Galgo (2015) - La Apropiación Del Intelecto

85
LA APROPIACIÓN DEL INTELECTO 1 LA APROPIACIÓN DEL INTELECTO Segunda Edición Antonio J. Baeza Henríquez, “Galgo”. 2015

description

Es muy probable que la gran mayoría de los padecimientos que vienen viviendo los pueblos oprimidos tengan que ver con que no nos hemos apropiado de nuestro intelecto. Hemos sido forzados, ya sea por cañones o por seductores engaños, a ceder la facultad y la propiedad del pensar-nos, dando la oportunidad a otros –que no necesariamente son otros fraternos- para que nos piensen de acuerdo a su mirada y, por cierto, su conveniencia. Dado que venimos dejando que otros nos piensen, hoy sufrimos. Por ello, la Apropiación del Intelecto es el primer paso necesario para liberar-nos. No podemos apropiarnos del producto de nuestro trabajo sin recuperar, antes, nuestra licencia total a pensar-nos. Esto implica optar por no hablar de “conocimiento” como “ente”, sino que de “conocer” en tanto ‘actividad vital continua’, que ocurre sólo una vez en la vida y durante toda ella; también nos lleva a definir el ‘intelecto’ como aquel conocer activo mediante el cual nos observamos, traemos a primer plano la huella de nuestra relación con el mundo y avanzamos con ello hacia el horizonte. Luego, es central definir: Todos somos seres intelectuales, ninguno más que el otro. No hay motivos para justificar que exista una élite intelectual que agrupe a los ‘iluminados’ que “guiarían” el camino a los que no saben. Sin embargo, para apropiarnos de nuestro intelecto necesitamos tomar conciencia acerca de cuál es el patrón de las sociedades basadas en la des-apropiación: La industria, espacio de des-personalización, de control masivo, de supresión de la diferencia y de instrumentalización del humano mediante el despliegue de la técnica. Ello se refiere a las fábricas y a los conglomerados comerciales, pero también a tres colosos particularmente confusos en cuanto a su rol: Escuela, Estado, Academia. Los tres nos han prometido ser aporte y guía para la liberación pero, tristemente, cada uno es, implacablemente, industria: La Escuela con su sentido tradicional, normalizante y patologizante; el Estado con su técnica contradictoriamente ineficiente y su espina dorsal opresora; y la Academia con su servilismo frente a los poderes estatales y mercantiles, la legitimación de las elites intelectuales y la desestimación del intelecto popular. Ante todo esto, los talleres, agrupaciones pequeñas organizadas en torno a la actividad común, basadas en el criterio, la relevancia de la relación personal directa, el uso de la tecnología por parte del humano y la autonomía creativa y productiva, se presentan como la alternativa más cierta de desarrollo práctico de un ejercicio apropiado de nuestro intelecto. No es algo hacia lo que se deba caminar, sino que es un actuar que está junto a nosotros y entre nosotros, posible de emerger en cada momento. La presente propuesta filosófica, planteada por un des-colgado del mundo académico –sin haber avanzado mucho en tales carreras- que se atrevido a publicar sus investigaciones y producciones de modo independiente, busca ser una voz en el desierto que incentive a otros a hacer lo mismo. No se trata de una iluminación, sino que de un atrevido manifiesto personal que, quizás con demasiada propiedad, cree representar el intelecto de todos quienes sólo firmamos con nuestro nombre o seudónimo.

Transcript of Galgo (2015) - La Apropiación Del Intelecto

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    1

    LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    Segunda Edicin

    Antonio J. Baeza Henrquez, Galgo.

    2015

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    2

    Segunda Edicin:

    Baeza Henrquez, A. J., 2015. La Apropiacin del Intelecto. Santiago de

    Chile: Estudio Confera Austral.

    Estudio Confera Austral, 2015.

    La Apropiacin del Intelecto por Antonio J.

    Baeza H. se encuentra bajo una Licencia Creative

    Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivadas

    3.0 Unported.

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    3

    PRLOGO DEL AUTOR

    Sea esta una propuesta a la humanidad, un sencillo pero atrevido aporte al arte necesario, bello y muchas veces malentendido de la discusin. Se trata de un texto grandilocuente, aunque no avasallador, como el profeta, loco y mstico, cuyo discurso busca conquistar el aire circundante, pero sin derribar a los pjaros en vuelo ni daar a la semilla de cardo que lleva las cartas que jams se leern. Su propsito es exponer, de manera clara, bien precisa aunque sin mayor densidad, los planteamientos que he desarrollado acerca del tema que nos convoca y da ttulo a este encuentro, "La Apropiacin del Intelecto". Este libro no tiene notas al pie ni sigue sistema alguno de referencias. No tiene una seccin de bibliografa al final. Se mencionan algunos otros autores, muy pocos, cuando se vuelve necesario o interesante. No es ni pretende ser un texto acadmico, aunque puede tener cierta utilidad en ese mbito. Ello, siempre y cuando sea revisado en un espacio acadmico que se mire, se critique y aspire a cambios profundos y trascendentales. Quizs pueda considerarse un texto terico, aunque slo desde visiones fuera o ms all de la razn y moral cientfica o acadmica y, no obstante, tampoco es una pretensin ni deseo incluido aqu. S es un manifiesto, claramente. Es un documento poltico, dedicado a poner sobre la mesa un tema de importancia capital para el futuro del vivir humano. Es una serie de tesis que encontraran su defensa en lo argumentativo, en el

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    4

    desmenuzamiento puro de la consistencia entre ideas y, necesariamente, en un espacio compartido. Los artculos cientficos y otros textos acadmicos buscan, en su escritura misma, ponerse a prueba, responder ante la propia interpelacin, entregar evidencias para ello y, a veces e incluso, refutarse. No son pocos los que incluyen un apartado de "discusin". Este libro no cuenta con ello. Esta obra est escrita para ser discutida en vivo, con el fin de que all recin aparezcan evidencias y respaldos a favor, en contra y en amplio, al servicio de los argumentos que combatirn, bailarn o jugarn en el momento en que se encuentren, dando vida al modo de interaccin que nos viene constituyendo como humanidad. "La Apropiacin del Intelecto" es un texto temerario, desinteresado en asegurarse frente a la crtica, esperando a pecho abierto los disparos de agua en la guerrita ldica con los amigos nadando en el lago. Dado que trata de temas tan importantes, su responsabilidad es lograr que las personas hablen de esos temas entre ellas y no ahorrarles una discusin que ha de mantenerse despierta en el espacio de conversacin y no dormida en un libro que se cierra y espera en un estante, una mesa o una caja. Este libro es un tipo radical, algo escueto e incluso un poco pesado al que yo, como autor, deber presentar, interpretar y defender en sus deseadas discusiones. Habr logrado ya su cometido, claramente. Quizs yo estar ms ansioso que l en cuanto a la aceptacin de su mensaje. Esta obra apareci en los paraderos, en hoja cuadriculada y con borrones. Fue tomando forma en el metro,

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    5

    en largos viajes que dejaron de ser tediosos con la escritura. Fue mezclado con antiguos ensayos -algunos incluidos en la primera edicin, posible de encontrar por ah en el inmenso Internet- de lenguajes algo distintos y con otros que jams se escribieron, aunque s existieron con ttulo y todo en el canasto sin fondo de las ideas. Si me viera obligado a exponer la "metodologa de trabajo", slo podra mencionar "pensar" y "escribir". No se ha dado, de hecho. Para esta versin, la definitiva, se quit todo prrafo adicional a la medida justa, procurando entregar la cantidad precisa de palabras e, incluso, quizs un poco menos, como el cocinero que sirve un plato con una minscula falta de saciedad, la cuota residual de apetito que no mata ni tortura, pero inquieta. As se cultiva el deseo en otros, dicen. Es que "La Apropiacin del Intelecto" es un libro muy coqueto, que no busca interesar a mquinas tericas, sino que apela a intelectos vivos. Esta obra no responde a convenciones acadmicas ni de propiedad intelectual. Los motivos profundos se encuentran explicados en la obra misma. De todos modos, cuento: No puede promoverse la apropiacin de algo mediante un discurso que no se apropia de lo que plantea. Apropiarse del intelecto es apropiarse de la redaccin, las ideas y la ocurrencia misma de ellas. No se trata de soberbia, porque las palabras que se leern no quieren profesar superioridad ni iluminacin alguna. De hecho, es lo que se quiere combatir en ellas. La actitud, en cambio, es de seguridad, de firmeza en las ideas y de confianza en el estilo que ha sido

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    6

    propuesto. Aceptando el riesgo de no escribir en clave acadmica, cmoda para los lectores acostumbrados a la seguridad y las garantas que ofrece un texto institucional o patrocinado por una institucin. Sera, en cambio, hipcrita y cobarde cuestionar la institucionalizacin del saber mediante los modos mismos de la institucin; sera como si algn poeta antiguo criticara los abusos del Imperio Romano mientras saquea casas y pueblos. El escribir es actitud y, por tanto, ha de ser consecuente con su contenido mediante los modos. Apropiarse del intelecto no implica alegar propiedad individual de una determinada obra o idea. Es precisamente lo contrario: Oponerse firmemente a que cualquier persona, grupo o institucin alegue como slo suyo, como privado, algn aporte al extenso acervo que consideramos cultura. La apropiacin implica seguridad al proponer y responsabilidad sobre lo presentado, pero ello no implica considerarse dueo de las ideas. La apropiacin es colectiva, claramente. Una actitud individual implica apropiacin, pero no la define. Es, de hecho, el carcter esencialmente colectivo del intelecto el que sostiene el derecho a que toda idea propuesta sea contemplada y evaluada por la Humanidad en su valor y sustancia misma, sin discriminacin por origen, estilo, nombre, medallas o diplomas. Esta obra puede ser copiada, multicopiada y distribuida como se desee. La escrib yo, pero es de propiedad de la Humanidad ntegra. Me hago responsable de su contenido, como autor, pero no reclamo por ello pleitesa, regalas ni nada de eso. Sea esta obra fotocopiada en cualquier oficina o escuela. Sea

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    7

    descargada de Internet o de los medios que existan en el futuro- las veces que se le d la gana. Si necesita dinero para algn proyecto, para parar la olla o para comprar un vinito que acompae una buena conversacin o un nutritivo encuentro, imprmalo, anllelo y vndalo, sin compromiso. Esta obra es suya y ma. Tambin es del posible comprador, de hecho. Si esa persona paga por el libro, no estar comprando el acceso a sus letras, sino que el esfuerzo puesto por usted en el anillado y la preparacin del libro fsico; la posibilidad de contar con el encuentro romntico entre el papel y el lector. En lo posible, por favor, no estafe a la gente usando esta obra.

    Antonio Baeza Henrquez, Galgo 16 de Febrero de 2015

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    8

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    9

    La Apropiacin del Intelecto

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    10

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    11

    I.

    Esta especie de escrito disperso resultar ser el texto

    introductorio a no slo ste, sino que a todos los escritos, la

    teora y la comprensin de mundo y vivir que ir plasmando, de

    variados modos posibles e imposibles, hasta el da en que la

    muerte no me permita seguir redactando textos. Esto se trata de

    la apropiacin del intelecto.

    La apropiacin del intelecto es el primer paso, necesario

    hasta la mdula, para la emancipacin de los seres humanos y

    de todo ser vivo. Luego viene la apropiacin de la persona, de la

    comunidad y del conglomerado de comunidades. Nada de lo

    anterior puede lograrse sin que cada uno de nosotros se apropie

    de su intelecto.

    Sin embargo, esta apropiacin solo ocurre al interactuar

    con otros, al vivir con otros, al compartir con otros. Es una

    apropiacin profundamente personal, pero no para privar al

    otro de lo mo, sino que para entregar al otro lo que quiero

    entregarle sin que nadie me diga cmo entregrselo. Se trata de

    un acto en el que se trae a primer plano, en total plenitud, el

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    12

    papel y tintura del sujeto intelectual, del sujeto que propone, de

    quien propone. Consiste en el aprendizaje sostenido de un modo

    en el que hacerse-cargo es uno de los elementos fundamentales.

    Pero hacerse-cargo no se entiende slo como responsabilizarse,

    sino que tambin como el hacerse uno mismo el trabajo de

    cargo, vale decir, de traslado o acarreo de lo que quiero hacer

    llegar a otro. Ello pues, al igual que en una encomienda, slo

    quien la enva puede sentir y asimilar el valor genuino de lo que

    se quiere hacer llegar a la otra persona. Probablemente slo

    quien lo enva puede cuidar y llevar a cabo el envo de la mejor

    manera. El intelecto es una cuestin de cartas entregadas por el

    mismo remitente.

    II.

    Conviene proponer la diferencia entre conocer e

    intelecto.

    Conocer tiene que ver fundamentalmente con vivir. Se

    trata de una actividad vital que ocurre, continuamente, una sola

    vez que dura toda la vida, en el momento y lugar mismo de cada

    interaccin del individuo con su entorno o mundo. Se trata del

    acto mediante el cual se van definiendo o difuminando las

    complejas relaciones que el individuo sea humano, ameba o

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    13

    gato- viene manteniendo, mantiene y mantendr con cada

    elemento que distingue en el entorno o mundo. Y se trata, por

    cierto, de un acto que imprime huellas en el s-mismo, en tanto

    unidad auto-referida y auto-distinguida.

    El intelecto, por su parte, tiene que ver con proponer.

    Pro-poner puede entenderse, al menos para este anlisis, de

    acuerdo a la divisin mencionada. El prefijo ~pro suele sugerir

    adelantamiento, avance, distincin en el sentido noble de la

    palabra-, privilegio, algo superior pero no frente a otros sino

    que a s-mismo. Algo que ha avanzado, que viene avanzando

    pero desde su propio estado o tendencia anterior. Poner, por

    su parte, es un humilde y simple verbo que expresa el otorgar

    posicin a algn elemento en alguna superficie o espacio. Se

    diferencia de dejar, en tanto esta ltima palabra tiene un olor a

    pasividad, olvido u omisin; poner es un acto visible y activo,

    con cierto toque de voluntad y al menos una pizca de esfuerzo

    fsico o mental. Consiste tambin, por cierto, en otorgar a algn

    elemento un lugar que no necesariamente le corresponde ni

    haya estado antes; un acto que, al ocurrir, puede contribuir a

    mantener o modificar, siempre activamente, un orden que viene

    operando.

    As pues, pro-poner puede implicar ese otorgar-

    posicin-activamente con una actitud o caracterstica de

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    14

    adelantamiento, avanzada o mejora, a partir de la accin en s-

    misma. Dicho de otro modo, el intelecto va describiendo la

    historia en que el otorgar-posicin-activamente va mejorando-

    se y adelantndose desde s mismo y, por cierto, mediante s-

    mismo. El intelecto es poner algo en algn lugar, continuamente,

    cada segundo mejor. Y la forma particular en que ese poner va

    mejorando es, precisamente, poniendo. El intelecto tiene que ver

    con proponer.

    Cmo podemos pensar la relacin entre conocer e

    intelecto? Vale decir, en primer lugar, que no es posible, de

    manera alguna, el intelecto sin conocer. No hay acto intelectual

    en el que no se est conociendo. Probablemente, s puede haberlo

    al revs, una especie de conocer-pasivamente en el cual no se

    pone algo sino que se deja algo. La huella en el s-mismo

    queda, pero no ha sido propuesta por el s-mismo. De hecho, la

    huella es la respuesta del propio s-mismo frente a la

    perturbacin pero no ha sido, probablemente, la respuesta

    propuesta. El intelecto describe aquellos momentos en que el

    conocer ocurre de modo activo, de modo pro-yectivo,

    extendiendo lneas delante de s. Describe cuando la misma

    huella de lo que ya vino o lo que viene ocurriendo es puesta y

    cada vez mejorndose en ese poner. Y podemos aqu agregar

    una dimensin al concepto de pro-poner, en tanto es poner

    delante de s-mismo aquello que es propio a la huella de s-

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    15

    mismo. Verse a s mismo delante de uno mismo. El intelecto es

    observarse.

    III.

    Apropiacin es lo contrario a alienacin. Mientras lo

    ltimo podramos entenderlo como una especie de despojo o

    enajenacin, como el retiro, por parte de otro, de lo que te

    corresponde o a lo que t correspondes, la apropiacin puede

    tener que ver con la recuperacin o toma, en una actitud activa,

    de aquello que me corresponde y que me fue quitado o privado.

    Es un derecho, a todas luces. En ciertos cdigos penales, aparece

    la figura de la apropiacin indebida. Cabe considerar que ello

    slo tiene sentido en un sistema cultural donde se ha

    determinado quines son los dueos de cada bien, cules son los

    modos legitimados de intercambio de esos bienes y, sobre todo,

    de cmo ha de dividirse segregarse, entre la poblacin, la

    calidad de dueo de los mismos.

    La apropiacin es recuperacin o toma, pero tambin es

    ejercicio. En el caso del intelecto, no es algo que se recupera

    transaccionalmente; no se trata de un bien de consumo que yo

    te quito para tenerlo o que, al intercambiarse, debe dejar de ser

    de alguien para pasar a ser del otro. Se trata de algo que debe

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    16

    practicarse como propio continuamente pues, cada vez que se

    abandona, se deja para que otro que no necesariamente ser

    el otro fraterno- se apropie de l sin querer compartirlo. Por

    tanto, la apropiacin del intelecto es una actividad continua y

    eterna, que se da mediante practicar el pro-poner, poniendo

    delante de s mismo lo que ha dejado huella en uno mismo, con

    una actitud de avanzada y mejora constante a partir de lo

    propio. Es por ello mismo que es actividad continua y eterna. Y

    es preciso agregar: No hay avance del intelecto sin apropiacin

    del mismo.

    Quin nos ha privado del ejercicio del intelecto como

    actividad propia? Las universidades, la consultoras, los expertos,

    los relatores de capacitaciones expositivas y unidireccionales,

    los profesionales que sacan al dilogo su ttulo o grado

    acadmico para otorgar peso a su opinin sobre ciertos temas,

    los gobiernos, los crticos literarios con tendencia a la

    evaluacin, los hospitales, los gloriosos equipos de

    investigacin, los especialistas que salen en la tele, los

    profesores que ponen malas notas, los msicos que se valorizan

    a s-mismos y a los dems slo a partir de criterios tcnicos y

    tecnolgicos y, en general, las instituciones que nos explican

    cmo son las cosas y las personas que son invadidas por tal

    institucin y que, tristemente, ya vienen siendo despojadas y

    despojados de la propiedad de su intelecto.

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    17

    IV.

    No sera descabellado afirmar que la gran mayora de

    las injusticias que vivimos diariamente tienen lugar gracias a

    que no nos apropiamos de nuestro intelecto.

    Las variadas construcciones de mundo que han dado

    lugar a las sociedades modernas y a esta especie de

    globalizacin inconclusa1 en que nos vemos envueltas y

    envueltos incluyen la delimitacin y difuminado de un

    considerable nmero de lmites entre sus rganos. Tales

    construcciones son las tablas de la ley donde viene grabado

    quines mandan y quines obedecen, qu es lo bueno y qu es lo

    malo, cul es nuestra tarea en el mundo y cul es la de otros.

    Ahora, estas distinciones se sostiene en una basal: La que indica

    quines saben y quienes no saben y que, por tanto, deben

    1 La cultura occidental invade, de a poco, los distintos asentamientos humanos

    del planeta. Sutilmente, se ha llamado a ello globalizacin. Pero es un proceso inconcluso y reversible. A la fecha de hoy, 27 de Julio de 2015, no todos los grupos humanos han sido sometidos a la tradicin europea. Muchos viven en el Amazonas, en frica, en los polos o escondidos hasta dentro de las ciudades. Importante, pues nos recuerda que el humano puede vivir y los grupos humanos pueden avanzar de modos distintos al que operan los lugares globalizados.

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    18

    aprender de los primeros. Se trata de una diferencia que implica

    un vaciamiento de saber por parte del pueblo, de la cesin de la

    tutela del saber a una clase que luego ser llamada 'cuerpo

    intelectual. Y claramente, este abandono del propio saber, esta

    supresin del yo-se y del yo-propongo, es la que nos aparta de la

    participacin en la configuracin del mundo en que vivimos y en

    el que, a menudo, padecemos, pues viene siendo construido a la

    medida de otros que, al parecer, no piensan en nosotros.

    Se suele hablar de la fuente del conocimiento. Es una

    idea muy antigua y tradicional y podra tratarse como un

    elemento particularmente importante en la construccin de la

    que se habla en el prrafo anterior. Al hablar de fuente,

    mencionamos algo que esta situado en. Hablamos de algo que,

    al estar en un lugar al que debemos acceder, es, por tanto, un

    lugar fuera de nosotros, una posicin externa y absoluta. Luego,

    seran solo algunos los que tienen la posibilidad de acceder a esa

    fuente y, en su infinita bondad, transmitiran los conocimientos

    a la poblacin; aquella lite, el cuerpo intelectual, que ha

    encontrado la fuente llena de monedas de oro al final del

    arcoris y que tiene la facultad exclusiva de entender cmo

    deben extraerse las monedas de tal recipiente.

    El conocimiento, en vista de lo anterior, ha sido

    histricamente situado en edificios, instituciones o grupos

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    19

    humanos. El Orculo en Grecia, el Monasterio para el mundo

    catlico, la Universidad en la Edad Media y hasta nuestros das,

    las Consultoras en nuestro actual neoliberalismo; asimismo, se

    asocia, atribuye y, por tanto, entrega- a los japoneses el

    dominio de la innovacin robtica y electrnica; a los alemanes,

    los estndares de calidad; a los franceses, la teora crtica, etc. Se

    establecen creencias, incluso, acerca del origen de ciertos

    conocimientos, cual hormigueros especializados y, en la

    reiteracin de ello, se funda y legitima la divisin entre grupos

    sabios y grupos ignorantes. Los ltimos son los que debern

    aprender de los primeros, imitar lo que a los sabios les ha

    resultado y, por cierto, no intentar siquiera creer que sus

    creaciones o iniciativas propias estn cerca de la altura de los

    entendidos en el tema.

    No se trata aqu de vapulear la especializacin. De

    hecho, la especializacin es un producto y, a la vez, garante de la

    cooperacin en los grupos humanos. No es necesario que cada

    persona sepa todo cuanto hay que saber en este mundo y

    realice todos los oficios; eso requiere demasiado esfuerzo y aos

    probablemente ms que lo que el ciclo vital del ser humano

    suele durar- y, en cambio, es mucho ms ventajoso repartirse,

    dividirse y compartir las acciones que mantienen el curso de

    una cultura. La especializacin describe, por cierto, ese mismo

    proceso. Nada tiene de malo que existan zapateros, mdicos,

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    20

    carpinteros, msicos, choferes o ingenieros; el mdico permite

    que el carpintero se dedique a construir bien y tenga buena

    salud, mientras el carpintero permite que el mdico se

    desarrolle en la curacin y el cuidado del cuerpo y viva en una

    buena construccin. El problema es otro: Es la profunda

    diferencia de valoracin entre la que se otorga al mdico y la

    que se otorga al carpintero, por ejemplo. Es la asimetra que ha

    venido tiendo la especializacin sin tener que hacerlo.

    El paradigma de conocimiento como algo situado ha

    sido tierra de hoja para la formacin y fortalecimiento de castas,

    proceso que ha ensuciado y podrido la especializacin. Se ha

    venido rompiendo, desde hace muchos aos, la simetra entre

    las distintas acciones que distintos seres humanos realizan para

    mantener la sostenibilidad de la vida en comunidad. Ello es,

    precisamente, porque se ha llegado a la idea de que habra

    ciertos oficios que luego, para diferenciarlos, fueron llamados

    profesiones- que se acercan ms al conocimiento que otros y

    que, por tanto, son ms valiosos pues seran los que ayudaran a

    repartir el saber por el mundo; resulta, luego, que son los

    mejor remunerados y valorados. De hecho, es muy comn

    escuchar un argumento que racionaliza, por excelencia, el gozar

    de una posicin cmoda en la estructura econmica: Me part el

    lomo estudiando 5 aos, mnimo que ahora yo gane ms que

    quien no estudi. Mucha gente se siente mal por haber

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    21

    estudiado una carrera profesional y luego ver que otra persona,

    que no estudi, percibe el mismo ingreso, gana la misma

    cantidad de dinero o incluso ms que ella o l. Ese malestar

    surge, precisamente, de los significados que envuelven y

    amoldan la concepcin misma de trabajo; o se siente que quien

    estudi merece ms, o que quien no estudi merece menos. Es

    hasta en el mismo mbito emocional en el que se han arraigado

    aquellas premisas que sostienen y dan fundamento racional a la

    desigualdad. Y es una desigualdad que se argumenta, por cierto,

    desde la idea que mencionamos anteriormente: la divisin entre

    quienes saben ms y quienes saben menos o, lisa y

    llanamente, no saben.

    El sistema de creencias anteriormente expuesto tiene

    consecuencias sustancialmente malignas e insensibles. De

    hecho, es una divisin que produce algunos de los peores y ms

    horribles productos del actuar humano; tiene que ver con la

    desvalorizacin asumida por los propios individuos que

    conforman la clase de los que no saben. Durante unos buenos

    aos, en Chile y en varios lugares ms de la regin y otros en el

    mundo- se ha convertido en un clsico el mandato que los

    padres entregan a hijas o hijos cuando les persuaden para que

    tengan estudios superiores: Queremos que estudies para que

    seas ms que nosotros. Yo recib ese sermn de mis padres y

    puedo decir, con toda propiedad, que es que es muy doloroso

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    22

    escucharlo. Todo quien mantiene un vnculo medianamente

    carioso o cercano con sus padres sufre al escucharles

    desvalorizados. Se trata de un atentado histrico contra la auto-

    realizacin, elemento supremo de la plenitud humana, cuya

    ausencia genera profundos malestares de frustracin, angustia y

    pena, asociadas a la decepcin que causa mirar hacia atrs y ver

    una vida sin xitos. La definicin de logro que las sociedades y

    grupos dominantes han articulado y promovido mediante sus

    ventanas la prensa y la academia, entre otros- est, en primer

    lugar, extremadamente sesgada en estndares precisos y

    caprichosos en lo fsico, lo laboral y lo econmico y, en segundo

    lugar, directamente relacionada con la masiva ausencia de

    xitos que muchas personas perciben al mirar hacia atrs en su

    propia vida. Es por ello que la alienacin del intelecto es, en

    resumen, uno de los grandes responsables del malestar y la

    tristeza humana.

    Todos los empleos y actividades humanas debieran ser

    vistos, tratados y, por cierto, remunerados en un nico nivel.

    Ello, pues no estn unas ms cerca que otras del conocimiento.

    Vemoslo, en cambio, de una forma muy distinta: En todas las

    actividades humanas est presente el conocer.

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    23

    V.

    El conocer es una actividad continua y vital que ocurre

    una sola vez y durante toda nuestra permanencia en la tierra

    como ser vivo.

    Sera bueno recordar la relacin ya expuesta entre

    conocer e intelecto. Quizs lo primero y ms simple de decir es

    que no hay intelecto sin conocer y que toda manifestacin de

    intelecto ocurre en el conocer. Es probable, sin embargo, que s

    ocurra al revs; vale decir, que ocurra conocer sin que ello sea

    intelecto. Se trata de aquellas veces en que el individuo no pone

    sino que deja algo. Pues bien, es esta posibilidad de conocer

    sin intelecto la que, precisamente, es la puerta y condicin de

    posibilidad para la dominacin y sera, tericamente, imposible

    de suprimir. No es posible reducir a cero los espacios en que se

    asume un conocer activo, pues ello sera, por ejemplo, renunciar

    a dormir, a relajarse, a embriagarse, a contar y escuchar chistes

    y, en general, a variados momentos y actividades en las que se

    disminuye la disposicin de alerta en el individuo y que, por

    cierto, son necesarios para un vivir sano y pleno. Sin embargo,

    hay otras reas en las que la ausencia o debilidad de un abordaje

    intelectual activo ha venido permitiendo, desde hace bastante

    tiempo, la perpetuacin de relaciones de dominacin y

    alienacin.

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    24

    Es necesario que traigamos a primer plano la nocin de

    reflexin y pensar reflexivo. Se trata de una palabra que,

    tradicionalmente, se ha asociado a lo racional o a la idea de

    pensar framente, sin la perturbacin de lo emocional. En la

    historia de su uso hay huellas inscritas en las que es posible ver

    la tendencia extendida y sostenida que se mantuvo por siglos y

    se sigue manteniendo- respecto a la separacin entre razn y

    emocin y el avasallamiento que la primera impone a la

    segunda; vale decir, la emocin ha sido condenada por las

    creencias tradicionales a estar al servicio de la razn y a no

    molestarle en sus asuntos. Para combatir lo anterior, es preciso

    que aqu se exponga una visin distinta de lo reflexivo. La

    escuela psicoteraputica del grupo eQtasis, en Santiago de Chile,

    ha propuesto, en ese sentido, la idea de lo reflexivo como aquello

    que ocurre en la experiencia humana cuando se atienden y se

    relacionan, simultneamente, aspectos emocionales, intelectuales

    y de accin. Se trata de un tringulo en el que se entrelazan y

    ocurren conjuntamente los tres aspectos, dndose las siguientes

    experiencias subjetivas: pensar en lo que siento, pensar en lo que

    hago, sentir que pienso y lo que pienso, sentir que hago y lo que

    hago, hacer lo que pienso y hacer lo que siento.

    Lo intelectual es, necesariamente, reflexivo. Luego,

    ningn trazo de vivir puede considerarse genuinamente

    reflexivo si no ocurre alguna de los fenmenos anteriormente

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    25

    listados; de lo contrario, se tratara de un modo incompleto de

    madurar una idea o principio, una forma algo negligente de

    abordar los asuntos que se hacen presentes en nuestro vivir. Sin

    embargo, al parecer es precisamente ello lo que viene

    ocurriendo y siendo hegemnico en la construccin, por parte

    de otros, de la sociedad en la cual la mayora padecemos. La

    confusin entre lo racional y lo intelectual ha sido clave en los

    cursos que ha tomado lo que se ha llamado progreso;

    suprimiendo el inters por lo emocional en las personas y los

    pueblos, as como por la consecuencia entre discurso y accin,

    se ha puesto lo racional al servicio del desarrollo de tecnologas

    para matar, para reprimir y para controlar el deseo y promover

    la produccin y el consumo por parte de las masas, en desmedro

    de su calidad de vida y su realizacin. Se han planificado

    ofensivas militares, golpes de estado y modelos econmicos en

    funcin de argumentos y criterios fros y muy alejados de una

    comprensin de lo afectivo.

    Sin ir ms all, la mirada positivista dominante an en

    gran parte de la ciencia del siglo XX y actual pretende una

    supresin de lo emocional y todo lo que pueda considerarse

    subjetivo todo es subjetivo; incluso la objetividad misma vive

    de lo subjetivo- del diseo de sus investigaciones,

    considerndole una especie de perturbacin o estorbo no

    deseable y perjudicial para sus resultados. Bueno, si bien es

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    26

    necesario reconocer los innumerables avances que la ciencia ha

    desarrollado con el fin de mejorar la calidad de vida y otorgar

    herramientas creativas y de apropiacin a las personas el

    computador donde tecleo esto, por ejemplo-, hay que sealar

    que la mayor parte de los recursos destinados a investigacin

    cientfica son orientados, por ejemplo, a la industria de armas, la

    industria farmacutica y, en general, a los aspectos de inters de

    grupos que buscan mantener la concentracin de poder a

    partir de evitar el surgimiento de poder en la asociacin de las

    personas-, para lo cual necesitan estar muy alejados de lo que

    puedan sentir las personas que seran usuarias, destinatarias o,

    incluso, objetos de investigacin. Para ello, el positivismo y lo

    no-reflexivo cabe como anillo al dedo.

    La ciencia, como disciplina de investigacin en diversos

    temas especficos, suele requerir dedicacin, rigurosidad,

    responsabilidad y, por todo lo anterior, especializacin. Sin

    embargo, muchas veces tal idea es confundida con una supuesta

    necesidad de la academia tradicional -rgida y segregacionista-

    y de la jerarqua como modo transversal de organizar tanto lo

    acadmico como lo laboral en el rubro. Es all donde cabe

    recordar que s existe la posibilidad de una especializacin con

    simetra, que puede llevarse a cabo avances en investigacin y

    desarrollo sin necesidad de basar la organizacin del trabajo en

    lgicas jerrquicas, verticales y, por ello, muy sujetas a los

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    27

    caprichos de los niveles superiores. La ciencia es bellsima va

    mucho ms all del estereotipo positivista-; por ello, es preciso

    purificarla de los vicios del llamado progreso y promover un

    giro de lo cientfico hacia la apropiacin. Una idea puede ser, por

    ejemplo, instalar centros de investigacin y desarrollo a nivel

    comunitario, con el fin de descentralizar y abrir el acceso a la

    formacin y desempeo cientfico. Necesitamos espacios para

    realizar ciencia reflexiva.

    Lo reflexivo, en base a los fenmenos antes indicados

    pensar en lo que siento, pensar en lo que hago, sentir que pienso y

    lo que pienso, sentir que hago y lo que hago, hacer lo que pienso y

    hacer lo que siento- puede ampliar la complejidad de su avance

    en cuanto intelecto que al observar-se, va avanzando en su

    ejercicio mismo- a partir de la formulacin de fenmenos

    reflexivos en otro nivel: pensar en lo que siento mientras hago

    algo, pensar en lo que hago cuando siento algo, sentir lo que hago

    mientras pienso, sentir que pienso y lo que pienso respecto a lo

    que hago, hacer algo pensando en lo que siento, hacer algo

    sintiendo que pienso lo que hago y cmo lo hago, y as puede

    seguir amplindose la lista de sucesos. Todo ello ocurre cuando

    el intelecto est operando genuinamente y no responde

    pasivamente al pensar en otros. Ejercitar lo reflexivo es posible

    y simple, pues basta proponrselo para ya realizar un primer

    acto. El llamado es, por tanto, a mantener un modo en el vivir

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    28

    en persona y en comunidad- en que se mantenga la apropiacin

    del intelecto.

    VI.

    La disidencia mental. Es posible observar un intelecto

    ilusorio que es atribuido a las personas comunes y corrientes,

    aquellas que no pertenecen ni participan en elites intelectuales

    que concentran la licencia oficial para el ejercicio del que

    podramos llamar intelecto genuino y que yo prefiero

    nombrar simplemente como intelecto- pero que, sin embargo,

    ejercen o buscan ejercer un buen pensar. Se trata de un

    sustituto del intelecto, un reemplazo de aquella actividad que y

    miren lo absurdo- s son capaces de hacer y brillantes en ello-,

    pero a la que renuncian por presin de la industria de las elites.

    Este buen pensar se manifiesta en el momento en que una u

    otra persona usa su mente para pensar y quizs- actuar de

    modo que se cumpla lo que se espera de ella en referencia a un

    marco de sentido erigido por la industria. Se trata de aquel

    pensar que es mesurable, que se puede medir, que puede ser

    evaluado mediante la tcnica, ya sea a partir de las

    calificaciones, los grados acadmicos o las puntuaciones en

    pruebas psicomtricas. Aquel pensar que es deducible a partir

    de la constatacin del mtodo usado por cierto investigador

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    29

    acadmico, evaluando si su modo tiene validez a partir de

    correlaciones, coeficientes u otro clculo. Es aquel pensar que

    se comparte en palabras y modos que son cmodos para la

    mayora alienada y que son considerados correctos segn el

    mandato moral implcito, huella y medio de opresin.

    Hay un modo-en-el-pensar, dentro de muchos otros

    modos, que es funcional a la dominacin. No es slo porque se

    mantenga dentro de un rango de planteamientos y formas que

    no entren en conflicto con el mandato explcito o implcito de la

    lite intelectual, sino que, particularmente, porque responde, al

    ser medido, a los requerimientos que han sido definidos como

    necesarios y deseables en un trabajador. La lite valora tanto la

    ausencia de peligro para su posicin como la eficiencia y eficacia

    del trabajador en la labor que realiza dentro de su plan. No

    obstante, un grupo considerable de personas, a partir de

    distintos motivos, aparece como disidencia en cuanto al ejercicio

    del pensamiento, ya sea por decisin o por condicin material o

    biolgica, si se prefiere. Es disidencia en cuanto acta ms que

    lo que declara no le vendra mal aumentar su declarar, en

    todo caso-, volviendo patente, material y categrica su

    diferencia. Hablamos de los locos, por ejemplo. Enfermos

    mentales cuyo pensar es considerado un sntoma de algo que

    opera mal en ellos. Hablamos de las personas Down,

    efectivamente portadoras de un sndrome descrito a partir de

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    30

    fallas en distintos sistemas orgnicos cardacos, por ejemplo-,

    relacionado con una diferencia a nivel cromosmico, pero que

    han visto histricamente asociado su modo-en-el-pensar a la

    lgica del sndrome y de lo enfermo, as como su modo-en-la-

    relacin, que presenta a las sociedades occidentales una

    importante variante en la proporcin entre la conciencia de lo

    afectivo y la conciencia de lo argumental siendo indisolubles

    ambos como fenmeno pero con cierta alternancia en cuanto a

    su toma de primer plano o enaccin-, todo lo cual es indicado,

    sin embargo, de manera miope, como un dficit intelectual.

    Se ha extendido demasiado alcanzando a teir el

    sentido comn- la concepcin del pensar y el sentir como

    fenmenos distintos, separados y, lo que es peor, en pugna. Es

    uno de los tantos divorcios que lamenta Eduardo Galeano. Se

    ha hegemonizado un modo-en-el-pensar de amplitud reducida y

    orientacin a resultados definidos de acuerdo a varas definidas

    por una elite. La conciencia de lo que se siente puede ser

    especialmente perturbadora para una mente que requiere hacer

    lo que se le viene mandando sutil e histricamente, pues se trata

    de lo que nos permite evaluar lo agradable o desagradable que

    esa operacin mental nos puede parecer. Asimismo, la calidad

    del pensar se suele evaluar a partir del desempeo que el ser

    pensante muestre en el espectro reducido de tareas que se le

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    31

    pide y, por su parte, lo que se siente significar un descuento en

    el puntaje que ser mayor mientras ms veces se asome.

    VII.

    Las Industrias y los Talleres. Las industrias son

    grandes, majestuosas, ocupan grandes terrenos. Los tapan de

    concreto, de metal. Tapan, tambin, el cielo con humo. Son el

    cono del avance de una civilizacin. Ya sea si sta tiene su

    propia industria, ya sea si un pas extranjero potente viene a

    ponrsela -interprtese como se quiera. Una industria tiene

    muchos trabajadores. Y unos cuantos ejecutivos. Y menos jefes.

    Mucha gente, pero pocos lazos. El trabajador conoce a su

    supervisor, con suerte a un jefe menor, pero nunca a su jefe

    mayor.

    Los talleres son pequeos, modestos, algo informales.

    No son invasivos. Ocupan lugares pequeos, a menudo sin

    alterar mucho el paisaje que los alberga. En ellos trabaja poca

    gente. Todos se conocen, todos conocen al jefe.

    Las industrias producen todo en serie. La mecanizacin

    es la clave. El humano es lento, costoso, alega y comete errores.

    Muchos errores. Las mquinas son las que ponen el talento, as

    como la tcnica disciplina al humano y lo convierte en

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    32

    herramienta. La figura clave es el obrero. O ms bien, la figura

    no-clave. Es "lo reemplazable", lo que se puede transar. Lo que

    se puede despedir, descuidar o pasar a llevar. Lo central son las

    mquinas. Y entre ellas, la mquina obrera. Las industrias

    producen de acuerdo a lo que unos pocos deciden en las

    cpulas. Los que trabajan all slo trabajan segn las

    prioridades que otros consideran. La industria es lo menos

    democrtico que hay. Sea en una sociedad capitalista o

    socialista. Una asamblea de 500 personas nunca ser

    democrtica, pues siempre quedar alguien en silencio que ser,

    ms encima, tildado de que "no participa" y todo eso.

    En los talleres, las cosas se producen en forma

    irrepetible. La clave no es la mecanizacin, sino que la artesana.

    La figura, en tanto, es el artesano. Los artesanos no slo arman,

    moldean o producen; tambin hacen arte. Todo se acuerda en

    vivo y en directo con quien solicita el servicio, segn los

    criterios de los mismos que se ensucian las manos haciendo lo

    que se ha encargado. Las mquinas ahora son las que no son

    claves. Son ellas las que son reemplazables, las que no son nada

    sin los irremplazables, los artesanos. As, cada obra producida

    en un taller es algo nico, una obra de arte. Sin embargo, en el

    taller no se desprecia el aporte de la tecnologa, aunque nunca

    estar sobre el talento humano, sino que al servicio de l.

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    33

    La Industria viene configurndose, desde el siglo XVIII,

    como modo de organizar y dar sentido al trabajo colectivo de

    produccin. Organizar, en tanto define funciones, estamentos,

    relaciones entre ellos y la naturaleza de cada uno, todo lo cual,

    en su operar pleno, hace posible la produccin de bienes,

    servicios o significados. Dar sentido, en cuanto se otorga

    comprensibilidad a la organizacin respecto a su utilidad,

    necesidad, suficiencia y obligatoriedad en la cultura. Luego, la

    industria es un cmulo de valores que se vuelven regentes en el

    vivir cotidiano mismo, pues no se limita slo a caracterizar la

    regla en el lugar de trabajo, sino que ampla y extrapola tal regla

    a todos los aspectos en el vivir colectivo.

    Dicho lo anterior, cabe sealar que las industrias no

    slo son aquellas con chimeneas y grandes mquinas fsicas. Las

    escuelas son industrias. Las universidades son industrias. La

    comunidad cientfica, incluso, es una industria. Las sociedades

    occidentales transformaron todo en industria. Todo es

    despersonalizado. Todo es mecanizado. Las mquinas no slo

    son las de metal o las de fibra ptica. Las teoras son mquinas.

    Los reglamentos son mquinas. Los prejuicios son mquinas. Y

    tal como las mquinas fsicas, seguirn ah, irremplazables, en

    su puesto esencial, mientras el humano ir siendo ocupado y

    desechado.

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    34

    Por qu no hacer esfuerzos para que los talleres

    constituyan una alternativa para las personas? Si las escuelas

    fueran talleres, los profesores y profesoras seran maestros,

    seran una especie de sensei, esos que ensean pero no con

    modelos mecnicos, sino que con lazos afectivos, siendo

    ejemplos, con cuidado, tal como se ensea un arte. No ensean a

    ser seres industriales, sino que seres de taller. Nos ensearan a

    ser artesanos. Y si las comunidades comenzaran a crear talleres,

    a producir, iran en un camino mucho ms contundente hacia la

    autonoma y el desarrollo. Incluso, ya no pelearamos por quien

    entra a la universidad, porque los talleres seran la gran

    alternativa, el verdadero lugar para aprender a hacer y a ser, sin

    andar seleccionando alumnos. Simplemente, acogiendo y dando

    el espacio para un intelecto apropiado.

    Las tres falsas promesas: Escuela, Estado, Academia. Las

    tres han prometido ser vehculo o asistente de la emancipacin

    de los pueblos, erigindose como instituciones nobles, fundadas

    en principios incluso humanistas en algn caso, pregonando un

    juramento de fidelidad hacia el desarrollo. En lo declarado, se

    les ha visto incluso en pie de guerra contra el capitalismo

    mismo, desplegando sus distinguidas armas frente a tal dspota

    descarnado especialista en oprimir. Sin embargo, este

    enfrentamiento se ensombrece en la homogeneizacin. Se trata

    de tres colosos que, si bien han protagonizado episodios en que

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    35

    han actuado de adalides de la justicia, vienen constituyndose,

    precisamente, como industria. Han hecho suya la tcnica, la

    diferenciacin asimtrica y la bsqueda de la uniformidad. Son

    agentes de justicia slo en lo circunstancial, en cuanto esto se

    refiere a los efectos determinados y privativos que cada uno

    pueda tener, derivado de su operar, en alguna parcela limitada.

    Han sido protagonistas, por ejemplo, en hitos de victoria relativa

    frente a determinada amenaza a la justicia social o los derechos

    humanos, pero no han implicado bsqueda ni tendencia

    consistente ni en los propsitos ni los modos. No han logrado

    construir un camino justo hacia la justicia ni, mucho menos, un

    camino apropiado hacia la apropiacin, ideas que recalcan la

    profunda relevancia del ejercicio mismo.

    No abogaremos aqu por su destruccin, sino que por su

    retiro de nuestros horizontes de justicia y plenitud.

    VII.

    La Escuela como Industria. La industria da sentido a la

    educacin mediante la instauracin de la escuela. La escuela es

    un espacio inicialmente fsico pero luego simblico- que ha

    sido diseado para ejercer la educacin conforme al sentido de

    la industria. Las definiciones y tratamientos que suelen aparecer

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    36

    frente a los llamados problemas de aprendizaje apuntan al

    moldeamiento y obtencin de cierto marco de comportamiento

    deseado por la institucin y validado en la cultura, lo cual se

    realiza incluso a costa de la intervencin en la fisiologa de los

    individuos.

    En Chile y Latinoamrica y en la mayora del mundo- la

    escuela sigue respondiendo a un diseo clsico que viene

    dndose, incluso, por ms de un siglo. Mayoritariamente, las

    aulas en escuelas y liceos pblicos y particulares

    subvencionados en Chile se organizan de la misma manera: Ms

    de 20 estudiantes llegando a ms de 40- sentados en pupitres

    que miran hacia una pizarra, realizando actividades uniformes y

    atendiendo a la ctedra expositiva o directiva de una o un

    docente que lucha por establecer y validar, frente a sus

    estudiantes, una posicin de poder basada en la verticalidad. Es

    un espacio en el cual, a partir de su diseo, se busca que el

    proceso de enseanza-aprendizaje concepto ya insuficiente-

    contribuya a la formacin de individuos adecuados a la sociedad

    mediante un proceso de normalizacin.

    A que puede atribuirse la tendencia recin expuesta?

    Sera simplista pensar en una mera desactualizacin de las y

    los docentes individuales, pues el estilo normalizante no

    responde tanto a vocaciones personalistas, sino que es funcional

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    37

    a idearios colectivos, a modelos de individuo que han sido

    diseados por y para una organizacin de divisin de roles en la

    sociedad. Especficamente, el modelo tradicional y actual de

    escuela proviene, precisamente, de los inicios de la era

    industrial en las sociedades europeas, a fines del siglo XVIII.

    Frente al aumento en el ritmo de produccin y la necesidad de

    impartir lo que podemos llamar una doctrina del obrero

    urbano, se opta por plasmar en la escuela un modo de conducta

    colectiva y, ms profundamente, un marco de sentido en las

    nuevas generaciones que garantice su buen desempeo en el

    mantenimiento de una produccin y una sociedad

    industrializada. Ello podemos observarlo en distintas

    tradiciones escolares: Por ejemplo, la campana o timbre, su

    versin moderna- que avisa los recreos, la vuelta a clases o la

    salida, similar a la usada en las fbricas tradicionales para

    delimitar los horarios de colacin y de trmino de jornada; la

    divisin por salas; la organizacin de cursos por ao de

    nacimiento y la exigencia de que ellos salgan graduados en

    determinado momento, similar a la idea de produccin por lotes

    y el manejo del vencimiento; y ante todo, la bsqueda de la

    uniformidad en el producto del trabajo y la formacin de

    disciplina de obediencia y atencin total a la faena. En la

    industria escolar, se forma tanto productos como trabajadores.

    En el amanecer de una sociedad industrial, es comprensible

    ms all de que se pueda estar en acuerdo o en desacuerdo con

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    38

    ello- que las sociedades europeas hayan puesto grandes

    esfuerzos en formar sus generaciones con el fin de cristalizar los

    nuevos ritmos y modos de produccin. Pero Es este diseo de

    escuela el adecuado en una poca en que las sociedades

    occidentales estn en decadencia, el capital industrial ha

    sucumbido frente al capital financiero y los movimientos

    sociales y polticos de resistencia han tomado un considerable

    grado de relevancia y validez frente a la poblacin general?

    Las ciencias humanas, entre las cuales figura la

    psicologa, surgen bajo el mismo contexto histrico de las

    sociedades industriales europeas, aunque ya cuando ellas se han

    estabilizado y se han vuelto hegemnicas, a fines del siglo XIX.

    En particular, la psiquiatra y la psicologa surgen como

    ciencias en una poca en que se logra promover la idea del

    pensamiento cientfico como el perfeccionamiento final del

    conocimiento humano- cuyo objeto de estudio sera la conducta

    humana, los procesos mentales y las enfermedades presentes

    en tal mbito. Eso al menos es lo que se declara, oficialmente.

    Pero cabe preguntarse, pensando en los terribles padecimientos

    que el modo industrial provoc en la poblacin general y que

    motivan el nacimiento de estas ciencias de la conducta: Qu es

    ms cmodo para una sociedad: Cuestionarse acerca de sus

    serios efectos colaterales y pensar en cmo avanzar cuidando

    ahora el bienestar de obreros y familias, o atribuir los

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    39

    malestares causados a enfermedades individuales en ellos?

    Precisamente, es as como el discurso psicopatolgico la idea

    de enfermedad mental, trastorno, etc.- constituye,

    bsicamente, un operar de control social y de normalizacin, al

    igual que la escuela. Claro, surgen ambos con el fin de ser

    funcionales a las sociedades industriales europeas

    decimonnicas. Y hoy, en Latinoamrica, en el siglo XXI, siguen

    siendo validadas. Tanto la escuela como el discurso

    psicopatolgico son, en su operar, industria.

    Un ejemplo ms que ilustre: El concepto de Trastorno

    por Dficit Atencional con Hiperactividad o su par sin

    hiperactividad es, sin lugar a dudas, un elemento que, a partir

    de una eficaz conjuncin de esfuerzos entre la psiquiatra

    tradicional y la industria escolar, es altamente til en apoyar la

    tarea de normalizacin que viene definiendo a la escuela

    hegemnica en el mundo, incluyendo su papel en Chile durante

    toda su historia republicana. Viene, precisamente, a atribuir a

    condiciones neurolgicas y psicolgicas con una base cientfica

    dbil, falaz y, lo que es peor, acrtica, como bien explica Carlos

    Prez Soto en Una Nueva Antipsiquiatra- en la nia o nio

    individual una conducta de desatencin y, en algunos casos, de

    actividad motora intensa que es poco colaboradora en el

    espacio del aula regular. En tal definicin, establece,

    tcitamente, la ausencia de necesidad de cuestionar un diseo

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    40

    escolar, considerando que los esfuerzos deben llevar a que el

    individuo y ms especficamente, el cuerpo del individuo- se

    adapte en tanto adaptacin implica sobrevivencia- al

    sistema de enseanza impuesto por el Estado mediante su

    profesor o profesora, quien se ve presionada/o a ello. Tal

    adaptacin, de acuerdo a la gran cantidad de manuales y

    estudios que existen al respecto, sera absolutamente necesaria

    y se debe, por tanto, lograr, aunque sea incluso mediante el

    tratamiento farmacolgico. Si bien estas exigencias figuran en

    las fuentes oficiales, su principal nicho de alojamiento es el

    marco de sentido en el que se vienen moviendo, por voluntad o

    por simple opresin, quienes gestionan, llevan a cabo y se hacen

    responsables del operar en las escuelas. Frente a esto, se hace

    fundamentalmente necesario el ejercicio de una contra-

    psicologa en la escuela, que describa y problematice lo que

    consideraremos cultura escolar y proponga espacios de lucha

    contra su perpetuacin.

    La escuela es un espacio tradicional en la sociedad. Este

    carcter de 'tradicional' tiene tanto el sentido de permanencia

    histrica como el que indica que se trata de una institucin de

    reproduce la tradicin. Asimismo, es tradicional en cuanto los

    elementos hegemnicos de la cultura de la sociedad general se

    observan tambin dentro de la escuela y, asimismo, en cuanto

    mantiene y perpeta sus propias prcticas institucionales

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    41

    resguardndose en una especie de 'sentido comn'. Como

    espacio tradicional, la escuela es un agente que se vale de la

    tradicin para mantener la tradicin y, asimismo, su tradicin.

    Evita y contiene la crtica en ese ejercicio pleno de la tradicin,

    contrastndola con el sentido comn mencionado y

    presentndola, comnmente, como un elemento que puede

    'entorpecer' el desarrollo de la labor educativa.

    La escuela realiza su labor, por tanto, como un caballo

    de carreras que, con sus anteojeras, slo ha de mirar hacia

    adelante, no a los lados ni tampoco a s mismo. Esto no es

    extrao entenderlo en un sistema educacional como el chileno,

    donde, efectivamente, las escuelas son arrojadas a una pista

    desigual a competir, a correr como caballos por financiamiento.

    Esta lgica de carreras, en cuanto modo-en-el-pensar, se

    traslada al nivel de los estudiantes, quienes tambin son

    teidos, frente a los ojos de la institucin, por esa misma

    concepcin. El deber-ser de quienes estudian es, para la escuela,

    correr y llegar con un buen tiempo. Esto lleva a los agentes de la

    escuela -que luego sern desglosados uno por uno- a, incluso, ir

    apostando reiterativamente por quienes llegan primero,

    poniendo todas sus esperanzas en ellos y desatendiendo a

    quienes llegan despus. Por eso mismo, es mal visto que, en el

    momento de la carrera misma -las pruebas, las evaluaciones-, un

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    42

    estudiante ayude a otro, pues ello le llevara, de acuerdo a esta

    lgica, a desviar la mirada del objetivo.

    La escuela es, por tanto, una institucin reaccionaria.

    Contribuye al mantenimiento de pautas de relaciones dentro de

    la sociedad y el principal modo en que opera esto es,

    precisamente, el mantener invariable el panorama dentro de la

    escuela.

    IX.

    El Estado como Industria. La emergencia y

    establecimiento de los Estados Nacionales en la Europa

    moderna implica la definicin e instalacin de un aparato

    humano colectivo pero no-popular de gestin de los asuntos

    pblicos que conciernen el vivir de grandes nmeros de

    personas e, incluso, comunidades enteras. Ms all de la

    existencia o no de culto a la personalidad de determinado

    gobernante, tal aparato que sostiene la dominacin tiene un

    carcter impersonal tanto en sus fundamentos como en su

    operar mismo. El Estado europeo, aquel que mantiene un

    equilibrio con sus similares basado en la influencia limitada

    sobre ellos pero que, al mismo tiempo, despliega una fuerza

    ilimitada hacia adentro, con el horizonte de controlar la

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    43

    totalidad de la actividad humana dentro de sus fronteras y

    topando, no obstante, con el derecho como neutralizador de lo

    que podra llegar a ser una dominacin absoluta como los

    describiera Foucault en El Nacimiento de la Biopoltica-, se erige

    como una estructura que es operada por personas pero

    trascendiendo de ellas, adquiriendo, de hecho, una especie de

    identidad frente al pueblo gobernado. En una suerte de

    materializacin del principio de totalidad, cuya frase clebre

    reza: El todo es ms en rigor, algo distinto- que la suma de sus

    partes, el Estado cobra una especie de vida propia que es

    autnoma respecto a las personas que lo hacen funcionar da a

    da, fenmeno en el cual emerge, por cierto, el poder mismo que

    le caracteriza. Un agente del Estado, como puede ser un

    trabajador social, un secretario o una ejecutiva de cierto

    programa, puede sostener y amparar decisiones en su carcter

    de funcionario estatal, incluso cuando, muchas veces y a

    nuestro pesar, como usuarios o, de hecho, como colegas que

    tratamos de mantener cierta consistencia tica en nuestra

    accin-, el criterio que se ocupa para actuar o no-actuar no tiene

    base en la legalidad sino que en caprichos. Sin embargo, en

    trminos materiales, el Estado existe en cuanto red de acciones

    de sus funcionarios y slo as. Es curioso, pues las prcticas se

    refugian slo en una red de prcticas y, sin embargo, lo denso de

    esa trama termina por otorgar, en lo fctico, una existencia

    aparte a un ente que, adems, domina.

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    44

    El Estado, constituido a partir de una red de prcticas

    y de la proteccin y perpetuacin recursiva entre tal red y cada

    prctica particular-, adquiere la envergadura suficiente para

    regir la vida en sociedad de grandes masas. Despliega su accin

    mediante la tcnica, la definicin de modos-en-el-hacer que es

    legitimada a travs de protocolos indicados por entidades que, a

    su vez, son validados por la tcnica, cerrando un crculo de

    reproduccin suficientemente terco como para sostener al

    Estado mismo. El operar estatal aplica la tcnica para cumplir

    objetivos que, asimismo, son definidos mediante ella, la cual es

    ejercida por los personeros autorizados, nuevamente, por ella.

    La tcnica es el componente que, con total dominio, otorga

    rigidez y evita las fugas de poder en una red de prcticas que, a

    diferencia de la sociedad misma, resulta en una institucin.

    Dicho de otro modo, es la tcnica la que permite al Estado, en

    cuanto red de prcticas, imponerse frente a la sociedad, tambin

    red de prcticas. La recursividad que fortalece y perpeta las

    mismas prcticas durante generaciones viene dada,

    precisamente, por la valoracin de la tcnica.

    El Estado es tcnico y ello es condicin necesaria para

    que pueda ser opresor. Si pierde tal condicin, se vuelve sensible

    a emplazamientos ticos y humanitarios respecto a su operar, lo

    cual le aleja de la posibilidad de someter. Precisamente, la

    consideracin de la orgnica tcnica por sobre las implicancias

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    45

    ticas a la hora de autorizar, llevar a cabo y evaluar uno u otro

    programa, servicio o accin estatal es lo que funda la des-

    humanizacin del Estado y abre el paso a la accin de oprimir. El

    Estado es industria aqu, en el momento en que produce opresin

    a gran escala. Si se trata de un totalitarismo, el Estado es quien

    pisa, en cuanto anula a la poblacin mediante los poderes

    fuerte y suave. Si se trata de un Estado de Bienestar, la opresin

    se da mediante la infantilizacin de la poblacin mediante la

    asuncin, por parte del Estado, de un papel paternalista, en

    cuanto mediante la tcnica el personero autorizado define las

    necesidades de la poblacin general y, por si fuera poco, las

    acciones con las que se enfrentara tales necesidades. Si se trata

    de un Estado funcional al neoliberalismo, asume la posicin de

    quien permite que otros pisen, poniendo a disposicin de los

    grupos empresariales todo su potencial opresor, permitiendo un

    escenario particularmente liso y llano para la realizacin de los

    caprichos y las excentricidades de quienes se benefician de un

    panorama de descarnada libertad empresarial.

    Sin embargo, la opresin del Estado no viene

    ocurriendo slo mediante el despliegue de fuerza, sino que

    adems, por cierto, tiene lugar en las consecuencias que trae para

    la poblacin la inconsistencia entre la tcnica y el fenmeno. En

    otras palabras: Cuando los servicios del Estado son de mala

    calidad. Resulta tragicmico observar que la aplicacin de la

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    46

    tcnica bajo el pretexto de la rigurosidad en todos los niveles

    del aparato estatal desemboca, sin embargo, en numerosas

    fallas y omisiones que son sufridas por la poblacin. La tcnica,

    de este modo, no opera a partir del criterio de las personas, sino

    que slo en referencia a su propio criterio. La estructura del

    Estado, incluso, tiene demasiados agentes destinados a la

    fiscalizacin del adecuado cumplimiento de la tcnica, lo que no

    necesariamente lleva a mejoras de los servicios directamente

    ofrecidos a las personas. En Chile, el Servicio Nacional de

    Menores (SENAME), encargado de decidir acerca del destino de

    las nias, nios y adolescentes con antecedentes de violencia,

    abuso o infraccin de ley, es una entidad que, en apariencia, es

    extremadamente rigurosa, con bases tcnicas estrictas y

    protocolos de asignacin de recursos y de evaluacin algo

    severos. Sin embargo, la poblacin la reconoce, ampliamente,

    como el peor servicio del Estado, especialmente implicado en la

    deshumanizacin de nios que se encuentran recluidos en

    residencias y abandonados a la impunidad de todo peligro que

    all vivan.

    El Estado, sin embargo, no hace las cosas mal. Que la

    gente viva mejor no es el objetivo, as que mal puede lamentarse

    de que ello no ocurra, ms all de las apariencias. Simplemente,

    su funcin no es otorgar mejor calidad de vida ms all de las

    voluntades expresadas por uno u otro gobierno- sino que, como

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    47

    ya se dijo, producir opresin. Se trata de una institucin garante

    de un orden, el cual logra mantener a partir de la cesin que la

    ciudadana hace del uso de la fuerza. Y tal fuerza, como se

    menciona en el prrafo anterior, no ser usada necesariamente

    para defender al Estado mismo en su orgnica o, incluso, en su

    existencia, sino que para proteger el criterio del Estado respecto

    a determinados intereses. Los grupos que acaparan las licencias

    para el ejercicio del poder, generalmente asociados a intereses

    corporativos incluso en pases de gobierno socialista como

    Cuba, donde el chileno Max Marambio se hizo rico-, necesitan de

    una industria que, para mantener estables las condiciones para

    acumular riqueza, produzca el orden y el sometimiento de la

    poblacin. All, el Estado es lder del negocio. En Mxico, los

    narcos incluso pueden hacerlo ellos mismos, adems de

    inmiscuirse en las multinacionales y, por cierto, en el mismo

    Estado. Y claro, al menos en Latinoamrica, por cierto, los

    procesos independentistas que dieron paso a la fundacin de

    Estados fueron guiados por elites ilustradas que hicieron gala de

    pomposos discursos pero, en concreto, disearon cuerpos

    legales y redes de prcticas que les permitieran mantener su

    posicin de privilegio. Lo mismo en Europa, donde no hubo

    revolucin que no precediera, algunas dcadas despus, a la

    instalacin de grupos avanzados incluyendo las vanguardias

    socialistas- a la cabeza de los Estados. Por todo ello,

    estructuralmente, estamos frente a una institucin europea

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    48

    diseada con asientos preferenciales para quienes han de

    controlar todo. Y la tcnica, nuevamente, aparece como la ley

    que permite ello.

    El Estado, como invento europeo, presenta las

    caractersticas anteriores gracias a la impronta ms poderosa

    del Viejo Mundo: El cristianismo. La tcnica es el vestigio

    fundamental del cristianismo, incluso ms que la culpa y los

    smbolos explcitamente religiosos. La tcnica, en cuanto implica

    la instrumentalizacin del humano, su conversin en

    herramienta a partir de mandatos de estricta disciplina en el

    actuar dentro de determinada causa, es una derivacin, causada

    en el quiebre entre la religiosidad y el logos insurrecto luego

    del Renacimiento-, de la bblica disposicin del hombre de fe a

    abandonarse y entregar su vida y todo su ser a la realizacin de

    la voluntad de Dios. Este sentido divino de la

    instrumentalizacin del humano entrega respaldos a las

    escuelas, las universidades, los monasterios ya pulidos en el

    arte- y los cuarteles militares para seguir practicando o

    comenzar a practicar la tcnica en el curso de sus actividades,

    uniformando criterios lo que, para nada, signific sintetizarlos-

    y esquemas de accin, llevando a cabo procesos de definicin y

    apego a una norma para el ser y el hacer, lo que hemos de

    comprender como normalizacin. De hecho, la asuncin de la

    tcnica llega a ocurrir de manera similar a la conversin misma

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    49

    a determinada religin, en cuanto la persona hace suya la

    creencia y la creencia hace suya a la persona. Esta conversin a

    la tcnica resulta ser til como herramienta de subyugacin, dado

    que entrega un margen importante de control sobre las

    voluntades. Por ello, la fuerte identidad nacional no es

    precisamente la causa del surgimiento del Estado Nacional sino

    que, en cambio, ciertos elementos identitarios incipientes

    fueron abordados aprovechando el ascenso progresivo de la

    tcnica, mediante la tcnica e implantando la tcnica, con

    desarrolladas estrategias orientadas a valerse de la pasin de la

    identidad para dominar a quien se identifica, gozando incluso

    con su aprobacin. Con sus soberanas amparadas en el derecho

    divino, los gobernantes europeos en la Edad Moderna

    procuraron que, adems de que se contara con la simpata del

    Papa para usar la religin explcita como medio de

    sometimiento, el mandato cristiano de convertirse en

    instrumento de Dios mediado por el soberano, portavoz de la

    voluntad divina- se materializara en el perfeccionamiento

    tcnico de todo el aparato que hace posible el mantenimiento

    del dominio. La tcnica toma vida propia y logra expandirse

    hacia cada vez ms sectores y actividades dentro de las

    sociedades europeas. Esto llega a un punto en que, gracias a la

    dictadura de la herramienta por sobre el hombre, la fabricacin

    de objetos de vuelve tan rpida y masiva junto con el

    consiguiente aumento en el consumo- lleva a una Revolucin

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    50

    Industrial en la que los grandes productores se valen de los

    mismos modos tcnicos que el Estado para acaparar la licencia

    para el ejercicio de poder, esta vez incluso transformando las

    ciudades y el paisaje para acomodarlos al nuevo rgimen de

    produccin. Junto con el paisaje, las sociedades europeas se

    transforman, en su plenitud, para poder ser funcionales al modo

    de produccin capitalista en su escala industrial. Europa, antes

    convertida al cristianismo, es ahora convertida a su hija, la

    tcnica. Aquella hija rebelde que sigue el camino divergente del

    logos, armando su propio dominio, aunque de los mismos

    modos que la religin. Los dogmas, la valoracin de lo

    doctrinario, la uniformidad y la tendencia a la planificacin de

    los destinos ajenos forman parte de aquel aprendizaje superior,

    de segundo orden o, en palabras de Bateson, "deutero-

    aprendizaje" que la beb, nia y adolescente tcnica fue

    desarrollando mientras y a travs de los eventos de aprendizaje

    ms circunstanciales y especficos. La tcnica se extiende por

    Europa renegando de sus races, aunque reproduciendo sus

    modos en los niveles ms profundos y, en su caso, con ciertas

    habilidades de auto-evangelizacin que, en todo caso, son

    finitas.

    En todo este ascenso y propagacin implacable de la

    tcnica, el Estado toma solidez como una institucin vlida y,

    luego, necesaria, en tanto es compatible con el flamante modo

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    51

    de vida post-revolucin. Su carcter de opresor ptimo recae en

    que comparte, en su red de prcticas interna, el modo de

    configurar relaciones que impera en la sociedad a la que ha

    tenido que adaptarse la poblacin. Tal adaptacin ha provocado

    secuelas nefastas en las personas, viviendo ms oprimidas que

    en cualquier otra poca, sin lo que Gabriel Salazar llam

    "horizontes de vagabundeo", debido al avance cartogrfico y de

    control de los territorios que capitalismo y Estado lograron. No

    hay mucho donde escapar, porque en Europa los Estados han

    delimitado sus fronteras entre ellos e, incluso, en otros

    continentes se vern formando parte de una colonia de los

    mismos y, luego, de Estados jvenes tanto o ms brutales.

    Adems, el tiempo est invadido, dedicado en cruel y proporcin

    a la participacin mal remunerada en la produccin, forzando al

    trabajador al abandono del ocio y el descanso. Vivir en la ciudad

    es permitido slo si es soportable el ajuste a sus nuevas reglas,

    con viviendas reducidas al mnimo y pensadas como simple

    guarda-mano-de-obra. Vivir en el campo, por su parte, se

    volver cada vez ms difcil, debido a la concentracin de las

    vacantes de trabajo -y, por tanto, oportunidades de

    subsistencia- en el espacio urbano. El Estado es el aliado

    perfecto del capitalismo para producir todo esto, dado el

    "corazn tcnico" que comparten. Y ello es porque, por cierto, la

    tcnica es una valoracin de una forma de proceder por sobre

    las otras, planteada e impuesta por un ser o un conjunto de

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    52

    seres humanos que, en tal condicin, tienen intereses

    particulares, guiarn su criterio a partir de ello y considerarn,

    adems, que los otros seres humanos deben obrar de modo

    similar.

    El Estado no produce slo la represin que posibilita la

    opresin, sino que fabrica, adems, sucesivos fortalecimientos en

    el dominio educativo y moral presente en el vivir de la poblacin.

    En palabras burdas y propagandsticas, "mejor educacin" y

    "comportamiento correcto y responsable", conceptos que suelen

    asociarse en relacin de causalidad. Esto no ocurre

    orientndose a una mejora en la calidad de vida y el buen vivir

    de la poblacin -ms all de que pueda ocurrir ello, dependiendo

    de cmo se le evale y en comparacin a qu ideales-, sino que

    buscando contar con una ciudadana til a los proyectos de

    desarrollo impulsados por las lites, tanto en el sentido de la

    "capacitacin" -"hacer el trabajo siempre mejor"- como en el del

    "buen actuar" y el "buen decir". La frmula no es difcil de

    entender: Fortalecer el manejo de cierta informacin y la

    destreza en ciertas actividades en una gran cantidad de

    personas, con el fin de que la produccin econmica del

    territorio mejore en cantidad y calidad y de que la poblacin

    presente patrones de comportamiento que hagan ms fcil la

    gobernabilidad. No se trata, en lo absoluto, de un elemento que

    ha de esconderse en la esfera poltica. En los tiempos en que el

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    53

    ilusorio "nacional-desarrollismo" comenz a teir la gestin que

    los gobiernos realizaron del Estado, la "educacin" -

    comprendida como "escolarizacin" y "capacitacin"- fue

    relevada como el principal pilar de un programa de desarrollo

    nacional a largo plazo. El lema de Pedro Aguirre Cerda fue,

    incluso, "Gobernar es educar". An en el siglo XXI, tal frase es

    valorada sentidamente por un amplio espectro poltico en el

    pas. Sin embargo, su sentido es un tanto terrible, pues se

    refiere, directamente, al carcter de aparato del sistema

    educativo, movido por la voluntad de propagacin del dominio

    de la tcnica hacia la poblacin misma con el fin de homologar

    su operar con el del Estado mismo y, por cierto, instruyendo,

    con mayor o menor sutileza, a las personas acerca de la

    "utilidad", "necesidad", "suficiencia" y "obligatoriedad" de los

    modos impuestos o, dicho de otro modo, cristalizando el

    carcter de 'industria' del Estado.

    As, la educacin oficial, en tanto visada y

    retroalimentada por el Estado, es unas de las vas de

    propagacin de la lgica de ste. El vrtigo del poder, aquel que

    lleva a que muchos de quienes ocupan cargos de poder, an

    conociendo los lmites legales y ticos que envuelven su

    posicin, sientan el impulso y el placer de violar tales

    restricciones, dando lugar al abuso, llega a las escuelas

    proviniendo, en gran medida y claramente, desde las

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    54

    instituciones del Estado. En una analoga microbiolgica, el

    vrtigo del poder es un viroide que se reproduce rpidamente y

    cuyo hbitat y medio de propagacin es el modo en que ocurren

    las relaciones humanas. Mediante la tcnica, adems, es que se

    hace posible la reproduccin social atribuida clsicamente a la

    escuela, lo cual ocurre en virtud del potencial de auto-

    replicacin de aquella. Si hay un espacio en el que ocurra de

    forma particularmente crtica el vrtigo del poder, se es el

    Estado. En los distintos niveles jerrquicos del coloso estatal,

    incluyendo de modo peculiar a aquel ltima lnea que colinda

    con el vaco que le separa de la poblacin en cuanto usuarios de

    determinado programa o departamento, se hace presente la

    tentacin del agente a lanzarse al ejercicio abusivo del poder,

    ms all de las barreras delimitadas por el derecho, aun

    conocindose ellas. Tanto a nivel de los parlamentarios cuando,

    al sentirse dentro de una burbuja inviolable, traspasan los

    modos permitidos por las leyes -incluso siendo ellos quienes las

    crean, perpetan o derogan- en cuanto a su actuar o el

    financiamiento de las campaas que les llevaron a ocupar su

    escao -como ocurre en el "caso Penta", en Chile-, como a nivel

    de burocracia estatal en sus distintos escalones, donde suelen

    operar redes densas de trfico de influencias, otorgando

    privilegios a ciertos funcionarios, programas o sectores,

    mientras se perjudica a otros. Y, por cierto, en el dominio de la

    atencin a usuarios, donde no es raro que a ellos se les maltrate,

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    55

    se les ignore o no se considere su bienestar como prioridad. Se

    reproduce el modo de gestin que viene ya replicndose desde

    jerarquas superiores, desembocando el ro de abuso en los

    malos servicios de salud pblica, la escuela opresora ya descrita

    en otro apartado, el maltrato a nias y nios en las

    "Residencias" de SENAME en Chile -que son crceles,

    innegablemente- y, entre ms ejemplos posibles de mencionar,

    las policas en su funcin represora, definiendo el Estado en su

    concepto ms duro: El monopolio del uso de la fuerza,

    clebremente expuesto por Max Weber.

    No obstante todo lo anterior, el Estado ha sido pensado,

    sobre todo despus de la Segunda Guerra Mundial, como

    garante de derechos. Las colosales devastaciones y los crmenes

    de carcter progresivamente cruel y calculado llevaron -quizs

    por un advenimiento de la tica o por un simple acuerdo de

    sobrevivencia- a que los Estados se organizaran en una

    asamblea reguladora y con legitimidad en cuanto espacio de

    discusin y decisin, firmando convenciones acerca de lo que se

    llam Derechos Humanos, en una suerte de definicin de

    aquellas garantas universales a toda la Humanidad -desde los

    ojos quiz bienintencionados de una Europa devastada y unos

    Estados Unidos deseosos de influir con la mscara del "bueno"-

    o, dicho de manera ms encarnada, de aquello que no se le ha de

    negar a ningn ser humano ni pueblo, por motivo de su

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    56

    humanidad misma. Este compromiso, al formar parte de un

    acuerdo entre Estados, se somete al juego de presiones entre

    ellos y a los resultados de los despliegues diplomticos; quien

    no cumple lo que firm, ser sancionado con castigos

    suficientemente perjudiciales para su estabilidad poltica o

    econmica.

    Lo anterior nos lleva a pensar, frecuentemente, que "el

    Estado es bueno porque es garante de derechos". Es ah donde

    pasamos por alto lo reciente de tal carcter. En una voluntad de

    cuidado de la propia especie, en la conciencia del peligro de

    llegar a devastaciones apocalpticas y en la conmocin frente a

    la deshumanizacin, esperable en una postguerra, se basa un

    acuerdo entre naciones que es obligado por la carga histrica y

    la circunstancia. El derecho al que suscriben los firmantes es un

    limitante de su accin "hacia adentro" que opera de manera

    similar a los lmites en cuanto a la invasin de la soberana de

    otros Estados -"hacia afuera"-, cindose a una red de presiones.

    El Estado acepta esto por sobrevivencia, no por

    "recapacitacin", ms all de los discursos declarados que

    puedan registrarse. Sigue siendo la misma red de prcticas,

    industria de opresin. La polica sigue deteniendo

    infundadamente a manifestantes, los mapuche siguen sin poder

    aplicar el Principio de Autodeterminacin, el adulto-centrismo

    imperante en escuelas y otras instituciones sigue ignorando

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    57

    activamente el carcter de 'sujeto de derecho' de nias y nios,

    la educacin en Chile sigue considerada como bien individual y

    cuya calidad es obtenida a partir de un pago suficiente. El Estado

    sabe que hay una frontera que no puede traspasar, pero no

    dudar de jugar en el cerco, al lmite de los acuerdos suscritos,

    con el fin de mantenerse fiel, con la tcnica como sangre, a la

    'razn de Estado'. Un perro maoso no pierde la voluntad de

    morder cuando se le pone la cadena.

    X.

    La Academia como Industria. Se trata, probablemente,

    de la manifestacin ms explcita del acaparamiento de la

    licencia para ejercer el intelecto, dado que all, en la Academia,

    convergen tanto los investigadores e intelectuales -propiamente

    llamados "acadmicos"- que cuentan con una certificacin

    valorada oficialmente como, sobre todo, los modos en que se

    investiga y se llega a determinadas conclusiones. Es un lugar que

    se declara 'residencia' del saber, alegando y haciendo privada la

    legitimidad que el espacio dentro de sus propias paredes -

    materiales y simblicas- tiene y "debe tener" respecto a la accin

    misma de plantear explicaciones, conclusiones y modos de actuar.

    Se ha llegado a considerar, incluso, en el silencio ruidoso de lo

    tcito, que un planteamiento respecto a determinado tema slo

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    58

    tendr validez en cuanto se acerque a los modos de la Academia

    y sea aceptado por ella. Y ser "aceptado por la Academia" no es

    sino ser aceptado por una red de personas -y no tanto una red de

    prcticas, como en el caso del Estado- quienes, habiendo pasado

    el proceso de postulacin a la aceptacin anteriormente -

    generalmente, dedicados a agradar al acadmico que les dar la

    entrada a tal espacio, servilmente, pasando las penas del

    infierno si fuese necesario-, adoptan luego el papel de jueces

    reguladores del acceso a lo que opera, prcticamente, como un

    club secreto o una logia. No es extrao que la masonera maneje

    importantes nichos acadmicos como, por ejemplo, la

    Universidad de Chile, ya sea porque los modos de la Academia

    se acoplen muy bien a los suyos o, incluso, porque la masonera

    misma haya contribuido a formar Academia durante varios

    siglos.

    Es muy comn escuchar que "la Academia produce

    conocimiento". Se asume, de manera inmediata, su carcter de

    industria, aunque el producto ha de discutirse, pues no podemos

    estar seguros de que, en primer lugar, sea "conocimiento" lo que

    se produce y, en segundo lugar, que el "conocimiento" pueda ser

    "producido". La imagen de la 'fuente del conocimiento', descrita

    al inicio del libro, es una ilusin clave en la des-apropiacin,

    promotora de la idea de que el "conocimiento" -que se distingue

    de "conocer" al ser expresado como objeto y no como accin-

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    59

    puede hallarse 'situado'. De hecho, lo que la Academia llama

    "conocimiento" es, precisamente, un conjunto de objetos que s

    son producidos a escala industrial y con obtusos "controles de

    calidad". Esos objetos son los estudios, sean artculos, papers,

    ponencias o libros que cobran existencia a partir de la utilidad

    que el conglomerado institucional -Estado, mercado, Academia y

    otros- puede evaluar y obtener de ellos. Lo que se financiar y/o

    patrocinar -porque no se necesita slo fondos de dinero, sino

    que la aprobacin de las personas de la Academia- para poder

    ser estudiado no nace, necesariamente, de la curiosidad pura de

    quien investiga; de hecho, es aquella curiosidad la que se ve

    obligada a acoplarse a las opciones disponibles a ser financiadas

    y/o patrocinadas. La Academia produce estudios, pero a encargo

    del conglomerado institucional. Por eso es tan comn ver

    grandiosas facultades de economa, de ingeniera y de derecho,

    as como lujosas y taquilleras consultoras privadas dedicadas a

    tales temas. Les siguen salud -un lucrativo negocio- y el sector

    silvoagropecuario, con educacin algo ms abajo. Las

    inversiones en filosofa, humanidades o arte, bajsimas aunque

    existentes, parecieran ser el pretexto que permite negar,

    infructuosamente, tal encargo.

    No resulta tan sorprendente afirmar que la Academia es

    una industria altamente jerarquizada, incluso llegando a volver

    cotidiano el uso de los grados acadmicos cual ttulos de

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    60

    nobleza. Lo especialmente crtico es el modo de valoracin y

    distincin que este sistema propone a las sociedades, pues

    promueve un hbito sostenido de asignar valores asimtricos a

    las personas de acuerdo a su certificacin educacional. Su

    acaparamiento de la licencia para ejercer el intelecto, con la

    consecuente des-apropiacin en la poblacin, ha llegado a tal

    nivel de penetracin y violacin del sentido comn que se ha

    vuelto tradicional que las mismas personas fuera de la

    Academia, en el vivir diario, miran bien al "profesional" y mucho

    mejor al "magster" o al "doctor", mientras ya desprecian un

    poco al "tcnico", ms al que "lleg slo" a terminar la educacin

    secundaria y, finalmente, sienten lstima por quien "no termin

    el colegio", erigido como "deber bsico" de un ser "civilizado".

    Muchos suelen, adems, ubicar su caso personal en esta escala y

    asignarse valor de acuerdo a ello. Se trata de un autntico

    "fascismo academicista", usado muchas veces para ofender a

    otros humanos o grupos. Es un conjunto de ladrillos disponibles

    para armar una pared de prejuicios que, al provenir de la

    nodriza Academia, se vuelven incuestionables.

    El carcter de industria de la Academia es tan

    categrico que, incluso, se llega a validar y justificar acciones y

    modos que corrompen el amor al saber declarado. Escritores

    fantasmas que, inexplicablemente, publican 100 artculos

    cientficos en un ao -frecuentemente relacionados con

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    61

    laboratorios farmacuticos u otras reas de extremo poder

    econmico- u oscuras mafias y rencillas que suelen darse dentro

    de las facultades de universidades pblicas. Una constante

    guerra por la notoriedad y un apego soberbio a las propias ideas

    como defensa ansiosa de un ego enaltecido por la posicin

    alcanzada dentro de la vorgine jerarquizada. Lo curioso es que,

    sobre todo desde los espacios acadmicos dedicados a las

    humanidades y las ciencias sociales, se despachan altas

    crticas a la nube de aspectos que describen y rigen lo

    empresarial y corporativo.

    Ms all de lo que se corrompe, es preciso abordar

    aquello que s es reconocido y jams cuestionado. No es del

    inters de este libro proponer una reparacin de la Academia,

    dado que los aspectos crticos no corresponden a lo que se ha

    desviado del espritu acadmico -ms all de que s es

    necesario mencionarlo como fenmeno propio de lo industrial-

    sino que a los principios, fundamentos y prcticas capitales. La

    Academia, en s misma, nace a partir de la distincin, seleccin,

    separacin y asuncin de una elite intelectual. En lo respectivo a

    la apropiacin del intelecto, es la entidad que la combate de

    manera ms directa y explcita, aunque sin la minuciosidad de la

    Escuela ni el peso del Estado. El distintivo de opresin de la

    Academia es, en particular, la pretensin de verdad. Por ello, lo

    que nos oprime no son sus heridas, sino que su sangre misma.

  • ANTONIO BAEZA HENRIQUEZ, GALGO

    62

    La tcnica tiene tambin un papel central aqu, aunque la

    instrumentalizacin es de carcter ms cclico que en el Estado,

    donde se da de manera vertical. En la Academia, la persona se

    vuelve herramienta de nadie en particular, asumiendo ello, ms

    bien, como requisito para ser considerado parte y miembro digno.

    S, hay encargo del conglomerado industrial, pero el acadmico

    no se vuelve herramienta directa de quien contrata los servicios

    acadmicos. Su mtodo responde a la necesidad de ser validado

    en el espacio interno de la Academia. Si extrapolamos esto a una

    red, observaremos una trama de validaciones y desprecios cuya

    ley de referencia es la tcnica y que responden a una espiral

    donde la Academia se esfuerza por convencerse a s misma sobre

    s misma por medio de la uniformidad de mtodos y la valoracin

    asimtrica entre distintas certificaciones. Es una burbuja que, sin

    embargo, contagia a las sociedades su amor por la consideracin

    desigual de las personas y las ideas.

    XI.

    Hacia el Taller: Educando-nos. La apropiacin del

    intelecto es un problema colectivo y poltico a ser abordado.

    Es preciso subrayar que lo poltico ha de entenderse de

    manera mucho ms amplia que lo que dicta la creencia comn,

  • LA APROPIACIN DEL INTELECTO

    63

    responsable de un masivo rechazo a la palabra. No se trata de

    pelear puestos en el congreso, ni de unirse a partidos polticos

    ni, mucho menos, postular a manejar un gobier