento sólo puede conocer y definir lo singularconsiderándolo como universal, el pensamiento no puede ex-presar lo singular si no es por medio de lo universal."' 6 7 Siquiero explicar, por ejemplo, lo que es una tuberculosis, ladefino por sus razgos comunes que comparte con otras tuber-culosis del mismo grupo. En esta circunstancia no agoto en midefinición de ese caso de tuberculosis todas sus característicassino que incorporo en mi definición algunos rasgos que sonesenciales. Si requiero definir la tuberculosis defino el objetode un modo universal, si quiero definir los atributos particula-res de un caso también recurro a lo universal, así pues elpensamiento no puede expresar lo singular si no es por mediode lo general. Entonces es absolutamente necesario integraradecuadamente los dominios de la realidad en el conocimientoepidemiológico. Las leyes históricas obviamente operan en loindividual y delimitan los procesos biológicos que se desarro-llan en las individualidades, definiendo su operación y suslímites. Si bien lo biológico implica un campo con legalidadpropia y específica, ese movimiento no ocurre al vacío sino enestrecha codeterminación con lo social, dentro de las posibili-dades objetivas dadas por las leyes universales.

El mirar la determinación epidemiológica de este modounitario, jerarquizado y dinámico tiene otra consecuencia im-portante para lo metodológico, pues contribuye a romper lafalsa dicotomía que el método epidemiológico positivista em-pírico establece para los diseños de observación, segregándo-

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los según su extensión yprofundidad. La epidemiología hege-mónica jerarquiza a los diseños según una supuesta capacidaddemostrativa diferente, otorgando siempre a los diseños expe-rimentales la mayor capacidad, seguido por los analíticos decohorte, luego los retrospectivos y finalmente los transversa-les, a los que concede sólo una capacidad exploratoria y paralo que llama "diagnósticos generales de salud" Lo experimen-tal sería, en esa gama, lo profundo y lo transversal cubriría loextenso. Pero, el conocimiento epidemiológico no establece "apriori" la extensión y profundidad en la observación científica,aquello resulta de las características del objeto y los requeri-mientos de llegar a lo esencial. En todo diseño debe asumirsela extensión y profundidad que sean necesarias para conocerlos procesos de determinación, lo cual no se reduce a demos-trar asociaciones empíricas sino a desentrañar las leyes delmovimiento de los procesos de génesis y reproducción de lasalud-enfermedad. Asunto sobre el que se volverá al comentarla propuesta que en esta dirección formula Naomar de Almei-da Filho.

Las Mediaciones en la Determinación

Las mediaciones son procesos necesarios para que se es-pecifique la determinación. En la relación dialéctica entre logeneral, lo particular y lo individual, o dicho de otro modoentre el todo y la parte, las leyes del todo o de la dimensiónmás amplia determinan los límites dentro de los cuales puedaoperar el poder determinante de la parte o de lo singular, pero,estos también median la determinación, especificándola. Des-de el punto de vista epidemiológico esto quiere decir que lasleyes de la totalidad histórica sociedad, determinan a las de laspartes (clases e individuos) pero estas partes también tienensus propias leyes que contribuyen al proceso de determinaciónespecificándolo. La relación social-biológico también se expli-ca por esa interrelación dialéctica entre el todo y la parteporque lo social, al subsumir lo biológico, determina los límitesde lo biológico pero lo biológico también participa en condi-cionar, especificar el movimiento. Lo social, las leyes de lareproducción social, el sistema de contradicciones de la repro-

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ducción social determinan las condiciones dentro de las cualessucede el movimiento biológico subsumido pero también lascondiciones naturales del entorno y de la biología humanaparticipan en la determinación de la salud-enfermedad, sea através de la experiencia biológica acumulada que define lasnormas de reacción del genotipo de los individuos, o a travésde los procesos fisiológicos que son posibles en un fenotipo encircunstancias históricas específicas (configuración ergonómi-ca, configuración inmune, estado nutricional y metabólico-en-dócrino, capacidad de reposición, base neurofisiológica, etc.).La mediación por tanto define un espacio con una legalidadpropia, un espacio de especificación y de relación entre proce-sos de dimensiones más altas, la forma en que lo general sehace presente en lo particular y los niveles de articulación delos procesos reales.

En América Latina la investigación epidemiológica denuevo cuño avanzó hasta descifrar las relaciones y determina-ciones más amplias, pero ahora es indispensable consolidar elconocimiento de mediaciones en distintos niveles: mediaciónen las fracciones de clase, en las comunidades o barrios, lasmediaciones de la unidad familiar (lo cual nos remite a lacategoría de (trabajo doméstico), las mediaciones del mediogeográfico en el territorio donde se desenvuelve la reproduc-ción social de las clases y las mediaciones individuales decarácter genético y fisiopatológico. La vida y las posibilidadesde la salud se definen en las grandes determinaciones estruc-turales pero se especifican en las mediaciones, para concretar-se y tornarse "visibles" en los individuos.

Reproducción Social

La reproducción social en términos marxistas se interpretaen dos dimensiones: la gran reproducción social en el nivelgeneral, que en el caso de nuestras sociedades adquiere elcarácter histórico de acumulación de capital y dentro de ésta,las formas de reproducción social particulares. Estas últimasestán configuradas por un sistema de contradicciones multidi-mensional que abarca, como eje de la determinación, el movi-

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miento dialéctico de producción-consumo, mediado por ladistribución y que incluye también las relaciones con el entor-no o medio geográfico o territorio (condiciones naturales ex-ternas), las relaciones político-ideológicas que definen las con-tradicciones entre la organización-autarquía de las clases y laprivatización-alienación que las afecta, entre las formas soli-darias de vida y las formas competitivo-agresivas. Estas últimasincorporan un elemento de conciencia y organización, porquela reproducción social aunque está determinada, en últimainstancia, por el movimiento material económico, no se reducea este sino que incorpora un movimiento en la dimensión de laconciencia.

El consumo como categoría básica para entender un as-pecto de la reproducción social ha sido mal comprendido. Seconfunde consumo con reproducción y por eso se habla de unmomento productivo y un momento de reproducción en la baseeconómica de la vida de las clases. Pero la reproducción serefiere al movimiento total, mientras que el consumo es unode sus polos contradictorios. Marx define el eje de dichomovimiento como la oposición entre producción y consumo,mediados por la distribución. En la producción los miembrosde la sociedad hacen que los productos resulten acordes con lanecesidad históricamente definida (la necesidad no se definepor determinación cultural-fenoménica, ni por unas motiva-ciones individuales inherentes al psiquismo humano indivi-dual), la distribución determina la proporción en que losindividuos participan de esos productos ( no se produce y luegodistribuye lo producido, sino que de acuerdo al modo de pro-ducir es que se distribuye y, en una sociedad de clases ladistribución asume la forma de mercado y también está defini-da por el papel distributivo del Estado -salario social-), y en elconsumo individual los productos se convierten en objetos dedisfrute. En la producción las personas se objetivan en losproductos y en el consumo individual los objetos, las cosas sesubjetivizan. La producción regida por intereses de las clasesdominantes no es sólo producción de cosas sino producción designificados que se decodifican en el consumo. El consumoadopta varias formas: consumo de los bienes producidos ymediados por la distribución; consumo de los bienes produci-

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dos en el trabajo doméstico y las actividades "improductivas";consumo de los valores de uso naturales (oxígeno del aire,radiaciones ultravioletas). El consumo no se ejerce por partede individuos desprovistos de una especificidad biológica sinoque se especifica y configura también de acuerdo a las media-ciones biológicas del genotipo y la fisiología del fenotipo.

Por tanto toda esa complejidad y multidimensionalidad delproceso de reproducción social tiene que ser recogida por lascategorías y formas de conceptualizar la determinación de lasalud-enfermedad porque, de lo contrario, estamos ante elpeligro de perder objetividad y reconstruir una nueva formade reduccionismo o empirismo de molde pseudo-marxista.

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Las Propuestas de Xochimilco y del CEAS

Esquema Nº 1Categorías Principales de las Propuestas

REPRODUCCION SOCIAL PROCESO PRODUCTIVO

Relaciones: Relaciones:(de determinación)jerarquizada,varias formas ydominios)

* Cond. naturalesexternas (esp.- * Del procesocorepidemas) laboral

*Prod.-d-Cons.

*Polftico-ideol.Mediación:Familiar-comunit.

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NEXO BIOPSIQUICOHUMANO

*Estereotipos deadaptación (histo-ricamente específ.)

PERFIL EPIDEMIOL.

'Sistema de contrad.en movimiento

*Subsunción y me-diación biológica:

-genética(biología pretéri-ta-normas de reac-ción)

-fisiológicabiolog. presentefenotípica)

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Reflexiones Críticas sobre las Propuestas

Cuando se contrastan las dos propuestas sintetizadas en elesquema N01 surgen algunas inquietudes. Primero se puedenexplicar las diferencias en el ámbito que abarcan porque fue-ron pensadas para objetos de dos distintos niveles de genera-lidad. La propuesta CEAS se configuró para construir el obje-to proceso de salud-enfermedad colectivo, el objeto de laepidemiología, mientras que la propuesta Xochimilco se con-figuró alrededor de la preocupación por construir el objetosalud-enfermedad laboral, un objeto epidemiológico de menorgeneralidad. Pero es necesario exteriorizar algunas preocupa-ciones adicionales.

La propuesta pionera de Laurell, Noriega y otros investi-gadores de Xochimilco, igual que la del CEAS, enfrenta algu-nas dificultades pese a la riqueza y potencialidad que contiene.Desde el punto de vista metodológico hay necesidad de esta-blecer algunas reflexiones. Primero, lo que es su dificultad másseria es la restricción o desarticulación, por otro lado no bus-cadas, del proceso productivo respecto a la unidad producción-distribución-consumo, también conlleva una limitación paraintegrar el proceso global de reproducción social en el territo-rio o espacio o entorno y no incorpora tampoco en el estudiode la determinación epidemiológica propiamente dicha, lascontradicciones político-ideológicas. No porque los autores nolas hayan tomado en cuenta en sus análisis, que son por otrolado profundos y plenamente marxistas, sino porque las cate-gorías que emplean no abarcan los procesos que deben tomar-se en cuenta para analizar el movimiento epidemiológico. Alreducir el horizonte de preocupación a la instancia productivay descontextualizarla, se produce como problema más grave,

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desde el punto de vista de la proyección histórica de la pro-puesta, un problema de politicidad incompleta, puesto que noarticula los problemas del centro laboral y sus luchas con losde la clase fuera de la fábrica, con los del espacio del consumo,con los del medio o territorio o región. El peligro que subyacepara la utilización de esta propuesta en la construcción de unproyecto popular globalizante es que esa desconexión meto-dológica podría favorecer una desconexión de la lucha fabril.Nadie duda de la integralidad del compromiso político y de losavances en ese sentido del grupo mencionado pero el métodotiene que acompañar congruentemente la tarea. Por otro lado,el planteamiento se estructura fundamentalmente en el terre-no fabril y el grupo tendrá que construir formulaciones meto-dológicas que cubran el conocimiento de otros tipos de traba-jadores y los subempleos, en este sentido, si bien haenriquecido la indagación y reformulación del conocimientode la salud obrera es limitante frente a otros ámbitos de latransformación.

La categoría gramsciana del nexo biopsíquico propugnadapor Laurell introduce algunos problemas epistemológicos.Gramsci expuso su idea del nexo psico-físico para referirse ala imposición de patrones sobre todo conductuales y controlde la "animalidad" del hombre por parte de los sistemas taylo-rizados y fordizados del capitalismo moderno. Hacía alusión ala imposición necesaria del capital, de su disciplina productivaa los comportamientos de la clase obrera, al control de susinstintos y tiempos fisiológicos y decía que la vida de la indus-tria exige un aprendizaje general, un "proceso de adaptaciónpsico-física a determinadas condiciones de trabajo, nutrición,habitación, costumbres, etc." 16 8 Más allá del giro behavioristaque puedan ofrecer ciertas explicaciones de Gramsci en esosescritos y de la idea empírica que sugiere el vocablo "nexo", sesostiene la veracidad de sus juicios históricos en el contexto delproblema que busca explicar cual es la reglamentación de losinstintos sexuales del obrero como forma de comportamientofamiliar, de su vida íntima, de su moralidad, de su tiempolúdico. Pero, extender el uso de esa categoría a la especifica-ción del objeto proceso salud-enfermedad, no parece ser unprocedimiento metodológico adecuado. El problema se com-

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plica aún más cuando se recupera la noción de esteriotipos deadaptación. Parece haber dos problemas principales: primero,que el modo de plantear esa categoría introduce la idea, porotra parte no sostenida por Laurell, de un nexo externo de lohistórico-social respecto a los esteriotipos, lo social como ex-terno a lo biopsíquico, con el riesgo de reproducir una asocia-ción reduccionista de.nuevo cuño y de confundir determina-ción con causación externa y, segundo, el problema más seriode introducir por medio de la categoría "adaptación", unanoción de ajuste, o vuelta al "steady state" que la propia autoraha combatido en su nutrida y enriquecedora obra. Los proce-sos adaptativos existen en el movimiento biológico pero nocomo eje del mismo sino como un momento determinado porlas fuerzas de transformación de la realidad en todos sus domi-nios y órdenes. La visión dialéctica de los procesos no sedefine por el ajuste o adaptación sino por su cambio, por lalucha y oposición de los elementos de su naturaleza contradic-toria. De aceptarse esa noción tendría que concluirse que lahistoria de la biología de la clase obrera se reduciría a unasecuencia de adaptaciones cuando estas no son más que unaccidente o momento coyuntural de un movimiento. La esen-cia del proceso no se define por esos momentos adaptativos ypor tanto no pueden constituirse aquellos en eje explicativo dedicho movimiento y, por otro lado, la historicidad de la biologíade los trabajadores no le viene sólo "desde afuera", comorelación externa, sino que es inherente a la propia configura-ción de lo biológico, se gesta en las determinaciones másamplias y se expresa en la legalidad propia de los procesosbiológicos que participan en la determinación. La historia noescribe en la biología de los trabajadores como en una página,pasivamente, sino que las clases subordinadas desencadenanuna oposición que se ejerce en varias dimensiones. Lo sustan-cial del desarrollo de la clase obrera no es que pueda adaptarsesucesivamente, sino que resista, se enfrente y transforme ypara hacerlo debe adaptarse circunstancial y secundariamentetambién en lo biológico, por lo cual, si bien se acepta queexisten sistemas, retroalimentación y ajuste, que no son el ejedel proceso, la categoría adaptación lleva a estatuto central loque es secundario y subordinado.

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La propuesta del CEAS no ha desarrollado sus categoríascompletamente y presenta también dificultades, sobretodo enlo que se refiere a la especificación de muchos objetos parti-culares, como lo ha logrado la propuesta Xochimilco por haberenfocado un problema más circunscrito. Si bien es cierto queel trabajo de equipo ha permitido extender y desarrollar losplanteamientos iniciales de "Epidemiología: Economía, Medi-cina y Política" (1977) el trabajo en varios frentes demuestrala existencia de algunas dificultades y falencias a las cuales seestán dedicando esfuerzos en la actualidad. Cabe citar dos delas principales. En primer lugar, se halla la necesidad de pro-fundizar en el conocimiento de los procesos mediadores bio-lógicos y la forma en que opera la codeterminación de procesosfenotípicos y las normas de reacción del genotipo en el marcode las determinaciones de la reproducción social. Una segundadificultad metodológica es el escaso conocimiento de las téc-nicas cualitativas de observación, respecto a lo cual cobraespecial trascendencia la incorporación de la experiencia an-tropológica. Y en tercer lugar, se encuentra la incompatibili-dad de las técnicas de apoyo matemático y de la teoría que lassustenta con el manejo del referente empírico. En esta líneaserá de enorme importancia desentrañar la utilidad de nuevasformas de espacio geométrico y técnicas de observación de laempiria en movimiento que radican potencialmente en lasnuevas teorías matemáticas como la de la geometría fractal quese comenta a continuación.

En definitiva, dada la complementaridad de las dos pro-puestas, ofrecen un campo bastante nutrido de posibilidades ydesafíos y existen amplias posibilidades de compartir los avan-ces de una y otra para el desarrollo global de la epidemiología.

Problemas Instrumentales

En el manejo del plano fenoménico las dos propuestas hanlogrado avances considerables pero aun persisten problemas ydificultades.

Se han logrado operacionalizaciones de varias categorías

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que han permitido desenvolver logros frente a nuevas formasde estratificación de clases sociales, reclasificación de la mor-bi-mortalidad, el inicio de la incorporación de otras disciplinascomo la antropología, etc. Pero existen dificultades para elmanejo del plano fenoménico. Un problema central es la in-corporación de técnicas de análisis cuantitativo. Las pruebasmatemáticas utilizadas son las que parten de una base carte-siana, como las de asociación y correlación (regresión), contin-gencia, análisis de varianza, etc. que rigidizan y reducen elmanejo empírico, puesto que en última instancia se concretanen relaciones del tipo x--y, o xl,x2,x3,...xn--y, o xl,x2,...xn--yl,y2...yn etc., las cuales contradicen la óptica de movimientoe integración que contempla el nuevo enfoque. Parece ser queel desarrollo de nuevas concepciones sobre el espacio geomé-trico como las que está desarrollando la geometría fractal,ofrecen una perspectiva interesante para la observación mate-mática del movimiento y el desarrollo de pruebas coherentes.

La importante innovación que el grupo de Xochimilco haimplementado para la aplicación de investigación participantebajo el modelo obrero, aún no ha articulado la integración delos dos tipos de instrumentos que son, la encuesta colectiva yla encuesta individual. No se trata en este caso de un problemade intervalidación sino de que reflejan aspectos o dimensionesdistintas de la realidad de los trabajadores y ángulos diferentesde percepción de la realidad, la primera refleja el saber popu-lar colectivo y la segunda registra aspectos de la concienciaindividual y de la salud-enfermedad en la mirada científica.

Otras Propuestas Latinoamericanas enEpidemiología

Los trabajos de Naomar de Almeida Filho del importantegrupo de Bahía que surgieron alrededor de la investigaciónepidemiológica de los procesos mentales, publicados a media-dos de la década de los ochenta 169, a más de aportar en lacrítica de los modelos convencionales convergen a un plantea-miento metodológico sobre la construcción del objeto epide-

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

miológico y el método de la epidemiología. Si bien la partededicada a la construcción del objeto trae aportaciones y algu-nos planteamientos que ameritarían una crítica a la luz de losprincipios epidemiológicos sustentados por las dos propuestasanteriores, el trabajo de Almeida Filho trae una importantecrítica y propuesta alternativa en cuanto a la discusión de losdiseños para observación, sobre todo en la necesidad de com-binar tipos de estudio que garanticen extensión y profundidady rompan los criterios de la epidemiología convencional sobrelos diseños experimentales, analíticos y descriptivos. El autorpropone esquemas de integración que serían de gran utilidadpara el trabajo epidemiológico futuro.

Cristina Possas, sobre todo en su trabajo "Epidemiologíae Sociedade"170 lanza, luego de establecer algunos cuestiona-mientos sobre los que no se insistirá en esta parte por conside-rar que en las secciones anteriores están discutidas algunas desus apreciaciones críticas, su propuesta sobre los patrones dedeterminación, que los define como "la distribución de deter-minantes relativamente homogéneos de riesgo de morbimor-talidad en una población, identificados a partir del análisis delimpacto epidemiológico de las formas de inserción socio-eco-nómicas (condiciones específicas de viday trabajo) a las queestá expuesta en aquella sociedad dada"71 . Si bien en ciertostérminos intenta aproximarse a las propuestas precedentes,conlleva algunas diferencias de fondo que traducen un marcoteórico distinto, porque reducen la óptica de la epidemiologíaa la distribución de efectos relacionados con la morbimortali-dad sin tomar en cuenta el otro polo de la contradicción(procesos vitales-salud) y porque prioriza en la determinaciónlos procesos de trabajo y consumo sin tratar otros dominios dela determinación. Pero lo que nos interesa destacar de laproducción de Possas es su trabajo de reoperacionalizaciónpara el manejo de fuentes secundarias que le permite ofreceruna mirada vasta y rica de la situación epidemiológica brasile-ra.

En resumen, esta breve revisión de las aportaciones ydesafíos de la producción latinoamericana en epidemiologíano pretende ser un trabajo exhaustivo y seguramente habrán

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omisiones de trabajos importantes, por las cuales se pide anti-cipadas disculpas, pero interesaba construir una idea aproxi-mativa del hilo conductor del quehacer en este campo y unseñalamiento de los retos que el "Sur" tendrá que afrontar enun mundo dominado e insalubre.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

EL METODO EMPLEADO PARA ELANALISIS DE LA PRODUCCIONLATINOAMERICANA Y DESCRIPCIONGENERAL

José Yépez y Patricia Costales

Método para el Análisis de la ProducciónLatinoamericana

El movimiento histórico del saber latinoamericano acercade la salud colectiva se constituye en objeto de estudio. Sepretende desentrañar los aportes y falencias principales delmétodo empleado por los investigadores de la región para elconocimiento de los procesos particulares de carácter epide-miológico, político e ideológico. Es preciso dar cuenta de lascaracterísticas esenciales de los modos de investigar la saludpoblacional, la práctica y el saber, superando la simple descrip-ción de los fenómenos bibliográficos en cuestión. El estudiono persigue una simple clasificación descriptiva de informa-ción bibliográfica respecto a metodología, se trata de ponderarel significado histórico y la validez científica de las formulacio-nes metodológicas, aportaciones teóricas y categorías imple-mentadas por los investigadores latinoamericanos en el campo,así como del desarrollo instrumental y analítico conseguidos.

Es indispensable encuadrar el análisis de la producciónlatinoamericana en un marco de interpretación integrador ydialéctico para que puedan desentrañarse las determinacionesy movimiento del objeto de estudio. Se busca que la tareainvestigativa asumida no sea un simple ejercicio académicoespeculativo sobre la bibliografía de la región, sino una contri-bución al afinamiento del saber en función de la lucha por la

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salud y un recurso de vigilancia epistemológica que destaquelos aciertos y avances metodológicos más importantes, queidentifique las líneas de trabajo más promisorias, pero quetambién descubra los resagos y filtraciones de formalismo yempirismo que menoscaban la objetividad científica y el prin-cipio emancipatorio que los investigadores latinoamericanoshan adoptado como eje del quehacer.

El Procedimiento Investigativo

El proyecto global establece precisiones metodológicasgenerales que no es necesario repetir en esta sección. A con-tinuación se explican los aspectos referentes al componente demetodología.

Limitaciones: Al concretar. el componente metodológicodel objeto de estudio se enfrentaron algunas dificultades quedeben explicitarse con el fin de establecer de antemano laslimitaciones de la investigación en este componente: en primertérmino, las que son propias de toda tarea internacional eintergrupal, donde pese a los esfuerzos de coordinación y lasreuniones integradoras, fué difícil compartir toda la informa-ción y los análisis que eran indispensables para redondear laconstrucción del objeto de estudio particular. En segundolugar, y lo que es más importante desde el punto de vistametodológico, el objeto de estudio como parte de un todo másamplio, es el producto de su propia historia y de la historia deltodo, aspectos de una diacronía que la presente investigaciónno ha podido recoger adecuadamente, razón por la cual loscorrespondientes análisis adolecerán de esa limitación.

En definitiva, no sólo se ha experimentado una dificultadpara obtener y/o procesar todos los materiales de valor sinoque, al haber cumplido una especie de "corte transversal" enel análisis, no fue posible seguir la historia de los autores y laevolución de su producción, para entender mejor el procesode conformación de sus aportaciones y categorías.

El estudio comenzó por fijar los criterios generales de

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

delimitación: se aborda el análisis de los materiales publicadosy de carácter informal* 1., aparecidos luego de 1970, realizadospor autores latinoamericanos e identificados con un enfoqueteórico integral. La delimitación temporal se estableció paracorresponder a la época respectiva a la consolidación del mo-vimiento latinoamericano contemporáneo (tomada a partir dela primera reunión internacional de Cuenca, Ecuador). Losesfuerzos del análisis se concentraron en el material "progre-sista o de ruptura", con lo cual quedó fuera el inmenso acervode trabajos realizados desde las ópticas positivista-funcional yfenomenológica.

Fuentes y Criterios para la Selección de losTrabajos

El intento de rescatar los aportes metodológicos genera-dos por la medicina social comenzó concretando los criteriosde selección de las fuentes y trabajos en los cuales es posibleidentificar, en latinoamérica, documentos inscritos en la co-rriente.

Como se señaló anteriormente, la forma de ubicar la pro-ducción en medicina social escogida fué. la revisión del materialescrito (impreso o no) difundido en libros, publicaciones regu-lares, publicaciones informales, etc.

1 La bibliografia gris en el léxico informático consiste en el material nopublicado que circula en forma de policopias de manuscritos yoriginales.

2 Al respecto es especialmente sugerente la propuesta del grupo de laUniversidad Autónoma de Xochimilco (Laurell, Noriega y otros) parala implementación de una forma modificada del modelo obrero queexplora la participación de los trabajadores en la investigación,mecanismos de estudio de la fábrica "a distancia" y la articulacióndirecta del proceso investigativo en la lucha gremial.

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a) Se propuso realizar la revisión de las publicacionesseriadas que, en su trayectoria, han dado cabida a estaforma de interpretación del proceso salud-enfermedad,tratando de que se pueda recoger la producción de losdistintos países. Estas publicaciones seriadas fueron:

PUBLICACION CIUDAD PAIS

1. CuadernosMédico Sociales Rosario Argentina

2. Revista Salud Problema México México

3. Revista Centroamericana San José Costa Ricade Ciencias de la Salud

4. Revista Cubana de Higiene La Habana Cubay Epidemiología

5. Revista Cubana de Adminis- La Habana Cubatración de Salud

6. Cuadernos de Postgrado Sto.Domingo R.Dominicana

7. Revista Saúde em Debate R. Janeiro Brasil

8. Revista Salud y Trabajo Portoviejo Ecuador

9. Revista Latinoamericana México Méxicode Salud

10. Revista Mex. de Ciencias México MéxicoPolíticas y Sociales

11. Revista de la Escuela Na- Medellín Colombiacional de Salud Pública

12. Revista Investigación y Medellín ColombiaEducación en Enfermería

b) Otros documentos (tesis, ponencias, ensayos, etc.), quese difunden informalmente, fueron también incluidoscomo referente empírico.

c) Un tercer elemento importante lo conformaron algu-nos de los libros de que dispone el Servicio de Informa-ción del Centro de Estudios y Asesoría en Salud.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Puesto que no todos los trabajos comprendidos en laspublicaciones mencionadas corresponden a esta corriente, seestablecieron algunos criterios para la delimitación de aquellosque se incluirían. Estos criterios fueron:

a) Temporal: trabajos de 1970 en adelante.

b) Espacial: Tratando de abarcar la producción de lamayoría de países latinoamericanos.

c) Areas Temáticas: Intentando cubrir las tres grandesáreas en las que se puede dividir a la Medicina Social:producción y distribución de la salud-enfermedad, prác-tica en salud y saber en salud.

d) Categorías sociales y referencias bibliográficas. Eneste tamizaje o barrido de documentos, fue indispensa-ble rescatar trabajos en los que en una revisión rápidafue posible identificar la utilización de categorías socia-les, la crítica a las concepciones tradicionales sobre elproceso salud-enfermedad, y/o que tuvieran entre lasreferencias bibliográficas autores de reconocida pre-sencia y desarrollo en esta reformulación.

Así se procedió a tamizar los documentos, desde luegoreconociendo algunas limitaciones materiales y subjetivas.

Limitaciones materiales: El abundante fondo bibliográ-fico, en proceso de organización y sistematización, la carenciade parte del "material gris", especialmente tesis, que se estánproduciendo en los principales centros de la Medicina Sociallatinoamericana, la discontinuidad, excepto en algunos casos,de algunas publicaciones seriadas.

Limitaciones subjetivas: Afinidad y desarrollo preferen-cial de quienes participaron en este tamizaje inicial, por el áreade producción y distribución del proceso salud-enfermedad,limitaciones en el conocimiento de materiales actualizadossobre práctica en salud.

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Fases para el Análisis: Con el fin de implementar el pro-cesamiento de la bibliografía y llevar a cabo el análisis de losaspectos antes formulados se cumplieron las fases que constanen el esquema No 2.

El tamizaje inicial y el análisis básico tuvieron comofundamento el acervo bibliográfico del CEAS organizado conel programa Micro-Isis con una base de datos a la que seincorporaron codificaciones especiales propias de la MedicinaSocial. En el sistema CEASBIB cada documento es analizadopor una documentalista y por un médico especializado enMedicina Social. A más de los registros convencionales deBIREME (Biblioteca Regional de Medicina de Sao Paulo), seestablecen registros propios del CEASBIB para cubrir áreas ysubáreas temáticas que no consideran los sistemas convencio-nales.

En el proceso se incluyen descriptores de tres tesaurosinternacionales* 1 y los propios del CEASBIB levantados pararesponder a las necesidades de indización del material espe-cializado de "ruptura" que conforma la mayor parte del acervo.

El tamizaje partió de la revisión de más de 1500 documen-tos los que se sometieron a los criterios de selección inicial:delimitación temporal ( > 1970 ), que los autores individualeso colectivos fueran latinoamericanos, y la identificación de unenfoque teórico integral ubicable a través de las categorías deanálisis empleadas y de las fuentes bibliográficas utilizadas. Deese modo fueron seleccionados 316 documentos como los másrepresentativos.

1 Además de los descriptores nuevos que el CEAS está incorporandose emplean los de tesauros internacionales: el Tesauro Multilinguesobre Población del Comité Internacional para las InvestigacionesNacionales en Demografía, los Descriptores de Ciencias de la Salud-DeCS- de BIREME (tanto el jerarquizado como el alfabético), elMacrotesauro de la Organización de Cooperación y DesarrolloEconómico -OCDE-, el Tesauro Multilingue de TerminologíaAgrícola -AGROVOC- y como tesauro de referencia el SPINES.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

El análisis básico se aplicó a los 316 documentos detecta-dos en esa etapa más algunos pocos adicionales que por suimportancia fueron incluidos después. Consistió fundamen-talmente en un registro sistematizado de un conjunto de varia-bles que constan en el formulario (MEDSOC1) incluido comoanexo. Es muy importante destacar que si bien la base de datosdel CEAS no está totalmente completa, sinembargo disponede colecciones de las principales revistas latinoamericanas denueva orientación, de los libros más importantes publicadospor autores latinoamericanos, de tesis de las maestrías enMedicina Social, y de material gris recogido desde hace 10anos.

El análisis de profundidad se aplicó a más de cien docu-mentos que fueron marcados en el formulario MEDSOC1.Para llevar a cabo esta parte del análisis se aplicaron loscriterios para "formulación de aspectos esenciales" que seexponen a continuación.

Formulación de aspectos esenciales. Para proceder al a-nálisis documental y desentrañar las características fundamen-tales de la producción, el equipo rescató los elementos que seexplicitan en la siguiente guía.

El material fue procesado por un grupo de investigadoresdel CEAS, cada uno de los cuales efectuó el análisis según unadivisión del trabajo. El propósito inicial fue el de integrartambién en esta parte la tarea, lamentablemente esa integra-ción final no se consiguió totalmente.

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OPS -ALAMES

Esquema N- 2

Fases del Est

TAMIZAJE INICIAL1500 documentos

ANALISIS BASICO316 documentos

ANALISIS DEPROFUNDIDAD120 documentos

tudio

Criterios

*Delimitación temporal( >1970)

*Autores(individuales o institucionaleslatinoamericanos

*Enfoque teórico integral(ubicable por categoríasy fuentes)

Estudio de lasCaracterísticasBásicas:

'Generales(año,procedencia, autor, país,

*Areas y subáreas temáticas

*Objeto de estudio(ser, espacio y tiempo)

*Complejidad, originalidad

*Descriptores y palabras clave

AnálisisEpistemológico:

*Procesos y problemas

*Politicidad

*Formulaciones,Aportaciones teóricas ycategorías

*Operacionalizaciones,desarrollo instrumentaly formas de análisis

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

Procedencia, Formas Organizativas, Tipos yAreas Temáticas de 316 Trabajos Estudiadosen la Fase Intermedia del Estudio

Del análisis descriptivo de esas características, podemosrealizar algunas observaciones.

Si se analizan los trabajos, de acuerdo al tipo de publica-ción, el volumen mayor lo constituyen artículos (39%), exis-tiendo un porcentaje importante de inéditos (20%). Menciónespecial hacemos de las tesis (14.6%), que aunque constituyentambién documentos inéditos, poseen características que dealguna manera los convierten en diferentes, al ser el productoinicial de quienes culminan un período de su formación acadé-mica y con posibilidades mínimas de difusión.

Al agregar inéditos y tesis, se observa que conjuntamenteconstituyen trabajos de difusión muy limitada, circunscrita anúcleos o personas interesadas vivamente en la comunicaciónde logros, obstáculos y potencialidades de esta forma de abor-daje de los procesos. Si, aún más, se agregan las ponencias ymemorias, que también poseen limitaciones de difusión, enconjunto llegan al 47.5%.

De ello se pueden establecer aproximaciones al importan-te esfuerzo de difusión existente (aunque no de manera igua-litaria entre los diferentes países), pero queda todavía unporcentaje muy apreciable de trabajos que no logran accedera canales de divulgación.

Se ha alcanzado un grado importante de institucionaliza-

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OPS -ALAMES

ción de la producción. El 79 % de los trabajos preselecciona-dos son de carácter institucional (personal o impersonal).

De todas maneras, existe una quinta parte de trabajos quese elaboran exclusivamente a título personal, lo que significaque todavía existe un considerable esfuerzo individual. Podríaexplicarse por el proceso de conformación colectiva o de aglu-tinación progresiva de la gente inmersa en este nuevo enfoque.

Si se mira por países este grado de institucionalización,se observa que, entre los trabajos institucionales personales,México (29%), Ecuador (20.5%) y Brasil (17.1%), alcanzan losporcentajes más elevados. Existe un grado considerable deinstitucionalización de la producción médico social de esospaíses.

Entre las publicaciones personales son los mismos paíseslos que tienen la mayor producción.

Cuando se analizan los trabajos por el grado de elabora-ción o nivel de complejidad, el 52% lo constituyen ensayoscientíficos y el 28.8% investigaciones. Poco más de la mitadcorresponde a aproximaciones interpretativas inmersas dentrodel gran esfuerzo de construcción y afianzamiento del marcoteórico histórico estructural en la explicación del proceso sa-lud-enfermedad.

Existe un porcentaje respetable de investigaciones, dentrode las cuales seguramente tienen un peso importante los cursosde Medicina Social y su producción científica.

En Argentina, Brasil, México y Ecuador, la producción esinstitucional en porcentajes superiores al 50%. En México yEcuador se alcanzan el 82 y 92% respectivamente . Esta insti-tucionalización se considera que tiene características distintaspara los dos países. En México es probable que sea predomi-nantemente universitaria, en tanto que en Ecuador compartelo universitario con lo privado.

En la asociación institucionalización y grado de elabora-

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

ción o complejidad, dentro de los trabajos institucionales alre-dedor del 35% son investigaciones, mientras que entre lospersonales solamente el 10% tienen esa categoría. Podríamosafirmar que la institucionalización favorece el desarrollo de lainvestigación (asignación de recursos,apoyo para la conforma-ción de núcleos de trabajo,posibilidades de divulgación,etc).

En la producción de tipo personal el 88% se encuadra enmonografías y ensayos científicos. Parece ser que los esfuerzospersonales se orientan mayoritariamente a elaborar aproxima-ciones y reconceptualizaciones, en tanto que la institucionali-zación permite progresivamente la aprehensión de objetosconcretos por las razones mencionadas anteriormente.

Podrían cuestionarse estas aseveraciones porque no se hatomado en cuenta para hacerlas, la discriminación de tiempos.De hecho, la primera etapa de construcción de la MedicinaSocial fue de crítica a la concepción hegemónica y dio lugar ala necesidad de construcción del marco teórico-conceptual,para posteriormente pasar a la siguiente etapa de concretiza-ción en realidades particulares, siendo esta última la más re-ciente y en actual desarrollo.

Al mirar la asociación tipo de institución y nivel deelaboración, se puede anotar que en general el 46% de laproducción es universitaria y existe un 12% de producción porinstituciones privadas. El resto de instituciones (gubernamen-tales o combinaciones de gubernamental con universitaria,gubernamental con privada, etc.), alcanzan bajos porcentajes.

En la producción universitaria existen proporciones simi-lares de investigaciones y ensayos científicos.Se encuentranbalanceadas las aproximaciones interpretativas y la aplicacióna objetos concretos.

Si se hace referencia a país ejecutor y grado de elabora-ción, limitándose a los países que inscriben el mayor númerode trabajos en este filtrado, se observa que Brasil y Ecuadordistribuyen igualitariamente sus productos entre ensayos cien-tíficos e investigaciones, en tanto que en Argentina y Brasil

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alcanzan porcentajes más elevados los ensayos. El bajo porcen-taje de México, en investigaciones se podría explicar por la nodisponibilidad en nuestro Centro, de buena parte de los tra-bajos universitarios.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

ANEXO 1

ASOCIACION LATIINe9EICAP A DE IEDICINA SOCIALCOORDINACION IDIA -CEOS, WUITO

FORO IEDSOC 1 $o. =EE 1/4

C00160 siCROIS r IIl ]l J E l 5/z16

PROYECT0 DE INVESTIGACIONi DESRROLLO DE L1A EDIClA SOCIAL Et AlERICA LlTIT1 -cOPC~ : ETODlLOSIAPAPLSIS DESCRIPTIVO ASICO DE DOCUEITOS SELECCI0DS Ett LA PRI991 ETAPA

A. IDEITIFICACION

1. ktor (n)17/216

2. Titulo217/1466

3. Pals 467468 4. Fecha J 469/476 aIntorecde rescatable de 4icrois

PUILICACIO 7. USICACION 6SE WIFCAIInstitucional o de autor

5. FcRPa lejtcuOr)Libro (1)Folleto 221Tesis (31 Ciudad 479492Articulo 14) 497/696I ,ori. (5) .m 493/494Ponencia (6) Pis II. TlPOInbdito (7) uSbernaental 1)Otro 49) 5 477/477 8. IM 0 DE 0I0TESOl6OES universitaria 2)

Priada 43)6. TIPO m 495/496 EubAUniv (4)

Institucional oub+Prin (5)Personal (1) INSTITLUCION nivPrin (b6Ilpersinal (2) GubULnivPrl, (47)

Personal (3) 0 478/479 9. ItR~E Otra 46)(si arca I o 2, llmne 9 11) r datos 9) 0 697/697

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OPS -ALAMES

8. TEM. Armas y subtres

11. Epistealogla (11)12. Produccide y dis-

tritacin de sslud-_fersMdad

Deterinintes (12). OistribuciMó

espiail (13)sociil (4)tiorrl (05)

Eamf~traibjo (i6)Ce o limple (67)CUs. apliado (N}aibtnbe (99)

13. Produtccii y distri-ucidón de PRACTIC

n satd. Tipo

Formal-Estatal HII)- mintatal (11)-Prisada (12)

No foral- cotidiaa- piíric

DetlriinutmsDistribucin-espacial- social-tnporal

PollticasPlnlHicacinr yAdminiitracie

. RmCUrsos IAboariado d. empleo

Evluacidn de ac-cionn

· Inla sIliud· Organozacin Po-

pulir n salud

(13)(14{

(16)(17)(18)(19)

(21{

(21)

(22)(231

(24)

14. Produccidn y distribucidndel SABER en salud

- Formal- Ao for!al

.*Dterminantes

. Oistribciin- spacil- sociil-tporalTrauijsionCoa~uniccinDid&ctica y Pedag.

1U. MtodoTdrico Mtodológ.k· todolog. opere.

16. Otro no contemplado

I I I I i I I I I 1Cdig T7n 698/717

i7. UET

r.r ser rer

nslcio esacio espacio

tienpo tinpo tiepo

711/777 771187 838/97

C. COEUJINA e. D E CRIPTRES

1S. einl de elabracidn 1. Trins repremntivttR· elifi biblioqrltic (1I

. Ensayo cientifico (2), Iomugriaf;l (3). Invetigacidn (4)· Tratdo tedrico etod. (5)

Otro (&) u 89818

E. EUII~CIO F. PASD FASE 2 A FASE 321. Código y fecha 21. Seleccidn

Cert.z (11).6da (2)lb pasa (13 O1 1119/1119

/t1l1 9 18

229

(25)(26)(27)

(28)(29)

(39)

(31)(32)

(35)

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

ANEXO 2

GUIA DE ANALISIS DOCUMENTAL

Para proceder al análisis documental se deben seguir lassiguientes fases: es importante que se identifique y desarrollecada uno de los numerales, con el objeto de cubrirlo comple-tamente y facilitar el procesamiento.

1. PROCESOS Y PROBLEMAS SELECCIONADOS

1.1 Identificar el objeto problema de estudio,el cual sedefinirá por el trabajo teórico, metodológico y técnico desa-rrollado por el autor en su intento de construcción del mismo

1.2 Establecer los determinantes por las cuales se escogeese problema-objeto de estudio.

Es necesario que se trate de visualizar si los tres elementosdeterminantes que a continuación se describen, intervienen enla selección del objeto-problema o con más fuerza uno ellos.

a. Desarrollo de la teoría (factor ideal) "...la lógica generaldel desarrollo de la ciencia debe conducir a que elplanteamiento de este problema sea no sólo posiblesino necesario e incluso inevitable para poder moversehacia adelante" (Kiedrov).En el ámbito de una investigación particular puedeocurrir que el determinante fundamental se halle en lanecesidad de consolidar elementos teóricos, metodoló-

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OPS -ALAMES

gicos o técnicos que apoyen el proceso de investigaciónen esa área.

b. Realidad material "... demandas de la práctica históricosocial, demandas de la técnica y de la producción mate-rial", es decir, demandas del desarrollo de las fuerzasproductivas.El determinante debe ser visto conjuntamente con lasnecesidades surgidas en la dinámica social (lucha declases).

c. Si bien éstos son los determinantes fundamentales deldesarrollo de la ciencia se perfila también como condi-cionante la realidad particular de la práctica investiga-tiva, esto es, la inserción del investigador en la luchapolítica, su interiorización del método, la conformacióndel SUJETO SOCIAL INVESTIGADOR que coyun-turalmente se organiza.

1.3 Estudiar las razones por las cuales el investigadorescoge dicho objeto problema de estudio.

2. POLITICIDAD Y PROYECCIONES PRACTICAS(VALOR DE USO)

2.1 Relaciones con el poder y la práctica política:

Se pretende hacer una lectura de la intencionalidad delinvestigador en su producción científica, buscar el potencialimpacto del conocimiento producido en la realidad.

Para cumplir con este objetivo se deberá delimitar la rela-ción del saber con el poder.

Esta relación puede aparecer en un doble momento:

Poder como producto: Es difícil establecer una delimita-ción precisa entre los tres momentos o "componentes de po-der", pues todos ellos se interrelacionan. Por lo general ocurre

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

que uno de los momentos se hace presente con mayor fuerza.De lo que se trata es de ubicar aquel momento o "componente"que tiene mayor fuerza en el trabajo investigativo.

a. Poder ideológico-discursivo: Es el intento de generarun espacio para el discurso contra-hegemónico. El in-vestigador prioritariamente desea llenar vacíos inter-pretativos de carácter teórico-metodológico o generarnuevas hipótesis.

b. Poder técnico-administrativo: A través del conoci-miento, el investigador intenta crear nuevos elementostecnológicos (instrumentos) consecuentes con la teoríaa la que responde, los mismos que permitirán operacio-nalizar o conducir acciones investigativas o de otro tipoen el ámbito de la salud colectiva.Además, dentro de esta relación poder-conocimiento,el investigador puede proponer movilizar recursos ad-ministrativos y de diferente tipo para consolidar unespacio para el desarrollo de la investigación y acciónen el campo de la salud colectiva

c. Poder político: Mediante el conocimiento el investiga-dor se propone apuntalar el desarrollo de la conciencia,organización y movilización popular en torno a la saludcomo problema particular dentro de la lucha generalpor la transformación histórica de la sociedad.

Poder como proceso: La investigación puede ser planifica-da en forma tal que en el propio proceso de investigación esposible generar los elementos de poder anteriormente explici-tados conjuntamente con la población "objeto" de estudio.

FORMULACIONES TEORICAS Y CATEGORIAS

3.1 Bases epistemológicas, discusión crítica de escuelas ymodelos: En este punto se debe registrar si el investigadorhace dicha discusión y por otro lado, los aspectos teóricos,metodológicos y técnicos que son criticados.

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OPS -ALAMES

Cuando el autor no hace una clara discusión epistemoló-gica, se debe ubicar la teoría del conocimiento dominante, asícomo la teoría de la realidad en la que se enmarca.

3.2 Construcción de la imagen del objeto:

En este punto se pretende analizar los conceptos funda-metales que produce o utiliza el investigador, sus relacionescon otros conceptos y categorías, la jerarquización de los mis-mos, las categorías directrices y las formas de explicación. Enresumen, se establecerá la forma en la que el investigadorconcretiza y contextualiza la realidad objeto de estudio o dichode otra manera, los andamios que construye el investigador ensu trabajo en su intento de relacionar lo particular con logeneral.

Se pueden diferenciar cuatro tipos de trabajos teórico-me-todológicos:

a. Trabajos en los cuales el autor intenta construir unateoría explicativa general a través de la interrelación deabstracciones que son jerarquizadas mediante un aná-lisis de su peso determinativo y ubicación en las distin-tas dimensiones de la realidad. Este tipo de trabajocorresponde a estudios de naturaleza eminentementeteórica, en donde aparece como producto final, unconcreto pensado en innumerables hipótesis.(Ej. Epi-demiología: Economía, Medicina y Política.)

b. Estudios de problemas particulares, en donde el esfuer-zo fundamental radica en la concretización y contextua-lización del mismo. El autor construye los puentes oandamios de su objeto particular con los restantes pro-cesos que lo producen y atraviezan.

c. Estudios en los cuales predomina un interés de opera-cionalizar, esto es buscar las formas o las escenciasdescubiertas.

d. Estudios en los cuales prima el interés expositivo o

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

"demostrativo", en donde la dialéctica calidad-cantidadpuede ser en unos momentos el eje de la preocupación,mientras que en otros aparece el razonamiento lógicono matematizado como elemento fundamental.

Es obvio que en muchos de los estudios se encuentrenvarios de estos momentos y aún todos ellos, pero por lo generales posible encontrar la primacía de uno o dos de ellos.

4. OPERACIONALIZACION, DESARROLLOINSTRUMENTAL Y ANALISIS

4.1 Manejo del referente empírico:

Mismos procedimientos operacionales? En que se ha pro-ducido la ruptura? Variables e indicadores?

Mismos instrumentos? En que se han producido variacio-nes? Arsenal: recursos técnicos, procesos y equipos.

Replanteo del modo de uso de fuentes secundarias y pro-cedimientos tradicionales.

4.2 Articulación de análisis cualitativo y cuantitativo:

4.3 Criterios de validez y eficacia.

5. TIPO DE ESTUDIO

Tipo de diseño de investigación: documental, de fuentedirecta, prospectivo, retrospectivo, etc.

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OPS -ALAMES

6. PRINCIPALES DESARROLLOS

¿Cuáles son los principales logros o productos que elproceso de investigación aporta? elementos teóricos, metodo-logicos, técnicos, de formación de investigadores, de concien-cia y lucha colectiva, etc.

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

BIBLIOGRAFIA

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

CAPITULO III

TRABAJO Y SALUD:

ESTADO DEL CONOCIMIENTO

Asa Cristina Laurell

* Mis agradecimientos a Margarita Márquez S. porsu ayuda en la revisión del material bibliográfico y porsus estimulantes comentarios al trabajo, así como a loscompañeros integrantes del Grupo de Trabajo "Desa-rrollo de la Medicina Social en América Latina", parti-cularmente los Drs. Ana María Tambelini y Jaime Se-púlveda que fueron los comentaristas del ensayo.

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INTRODUCCION

Durante los últimos diez años la temática de trabajo y saludse ha convertido en uno de los campos de mayor desarrollodentro de la Medicina Social latinoamericana. Este crecimientorápido de la producción científica y de las acciones no esgratuito, ya que en esta área se condensan varias de las princi-pales preocupaciones de esta corriente de pensamiento. Deesta manera ofrece un campo fecundo para la reflexión teóricasobre el carácter social del proceso salud-enfermedad y parael desarrollo de distintos acercamientos metodológicos al es-tudio de problemas específicos, socialmente importantes peropoco explorados. Se ubica, por otra parte, en un terreno polí-tico crucial en cuanto aborda una problemática que surge dela relación entre las clases básicas de la sociedad capitalista;cuestión que le confiere relevancia tanto respecto a las luchasreivindicativas como a la construcción de un proyecto históricode clase. Es decir, es una temática que no sólo tiene un objetocientífico definido sino que el conocimiento generado sobreella tiene además un sujeto social conformado con potenciali-dades de convertir a este conocimiento en la base de una nuevapráctica. Si a esto se añade el débil desarrollo de la prácticamédica dominante en este campo se aprecia su emergenciacomo un espacio privilegiado de confrontación hegemónicaentre dos distintas concepciones y prácticas. Sin embargo, portodas estas características tiende a ser un campo de agudaconflictividad, que sólo puede ser amortiguada si logra una altalegitimidad social.

La proliferación de los estudios sobre trabajo y salud hapermitido abarcar nuevas temáticas y profundizar en otras.Esquematizando se puede agrupar las investigaciones en tres

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grandes áreas problemáticas: la referida a cuestiones teóricasy metodológicas; la de los estudios analíticos y descriptivossobre la relación trabajo-salud y la de las investigaciones sobreel impacto en la salud de las transformaciones en el procesoproductivo. Como es obvio una misma investigación puedecontener elementos de varias de estas áreas, pero este agrupa-miento resulta conveniente no sólo porque en cada una segenera conocimiento de diferente tipo sino también porqueestán involucrados problemas teórico-metodológicos y técni-cos distintos.

La relación trabajo-salud se convirtió en tema de la refle-xión sobre el carácter social del proceso salud-enfermedadporque permite pensar estructuradamente el problema críticodel encuentro entre lo natural y lo social; del proceso social deapropiación de la naturaleza como proceso de transformaciónde ésta y del hombre. Sin embargo, una vez fijado este puntode partida surgen las cuestiones teóricas específicas necesariasde resolver para construir teóricamente la relación entre eltrabajo y la salud. En la literatura encontramos tres vertientesde este problema. La primera versa sobre cómo conceptualizarel "trabajo" y cómo desplegarlo para que adquiera relevanciarespecto a la salud. La segunda explora cómo representarse las"mediaciones" entre-el trabajo y la salud. La tercera se refierea cómo conceptualizar la "salud". Cabe señalar que con ciertafrecuencia los planteamientos teóricos no abordan el conjuntode estos problemas sino que se restringen a uno o dos dejandovacíos teóricos importantes; cuestión que tiende a relacionarsecon el origen disciplinario de la reflexión.

En el período reciente la actividad y el debate más intensosen este campo se han dado respecto a los problemas metodo-lógicos y no sobre las cuestiones teóricas. Parece haber con-senso de que la resolución de las controversias teóricas nopuede lograrse si no es a través del enriquecimiento del cono-cimiento en la práctica de la investigación y la acción, lo querequiere de un desarrollo metodológico mayor. De esta mane-ra los interrogantes y ensayos metodológicos tienen un tras-fondo epistemológico, pero el interés principal se centra en losproblemas de la construcción del proceso investigativo. Sinte-

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tizando y simplificando se pueden ubicar las principales discu-siones metodológicas en tres áreas:

La primera se refiere al lugar de la experiencia obrera enel proceso de generación de conocimiento; cuestión que apa-rece bajo varias formas pero que en el fondo se refiere alproblema de la relación entre el sujeto y el objeto y de losubjetivo y lo objetivo en el proceso de investigación. Es, pues,el debate sobre los límites y alcances del llamado ModeloObrero y de la historia de vida, la observación participante yla entrevista profunda a informantes claves.

La segunda concierne a la relación o articulación entre lasdistintas disciplinas y sus instrumentos investigativos. Aquí seubica la discusión de la interdisciplinariedad (confluencia delas disciplinas sobre un objeto de estudio) versus la transdisci-plinariedad (constitución de un cuerpo metodológico en fun-ción de una teorización y un objeto científico específicos).Otro aspecto del mismo problema, pero de menor compleji-dad, es el papel de lo cuantitativo y lo cualitativo.

La tercera área de discusión engloba las posibles solucio-nes a los problemas prácticos de la investigación en el contex-to concreto de su realización. O sea, actualiza las dos anterio-res áreas de discusión pero a la luz de las condicionesespecíficas de cada estudio concreto; condiciones que en elcaso de la salud obrera se sintetizan en cuál es el acceso a y larelación con los trabajadores, cuál con las instituciones y lasempresas y cuáles son los recursos humanos, de tiempo, técni-cos y monetarios disponibles. Lo extenso de las preocupacio-nes metodológicas es un signo de maduración del campo desalud-trabajo, ya que es en los procesos de investigación dondese mide la capacidad de plantear y resolver problemas de lageneración del conocimiento; es la prueba de fuego de laproposición teórica de dar cuenta de la realidad para transfor-marla.

Un número creciente de los estudios sobre salud de lostrabajadores son el resultado de proyectos conjuntos entregrupos de profesionistas y sindicales. En éstos se plantean de

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entrada un vínculo directo entre la investigación y las accionestransformadoras. Es, decir, ofrecen la oportunidad de ir cons-truyendo una nueva práctica. La manera como ésta se vaconformando depende del contexto político de cada país con-creto. Así, en algunos países latinoamericanos es una prácticaesencialmente sindical mientras que en otros juegan un papelimportante tanto los sindicatos como las instituciones educa-tivas, sanitarias y del trabajo.

El vínculo directo de la investigación con la práctica hamostrado la necesidad de generar conocimiento tanto en laperspectiva de la construcción de un nuevo modo de abordarconceptual y prácticamente la salud como para fundamentarlas luchas inmediatas de los trabajadores que se dan parcial-mente en un marco científico, legal e institucional impuesto.Esto a su vez actualiza de modo urgente los problemas meto-dológicos y la competencia técnica. Sólo un movimiento obre-ro a punto de hegemonizar la sociedad puede llevar un nuevomarco científico a la práctica institucional y legal y a la nego-ciación reivindicativa. Mientras que ésto no ocurra, como es elcaso de la absoluta mayoría de las sociedades latinoamerica-nas, sólo se puede transitar tendencialmente hacia una nuevapráctica ampliando el marco institucional y legal en la resolu-ción de los problemas reivindicativos inmediatos.

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Los Enfoques Teóricos

Después de la fase inicial de la Medicina Social, marcadapor su énfasis en la denuncia, se hizo patente la necesidad deavanzar en un proceso de teorización para sustentar sus pos-tulados. Durante los últimos años de los setenta y primeros delos ochenta éste fue el centro de la actividad de sus distintosgrupos. El trabajo y el debate que suscitó, culminó temporal-mente en una serie de formulaciones teóricas suficientementesólidas como para permitir la apertura de nuevos caminos deinvestigación. Además, esto explica que las cuestiones que hoyrequieren de soluciones urgentes son las metodológicas másque las teóricas. Por ello dedicaré en este ensayo un espaciomayor a la discusión metodológica y al conocimiento generadoque a los planteamientos teóricos. Asimismo me ubicaré den-tro del debate de la medicina social más que en la polémica deésta con otras corrientes teóricas.

Un primer terreno de discusión teórica de la medicinasocial respecto a la relación trabajo-salud se refiere a losconceptos analíticos centrales. Aquí se inscribe la polémica, yaclásica, respecto a dos de ellos, a saber, "proceso de trabajo"(1) y "reproducción social" (2). La discrepancia manifiestatiene dos planos: uno que se refiere a cuál de los dos es elconcepto más general y otro que se refiere a cuál tiene mayorpoder explicativo respecto al proceso salud-enfermedad de losdistintos grupos sociales. Revisando la primera cuestión en laperspectiva de los conceptos marxistas generales resulta queno hay tal contraposición, dado que, a este nivel de abstrac-ción, el propio Marx los usa indistintamente para significar elproceso de apropiación por parte del hombre de la naturalezasobre la cual se da la (re)producción de la sociedad (3).

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El esclarecimiento de la segunda cuestión requiere dealgunas precisiones para poder ser resuelta. De esta manera sipor "reproducción social" se entiende la unidad contradictoriaentre producción y consumo obviamente contiene al concepto"momento de la producción" -que en la sociedad capitalista esel proceso de producción- y, en cuanto pretende dar cuentatanto de este momento como del momento del consumo, tieneun valor explicativo mayor respecto al proceso de salud-enfer-medad. Por lo dicho anteriormente respecto a la equivalenciaentre los conceptos "reproducción social" y "proceso de tra-bajo", sin embargo, se puede adelantar un argumento equiva-lente respecto a éste último concepto; tan es así que el resul-tado es muy semejante cuando ambos conceptos se desdoblanen un esquema general (4).

Sin embargo, el debate ha sido esclarecedor por variasrazones. Una primera es que ha obligado a explicitar que en lasociedad capitalista la producción (de valor) organiza a todaslas demás actividades sociales y, por tanto, también al consu-mo. Esto implica que el punto de partida analítico necesarioes el ámbito de la producción. Cabe señalar aquí que estehecho ha llevado a algunos investigadores a plantear comoconcepto analítico privilegiado respecto al proceso salud-en-fermedad al "proceso de acumulación" (5) pero sin especificarcual es la relación específica entre ambos conceptos. Así que-dan sólo con una articulación externa. Una segunda razón esque la orientación distinta de los procesos de investigación haquedado de manifiesto. En el caso de "reproducción social" lasinvestigaciones tienden a encaminarse al análisis de las carac-terísticas diferenciales del proceso salud-enfermedad de lasclases sociales (6), mientras que en el caso de "proceso detrabajo" tienden a ir por el lado del análisis del proceso deproducción como uno de los determinante del proceso salud-enfermedad (7) La tercera razón es que se ha podidoapreciar es que varios estudiosos (8) tratan la "reproducciónsocial" como equivalente a momento de consumo y excluyen,por tanto, el análisis del proceso de producción.

El acercamiento de Possas (9) al estudio de la salud de lostrabajadores en Brasil combina de manera original los concep-

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tos de trabajo y consumo. Así propone que, en países dedesarrollo capitalista tardío el criterio principal para distinguirpatrones distintos de morbi-mortalidad sería la subordinacióno no a las formas capitalistas de producción. Su planteamientoes, esquematizando, que los patrones de salud-enfermedad dela parte de la población que funciona como fuerza de trabajoal capital están principalmente determinados por el desgastesufrido en el proceso de trabajo, mientras que los de la sobre-población relativa están determinados principalmente por susprecarias condiciones de consumo. Es una propuesta teórica,pues, que busca en la "lógica del capital" la explicación de lasalud de los trabajadores y no-trabajadores, mientras que éstoscomo sujetos políticos encuentran poca cabida. La dificultadde esta propuesta es que las categorías, que lógicamente"enlazan" el planteamiento general con la salud-enfermedad,en este caso "proceso de trabajo" y "condiciones de vida", noestán desarrolladas por la autora.

Para el tema que nos ocupa, o sea trabajo-salud, la impor-tancia del debate referido se puede sintetizar en que existe hoyun reconocimiento generalizado de que la comprensión de lasalud de los trabajadores no se agota en el análisis del procesode producción sino que necesita ser complementada con elanálisis del consumo, cuya problemática teórica empero no hasido satisfactoriamente trabajada. De esta manera, el esfuerzose ha centrado en construir teóricamente la relación entre elproceso productivo y la salud. Encontrarnos dos caminos prin-cipales: uno que parte de "trabajo" desdoblándolo en "trabajoabstracto-trabajo concreto" y otro que parte del "proceso deproducción" desdoblándolo en "proceso de valorización-pro-ceso laboral".

García (10) plantea el primer camino en un ensayo, que esa la vez analítico histórico y teórico propositivo respecto acómo construir la relación trabajo-salud. Parte de plantearcomo concepto analítico central "trabajo" que desdobla en"trabajo abstracto" (creador de valor) y "trabajo concreto"(creador de valores de uso). Este desdoblamiento permiteanalizar el gasto energético -aspecto cuantitativo- en funcióndel primero y el uso específico del cuerpo -aspecto cualitativo-

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en función del segundo. Argumenta que la forma concreta queasumen estas dos vertientes está determinada por la articula-ción entre el cuerpo productivo y el cuerpo biológico* 1

Así, el cuerpo productivo en la manufactura está integradopor trabajadores "parciales" cuyo uso del cuerpo (trabajo con-creto) origina una específica atrofia-hipertrofia de sus poten-cialidades que se expresa como "enfermedades del oficio". Enla gran industria el centro del cuerpo productivo es la maqui-na con el cuerpo biológico como órgano accesorio. El trabajoconcreto pierde su especificidad y tiende a convertirse entrabajo abstracto (equivalentes de energía) y aparecen las"enfermedades industriales" ligadas a la fatiga psíquica y so-cial. García complementa su análisis con las estrategias deahorro del capital constante, que permitirían explicar las en-fermedades surgidas de la insalubridad y inseguridad en loscentros de trabajo.

Una preocupación central de García es resolver la para-doja de que el trabajo -la esencia del hombre y la actividad através de la cual se da su crecimiento biológico y psíquico-se convierte en una actividad destructora bajo el capitalismo.Para aclarar este problema define a la salud como el máximodesarrollo de las potencialidades del hombre de acuerdo algrado de avance de la sociedad en un período histórico dado.La respuesta a su interrogante es entonces que, en cuanto laorganización y división del trabajo capitalista coarta la posibi-lidad del trabajador de desplegar sus potencialidades, la socie-dad capitalista se convierte en productora de enfermedad.

Varios otros autores han tocado este mismo problemaintroduciendo el concepto de enajenación. De esta maneraBetancourt (12) plantea el trabajo bajo el capitalismo comoexterno, ajeno, al obrero. Ganado (13) hace un razonamiento

1 Samaja (11) ha hecho un acercamiento semejante en su análisis, basadoen los Grundrisse de Marx, de la articulación entre el cuerpo orgánicoy el cuerpo inorgánico, en las dos grandes etapas históricas delcapitalismo: la manufactura y la gran industria.

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semejante y sostiene que la lucha por la salud puede ser uncampo de desenajenación a condición de que sea un procesoen el cual los trabajadores asuman un papel protagónico gene-rando y apropiándose del conocimiento. Sin embargo, la intro-ducción del concepto "enajenación" -que de por sí es un con-cepto de difícil manejo por sus distintas interpretaciones- en ladiscusión médico-social ha generado confusiones, cuando en al-gunos trabajos (14) se plantea "enajenación" como equivalen-te a "enfermedad" sin mayores precisiones. Los avances deGómez y los integrantes del Programa de Estudios Epidemio-lógicos y Sociales de la Universidad Federal de Bahía (15)apuntan a la solución del problema al trabajar este conceptoespecíficamente en el análisis de los trastornos psíquicos.

La mayor parte de los estudios sobre trabajo-salud sesustentan teóricamente en el concepto "proceso de trabajo"que en la sociedad capitalista se plantea como el "proceso deproducción" (16). Este concepto desdoblado permite estudiarsobre una realidad concreta la lógica de acumulación (procesode valorización) y su medio- el proceso laboral- como un modoespecífico de trabajar-desgastarse y como enfrentamiento declase, que a su vez determinan un patrón particular de repro-ducción. Este al combinarse con el desgaste se constituye enun proceso de salud-enfermedad específico.

En un primer momento se pretendió interpretar los patro-nes de desgaste a partir de las formas del plusvalor (17), o sea,directamente en función del proceso de valorización. Sin em-bargo, así planteado quedaba un vacío conceptual, ya que seiba del trabajo abstracto a las formas de desgaste sin pasar porel trabajo concreto. La solución a este problema fue postularque el desgaste ocurre en el proceso laboral, pero añadiendoque el análisis de los elementos de éste es posible sólo a la luzdel proceso de valorización. Así, la conversión de un objeto enobjeto de trabajo no es azarosa sino que obedece a la posibili-dad de transformarlo en un producto vendible en el mercadocon ganancia. De la misma manera, los instrumentos de trabajono son el simple resultado del desarrollo científico-tecnológicosino, también, la materialización de determinadas relacionesde clase (18). El consumo de la fuerza de trabajo al realizarse

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el trabajo, finalmente, sintetiza las características del objeto,de los instrumentos y de una determinada correlación de fuer-za entre el capital y el trabajo.

En la teorización de la medicina social de la relacióntrabajo-salud no sólo se ha problematizado el trabajo sinotambién la salud; cuestión central para esta corriente de pen-samiento en cuanto postula el carácter social del procesosalud-enfermedad. A fin de poder profundizar en este plantea-miento se sustituye el concepto de "proceso salud-enferme-dad" por el de "nexo bio-psíquico" como la expresión en lacorporeidad humana del proceso histórico. Al identificar lahistoricidad de los procesos biológicos y psíquicos humanos,plantea una ruptura a profundidad con el pensamiento médicodominante cuyo postulado fundamental es el carácter naturaly ahistórico de estos procesos.

Para comprender cómo se constituye el nexo bio-psíquicoes preciso recuperar el concepto de "estereotipos de adapta-ción" o, con la expresión de Tambellini, los "modos de andarpor la vida" (19). La noción de adaptación aquí utilizada es lade capacidad del cuerpo de responder con plasticidad ante suscondiciones de desarrollo (20), lo que conlleva cambios espe-cíficos en los procesos corporales. Los "estereotipos de adap-tación" caracterizan a los grupos sociales, ya que las condicio-nes ante y a través de las cuales surgen son sociales; emergendel modo específico como los hombres se apropian de la natu-raleza por medio de una determinada organización social.

A fin de completar esta construcción teórica de la relacióntrabajo-salud era necesario introducir el concepto de cargalaboral y definir con más precisión el concepto de desgaste. Elconcepto de carga laboral busca resaltar en el análisis delproceso laboral a los elementos de éste que interactuan diná-micamente entre sí y con el cuerpo del trabajador generandoaquellos procesos que se traducen en desgaste. Es decir, elconcepto de carga posibilita un análisis del proceso laboral queextrae y sintetiza los elementos que determinan importante-mente el nexo bio-psíquico de una colectividad obrera y que leconfiere un modo histórico específico de "andar por la vida".

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El concepto de desgaste complementa el de carga en cuan-to consigna las transformaciones negativas, originadas por lainteracción dinámica de las cargas, en los procesos bio-psíqui-cos humanos. El desgaste se define, entonces, como la pérdidade la capacidad, potencial y/o efectiva, corporal y psíquica. Osea, no se refiere a algún proceso particular aislado sino alconjunto de los procesos bio-psíquicos. Resulta importantereferirlo tanto a la capacidad, efectiva como potencial, ya queen cuanto estos procesos no son estáticos sino cambiantes notiene sentido fijar una condición ideal óptima y definir eldesgaste como la desviación de ésta. Tan es desgaste, pues, ladestrucción lenta o abrupta de órganos, como la imposibilidadde desarrollar una potencialidad psíquica o biológica. Final-mente habría que añadir que el desgaste no sólo se refiere aprocesos irreversibles, ya que frecuentemente se pueden recu-perar capacidades perdidas o desarrollar potencialidades la-tentes.

Finalmente es necesario resaltar que los conceptos proce-so de producción-cargas laborales-desgaste incluyen una di-mensión política, que tendía a ser opacada en otros plantea-mientos teóricos. Es decir, en cuanto estos procesos no se danen un ámbito neutro o de acuerdo a la lógica pura del capitalsino que se desenvuelven en el campo conflictivo entre capitaly trabajo resulta indispensable tener presente esta vertienteen cualquier análisis sobre la salud de los trabajadores.

Esta conceptualización sobre trabajo-salud no debe con-siderarse como terminada ya que contiene elementos discuti-bles o, incluso, hipotéticos. De esta manera, los conceptosespecialmente controvertidos son los de nexo bio-psíquico ycarga laboral. Respecto al primero Tambellini (21) argumenta,por una parte, que es necesario dar cuenta con mayor profun-didad de su dimensión histórica en función del desarrollo socialpara poder explorar la producción tanto de la salud como deldesgaste. Vuelve pues al problema del movimiento contradic-torio del capitalismo como productor y destructor de la salud.Por otra parte, considera cuestionable la noción, subyacenteal concepto de nexo bio-psíquico, de la subsunción de lo bio-lógico en lo social, ya que en cuanto son de naturaleza distinta

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resulta problemático pensar lo biológico como subordinado eincluido por lo social.

Otro aspecto insuficientemente desarrollado del nexo bio-psíquico es lo psíquico. Empieza a darse una reflexión sobreeste problema en el debate sobre salud y trabajo (22). Desta-can en este campo las aportaciones de Gómez y de AlmeidaFilho. De esta manera, Gómez ha trabajado el concepto deenajenación en su relación con los trastornos psíquicos seña-lando que permite captar los efectos de la doble expropiacióndel capital de la afectividad y cognitividad obrera. AsimismoFilho y su equipo han adelantado una propuesta teórico-me-todológica con elementos del marxismoydel psico-análisis plan-teando que el proceso salud- enfermedad mental debe pensar-se en las tres dimensiones de formación de la estructurapsíquica, desvío-síntoma y rotulación. En su concepción de-sempeña también un papel central el concepto de enajenaciónen el proceso de producción. Respecto al concepto de "cargalaboral", finalmente, algunos investigadores (23) han propues-to sustituirlo por el de "exigencias laborales" para distinguirloclaramente del concepto de "riesgo" y de "cargas" del métodoLEST.

El proceso de teorización de la medicina social apenasestá en su inicio, ya que se ha planteado la construcción de unnuevo paradigma científico y lleva escasos veinte años de vida.Sin embargo, ha avanzado suficientemente como para poderponer a prueba la capacidad explicativa de sus postuladosteóricos y de esta manera enriquecerlos y superarlos, no comoun ejercicio teórico formal sino en el proceso de generaciónde conocimiento sobre la realidad. Por ello los problemasmetodológicos han pasado a ocupar un lugar destacado deatención.

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La Construcción del Proceso de Investigación

En la Medicina Social latinoamericana se observa comotendencia general una postura epistemológica que resalta laimportancia de la teorización de un área en la construcción delproceso de investigación. Es decir, parece haber cierto consen-so de que la teoría debe desempeñar un papel preponderantepara determinar qué estudiar y por qué. Sin embargo, estapostura no resuelve automáticamente el cómo investigar, yaque a este problema se pueden dar varias soluciones distintas.

Una se resume en la posición que propone una reformu-lación completa argumentando que una nueva teorización,como la médico-social, impone la construcción de una meto-dología propia con técnicas libres de la teoría ajena quelas generó (24). Esta proposición plantea dos dificultadesserias en el campo que nos ocupa; por un lado, su prácticainvestigativa tiende hacia el formalismo metodológico y, por elotro, no soluciona cómo incorporar el conocimiento existentegenerado bajo otras concepciones teóricas.

Otra posición, que es la prevaleciente, intenta la construc-ción del proceso investigativo bajo un planteamiento metodo-lógico -en cierta medida pragmático- que permite rescatar yrearticular técnicas de investigación ya existentes al tiempoque genera nuevas bajo un marco interpretativo global surgidode la nueva teorización. Es decir, para esta posición la teoríaresulta mucho más relevante para determinar el qué conocerque para el cómo conocerlo. Este procedimiento tiene unaserie de ventajas, ya que no renuncia a priori ni al conocimien-

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to existente ni a las técnicas de investigación que generó. Deesta manera puede incorporar instrumentos de investigaciónadecuados para dar luz sobre aspectos particulares del objetosiempre y cuando se mantenga una vigilancia epistemológicarespecto a las posibles distorciones que éstos pueden introdu-cir en la comprensión de la realidad.

Habría que subrayar, sin embargo, que no se trata -comoocurre con cierta frecuencia- de "llenar" el marco teórico conhechos "empíricos" sino justamente de confrontrarlos entre síy analizar la capacidad explicativa de la formulación teórica.Esto significa, por una parte, analizar si la información consi-derada relevante a partir de la formulación teórica efectiva-mente permite una reconstrucción significativa (separa lo cir-cunstancial de lo esencial) de las relaciones que se quierenconocer y, por la otra, si las relaciones de determinación quepropone se cumplen. Planteada de esta manera la construcciónde la investigación, se hace ineludible revisar la relación entrelas disciplinas potencialmente involucradas en este campo, yaque son muchas y con bases epistemológicas diversas, comopueden ser, por sólo mencionar algunas, el materialismo his-tórico, la medicina biologista, la estadística, la ingeniería, laergonomía, la química, etcétera. Encontramos en las investi-gaciones varias maneras de acercarse a esta cuestión, esté o noexplícitamente problematizada.

Sobre la Cuestión de las Disciplinas

La forma menos elaborada simplemente las yuxtapone. Esdecir, toma los instrumentos de investigación de las distintasdisciplinas sin una reflexión sobre la ubicación de cada uno ysobre la relación entre ellos en la exploración del objeto espe-cífico. El resultado de este procedimiento, las más de las veces,es un conocimiento sobre aspectos aislados y parciales delobjeto que difícilmente pueden articularse en un cuerpo cohe-rente. Generalmente está detrás de esta dificultad una defi-ciente teorización o una dominación disciplinaria no-cuestio-nada. De esta manera es frecuente encontrar este tipo deproblemas en estudios con un marcado origen disciplinario en

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las ciencias sociales o en la medicina ocupacional. En el primercaso (25) el estudio del "trabajo" en general está bien logradometodológicamente mientras que el estudio de la "salud" re-sulta accesorio. En las investigaciones de marcado origen mé-dico-ocupacional (26) ocurre lo inverso: logran precisión enlos problemas específicos de riesgos y su impacto en la saludmientras que lo social aparece sólo en relación al marco con-textual.

Una segunda forma de abordar la cuestión es hacer con-verger las disciplinas sobre el objeto de estudio. Un ejemplode este abordaje es el proyecto de investigación brasileño,Salud y Trabajo Industrial (27). Así, plantea la interdisciplina-riedad a partir de la selección de objetos de estudio concretosque se ubican en la intersección entre las distintas disciplinas.Uno de ellos es el "proceso de fatiga" que para su exploraciónactualiza conocimientos de la sociología para el análisis de ladivisión técnica y social del trabajo; los de la fisiología respectoa los ritmos biológicos y su desincronización; los de la ergono-mía para alcanzar una comprensión lógico-matemática de laconformación de la base tecnológica; y los de algunas especia-lidades clínicas como la psiquiatría y la psico-somática paraanalizar las expresiones patológicas de la fatiga.

Con este acercamiento la coherencia entre los distintossub-estudios está prefigurada en el objeto común selecciona-do, pero cabe la posibilidad de que ésta se pierda si las pregun-tas específicas formuladas en cada uno de ellos no obedecen auna concepción teórica sobre la naturaleza del objeto compar-tida por los distintos investigadores. El grupo de investigacióndel Programa de Economía del Trabajo (PET) de Chile (28),que plantea la interdisciplina de una manera semejante algrupo brasileño, ha señalado explícitamente este problema.De esta manera lave como la posibilidad de iluminar distintosaspectos del objeto empírico siempre y cuando esté definido apartir de la construcción teórica de sus relaciones.

El estudio coordinado por Tambellini (29), reviste espe-cial interés en esta discusión metodológica por la originalidadde su proceso investigativo. Está articulado alrededor de un

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objeto real: una fábrica, los obreros y el territorio circundante.Es a través de la penetración de este objeto real que se preten-de construir el objeto científico, precisar consideraciones teó-ricas de orden general y lograr un desarrollo metodológico ytécnico. Está planteado, pues, como un experimento teórico-metodológico-técnico basado en el encuentro de distintoscuerpos de conocimiento y su instrumental científico sobre unobjeto real único. En este caso el ensayo interdisciplinario noestá establecido a priori sino que obedece a las exigenciassurgidas del carácter del objeto.

Una primera dimensión, explorada por el historiador, esel proceso de constitución del objeto como expresión singularde la acumulación capitalista, de la formación de la burguesíay del proletariado y de sus distintas prácticas. Una segundadimensión abarca las distintas lecturas del proceso de trabajopropias de los obreros, del sociólogo y del ingeniero. Al obser-var los mismos hechos descubren aspectos distintos que llevana diversas interpretaciones de la fábrica. Una tercera dimen-sión son las lecturas de la salud y la enfermedad. El epidemió-logo provee su descripción de los hechos sanitarios relevantes;el médico hace la exploración clínica; los obreros, junto con elantropólogo, hablan de sus molestias y enfermedades, ofre-ciendo su experiencia para una nueva mirada de la problemá-tica. La prueba de fuego de esta investigación es la fase finalde integración de estas dimensiones, porque en ella se podráapreciar cómo se configura y articula el cuerpo metodológicosintetizador de sus partes integrantes. La solución de esteproblema todavía está por concluirse, pero se prefigura comouna transdisciplina integradora y superadora.

Una forma distinta de acercarse al problema de la relaciónentre las disciplinas, parte del desdoblamiento de las catego-rías analíticas del planteamiento teórico respecto a la relacióntrabajo-salud lo que permite precisar qué aspectos particularesde esta relación interesa conocer (30). En función de esteanálisis se propone qué técnicas de investigación posibilitan elabordaje de cada uno de ellos en función de las condicionesconcretas de los estudios particulares señalando de entradacuales son las limitaciones y alcances de cada una de ellas.

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Representa pues un cuerpo teórico-metodológico estructura-do. No hay una diferencia de fondo con los dos acercamientosanteriores ya que también en estas proposiciones la naturalezadel objeto y la formulación teórica determinan qué instrumen-tos de generación de información elegir. Tienen la ventaja degarantizar la coherencia entre lo teórico y lo instrumental yque hay una reflexión epistemológica sistematizada. De estamanera se corre un riesgo menor al de que el acceso a deter-minados especialistas o técnicas se imponga como un criteriocentral en el diseño de la investigación forzando su lógicateórica. Asimismo, al estar pensado el problema de los instru-mentos de investigación directamente en función de la formu-lación teórica se resuelve cual es el marco que articula lainterpretación de los resultados particulares. Sin embargo, esimportante subrayar que estas proposiciones son preliminaresy deben ser probadas críticamente en la investigación concreta.

Sobre el Sujeto y Objeto de la Investigación

Otra problemática metodológica, que ha adquirido granimportancia en el campo que nos ocupa, se refiere a la relaciónentre el sujeto y el objeto en el proceso de investigación. Esdecir, en cuanto la medicina social se plantea generar conoci-miento desde el horizonte de visibilidad de las clases domina-das -particularmente de la clase obrera- para substanciar unanueva práctica, no puede eludir la cuestión de cómo se insertanellas en el proceso. Este problema se ha actualizado todavíamás en la medida en que muchos estudios son conjuntos entreprofesionistas y organizaciones obreras o incluso se realizan apetición de éstas. La posición más radical al respecto es la quesubyace al llamado Modelo Obrero italiano (31), que ha tenidouna influencia grande en América Latina. Así en él se sostieneque -por el lugar que ocupan los obreros en el sistema deproducción- sólo su experiencia sistematizada y consensual-mente validada puede lograr una comprensión verdadera delmundo del trabajo. Como se ha señalado (32) esta concepción,con una visible influencia fenomenológica, tiene rasgos impor-tantes de un empirismo "obrerista" en cuanto no plantea unadiferenciación entre teoría y práctica; para ella hacer es inme-

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diatamente conocer. Aun con las reservas respecto a la posi-ción epistemológica del Modelo Obrero resulta muy importan-te haber ubicado a la experiencia obrera como una fuente deconocimiento central en el campo salud-trabajo y haber pro-puesto una forma estructurada de movilizarla en el proceso degeneración de conocimiento. De esta manera supera otrosplanteamientos que más bien utilizan las observaciones obre-ras sobre su centro de trabajo, recogidas en la discusión colec-tiva no-estructurada o en la encuesta individual, como puntode partida de los estudios (33).

Una de las modificaciones que se ha introducido en elModelo Obrero en el ámbito latinoamericano (34) está justa-mente encaminada a resolver su sesgo empirista estructurandola encuesta colectiva en función de la teorización sobre lasrelaciones entre el proceso de producción y el nexo bio-psíqui-co. De esta manera se intenta dar un marco distinto a las"preguntas-temas de reflexión" que conducen la discusión delos grupos obreros homogéneos sin eliminar lo específicamen-te "otro" de la mirada obrera sobre el centro de trabajo. Otramodificación de distinto orden es la introducción de un quinto"grupo de riesgo" referido a las condiciones causantes deaccidentes (35).

La gran difusión de la metodología del Modelo Obrero enLatinoamérica (36) ha suscitado una discusión intensa sobrelas condiciones necesarias para su utilización y sobre si puedeser usada como una simple técnica de investigación cuandoéstas no se cumplen; sobre este método como arma de lucha,impulsora de la organización y medio para eliminar la delega-ción de la lucha por la salud; sobre las limitaciones de laexperiencia obrera para detectar cierto tipo de problemas, etc.(37). Una cuestión particularmente relevante se refiere a laposibilidad de usar los resultados obtenidos con este métodoexitosamente en los contextos institucionales como pueden serla negociación colectiva o las gestiones ante el Seguro Socialo el Ministerio del Trabajo. Las experiencias al respecto sonvariables por lo que se ha visto la necesidad de someter elModelo Obrero a un proceso de validación (38), que aparte deprecisar sus posibles sesgos permitirá hacer una confrontación

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crítica con las técnicas tradicionales respecto al grado de com-plejidad de la comprensión de la realidad que se logra con losdistintos acercamientos. Con los resultados de esta validaciónse puede además dar luz sobre cómo y con qué completar lainvestigación realizada con el Modelo Obrero.

Otra cuestión que no ha sido sistemáticamente abordadapero que tiene una importancia grande es cúal es la relaciónentre la conciencia de un problema y la decisión de actuar paraeliminarlo. O sea, los estudios realizados muestran que lostrabajadores frecuentemente están conscientes de que el tra-bajo daña su salud pero a pesar de ésto no han desarrolladoninguna acción para defenderla. Resulta, entonces, urgentedesentrañar cuál es el proceso que media entre la concienciay la acción; cuestión que necesariamente incluye el análisispolítico de la organización y acción obrera.

Un modo distinto de incorporar la subjetividad obreracomo elemento central en la exploración de la relación traba-jo-salud ha sido con técnicas antropológicas como la historiade vida y los testimonios (39). Tienen la ventaja de generar unconocimiento cualitativo mucho más profundo que, por ejem-plo, cualquier encuesta individual al tiempo que permitenacceder directamente a la vivencia y la representación obrerade su trabajo y su salud. Sin embargo, son, con todo, una visiónindividualizada de la problemática que es justo lo que el Mo-delo Obrero intenta superar trabajando con los grupos obreroshomogéneos y la validación consensual para que la visiónlograda sintetice la experiencia colectiva acumulada.

Sobre los Ambitos y Niveles de laInvestigación

En la construcción concreta de los procesos investigativosla elección del ámbito y el nivel del estudio implica opcionesmetodológicas distintas, cuyos alcances y limitaciones es con-veniente revisar sintéticamente. La primera decisión es si par-tir del mundo laboral (de los centros de trabajo) o del territorio

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(de los lugares habitacionales). Ambos tienen problemas, yaque al partir del primero se corre el riesgo de estudiar unapoblación seleccionada justamente por la condición de salud,o sea, han sido expulsados ya los enfermos y los inválidos-fenómeno que la epidemiología registra como "efecto delobrero sano". Partir del territorio, por otra parte, dificulta unareconstrucción significativa del proceso de trabajo a menos deque se trate de una zona habitacional segregada en función deun lugar de trabajo específico, como ocurre cuando la viviendaes una prestación laboral proporcionada por la empresa. Si seopta por partir del mundo laboral los estudios se pueden hacera cuatro distintos niveles, a saber, el global-nacional, de larama o sector, el centro de trabajo y del puesto de trabajo.

En cuanto los estudios nacionales (40) se basan esencial-mente en la investigación documental y utilizan datos de fuen-tes secundarias tienen limitaciones para abordar cierto tipo deproblemática. Así, pueden generar conocimiento respecto alas características generales de cada uno de los tipos de proce-so laboral, pero no respecto a las características particulares.Al apoyarse frecuentemente en el conocimiento generado enotros contextos históricos se corre el riesgo de subestimar unelemento central respecto a nuestro tema, que es la relaciónconcreta de fuerza entre capital y trabajo. Esto puede ser unalimitación muy importante, ya que todo proceso laboral es uncampo de enfrentamiento de intereses contradictorios por loque algunos de sus elementos se van moldeando en función decomo éste se resuelve en cada momento. Esto implica quepuede haber diferencias considerables entre una realidad con-creta y otra.

Las características del proceso investigativo en estos estu-dios, también, dificultan en muchas ocasiones la verificaciónempírica directa. Ocurre así porque se puede constatar lapresencia de una serie de elementos que indican la dinámica yexistencia de ciertos procesos, pero resulta muchas veces im-posible tener el tipo de información necesaria para comprobarpositivamente tal o cual relación. Por ejemplo, se puede mos-trar sin lugar a dudas que una parte importante de la claseobrera mexicana labora en procesos laborales caracterizados

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por la "subcarga cualitativa-sobrecarga cuantitativa" psíquica.Se puede asimismo constatar que la patología relacionada coneste tipo de cargas está incrementando en la población. Seinfiere que no son hechos desligados sino estrechamente rela-cionados. Sin embargo, no hay modo de demostrar directamen-te a partir de las fuentes de datos existentes que los obrerosinsertos en este tipo de procesos laborales son los que semueren por las causas mencionadas. Para algunos la pruebadirecta no resulta indispensable, pero los que quieren negar larelación la exigirán.

Un tercer problema de los estudios globales es que revelanmuy poco sobre las articulaciones internas de los procesoslaborales y sobre la inserción específica de los obreros en ellos.De nuevo existe la posibilidad de hacer caracterizaciones ge-nerales que antes no existían, pero se pierde sin duda unconocimiento más preciso respecto a la realidad concreta. Unavez conocido lo general se impone, pues, explorar las particu-laridades, ya que pueden tener un significado muy importante.De nuevo hay sobre todo una pérdida de la comprensión delimpacto en la microconformación del proceso laboral y en eldesgaste de las relaciones concretas entre capital y trabajo enla fábrica.

Una última limitación de los estudios globales es que sólopueden proporcionar elementos generales para una nuevapráctica. Es decir, es importante tener como punto de partidaun marco interpretativo claro y conocimientos referidos alconjunto de la industria para imprimir una determinanda di-rección a la lucha por la defensa de la salud. Sin embargo, parair forjando una práctica obrera al respecto se necesitan ele-mentos concretos de lucha específica. Asimismo, en cuantoesta práctica está planteada como una práctica de clase tieneque abordarse, también, la cuestión de quién genera y detentael conocimiento.

Los estudios de rama o sector productivo permiten resol-ver algunos de los problemas de los estudios nacionales perotienen sus propias limitaciones. El grupo del PET de Chile (41)ha dado un énfasis particular a este tipo de estudios argumen-

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tando que permiten un avance teórico-metodológico en eldesarrollo de la operacionalización de la categoría proceso detrabajo y en la precisión de las relaciones de éste con otrosprocesos socio-económicos para dar cuenta de la heterogenei-dad y diversidad interna de una rama. Asimismo los presentacomo un campo de estudio privilegiado para impulsar la acciónsindical a nivel de las federaciones sindicales de rama indus-trial.

Estos estudios comparten con los nacionales que tienenque basarse parcialmente en fuentes de datos secundarios conlas limitaciones que esto conlleva. Sin embargo, al tratarse deun universo de estudio más restringido y mejor delimitadoexiste la posibilidad de acceder a datos de salud referidos apoblaciones bien definidas, por ejemplo respecto a accidentes,morbilidad e, incluso, mortalidad en los registros instituciona-les o sindicales. Es pues posible lograr la comprobación posi-tiva de determinadas relaciones. Asimismo, se puede hacer usode técnicas de investigación como la entrevista a profundidadpara generar información cualitativa sobre aspectos relevan-tes. Sin embargo, para profundizar en el estudio de la ramafrecuentemente resulta necesario recurrir a los estudios decentros de trabajo "típicos", sean industriales (42) o agrícolas(43).

Ante las limitaciones de los estudios nacionales y por ramase plantea, así, la necesidad de realizar estudios de centros detrabajo concretos orientados de tal modo que puedan servircomo ejemplos de tipos de procesos de producción, comocampo de desarrollo teórico-metodológico-técnico y para abrirel terreno de lucha para forjar una nueva práctica. Una de lasventajas de los estudios de caso es que permiten una mayorflexibilidad en el diseño de la investigación. De esta manera sepuede generar la información necesaria directamente y, ade-más, usar fuentes secundarias. Sin embargo, este mismo hechoabre la problemática metodológica, ya que la mayor flexibili-dad exige mayor precisión respecto a qué elementos estudiary con qué instrumentos investigativos.

Los estudios de caso se han convertido, así, en un campo

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importante de desarrollo metodológico-técnico y, además, hanpermitido profundizar los planteamientos teóricos. Los pro-blemas por enfrentar, sin embargo, no son de fácil solución, yaque las dificultades de la interdisciplina están particularmentecandentes en este tipo de estudios. Se corre, pues, el peligrode un proceso investigativo que únicamente yuxtapone el ins-trumental científico de las distintas disciplinas sin lograr unanueva articulación entre ellas en función de las característicasespecíficas del objeto de conocimiento. Las soluciones mejorlogradas son las que han vertebrado el proceso de investiga-ción a partir de los planteamientos teóricos fundamentalesrespecto a la naturaleza histórica y social de la salud-enferme-dad colectiva y al carácter del proceso de producción siguiendola concepción marxista. Dentro de este marco se han introdu-cido con cierto pragmatismo técnicas de generación de infor-mación que corresponden a los aspectos particulares que sequieren conocer.

Las opciones metodológicas utilizadas en cada uno deestos estudios dependen en gran medida de las condicionesbajo las cuales se realizan. El diseño está, de esta manera,determinado por el acceso que se tiene a los trabajadores, a laempresa y a las instituciones del trabajo y de la salud y, desdeluego, por los recursos con los cuales se cuenta. De estamanera en los estudios de caso se han ensayado un gran núme-ro de instrumentos de generación de información, tan variadoscomo el análisis histórico documental de la constitución de losprocesos de producción (44); las distintas proposiciones es-tructuradas (45) de análisis del proceso laboral con instrumen-tos de las ciencias sociales, de la ingeniería, de la ergonomía,de la toxicología, etcétera (46); las técnicas antropológicascomo historia de vida y testimonio (47); las técnicas fisiológicasde medición de estrés, función pulmonar, tensión arterial,etcétera (48); las técnicas toxicológicas de monitoreo biológi-co (49): las técnicas epidemiológicas como la encuesta indivi-dual de morbilidad (50) y la revisión de expedientes clínicos(51) y muchas más. Todavía quedan cuestiones importantespor resolver, pero se puede afirmar que las experiencias de losúltimos años han permitido estructurar un arsenal metodoló-gico- técnico amplio, que permite resolver por lo menos los

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problemas más comunes del estudio de un centro de trabajo.

Aunque el estudio del puesto de trabajo casi siempre se dadentro de las investigaciones sobre los centros de trabajorequiere de cierta atención, ya que actualiza la utilización delmétodo LEST (52). Este método francés ha sido utilizadoprincipalmente por algunQs investigadores integrantes del gru-po de trabajo "Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo" deCLACSO, que instrumentalizaron su traducción y difusión enAmérica Latina (5:3). Como es conocido el LEST es una pro-puesta integral para el estudio de cinco dimensiones (el am-biente físico, las cargas física y mental, el aspecto psico-socio-lógico, el tiempo de trabajo) del puesto de trabajo. Consisteen dar un puntaje a cada una de estas dimensiones en base aescalas con criterios preestablecidos y redunda en la elabora-ción de un histograma. Es una propuesta pragmáticamentemultidisciplinaria en cuanto incorpora técnicas de medición yrecolección de información de un gran número de disciplinasen la construcción de sus escalas sin problematizar las implica-ciones metodológicas de este proceder. Ofrece, sin embargo,la ventaja de un instrumento estandarizado de fácil manejoutilizable para analizar aquellos puestos de trabajo que tienenun ciclo regular.

Los propios promotores del LEST han señalado algunasde sus desventajas (54). Entre las más importantes está que noincluye a todos los elementos relevantes del puesto de trabajo;que cuantifica de acuerdo a una misma escala elementos dedistinta naturaleza; que tiene como referencia a normas está-ticas a pesar de la constante evolución de los procesos produc-tivos; que no está diseñado para captar condiciones conducen-tes a accidentes y enfermedades profesionales; que es uninstrumento cerrado que tiende a marginar el conocimientoobrero sobre el proceso de trabajo y la salud. Habría que añadirotras dos limitaciones importantes. Por un lado, no ofreceinstrumental para medir el impacto en la salud y mucho menosproblematiza esta cuestión. Por el otro, no permite captar ladinámica global del proceso laboral ya que no lo analiza másque como una suma de puestos (55). Un último tipo de inves-tigación es el que estudia la población trabajadora en un

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ámbito territorial. Estos estudios tienen la ventaja de poderusar datos de fuentes secundarias, ya que generalmente estánrecolectados con ese mismo criterio. La otra opción es generardatos con una encuesta individual sobre trabajo y salud. Ladificultad mayor de este procedimiento es lograr una recons-trucción significativa del proceso de trabajo, tanto porque losdatos referidos al trabajo individual son insuficientes paracomprender sus articulaciones como porque puede haber tra-bajadores de un número grande de centros de trabajo. Gene-ralmente no se puede llegar a conocer más que algunos riesgosespecíficos, una caracterización gruesa del tipo de procesolaboral o de la fracción de clase a la cual pertenece el trabaja-dor.

Si el territorio está dominado por una determinada indus-tria estas limitaciones no son tan serias, ya que se puede utilizarinformación complementaria para conocer los procesos detrabajo. El estudio de Cubatao de Brasil (56)-un polo indus-trial compacto-es un buen ejemplo de esto. Así, empezó conel levantamiento de encuestas individuales territoriales para larecolección de datos básicos para posteriormente completar-los con estudios de problemas específicos con mejores posibi-lidades de penetración en los centro de trabajo. Habría queadvertir, sin embargo, que ante las dificultades que se tienenen la mayor parte de los países latinoamericanos para accedera las fábricas o a grupos organizados de trabajadores los estu-dios territoriales pueden ser los únicos factibles de realizar.Otro estudio brasileño realizado por un equipo interdisciplina-rio en un "polo de desarrollo" de Minas Gerais (57) tiene undiseño semejante pero no se llega a diversificar en tantossubestudios.

Sobre la Dimensión del Tiempo

Otra vertiente de la problemática metodológica se refierea la dimensión del tiempo en los estudios. Esta cuestión ad-quiere particular relevancia en la medicina social por el lugarcentral en su teorización de las nociones de proceso e histori-cidad de los fenómenos. Es decir, en prácticamente cualquier

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estudio médico-social están presentes las dimensiones históri-cas y de transformación. A esto se añaden además los proble-mas tradicionales de la epidemiología ocupacional que se re-fieren, por ejemplo, al tiempo de exposición, al tiempo delatencia, etc.

Los estudios, donde aparece más nítidamente la problemá-tica metodológica ligada al tiempo, son los que plantean cono-cer el impacto en la salud de las transformaciones económicaso políticas. En el campo específico de trabajo-salud se haintentado aproximarse a las repercusiones en la salud colectivade la crisis y de los procesos de industrialización a partir de lastransformaciones del proceso de trabajo. Este tipo de estudioses estratégico porque ilumina problemas que son centrales enla realidad latinoamericana y que se dan bajo formas que noson análogas con las de los países centrales. Por otra parte,representa "experimentos" históricos, que ponen de relieveuna sucesión de eventos de modo comprimido, que en otrascircunstancias ocurren de forma lenta y difícil de estudiar. Sinembargo, los problemas metodológicos de este tipo de investi-gación no son de fácil solución, ya que, aun cuando en laperspectiva histórica se refieren a períodos cortos, vistos desdeel ángulo de la instrumentación investigativa, significan unseguimiento durante varios años; cuestión que implica recur-sos financieros grandes o, alternativamente, buenas fuentes dedatos secundarios, y ambos son poco comunes en nuestrospaíses. Es además frecuentemente difícil construir situacionescomparables en los distintos momentos de los procesos de lacrisis o de la industrialización, dado que la unidad de observa-ción no puede ser siempre sólo territorial o el centro detrabajo. Asimismo, dado que la crisis es un proceso complejoconlleva transformaciones globales que dificultan aislar el im-pacto específico de ciertos elementos sobre la salud.

Por ello, se han ensayado varias distintas maneras de re-solver metodológicamente estos problemas. La solución dadapor Echeverría (58) al estudio del impacto en la salud de lostrabajadores de la crisis y la adopción de un nuevo patrón deacumulación en Chile reviste en este contexto gran interés.Elige centros de trabajo que tipifican el impacto diferencial

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de esta transformación en el aparato productivo y que cumplencon el requisito de tener registros de morbilidad comparablesdurante los diez años que abarca el estudio. La reconstrucciónde los cambios en los procesos laborales y en las relacioneslaborales se hace con una combinación de observación directay entrevistas a los trabajadores y a los directivos de las empre-sas. De esta manera resulta factible confrontar el tipo decambios ocurridos en este terreno con las transformaciones enlos perfiles patológicos reconstruidos a partir de los datos delos registros de morbilidad.

El estudio de Facchini (59) representa otro acercamientometodológico, ya que realiza un estudio de caso sobre el im-pacto de un cambio tecnológico puntual sobre la accidentabi-lidad. La ventaja de este diseño es que provee una reconstruc-ción minuciosa de los cambios ocurridos tanto en la dinámicaglobal del proceso laboral como a nivel de los puestos detrabajo usando la encuesta colectiva con los trabajadores ydocumentos de la empresa. Esta información permite unaexplicación detallada de las modificaciones en la frecuencia delos accidentes a raíz del cambio tecnológico. A pesar de quelos resultados de este estudio no se pueden generalizar indis-criminadamente, iluminan una serie de cuestiones involucra-das en los procesos de cambio tecnológico muy difíciles deaprehender en estudios más panorámicos.

Un tercer ejemplo de cómo instrumentar metodológica-mente la investigación sobre transformaciones en el procesolaboral en su relación con la salud es el estudio sobre el riesgoeléctrico impulsado por el Sindicato Mexicano Electricista(60). Usa como eje analítico el papel cambiante de la industriaeléctrica en la acumulación para explicar los cambios en subase técnica. Para ello utiliza técnicas de investigación docu-mental y entrevistas a trabajadores claves. Esto permite nosólo registrar los cambios en los procesos laborales sino tam-bién detectar sus determinantes; cuestión que adquiere impor-tancia al dejar al descubierto que la implantación de la tecno-logía importada conlleva riesgos en México que no tenía en suspaíses de origen. En esta investigación se cuenta para elestudio de la salud con registros sindicales de mortalidad, por

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ejemplo, que permiten el análisis de series históricas de daños.

Con rigor teórico la historicidad de los fenómenos deberíaser una preocupación también en los estudios transversales.Sin embargo, no es frecuente encontrar una indagación siste-mática y metodológicamente satisfactoria sobre la cuestión eneste tipo de estudios sobre salud-trabajo. El aspecto tal vez mástratado se refiere al proceso de constitución de una colectivi-dad obrera (61) pero hay muy poco sobre el aspecto de la salud.Esta ausencia redunda en una comprensión incompleta de lascaracterísticas específicas del desgaste de una colectividad(62). Este problema indudablemente se explica por deficiencias teóricas de muchos estudios, pero habría que reconocerque también se deriva de obstáculos metodológicos casi irre-solubles.

Aunque apenas toca un aspecto de esta cuestión está elproblema -presente en todos los estudios realizados en uncorte de tiempo- de cómo ha sido "depurada y recompuesta"la colectividad obrera en función de determinados procesos dedesgaste. Esta cuestión nunca es trivial ya que puede significarque lo que más importa estudiar está fuera del campo devisibilidad o, por el contrario, está aumentado por ser unacaracterística deseable para el patrón. Es decir, si hay unproceso de expulsión-retención de obreros en función de al-gunos procesos de desgaste, este hecho necesariamente intro-duce un sesgo importante en los estudios. Por lo pronto habríados maneras de investigarla. Una implica el seguimiento de unacohorte de trabajadores, sea por medio de registros existentesadecuados o con un estudio longitudinal, y la otra por mediode la estimación cualitativa a partir de la experiencia de lospropios obreros (63).

Una última problemática, entrecruzada con la anterior, serefiere a los distintos "tiempos de exposición" y al "tiempo delatencia" para que aparezcan los resultados específicos delproceso de desgaste. La forma más directa de abordar estacuestión es a partir de la comparación de los perfiles de mor-bilidad entre grupos de trabajadores con distinta antigüedaden la empresa (o en rigor en el puesto de trabajo). Empero este

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tipo de análisis puede arrojar resultados paradójicos justamen-te por la expulsión de obreros a causa de determinada patolo-gía. Existe cierta posibilidad de franquear esta limitación pormedio del análisis fino de la variación de la patología enfunción de la antigüedad y de los requerimientos específicosdel proceso de trabajo (64). Sin embargo, la única solucióntécnicamente satisfactoria es el seguimiento de una cohorte.Otra manera de solventar metodológicamente el problema del"tiempo de latencia" de la aparición de la patología es pensarel proceso de desgaste por fases y establecer "indicadores deproceso", que no son necesariamente definidos como "patoló-gicos" (65).

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Temas, Problemas y Conocimiento Generado

La elaboración de los planteamientos teórico-metodológi-cos de la Medicina Social latinoamericana ha permitido realizarestudios novedosos que han producido un conocimiento ricosobre el mundo del trabajo. En cuanto estos planteamientosponen de relieve la importancia de ciertos problemas hanservido como base para formular estrategias sistematizadas deinvestigación; han facilitado determinar qué estudiar y porqué. De esta manera, la mayor parte de la investigación tieneun doble propósito. Por una parte, persigue elaborar la com-prensión compleja sobre la relación trabajo-salud necesariapara ir forjando una nueva práctica. Por la otra, busca propor-cionar los elementos indispensables para sustentar las luchasreivindicativas inmediatas pero manteniendo la perspectiva deesa nueva práctica. Esto requiere producir conocimiento adistintos niveles: desde el nacional-global hasta el puesto detrabajo, y sobre temas diversos: desde el impacto de la crisissobre la salud obrera hasta los riesgos específicos. Significa,también, prefigurar la nueva práctica desde el momento mismode la investigación; cuestión que se ha empezado a lograr enlos trabajos conjuntos entre grupos de profesionistas y detrabajadores con el uso de metodologías participativas.

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Heterogeneidad Industrial y DesgasteDiversificado:

Los estudios nacionales y sectoriales:

Dada la ausencia de una visión de conjunto sobre losproblemas de salud relacionados con el trabajo, una primeratarea ha sido realizar estudios panorámicos nacionales sobreel mundo laboral y la salud de los trabajadores. Una manera desolucionar esta tarea fue partir de la relación, teóricamentefijada, entre proceso de valorización, proceso laboral y desgas-te, que abre la posibilidad de establecer las formas históricasgenerales de los procesos laborales en función de la articula-ción específica entre la base técnica y la división y organizacióndel trabajo. Así se pueden distinguir dos formas básicas; la dela subsunción formal y la de la subsunción real del trabajo alcapital que en términos del proceso de valorización correspon-den al plusvalor absoluto y relativo respectivamente. A partirde esta "tipología" general se puede, luego, explorar la confor-mación de la industria de un país específico en términos de susprocesos laborales y los patrones de desgaste en el marcodinámico del proceso de valorización y de la relación entrecapital y trabajo.

Los hallazgos de un estudio mexicano (66) basado en estemarco permiten sacar algunas conclusiones generales con cier-ta validez para otros países latinoamericanos. De esta manerauna de las características sobresalientes de la industria mexi-cana es su gran heterogeneidad tecnológica, que además se daen todas las ramas industriales. Es decir, todos los tipos deprocesos laborales están presentes simultáneamente en la in-dustria y en cada una de las ramas tiende a haber más de untipo. En términos cuantitativos se observó, de esta manera, queel 12% de los obreros labora en procesos de subsunción formaly el 88% en procesos de subsunción real, o sea en los procesoslaborales plenamente capitalistas, con un 48% en los automá-ticos, un 19% en los tayloristas o fordistas y un 18% en los de

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maquinismo simple. La importancia para la salud obrera deesta conformación industrial reside en que cada uno de estosprocesos se caracteriza por el predominio de distintas cargaslaborales, como se analizará adelante. Esto a su vez implicaque no hay un solo patrón de desgaste típico de la clase obrerasino uno para cada tipo de proceso laboral.

La existencia misma de esta heterogeneidad, que se datodavía en los países capitalistas avanzados aunque no con lamisma amplitud, señala algunas cuestiones generales impor-tantes. Resulta clave preguntar por qué persisten los procesoslaborales atrasados y la respuesta revela que no'estamos anteun simple hecho de "subdesarrollo" industrial. Así, al calcularla tasa de ganancia de las empresas, agrupadas según su tipode proceso laboral, resultó que es la misma para todas. Esdecir, la heterogeneidad industrial existe (más que persiste)porque los procesos "atrasados" son rentables, o sea, permitenextraer plusvalor.

Estos hallazgos nos conducen a identificar dos grandesestrategias de extracción de plusvalor. La primera descansasobre la depresión salarial y la prolongación de la jornadalaboral y se asientan en los procesos laborales con una basetécnica atrasada, o sea los de subsunción formal. Algunos datosrespecto a México permite ejemplificar esta estrategia. Así,mientras que el salario medio industrial en 1975 era de 39,900pesos, el salario medio en los procesos de subsunción formalapenas alcanzaba 13,520 pesos, o sea, una tercera parte delsalario medio industrial. Asimismo, el 57% de los obreros enlos procesos de subsunción formal laboraba en empresas don-de la única fuente de plusvalor era esta depresión salarial ysólo el 16.5% se encontraba en empresas que no dependían deella para sus ganancias. Que la prolongación de la jornadasigue siendo un mecanismo común de generar plusvalor sedesprende, finalmente, del hecho de que un 21% del total deobreros industriales mexicanos trabaja 49 horas o más a lasemana. La razón última de la viabilidad de esta estrategia deextracción de plusvalor no es propiamente económica sino quedebe buscarse en la relación concreta de fuerza entre capitaly trabajo. Se explica así, en el caso mexicano, por el control

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estatal sobre las organizaciones sindicales, que se refuerzatodavía más por la magnitud del des- y subempleo.

Los procesos laborales de subsunción formal se caracteri-zan por una base técnica artesanal y una organización deltrabajo que se basa en el oficio. Puede haber una mayor omenor división del trabajo en el taller, pero el obrero sigueteniendo cierto control sobre su trabajo. Este proceso laboralsignifica trabajar sobre un número reducido de objetos natu-rales que pueden tener propiedades nocivas, pero no modifi-can sensiblemente el ambiente químico. El carácter rudimen-tario de los instrumentos de trabajo generalmente conlleva unesfuerzo físico considerable, ya que los mueve la fuerza huma-na. Redunda así en un gasto calórico alto que además seprolonga durante una jornada larga. El control del productorsobre sus tareas directas significa que puede regular el ritmode trabajo aun en contra de la presión del patrón. La relativapreservación de la unidad entre la concepción y la ejecucióndel trabajo salva al obrero de la realización de un trabajomonótono y descalificado lo que permite un esfuerzo psíquicoequilibrado.

Los principales elementos de desgaste en este tipo deproceso laboral se derivan del esfuerzo físico grande, de lajornada prolongada y las características de algunos objetos detrabajo. Esta combinación entre una labor dura y largas horasde trabajo origina fatiga y un gasto calórico alto. La jornadaprolongada tiene como contraparte pocas horas de descansocon una reposición deficiente de las energías gastadas. Asimis-mo, el alto consumo calórico tiene que confrontarse con elinsuficiente salario. En el perfil de morbi-mortalidad que re-sulta del "sobretrabajo-subconsumo" predomina la patologíainfecto-nutricional, esqueleto-muscular, ciertas enfermedadesocupacionales causadas por riesgos específicos y los acciden-tes.

La otra gran estrategia de extracción de plusvalor se basaen el incremento de la productividad del trabajo por medio dela revolución de la base técnica y formas "científicas" de dividiry organizar el trabajo en la fábrica. Corresponde a la etapa de

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subsunción real del trabajo al capital, que a su vez puede serdividida en las subetapas de maquinismo simple, taylorismo,fordismo y automatización. En términos generales los procesoslaborales pertenecientes a esta etapa se caracterizan por unaseparación definitiva entre el concebir o pensar y ejecutar eltrabajo; una división extrema del trabajo dentro de la fábrica,que redunda en la parcelación de las tareas que se conviertenen monótonas y descalificadas; el uso intensivo del tiempo conaltos ritmos de trabajo y frecuentemente trabajo por turnosdurante las 24 horas del día y una tecnología avanzada quedespoja al trabajador del control sobre el proceso laboral y lotransfiere a la maquinaria.

Las cargas laborales que predominan en los procesos la-borales de subsunción real son las surgidas de la revolucióntecnológica y la nueva división y organización del trabajo. Ladiversificación de los objetos de trabajo introduce cambiosimportantes en el ambiente químico-físico y la maquinariaincrementa la accidentabilidad y los niveles de ruido. El esfuer-zo físico disminuye con la introducción de nuevas fuentes deenergía y la jornada laboral se regula. Sin embargo, el esfuerzofísico y psíquico se ejerce cada vez bajo condiciones más arti-ficiales y se utiliza solamente una pequeña parte de la poten-cialidad del trabajo humano. Hay una ruptura entre pensar yrealizar el trabajo; la velocidad resulta más importante que elcuidado; los ritmos fisiológicos se trastornan a raíz del usocapitalista del tiempo, por ejemplo, en el trabajo por turnoscon rotación. Es, pues, una labor parcelada, descalificada,monótona y estrictamente controlada que, además, se ejecutaa altos ritmos o, en el caso de los procesos automáticos, con-dena a la inactividad vigilante. Sus características fundamen-tales son la sobrecarga cuantitativa y la subcarga cualitativapsíquicas; combinación que origina fatiga y estrés. Se poten-cian, asimismo, por el trabajo por turnos y por la fijación en elpuesto de trabajo que necesariamente lleva a la casi anulaciónde la interacción entre los obreros.

La conjugación de estas cargas dan origen a un patrón dedesgaste que se expresa en traumatismos, intoxicaciones agu-das y crónicas, cáncer, sordera, gastritis y úlceras, enfermeda-

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des cardiovasculares y una amplia gama de otros trastornospsico-somáticos y mentales. En el caso mexicano se encontróuna notable concentración de obreros en los procesos dondese presentan nítidamente las características desgastantes de losprocesos laborales de la subsunción real; cuestión que noparece ajena al hecho de que para 1980 se reportaban lasenfermedades cardiovasculares como la primera causa demuerte en el país y a los tumores malignos como la quintacausa. Igualmente, resulta significativo que la única tasa demortalidad que no disminuyó en el período de 1977 a 1980 fueel de hombres en edades de 35 a 64 años, cuya mortalidadademás incrementó su peso relativo con respecto al total dedefunciones del 26.6 al 29.2%.

La situación de los accidentes de trabajo, asimismo, sirvepara ilustrar las implicaciones de una estructura industrialcomo la mexicana. El primer hecho, ampliamente conocido, esel sostenido incremento en su número, su frecuencia relativay su gravedad. Esto se traduce en una tasa de mortalidad poraccidentes de trabajo, calculada en base a los datos del IMSS-la única fuente que permite conocer los accidentes en relacióncon la población en riesgo-, de 25.6 por 100 mil lo que laubicaría entre las principales causas de muerte de los hombresentre 15 y 45 años. La relación entre la accidentabilidad y eltipo de proceso laboral se expresa en que el 6.2% de losobreros en los procesos de subsunción formal laboran en in-dustrias de bajo riesgo (clase II del IMSS) y el 5.6% de altoriesgo (clase V) mientras que los mismos datos para los de losprocesos tayloristas, fordistas y automáticos son el 0.7% y 9.8%respectivamente.

En cuanto estrategia de generación de plusvalor, cuyomedio son estos procesos laborales, se basa en el incrementode la productividad y generalmente hay condiciones salarialesy de prestaciones comparativamente favorables. La vertientede la relación capital-trabajo que adquiere especial importan-cia es la gestión de la fuerza de trabajo en la fábrica. Es por loregular autoritario con el control total sobre el proceso labo-ral en manos de la empresa. Esto tiene implicaciones profun-das para el problema de la salud, ya que atenderla significa

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poner a discusión quién detenta el conocimiento y cómo orga-nizar el trabajo; cuestión que explica en parte la resistencia delas empresas a satisfacer demandas de salud. Por otra parte,los sindicatos generalmente ubican sus luchas en el terreno delconsumo y no en el de la producción.

Otro logro de los estudios panorámicos (67) es que hanpermitido sistematizar y socializar información dispersa quecomplementa la visión global del mundo laboral. De esta ma-nera, se han hecho estimaciones respecto a la frecuencia deltrabajo con turnos rotativos (68) mostrando que es más comúny menos regulado en América Latina que en los países centra-les; se ha estudiado la distribución de las distintas formassalariales (69) encontrando que una proporción alta de lostrabajadores está sujeta a las distintas formas de pago a desta-jo; se ha registrado (70) que la concentración de ciertos tóxicosen el ambiente de trabajo sobrepasa con mucho las normasestablecidas; se ha mostrado contundentemente el enormesubregistro de las enfermedades ocupacionales (71). De estay muchas otra maneras se ha logrado armar una especie derompecabezas que permite conocer con más precisión y socia-lizar en grupos más amplios lo que antes había sido un "secretoindustrial" y una dolorosa experiencia individual. Con los es-tudios sobre las ramas industriales se ha podido profundizar enalgunos aspectos de la heterogeneidad tecnológica y sus impli-caciones para la salud obrera. En ellos se descubren algunascuestiones que se explican en función de formas específicas delas estrategias de extracción de plusvalor como pueden ser eluso de la separación espacial de segmentos del proceso laboraly la subcontratación de tareas aun en las ramas modernas. Laindustria del vestido (72) es el ejemplo clásico de lo primero,ya que frecuentemente realiza la producción en talleres clan-destinos o con trabajo a domicilio. La industria de ensamble(73) de partes, por ejemplo para la industria espacial, automo-triz o electrónica, en las zonas francas latinoamericanas repre-senta la versión transnacional y moderna del mismo fenómeno.Es decir, aun en esta industria de punta se hace uso de losmecanismos "atrasados" de generar ganancia usando mano deobra barata y desorganizada en aquellos segmentos del proce-so laboral que no requieren de una tecnología sofisticada. Las

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condiciones de este trabajo ha llevado a algunos autores adenominarlo de "taylorismo sangriento" (74). La subcontra-tación de tareas (75) es una forma de división del trabajousada, por ejemplo, en la siderurgia y la gran empresa deconstrucción, que permite a las empresas evadir la reglamen-tación de la relación laboral fijada en los contratos colectivose incluso en la legislación laboral. No se trata de un fenómenode heterogeneidad tecnológica sino de heterogeneidad de lascondiciones laborales al interior de una rama manteniendo auna parte de los trabajadores en condiciones de "informali-dad". En este contexto son significativos los datos sobre laindustria mexicana, ya que el porcentaje de obreros en condi-ciones "informales" por rama fluctúa entre 22.0% y 56.5%(76). Los estudios sectoriales de la industria textil y del vestua-rio (77), del cuero y calzado (78), de la construcción (79), y dela gráfica (80) de Chile ejemplifican esta heterogeneidad'tec-nológica y de condiciones laborales. Asimismo demuestra larelación estrecha de estos fenómenos con el ciclo económico.

Los estudios territoriales complementan los anterioresestudios y permiten cuantificar algunos problemas. De estamanera un estudio sobre los trabajadores de León, Nicaragua(81), muestra que el 68% de ellos están sometidos a niveles deruido dañino; el 30% a vibraciones; 58.2% a iluminación ina-decuada y 71.2% a una sobrecarga psíquica. En términos de lamorbilidad encontrada se registró un 17% de trabajadores conproblemas dermatológicos, un 16% con problemas músculo-esqueléticos, un 9.4% con problemas urinarios, un 7.4% conafecciones digestivas, un 7% con afecciones respiratorias, un5% con problemas psíquicos y un 3% con problemas cardio-vasculares. Dentro del grupo con sobre-carga psíquica el 7.2%era hipertenso, el 9.8% tenía problemas gástricos y el 26%sufría de insomnio.

Detrás de los Muros de la Fábrica:

Los estudios de centros de trabajo:

Los estudios de caso de centros de trabajo específicos han

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sido importantes para conocer a fondo las características de losprocesos laborales en su relación con el desgaste así comopara proporcionar información de base para la defensa de lasalud obrera.

El estudio de una fábrica de procesamiento de mariscos enMéxico (82) ejemplifica algunas de las características del pro-ceso laboral de manufactura. Así, los únicos instrumentos detrabajo usados son manuales y las operaciones realizadas sonla limpieza, corte y empaquetado de camarón. Cada obreratrabaja individualmente cumpliendo con una cuota de produc-ción prefijada. Se trata de un trabajo descalificado, monótonoy repetitivo, con altos ritmos de trabajo, bajo supervisión es-tricta y con un esfuerzo físico considerable al realizarse de piey con movimientos estereotipados y simples. La jornada es de8 horas y el salario un 10% por debajo del salario industrialmedio de la zona. El análisis de la morbilidad de las obreras,basada en los diagnósticos médicos, mostró un promedio de 4.4episodios mórbidos por año por obrera. De ellos el 25% estabadirectamente relacionado con el trabajo y otro 25% potencia-do por el trabajo. Destacaban los traumatismos laborales conuna tasas de 69.0 por 100 obreras, enfermedades de vías respi-ratorias con 89.3%, los trastornos psicosomáticos y psíquicoscon 46.9 por 100, infecciones gastrointestinales con 34.7%,dermatitis de contacto con 33.5%, enfermedades articularescon 27.3% y enfermedades relacionados con esfuerzo o posi-ción con 16.9%.

Resulta llamativa la alta frecuencia de episodios mórbidosy algunos rasgos del perfil patológico. Así concuerdan con elperfil típico de este tipo de proceso laboral las altas tasas deenfermedades infecciosas, de traumatismos, de padecimientosmúsculo-esqueléticos y de dermatitis por las características delobjeto de trabajo. Por otra parte, la alta frecuencia de trastor-nos relacionados con la tensión nerviosa parece explicarse porla organización del trabajo. Esto tiene relevancia, ya quemuestra la incorporación de la organización taylorista del tra-bajo y sus mecanismos de incrementar la productividad en unproceso laboral tecnológicamente atrasado. Es decir, no hayuna necesaria correspondencia entre la base técnica y las for-

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mas de organización y división del trabajo de acuerdo con lasformas históricas de desarrollo del proceso laboral capitalista.Los hallazgos de otros estudios confirman esta situación, yaque muestran que incluso en el trabajo a domicilio (83) operanmecanismos típicos del trabajo taylorizado como son la parce-lación de las tareas y pago a destajo calculado en base alestudio de tiempos y movimientos.

Este hallazgo se repite en distintos estudios (84) sobre laindustria del vestido, cuyos procesos laborales pueden serclasificados unos de maquinismo simple y otros de tayloriza-dos. En todos se usa maquinaria relativamente simple pero ladivisión del trabajo va desde la producción de prendas comple-tas a domicilio (85) hasta prendas que pasan por 20 a 25diferentes puestos de trabajo ordenados en secuencia(86). Laorganización del trabajo en todos los casos se basa en losprincipios tayloristas de determinación del tiempo y los movi-mientos de la tarea. Se traduce en la fijación de cuotas deproducción o en el monto del salario al destajo y redunda enextensión de la jornada más allá de las 8 horas. Cuando se tratade procesos fabriles se usa además la parcelación extrema dela tarea, inmovilidad en el puesto de trabajo, supervisión es-trecha y sistemas de castigos y premios (87).

Las cargas o exigencias laborales (88) de estos procesos sonla sobrecarga cuantitativa y subcarga cualitativa psíquica; lasposiciones forzadas y el desplazamiento de cargas pesadas;exposición a fibras y disolventes y condiciones inseguras de lamaquinaria. El perfil de daño causado por este trabajo muestrauna incidencia alta de problemas músculo-esqueléticos, trau-matismos leves, fatiga y trastornos psíquicos y psicosomáticos(89).

El estudio de dos plantas de ensamble de partes electro-electrónicos en México (90) ha permitido confirmar algunosde los problemas involucrados en los procesos taylorizados. Enprimer lugar ejemplifican la separación geográfica de distintasfases de un proceso laboral más complejo. Reciben de los EUApiezas prefabricadas para ensamblar y sus productos no sonterminales sino que se incorporan en otra fase del proceso

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laboral ubicada de nuevo en los EUA. En segundo lugar susprocesos laborales se caracterizan por una extrema división deltrabajo, que redunda en tareas simples y monótonas realizadascon altos ritmos; implican un máximo de 10 movimientos y surealización toma entre 1.6 y 12 segundos. A la subcarga cuali-tativa y sobrecarga cuantitativa psíquicas, que esto implica, seañaden las posiciones incómodas, la fijación en puesto, elesfuerzo visual intenso y la exposición a una gran variedad dequímicos.

En términos del perfil de morbilidad esto se expresa enuna tasa anual de 90 episodios mórbidos directamente relacio-nados con el trabajo por 100 obreras, destacando la patologíapsico-somática, las enfermedades debidas al esfuerzo y posi-ción y las enfermedades irritativas de piel y de ojos y los signosy síntomas inespecíficos; hallazgo confirmado en otro estudiosobre la industria maquiladora fronteriza mexicana (91). Semostró, además, una clara tendencia de expulsión de las obre-ras a causa de problemas de salud a partir de 6 a 8 años deantigüedad en la industria. O sea, después de este tiempohabían sufrido un desgaste que las incapacitaba para seguirrealizando su trabajo. Estos hallazgos verifican, pues, los ras-gos generales del patrón de desgaste de los procesos laboralestaylorista, pero resaltan también la necesidad de tomar encuenta elementos particulares, en este caso los químicos, decada proceso laboral concreto. Así, Mertens (92) ha enfatizadoespecialmente el uso abundante de químicos en la industriamicroelectrónica y sus efectos en la salud: las intoxicacionesagudas y crónicas, la irritación de las vías respiratorias y elcáncer.

El estudio de una fábrica automotriz mexicana (93) ilumi-na algunas de las características de los procesos laboralesfordistas. Así resalta como hecho fundamental a la cadena demontaje como principio organizador de todas las demás activi-dades de la planta. Es decir, a pesar de que hay una serie desubprocesos laborales en la planta, tecnológicamente desfasa-dos, todos están organizados con la lógica de mantener elabastecimiento constante de la cadena de montaje, que sóloocupa el 27.2% de los obreros. Ambos elementos -la lógica

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impuesta por la cadena y el desfase tecnológico al interior delproceso- tienen implicaciones para las cargas laborales y con-secuentemente para el desgaste. De esta manera, impone laaplicación de distintos mecanismos de división y organizacióndel trabajo para armonizar las distintas tareas tecnológicamen-te contradictorias e intensificar los ritmos de trabajo. Esto a suvez ha significado montar una "cadena de control" que setraduce en una supervisión estrecha y perdida de control delos obreros sobre su trabajo. A las cargas laborales derivadasde la organización y división del trabajo se añaden niveles deruido altos, condiciones inseguras por las características de losinstrumentos y objetos de trabajo y la exposición a distintosquímicos.

En el perfil patológico de estos trabajadores se destacanlos traumatismos con un 20% de los episodios registrados, lostrastornos relacionados con estrés con el 12.2%, los padeci-mientos relacionados con esfuerzo físico pesado o posicionesforzadas con el 8.4%, y las reacciones a agentes físicos oquímicos con el 7%.. Los padecimientos directamente relacio-nados con el trabajo suman así cerca del 50% de los episodiosmórbidos registrados. Un último hallazgo interesante es ladistribución diferencial de los trastornos relacionados con elestrés y el esfuerzo físico y las posiciones forzadas entre lostrabajadores según su inserción en el proceso laboral. El 50%de los obreros supervisores y el 42.8% de los obreros indirectospadecieron trastornos relacionados conl el estrés, contra el19.4% de los obreros directos fuera y el 14.5% de los obrerosdirectos en la línea de montaje; situación que se explicaría porla ubicación contradictoria de los supervisores y las dificulta-des para poner a tiempo los segmentos del proceso tecnológi-camente desfasados. Respecto a los trastornos relacionadoscon el esfuerzo físico y la posición ocurre al revés ya que sonmás altos en los obreros de la línea de montaje -40.7%- mien-tras que una proporción mucho menor del resto de los obreroslos presentan -7.1% a 19.4%; situación que se explicaría por lasubordinación total de aquellos al ritmo y las exigencias de lacadena.

Algunos hallazgos del estudio de una planta refresquera

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mexicana (94) adquiere especial interés en el contexto de losdemás estudios. Así se trata de un proceso laboral poco com-plejo, cuyo principio organizador es la banda de produccióncon un grado importante de automatización. El perfil patoló-gico de sus obreros presenta los rasgos esperados en su mayorparte, pero hay una frecuencia comparativamente baja detrastornos relacionados con el estrés. Probablemente esto seexplica por las particularidades de esta fábrica surgida de lalucha sindical. La fábrica pasó a ser propiedad de los obrerosdespués de una huelga prolongada y al momento del estudioera administrada por ellos. Una de las consecuencias de laformación de la cooperativa sobre la organización del trabajofue la introducción de la rotación entre los distintos puestosde trabajo y la eliminación de la supervisión; cuestión que noparece ajena a la baja incidencia de trastornos relacionadoscon el estrés.

Un estudio mexicano de una planta siderúrgica integrada(95) permite analizar con más detalle algunas característicasfundamentales de los procesos automáticos de flujo continuomás complejos. De esta manera su proceso laboral, basado enla tecnología más moderna, está globalmente regido por lasfases automatizadas y computarizadas, pero presenta una arti-culación compleja entre tipos de trabajo que van desde lavigilancia de tableros hasta el trabajo manual con herramientasde mano. Esto se explica por el desfase tecnológico en suinterior y por la distribución de los obreros entre las distintastareas con el 29% en operación, el 50% en mantenimiento yel 21% en apoyos como transporte y servicios. O sea, la granmayoría de los obreros realiza tareas de mantenimiento o deapoyo mientras que apenas una tercera parte opera o vigila lamaquinaria; cuestión que se expresa en riesgos laborales dife-renciales entre uno y otro tipo de obreros y la generación deproblemas derivados directamente de la articulación entre lossegmentos tecnológicamente desfasados. Esto se muestra conclaridad en la accidentabilidad ya que la tasa de accidentes conincapacidad fue de 16.5 por 100 obreros en operación, de 20.0en mantenimiento y de 5.9 en actividades de apoyo.

Estas características del proceso laboral global significa la

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presencia simultánea de todos los tipos de cargas laborales-físicas, químicas, fisiológicas y psíquicas- destacando entreellas niveles de ruido alto, temperaturas elevadas, concentra-ción alta de polvos y gases, esfuerzo físico pesado en ciertascategorías, rotación de turnos, trabajo peligroso, supervisiónestricta, situaciones ambiguas de responsabilidad, y trabajomonótono y repetitivo. La combinación de cargas se expresaen una prevalencia de enfermedad de 1.1 por obrero, lo que esmuy alto en una población joven. Sin embargo, la diferenciaentre uno y otro tipo de trabajadores es considerable con 0.9en los de operación, 1.6 en los de mantenimiento y 1.1 en losde apoyo. En el perfil patológico encontrado dominan lasenfermedades de vías respiratorias (17.3%), de espalda y arti-culaciones (15.2%), psicosomáticas (9.8%), la neurosis(7.5%), e irritativas de ojos (6.5%) y piel (5.5%), que juntosconstituyen el 66% de la patología. También los perfiles resul-tan distintos para cada tipo de trabajadores como expresión desus diferentes procesos de desgaste. Se encontró, además, unaumento sostenido en la tasa de morbilidad por 100 obreros encuanto incrementan los años de trabajo en la siderúrgica: 46.8para los con 1 a 3 años, 90.6 para los con 4 a 6 años y 135.8 paralos con 7 o más años.

El estudio muestra, por una parte, que la dinámica globaldel proceso laboral -regida por las fases automáticas de flujocontinuo- genera el desgaste característico de este tipo deprocesos laborales. Por la otra, la articulación específica deltrabajo en su interior añade otros elementos desgastantesimportantes. Es decir, aun con una base técnica altamentesofisticada, que determina globalmente la organización y divi-sión del trabajo, existen maneras distintas de insertarse en elproceso laboral que generan un desgaste diferencial. Algunasde ellas obedecen al carácter mismo de la tecnología, como lanecesidad de un ejército numeroso de obreros de manteni-miento. Otras, sin embargo, se deben a situaciones particulareshistóricas, como por ejemplo, la realización de tareas en con-diciones precarias e inseguras que no son inherentes al procesocomo tal, sino que expresan un uso exploratorio de la fuerzade trabajo.

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El estudio de otra planta siderúrgica mexicana (96) conmayor tiempo de funcionamiento confirma los hallazgos ante-riores y muestra, además, una frecuencia extremadamente altade las enfermedades del trabajo legalmente reconocidas; el48.9% de los obreros las sufren. Presentan, además, una tasaanual de accidentes del 24.6 al 33.8 por 100 obreros según elárea de trabajo. En el estudio se analiza cómo este proceso dedesgaste acelerado se relaciona con la organización del traba-jo, la incompatibilidad entre las reglas de seguridad y las tareasde producción fijadas, y el intento de la empresa de compensarel creciente deterioro de la maquinaria y equipo intensificandoel trabajo.

Disponemos de dos estudios, uno de México (97) y otro deEcuador (98) de la industria eléctrica que ejemplifican unaspecto particular de los procesos automáticos de flujo conti-nuo. Así se ocupan del problema de "riesgo eléctrico", estrésy sus manifestaciones patológicas. Ambos centran su atenciónen la conciencia del trabajo peligroso que probablemente esuna de las cargas psíquicas más comunes en la industria ymuchos de los servicios como por ejemplo el transporte. Losestudios encuentran que el trabajo con líneas de alta tensiónse convierte en trabajo peligroso por la organización del tra-bajo y en particular por la conformación tecnológica hetero-génea que convierte al accidente mortal en una amenaza cons-tante. El estudio mexicano (97) demuestra que los obreros deriesgo eléctrico presentan tasas de trastornos psicosomáticosde 5 a 10 veces mayores que otro grupo de trabajadores noexpuestos; tienen niveles de catecolaminas en orina más altosque el grupo control como expresión fisiológica de estréssostenido y finalmente tienen una sobrevida menor. Los resul-tados el estudio ecuatoriano no son tan contundentes, peroencuentran una tasa mayor de trastornos digestivos, 70.6%, yde hipertensión, 76.5%, en el grupo con riesgo eléctrico contra35.6% y 35.5% respectivamente en el grupo no expuesto a estacarga; cuestión que parece explicarse como un "efecto delobrero sano", ya que los trabajadores de alta tensión sonseleccionados con criterios muy rigurosos.

Otro estudio ecuatoriano de una fábrica textil (100) inves-

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tiga los trastornos mentales en un proceso automático inclu-yendo el análisis de las condiciones de consumo. Encuentra-utilizando la escala de Goldberg- trastornos mentales en el16.6% de los obreros y en el 20% de los trabajadores adminis-trativos. Aparte de las características del trabajo en la planta,generadoras de tensión nerviosa, resaltan que otro elementoimportante para explicar los hallazgos del estudio es que tantolos obreros como los trabajadores de "cuello blanco" tienencondiciones de reproducción insuficientes.

Otros estudios que ponen de relieve el problema de laheterogeneidad de los procesos laborales son los que siguenlas distintas fases de la transformación del objeto de trabajo enproducto. Este acercamiento resulta particularmente útil en elcaso de la agroindustria, ya que son procesos de transforma-ción con pocas fases y geográficamente circunscritos. Los re-sultados de dos de estos estudios, uno sobre el proceso detrabajo del azúcar (101) y otro sobre el sisal (102), revelanalgunos situaciones importantes. De esta manera, ambosmuestran que la fase de trabajo agrícola tiene un resago tec-nológico importante en comparación con la fase industrial, quese traduce en distintos tipos de cargas laborales para los traba-jadores. Por otra parte, en ambos casos adquieren muchaimportancia las formas específicas de la relación laboral, yaque resultan determinantes para el nivel salarial, la duraciónde la jornada, la estabilidad en el empleo, etc. En el caso delazúcar los trabajadores de la fase agrícola (el corte) -quecarecen de organización sindical y son migrantes- realizan unesfuerzo físico muy intenso durante una jornada de 10-12horas y muestran un perfil de morbilidad con predominio delos padecimientos infecto-nutricionales. Los obreros del inge-nio -organizados sindicalmente con un contrato colectivo ra-zonable y en su mayoría operadores de maquinaria y oficialesde mantenimiento- muestran un perfil con predominio detraumatismos y enfermedades crónico-degenerativas. En elcaso del sisal se presenta una situación distinta, ya que lostrabajadores de la fase agrícola tienen una relación laboral másfavorable que los de la fase industrial. De esta manera ambosmuestran un perfil de morbilidad de tipo infecto-nutricional,pero de mayor gravedad en los obreros fabriles y sus familias.

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Aparte de estos estudios hay pocas investigaciones sobre eltrabajo agrícola en relación a la salud a pesar de su indudablerelevancia. Por ello destaca la importante labor desarrolladapor el Programa Centroamericano de Ciencias de la Salud delCSUCA que desde hace tiempo ha priorizado la investigaciónen este campo. Así, ha realizado estudios muy exhaustivosrespecto a los trabajadores azucareros (103) y del banano(104) y a los temporeros (105). En términos generales estosestudios muestran que la profundización de la agricultura ca-pitalista en la región durante los últimos veinte años ha tenidoun impacto decisivo en los proceso de trabajo, que ha conlle-vado la prolongación e intensificación de la jornada y la intro-ducción masiva de agrotóxicos y maquinaria. Estos cambios seexpresan en el empeoramiento de las condiciones de saludobrera con una tendencia al incremento en los accidentes, lasenfermedades laborales y el desgaste, que se traduce en unareducción del tiempo de vida útil.

Durante los últimos años se ha realizado una serie deestudios sobre trabajadores de los servicios, que han ampliadonuestro conocimiento sobre sus problemas de salud. En estosestudios hay una discusión no resuelta respecto a cómo mane-jar el concepto proceso de producción respecto a los trabajosno propiamente hablando productivos y a los procesos labora-les incompletos (sin objeto de trabajo y producto-mercancía).Sin embargo, en cuanto éstos obedecen a la misma lógicaproductiva que los industriales y agrícolas, en la práctica se hamostrado útil analizar sus procesos laborales bajo el mismoesquema en lo que se refiere a la división y organización deltrabajo y en muchos casos a la base técnica. Por otra parte,encontramos con frecuencia en ellos trabajadores de manteni-miento que realizan tareas muy semejantes a sus contrapartesindustriales.

Entre los servicios el transporte es una de las ramas queha atraído más la atención. Así disponemos de estudios de lostrabajadores del metro y de autobuses urbanos y foráneos. Elestudio sobre el Metro de la ciudad de México (106) resultaparticularmente ilustrativo porque abarca todas las distintastareas desarrolladas en la empresa: las de transportación (ven-

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ta de boletos y conducción del tren), de mantenimiento y deadministración. La distribución de los trabajadores entre estasactividades -44.8%, 39.1% y 15.5% respectivamente- resalta laimportancia de los de mantenimiento; cuestión relevante yaque generalmente no están considerados en los estudios de larama de transporte. El análisis del proceso laboral de los tiposde trabajadores muestra que, en cuanto sus labores son muydistintas, están expuestos a cargas laborales de distinta índole.

Entre los trabajadores de transportación predominan lascargas psíquicas y fisiológicas, que para las taquilleras son elpoco control sobre el trabajo, la supervisión, la organizaciónde la jornada, la inmovilidad, el aislamiento, el contacto con elpúblico y las posiciones incómodas. Entre los conductoresprevalecen las que se derivan de la relación con el equipoautomatizado que implica poco control sobre el trabajo,. altaatención, una situación de responsabilidad ambigua y monoto-nía. A ello se añade una jornada prolongada y posicionesincómodas. Las cargas de los trabajadores de mantenimientoson, por una parte, semejantes a las de los obreros industrialescon exposición a ruido, químicos, trabajo pesado y posicionesforzadas, y, por la otra, para algunos grupos las psíquicasderivadas del trabajo peligroso. Los perfiles patológicos de losdistintos grupos de trabajadores, construidos en base a susexpedientes médicos, muestran algunas diferencias significati-vas. Así, los de transportación tienen un promedio de 4.6episodios mórbidos por año, los de mantenimiento 3.8 y losadministrativos 2.5. El perfil de los de transportación estádominado por patología relacionada con el estrés (54.8 %),con posiciones forzadas (45.8%) y traumatismos (36.8%); elde los de mantenimiento por traumatismos (52.0%), padeci-mientos relacionados con el estrés (40.6%) y con posicionesforzadas (40.6%); el de los administrativos por padecimientosrelacionados con el estrés (32.9%) y con posiciones forzadas(23.9%) y traumatismos (21.6%). Los hallazgos relativos a losconductores se confirman en dos estudios realizados sobre estacategoría de trabajadores en el Metro de Sao Paulo; uno porla parte sindical (107) y otro por la parte patronal (108).El estudio sindical muestra que el trabajo con el equipo auto-matizado redunda en poco control del conductor, monotonía y

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altos niveles de atención a lo que se añaden los efectos de larotación de turnos y problemas de ruido y cambios bruscos detemperatura. Las molestias más frecuentes reportadas por lostrabajadores son nerviosismo, cuadros depresivos, alteracióndel sueño y cefalea tensional. El estudio encargado por laempresa es centralmente un estudio ergonómico y de cicloscircadianos. Muestra lo inadecuado de la organización de lajornada y lo antiergonómico del diseño del puesto de trabajo.Significativamente la morbilidad reportada, que predominaentre los trabajadores, son las dorso-lumbalgias (49.6%); úlce-ra gástrica o duodenal (14%); hipertensión (12%); ansiedad,tensión nerviosa y reacciones depresivas (8%).

Otro sector de trabajadores del transporte estudiado du-rante los últimos años es el de autobuses foráneos y urbanos.En un estudio realizada en una empresa mexicana de transpor-te foráneo (109) resalta como el problema más significativo laorganización de la jornada, ya que redunda en una semanalaboral promedio de 107 horas con 69 horas de manejo. Cabeseñalar que el mecanismo utilizado para hacer que los choferesacepten esta situación es el pago a destajo y la imposición deun sindicato blanco. A las jornadas extenuantes se añadenotras cargas como la conciencia de trabajo peligroso, alto nivelde atención combinada con monotonía, aislamiento y altogrado de responsabilidad; ruido; posiciones incómodas y for-zadas. Estos trabajadores reportan como daños a su salud máscomunes la fatiga, nerviosismo, trastornos del sueño, disminu-ción de la libido, dorso-lumbalgias y accidentes. Los resultadosde la aplicación del Indice Médico Cornell (IMC) muestranuna tasa alta de depresión (45.3%) y de ansiedad (16.0%). Elestudio (110) de los choferes de los autobuses urbanos de laciudad de México registra un alto grado de tensión nerviosapor el tráfico, la conciencia de un trabajo peligroso, el altogrado de responsabilidad, la atención sostenida y una relaciónconflictiva con el público. A ello se suma altos niveles de ruido,exposición a humos, posiciones incómodas y forzadas. En tér-minos de enfermedades y molestias se reporta irritabilidad,fatiga patológica, trastornos del sueño, dolores musculares,problemas circulatorios periféricos, irritación de los ojos ydaño auditivo. La semejanza entre el trabajo productivo y el

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de servicios en cuanto a la organización del trabajo y la relacióncon los medios de trabajo se pone de manifiesto en dos estudiosmexicanos sobre las operadoras de la compañía telefónicamexicana (111, 112). Así realizan tareas estereotipadas y nor-matizadas con tiempos predeterminados y estrechamente su-pervisadas. El 70% de ellas rotan turnos y están sometidas auna jornada "quebrada". Su relación con los instrumentos detrabajo se caracteriza por tener que responder a estímulos ypor la fijación en el puesto de trabajo en posiciones incómodas,de manera que su trabajo no se distingue mucho de la opera-ción de cierto tipo de maquinaria. Finalmente están expuestosa ruido de pulsación que puede llegar a niveles muy altos.

Su perfil de morbilidad construido a partir de una encuestamuestra una frecuencia muy alta de padecimientos relaciona-das con estas cargas. Así en el 90.4% de las trabajadoras seencontró dorsolumbalgias, en el 62.5% gastritis, en el 52.1%fatiga patológica, en el 42.9% problemas circulatorios perifé-ricos y en el 42.3% hipertensión arterial. Asimismo hay unaasociación directa entre la antigüedad y la frecuencia de estospadecimientos con un pico entre las de 4 a 9 años; situacióncoincidente con otros estudios que contemplan la expulsión delos obreros del trabajo a causa de problemas de salud.

En un estudio sobre estrés y fatiga en médicos residentes(113) se insiste en las semejanzas entre el trabajo de serviciosy el trabajo productivo en términos de su organización y divi-sión. Así las fuentes más importantes de estrés y fatiga deltrabajo de los médicos residentes son una jornada prolongadacon rotación de turnos; la división jerárquica del trabajo quepara los residentes redunda en ambigüedad en la delimitaciónde la responsabilidad y cargas de trabajo extenuantes; la exi-gencia de dar respuestas de emergencia con una preparacióny recursos insuficientes; inestabilidad laboral; bajos salarios yaislamiento social. Se encontró en la encuesta realizada unaalta frecuencia de irritabilidad, alteraciones del sueño, pérdidade peso y trastornos psicosomáticos: el 77.3% presentaba gas-tritis o colitis, el 10% úlcera péptica y el 10% migraña. Asimis-mo se mostró un incremento de catecolaminas en orina duran-te las guardias cuando las cargas se presentan con más

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intensidad.

Otro estudio más amplio sobre los trabajadores de la saludefectuado en Bolivia (114) llega a resultados y conclusionesmuy semejantes. Ubica las principales fuentes de estrés en ladivisión jerarquizada del trabajo; la jornada prolongada y larotación de turnos; los precarios recursos que impiden realizarun trabajo técnicamente satisfactorio; el deterioro salarial quese traduce en la necesidad de empleo doble y niveles de vidaprecarios. La medición de la morbilidad mental con la escalade Goldberg muestra una prevalencia global promedio alta:29%. Se encontraron diferenciales importantes entre distintascategorías de personal. Así los internos tienen la tasa más altay los médicos de base la más baja. Asimismo, la organizaciónde la jornada influye en los trastornos mentales, ya que lostrabajadores de jornada prolongada o nocturna o con rotaciónmuestran una prevalencia mayor de estos problemas.

Vistos en su conjunto los estudios de caso confirman engeneral los hallazgos de los estudios globales, pero los matizanen cuanto muestran con particular nitidez la importancia deuna serie de circunstancias particulares. Estas se dividen endos vertientes principales. Una tiene que ver con la conforma-ción específica de la base técnica y el uso de determinadosobjetos de trabajo y materias auxiliares. Otra se relacionadirectamente con las relaciones que se establecen entre capitaly trabajo en una empresa o rama en particular y pueden llegara ser determinantes respecto al tipo de desgaste que se genera.

Los estudios de caso nos revelan una situación dramáticade insalubridad y enfermedad lo que lleva a un interroganterespecto a qué es lo específicamente nuestro respecto a lasalud de los trabajadores. Es decir, habría que preguntarse sila nuestra es una situación "normal" de la producción capita-lista o si estamos ante condiciones de extrema expoliación. Albuscar una respuesta a esta pregunta se encuentran una seriede vacíos en la literatura científica. Así, disponemos de estu-dios de otras partes del mundo que nos permiten hacer com-paraciones respecto a problemas específicos donde AméricaLatina sale del lado negativo. Sin embargo, cuando se quieren

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hacer comparaciones globales y respecto a problemas inespe-cíficos no hay material de comparación, ya que prácticamentetoda la investigación sobre la salud en el trabajo está basadaen la concepción del agente nocivo y el daño específico.

El problema de la comparación se reproduce a nivel inter-no de nuestros países ya que no disponemos de datos pobla-cionales confiables. Por ello prácticamente todos los estudiosse limitan a hacer comparaciones entre distintos grupos detrabajadores del centro de trabajo a fin de desentrañar elimpacto de distintas constelaciones de cargas laborales. Sinembargo, habría que añadir que los criterios para integrar losgrupos de comparación no están claros dado que un diseñosimplista de exposición y no-exposición a riesgos específicosno es suficiente. Este problema es particularmente complejorespecto a patología no-específica que por otra parte es la quemás interesa. Esta limitación significa que la mayor parte delos estudios muestran coherencia entre las cargas existentes yla patología detectada, pero no pueden producir evidenciasconcluyentes respecto a esta relación.

A fin de resolver este problema se ha trabajado con losllamados indicadores sintéticos tanto de cargas como de dañosa la salud dado que ambos son conceptos complejos. El indica-dor sintético de las cargas más utilizado es antigüedad ya quepermite medir el tiempo de "exposición al trabajo", o sea, alconjunto de las cargas involucrados en el. Como indicadoressintéticos de los daños se han utilizado, por ejemplo, años devida útil en un determinado trabajo o ausentismo que permitenacercarse al efecto combinado de el grado de desgaste enreacción con las características del trabajo.

Otro problema pendiente relacionado con el anterior serefiere a la expulsión de los trabajadores del proceso de trabajocomo el resultado del desgaste sufrido. Es de suma importan-cia, ya que sería una medida de resumen óptima del procesode desgaste que podría darnos la clave para analizar la diferen-cia entre nuestros países y los países capitalistas centrales. Nosabre la veta de analizar la salud del obrero colectivo en térmi-nos de su recomposición en función del desgaste deseable e

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indeseable para el capital contrastando su significado para elcapital y el trabajo (115). Es decir, esta línea de análisis permi-tiría establecer si la diferencia crucial entre América Latina ylos países centrales consiste en que la relación de fuerza entrelas clases en nuestro continente ha facilitado al capital impo-ner un desgaste deseable para él -la pérdida de capacidadcreativa y de resistencia- e igrnorar el indeseable -la expoliaciónfranca de las potencialidades obreras.

Un último problema que se descubre en los estudios decaso se refiere a cómo abordar los trastornos mentales en surelación con el proceso de producción. Así, las más de las vecesse reduce esta relación a situaciones de estrés, que aunqueindudablemente son importantes no agotan la problemática.Por otra parte, los propios estudios confirman la urgencia deavanzar en esta cuestión, ya que muestran que estos trastornosocupan un lugar central en los perfiles patológicos de prácti-camente todos los grupos de trabajadores; situación que con-trasta con su poca "legitimidad social".

Finalmente llama la atención que a pesar de que hay unnúmero importante de estudios que analizan grupos de traba-jadoras no exploran su problemática en función de la especifi-cidad de las mujeres. O sea, los interrogantes que se formulanson los mismos que para cualquier grupo de trabajadores. Dela misma manera, hay un vacío en la literatura médico-socialrespecto al trabajo infantil y sus particularidades. Estas ausen-cias son especialmente notables en vista de que la crisis estáprovocando un incremento importante en ambos grupos detrabajadores ya que la depresión salarial obliga a una estrategiade sobrevivencia consistente en incluir más miembros de lafamilia al trabajo.

Los Problemas Específicos:

Accidentes y riesgos químicos y físicos:

Durante los últimos años se han realizado estudios enca-minados a conocer los riesgos ocupacionales específicos. Entre

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estas investigaciones destacan las dedicadas a los accidentes,pero también empezamos a disponer de otras sobre distintosriesgos químicos y físicos. Los hallazgos de los estudios latinoa-mericanos sobre accidentes son coincidentes en varias cuestio-nes. Así, caracteriza al subcontinente que los índices de fre-cuencia y gravedad de los accidentes son mucho más altos queen los países centrales (116). Asimismo, en varios países (117)se ha registrado una baja en la frecuencia de los accidentesdurante los últimos años combinado con un incremento en sugravedad. El primer fenómeno puede explicarse por la rece-sión económica, ya que un estudio chileno (118) sobre laindustria de la construcción ha mostrado una variación conco-mitante entre las fluctuaciones del ciclo económico y la fre-cuencia de accidentes. El incremento en su gravedad se explicaen gran medida por una tercera cuestión general de nuestrospaíses que es un subregistro importante de este riesgo ocupa-cional aunque no llega a ser de la magnitud del subregistro delas enfermedades profesionales (119). Las razones que expli-can el subregistro son de varios tipos. Entre ellos tenemos lalegislación restrictiva al respecto (120); los mecanismos instru-mentados por las empresas que "resuelven" los accidentes sinregistrarlos (121) los trabajadores sin cobertura de segurosocial (122); los trabajadores que no insisten en registrar elaccidente por temor o por desconocimiento (123).

Otro aspecto estudiado de los accidentes se refiere a larevisión crítica de la clasificación "causal" de acto inseguro ycondición insegura. Hay en estos estudios una demostracióncontundente de que el alto porcentaje de accidentes por actosinseguros no describe verazmente los hechos. Al analizar conmás detenimiento las condiciones del accidente aparecen va-rias cuestiones. La más burda es clasificar como acto inseguroa situaciones que en realidad son condiciones inseguras (124).El problema de más fondo, sin embargo, es desentrañar quehay detrás del acto inseguro. Aparece en los estudios un vín-culo estrecho entre los accidentes y malas condiciones detrabajo (125) con jornadas prolongadas, altos ritmos de traba-jo, supervisión despótica, exposición a tóxicos, etc, que produ-cen en el trabajador un proceso de fatiga que propicia lasconductas "equivocadas" (126). Finalmente se descubre que

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detrás del acto inseguro es frecuente encontrar la ausencia decapacitación para la tarea y la falta de información; cuestiónparticularmente relevante respecto a los trabajadores tempo-rales o contratados por empresas contratistas (127).

A pesar de la situación dramática de los accidentes detrabajo, tanto para las colectividades obreras como para elindividuo, todavía no son reconocidos como un problema so-cial importante sino que se ven como una tragedia individualque fatalmente tiene que ocurrir a alguien. Dos estudios bra-sileños (128) han explorado los elementos ideológicos queexplican esta situación. Muestran, por una parte, como hay una"ideología del acto inseguro", construida socialmente a partirde la propaganda y de las prácticas institucionales, que culpa-bilizan a la víctima. Esta ideología es introyectada a tal gradoque casi todos los accidentados manifestaban en la entrevistahaber causado ellos el accidente por descuido. Por la otra,exploran cómo el accidente deja a la víctima con un proyectode vida roto en el terreno laboral y familiar. Después delaccidente de cierta gravedad las instituciones, los empresarios,el círculo social más cercano, incluyendo a la familia, miran alaccidentado como un inválido y él pierde el lugar que antesocupaba. En este contexto resalta la importancia de esclarecertoda la problemática que subyace a los accidentes a fin depoder generar una acción organizada y colectiva para combatirsus causas más profundas.

Entre los riesgos químicos que han atraído un particularinterés está el asbesto, ya que es el prototipo del cancerígenoindustrial involucrado en la "exportación de riesgos". Un estu-dio de México (129), donde la mayor parte de las empresas deasbesto son de capital transnacional, muestra la permisibilidadde las normas legales respecto a esta sustancia, ya que es 2 a 5veces mayor que en los países centrales. Además encuentraque estas normas se violan con frecuencia, dado que en algunasmediciones la concentración de la fibra era 127 veces mayorque la permitida. En cuanto a los problemas de salud causadospor el asbesto, el mesotelioma y la asbestosis, se encontró unregistro incompleto y una práctica institucional tendiente aocultar el origen laboral del problema. Sin embargo, entre los

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16 casos de mesotelioma localizados en los distintos registrosinstitucionales se pudo comprobar exposición de origen fabrilal asbesto en 10 casos. Otro estudio de Ecuador (130) muestrauna situación legal y de exposición semejante. Asimismo en-cuentra en el 98% de los obreros del asbesto estudiados sín-dromes respiratorios, dermatológicos o digestivos probable-mente relacionados con su exposición a la fibra. Finalmenteenfatizan que el problema seguramente se extiende al territo-rio circundante por la localización de las empresas, por la faltade medidas de higiene en el manejo de los desechos y la ropade los trabajadores, así como por el uso de tubería de aguapotable de asbestocemento.

Otro caso ilustrativo del manejo de los químicos en laindustria latinoamericana es la intoxicación crónica con ben-ceno de más de 1,300 trabajadores en una planta siderúrgicaen Brasil (131), que llegó a ser conocida esencialmente por laacción del sindicato. Ocurrió a raíz de un cambio en el procesode coquización e involucró a trabajadores de toda la planta.Aparte de la extensión del problema resalta las enormes difi-cultades que ha tenido el sindicato para que el daño sea reco-nocido como laboral a pesar de la demostración clara de con-centraciones de benceno muy por arriba de lo permitido en elcentro de trabajo.

Otros ejemplos de estudios sobre los riesgos químicos yfísicos son los realizados sobre la intoxicación con plomo enArgentina (132); sobre la intoxicación y contaminación mercu-rial en Venezuela (133) y Nicaragua (134); sobre el uso y lasintoxicaciones con plaguicidas en Brasil (135), México (136),Colombia (137), Centroamérica (138) y Ecuador (139); sobrelos polvos y la frecuencia de silicosis en Ecuador (140) yMéxico (141); sobre el ruido en Colombia (142) y los estudiosde diferentes riesgos específicos en la industria colombiana(143).

Estos estudios no sólo verifican la importancia de estosproblemas respecto a la salud de los trabajadores y los habitan-tes de las zonas fabriles, sino que muestran, también, quetienden a ser de una gravedad extrema. O sea, no encuentran

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una frecuencia "esperable" de víctimas de los riesgos laboralessino situaciones que llegan al extremo, por ejemplo, de intoxi-caciones de grupos humanos enteros. Vistas en esta perspec-tiva las grandes catástrofes industriales como, por ejemplo, laexplosión de los tanques de gas en San Juanico, México, concientos de muertos no son fenómenos aislados sino más bienel pico espectacular del "iceberg" de las pésimas condicionesde higiene y seguridad de la industria latinoamericana.

Generalizando se puede decir que los análisis muestra quelas condiciones insalubres y de seguridad precaria se derivande formas de maximizar la ganancia basadas, entre otras cosasen minimizar la inversión en medidas de higiene y seguridad yescamotear a los trabajadores sus derechos en este campo. Laviabilidad de esta actuación se explica, esencialmente, en elterreno político, ya que descansa sobre la no-intervenciónpara corregir la situación de los órganos estatales (144) y delas organizaciones sindicales controladas o la relativa debilidadde las organizaciones sindicales democráticas para reivindicarexitosamente sus intereses en este campo. Ciertamente eldesconocimiento obrero respecto a los riesgos implicados enlos distintos procesos laborales explica parcialmente el nivelrelativamente bajo de conflictividad acerca de la problemática.Sin embargo, caben dos aclaraciones. Por un lado, existe unaserie de elementos para sostener que se trata de una ignorancia"construida" a través de la manipulación del conocimiento

En este contexto resultan relevantes los resultados de unainvestigación realizada en la industria automotriz mexicana(152), referida al impacto de la primera ola de racionalizaciónen 1977, que llevó al despido de un grupo importante deobreros y a un incremento considerable en la intensidad deltrabajo de los que quedaron. El estudio muestra una asociacióndirecta entre los aumentos en la producción por obrero y lapatología relacionada con estrés y fatiga, que, sin embargo,llega a su punto más alto en el momento cuando se están dandolos despidos.

Una segunda cuestión involucrada en la reconversión in-dustrial se refiere a la articulación de los procesos laborales

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existente por parte de las empresas y las instituciones respon-sables y la descalificación sistemática de la experiencia obreraal respecto (145). Por el otro, hay varios ejemplos que mues-tran que, aun cuando los trabajadores tengan conciencia res-pecto a los riesgos, deben desarrollar luchas prolongadas paraganar el reconocimientos de sus derechos tal como ha sido elcaso de los electricistas mexicanos (146) los químicos de Ve-nezuela (147) y minero- metalúrgicos de Brasil (148) y México(149).

Crisis y Reestructuración Productiva

La crisis es hoy una temática prioritaria que ha suscitadouna serie de reflexiones por el rápido proceso de transforma-ción que ha provocado. Abordarlo desde el ángulo de larelación trabajo salud significa poner en el centro a la reestruc-turación o reconversión del aparato productivo en su relacióncon el desgaste obrero. Esta cuestión tiene que ser analizadaen varias vertientes, que se entrelazan de modo complejo ydinámico. En el meollo del proceso están la introducción denueva tecnología, la reorganización del trabajo en la fábrica yla expulsión masiva de trabajadores (150).

Un primer interrogante a desentrañar es qué pasará con laheterogeneidad industrial en el proceso. El discurso moderni-zador pregona la desaparición de la parte obsoleta delaparato productivo por medio del fomento del recambio tec-nológico. Sin embargo, este problema tiene una serie de face-tas, que no quedan claras con la consigna "modernizar omorir". Una primera cuestión se relaciona con la productivi-dad. Esto es, cuando se habla de aumentar la productividadestán confundidos el incremento de la producción por obrerodebido a cambios tecnológicos y el que se logra por la intensi-ficación del trabajo reorganizándolo. Hay indicios que hacensuponer que este segundo tipo de "incremento de la producti-vidad" es la meta para un gran grupo de empresas (151). Enestos casos el único cambio en el proceso laboral es su reor-ganización para incrementar las cuotas de producción de losobreros que se quedan y expulsar a otros.

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entre si. Es decir, el recambio tecnológico frecuentemente seda como un doble movimiento: mientras, por un lado, se mo-derniza la tecnología de ciertas fases centrales del procesolaboral, por el otro, otras fases son desprendidas y encargadasa empresas subsidiarias (153). El caso más típico de esto sonlas empresas maquiladoras, que ensamblan piezas para lasgrandes empresas a bajo costo y con una tecnología muy simple(154). Así, paradójicamente, el recambio tecnológico reprodu-ce ampliadamente la diversidad tecnológica. No se discierne,pues, que la crisis terminará con la actual heterogeneidadindustrial, pero ésta asumirá características distintas. Se intro-ducirán, por un lado, las cargas particulares de los procesosautomatizados, que afectarán a los obreros de la industria depunta, donde, también, se generalizará el trabajo rotativo enturnos para usar al máximo las instalaciones. Por el otro, sinduda se incrementará el número de obreros empleados enprocesos laborales con una base técnica simple pero "científi-camente organizados" (155).

Una tercera cuestión se relaciona con la acelerada depre-sión salarial de los últimos años. En realidad se ha generalizadola estrategia de extracción de plusvalor por esta vía, lo quedesde el punto de vista de los trabajadores significa la genera-lización del subconsumo (156) antes especialmente caracterís-tico de los obreros de los procesos laborales atrasados. Cierta-mente esta redefinición del precio de la fuerza de trabajo hacemenos competitiva a la industria atrasada, ya que ésta su"ventaja comparativa" frente al resto de la industria se elimina.Por las características señaladas se puede constatar que lasubcarga cualitativa y la sobrecarga cuantitativa psíquica pare-ce generalizarse y el subconsumo ha dejado de ser exclusivo delos obreros ocupados en los procesos laborales con una basetécnica atrasada. Se puede pronosticar para nuestros países,pues, la permanencia de la heterogeneidad tecnológica perocon cierta homegenización, en dirección desfavorable, de lascondiciones de trabajo y de existencia.

Ha quedado de manifiesto tanto en los países periféricos(157) como en los centrales (158), que la reconversión tienecomo uno de sus propósitos centrales cambiar la correlación

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de fuerza entre capital y trabajo. Esta cuestión se expresa entreotras cosas en la eliminación de partes importantes de loscontratos colectivos existentes o, alternativamente, en su sus-titución por nuevos contratos. Este debilitamiento de los sin-dicatos puede repercutir por varias vías en el desgaste obrero.La pérdida de cláusulas del contrato, que generalmente son lasreferidas al uso de la fuerza de trabajo en el proceso laboral,tiende a disminuir todavía más el control obrero sobre éste, asícomo facilitar que los obreros tengan que realizar tareas paralas cuales no están capacitados y en horarios variables y fre-cuentemente prolongados (159). Igualmente, la disminuciónde la capacidad de negociación puede obligar al abandono delas demandas por la defensa de la salud y aun el cumplimientode las más elementales medidas de higiene y seguridad. La falsadisyuntiva entre estas medidas y salario o empleo adquiere entiempos de crisis mucha realidad. Ante el espectro del desem-pleo por el cierre del centro de trabajo, pocos sindicatos seatreven a insistir en las demandas de salud.

Otro efecto de la reconversión industrial para la saludobrera es, justamente, el surgimiento de un nuevo tipo dedesempleo (160). O sea, aquel que afecta a los obreros quetenían trabajo de base con salario fijo, prestaciones y seguridaden el empleo y no a la parte de la población crónicamentesubempleada que tiene estructurada toda una estrategia desobrevivencia en condiciones adversas. Una serie de estudiosde otros países (161) muestra que la pérdida del empleo engrupos que antes lo tenían asegurado tiene impactos graves enla salud somática y mental tanto a corto como a largo plazo ygenera estados de estrés que se mantienen durante años. Sepuede suponer que estos efectos se agravan todavía más enpaíses como los nuestros, donde no existe un seguro de desem-pleo.

Hay otros dos aspectos de la reestructuración productivaa tomar en cuenta al pensarla en función de la salud obrera. Elprimero es que se está dando una reubicación territorial im-portante de la industria de los viejos centros fabriles a los"polos de desarrollo" como pueden ser, por ejemplo, los com-plejos petroquímicos y siderúrgicos (162). De esta manera la

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geografía de la salud de los trabajadores está cambiando. Estaademás refuerza el segundo aspecto que se refiere a cambiosimportantes en las características de la clase obrera, ya quetiende a haber un incremento importante de mujeres y demigrantes rurales recientes (163). Es necesario, pues, descu-brir la patología del trabajo en nuevos lugares y en gruposdonde anteriormente no estaba presente.

Al revisar la literatura se advierte que el estudio del im-pacto de la reestructuración productiva en la salud obreraimplica una serie de dificultades. En cuanto se da como unproceso desigual no es siempre posible detectar sus efectos amenos de que la investigación se centre en los grupos directa-mente involucrados, ya que los impactos sobre ellos puedendiluirse si se observan desde la población general. Además, esnecesario considerar que muchos de los problemas generadospor la reestructuración tienen un período de latencia prolon-gado, ya que por ejemplo parte de la patología asociada con elestrés crónico puede tardar muchos años en manifestarse. Lomismo resulta cierto respecto a los efectos de la exposición aquímicos en la industria contaminante "exportada" a los paíseslatinoamericanos a fin de producir para el mercado internacio-nal (164). Otra de las dificultades metodológicas se deriva delhecho de que la crisis en cuanto proceso global conlleva cam-bios no sólo en la producción sino también en el consumo,situación que tiene que contemplarse en el diseño de losestudios. El conjunto de las dificultades de este tipo de estu-dios parece explicar que a pesar de la importancia de estaproblemática hay pocos estudios empíricos que la abordan.

Así, una de las pocas investigaciones latinoamericanas conun seguimiento longitudinal del impacto en la morbilidad obre-ra de las transformaciones causadas por la crisis y la imposicióndel nuevo patrón de acumulación es la realizada por Echeve-rría en Chile (165) para el período de 1970-1980. Siguiendo loscambios en los perfiles patológicos de tres grupos de trabaja-dores -uno de la industria favorecida por la crisis, otro de laindustria deprimida por la crisis y un tercero de obreros expul-sados de su trabajo- llega a algunas conclusiones significativas.En términos generales el impacto de la crisis agrava las condi-

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ciones de salud de todos, ya que la tasa anual de morbilidadsube en cuanto avanzan los años de crisis, de 171 a 239 a 297por 100 obreros. Sin embargo, la inserción específica de cadagrupo en el proceso productivo origina un empeoramientodiferencial en cuanto al tipo de patología. De esta manera sepueden distinguir patrones distintos entre los grupos expulsa-dos de la producción, los involucrados en las empresas depri-midas y los que laboran en las empresas favorecidas. Entre losdos primeros grupos la patología psicológica y psicosomáticatiene un peso muy importante, mientras que los accidentes detrabajo y las enfermedades por posición y esfuerzo adquierengran relevancia entre los trabajadores de la industria favoreci-da. La problemática de los dos primeros grupos está directa-mente relacionada con la amenaza o la real perdida del em-pleo, mientras que la patología del último se relaciona con laintensificación del trabajo a raíz de los cambios en la organi-zación del trabajo.

Otro estudio (166) diseñado de una manera que permiteanalizar directamente el impacto del cambio tecnológico en eldesgaste se realizó en un ingenio azucarero. Analiza, por unaparte, como se transformó el proceso laboral con la introduc-ción de un cambio tecnológico puntual y, por la otra, cómorepercutió en la accidentabilidad. El primer hallazgo impor-tante es que, a pesar de su carácter puntual, tuvo repercusionesen todos los departamentos de la fábrica, ya que en generalcontribuyó a intensificar el trabajo considerablemente. A finde entender las modificaciones en la accidentabilidad convienerecordar que el proceso laboral del ingenio es predominante-mente automático de flujo continuo, pero presenta en su inte-rior un desfase tecnológico en cuanto hay segmentos subordi-nados de operación de maquinaria y de trabajo manual sinherramientas. El cambio introducido tendió a incrementar estedesfase tecnológico. Fue justamente en las fases más rezagadasdonde hubo un incremento considerable en los accidentes(120%) y en su gravedad, mientras que la accidentabilidaddisminuyó en las fases automatizadas. Asimismo, los obrerosde mantenimiento mostraron una baja en su accidentabilidad,pero menor que los de operación.

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Si bien es cierto que la lógica de la modernización produc-tiva parece agravar una serie de elementos nocivos a la saludobrera, también hay hoy una discusión intensa sobre cómoproducir. Esta discusión, por lo pronto, tiene un sesgo produc-tivista y expresa nítidamente los intereses de la burguesía, peroabre la posibilidad de plantear las posiciones obreras. Es eneste contexto que los estudios sobre la salud obrera tienen unagran importancia, ya que ofrecen elementos para introducir enel debate el cuestionamiento de un productivismo que nocontabiliza más que los resultados económicos de la moderni-zación dejando a un lado los costos sociales y, en este casoestrictamente hablando, de vidas humanas. La complejidad dela crisis, sin embargo, requiere de una estrategia de defensa dela salud obrera igualmente compleja, que tiene dos ejes cen-trales. Uno es avanzar en la lucha sindical por la salud basadaen un conocimiento cada día más preciso. El otro es socializarel significado social-global de esta lucha y legitimarla ante lasociedad. Se establece una relación necesaria y potenciadoraentre ambos; la sociedad'tiene que fortalecer la lucha obreray la lucha obrera tiene que dar alternativas teóricas y prácticasa la sociedad.

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La Defensa y Desarrollo de la Salud Obrera:

Hacia una nueva práctica:

Desde un principio la Medicina Social se planteaba generarconocimiento para una nueva práctica en cuanto surge comorespuesta a la incapacidad de la medicina dominante de modi-ficar sustancialmente la salud de la colectividad. Como ya semencionó la salud de los trabajadores se ha mostrado como uncampo privilegiado para avanzar en esta nueva práctica porvarias razones. Una es que se ha podido generar un cuerpoamplio de conocimiento como base para pasar del conocer altransformar. Otra se relaciona con la existencia de una fuerzasocial organizada -los sindicatos- capaz de hacer realidad estanueva práctica. La última tiene que ver con la débil hegemoníade la medicina dominante en este campo.

Los terrenos donde la nueva práctica se ha podido abrirespacio, dependen en gran medida del contexto político espe-cífico de cada uno de los países. De esta manera los procesosde democratización nacional constituyen un marco favorablepara influir en las políticas e instituciones estatales. Por otraparte la situación del movimiento sindical influye en la fuerzay capacidad real que tiene para desarrollar una nueva prácticadesde este ámbito. De nuevo parece central la cuestión de lademocracia en los sindicatos, ya que es una experiencia generalque la lucha por la defensa de la salud obrera se da cuando laspreocupaciones e intereses de la base sindical tienen un pesoimportante en la formulación de las políticas sindicales (167).

En ambos casos, sin embargo, se ha mostrado indispensa-ble abordar la problemática en dos vertientes, ya que aun

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cuando las condiciones generales sean favorables para lograrun avance siempre se plantean simultáneamente la solución deproblemas inmediatos y la reconstrucción de fondo de la prác-tica. Asimismo toda lucha por la defensa de la salud se dadentro de un marco legal previo que impone dar respuesta acierto tipo de requisitos que no necesariamente están previstosen el marco de la medicina social. El más obvio y problemáticoes que prácticamente toda legislación sobre "riesgos profesio-nales" se basa en una concepción unicausal de la enfermedad.Si bien uno de los propósitos de la conformación de una nuevapráctica es cambiar la legislación existente no se puede hacercaso omiso a su formulación actual en aras de un futuro mejorsino que es preciso estructurar una estrategia que a la vezsatisfaga sus requisitos y apunte a su transformación.

Los Sindicatos: conocer para transformar

Los avances en la construcción de una nueva prácticarespecto a la salud de los trabajadores y el papel de los plan-teamientos de laMedicinaSocial en ella se aprecia con parti-cular nitidez en algunas luchas sindicales basadas en estudiospropios realizados conjuntamente con grupos de profesionis-tas. Este creciente interés sindical tiene explicaciones tanto"objetivas" como "subjetivas". Es decir, el acelerado procesode industrialización de los últimos treinta años ha generado unnuevo proletariado industrial. Su constitución objetiva comoclase se acompaña de su maduración subjetiva, que la lleva aplantear nuevas necesidades y la lucha por su satisfacción. Elhecho de que un número creciente de sindicatos está impul-sando estudios sobre salud muestra que han adquirido la capa-cidad de plantearse problemas complejos y encontrar nuevassoluciones a ellos. Resulta también significativo que la propiapráctica de investigación con frecuencia se caracteriza por laparticipación protagónica de los trabajadores, sea por mediode la utilización del Modelo Obrero (168) u otras formas derecuperación de la experiencia obrera (169). La transforma-ción de la práctica se prefigura, pues, desde el mismo procesode generación de conocimiento reconstituyendo la unidad en-tre el concebir y ejecutar de la cual el obrero colectivo ha sido

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despojado en el proceso de producción. Es significativo que lanecesidad de que los trabajadores sean sujetos de la investiga-ción y la práctica de transformación ha sido retomada en undocumento de la OPS sobre vigilancia epidemiológica de lasalud ocupacional (170).

Entre los estudios sindicales adquiere especial interés"Los trabajadores de Altos Hornos en lucha por la defensa denuestra salud "(171), escrito por un sindicalista. Documentalas razones y el desarrollo de la lucha por la reducción de lajornada emprendida por los obreros de esta planta siderúrgicaen 1982. El proceso de toma de conciencia de los trabajadoresrespecto a la situación se articula a partir de varios elementos:la comprensión de que la enfermedad y los accidentes no sonsucesos aleatorios individuales sino una condición de la colec-tividad; la democratización del quehacer sindical y, con ésta, laposibilidad real de luchar y lograr cambios. Es significativo quela demanda planteada sea la reducción de la jornada, ya queexpresa una comprensión integral de la relación entre el tra-bajo y la salud: en cuanto no es tal o cual riesgo que nos haceenfermar sino el conjunto de los elementos del proceso laboralla única defensa de nuestra salud es disminuir la exposición aél reduciendo la jornada. Otro testimonio del profundo cono-cimiento y el grado de complejidad con el cual algunos sindi-catos abordan hoy le defensa de la salud obrera es el libro "Lamuerte ronda en las fábricas" escrito por un luchador venezo-lano (172). Abarca el análisis de las características del procesode trabajo capitalista, de los riesgos específicos y los problemaspolíticos y prácticos involucrados en la lucha por la salud.

La demanda de reducción de la jornada como amortigua-dor de los efectos de un proceso laboral globalmente desgas-tante ha sido promovido por una serie de otros sindicatos, quela han basado en estudios concretos. Tal es el caso de losmetroviarios de Sao Paulo, Brasil, (173) y los siderúrgicos deSicartsa, México (174). En ambos estudios fue la recuperaciónde la experiencia obrera la que permitió comprender la grave-dad del desgaste a partir de la interacción de las distintascargas, así como la importancia de daños y molestias que noconforman "enfermedades" médicamente definidas. Una de-

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manda similar fue planteado por el Sindicato Mexicano Elec-tricista (175) al exigir la jubilación con 25 años de servicio paralos trabajadores expuestos a riesgo eléctrico, ya que los obre-ros habían observado que éstos tenían una sobrevida menorque sus compañeros. Ante la negativa de la empresa a satisfa-cer la demanda el sindicato emprendió un estudio al respecto(176) mostrando que efectivamente hay una clara sobremorbi-lidad en éstos trabajadores por causas relacionadas con elestrés, que se traduce en una sobrevida disminuida.

Otro estudio sindical (177) realizado por el Sindicato deTelefonista de la República Mexicana se encaminó a apoyar lademanda de reglamentación de la prevención, curación y re-habilitación de los riesgos de trabajo de las operadoras. Secentró en mostrar la presencia de enfermedades relacionadascon el trabajo no reconocidas por la legislación laboral. Losdatos recolectados documentan que efectivamente las hay.Otra serie de estudios sindicales con un enfoque médico-socialse han desarrollado para sustentar demandas sindicales paralos contratos colectivos o los reglamentos de higiene y seguri-dad por ejemplo en SOFASA (178), Colombia, y Aeroméxico(179) y el Sindicato de Costureras (180) en México.

Aunque no se inscriben directamente en la línea de laMedicina Social habría que mencionar dos luchas emprendidascontra riesgos específicos, ya que han suscitado una discusiónpública muy relevante sobre la responsabilidad de las empresasy las instituciones estatales en los casos de la intoxicaciónmasiva con sustancias industriales. Se trata del caso del bence-no en COSIPA (181), Brasil, y del mercurio (182) en Maracay,Venezuela.

En el caudal de estudios sindicales y luchas por la defensade la salud se está gestando una transformación a fondo de lapráctica respecto a la salud de los trabajadores. Sin embargo,también ha mostrado que se tiene que vencer obstáculos im-portantes. Al sistematizar las experiencias mexicanas de lalucha sindical por la salud se encontró que la respuesta de lasempresas ha sido tan similar que se puede hablar de unaestrategia patronal al respecto (183). Varios de sus elementos

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probablemente son generalizables a otros países latinoameri-canos pero matizados por las condiciones específicas del mo-vimiento obrero en cada caso. De esta manera, lo primero quellama la atención es la negación de la problemática hasta queel sindicato la plantea, a pesar de que en muchos casos yaexistían estudios realizados por instituciones estatales que ladocumentaban. Una vez que se plantean demandas de saludcasi invariablemente la empresa pretende contraponerlas conotras, generalmente de tipo económico, como por ejemplo lasalarial o monetarizarlas.

Si el sindicato insiste la parte patronal intenta sacar latemática de salud de la negociación bilateral firmando acuer-dos especiales. Estos suelen encargar a las instituciones esta-tales estudiar la situación para emitir un juicio científico "im-parcial" respecto a la procedencia de las demandas. A menosde que el sindicato logre imponer que las investigaciones seplaneen e instrumenten de común acuerdo son invariablemen-te desviadas al estudio transversal de algunos riesgos aislados,casi siempre los que ya están previstos en la legislación laboral.Esto significa la perdida de un análisis integral de la relacióntrabajo-salud, que es lo que los sindicatos han intentado. Apar-te de que los estudios "de conciliación" generalmente tardanmucho y no siempre tienen la calidad requerida, están enfoca-dos de tal modo que apenas pueden desembocar en el recono-cimiento de la violación de alguna de las normas establecidaso de la presencia de alguna de las enfermedades ocupacionalesya previstas por la ley en un grupo de trabajadores. Es decir,no permiten mover las estrechas fronteras legales de la saludobrera. Habría que subrayar que este tortuoso camino impues-to por las empresas y apoyado por las instituciones de salud odel trabajo, con frecuencia, ha estado salpicado por la repre-sión; no son pocos los luchadores por la salud obrera que hansido despedidos.

Estos hechos confirman, por una parte, que el avancecientífico en un campo depende no sólo de sus dificultadesintrínsecas ni de su relevancia social objetiva, sino de la inser-ción específica de su problemática en un campo de interesescontradictorios. Esta misma dinámica es, además, el contexto

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dentro del cual se determina en qué medida y bajo qué moda-lidad se expresan los elementos de conocimiento en la prácticainstitucional. Si estas son las características generales del pro-ceso científico y de la incorporación del conocimiento a lapráctica, se advierte como se agudizan en el campo de la saludobrera por su ubicación en un campo de aguda conflictividad.Sin embargo, en cuanto el movimiento obrero se fortalezcasocial y políticamente y sea capaz de promover sus posiciones,logra contrarrestar estos obstáculos y se convierte en la puntade lanza de la nueva práctica (183). Hace falta, sin embargo,analizar sistemáticamente las luchas por la defensa de la saludobrera a fin de poder formular estrategias de política sindicalmás coherentes y eficaces.

A pesar de las dificultades que se han enfrentado paratransformar las práctica de la salud de los trabajadores, siguenen aumento las actividades investigativas, educativas y de ac-ción sindicales. De esta manera se está generalizando en Amé-rica Latina la colaboración entre sindicatos y profesionistaspara estos efectos bajo formas distintas. Tenemos como ejem-plo la Escuela Sindical Nacional de Colombia; el Departamen-to de Salud en el Trabajo de la CUTV en Venezuela; elDepartamento Intersindical de Estudios de Saúde e dos Am-bientes de Trabalho (DIESAT) y el Centro de Estudios daSaúde do Trabalhador e Ecologia Humana en Brasil; la Comi-sión Sindical de la Salud Laboral en Costa Rica; el InstitutoSalud y Trabajo en Perú; el Programa de Economfa del Tra-bajo en Chile; el Centro de Salud Laboral, Los Veteranos delTrabajo, la Oficina de Asesoría en Salud en el Trabajo y, laMaestría en Medicina Social UAM-X, en México; y variosorganismos en Argentina. Todos realizan trabajo con los sin-dicatos. Además se ha logrado montar una estructura de coor-dinación latinoamericana entre ellos con la Red Salud y Tra-bajo. Esta misma tendencia se expresa también en lacelebración de un número creciente de encuentros regionales,nacionales y continentales sobre la cuestión de la salud de lostrabajadores y la publicación de boletines y revistas.

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Hacia la Transformación de la PrácticaInstitucional

El proceso vivido en Brasil durante los últimos años es talvez el ejemplo más significativo de una coyuntura política queha permitido a la corriente de Medicina Social o de saludcolectiva tener una influencia decisiva en la conformación deuna nueva práctica institucional. Para entender este procesohabría que tomar en cuenta dos antecedentes particulares queson, por un lado, el gran auge del movimiento sindical y sudemocratización a fines de los setenta e inicios de los ochentay, por el otro, el surgimiento del movimiento sanitarista antesdel fin de la dictadura.

Una revisión del proceso brasileño, aunque sea sumaria,permite entonces establecer cuáles son las posibilidades ycuáles los problemas para hacer avanzar una práctica distintaen el marco institucional en un país donde no están cuestiona-das las relaciones de producción capitalistas. Faltaría unarevisión semejante de Nicaragua como ejemplo de un país entransición y Cuba como país socialista. Sin embargo, es en simismo un proceso de investigación ya que no disponemos deuna literatura sobre ellos.

En la coyuntura de la transición democrática brasileña seplantearon dos terrenos de transformación institucional: unoinmediato ocupando espacios dentro de las instituciones desalud, de trabajo y de educación-investigación y otro en elámbito legal centralmente para la formulación de la nuevaconstitución. Como es conocido miembros de la corriente demedicina social brasileña llegaron a ocupar puestos a distintosniveles en prácticamente todas estas instituciones con el go-bierno de la Nueva República. Esto resultó en una gran canti-dad de planes, programas y actividades. En el terreno de lainvestigación destaca la fundación del Centro de Estudios daSaúde do Trabalhador e Ecología Humana en la FundacaoOswaldo Cruz, que está concebido como un centro de refe-

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rencia científica nacional. Como ejemplo de programas inter-institucionales con la participación de las partes interesadasen el problema de la salud de los trabajadores -la sindical y lapatronal- se puede mencionar la Comissao Interinstitucionalde Saúde e Trabalho do Estado de Sao Paulo (184). Estainstancia agrupa a los ministerios federales de seguridad socialy del trabajo; a las secretarías de la salud, del trabajo, del medioambiente y el ministerio público a nivel estatal; las organiza-ciones patronales; las organizaciones sindicales y las universi-dades. Si bien este tipo de estructuras interinstitucionales ytripartitas existen en varios otros países latinoamericanos y portanto no revela como tal una transformación institucional, suforma de funcionamiento y el contenido de sus programaspermite percibir la influencia de los planteamientos de laMedicina Social. De esta manera se priorizan las necesidadessindicales por encima de las patronales. Asimismo se pone unénfasis muy importante en el proceso de fiscalización de loscentros de trabajo con una participación sindical central pre-viendo la necesidad de resolver el problema de capacitaciónpara tal efecto. Por otra parte, los criterios de prioridad paraabordar una problemática específica se basan en una concep-ción médico- social y no bio-médica; cuestión que además seexpresa por el hecho de que la problemática derivada de laorganización del trabajo tiene prioridad y no sólo los agentesespecíficos. Cabe señalar que la eficacia para los trabajadoresde una instancia como ésta depende esencialmente de lacapacidad sindical de hacerla funcionar en los términos pro-puestos, ya que su carácter institucional por si mismo no logarantiza.

Una polémica que ha adquirido importancia en el debatebrasileño se refiere a la cuestión de si establecer centros espe-cíficos de salud del trabajador o integrarla como parte de losservicios territoriales horizontales (185). En espera de que seresuelva esta polémica se han establecido programas sobre laprimera línea de los cuales el programa piloto de vigilanciaepidemiológica de cinco enfermedades profesionales en Cuba-tao (186) es un ejemplo. En términos técnicos es un programatradicional de vigilancia epidemiológica, pero en su funciona-miento los sindicatos desempeñan un papel central. Para ello

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se ha intentado un acercamiento al problema desde los plan-teamientos del Modelo Obrero. Los responsables del proyectoseñalan como problemas el hecho de que se trata de un pro-grama no asumido institucionalmente a nivel estatal y las difi-cultades de encontrar personal con la competencia técnicarequerida.

La transformación de la política sanitaria como paso ne-cesario en la construcción de una nueva práctica requiere deuna modificación de la legislación como expresión de unanueva relación de fuerzas a nivel de la sociedad. En estecontexto la actuación de la corriente de salud colectiva deBrasil tiene una importancia grande. El primer hecho signifi-cativo respecto a su actuación en el campo legal es que asumióque tendría que ser un proceso democrático real desde abajoque permitiera la expresión de las posiciones populares. Deesta manera en la 8a Conferencia Nacional de Salud organiza-da para poner las bases de la propuesta de legislación sanitariapara el Congreso Constituyente se decidió convocar a otrasconferencias sobre problemas específicos. Una de ellas fue lala Conferencia Nacional de Salud de los Trabajadores celebra-da en 1986, después de la realización de conferencias regiona-les, con participación de representantes de los trabajadores ylas instituciones estatales involucradas (187). A pesar de quelas organizaciones empresariales formaban parte de la comi-sión organizadora no se presentaron a la conferencia.

Las resoluciones adoptadas por estas conferencias refle-jan la penetración de una serie de conceptos de la corriente deMedicina Social. En el terreno que nos ocupa se expresa porejemplo en que se conceptualiza al campo de la salud de lostrabajadores a partir del proceso de producción y la relacióncapital-trabajo que se establece en éste (188). De allí se dedu-ce que una política de salud del trabajador tiene que estararticulada con una política laboral -penalizando su no cumpli-miento- que reglamente las condiciones de trabajo y garanticelos derechos del trabajador; con una política de desarrolloindustrial y agrícola; debe desenvolverse solidariamente, loque significa que se articule con una política del medio ambien-te y urbana; debe tener como fundamento a las necesidades de

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los trabajadores y por tanto considerar prioritariamente laspropuestas colectivas de las organizaciones obreras; requieredel conocimiento de los perfiles patológicos diferenciales delas fracciones de clase a fin de establecer qué acciones empren-der y necesita de una política de formación de recursos paracrear la competencia técnica requerida para su instrumenta-ción. Así una política democrática de salud de los trabajado-res, según las resoluciones de la Conferencia, debe ser carac-terizada por la gestión paritaria, la descentralización delsistema, la hegemonía del estado en el control y ejecución delas actividades de atención, la priorización de las acciones deprevención y la jerarquización y regionalización de los servi-cios (189). Resalta que varias de las propuestas ya están plas-madas en las políticas de salud en otros países latinoamerica-nos, como por ejemplo, México. La diferencia crucial no seencuentra, entonces, en la formulación del proyecto sino enlas condiciones concretas de su instrumentación y la capacidadde hacer prevalecer los intereses populares. Está en el centro,pues, la diferencia entre la reforma desde arriba y la reformadesde abajo.

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BIBLIOGRAFIA

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2. Véase por ejemplo:-Breilh, J., Granda, E.: La Investigación de la Salud en laSociedad, CEAS, Quito, 1980-Betancourt, O.: La salud en el trabajo en el Ecuador Salud yTrabajo n. 8-9, 1984, pp.3-12-Castellanos, P.L.: Sobre el concepto de salud-enfermedad. Unpunto de vista epidemiológico, Cuadernos Médico Sociales n.42, 1987, pp.15-24-CSUCA: Salud Ocupacional: Determinantes Histórico Socia-les en América Latina, Ponencia XII Conferencia de Faculta-des y Escuelas de Medicina, Tegucigalpa, 1981-CEBES: Aínda sobre processo de trabalho e saúde Saúde emDebate n. 11, 1981, pp.23-27

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-Echeverría, M., Franco Agudelo, S. et col: La salud en DINACuadernos Políticos n. 26, 1980, pp.77 -8 9

-Facchini, L.A.: Proceso de Trabajo, cambio Tecnológico ydesgaste obrero: el caso del ingenio A. López Mateos. Tesis deMaestría, UAM-X, México, 1986-Laurell, A.C., Noriega, M.: Proceso de trabajo y salud enSicartsa Cuadernos Médico Sociales n. 40, 1987, pp.2 5-4 7

-Márquez, M., Romero, J.: El desgaste de las obreras en lamaquila eléctro-electrónica. Salud Problema n. 14, 1988, pp.9-24

8. Blanco, J., López A., O.: Clase Social y Región como categoríade análisis de la morbilidad Ponencia III Reunión Nacionalsobre la Investigación Demográfica en México, México, 1986

9. Possas C.: Saúde e Trabalho Graal, Rio de Janeiro, 1981

10. García, J.C.: La categoría trabajo en la medicina, CuadernosMédico Sociales n. 23, 1983, pp. 6-17

11. Samaja, J.: Lógica, biología y sociología médicas. RevistaCentroamericana Ciencias de la Salud n. 6-12, 1977

12. Betancourt op cit

13. Ganado op cit

14. Leal, G.: Ensayo sobre el proceso de trabajo como modelo parala conceptualización de la relación entre trabajo y salud, (mi-meo) UAM-X, México, 1979

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15. Gómez, G.: Proceso de trabajo y trastornos psíquicos en Tecla,A. et al: Clase Obrera y Enfermedad, IPN, México, 1982, pp.185-243 -Salud y Trabajo, ENEP-UNAM, México, 1985-Programa de Estudos Epidemiológicos e Sociais: Questoesteóricas levantadas pelo projecto "Condijoes de Vida e SaúdeMental", Universidade Federal de Bahía, 1986 (mimeo)

16. La exposición de esta conceptualización sigue, cuando no seindica otra cosa: Laurell, A.C., Noriega, M.: La salud en lafábrica ERA, México, 1989

17. Laurell, A.C.: Proceso de trabajo y salud Cuadernos Políticosn. 17, 1978, pp. 59-7 9

18. Coriat, B.: Ciencia, Técnica y Capital H. Blume, Madrid, 1976

19. Tambellini, A.M.: Contribui;ao a Análise Epidemiológica dosAccidentes de Tránsito, Tesis de Doctorado, Campinas, 1975,pp.5 5-6 0

20. Levins, R., Lowentin, R.: The Dialectical Biologist, HarvardUniversity Press, Cambridge, 1985, pp.6 5-8 5

21. Tambellini, A.M.: Contribuigao para o Debate: Estudo daSaúde em sua Relajao com o Processo de Produjao, TallerLatinoamericana de Medicina Social, Medellín, 1987 (mimeo)

22. Véase por ejemplo:- Almeida Filho, N.: Doena mental y formagao socio-cultural.Nota metodológica, I Congreso de Saúde Mental, UNICAMP,Campinas, 1988 -Campaña, A., Breilh, J., Granda, E.: Deterio-ro mental en Obreros y Trabajadores de "Cuello Blanco",CEAS, Quito, 1987-Gómez op cit-Henao, S.: Salud mental y trabajo. Salud y Trabajo n. 6, 1983-Matrajt, M.: Hacia una nueva salud mental ocupacional enRajchenberg, E., Teixeira, J. (ed): Salud y Seguridad en elTrabajo en México, Cuadernos del DEP, Fac. de Economía,UNAM, México, 1984-Martinez, C.: Salud Mental, Trabajo y Crisis Económica,Tesis de Maestría, UAM-X, México, 1979-Programa de Estudos Epidemiológicos.. op cit-Rodriguez, C.: Psicosomática, Proceso de Trabajo y Salud

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Mental (mimeo), UAM-X, México, 1979-Seligman, E. et al: Crise Económica, Trabalho e Saúde Men-tal, Trao Ed., Sao Paulo, 1986

23. Alvear-Ríos-Villegas op cit

24. Bourdieu, et al: El Oficio de Sociólogo, Siglo XXI, BuenosAires, 1975

25. Véase por ejemplo:-Galin, P.: Las Condiciones de Trabajo y de Vida de los Traba-jadores por Turno en el Perú, CLACSO, 1982-Urquizo, M.T.: Análisis de las Condiciones de Trabajo enEmpresas Autogestionarias. Ponencia 3a. Reunión de CLAC-SO sobre Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, México,1982 (mimeo)

26. Véase por ejemplo:-Hassan, A. et al: Mercury poisoning in Nicaragua Internatio-nal Journal of Health Services vol. 11, n. 2, 1978-Pina Ribeiro, H., Lacaz, F.: De que Adoecem e Morrem osTrabalhadores, DIESAT, Sao Paulo, 1985-La Medicina del Trabajo al Servicio de los Trabajadores,EUDEBA, Buenos Aires, 1974

27. Farias, M. et col: Proyecto: Saúde y Tabalho Industrial (mi-meo), Sao Paulo, (s/f)

28. Duhart, S.: Los Estudios Sectoriales como Visión Integrada delas Condiciones de Trabajo, Ponencia del PET ler EncuentroInternacional de ONGs que Actúan en el Campo de la Saludde los Trabajadores, Costa Rica, 1985

29. Tambellini, A.M.: Factory and Health: a methodological essay,Ponencia 2o Simposio Internacional de Epidemiología Ocupa-cional, Montreal, 1982. Informes preliminares de esta investi-gación fueron presentados como ponencias en el 3er SeminarioLatinoamericano de Medicina Social en Ouro Preto, Brasil,1984:-Firpo, M., Bertossi, C., Tambellini, A.M.: Estudo das relagoestécnicas do processo de trabalho em metalúrgica do GrandeRio-Andrade, J., Tambellini, A.M.: Estudo das condicoes de vidae saúde das familias dos operários metalúrgicos-Tambellini, A.M., Lima, S., Perez M.: Accidentes de trabalho

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em empresa metalúrgica do Grande Rio

30. Véase por ejemplo:-Betancourt op cit-Ganado op cit-Laurell-Noriega La salud....

31. Oddone, I. et al: L'Ambiente di Lavoro. La fábricca nel Terri-torio Ed. Sindicale Italiana, Roma, 1977

32. Laurell, A.C.: Ciencia y experiencia obrera Cuadernos Polfti-cos. n. 41, 1984, pp.6 3 -8 2

33. Véase por ejemplo:-Rodríguez, C.et al: Proceso de trabajo y condiciones de saludde los trabajadores expuestos a riesgo eléctrico Revista Lati-noamericana de Salud, vol. 1, n. 2, 1982, pp. 41-72 -Tamez, S.:Una experiencia de lucha por la salud: STRM en Rajchenberg-Teixeira op cit

34. Laurell, A.C., Noriega, M.: Trabajo y Salud en SicartsaSITUAM-Sección 271 Sindicato Minero, México, 1986

35. -Lozano, R.: Una Experiencia de Participación Activa de losTrabajadores en la Investigación de Condiciones de Trabajo yDaños a la Salud, Tesis de Maestría, UAM-X, México, 1984-Lozano, R., Noriega, M.: Un Método para el Estudio de laRelación Trabajo-Salud, CICAST, México, 1984

36. Véase por ejemplo:-Alvear-Rios-Villegas op cit-Facchini op cit-Fernández, J.L.: Proceso de Trabajo y Salud en los Conduc-tores de la Flecha Roja, Tesis de Maestría, UAM-X, México,1988-Izco, N., Palacios, M.: Trabajo, Salud y Experiencia Obreraen el Metro, Tesis de Maestría, UAM-X, México, 1987-Laurell-Noriega Trabajo y salud... op citLópez A., O., Martínez A., S., Moreno, C.: La relación salud-trabajo. El caso de la cooperativa Pascual. Salud Problema n.13, 1987, pp. 7-25-Rangel, G., Flores, A.: Salud en el trabajo secretarial en laUAM, Secuencias vol. 7 n. 1 1988, pp.39-44-Tovalín, H., Lazcano, F.M.: Condiciones de Salud en Opera-dores de Ruta-100 Ponencia Encuentro-Seminario sobre Expe-

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riencias de investigación y vigilancia epidemiológica sobre sa-lud de los trabajadores, UAM-X, México, 1987

37. Para un resumen de esta discusión ver: Documento final dediscusión del Encuentro-Seminario sobre experiencias de in-vestigación y vigilancia epidemiológica sobre salud de los tra-bajadores.

38. Laurell, A.C., Noriega, M.: Proyecto: La Validación de unaMetodología Participativa para el Estudio de la Patología La-boral, UAM-X, 1986 (mimeo)

39. Véase por ejemplo:-Cohn, A., Karsch, U., Hirano, S., Sato, A.: Accidentes doTrabalho. Uma Forma de Violencia Ed. Brasiliense, Sao Paulo,1985 -Seligman op cit

40. Véase por ejemplo:-IBASE: Saúde e Trabalho no Brasil, Vozes, Petropolis, 1982-Laurell-Marquez op cit-Pina Ribeiro-Lecaz op cit

41. -Echeverría, M.: Trabajo y salud, Ponencia 40 CongresoLatinoamericano y 5o Mundial de Medicina Social, Medellín,1987-Duhart op cit

42. Alvear-Rios-Villegas op cit

43. Véase por ejemplo:-Cabral, J.C.: Salud Ocupacional en la Producción Azucarera,Programa Centroamericana de Ciencias de la Salud, CSUCA,San José, 1979- Vinocur, P., Sepúlveda, J.: Salud Ocupacional en el Sector-Bananero Centroamericano, Programa Centroamericana deCiencias de la Salud, CSUCA, San José, 1977.

44. -Rodríguez op cit-Tambellini Factory ... op cit

45. Laurell-Noriega Proyecto Validación... op cit

46. Farias op cit

47. -Cohn op cit

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-Seligman op cit

48. -Freyermuth, G.: Stress y Fatiga en Médicos Residentes, Tesisde Maestría, UAM-X, México, 1983-Laurell-Noriega Proyecto Validación... op cit-Farias op cit-Rodriquez op cit

49. Augusto, L.: Benzolismo em Trabalhadores do Parque Indus-trial de Cubatao, Cubatao, s/f

50. -Campaña-Breilh-Granda op cit-Fernández op cit-Laurell-Noriega Proyecto Validación op cit-Farias op cit-Rodriquez op cit-Tambellini Factory ... op cit-Tovalín-Lazcano op cit

51. -Carlesso, E., Rodríguez, J.: Proceso Laboral y Desgaste Obre-ro: El Caso de una Maquiladora de Procesamiento de Maris-cos, Tesis de Maestría, UAM-X, México, 1985-Echeverría, M.: Enfermedades de los Trabajadores y CrisisEconómica, PISPAL, Santiago, 1983.-Echeverría-Franco op cit-Izco-Palacios op cit-Romero, J., Zubieta, M., Márquez, M.: Proceso de Produccióny Patrones de Desgaste en las Obreras de la Industria Maqui-ladora Electro-electrónica, Tesis de Maestría, UAM-X, Méxi-co, 1986.

52. Guélaud, F. et al.: Para el Análisis de las Condiciones deTrabajo Obrero en la Empresa (Método LEST), INET-INDA,México, 1981.

53. Forni, F., Novick, M.: La Especificidad de las Condiciones deTrabajo: propuesta metodológica y esquema de investigación,Ponencia presentada a la Reunión de CLACSO sobre Condi-ciones y Medio Ambiente de Trabajo, Lima, 1977.

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un Conjunto de Empresas de la República Argentina, Ponen-cia 3a Reunión de CLACSO sobre Condiciones y Medio Am-biente de Trabajo, México, 1982.

55. Para una discusión más exhaustiva de estos problemas véase:Laurell, A.C.: El estudio del proceso de trabajo y salud: análisiscrítico de tres propuestas metodológicas Revista Mexicana deSociología vol. 49 n.1, 1987.

56. -Farias op cit

57. Campos, F. et al: Produclao e Saúde, Funda§ao de Desenvol-vimento de Pesquisa, Belo Horizonte, 1982 (mimeo)

58. Echeverría Enfermedades de los Trabajadores... op cit

59. Facchini op cit

60. Rodríguez op cit

61. -Laurell, A.C.: Proceso de Producción y salud: una propuestateórico-metodológica y técnica y su utilización en un estudiode caso, Tesis de Doctorado, FCPS-UNAM, México, 1987-Tambellini. Health... op cit

62. Tambellini Contribuigao para o Debate... op cit

63. Laurell-Noriega Trabajo y Salud... op cit

64. -Laurell Proceso de Producción... op cit-Romero-Zubieta-Márquez op cit

65. ibid

66. Cuando no se indica otra fuente este apartado es un resumende Laurell-Márquez op cit

67. -Betancourt, O., Noriega, M., Cuellar, R.: Los trabajadoresMexicanos y sus Condiciones de Salud, DCBS, UAM-X, 1988-Pina Ribeiro-Lacaz op cit-Ibase op cit

68. -Galín op cit

69. Laurell, A.C.: Condiciones de trabajo y desgaste obrero en

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

González Casanova, P. (coordinador): El Obrero Mexicano,Siglo XXI, México, 1984

70. Pina Ribeiro-Lacaz op cit

71. Véase p.e.-Laurell-Marquez op cit-Pina Ribeiro-Lacaz op cit

72. Alvear-Ríos-Villegas op cit

73. -Carrillo, J.: "Maquiladoras: industrialización fronteriza y ries-gos de trabajo. El caso de Baja California", Economía: Teoriay Práctica n. 6, 1984, pp.97-130.-Mertens op cit-Romero-Zubieta-Márquez op cit

74. Lipietz, A: Towards global fordism ? New Left Review n. 132,1982, pp.3 3 -4 7

75. -Duhart, S., Echeverría, M., Larrain, P.: Diez Años de RegimenMilitar: Efectos sobre los Trabajadores de la Construcción,PET, Santiago, 1984-Laurell Proceso de producción... op cit

76. La Ocupación Informal en Areas Urbanas 1976, SPP-STPS-PNUD/OIT, México, 1979

77. Farías, P., Echeverría, M., Herrera, G., Larraín, C.: IndustriaTextil y del Vestuario en Chile, PET, Santiago, 1987

78. Weinstein, J.: Cuero y Calzado: Crisis Económica y AcciónSindical, PET, Santiago, s/f

79. Duhart-Echeverría-Larraín op cit

80. Duhart, S., Echeverría, M., Larrain, P.: Cambios en la Indus-tria Gráfica, PET, Santiago, 1985

81. Amador, R., Castro, N., McConnell, R.: Concepto en Marcha:La Salud de los Trabajadores de León, Ponencia 4o CongresoLatinoamericano y 5o Mundial de Medicina Social, Medellín,1987.

82. Carlesso-Rodríguez op cit

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OPS -ALAMES

83. Roldán, M.: Trabajo industrial domiciliario, subcontratación ydinámica hogareña en la ciudad de México en M. Novick (ed):Condiciones de Trabajo en América Latina, CLACSO-CONI-CET, Buenos Aires, 1987.

84. -Alvear-Ríos-Villegas op cit.-Frias et col op cit-Lacabana, M.: Trabajo domiciliario: un estudio de caso sobreempleo precario en la industria de la confección en M. Novick(ed): Condiciones de Trabajo en América Latina, CLACSO-CONICET, Buenos Aires, 1987

85. Lacabana op cit

86. -Frias op cit-Alvear-Ríos-Villegas op cit

87. Alvear-Ríos-Villegas op cit

88. ibid

89. ibid

90. Romero-Zubieta-Márquez op cit

91. Carrillo op cit

92. Mertens op cit

93. Echeverría-Franco op cit

94. López-Martínez-Moreno op cit

95. Laurell-Noriega. Trabajo y Salud ... op cit

96. Zamudio, H.F.: Los trabajadores de Altos Hornos en la luchapor la defensa de nuestra salud, Cuadernos de DemocraciaSindical, México, 1983.

97. Epelman, M., Férnandez Osorio, J., Rodríguez, C., Lloret, A.:Estudio médico, psiquiátrico y fisiológico en trabajadores ex-puestos a riesgo eléctrico Revista Centroamericana de Cien-cias de la Salud n. 11, 1978 pp. 207-225

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

98. Terán, G. Espinosa, E., Herrera, C.: Organización Social Pro-ceso de Trabajo y Stress en la Empresa Eléctrica Quito S.A.,Tesis de Maestría, Universidad Central, Quito, 1982

99. Rodriguez et col op cit

100. Campaña, A., Breilh, J., Granda, E. et col: Deterioro Mentalen Obreros y Trabajadores de Cuello Blanco, Ponencia 4oCongreso Latinoamericano y 5o Mundial de Medicina Social,Medellín, 1987

101. Varios: Proceso de Trabajo del Azúcar y Perfiles Patológicos,UAM-X, México, 1981 (mimeo)

102. Ortega, J.: Henequen y Salud, Universidad Autónoma de Yu-catán, Mérida, 1987

103. Cabral op cit

104. Vinocur- Sepúlveda op cit

105. Los trabajadores temporeros en la agricultura Centroameri-cana, Programa Centroamericano de Ciencias de la Salud,CSUCA, San José, 1983.

106. Izco-Palacios op cit

107. DIESAT-Sindicato dos Metroviarios de S. Paulo: Trabalho esaúde em Funcionarios do Area Operativa do Metro de S.Paulo, mimeo, Sao Paulo, 1986

108. Fischer, F.: Estudo das condicoes de vida e trabalho dosOperadores de Trens, Supervisores e Inspetores Operacionaisdo Metropolitano de S. Paulo, USP, Sao Paulo, 1986

109. Fernandez op cit

110. Tovalín -Lazcano op cit

111. Tamez op cit

112. Chavez, C.: Condiciones de Trabajo en la Industria TelefónicaFac. de Economía, UNAM, México, 1984

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OPS -ALAMES

113. Freyermuth op cit

114. Rios, J., Tapia, E., de la Gálvez, A., Pando, R.: Proceso Laboraly Morbilidad Mental en Trabajadores de la Salud. Estudio decaso en el Hospital de Clínicas, mimeo, La Paz, 1987

115. Laurell Proceso de Producción... op cit

116. Véase por ejemplo:- Cohn et al. op cit- Da Costa, M.R.: As Víctimas do Capital, Achiamé, Rio, 1981- Laurell-Márquez op cit- Pina Ribeiro-Lacaz op cit

117. -DaCosta op cit-Laurell, A.C.: La reestructuración productiva y la salud de lostrabajadores, El Cotidiano n. 20, 1987, pp. 386-390-Pina Ribeiro-Lacaz

118. Duhart-Echeverría-Larrain op cit

119. Véase p.e.-Laurell-Marquez op cit-Pina Ribeiro-Lacaz op cit

120. -DaCosta op cit-Pina Ribeiro-Lacaz op cit

121. Véase p.e.:-DaCosta op cit-Laurell-Noriega Proceso de trabajo... op cit-Faria, M.A. et col: Algunos aspectos sociais relacionados aocorrencia de acidentes do trabalho em municipio industrial: ocaso do Cubatao. Revista Brasileira de Saúde Ocupacionalvol. 11, n. 43, 1983

122. -Laurell-Márquez op cit-Pina Ribeiro-Lacaz

123. Véase p.e.-Laurell-Noriega Trabajo y Salud... op cit-Faria et col op cit-Restrepo, H., Rueda, M.: Desempleo - Empresas Temporalesy Accidentalidad Laboral, Ponencia. Taller Latinoamericanode Medicina Social, Medellín, 1987

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Page 339: Franco; Nunes; Breilh; Laurell (1991) Debates en Medicina Social

DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

124. Gerencia de Seguridad Industrial, PEMEX: Informe sobre elEstudio de Multiaccidentabilidad Laboral, mimeo, México,1984

125. DaCosta op cit

126. Faria, M.A. et col: Saúde e trabalho: acidentes de trabalho emCubatao Revista Brasileira de Saúde Ocupacional. vol. 11 n. 42,1983

127. Restrepo-Rueda op cit

128. -Cohn op cit-DaCosta op cit

129. Alarcón, M. et col: El- Asbesto y la Salud en el Area Metropo-litana de la ciudad de México, Tesis de Maestría, Escuela deSalud Pública, México, 1986

130. Vargas, C., Salazar, N., Vimos, A.: El Asbesto y el Deterioro dela Salud en el Ecuador, Tesis de Maestría, Universidad Cen-tral, Quito, 1986

131. -Augusto op cit-Varios: Relatorio Estudo da Leucopenia, Cubatao, 1985 mi-meo

132. La Medicina del Trabajo al Servicio...op cit

133. Briseño, A.: Políticas de salud y contaminación mercurial,Tesis de Maestría, UAM-X, México, 1984.

134. Hassan op cit

135. Pina Ribeiro-Lacaz op cit

136. ECO: Plaguicidas y salud Ecología Humana y Salud vol. 5, n.2, 1986

137. Franco Agudelo, S.: El saldo rojo de los insecticidas en Amé-rica Latina Revista Centroamericana de Ciencias de la Saludn. 20, 1981, pp. 35-54

138. -Benzekri, P.T.: La problemática de los plaguicidas en el sector

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OPS -ALAMES

agronómico, Revista Centroamericana de Ciencias de la Saludn. 20, 1981, pp.31-34.-Chediak, R.: Breves reflexiones sobre trabajo, transferencia detecnología y sus repercusiones en el medio ambiente y la salud,Revista Centroamericana de Ciencias de la Salud, n. 20, 1981,pp.23-30.-Epelman, M.: Salud Ocupacional en el campo de los plaguici-das Salud y Trabajo n. 4, 1982

139. -Terán, G., Almeida, C., Navia, G.: Estudio de las intoxicacio-nes por plaguicidas en el hospital docente de PortoviejoSalud y Trabajo n. 10, 1985.-Terán, G.: Plaguicidas y salud. Salud y Trabajo n. 11, 1987

140. Ayala, M., Dueñas, M.I., Carrera, Y.: Investigación de silicosisen canteras de la provincia Pichincha, Salud y Trabajo n. 3,1982, pp. 10-14

141. Sánchez, J.D.: Silicosis.y clase obrera regiomontana, SaludProblema n. 12, 1986, pp. 55-58

142. Terán, G. et col: Determinación ambiental del ruido y disminu-ción auditiva en trabajadores de plataforma del aeropuerto.Salud y Trabajo n. 1, 1982 pp.19-28

143. Olaya, M., Molina, G., Torres, Y.: Enfermedades pulmonaresen una industria textil, Boletín de la Oficina Panamericana dela Salud

144. Sánchez op cit

145. Ibid

146. Cantarell, A.: Alta tensión. Con los pelos de puntaInformación Científica y Tecnológica vol. 7, n. 103,1985, pp.4 7 -4 9.

147. Briseño op cit

148. Augusto op cit

149. Zamudio op cit

150. Véase por ejemplo:-Echeverría Trabajo... op cit

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Page 341: Franco; Nunes; Breilh; Laurell (1991) Debates en Medicina Social

DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

-Epelman, M.: Impacto de Nuevas Tecnologías sobre elFuncionamiento del Organismo Humano y la Salud Ponencia40 Congreso Latinoamericano y 50o Mundial de Medicina So-cial, Medellín, 1987-Laurell La reestructuración productiva... op cit-Novick, M.(ed): Condiciones de Trabajo en América Latina.Tecnología, empleo precario y salud ocupacional, CLACSO-CONICET, Buenos Aires, 1987-Pina Ribeiro, H. Lacaz, F.: A Crise Económica e a Saúde dosTrabalhadores, DIESAT, Sao Paulo, 1984-Sepúlveda, J.: Crisis y Salud de la Fuerza de Trabajo enCentroamérica Salud y Trabajo n. 10, 1985-Seligman op cit

151. Laurell, A.C.: Crisis y salud en América Latina CuadernosPolíticos n. 33, 1982-Seligman op cit

152. Echeverría-Franco op cit

153. Roldán op cit

154. -Márquez-Romero op cit-Mertens op cit

155. -ibid

156. -Campaña-Breilh-Granda op cit-Laurell Proceso de Producción... op cit-Rios-Tapia-de la Gálvez-Pando op cit

157. Gilly, A.: México la larga travesía, Nueva Imagen, México,1985

158. Chiaramonte, F.: Sindicato, ristruturazione y organizzazionedel lavoro, Ed. Sindicale Italiana, Roma, 1978

159. -Gilly op cit-Harari, R.: La Crisis del Capitalismo en la Industria enArgentina y Ecuador y la Función de los Sindicatos en la Luchapor la Salud de los Trabajadores, Ponencia 40 CongresoLatinoamericano y 50 Mundial de Medicina Social, Medellín,1987-Noriega, M., Laurell, A.C.: Crisis, reconversión y salud en la

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Page 342: Franco; Nunes; Breilh; Laurell (1991) Debates en Medicina Social

OPS -ALAMES

industria siderúrgica, Salud Problema n. 15, 1988

160. -Echeverría Enfermedades... op cit-Novick op cit-Seligman op cit

161. Véase por ejemplo:-D'Arcy, C., Siddique; C.M.: Unemployment and health Inter-national Journal of Health Services vol. 15, n. 4, 1985, pp.609-635-Grayson, J.P.: The closure of a factory and its impact on health,International Journal of Health Services vol. 15 n. 1, 1985,pp.6 9 -9 3

162. Laurell La reestructuración... op cit

163. -Lacabana op cit-Roldan op cit-Mertens op cit

164. Hassan op cit

165. Echeverría Enfermedades... op cit

166. Facchini op cit

167. Laurell, A.C.: The role of union democracy in the struggle orworkers' health in Mexico International Journal of HealthServices vol. 19, n. 2, 1989 p. 279

168. Véase por ejemplo:-Alvear-Rios-Villegas-Izco-Palacios op cit-Laurell-Noriega Trabajo y salud... op cit-López-Martínez-Moreno op cit-Lozano-Noriega op cit

169. - Véase por ejemplo-Ganado op cit-Seligman op cit

170. Romero, A.: Vigilancia Epidemiológica de la Salud Ocupacio-nal mimeo s/f

171. Zamudio op cit

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DEBATES EN MEDICINA SOCIAL

172. Hernández, L.: La Muerte Ronda en las Fábricas, Maracay,1983

173. - DIESAT-Sindicato do Metroviarios op cit- Seligman op cit

174. Laurell Proceso de Producción... op cit.

175. Cantarell op cit.

176. Epelman-Fernández-Rodríguez-Lloret op cit.

177. Tamez op cit.

178. Ganado, C.: Condiciones de salud en la empresa SOFASA,Tesis de Maestría, UAM-X, 1986.

179. Lozano-Noriega op. cit.

180. Alvear-Rios-Villegas op cit.

181. Augusto op cit.

182. Briseño op cit.

183. Menéndez, E.: Proceso de Trabajo y Salud. Un Balance Provi-sorio Ponencia ler Coloquio sobre Crisis, Proceso de Trabajoy Clase Obrera, Xalapa, 1986.

184. CIST: Plano Director da Comissao Interinstitucional de Saúi-de e Trabalho do Estado de S. Paulo, mimeo s/f

185. Faria, M.: Os Trabalhadores, Os Técnicos, Os Empresarios ea Reforma Sanitaria, USP, Sao Paulo, 1986

186. Augusto, L., Haick, M.: Vigilancia Epidemiologica. Instrumen-to de Controle de Nocividade Ambiental, Ponencia 50. Congre-so Mundial y 4° Latinoamericano de Medicina Social, Mede-llín, Colombia, 1987.

187. Tambellini. A.M.: Anotagaos para a Elaboracao de uma polí-tica Nacional de Saúde dos Trabalhadores no Brasil, CES-TEH-FIOCRUZ, Rio, 1987 (mimeo)

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Page 344: Franco; Nunes; Breilh; Laurell (1991) Debates en Medicina Social

OPS- ALAMES

188. ibid.

189. -ibid.-DIESAT: Constituyente e saúde é o tema da VII SEMSATTrabalho e Saúde vol. 6, n. 13, 1986.

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En las actuales condiciones de vida de las poblacioneslatinoamericanas se ha acrecentado el reto de innovar losconceptos, métodos y formas de práctica en salud. La inéditacomplejidad y congestionamiento de los problemas planteana los profesionales e investigadores de la salud y cientistassociales, el desafio de consolidar un nuevo y dinámico queha-cer.

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Fruto de un esfuerzo internacional e interdisciplinario, lostrabajos que aqui se recopilan cumplen con la necesidad deevaluar logros, establecer regularidades, puntos comunes,inconsistencias, posibilidades y prioridades de acción, asu-miéndo el máximo horizonte de visibilidad posible y siempredesde la perspectiva de las demandas urgentes de la necesi-dad popular.

Debates en Medicina Social trata en definitiva de "juzgarlo producido como recurso de perfeccionamiento del queha-cer, de la lucha por la defensa y transformación de la vida,como elemento de la formulación científica de la necesidadsocial y de los problemas masivos y urgentes de salud".

ORGANIZACION PANAMERICANADE LA SALUD

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