UN MODELO DE VIDA CONSAGRADA: FRAY PEDRO DE JESÚS BOTÍA

Pilar Sánchez Alvarez

1.- Introducción

2.- Vida de Fray Pedro de Jesús

3.- Legado de Fray Pedro

      3.1.-Monasterio de la Encarnación de Mula 3.2.- El Santuario del Niño de Mula

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4.- Conclusión

1.- Introducción

Jesucristo, Pontífice de la Nueva alianza, … “nos ha hecho reyes y sacerdotes de Dios, su Padre (Apoc 1,6; cf.5,9-10)1

En la Constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II, se enseña que

el nuevo pueblo de Dios es un pueblo real y sacerdotal, el cual por medio de la unción

del Espíritu Santo, puede ofrecerse a sí mismo como víctima a Dios, renovando en todo

el mundo su testimonio de Cristo. Esta concepción de pueblo sacerdotal, profético y real

es para todos los hombre, es universal.

Entre los bautizados católicos se participa en este sacerdocio de Cristo de dos forma,

sacerdocio común a todos, y sacerdocio ministerial para aquellos que han sido

1 Cf. Documentos del Vaticano II, Madrid 1986, p.45.

2

ordenados, que han recibido el sacramento del orden.

Se conocen como laicos, aquellos fieles que por el bautismo son partícipes del oficio

sacerdotal, profético y real de Cristo, tienen que buscar el reino de Dios, porque están

llamados a la santidad, y no han sido ordenados, es decir, que participan del sacerdocio

común de Cristo.

Los fieles, por el bautismo son consagrados y participan ,por tanto, en el en el único

sacerdocio de Cristo, aunque de distinta manera al sacerdocio ministerial. Por este

motivo, los fieles cristianos están obligados a confesar la fe que recibieron de Dios

mediante la Iglesia. Tienen que anunciar esa fe no sólo por la palabra, sino por las obras

siendo testigos de Cristo, actualizada esa fe por la participación en los sacramentos.

El concepto de sacerdote, tanto en el Antiguo Testamento como en numerosas

religiones, es el de un mediador autorizado para ofrecer sacrificios a Dios en

reconocimiento de su dominio supremo y en expiación por los pecados.

Por tanto, en la Nueva Alianza, ejercen esa función sacerdotal cuando ofrecen el

sacrificio espiritual su propia vida, con sus oraciones, con sus iniciativas apostólicas ,

con la vida familiar, con el trabajo diario, es decir, con la vida cotidiana, pero con la

intención de dar testimonio de esa fe en Cristo, porque todos estos actos hechos para El

son agradables a Dios.

Pero a la vez el pueblo de Dios es profético de Cristo porque el Espíritu Santo da sus

dones a todos los bautizados. Profeta, en sentido vulgar, se entiende como aquella

persona que predice el futuro, pero profeta es el que habla en nombre de Dios, el que

conoce sus designios, quien lo proclama y quien intenta cumplirlo. Profeta es quien

ayuda con su palabra a la comunidad. Cristo fue un profeta, porque llamó

constantemente a ser fieles a Dios, insistiendo en la conversión y la penitencia,

anunciando la salvación. Esta misión profética se cumple en la Iglesia siendo el pueblo

de Dios teniendo como misión la evangelización.

 

"Cristo, el gran Profeta, que proclamó el reino del Padre con el testimonio de la vida y con el poder de la palabra, cumple su misión profética hasta la plena manifestación de la gloria, no sólo a través de la Jerarquía, que enseña en su nombre y con su poder, sino también por medio de los laicos, a quienes, consiguientemente, constituye en testigos y les dota del sentido de la fe" (Lumen gentium, 35).

  Mediante la evangelización y la catequesis los laicos participan en la misión profética

de Cristo.

El pueblo de Dios participa en la función regia de Cristo porque reciben de El, el

3

poder de vencer el pecado en sí mismo y en el mundo, por medios del esfuerzo y la

santidad de su propia vida. El Espíritu Santo da dones a los hombres, y según ellos se

pueden realizar diversos ministerios al servicio de la comunidad e impregnar de

valores morales las actividades de los hombres y las instituciones de la sociedad.

Muchos laicos y sacerdotes optan por la vida consagrada, siendo esta un estado de

vida reconocido por la iglesia, una respuesta libre a una llamada especial de Dios por lo

que se consagran totalmente a El por la práctica de los consejos evangélicos. Son

testimonios de la esperanza del Reino de Dios.

En definitiva, siguiendo el Catecismo de la Iglesia Católica, nº 155, se puede concluir

que el pueblo de Dios, participa del oficio sacerdotal de Cristo en cuanto los

bautizados son consagrados por el Espíritu Santo para ofrecer sacrificios

espirituales, participa de su oficio profético en cuanto con el sentido sobrenatural

de la fe, se adhiere indefectiblemente a ella, la profundiza, y la testimonia,

participa en su función regía con el servicio, imitando a Jesucristo, quien siendo

rey del universo, se hizo siervo de todos, sobre todo de los pobres y de los que

sufren.

Como todo el Pueblo de Dios está llamado a esta misión, y las personas consagradas la

realizan de una manera plena sirven de ejemplo a los demás, se convierten en modelos

de vida para que sirva de estímulo a los demás.

Por este motivo, por la vida santa de este fraile, llamado Fray Pedro de Jesús, se ha

elegido para estudiar su vida y convertirlo en modelo de vida consagrada a Cristo, y

ejemplo de aquellos que quieren conseguir la salvación.

2.- Vida de Fray Pedro de Jesús

Su fecha de nacimiento más probable fue a finales de febrero o principios del mes de

marzo del año 1633, en la ciudad e Mula (Murcia). Por los registros bautismales se

conoce el nombre de sus padres, Ginés Botía y María Artero pero se desconoce su

infancia así como la muerte de sus padres, aunque si afirman que quedó huérfano muy

temprano, indicando en alguno testimonios, que sus padres murieron a causa de la peste

de 1648, es decir, que tendría aproximadamente unos quince años de edad cuando esto

ocurrió.

4

Las mismas fuentes, afirma que sus padres no eran indigentes, puesto que tenían una

hacienda en un terreno a unos 3 Km de Mula, media legua, en un paraje llamado

Albalat, (Balate) hoy conocido como El Niño de Mula, y el niño Pedro Botía se refugió

en ella para librarse de la peste.

Y aquí empieza una de las tradiciones guardadas por el pueblo de Mula: la aparición

del Niño Jesús de Belén a este huérfano. Huérfano que hoy sabemos con seguridad que

tenía un problema en el brazo Según los retos hallados y confirmados por especialistas2

que lo han reconocido:

“Obsérvese la inclinación del eje de la tróclea y del ángulo que forman húmero y cúbito, que lógicamente afecta también al su inseparable compañero, el radio. Este rasgo es lo que le valió sin duda el sobrenombre de manco de El Balate, pues tenía una rectificación del valgo fisiológico del codo, por lo que, al flexionar el mismo, no podía aproximar la mano al rostro sin ayuda de movimientos auxiliares del hombro”.3

Según el historiador franciscano del XVIII Fray Pablo Manuel Ortega por este lugar

llamado 'Albalat' pasó la epidemia de 1648, y el huérfano Pedro Botía afligido y sin

consuelo tuvo aquella visión del Niño Jesús;

“Hallándose un día en dicho paraje de Albalat (Balate) pastoreando a unas ovejas muy afligido, cuando sin saber de donde hubiese llegado se le apareció ante sí un hermoso niño, con una cruz en su mano derecha, vestido con un traje de Nazareno, y le pregunto el niño al pastor que por qué estaba tan afligido, y el joven pastor le contó lo que le sucedía.Le pregunto Fray Pedro al Niño que quién era, y este le respondió que era el Niño de Belén y alargándole la Cruz, le dijo, “Toma mi Cruz y sígueme”.Fray Pedro le preguntó de nuevo donde habitaba y le respondió: “Yo vivo y moro en  mi Eterno Padre” y desapareció”.4

2 Dichos especialistas son el arqueólogo José Antonio Zapata Parra, el médico forense José Alonso y el radiólogo Matías Pérez Hernández, ambos facultativos del Hospital Virgen de la Arrixaca, determinando que los restos, como se intuía, efectivamente pertenecen a Fray Pedro, que falleció a los 84 años de edad, que fue una persona que caminó mucho descalzo y permanecía a menudo de rodillas.3 M. PEREZ HERNANDEZ, Estudio de los restos de Fray pedro Botía, vidente del Niño de Mula, Murcia 2009.4 http://www.cofradianinodemula .es/historia-de-la-aparición/? 5- www. franciscanos.org “Centro de la espiritualidad de Francisco. Él descubrió y contempló a Cristo, Hijo del Padre, que da su vida por sus ovejas por amor del Padre. Este descubrimiento y esta contemplación impulsaron a Francisco a vivir como Cristo, a vivir la vida de Cristo, no la de los Apóstoles (como querían los Norbertinos, por ejemplo), sino la de Cristo mismo, hasta la Cruz. Para él, «vivir según el Evangelio» no consiste sólo en practicar las prescripciones apostólicas: ir descalzos, no tener más que una túnica, no llevar bolsa, anunciar la Buena Nueva, ofrecer la mejilla a quien nos abofetea... Es todo eso, ciertamente, pero lo prioritario no es la vida apostólica, no es ni siquiera la vida común o fraterna, es vivir bajo la dependencia del Espíritu que nos hace seguir las huellas de Cristo y nos conduce allá donde no queremos (Jn 21,18), es decir, hasta la Cruz: «Ofreced vuestros cuerpos y cargad con su santa cruz» (OfP 7,8)”.? A. WLILLIAM, JR CHISTIAN, Apariciones en Castilla y Cataluña: siglos XIV-XVI.,Madrid 1990.

5

¿Fue real esta aparición? ¿ Fue un sueño? En el siglo XVII hay constancia de

numerosas apariciones de Cristo, bajo la apariencia de Niño en muchos lugares. En casi

todas las manifestaciones religiosas, los niños encabezaban las procesiones, se

flagelaban, y casi tenían una condición sagrada, conservada en la España rural, por la

pureza que tenían. Las grandes pestes, la desproporcionada mortalidad infantil, hacía

que la sociedad prestara atención a los niños, seres frágiles y preciosos, que repercutía

en la iconografía. Los niños hacen de intermediarios entre la sociedad y Dios, como

videntes, santo o ambas cosas.

Las pestes y la inseguridad de la sociedad estimulaban visiones de Cristo crucificado y

casi todas las imágenes de este siglo se dedicaban a crucifijos y también a imágenes de

la Pasión. Posiblemente fueron los franciscanos quienes difundieran esta devoción a la

Cruz5. Tanto la Cruz como el Niño eran referencias a la peste, y los niños, como Cristo

serían victimas inocentes de los pecados de la colectividad, y por ello eran los

mensajeros ideales, celestiales o terrenales para los avisos de juicio e imitación de

Cristo.6

Es muy importante la iconografía de este siglo sobre las imágenes del Niño Dios,

porque da una idea de cercanía de Dios a los hombres. Así Domingo Sánchez-Mesa

escribe

“La infancia es tema que siempre invita a reconciliarse con la humanidad y que será también siempre un pretexto para examen y reflexión. El tema del niño en el arte siempre tuvo una fuerte intención didáctica, que la utilizó para atraer la atención del espectador y para profundizar más hondamente en los sentimientos. Ante el niño se siente misericordia y respeto: la misericordia que se siente frente a la debilidad, y el respeto que se siente a lo impenetrable (3). El niño encarnando su ternura hace a ésta más dependiente de nosotros, despertando con ella nuestra inclinación a prestarle protección. El arte, sobre todo el naturalista del XVII, introducirá a través de la infancia de Jesús, una dimensión cercanamente humana en la representación de la divinidad.”.7

En la aparición del Niño de Mula se dan todas estas características. El vidente es un

niño, Cristo aparece en forma de Niño, y el simbolo de la Cruz está presente, así como

«cargad con su santa cruz». Una vez más aparece la pregunta. ¿Es real la aparición?

En las auténticas apariciones los mensajes son de esperanza, de amor a la Iglesia. En

5

6

7 D. SÁNCHEZ MESA, «La infancia de Jesús en el arte granadino: la escultura», en Revista de la fundación Universitaria, 1 (1988).

6

esta el Niño se presenta como misericordioso, para acompañar al niño Pedro en su

dolor. Un Niño que ayuda a otro niño, que es un alma sufriente, pura, que no cuenta esta

visión por ser sencillo y humilde, que no busca la fama ni la notoriedad.

Siempre se ha dicho que las cosas se conocen por sus frutos. ¿Ha tenido frutos esa

aparición del Niño al niño Pedro? En el lugar de la aparición se construyó un santuario

donde las oraciones suben hacia Dios en alabanza, en súplica, donde desde ese

momento se celebra el sacrificio de la misa, y donde miles de almas se han unido en

comunión con Dios.

Los dones o carismas son un regalo de Dios a las almas pequeñas, humildes, y sencillas.

¿ Fue real la aparición? ¿Pudo Dios hacerlo? ¿Pudo el Espiritu Santo derramar este don

en este niño desvalido? Preguntas que no tienen una respuesta cierta, pero los frutos

obtenidos son numerosos.

¿Qué hizo Pedro Botía después de esta aparición? Dios le hizo una llamada a la

santidad, una entrega total a El, y el acepto y respondió a esa llamada personal

ingresando en el Convento de los Franciscanos de Orihuela el 30 de marzo de 1653,

comprometiéndose a sus votos un año después, con el nombre de Fray Pedro de Jesús

Botía. La Orden Franciscana8 le pareció la más conforme con las aspiraciones de su

alma, que no eran otras que vivir vida penitente y desconocida de los hombres, en la

intimidad del retiro y en el trato continuo con Dios.

Permaneció como hermano lego en dicho Convento para pasar después al convento de

San Ginés de la Jara.

Tenemos noticias

de su estancia en

este convento

(hoy en ruinas)

por varios

testimonios,

sobre todo del

padre Ortega. Uno de estos es el artículo sobre la arqueología de este convento que

8 J. GARRIDO, Una Espiritualidad para hoy, Madrid, 1988, pp 219-220 “El carisma franciscano nace y pervive por Francisco de Asís, esta figura señera de la espiritualidad cristiana, testigo excepcional de Jesús. Inició un movimiento evangélico en una época cuyos rasgos se parecen tanto a la actual nuestra: necesidad de volver a la fuerza original del Evangelio; primado del hombre sobre la estructura; opción por los pobres; estilo de sencillez y alegría; misión de paz en un mundo convulso”.

7

tanto interés ha despertado en la Comunidad Autónoma de Murcia:

“Además de esta especial buena coyuntura económica no debe pasarnos por alto que en la década de 1660 hay un religioso en el convento, fray Pedro de Jesús Botía, que según relata el padre Ortega en su Crórzica... fue «asistente» de don Juan de Austria hasta su muerte. De este príncipe, como de los nobles que lo rodeaban, obtuvo para su convento de San Ginés importantes alhajas, ornamentos, imágenes y limosnas que contribuyeron al mayor esplendor de la casa e iglesia. De ellas, sin citar la mediación, pero sí la procedencia, da cuenta Campillo de Bayle en su novela, y se tiene la constancia documental por las actas del Concejo de Cartagena de la llegada en 1669 de la Virgen del Milagro, que finalmente quedó instalada en uno de los altares laterales de la iglesia del convento. No sería pues, muy desacertado pensar que fue en estos años cuando se acabó de completar la obra de los claustros y el adorno definitivo de la iglesia. En esta última se conservaba hasta no hace mucho una inscripción en la capilla del trasaltar, donde se guardaba el Santísimo, indicando que se hizo a expensas del de Austria”.9

Se sabe con certeza, que fue franciscano y que como todo franciscano sigue las palabras

de San Francisco: “La regla y vida de los hermanos Menores es esta: observar el santo

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en

castidad” (2Reg 1). Su carisma especial es vivir en pobreza generadora de alegría y

fraternidad, sometido a todos como Cristo, llamados a la oración y devoción por encima

de todas las cosas, anunciando la paz y la salvación de Jesucristo a cristianos y a

personas de otras creencias. Deben ser hombres “manso, pacíficos, modestos y

humildes”. Sus notas específicas son: minoridad, pobreza, fraternidad-caridad,

obediencia a Dios y a toda criatura por amor a él. Además, la pobreza debía ir unida al

amor por los prójimos y al respeto de la naturaleza.

Y Fray Pedro aceptó, como respuesta a la llamada de Dios, este carisma, esta

espiritualidad y son numerosos los párrafos escritos sobre él que lo demuestran.

Estando en San Ginés pidió permiso al superior para visitar los Santos lugares, y una

vez concedido partió hacia Italia con el fin de embarcar hacia Jerusalén. En su viaje

visitó Roma, Asís, la Basílica de San Francisco y una vez más Dios le hizo un obsequio

que le traería alegría, por ver de nuevo al Niño de su niñez, pero a la vez una tristeza,

porque su deseo de visitar los lugares santos se vio truncado por petición de ese Niño.

Dios tenía un plan que no se correspondía con los deseos de Fray Pedro. Una nueva

llamada y un nuevo seguimiento, una decisión de Dios de unirlo a su misión profética

para que diera a conocer su Nombre en distintos lugares y a través de los tiempos. Y

Fray Pedro acató la voluntad de su Dios.

Cuenta la tradición que:

9 M. MUÑOZ CLARES, L. A. GARCÓA BLÁNQUEZ, «La arquitectura del convento franciscano de San Ginés de la Jara» en Imafronte 16 (2004) 255-266.

8

“Embarco en Génova con destino a España, y en la misma nave viajaba el Conde de Lemus que regresaba a España tras haber finalizado su tarea como Virrey y Capitán General del Reyno de Nápoles, entablándose amistad entre ambos durante el viaje, llegando a Barcelona donde  ordenó el Conde de Lemus a Fray Pedro que le acompañara a Madrid, donde le introdujo en la Corte presentándole a las Señoras y Señores de la Grandeza de España, quienes no dudaban en pedirle sus servicios como consejero y como director espiritual. Salió de la Corte, haciendo su viaje a pie y descalzo, como era su costumbre y llego a la Villa de “Consuegra” pueblo de la Mancha, entregando  las cartas de presentación que le había entregado su valedor el Conde de Lemus para el príncipe D. Juan de Austria II. Encontrándose un día Fray Pedro orando lo vio el Príncipe D. Juan de Austria, y le llamo la atención por aquella fuerza y sencillez con que hablaba el fraile; mandándole llamar a sus aposentos, y haciéndole preguntas D. Juan al fraile quedo admirado por su sencillez, y ordeno que lo visitara de ordinario, y ordenando a su guardia que tendría paso libre para entrar en sus aposentos. Recibió autorización para volver por un tiempo a su convento en San Ginés de la Jara, pero con la advertencia que tendría que volver a la Corte. Hizo diversos viajes a la Corte y de nuevo a  su convento, hasta que por el Príncipe se dispuso que

quedase siendo su asistente espiritual”.10

Al analizar esta tradición, en un principio oral, pero escrita por el Padre Ortega y

trasmitida de esta forma, para descubrir algunas cualidades de este fraile:

- Entabló amistad con el Conde de Lemus

- La Grandeza de España pedían sus servicios como consejero y como director

espiritual

- Era habitual andar descalzo

- Cuando lo vio el príncipe estaba orando

- Hablaba con fuerza y sencillez

- Deseo de volver al convento

- Se convirtió en asistente espiritual.

Parte de estas cualidades están confirmadas científicamente por el estudio que se ha

realizado de sus huesos:

Los tres primeros metatarsianos del pie derecho de fray Pedro Botía, vistos desde arriba. Su disposición es como sería con las carillas articulares de sus bases, articuladas con los tres cuneiformes, y estos, a su vez, con el escafoides. Obsérvese cómo divergen hacia adelante. Esto demuestra que anduvo descalzo durante gran parte de su vida, tal y como aseguran sus biógrafos. Debo mencionar aquí que no he encontrado nada que contradiga a los historiadores, más aún, todo confirma cuanto de él escribieron.

En la postura de rodillas, el eje de la pierna discurre paralelo al suelo. El tarso y el

10 Extraído del libro: Crónicas Franciscanas de España. Madrid 1976 Capítulos XXVII  y siguientes.

9

metatarso se verticalizan y, para mantener el equilibrio, los dedos de los pies se extienden al máximo por la contracción del tibial anterior y los extensores; ésta es una extensión activa. Además de esto los dedos soportan una parte del peso corporal, que aunque menos que las rodillas, no deja de ser importante. Esto produce un aplastamiento de los dedos, ya extendidos, contra el suelo, lo que aumenta más aún la dorsiflexión de éstos; ésta sería un hiperextensión pasiva. Ambas componentes son las responsables de modelar, literalmente, las cabezas de los metatarsianos, particularmente la del primero. Este tipo de pie es típico de culturas que permanecen largo tiempo de rodillas, particularmente mujeres, moliendo grano, amasando, lavando ropa, modelando arcilla, curtiendo pieles, etc. ¡Y así era el pie de Fray Pedro Botía!

Estos rasgos lo muestran humilde, devoto, abierto al acompañamiento espiritual, pero a

la vez seguro de su fe y su entrega. Cumple la misión sacerdotal, profética y real de todo

seguidor de Cristo, participa del oficio sacerdotal de Cristo en cuanto consagrado

por el Espíritu Santo ofrece sacrificios espirituales, su propia vida, sus deseos, su

oración, su propio sacrificio, participa de su oficio profético en cuanto con el

sentido sobrenatural de la fe, se adhiere indefectiblemente a ella, la profundiza, y

la testimonia, y participa en su función regía con el servicio, imitando a Jesucristo,

quien siendo rey del universo, se hizo siervo de todos. Modelo de vida cristiana.

Falleció en el Monasterio de la Encarnación de Mula el día 5 ó 6 de Septiembre de 1717

a los 84 años de edad, y fue sepultado su cuerpo en dicho Monasterio: Crónicas

Franciscanas de España. Capítulos X.

3.- Legado de Fray Pedro de Jesús Botía

Su principal legado a la posteridad, además de sus virtudes cristianas y su ejemplo

cristiano fue la fundación del Real Monasterio de la Encarnación de la primera Regla de

Santa Clara en Mula y la Ermita del Niño en el terreno del Balate.

3.1.-Monasterio de la Encarnación de Mula

10

El Real Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación se encuentra ubicado en el

casco antiguo en la parte alta de la ciudad de Mula. Fray Pedro eligió la ubicación para

la iglesia y el monasterio coincidiendo con la antigua ermita de Ntra. Sra. de los Olmos

primera patrona de esta ciudad, de la que se tiene constancia desde el año 1343, de la

cual sólo queda la torre del campanario.

Comenzó a ser habitado en 1685 por las hijas de Santa Clara, única fundación

conventual del Reino de Murcia en el XVII. El mecenazgo de Juan José de Austria le

valió el ser considerado Real Patrimonio, lo

que sin duda influyó en el breve plazo de

construcción, su carácter monumental o las

trazas de la iglesia, que concluyeron en el

XVIII. La portada de sillería sigue el esquema

de la del convento de San Francisco.

Fray Pedro en 1680 sería el encargado de

establecer una comunidad de Clarisas que

11

gozaría de patronato regio. La fundación

fue realizada por la Madre Sor Mariana

de Santa Clara con religiosas de Trujillo.

Tenía una casa de acogida y “Casa de

Donados” para seguir practicando su

vocación. El elegir las hermanas

Clarisas recuerda a San Francisco,

porque este fundó junto con Santa

Clara de Asís, la Orden de las

Hermanas Pobres de Santa Clara,

hermanas que en la ermita de San Damián, estaban dedicadas a la oración, el trabajo

manual y la asistencia a los pobres.

Estas monjas que salieron de Extremadura fueron a Madrid, donde

permanecieron casi un año debido a la peste que asolaba al Reino de

Murcia. A ellas se unieron hermanas del Monasterio de las Reales

Descalzas de Madrid.

La categoría de Real viene dada desde su fundación, ya que su patrono D.

Juan José de Austria indica explícitamente que a su muerte el patronato de

dicho convento recaiga en la corona española, de este modo por real cédula

del 28 de febrero de 1687 lo aceptará Carlos II. Actualmente siguen bajo el

Patronato de la Corona.

12

Con ellas vino la imagen del Niño Peregrino donación de Fray Pedro.

Con respecto a este niño, es

interesante porque el propio Fray

Pedro afirma que es la imagen del

Niño que se le apareció:

“Las MM. Clarisas del Real Monasterio de la Encarnación de Mula (Murcia) veneraron al hoy desaparecido Niño Peregrino. Niño , que pese a su nombre, en realidad correspondía a un Niño Jesús en actitud de caminar mientras bendecía con la mano derecha. Imagen cuya historia estaba íntimamente ligada a la de fray Pedro Botía, artífice de la fundación del monasterio de Mula. Acerca del origen de la talla, en 1779 el padre Molina y Castro decía lo siguiente:

Vino a la Fundación este inapreciable tesoro, por un medio verdaderamente extraordinario. Ya dimos noticia del aparecimiento que en Asís hizo al P. Fr. Pedro de Jesús, N. Redentor en forma de Niño , intimándole su regreso a España, para ser Agente de una fundación. Esta visión dejó impresa en su imaginativa la Imagen del Niño… . . Obedeció, y habiendo conseguido la fundación, se dedico a su conservación constituyéndose su limosnero. Por efecto de este ministerio pasó a la Corte de Madrid, y con la ocasión de visitar al primer Syndico de la Fundación el Excelentísimo Señor Conde (sic) de Alba, entró a orar a su Oratorio. Entre las preciosas alhajas dedicadas al culto y adorno del Altar, sobresalí a por su pasmosa belleza una Imagen del Niño Jesús. En el instante que la vio Fr. Pedro, se hallo dulcemente embelesado, por la uniformidad que decía la belleza de aquella sagrada Imagen con el original que vio en Asís. La exorbitancia del gozo le sacó \ fuera de sí\, y sin advertir lo que se hacia, comenzó a gritar y decir a la Excelentísima que se hallaba

13

presente: Señora , este es mi Niño, este es verdadero retrato del que yo vi en Asís yo

quiero este Príncipe de la Paz para Mayorazgo de mi Fundación11. Ante la insistencia del lego, la duquesa de Alba se desprendió de la escultura del Niño Jesús para que fuese a Mula, en donde las religiosas salieron a recibirla con antorchas hasta la puerta que permitía la regla”.

¿Pero este legado de Fray Pedro, el edificio del Monasterio que enriquece el

patrimonio de su ciudad, es lo más importante de su testamento ? Visto desde un

punto de vista espiritual esto sería totalmente accesorio, ya que lo importante es las

religiosas que desde su fundación han permanecido el él. Monjas de clausura, que

renunciando a la vida exterior del claustro para mantener un clima de recogimiento,

silencio, oración buscan la unión mística con Dios, y que a pesar de estar separadas del

mundo, están íntimamente unidos a la humanidad y a sus problemas a través de sus

oraciones ofrecidas como intercesión.

Ese es el gran legado de Fray Pedro, fundar un convento de clausura, corazón de la

iglesia, un órgano muy oculto y protegido, pero vital para el organismo, como enseñó el

mismo Cristo en casa de Lázaro ante las actitudes de Marta y María.

Hornacina donde se conservan los restos de Fray Pedro

Los restos de Fray Pedro Botía de Jesús reposan en paz en un lugar destacado del

11 Anónimo italiano: Niño Peregrino. Finales del siglo XVII-primer cuarto del siglo XVIII. Madera policromada. Mula (Murcia), Real Monasterio de MM. Clarisas de la Encarnación . Imagen desaparecida. En GONZÁLEZ CASTAÑO, J., y MUÑOZ CLARES, M., Historia del Real Monasterio de la Encarnación de religiosas Clarisas de la ciudad de Mula (Murcia), Real Monasterio de la Encarnación y Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia 1993, pp. 198 y 199; SANCHEZ MAURANDI, A., El Niño de Mula. Estudio histórico de la aparición del Niño Jesús de Belén en El Balate publicado con motivo del III Centenario, Murcia 1981.

14

convento de la Encarnación. Mula cuenta con uno de los descubrimientos más

importantes de su historia. Durante las obras de reformas del convento de la

Encarnación, el 25 de marzo de 2008, aparecieron unos restos humanos que, tras su

levantamiento los técnicos confirmaron que pertenecían a fray Pedro de Jesús Botía, a

quien se le apareció el divino Niño Jesús en el paraje del Balate12.

3.2.- El Santuario del Niño de Mula.

Desde época medieval, este paraje era conocido como Campo de Albalat o de Balate y

se mantenía la tradición de que aquí había acaecido la milagrosa aparición del Niño

Jesús a Fray Pedro. El mismo Padre Ortega escribe:

“En memoria de este prodigio, y en reconocimiento de su gratitud, dispuso el mismo Fr. Pedro, que se labrase una mediana ermitica en el mismo sitio donde se dignó de favorecerle el Divino Infante. Asimismo solicitó una hermosísima Imagen representativa de su prototipo, al que llamó el “Niño de Belén”, y la colocó en dicha ermita”.

La familia Botía, propietaria de la principal hacienda de Balate, sería la encargada de

fundar una primera ermita en el lugar. El templo del Niño se convirtió pronto en lugar

de peregrinaciones de la comarca, edificándose en el siglo XVII la iglesia actual y

creciendo en su entorno una pequeña población ya bajo el nombre de El Niño.

Actualmente esta ermita sigue viva, con gran afluencia de fieles, con peregrinaciones

que adoran al Niño, siendo curiosa la peregrinación que cientos de ciudadanos de la

Vega Media del Segura, Valle de Ricote y pueblos de la Comarca del Río Mula hacen

año tras año en la noche-madrugada del 20-21 de septiembre al encuentro del Niño con

motivo de la celebración del día de su aparición a Pedro Botía en la Huerta del Balate.

12 www.laverdad.es › ... 17/09/2008

15

 Existe la Real e Iltre. Cofradía del Niño Jesús de Belén de Mula cuya finalidad es,

“como hermanos que profesamos la misma fe católica,  fomentar, propagar y ofrecer

el mayor culto y devoción al Niño Jesús de Mula, para acércanos a Jesús niño y nos

guíe y  logremos que el Espíritu Santo nos estimule y ayude suficientemente, para poder

vivir como cristianos comprometidos con el Evangelio de Cristo, sobre todo en el

ejercicio de la caridad. Siguen el ejemplo del pobre lego Fray Pedro.

También en esta ermita se produce una romería en honor del Niño, besa-píes, y otras

devociones frente al altar mayor con un camarín donde se venera la figura de El Niño de

Mula, obra que el tallista valenciano José Pousada hizo en 1940. Un Niño con los

brazos abiertos y una cruz, para acoger a todos con su misericordia divina en un abrazo

fraterno y enseñar el camino para llegar hasta el Padre, mostrando la cruz.

16

4.- Conclusión

Una vez analizados los pocos datos históricos que se conservan de este Fray, podemos

dudar de esas apariciones que pertenecen a la intimidad de su alma, pero precisamente

los pocos datos que se conservan, los testimonios posteriores a su vida, nos permiten

afirmar que fue un modelo de vida consagrada. Su humildad, su obediencia, su

respuesta a Dios eligiendo la vida consagrada, sus sacrificios, su oración en un ejemplo

de cómo un cristiano ejerce su misión de sacerdote, de profeta y su misión real.

Además, el legado material, nunca soñado por un hermano lego, que desde la más

humilde pobreza pudo edificar este Monasterio y esta Ermita y entendiendo bien la

frase: “Francisco, repara mi iglesia, pues ya ves que está en ruinas” nos legó un

convento de religiosas dedicadas a la oración por la Iglesia universal y una Ermita

donde miles de fieles adoran a Dios en la imagen del Niño Jesús de Belén.

Devotos de Niño, intentando glorificarlo, se dirigen a El como mediador ante Crsito con

esta oración:

Niño Jesús de Belén y de Mula, Tú que llenaste el corazón de Fray Pedro de jesús

de virtudes cristiana, haz que seamos testigos de tu presencia en el mundo

como él lo fue. Concédenos Niño bendito, como a Fray Pedro, la Luz y la

gracia que te pedimos…

Fuentes

GARRIDO, J., Una Espiritualidad para hoy, Madrid 1988.

GEA ROVIRA, M., De la ciudad de Mula y el Niño Jesús. Mula, 2004.

GONZÁLEZ CASTAÑO, J., El Niño Jesús de Mula: estudio histórico y antropológico

de una devoción murciana, Mula 1995.

17

GONZÁLEZ CASTAÑO, J., Los orígenes de la devoción al Niño Jesús de Mula,

Mula 2000.

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