G-W - Conferencia partidos BUAP
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1. Partidos polticos, representacin y democracia de calidad. Mxico y los pases andinos. Dr. Adrin S. Gimate-Welsh UAM-Iztapalapa 0. Consideraciones generales sobre los partidos polticos. Partamos de la correspondencia entre lo que dice Octavio Paz en Hacia el poema: el poema no es otra cosa que un objeto discursivo () no acaba de escribirse nunca. Esto mismo podemos decir de la palabra democracia o su calificativo, calidad de la democracia. Una cosa son las designaciones, otra muy distinta es la interpretacin, podemos sostener en consonancia con Hobbes para quien el poder de nombrar es el poder primario del gobernante, como lo es de la iglesia. As pues, si recurrimos a la frase latina, a la que acude Giovanni Sartori en su discusin sobre el concepto pluralismo poltico. Nomina numina, (Los nombres son dioses) Digamos, en consonancia con el terico italiano, que los partidos polticos constituyen los pilares idneos para el desempeo democrtico de un sistema poltico de un estado soberano, integran y canalizan los intereses ciudadanos; diremos, desde una acepcin cannica del trmino, si bien esta funcin la cumplieron los clubes en el siglo XIX en la conformacin del Estado-Nacin. Siguiendo el paralelismo con Octavio Paz, si la poesa es la idea inmaterial, el poema es el objeto discursivo: un juego rtmico, que se ajusta a un arreglo o diseo en el tiempo y en el espacio. Asimismo la nocin de democracia es la creacin cultural que nos viene 1 2. desde Pericles en el siglo V (a.C.) y contina en el tiempo, no acaba nunca de escribirse; es la ciudad libre, el ideal democrtico de los griegos a la que apela Moisei Ostrogorski en 19051 ; su concrecin se expresa en los arreglos institucionales en el tiempo y en el espacio de la sociedad, de las lites polticas. Cada nueva escritura arreglo institucional tiene trazos de otras escrituras, como la de 1857 los trazos de 1824y la de 1917 las huellas del arreglo de 1857. Este es, me parece, el sentido de Ostrogroski al decir que el carcter contractual de la asociacin del gobernante y del representante no debe agotarse en el acto constitutivo del contrato, sino que debemos pensar en contratos sociales que se suceden unos a otros en el tiempo, relacin contractual que se negocia segn lo requiera la vida social y lo demande la aparicin de una problemtica de inters nacional, como sucede actualmente en Mxico y en el resto de los pases de Amrica Latina, sobre todo en el contexto de las crisis por la que atraviesan las instituciones de los sistemas polticos. Esto han hecho los partidos polticos liberales o de izquierda, conservadores o de derecha desde sus inicios hasta el siglo XXI: han constituido instituciones fundantes, instituciones constituyentes. Los representantes de la LXI Legislatura tienen ante s la gran ocasin de pasar a la historia logrando los consensos necesarios en la reforma constitucional en material electoral, pero privan los intereses de partido por encima del inters nacional y no logran construir los acuerdos necesarios. Qu tanto hemos avanzado desde el decreto de Francisco y Madero del 19 de diciembre de 1911?. Veamos el captulo VIII, artculo 117 del decreto respecto 1 Reeditada en 1912, tras abandonar el Duma rusa 2 3. de los partidos polticos. El artculo 117 hace hincapi en el rol que juegan los partidos polticos en los procesos electorales de acuerdo con la ley vigente, que es la que antecede al artculo 117. El decreto en s comprende el nuevo sistema electoral que habr de regir en las elecciones para la Presidencia, la Vicepresidencia, el Senado y la Cmara de Diputados. Sin duda el pluripartidismo de fines del siglo XX y de principios del siglo XXI es, sin duda, mejor que bipartidismo del siglo XIX, pero la representacin poltica no ha mejorado sustancialmente. El decreto de Madero responde a un momento escritural, inmediato a la cada del sistema autoritario de Porfirio Daz. Vendr despus el largo periodo de otro sistema autoritario como desenlace de la Revolucin Mexicana en la 3 4. que el partido del Estado, el Partido Nacional Revolucionario (1929), organizacin partidista reguladora de los conflictos polticos, tuvo una doble estructura: directa o territorial, formada por los comits municipales, estatales, territoriales, un Comit Directivo Nacional, y una estructura indirecta compuesta por los partidos municipales, estatales y nacionales que aceptaron los estatutos del PNR. Alberg 148 partidos de las 28 entidades federativas. El Partido de la Revolucin mexicana (1938), surge igualmente con una estructura territorial, pero tambin sectorial, expresin de los sectores revolucionarios del pas: campesinas, obreras, populares y militares: un partido de corporaciones. Y el Partido Revolucionario Institucional (1946), cuya posicin ideolgica pragmtica esta definida en las dos piezas sustantivas de su denominacin: revolucionario, su capacidad para convertirse en instrumento poltico para llevar a cabo el programa de la Revolucin Mexicana, su vocacin por el cambio y la transformacin del pas en lo econmico, en la igualdad de oportunidades y la justicia social (bienestar); y su naturaleza institucional, segn su declaracin de principios, radica en que para llevar a cabo sus acciones transformadoras, stas habrn de hacerse en el marco institucional, esto es, segn las disposiciones constitucionales y legales que rigen al pas. Dentro de su Programa de Accin, el PRI se propone una Reforma del Estado, una reforma electoral, un mejor equilibrio de poderes, un nuevo federalismo y una nueva relacin entre la sociedad y el gobierno. Ideolgicamente, en su interior han convivido tendencias ideolgicas de ambos extremos: la derecha y la izquierda. En este contexto surge el Partido Accin Nacional, considerado la principal fuerza poltica de oposicin al Partido Revolucionario Institucional a 4 5. partir de 1939. Definido como un partido de los ciudadanos, su estrategia electoral ha sido la de conquistar progresivamente los gobiernos locales y estatales hasta que en el ao 2000 obtiene la Presidencia de la Repblica. Con ello se logra la alternancia en el poder. Como partido de derecha, representa los los intereses de los sectores conservadores, eclesisticos, empresariales, las clases medias y las profesionales. Desde su fundacin con Manuel Gmez Morn, se caracteriza por su rechazo a las acciones estatistas. Su reclutamiento inicial es elitista, por invitacin de su fundador. En sus puntos programticos, el individuo es el centro, despus la familia y en tercer lugar la sociedad. Ideolgicamente, sus miembros lo ubican en el centro-derecha, con un 6.4 en 1995 y un 6.2 en 1999. Los dems partidos, sin embargo, lo consideran de extrema derecha (8.9) El Partido de la Revolucin Democrtica, cuyo registro lo obtiene en 1989, es producto de la integracin de varios partidos: El Partido Socialista Unificado de Mxico, el Partido Socialista de los Trabajadores, y de otras organizaciones partidistas y de Movimientos sociales como La Asamblea de Barrios, la Asociacin Cvica Nacional Revolucionaria, la Coalicin Obrera Campesina. Su xito, a partir de 1988, a travs del Frente Democrtico Nacional reside en que ampla las fronteras del sistema poltico mexicano al incorporar sectores marginados de los beneficios de la participacin poltica, como lo seala Panebianco. Su penetracin territorial fue del centro (DF) hacia estados como Michoacn y Guerrero, Zacatecas. Su ubicacin ideolgica es definida de izquierda, por debajo del punto de quiebre de 5.0 (3.2 en 1995, 3.0 en 1998 y 2.3 3n 1999), que coinciden en esencia con la calificacin que le dan otros partidos. 5 6. As, el sistema poltico mexicano adquiere trazos aparentemente ms definidos ideolgicamente, el sistema de partidos, configurado por dos extremos ideolgicos: el Partido Accin Nacional y el Partido de la Revolucin Democrtica, derecha-izquierda; y un partido que transita entre ambos polos ideolgicos: el Partido Revolucionario Institucional, en el discurso y en las acciones, si estamos de acuerdo con Arnaldo Crdova (La Jornada, 6, noviembre, 2011), espectro ideolgico que concuerda con la afirmacin de Paz la existencia del partido como rgano constitutivo y esencial el estado mexicano posrevolucionario (Octavio Paz)2 . ste ha sido calificado de partido de los trabajadores, partido de la burguesa o de la oligarqua o instrumento del Ejecutivo (Luis Javier Garrido, 1986)3 . La historia contempornea mexicana ha sido caracterizada, desde esta ptica de unipartidista como de pluripartidista, de modelo democrtico como de autoritario; su modelo ha sido repudiado por unos, admirado por otros4 . Sin embargo, su historia no ha sido realmente estudiada a fondo porque no sido visto como un partido autoritario en el poder, por ejemplo, as clasifican Scott Mainwaring y Frances Hagopian su rgimen de gobierno hasta fines del siglo XX: 1945-1987 (2005)5 . Su trnsito de un partido en el gobierno, autoritario, a uno en una fase semi-autoritaria, como lo definen Mainwaring y Hagopian, coloca al sistema poltico mexicano, como bien sabemos, en la fase de transicin a la democracia, pero al mismo tiempo instala al PRI en los inicios de la crisis del 2 El ogro filantrpico. Historia y poltica, 1971-1978, Joaqun Mortiz, p. 109-124 3 El Partido de la Revolucin Institucionalizada, SEP, Mxico, 1986. 4 El inters del general de Gaulle por el PRI hizo que enviar expertos de los partidos a estudiarlo 5 The Third Wave of Democratization in Latin America,. Advances y Setbacks, Cambridge, Cambridge University Press. 6 7. partido, como lo advierte Francisco Reveles en Partido Revolucionario Institucional: crisis y refundacin (2003),6 la caracterizacin de Reveles es coincidente con la de Mainwaring y Hagopian: fue pilar del rgimen poltico autoritario y eje del sistema electoral no competitivo. Naci como partido gobernante y, por ende, su principal objetivo fue conservar el poder (Reveles, 2003:11). Si bien los estudios sobre el PRI arrojan caracterizaciones del tipo: partido de estado, maquinaria electoral, partido hegemnico, partido del rgimen poltico, se requieren an estudios ms profundos que examinen no slo su historia hegemnica, su vinculacin con los sectores sociales o con los empresarios en un mundo globalizado, se hacen necesarios, adems, estudios detenidos sobre la naturaleza misma de los partidos: su carcter representativo, aspecto fundamental de la democracia contempornea, como seala Maurice Duverger (2004),7 esto es, su origen vinculado al sufragio popular la representacin y al trabajo parlamentario, una vez investidos como legisladores representantes de los intereses ciudadanos. Hay pues un origen electoral, y una muy necesaria relacin entre estas dos dimensiones, ancladas en cuestiones locales o regionales (las facciones en el sentido de John Madison, Cf. El Federalista, nmero 10), 8 en identidades polticas o en intereses compartidos. Ahora bien, ante la crisis de confianza en las instituciones del sistema poltico mexicano como de los sistemas polticos en Amrica latina, exhortamos a los actores polticos, si ustedes estn de acuerdo con la analoga poesa/poema que establece Octavio Paz, a que visualicen nuevos objetos 6 Francisco Reveles, Coordinador, Mxico: UNAM/Editorial Gernika. 7 Los partidos polticos, Mxico: fondo de Cultura Econmica. Primera edicin en francs, Les parties politiques, Librairie Armand Colin, Paris. 8 Al partido lo define como bando, faccin, abogados que delibera sobre los intereses de las facciones 7 8. discursivos ante el agotamiento del contrato originario. Debemos evitar la esclerotizacin en los partidos polticos y en las instituciones polticas en general. Ejemplos de ello hay muchas: el surgimiento de la Corriente Democrtica en 1986 o la crisis entre los tradicionalistas y los pragmatistas al interior del Partido Accin Nacional en la dcada de los noventas. El pas requiere un sistema de partidos en vas de cambio; requerimos de nuevas formas de cooperacin y participacin ciudadana, y formacin constante de nuevos consensos. Pero lamentablemente, como hemos visto en las modificaciones constitucionales recientes, los legisladores no terminan de entender la importancia del efecto psicolgico del arreglo institucional en los procesos electorales; slo se ven a s mismos, no miran hacia la ciudadana que se supone representan. La reforma poltica del 2011 aprobada en la Cmara de Diputados no ser sometida a consulta popular, la democracia participativa ha sido una vez ms pospuesta, no as en Ecuador y Per. Este es el reto de los partidos polticos, en la actualidad se encuentran con un gran deficit de legitimidad y de representacin ( Scott Mainwaring, 2004; Manuel Alcntara, 2010); este es el gran reto de los partidos polticos: entablar un nuevo dilogo con la ciudadana en la construccin de un modelo alternativo de democracia que fomente un verdadero empoderamiento ciudadano en la toma de decisiones. Si se quiere, un mayor grado de interaccin vertical, si queremos colocarnos en la perspectiva de Guillermo ODonnell (1997). Me parece que sera importante reflexionar ms a fondo sobre el rol de los partidos polticos en el contexto de los cien aos de vida como instituciones encargadas de representar los intereses de los ciudadanos. No es casual que exista una crisis de legitimidad de los partidos polticos en Mxico, en muchos 8 9. pases de Amrica Latina y del resto del mundo, como han sealado estudiosos como Scott Mainwaring, Manuel Alcntara, Pippa Norris. En muchos de nuestros pases, incluido Estados Unidos, las elecciones se han conducido con precariedad, no slo por el comportamiento de los partidos polticos, sino por la falta de certidumbre y credibilidad de las decisiones de los responsables de las instituciones electorales (Cf. El Estudio de Jos Antonio Crespo; Helena Varela, 2010) y por el rol que juegan medios masivos de comunicacin. Aparentemente tenemos en Mxico un sistema de partidos ms competitivo, que se ha traducido en una representacin ms plural en los congresos federales y estatales, como tambin sucede en pases como Per y Ecuador; pero apreciamos una sub-institucionalizacin como seala Javier Duque Daza (2008) para el caso colombiano. Surge la pregunta, que relacin podemos apreciar entre los partidos polticos y la democracia en Amrica latina. De entrada, sostenemos, que esta relacin no ha fomentado la durabilidad y la vitalidad de la democracia. A saber, no hay coherencia entre los programas de los partidos y las leyes y polticas que promueven una vez en el poder. Ah estn los casos de Argentina, Venezuela y Chile, como ha demostrado el estudio de Susan Stokes; no hay coherencia organizacional y disciplina de partido; no muestran capacidad para el cambio; no muestran autonoma frente a los poderes econmicos y frente al poder de los medios de comunicacin. Dicho de otra manera, exhiben una escasa funcionalidad democrtica; y esto sucede porque exhiben escasa institucionalizacin. As, a mayor institucionalizacin partidista, mayor consolidacin de los partidos, 9 10. mayores posibilidades de consolidacin democrtica que tendr como efecto un mayor enraizamiento en la sociedad. Ante estos vacos, los movimientos sociales y los movimientos ciudadanos han llenado estos huecos en algunos pases latinoamericanos que, en algunos casos terminan partidizndose (Cf. Donna Lee van Cott, 2005). No obstante, contribuyen al mejoramiento de la democracia. En Mxico, los ciudadanos no disponen de la funcin legislativa en el mbito nacional, como existe en Colombia y Ecuador, por ejemplo, despus de los nuevos arreglos institucionales en la dcada de los noventa. Sirvan estos comentarios introductorios para mostrar a ustedes, ahora, los resultados de un estudio comparado entre Mxico y los pases andinos sobre la representacin de los pueblos originarios. Les presento una parte de los resultados de las entrevistas aplicadas a las legisladoras y los legisladores de Ecuador y Per, concierne, justamente, al tema de los partidos polticos y la representacin. Sirvan estos comentarios introductorios para mostrar a ustedes, ahora, los resultados de un estudio comparado entre Mxico y los pases andinos sobre la representacin de los pueblos originarios. Les presento una parte de los resultados de las entrevistas aplicadas a las legisladoras y los legisladores de Ecuador y Per, concierne, justamente, al tema de los partidos polticos y la representacin. 1. 1. Representacin poltica. Centrar la mirada en la representacin (Pippa Norris, 2004) es colocarse en los indicadores de la calidad de la democracia: la creacin institucional, la instauracin de nuevos arreglos electorales y el fortalecimiento de una ciudadana activa, esto es, el establecimientos de las estructuras democrticas 10 11. bsicas; ms an, si se fija la vista en el rol que juega la oposicin en un sistema presidencial (Scott Morgenstern, Juan Javier Negri, Anbal Prez- Lin, 2009); pero tambin significa colocarse en la pregunta planteada por Rorty (1996): qu tan coherente es la teora democrtica con la prctica, cuestin planteada asimismo por Norberto Bobbio (2004:28). La interrogante de Rorty implica, como lo advierte Robert Dahl (1996), cuestionarnos si los sistemas polticos latinoamericanos pueden catalogarse como democrticos si aplicamos los criterios mnimos de la democracia. La respuesta es afirmativa, s se satisfacen los criterios mnimos, si estamos de acuerdo en sus atributos fundamentales: elecciones regulares y libres, sufragio universal, rendicin de cuentas de las instituciones del estado y libertad de expresin y de asociacin, dimensiones de la democracia que suelen calificarse como formales. Pero, como bien sabemos, la dimensin electoral no es suficiente para tener una democracia representativa slida. Ms all de la condicin mnima electoral elecciones libres de violencia, de la compra de votos, del fraude sistemtico y de la manipulacin meditica , los representantes parlamentarios deben reflejar la sociedad que representan, deben estar representados los grupos minoritarios, entre muchos otros grupos. Ante los atributos aludidos, los crticos se preguntan, se asegura la distribucin del poder? qu tanto se fomenta la participacin ciudadana? (Norris, 2008). Esto es, no basta una concepcin de la democracia en trminos mecnicos, es necesario, asimismo, el efecto psicolgico que fortalezca la democracia. De ah la importancia de la representacin, de la democracia participativa y de la democracia social, atributos que fortalecen su calidad. Cabe advertir de entrada que si bien no hacemos un vaco a la acepcin 11 12. de Guillermo ODonnell (2005), que subraya los derechos econmicos y sociales, s fijamos nuestra vista en los derechos polticos, en los principios de equidad, en la participacin ciudadana y en la rendicin de cuentas (Schmitter, 2005), esto es, calidad de la democracia en trminos procedimentales9 y del estado de derecho equidad en los derechos a la informacin y en los procesos de competencia electoral (Snyder y Samuels, 2001), as como en los derechos de representacin de todos los sectores de que se compone una sociedad. De ah la importancia del estudio de las instituciones electorales, esto es, las reglas establecidas para el acceso al poder. En otras palabras, nos instalamos en la perspectiva polirquica de Robert Dahl y de Morlino. Mejor todava, nos interesa la relacin entre las normas institucionales del proceso electoral y la competencia entre los partidos polticos y los resultados que de ste emanan (Dieter Nohlen, 1994). En el sentido de Nohlen, partimos de la premisa de que las elecciones se conciben como el mtodo democrtico para designar a los representantes; las elecciones significan, a la vez, el control del gobierno y de los representantes por el pueblo (Nohlen, 1994). Entendidas las normas institucionales de los procesos electorales como las estructuras democrticas bsicas, los esfuerzos por ahondar en la gobernabilidad y la gobernanza han puesto la mirada en el diseo de los sistemas electorales. En este contexto, los pases en su bsqueda del modelo ideal, han transitado de un sistema electoral por mayora10 a un sistema de 9 Monitoreo de la responsabilidad de los gobernantes y de los representantes elegidos y de las demandas ciudadanas. 10 Utilizo el trmino en el sentido en que es empleado por Dieter Nohlen (1994:88), a saber, el candidato es elegido por haber logrado la mayora relativa de votos o la mayora absoluta. 12 13. representacin proporcional11 o a sistemas mixtos. Sin embargo, las definiciones del tipo de sistema electoral nos remiten, por un lado, a un principio decisorio12 y, por otro lado, al resultado electoral, pero hay otros aspectos por considerar, entre otros, la circunscripcin electoral, que si no est adecuadamente delimitada puede conducir a problemticas de sobrerrepresentacin o subrepresentacin, como se desprende de las entrevistas aplicadas a las(os) legisladoras(es) de Ecuador o Per. En el primero (sistema mayoritario), se elige un representante por circunscripcin y en el segundo (sistema proporcional) se elige ms de un representante, pero esta caracterizacin tampoco es un criterio difinitorio ya que los sistemas uninominales de una circunscripcin tambin aparecen en los sistemas de representacin proporcional. Adicionalmente, y como advierte Nohlen, la eleccin en circunscripciones bi-nominales o tri-nominales invariables corresponde a un sistema mayoritario (1994:88). Lo que aparece en los sistemas polticos son sistemas electorales contradictorios: conviven elementos de un sistema mayoritario con aspectos de un sistema de representacin proporcional, sistemas de representacin proporcional personalizada; o bien los casos en que las curules son asignadas en varias circunscripciones pequeas de acuerdo con el principio proporcional, pero la barrera es tan alta para la asignacin de los escaos que ocasiona una desproporcin entre votos y escaos. En consecuencia, los resultados ya no corresponden a una representacin proporcional Este tipo de cuestionamientos nos llevara a poner en tela de juicio la 11 La representacin expresa la distribucin de los votos entre los partidos. 12 La frmula que se utiliza para convertir los votos en escaos. 13 14. representacin proporcional en los casos en que en este sistema no se asignen las curules bajo dicho principio. Ms todava, cmo puede mantenerse la barrera del 5 % para la representacin poltica, que tiene caractersticas de representacin no proporcional, dentro de un sistema de representacin proporcional? (Sartori, 1985). Planteadas las consideraciones anteriores, nos preguntamos: Qu percepcin tienen las(os) representantes de las minoras tnicas de los diseos electorales en sus acciones de acceso al poder? Cules son las dificultades a las que se enfrentan en la competencia interna y frente a los candidatos de los dems partidos en la obtencin de una curul? Y, una vez en congreso, Son responsivos en su trabajo legislativo? Rinden cuentas a sus representados? Para comprobar las interrogantes antes planteadas, analizo la informacin obtenida en la aplicacin de cuestionarios a legisladoras(es) representantes de los pueblos originarios de Ecuador y Per y la comparo entre s a fin de averiguar si el arreglo electoral responde a las expectativas de los actores polticos y de los analistas de la ingeniera institucional. 1. La representacin poltica de los pueblos originarios en regmenes presidenciales. Un acercamiento desde los sistemas electorales La representacin de los pueblos indgenas desempea un papel fundamental en el fortalecimiento de la democracia en Amrica latina. Pero su llegada al Poder Legislativo no ha sido una concesin otorgada por las elites polticas, es resultado de aos de lucha poltico social, como se ha sealado en investigaciones diferentes (Lee Van Cott, 2005; Rivero Pinto, 2005; Gimate- 14 15. Welsh, 2010b). Para ver de cmo se ha logrado esa representacin en los pases del Ecuador y Per, examinaremos en primer lugar la percepcin que tienen de los sistemas electorales en cada uno de estos pases, y enseguida indagar sobre su percepcin en torno de la responsividad y la rendicin de cuentas, aspectos fundamentales de una democracia de calidad. Antes, sin embargo, es necesario hacer un repaso de los cambios en los arreglos electorales a partir de los procesos de transicin democrtica. 1.1 Los sistemas electorales vigentes en Ecuador y Per. El sistema electoral es considerado una de las instituciones fundamentales en la construccin de una democracia de calidad. El supuesto subyacente es la idea de que la ingeniera electoral tiene consecuencias en las opciones de los votantes y en la representacin poltica en virtud de que las reglas electorales tienen consecuencias en el comportamiento de los partidos y sus actores polticos. Dicho en otros trminos, el rediseo electoral tiene efectos mecnicos importantes pues determina qu candidatos son elegidos al Poder legislativo y qu partidos devienen gobierno. Ambos supuestos son fundamentales en la democracia representativa, deliberativa. Pero tambin busca tener efectos psicolgicos en el mbito individual. Es decir, la ingeniera electoral incide en el comportamiento de los actores polticos y en los electores. Las interrogantes principales han sido, cmo generar mayor certidumbre a los procesos electorales de modo que se profundice la democracia y se fortalezca la gobernabilidad? La va adoptada en algunos pases ha sido colocar la atencin en el diseo electoral, an en los pases de las democracias consolidadas.13 13 Tomemos por caso el de Inglaterra que ha llevado a cabo transformaciones en su sistema electoral para incorporar una modalidad mixta entre el sistema mayoritario y el representacional. 15 16. Los sistemas electorales basados en el principio mayoritario han sido valorados positivamente por razones de rendicin de cuentas del partido en el gobierno y por los incentivos que conlleva la representacin en la composicin del Poder legislativo. La modalidad proporcional, a su vez, ha sido defendida por su carcter incluyente, por sus posibilidades de compartir el poder y de expresar la pluralidad social e ideolgica de un pas. El debate a favor o en contra de los sistemas combinados ha sido una de las caractersticas de los estudios recientes sobre sistemas electorales (Mathhew Soberg Shugart y Martin P. Wattenberg, 2001). Por otro lado, los sistemas proporcionales presentan menos obstculos para llegar al poder en la medida que se requiere de un menor porcentaje electoral. Los partidos, consecuentemente, adoptan estrategias electorales que focalizan el voto de sectores homogneos de la sociedad. Los vnculos de este tipo de electores pueden ser de clase, religin de afinidades identitarias o ideolgicas. Los partidos promueven, en consecuencia, los intereses de sus electores de manera ms definida dados los vnculos de afinidad, reforzando la representacin mandato (Cf. Adam Przeworski, 1999 et all). Esta modalidad posibilita una mayor movilizacin del sector social en general en lugar de un alto consenso en asuntos en los que la mayora de los partidos estn colocados. La competencia partidista se encontrar en un espectro espacial ms amplio en trminos ideolgicos. Tales circunstancias generan mayores incentivos en el electorado en los procesos electorales. Se maximizan los incentivos en las votaciones, se combate la apata electoral y el malestar hacia los partidos. Los grupos minoritarios, los pueblos originarios en particular, igualmente tendrn mayores incentivos para 16 17. participar activamente en los procesos electorales. Este ha sido, al menos, un rasgo caracterizador reciente de los pueblos indgenas en pases como Per, Ecuador y aun en pases como Colombia y Venezuela donde la poblacin indgena no excede el 3 % (Cf. Donna Lee van Cott, 2005). Pero este despertar por la competencia poltica de los pueblos indgenas se ha inscrito en el contexto de la desconfianza hacia los partidos polticos y de los rompimientos de clase, pero tambin a partir de la creacin de nuevas organizaciones que giran alrededor de la etnicidad; otro tipo de rompimiento, como en el caso de Ecuador. Dado este contexto latinoamericano, el planteamiento general es el siguiente. Cmo se ha dado la representacin de los pueblos originarios en los pases andinos y Mxico, y cul ha sido su labor legislativa en estos pases? Para responder a esta pregunta, y otras que se desprenden de ella, en una primera etapa, he llevado a cabo un estudio de las reformas constitucionales en materia electoral (Gimate-Welsh, 2010b) que sirve de base para el anlisis de la representacin de las minoras tnicas en los pases andinos y Mxico; y en la segunda fase, dada la representacin indgena en estos pases me propongo averiguar qu percepcin tienen del sistema electoral vigente, cmo accedieron a la representacin, cul es su relacin con las dems bancadas partidistas en el trabajo legislativo y su relacin con el ejecutivo. Sin embargo, para este ensay me ocupo solamente del Ecuador y Per14 ,como adelanto de una obra de conjunto. Para dar respuesta a estas interrogantes presento a continuacin los resultados de las entrevistas15 que 14 En un trabajo posterior me ocupo del resto de los pases andinos, incluyendo a Mxico 15 Los datos que presento en forma de grficos provienen de los cuestionarios 17 18. llev a cabo en el mes de septiembre, 2010, con legisladoras y legisladores del Ecuador y de Per. 1.1.1 Cronologa de los cambios en los sistemas electorales del Ecuador y Per. Ecuador ha experimentado cambios profundos en su sistema poltico a partir de 1978-79 y 1983 (Simon Pachano, 2004; Michael Rowland, 1998), transformaciones que estn enmarcadas en la tercera ola de la democratizacin. Los cambios, que tenan por meta una mayor representacin de los sectores sociales y de una mayor gobernabilidad, afectaron a la estructura del congreso, al calendario electoral y la duracin de los poderes Legislativo y Ejecutivo; afect, asimismo, las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. La reforma constitucional de 1978 incorpora por vez primera la segunda vuelta en la eleccin presidencial; en 1983 reduce se el periodo de los legisladores a cuatro aos; en 1994, mediante plebiscito, se aprueba la reforma constitucional que permite los candidatos independientes con lo que se pone fin al monopolio de los partidos; y en 1997 se transita a la votacin personalizada o listas abiertas. Veamos la cronologa de los cambios en el sistema electoral ecuatoriano y despus los del Per. 1.1.2 Cronologa de los cambios en los sistemas electorales peruanos El Congreso peruano del periodo 2001-2016, est integrado por 130 congresistas16 , tambin unicameral como el ecuatoriano, es resultado de un conjunto de transformaciones iniciadas tambin en 1978. Su eleccin se rige por el principio proporcional de acuerdo con el artculo 187 constitucional. Veamos algunas de sus transformaciones. aplicados a los (las) legisladores(as) y de las grabaciones. En la presentacin de las citas textuales mantengo el anonimato de los autores(as). 16 La legislatura 2006-2011 tuvo 124 congresistas. 18 19. El sistema electoral vigente despus de las transformaciones constitucionales del 2000 tiene tres grandes retos (Daniel Zovato, 2001): 1) el fortalecimiento del sistema de partidos, sin que stos devengan una partidocracia, 2) la conciliacin de la gobernabilidad con la representacin y 3) la obtencin de un determinado nivel de concertacin que permita el acuerdo nacional despus del rgimen autoritario fujimorista. Sin embargo, para la eleccin presidencial del 2011 participaron 31 partidos y para la eleccin del 2006 veinte partidos presentaron candidato presidencial. Diez aos despus, el diagnstico y pronstico de Dieter Nohlen, en el Per hay un sistema de partidos atomizado, poco institucionalizados (2001), se constata respecto del sistema de partidos y respecto de la dificultad de predecir el efecto causal del sistema electoral en el sistema de partidos o que stos tengan sobre el arreglo electoral; ambos pueden verse como variables dependiente o independiente en una relacin de interdependencia, posicin discordante con la asumida por Giovanni Sartori. Percepcin de las(os) legisladoras(es) sobre los sistemas electorales de Ecuador y Per17 . 2. Listas cerradas y bloqueadas. Las(os) congresistas ecuatorianas(os) entrevistadas(os) se inclinan en sealar que el sistema electoral de listas cerradas en la representacin de minoras tnicas es cuasi deplorable. La legisladora entrevistada (E1)18 considera que una de las desventajas radica en que las listas cerradas de representacin no brindan la posibilidad real de elegir a los candidatos ms idneos, sino al partido poltico. Si bien en algunas zonas o sectores esto ha favorecido al 17 La transcripcin de la entrevista a las(os) legisladoras(es) es textual; en el anexo 1 aparecen los nombres de las(os) parlamentarias(os) pero se mantiene su anonimato, ya que no aparece la numeracin de la (del) entrevistada(o) que aparece en el cuerpo del trabajo, slo aparecen sus nombres. 18 Legisladora nmero uno de la lista. Las siglas E1, E2, E3, E4, se refieren a las (los) parlamentarias(os) de Ecuador; las siglas P1, P2, P3, P4, P5, P6, P7, P8, P9 se refieren a las(os) parlamentarias(os) del Per. 19 20. movimiento Pachakutik, considera que eso no es tan democrtico ya que muchos asamblestas llegan a la Asamblea Nacional gracias a la frmula, no necesariamente porque la ciudadana lo eligiera como su representante, llegan al congreso como efecto del arrastre del candidato presidencial. La lista cerrada lo que ha dado es de que muchos asamblestas sean de la bancada oficialista; si ahora furamos como candidatos individuales seguro no sacaran menos del diez por ciento del electorado, sino ganaron con una figura, de la lista que es el presidente Correa. Por su parte E2 seala que en ciertos territorios con poblacin mayormente indgena es posible que favorezca la lista cerrada, sin embargo, dado el arreglo del sistema electoral, el arrastre de una figura local tiene ms bien efectos negativos para los candidatos de los pueblos originarios. Ahora yo saqu los primeros tres puestos en la lista cerrada pero por el pluripersonal y por el sistema de minoras yo pierdo dos asamblestas en Cotopaxi porque yo tuve un excelente arrastre, entonces tienen que entrar distintos partidos, hay que triplicar las votaciones para que pueda entrar, entonces en poblacin con mayor incidencia indgena s tiene sentido la lista cerrada. Por otro lado, hay quienes como E3 que no se inclina por las listas abiertas ni las cerradas ya que ambas vienen con vicio; se pronuncia por un sistema mixto de designacin directa que pueda dar la posibilidad de que esa persona tenga el respaldo mayoritario en su circunscripcin. Con las listas cerradas y las abiertas siguen predominando los partidos que tienen ms estructura, ms recursos econmicos, esto no slo en Ecuador sino en Amrica latina. Yo parto desde el principio de la equidad, donde la gente pueda identificar a la persona por sus cualidades, por su servicio y la designacin que pueda dar para cualquier cargo sea por su capacidad directa, es decir, su trayectoria de dirigente, de servidor pblico, cualquier rea que haya tomado su experiencia, su hoja de vida limpia cuenta y como l podra o ella, cmo podra ir asumiendo una nueva responsabilidad. En lo que respecta a las (los) congresistas peruanas(os), al preguntar por el sistema electoral de listas cerradas bloqueadas en la representacin de las minoras tnicas se perciben claramente dos posturas. En la primera posicin, 20 21. varias(os) legisladoras(es) entrevistadas(os) (P1, P3)19 sealan que la representacin proporcional apoya la representacin de los pueblos originarios. En contraparte, se encuentran aquellos (P4, P7, P8)20 que expresan que es deficiente dado que en voto cerrado no tienen oportunidad los pueblos, el que tiene es el voto preferencial. Las listas cerradas siempre han sido un gran problema porque vulneran la forma de entender la democracia en nuestros propios pueblos, nuestros pueblos estn acostumbrados a una democracia mucho ms directa donde se resuelven directamente las cosas, y directamente la representacin y las listas cerradas hacen que sean los partidos o los grupos los que determinen tal representacin y eso no es bueno (P8). El entrevistado P6 considera que el problema radica en que el sistema electoral no contiene compromiso de representacin de los pueblos indgenas en el Congreso peruano, en otras palabras, no refleja la realidad sociocultural del Estado peruano. En el caso del Per, no existe obligatoriedad de representacin de minoras al Congreso () la poblacin quechua en el Per es un tercio de la poblacin, entonces debe tener una representacin equivalente, ms de un tercio de miembros en el Congreso de la Repblica. 3. Listas cerradas desbloqueadas. En cuanto al sistema electoral de listas cerradas desbloqueadas, los datos arrojan dos posturas: entre aquellos, como E1, que consideran que es cuasi ptimo, aunque tambin tiene desventajas ya que existe la posibilidad de que se pierda el espacio o la posibilidad de representacin de las minoras tnicas; y los que afirman, como E2 y E4, que se trata de un sistema psimo, que es un sistema tramposo, ya que permite votar por personas pero al mismo tiempo para asignar un escao te suman la plancha. No tiene sentido si votan buscando entre lista, sino vota plancha, finalmente nosotros trabajamos por la plancha, 19 Congresistas peruanas(os) 1 y 3. Cabe mencionar que del total de legisladoras(es) de la legislatura 2006-2011 que representan a los pueblos originarios, fue posible entrevistar al 78.5 % 20 Representantes 4, 7 y 8 21 22. por qu? Porque si no sumamos la votacin de todos no entramos ni siquiera uno. Por eso es muy tramposo, porque nos permite votar unipersonal pero para asignar un cupo a nosotros nos suman el mayor nmero de votos como lista, no como persona. Al interrogar a las(os) legisladoras(es) sobre la transicin de listas cerradas a listas abiertas y de listas abiertas a un sistema mixto, encontramos los resultados siguientes. Para los entrevistados los principales fenmenos poltico- sociales que influyeron en la reforma electoral de listas cerradas a listas abiertas tienen que ver con que los ciudadanos no se han sentido representados por quienes ganaron los escaos por lista (E1), por lo que ha surgido la necesidad de nuevos liderazgos, la necesidad de dar paso a la participacin ciudadana (E2). Ahora bien, por una parte se ha brindado una mayor importancia al perfil de la persona, sin embargo tambin est condicionada al arrastre, es decir, finalmente termina siendo arrastrada por la candidatura nacional, por lo que E4 considera que no hay mucha variacin, a excepcin de la eleccin en los gobiernos locales. En cambio, para E3 tanto las listas cerradas como las listas abiertas han ocultado algunos elementos que no permiten realizar apropiadamente el ejercicio democrtico. Hoy el diseo para las listas cerradas o las abiertas est hecho con metodologas inadecuadas para los pueblos indgenas, ya que se trata de otra cultura, otra norma de pensamiento, otra experiencia, otra propuesta. En el caso de Ecuador la cancha no est diseado para la mayora, ni a los afro-ecuatorianos, ni para los indgenas y otros sectores sociales , si se hace una real comparacin qu partidos han predominado, qu personajes han pasado, casi como un juego de ruleta vers los mismos nombres y vers los mismos partidos, entonces como que no hay una innovacin institucional democrtica, entonces veo un tema ya de fondo no solamente de forma en los dos propios sistemas 22 23. que han llevado al deterioro. Sobre el trnsito a un sistema electoral mixto en la representacin de las minoras, apreciamos la inexistencia de un consenso. Algunos consideran regular al sistema mixto, otros como cuasi ptimo u ptimo. En la segunda postura se encuentra el E3, quin seala que le dara esa evaluacin numrica por ser optimista: Porque sera una nueva experiencia, una nueva forma () aqu da la posibilidad de preparar, da la posibilidad de tener elementos bsicos, reglamentara mucho mejor, habra innovacin de herramientas adecuadas para el sistema de eleccin, as que yo arrancara optimistamente con eso, podramos tener xito o fracaso, pero desde la experiencia. Los entrevistados (E1, E4) coinciden en que una de las razones principales para una reforma de un sistema de listas abiertas a un sistema mixto radica en que es una oportunidad, una mayor posibilidad para que haya representantes de las minoras. E2 considera que el principal objetivo sera la induccin a nuevos liderazgos, donde haya la posibilidad de que lderes o figuras ganen pese al partido poltico. En contraste con las posturas anteriores, E3 argumenta que el resultado no es halagador ya que slo se piensa en el trabajo de un partido, de un movimiento, tal diseo no fortalece la democracia del Estado, sino slo en su propio beneficio, entonces eso s es preocupante, postura que coincide con la posicin general del apartado anterior: se favorece al partido, no la participacin ciudadana. Las entrevistas realizadas a las(os) congresistas peruanas(os), arrojan los datos siguientes. Para algunos entrevistados, cmo P1, las listas cerradas desbloqueadas fomentan la participacin ciudadana ms que un sistema de 23 24. listas donde no se puede escoger de entre candidatos. No obstante, el entrevistado P4 seala que si bien para el pblico esto le parece muy bien, dentro del partido, el problema es que hay lucha entre candidatos y eso es an peor que la eleccin, pero yo creo que a final de cuentas el que tiene la razn es el elector, o sea me parece bien. Para otros, en cambio, el problema central radica en, si se quiere ser coherente, primero: Debe buscarse el equilibrio ya que el pas es pluricultural y muchas culturas son totalmente excluidas. Si bien es cierto que hay un equilibrio en cuanto a la representacin de la mujer o la representacin de los jvenes en el caso de los municipios, pero an falta avanzar ms para poder entender otro tipo de equilibrios y el equilibrio de buscar la participacin de todas las reas del pas, creo que eso es importante si los polticos quieren construir una democracia y representacin real, esa variable debe ingresar tambin en la composicin poltica y en relacin fundamentalmente en las listas que se proponen (P7). 4. Conclusiones. Los cambios iniciados en la dcada de los setenta en Ecuador y Per, que culminan al finalizar el siglo XX, colocan a ambos pases en la llamada tercera ola de la transicin democrtica. Cada uno de estos pases busca la frmula electoral ms idnea en la composicin de su Poder Legislativo. Ecuador transita de listas cerradas a listas abiertas; Per pasa de la circunscripcin nacional a circunscripciones provinciales, adopta la representacin proporcional e incorpora las candidaturas independientes de los partidos. Sin embargo, las transformaciones, que han sido constantes, no han permitido a los partidos polticos ni a sus actores tener los referentes institucionales necesarios para elaborar sus estrategias polticas, ni mucho menos el tiempo suficiente para ver la eficacia de los arreglos electorales (Pippa Norris, 2004). Ms todava, si se hace una comparacin entre el sistema electoral surgido en los setentas y las reformas posteriores, apreciamos una contradiccin en los objetivos buscados inicialmente, pues hay elementos contradictorios en el diseo institucional: hay menos posibilidades para el establecimiento de coaliciones y para una mayor representacin, hay un 24 25. debilitamiento de los partidos, el efecto psicolgico en el votante disminuye con el establecimiento de las frmula combinada puesta en marcha en las elecciones del 2006 en ambos pases. El tamao de la circunscripcin o distrito electoral sigue siendo un punto crtico en Ecuador y Per, no hay una correspondencia entre la poblacin y las curules asignadas. Veamos una sntesis de los apartados del cuestionario. En el tema de listas cerradas en la eleccin de los representantes al congreso apreciamos las siguientes crticas al sistema electoral No son una opcin de eleccin para los ciudadanos. El elector elige la frmula, no la capacidad o trayectoria y responsabilidad del candidato. Los pueblos originarios estn acostumbrados a una democracia ms directa. Favorecen al partido No es un arreglo electoral democrtico Los representantes elegidos llegan al congreso gracias a la frmula, como efecto de arrastre del candidato presidencial No obstante, en territorios con poblacin mayormente indgena probablemente favorezca, pero el arrastre de una figura local no redunda en beneficio de los candidatos de los pueblos originarios Las(os) congresistas entrevistadas(os) que sostienen una posicin favorable a la representacin proporcional aducen los argumentos siguientes: Hay mayor participacin de jvenes y ms jvenes son elegidos Hay opciones, ya que no es el dinero el que define quin gana la eleccin El partido no define quin llega finalmente al congreso Favorece al pueblo En contraste, las(os) entrevistadas(os) que consideran adverso el sistema de representacin proporcional, aluden los argumentos siguientes: No favorece la representacin de las minoras tnicas No hay equidad de gnero 25 26. El mismo Jurado Nacional de Elecciones contraviene la normatividad ya que soslaya la nocin de comunidad indgena, an en casos como la regin de Cuzco donde las comunidades campesinas son hablantes de la lengua Quechua 5. Conclusiones. Los cambios iniciados en la dcada de los setenta en Ecuador y Per, que culminan al finalizar el siglo XX, colocan a ambos pases en la llamada tercera ola de la transicin democrtica. Cada uno de estos pases busca la frmula electoral ms idnea en la composicin de su Poder Legislativo. Ecuador transita de listas cerradas a listas abiertas; Per pasa de la circunscripcin nacional a circunscripciones provinciales, adopta la representacin proporcional e incorpora las candidaturas independientes de los partidos. Sin embargo, las transformaciones, que han sido constantes, no han permitido a los partidos polticos ni a sus actores tener los referentes institucionales necesarios para elaborar sus estrategias polticas, ni mucho menos el tiempo suficiente para ver la eficacia de los arreglos electorales (Pippa Norris, 2004). Ms todava, si se hace una comparacin entre el sistema electoral surgido en los setentas y las reformas posteriores, apreciamos una contradiccin en los objetivos buscados inicialmente, pues hay elementos contradictorios en el diseo institucional: hay menos posibilidades para el establecimiento de coaliciones y para una mayor representacin, hay un debilitamiento de los partidos, el efecto psicolgico en el votante disminuye con el establecimiento de las frmula combinada puesta en marcha en las elecciones del 2006 en ambos pases. El tamao de la circunscripcin o distrito electoral sigue siendo un punto crtico en Ecuador y Per, no hay una correspondencia entre la poblacin y las curules asignadas. Veamos una sntesis de los apartados del cuestionario. En el tema de listas cerradas en la eleccin de los representantes al congreso apreciamos las siguientes crticas al sistema electoral No son una opcin de eleccin para los ciudadanos. El elector elige la frmula, no la capacidad o trayectoria y responsabilidad del candidato. Los pueblos originarios estn acostumbrados a una democracia ms directa. 26 27. Favorecen al partido No es un arreglo electoral democrtico Los representantes elegidos llegan al congreso gracias a la frmula, como efecto de arrastre del candidato presidencial No obstante, en territorios con poblacin mayormente indgena probablemente favorezca, pero el arrastre de una figura local no redunda en beneficio de los candidatos de los pueblos originarios Las(os) congresistas entrevistadas(os) que sostienen una posicin favorable a la representacin proporcional aducen los argumentos siguientes: Hay mayor participacin de jvenes y ms jvenes son elegidos Hay opciones, ya que no es el dinero el que define quin gana la eleccin El partido no define quin llega finalmente al congreso Favorece al pueblo En contraste, las(os) entrevistadas(os) que consideran adverso el sistema de representacin proporcional, aluden los argumentos siguientes: No favorece la representacin de las minoras tnicas No hay equidad de gnero El mismo Jurado Nacional de Elecciones contraviene la normatividad ya que soslaya la nocin de comunidad indgena, an en casos como la regin de Cuzco donde las comunidades campesinas son hablantes de la lengua Quechua. 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