Fuga Como Propuesta De La Negación.

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Universidad De Concepción. Facultad De Educación Depto. Ciencias De La Educación. “Fuga Como Propuesta De La Negación. http://lafilosofiaesfilosofia.blogspot.com/ 27 de abril de 2015

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Universidad De Concepción.Facultad De EducaciónDepto. Ciencias De La Educación.

“Fuga Como Propuesta De La Negación.

http://lafilosofiaesfilosofia.blogspot.com/

27 de abril de 2015

Bastian Muñoz Oñate.Profesor Dr. Daniel Neira

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Aventurarse al misterio, vivir en desapego permanente.

“No hay lugar para el temor, ni para la esperanza. Sólo cabe buscar nuevas armas.”

Gilles Deleuze.

No vengo aquí a hacer una contribución de la efigie cultural que se asoma en cada uno de nuestros cuerpos, no vengo aquí a hacer poesía sin sentido, ni vengo tampoco a redactar por el pisoteado camino de la razón. Mi voluntad surge aquí como voluntad de destrucción, donde solamente cada uno es su propio dueño de sus actos. Ya no es tiempo de afrontar epistemológicamente nada, porque esta cientificidad de las cosas de las cuales se fanfarronea la sociedad del imperio no solo legitiman su forma de pensamiento, si no que es imparable y es estúpido pensar que el camino de lograr un cambio en el orden de las cosas será por medio de los mecanismos que este ofrece y utiliza. Solo por medio de la fuga, la deserción, el escape es donde estaremos nosotros a salvo, la escuela debe morir, incluso la educación institucionalizada arropada con consignas de libertad, amor, fraternidad; conceptos tan burgueses como la escuela. Ya basta con este puritanismo social que nos está encegueciendo, solo aquellos que destapen ese velo tan colorido que han puesto en sus caras podrán realizar una tarea de tal magnitud, no por esto, en ellos guardamos la esperanza, porque la esperanza nunca fue nuestra, porque el amor nunca fue nuestro, solo fueron conceptos que nos metieron a la cabeza por medio del medio en sí mismo; la socialización forzada de todas las partes del ente. En esta extrema individuación1 de la sociedad donde se nos expropia nuestra autodeterminación es donde está la parte crucial del problema, hay que saber viajar desde la multiplicidad de las formas hasta la unidad del cosmos, como dijo Antonin Artaud alguna vez “Quien posee el sentido de la unidad posee el sentido de la multiplicidad de las cosas, de ese polvo de aspectos por los que se debe pasar para reducirlas y destruirlas.”

Solo nos queda la tarea de descubrirnos a nosotras mismas para poder desvelarnos ante la belleza del alba que nunca viene, pero sabemos que más tarde que nunca vendrá ese resplandor incandescente que mutile nuestros ojos a tal nivel que el hastío de la lucha por ver aunque sea por un segundo, la luz del día, podamos volver con toda calma dormir de verdad. Ahora en nuestra posición y ya al haber hecho una elección del lado en que jugaremos para intervenir todo esto, quizás en un intento fútil por destruirlo para los mas idealistas o en un intento de reformularlo para otros, solo queda nada más que preguntarnos ¿porqué la educación institucionalizada se ha transformado en uno de los engranajes más importantes para el éxito de esta y cualquier otra sociedad?2

1 Comprender el concepto de individuo como aquel que no está dividido (in-dividuo, es decir, no-divido).2 Cuando digo otra sociedad es porque siempre aquellos falsos críticos del tema presentan a la educación y su medio –la escuela– como una de las herramientas más importantes a la hora de lograr algún cambio, cambio que por supuesto, es la creación de otra sociedad… más perfecta, más civilizada, más burguesa.

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Acabar con toda escuela es imposible, sabotear algunas es más sensato.

“¿Dejan que tú te gobiernes a ti mismo, o ni esto te permiten?- ¿Cómo, pues, me lo iban a permitir? dijo.-Entonces, ¿te gobierna alguien?- El pedagogo éste, dijo.-¿Un esclavo, tal vez?-Desde luego, y además uno nuestro, dijo.-Resulta raro, dije yo, que uno que es libre sea gobernado por un esclavo, ¿y qué es lo que hace este pedagogo para gobernarte?-llevarme adonde el maestro.-¿Es que son éstos los maestros, quienes te gobiernan?- Pienso que sí.”

Platón. Lisis 208c.

No hace falta más que la experiencia que uno recoge sobre los modos de dominación que han estado sobre nuestros espíritus durante toda nuestra existencia particular, es cosa de alejarse un poco de sí mismo y retrotraerse a la dinámica que ejerce el imperio sobre uno mismo. Quiero decir con este concepto de imperio al orden social existente, donde cada componente de la sociedad se ha transformado en un estimulo conveniente para la dominación de la vida por la mercancía. Es así como la familia, los amigos, las parejas, y todos quienes nos rodean en estas relaciones sociales que emergen desde el seno del imperio se han transformado en instituciones que reproducen la actual envergadura del cuerpo social. Dentro de todas estas formas o métodos de coacción, se encuentra uno de los pilares de la reproducción del orden actual de las cosas; la escuela. No está demás decirlo que ella se ha transformado en el principal medio de adoctrinamiento de los humanos luego del trabajo, lo que sí está demás decir, es que la escuela puede y debe reformarse, la escuela no debe ser reformada, reconstruida, o como quieran llamarle esos parásitos que viven acostas de las coimas del imperio. La escuela debe ser destruida, al igual que toda esta arquitectura que nos gobierna desde lo más infinito de nuestros pensamientos hasta lo más sensible de nuestro cuerpo. Se hace necesaria la teoría de la anti-teoría. ¿Pero como formular cierto disparate? Se preguntará el académico, el científico, fiel a sus métodos tan seguros que se le presentan ante él. Los falsos críticos de la escuela siempre han hecho su crítica a través de la razón, de la ciencia, más no del pensar3. Quien desee hacer ciencia con el fenómeno que se produce en la escuela, esta

3 “Pensar contra la Escuela es pensar contra el Concepto. Más: “pensar” es ya resistirse al Concepto –evitar la Ciencia. Y, aunque no estén dadas las condiciones de un “pensamiento salvaje”, sí podemos tentar la subversión de la metáfora. En cierto sentido, la metáfora colabora con el concepto cada vez que acepta subordinársele; pero la rebelión de la metáfora enfrentaría a los conceptos entre sí, desacreditaría su pretensión de rigor y los haría servir circunstancialmente a las intenciones de la crítica.” Al respecto ver

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tan perdido como, según su cosmovisión de las cosas, el niño al que intenta “educar”, el académico, sentado desde su cómoda posición no puede comprender el grosor de las cosas, no puede acceder a la realidad del problema porque no lo vive, su alienación es tal y su arrogancia es tan grande como el porte del imperio. Aun que tenga el discurso de una educación por la liberación, de una educación integral, de una epistemología de la educación, de una apuesta por la educación popular, de una apuesta por la calidad de la educación, esto no son más que palabras enredadas, yuxtapuestas en un orden tal, conveniente a los paradigmas que el imperio ha dado, algo llamado argumentación, razonamiento, ciencia; ¡hombres de ciencia! no hay nada más ridículo que aquel que cree que podrá cambiar la realidad a través de la institucionalidad, quien lo cree así, mejor dedíquese a vivir su alienación sin tanto esfuerzo.

La escuela como medio de la educación no es más que un modelo de adoctrinamiento, si. Pero con el avance del develamiento de la sociedad mercantil, la escuela sobrepasa sus muros, ya no basta con erigir una propuesta de la educación de la calle, pues la calle está bajo el dominio del imperio y sus transeúntes llenos de indiferencia por todo lo que pueda pasar, no son más que entes reproductores de la utilitarización de la vida. No hay que caer en la inocencia de creer que porque se está en un lugar más bonito, diferente, disfrazado de libertad o de clandestinidad para quienes les gusta jugar a la revolución, se vaya a originar por obra de magia algún tipo de educación distinta, pues quien debe cambiar no es el modelo, porque no necesitamos un modelo, quien debe cambiar es la condición que nos mantiene tan cercanos los unos con los otros, pero tan alejados de nuestra propia existencia. Todo rol que se pueda adosar a nuestro modo de ser, está en función de la existencia de esta sociedad, ya no queda nada más que la fuga, desertar de este espacio, ¿pero en qué sentido podemos establecer ese punto de fuga? No quiero hablar aquí de una fuga idealista en su sentido literal, no. No me refiero a desertar de la urbe, puesto que esto sería a mi gusto, dejarle al imperio su camino libre. A lo que quiero poner énfasis aquí, es que la fuga se da en tensionar cada momento de normalidad que se vive dentro de nuestra experiencia, la fuga debe convertirse en el arma de aquel que desee y sienta la injusticia marcándose en su cuerpo. No hay más regocijo que ver en la cara de los consumidores el más aciago de los insultos sobre uno. La fuga debe ser la fuga de uno mismo, abandonarse y descontextualizarse en los lindes de la improvisación y la no-racionalidad, desplegarse en el sucio terreno que domina la mercancía y hacer que su funcionamiento colapse, aun que sea por un instante. Ese pequeño acto de insurrección que rompa con todos los esquemas de la normalidad latente será suficiente para causar una corrosión más fuerte que la que pueda lograr un académico con sus tesis bien estructuradas sobre como erigir alguna teoría de cómo enseñar.

“El pensamiento filosófico se vuelve pensamiento afirmativo; el crítico filosófico critica dentro del marco social y estigmatiza las nociones no positivas como meras especulaciones, sueños y fantasías.”

Herbert Marcuse. El Hombre Unidimensional.

Pedro García Olivo. El irresponsable.

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Si nos relegamos a mi experiencia4 en las dinámicas sociales de producción, al menos puedo estar agradecido de haber contado con compañeros que valían la pena, al menos en ese instante. Tensionar cada momento que la autoridad desplegaba sobre nosotras era el fin de cada día, siempre había algo que hacer, algo que debía negarse. Cualquier escuela funciona igual, tiene un mismo fin. Transmitir los valores que la sociedad misma engendra desde su seno. La diferencia está en que hay distintas modalidades dependiendo de la determinación que la economía pueda otorgar. Yo estuve en un colegio de tendencia laica, donde se nos enseñaban los valores profesados por la revolución francesa, que debo señalar que no fue más que el triunfo de la burguesía por tanto esos valores que tanto se profesan hoy y que se consideran universales, no son más que una cosmovisión burguesa emanada de los tiempos de la ilustración. Lo que llama la atención de establecimientos así, es que tienen un discurso de la liberación, el devenir del hombre humanista preocupado por la sociedad, la institución mentalizada para formar hombres comprometidos con lo social, más bien eran puras palabras. Nosotros siempre intentamos hacer actividades análogas al propio movimiento del colegio, la crítica de sus sistema de valores, la crítica de la dinámica de las clases, desarrollar en conjunto con la comunidad educativa algo distinto a lo que vivíamos siempre, algo que en cierto modo reaccionara frente a ese orden. Pero siempre estuvo la negativa por parte de la institución, se nos negaban los espacios y parece ser que independiente de todo ese discurso liberador que tenía el establecimiento, solo lo quería ejercer a su manera. El imperio en su forma actual de develamiento te dice que puedes hacer lo que quieras, sí. Pero dentro de sus demarcaciones y siempre y cuando no pongas en cuestionamiento su manera de funcionar. También hay que admitir que nosotros tuvimos la culpa más de una vez, no por no hacer las cosas a su manera y como ellos decían, “respetando”, otro valor más, emanado de la ilustración y su fortalecimiento con la revolución francesa. Sino por creer que podíamos cambiar algo o a alguien, más bien yo relevo mis actos a la tensión de la realidad, al sabotaje. Ser la piedra en el zapato, molestar, devenir un irresponsable5. Y esta posición debe extrapolarse a cada ámbito de la realidad social, como dije antes la fuga no consiste solo en huir, sino también en ensuciar esa belleza que pinta el imperio.

¿Pero que sucede con los profesores? Se hace necesaria la crítica de la crítica, la teoría de la anti-teoría, hay que desarrollar la antipedagogía. Pues bien, García Olivo demarca dos aptitudes o modelos de profesor, aquel clásico que solo repite lo que el estado le ordene hacer y el otro quien, en su afán por cambiar la sociedad estimula al estudiantado a participar simulando todos los discursos democráticos que puedan existir, transformando el currículo en conjunto con sus estudiantes, creando nuevas didácticas en el aula, etc.6 Yo pude ver bien de cerca algunos de estos personajes que implicaron una gran relación como personas conmigo, pero solo fuera de nuestros roles alumno-profesor, quebrantándolos. Cosa en la que igual se torna peligrosa pues la escuela se puede

4 Nunca me ha gustado referirme a mí tan directamente, prefiero codificar mis experiencias y despersonalizarlas, cosa que a lo largo del texto he tratado de hacer, sin embargo la pauta de evaluación condiciona mi forma de escribir.5 Al respecto ver Pedro García Olivo. El irresponsable.6 Ibídem.

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desplegar incluso en las relaciones sociales de las cual uno se confía7. Lo peligroso de estos profesores, es que estimulan la participación de los estudiantes en el perfeccionamiento de la escuela8 y ¡no se dan cuenta! Con sus discursos bienintencionados quizás, pero mal enfocados, pues al permitir la participación de los estudiantes, al fin y al cabo estos mismo terminan eligiendo, por así decirlo, la forma en que quieren ser dominados, ahora la diferencia está en que todo esto está pintado por la figura del “profe buena onda”. Distinta forma, mismo objetivo, ya no es meritorio reconocer una violencia simbólica, porque ya no es necesaria que exista. Por esta razón la escuela soporta sus críticas y su reformulación, porque es un mejoramiento de ella para perpetuar la dominación, esto es lo que no puede ver la academia y sus falsos críticos. El imperio ha hecho de las suyas al desarrollar esta nueva técnica ya no de la represión, sino de impulsos que estimulan al ciudadano a comportarse como tal dentro de él mediante las comodidades, sea cual sea esta, ya el sentido de comodidad puede relacionarse con la necesidad de consumo; consumo de seguridad, de afectos, de revolución, etc.

No puedo posicionarme como un ejemplo a seguir o que tomen en cuenta las cosas que pienso y digo, no puedo ser tan hipócrita como para querer eso. Quien piense así tendrá un buen lugar en los altos mandos del imperio. Atado a mis propios problemas, trato de descontextualizarme y saltar desde mi mente al interminable vómito verborreico que quizás alguien pueda escuchar o leer, mi pretensión es un poco mas autodestructiva, mi deseo es tensionar cada espacio que pueda tocar, vivir cada experiencia nunca como la anterior, tratar de dialogar con aquellos que quieran hablar un rato, pero hablar de verdad. Comunicarse. Cualquier cosa, pero lo que nunca podría hacer es guiar a alguien. No puedo y no quiero, si fuera por mí nada de esto hubiera escrito, pues no intento sorprender a nadie, solo que mi verborrea no se puede detener y menos aun en un espacio tan provocador como este, donde las verdaderas pasiones hacen que mis dedos hablen por mí. El acto de escribir tiene que devenir como una gran avalancha de letras, ideas, oraciones, lo que sea. Perderse en la marea y sentir la nausea necesaria como para establecer un escrito con algo más interesante que definir una teoría, que defender tal o cual cosa, algo más interesante que brinde quizás el arte de cuestionarse, cosa que en estos días nos cuesta mucho a nosotros, participantes de este orden. No me queda nada más que agregar que la única manera de formar lazos es destruyendo estos, en la fuga, en la rabia, en la destrucción, en la tensión; estamos nosotros apoderándonos de nuevos refugios.

“Lejos de ese dominio de embustes para-religiosos y asechanzas represivas, lanzando cabos a la creación artística y al juego que desmitifica, a la poesía de la destrucción en

suma, la “irresponsabilidad” consciente de sí misma, orgullosa de sí, desata, libera, disgrega, complica, estorba, asusta, huye y ayuda a escapar. Sólo en la

“irresponsabilidad” habita hoy, como en un atentado contra todo orden social, el peligro y la disidencia de fondo, la insumisión abisal, el “buen diablo” de la rebeldía insobornable.”

Pedro García Olivo.

7 Creo haber señalado algo similar anteriormente8 Véase Pedro García Olivo. El Educador Mercenario.

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Fuentes.

Pedro García Olivo. El irresponsable.Pedro García Olivo. El Educador Mercenario.Herbert Marcuse. El Hombre Unidimensional.