Fray

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LA POESÍA DE FRAY LUIS DE LEÓN: PERSISTENCIA DE LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO Y DE PROCEDIMIENTOS RETÓRICOS MEDIEVALES EN LA LÍRICA RENACENTISTA CASTELLANA La intención didáctica y la actitud admonitoria manifiestas en la poesía de Fray Luis de León están atenuadas artísticamente por el uso de la digresión amplificatoria o ejemplar. Es un procedimiento propio de la lite- ratura didáctica que, desde la antigüedad, sirve para ilustrar la materia propuesta y ornamentar la exposición. En la poesía original de Fray Luis —nos referimos a las 29 composi- ciones de la edición del P. Fr. A. C. Vega, Madrid, 1955—, la digresión amplificatoria aparece comúnmente como una estampa, en la que se actua- liza un cuadro rico de imágenes visuales, o como un momento que des- arrolla una situación que se ha enunciado anteriormente: valgan, entre otros, el ejemplo de la Oda I, c.9a. y las tres siguientes, que se inicia «Del monte en la ladera...», y el de la Oda VI, «De la Magdalena», c.9a. hasta el final, con la imagen de la Magdalena arrojándose a los pies del Maestro y pronunciando una larga oración. Es frecuente la digresión que lleva varias estrofas enlazadas: los dos ejemplos citados, la Oda VIII, «A la noche serena», c.9a. y tres siguien- tes con la enumeración de las esferas de los astros; la Oda IX c.8a. hasta la penúltima inclusive, que presentan el paso de Ulises atado ante las Sirenas; la Oda X, c.8a. y dos siguientes («¿No ves cuando acontece/ turbarse el aire todo en el verano?»), con la descripción actualizada de la lluvia sobre las casas y los campos; la Oda XVII, c.8a. a lia., la tem- pestad en el mar; Oda XXI, c. Ha. a 14a., actualización del viaje de la barca que lleva el cuerpo de Santiago. En contadas ocasiones, que no sabemos cuánto deben a la tradición escrita de la poesía original de Fr. Luis, la imagen ilustrativa aparece bruscamente: Oda I, c.l4a. («La combatida antena/cruje, y en ciega noche el claro día/se torna; al cielo suena/confusa vocería,/y la mar enriquecen a porfía») '. Así se crea una tensión poética muy extraña y sugerente

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Luis

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  • LA POESA DE FRAY LUIS DE LEN:PERSISTENCIA DE LA CONCEPCIN DEL MUNDO

    Y DE PROCEDIMIENTOS RETRICOS MEDIEVALESEN LA LRICA RENACENTISTA CASTELLANA

    La intencin didctica y la actitud admonitoria manifiestas en la poesade Fray Luis de Len estn atenuadas artsticamente por el uso de ladigresin amplificatoria o ejemplar. Es un procedimiento propio de la lite-ratura didctica que, desde la antigedad, sirve para ilustrar la materiapropuesta y ornamentar la exposicin.

    En la poesa original de Fray Luis nos referimos a las 29 composi-ciones de la edicin del P. Fr. A. C. Vega, Madrid, 1955, la digresinamplificatoria aparece comnmente como una estampa, en la que se actua-liza un cuadro rico de imgenes visuales, o como un momento que des-arrolla una situacin que se ha enunciado anteriormente: valgan, entreotros, el ejemplo de la Oda I, c.9a. y las tres siguientes, que se iniciaDel monte en la ladera..., y el de la Oda VI, De la Magdalena, c.9a.hasta el final, con la imagen de la Magdalena arrojndose a los pies delMaestro y pronunciando una larga oracin.

    Es frecuente la digresin que lleva varias estrofas enlazadas: los dosejemplos citados, la Oda VIII, A la noche serena, c.9a. y tres siguien-tes con la enumeracin de las esferas de los astros; la Oda IX c.8a. hastala penltima inclusive, que presentan el paso de Ulises atado ante lasSirenas; la Oda X, c.8a. y dos siguientes (No ves cuando acontece/turbarse el aire todo en el verano?), con la descripcin actualizada dela lluvia sobre las casas y los campos; la Oda XVII, c.8a. a lia. , la tem-pestad en el mar; Oda XXI, c. Ha. a 14a., actualizacin del viaje de labarca que lleva el cuerpo de Santiago.

    En contadas ocasiones, que no sabemos cunto deben a la tradicinescrita de la poesa original de Fr. Luis, la imagen ilustrativa aparecebruscamente: Oda I, c.l4a. (La combatida antena/cruje, y en ciega nocheel claro da/se torna; al cielo suena/confusa vocera,/y la mar enriquecena porfa) '. As se crea una tensin potica muy extraa y sugerente

  • Germn Orduna

    entre esta estrofa y el resto de la composicin. La conocida Oda I, en laque, la evocacin del mundo sereno, suave y colorido de La Flecha matizay, a la vez, es centro de todo el poema, gana extraamente con el saltobrusco a la actualizacin del momento culminante de la tempestad enalta mar.

    Las digresiones parecen interrumpir el hilo de la exposicin; pero,salvo el caso de la tempestad en la Oda I, el poeta expresa de algunamanera que la insercin es intencional y cumple una funcin en la estruc-tura total. Unas veces aparecen expresamente articuladas con el pensa-miento central que se expone (Oda VI, c.9a. y ss.: Que la gentil seora/de Mgdalo...; Oda IX, c.8a. y ss.: Imita al alto griego/que, sabio, noaplic la noble entena/al enemigo ruego/de la falsa Serena, etc.). Esmuy frecuente que se destaque sintcticamente, el enlace de las estrofasque integran la digresin (Oda X, c.3a.: Entonces ver cmo...; c.4a.:Ver las inmortales...: de esta forma verbal dependen las estrofas 5a.,6a. y 7a.: (ver) por qu tiembla la tierra..., de d manan las fuen-tes..., las soberanas aguas (ver)..., y se retoma despus de tresliras, en la e l l a . : Y de all levantado/ver los movimientos eternales.Otro modo de destacar la digresin es enmarcndola al retomar ostensi-blemente una palabra o giro expresivo ipmediatamente anterior o queest al comienzo de la digresin (Oda XXI, e l l a . : A Espaa, a quienamaste/...tu cuerpo le enviaste... (viaje de la barca)..., c.l6a.: Y t,Espaa, segura...).

    Pero no es mi propsito hacer aqu una muestra de rasgos de estiloque no escapan a los frecuentadores de la poesa de Fr. Luis, sino destacarlos modos en que se inserta la digresin ornamental y ejemplificadora ycmo contrasta ostensiblemente con el resto de la meditacin o exhor-tacin.

    El tono eminentemente lrico con que Fr. Luis envuelve la exposicindidctica se impone de tal manera que oculta la distincin que estilsti-camente establece entre el modo de exponer lo doctrinal y los recursospoticos que deben acompaar a la enumeracin, la amplificacin y elejemplo. Afortunadamente nos ha dejado una muestra clara de esta dis-tincin en la Oda VIII, A la noche serena.

    Fr. Luis parte de una supuesta o autntica experiencia personaly de un particular estado de nimo; por tanto, la motivacin es presen-tada como eminentemente lrica: Cuando contemplo el cielo/de innume-

    1. Parece autorizar la intercalacin ex-abrupto la misma imagen, bruscamente intercalada,en la Oda XXII. vv. 81-88.

  • La poesa de Fray Luis de Len

    rabies luces adornado,/y miro hacia el suelo,/de noche rodeado,/en sueoy en olvido sepultado://el amor y la pena/ despiertan en mi pecho unansia ardiente;/ despiden larga vena/los ojos hechos fuente;/la lenguadice al fin con voz doliente: (ca. y 2a.).

    La oposicin cielo-suelo, que se da en la primera estrofa y a la que

    simbolizaremosc-s

    partes del poema.

    funcionar como frmula ordenadora de las distintas

    I R ] y U J Las dos liras que siguen |Rj y |_FJ introducen la reflexin filos-fica: Morada de grandeza,/templo de claridad y hermosura:/mi alma quea tu alteza/naci, qu desventura/la tiene en esta crcel, baja, oscura?//Qu mortal desatino/de la verdad aleja ans el sentido,/que de tu biendivino/olvidado, perdido,/sigue la vana sombra, el bien fingido?.

    La c.5a.' retoma la situacin inicial invirtiendo el orden el hombre-5"

    suelo-cielo: A'r6H7

    Las liras 6.a y 7.a ([R] j_Fj) reiteran lricamente, como exhortacindirigida a los hombres entregados al sueo, los mismos conceptos de lasliras 3.a y 4.a, y actualizan el ansia ardiente que el poeta declara enla c.2a.: Ay!, despertad, mortales!/Mirad con atencin en vuestro dao./Las almas inmortales,/hechas a bien tamao,/podrn vivir de sombra ysolo engao?//Hay!, levantad los ojos/a aquesta celestial eterna esfera:/burlaris los antojos/de aquesa lisonjera/vida, con cuanto teme y cuanto

    A1espera. Una vez reconocido el motivo inicial [c-sj, es posible advertircmo esa frmula antittica aparece ms o menos dibujada en cada unade las estrofas 3.a, 4.a, 6.a y 7.a, es decir, las que exponen la reflexinfilosfica o tema de la oda.

    La c.8a. vuelve al contenido de la 1.a estrofa con los trminos inver-tidos: suelo-cielo, A" : Es ms que un breve punto/el bajo y torpe

    s-c

    suelo, comparado/a aqueste gran trasunto,/do vive mejorado/lo que es,lo que ser, lo que ha pasado?.

    Hasta la c.8a. el poema muestra una estructura que reitera el motivo

    inicial Ic-sJ, y lo alterna con el desarrollo del tema, que es presentado

    22.

  • 338 Germn Orduna

    (c.3a. y 4a.) y amplificado por apostrofe (c.6a. y 7a.). En cuanto al tema,la composicin podra considerarse terminada; pero en su factura, no. Apartir de la c.9a. sobreviene una amplificacin descriptiva, que lleva cuatroestrofas (9a.-12a.), en la que nos detendremos ms adelante. La digresinpintoresca est enmarcada por el mismo giro, que aparece en el primerverso de la c.9a. y en el primero de la lira 13a., donde se retoma en formainterrogativa: Quien mira el gran concierto... (9a.)... Quin es elque esto mira... (13a.)?. La lira 13a. resume, luego de la descripcin, lafrmula de estructura (cielo-suelo) y los conceptos de la reflexin filo-

    -13-:

  • La poesa de Fray Luis de Len 3J9

    veremos finalmente, el signo relevante de estructura en el poema y, porello, su elemento esencial desde el punto de vista artstico.

    Ordenadamente, siguen seis estrofas, en las que alternan dos para lameditacin filosfica, una para la primera reiteracin del motivo esencial,dos para la actualizacin exclamativa de lo expresado en la meditacin, yuna para la segunda reiteracin del motivo esencial.

    La segunda parte de la oda es la amplificacin, por descripcin, de unode los elementos sealados en el motivo esencial: el cielo/de innumerablesluces adornado (e l ) . . . Morada de grandeza/templo de claridad y hermo-sura (c.3)... el cielo (c.5)... aquesta celestial eterna esfera (c.7)... aquestegran trasunto (c.8).

    La descripcin del cielo se desarrolla en dos grupos de cuatro y tresliras, respectivamente, separados por una estrofa, la 13a., que reitera yresume finalmente el motivo esencial y los de la meditacin filosfica:

    13 A'" R" F"

    La descripcin se inicia con el primer grupo de cuatro liras (9a.-10a.-lla.-12a.), en que se enumeran los planetas presentndolos con los atri-butos y nombres de los dioses de la mitologa pagana; tras ellos, el cielode las estrellas fijas (la muchedumbre/del reluciente coro...). La estrofa9a. nos vuelve a la situacin presentada en la primera: Cuando contemploel cielo/de innumerables luces adornado..., e l ; Quien mira el gran con-cierto/de aquestos resplandores eternales..., c.9. Las tres liras propia-mente descriptivo-enumerativas (10a.-11 a.-12a.) estn enlazadas sintcti-camente al sujeto de la c.9a. (Quien mira...) por el nexo cmo, dosveces expreso. El predicado correspondiente no se dar en este primermomento de la descripcin, sino en la estrofa 13a., de reiteracin y deresumen: Quien mira el gran concierto/de aquestos resplandores eter-nales,/su movimiento cierto,/sus pasos desiguales,/y en proporcin con-corde tan iguales://la luna cmo mueve/la plateada rueda, y va en posde ella/la luz do el saber llueve,/y la graciosa estrella/de Amor la siguereluciente y bella;//y cmo otro camino/prosigue el sanguinoso Marteairado,/y el Jpiter benino,/de bienes mil cercado, serena el cielo con surayo amado.//Rodase en la cumbre/Saturno, padre de los siglos de oro;/tras del la muchedumbre/del reluciente coro/su luz va repartiendo y sutesoro.//Quin es el que esto mira,/y precia la bajeza de la tierra,/y nogime y suspira/por romper lo que encierra/el alma, y de estos bienes ladestierra?.

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    El grupo final de tres liras destaca, separndola y amplificando, la pre-sentacin del Empreo, reino de la clarsima luz pura. La repeticin deladverbio aqu relaciona ntimamente este segundo grupo de estrofas. Lalira final es una exclamacin, en la que se describe el lugar supremo yeterno donde habita el Sumo Amor.

    Como en la Oda III , A la Msica, se ha cumplido un movimientoascensional; pero en la Oda a la noche serena, la elevacin se mantienealeteando indefinidamente en el final de exclamaciones arrobadas.

    Completando, el esquema total de la Oda VIII sera el siguiente:

    1Ac/s_

    2 |B :

    .

    3Rc

    4F

    5As/c

    I6: R-

    7F'c

    8A"s/c

    9 10-11-12A'" 6 - 6 - 6c

    13A"" R" F"c/s

    14-15-16A-A-A

    La descripcin amplificadora (4 + 3) est hbilmente montada sobre eleje de una continuacin de la reflexin filosfica (c.l3a.), que se iniciapor la repeticin (c.9a.) del motivo lrico inicial del poema.

    El esquema de estructura que hemos descrito es interesante por suconstruccin y por las observaciones que de ella pueden extraerse. Porqu este ordenamiento proporcionado de asuntos? Qu intencin ponede manifiesto?

    Fray Luis ha separado claramente, por el asunto y el estilo, las ochoestrofas iniciales y la 13a., de las estrofas dedicadas a la descripcin.

    La lengua, siempre selecta y musical, es artificiosamente llana y des-nuda de imgenes visuales o coloridas en la primera parte, donde predo-mina la reflexin filosfica y la intencin admonitoria; lo mismo decimosde la c.l3a., en la que la reflexin y la admonicin se reiteran en elcentro de la digresin descriptiva. La mitologa y el ornato de las im-genes visuales, en cambio, se condensan en los dos grupos de liras enque se cumple la descripcin amplificadora. El poeta cumple aqu, cons-cientemente o por tradicin, con las normas establecidas en las Artespoticas medievales. A la exposicin doctrinal o cientfica corresponda unaexpresin breve, recta, desnuda de ornato, intrincada quizs en su con-densacin o reiterativa en las repeticiones con que se pretenda aclarar ofijar los conceptos. Se entenda que la enseanza deba estar en el conte-nido expuesto; el deleite y la emocin, en cambio, se daban en la forma2.

    2. Una distincin de este tipo en el plano expresivo, es la que preocupa a don JuanManuel en muchos lugares del Libro de los estados y especialmente en El Conde Lucanor.

  • La poesa de Fray Luis de Len )4l

    Cuando se buscara conmover el nimo y halagar la sensibilidad, podranintercalarse, o agregarse, los ornatos propios de la literatura amena: lostropos y figuras de pensamiento, entre los que tenan especial parte losprocedimientos de amplificacin, a saber: la interpretacin y exposicin,la perfrasis, la comparacin, el apostrofe, la prosopopeya, la digresin, ladescripcin y el desarrollo por oposicin.3

    Las odas de Fray Luis corresponden al estilo sublime de las Artesmedievales y, por tanto, debe predominar en ellas el estilo elevado, gran-dioso por la profundidad del pensamiento y el tono; pero condensado yeconmico en sus recursos. El estilo sublime poda acudir al ornato y loscolores retricos del estilo medio; pero con mesura, como si no se los bus-cara, de modo que, en conjunto, no se imponga la impresin de estarornamentado y parezca conmover solamente por su fuerza expresiva.

    El esquema de estructura puede parecer artificiosamente armado pornuestro anlisis; pero bastar recordar el virtuosismo artstico desarrolladopor las Artes praedicandi, cuya enseanza pas, como refinado arte deconstruir, a la literatura en latn y en vulgar de la Baja Edad Media yprimer Renacimiento.

    El sermn medieval tena la misma cuidadosa y complicada trabaznde la arquitectura de una catedral o de las variaciones de una composicinpolifnica. El creador y el espectador medievales hallaban una bellezaespecial en el desarrollo de los diversos temas, en el cuidado de las tran-siciones y en el logro de admirables correspondencias entre las diversaspartes.4

    Una construccin digna de la mejor tcnica literaria derivada de lasArtes praedicandi es la que ha logrado Fray Luis de Len en la composi-cin que analizamos.

    Pasemos al asunto elegido para la amplificacin descriptiva: Fray Luisve al cielo estrellado como templo, como trasunto o espejo que manifiestaun orden y un poder supremo. Pero no son astros, sino dioses los que seenumeran en las coplas 10a., l ia . y 12a.; dioses que son como el almade esos planetas (La luna cmo mueve/la plateada rueda...) y a losque se alude en bellas perfrasis (la luz do el saber llueve,/y la graciosaestrella de Amor...) o se nombra con adjetivacin cuidada (sanguinosoMarte airado... Jpiter benino... Saturno, padre de los siglos de oro).

    3. Vase lo que sobre estos procedimientos se dice en el clsico tratado de E. Faral, LesArts Potiques du XII' et du XIII" sicles, Paris 1924 (1962), pp. 48-103, y en Edgar deBruyne, Estudios, de esttica medieval, Madrid 1958, t. I, pp. 235-236, 249-250.

    4. Edgar de Bruyne, o. c, t. II, pp. 58 y ss.

  • 342 Germn Oruna

    Se ha sealado muchas veces la fuente que Fray Luis sigue en estasestrofas: el Somnium Scipionis, 4-17 3. Podramos decir ms, la motiva-cin lrica de la Oda VIII, expuesta en la c a . , que hemos simbolizado

    A1[c/sj, est ntimamente relacionada con el comienzo del momento citadodel Somnium, cuando Escipin Emiliano es amonestado por su abuelo, pormantener con insistencia su mirada sobre la Tierra descuidando la grandezade los astros, y con esto se introduce la descripcin del sistema planetariosegn el orden que Macrobio en su Comentario atribuye a los caldeos. ElAfricano dice: hasta cundo estar tu atencin fija en la Tierra, y elpensamiento de Fray Luis podra resumirse as: Que los mortales contem-plen la belleza del cielo estrellado, trasunto del Sumo Bien y del SumoAmor y predicen as la bajeza de la Tierra. La estructura toda de la OdaVIII se dispone sobre la reiteracin de la anttesis cielo/tierra = suelo.Enriquecido el pensamiento por la ideologa neoplatnica y cristiana, sinembargo, en el germen de la Oda VIII est el famoso fragmento de Ci-cern. Que esto es as nos lo aseguran la situacin lrica inicial y el asuntoelegido para la amplificacin. Tanto en el Somnium como en a Oda VIII,la voz admonitoria de un ser que est ubicado en alto (el Africano-FrayLuis) insta (a Escipin Emiliano-a los mortales) a dejar la preocupacinpor los asuntos terrestres y remontarse a la contemplacin de los astros.

    En la Oda VIII, las liras 3a. a 8a., inclusive, desarrollan las variacio-nes de este motivo en distintos procedimientos de amplificacin (invo-cacin, interrogacin, apostrofe). En el fragmento de Cicern y en la Oda,a la admonicin inicial amplificada en la Oda, sigue una digresindescriptiva, en la que se enumeran las distintas esferas: las de cadaplaneta y la de las estrellas fijas, que envuelve a todas las otras. El ordende presentacin es el mismo; pero el sentido es inverso. El Africanocomienza por la esfera de las estrellas fijas y sigue por Saturno, Jpiter,Marte, el Sol, Venus, Mercurio, la Luna, y, finalmente, la Tierra en el

    5. Quam cura magis intuerer, "quaeso", inquk Africanus, "quousque humi defixa tuamens erit? nonne aspcs quae n templa veneris? novem libi orbibus vel potius globis conexasunt omnia, quorum unus caelestis est, extumus, qui reliquos omnes complectitur, summus ipsedeus arcens et continens ceteros; in quo sunt infixi lli qui volvuntur stellarum cursus sempiterni.cu subiecti sunt septem qui versantur retro contrario motu atque caelum. ex quibus summumglobum possidet illa quam in terris Saturniam nominant; deinde est hominum generi prosperuset salutaris lie fulgor qui dicitur Iovis; tum rutilus horribilisque terris quem Martium dicitis;deinde subter mediam fere regionem Sol obtinet, dux et princeps et moderator luminum reli-quorum, mens mundi et temperatio, tanta magnitudine ut cuneta sua luce lustret et compleat.hunc ut comits consequuntur Veneris alter, aher Mercurii cursus, in infimoque orbe Luna radiisSolis accensa convertitur. infra autem iam nihii est nisi mortaie et caducum praeter nimosmuere deorum hominum generi datos; supra Lunam sunt aeterna omnia. nam ea quae est mediaet nona, Tellus, eque movetur et nfima est, et in eam ferunlur omnia nutu suo pondera"{Somnium Scipionis, 4-17, ed. de Alessandro Ronconi, Firenze 1967).

  • La poesa de Fray Luis de Len 343

    centro. Fray Luis, que como yo lrico se supone en alto, pero sobre laTierra, sigue el orden inverso o ascendente en su contemplacin, y nomenciona al Sol. En ambos textos, la adjetivacin ha sido cuidadosamenteescogida (...deinde est hominum generi prosperus et salutaris ille fulgorqui dicitur Iovis; tum rutilus horribilisque terris quem Martium dicitis......el sanguinoso Marte airado,/y el Jpiter benino....

    La Edad Media, siguiendo a Tolomeo, admitir una esfera o cielo msexterno an o sobre los otros: el Cristalino o Primer Mvil6. Fray Luisno lo dice expresamente; pero el poema se cierra con tres liras destinadasa la exaltacin exclamativa del reino o esfera del Amor sagrado que, enprincipio, parece identificado con el cielo todo 7; pero luego, en la estrofafinal, se presenta como un locus amoenus, Campos Elseos, lugar debienaventuranza eterna, por encima o exterior a las otras esferas.

    Ahora podemos intentar una explicacin de la estructura que FrayLuis dio a la extensa digresin amplificatoria y descriptiva: dos gruposde tres liras cada uno (lOa.-lla.-12a./14a.-15a.-16a.) enmarcados y separa-

    ndos, en orden de jerarqua ascendente, por las estrofas 9a.-[c J- y 13a.-\"" R" F |_ c/s J: el. primero de esos grupos est dedicado a la enumeracinde los planetas como dioses que animan, con diversos efectos para losmortales, cada una de sus respectivas esferas; el segundo, es el reinosupremo, eterno e inmvil, del Amor sagrado, que, a su vez, rige y en-cierra las esferas todas del Universo.8

    La separacin en dos grupos simtricos era necesaria para manifestar,en una visin jerarquizada, la necesaria separacin entre el mundo de los

    6. Alberto Magno hace una resea de las diferentes opiniones sobre la cantidad de lasesferas celestes en De celo et mundo, L. II, tract. III, cap. XI: omnes antiqui usque adtmpora Ptolemae consensisse videntur quod sphaeras fuerunt octo, quarum superior sit sphaerastellarum fixarum et secunda Satumi et... Ptolemaei sententiae autem... est quod decem suntorbes coelorum. En el poema enciclopdico De Vetula, L. III, vv. 156-173, se da el mismoorden de esferas que el que maneja Fray Luis y al llegar al noveno cielo dice: At nonumcelum, quantum ad nos, ordine primum, / Quantum ad naturam, dictum quoque mobile pri-mum. / Nullum corpus habet, sed lux diffusa per ipsum. (De Vetula, III, vv. 171-173, ed. deDorothy M. Robathan, Amsterdam 1968).

    7. El ter-cielo entendido como la divinidad misma es concepcin muy antigua. As! Lac-tancio en su Divinarum Institutionum, L. I, 5, 19, dice: Cleanthes et Anaximenes aethera essedicunt summum deum.

    8. Las tres liras dedicadas a la presentacin de los planetas-dioses estn enlazadas sintc-ticamente por constituir el sujeto de una oracin que queda interrumpida y se retoma e integraen la c. 13a., sntesis temtica de la exhortacin. Las tres liras finales, que culminan el tonolrico y completan la descripcin del Universo con el ter-cielo cristalino residencia del SumoAmor, estn vinculadas por la reiteracin del adverbio aqu, procedimiento eficaz para lograrla actualizacin del momento, lo que el poeta consuma hbilmente mediante las exclamacionesarrobadas y ponderativas que cierran el poema.

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    cuerpos celestes-dioses y el Universo, que es templo y manifestacin deDios uno, regidor, en su divina Providencia, de todo lo creado.

    La idea del Universo que nos manifiesta la estructura de la amplifica-cin descriptiva de Fray Luis es la misma que nos sintetiza Dante en elverso del Paraso: l'amor che move il sol e l'altre stelle.

    Queda an por tratar un recurso muy frecuente en la poesa originalde Fray Luis y es el de la alusin a los dioses de la mitologa clsica.

    Sabemos que la Edad Media conoci la mayor parte de las historiasde la mitologa grecolatina, y que, en los primeros siglos, se vivi la luchaentre la refutacin de las creencias paganas y, por consiguiente, de la mi-tologa 9, y la posibilidad de aceptar esas historias explicndolas a la ma-nera de Euhemero l0 o interpretndolas alegricamente como manifestacio-nes de verdades ocultas tras la ficcin del mito ". De ambas maneras lasacept en general la Edad Media y as las vemos incorporadas a una obratan representativa como la General Estoria, de Alfonso el.Sabio.

    La autoridad de la obra de Tolomeo y la aceptacin generalizada de laAstrologa determinan que el mismo Santo Toms de Aquino, en la Summacontra Gentiles, L.III, donde estudia el orden con que las crea turas serefieren a Dios y se dirigen a El como a su ltimo fin (especialmentecaptulos LXXXIV a XCII), exponga sobre el problema de la influenciade los astros en la voluntad y en el entendimiento. Demuestra que esainfluencia es imposible; sin embargo, reconoce que los cuerpos celestesmueven y disponen los cuerpos inferiores (cap. LXXXI) y lo que per-tenece 1 las cosas corporales, ya sea interiores o exteriores, que vienenal uso del hombre, son dispensadas por Dios mediante los ngeles y loscuerpos celestes (cap. XCI).

    9. Recordemos entre los textos ms conocidos: M. Minutius Flix, Octavias, cap. XXII(Migne, Patr. Lat., III, 319-322), Tertulianus, Apologtica ad nationes, L. II, 594 (Migne,Patr. Lat., I, 666), San Agustn, Civ. Dei, VIII, 26, IX, 16, y XVIII, 12 a 21. Lactanciorefuta el error de llamar dioses a los astros y estrellas en Divinarum Institutionum, II, cap. 5(Migne, Patr. Lat., VI, 276-277); en el L. I, al citar el rapto de Europa y de Ganimedes, exponesu opinin sobre la obra de los poetas en la creacin de las historias de la mitologa: Nonergo ipsas res gestas finxerunt poetae; quod si facerent, essent vanissimi: sed rebus gestis addi-derunt quemdam colorem. Non enim obtrectantes illa dicebant, sed ornare cupientes... cumofficium poetae sit in eo, ut ea, quae gesta sunt ver, in alias species obliquis figurationibuscum decore aliquo conversa traducat... (ibid., 171-172),

    10. Lactancio hace la mejor exposicin patrstica de la teora sostenida por Euhemero tressiglos antes de Cristo y recogida por Ennio (cf. J. D. Cooke, Euhemerism: A mediaeval Inter-pretation of classical Paganism, Speculum, II [1927], 396-410).

    11. San Jernimo y San Agustn tratan frecuentemente de la interpretacin de las fbulasy metamorfosis de los dioses. Con Servio, en su Comentario a Virgilio, y especialmente con lostres libros de las Mitologiae de Fabio Fulgencio, la mitologa se carga de ideales ticos quesirven a cristianos y paganos. Obras enciclopdicas muy ledas como las de San Isidoro y RbanoMauro contienen largas disertaciones sobre asuntos mitolgicos. Por San Isidoro, Macrobio yFulgencio este modo de interpretacin llega al siglo xv.

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    Para un poeta renacentista, pero adems religioso agustino y exegeta,era posible la deleitosa aparicin de los dioses paganos en un poema casireligioso, si ellos ocupaban un lugar perfectamente acotado y jerarquizadoen la estructura del poema: la influencia de los espritus que rigen esosplanetas sobre los hombres y el mundo material es reconocida en la cui-dada asignacin de atributos y efectos; pero, sobre el mundo astral, pe-netrndolo y dominndolo todo como la luz y el ter mismo, est Dios-Sumo Amor, cuyo templo es el Universo.

    Conociendo esta visin csmica, que apenas se desva de la medieval, yla interpretacin alegrica posible, no puede asombrarnos la coexistenciadel Jpiter benino, de bienes mil cercado, que serena el cielo con surayo amado, con el Amor sagrado, de glorias y deleites rodeado; por-que el primero no es ms que la manifestacin accesible al hombre, deun poder superior, que es totalmente indescriptible e inexpresable.

    Fray Luis de Len es, sin duda, un claro ejemplo de escritor renacen-tista. Por su crtica y renovadora en la consideracin de los textos bblicos,por la fervorosa defensa y cultivo ponderado de la lengua vulgar, por laexquisita adaptacin de los recursos expresivos de la poesa del renaci-miento italiano.

    El estudio pormenorizado de la Oda VIII nos ha ido manifestando laconvivencia de elementos y rasgos que, en general, son atribuidos al Rena-cimiento, con procedimientos y concepciones que tuvieron amplia vigenciaen la literatura medieval. No pretendemos aqu separar tajantemente unosde los otros, apartndolos como elementos puros; sino, por el contrario,destacar esa coexistencia de procedimientos de tcnica literaria y de con-cepciones medievales con otros rasgos que lo muestran como un calificadocontinuador de la obra de Garcilaso. Con ello pretendemos allegar algunosmateriales para el mejor conocimiento y caracterizacin del movimientorenacentista en la Espaa del siglo xvi.

    La forma potica elegida, el hondo lirismo, el manejo de la versificaciny del lenguaje potico corresponden a un poeta que conoce, traduce eimita tanto a los clsicos grecolatinos como a los poetas italianos de sutiempo. Junto a estos rasgos aparece la implcita distincin de estilos yprocedimientos en lo que corresponde a la exposicin doctrinal y a losfragmentos ornamentales; distincin que contina la teora elaborada enlas Artes poticas medievales. Tambin es de sostenida tradicin medievalel cuidado que se revela en la estructura dada a las poesas originales y,especialmente, al poema analizado, alarde tcnico que ya se aconsejabay enseaba en las Artes praedicandi, desde el siglo xi.

  • 346 Germn Orduna

    Por el asunto elegido visin del Universo y la enumeracin cali-ficada de los planetas, la Oda VIII se vincula a la tradicin del SomniumScipionis. Sabemos que el fragmento de Cicern fue conocido a travs delfamoso Comentario de Macrobio. Utilizado frecuentemente en la EdadMedia, es divulgado por la imprenta en la segunda mitad del siglo xv n.De este modo, la tradicin medieval del texto de Macrobio se continusin interrupcin en el Renacimiento. Pero la posibilidad de sealar estafuente para la oda de Fray Luis no significa en s un elemento de perdu-racin medieval; por el contrario, la enumeracin de los planetas se cum-ple con un claro propsito esttico y, por tanto, alejado del didactismomedieval, que se manifiesta en el modo de realizacin de las imgenesvisuales y en la adjetivacin cuidada.

    La enumeracin de los planetas es frecuente en la literatura patrsticaas como en las enciclopedias medievales13; pero la intencin con que selos menciona es puramente didctica y sus nombres tienen slo un valorastrolgico; son espritus, a veces demonacos, que animan los cuerposcelestes, y de los dioses de la mitologa potica de la antigedad conservanslo el nombre H. Por el contrario, el modo con que Fray Luis elabora yexpone ese trozo amplificatorio manifiesta que su realizacin tuvo un pro-psito puramente ornamental y es as muestra clara de una actitud rena-centista. No lo es, en cambio, la funcin reservada al trozo dedicado a losplanetas en la estructura total del poema y el modo con que se articula,dentro de la segunda parte, con las tres liras finales.

    Los procedimientos expresivos se han renovado y enriquecido al seguira los modelos y cnones del Renacimiento; pero el mtodo de escribirpoesa corresponde al patrimonio de una secular tradicin de tcnica lite-raria y el pensamiento sigue fiel a una acendrada cosmovisin cristiano-medieval.

    GERMN ORDUNAUniversidad de Buenos Aires

    Investigador del Consejo Nacionalde Investigaciones Cientficas y Tcnicas

    12. Recordemos el Macrobius in Somnium Scipionis et Saturnalibus, Venecia 1472. Cf. PaulLehmann, Erforschung des Millelalters, t. IV, Stuttgart 1961, p. 347).

    13. Vase nota 11.14. El mismo Fray Luis, en la Oda IV, En el nacimiento de doa Tomasina, hace una

    mencin ordenada de los planetas (Jpiter-Venus, Saturno-Marte, Sol, Apolo), con la que en-riquece la imagen dinmica del descenso del alma de la nia desde las altas esferas celestiales ala Tierra. Los dioses imperan en su rueda y cada uno da o desva sus atributos. Son dioses quese aproximan mucho a los dioses astrolgicos medievales.

    InfoAIH: AIH. Actas IV (1971). La poesa de Fray Luis de Len: persistencia de la concepcin del mundo y de precedi...