GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

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  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    1/12

    l .a.tmv,

    Revista de F"llosofia. n 21 , 2000.

    SS U

    Apuntes sobre los comienzos del filosofar y el encuentro

    griego del

    Mythos

    y

    del

    Logos

    Resumen: Desde el mito hasta l filosoffa. Dos

    formas depensamiento que, l mismo tiempo que

    se oponen por fundamentos. sus esauctUras

    y

    sus procedimientos, se entrehuan permanente

    menteen ese tejido multiforme que caracte riu la

    culrura griega clsica. Este artculo presenta el

    horizonte de verdad de

    ambas

    fonnas de pensa

    miento. y cmo el esfuerzo por distinguirlas es

    inmanente a los pnx:esos que marcan los grandes

    ejes

    del

    pensamiento griego: la pos. la sociati.u

    cin de la escritura. la libertad de la palabra

    pblica. la apoa ante lo evideote.

    la

    lgica como

    orden del pensar comn, la historia como relato

    dehechos humanos.

    Palabras clave: Mito, logos. religin. verdad.

    razn.

    i

    oso,ia. polis, escritura, historia.

    1

    C RLOS G RCI GUAL

    Ou mythe A a phHosople. nsagit de

    deux formes e ~ qui. en m m temps qu e

    Ues s opposent par leurs foodements. saucrures e

    pro

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    56

    Cark>s Gorca Cual

    Los mitos mythoi,

    un

    trmino griego

    no

    relacionado

    con nin

    gu

    no

    de

    otraS lenguas

    indoeuro-

    peas)

    son narraciones

    de

    carcter generalmente dramtico, trascendentes yprotagonizadas por seres

    divinos o semidivinos, personajes en todo casoextraordinarios y singulares, cuya actu

    acin

    ha

    mar

    -

    ca

    do

    la realidad posterior.

    Los

    mitos explican el presente como resultado

    del

    pasado, revelan lo

    oculto y desvelan el sentido de la existencia

    humana en

    un mundo

    que,

    gracias a ellos, reviste un

    sentido humanizado.

    Trascienden

    lo

    que se nos muestra

    en

    la apariencia inmediata. Ofrecen,

    como

    sealaba agudamente Blumenberg, igni ficatividad a la naturaleza. Caracterstica fundamental

    de

    los mitos es su

    vinculacin

    a

    una

    tradicin

    narrativa; es decir, los mitos se

    heredan

    , estn hdesde

    antes, y as

    nos

    encontramos

    ya con un mundo explicado

    por

    ellos. Como dira Ortega, pertenecen

    al

    mundo

    de

    las creencias, previo

    al

    de

    las

    ideas.

    Vienen

    siempre

    del

    pasado y estn autorizados por su

    prestigio tradicional.

    s imponante resaltar que

    los

    mitos

    forman

    un conjunto de

    relatos

    y se conectan entre s en lo

    que llamarnos una mitologa. Mitologa es, pues,

    en

    este sentido primero,

    un

    repertorio de mitos.

    determinado en

    una

    cultura, y todo

    gran

    mito

    se

    encuadra en este mbito mitolgico. a mitologa

    est radicalmente imbricada en el imaginario colectivo, perdura

    en

    bloque en la memoria colectiva

    del pueblo. y suele estar ntimamente unida a la religin

    como

    conjunto de creencias y ritos.

    Esa

    per-

    vivenciade los

    mitos

    en

    una

    cultura est

    sometida,

    sin

    embargo

    , a

    algunas

    variaciones. Tambin los

    mitos tienen su propia historia, sobre todo, cuando la cultura que

    los

    alberga sufre cambios impor-

    tantes. Por ejemplo, cuando se hace histrica, es decir,

    cuando se

    pasa de una cultura oral a

    una

    civi-

    liza

    cin

    marcada

    por

    la aparicin y difusin de la escritura, y, entonces, los

    mitos pasan

    a una

    lite.ratura escrita Como sucedi ejemplarmente en Grecia).

    a mitologa implica

    una

    ciena concepcin del mundo, y

    ms

    importante que la variacin

    de

    algunos mitos

    es la

    variacin que

    sucede cuando es la

    propia

    estructura mitolgica la

    que

    entra en

    crisis, o en competencia

    con

    otro sistema

    de

    explicacin

    del

    mundo . Pero

    una

    mitologa puede estar

    tambin sometida a revisiones internas; una mitologa tradicional puede expresarse de modo ms sis

    temtico y en un orden

    ms

    explcito en una

    determinada

    obra mitolgica. como sucede, como es

    bien sabido, con la griega en la obra de

    Hesodo

    , la Teogonfa . (Por ello

    algunos

    estudiosos, como O.

    Gigon.

    han

    considerado al aedo beocio el primer pensador filosfico).

    2

    Los grandes poetas picos

    Homero

    y

    Hesodo

    fijaron

    los

    grandes

    mitos

    y proclamaron la

    mitologa tradicional griega, como

    bien

    seal Herdoto,

    con

    una difusin y alcance panhelnico.

    a

    Teogona de Hesodo a fines

    del

    siglo vm o

    comienzos

    de. VD) representa un excepcional intento

    de ofrecer,

    en un

    ensamblaje narrativo

    bien

    trabado

    mediante sus

    esquemas genealgicos,

    no

    slo

    una

    teologa sino

    tambin

    una cosmogona esencial. Justamente por ese intento

    de

    ordenar todo el

    repertorio de seres divinos y

    potencias

    csmicas en una estructura coherente Hesodo merece ser

    considerado el primer pensador y telogo, y

    un

    in.iciador de

    los caminos del

    saber csmico. Tiene

    buenas razones,

    pues, Gigon para situarlo en el

    primer

    captulo de

    su

    libros Los orgenes de

    l

    jilo-

    sofia griega, algo ya sugerido

    por Comford

    y otros estudiosos).

    Es bien sabido que en

    Grecia

    fueron los

    poetas,

    inspirados

    por

    las

    memoriosas

    Musas. los guar-

    dianes de los mitos, y asf

    se

    alzaron orgullosos de

    su

    peculiar sabidura

    los picos

    primero y luego

    los

    lricos y

    los

    tr

    gicos

    como l

    os primeros

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    Apunus so re los

    comienos

    de/filosofary t n c ~ n l r o griego dtl Mythos y del ogos

    57

    lio de su ciudad ideal de los poetas picos y trgicos, como embaucadores y falsos educadores, cul-

    mina ese rechazo del saber mtico, una tendencia ya iniciada en los presocrticos y

    en

    los sofistas,

    que en el extremado moralista y tenaz discpulo del escptico Scrates alcanza mxima intolerancia.

    Mucho mienten los poetas escribi lapidariamente Saln. Aristteles en su

    Metafsica

    repite

    con satisfaccin la escueta frase: polla

    psedontai aodo.

    Cierto que ya Hesodo contaba que las

    Musas mismas le dijeron,

    u n d o

    se le aparecieron en el

    Citern-

    que saban

    co

    ntar la verdad,

    pero tambin mentiras semejantes a lo verosnl. De modo que ya ste se plantea la cuestin de la

    veracidad, una cuestin a la que el texto mtico no puede dar una respuesta satisfactoria, porque no

    hay un criterio que permita discernir en su mensaje la verdad y la fal.sedad. El relato del mito fabu-

    loso se ofrece arropado en su prestigio a la fe del pueblo, pero no puede justificar la creencia que

    reclama de sus oyentes.

    Como

    bien seala W. Nestle HEG.,

    p.

    22):

    En

    cuanto se plante,

    en

    efecto, al mito la cuestin de la verdad, tuvo que quedar de manifiesto que su fantasa grfica e ima-

    ginativa no coincida con la realidad. Pues slo mediante el pensar razonado y la trabazn lgica se

    puede argumentar convincentemente lo que est sometido a dudas. slo as con un mtodo extrao

    al mero fabuloso

    mitologizar-

    se puede

    dar

    razn o

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    arlos

    Garr:

    a

    Gua

    otros. El mito griego prepar en

    He

    sodo. como ya dijimos, el camino soleado del Logos. Pero la

    razn

    t l vez no resulta tan autosuficiente para explicar el mundo como postulaban algunos ilustra

    dos

    radicales.

    La

    historia

    del

    pensamiento griego ver reaparecer luego los fantasmas

    del

    mito.

    Al tratarde explicar

    los

    comienzos de la ruptura

    con lo rrtico

    en la famosa aurora

    del

    filosofar, en

    el contexto de laJonia de

    fines del

    siglo

    VI

    queremos destacar tres factores que nos parecen decisivos,

    si

    bien

    t l

    vez

    no

    los nicos ,

    en

    ese fenmeno

    histrico

    . Esos tres factores que ,

    desde

    mi

    punto

    de vista,

    propiciaron la

    ec

    losin de un modo criticode enfrentarse

    al

    mundo, y

    afl.ll11aron

    luego la vigencia del

    nuevo

    mtodo

    , son: el marco de la ciudad, la escrirura alfabtica, y el prestigio social de los Sabios>>.

    No vamos ahora a resumir los muchos estudios acerca

    de

    este

    tema.

    Bumet, Comford,

    Thom so

    n.

    Farrington, Schuhl, Jaeger, y otros ilustres historiadores

    del

    pensamiento griego

    han

    sealado

    lo

    s

    rasgos ms notables de ese mbito en el que comienza

    la filos

    ofa, en las ciudades costeras y comer

    ciales de

    la

    prspera Jonia. P

    ara su aparicin

    parece primordial,en efecto,el ambiente libre y

    el hori

    zon te abieno y las muchas influencias

    externas

    que propician la actitud inquisitiva y metdica de

    esos pensadores que se permiten dejar de lado las creencias ancestrales

    para buscar,

    mediante la

    cri-

    tica y nuevas ideas. una explicacin de la naturaleza mediante el ejercicio de la razn, pre scin

    diendo

    de los mitos

    , vistos ya como fantasiosas y poticas ficciones

    de los

    antepasados,

    plsmaca ton

    protrn.

    segn la expresin desdeosa de Jenfanes.

    4

    Todo comenz,

    al

    parecer, por el asombro y la admiracin. As

    lo

    pensaban Platn cf. Teeteto

    155b) y Aristteles (Metafisica

    982b

    12). que vieron en el fenmeno del thaumazein,

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    Apunrts

    so re los comienzos del

    /ilosofo.r y el

    encuentro griego del

    Mythos y

    del ogos

    59

    pio comenzaron a filosofar al quedarse maravillados ante algo. maravillndose en

    un

    primer

    momento ante lo que comnmente causa extraeza y despus,

    al

    progresar

    poco

    a poco, sint

    in-

    dose perplejos tambin ante cosas de mayor importancia, por ejemplo, ante las peculiaridades

    de

    la l

    un

    a. y las del sol y los astros, y ante el origen del Todo. Ahora bien, el que se siente pe rplejo

    y maravillado reconoce

    que no

    s

    abe

    (de ah

    que

    el amante del mito phil6mythos) sea, a

    su modo

    ,

    amante de

    la

    sabidura

    phi/6sophos);

    y es que el mito se compone de maravillas). As pues,

    si

    filosofaron

    por hui

    r de la

    ig

    noran

    cia, es obvio

    que

    perseguan el saber por afn

    de

    conocimiento

    y

    no

    por utilidad alguna. Por otra parte, as

    lo

    atestigua

    el modo en que

    sucedi: y es que

    un

    conocimiento tal comenz a buscarse cuando ya exist

    an

    todos

    los

    conocimie

    ntos

    necesarios, y

    tambin los relativos al placer y al pasarlo bien.

    Es

    obvio, pues, que

    no

    la buscamos (la filosofa)

    por ninguna otra utilidad, sino que, al igual que

    un

    hombre libre es, decimos. aquel cuyo fin es l

    mismo y

    no

    otro, as tambin consideramos que sta es la nica ciencia libre: solame

    nt

    e e

    ll

    a es.

    en efecto, su propio fin.

    El nfasis que. al

    final

    del recin citado prrafo, Aristteles pone en la inutilidad y la plena liber-

    tad

    de

    la filosofa

    nos

    interesa

    menos

    que su

    insistencia

    en que el tluJumzein

    origen d

    el

    filosof

    ar

    aparece slo en

    un momento

    especial

    de

    la cultura. cuando

    ya estn

    cubiertas ciertas necesidades e

    incluso ciertos lujos

    de

    la existencia. Interesa, en cambio, subrayar, como l

    ha

    hecho en las lneas

    iniciales de

    su

    tratado, que

    el

    ser humano siente apetencia

    de

    saber.

    To eidnai pntes nthropoi

    orgontai tei ysei: por naturaleza

    todos

    los

    seres

    tiene

    una

    apetencia

    natural

    de saber)

    Lo que

    impulsa a los

    hombre

    s

    al

    saberes

    un

    impulso natura.

    una

    especie

    de

    inst

    into

    , 6rexis. Y

    sobre

    esto se

    extenda en su libro para nosotros perdido Acerca de la filosojUI, aclarando los diversos sentidos del

    saber>>

    y del trmino

    sabio

    soph6s) segn el momento hist

    rico.

    Pero

    volvamos

    al asombro en

    los comienzos

    de

    la filosoffa, es decir en el contexto de la Jonia

    del

    siglo

    VI

    a.C.

    En

    esa poca inicial

    de

    la filosofa griega surge

    una radical

    extra.eza ante el

    mundo

    natural,

    cuando la explicacin mtica

    no

    satisface al asombrado sujeto humano que se cuestiona el e

    ni

    gma

    natural del universo.

    a realidad

    global se

    presenta

    ante

    esos

    inquietos

    pensadore

    s

    como

    algo

    que

    re

    qu

    iere

    una

    explicacin distinta a la que dan las narraciones

    mticas. Se

    tuvo entonces la sensacin

    de que los

    mi

    tos tradicionales

    no

    proporcionaban con sus n

    arra

    ciones poticas

    una

    imagen veraz, a

    la altura

    de los

    tiempos. y

    que

    los

    mitos fabulosos no

    o

    fr

    ecan garantas

    de su

    veracidad.

    Ya

    seala-

    mos que el

    mito,

    por

    su

    propia naturaleza.

    no

    puede explicitar sus datos

    ni

    verificar loque cuenta.

    Su

    te

    stimonio puede ser credo o descredo, pero

    no

    probado,

    su

    prestigio se

    funda en

    la tradicin. y

    cuando

    la fe en

    los mitos se cuartea

    no

    c

    abe dar razn

    suficiente

    de

    su

    verdad

    .

    S

    Me parece

    que podemos

    analizar esa

    experie

    ncia

    personal del

    asombro

    en un

    ejemplo muy

    nota

    -

    ble. suministrado por

    un

    poema del

    eleg

    aco

    Teognis de

    Mgara (1versos

    373

    y

    ss).

    Que dice

    as:

    Querido Zeus, me asombras Pues t reinas sobre

    todos

    Jos seres con gloria y gran poder, y

    conoces

    bien

    el

    pen

    samie

    nto

    y la

    volu

    ntad

    de

    todos los

    hombres.

    Tu

    fu

    erza est so

    bre

    todas,

    oh

    Rey Cmo . pues,

    tu

    designio, Crnida, se atreve a confundir en el

    mismo

    destino a los malvados

    y

    al

    justo, lo

    mismo

    si la

    razn de

    los hombres se orienta a la obediencia

    como si

    se entrega a

    la

    vio-

    lencia, emprendiendo accion

    es

    injustas?.

    El breve poema comienza manifestando el

    asombro

    que la fra indiferencia de

    Ze

    us suscita en el

    poeta, a la vez sorprendido e inquieto. eu phle, rluJumiiz se es

    una

    expresin c

    uriosa.

    y un tanto

    co

    loquial. No era corrie

    nte

    llamar phlos (

    querido>

    >

    amigo>>) al

    dios s

    upremo

    .

    Tal vez

    la queja

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    60

    arlos Garra Gua/

    encierra una ciena irona. Porque lo

    que

    suscita el asombro no es

    una

    situacin rara. sino la consta

    tacin de algo

    que

    sucede

    siempre: en ninguna

    pane

    puede verse

    clara

    la

    voluntad justiciera de

    Zeus.

    el dios de la justicia. Tratemos de explicarnos este

    thaumiizein

    del

    poeta analizando sus motivos.

    Aparece porque chocan en su

    mente dos creencias:

    la de la omnipotencia y la de la providencia jus

    ticiera de

    Zeus. La

    actitud del dios_ constatada

    en

    la realidad, aguijonea la pregunta: Cmo

    el

    dios

    omnividente, todopoderoso y justo -recordemos

    que

    Hesodo

    haba

    insistido

    en su

    asociacin

    de

    Zeus con la Dke

    csmic no

    se preocupa de retribuir l conducta humana , y da arbitrariamente

    buena fonuna

    al

    injusto y dolores

    al

    justo?

    Acaso Zeus

    no

    debe

    justificarse ante

    la raz

    n humana

    que

    le

    pide

    cuentas de esa negligencia en

    su

    papel de seor de la Justicia?

    La misma queja va resonando en diversos textos hasta los sofistas y Eurpides. La creencia

    que

    ve en Zeus el dios

    que

    acta en todo

    - panatios panergets-

    y la

    que

    lo presenta

    como

    el

    patrn

    de la justicia, el garantizador del orden

    moral,

    parecen chocar con la

    realidad

    ,

    seg

    n la experiencia

    humana,

    la

    del poeta Teognis y otros

    muchos. En la realidad

    Zeus

    no parece co

    herente con

    la

    idea

    tradicional

    y

    esa contradiccin entre lo

    que se

    esperaba de

    l

    y

    lo que se

    ve

    en el mundo

    despiena la

    angustiosa

    admiracin

    del poeta. A esa cuestin intenta responder luego la teodicea. una rama de la

    teologa filosfica, que

    andaba todava

    muy en ciernes

    en

    esta poca. (Aunque

    podramos

    recordar

    que

    ya

    en unas

    l(neas del comienzo de

    la Odisea

    Zeusse quejaba de las acusaciones de

    lo

    s

    humanos

    al

    respe

    cto de su providencia .

    Lo

    que

    me interesa destacar con este ejemplo es que el

    asombro

    surge

    al

    no hallar a mano

    una

    explicacin

    vlida

    de un conflicto moral suscitado

    por

    un

    choque

    de las creencias tradicionales y al

    experiencia personal del poeta. Esa carencia de explicacin

    de

    un lgos

    bien

    just do

    viene

    a

    dejar en evidencia lo insuficientede la creencia y la urgencia de un nuevo saber. no basado en nin

    gn

    myrhos si

    no

    en

    un razonamiento

    bien trabado.

    Los poetas estaban, en principio,

    al

    servicio

    del

    mythos.

    Pero inclu

    so un

    poeta

    tan

    piadoso y con

    servador

    como

    Pndaro admite

    que

    los

    mitos mienten fcilmente. Cuando

    Pndaro

    se

    encuentra con

    un relato mftico

    que

    le escandaliza o o el de

    que

    Demter le peg un mordisco al troceado

    Pl

    ope cuando su padre se lo sirvi, en

    un

    impo asado, a

    los

    dioses e.n un banquete sacn1ego--, no

    tiene reparos

    en

    advenir

    que:

    lls all del relato verdadero, Jos mitos recamados con pintorescos

    embustes foljan totales

    engaos

    . Una expresin que me

    parece memorable

    por lo rotundo de sus

    trminos:

    hyper

    ron

    alache

    lgon dedaidalmnoi psedessi poiklois exopatonti mythoi.

    Lo dice en la

    Olmpica

    I,

    versos 28-29).

    Pndaro.

    que

    no

    tenfa

    mucho de filsofo,

    se

    contenta para remed iar el engao

    mftico

    con

    reto

    cario, e inventa una variante

    que

    a l

    le parece menos violenta. Refiere que

    no

    fue

    Plope troceado

    y servido

    por su

    padre a los dioses, en el

    famoso

    banquete de Tntalo,

    sino

    que desapareci porque

    el dios Poseidn se enamor

    del

    bello m uchacho y lo rapt a escondidas de todos: y luego surgi el

    falso

    rumor acerca del

    festn

    antropofgico y

    el mordisco de Demter). Pero la

    so

    lucin

    de Pndaro

    de sustituir un mito

    por

    otro ms conveniente, menos escandaloso. es a todas luces un

    pobre parche

    .

    Si el

    mito falla

    la

    solucin est en buscar una

    verdadera razn, es decir.

    un

    lgos aleths

    como

    intentan los pensadores ilustrados.

    6

    Slo el

    lgos s

    irve, en

    definitiva, para

    hallar una

    salida a

    la

    aparta

    suscitada

    por el asombro.

    Conviene

    un

    previo reflexionar sobre ese

    apuro. un diaporesai ka/os como

    escribe Aristteles, para

    marchar decididamente

    por el nuevo

    camino.

    metdicamente en

    pos de la verdad.

    Cuando

    las ere-

  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    7/12

    Apunres

    sobre los

    ccmienws del

    filosofar y

    el encuenrro griego del Mythos

    y

    del Logos

    6

    encias fallan hay que recurrir a las ideas para salvarse del naufragio. Cuando se suscita el asombro

    y el extraamiento de lo tradicional se advierte que ya no valen los mitos parasalvar las apariencias,

    y surge la crtica racional. a autoridad de la tradicin narrativa, con sus dioses y sus prodigios, no

    resulta ya suficiente para explicar la naturaleza. Conviene recurrir a los razonamientos objetivos, a

    esa razn o logos que es comn segn subrayar Herclito. En el momento en que el rhaunuizein se

    refiere no slo a temas sueltos, sino

    al

    asombro frente

    al

    Todo, como deca Aristteles en el texto

    antes citado) para explicar

    la ph

    ysis y el cosmos hay que descartar los mitos y buscar un nuevo tipo

    de saber, el de la inquisicin filosfica

    Como escribi Onega en

    i

    idea de principio en Leibniz. pg. 362): La filosofa slo puede

    brotar cuando

    ban

    acontecido estos dos hechos: que el hombre ha perdido una

    fe

    tradicional y

    ha

    ganado una nueva fe en su nuevo poder de que

    se

    descubre poseedor: el poder de los conceptos o

    razn. a filosofa es duda hacia todo lo tradicional; pero, a la vez, confianza en una va novsima

    que ante s encuentra franca el hombre. Duda o apora y eupreia o camino seguro, mrhodos inte

    gran la condicin histrica de la histrica ocupacin que es filosofar. Ver tambin sobre este

    mismo tema otras pginas de Onega,

    Ideas creencws

    cap. IV).

    A la nueva inquietud suscitada por el asombro responde el progreso de la razn en su cuestionar

    los

    principios de

    las

    cosas. Este proceso se presenta en ese agitado y creativo perodo de fines del

    siglo VI. Fue entonces cuando algunos pensadores de la ciudad de Mileto inauguraron la tradicin

    filosfica, avanzando gilmente en pos de un saber no ntico sobre la realidad. Advirtiendo el fra

    caso de sus primitivas representaciones del mundo y sus reglas tradicionales de vida como dijo

    J. Bumet- experimentaron la necesidad de conquistar con sus razonamientos una nueva alrheia.

    Recordemos que, en griego, verdad se dice alrheitl. es decir desocultamiento, eliminacin

    del olvido, de esa lthe que cubre como un velo de niebla lo real . a etimologa del trmino, ya

    subrayada por Heidegger, debe complementarse con el estudio arqueolgico sobre sus sentidos a lo

    largo de la historia cultural, como hizo M. Detienne, en su libro

    Los maestros de verdad en la Gre-

    cJ

    antigua. En

    un

    momento preciso

    hacia

    mediados del siglo VI a.C.- los sabios se erigen,

    frente a los poetas, como

    los

    nuevos maestros de

    la

    vert Jd y esos pensadores y legisladores, razo

    nables y prosaicos, traen consigo un nuevo concepto de la sabidura. Frente a

    las

    dudas y aporas que

    suscitaba la comprensin del mundo y sus principios ya no responden narrando los viejos mitos, sen

    tidos por ellos como incongruentes y fantasiosos. sino que utilizan slo su inteligencia para descu

    brir la verdad velada por los falsos y bellos relatos tradicionales.

    Quieren dar razn de su

    altheJ

    con su joven y riguroso logos. a crisis del mito en la Jonia

    del

    siglo VI se acompaa de una audaz confianza en la razn como instrumento para avanzar hacia

    la

    verdad

    ms

    profunda. Los primeros filsofos inquieren el

    arch

    o principio sustancial de la realidad

    dejando a un

    lado la mitologa. Diversos presocrticos no vacilan en criticar a Homero y Hesodo, es

    decir, a los mitos y sus venerables pregoneros. Lo hacen Soln. Pitgoras, Herclito, Jenfanes y

    Recateo, que se sienten orgullosos

    de

    sus progresos en

    la

    investigacin de la naturaleza real.

    7

    Esa confianza

    en

    la razn viene apoyada por ciertos logros de la cultura griega arcaica. Quiero

    destacar slo tres: la constitucin de

    la

    polis y sus leyes; laescritura alfabtica y su difusin; y el pres

    tigio social de los sopho

    los

    sabios de nuevo cuo. A mi parecer estos tres factores establecen una

    referencia para el desarrollo de la nueva mentalidad. Confluyen otros ms: el desarrollo del comer

    cio. la invencin de la moneda, la conciencia profesional de los technftai

    la

    libertad de opinin y la

  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    8/12

    62

    arlos

    Gatria

    GIUII

    pluralidad de creencias en

    las

    colonias m.inorasiticas,los influjos orientales, etc. Sin duda podramos

    evocar

    un

    cuadro ms complejo; pero , para abreviar,

    voy

    a insistir en esos tres rasgos recin aludidos).

    Comenzaremos por aludir al orden realizado en la polis. Ya W.Jaeger insisti en cmo la idea del

    orden csmico est relacionada con la del orden cvico. Y J. P. Vemant lo resalta muy bien en

    Los

    orgenes del pensamiento griego cap.

    IV

    cuando escribe:

    El sistema de la

    polis

    implica, ante todo, una extraordinaria preeminencia de la palabra sobre

    todos los otros instrumentos

    del

    poder. Llega a ser la herramienta poltica por excelencia. La palabra

    no es ya

    el

    trmino ritual, la frmula justa, sino el debate contradictorio, la discusin, la argumenta

    cin. Supone un pblico al

    cual

    se dirige como a un juez.

    Notemos adems las metforas polfticas usadas para fenmenos naturales; en trminos como

    ksmos os dtke etc., late una nota poltica.

    El

    famoso fragmento de Anaximandro que dice que

    Las cosas se pagan mutuamente

    el

    castigo y la pena de su injusticia segn

    el

    orden del tiempo es,

    a tal respecto, muy significativo. La palabra cvica, la mantenida

    en

    el comercio, la que se usa para

    la comunicacin de lo justo y lo injusto, est al margen de los mitos, y el zoon politikn aplica esa

    razn estricta a su interpretacin

    del

    unjyerso como un orden, es decir, un k6smos

    del

    que los fil

    sofos indagan

    el

    arch.

    La escritura es,

    al

    efecto,

    un

    instrumento esencial para fijar con precisin las nuevas ideas. Para

    el

    pensamiento filosfico,

    no

    menos que para

    la

    indagacin histrica,

    el

    poderde registrar por escrito

    lo averiguado,

    ms

    all de

    la

    tradicin pica formulara y oral, es decisivo.

    No

    es necesario llegar a

    los asertos de Tucdides para advertir la preferencia por

    un

    testimonio escrito. Los ojos son testigos

    mejores e s decir, ms exactos que los odos afirman Herclito frg. 15) y Herdoto Hist. 1, 8,

    2). Bumet interpretaba acertadamente la frase creo, al suponer que significa la investigacin per

    sonal vale

    ms

    que la tradicin. La escritura permite la perduracin del testimonio personal, de la

    autopsia de

    la

    idea original del pensador arriesgado. La escritura fomenta

    el

    dilogo con los sabios

    del pasado y con ello a crtica que es esencial para el progreso intelectual.

    La oralidad persisti largo tiempo, despus de la introduccin de la escritura alfabtica en Gre

    cia, como h n estudiado E. A Havelock y luego otros. Pasan varios siglos desde la aparicin del

    alfabeto griego hasta la victoria total de la civilizacinde escritura, en tiempos de Platn. Pero la

    derrota

    del

    mythos narracin tradicional y memorable, repetitiva y fundamentalmente oral- ante

    ellogos, documental, prosaico y argumentador, viene ya proclamadaen los avances del alfabeto, que

    induce a un modo de pensar

    ms

    objetivo y crtico Ha velock, Detienne, Harrison, Thomas, etc.)

    Acer

    ca

    de la revolucin mental que supone

    la

    adopcin de

    la

    escritura como instrumento de comu

    nicacin y base de una transmisin precisa frente a la memoria ligada a la oralidad han insistido

    Havelock, J. Goody, por un lado, y Vemant, Detienne, Svembro, y otros. que han comentado muy

    bien cmo el hogar del mythos es esencialmente el pas de

    la

    memoria; mientras que tanto la his

    toria como la filosofa requieren desde sus comienzos la precisin

    ellgos

    fijado en la escritura.

    Como escribi J. P. Vemant: En y por la literatura escrita se instaura este tipo de discurso donde

    el logos

    no es ya solamente la palabra; donde

    l

    h tomado valor de racionalidad demostrativa y se

    opone, en ese plano, tanto por las formas como por el fondo a la palabra del

    mythos.

    Se opone en

    cuanto a la forma por la distancia entre la demostracin argumentada y la textura narrativa del relato

    mtico; se opone en cuanto al fondo por la distancia ente

    las

    entidades abstractas del filsofo y los

    poderes divinos de los que

    el

    mito recuenta

    las

    aventuras dramticas.

    El texto escrito da pie a la consulta repetida y la lectura crtica, al fijar una versin exacta de lo

    pensado, testimonio que persiste

    ms

    all de

    la

    memoria verstil y

    la

    audicin placentera. Pero, ade

    ms, el escrito permite agregar variantes sin borrar lo anterior. mientras que los cambios en la tradi-

  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    9/12

    Apuntes sobre los comierw s

    dtl

    ilosofar

    y

    d tncJttntrogriego

    dtl

    Mythos

    y

    t Logos

    63

    cin oral sustituyen Jo anterior,

    que

    condenan al

    olvido. Las

    Musas, por su

    lado,

    intenlan repetirse,

    pero sus palabras aladas y poticas no

    se mantienen

    del

    todo fiables.

    Si

    bien la tradicin mtica ofrece sus

    temas

    con

    variaciones,

    como ha

    visto

    bien H. Blumenberg,

    estas versiones

    quedan

    un tanto borrosas

    en

    la

    tradicin

    oral,

    mientras que

    la escritura

    facili1.a la con-

    servacin de las

    vari

    .antes,

    al

    mismo

    tiempo que

    las crticas y las disidencias, junto a la

    forma

    ms

    cannica de

    un

    relato. Cuando la

    llada

    de

    Homero queda

    fijada

    por

    escrito, el

    texto

    pone asalvo

    su

    forma definitiva. a resguardo de interpolaciones y recreaciones como las que de continuo supona

    la

    repeticin de la

    memoria

    oral. Con la escritura queda ya para siempre a salvo la

    versin

    personal,

    original, y luego firmada, del poema. como de un

    texto histrico.

    Los historiadores, en contraste con

    el

    anonimato de los aedos, dan

    su nombre

    al comienzode sus obras como testimonio y garanta per

    sonal de la veracidad de

    Jo

    escrito. Yes

    lambin

    la conciencia de

    todas

    esas ven1.ajas de loescrito Jo

    que

    permite

    que

    algunos lfricos se lancen a dar su propia versin de un mito.

    Como

    hace;

    por

    ejem

    plo, Estescoro,

    en su Palinodia

    corrigiendo la

    versin

    mtica del rapto de Helena por

    Paris).

    Por cieno

    que

    el mito no es. en s mismo, irracional, sino

    que,

    como Blumenberg ha visto,

    camina en la senda de la razn, y ha surgido para ayudar al hombre arcaico a superar la extraeza

    radical del

    mundo

    , dndole sentido

    humano

    y significatividad.

    Pero su

    antropomorfismo y

    su

    dra

    matismo no resultan aceptables ya en un determinado nivel de la cultura griega, porque los mitos se

    parecen a los cuentos infantiles, y

    el

    componarniento de los dioses resulla frvolo y escandaloso, y

    de deficiente rigor conceptual. Para esta mentalidad

    ms

    critica e ilustrada, la

    que

    alborea en la Jonia

    presocrtica, el relato sobre el fundamento csmico debe hacerse distinto, lgico y claro, y va a apo

    yarse para ello en la escritura.

    8

    El prestigio de los sabios en la sociedad

    griega

    arcaica queda evidente en el ejemplo de los

    famosos Siete Sabios, que

    fueron legisladores yjueces, moralis

    tas

    y

    matemticos

    , inventores

    de

    apa

    ratos de medir y sentenciosos, con

    algn que

    otro poeta y

    algn audaz

    tirano entre ellos. Fomentaron

    el equilibrio y la armona en sus ciudades, y

    gozaron

    del

    respeto y

    al

    admiracin de sus conciudada

    nos

    por ese empeo de lograr una sociedad mejor. He estudiado sus figuras en

    mi

    libro

    Los siete

    sabios y tres ms y no voy a repetirlo aqu).

    os

    filsofos posteriores no

    llegarn

    a estar

    tan bien

    integrados

    en

    sus ciudades como estos

    res

    pelables

    sophc.

    Fueron figuras emblemticas de

    una

    sabidurfa

    bien

    temperada al servicio del nuevo

    orden poltico y tico, y su saber recibi el

    apoyo

    del orculo de Delfos, gran autoridad religiosa y

    poltica

    en su tiempo.

    Pero los filsofos intentan,

    como

    ya ellos

    lo

    hicieron, guiar a los ciudadanos

    por los caminos de la verdad y

    el

    bien

    comn

    .

    Pero

    los

    filsofos, al

    plantear la cuestin de la

    altheia

    con mayor profundidad, se

    exponen

    a ser ms impopulares

    que

    estos

    sabios

    arcaicos.

    Tal

    vez

    podra

    rastrearse en el

    viejo

    Platn una nostalgia de ese prestigio sapiencial de otros tiempos.

    Los

    viejos de

    las yes son.

    en

    cierto modo,

    una

    vaga

    co

    pia de

    esos sabios

    legisladores de antao).

    En el mismo ambiente

    que

    alberga a los primeros filsofos haban surgido unos decenios antes

    los elegacos yyambgrafos, y all aparecern algo despus los primeros loggrafos e historiadores.

    En todos esos casos se acenta la no1.a personal en la valoracin del presente y la crtica de la tradi

    cin. La aparicin de la historiograffaco

    mo

    gnero literario es algo posterior a la de la filosofa pre

    socrtica; pero parece estar impulsada

    por el mismo aire de

    liberlad y crtica del

    mito.

    Pensemos en el nimo

    que

    impulsa la creacin de la historia, tan bien reflejado en el jonio

    Her

    doto. La histore jnica palabra que sign ifica algo

    asf

    como investigacin personal>>-

    trala

    de

  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    10/12

    6

    Carlos Garca Gua

    ofrecer la verdad con un rigor objetivo, con

    una

    narracin escrita

    en

    prosa, basada en la propia expe-

    riencia,

    en lo que

    el narrador ha visto

    por si

    mismo, en

    la autopsia

    o

    bien en lo que

    sabe por testi-

    gos

    fiables.

    La obra histrica se presenta

    como una demostracin

    de la investigacin personal,

    como

    ap6dexis histores segn

    los

    trminos de Herdoto. Y el historiador estampa su nombre al comen-

    zar

    su

    escrito, como hara

    un

    testigo para acreditar

    personalmente su veracidad

    .

    Sabe

    desdear los

    rumores

    que llegan

    del pasado y observar criticamente

    la tradicin

    .

    Lo

    resalta

    muy bien

    la

    fr se

    con

    la

    que Hecateo

    de Mileto comenzaba

    su crnica: Escribo

    esto, segn

    me parece que

    es

    verdad; pues

    los relatos de Jos griegos son muchos y

    ridculos

    .

    El historiador es, ante todo, un sagaz testigo y un

    verdico informador

    .

    Hstor

    significa

    el

    que ha

    visto

    ,

    como

    viajero curioso y

    experimentado, es alguien

    que observa

    el mundo, lo

    inspecciona

    y

    toma nota

    de

    sus maravillas, sus

    monumentos,

    sus conflictos. Como

    Soln

    ,

    viaja para ver

    y observar,

    con afn

    terico, theorfes helneken.

    Como el

    poeta

    pico,

    tambin

    el lucha contra el olvido y el

    tiempo destructor de las glorias humanas, pero ya no tiene a

    su

    lado a

    ninguna

    Musa, que le inspire

    sobre asuntos divinos o heroicos.

    Funda

    su relato veraz 16gos aleths

    en

    su investigacin sobre

    la realidad.

    Su

    escrito deja a un lado las viejas leyendas sobre dioses y hroes nticos. Aunque

    alguna vez, el curioso

    Herdot

    o salpime

    nte

    su

    texto

    introduciendo

    algunos

    cuentos maravillosos .

    Si

    bien Herdoto admite que

    tras

    el

    teln

    de la escena histrica

    pueda haber algn

    designio divino,

    Tucfdides

    hace

    definitiva tabla rasa

    de todo

    rastro ntico.

    Despus

    de Herdoto, el escpticoTucdides declara su desprecio frente a cualquier referencia o

    alusin

    a lo ntico, y prescinde por completo

    en su

    riguroso escrito de ro

    mythdes.

    Piensa que jus-

    tamente

    por

    su exactitud e indagacin en lo profundo de

    las

    motivaciones humanas su

    narracin

    per-

    sistir y servir de leccin poltica perenne. Se empea

    en

    explicar a fondo

    los

    hechos distinguiendo

    sus causas reales y los pretextos

    aparentes

    de los

    mismos

    , es decir, las

    aitf.ai

    y las

    prophseis.

    Con

    l

    surge la historia crtica,

    como

    vio bien NietzSChe. Por lo

    dems

    , no

    olvidemos que

    tanto Herdoto

    como Tucdides

    han escuchado con

    provecho,

    en

    la Atenas

    democrtica e ilustrada, las lecciones

    de

    los sofistas, maestros en airear ideas y renovar la mirada critica.

    En ese ambiente, marcado

    por la

    ilustracin sofstica.

    resulta

    enormemente paradjico que

    Pla-

    t

    n

    resucite el mito, incluido espordicamente

    en

    sus dilogos. como

    una forma de

    conocimiento

    de

    lo real , como un

    suplem

    ento a los

    discursos

    de la razn filosfica. No

    puedo

    sino dejar

    aqui

    esbo-

    zado este

    gran tema,

    bien conocido por

    lo dems

    .

    Platn

    usa

    el

    mito

    como un

    instrumento

    para dar

    una

    idea de alguna verdad

    que

    est ms all de

    Jo

    sensible

    y

    emprico.

    No slo apela al encanto del

    mythos

    como un relato

    seductor.

    de persuasin retrica o til pedaggico, como hacan

    algunos

    sofistas.

    Va mucho

    ms all.

    al

    admitir

    que mediante el mythos pueda

    exponerse

    una verdad que

    sobrepasa lo demostrable mediante

    ellogos. El discpulo

    del escpticoScrates

    acaba

    recurriendo a

    Jos mitos

    al

    final

    de algunos dilogos, y lo hace con toda seriedad, aun reconociendo que creer en

    ellos

    es

    ,

    ante

    todo, un bello riesgo

    ,

    ka/os

    ho kndynos como

    dice en el

    Fed6n. As

    en los relatos

    que

    el

    mismo califica de

    myrhoi

    acerca del

    destino

    de las

    almas

    despus de la muerte en

    el Gor

    gias. el Fed6n y la Repblica . el

    fundador

    de la Academia

    recurre

    a esas bellas narraciones sobre

    el ms all para avanzar hacia un territorio que ellogos no

    puede explorar.

    Platn

    es

    un

    magnfico fabricante

    de mitos

    ,

    un

    narrador

    de

    fantasa excepcional , y los remodela

    sobre pautas tradicionales. En su extensa

    obra encontramos

    mitos variados.

    y

    con muy diversas fun-

    ciones,

    que importa

    distinguir.

    El mito

    como

    instrumento pedaggico

    p. e.

    el

    de Prometeo

    en el Pro-

  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    11/12

    sobrr l

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    encuentro griego dt

    Mythos

    y

    tkl Logos

    65

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    el

    nacimiento

    de Ero

    s en

    el

    Simposio) alterna con las alegoras el

    llamado

  • 8/10/2019 GARCIA GUAL Apuntes Sobre Los Comienzos Del Filosofar y El Encuentro Griego Del Mythos y Del Logos

    12/12

    66

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    Nota final: Estas pginas reelaboran y amplan el ensayo

    que

    con el tftulo de

    apareci en

    el

    volumen Nuevo romanticismo

    y

    la actualidad del mito editado por

    la Fundacin Juan March en

    1998.