Fue Clark L Hul Un Psicologo Cognitivo?

download Fue Clark L Hul Un Psicologo Cognitivo?

of 10

description

Fue Clark L Hull- Un Psicologo Cognitivo?

Transcript of Fue Clark L Hul Un Psicologo Cognitivo?

  • 13Fue Clark L. Hull un psiclogo cognitivo?

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    Fue Clark L. Hull un psiclogo cognitivo?*

    Fernando Gabucio**Universidad de Barcelona

    REVISTA DE HISTORIA DE LA PSICOLOGA 2009: Publicacions de la Universitat de Valncia2009, vol. 30, nm. 1 (marzo) 13-22 Valencia (Espaa). ISSN: 0211-0040

    Clark L. Hull ha venido recibiendo, en la historiografa de la psicologa, un trata-miento que lo cataloga y de ne como uno de los representantes ms sobresalientes del neoconductismo. Su obra habra sido la de un terico del aprendizaje, pero la poca de su desarrollo habra correspondido con una fase del desarrollo de las ideas conductistas ms abierta, en discusin permanente con otras orientaciones tericas, conductistas y no conductistas, menos propagandista y dogmtica que el conductismo clsico, y a la vez tambin ms so sticada desde un punto de vista terico. Hull habra desarrollado la versin terica ms compleja y elaborada de los mecanismos y principios del apren-dizaje. La obra de Gondra objeto de este comentario no parece que se proponga una reconsideracin absolutamente radical de esas ideas acerca de la obra y la gura de Hull y de su signi cado histrico. Pero s parece proponerse, a travs de un detallado estudio de fuentes singularmente signi cativas, y no explotadas hasta la fecha, una profundizacin sistemtica en el desarrollo de sus ideas e investigaciones psicolgicas que vaya ms all del clich que la historiografa previa puede habernos legado. El libro que comentamos no es una monografa meramente descriptiva sobre Hull. En lugar de eso, es un anlisis con perspectiva e intencin. El propio ttulo del libro as parece anunciarlo. Mecanismos asociativos del pensamiento: del pensamiento? Acabamos de decir que Hull viene siendo considerado como un investigador y un terico del aprendizaje. Acaso el neoconductismo lleg a hacer suyo el estudio del pensamiento como objeto de investigacin? No se trataba precisamente de que el conductismo haba

    ** Resea de J. M. Gondra (2007): Mecanismos asociativos del pensamiento. La obra magna inacabada de Clark L. Hull. Bilbao: Descle de Brouwer (471 pginas).

    * Correspondencia: Departament de Psicologia Bsica. Facultat de Psicologia. Edi ci de Ponent. Pg. Vall dHebron, 171. 08035 Barcelona. E-mail: .

  • 14 Fernando Gabucio

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    logrado centrar la investigacin psicolgica en la conducta mani esta, eliminando el estudio de los procesos inobservables a los que, sin duda, pertenecera el pensamien-to de la agenda de la psicologa? El subttulo del libro, fundamental, no hace ms que agregar una pequea pero efectiva dosis de provocacin: la obra magna inacabada de Hull tuvo que ver con la investigacin del pensamiento? Entonces, hay un Hull oculto, desconocido u olvidado que hizo o quiso hacer del estudio del pensamiento su obra magna? Si fue as, si hay evidencia histrica rme para sostener tal posibilidad... podran cuestionarse algunas ideas recibidas. Por ejemplo, quiz la continuidad entre conductismo y neoconductismo (al menos el de Hull) no fue tan signi cativa como solemos asumir; quiz, y tambin contrariamente a lo que suele creerse, la continuidad terica e histrica entre neoconductismo y psicologa cognitiva es mayor de lo que generalmente se supone (un golpe contundente a la tan cacareada idea de un cambio de paradigma entre conductismo y psicologa cognitiva).

    Lo primero que seguramente debe destacarse de este libro, como hace el propio autor, son sus fuentes. Gondra ha trabajado con un material histrico del mximo inters de cara a reconstruir el desarrollo de las investigaciones de su personaje objeto de estudio. Se trata de una rica coleccin de Libros de Ideas que Hull elabor a lo largo de toda su vida profesional, y que utiliz, simultneamente, como una especie de laboratorio terico, de diario de investigaciones, de ejercicios re exivos de lecturas, de plani cacin de experimentos, y tambin, y mucho, vistas las abundantes citas de ese tenor que se recogen en el libro, de expresin de ambiciones tericas personales. Como puede suponerse, estudiar unas fuentes como sas hace posible entrar en los reductos ms ntimos de alguien que ha dejado huella en la disciplina, y reconstruir la gnesis y desarrollo de una teora desde dentro, desde el ncleo mismo del pensamiento de su autor (Gondra, op. cit., p. 14). Y stas son poderosas razones, y un poderoso soporte, para llegar a las conclusiones a las que haya que llegar, y para defender las tesis que haya que defender. La tesis de Gondra, siempre muy prxima a esas privilegiadas fuentes, es clara desde la introduccin (en realidad, desde el ttulo del libro): Hull haba expresado en 1933 que su mxima ambicin era la de desarrollar un cuadro de los procesos mentales superiores avalado por una vigorosa serie de investigaciones experimentales. Eso quedaba consignado a media carrera profesional, pero antes, ya en 1916, con 32 aos (haba llegado a la psicologa a los 27), en el curso de su doctorado, haba expresado que Ahora parece casi seguro que ser un psiclogo puro... Debo proponerme una tarea limitada e intentar convertirme en la mxima autoridad... El tema ser la psicologa de la abstraccin y la formacin de conceptos, y quiz, en lti-mo trmino, del razonamiento. Pero es que despus de la publicacin de Un sistema de conducta, en 1952, poco antes de su muerte, retoma ese inters y trata de volver a su perenne propsito. Parece, por tanto, haber una constancia en la ambicin terica de Hull desde sus inicios hasta el nal de su carrera. Mostrarlo es el objetivo del libro

  • 15Fue Clark L. Hull un psiclogo cognitivo?

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    de Gondra. Se distinguen, no obstante, cuatro grandes bloques temticos en el con-junto de la obra de Hull: los dos primeros seran sus contribuciones a la psicometra y sus experimentos sobre hipnosis y sugestin; el tercer gran apartado, el dedicado a la teora de la conducta, constituira aqul con el que ha venido a nutrirse su reputacin histrica como neoconductista y el que ms reconocimiento le ha valido; el cuarto apartado, el menos conocido de todos, sera el compuesto por las diversas investi-gaciones que trataron de apuntar a esos procesos mentales superiores, ocupndose de procesos de categorizacin, razonamiento y solucin de problemas, y que deban haber constituido, sta es la tesis del libro de Gondra, la obra magna de Hull. De manera que los Principios de Conducta (1943/1986) no son ms que el primer volumen de una triloga en el que (...) se proponen las leyes o principios generales de la conducta de los mamferos superiores (op. cit., p. 26). El segundo volumen de esa triloga sera Un Sistema de Conducta (1952), que contiene una teora revisada de las formas ms complejas del aprendizaje. El tercer volumen de esa triloga parece que deba haber sido aqul en el que efectivamente acabase cobrando vida una teora de los procesos mentales superiores. Pero la fecha de la muerte de Hull lo habra impedido.

    El relato de Mecanismos asociativos del pensamiento se presenta ordenado crono-lgicamente en su mayor parte. Los muchos aos que Hull se mantuvo escribiendo sus Libros de Ideas lo hacen posible. Por otra parte, al ser esas fuentes un registro tan continuo de los procesos de investigacin y de estudio y re exin, es posible elaborar una pormenorizada descripcin que avanza casi da a da, paso a paso, al hilo de los avances de su autor. Esto proporciona una narracin sumamente detallada, pausada y continua de sus progresos, evoluciones, y tambin de los vaivenes, tericos. A la vez, la reconstruccin que se hace no se limita a seguir el hilo de esos materiales privados. Establece continuamente, y a lo largo de todo el libro, conexiones entre la re exin privada de Hull, escrita bsicamente para l mismo, y los artculos y libros efectiva-mente publicados en que se condensa y se difunde el trabajo terico y emprico del investigador. Esa es sin duda otra de las cualidades de la reconstruccin histrica que se acaba ofreciendo.

    Pero no todo el libro sigue una nica secuencia cronolgica. Los captulos nales, el 9 (Los hbitos simblicos del pensamiento) y el 10 (Razonamiento y resolucin de problemas), vuelven al inicio de la historia y reconstruyen largamente y en primer lugar los antecedentes de las elaboraciones tericas de Hull respecto de los temas a los que dan ttulo esos captulos. Ese es un rasgo que me parece importante para la estructura argumentativa del conjunto del libro. Los captulos en los que s rige un relato continuo y cronolgicamente organizado van desde el primero hasta el octavo. En el primero se trazan los Orgenes intelectuales de Hull, su formacin, alguna experiencia que luego iba a alimentar su curiosidad con respecto a la hipnosis y la su-gestin, el paso desde la ingeniera a la psicologa, la llegada a Michigan y el contacto

  • 16 Fernando Gabucio

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    con Pillsbury y su Psicologa del razonamiento, la relacin con el tema de los dbiles mentales. Cuando va fragundose su de nicin inicial como investigador, los temas de la conceptuacin y del razonamiento ocupan un lugar importante desde el principio. Una de las mltiples expresiones de inters en esas cuestiones, que Gondra va hilando y sobre las que va construyendo su descripcin y el argumento del libro, puede resultar oportuna aqu (es una entrada del 5 de marzo de 1916; op. cit., p. 67):

    Parece que la mayor necesidad de la ciencia del presente es crear un conocimiento experimental y cient co de los procesos mentales superiores. Naturalmente esto es extraordinariamente difcil, debido a la complejidad del tema. Este hecho me brinda una oportunidad extraordinaria, porque me permitir utilizar al mxi-mo mi ingenio natural para disear experimentos y aparatos. Si se cumple mi promesa presente, puedo tener el campo slo para m, como hizo Ebbinghauss en el caso de la memoria. Pero en contraste con Ebbinghauss, estoy iniciando la cosa cuando soy joven, mientras que l comenz con la memoria (creo) a una edad bastante madura.

    Pero si en ese primer captulo asistimos a la aproximacin de Hull a una psicologa de los procesos cognitivos, como se dice en el libro, el contenido del segundo captulo no puede ms que reforzar y a anzar la imagen de un Hull tentado por los procesos cognitivos. Como es sabido, su tesis doctoral se ocup de La formacin de conceptos. La tesis es analizada detalladamente en su contenido y planteamientos, y con respecto a sus fuentes de inspiracin, tanto en un sentido ms tcnico como en cuanto a los aspectos tericos. De hecho, uno de los rasgos constantes del conjunto del libro es su extremada precisin, detalle y concrecin a la hora de ir sealando las fuentes diversas que se entretejen casi a cada paso en la evolucin terica de Hull. La actividad cient ca sin duda requiere el tipo de ingenio natural para disear experimentos y aparatos al que se refera el propio Hull en la cita anterior, pero contemplada desde un punto de vista histrico no cabe duda de que es tambin en un grado enorme el fruto del entrecruzamiento del trabajo de mltiples agentes. Aunque Gondra se desmarca en el prlogo del libro de ciertas posiciones que, dice, corren el riesgo de reducir la historia a la sociologa de la ciencia, lo cierto es que en conjunto su trabajo puede ser ledo como un excelente ejemplo de anlisis continuo de las in uencias concretas, directas, y mltiples que afectan a cada toma de posicin terica, a cada diseo experimental, a cada crtica y, en de nitiva, a toda la actividad cient ca.

    El captulo dedicado a la tesis acerca de la formacin de los conceptos acaba trazando las coordenadas funcionalistas del trabajo de Hull y analizando muy parti-cularmente tanto la in uencia de Thorndike como la de de James adems de notar, por ejemplo, dos omisiones muy signi cativas en las referencias de Hull, la de Watson y la de Titchener.

  • 17Fue Clark L. Hull un psiclogo cognitivo?

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    En el tercer captulo (Re exiones en medio de la praxis) se reconstruyen los tra-bajos de Hull dedicados tanto a los tests de aptitudes como a la hipnosis. Pero, siguiendo el hilo de los Libros de Ideas, se hace patente que no se trata de un Hull tan distinto al de la tesis. No ha abandonado sus preocupaciones y disquisiciones con respecto a los procesos mentales superiores. As, aunque por una parte se adhiere a la idea de que la conciencia es un fenmeno marginal que no in uye en la conducta (el epifenomenismo de Huxley), a la vez est interesndose por la relacin entre conciencia y lenguaje y tambin consignando en sus Libros de Ideas sus propias introspecciones con respecto a procesos de razonamiento y solucin de problemas, en discusin y reelaboracin de algunas observaciones de James. Por otra parte, el trmino conductista no aparece en los Libros de Ideas hasta el ao 1922 seala Gondra (op. cit., p. 140). Y las anotaciones de ese momento no expresan precisamente una muy buena consideracin del trabajo de Watson, que era visto ms bien como un propagandista desprovisto de base terica que se haba limitado a difundir en Norteamrica los mtodos de Bechterev y otros extranjeros (op. cit., p. 141).

    Los aos 1924 y 1925 fueron cruciales para Hull, dice Gondra (op. cit., p. 175). Efectivamente, se opera entonces una curiosa transformacin que es la que se recoge en el captulo 4 (Razonamiento, gestalt y conductismo, tres trminos que vienen a sintetizar muy bien la encrucijada en la que se encuentra Hull y buena parte de la psicologa de la poca). Hull organiza en 1924 un seminario sobre el razonamiento (que tiene como un eje fundamental la Psicologa del razonamiento de Rignano). Eso contina denotando su persistente inters en formular y avanzar en la indagacin de un asunto que viene interesndole desde antiguo. En 1925 organiza otro semina-rio, esta vez sobre el conductismo, concebido como una primera aproximacin a las distintas teoras conductistas (op. cit., p. 145). Parece ser que es en esa encrucijada donde se decide un rumbo rme que organizar y encauzar a la vez tanto los intereses tericos y de investigacin como las ambiciones personales de Hull para los siguientes aos. Con las palabras de Gondra, este seminario marc un punto de in exin en su evolucin intelectual, porque fue entonces cuando decidi adoptar el punto de vista conductista en su explicacin de los procesos mentales superiores (op. cit., p. 145). El tercer ingrediente de esa autode nicin personal vendra dado por el impacto en los Estados Unidos de los trabajos de los psiclogos de la Gestalt. Esas nuevas propuestas tericas parecen acabar de dar el punto de antagonismo que toda empresa asumida con determinacin parece necesitar. Una anotacin de 1926 parece sintetizar y expresar mejor que ninguna otra la de nicin del trabajo por realizar (op. cit., p. 146):

    Nuestro problema es construir una teora conductista del razonamiento. Desde otra perspectiva, intentar responder a la pretensin gestaltista de que la asociacin no puede explicar ninguna inferencia. Elaborar desde una perspectiva conductista el principio asociativo que est en la base del razonamiento y las inferencias.

  • 18 Fernando Gabucio

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    A mi modo de ver, en los siguientes cuatro captulos lo que encontramos es funda-mentalmente al Hull neoconductista, el que desarrolla la empresa de elaboracin terica ms so sticada de esos aos respecto de los principios del aprendizaje, el clsico, por as decir, el que nos ha legado la historiografa precedente. O, como deca Gondra al comienzo del libro, el que desarrolla la parte ms conocida, y reconocida, del conjunto de su obra. La decantacin terica (y muchsimo trabajo) da sus frutos.

    El captulo 5 (Un sistema de psicologa mecanicista) describe y reconstruye el proceso de de nicin de rumbo al que me refera. Empiezan a fraguarse algunas ideas que estn tomadas de la teora precedente con respecto a los procesos mentales superiores, pero en trminos mecanicistas un compromiso epistemolgico que segura-mente Hull haba adoptado mucho antes pero que vena conviviendo con sus intereses acerca de los procesos cognitivos. Muestra de esa simbiosis son, por ejemplo, la idea del propsito como estmulo persistente, la nocin de jerarquas de familias de hbitos para la explicacin de las conductas de insight, o la rede nicin de la abs -traccin conceptual en trminos de jerarquas asociativas. En cualquier caso, la pretensin de una obra magna sobre procesos superiores sigue viva, y de ello dan cuenta tambin algunos ttulos previstos para coronar tal realizacin: Psicologa de los procesos del pensamiento, psicologa de los procesos del pensar, mecanismos del pensamiento, mecanismos de la mente, mecanismos mentales... (op. cit., p. 203).

    El ttulo del captulo 6 del libro de Gondra no puede ser ms de nitorio de la evolucin que est describindose: Del pensamiento al aprendizaje. La obra magna no acaba de ser sobre el pensamiento, porque, con el paso del tiempo, sus intereses fueron derivando hacia la teora sistemtica del aprendizaje. La lectura de Re ejos condicionados de Pavlov parece que fue determinante en ese redireccionamiento. Y, en el relato de ese captulo, tambin lo fueron las respuestas que encontr a la difusin de sus trabajos. En este punto el esquema explicativo es sencillo y reconocible, y se puede resumir as: los trabajos publicados de Hull en que se adentraba en cuestiones ms cognitivas parece que fueron objeto de desdn y descon anza, y en cambio aque-llos en los que teorizaba relaciones estmulo-respuesta, es decir, los ms acordes con el clima terico predominante, resultaron aplaudidos y apreciados. El balance es que las fuerzas sociales que eran destinatarias de sus esfuerzos de investigacin acabaron reforzando unas conductas y castigando otras. Gondra es ciertamente contundente al decir, adems, lo siguiente: ... para una persona tan sensible al poder como Hull (...) la va ms rpida para acceder al liderazgo de la psicologa no era el pensamiento, sino la teora del aprendizaje. Y a partir de ese momento (la reunin anual de la APA de 1934), ella se convirti en el centro de la obra magna. Este es un punto interesante en el conjunto del libro. A lo largo de doscientas pginas venimos persiguiendo las pistas de una obra magna sobre el pensamiento por parte de un neoconductista. Y, de pronto, sta acaba de trans gurarse en una obra magna acerca del aprendizaje.

  • 19Fue Clark L. Hull un psiclogo cognitivo?

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    Quiz, hay que empezar a preguntarse, hay dos obras magnas en la trayectoria de Hull: una es la deseada y perseguida durante una buena parte de su carrera inicial, el anhelo de juventud, y la otra es la efectivamente lograda, y es adems aqulla por la que obtiene un gran reconocimiento, en la segunda parte de su trayecto biogr co. Una hubiera debido ser sobre el pensamiento, la otra es sobre el aprendizaje.

    El captulo 7 (Rivalidad con Tolman) y el 8 (La teora sistemtica de la con-ducta) dibujan ya un Hull muy prximo al que nos ha legado la historiografa previa. Estamos en las dcadas de los 30 y los 40. Gondra contina describiendo minucio-samente el desarrollo del trabajo de Hull, a partir, como hasta ahora, de los Libros de Ideas y de las publicaciones. En 1943 publica los Principios de Conducta, que haba empezado a escribir cuatro aos antes, y que se convirti muy pronto en el centro de la teora moderna del aprendizaje (op. cit., p. 276). Gondra lo considera como el primer volumen de la obra magna. Los aos siguientes los dedicar al re namien-to y cuanti cacin de las principales ecuaciones del sistema, lo que culminar en la redaccin de Un Sistema de Conducta (1952), que debe ser considerado como el segundo volumen de la obra magna, publicado ya despus de su muerte. Ah tampo-co se trata del razonamiento, que deba haber quedado ligado al lenguaje en el tercer volumen proyectado de la obra magna. Dice Gondra que A partir de febrero de 1952, los Libros de Ideas volvieron a llenarse de ideas sobre el pensamiento, solucin de problemas, razonamiento e ideas abstractas (op. cit., p. 276), pero Hull iba a morir el 10 de mayo de 1952, con muy poco tiempo, por tanto, para avanzar en ese tercer volumen proyectado.

    En los dos ltimos captulos se interrumpe, como deca antes, la estructura cro-nolgica de acuerdo con la cual ha venido hacindose la reconstruccin, y se focaliza la atencin en sendas cuestiones ligadas a lo que aparece como la tesis fundamental del conjunto del libro: el inters sostenido por Hull a lo largo de toda su vida por los procesos mentales superiores. El captulo 9 trata de Los hbitos simblicos del pen-samiento, el 10 de Razonamiento y resolucin de problemas. El captulo 9, como luego har tambin el 10, hace un largo ash-back que nos retrotrae primero a la teora de la conciencia de James, y luego a las ideas de Watson acerca del pensamiento. A partir de ah, como precedentes signi cativos, se ampla y se profundiza en elementos muy interesantes de la pelea terica de Hull con los procesos superiores, pero, en mi opinin, no de forma tal que eso obligue o fuerce a replantearse el conjunto del desarrollo de la teora de Hull, y muy en particular dicho con el ttulo del captulo 6 su evolucin Del pensamiento al aprendizaje. El problema del lenguaje emerge, y ah Hull parece encontrar serias di cultades. Por una parte, es cierto, como se hace notar, que Hull admite que cuando los hbitos simblicos establecidos principalmente para estimular a los dems vienen a funcionar como actos de estmulo puro internos tratando de asimilarlos a su terminologa terica, probablemente tenemos lo que

  • 20 Fernando Gabucio

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    ordinariamente se llama simbolismo, es decir, el habla interna y realmente abstracta o pensamiento lgico (op. cit., p. 349). Pero el arsenal terico con el que cuenta para afrontar las viejas cuestiones est ya muy elaborado (actos de estmulo puro, el propsito como estmulo persistente, las reacciones fraccionales anticipatorios de meta, las ideas como estmulos), la teora est muy cerrada, y su desarrollo ha impli-cado hacer unas elecciones tericas que no est claro que luego permitan incorporar otras viejas cuestiones, por mucha curiosidad persistente que hayan podido suscitar. El problema del lenguaje, encarado ya en 1930 era un tema demasiado amplio y (...) lo dej para una mejor ocasin que no se present nunca (op. cit., p. 368). El propio Hull habra reconocido que el lenguaje plantea un serio problema a la teora de la conducta, ya que el comportamiento humano y animal tienen que obedecer a los mismos principios (op. cit., p. 370, el nfasis es mo). Tampoco parece indicativa de un acierto histrico la posicin adoptada en 1930 con respecto al problema del signi cado: cuanto ms vueltas le doy a este asunto del signi cado, ms me inclino a pensar que es un trmino que dejar de utilizarse como palabra cient ca. Signi ca demasiadas cosas (op. cit., p. 372).

    El ash-back del captulo 10, a diferencia de lo que ocurre con el del captulo 9, s que acaba devolvindonos a ese breve parntesis de 1952 en el que los Libros de Ideas volvieron a llenarse de ideas sobre el pensamiento, solucin de problemas, razonamiento e ideas abstractas (op. cit.). Pero, de nuevo, esa reconstruccin no puede evitar desembocar en el reconocimiento de que, aunque Un sistema de conducta trata de las formas ms complejas de aprendizaje, como el ensayo y error, el aprendizaje discriminativo, el aprendizaje espacial y el insight (...) Los procesos cognitivos quedan en un segundo plano (Gondra, op. cit., p. 402). Hull conclua ese libro expresando la esperanza de que el estudio de las reacciones fraccionales anticipatorias de meta llevar probablemente a un conocimiento conductual detallado del pensamiento y del razonamiento, que constituye el logro superior de la evolucin orgnica. El propio Gondra interpreta estas frases nales de ese libro como una confesin de impotencia, sobre todo despus de erigir al pensamiento en el ncleo central de la obra magna (...) Hull dice tuvo que refugiarse en la esperanza de que, algn da, la teora de la conducta llegara a desvelar los mecanismos del pensamiento (op. cit., p. 403).

    Las vacilaciones, las contradicciones y las di cultades de Hull para explicar lo que quera explicar, el pensamiento, el logro superior de la evolucin orgnica, a partir del arsenal terico de que dispona, y estando rmemente enraizado en los presupuestos mecanicistas, y teniendo todo comportamiento, animal y humano, que obedecer a los mismos principios, alcanza tambin a sus ltimas ligranas tericas. Lo que ah recoge Gondra no tiene un contenido ni una novedad terica ms de nida que todos los ensayos tericos y tanteos re exivos previos. l mismo acaba considerando algunas de las frases de Hull como un tanto enigmticas (op. cit., p. 414).

  • 21Fue Clark L. Hull un psiclogo cognitivo?

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    Entonces, qu balance nal podemos establecer? Para Gondra, las cosas que-dan as:

    Una muerte prematura le impidi a Hull realizar el sueo de pasar a la historia como el primero que llev el mtodo experimental al estudio del juicio y del razonamiento. A lo largo del libro hemos seguido las vicisitudes de su obra magna, desde sus comienzos como un libro sobre las jerarquas lgicas y el razonamiento hasta su transformacin en un tratado sistemtico del aprendizaje y de la conducta adaptativa (op. cit., p. 414).

    A m me parece que hay una especie de contradiccin entre la primera a rmacin y la segunda. Desde luego, hay un cambio de registro, el que va del deseo a la realidad. Pero es que adems no est claro que ms tiempo, visto todo el desarrollo anterior, que Gondra ha descrito tan magistralmente, hubiera llevado a poder cumplir con esa aspiracin. Porque lo que parece haber ocurrido es justamente lo que se a rma en la segunda frase. La obra magna, que hemos perseguido a lo largo de todo el libro, se ha transmutado de teora del pensamiento humano a teora sobre el aprendizaje animal. Es cierto, segn toda la evidencia recogida por Gondra, que la aspiracin de Hull estuvo muy viva a lo largo de toda su vida, pero parece tambin correcto entender que no slo no cuaj al mismo ritmo que su teora del aprendizaje, sino que, segura-mente, que su teora del aprendizaje hubiese cuajado como lo hizo pudo suponer una muy severa di cultad para un desarrollo efectivo de la obra magna soada. En mi opinin, esta no es una apreciacin que yo haga al margen, o ms all, o a partir de otras evidencias distintas a las que se manejan en el libro. Me parece que es lo que la propia reconstruccin histrica muestra.

    El propio anlisis de Gondra proporciona elementos de juicio adicionales para componer una imagen de conjunto:

    En sus escritos privados, Hull admite muchas cosas que no se atreve a expresar en pblico. Por ejemplo, no escatima elogios a los experimentos de la Gestalt, acepta los propsitos y cogniciones de Tolman, y coincide con muchas de sus crticas a la Ley del Efecto. Pero una cosa es el mbito privado y otra muy distinta el mbito social en el que debe desempear la funcin de lder de una escuela de pensamiento psicolgico que aspira a imponerse a las dems (op. cit., p. 418).

    Y un poco ms adelante:

    Ante la falta de respuesta a su tesis doctoral, y visto el inters despertado por el aprendizaje, se entreg de lleno a la construccin de una teora que mereciese el aplauso de sus contemporneos. En su afn por conquistar los primeros puestos de la profesin (...) ocult sus verdaderas intenciones los cas para no ser descali cado por el establishment psicolgico (pp. 419).

  • 22 Fernando Gabucio

    Revista de Historia de la Psicologa, 2009, vol. 30, nm. 1 (marzo)

    A m no me parece que haga falta mucha ms explicacin. Es del anlisis de los materiales privados de los Libros de Ideas de donde surgen las razones y las evidencias para considerar que tras el Hull pblico del aprendizaje hay un Hull privado de los procesos mentales superiores. El libro de Gondra tiene el indudable mrito de desve-larnos la importancia para Hull de esa faceta. Ahora bien, no me parece descabellado pensar que las razones por las cuales Hull logr el liderazgo de una corriente terica, evit la descali cacin por parte del establishment, y consigui el aplauso de sus con-temporneos son las mismas que hicieron que la obra magna soada en su juventud y nunca abandonada del todo fuese transmutndose en otra cosa.

    Las Consideraciones nales del libro tienen un enorme inters. Discuten las razones de la adscripcin de Hull al conductismo a la vez que sealan el peso hondo del pragmatismo y del funcionalismo (sobre todo de James) en su obra. Sobre el fondo de toda la reconstruccin previa, persuaden. A ttulo personal, y a modo de resumen extremo, recatalogo al personaje: Hull, un funcionalista en lo privado y un neocon-ductista en lo pblico.