FUENTES, Ítalo, Ciudad y Destierro: Consideraciones en torno a la Cristiandad Antigua (1986)

download FUENTES, Ítalo, Ciudad y Destierro: Consideraciones en torno a la Cristiandad Antigua (1986)

of 5

description

"Ciudad y desierto, residencia y destierro, surgen en el lenguaje cristiano como dos idealidades sobre las cuales es posible construir un mundo".-[Academia N° 13-14, 1986].-

Transcript of FUENTES, Ítalo, Ciudad y Destierro: Consideraciones en torno a la Cristiandad Antigua (1986)

  • c(,tltpre.sr()n y ana$ ue sa$gar, feruuna pJ runclonano oe la $ea Au-diencia haciendo alusin a unas cartas { r seora Toesca que estabanen los Autos; parece, dice, que algunas fueron sugeridas por el crra dePeumo al percibir las quejas de aquella "miserable oprimida". Otrasmr autnticas "explican sinceramente su llanto y sentimiento, deseode muerte y desesperacin". Curiosamente, el prelado pretenda de-mosfua con ellas que doa Manuela estaba contenta y arrepentida, loque no era fcil de creer, porque "nadie vive contento con su propiaofensa, vejacin, confusin y conflicto".

    Hasta ah llega eI recuso del fiscal. Nada dicen los papeles sobre loque aconteci posteriormente. Lo hemos recogido como un testimo-nio amargo, pero pintoresco, de la forma en que se llevaban asuntostan delicados drrante el siglo XVIIL Podemos calcula eI escndaloque sacudi a lz sociedad santiaguina que, sin el meno respeto a asun-tos tar privados, habn pariido por don Joaqun o por doa Manuela.Difcil sera aparar un mal juicio o una mirada condenatoria de aque-lla infeliz mujer. Tambin debe habe sido abrurnante para el gran ar-quitecto soportar la actitud compasiva y por qu no brrlesca de susarrigos y conocidos, as como de sus propios obreros.

    Criticable a todas luces resrltaba el proceder del obispo Blas So-brino que resolva con lia autoridad de un inquisidor los castigos desus ovejas descarriadas, con tal de amparar el buen nombre del arquitecto que consbrua la catedral. Para mal zuerte suya, en esta ocasinsu diligencia se vio frustada por el celo beiicoso y protector del fiscalde la ReaI Audiencia, tan adoroso defensor de doa Manuela. Sinembargo, tras su deseo de bacer justicia no podemos dejar de per-cibir la prepotencia del funcionario real, quien da lecciones aI preladopor.haberse permitido, salindose de su esfera eclesistica, pasar porsgime de los dictados de un Pahonato Regio. Evidentemente, por de-bajo de la parte anecdtica y humana del caso, Io que impresiona es lapresencia ahogadora para la sociedad colonial de la fuerte rivalidadentre los poderes eclesistico y civil, especialmente exasperada en Iapoca regalista del despotismo ilustrado borbn.

    En: AC/\DEI"IIA na 13 -

    i4, 1986.

    "':':iHriilltli''i:$'ii::'

    8485

    -#L IIALO FUEMTES BARDELLI

    -1.:--: ^ira^

    tCIUDAD Y DESTIERRO. CONSIDERACIONES

    EN TORNO A LA CRISTIANDAD EiIOUA

    ' r imagen del pasado no'ndico, tiempo de banshumancia y bus-; *:?, i:,:lx*:*l *:"::ry, ""di"i,; ;;;##!!*uoig-i para el pueblo hebreo. Et desierto *rt lr;d.

    ";#fi;;ffi;:'ad tarfto ms cuando Israer asumu * ,,,oui" Gil;"""rJi""a,torno a Jerusaln.ltl:.P l*9icin proftl1nlntga, b3j1un jeryuaje simbiico y un:L"j'*i?:,.lilu,1,"r1tj: a ta ciudad. rambi il;"ieiliu, uln dei texto del Antiguo resamenlo;;;r'ifi"""Ji:Hfff:i#

    lj:,3-:::,11,^d:1_:"qi" e -riumr,en ja,r,taiaad del discrsoico alcanza. los qqg,s. da 9; . ; "'t:TJiil:r:r"H:consbituven la posibilidad lmiie d;"d; r"*i"L, rlE[iJrri'j",

    n de la civilizacin (1)..fftsh

    "P.Tgo: n9 debemos pensar que toda la tradicin hebrea obe-ffi "1f"t.'fj":'""?s:1t:ili:'i1"*r'Fund;gl;l;;;u,"rp",-ento hebeo queda hamacio

    "" r; ;;;;;;ia', t ?ir:il;f;lliL

    :ljg ""'^"i:T.:l "l {:ri..rp rurluipui*e que sobrevendr tras raruccin de la ciudad histrici;;;AGcreacin,i" r" rr"rultirl1,-la,Jew5aA

    . Celestial.Teriiaathesde esta tradicin, pero frente a un horiaonte cultural':*:}]..:-li

    ^:Ii*i$i1 "j'ttb il" a"uo,*r;-;;;;,.el referente de ia ciudad. S, ;rb.;";t;;;rt;iir ilr"iliiJu.,conceptos asumidos en los primeros tiempos- p-iu.i*igoititi.,ria de io paradjico.cra de io paradjico.

    l:concepro de ciudad ?_u:gu iigadoa la imagen de un paisaje urbano'':j'."I,*.^::,:i1:::.1:^i.::.,,I"r",,*'JLu"r"rpoltico,esratar,

    .a zu condicin Cuuural. Cada ;; d" ";;;#;::iJili,lil:H"""y:,"?.:l:

    ""i3. "o.,"i"*iu JL J' "r"tianos un camp o den. A veces en una r-eovacin d" *iii.,,iififi#;3, m11=!l!: prgf*ico, otras,.pi"niJunao una actitudaceptacin como ser el ca a" fosli-.o, upOrtotu.i

    'iciudad helnica sustenta ia identidad del concepto de humani-d' civilacin y sistema urbano. F;"1; condicin der hombre

    :. ir iil,i

    ltlr,II.';

    I

    II

    I

    i

  • Jrl

    :

    Ii

    ;I

    ,l,(l

    que -Ia habita. Constituye, po-r as-de^cirlo, un t[ -VERSO ECUM.I;Nr-CO frente a la periferia "anurbana" (2).I humanidad antigua ariega y romanF establece, quizs como

    en ningn otro momento, su plena intensidad existencial dentro de losclaros lmites de Ia ciudad zu sentido total. Humanidad y civilizacinson idnticas y plenas. 1rqa.r.,r

  • espacio urbano y el quehacer cvico se abren al stino de los cristia-ns (20). Pero, es este mismo momento de consolidacin de la Iglesiarrbana el que abre una disputa en el interior de las comunidades cris-tianas.

    Estar con Ia ciudad es estar con el Imperio, con Ia cultua del hom-bre antiguo, con la civilizacin.

    En sta situacin surger\ en el seno mismo de las comunidades,grupos disidentes que rechazan el nuevo horizonte gue se piantea a Iacristiandad y, en una renovacin de la idealidad desrtic4 establecenuna ruptura contraponiendo, al decir de Festugire, Ia santidad a iacultura, en una primera instancia.

    La mayora de los estudiosos de la historia de Ia lgiesia ven en estemomento La ciave del origen de la "Iglesia del desierto".

    EI ideal crisiano, para muchos era visto e Ia adversidad del "mun-do", tanto en el testimonio del perseguido

    -mrtir- como en el testi.monio del asceta wbano. Sin embargo, cuando Constantino abri elperodo de paz para la Iglesia "las conversrorre en masa aportaron(...) mutitud de individuos que estaban lejos de abrigar las aspiracionesde los nefitos de antes; Ios cristianos perdan en cdad Io que gana-ban en cantidad" (22). Fue entonces cuando aigunos cristianos inicia-ron la renovacin del ideal desrtico, en un movimiento de retiradahacia las soledades marginales de Ia cultura.

    it^. _--.

    : .l-.'.._.1 ...:

    , . ':

    , ,: : Acto que caracterwa el primer mo-nasticismo.

    1. La civilizacin helnica haba hecho de la ciudad una premisa in-cuestionable de la existencia humana, a tai punto que no poda

    concebirse fuera de ella.Una parte de Ia comunidad cristiana lleg a entenderlo as: Iglesiay ciudad haban liegado a un encuentuo. Otra parte de la Iglesia de}

    siglo IV diriglr un cuestionamiento radical a la ciudad como funda'mento de condicin humana, afirmacin que hasta ese momento pare-ca indiscutible.

    La descripcin que entrega San Jernimo acerca del ambiente urba-no es clara: "Hasta cundo os oprimirn ias sombras de los techos?Hasta cundo os ha de encerrar ia crcel de las ciudades cubiertas dehumo? (23), y apunta ms adeiante, dirigiendo la crtica a ia ciudadeje. "EI Capitolio dorado ha perdido zu brillo. Todos los templos deRoma estn cubiertos de holln y de telaraas. Conmuvese la urbe enzus cimientos, y el pueblo pasa frente a los dolos semideshechos ycorre a los sepulcros de ios mrtires. .." (24).

    Frente a esta imagen antiurbana se eleva otra pro-desierto: "Param ta ciudad es como ctcel, y el desierto y soledad como Paraso"(25).8. Et movimiento monstico que se origin el siglo IV, estableci fren-

    te al concepto de vida de Ia humanidad antigua, un nuevo horizon-te sobre las prmisas de la existencia desterrada y desrt$ Si la de-

    J;

    ! ,;(rrr t ' iPaseo Valle N" 396-Oasirir 4ui9

    VIA DEL MAR88 89

    :1,['J"fl il:*:! j"^11r':--11!-"q]"lqertaEusebio,1,1':^","."'.'S*-iiT19f Fl*;a#";:i:'1*:ff":Hfi*; :l #*T"*u:3':u. t"l *,i,V;iffi; i T,Il,1l?;'.?' Hcuanto al destiero _v- v-t,rv , 4rrriilr ro srgulente..... en

    ninqin luEar: ,.,,o, 13,3t'r::,fTte' puesto qu" not"tol lE"ao ,H:fl l*l*H'":1:,-::::91,,"^;d";"#.T,::;"r"*"i",fl1$:,33f*.':"f*:,""T,3iiit1i?ttf ,1'.',1';i,F1i11"'[t'"o-o""o#.',i:'"1

    f :'"j'io:"o}"T3:. h" it"'; (;e). s".r li "T#::'r::f."X3",3f;pena de un destierro."n

    #;:}tit"ffi1a existencia al margen de las hegemonas culturales,vila:eran,r, ,,. *,,..0^r^",-p^:pt la aperura a nurasposibiiidades devida:cuandounmund"'lj;;;-;ir.;."il;.:ffi :''""'.,'JJ1#X:trJi"1fg:",*":1*=:_.: I,i":rgi{i ",,,, agobio, o se perece enpararizacin o se opta por ra posiblidaf;;;#i"1t iJ"',fffillil

    ,li"x"Irr:,:T::"",";"T].:n*ry;_f ",-;.;;;;"ti",,"r:o, v fue en esa circunstanciaque """iiitiff:h::r?::L:j:T:,iilj,ff TS*::itlt,r"_il;.i;;;,;il-fr 131.:t,"+-''eid;;;42?):il1il:1f"1*:""":;,Tf,Hij,lr:1f; I

    . .".circunstancias de esa decisin tieen ,rue ver con ia ciisis de ur sistema#X^o^*::i"^ iir_rtgrt"u" ;;;il;ilizacin. Los resultados fueron taj:,"":"_11:::[":t["H{}-':!i'f"ili';i*""ffi:xil.f

    i',za un sentido en esre momento; "sio. er t omure a"ffido, el margi,-r-ar, ei p erifrico.

    "

    r. u nor-" f Lr' ""

    Ji"ia o ;^ ;?ii*, "r,

    i rr"r,uqi;.;.:r,Xili:,:ISTg-i.t l r ffi;;f#;#.:T*is como rouiueron los sigtos IIJr IV v'V., "ffi..4;.ffiH":fi"T*?i;,'ide un hombre perifrico q"u prnto

    ""t"g* su obra a Ia nueva civ,i_azacron.iS' Desde esta perspectiva tan radical, podemos considerar ia crisis del;__.ryn{o antiguo,

    .d. .r, ciudad, .io ,n" CRISIS DE RESIDEN_cLA. I humanidad hernica hab eJautecido;;;;p"in simbri_':ca al amparo de un modelo de existen"r, quu arcanzaba su mxima ex_presin en ia poiis.o en ra civitas, -"1.;l;;;;;Jsu sentidode PERMANENCIA.

    BrSt_ r,JTf r;A r--i IST( )r-. i .P:i.sc, Va.lie l\" 396-Casilla 4u5g

    "rle pEl it,R

    --g* I ltima etapa de ra ciudad hernic4 su ,,fase crtica,, est mar_.Fq, por una pauiatina rrgd", A.'.llorrnu, .,retornando,,, en ltimof'gesto, a un modeio de existe""ru iri"rti";, ;r-"" ;;il;;" de ios ele_,i mento mticos orovenientes de su *L.t."t prir"ig"" ,l!"rrr" en sus#.rqr: c,turals, como desde las culturas orientales.t*l rn,entaremos establecer un perfil de esta ,.fase mtica,, de la ciu-ffi*".i:fll lr,ll;.p"i,,t:,1re: rilffir esp.acio urbano aparece bajo eriigng.de una arquitecruia de p-'"a'a"ra"iJ ;;;1,

    ";',ilH"JiJ".:iEy"i'_*:_i,*,*:,-,:::,:.:,""!_liti""r_i1".-s;H"",pii"g,,"uctivo monumental -aerdindose ta p;d;; ;;?: ff;:l ::,:Tl:,:".-D,"_*o d:,esre mismo lontexto, et .,encuentro,,es transformado en culto.poltico, formas etectista{-rit;;i;.,reedphzan el espacio auf u"""rt. nrr^L"ai" rrp ra finni-

    , :"f:j33:i :l"1Yili l h llpplganda. Frenre "

    i, ;;;;; ;:d e tas comunidades urbanai l;fi ;i;;ffi ;"T_*yJil":i'i:''P._ g' ,lji ).'. .1.'],

    -.1

    Ii

    I

  • i

    !t

    ctrlto a lo colectivo, absraccin del humanl,s' -r dsico. A la voz delorador le zucede Ia letana rituafa la virbud pr- .onal la popularidad, aljuego el espectcuio masivo.

    Por otra parte, se establece el dominio de la fijacin. l sociedadse tiende a configurar en una burocracia heeditaria dependiente de unEstado.eje, quedando los grupos sociales estabiecidos en un espaciosocial rgido; Ia poblacin queda sujeta.a un territorio. El dominio dela escritura consolida Ia fijaein nomativa que se presenta bajo elaspecto de una tratadstica especializada, en un nimo por codificartodas las conductas posibles, (30) gesto desesperado de un Iegaiismoextremo.

    Si por una parte el refuerzo de lo mtico se afirma en un retornoal mundo primitivo (31), Ia influencia oriental establece otra fuente deinspiracin poltica. I estructura de poder quedar establecida en unsistema centralizado, con sede en una "ciudad-capital" (32), sacraliza-da, sede de un gobierno a semejanza de las monarquas orientales fun-darnentadas en un culto poltico y en una reiigin de Estado. Estasacralizacin del poder va en ntima reiacin con un modelo teocrticode existencia.

    Este esfuerzo de "pteservacin de lo habido", consodado en elfundamento espacial de lo urbano, cuya apelacin mxima es el cultoa la imagen, establecido en una inmolidad social, fijado en un cuerponormativo excesivo y consagrado en una estructura de poder hiertico,haba sido el esquema de la ciudad mtica- Sin embargo, cuando elmito ocupa el espacio de una sociedad desesperada y alcanza la esferadel poder podemos reconocer, en propiedad, una sociedad totalitaria(33).10. Es esta la ciudad rechazada por el movimiento de ios monjes del

    desieo, la situacin de ias ciudades de Egipto presentado porRosbovtzeff 'al-nza-un cuadro de dramatismo-( 34 ). No ser raro, pues,que en ese mismo ambiente surja el movimiento monstico en todo suesplendor.

    Una vez ms, el desierto se constituye en referente de Io posiblems all de ia presin de las ccunstancias, posibilidad "cero" dondereiniciar una existenadl In Vita Anton, (35) muestra Ia realidad deestos primeros ascetas que se internaron en el desierto. Sobre este espacio abierto a la inmensidad pronto emergi ia obra cultural, el mo-nasterio.

    Al debilitarse Ia estructura de poder, el sistema urbano y Ia socie-dad sufrieron un proceso de reduccin y fragmentacin. Frente a esto,el monasterio surgir como un nuevo orden comunitario, sobre supues-tos distintos a Ia humanidad cca (36).11. La concepcin de una cristiandad estructurada fundamentalmente

    sobre el cimiento urbano 1ue liamamos "Iglesia de la Ciudad"-establecer una relativa solidaridad, o en el ms Iejano de Ios casos, almenos, una cubierta sensibilidad frente a Ia suerte de Ia ciudad antigua,De ah que la crisis del mundo antiguo, afirmado en un sistema uba-

    90

    no, acontezca oe rnanera especial en er rengu_rJs d" los escritores cris-tianos' La cristiandad .que -;ito

    -zu adhesin a Ia ciudad, asis-te, participa y decide, irim"*;;rh ;;rr.En esta circunstobra(37),-";;;;i1X"A"**:r;l"o:1fi H,gt?f ""f,tf mx;"lafirmada en ra tradicin hebre i;; ;""hina cristiana, renueva elffi:I'" :ffiffi:' fl", B "i'a"d; ; "* ; c o nstruc cir, a

    "iio"ra'io i.r-tico de Lrn eao^lTt"El:fcin plasmaa" ,"U.e "inir simblico de una conceDcin hiirica;J#i;;#;irT"'j :ilt#ri,T:f,pr*l"a"9 antigd hacia Ia.;i"rJ*"':: Agustn ,eva ar renguaje ra

    """".i0" histrica -univesar y social_(s8) de ra ciuitas, inaugurndo lu trJi"ibn dei discuo histrico en iosffi '";ff 'r,::?0,T,'"'":Yiir:*T1",?,."?;*;r;#;:';ecer,entle'"?':#h1.3T:ffi

    ";f "h"*;;d;;;"-;;ilffi:",1'*liiii;Xl; I-a' ciuitas de San egustn se hace tiempo encarnada en una comu_Hit$3;KBif 1tr::']r:""*!,r+;.e;F{;ill#"a"ru,,t":*J*?,'I'ift ,:*r"i;;"dffi ;;ffi i5i,ii:?fi',?iltli;i' ciudad y desier, residencia y destierro, surgen en er lenguaje cris-*Xt.:.il"*"j"Strl,o:0,":-,^"_ti:-.l";"."*..esposibreconsrruiunmundo. Er monastelo y_ h ,;;;ffi;F?:;;,".rTr,'# E:ltHrH;l*r"Iff ::;.y":1".:j.:,-":I:l,i.iitr,'- ili:,i#cristiana"de la alta edad media

    "r-.*'-t";ilr'1i;#"'"l1, t:r"':iiil;rHr

    '"existencia, rn nuevo sentido a"l "rruJ en et mundo.

    u .l/BStDAD CAIC -tCA D: VA!_pA,Br,,0

    BIBLIOTECA HISTORIA ' '--Paseo Valle N" 3g6_Casilla 1059

    VIA DEL MAR'AS

    U_na ltima .e,tapa- pr-e-cristiana que, dentro deluna continuiaa a_1""-raio nrnr+i^^ ,^ ^^--_.,lootexto judaico, presentairi""*:Xf* j"1,lT::,:*,:l*,'::t",:".1",i,"=iH jlffi llhIlll1

    ,11,'l;'*:'lsul:::it"':'^1if:if i:"!#ir..":"i"IP'H:'ii,'iT,,?.to" como .reaccin a un contexto de civilizacr;o"t_oo

    oe --retorno al desier-organizacin tr"t.r;;l nral,r^ ie^^rj+^. ^^ ]l' ra experiencia integra Iail:."ffi:#itl,f *i,o:l^,*":1"^.S"Itl"#:;#:llff l"i'i,.Tj,""'Lo,lHf lny*:.:^:::il":^"*_.:*,1q;":1T,":JH:,.11*Hi,J;ff:ltiHLffif :"::*:g:,;;";il;ffi J.;J"ff '",T"1ii1.,,3IT"il,H:dicin esrtica heur,le;'r;;ilffi'"ffif'' er modelo )po de la tra-ginacia

    "i"" ""ri"l" a inctotnein ^- ,.- --l d" una enancia o una pere-

    5."'i1'?#1:":'n,l'.i*.'"T3,:;"""i^"-'xi'li,1"i"T:,"r1"#:l'"?T::;Hl:,*,H""a"r"-";;;;':,1:":'?X;.";Si*iffi :, jnueva soLiedad, , unar)

    )

    '23lm#::1*"!;,*?!)"*?z!!,w.::u'!lt-"^Medioeoo,ensetimane$::j:r,::^.,f ni"tltg*"vr,r"s;';:#:i;:;r:,;:1;3:Fesrugire, a.'. .-.-p.;;r ;i ;Hit'.ll;iJi,1J; 3l uue,tn y cu_l.izacin entre los Griegoi, Buar'rg- ?;,' . (.ta dA 1o/, -. r -,p_d:*.lllia_1iii.",--"J1';;r',";;i;,,rf:.ja c on oi tra ord ina ria pi""iria

    " uie]r; ; ; ;;: ::1,'"

    "ii;.l

    91

  • (((

    (

    4)EssabidoelpapelfundamentalquejugSanPabloenestanuevaconcep.'

    cin del horizonte cristiano.5) Vase Hechos, IV' 32'6) Acerca de este tema dos siones importantgs qu^e{an p1-34edT^:",!as obras"' " w. ""e*-,-Critai*,ryo himtiu v P-atlei Q1t9E, ts'C'E'L1974' Mxico;i. ;;iii;,I,-M"ssg" Euanglique t Culture Hellnistique, Descle, 1e61,

    Belgiurn-HechosDLS-7-Verbum Dei,834 b.Heb.,IL 5.Heb., XI[I, 14.VerbumDei,g32a-b-c.Ibid., 964 f.Apoc., XXI Y XXILApoc., XXI,25.Aooc.. XVII.il;f'esare.a, Historia Eclesistica, trad. Veiasco Delgado, 2 tomos, B.A. C.-1973, Madrid.Hist. Eccl., I; 2, 18 - 19.Por ej. ibid, VII;11, 12 - 8 Y VIII; 1'5 .

    --El;bi"; de'h onfusin entre Ia tgtesia y la realidad de1 Imperio es una;;riffiii d""i. a" r"

    "iirti""", vaie Mairou, H. - I, Theologie del'His-

    *, it; s"rit, rgoe, Paris, p. r: +.. As tambin en Garca-Pelavo M"it" ii"i"; -'o" coino eriietipo Poltico, Rev. de Occidente, 1959, Ma'ri,...:. ueva Situaci'n lpioceso de apertura en tiempos de Constan-tino) dio origen a

    "o" ,rr"r,

    -Lt"ti"i"u politica, cuy-o formulador fue Euse-;i;"-;;A;;. . ';el emperador es Ia 'iimagen" del rey celeste curo reino

    (7)(8)(e)(10)(11)(12)(13)(14)(15)(16)(17)(18)(1e)

    debe realizar sobre Ia tietra". pp. 30 y ss'tzol Ei"^l*",lnbg Consntiniw, en FlichMartinpistoria de la lgle'

    s4, t. II1, Edicep, 1976, Valencia,p' 2?-y ss'(21) Fesrugire, A. - 1, O.i. Zri-rti""i diOrient t.lCulture ou Saintet, DuCerf, i961, Pars.(22) ;i;rr l'*i a"nto' Su vida )) su Reglt' B'A'c" 1968' Ir{adrid' pp' 12v ss.(23) h; Jernimo, Carta XW, en S. Huber, Las funtos Padres' t' II' Debedec'1946, B. Aires.(24) Ibid., Corta CWi, a l*tn, en HuEr, oP' cit'

    ifii lbi:; &rta a un'Mote llamado Rtstico en Huber, op' cit'iti a; bregorio Nacianceno, Orat., 20-25, en Flich6Martin, op. cit., vol. I11,p.276-(zz) -esi pr eiemplo, en San Hiiario de Poitiers, fun Honorato ey !1 Isla de l*ri-

    ta, n }tuLeriop. cit'.. "iban en busca.de una soiedad extraa"' p' 29'(28) 'tf;;;; g.', piii""li-to *""cia. Contrbucin a la Teora de hs Re''--' p;;u"i;;ions, F-C'E., t983, Mxico i1a e