II. Elementos del diseño y la alfabetidad visual

Instituto Superior de Arte – Carrera Diseño de Espacios – Prof. José Cardoso

Un buen diseño es la mejor expresión visual de la esencia de "algo“, ya sea esto un mensaje, un producto o ambos. Para hacerlo fiel y eficazmente, el diseñador debe buscar la mejor forma posible pare que ese "algo” sea conformado, fabricado, distribuido, usado y relacionado con su ambiente. Su creación no debe ser sólo estética sino también funcional.En el contexto de la alfabetidad visual, sintaxis sólo puede significar la disposición ordenada de partes. No existen reglas absolutas sino cierto grado de comprensión de lo que ocurrirá en términos de significado si disponemos las partes de determinada manera para obtener una organización de los medios visuales. Muchos criterios para la comprensión del significado de la forma visual, del potencial sintáctico de la estructura en la alfabetidad visual, surgen de investigar el proceso de la percepción humana.

Creamos un diseño a partir de muchos colores, contornos, texturas, tonos y proporciones relativas. Interrelacionamos activamente esos elementos; y pretendemos un significado. El resultado es la composición, la intención del artista, el fotógrafo o el diseñador.

La información visual puede tener también un significado definible, bien sea mediante un significado en forma de símbolos, bien mediante la experiencia compartida del entorno o de la vida. Arriba, abajo, cielo azul, árboles verticales. arena áspera, fuego rojo-naranja-amarillo son unas cuantas cualidades denotativas que todos compartimos visualmente. Por ello, sea consciente o inconscientemente, respondemos a su significado con cierta conformidad.

La influencia psicológica y física más importante sobre la percepción humana es la necesidad de equilibrio del hombre, la necesidad de tener sus dos pies firmemente asentados sobre el suelo y saber que ha de permanecer vertical en cualquier circunstancia, en cualquier actitud, con un grado razonable de certidumbre El equilibrio es, la referencia visual más fuerte y firme del hombre, su base consciente e inconsciente para la formulación de juicios visuales. Por eso el constructo horizontal-vertical es la relación básica del hombre con su entorno. Es el estado opuesto al colapso.

Tanto para el emisor como para el receptor de la información visual, la falta de equilibrio y regularidad es un factor desorientador. En otras palabras, es el medio visual más eficaz para crear un efecto en respuesta al propósito del mensaje. Las opciones visuales son polaridades, de regularidad y sencillez por un lado, de complejidad y variación inesperada por otro. La elección entre estas opciones rige la respuesta relativa que va del reposo y la relajación a la tensión.

A la derecha e izquierda, la tensión es más dinámica, ya que nuestra percepción no tiene un patrón compositivo ni estructural en el cual apoyarse. Cada plano es inesperado. Lo contrario sucede en la imagen superior, la tensión es más equilibrada, estática.

Dado que nuestro trabajo tiene que ver con lo material y volumétrico, vamos a centrarnos en los elementos volumétricos generados por el punto, la línea y el plano; estos son: la línea, el plano y el volumen. Estos nos interesarán en cuanto generadores de la forma, tal como vimos anteriormente en relación a los lenguajes del objeto: filares, laminares y volumétricos.

La línea es el elemento fundamental del diseño y en todo está presente, ya sea como elemento estructural o como contorno. Expresivamente tiene una gran importancia, pues su posición va a determinar determinados aspectos de la forma en cuanto a cómo “sentimos” el diseño.

Haciendo un paralelo físico con nuestro cuerpo, es fácil comprender lo que la línea nos transmite: horizontal, reposo y tranquilidad; vertical, estabilidad y equilibrio; diagonal, tensión, inquietud.

Va a depender de la forma en que las usemos y las combinemos (real o virtualmente) el resultado expresivo de nuestro diseño; de allí que debamos ser sumamente cuidadosos al diseñar puesto que eventualmente podemos “contradecirnos” entre lo que estamos diseñando y lo que queremos que nuestro diseño exprese.

Vasily Kandisky (Punto y línea sobre el plano) nos dice además que la línea recta expresa masculinidad y dureza, mientras que las curvas expresan femeneidad y suavidad.

Líneas verticales y horizontales, ausencia de diagonales, absoluta simetría. El resultado es un edificio que transmite solidez, seguridad, estabilidad.

Tanto en el diseño del edificio como en el de la biblioteca se ha recurrido a la diagonal y la recta. El resultado es una estructura de gran tensión, difícil de asimilar y con apariencia inestable, pero por lo mismo, de gran dinamismo

Diferentes usos y combinaciones de líneas ¿Qué nos transmiten estos diseños? ¿Con qué los asociamos?

Todo lo dicho para la línea puede ser aplicado al plano y al volumen –los que, además, generarán nuevamente líneas reales o virtuales-; entonces, a partir de planos curvos generaremos volúmenes “blandos” y a través de planos rectos volúmenes “duros, a modo de ejemplo. La disposición de planos y volúmenes generarán asimismo tensión o reposo, equilibrio, ambigüedad, peso o liviandad, etc.

Si repasamos las imágenes vistas anteriormente, tendremos una sencilla comprensión de lo dicho.

La palabra Gestalt proviene del alemán y se puede traducir como “forma”. La psicología de la Gestalt es una corriente psicológica moderna cuyos orígenes se remontan a comienzos del siglo XX en Alemania, y que explica, mediante una serie de leyes, el funcionamiento de la mente para percibir y procesar información visual en función de variables como la memoria, la experiencia previa y la inteligencia.

A estas leyes podemos agregarle algunos casos de ambigüedad o disonancia que fueron estudiados posteriormente.

Veamos entonces las leyes perceptivas de la Gestalt y algunos ejemplos de cómo funcionan.

Todos los estímulos son percibidos por destacar sobre un fondo y no resulta fácil percibir el contorno de un modo u otro. Esta ley establece el hecho de que el cerebro no puede interpretar un objeto como figura o fondo al mismo tiempo y dependiendo de la percepción del objeto el resultado será una imagen u otra. Un claro ejemplo de esta ley, se puede apreciar en la ilusión óptica del Jarrón de Rubin

Las formas más cercanas tienden a agruparse formando figuras. Este principio parte de la ley de la experiencia. Por ejemplo: como conocemos lo que es una cama, si ciertos elementos de una imagen están bastante próximos tendemos a hacerlos un todo formando ese concepto de cama que poseemos. Otro ejemplo sería el concepto de comedor, una serie de elementos que lo conforman los juntamos para asimilarlos a esa idea que tenemos de comedor.

Nuestra mente agrupa los elementos similares en una entidad. La semejanza depende de la forma, el tamaño, el color y otros aspectos visuales de los elementos.

Los detalles que mantienen un patrón o dirección tienden a agruparse juntos, como parte de un modelo. Es decir, percibir elementos continuos aunque estén interrumpidos entre sí.

La posición relativa de los diferentes elementos incide sobre la atribución de cualidades (como ser el tamaño) de los mismos.

Las líneas que circundan una superficie son, en iguales circunstancias, captadas más fácilmente como unidad o figura, que aquellas otras que se unen entre sí. Las circunferencias, cuadriláteros o triángulos producen el efecto de cerramiento.

Si asumimos que la percepción es un proceso por el cual el individuo selecciona, organiza e interpreta los estímulos según sus deseos, necesidades y experiencias, esto significará que la lectura que hacemos de una imagen está estrechamente relacionada con la memoria y el aprendizaje .

En el caso de esta imagen, vibra porque no somos capaces de resolver su incongruencia (una cara con cuatro ojos y dos bocas), lo que da lugar interferencias como ésta.

El sistema perceptivo humano tiende a economizar sus esfuerzos y no analiza uno por uno todos los detalles de la imagen para entenderla, tan sólo tiene en cuenta aquellos que contribuyen a una interpretación global correcta, desechando el resto.

También nos resulta difícil interpretar la expresividad de las caras invertidas, - únicamente tenemos experiencia de ver caras situadas boca arriba, - por lo que el rostro inicialmente parece funcionar.

Luego observamos que, en realidad, tal como está compuesto resulta monstruoso. Este aspecto se acentúa además porque nuestro sistema visual es especialmente sensible a pequeños cambios en los rasgos faciales.

Resumiendo: nuestro aprendizaje moldea lo que vemos y lo que vemos influye en nuestro aprendizaje.

D. A. Dondis. La sintaxis de la imagen. Ed. Gustavo Gilli

Wucius Wong. Fundamentos del diseño. Ed. Gustavo Gilli

Imágenes extraídas de Google imágenes.