García Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

download García Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

of 24

Transcript of García Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    1/24

    Disponible en: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=79118943010

    RedalycSistema de Informacin Cientfica

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Garca-Arboleda, Juan Felipe

    Los recuerdos encubridores y la representacin de la violencia en la verdad

    institucional: el registro fotogrfico de la revista Semana de la violencia paramilitar en

    Colombia (1988-1989 / 1997-1999)

    Universitas Humanstica, nm. 69, enero-junio, 2010, pp. 185-207

    Pontificia Universidad Javeriana

    Bogot, Colombia

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Universitas HumansticaISSN (Versin impresa): 0120-4807

    [email protected]

    Pontificia Universidad Javeriana

    Colombia

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=79118943010http://www.redalyc.org/principal/ForCitArt.jsp?iCve=79118943010http://www.redalyc.org/src/inicio/IndArtRev.jsp?iCveNumRev=18943&iCveEntRev=791http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=79118943010http://www.redalyc.org/src/inicio/HomRevRed.jsp?iCveEntRev=791http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/src/inicio/HomRevRed.jsp?iCveEntRev=791http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=79118943010http://www.redalyc.org/src/inicio/HomRevRed.jsp?iCveEntRev=791http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=79118943010http://www.redalyc.org/src/inicio/IndArtRev.jsp?iCveNumRev=18943&iCveEntRev=791http://www.redalyc.org/principal/ForCitArt.jsp?iCve=79118943010http://www.redalyc.org/
  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    2/24

    1 El presente ensayo es un producto del grupo de investigacin en justicia social de la facultad deCiencias Jurdicas de la Ponticia Universidad Javeriana (PUJ).2

    Abogado, PUJ. Magster en Urbanismo, Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogot.3Profesor de la facultad de Ciencias Jurdicas. Miembro del grupo de investigacin en justicia social.

    Los recuerdos encubridores y larepresentacin de la violencia enla verdad institucional: el registro

    fotogrco de la revista Semanadela violencia paramilitar en Colombia

    (1988-1989 / 1997-1999)1

    Juan Felipe Garca-Arboleda2

    Ponticia Universidad Javeriana, Bogot, Colombia3

    [email protected]

    Recibido: 20 de enero de 2010Aceptado: 15 de marzo de 2010Documento nal recibido: 20 de abril de 2010

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    3/24

    186 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    Los recuerdos encubridores y la representacin de la violencia en laverdad institucional: el registro fotogrco de la revista Semanade

    la violencia paramilitar en Colombia (1988-1989 / 1997-1999)

    ResumenEl objetivo central del trabajo es implementar herramientas analticas que permitandescribir la verdad institucional sobre la violencia paramilitar en Colombia. Como casode estudio se elige la verdad institucional contenida en el registro fotogrco que larevista Semanapublic sobre este fenmeno en los aos de 1988-1989 y 1997-1999. Elanlisis propone que este tipo de registro congura una verdad institucional que abstraeel dolor de las vctimas usando dos recuerdos encubridores: 1) la violencia paramilitar seejerce en contra de la subversin y 2) las vctimas annimas son un precio necesario quees preciso pagar para ganar esta guerra. La repeticin de estos recuerdos encubridoresestimula el modelo social de identicacin con el padre primordial y promueve la continuaproduccin de chivos expiatorios.Palabras clave: vctimas, derecho a la verdad, recuerdos encubridores, paramilitares,

    memoria y violencia.

    Concealing Memories and Representation of Violence withinInstitutional Truth: The Photographic Record of SemanaonParamilitary Violence in Colombia (1988-1989 / 1997-1999)

    Abstract

    The aim of this work is to implement analytical tools that help to describe the institutionaltruth on paramilitary violence in Colombia. As a case study, we have chosen theinstitutional truth contained in the photographic record the Semanamagazine publishedon this phenomenon during years 1988-1989 and 1997-1999. Our analysis suggests

    this kind of records informs an institutional truth abstracting victims suffering by usingtwo concealing memories: 1) paramilitary violence is exerted against subversion, and 2)anonymous victims are a necessary cost to pay to win war. These concealing memoriescontinuously repeated stimulates the social model that identies with the primeval fatherand makes room for continuous scapegoating.Keywords: victims, right to truth, concealing memories, paramilitaries, memory and violence.

    As lembranas encobertas e a representao da violncia na verdadeinstitucional: o registro fotogrco da violncia paramilitar na

    Colmbia na revista Semana(1988-1989/1997-1999)

    Resumo

    O objetivo central do artigo a adoo de ferramentas analticas que permitam descrevera verdade institucional sobre a violncia paramilitar na Colmbia. Como estudo decaso, escolheu-se a verdade institucional contida no registro fotogrco que a revistaSemanapublicou sobre o fenmeno entre os anos de 1988-1989 e 1997-1999. A anliseassinala que esse tipo de registro congura uma verdade institucional que subtrai a dordas vtimas usando duas lembranas encobertas: 1) a violncia paramilitar se exercecontra a da subverso e 2) as vtimas annimas correspondem a um preo necessrio,o qual precisa ser pago a m de se vencer essa guerra. A repetio dessas lembranasencobertas estimula o modelo social de identicao com o pai primordial e promove acontnua produo de bodes expiatrios.Palavras chave: vtimas, direito verdade, lembranas encobertas, paramilitares,

    memria e violncia.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    4/24

    187

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    1. Introduccin

    La Ley 975 de 2005, instrumento jurdico creado para adelantarprincipalmente los juicios de los ms importantes miembros de

    grupos paramilitares desmovilizados4

    , ha congurado un escenarioque contiene ciertos elementos de la justicia transicional. Entre estoselementos se encuentra la contribucin a la produccin de verdad y ala proliferacin de los ejercicios de memoria (Orozco Abad, 2009). Enefecto, la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin, creadapor esta ley5, en ejercicio de sus funciones6, constituy el Grupo deMemoria Histrica que hasta la fecha ha publicado dos informes. Estegrupo seleccion dos casos paradigmticos en la historia reciente de laviolencia en Colombia: el caso de Trujillo, Valle y el caso de El Salado,corregimiento del municipio de El Carmen de Bolvar.

    El presente trabajo no est destinado a realizar un anlisis de estosinformes. Por el contrario, el enfoque est dirigido a estudiar unacuestin previa sobre la verdad y los ejercicios de memoria quedichos informes constituyen: el auditorio que recibe estos informes7,conformado por los ciudadanos colombianos, no es una supercie enblanco. La sociedad colombiana ha accedido a una verdad institucionalque congura las concepciones vigentes sobre el fenmeno paramilitar.

    El objetivo central de este trabajo es implementar herramientasanalticas que permitan describir esa verdad institucional. Para lograrlo,1) se explica la concepcin de la verdad como efecto de las instituciones

    (Foucault, 1996); 2) se postulan dos posibles modelos institucionales deidenticacin y de produccin de enunciados de verdad de los cualesse deriva el sentido de justicia (Freud, 1979a); 3) se describe el procesode abstraccin que acompaa a la reproduccin fotogrca (Benjamin,2008) y a la memoria del dolor (Freud, 1979b); y nalmente, 4) se analizael registro fotogrco de la revista Semanadel fenmeno paramilitardurante los perodos de 19881989 y 19971999.

    4El artculo primero de la ley prev que sta se aplica a los miembros de cualquier grupo armado al margende la ley, sin embargo, son los miembros de los grupos paramilitares, los que de manera prioritaria sehan acogido a la ley. Artculo 1. Objeto de la presente ley. La presente ley tiene por objeto facilitar losprocesos de paz y la reincorporacin individual o colectiva a la vida civil de miembros de grupos armadosal margen de la ley, garantizando los derechos de las vctimas a la verdad, la justicia y la reparacin.5Artculo 50. Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin. Crase la Comisin Nacional deReparacin y Reconciliacin integrada por el Vicepresidente de la Repblica o su delegado, quienla presidir; el Procurador General de la Nacin o su delegado; el Ministro del Interior y de justiciao su delegado; el Ministro de Hacienda y Crdito Pblico o su delegado; Defensor del Pueblo, dosRepresentantes de Organizaciones de Vctimas y el Director de la Red de Solidaridad Social, quiendesempear la Secretara Tcnica. [/] El Presidente de la Repblica designar como integrantesde esta Comisin a cinco personalidades, dos de las cuales, al menos, deben ser mujeres. [/] EstaComisin tendr una vigencia de 8 aos.6En especial la contenida en el artculo 51.2 Presentar un informe pblico sobre las razones parael surgimiento y evolucin de los grupos armados ilegales.7Dicho auditorio recibir en el 2010 un tercer informe sobre la masacre de funcionarios judicialesen La Rochela en 1989. Adems, se prev que se constituya una Comisin de la verdad promovidapor la Corte Suprema de Justicia y avalada por Javier Hernndez, representante Adjunto de laOcina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. Sobre este ltimo puntover El Tiempo, 20 de noviembre de 2009.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    5/24

    188 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    2. La verdad institucional

    Desarrollando una depurada tradicin de crtica metafsica8, el pensadorfrancs Michel Foucault ha elaborado una consistente teora de la

    verdad como efecto de las instituciones. La verdad no es una entidadtrascendente, es ms bien un producto de las reglas y procedimientosque una sociedad ha establecido para clasicar los enunciados en falsoso verdaderos. En ese sentido, Foucault propone que

    [p]or verdad hay que entender un conjunto de procedimientosreglados por la produccin, la ley, la reparticin, la puesta en

    circulacin, y el funcionamiento de los enunciados. La verdadest ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen

    y la mantienen, y a los efectos de poder que induce y que laacompaan, al rgimen de verdad (Foucault, 1999: 55).

    Estas reglas que limitan la produccin de la verdad estn en funcinde la estabilidad de las fuerzas polticas que gobiernan una sociedad.Lo que conrma la conferencia proferida por Michel Foucault en laPonticia Universidad Catlica de Ro de Janeiro en 1973, es que unavariacin en las fuerzas polticas que gobiernan una sociedad implicauna variacin en las formas sociales de produccin de la verdad(Foucault, 1996). Si esta hiptesis sobre el problema de la produccinde la verdad es vlida cabra realizar las siguientes observacionespertinentes para la presente investigacin:

    a. Los enunciados de verdad que produce una sociedad y con loscuales sta se identica como comunidad contienen un resto, unno-dicho excluido por las reglas de produccin que la constituyen.

    b. Los sujetos de una sociedad, por tanto, no acceden a la verdad,acceden ms bien a un producto, a un efecto de la verdadinstitucional, al cual pueden siempre adherirse por medio de laidenticacin o distanciarse por medio de la desidenticacin.

    Surge as un problema central para el anlisis de la cultura: cmo

    puede ser descrito el proceso de identicacin y desidenticacin delos seres humanos con los enunciados de verdad que producen lasinstituciones bajo las cuales viven?

    3. El proceso de identicacin social y el sentido de justicia

    En 1929, Freud (1979b) publica por primera vez el ensayo tituladoEl malestar en la cultura. En este, de manera general, vuelve sobrela tesis publicada dos aos antes en El porvenir de una ilusin: la

    8 En esta tradicin, teniendo en cuenta variaciones de mtodo, se puede nombrar a: FriedrichNietzsche, Sigmund Freud, Ludwig Wittgenstein, Paul Veyne, Michel Foucault. Al respecto de estatradicin ver el excelente libro de Silvia Tubert (1999).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    6/24

    189

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    religin es una produccin humana que tiende a desaparecer, dada lapaulatina desidenticacin del hombre moderno con los enunciadosde verdad que proeren las instituciones religiosas9. En el texto de1929, el punto retorna a partir de la interpelacin que le hace un amigosuyo10: es posible que la religin desaparezca, argumenta este ltimo,sin embargo no podr desaparecer la raz antropolgica de sta; loque este amigo llama el sentimiento ocenico. La respuesta de Freud,por su parte, pretende demostrar que ese sentimiento no es ms queuna manifestacin de una pulsin primaria en el ser humano a la quedenomina narcisismo:

    Nace la tendencia a segregar del yo todo lo que pueda devenirfuente de un tal displacer, a arrojarlo hacia afuera, a formarun puro yo-placer, al que se contrapone un ah-afuera ajeno,

    amenazador. Es imposible que la experiencia deje de recticar loslmites de este primitivo yo-placer (Freud, 1979b: 68)

    Este narcisismo primario que tiende hacia la eliminacin de todoobjeto exterior, que obstaculiza la satisfaccin individual de goce, estramitado por la religin. Argumenta Freud que la religin surge a razde la constatacin de la imposibilidad humana de llevar a trmino real

    y absoluto el narcisismo primario, de tal suerte que el ser humanotermina proyectando la posibilidad de realizacin de ste en un ser detoda grandeza. En ese sentido, las necesidades religiosas:

    derivan del desvalimiento infantil y de la aoranza del padre queaquel despierta, tanto ms s se piensa que este ltimo sentimientono se prolonga en forma simple desde la vida infantil, sino que esconservado duraderamente por la angustia frente al hiperpoderdel destino. No se podra indicar en la infancia una necesidad defuerza equivalente a la de recibir proteccin del padre. De estemodo, el papel del sentimiento ocenico, que -cabe conjeturar-aspirara a restablecer el narcisismo irrestricto, es esforzado asalirse del primer plano. (Freud, 1979a: 72-73)

    9EnEl porvenir de una ilusin, Freud describe las manifestaciones de tal desidenticacin: Reexinese

    sobre la situacin presente, cuyos rasgos son inequvocos. Segn ya omos, se admite que la religinno ejerce el mismo inujo que antes sobre los hombres. (Aqu nos referimos a la cultura cristiano-europea.) Ello no se debe a que sus promesas se hayan reducido, sino a que los hombres parecenmenos crdulos. Concedamos que la razn de este cambio es el fortalecimiento del espritu cientcoen los estratos superiores de la sociedad. (Quiz no sea la nica.) La crtica ha socavado la fuerzaprobatoria de los documentos religiosos; la ciencia natural ha pesquisado los errores que contienen, yel estudio comparado ha registrado la llamativa y fatal semejanza entre las representaciones religiosasque nosotros veneramos y las producciones espirituales de pueblos y pocas primitivos. [/] El espritucientco engendra una actitud determinada frente a las cosas de este mundo; en materia de religin sedetiene por un momento, titubea, y por n atraviesa el umbral tambin aqu. Este proceso no sabe dedetenciones; mientras ms accesibles a los seres humanos se vuelven los tesoros de nuestro saber, tantoms se difunde la renegacin de la fe religiosa, primero slo de sus vestiduras anticuadas y chocantes,pero despus tambin de sus premisas fundamentales. Los norteamericanos, que montaron el procesode los monos en Dayton, han demostrado ser los nicos consecuentes. La inevitable transicin se

    consuma en otras partes con medas tintas e insinceridades (Freud, 1979b: 38).10En la edicin de 1931, Freud agrega una nota en donde dice que el nombre del amigo es Romain Rolland.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    7/24

    190 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    En la lnea argumentativa de Freud se puede evidenciar que el surgimientoy la permanencia de una comunidad dependen estructuralmente de lasinstituciones que sta erige para dar trmite al narcisismo primario:

    La convivencia humana slo se vuelve posible cuando se aglutinauna mayora ms fuerte que los individuos aislados, y cohesionadafrente a estos. Ahora el poder de esta comunidad se contrapone,como derecho, al poder del individuo, que es condenado comoviolencia bruta. Esta sustitucin del poder del individuo por el dela comunidad es el paso cultural decisivo. Su esencia consiste enque los miembros de la comunidad se limitan en sus posibilidadesde satisfaccin, en tanto que el individuo no conoca tal limitacin.El siguiente requisito cultural es, entonces, la justicia, o sea, laseguridad de que el orden jurdico ya establecido no se quebrantar

    para favorecer a un individuo (Freud, 1979a: 93-94).Es preciso hacer nfasis: si bien las instituciones que tramitan elnarcisismo primario del ser humano son la condicin de posibilidaddel surgimiento y permanencia de una comunidad, las normas queconstituyen dichas instituciones no se encuentran establecidas de

    forma a priori11. Las ciencias sociales de manera general, desde laantropologa hasta la historiografa, conrman que las sociedadeshumanas han ensayado mltiples formas institucionales para dartrmite al narcisismo primario, regulando las cantidades, los tiempos

    y los espacios en los que se le permite emerger sin que destruya lacomunidad. Esta regulacin o gradacin produce un sentido de justiciaespecco y particular para la comunidad. Es, desde este sentidode justicia colectiva, ntimamente relacionado con las institucionesestablecidas para dar trmite al narcisismo primario, que los sujetoscolocan bajo juicio los enunciados de verdad, logrando la identicacino desidenticacin con stos.

    En El malestar de la culturase puede hallar la descripcin de, al menos,dos modelos sociales para el trmite del narcisismo primario. En esteensayo se sugiere que estos modelos pueden constituir marcos desde

    los cuales se produce el sentido de justicia en una sociedad.La descripcin de los diferentes modelos tiene como punto de partidauna hiptesis antropolgica. Para Freud el narcisismo, de maneraprimigenia, se encuentra concentrado en cabeza del padre de unacomunidad, en cabeza del patriarca, al que denominapadre primordial:es l quien puede disponer de manera absoluta de las mujeres y losbienes para satisfacer su goce sin restricciones en la sociedad.El puntoes resaltado por Freud en Psicologa de las masas y anlisis del yo:

    11En este sentido, la tesis de Freud se encuentra en direccin opuesta a la teora poltica convencional

    que considera la constitucin de la sociedad como un momento fundacional a priori. En unneokantismo que sigue dicha tradicin se halla el trabajo cannico de John Rawls (1999).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    8/24

    191

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    Los individuos estaban ligados del mismo modo que loshallamos hoy, pero el padre de la horda primordial era libre.Sus actos intelectuales eran fuertes e independientes aun en elaislamiento, y su voluntad no necesitaba ser refrendada por los

    otros. En consecuencia, suponemos que su yo estaba poco ligadolibidinosamente, no amaba a nadie fuera de s mismo, y amaba alos otros slo en la medida en que servan a sus necesidades. Su

    yo no daba a los objetos nada en exceso (Freud, 1979c).

    3.1 La identicacin como hermanos

    Se puede constatar, dir Freud, que los hijos de estas comunidadeshumanas prontamente se levantan contra esta situacin, pues tambinpretenden los mismos objetos que su padre, ya que, al igual que ste, se

    encuentran atravesados por el narcisismo. En funcin de la sublevacin,canalizan su narcisismo de manera colectiva hacia la planeacin yejecucin del parricidio que fundar su nueva comunidad. Despus dellevar a trmino este acto surge un problema para los hijos del padreprimordial: cmo ser tramitado el narcisismo de aqu en adelante?O, en otros trminos, quin ocupar el lugar del padre? Con base eninvestigaciones antropolgicas e historiogrcas, revisadas de maneraprofusa en el ensayo Ttem y Tabde 1912, Freud (1979a) consideraque las comunidades, en su estado de arrepentimiento por el parricidio,determinan ciertas relaciones de identicacin con el padre asesinado.

    En el caso de la identicacin como hermanos se forma una alianzaque consiste en expulsar al padre primordial del mundo inmanentecolocndolo, mediante la conmemoracin, en un espacio sagrado(ttem). Desde all, se convierte en el fundamento de la prohibicinconstitutiva de la sociedad (tab): ningn miembro podr identicarsecomo padre, slo podr hacerlo como hermano12.

    12Este modelo de identicacin social fue estudiado de manera prolija por el antroplogo francs, PierreClastres. Enfrentndose a la concepcin eurocntrica y ahistrica, de corte hobbesiano, segn la cualtoda comunidad humana de manera natural tiende hacia la constitucin de un modelo social en el queun ente autnomo monopolice la gestin de los intereses de la sociedad, Clastres argumenta que hay

    comunidades que, en defensa de su cultura, se oponen de manera radical a que algn ser humanoocupe el lugar del padre primordial: por qu las sociedades primitivas son sociedades sin Estado?Como sociedades completas, acabadas, adultas y no ya como embriones infra-polticos, las sociedadesprimitivas carecen de Estado porque se niegan a ello, porque rechazan la divisin del cuerpo socialen dominadores y dominados. La poltica de los Salvajes se opone constantemente a la aparicin deun rgano de poder separado, impide el encuentro siempre fatal entre la institucin de la jefatura y elejercicio del poder. En la sociedad primitiva no hay rgano de poder separado porque el poder no estseparado de la sociedad, porque es ella quien lo detenta como totalidad, con vistas a mantener su serindiviso, de conjurar la aparicin en su seno de la desigualdad entre seores y sujetos, entre el jefey la tribu. Detentar el poder es ejercerlo, ejercerlo es dominar a aquellos sobre quienes se lo ejerce:he aqu precisamente lo que no quieren (no quisieron) las sociedades primitivas, he aqu por qu losjefes no tienen poder, por qu el poder no se recorta del cuerpo social. Rechazo de la desigualdad,rechazo del poder separado: una preocupacin constante en todas las sociedades primitivas. Sabenmuy bien que si renuncian a esta lucha, si cesan de contener esas fuerzas subterrneas que se llaman

    deseo de poder y deseo de sumisin y sin cuya liberacin no se puede comprender la irrupcin de ladominacin y la servidumbre, perderan su libertad (Clastres, 2001: 115).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    9/24

    192 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    En Ttem y tab he intentado mostrar el camino que llev desde estafamilia hasta el siguiente grado de la convivencia, en la forma delas alianzas de hermanos. Tras vencer al padre, los hijos hicieron laexperiencia de que una unin puede ser ms fuerte que el individuo. La

    cultura totemista descansa en las limitaciones a que debieron sometersepara mantener el nuevo estado. Los preceptos del tab fueron el primerderecho (Freud, 1979a: 98).

    3.2 Identicacin como padre primordial

    Es bien sabido que no todas las culturas adoptan instituciones quetramitan el narcisismo primario bloquendolo, hacindolo imposible,expulsndolo hacia un espacio sagrado. En efecto, se encuentraampliamente evidenciada, por arquelogos e historiadores, la emergencia

    del modelo imperial, en el cual uno de los miembros de la comunidades postulado como padre primordial, es decir, como aquel ser humanoen cabeza del cual se erige la posibilidad de disponer de los bienes y loscuerpos que existen sobre la tierra. Es lo que en su obra Capitalismoy esquizofrenia, Deleuze y Guattari han documentado bajo el conceptode Urstaat, resaltando su condicin mixta (trascendente/inmanente),caracterstica estructural de la forma imperial:

    La arqueologa lo descubre en todas partes, oculto a menudopor el olvido, en el horizonte de todos los sistemas o Estados,no slo en Asia, sino en frica, en Amrica, en Grecia, en Roma.

    Urstaat inmemorial, desde el neoltico, y quizs desde muchoantes. Segn la descripcin marxista: un aparato de Estado seerige sobre las comunidades agrcolas primitivas, que ya tienencdigos de linajes-territoriales;pero las sobrecodica, las someteal poder de un emperador dspota, propietario pblico nico ytrascendente, seor del excedente o de las reservas, organizadorde la grandes obras (sobretrabajo), fuente de funciones pblicas

    y de burocracia (Deleuze y Guattari, 2002: 436).

    En una lnea cercana a las investigaciones de Freud sobre el deseohumano, Ren Girard, lsofo e historiador francs, ha estudiado a

    profundidad los efectos sociales que produce la identicacin de losseres humanos con el padre primordial. Lo que se puede constatar esque la generalizacin de dicha identicacin aora rivalidades entre losseres humanos avivadas por el fuego de la envidia:

    Los deseos emulativos son tanto ms temibles porque tienden areforzarse recprocamente. Se rigen por el principio de la escalada

    y la puja. Se trata de un fenmeno tan trivial, tan conocido portodos, tan contrario a la idea que tenemos de nosotros mismos,tan humillante, por tanto, que preferimos alejarlo de nuestraconsciencia y hacer como si no existiera, por ms que sepamos

    muy bien que existe (Girard, 2002: 25).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    10/24

    193

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    Al existir un hombre que sea postulado como el padre primordial (elEmperador), los dems hombres tienden a emularlo. Ese procesode emulacin no es pacco, tiende hacia la repeticin del asesinatofundador que constituye la alianza entre hermanos. Cmo puede el

    emperador contener esa violencia que se dirige hacia l? Cmo puedemantenerse con vida en el lugar del padre primordial? El procedimientopracticado de manera sistemtica y reiterada por mltiples sociedadesno deja lugar a dudas: ofreciendo el sacricio de una vctima sustitutaen el marco de conmemoraciones rituales. En el Levtico 1621 estpresente la huella de este procedimiento que, por el objeto inmoladoen este caso, ha dado en llamarse chivo expiatorio:

    Consista en expulsar al desierto un chivo cargado con todos los

    pecados de Israel. El gran sacerdote posaba sus manos sobre la

    cabeza del chivo, gesto con el que se pretenda transferir al animaltodo lo que fuera susceptible de envenenar las relaciones entrelos miembros de la comunidad. Se pensaba, y en esto resida laecacia del mito, que con la expulsin del chivo se expulsabanlos pecados de la comunidad, que quedaba as liberada de ellos(Girard, 2002: 200).

    De esta manera es posible entender el empeo institucional de grandessociedades para promover los rituales de sacricio y conmemoracin,siempre teniendo en cuenta que la ecacia de las sustitucionessacriciales aumenta cuanto mayor es el nmero de escndalosindividuales aglutinados contra una sola y misma vctima (Girard,2002: 202). Quizs no sea este el lugar para extenderse en la revisinde los casos que constituyen prueba del argumento13; sin embargo, esposible echarle una ligera mirada a un caso ampliamente conocido portodos, el caso romano:

    Todos los sucesivos emperadores basan su autoridad en la virtudsacricial que emana de una divinidad cuyo nombre llevan: elprimer Csar, asesinado por un grupo de patricios. Como cualquierotra monarqua sagrada, el Imperio descansa en una vctima

    colectiva divinizada [] El culto al emperador es una repeticin delantiguo esquema del asesinato fundador (Girard, 2002: 135-136).

    Surgen un par de cuestiones: son las instituciones imperiales lasnicas que permiten la identicacin con el padre primordial comoposible? son acaso los Estados modernos, con su grandilocuenteproclamacin de igualdad, libertad y fraternidad, instituciones quese constituyen en torno a la alianza entre hermanos bloqueando laposibilidad de que un ser humano ocupe el lugar del padre primordial?Lo que se verica es que dentro de los Estados modernos en donde

    13 El argumento se encuentra profusamente documentado en Girard (1986).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    11/24

    194 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    emerge el capitalismo14, se logra extender el nmero de destinatariosque pueden identicarse como padre primordial, acumulando bienes

    y cuerpos para s sin lmites: en los ltimos cuatro siglos, el crculonobiliario del rey se ha ampliado a un grupo al que se le ha llamado la

    clase privilegiada, que, a pesar de dicha extensin, continua siendouna porcin minoritaria de la poblacin.

    El problema no es desconocido para Freud. Al respecto, se cuestionasobre la posibilidad de existencia de una sociedad que tolere un altogrado de identicacin con el padre primordial, esto es, una sociedadque tolere altas dosis de satisfaccin narcisista. En ese sentido establece:

    No slo las clases privilegiadas, que gozan de sus benecios;tambin los oprimidos pueden participar de ella, en la medida

    en que el derecho a despreciar a los extranjeros los resarce delos perjuicios que sufren dentro de su propio crculo. Se es, s,un plebeyo miserable, agobiado por las deudas y las prestacionesmilitares; pero, a cambio, se es un romano que participa en latarea de sojuzgar a otras naciones y dictarles sus leyes. Estaidenticacin de los oprimidos con la clase que los sojuzga yexplota no es, empero, sino una pieza dentro de un engranajems vasto. En efecto, por otra parte pueden estar ligados a ellaafectivamente y, a pesar de su hostilidad hacia los seores, verloscomo su ideal. Si no existieran tales vnculos, satisfactorios en

    el fondo, sera incomprensible que un nmero harto elevadode culturas pervivieran tanto tiempo a pesar de la justicadahostilidad de vastas masas (Freud, 1979b).

    Lo que se evidencia, entonces, es que las violencias que permanecen alinterior de las sociedades que toleran estas altas dosis de narcisismoprimario son canalizadas, contenidas. Es lo que Freud denominade manera especfica el malestar en la cultura, una suerte deinsatisfaccin permanente que, segn la tesis de Girard, tendr queencontrar objetos sustitutos:

    En un mundo en que la violencia ha dejado de estar ritualizaday es objeto de una severa prohibicin, como regla general, laclera y el resentimiento no pueden, o no osan, saciarse en elobjeto que directamente los excita. Esa patada que el empleadono se ha atrevido a dar a su patrn, se la dar a su perro cuandovuelva por la tarde a su casa, o quiz maltratar a su mujer o asus hijos, sin darse cuenta totalmente de que as est haciendode ellos sus chivos expiatorios (Girard, 2002: 202).

    14Jean Pierre Dupuy (1998) ha documentado cmo el padre el capitalismo Adam Smith estaba bienfamiliarizado con el problema de la envidia en el capitalismo y por tanto la necesidad de difundirvalores como la simpata como mecanismo de emulacin positiva.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    12/24

    195

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    Con los elementos desarrollados hasta aqu, el presente trabajo formulauna hiptesis sobre las vas de identicacin con los enunciados deverdad producidos por las instituciones: los hombres formados al interiorde instituciones que adopten modelos de identicacin como hermanos

    se identicarn con aquellos enunciados de verdad que contengan unsentido de justicia basado en la defensa de la prohibicin y la eliminacinde la existencia de un padre primordial entre la comunidad. El procesode desidenticacin estar liderado por aquellos miembros que deseanpisar el suelo al que slo pueden acceder los dioses, aquellos hombresque estn cansados de seguir las rgidas limitaciones a la acumulacinde bienes y cuerpos que promueve el sistema institucional.

    Con base en esta misma estructura, se arma que los hombres formadosal interior de instituciones que adopten modelos de identicacin comopadre primordial se identicarn con aquellos enunciados de verdad quecontengan un sentido de justicia basado en la defensa de 1) la acumulacinde bienes y cuerpos por los miembros de la comunidad, y 2) la necesidadde produccin de chivos expiatorios que hagan posible la sostenibilidaddel modelo (Girard, 2002). El proceso de desidenticacin estar lideradopor aquellos miembros que emprenden el camino de narrar la velacin dela violencia ejercida sobre los chivos expiatorios, un camino que los llevaal suelo en donde han sido enterrados los cadveres y sobre el cual, secultivan los bienes y se movilizan los cuerpos destinados a la acumulacinilimitada de aquellos identicados con el padre primordial.

    En otras palabras, a mayor defensa institucional de un modelo dehermanos, los miembros de la sociedad se identican con enunciadosque promueven condiciones de igualdad para todos, determinando assu sentido de justicia. Asimismo, a mayor defensa institucional de unmodelo de padre primordial, los miembros de la sociedad se identicancon enunciados que promueven las condiciones de su existencia en lasociedad y justican la produccin y exterminio de chivos expiatoriosque son postulados como la causa del bloqueo de la expansin del padreprimordial en la sociedad.

    4. Fotografa, recuerdos encubridores e identicacin

    La fotografa es una de las tcnicas modernas que modic sustancialmentela forma de re/producir los signicados sociales. En efecto, el pensadoralemn Walter Benjamin en 1936, a tres aos de la llegada al poder delpartido nacionalsocialista a Alemania, escribe un texto en el que analizala transformacin de la funcin ntegra del arte (Benjamin, 2008). ParaBenjamin, la reproductibilidad tcnica de las imgenes, siendo paradigmade ello la fotografa, hace irrelevante la diferenciacin entre original ycopia, la cual constituye el punto nodal de la concepcin artstica.15

    15 Advierte Benjamin (2008: 102-103): La obra de arte reproducida se convierte, cada vez ms en la

    reproduccin de una obra artstica dispuesta para ser reproducida. De la placa fotogrca, por ejemplo,se pueden sacar muchas copias; pero no tiene sentido alguno preguntarse por la copia autntica.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    13/24

    196 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    Esta transformacin se realiza a un alto costo. Argumenta Benjaminque la reproductibilidad tcnica de las imgenes implica un procesode abstraccin de contenido. La reproductibilidad tcnica le quita ala imagen su relacin con el contexto local, con su tradicin, pero

    fundamentalmente con los actos rituales en los que est inscrita.Por qu? Porque la reproductibilidad tcnica coloca el nfasis en ladifusin, en la generalizacin de la imagen, la convierte en productode masicacin. En palabras de Benjamin, la reproductibilidad tcnicade las imgenes abstrae el valor de culto de stas y lo sustituye por suvalor de exhibicin16.

    De esta caracterstica se deriva su potencia propagandstica17. He aquun nuevo fenmeno en el anlisis de las formas sociales de produccinde la verdad: desde el poder es posible abstraer ciertos contenidos locales

    y, a travs de imgenes difundidas en fotografas o en pelculas de cine,luego jar los signicados que ms convengan a la institucionalidad.18

    El proceso de abstraccin y la prdida del valor de culto, que Benjaminadvierte como consecuencia de la reproductibilidad tcnica de la obrade arte, es anlogo a un fenmeno que Freud denomina el mecanismopsquico de la desmemoria (Freud, 1979d). Suscita curiosidad en Freudla cotidiana situacin de requerir el recuerdo inmediato de una fecha,un nombre, y a pesar de que se tiene la sensacin de que se va a lograrel retorno de dicho dato, a pesar de sentir que se tiene en la puntade la lengua, solo retornan informaciones irrelevantes que al parecernada tienen que ver con lo que se buscaba.

    La hiptesis de Freud, y para ello ofrece un bello ejemplo de autoanlisis,es que la imagen que debe retornar, la que se busca, se encuentraasociada a una imagen reprimida o desplazada del plano de laconsciencia por el grado de dolor que suscita. En su reemplazo retornade manera reiterada imgenes placenteras o menos dolorosas- quehan sido usadas para realizar dicho desplazamiento. La repeticin

    16En el texto Benjamin (2008: 105-106) establece: Con los distintos mtodos de su reproduccin

    tcnica las posibilidades de exhibicin de la obra de arte han aumentado de un modo tan radicalque, como sucedi en los primeros tiempos, al invertirse la relacin cuantitativa entre sus dospolos, se ha producido tambin una modicacin cualitativa de su naturaleza misma. A saber: entiempos primitivos, gracias a la importancia absoluta que daba a su valor de culto, la obra de artese convirti ante todo en un instrumento de magia que solo mas tarde se reconocera en cierto modoen cuanto obra artstica. De igual manera, hoy da, gracias a la importancia que se da a su valor deexhibicin, la obra de arte se ha convertido en una creacin dotada de funciones totalmente nuevas,entre las cuales nosotros somos conscientes de la artstica, que se destaca como la que quiz algnda se llegue a reconocer como accesoria.17 Para una descripcin profusa del problema de la imagen y la propaganda ver el dilucidador ensayode Carlo Ginzburg (2000) titulado Mito.18Benjamin (2008) encuentra una relacin de connivencia entre el movimiento totalitario europeoy la emergencia de los medios masivos de comunicacin: a la reproduccin masiva corresponde enefecto la reproduccin de masas. La masa se mira a la cara en los grandes desles festivos, en lasasambleas monstruos, en las enormes celebraciones deportivas y en la guerra, fenmenos que pasan

    ante la cmara. Este proceso, cuyo alcance no necesita ser subrayado, est en relacin estricta conel desarrollo de la tcnica reproductiva y de rodaje.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    14/24

    197

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    innita de estas imgenes se constituye en la condicin de posibilidaddel desplazamiento denitivo de la imagen prohibida por la instanciarepresiva (Freud, 1979d).

    As como el proceso de reproductibilidad tcnica hace posible laabstraccin de la imagen y la jacin de su signicado para lograrsu masicacin, en el proceso psquico se desplaza de la memoriaconsciente aquellas imgenes que generan displacer sustituyndolas porimgenes que no producen dicha sensacin, a las que Freud otorga elnombre de recuerdos encubridores (Freud, 1979e). En los dos procesos,la reproductibilidad tcnica y el mecanismo psquico, el objetivo eslograr la identicacin plena de los sujetos con las imgenes abstradas.

    5. Estudio de caso: las imgenes de la violencia paramilitar en la

    revista Semana(1988-1989; 1997-1999)

    Como fue anunciado en la introduccin, las consideraciones tericasprevias tienen como objetivo implementar herramientas analticas quepermitan realizar una descripcin de la forma en que se ha conguradola verdad institucional sobre la violencia paramilitar en Colombia.En ese sentido, la ltima parte de este trabajo toma como referentela revista Semana, inuyente medio de comunicacin en Colombia.Por la posibilidad de abstraccin que enmarca a la reproductibilidadtcnica de la fotografa y su relacin con el proceso psquico de ladesmemoria19, el anlisis se limita al rastreo de las imgenes fotogrcaspublicadas sobre la violencia paramilitar en los aos 1988, 1989, 1997,1998, 1999.20El primer perodo analizado (1988-1989) coincide con elcomienzo del cubrimiento periodstico de la revista de este fenmeno; setrata de analizar cmo es el inicio de dicho registro. El segundo perodo(1997-1999) coincide con los tres primeros aos de la masicacin dela ofensiva paramilitar en el territorio colombiano21.

    La primera portada que la revista Semanadedic al fenmeno de laviolencia paramilitar la titul La contra revolucin en Urab. Se tratabade la edicin del 17 al 23 de Mayo de 1988. A la imagen la acompaaba

    un texto que deca Surge en la regin una nueva derecha, organizaday violenta, decidida a barrer el comunismo a cualquier costo Quinesson y qu piensan?.

    19 Cfr. supraapartado 4.20La labor de archivo ha sido realizada por los siguientes estudiantes del seminario Psicoanlisisy justicia social: Javier Fernndez, Dani Torres, Sebastin Erazo, Sarita Velsquez, Javier D.Coronado, Julin Rodrguez y Valentina Restrepo. A ellos un profundo agradecimiento por suvaliosa colaboracin.21 De acuerdo a uno de los estudios estadsticos ms conservador, el nmero de vctimas enmasacres para 1994 fue de 448, 457 en 1995, 572 en 1996, 571 en 1997, 677 en 1998 y 929 en1999. Este mismo estudio atribuye el ascenso en el nmero de vctimas a la arremetida paramilitar(cfr. Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional

    Humanitario, 2008: 150).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    15/24

    198 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    En 1989 el paramilitarismo volvera a las portadas dos veces. La primeraen la edicin del 11 al 17 de Abril. Al titular El dossier paramilitar loacompaaba el siguiente texto: SEMANA revela documentos secretosde gobierno sobre cmo son, cmo actan y quines nancian a los

    grupos paramilitares. La segunda en la edicin del 2 al 6 de Mayo. Enesta ocasin la revista titulaba: La Oveja Negra, agregando: El trasladode un desconocido Coronel de Puerto Boyac destapa los conictosinternos del Ejrcito colombiano frente al fenmeno paramilitar.

    Las imgenes coinciden en algo: todas ellas excluyen a las vctimasdel paramilitarismo. Pese a que en sta poca ya se haba perpetradola emblemtica masacre de Segovia, donde paramilitares una nochedispararon indiscriminadamente contra la poblacin civil, dejando unsaldo de 43 muertos y 45 heridos (Lpez, 2007: 136), la masacre y laimagen de las vctimas de sta, no ameritaron una portada de la revista.

    Estas portadas enfocan ms bien dos elementos del paramilitarismo: porun lado, el poder de los hombres que dirigen estas fuerzas, un hacendadoarmado y un militar; por otro, su condicin de ruralidad. Se construyeuna imagen de un fenmeno que sucede en otro lugar, en el monte, en unafuera que dista de las condiciones del lector urbano de la revista. Imagende distancia y excepcin que se enfatiza en el ttulo de la tercera de las

    portadas: La oveja negra. Al destapar los nexos entre el paramilitarismoy las fuerzas armadas, estos son presentados como casos aislados quese explican por conductas corruptas a ttulo individual.

    Este hilo argumentativo se extiende en una nueva direccin. Lacorrupcin y la violencia se encausan hacia una imagen que se repitereiteradamente, y que, incluso, comienza a convertirse en la nicacausa del fenmeno: se trata de la imagen de Pablo Escobar y GonzaloRodrguez Gacha como responsables del problema. En la revista No.367 de mayo 16 de 1989 es publicada una imagen acompaada del

    texto Pablo Escobar y Rodrguez Gacha. Detrs de los paramilitares.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    16/24

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    17/24

    200 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    Mediante el registro fotogrco, la revista Semanarealiza el proceso deabstraccin que Benjamin y Freud conceptualizan y que fueron descritosen el apartado 4 de este trabajo. Abstraccin del rito sacricial de lasvctimas como chivos expiatorios para preservar el lugar del padre

    primordial amenazado y abstraccin de las imgenes displacenteras deeste proceso de expiacin, desplazndolas y sustituyndolas por imgenesde hombres poderosos, los que deenden a muerte dicho lugar.

    La cuantificacin en el perodo de 1997, 1998 y 1999 confirmala existencia de este proceso de abstraccin. De 42 imgenesque acompaan los informes periodsticos sobre el fenmeno delparamilitarismo 14 corresponden a vctimas, y 38 a imgenes en lasque se encuentran hombres armados, lderes paramilitares, militareso polticos. En este perodo podra hablarse de una consolidacin del

    signicado a travs del registro fotogrco. La revista Semanarepitedos mensajes visuales que operan como recuerdos encubridores, esdecir, como imgenes superciales que tienen 1) el poder de jar elsignicado sobre el fenmeno del paramilitarismo y 2) promover unproceso de identicacin.

    A diferencia del perodo anterior, en el que el registro fotogrco seenfocaba a miembros de los paramilitares de manera individual, enste se registra el colectivo, la hueste paramilitar. En la revista del26 de noviembre de 1996 la fotografa del entrenamiento de ms de100 hombres es acompaada por el siguiente texto: La bsqueda deuna justicacin poltica para los grupos de justicia privada se hizopermanente. Lleg incluso a reclamar el calicativo de patritico debidoa que algunos sectores los consideraban la primera lnea de batallacontra la subversin.

    He ah el primer mensaje visual que opera como recuerdo encubridor:el paramilitarismo es un fenmeno que tiene como principal objetivo

    combatir las guerrillas. Para 1998, el signicado antisubversivo se ja

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    18/24

    201

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    con mayor fuerza: en una imagen casi cinematogrca, los paramilitaresaparecen como un ejrcito de vanguardia armado hasta los dientes yequipado con tecnologa de punta. Mimetizados en su imagen con elEjrcito Nacional, la diferencia entre estos dos grupos armados se hace

    indistinguible. A la espectacular imagen la compaa el siguiente texto:Como lo anunci Carlos Castao, la Serrana de San Lucas se haconvertido en escenario de combates entre los paramilitares y el ELN.

    El segundo mensaje visual que opera como recuerdo encubridor se

    activa en el momento en que los procesos de expiacin son abstrados,desplazando las vctimas del lugar protagonista del relato y colocndolascomo vctimas necesarias. En la revista del 31 de marzo de 1997 a lafotografa de las vctimas de una masacre, la acompaa el texto: Secalcula que hay paramilitares en 450 municipios del pas. Hoy estn ala ofensiva y dispuestos a ampliar sus zonas de inuencia.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    19/24

    202 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    A pesar de que los protagonistas de esta imagen son los cuerpos delas vctimas, sus voces han sido desplazadas. Y han sido sustituidaspor la voz del destino, que vaticina ms muertes de este tipo, pues laexpansin paramilitar no va a cesar. En la revista del 14 de diciembre de

    1998, el texto que acompaa la imagen de un entierro colectivo excluyede nuevo la voz de las vctimas, siendo sta vez sustituida por la voz deCarlos Castao: Si quiere le pido perdn a travs de este medio anteel mundo por algunos excesos que hayamos cometido.

    Es frente a estos recuerdos encubridores el de la lucha antisubversivadel paramilitarismo y el de las vctimas como excesos necesarios deuna guerra salvadora- que el abstrado lector urbano tendr que jugarsesu identicacin. En este punto la tesis de Freud es clara: la mltiplerepeticin de recuerdos encubridores, como imgenes que tienen el

    poder de contener la emergencia de la dolorosa verdad, denen elcamino hacia la identicacin.

    Al desplazar las imgenes de las vctimas (los hermanos) ese camino solopuede dirigirse hacia una identicacin con el padre primordial. Arribase demostr que es la voz de ste la que acompaa las imgenes de lasvctimas; la versin del padre22emerge como objeto de identicacin.En 1999, ltimo ao de anlisis de este trabajo, dos imgenes invitana conrmar la preponderancia de este modelo de identicacin. En la

    22 El psicoanalista Jean Allouch (2006) ha hecho un juego de palabras interesante en francs que enespaol no es posible realizar: la palabra perversion (perversin en espaol) puede ser descompuestaen pre (padre) version (versin). En ese sentido perversin sera equivalente a la versin del padre.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    20/24

    203

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    primera, uno de los militares implicados en la masacre de Mapiripnaparece en un gesto de exculpacin amparado por la egie del padre ylibertador de la patria. En el texto que acompaa la imagen se lee: Elcoronel Orozco le confes a la Fiscala que cambi un documento que

    revelaba la verdad sobre los hechos de Mapiripn para proteger al generalJaime Usctegui. Orozco dice que guard silencio durante dos aos.

    En la segunda, la fotografa del comandante paramilitar SalvatoreMancuso se sobrepone a la de un ejrcito a contraluz de un amanecerrural. Los textos que acompaan la imagen enfatizan la ascendencia

    distinguida del personaje. En uno se lee: Salvatore Mancuso, miembrode una respetada familia de Montera, es la mano derecha de CarlosCastao y est al frente de la ofensiva paramilitar en el Catatumbo. Enel otro: Mientras estudiaba ingeniera en Bogot, Salvatore Mancusoconoci a inuyentes personalidades del pas

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    21/24

    204 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    La revista enfatiza el hecho de que quienes estn al frente de laguerra antisubversiva son personas prestantes, adineradas, en n,son personas que estn defendiendo la placentera identicacin conel padre. Los paramilitares, segn la revista, tienen un comandante

    estudiado, un hombre de buena familia que disfruta los privilegios deser hijo de papi, o en la versin propia de los noventa, los privilegiosque le corresponden por ser un yuppie.

    Una vez arraigados los recuerdos encubridores que hacen posible laidenticacin con la versin del padre sobre la violencia paramilitar, seproduce un efecto supercial de la mayor trascendencia: la sensacinde sosiego. En la revista del 12 de julio de 1999 se publica una imagende un vendedor ambulante de sombreros voltiaos, smbolo central dela cultura de las sabanas del Caribe. A esta imagen de prosperidad la

    acompaa el texto: Los cordobeses dicen que se respira otro aire enel Departamento desde que las autodefensas pacicaron la zona. Sesienten felices slo con poder trabajar sin zozobra.

    El nivel de identicacin con la versin del padre se encuentra en sumximo grado de expresin. En la supercie, esta imagen abstractade la violencia paramilitar ha logrado despojarse del rastro de dolor yde sufrimiento que imprimen las voces de las vctimas sobre las queha sido construido el edicio del sosiego. Ese rastro permanece, no seextingue, habita en un nivel profundo del inconsciente, desde donde

    amenaza de cuando en vez con retornar para desajustar el edicio.

    La velacin del dolor, evidenciada en la abstraccin de las imgenesy las voces de las vctimas, y la construccin de sentido a travs delos recuerdos encubridores aqu examinados son, en estricto sentido,

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    22/24

    205

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    operaciones ideolgicas23. Conicde con el sentido que se desarrolla elconcepto de ideologa en psicoanlisis (Zizek, 1998), en el cual la operacinideolgica consiste en la identicacin del sujeto con enunciados deverdad, a tal punto que se hace imposible la enunciacin del goce que

    le produce dicha identicacin. La operacin ideolgica por excelenciaes aquella que aunque arma la existencia de un conicto, se empeaen clausurarlo y hacerlo ver como imposible, desdeable, o irrelevante:

    Podemos ilustrarlo con la conocida experiencia psicolgica dedecir acerca de algo, por lo general terrible, traumtico, s quees as, pero no puedo creerlo: el conocimiento traumtico de larealidad queda fuera de lo Simblico, la articulacin simblicacontina operando como si no supiramos, y para que este sabersea integrado en nuestro universo simblico es necesario un

    tiempo para comprender (Zizek, 1998: 314-315).Ese tiempo para comprender es el que ofrece la terapia psicoanaltica,cuya pretensin no es el encuentro con una verdad sin goce, lo quehumanamente es imposible, sino el encuentro con la relacin mismaentre verdad, identicacin y goce, lo que implica el reconocimiento de lacondicin limitada del ser humana y de su obstinada ansiedad de ocultarla.

    6. Conclusiones

    a. Los ejercicios de memoria sobre las violaciones masivas de los

    derechos humanos que realizan las sociedades en procesos dejusticia transicional pueden enriquecerse con estudios que analicenlas formas en que era producida la verdad institucional de maneraprevia al inicio del proceso de transicin.

    b. Los enunciados que produce la verdad institucional son consideradoscomo verdaderos porque satisfacen unas reglas al interior de unrgimen de verdad, colocadas all por unas condiciones polticasespeccas. En sntesis, las reglas que determinan lo verdadero y lofalso son efectos del modelo poltico vigente.

    c. El modelo poltico vigente promueve determinados modelos deidenticacin social que son los que enmarcan el sentido de

    justicia en la sociedad. El modelo de padre primordial promuevela posibilidad de acumular bienes y personas de manera ilimitadaculpando a un chivo expiatorio del bloqueo de la generalizacindel privilegio en la sociedad. El modelo de hermanos promueve laimposibilidad de acumular bienes y personas de manera ilimitadaexhortando a la necesidad de construccin de lmites a travs desacricios simblicos.

    23 Para revisar un mapa conceptual sobre el problema de la ideologa cfr. Laclau (1998).

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    23/24

    206 universitas humanstica no.69 enero-junio de 2010 pp: 185-207bogot - Colombia issn 0120-4807

    JuanFelipe

    Garca-

    Arboleda-

    Pon

    tificiaUniversidadJaveriana

    ,Bogot

    ,Colom

    bia

    d. La fotografa como tcnica moderna de re/produccin de signicadossociales y herramienta de promocin de modelos de identicacinpuede ser usada para construir representaciones de la realidad

    jadas en su valor de exhibicin (la imagen misma), abstrayendo

    de estas representaciones, el sentido del contexto real en el que seproduce la imagen (valor de culto). La mltiple repeticin de estaoperacin de abstraccin congura recuerdos encubridores quevelan el valor de culto.

    e. La revista Semana, como uno de los principales medios decomunicacin en Colombia, hace parte de los agentes que producenla verdad institucional en el pas. Al analizar la forma en que staregistr la violencia paramilitar en los perodos analizados seconcluye que congur dos recuerdos encubridores: 1) la violencia

    paramilitar se ejerce en contra de la subversin y 2) las vctimasannimas son un precio necesario que es preciso pagar para ganaresta guerra. Estos recuerdos encubridores reproducen un modelo deidenticacin de padre primordial, velan las voces de las vctimas,

    y las colocan el lugar del chivo expiatorio.

    f. Cabra plantear como hiptesis de trabajo provisional que la revistaSemanaes un reejo de los recuerdos encubridores y del modelo deidenticacin que promueven las instituciones colombianas y quees ste el auditorio que recibe los informes del Grupo de MemoriaHistrica de la Comisin Nacional de Reparacin y Reconciliacin.Para vericar este planteamiento, sera preciso extender el mtodode anlisis a otros campos de produccin de verdad institucional.

    Bibliografa

    Allouch, Joan. 2006. Ertica del duelo.Crdoba, Ediciones Literales.

    Benjamin, Walter. 2008. Sobre la fotografa. Valencia, Pre-Textos.

    Clastres, Pierre. 2001. Investigaciones en atropologa poltica.Barcelona, Gedisa.

    Deleuze, Gilles y Felix Guattari. 2002. Mil Mesetas.Valencia, Pre-Textos.

    Dupuy, Jean-Pierre. 1998. El sacricio y la envidia el liberalismo frente a lajusticia social. Barcelona, Gedisa.

    Foucault, Michel. [1973] 1996. La verdad y las formas jurdicas.Barcelona,Gedisa.

    Foucault, Michel. 1999. Estrategias de poder.Barcelona, Paids.

    Freud, Sigmund. [1929] 1979a. El malestar en la cultura, en Sigmund Freud,Obras Completas Volumen XXI. 57-140. Buenos Aires, Amorrotu.

  • 7/22/2019 Garca Arboleda, J. F. Los recuerdos encubridores

    24/24

    Los

    recuerdos

    encubridores

    y

    la

    representacindelaviolenciaenlaver

    dadinstitucional:elregistrofotogrfico

    delarevistaSemana

    Freud, Sigmund. [1927] 1979b. El porvenir de una ilusin, en Sigmund Freud,Obras Completas Volumen XXI. 2-55. Buenos Aires, Amorrortu.

    Freud, Sigmund. [1919] 1979c. Psicologa de las masas y anlisis el yo, enSigmund Freud, Obras Completas Volumen XVIII.Buenos Aires, Amorrortu.

    Freud, Sigmund. 1979d. Sobre el mecanismo psquico de la desmemoria,en Sigmund Freud, Obras Completas Volumen III. 277-289. Buenos Aires,Amorrortu.

    Freud, Sigmund. 1979e. Sobre los recuerdos encubridores, en Sigmund Freud,Obras Completas Volumen III. 291-315. Buenos Aires, Amorrortu.

    Ginzburg, Carlo. 2000. Ojazos de madera.Barcelona, Pennsula.

    Girard, Ren. 1986. El chivo expiatorio. Barcelona, Anagrama.

    Girard, Ren. 2002. Veo a Satn caer como el relmpago. Barcelona, Anagrama.

    Laclau, Ernesto. 1998. Muerte y resurreccin de la teora de la ideologa, enRosa Nidia Buenl Burgos (coord.), Debates polticos contemporneos en losmrgenes de la modernidad.75-98. Mxico DF, Plaza y Valds.

    Lpez, Claudia. 2007. La ruta de la expansin paramilitar y la transformacinpoltica de Antioquia, en Corporacin Nuevo Arco Iris, Parapoltica. La ruta dela expansin paramilitar y los acuerdos polticos. 123-232. Bogot, Intermedio.

    Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DerechoInternacional Humanitario. 2008. Dinmica espacial de las muertes violentasen Colombia 1990-2005.Bogot, Vicepresidencia de la Repblica de Colombia.

    Orozco Abad, Ivn. 2009. Justicia Transicional en tiempos del deber de memoria.Bogot, Temis.

    Rawls, John. 1999. Justicia como equidad materiales para una teora de lajusticia.Madrid, Tecnos.

    Tubert, Silvia. 1999. El malestar en la palabra.Madrid, Biblioteca Nueva.

    Zizek, Slavoj. 1998. Porque no saben lo que hacen.Buenos Aires, Paids.