Garabandal y la profecía de los 4 papas
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Garabandal y la Profecía de los 4 Papas
Escrito por Luis Eduardo López Padilla Lunes, 25 de Febrero de 2013 11:00
Noticias - Generales
Desde el año 1986 tuve la Gracia de conocer las
apariciones de Garabandal. Estas manifestaciones
celestiales ocurrieron entre los años 1961 y 1965 a 4
niñas de entre 11 y 12 años de edad y que vivían en el
caserío de San Sebastián de Garabandal, localizado en las
montañas cantábricas, al norte de España, a un poco menos
de 80 km de Santander.
Desde entonces a la fecha he visitado la aldea en unas 15
ocasiones. Asimismo, en distintas oportunidades conocí y
charlé con las niñas videntes (hoy adultas), una de ellas,
Mari Loli Mazón González, fallecida en abril 2009.
No fue sino a través de mi queridísimo amigo de feliz
memoria el Lic. Francisco Sánchez-Ventura y Pascual, quien
quizá haya sido uno de los principales conocedores y
promotores in situ de las manifestaciones ocurridas en
Garabandal, que tuve oportunidad de conocer a fondo todos
los fenómenos de la teología mística que ocurrieron en
esos años, y donde no sólo la Santísima Virgen sino otros
seres celestiales como el Niño Jesús, el Sagrado Corazón,
San José, Gabriel y Miguel arcángeles, y otros ángeles se
hicieron presentes convirtiendo estos años en una
verdadera irrupción del Cielo en la Tierra; así como toda
la relación y oposición que hubo en su momento con el
Obispado de Santander; y mucha de la literatura en varios
idiomas que se ha escrito y difundido sobre todo más allá
de las fronteras de España. Es pues una de las apariciones
que más cerca he podido conocer, tanto en sus luces como
en sus sombras.
Espiritualidad
Además de los 2 breves mensajes que la Santísima Virgen
trajo a Garabandal y que fueron revelados en octubre de
1961 y junio de 1965, toda la espiritualidad que se
manifestó en torno a las manifestaciones de Garabandal es
riquísima bajo la perspectiva teológica, ascética, mística
y profética, teniendo especial trascendencia aspectos como
la Sagrada Eucaristía, el sacerdocio, la Pasión de Jesús,
la Trinidad, los sacramentos, los objetos sagrados y
sacramentales; la misión de Juan el Bautista y de Elías;
el Monte Carmelo, los pinos como símbolo de inmortalidad,
el número 18; y desde luego los eventos universales que
ocurrirán en un futuro próximo como son el Aviso de Dios y
un gran Milagro como últimos esfuerzos del Cielo para la
conversión de la humanidad.
En el mismo orden de ideas, dentro de las múltiples
conversaciones que durante esos casi 4 años tuvo la
Santísima Virgen con las 4 niñas videntes, especialmente
adquirieron mayor trascendencia las que tuvo la Madre de
Dios con la entonces niña de 12 años, Conchita González,
quien hoy día está casada y divide su residencia entre los
Estados Unidos y Fátima, Portugal.
Profecía de los Papas
Dentro del contenido de estos temas, hay uno especialmente
llamativo ya que se refiere en concreto a los Papas, y más
en específico, al número de romanos pontífices que habrían
de venir a la Iglesia antes del comienzo del llamado Final
de los Tiempos (el periodo breve de la Historia que se
caracterizará por sus grandes signos y señales en todos
los órdenes, grandes desastres naturales ocasionados por
catástrofes naturales, y particularmente en el orden moral
la apostasía, o sea, el alejamiento generalizado del
hombre con respecto a su Creador, lo que dará lugar a
vivir ajenos a la Ley de Dios y a la moral cristiana, todo
esto como preparación a otro brevísimo periodo de la
Historia que se conoce como la Gran Tribulación y la
Aparición del último y personal Anticristo que va a
desatar la peor persecución religiosa que los siglos han
conocido, todo ello apoyado en un Nuevo Orden y Gobierno
Mundial).
Pues bien, uno de los autores más serios quien relata, por
decirlo así, la versión tradicionalmente conocida de los
Papas que habrían de venir a la Iglesia antes del Final de
los Tiempos es el Padre Eusebio García de Pesquera según
lo menciona en su libro “Se Fue con Prisas a la Montaña”.
Aquí el Padre da cuenta de lo que dijo la niña Conchita
cuando en 1963 en la iglesia del pueblo tocaban las
campanas por la muerte del Papa Juan XXIII, y que
resumidamente la anécdota decía que Conchita dijo entonces
que “a partir de ese Papa sólo quedaban 3 para el final de
los tiempos”, sin que la entonces niña Conchita supiera
bien a bien la profundidad del contenido de lo que estaba
diciendo, tanto que su madre le inquirió sobre ese punto,
a lo que Conchita contestó: “La Virgen me ha dicho que
después de este Papa (Juan XXIII) sólo quedarán 3 y luego
el final de los tiempos”. Hago la aclaración que la niña
no entendía qué era el final de los tiempos, pero sí
aclaraba que la Santísima Virgen no había dicho “fin del
mundo” sino “final de los tiempos”.
Puntualización e Interpretación
Así las cosas, esta información quedó vigente y conocida
prácticamente hasta la muerte de Juan Pablo II, o sea,
hasta abril del 2005. Para entonces había distintas
interpretaciones de esta profecía. Había quienes
equivocadamente pensaban que después de Juan Pablo II ya
no habría más Papas en la Iglesia; otros interpretaban,
también equivocadamente, que a la muerte de Juan Pablo II
vendría el Anticristo, o incluso, que después de Juan
Pablo II vendría un antipapa, por lo que ubicaban a
Benedicto XVI como un falso papa, lo cual también es y era
un error. Y de hecho esto trajo como un punto en contra de
las apariciones de Garabandal, pues no se había “cumplido”
aparentemente esa profecía.
Albrecht Weber
Fue entonces que el autor de este artículo acudió a
Garabandal en 2005, 2 meses después de que ya había sido
electo Benedicto XVI, y estando en casa de la Sra. Paquita
quien es cuñada de Conchita González, tuve conocimiento
del libro del alemán Albrecht Weber, Garabandal - El Dedo
de Dios (Garabandal - Der Zeigefinger Gottes), y que
puntualiza esa famosa profecía de los 3 Papas, y lo que en
realidad la Santísima Virgen le dijo entonces a la niña
Conchita González. Antes de citar el texto, este servidor
se aseguró con el autor de que en la edición alemana de su
libro del año 1993, o sea 12 años antes de que muriera
Juan Pablo II, había dado a conocer esta aclaración,
porque de ser así tendría toda la credibilidad aún cuando
no haya sido conocida esta puntualización para la mayoría
de los seguidores y promotores de Garabandal.
Por tanto, voy a citar a continuación lo que relata
Albrecht Weber en su libro y luego entonces daré la
conclusión final, aclarando que la niña Conchita contaba
en ese entonces con 11 años de edad, y refiere lo que
entendió que le dijo la Virgen, "que a la muerte de Juan
XXIII sólo quedaban tres Papas (Paulo VI, Juan Pablo I y
Juan Pablo II) y que luego vendría el Fin de los
Tiempos". Insistimos en lo que Conchita entiende que le
dijo la Virgen, pues como niña aún, e ignorante y sencilla
habitante de un caserío del norte de España de los años
sesentas, no se pueden esperar grandes raciocinios para
interpretar algunas frases (no nos referimos a los
mensajes, sino a esas conversaciones tan frecuentes que
tenían las niñas con la Señora del Cielo). Así pues, con
esta salvedad citamos el testimonio recogido por D.
Albrecht Weber en su libro. El texto dice lo siguiente:
“Cuando la noticia de la muerte del Papa Juan XXIII llegó
al pueblo, las pequeñas campanas de la Iglesia anunciaron
la muerte del Papa con un tono fúnebre. Conchita fue con
su madre Aniceta y la Sra. Ortiz de camino a la Iglesia.
Surgió la siguiente conversación:
El Papa ha muerto. Dijo su madre.
Contestó Conchita:
Ah, que el Papa murió. Entonces quedan TRES papas.
Hasta aquí todo muy bien. Sin embargo, una vez de vuelta a
casa, Aniceta no estaba tranquila y quiso conocer más
profundamente los pensamientos de su hija que parecía
reservarse en presencia de la Sra. Ortiz.
En casa, a solas, temiendo un posible error de su hija, le
pregunta su madre:
¿De dónde sabes que solamente quedan TRES papas?
Conchita respondió:
De la Santísima Virgen. En realidad me dijo que aún
vendrían CUATRO papas pero que Ella no contaba uno de
ellos.
Dice Aniceta:
Pero entonces, ¿por qué no tener en cuenta UNO?
Responde Conchita:
Ella no lo dijo, solo me dijo que UNO no le tenía en
cuenta. Sin embargo me dijo que gobernaría la Iglesia por
muy poco tiempo.
A la pregunta:
¿Quizás por eso no lo cuenta?
Conchita dice:
No lo sé.
Su madre:
Y qué viene después:
Ella no lo dijo.
Hasta aquí el fragmento de la conversación. La Virgen dice
claramente que, después de Juan XXIII, habrá cuatro Papas
más pero que a uno de ellos no le tiene en cuenta. Aniceta
no entiende por qué y le pregunta a su hija si será por el
motivo de que gobernará la Iglesia por muy poco tiempo.
Sin embargo la Santísima Virgen sí indica claramente que
el que Ella no cuenta es el que reinará poco tiempo, es
decir el papa Juan Pablo I. Así pues los cuatro Papas,
después de Juan XXIII, son: Pablo VI, Juan Pablo I, Juan
Pablo II y Benedicto XVI y el que la Virgen no cuenta,
cuando dijo "Solo quedan TRES papas", es Juan Pablo I. Hay
que entenderlo así: Solo quedarían TRES papas que
gobernarán normalmente a la Iglesia ya que a Juan Pablo I
no le dio tiempo a realizar ni siquiera la primera de las
grandes reformas que pensaba hacer.
Esta conversación la contó Conchita, a cuatro testigos, en
la tarde del 13 de noviembre de 1965, cuando tuvo lugar
la última Aparición de la Santísima Virgen en Garabandal.
Conchita, en esta conversación, cuenta lo que supo en una
de las Apariciones de la Santísima Virgen en diciembre de
1962 y después fue aclarando más cosas ya que la Virgen le
fue diciendo más detalles en varios éxtasis de 1962 y
1963, en especial el del 8 de Diciembre de 1963 en que le
habló de "cosas del futuro, que van a venir" y en las
locuciones y éxtasis de los años posteriores.”
Renuncia B-XVI
El testimonio pues es rigurosamente cierto y está
comprobado que así fue. Entonces, Benedicto XVI ha
renunciado y con él tenemos al cuarto Papa de esta
profecía, luego entonces, a partir de este momento, según
siempre esta profecía de Garabandal, comienza el final de
los tiempos. ¿Qué quiere decir esto a la luz de la
situación actual del mundo y de la Iglesia?
En primer lugar, no quiere decir que no vaya a haber más
Papas, o que el siguiente sea un antipapa. No, toda vez
que con la renuncia efectiva de Benedicto XVI queda la
Sede vacante y entramos a un nuevo cónclave y del que
eventualmente saldrá el sucesor de Benedicto XVI, y desde
luego, legítimo. Sin embargo, ya este Pontífice sucesor de
Benedicto XVI, sea quien sea, definitivamente va a estar
envuelto en un Pontificado pudiéramos decir por utilizar
una palabra “atípico” o “fuera de lo común”, como ha sido
por ejemplo la renuncia de Benedicto XVI, que si bien está
contemplada esta posibilidad en el Código de Derecho
Canónico, ha causado sorpresa tanto en el mundo eclesial
como en el secular precisamente por lo extraño e inusual
de su decisión, que traerá entre otras cosas la presencia
de un ex Papa vivo durante el siguiente cónclave y
manteniendo una coexistencia con el nuevo Papa electo, lo
cual es desde luego una situación extrañísima y, repito,
inusual (que no quiere decir, como algunos creen
erróneamente, que Benedicto XVI vaya a enfrentar su
legitimidad frente al nuevo Papa electo, o a censurarlo o
a aconsejarlo o a asesorarlo, etc., pues como ya he
reiterado en varias ocasiones, Benedicto XVI deja de ser
Papa, aún cuando se le siga llamando Su Santidad; obispo
emérito de Roma o eventualmente incluso llegara a vestir
de blanco); pero todo esto es parte del final de los
tiempos.
Perfil del Sucesor
Contra lo que muchos pudieran pensar, a este servidor le
parece más que razonable que los cardenales de la Iglesia
Católica a vistas del miedo, la vergüenza y la humillación
por la que en este momento está siendo acosada la Iglesia
como institución, pudieran inclinarse por un Papa que en
su pontificado resultara ser en extremo tradicionalista y
conservador para cerrar filas al interior de la Iglesia y
poner verdaderamente un hasta aquí a todos los desmanes,
malas conductas, desobediencias, faltas de unidad en torno
al romano pontífice de no pocos sacerdotes, obispos,
teólogos, comunidades religiosas y laicas que hacen, dicen
y predican lo que les da su “regalada” gana. Esto traería
un verdadero “rompimiento” al interior de la Iglesia y
también hacia afuera pues enardecería a muchos católicos
laicos y religiosos que son tibios y mediocres con su fe.
Y esto es precisamente a lo que se refería la Virgen en
Garabandal cuando profetizaba que a partir de este Papa
que viene comenzará el final de los tiempos, pues se
cumplirá lo del libro del Apocalipsis: “que el inicuo siga
en su iniquidad, el sucio ensúciese más; el justo obre más
justicia, y el santo santifíquese más” (22, 11).
Amén de lo anterior, resulta más que coincidente que el
siguiente lema de la famosa profecía del siglo XII
atribuida a San Malaquías sea In persecutione, o sea, “en
la persecución”, pues eso daría lugar a que el Papa fuera
verdaderamente perseguido, y me parece incluso que este
Papa es a quien le correspondería aquella profecía de 1846
de La Virgen de La Salette y que dice “El Santo Padre
tendrá mucho que sufrir… se atentará muchas veces contra
su vida sin poder poner fin a sus días. Pero ni él ni su
sucesor verán el triunfo de la Iglesia de Dios”. Y así
será pues que ni él (el que sea electo en este próximo
cónclave con motivo de la renuncia de B-XVI) ni tampoco su
sucesor, al que le correspondería el famoso título de
Pedro Romano, verán el triunfo de la Iglesia de Dios ya
que al último Papa (Pedro) electo de la Iglesia salida de
Roma (Romano) está profetizado por un sinnúmero de
revelaciones como la de Fátima y la de San Pío X que será
asesinado en el exilio, o sea, fuera de Roma.
Sea lo que fuere, deberemos de esperar un Papado
completamente atípico y fuera de lo normal, y dejaremos a
Dios como siempre si resultará bueno o malo para la
Iglesia Universal.
Las Profecías se aclaran
Finalmente, y para terminar, este Pontificado que sucederá
a Benedicto XVI, por la forma y contenido que adoptará
pareciera más que razonable, que ahora sí dejaría listo el
escenario para que al término del mismo se de entonces el
famoso cisma de la Iglesia Católica, la lucha entre “dos
papas rivales” como lo anunció la Virgen en 1981 a Segatis
Paprocki y que era en esencia las 3 palabras que resumían
el Secreto de Fátima; o sea, lo que este servidor desde el
año 1998 puso por escrito en su libro La Hora de la
Verdad, y luego en el 2000 con El Sol Eclipsado y luego
profundizó en 2007 en el libro Dos Papas en Roma y que en
su último libro Las Puertas del Infierno contra la Iglesia
vuelve y retoma a la luz de los últimos acontecimientos, y
que cada vez más se vuelve más claro.
Quedan unas 2 ó 3 semanas para el próximo cónclave y el
escenario más seguro es que veamos a un nuevo Papa que en
el desarrollo de su Pontificado asuma medidas extremas y
sorpresivas, en medio de una gran persecución tanto contra
la Iglesia como contra su persona, y que eventualmente
deje preparado inevitablemente el ataque feroz de la
masonería que al interior de la Iglesia está dispuesta a
dar la gran batalla para llevar a cabo el más terrible
ataque del humo del infierno en contra de la Iglesia de
Cristo.
Y simultáneamente la naturaleza se estará rebelando como
no se ha visto jamás y donde los hombres de ciencia no
atinarán a saber lo que verdaderamente está sucediendo en
todo el orden natural; y la humanidad también se vea
envuelta en una gran confusión y odio que llevará a
continuas revueltas sociales, levantamientos, desórdenes
por doquier y rumores de guerra aterradores. Y aparecerán
signos y señales extrañas en el cielo y en la tierra, así
como pestes y enfermedades desconcidas. Todo esto es lo
que significa el Final de los Tiempos.
Recemos por el próximo Papa y el cónclave que ha de tener
lugar para que el Espíritu Santo se manifieste e ilumine a
los cardenales de la Iglesia Católica. Y nosotros
convirtámonos día a día, pues son tiempos de vivir en
gracia y abandonarnos en el Corazón Inmaculado de María y
en la Sagrada Eucaristía, sin hacer a un lado la
preparación física y emocional para poder hacer frente a
los tiempos que vienen y mantener la fe hasta el fin.
Luis Eduardo López Padilla 25 de Febrero del 2013. twitter@lopezpadilla7
www.apocalipsismariano.com
María y el Próximo Cónclave
Escrito por Luis Eduardo López Padilla Lunes, 04 de Marzo de 2013 12:16
Noticias - Generales
NOTA: A continuación pongo a consideración del lector el
siguiente artículo que he decidido publicar como una ruta
más de acceso para mejor comprensión de los tiempos que
estamos viviendo. Ciertos temas deben salir a la luz ahora
pues el tiempo se ha vuelto cortísimo. Además que el Cielo
no podía “des-velarlos” anticipadamente para no alertar al
enemigo, pues como toda batalla, la estrategia era
necesaria para sorprender a Satanás que tendrá que
ajustarse al nuevo Papa.
Dicho en otras palabras, las profecías se hacen más
claras cuando se acercan a su cumplimiento, lo que permite
tener una mejor, más precisa y acertada visión de lo que
está por venir. Sepa el lector que a partir de la
renuncia del Papa B-XVI, los sucesos se desencadenarán y
veremos hechos no vistos o totalmente inusuales, pues
tanto la Luz como lo Obscuro mostrarán abiertamente sus
armas, y lo que está profetizado que va a suceder,
sucederá con toda su fuerza y certeza, más hoy que mañana.
La Luz será más luminosa; y las tinieblas más tenebrosas.
El que tenga oídos, que oiga.
Mucho se ha hablado en los últimos días sobre “las puertas
del infierno”, sobre “el humo de Satanás”, sobre la
Masonería infiltrada al interior de la Iglesia, y como
efecto de ello, la gravedad que padece la Esposa de Cristo
que se manifiesta en las luchas y divisiones a nivel de la
más alta Jerarquía; falta de unidad entre sus miembros, de
obediencia y sumisión al Sumo Pontífice; las debilidades
humanas expresadas en los gravísimos pecados de
pederastia; el supuesto lobby gay en el Vaticano, que
finalmente evidencia una Iglesia enferma, sin liderazgo,
sin personalidad, sin ser luz para las naciones y para sus
miembros; en una palabra, sin cumplir la misión
sobrenatural para la cual fue fundada.
La Lucha
Y esto es en gran medida cierto, que a la luz de la
Revelación no responde sino al anuncio profético que desde
Génesis quedó establecido: “Pondré enemistad entre ti y
la Mujer”, le dijo Dios a la serpiente, “entre tu linaje y
el suyo, y tú le asecharás el carcañal y él te aplastará
la cabeza” (3, 15). Más aún, el Concilio Vaticano II
confirmó esta realidad en su Constitución Gaudium et
Spes: “Toda la vida humana, la individual y la
colectiva, se presenta como una lucha, y por cierto
dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las
tinieblas” (# 13). Y de esta realidad, ya daba cuenta el
entonces Cardenal Karol Wojtyla en el Congreso Eucarístico
de Filadelfia, cuando en el año de 1976 afirmaba lo
siguiente: “Estamos ahora ante la confrontación histórica
más grande que los siglos jamás han conocido. Estamos ante
la lucha final entre la Iglesia y la anti-Iglesia; entre
el Evangelio y el anti-Evangelio. No creo que el ancho
círculo de la Iglesia estadounidense ni el extenso círculo
de la Iglesia universal se den clara cuenta de ello. Pero
es una lucha que descansa dentro de los planes de la
Divina Providencia, y es un reto que la Iglesia entera
tiene que aceptar” (Wall Street Journal, noviembre 1978).
Y para tener el panorama completo de cuál es el límite
de lo obscuro, el Fundador de la Iglesia, Jesucristo
Nuestro Señor, le dijo a Pedro: “Y yo te digo que tú eres
Pedro y sobre esta piedra – que en ese momento tocaba
Jesús con su mano derecha – edificaré mi iglesia y las
puertas del infierno no PREVALECERÁN en contra de ella”
Mateo 16, 14-16).
Siglos XX y XXI
En este contexto, es una realidad que el siglo XX y lo que
llevamos de este nuevo siglo ha tenido una mayor fuerza el
ataque de “las puertas del infierno” contra la Iglesia. Y
todo indica que en este momento, la “estirpe de la
serpiente” domina el juego y lleva ventaja en el Ajedrez
Trascendente que se despliega entre el mundo sobrenatural
de la luz y el mundo preternatural de lo obscuro y que
naturalmente incide en la vida de la Iglesia en este mundo
y el destino completo de la humanidad.
Y por los últimos embates violentos que ha sufrido la
Iglesia que ha llevado a una gran pérdida de la fe entre
sus miembros; a una desbandada y pérdida de vocaciones
sacerdotales y religiosas; a una relajación y laxitud en
la vida disciplinar y litúrgica desvalorizándose la vida
sacramental, particularmente la Eucaristía; a una
adulteración del sentido sacrificial del Amor de Dios que
es suplido por un amor sentimentalista y hueco; así como
la alarmante disminución de la vida de oración, sacrificio
y penitencia que exige el crecimiento espiritual de los
hijos de Dios, pareciera que el escenario está listo para
que el ejército que encabeza Satanás, integrado tanto por
demonios, como por seres de lo obscuro y hombres y mujeres
de la Iglesia a su servicio, asalten a la Esposa de
Cristo, allí “donde ha sido establecida la Sede de Pedro y
la silla de la verdad para iluminar al mundo”, pues “ellos
han levantado el trono de su abominable impiedad, con el
designio inicuo de que cuando el pastor fuera golpeado,
las ovejas se dispersen” (palabras de León XIII con
ocasión de la visión que tuvo acerca del ataque que
infringiría el demonio a la Iglesia en el siglo XX).
Y muchos quieren ver con la renuncia de Benedicto XVI, por
las condiciones que rodearon su decisión, que este asalto
está listo a desplegarse con toda la fuerza por el “humo
del infierno” para confundir a los hombres, llevarlos a la
perdición eterna y hacer que la Iglesia de Cristo
finalmente sucumba… PERO ES PRECISO AFIRMAR CON TODA LA
FUERZA DE LA VERDAD: AÚN NO SERÁ ASÍ.
La Inspiración a Benedicto XVI
Más allá de cualquier consideración humana, Benedicto XVI
renunció porque así se lo pidió el Cielo, y porque su
renuncia es parte de la estrategia de la Señora de lo
Alto, la Bienaventurada Siempre Virgen María, la Madre de
Jesucristo y Madre de la Iglesia, como capitana del
ejército de la luz a quien le ha sido encomendada la
Iglesia en este final de los tiempos para ser el bastión,
la guía y la luz en contra de las fuerzas obscuras. En
efecto, Ella le pide a su Papa Benedicto XVI que es
momento de renunciar, porque en la Sabiduría que la Verdad
le mostró, Ella debe tomar ahora parte fundamental y más
visible de su presencia en la Iglesia como Madre y guía de
la estirpe de la luz, pues como ocurrió en las bodas de
Caná, le arranca a su Hijo otro milagro, para traer en
esta hora decisiva de la Historia a un Papa especial de
tales condiciones que dejará con las manos amarradas, al
menos por un tiempo más, a la estirpe de la serpiente.
Digámoslo claramente, el Papa renunció porque Dios así lo
quiso. Benedicto XVI ha dejado de ser Papa y hoy tenemos
Sede Vacante en la Barca de Pedro. Ni volverá a ser Papa,
Benedicto XVI, como algunos pretenden basados en mensajes
y revelaciones privadas falsas o interpretaciones
erróneas. Ni tampoco se verá obligado a huir de Roma, ni
es el Papa de la visión de Fátima. O como insistentemente
se está filtrando por internet mediante otros mensajes
falsos, que el siguiente sucesor de Pedro será falso o
impostor o ilegítimo. Desvelemos un poco el Misterio.
Los Planes de Dios se Cumplen
Que nadie se confunda. Es Dios Padre y sólo Dios Padre
quien tiene la Verdad Absoluta y Él es quien dirige bajo
su inmutable Ley Eterna todos los actos y movimientos del
universo, y Él establece los tiempos no sólo del mundo de
la luz sino también la hora del poder de las tinieblas. Ni
un minuto más ni un minuto menos. Así lo dijo el entonces
Papa Benedicto XVI en sus primeras homilías y discursos
sobre los tiempos escatológicos: “Dios es el amo absoluto
de la Historia y ni los poderes ocultos ni Satanás son los
que tienen la última palabra en la misma; Dios dirige el
curso de los acontecimientos hacia los cielos nuevos y la
tierra nueva” (Zenit mayo, 2005).
Entonces, y como una gracia alcanzada por la Santísima
Virgen María, Ella traerá a la Iglesia militante, en
concreto a la barca de Pedro, un Papa que ha sido formado
y cuidado por Ella desde hace tiempo, y antes de que la
apostasía llegue a su vértice, este próximo Papa deberá de
llevar a su cumplimiento el Plan de Dios que le fue
encomendado a la Santísima Virgen y que Ella reveló hace
tiempo a sus auténticos mensajeros. Así pues, será el
mismísimo Papa quien se convertirá en la voz de la
Santísima Virgen. La Voz del Trueno; la voz de la
Profecía; la voz de Fátima.
Cónclave Largo y Acción del Espíritu Santo
Como decíamos en artículos anteriores y a la luz de la
profecía en Garabandal sobre los 4 Papas, con la Sede
Vacante del Papa emérito Benedicto XVI podemos afirmar en
estricto sentido que ha comenzado el final de los tiempos.
Por tanto, que el mundo y la Iglesia se preparen para los
más grandes acontecimientos nunca antes vistos. Las
fuerzas de la luz y de lo obscuro ahora se tenderán en una
mayor manifestación y serán mucho más palpables tanto las
señales tenebrosas como los signos sobrenaturales del
Espíritu Santo. Y en medio de esta gran batalla anunciada
desde el principio de los tiempos están el mundo y la
Iglesia.
Los hombres se confunden haciendo apuestas y señalando en
un plano humano a los posibles papables y muchos esperan
un cónclave breve controlado por los enemigos de Dios para
así darle rápido un golpe cuasi mortal a la Iglesia. Pero
no será así. Dentro del cónclave y la lucha de los poderes
ocultos con la que dará inicio, será al final tal la luz
que irradiará la Santísima Virgen hacia el interior de la
Iglesia y del Colegio Cardenalicio que no tendrá parangón
en la Historia de la Iglesia. Hoy más que nunca en que la
Iglesia está necesitada de la acción mística y
sobrenatural de Su Madre, Ella dejará sentir su fuerza
poderosa pues la Iglesia necesita de su intervención para
poder fortalecerla mucho más ante la tormenta y prueba
espiritual que se avecinan.
Parece que los hombres olvidan que la barca de Pedro no
era de Benedicto XVI. Tampoco de Juan Pablo II, ni de
ningún Papa en la Historia de la Iglesia. El dueño de la
barca es Jesucristo y la Madre de la Iglesia es María y la
luz es más poderosa que las tinieblas. Y sí, la Iglesia
tendrá que pasar por su dolorosa pasión y su gran prueba,
pero María necesita darle a su Iglesia un Papa que
cumplimente lo que comenzó Juan Pablo II al llevar a la
Iglesia al Tercer Milenio y que continuó el gran teólogo
Papa Emérito y fiel servidor de Jesucristo, Benedicto XVI.
Por eso no será un cónclave corto, pues llevará tiempo
para que la acción del Espíritu Santo paulatinamente
inunde el corazón de algunos cardenales, y éstos en otros
y en otros, hasta que ellos mismos se den cuenta, al menos
los que se dejen guiar por la acción de Dios, que es la
Poderosa Señora del Cielo la que hará surgir de manera
totalmente SORPRESIVA y no previamente calculada por ellos
al Papa de su elección. Él sabe quién es, él ha sido
preparado para este momento dramático de la Iglesia.
Llegará a la Silla de Pedro como consecuencia de los
sucesos inevitables que el Cielo ha determinado desde hace
tiempo y que en su corazón lleva en lo más profundo el
Corazón Inmaculado de María, y lleva también el anuncio
profético del Apocalipsis; se convertirá en Luz y Trueno
del Final de los Tiempos. Así será y María lo ha escondido
hasta ahora y lo traerá a la luz de las naciones desde
donde está. (Las grandes misiones las conocen los que son
elegidos para ellas. Cada uno es creado de acuerdo al plan
divino; algunos nunca entienden el Plan de Dios, viven en
la obscuridad y los grandes misterios están ocultos para
ellos, es decir, el misterio de su propia existencia y el
por qué fueron creados. Otros son bañados en una gran luz
desde el principio… y éste es el caso del próximo Papa).
Fátima
¿O qué estamos pensando, que el mensaje de la Virgen se
quedará sólo en los libros? ¿Que su pedido traído a Fátima
no se va a realizar? ¿Que sus profecías de formar
apóstoles de estos tiempos quedarán a medio realizarse,
con soldados a su servicio sin la debida preparación y
crecimiento espiritual, temerosos, desunidos y sin el
debido discernimiento, sin su escudo ni su espada bien
afilada? ¿Que Ella preparará la Parusía o manifestación de
Su Hijo con una Iglesia que no logró replicar el mensaje
de su Madre? No, no es así. Ella tiene reservada una
sorpresa. Un apóstol, un profeta, un Papa que conducirá a
la Iglesia de manera tal que traerá un cambio absoluto en
la forma de guiarla para prepararla no sólo a la Gran
Tribulación sino también para dejar sembrada la semilla
del triunfo del Reino de Cristo en la Tierra. Con el
comienzo del final de los tiempos, y con esta sabia y
estratégica jugada de la Madre del Señor, los demonios
están ahora enfurecidos y van a desplegar contra el mundo
y hacer surgir hacia afuera el fuego del odio que habita
en los corazones de los hombres, de tal manera que en muy
breve tiempo la humanidad se verá presa de una gran
confusión ante todo lo que estará ocurriendo, así como las
fuerzas de la naturaleza desatadas que harán que los
hombres desfallezcan y eventualmente griten hacia lo Alto
para que Dios se manifieste. Será entonces que este Papa
se convertirá en Luz y Fuerza, Fe y Amor, para que a
través de él encuentren la gracia de Dios y la presencia
de la Santísima Virgen María entre nosotros, para así
fortalecer a los verdaderos hijos de Dios y hombres de
buena voluntad que estén dispuestos a afianzarse en
Nuestro Señor y en su Madre Santísima, a través de la
fuerza de la Iglesia que dará este Papa antes de que
explote la apostasía por todas partes.
Consagración de Rusia
Por eso, ya lo decía el místico estigmatizado italiano
Antonio Ruffini (1907-1999) a una pregunta de que si Juan
Pablo II sería el Papa que consagraría Rusia al Corazón
Inmaculado de María y respondió: “No, no es Juan Pablo II.
No será su sucesor inmediato tampoco, sino el siguiente.
Él es quién consagrará finalmente a Rusia” (Interview P.
Kramer Crusader #82). Este Papa que viene, entre otras
encomiendas, llevará adelante el pedido anhelado,
suplicado y recordado por la Santísima Virgen desde 1917
en Fátima: Consagrar a Rusia a su Corazón Inmaculado,
solicitando que se unan a él, al Santo Padre, todos los
obispos del mundo. Este hecho profético se consumará bajo
sus años de Pontificado, y hará que ese caudal de gracias
inmenso que están depositados dentro del Corazón
Inmaculado de la Santísima Virgen por fin se derrame a
toda la Iglesia y al mundo completo; esto dará un impulso
extraordinario a la Iglesia y contribuirá enormemente a la
anhelada UNIDAD de muchos, fortaleciendo así al Cuerpo
Místico de Cristo para la gran batalla y la Gran
Tribulación que vendrán después…
Una gran persecución se avecina pues la VERDAD en la
persona del Papa se mostrará a todos. Otra Gracia inmensa
concedida por nuestra Madre del Cielo. Gracia de
conversión y de preparación espiritual pues ahora el
tiempo es cortísimo, pues ha llegado el final de los
tiempos. Y este Papa, que en su gozo de Servir a la Reina,
sufrirá muchísimo, María, al final, estará con él para
recibir su holocausto... donde...
LUIS EDUARDO LÓPEZ PADILLA
www.apocalipsismariano.com
@lopezpadilla7
3 de Marzo del 2013