GEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO YESO - U-Cursos · GEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO YESO GL-6101 GEOLOGIA...

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GEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO YESO GL-6101 GEOLOGIA DE CAMPO II PROFESORES Dr. César Arriagada O. Dr. Gabriel Vargas E. AUXILIARES José González A. Iván Gómez S. Matías Peña G. Ángelo Villalobos AYUDANTES Sebastián Bascuñán H. SANTIAGO DE CHILE 2015

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GEOLOGÍA DEL VALLE DEL RÍO YESO GL-6101

GEOLOGIA DE CAMPO II

PROFESORES

Dr. César Arriagada O.

Dr. Gabriel Vargas E.

AUXILIARES

José González A.

Iván Gómez S.

Matías Peña G.

Ángelo Villalobos

AYUDANTES

Sebastián Bascuñán H.

SANTIAGO DE CHILE

2015

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Resumen

La Cordillera de los Andes entre los 33-34°S se caracteriza por la presencia de la Faja

Plegada y Corrida del Aconcagua, la cual constituye una zona de deformación activa y

compleja que ha sido estudiada por diversos autores. El presente trabajo presenta los

principales resultados e interpretaciones obtenidas a partir del curso de trabajo de Campo II,

para la zona más oriental del río Yeso, en la Región Metropolitana. A través de las

mediciones y observaciones en terreno se caracterizaron las unidades del área de estudio,

estableciendo sus relaciones de contacto y geometría, con lo cual se planteó un modelo

evolutivo que diera explicación a lo anterior. Así, se determinó que en la zona predomina la

deformación de escama delgada caracterizada por la repetición de secuencias

estratigráficas (Fms. Río Colina, Río Damas, Lo Valdés y Colimapu), las que se habrían

depositado en períodos extensivos de deformación durante el ciclo Andino. Las principales

fallas observadas en terreno son la Falla El Diablo, Salinillas, Vacas Muertas, El Yeso y

Colimapu, todas de carácter inverso y, en el caso de las tres primeras, vergencia E.

Asociado a ellas se encuentran depósitos de yeso, en donde se producen los niveles de

despegue que permiten la deformación.

Abstract

The Andean range between the 33-34°S is characterized by the presence of the Aconcagua

fold and thrust belt, which constitutes an active and complex deformation zone that has been

studied by many authors. This work presents the main results and interpretations obtained

from the course of Field Geology II for the eastern zone of the river Yeso, Region

Metropolitana. Unities in the study area were characterized through measuring and

observation in the field, establishing their contact relationships and geometry, wherewith an

evolution model was proposed to give explanation to the above mentioned. Thus, it was

determined that thin-skinned deformation characterized by the repetition of stratigraphic

sequences (Rio Colina, Rio Damas, Lo Valdes and Colimapu Formations) is predominant in

the area, which would have been deposited in periods of extensive deformation during the

Andean cycle. The main observed faults are the El Diablo, Salinillas, Vacas Muertas, El

Yeso and Colimapu faults, all of them being inverse faults and the first three east-vergent.

Gypsum deposits are associated with these faults, where detachment levels that allow

deformation are produced.

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Contenidos Resumen 2

Abstract 2

Contenidos 3

1 Introducción 6

1.1 Presentación del estudio 6

1.2 Ubicación y accesos 6

1.3 Clima y vegetación 7

1.4 Objetivos 9

1.4.1 Objetivo general: 9

1.4.2 Objetivos específicos 9

1.5 Metodología 9

1.6 Resultados esperados 10

2 Contexto geológico y geomorfológico regional 11

2.1 Trabajos previos y antecedentes históricos 11

2.2 Unidades morfotectónicas regionales 12

2.3 Litoestratigrafía y cronoestratigrafía 15

2.3.1 Unidades Sedimentarias 15

2.3.2 Unidades Volcánicas 17

2.3.3 Unidades Intrusivas 19

2.3.4 Depósitos no-consolidados 20

2.4 Estructuras y tectónica 23

2.4.1 Estructuras 23

2.4.2 Marco Tectónico 25

2.5 Hidrografía y paleoclima 26

2.5.1 Hidrografía 26

2.5.2 Paleoclima 27

3 Resultados 29

3.1 Estratigrafía 29

3.1.1 Descripciones litológicas 29

3.1.2 Localidades tipo 40

3.1.3 Columnas 40

3.1.4 Cronoestratigrafía 43

3.2 Estructuras 45

3.2.1 Estructuras Cuenca Abanico (CA) 46

3.2.2 Estructuras Dominio FPCA1 47

4

3.2.3 Estructuras Dominio FPCA2 49

3.2.4 Perfiles esquemáticos 51

3.3 Geomorfología 54

3.3.1 Sistema glacial 54

3.3.2 Sistema fluvial 58

3.3.3 Remociones en masa 60

3.3.4 Sinkholes 62

3.4 Geología económica 63

3.4.1 Yeso 63

3.4.2 Elementos Metálicos 64

3.5 Peligro y Geológico 65

3.5.1 Peligro Geológico 65

3.5.2 Riesgo Geológico 66

4 Discusión 68

4.1 Aspectos generales 68

4.2 Limitaciones 68

4.3 Unidades 69

4.3.1 Formación Río Colina 69

4.3.2 Formación Río Damas 69

4.3.3 Formación Lo Valdés 70

4.3.4 Formación Colimapu 71

4.3.5 Formación Abanico 71

4.3.6 Unidades Intrusivas 71

4.4 Modelo Evolutivo 72

4.4.1 Evolución tectónica de la zona 72

4.4.2 Discusiones e Interpretaciones 77

4.5 Evolución Geomorfológica 79

4.6 Geología Económica 80

4.7 Avances respecto a trabajos previos 81

5 Conclusiones 83

6 Referencias 85

7 Anexos 88

7.1 Tabla de ubicación y descripción de muestras 88

7.2 Columnas estratigráficas 95

7.3 Bioestratigrafía 101

7.3.1 Formación Río Colina 101

5

7.3.2 Formación Lo Valdés 102

7.4 Modelo de Evolución Tectónica 105

7.5 Mapa 1:25.000 106

6

1 Introducción

1.1 Presentación del estudio

Este trabajo se enmarca en el curso de Geología de Campo II, el cual consiste en el mapeo

geológico del sector del Río Yeso y Termas del Plomo, en la cordillera de Los Andes

(Región Metropolitana de Santiago).

El levantamiento de datos en terreno fue realizado por un grupo de 46 estudiantes,

organizados en subgrupos de 5 personas, entre el 20 de Marzo al 02 de Abril de 2015.

Los resultados de este trabajo incluyen columnas estratigráficas para las formaciones

dentro de la zona de estudio, además de un mapa geológico escala 1:25.000 y dos perfiles

estructurales, que permitieron generar un modelo evolutivo de la geología local.

1.2 Ubicación y accesos

La zona de estudio es un cuadrante de aproximadamente 600 km2, limitado por el Embalse

El Yeso al Oeste y la frontera con Argentina hacia el Este, a unos 100km al SE de la ciudad

de Santiago y perteneciente a la comuna de San José de Maipo, Provincia de Cordillera,

Región Metropolitana, Chile.

El cuadrante estudiado (ver Figura 1.2-A) tiene como límites las siguientes coordenadas

UTM (Datum WGS84, huso 19 S):

Vértice NW: 398000 m E, 6290000m S

Vértice NE: 420000 m E, 6290000 m S

Vértice SW: 398000 m E, 6275000 m S

Vértice SE: 420000 m E, 6275000 m S

Figura 1.2-A - Ubicación de la Zona de estudio.

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Para llegar al área de estudio, se debe pasar las Vizcachas para acceder a la calle Camino

al Volcán pasando por San José de Maipo (33 km al SE de Santiago). Desde ahí, se debe

continuar por Camino al Volcán hasta la localidad de El Romeral, donde existe un desvío

hacia el Norte, por la ruta Camino Embalse El Yeso. Se continúa por esa ruta que bordea el

río Yeso, por aproximadamente 30 km, hasta llegar al embalse el Yeso, donde se debe

continuar hacia el Este por el camino G-455 por unos 25 km hasta las Termas del Plomo.

Figura 1.2-B - Vías de acceso a la zona de estudio. En amarillo se resalta la ruta de acceso, el

recuadro rojo muestra la zona de estudio y el punto rojo indica el campamento. (Fuente:

www.cajondelmaipo.com).

1.3 Clima y vegetación

El área de estudio se encuentra dentro de la zona de precipitaciones invernales en los

subtrópicos de alta insolación del hemisferio Sur y en la zona de transición entre el clima

semiárido y semihúmedo (Bustamante et al, 2010).

Específicamente el clima que caracteriza a la subcuenca El Yeso ha sido catalogado como

mediterráneo con estación seca prolongada (clasificación de Kóppen) con lluvias invernales

y estación seca prolongada de 7 a 8 meses hasta los 1.100 m de altura. Tiene, además por

su variedad de microclimas sobre los 1200 msnm y sobre los 3000 msnm el clima frío de

altura o clima de montaña. Las bajas temperaturas y abundancia de precipitaciones sólidas,

caracterizan este tipo climático, permitiendo la acumulación de nieve y glaciares de tipo

permanentes en cumbres y quebradas de la alta Cordillera.

En general, las precipitaciones se concentran en la temporada invernal (65 % de las

precipitaciones registradas en la estación meteorológica Embalse El yeso), entre los meses

8

de mayo y agosto, cuando la temperatura promedio del mes más cálido es cercana a 0°C.

La precipitación media anual es cercana a los 600 mm (Tabla 1.3-A), de la que cerca del

60% son sólidas.

El aumento de altura produce una disminución en la presión atmosférica, lo que genera

cambios en la predominancia y magnitud de los vientos, que es intenso durante todo el día

en las altas cumbres y portezuelos, mientras que a primeras horas de la tarde adquiere

intensidad en la zona encajonada de los valles.

El espejo de agua del embalse El Yeso actúa como regulador térmico de la isoterma 0°C,

notándose recién a partir de los 3.000 m de altura que las precipitaciones son

principalmente de carácter sólido. La época de deshielos corresponde a los meses de

octubre a marzo, con hasta un 50% de derretimiento de la cobertura de nieve durante este

período. Las temperaturas mayores están asociadas a los cauces de los ríos mientras que

las más frías corresponden a las cumbres de los cerros.

Mes Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Media

Pp mm 6,2 8,2 9,8 37,7 81,3 143,8 128,2 92,5 44,0 21,2 19,1 7,9 599,8 T°C Máxima 20,7 20,8 19,2 15,3 10,7 6,8 5,8 7,1 9,5 13,1 16,1 19,1 13,7 T°C Mínima 8,7 8,8 7,8 5,1 2,1 -0,7 -1,9 -1,6 -0,1 2,4 5,1 7,4 3,6 Oscilación 12,0 11,9 11,4 10,2 8,6 7,5 7,7 8,7 9,6 10,7 11,1 11,7 10,1

Tabla 1.3-A - Comportamiento precipitaciones y T máxima-mínima mensual de la estación

meteorológica Embalse El Yeso, desde 1962 hasta la actualidad. (Fuente: DGA).

De acuerdo a la clasificación de la vegetación alto andina en Chile se reconocen tres

regiones principales: el altiplano, la cordillera de Chile central y la cordillera patagónica. Este

estudio se desarrolla en la región alto andina de Chile central, que se encuentra a partir de

los 1.800 m.s.n.m. desde los 30 a los 40 grados de latitud sur.

El clima de alta montaña hace que el suelo sea inutilizable para la vegetación, lo que

condiciona el desarrollo de la estepa alto andina, caracterizada por plantas pumnadas o en

cojín, las gramíneas cepitosas correspondientes a pastos duros o coirones y los arbustos

bajos de follaje ducido o tolas. Esta vegetación es muy escasa, de tamaño reducido, poco

densa, achaparrada y de ramas retorcidas (Llareta). Con la fusión de las nieves a estas

altitudes se forman vegas y veranadas, además de la presencia de vertientes, cauces de

torrente y esteros. La vegetación natural correspondiente a pastos crecidos y poco densos

se aprovecha para el pastoreo de veranada del ganado equino, mular, caprino y vacuno. En

estas altas cumbres no existe vegetación arbórea y la capa vegetacional no supera los 90

cm.

La vegetación se encuentra generalmente instalada en los surcos de cauces de esteros y

río decreciendo hasta casi desaparecer totalmente a mayor altura. En las vegas de

Piuquenes se puede apreciar, durante el verano, las flores doradas del cáustico de vega, los

capachitos amarillos, etc. En las laderas más secas, crecen plantas (tomillo del campo,

berros, cilantro del campo. cebollín de campo, cuerno de cabra, salsilla, lengua de gallina,

pistola de gringo, etc.) y flores de numerosas variedades medicinales, como es el caso del

bailahuén, horizonte, flor del calvo, yerba del pafo, entre otras especies.

9

La fauna en estado salvaje observada en terreno puede clasificarse en los grupos de

animales como anfibios (sapos, ranas), reptiles (lagartijas, culebras de cola corta), aves

(caiquenes o piuquenes, patos silvestres, taguas, queltehues, perdices cordilleranas,

cojones y cóndores), roedores (cururos) y mamíferos (zorros, guanacos y liebres).

1.4 Objetivos

1.4.1 Objetivo general:

Entender y explicar los procesos geológicos ocurridos en la zona de estudio.

1.4.2 Objetivos específicos

Estudiar los aspectos estructurales, litológicos y morfológicos de la zona de interés.

Determinar los ambientes de depositación de las distintas unidades, mediante la

confección y análisis de columnas estratigráficas

Confeccionar perfiles estructurales.

Confeccionar un mapa geológico base a escala 1:25.000 de la zona de estudio.

Aportar con nuevos datos y modelos a la discusión vigente para la zona.

Presentar un modelo evolutivo de la geología local.

1.5 Metodología

La campaña de terreno fue realizada entre los días 20 de Marzo y 2 de Abril, con un total de

10 días de trabajo efectivo, donde se observó las unidades litológicas y sus relaciones de

contacto, se recolectaron muestras, datos estructurales, se tomaron fotografías, se hicieron

observaciones geomorfológicas

En gabinete se realizó el procesamiento de datos litológicos, petrográficos y estructurales

previamente tomados en terreno, principalmente mediante el análisis de muestras de mano,

integración de datos obtenidos por los distintos grupos de trabajo y análisis de las

fotografías tomadas en terreno. También se generaron columnas estratigráficas para las

distintas unidades reconocidas y se hizo un análisis de ambientes de depositación. Además,

se realizaron perfiles estructurales representativos de la zona estudiada y un mapa

geológico en escala 1:25.000, con lo que se pudo generar un modelo evolutivo de la

geología local. Por último, se comparó toda la información recolectada y generada con la

bibliografía de la zona.

10

1.6 Resultados esperados

Actualmente, se cuenta con muchos más recursos económicos, tecnológicos y logísticos,

además de más conocimientos sobre la geología estructural, que cuando se realizó la actual

carta geológica de Santiago (Thiele, 1980), por lo que este estudio busca afinar los

resultados obtenidos tanto en dicho trabajo, como en otros trabajos previos. Se espera

generar un mapa geológico de escala 1:25.000, con la descripción de cada una de las

unidades (detallando su estratigrafía, litología y estructuras sedimentarias, para así

corroborar o corregir los contactos propuestos en la literatura), la geomorfología y la

geología estructural, además de generar una sección balanceada que permita calcular el

acortamiento local, con lo que se intentará hacer un modelo estructural, utilizando los

conocimientos actuales, para explicar la evolución geológica del área de interés.

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2 Contexto geológico y geomorfológico regional

2.1 Trabajos previos y antecedentes históricos

Charles Darwin, en 1835, fue el primero en describir algunas litologías, desarrollar una

sección transversal (Figura 2.1-A) e interpretar geológicamente el alzamiento de los

cordones montañosos de Chile y Argentina, cuando realizó una transecta entre el Paso

Piuquenes y el Cordón del Portillo.

Figura 2.1-A - Perfil esquemático del sector del portillo piuquenes (Darwin, 1835) .

En la Segunda mitad del siglo XX autores como Klohn, Aguirre, González, Thiele, entre

otros, definieron unidades y caracterizaron la geología del lugar, quedando definida en la

Carta Geológica de Chile, hoja de Santiago (Thiele, 1980), de escala 1:250.000, donde se

definen 11 unidades litoestratigráficas que, en orden decreciente de edad son: Formación

Río Colina Jsrc (González, 1963), Formación Río Damas Jsrd (Klohn, 1960), Formación Lo

Valdés Kilv (González, 1963), Formación Colimapu Kic (Klohn, 1960), Formación Abanico

Kstia (Aguirre, 1960), Formación Farellones Tsf (Klohn, 1960), Formación Colorado - La

Parva Tscp (Thiele, 1980), Unidad Volcánica Antigua Qva (Thiele y Katsui, 1969), Unidad

Volcánica Nueva Qvn (Thiele y Katsui, 1969), Depósitos no consolidados Q,M (Thiele, 1980)

y las Unidades Intrusivas I y II.

Estructuralmente, el sector oriental es más complejo, observándose fuertes plegamientos y

cabalgamientos dirigidos hacia el este, dirección que también se visualiza en el sector

occidental.

En el año 1991, se realizó un estudio de prefactibilidad del proyecto hidroeléctrico Alfalfal II -

Las Lajas, donde se realizó un mapa geológico de escala 1:50.000 y un mapa de riesgo

volcánico y de remociones en masa de escala 1:100.000. Dicho estudio se realizó en la

zona cordillerana comprendida entre los ríos Colorado y Maipo-El Volcán, hasta el límite de

Chile con Argentina (Moreno et al, 1991).

Alvarez et al., en 1999 estudian y establecen la estratigrafía de las sucesiones jurásicas

aflorantes en la alta cordillera de Chile central ubicada a los 33°37’, donde definen nuevas

formaciones entre el río Yeso y ambas laderas del estero Yeguas Muertas, que de más

antigua a más joven son Fm. Nieves Negras (? - Bathoniano/Caloviano temprano), Fm.

Tábanos (Stipanicic, 1966), Fm. Lotena (Caloviano medio - Oxfordiano temprano), Fm. La

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Manga, Fm. Auquilco, Fm. Tordillo - Río Damas. La estructura de su área de estudio

corresponde a una faja plegada y corrida con participación del basamento.

Giambiagi, en la década de los 90, realiza un perfil geológico balanceado, de orientación W-

E de 15 km de largo, extendiéndose hacia la vertiente argentina en el valle del río

Palomares. También, realiza estudios tectónicos relacionados al sistema estructural

correspondiente a la faja plegada y corrida de la Cordillera Frontal, estudio realizado

también por otros autores (Ramos et al., 1991; Ramos et al., 1996; Gambiagi, 2000;

Giambiagi et al., 2001, 2003, 2005; Giambiagi y Ramos, 2002).

Los estudios de las rocas intrusivas han sido escasos, y definen, principalmente, los

intrusivos del mioceno (Kurtz et al, 1997; Godoy, 1998). Villarroel & Vergara (1987, 1989)

estudiaron depósitos de avalancha de detritos del pleistoceno, provenientes del volcán

Marmolejo, y la petrografía y geoquímica de las lavas fueron estudiadas por Thiele y Katsui

(1969), y Ramos et al. (1996). El volcán San José, al sur del área de estudio, fue estudiado

en su geoquímica y petrología en lavas por López-Escobar et al. (1985). Thiele, en 1980,

estudia las alteraciones hidrotermales por intrusión de cuerpos andesíticos y granodioríticos,

y Moreno et al. (1991) estudia las alteraciones de óxidos de hierro.

En cuanto a hidrogeología, sólo se ha realizado una campaña de sondajes (Fenner, 1956)

durante la construcción del embalse El Yeso, realizados para determinar posibles

filtraciones en el sector de muro. Las fuentes termales del Plomo, y otros afloramientos

termales de la zona, han sido descritas en el catastro de Hauser (1997) y Risacher&Hauser

(2008), junto con sus respectivos análisis hidroquímicos. Esto también fue estudiado en la

tesis de título de Martini (2008). Iriarte (2003) e Iriarte et al. (2009) hicieron estudios de

vulnerabilidad de los acuíferos e isotopía, para la cuenca de Santiago al Oeste del área de

estudio.

El 2010, un trabajo sobre geotermia del Sernageomin (Bustamante et al, 2010) detalla y

amplía el conocimiento geológico de la zona. Además, profundiza el conocimiento de

alteraciones hidrotermales (en particular, las alteraciones debido a las emanaciones

termales); se hacen prospecciones geofísicas como gravimetría, magnética, transiente

electromagnético (TEM) y magneto-telúrica (MT). El mismo estudio también abarca

hidrogeología del sistema acuífero, junto con un balance hídrico de este, y sus implicancias

en la geotermia; por último se realizan estudios hidroquímicos de las aguas y se estudia el

sistema geotérmico integrando todo lo mencionado anteriormente.

2.2 Unidades morfotectónicas regionales

Chile central, a partir de los 33° S, se caracteriza por retomar una subducción inclinada, con

la reaparición del volcanismo, iniciando la Zona Volcánica Sur. Desde los 33,5° S la fosa y

el antearco se deflectan hacia el oeste (Figura 2.2-A), siendo la primera rellenada con

sedimentos debido al alto aporte continental (Yañez et al., 2002). También en esta latitud

reaparece la depresión central.

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Figura 2.2-A - Características geotectónicas del sistema de convergencia andino entre 15° y 47°S.

Principales unidades morfoestructurales delimitadas por líneas. Estrella representa zona de

estudio. Tomado de Tassara y Yáñez, 2003.

Entre los 33° S y 34° S se distinguen distintas provincias tectónicas, siendo estas de oeste a

este: Cordillera de la Costa, valle central, Cordillera Principal, y hacia el territorio argentino,

la Cordillera Frontal, como se ilustra en la Figura 2.2-B.

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Figura 2.2-B - Principales unidades morfoestructurales delimitadas por polígonos, entre los 32,5° y

34° S. Zona de estudio en cuadro rojo.

Fock (2005) en su tesis de magister subdivide su área de estudio en 4 dominios

estructurales, de los cuales D3 y D4 se encuentran en el área de estudio y se detallan a

continuación.

Dominio Estructural III (D3): Se ubica en la parte oriental de la Cordillera Principal

Occidental. Las estructuras afectan a la Formación Abanico principalmente, a través de

fallas, anticlinales y sinclinales apretados de vergencia al oeste, asociados a

retrocorrimientos de la falla más occidental (Falla El Diablo) de la Faja Plegada y Corrida del

Aconcagua. Su límite oriental corresponde a la Falla El Diablo.

Dominio Estructural IV (D4): Afecta a las rocas Mesozoicas de la Cordillera Principal

Oriental, y corresponde al comienzo de la Faja Plegada y Corrida del Aconcagua. Consiste

principalmente en corrimientos de vergencia este, algunos fuera de secuencia, que afectan

a estructuras desarrolladas previamente.

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2.3 Litoestratigrafía y cronoestratigrafía

2.3.1 Unidades Sedimentarias

2.3.1.1 Formación Nieves Negras (Batoniano-Caloviano temprano)

Álvarez et al. (1999) definió Nieves Negras como una sucesión bien estratificada de lutitas,

fangolitas negras, y areniscas pardo-anaranjado de espesor máximo aproximado de 400 m.

Su ambiente de formación correspondería a marino profundo (Godoy, 1993).

En los estudios de Álvarez et al. (1999); Giambiagi, (2000); Bustamante et al. (1999), no se

ha observado la base de la formación y los afloramientos suelen estar en lugares

topográficamente bajos.

Se encuentra en contacto concordante bajo el miembro inferior de la Fm. Río Colina y su

techo ha sido datado por fauna de ammonites que indican una edad Batoniana-Caloviana

temprana (Álvarez y otros, 1999).

2.3.1.2 Formación Río Colina (Caloviano-Oxfordiano)

La unidad fue definida por González (1963) como “un conjunto de sedimentitas clásticas

marinas, fosilíferas, con intercalaciones de potentes lentes de evaporitas (yeso)”.Su base es

desconocida y su techo corresponde al contacto concordante con la Formación Río Damas

(Thiele, 1980), aunque de acuerdo a Bustamante et al. (2010), sobreyace en contacto

concordante con la a la Formación Nieves Negras.

Las sedimentitas se presentan en una secuencia de calizas y lutitas calcáreas grises

oscuras, lutitas fisibles, areniscas y conglomerados finos, además se intercalan rocas

volcánicas andesíticas. El yeso se presenta en forma de domos diapíricos que intruyen y

cortan la serie, y como lentes interestratificados. El ambiente sedimentario de la Formación

varía desde marino hipersalino dado por los niveles de yeso evaporítico en el miembro

inferior, a fluvial a marino muy litoral representado por las areniscas rojas del Miembro

Medio y nuevamente marino hipersalino correspondiente a los niveles de yeso del Miembro

Superior que marcan el inicio del cierre de la cuenca (Álvarez et al, 1997)

La secuencia, definida de esta forma, se reconoce con regular normalidad en el Valle del

Río Colina y en el Valle del Estero Azufre, lugares donde se ha podido estimar un espesor

visible no superior a los 800 m.

De acuerdo a los fósiles encontrados en esta unidad, se le asigna una edad Caloviano -

Oxfordiano.

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2.3.1.3 Formación Río Damas (Kimmeridgiano)

La Formación fue definida por Klohn (1960), en el valle río homónimo, en la provincia de

Colchagua (35°00’ Lat. S; al sur de la Hoja de Santiago), como un “complejo de sedimentos

clásticos, finos y gruesos, y de esporádicos sedimentos químicos” .Se trata de depósitos

formados esencialmente en ambiente terrestre, subaéreo y lacustre. Para la Hoja Santiago,

se mantiene la misma denominación, por tratarse de una unidad cuyos afloramientos

constituyen una misma corrida desde su sección tipo. Teniendo una potencia aproximada

de 3000m en La Hoja Santiago (Thiele, 1980).En el área su base es concordante con la

Formación Río Colina y su techo lo es con la Formación Lo Valdés.

No se han encontrado fósiles en los estratos de la Formación Río Damas. Su edad, no

obstante, puede ser delimitada con bastante exactitud, en atención a que subyace

concordantemente a las capas marinas del Titoniano Inferior (Formación Lo Valdés) y está

apoyada, concordantemente sobre el conjunto Oxfordiano de la Formación Río Colina. Se le

asigna en consecuencia una edad Kimmeridgiana. El ambiente depositacional de la

Formación Río Damas ha sido considerado continental, subaéreo y lacustre (Klohn, 1960) o

fluvial (Álvarez et al, 1999)

2.3.1.4 Formación Lo Valdés (Titoniano inferior-Hauteriviano superior)

La unidad fue definida con el nombre de Formación Lo Valdés, por González (1963), en el

valle del Río El Volcán, como un “Conjunto sedimentario fosilífero, constituido por tres

miembros de los cuales el intermedio se compone de sedimentos clásticos”. Su base es

concordante con la Formación Río Damas y el techo lo es con la Formación Colimapu.

Componen la secuencia, calizas, calcilutitas, lutitas y areniscas calcáreas, conglomerados y

brechas. Se intercalan niveles volcánicos andesíticos.

La composición litológica y el contenido biótico de la Formación Lo Valdés permiten

interpretar ambientes de costero, de transición a costa afuera y de costa afuera. El

contenido carbonático aumenta hacia la parte superior de la sección representando un

ambiente costero con intervalos de transgresión de aguas someras y una facies de tormenta

en plataforma. La presencia de pirita diseminada y altos contenidos de materia orgánica

indican ambientes de reducción y baja energía. Ambientes de costa afuera (rampa externa)

son representados por un incremento en wackestone lutítico y mudstone y un decrecimiento

en la abundancia de fauna. (Salazar et al. 2015)

Según Bustamante et al. (2010) la Formación Lo Valdés corresponde a fangolitas, lutitas y

areniscas finas calcáreas fosilíferas con intercalaciones de rocas volcanoclásticas, lutitas

rojas y depósitos evaporíticos. Yace concordantemente sobre Formación Río Damas; se

correlaciona con el Grupo Mendoza en Argentina (Yrigoyen, 1979).

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2.3.1.5 Formación Colimapu (Barremiano-Albiano)

La Formación Colimapu fue definida por Klohn (1960), en la quebrada homónima, afluente

del río Maipo, inmediatamente al sur de la Hoja de Santiago, como un “conjunto

sedimentario de origen terrestre”, al cual se sobreimpone en discordancia angular la

Formación Coya-Machalí (equivalente a Formación Abanico). Sin embargo en la Hoja

Santiago (Thiele, 1980) esta formación se superpone concordantemente y en transición

paulatina a los estratos de la Formación lo Valdés, que subyace concordantemente a la

Formación Abanico. Sin embargo, es posible interpretar que su techo constituye una

importante superficie de erosión, considerando el lapso que representaría el contacto con la

Formación Abanico. Es de un característico color rojizo, que indica un ambiente

depositacional correspondiente a un ambiente continental, bajo condiciones altamente

oxidantes (Thiele, 1980). Los estratos de la Formación Colimapu se distribuyen a lo largo de

una franja de dirección norte, que se extiende desde el sur del río Volcán hasta más al norte

del río Colorado. Su espesor alcanza un valor aproximado de 2000 m. Según la Geología

del área Termas del Plomo, Bustamante et al. (2010) la Formación Colimapu está

constituida por areniscas finas rojas muy bien estratificadas, conglomerados, areniscas

conglomerádicas, lutitas rojo violáceo medianamente calcáreas y calizas. Está intruida por

set de diques de color verde y está en contacto por falla con facies calcáreas de la

Formación Lo Valdés.

La formación tendría una edad mínima albiana, de acuerdo a Martínez y Osorio (1963). Su

edad máxima sería hauteriviana, de acuerdo con la edad asignada a la Formación lo

Valdés, que la subyace. Edades U-Pb recientes en circones de las facies arenosas de esta

formación (Aguirre y otros 2009), indican una edad de 80 a 120 Ma, preferentemente en los

90 Ma, indicando una edad máxima campaniana, más joven que lo aceptado.

2.3.2 Unidades Volcánicas

2.3.2.1 Formación Abanico (Oligoceno-Mioceno inferior)

La Formación Abanico fue definida por Aguirre (1960) en la provincia de Aconcagua, como

“una secuencia de volcanitas y sedimentitas clásticas terrígenas de colores predominantes

gris pardo y púrpura rojo-grisáceo”, manteniendo el nombre de Abanico (cerro al Este de la

ciudad de Santiago).

La Formación Abanico tiene una amplia distribución al Este de la ciudad de Santiago,

encontrándose en el extremo Oeste de la zona de estudio. Por otra parte, esta es

correlacionable, en Chile Central, a la Formación Coya - Machalí (VI Región).

Su base es concordante con la Formación Colimapu y su techo está marcado por una

discordancia angular con la Formación Farellones. (Thiele, 1980).

La secuencia está formada por tobas y brechas volcánicas andesíticas, de colores

violáceos, púrpura y gris, con intercalaciones de lavas andesíticas y numerosos filones tipo

manto de composición andesítica y basáltica (Moreno et al., 1991), junto con escasas

18

areniscas, lutitas y limos finamente estratificados, a los que se les atribuye un origen

lacustre. El espesor del conjunto se estima en 3000 m.

Mediante dataciones radiométricas U-Pb en circones, la edad de la Formación Abanico se

estima entre el Oligoceno y el Mioceno Inferior (Jara et al., 2014).

Las rocas de la Formación Abanico, se habrían depositado en una amplia cuenca de intra-

arco (cuenca de Abanico), en ambiente extensional con volcanismo activo y una geoquímica

que no representaría un arco volcánico típico (Muñoz et al., 2006; Jordan et al., 2001). La

que posteriormente sería invertida en un proceso de inversión tectónica durante el

Oligoceno Superior-Mioceno Inferior (Charrier et al, 2002, 2005, 2007).

2.3.2.2 Formación Farellones (Mioceno)

Según la carta de Santiago, la secuencia aflora en los alrededores de la localidad de

Farellones (Thiele, 1980). La Formación Farellones, fue definida por Klohn (1960) como

“una potente unidad constituida por sedimentitas clásticas terrígenas, lavas andesíticas,

riolíticas y basálticas y rocas piroclástica que alternan con sedimentos derivados de la

descomposición de estas rocas efusivas”. Su límite inferior está marcado por la discordancia

angular que la separa de la Formación Abanico (Coya-Machalí de Klohn, 1960). Su techo lo

constituye la Formación Colorado-La Parva, levemente discordante, aunque la mayor parte

de aquél corresponde a la actual superficie de erosión.

La secuencia está compuesta de lavas, tobas e ignimbritas con intercalaciones de brechas.

Las lavas manifiestan un predominio sobre las tobas y brechas. Alternancias de rocas

volcanoclásticas más finas, producen una marcada estratificación en la serie, lo que facilita

su distinción de la Formación Abanico, de aspecto más macizo, en terreno.

No se han encontrado fósiles que permitan asignar una edad a la Formación Farellones. Sin

embargo, los valores de las dataciones radiométricas U-Pb en circón permiten asignar una

edad Miocena Superior Temprana a la Formación Farellones.

Estudios posteriores reconocen una signatura geoquímica diferente para Farellones que

Abanico, lo que relaciona los procesos de adelgazamiento (Abanico) y posterior

engrosamiento cortical durante el desarrollo de Farellones (Charrier et al., 2002; Nyström et

al., 2003; Kay et al., 2005; Muñoz et al, 2006).

2.3.2.3 Unidad Volcánica Antigua (Pleistoceno)

Corresponde a rocas volcánicas, principalmente andesíticas, que forman parte de los

edificios volcánicos del Pleistoceno.

En la zona de estudio, esta unidad corresponde a coladas de lava que yacen sobre rocas

piroclásticas o epiclásticas macizas y estratificadas de color pardo grisáceo, asociadas al

extinto Volcán Marmolejo.

19

Según Bustamante et al. (2010), los depósitos del Volcán Marmolejo corresponden a una

espesa sucesión de lavas de gran extensión y manteo suave, con escasos depósitos

piroclásticos y/o epiclásticos. Posee un anfiteatro de ~4 km x 5 km abierto al noroeste que

se habría formado por el colapso de un sector del edificio volcánico que dio origen a un

depósito de avalancha de detritos que rellena los valles del estero El Plomo y río Yeso.

2.3.3 Unidades Intrusivas

La Unidad Intrusiva II descrita por Thiele, 1980 en la hoja de Santiago, se encuentra

representada por unidades de menor extensión, tales como stocks, lacolitos, filones-manto y

diques, que cortan profusamente a la Formación Farellones. Los cuerpos más importantes

que afloran en la zona de estudio, se distribuyen en el sector Rabicano-Baños Azules y

estero El Diablo, ubicados en el valle Colorado, y Lo Valdés, respectivamente.

Los siguientes intrusivos han sido asignados por los trabajos de (Thiele, 1980; Kurtz et al.,

1997; Godoy, 1998; Muñoz et al., 2009).

2.3.3.1 Intrusivo Casa de Piedra (Mioceno?)

Tiene una geometría en planta que recuerda un sigmoide, aflora a los costados del río Yeso

aguas arriba del embalse El Yeso. Intruye a las fangolitas de la Formación Lo Valdés,

creando aureolas de contacto, skarnificación.

Su litología es difícil de determinar debido a que se encuentra fuertemente alterado y

mineralizado, con vetillas de calcita cristalina, epidota acicular, oligisto, especularita y pirita.

Granodiorita de biotita de grano medio, color pardo amarillento verdoso y anaranjado, con

plagioclasa, cuarzo y feldespato potásico que intruyen a fangolitas calcáreas de la

Formación Lo Valdés. Fuertemente alterado y mineralizado

2.3.3.2 Stock Termas (Mioceno?)

Aflora en el sector de las Termas del Plomo intuyendo a las facies arenosas de la

Formación Río Damas, corresponde a un intrusivo de grano grueso a medio con índice de

color 30%, holocristalino, fanerítico e isótropo, con cristales de plagioclasa y piroxeno

euhedrales. Se ramifica en familias de diques y filones-manto, de grano más fino y más

félsicos. Intruye la Formación Río Damas.

2.3.3.3 Granodiorita Cerro Méson Alto (Mioceno Medio)

Aflora en la ribera sur del embalse el Yeso. Granodiorita de grano grueso con anfíbola

intersticial y como sobrecrecimiento de fenocristales de piroxeno, junto con plagioclasa y

escaso cuarzo, feldespato potásico y biotita. Los minerales máficos están alterados a clorita,

mica blanca y carbonatos y posee abundantes enclaves máficos. Fue asignado a plutones

granodioríticos del Complejo Plutónico El Teniente y posee una edad ~11-12 Ma.(Kay &

Kurtz, 1995; Kurtz et al.,1997; Deckart et al.)

20

2.3.3.4 Intrusivo Rocas Negras (Mioceno)

Aflora en las cercanías de la mina de Yeso, intruye a la Formación Lo Valdés y agrupa: un

intrusivo porfírico de grano fino rico en plagioclasa y anfíbola, un filón-manto y un intrusivo

de mineralogía similar, con texturas variables entre afanítica, porfírica, microporfírica o

brechosa.

2.3.3.5 Intrusivos indiferenciados (Mioceno?)

Hay al menos 3 cuerpos no estratificados interpretados como intrusivos para los cuales no

se cuenta con información, muy difícil acceso (Bustamante et al., 2010).

2.3.4 Depósitos no-consolidados

2.3.4.1 Depósitos Fluviales (Pleistoceno - Holoceno)

Depósitos que rellenan el lecho actual de los ríos o las salidas de algunas quebradas de

escorrentía estacional (Bustamante et al., 2010). Estos depósitos gradan a fluvioglaciales

sobre los 1500msnm sin variar sus características esenciales, siendo principalmente clastos

de tamaño bloque a gravas, arenas, limos y arcillas, relacionados con las unidades que

afloran en la zona (Thiele, 1980).

2.3.4.2 Depósitos Coluviales (Pleistoceno - Holoceno)

Depósitos más abundantes de la zona de estudio que generalmente forman escombros de

falda en las laderas de los cerros, pero también forman abanicos de fuerte pendiente

(Bustamante et al., 2010).

2.3.4.3 Depósitos Aluviales (Pleistoceno - Holoceno)

Suelen formar abanicos a la salida de las quebradas que desembocan en el río Yeso,

exhibiendo menores pendientes que los abanicos coluviales (Bustamante et al., 2010). Al

igual que los depósitos fluviales, están formados por clastos tamaño bloque a grava, arenas,

limos y arcillas (Thiele, 1980).

2.3.4.4 Depósitos Fluvio-aluviales (Pleistoceno - Holoceno)

Forman extensas planicies en los valles y, en varios casos, se presentan cortados por

cursos fluviales actuales trenzados (Bustamante et al., 2010).

21

2.3.4.5 Morfologías glaciales

2.3.4.5.1 Glaciar

Glaciar es una masa de hielo en la superficie terrestre, con posible nieve o neviza, que

persiste por más de 30 años, de extensión superior a una hectárea y de espesor máximo no

inferior a 8 m. Un glaciar se mantiene debido a que la ablación a menor cota y que puede

incluir desprendimientos al mar o a un lago, es compensada por acumulación de nieve en

cotas altas. El espesor del glaciar incluye el de una posible cubierta parcial de material

detrítico, y el de material detrítico en la base del glaciar hasta el nivel más inferior con

presencia de hielo.

2.3.4.5.2 Glaciares de rocas

El glaciar de rocas es un tipo de glaciar conformado por hielo con un contenido variable de

material detrítico desprendido de las laderas o arrastrado por avalanchas, o extraído desde

su lecho, y que se encuentra cubierto totalmente, o en gran parte, por una capa de detritos

rocosos, incluida su zona de alimentación.

2.3.4.5.3 Glaciares cubiertos

Glaciar con cubierta de detritos es aquel en que el detrito cubre parte o toda su Zona de

Ablación, pero la cubierta de detritos no cubre su Zona de Alimentación donde las

precipitaciones nivales no permiten que se forme una cubierta de detritos.

2.3.4.6 Depósitos Morrénicos (Pleistoceno - Holoceno)

Bustamante et al. (2010) dicen que se observan morrenas laterales y frontales de glaciares

y glaciares de roca en el estero Aparejo, estero Caballos, quebrada Yeso, estero Pirámide,

estero El Plomo y estero Salinillas. Por otro lado, Thiele (1980) dice que sobre los

2500msnm en todas las cabeceras de los esteros hay depósitos glaciales (morrenas

marginales y detritos provenientes de glaciares de roca). Thiele (1980) también observa que

se acumulan morrenas terminales y de retroceso en los valles de los ríos Colorado, Volcán,

Yeso y esteros afluentes, destacando la morrena Laguna Negra que embalsa la laguna con

este mismo nombre en la quebrada del Morado y Río Volcán, atribuyéndolos a los últimos

avances glaciales, entre 15000 y 12000 años antes del presente.

2.3.4.7 Depósitos fluvio-glaciales (Pleistoceno-Holoceno)

Depósito de superficie suave, cortado por depósitos fluviales modernos, agua abajo de

morrenas frontales (Bustamante et al., 2010). Thiele (1980) los agrupa con los depósitos

fluviales y aluviales, por sus composiciones similares de clastos de tamaño bloque a gravas,

arenas, limos y arcillas.

22

2.3.4.8 Depósitos de remoción en masa (Pleistoceno-Holoceno)

Bustamante et al. (2010) los agrupan en 3 categorías principales, basándose en su similitud

geomorfológica:

2.3.4.8.1 De flujo de detritos (Pleistoceno-Holoceno)

Depósitos aterrazados y en algunos casos colgados en los flancos de los valles o a la salida

de estos, cortados por los cursos fluviales actuales (Bustamante et al., 2010).

2.3.4.8.2 De reptación (Pleistoceno-Holoceno)

Rellenan las partes altas de los valles formando terrazas escalonadas que suelen tener

techo plano manteando aguas abajo, forma redondeada en planta y flancos empinados

(Bustamante et al., 2010). De los tres tipos de depósitos de remoción en masa, estos son

los más importantes (Thiele, 1980).

2.3.4.8.3 Deslizamientos (Pleistoceno-Holoceno)

Depósitos con superficies irregulares que rellenan los valles o que conforman parte

de las laderas de estos, donde suele quedar expuesta parte de su “cárcava o cicatriz”

(Bustamante et al., 2010).

2.3.4.9 Depósitos lacustres

De reducidas dimensiones, se ubican detrás de morrenas frontales y desmoronamientos en

los valles de los ríos Colina, Colorado, Maipo y Yeso. Son principalmente depósitos de limos

y arcillas finamente laminados. Algunos depósitos de cenizas asociados a la Unidad

Volcánica Nueva también podrían ser lacustres, arrastrados por acción eólica (Thiele,

1980).

23

2.4 Estructuras y tectónica

2.4.1 Estructuras

En la zona de estudio dominan estructuras mayores de rumbo Norte-Sur, no obstante,

dichas estructuras presentan variaciones en el tipo de deformación y vergencia (dirección

del movimiento, hacia el Este y hacia el Oeste). Estas estructuras en su mayoría se

presentan como fallas inversas a las cuales se asocian deformaciones regionales del tipo

pliegues sinclinales asimétricos (sector Oeste) y anticlinales (sector Este) (Fock, 2005). La

Tabla presenta las principales fallas del sector.

Tabla 2.4.1-A - Principales estructuras en el sector de estudio.

Fallas Principales

Rumbo/Manteo Extensión Tipo Vergencia Referencia

Falla El Diablo N20E/80W Cajón de Morales (Norte)- Alto río Maipo (Sur).

Inversa Este Fock, 2005.

Falla Chacayes-Yesillo

N20E/80E Desde el Cajón de Morales, por el norte, hasta el Alto Río Maipo a lo largo de la quebrada El Yesillo, por el sur

Inversa Oeste Fock, 2005.

La zona Oeste del área de estudio corresponde al sector asociado al embalse El Yeso,

donde hay evidencia estructural de la falla Chacayes-Yesillo la cual genera un sinclinal

asimétrico de las lavas de la Fm. Abanico (ver Figura 2.4.1-A). Además en esta zona actúa

la falla El Diablo alzando los estratos de la Fm. Colimapu, quedando estos entre ambas

fallas mencionadas, así la acción conjunta de estas fallas genera un pliegue anticlinal

apretado en la Fm. Colimapu de vergencia Oeste.

Figura 2.4.1-A - Vista al Norte del Río Volcán. En amarillo se destaca las trazas de las fallas El

Diablo y Chacayes – Yesillo. En trazo rojo se muestra el pliegue sinclinal de arrastre que afecta a

la Fm. Abanico, asociado a la Falla Chacayes – Yesillo. (Fock, 2005).

24

En la zona Río Volcán - Río Yeso, la mayor estructura que aflora es la falla inversa El

Diablo, con vergencia al este y orientación NNE-SSW, la cual monta a la formación

Colimapu sobre ella misma y sobre la formación Lo Valdés en el sector del Cerro Mesón

alto-Loma Larga. En el sector del río Yeso, la falla se abre en 2 ramas: la rama oriental pone

en contacto a un cuerpo intrusivo con rocas de la Formación Colimapu, produciendo una

deformación intensa en las rocas menos competentes de ésta, y generando boudinage y

clivaje penetrativo en lutitas; la rama occidental monta a areniscas rojas de la Formación

Colimapu sobre el cuerpo intrusivo que aflora en el Cajón de las Leñas, llegando a montar

estas areniscas rojas sobre la Formación Colimapu a medida que se asciende

topográficamente (Fock, 2005).

La importancia de este corrimiento radica en que pone en contacto rocas mesozoicas con

rocas cenozoicas, siendo una estructura de carácter regional que marca un cambio en el

estilo de la deformación y con un control importante en el desarrollo del orógeno (Fock,

2005).

Figura 2.4.1-B – Mapa de fock 2005, muestra las principales estructuras en su zona de estudio, que

incluye la zona de estudio de este trabajo.

Inmediatamente al Oeste de la Falla El Diablo (ver Figura 2.4.1-B), se observan dos fallas

de vergencia oeste: la más occidental pone en contacto a la Formación Colimapu con la

Formación Abanico y ha sido denominada falla Chacayes - Yesillo (Baeza, 1999;

Bustamante, 2001; Charrier et al., 2002a, 2005 en Fock, 2005). Entre estas fallas, la

formación Colimapu forma un anticlinal apretado volcado hacia el oeste, con su flanco

25

occidental cortado por la falla Chacayes – Yesillo. En las cercanías del núcleo del anticlinal

se observan estructuras de boudinage, clivaje penetrativo e intenso fracturamiento, que

afecta a lutitas y areniscas de la formación Colimapu (Fock, 2005).

Figura 2.4.1-C - Perfil esquemático sector Río Yeso (Fock, 2005). La escala vertical está en metros.

2.4.2 Marco Tectónico

La zona de estudio se ubica en La Cordillera Principal, la cual puede dividirse en dos

grandes flancos: La Cordillera Principal Occidental, conformada por rocas cenozoicas de las

Formaciones Abanico y Farellones, principalmente; y la Cordillera Principal Oriental,

compuesta por rocas Mesozoicas fuertemente deformadas, que conforman las fajas

plegadas y corridas de Aconcagua (Fock, 2005).

Los rasgos estructurales de la zona permiten identificar tres pisos estructurales andinos

(Thiele, 1980), que son separados por discordancias angulares y definidos por diferentes

estilos y grados de deformación. Se distinguen dos episodios de deformación compresiva y

un tercero extensivo.

1. El primer episodio denominado “fase Tectonogenética” ocurre a fines del Oligoceno,

es de carácter compresivo y provoca los plegamientos principales, desde el punto de

vista de generación de estructuras andinas es el episodio más importante. Origina

pliegues bien marcados, cerrados y recumbentes, afectando a las rocas

estratificadas de las formaciones Abanico, Colimapu, Lo Valdés, río Damas y río

Colina. El piso estructural (III) definido por esta deformación se denomina Pre-

Andes.

2. El segundo episodio se denomina “fase Orogenética”, y ocurre desde fines del

Mioceno al Plioceno bajo, produciendo un replegamiento general en el área. En la

parte central del área provoca una sucesión de pliegues suaves y abiertos en los

estratos de la Formación Farellones, los que, durante el Mioceno, se acumularon

discordantemente sobre las unidades más antiguas ya plegadas. Hacia la parte

Oriental de la zona, ocurren algunos sobreescurrimientos sobre las formaciones Lo

Valdés, Río Damas y Río Colina, las cuales, a su vez, cabalgan las series

26

sedimentarias continentales miocenas que afloran en el sector argentino. La

deformación define un piso estructural (II) denominado Andes.

3. El tercer episodio es de carácter extensivo, se manifiesta a partir del Plioceno a la

actualidad y se denomina “fase Geográfica”, la cual genera fallas extensivas

posteriores a la tectónica compresiva. Define el piso estructural (I) llamado Fini-

Andes constituido por rocas volcánicas post-miocenas y volcanes actuales.

El marco tectónico durante el Eoceno - Holoceno (Figura 2.4.2-A) se resume en que entre

los 38 y 28 Ma se tiene una convergencia de 6 a 4 cm/año con una oblicuidad de 55° de la

placa Farallón; cerca de los 28 Ma la convergencia aumenta a 9 cm/año, llegando, cerca de

los 26 Ma, a 15 cm/año y con una oblicuidad de 10° relativo al margen continental. Esto

sería el resultado del quiebre de la placa de Farallón en la placa de Nazca y la de Cocos,

condición que continuó hasta al menos los 20 Ma, disminuyendo a lo largo del mioceno

hasta el presente (A. Fock, 2005; Somoza, 1998).

Figura 2.4.2-A - (a) Compilación de las tasas de convergencia promedio y oblicuidad promedio

entre las placas de Nazca y Sudamericana En Verde Pilger (1983), en azul Pardo – Casas y Molnar,

1987, en rojo la interpolación realizada por Soler y Bonhomme (1990), y en negro Somoza (1998).

(b) Reconstrucción del movimiento de 2 puntos de la Placa de Nazca para el Cenozoico (Pardo –

Casas y Molnar, 1987).

2.5 Hidrografía y paleoclima

2.5.1 Hidrografía

La cuenca del Río Yeso, ubicada en la alta cordillera de la Región Metropolitana de

Santiago, forma parte de la hoya hidrográfica del Río Maipo. Su curso de agua principal, el

Río Yeso, se origina a partir de la ablación de glaciares ubicados en su cabecera. Sus

principales afluentes son el Estero de las Vacas Muertas, Estero del Plomo, Estero

27

Salinillas, Estero del Aparejo-Morado, Estero de la Casa de Piedra, Estero Manzanito y el

Estero San Nicolás.

Los espejos de agua relevantes de esta cuenca son Laguna Negra, Laguna Lo Encañado y

Embalse El Yeso. La laguna Lo Encañado posee un comportamiento hidrológico nival, con

caudales de descarga máximos en Noviembre. La Laguna Negra, de similar

comportamiento hidrológico, aporta, fundamentalmente por medio de infiltración, a la

Laguna Lo Encañado. La cuenca que controla el Embalse El Yeso es alimentada por un

régimen hidrológico de origen nival y glacial; el río Yeso registra un aumento de caudal

durante los meses de noviembre a marzo y una disminución del mismo durante los meses

invernales.

La hoya del Río Yeso contiene 5 Glaciares de valle, 20 de montaña, 46 de roca y 27

glaciaretes. Los glaciares más importantes son: el Glaciar Bello, el Glaciar Yeso, el Glaciar

del Pirámide, el Glaciar Marmolejo y Ventisquero.

2.5.2 Paleoclima

Los diversos estudios realizados sobre los registros paleoclimáticos y de vegetación de

Chile central y Norte Chico, sugieren la existencia de variaciones en el clima a escala del

Cuaternario. Las variaciones climáticas más antiguas estudiadas corresponden al registro

palinológico encontrado de la Laguna Tagua-Tagua (34º30’S) (Heusser, 1981,1983;

Heusser y Morley, 1990; Valero-Garcés et al., 2005), los que alcanzan hasta al menos

46.000 años AP. En este registro se interpretan condiciones de período glacial húmedo,

debido a la presencia de bosques de Nothofagus y Prumnopitys andina, este último

apareciendo durante el Último Máximo Glacial, entre los 28.000-10.000 años AP. Además,

se infieren condiciones interestadiales entre 30.000-35.000 años AP, debido a la

disminución de Nothofagus y aumento de Chenopodiáceas. Finalmente, durante el

Holoceno, la desaparición de la taxa de bosque y el dominio de Chenopodiáceas y

Poáceas sugieren condiciones más cálidas y secas.

Estudios en la costa de Valparaíso (32°45’S y 33°13’S) (Lamy et al., 1999; Kim et al., 2002),

sugieren condiciones aún más húmedas y frías para el periodo glacial, así mismo en la

Región de Coquimbo (31°S), avances glaciares se han registrado en torno a 32.000 y

durante el periodo glacial tardío a 14.000 y 11.000 años AP (Zech et al., 2007). En

particular, en el valle del Río Maipo, se han distinguido avances glaciares hasta el sector de

San Gabriel y La Engorda, en torno a los 40.000 y 19.000 años AP, respectivamente

(Herrera et al., en prep.), consistentes con Zech et al. (2008) que propone que el máximo

glacial, entre los 30 y 40°S, se habría alcanzado entre los 40.000 y 35.000 años AP, debido

a que las condiciones para el LGM habrían sido demasiado secas para permitir un avance

mayor.

Durante los albores del Holoceno, estudios realizados en la Laguna Tagua-Tagua (Hausser,

1983, 1990; Valero-Garcés et al., 2005), Laguna Aculeo (Jenny et al., 2002b; Villa-Martínez

et al., 2003) y los registros marinos de la costa de Valparaíso (Lamy et al., 1999; Marchant

et al., 1999; Kim et al., 2002), sugieren consistentemente una tendencia a la aridización,

cuyo período de máxima aridez se habría dado en torno a los 7.500-6000 años AP. El

término de esta fase de máxima aridez habría ocurrido de manera paulatina (Kim et al.,

28

2002) y al menos a partir de los 6.200 años AP, según reconstrucciones polínicas en la

costa de los Vilos (Maldonado y Villagrán, 2002, 2006), donde un aumento paulatino en las

precipitaciones, habría iniciado la sedimentación en el registro de Ñague (Maldonado y

Villagrán, 2002). Posteriormente, a partir de la interpretación de señales polínicas de

bosque pantanoso en Palo Colorado, desde los ~5.700 años AP hubo un aumento sucesivo

en la humedad que habría alcanzado su máximo hacia ~4.200 años AP, seguido de una

fase intermedia, algo más árida, entre los ~3.000 y los ~2.200 años AP y nuevamente un

alza a partir de los ~2.200 años AP (Maldonado y Villagrán, 2006). Los registros

sedimentológicos marinos de la costa de Chile central (Lamy et al., 1999) muestran

también, a partir de los 4.000 años AP, un aumento de humedad. La recuperación del

bosque pantanoso en Palo Colorado durante el Holoceno tardío, es consistente con el

término de una fase árida registrada en Laguna Aculeo y el comienzo de condiciones

húmedas con periodos de alta variabilidad en las precipitaciones hasta el presente (Jenny et

al., 2002). Así mismo, la instauración de los actuales bosques pantanosos de Quintero,

habría sucedido entre los 1.950 años AP (Villa-Martínez y Villagrán, 1997) y 1.600 años AP

(Villagrán y Varela, 1990).

29

3 Resultados

3.1 Estratigrafía

3.1.1 Descripciones litológicas

3.1.1.1 Formación Río Colina (Jurásico Superior)

(González, 1963)

3.1.1.1.1 Definición y relaciones de contacto

Corresponde a una sucesión formada por rocas sedimentarias marinas fosilíferas

estratificadas y yeso diapírico, de al menos 1500 m de espesor. Está expuesto

principalmente en el cerro Panimávida, al sur de la Loma Salinillas y en la quebrada del

Estero del Plomo, con afloramientos que van de 5 a 50 m de espesor, masivos y con

orientación en franjas NNW. Las sucesiones sedimentarias marinas se encuentran

concordantes entre sí, mientras que el techo de la formación se encuentra concordante con

la Formación Río Damas. La base de la Formación no se observa en la zona de estudio. En

el sector sur del anticlinal de Yeguas Muertas se encuentra una discordancia erosiva con las

lavas de la Formación Marmolejo. En el sector SW del cerro Panimávida, la formación se

encuentra intruída por un hipabisal félsico concordante con la estratificación de hasta 20 m

de potencia. Se le asigna la Formación Nieves Negras a la Formación Río Colina debido a

que en terreno no se establecieron criterios claros para diferenciarlas. Ambas Formaciones

presentan litologías similares, el contacto entre ambas está definido como concordante por

estudios anteriores (Álvarez et al. 1997) y la Carta de Santiago (Thiele, 1980) hace

referencia solo a Formación Río Colina, lo cual llevó a no realizar diferencia entre ambas.

Figura 3.1.1.1-A – Estratos de Río Colina observados en el cerro Panimávida. Líneas rojas indican

boudinage en caliza y fracturamiento intenso de las lutitas. Mochila de escala mide 50 cm.

30

3.1.1.1.2 Litología

La Formación Río Colina está compuesta por sucesiones finas estratificadas con

intercalaciones de color pardo oscuro a negro de lutitas y areniscas calcáreas de grano fino

a medio, con espesores de 50 cm y 30 cm respectivamente. También se presentan calizas

fosilíferas y limolitas. Las sucesiones de lutitas y limolitas presentan espesores que varían

entre 10 a 20 cm y entre 15 a 40 cm respectivamente, habiendo predominio de areniscas en

el techo y de lutitas en la base (como se puede observar en la columna tipo de la zona,

Figura 3.1.3.1-A). La formación presenta zonas con yeso diapírico irregular en el techo,

deformado, meteorizado y con signos de dilución superficial. Las capas de areniscas

calcáreas se muestran en general de forma masiva, con gradaciones normales,

estratificación cruzada en artesa, laminación paralela y calcos de carga en algunos

afloramientos. Las lutitas se encuentran altamente fracturadas presentando boudinage entre

calizas (ver Figura 3.1.1.1-A). Esta formación forma parte del núcleo del anticlinal de

Yeguas Muertas, de orientación NNE, y presenta un basculamiento hacia el NE en las

cercanías de las termas del Plomo.

3.1.1.1.3 Edad

Se reconocieron dos ejemplares de ammonites bien conservados, con rasgos de costillas

marcados y con un alto porcentaje de la estructura intacta. Se observó Araucanites sp. in

situ, en areniscas calcáreas grises de grano fino, que correspondería a un nivel

estratigráfico medio en la Fm. Río Colina. Adicionalmente, se encontró Nebrodites? sp. en

estratos de areniscas rojas hacia el techo de la formación, en un rodado cercano al

afloramiento. Ambos elementos indicarían una edad oxfordiana (Thiele, 1980). La

descripción de ambos fósiles se detalla en el Anexo 7.3.

3.1.1.1.4 Ambiente

De acuerdo a las características descritas, esta Formación se habría formado en un

ambiente marino que, en principio, representaría el borde de una cuenca de trasarco. Las

variaciones en el tamaño de grano se interpretan como un ambiente marino profundo o

batial (reductor), con un aporte de sedimentos de mayor energía rítmico, provenientes del

talud continental. Este tipo de secuencias (turbiditas) se desarrollan hasta el techo de la

formación, y el yeso se asocia a un ambiente hipersalino de colmatación de cuenca.

3.1.1.2 Formación Río Damas (Jurásico Superior)

(Klohn, 1960)

3.1.1.2.1 Definición y relaciones de contacto

Sucesión formada por rocas sedimentarias continentales de al menos 900 m de espesor,

expuestas al norte de las termas del Plomo, a los alrededores del sector de la laguna de Los

Patos, entre el cajón del Glaciar Bello y el de Yeguas Muertas y en la ribera sur del río Yeso

cerca de la mina de yeso. Los afloramientos tienen hasta 20 m de espesor, presentan forma

tabular o masiva y se orientan en franjas NNW. La base se encuentra expuesta y en

31

contacto inferior concordante con el yeso oxfordiano de la Formación Río Colina, y el techo

se encuentra en contacto superior con la Formación Lo Valdés de forma gradacional, como

se ilustra en la Figura 3.1.1.2-A. La Formación Río Damas se encuentra cortada por

intrusivos hipabisales de hasta 1 metro de espesor.

Figura 3.1.1.2-A - Contacto gradacional concordante entre las calizas de la Fm. Lo Valdés (techo) y

la secuencia de areniscas y lutitas de la Fm. Río Damas (base). Camino al paso fronterizo

Piuquenes, sector este del área de estudio. Es posible notar en el contacto una intercalación de

areniscas y lutitas que va disminuyendo paulatinamente hacia el techo y los estratos de caliza que

se van haciendo predominantes en esa dirección.

3.1.1.2.2 Litología

La Formación Río Damas está compuesta por intercalaciones de areniscas y fangolitas

rojas. Los paquetes de areniscas tienen 20 m de espesor, son rojas, grises y verdes de

grano medio a grueso, en general de mala selección, y clastos de cuarzo y feldespato

detrítico. En algunos sectores las areniscas gradan a conglomerados de 10 a 15 m de

espesor, y se presentan lentes de conglomerados angulosos rojizos dentro de las areniscas

en algunos sectores. Además es posible reconocer estratificación cruzada planar de bajo

ángulo, laminación planar de hasta 30 cm de espesor (ver Figura 3.1.1.2-B) y gradación

tanto normal como inversa en las areniscas. Entre los estratos se presentan superficies de

erosión sobre niveles fangolíticos. Hacia el techo se observan intercalaciones de areniscas

pardo rojizas (areniscas medias a gruesas) con verde pálidas (areniscas finas) y presencia

de paleocanales (de las que no se tienen datos de dirección) y estratificación cruzada

planar. Los afloramientos contienen alteración baja a moderada con mineralización de

calcita en amígdalas y vetillas.

32

Figura 3.1.1.2-B – Laminación paralela en areniscas rojas de la Fm. Río Damas. Sector al norte de

las Termas del Plomo.

3.1.1.2.3 Edad

Al no encontrarse fósiles en esta unidad, su edad queda delimitado por el contacto inferior

con la Formación Río Colina (sobreyaciendo al yeso oxfordiano) y su contacto superior con

las capas marinas del tithoniano inferior de la Formación Lo Valdés, asignándole una edad

kimmerigdiana (Thiele, 1980). De acuerdo a Rossel y compañía (2014), se le asigna una

edad máxima promedio de 146.4 ± 4.4 Ma (Jurásico superior) a esta formación, mediante

geocronología de U-Pb.

3.1.1.2.4 Ambiente

El color rojizo característico de esta Formación indicaría un ambiente subaéreo continental.

Las gradaciones observadas indican una disminución y posterior aumento en la energía del

ambiente, que junto con la presencia de estratificación cruzada planar, en artesa y

superficies de erosión, demostrarían variaciones entre un ambiente fluvial y aluvial. El

cambio en los sedimentos hacia el techo, de color y composición, indicaría un ambiente

transicional, posiblemente de delta, y los paleocanales y estratificación cruzada planar se

puede interpretar como barras distales.

3.1.1.3 Formación Lo Valdés (Cretácico Inferior)

(González, 1963)

3.1.1.3.1 Definición y relaciones de contacto

Corresponde a una sucesión de rocas sedimentarias marinas (calizas, areniscas, lutitas y

fangolitas), rocas volcánicas e intrusivos hipabisales, de al menos 2400 m de espesor,

expuesta en el sector de las termas del Plomo, en la ladera sur y norte del río Yeso, y

camino al Paso Portillo de Piuquenes. La base se encuentra expuesta y está en contacto de

forma gradacional con la Formación Río Damas, mientras que el techo se observa en

contacto concordante con la Formación Colimapu. En algunas localidades, el contacto con

33

la Formación Colimapu se da por falla. Los afloramientos tienen hasta 200 m de espesor,

presentándose en laderas de cerros o en escarpes, con orientación en franjas NNW. La

unidad de calizas subverticales es intruída por un cuerpo masivo, de color verde a

blanquecino, correspondiente a una monzonita de hornblenda y biotita. Además el intrusivo

corta unidades diapíricas de yeso.

Figura 3.1.1.3-A – Ondulitas presentes en intercalaciones de areniscas finas y gruesas de la

Formación Lo Valdés. Sector al NE de las Termas del Plomo. El estrato tiene forma lenticular y

permite dar criterio de polaridad a la formación, indicando que el techo se encuentra al E. El este

se ubica hacia la esquina superior derecha de la imagen.

3.1.1.3.2 Litología

La Formación Lo Valdés está compuesta por areniscas calcáreas, lutitas calcáreas, lutitas

negras, limolitas fosilíferas, areniscas líticas, conglomerados angulosos polimícticos,

calizas, coquinas y lavas andesíticas, con niveles de yeso bandeado expuesto en la zona

central. Las areniscas calcáreas presentan clastos subangulosos, son clasto soportadas y

contienen fósiles de ammonites. Las areniscas líticas presentan clastos angulosos a

subredondeados y son matriz soportadas. Las areniscas volcanoclásticas líticas presentan

clastos subangulosos, de grano fino a grueso. Las brechas presentan clastos de líticos

volcánicos angulosos y son matriz soportadas. Se presentan conglomerados de matriz fina

con clastos subredondeados, y coquinas. Además aparecen lavas andesíticas con masa

fundamental cristalina. En el sector central del área de estudio las areniscas contienen

laminaciones, ondulitas (ver Figura 3.1.1.3-A y Figura 3.1.1.3-B) y estratificación cruzada en

artesa, y las lutitas presentan calcos de carga y laminaciones. Hay presencia de intrusivos

hipabisales, en general paralelos a la estratificación (sills), los cuales corresponden a

andesitas porfídicas y dacitas. El espesor de los intrusivos hipabisales va aumentando hacia

el techo (1 a 10 metros en algunas zonas), como se puede observar en la columna (Figura

3.1.3.3-A).

34

Figura 3.1.1.3-B – A la izquierda: ondulitas presentes en areniscas calcáreas de la Fm. Lo Valdés.

Sector Termas del Plomo. A la derecha: slumping en lutitas del mismo sector.

3.1.1.3.3 Edad

En esta formación se identificaron cuatro ejemplares de ammonites, los que están

parcialmente conservados y con escasa preservación de costillas. De acuerdo a su

ubicación estratigráfica ascendente, se observaron los siguientes especímenes:

Neocomitidae? indet., presente en un nivel de calizas cercano a la base de la formación,

seguido por Kilianella? sp. y Aulacosphinctes? sp., que también fueron hallados in situ en

niveles de calizas ubicados hacia la zona intermedia de la formación.

Adicionalmente se reconoció un bivalvo, Aetostreon sp., con ambas valvas preservadas y

unidas, que presenta dos perforaciones circulares en la valva plana, asociadas a un bivalvo

perforante e identificadas como Gastrochaenolites isp. Fue observada in situ en areniscas

rojas calcáreas de grano fino, ubicadas en un nivel medio-superior de Lo Valdés. Para

ambos ejemplares se determinó una edad indeterminada entre el Titoniano Superior –

Valanginiano (Rubilar, 2009).

Hacia el techo de la formación, y en un nivel más somero al nivel en donde fueron hallados

el bivalvo y el icnofósil, se observó el ejemplar Neocomitidae? indet., presente en un nivel

de areniscas calcáreas rojas.

Para los cuatro ejemplares de ammonites se determinó una edad comprendida entre el

Titoniano Medio - Valanginiano (Salazar y Stinnesbeck, 2015). La descripción detallada de

ellos se encuentra en el Anexo 7.3.

3.1.1.3.4 Ambiente

Se observan facies marinas que indican un ambiente profundo o batial (Figura 3.1.1.3-C),

en transición a facies someras de plataforma calcárea. La presencia de areniscas y

conglomerados indican las facies más someras, con alto aporte de sedimentos

continentales. Durante esta transición, se observan facies de ciclo de Bouma incompleto

(intercalaciones de areniscas y lutitas, junto con estructuras determinantes), lo que se

interpreta como un ambiente de talud continental.

35

Figura 3.1.1.3-C – A la izquierda: flautas reconocidas en areniscas finas en la Fm. Lo Valdés.

Sector al norte de las Termas del Plomo. Da cuenta de la presencia de un ambiente de talud

durante su depositación. Derecha: lutitas con boudinage de areniscas finas y de lutita s de grano

más grueso en el mismo sector.

3.1.1.4 Formación Colimapu (Cretácico Inferior)

(Klohn, 1960)

3.1.1.4.1 Definición y relaciones de contacto

Corresponde a una formación sedimentaria continental, con presencia de intrusiones

hipabisales, de al menos 1758 m de espesor expuesta en la zona centro-oeste a oeste de la

zona de estudio, principalmente en las cercanías del embalse El Yeso. Los afloramientos

tienen a lo menos 50 m de espesor, se extienden por más de 20 metros lateralmente de

forma tabular y se orientan en franjas NNE. Se observa en contacto aparentemente

concordante con la Formación Abanico (Figura 3.1.1.5-A). La base se encuentra

fuertemente deformada debido a la presencia de fallas que afectan el contacto de esta

formación con Formación Lo Valdés, sin embargo hacia el sur se observa un contacto

discordante.

3.1.1.4.2 Litología

La Formación Colimapu se compone de areniscas cuarcíferas de grano medio a grueso,

areniscas calcáreas rojas de grano fino y conglomerados con matriz de arena gruesa

polimíctica, con clastos de calizas fosilíferas, areniscas fosilíferas, andesitas y cuarzo.

Cortando los estratos se observan enjambres de diques y filones dioríticos de color verde y

granodioríticos de color blanco, los que generaban distinto grado de metamorfismo de

contacto sobre estas rocas. Las areniscas cuarcíferas se encuentran levemente

metamorfizadas debido a la presencia de la falla cerca del contacto con Lo Valdés, donde

hay alteración de epidota y mineralización de óxidos de Fe y Cu. Se observan

bioturbaciones y paleocanales (orientación NS) en las areniscas de esta formación (ver

Figura 3.1.1.4-A).

36

Figura 3.1.1.4-A – Paleocanal en areniscas observado en la Fm. Colimapu, con una orientación NS,

pero sin sentido de flujo identificable. Sector de la Falla Salinillas, ladera S del valle del Río Yeso.

3.1.1.4.3 Edad

Se le ha asignado una edad de 120 – 107 Ma, correspondiendo al Aptiano – Cenomaniano.

La edad mínima tentativa, determinada mediante fósiles de carófitas sería albiana (Martínez

y Osorio, 1963; según Thiele, 1980), y su edad máxima sería hauteriviana, de acuerdo a la

edad asignada a la subyacente Formación Lo Valdés (Thiele, 1980).

3.1.1.4.4 Ambiente

Los sedimentos, su composición y color indican en general un ambiente continental

subaéreo, en varios casos cercano a la costa. En la base se reconoce un ambiente de

abanico aluvial cercano a la costa (debido a la composición de los clastos) progradante,

también se reconoce un sub-ambiente de frente de playa, apoyando la idea de cercanía a la

costa. Más hacia el techo se observan también facies aluviales, pero de abanicos en

retroceso. Esta interpretación se observa bien en la columna tipo de la Formación Colimapu.

(Figura 19).

3.1.1.5 Formación Abanico (Oligoceno – Mioceno Inferior)

(Aguirre, 1960)

3.1.1.5.1 Definición y relaciones de contacto

Corresponde a una formación volcánica de 3000 m de espesor (Aguirre, 1960), expuesta en

el sector oeste de la zona de estudio, al borde oeste del embalse El Yeso. Los afloramientos

son extensos, de hasta 500 metros de diámetro, parcialmente cubiertos por coluvios y de

forma tabular, y se disponen en franjas de orientación NS. La base de la Formación está en

contacto aparentemente concordante a distancia con la Formación Colimapu (ver Figura

3.1.1.5-A), y no se alcanza a observar en la zona de estudio el techo de la unidad, pero

37

corresponde a un contacto transicional con la Formación Farellones (concordante-

pseudoconcordante y discordante o por falla), de acuerdo a Charrier et al (2002) y Godoy et

al (1999). Es intruída por cuarzo-sienitas de las unidades intrusivas miocenas.

Figura 3.1.1.5-A – Contacto entre la Fm. Abanico y la Fm. Colimapu, en el sector del embalse El

Yeso. Es posible ver un contacto aparentemente concordante, sin embargo, la diferencia de edad

de depositación de aproximadamente 50 Ma, lleva a clasificarlo como hiato depositacional y/o

discordancia erosiva.

3.1.1.5.2 Litología

Esta formación se compone de rocas andesíticas estratificadas de color pardo oscuro, de

textura porfírica con fenocristales de plagioclasa parcialmente sericitizada y masa

fundamental microcristalina. Hacia el oeste de la zona de estudio los estratos se encuentran

de manera subhorizontal y se van verticalizando hacia el este, hasta el contacto con la

Formación Colimapu, en el sector del embalse El Yeso.

3.1.1.5.3 Edad

En base a su contenido de fauna fósil (unidades sedimentarias no observadas en el área de

estudio) y a las numerosas dataciones radiométricas efectuadas en esta formación (K-Ar,

Ar-Ar y U-Pb), su edad estaría comprendida entre el Oligoceno a Mioceno Inferior (Vergara

y Drake, 1979; Drake et al., 1982; Munizaga y Vicente, 1982; Flynn et al., 1995; Gana y

Wall, 1997; Aguirre, 1999; Baeza, 1999; Sellés, 1999; Vergara et al., 1999; Fuentes et al.,

2002; Charrier et al., 2002, 2005; Nyström et al., 2003; Fock, 2005; Fock et al., 2006; Jara et

al., 2014).

3.1.1.5.4 Ambiente

Para esta formación se interpreta un ambiente volcánico continental, ya que no se observan

intercalaciones con facies marinas, y con altas tasas de efusión de material volcánico

(lavas) que se concentran en la zona de estudio. No se logra una interpretación más exacta

de ambiente debido a las limitaciones en la observación de la Formación.

38

3.1.1.6 Formación Marmolejo (Unidad Volcánica Antigua) (Pleistoceno)

(Bustamante et al., 2010; enmend. Campo II, 2015)

3.1.1.6.1 Definición y relaciones de contacto

Corresponde a una formación volcánica reciente, expuesta al sur de la zona de estudio por

la quebrada del estero El Yeso. Son afloramientos altamente diaclasados, de gran extensión

pero difícil acceso, de 30 m máximo, y presenta contactos en discordancia angular con las

Formaciones Río Colina, Río Damas y Lo Valdés, presentando una disposición en general

subhorizontal.

3.1.1.6.2 Litología

La formación se compone de lavas andesíticas macizas de color gris oscuro, con

fenocristales de plagioclasa y anfíbola. Algunos bloques presentan texturas de flujo y

autobrechas.

3.1.1.6.3 Edad

En términos generales, a la Unidad Volcánica Antigua se le asigna una edad pleistocena

(Thiele, 1980), mientras que en otras fuentes, en base a las características morfológicas y

estructurales de esta unidad su edad correspondería al Holoceno (Thiele, 1980).

3.1.1.7 Unidades intrusivas (Mioceno Medio - Superior)

(Thiele, 1980; Cornejo y Mahood, 1997; Kurtz et al, 1997)

3.1.1.7.1 Definición y relaciones de contacto

Compuesto por tres grandes grupos de disposición NS, expuestos en la zona del embalse

El Yeso y al este de él. Los cuerpos intruyen, de oeste a este, a la Formación Abanico, a la

Formación Lo Valdés y a la Formación Lo Valdés, junto con la Formación Río Colina.

3.1.1.7.2 Litología

El cuerpo que intruye a la Formación Abanico es una monzonita de anfíbol y biotita,

fanerítica, equigranular y de grano medio, con alteración sericítica de intensidad moderada

a alta. Presenta enclaves ocasionales de composición diorítica, altamente fracturado y con

un contacto irregular, el cual aflora hacia la parte central del embalse El Yeso, restringido a

la ladera sur del valle, presentando una extensión de al menos 500 m. Se tiene contacto por

inconformidad entre esta unidad y lavas andesíticas de la Formación Abanico.

El cuerpo que intruye solo a la Formación Lo Valdés es una monzonita de color verde

opaco, con textura fanerítica e inequigranular, y presenta alteración en máficos a epidota y

matriz cloritizada, además de arcillas. Este aflora hacia el sector este del embalse El Yeso,

en la ladera sur del valle, presentando una extensión de al menos 700 m. Se observa

39

inconformidad entre esta unidad intrusiva y la Formación Lo Valdés, específicamente con

secuencias de calizas y unidades diapíricas de yeso hacia el interior de la quebrada.

El cuerpo que intruye a las Formaciones Lo Valdés y Río Colina es de color gris verdoso,

fanerítico, con cristales de cuarzo, plagioclasa y máficos diseminados, está alterado a

sericita, epidota y ceolitas y tiene además microvetillas de calcita.

3.1.1.7.3 Edad

De acuerdo a su ubicación más al este de la franja de Intrusivos del Mioceno Inferior y

similitudes litológicas, es posible asociar estos afloramientos en primera instancia a la franja

de Intrusivos del Mioceno Medio - Superior, cuyo rango de edad varía entre los 13 y 8 Ma,

mediante dataciones de K-Ar y Ar-Ar (Thiele, 1980; Cornejo y Mahood, 1997; Kurtz et al.,

1997).

40

3.1.2 Localidades tipo

En la zona de estudio se levantaron columnas estratigráficas en distintos sectores (Figura

3.1.2-A), que pasaron a ser algunas las localidades tipo de las formaciones y sus

respectivas columnas, descritas en los siguientes apartados.

Figura 3.1.2-A – Ubicación de las localidades tipo de las columnas estratigráficas realizadas en

terreno.

3.1.3 Columnas

Las columnas estratigráficas realizadas abarcaron casi todas las distintas formaciones

contenidas dentro de la zona de estudio. A continuación, se presentan las secuencias

litológicas obtenidas, para las distintas localidades tipo que se indicarán en el apartado

siguiente.

3.1.3.1 Formación Río Colina (414936/6274593)

Esta primera columna (Figura 3.1.3.1-A) pertenece a la Formación Río Colina, la más

antigua de la zona de estudio. En ella se identifica una variación rítmica entre lutitas,

areniscas y calizas, con contenido fosilífero variable, lo que permite identificar que se formó

en un ambiente marino a transicional.

41

Figura 3.1.3.1-A – Columna estratigráfica de la Formación Río Colina en la quebrada sur.

42

3.1.3.2 Formación Río Damas

La Formación Río Damas no se detalló en ninguna columna, pero fue incorporada en la

columna general del apartado de cronoestratigrafía, y su descripción detallada se incorpora

en el apartado de descripciones litológicas.

3.1.3.3 Formación Lo Valdés (415627/6279883)

La segunda columna mostrada (ver Figura 3.1.3.3-A) corresponde a la Formación Lo

Valdés, la que en este sector está conformada por una sucesión de calizas, lutitas y

areniscas de espesor variable. Además, la unidad es intruída por filones y diques de

carácter hipabisal.

Figura 3.1.3.3-A – Columna estratigráfica detallada de la Formación Lo Valdés en el sector de

Termas del Plomo.

43

3.1.3.4 Formación Colimapu (409662/6280048)

La tercera columna, correspondiente a la de la Formación Colimapu (Figura 3.1.3.4-A),

conformada por capas de gran espesor de areniscas y conglomerados, de variada

composición. Se pueden observar los distintos ambientes y sub-ambientes asociados a esta

formación, como la cabecera de abanico aluvial, frente de playa y la parte media de un

abanico aluvial retrogradante.

Figura 3.1.3.4-A – Columna estratigráfica de la Formación Colimapu, frente a la mina El Romeral.

3.1.4 Cronoestratigrafía

A continuación se presenta una columna que sintetiza la estratigrafía de la zona de estudio

(Figura 3.1.4-A), donde se indican las relaciones de temporalidad y los tipos de contacto

que existen entre las distintas formaciones descritas anteriormente. Los colores de las

unidades corresponden a los colores de la carta estratigráfica oficial.

44

Figura 3.1.4-A – Columna cronoestratigráfica general de la zona de estudio. Se consideran los

espesores determinados a partir del mapa, por lo que discrepan de la información del marco

geológico. Es esquemática y está basada parcialmente en las columnas tipo, otras columnas de

otras zonas y descripciones litológicas de las formaciones. No se incluyen las unidades intrusivas

en esta columna.

45

3.2 Estructuras

El área de estudio comprende una porción del borde oriental de la Cordillera Principal,

caracterizado por un estilo estructural particular que contrasta con la deformación y estilos

estructurales de las unidades morfoestructurales colindantes (Cordillera Frontal por el Este y

la Depresión central hacia el Oeste).

La Cordillera Principal, de igual manera, se encuentra segmentada en un flanco occidental

caracterizado por presentar unidades cenozoicas como la Formación Abanico y Formación

Farellones, mientras que el flanco oriental se caracteriza por la presencia de unidades

mesozoicas muy deformadas, que forman parte de la Faja Plegada y Corrida del

Aconcagua, compuesta principalmente por corrimientos vergentes al este que habrían

afectado a estructuras formadas previamente (Fock, A. 2005).

Para este trabajo se identificaron 3 dominios principales, marcados por los rasgos

estructurales, la orientación y vergencia de las estructuras presentes. El dominio occidental

de la zona de estudio correspondería al borde de la Cuenca de abanico (CA), el dominio

central correspondería al inicio de la FPC del Aconcagua (FPCA1) y el dominio oriental

vendría a ser la continuación de la FPC del Aconcagua (FPCA2).

La principal característica que presenta la FPCA es su estilo de deformación de escama

delgada (Ramos et al., 1995) que afecta fundamentalmente a los depósitos mesozoicos,

acompañado de la inversión de fallas normales que resultaron en los últimos episodios del

alzamiento andino a esta latitud.

Por otro lado, la cuenca de Abanico marca un evento tectónico importante en el desarrollo

de la Cordillera Principal, correspondiendo a cuencas extensionales de intra-arco

desarrolladas durante el Eoceno medio/superior hasta fines del Oligoceno (Godoy et al.,

1999, Fock, A. 2005, Charrier et al., 2009).

Figura 3.2-A - Dominios estructurales en el área de estudio. Dominio occidental: Cuenca abanico.

Dominio central: Inicio FPCA. Dominio oriental: continuación FPCA.

46

3.2.1 Estructuras Cuenca Abanico (CA)

Las fallas presentes en este dominio corresponden al borde oriental de la cuenca de

Abanico (Fock, A. 2005), caracterizada por la presencia de la Formación Abanico, que se

encontraría fuertemente plegada, dando origen a un monoclinal formado durante la

actividad de las estructuras inversas desarrolladas en este dominio (Figura 3.2.4.2-A). El

límite este de este dominio está marcado por la presencia de la Falla El Diablo.

3.2.1.1 Falla El Diablo

La traza de la falla se reconoce al norte del río Yeso, al oeste del Estero Aparejo y al sur del

río se extiende a través del Cajón de Las Leñas. Esta se caracteriza por un alto ángulo

(~65° W) y por encontrarse emplazada cortando la Fm. Lo Valdés (Figura 3.2.1.1-A).

Figura 3.2.1.1-A - En la imagen se observa la Falla El Diablo (izquierda) y el retrocorrimiento

asociado a ella (derecha). La falla actúa alzando el bloque central perteneciente a la Fm. Lo

Valdés sobre rocas de la Fm. Colimapu. Además en esta zona se emplaza el intrusivo mostrado en

la zona central de la figura.

3.2.1.2 Monoclinal de la Fm. Abanico

Es el último pliegue observado en el límite occidental de la zona de estudio. Corresponde a

un pliegue de orientación N-S, con una gran longitud de onda, siendo el flanco oriental

limitado por la aparición de un cuerpo intrusivo del Mioceno. El limbo oriental muestra un

manteo de 80º al oeste en la zona más inclinada. Este pliegue se observa a lo largo del

borde del embalse El Yeso. El monoclinal afecta a la Formación Colimapu y la formación

Abanico (ver Figura 3.2.1.2-A).

47

Figura 3.2.1.2-A - Vista norte de la Formación Abanico en el sector del Embalse El Yeso. Se

observa el aumento en la inclinación de la secuencia.

3.2.2 Estructuras Dominio FPCA1

3.2.2.1 Falla Salinillas (vergencia E)

La falla Salinillas corresponde a una estructura inversa vergente al este. Se identificó en el

centro de la zona de estudio y su ubicación coincide con la presencia de yeso (Oxfordiano).

Su traza se extiende a ambas riberas del río Yeso, manteniendo un rumbo

aproximadamente N-S. Hacia el sur del río Yeso, la estructura presenta un cambio en su

dirección hacia el SW y la traza fue identificada a través de los afloramientos de yeso que

se encontraron en su recorrido (ver Figura 3.2.2.1-A). A través de esta estructura se alza un

bloque de la Formación Río Colina, sobre rocas más jóvenes de las formaciones Lo Valdés,

Colimapu y Río Damas.

Figura 3.2.2.1-A – Traza de la falla Salinillas en la zona cercana a la mina de yeso. En la imagen se

observa a la Formación Río Colina sobre rocas de la Formación Lo Valdés, Colimapu y Río Damas.

48

3.2.2.2 Falla Vacas Muertas

Esta estructura se ubica inmediatamente al este de la falla Salinillas, reconociéndose solo al

norte del río Yeso. Corresponde a una estructura inversa de vergencia este, con un rumbo

aproximado N-S y provoca el alzamiento de una escama de la Formación Río Damas sobre

Río Colina, en el cerro Panimávida. En la Figura se observa la Falla Vacas Muertas,

alzando el bloque mencionado.

Figura 3.2.2.2-A – Traza de la falla Vacas muertas, alzando Fm. Río Damas sobre Fm. Río Colina.

Vista desde Cerro Panimávida.

3.2.2.3 Anticlinal de Yeguas Muertas

Corresponde a uno de los pliegues con mayor longitud de onda ubicado en la zona de

estudio. Es un pliegue de orientación NNW, posee limbos asimétricos, siendo el limbo

oriental el más inclinado (ver Figura 3.2.2.3-A). Su charnela muestra claras evidencias de

deformación, reafirmando esta zona como la que muestra mayor contenido de estructuras.

El pliegue afecta a las formaciones de mayor edad, siendo el núcleo de este la Formación

Río Colina.

49

Figura 3.2.2.3-A – Vista NW al cerro Panimávida, donde se observan los flancos del Anticlinal de

Yeguas Muertas.

3.2.3 Estructuras Dominio FPCA2

Las fallas presentes en este dominio corresponden a la continuación de la FPCA,

caracterizada por una deformación de escama delgada, donde las formaciones mesozoicas

se disponen en capas inclinadas manteando al este, debido a la actividad compresiva

reflejada en estructuras inversas de alto ángulo vergentes al oeste (Figura 3.2.4.2-A y

Figura 3.2.4.2-A). El límite occidental de este dominio está marcado por la Falla El Yeso.

3.2.3.1 Falla El Yeso

La falla El Yeso corresponde a una estructura inversa de vergencia oeste que se ubica al

este de las termas del Plomo, posee un rumbo aproximadamente N-S, además de un

manteo de 65° a 70° E. Esta estructura posee vergencia opuesta a las anteriores y a la

vergencia principal de la deformación en esta zona. Provoca el alzamiento de la Formación

Río Damas sobre la Formación Lo Valdés (Figura 3.2.3.1-A).

Figura 3.2.3.1-A – Falla El Yeso hacia el sur, alzando la formación río damas sobre Lo Valdés.

50

3.2.3.2 Falla El Pirámide

Esta falla corresponde a una estructura inversa de vergencia al oeste. Es la más oriental de

la zona de estudio y se ubica cercana a la frontera con Argentina (ver Figura 3.2.3.2-A). Al

igual que la anterior posee un rumbo aproximadamente N-S y un manteo de 70° a 80° E. La

falla se encuentra al interior de la Formación Lo Valdés y se identifica por una zona de

fracturamiento intenso y alteración hidrotermal que corta la estratificación observada en las

rocas.

Figura 3.2.3.2-A – Vista Sur de las fallas el yeso (izquierda) y pirámide (derecha).

3.2.3.3 Anticlinal del Pirámide

Corresponde a un pliegue de orientación N-S ubicado a lo largo del valle del glaciar

Pirámide. Se encuentra limitado por ambos flancos por fallas inversas con vergencia al W.

Sus limbos presentan una leve diferencia de inclinación, y presenta una charnela amplia. El

anticlinal afecta a las capas rojas de la Formación Río Damas y a las calizas de la

Formación Lo Valdés (Figura 3.2.3.3-A).

Figura 3.2.3.3-A – Anticlinal del pirámide. Derecha: Vista panorámica valle del Pirámide.

Izquierda: vista hacia el sur desde ladera oeste del valle del Pirámide, notar los manteos en

dirección opuesta en ambas laderas y la leve diferencia entre estos.

51

3.2.4 Perfiles esquemáticos

Se confeccionaron dos perfiles con la recapitulación de los resultados anteriormente

expuestos. Sus orientaciones son W a E, de tal modo de intersectar perpendicularmente a

las trazas de fallas de orientación N-S. El perfil A-A’ (6280000) que muestra la zona centro

sur, y el perfil B-B’ (6285000) que retrata la zona norte. Estos detallan las relaciones de

contacto, espesores y geometrías de las distintas formaciones definidas para la zona.

Los siguientes números corresponden a:

(1) Falla El Diablo (2) Falla Salinillas (3) Falla Vacas Muertas (4) Falla El Yeso (5) Falla El Pirámide

52

3.2.4.1 Perfil Norte

En la Figura 3.2.4.1-A se ilustran las repeticiones de la Formación Lo Valdés, la continuidad

de las distintas fallas hacia el norte y el Anticlinal del Pirámide en el extremo oriente.

Figura 3.2.4.1-A - Sección geológica esquemática interpretada A-A’. Su ubicación se muestra en

mapa anexo.

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

53

3.2.4.2 Perfil centro sur

En la Figura 3.2.4.2-A se ilustra el Anticlinal de Yeguas Muertas entre las fallas Vacas

Muertas y El Yeso, con la Formación Río Colina en su núcleo.

Figura 3.2.4.2-A - Sección geológica esquemática interpretada B-B’. Su ubicación se muestra en

mapa anexo.

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

54

3.3 Geomorfología

La geomorfología regional del área de estudio corresponde a un dominio geomorfológico del

tipo cordillera andina con retención nival.

3.3.1 Sistema glacial

El énfasis que se dará en este trabajo se centra en las épocas Pleistoceno-Holoceno,

teniendo como principales objetos de estudio los glaciares El Yeso, Pirámide y Bello, junto a

glaciares de menor envergadura.

3.3.1.1 Morfologías glaciales

3.3.1.1.1 Morrenas frontales

Corresponde a aquella morrena depositada frente al término del glaciar, pudiendo haber

más de una que indiquen diferentes estadios del movimiento glaciar en el valle. En terreno

fue posible observar 3 morrenas frontales, todas correspondientes al valle del glaciar Bello.

La última morrena frontal del avance de un glaciar se considera morrena terminal.

En la Figura 3.3.1.1.1-A es posible observar una de estas morrenas, caracterizándose por

poseer material de clastos subangulares de till no consolidado, mal seleccionado con

bloques de hasta 2 m insertos en matriz de arena fina a gruesa con gravas. Además

presenta una morfología dorsal interdigitada que atraviesa el valle de este a oeste. El

espesor se estima mayor a 3m.

Figura 3.3.1.1.1-A. Perfil W-E morrena frontal en Valle del glaciar Bello. Las líneas remarcan la

interdigitación del depósito.

3.3.1.1.2 Morrena lateral

Se forman por el transporte a lo largo de las márgenes laterales del glaciar. Su morfología

es lobulada y presentan la misma composición antes descrita para las morrenas frontales,

esto es till mal seleccionado, con material variando desde limos y arcillas hasta bloques

subangulares de escala métrica (2m), no presentan cementación ni estructuras. Un ejemplo

se observa en la Figura 3.3.1.1.3-A.

55

3.3.1.1.3 Glaciar Pirámide

Al noreste de la zona de estudio, se encuentra una masa de hielo de grandes dimensiones

que se extiende en dirección NNW-SSE desde los pies del cerro Pirámide hasta el inicio del

cajón del Bello. Con una longitud estimada de 7300 m y su ancho promedio bordea los 300

m, este glaciar posee una cubierta de detritos que no alcanza el metro de espesor, la cual

abarca toda su extensión. Tanto el glaciar como su cubierta, pueden ser observados gracias

a grietas existentes en el glaciar y aberturas que forman pequeñas lagunas (ver Figura

3.3.1.1.3-A). El espesor medido en estas zonas es cercano a los 10 m, por lo que

considerando su longitud y un ancho promedio de 300 m, 0.219 km3 hielo es una primera

aproximación a la masa total del glaciar.

Las fracturas internas y cambios en el espesor del glaciar, se traducen en una morfología

particular de altos y bajos en la cubierta de detritos (ver 3.3.1.1.3-A y Figura 3.3.1.1.3-B), la

cual se compone de clastos polimícticos, angulosos, mal seleccionados, inmersos en una

matriz de limo.

Figura 3.3.1.1.3-A - Vista E tomada desde la morrena lateral del glaciar Pirámide, que muestra una

laguna producto de una apertura del glaciar. Se puede ver también la fina y regular cubierta de

detritos, además de fracturas en el hielo.

El glaciar Yeso corresponde a un glaciar colgante, que evidencia movimiento en la

actualidad, dada la morfología de lengua que desciende hacia el valle, y las grietas o

crevasses transversales en su superficie, que indican una extensión por el avance y la

adaptación del glaciar a la nueva pendiente. Se observan además crevasses longitudinales

indicando una extensión en el ancho del glaciar. Por otra parte, el glaciar Bello corresponde

a un glaciar de circo, que a diferencia del Yeso, no presenta indicios de movimiento, por lo

que se asume que se mantiene estático.

Cercano a estos dos glaciares previamente mencionados, aproximadamente 2 km hacia el

sur, se observa una morfología de circo, sin evidencias de hielo, pero sí de su previo avance

y retroceso. En este sector se observa cómo desciende hacia el valle por donde avanzó el

glaciar Yeso, dejando un lago en la llanura de inundación que se formó entre la morrena

frontal y la morrena de retroceso asociadas (Figura 3.3.1.1.3-B).

56

Figura 3.3.1.1.3-B - Glaciar de rocas aledaño al glaciar El Yeso con pequeña laguna frente a la

morrena de retroceso.

Fue posible observar un glaciar de escombros en el valle glacial del Bello, el que

corresponde a una masa de fragmentos de roca y material fino sobre un talud, que posee ya

sea hielo intersticial o en un núcleo y muestra evidencia de movimiento pasado o presente

(van Everdingen, 2005). Posee una forma lobulada similar a una colada de lava, con una

zona de alimentación o fuente correspondiente a un antiguo glaciar de circo. Dado que

presenta un frente empinado (pendiente mayor a 40º), es decir, un ángulo mayor a su

ángulo de reposo es posible indicar que este glaciar de escombros está activo.

Asociada a los glaciares Bello y Yeso, se logra apreciar una morfología tipo U en el valle en

el que desembocan ambos glaciares. Esta morfología indica la existencia de un glaciar de

valle anterior, que pudo haber correspondido a alguno de los dos antes mencionados en su

etapa de mayor extensión. En los flancos del valle se observan estrías indicando el

movimiento de la masa de hielo que se encontraba en el sector. Además, en el valle se

observan rocas de gran tamaño, correspondientes a rocas erráticas arrastradas por el

antiguo glaciar de valle, así como rocas aborregadas (Figura 3.3.1.1.3-C (b)), indicando el

sentido del movimiento principal del glaciar hacia el sur. Se encuentran también fragmentos

de yeso con indicios de crioclastismo (Figura 3.3.1.1.3-C (a)), evidenciando la presencia de

hielo.

Figura 3.3.1.1.3-C - (a) Crioclastismo en yeso. (b) Roca aborregada en morrena de fondo del

glaciar Bello.

(a) (b)

57

3.3.1.1.4 Valle glaciogluvial

Formado por la descarga de material de un glaciar, subsecuentemente transportado y

seleccionado por la presencia de ríos entrelazados. Está compuesto por material

transportado por glaciares (mal seleccionado), posteriormente este material es seleccionado

y depositado por las corrientes de aguas provenientes de la fusión del hielo del glaciar. La

Figura 3.3.1.1.4-A. muestra un ejemplo de valle glaciofluvial asociado al glaciar Bello

expresado como llanura de lavado (outwash plain).

Figura 3.3.1.1.4-A. ejemplo de valle glaciofluvial asociado al glaciar Bello expresado como llanura

de lavado (outwash plain)

3.3.1.2 Depósitos glaciales

Dentro de los depósitos se observan morrenas de fondo, terminales, laterales, centrales y

de retroceso generadas por el avance y posterior retroceso de los glaciares por el valle.

Éstas están compuestas por depósitos de till, los que poseen clastos polimícticos,

angulosos y granulometría muy variable inmersos en una matriz fina. En particular, en las

inmediaciones del glaciar Pirámide se divisa un sistema de morrenas laterales, morrena

central y morrena frontal, esta última colindando con el río proveniente de la descarga del

glaciar.

58

Además se aprecian depósitos de acanaladura (ver Figura 3.3.1.2-A), producto del

derretimiento en la base del glaciar que formó pequeños canales, los que iban arrastrando

sedimentos que habrían adoptado la forma del pequeño túnel de hielo.

Figura 3.3.1.2-A - Acanaladuras dejadas por el paso del glaciar.

3.3.2 Sistema fluvial

En la zona de estudio existen diversos sistemas fluviales originados por ablación de

glaciares ubicados en la cabecera y alimentación desde acuíferos subterráneos, generando

el río Yeso como afluente principal, el cual aguas abajo encuentra su cauce natural alterado

debido a la existencia del embalse artificial El Yeso. Asociado a éste se identifican diversos

ríos tributarios que poseen un origen similar.

3.3.2.1 Morfologías fluviales

El río Yeso es un río trenzado (ver Figura 3.3.2.1-A), asociado a otros tributarios que

confluyen en el río principal, tales como los esteros de Casa Piedra, derivado del Glaciar de

Casa Piedra, y los esteros del Morado, de las Vacas Muertas, del Plomo y Salinillas, todos

nacidos de distintos glaciares que llevan el mismo nombre. Estos presentan una forma

recta, con un bajo índice de sinuosidad, derivado de la alta pendiente por la cual

descienden.

59

Figura 3.3.2.1-A - Río Yeso, mostrando su morfología de río trenzado, al E de las termas del

Plomo.

La erosión sobre el valle forma una morfología tipo V sobre el valle glacial, limitada al área

más aledaña al río.

Las estructuras presentes a lo largo del río Yeso corresponden a las de un río trenzado,

tales como barras laterales, longitudinales y transversales, las que se pueden identificar a lo

largo de todo el cauce del río. Además, se pudo visualizar una extensa planicie fluvial y tres

niveles de terrazas (ver Figura 3.3.2.1-B), las que indican variaciones abruptas en el nivel

de base de este río principal durante su evolución. Sin embargo, en este sistema no se

encuentran ampliamente desarrolladas ya que son de edad reciente, además de que el

sistema fluvial presente ha tenido una incidencia considerablemente menor respecto del

sistema glacial.

Figura 3.3.2.1-B - Terrazas en el río Yeso. Se observan tres niveles de terraza fluvial, con la actual

llanura de inundación del río Yeso en la zona más baja. Los colores más oscuros indican mayor

edad.

60

3.3.2.2 Depósitos fluviales

Los depósitos fluviales son típicos de ríos trenzados, y se caracterizan por ser polimícticos,

con clastos moderadamente redondeados, de granulometrías variables e inmersos en una

matriz de tamaño arena, aunque se observan matrices más finas en la parte superior de las

barras laterales y en los extremos de las barras longitudinales. La deposición ocurre

principalmente en las barras de arena, entre las que se distinguen barras longitudinales,

transversales (con mejor selección de sedimentos, por su carácter distal) y barras laterales.

Es un sistema compuesto, uniendo parte de depósitos glaciares y de remociones en masa,

por encontrarse en un contexto de valle glacial en alta montaña.

La erosión sobre el valle forma una morfología tipo V sobre el valle glacial, limitada al área

más aledaña al río.

Algunos tributarios cortan morfologías como abanicos aluviales o realizan sistemas de

drenaje sobre morrenas. Así mismo, muchos de los depósitos de estos sistemas fueron

destruidos por el río o sus sedimentos se unieron al mismo cauce, existiendo una mezcla de

distintos procesos aguas abajo.

3.3.3 Remociones en masa

3.3.3.1 Morfologías

El área corresponde a una zona de alta montaña, por lo que se observan una gran variedad

y cantidad de escarpes. También es posible identificar superficies de deslizamiento curvas,

planas y angulares, que al asociarlas con escarpes, permitieron identificar deslizamientos

rotacionales, traslacionales y en cuña. Por otra parte, muchos escarpes también están

asociados a caídas de rocas o derrumbes (ver Figura 3.3.3.1-A).

También es importante mencionar que los fenómenos pueden ser compuestos, por lo que

en variadas ocasiones se visualizaron escarpes con deslizamientos o incluso caídas de

rocas, las que posteriormente al adicionarse agua, tanto por deshielo o por un tributario,

finalizaron como un flujo de detritos.

Por otro lado, se observó escarpes de menor envergadura asociados a pequeñas terrazas

de suelo paralelas a la pendiente de la ladera lo que sugiere una posible existencia de

reptación del terreno.

En un valle ubicado al este del embalse El Yeso, se observó la presencia de montículos

abultados de gran tamaño. Dichas estructuras se reconocen como hummocks, las que

pueden ser explicadas por una avalancha de rocas, posiblemente causada por un terremoto

en la zona. Estas estructuras también podrían corresponder a morrenas, pero por la

morfología del depósito se estima finalmente que son el producto de un fenómeno de

remoción en masa característico de alta montaña, y posiblemente bajo este tipo de

depósitos se encuentren morrenas.

61

Se visualizaron estructuras tipo hummock ubicadas al E del embalse El Yeso, las que

pueden ser explicadas por una avalancha de rocas, posiblemente causada por un terremoto

en la zona. Estas estructuras también podrían corresponder a morrenas, pero por la

morfología del depósito se cree finalmente que podrían ser el producto de un fenómeno de

remoción en masa característico de alta montaña, y posiblemente bajo este tipo de

depósitos se encuentren morrenas.

Figura 3.3.3.1-A - (a) Escarpe de remoción en masa en las cercanías del embalse El Yeso; vista

hacia el N. (b) Remoción en masa en unidad de yeso, vista al NW desde el cerro Panimávida.

3.3.3.2 Depósitos

Se observaron conos de deyección de alta pendiente en quebradas, asociados a caídas de

rocas, y abanicos aluviales ubicados en los piedemontes al finalizar una quebrada,

destacando aquellos ubicados al sur del embalse El Yeso, con formas lobuladas, de baja

pendiente y con cauces secundarios de agua en su superficie.

También se observaron hummocks, mencionados en el punto anterior, que corresponden a

montículos abultados de gran tamaño, asociados a avalanchas de rocas.

Se reconocieron escombreras de talud, las que pueden ser causadas por derrumbes o

incluso por deslizamientos de tipo traslacional o en cuña. Estas remociones poseen clastos

polimícticos inmersos en una matriz más fina, sub-angulosos a sub-redondeados.

Destacan los múltiples depósitos de remoción en masa ubicados en la ladera SE del cerro

Panimávida (ver Figura 3.3.3.1-A (b)) y los depósitos de remoción en masa de la unidad de

yeso al NW del cerro Panimávida, con dirección al SE, la cual cubre el cauce original del río

Yeso en ese sector, desviando su trayectoria (ver Figura 3.3.3.1-A (b)). Los depósitos de

esta zona son polimícticos, y de tamaño que va desde varios metros a granos de tamaño

arena.

El gran tamaño de los bloques, puede explicarse debido a que muchas de estas remociones

poseen un comportamiento laminar, lo que podría conservar fragmentos de rocas de gran

tamaño mayormente intactas y depositadas solitariamente en planicies donde no se

observan otros indicios de depósitos similares.

(a) (b)

62

Figura 3.3.3.2-A -Depósitos de remociones en masa, SE del cerro Panimávida.

3.3.4 Sinkholes

En la zona de estudio fue posible observar sinkholes circulares de diámetro entre 2 a 12 m,

asociados a sectores con capas de yeso soluble que se hundieron al disolverse por la

acción del agua. En particular, se reconocieron sinkholes ubicados en los lineamientos de

yeso al sur del cerro Panimávida (ver Figura 3.3.4-A).

Figura 3.3.4-A - Sinkholes en yeso, sur del cerro Panimávida.

63

3.4 Geología económica

Durante la campaña de terreno se identificaron diferentes recursos de carácter económico,

los cuales se presentan a continuación.

3.4.1 Yeso

El yeso corresponde al principal recurso minero encontrado en la zona de estudio. Éste se

encuentra distribuido en franjas Norte-Sur, relacionado con el techo y la base de la

Formación Rio Colina y, además, aparece de forma discontinua dentro de la Formación Lo

Valdés. Genéticamente, se relacionan con ciclos de transgresión-regresión; el nivel de yeso

más potente corresponde al denominado “Yeso del Oxfordiano”, perteneciente a la

Formación Rio Colina, y se interpreta como el final de la primera sub etapa del Ciclo Andino,

cuando el mar progresivamente se retiró de la cuenca de tras arco, lo que generó los

gruesos depósitos evaporíticos del Oxfordiano-Kimmeridgiano (Charrier et al. 2007).

Estructuralmente, estos yacimientos se encuentran relacionados a una falla mayor de

orientación Norte-Sur, identificada en este trabajo como la Falla El Yeso. Por lo tanto, los

afloramientos se encuentran orientados de la misma manera, excepto casos puntuales que

se interpretan como diapiros.

Este recurso es explotado al oeste del cerro Panimávida, donde se ubica la mina El

Romeral, propiedad de la Sociedad Industrial Romeral S.A., filial de Empresas Pizarreño

S.A.. Este yacimiento corresponde a uno de los más grandes del país y es apreciable a la

escala regional (ver Figura 3.4.1-A).

Figura 3.4.1-A - Mapa de recursos económicos. Incluye los depósitos de yeso y las distintas

evidencias de mineralización metálica encontrada en la zona.

64

3.4.2 Elementos Metálicos

La zona de estudio se encuentra incluida dentro de la franja de intrusivos del Mioceno-

Plioceno, la cual destaca por tener yacimientos del tipo Pórfido Cu-Au de clase mundial

como Rio Blanco-Los Bronces y El Teniente (Sillitoe & Perelló, 2005).

Las estructuras Norte-Sur de carácter regional que existen en el área están relacionadas

espacialmente con las fallas controladoras de los grandes yacimientos porfídicos de la

franja. Dadas las litologías encontradas en terreno, las unidades intrusivas félsicas y las

estructuras; es posible que exista algún yacimiento tipo pórfido cuprífero (Maksaev et al.,

2009) o skarn en la zona.

En la Formación Colimapu, aflorando en el Cajón Casa De Piedra, se encontraron capas

centimétricas de óxidos e hidróxidos de Cu, asociadas a areniscas grises y en contacto con

sills (Figura 3.4.2-A). La alta permeabilidad de las areniscas posiblemente fue determinante

para el ascenso de fluidos hidrotermales.

Figura 3.4.2-A - Ladera oeste Cajón de Casa De Piedra, se observa mineralización de óxidos de Cu.

En las cercanías del intrusivo Casa De Piedra, en contacto con la Formación Lo Valdés,

junto al Río El Yeso, fue observada una zona de halos de alteración con mármol, granates y

mineralización de sulfuros diseminados en cúmulos (Pirita ± calcopirita ± ¿bornita?).

Además existe evidencia de actividad hidrotermal con mineralización metálica en los

depósitos morrénicos del Glaciar El Bello, estos presentan rodados con mineralización de

pirita, calcopirita, oxidados de Cu y Fe (Figura 3.4.2-B). Así mismo, se encontraron rodados

con mineralogía típica de un skarn de alta temperatura; granates, piroxenos, calcita

cristalina y hematita especular.

65

Figura 3.4.2-B - Rodado mineralizado de los depósitos morrénicos del Glaciar El Bello.

Finalmente, se encontraron indicios de exploración minera en la zona tale como pozos de

exploración abandonados en el Cajón de Casa de Piedra y en el Cajón del Aparejo, y

caminos de sondajes.

3.5 Peligro y Geológico

3.5.1 Peligro Geológico

Dada la ubicación de la zona de estudio, se conjugan diversos factores condicionantes,

como el clima y la tasa de erosión, junto a factores desencadenantes, como sismos o

erupciones volcánicas, dan origen a un sector con un peligro geológico relativamente alto.

Debido al clima, la tasa de erosión es alta, por lo que las laderas se presentan

principalmente como roca desnuda o cubierta de coluvios, sin un desarrollo importante de

suelo y con escasa vegetación, y la inestabilidad generada por agua entre fracturas es de

gran importancia en el sector, ya que puede generar deslizamientos, caídas de rocas o

derrumbes. El aumento rápido de la cantidad de agua sobre una ladera, ya sea por

precipitaciones intensas o un gran derretimiento de nieve puede generar la saturación del

suelo y desencadenar un deslizamiento y flujos de detritos o barro de consideración.

Por otra parte, como gran parte del país, la zona se ve afectada por los sismos generados

entre las placas de Nazca y Sudamericana. Además, las fallas presentes en la zona,

algunas posiblemente activas, tienen el potencial de generar sismos corticales, cuyos

efectos, a pesar de ser más locales, pueden ser muy intensos. Un ejemplo de esto es el

terremoto de Las Melosas del año 1958, que provocó daños en poblados e infraestructura

cercanos a la zona de estudio y gatilló caídas de roca y deslizamientos.

66

La zona de estudio se encuentra en el extremo Norte de la Zona Volcánica Sur (ZVS)

(Stern, 2004), que se expresa en la presencia de estratovolcanes de actividad recientes en

sus cercanías, incluyendo los volcanes activos Tupungatito y San José, al norte y sur del

área de estudio, respectivamente. Esta configuración genera un peligro volcánico latente, ya

que de haber una erupción, se podría generar un enjambre sísmico que podría activar

aquellas inestabilidades de la zona, el calor generado por la erupción podría derretir las

grandes masas de hielo aledañas, generando aumentos en el caudal de los ríos,

desencadenando un lahar primario o, en caso de lluvias posteriores intensas, se podría

generar un lahar secundario.

El principal peligro geológico, corresponde a distintos tipos de remociones en masa, de los

cuales se aprecia abundante evidencia, junto a peligros asociados a inundaciones (por el

aumento de los caudales, ya sea por remociones, lluvias intensas o rápido derretimiento de

nieve y hielo). Al pie de las laderas más escarpadas, como aquellas formadas por la acción

glacial durante la última glaciación, existen extensos depósitos coluviales que muestran la

continua caída de rocas que se produce en el sector, siendo común para los visitantes

poder presenciar algún evento de este tipo, de volumen menor.

En la ladera SE del cero Panimávida, se aprecia una remoción en masa con su respectivo

escarpe, sin embargo, la mayor remoción en masa observada en la zona, es un gran

depósito de color anaranjado, que cubre parte importante del valle (desde la cara NW del

cerro Marmolejo, hasta las cercanías de la Mina de Yeso Romeral, con unos 12 km de

longitud). Se encuentra disectado y, en partes, retrabajado por el curso actual del río Yeso.

Asociado a este depósito, se encuentra el gran escarpe que forma la cara NW del cerro

Marmolejo, donde se aprecia su coloración interna. El color similar al del depósito podría dar

cuenta de su origen, como una gran remoción en masa y más específicamente una

avalancha volcánica.

3.5.2 Riesgo Geológico

El riesgo geológico se reconocerá al intersectar el peligro, recién mencionado, con la

vulnerabilidad de la población o sus actividades. Es así como un sector de alto peligro

geológico, como esta zona de estudio, posee un riesgo geológico moderado a bajo.

El sector se caracteriza por no poseer grandes poblados, pero es una zona turística de flujo

bajo, por lo que recintos como el de las Termas del Plomo, sus caminos y senderos que

llevan a los glaciares cercanos se caracterizan por tener un riesgo muy elevado. El río

también posee un gran riesgo para las personas, ya que estas zonas son susceptibles a

cambios en el caudal y la gente, de no ser afectada directamente, podría quedar aislada en

el sector.

La zona de interés económica más cercana es la mina El Yeso, de la cual diariamente se

extrae material, por lo que los caminos, el personal y la maquinaria están siempre

expuestas a las condiciones imperantes del sector, cualquier fenómeno afectaría de una u

otra manera esta actividad, lo que genera un gran riesgo para la empresa a cargo y a la

gente que trabaja en ella.

67

Otra zona de interés es el Embalse El Yeso. Es importante mencionar que cualquier factor

que afecte al río o sus tributarios aguas arriba, trae consecuencias aguas abajo en el

embalse. Si la carga de sedimentos aumenta genera un gran riesgo para la empresa y el

suministro de agua potable. Además, de ocurrir un deslizamiento de gran escala sobre el

embalse, el caudal aumentaría rápidamente y la presa podría ceder, generando una gran

inundación, que podría conllevar graves daños a la gente que reside cerca del embalse y,

por supuesto, dejaría a Santiago sin una de sus principales fuentes de agua. Un ejemplo

similar a esto es el desastre en la presa de Vajont, el año 1963, en Italia, que generó

numerosas muertes y daños.

Riesgos moderados son asociados a caídas de rocas desde escarpes cercanos a caminos,

sin embargo, aquellos que rodean el embalse poseen un riesgo alto, ya que existen zonas

donde un intrusivo, fuertemente diaclasado, está muy cerca de la única ruta que existe para

acceder a la zona de estudio.

68

4 Discusión

4.1 Aspectos generales

El trabajo en terreno permitió el desarrollo de un mapeo en detalle de la zona de estudio

(ver Anexo 7.5), el cual aporta una nueva interpretación respecto a los trabajos realizados

anteriormente en la zona, mencionados en el capítulo 2.

El mapeo de fallas fue realizado en base a criterios mayormente estratigráficos y en base a

cambios bruscos en los manteos entre dos unidades en contacto. Para trazar las

estructuras, se consideró la continuidad de los contactos entre unidades que no concuerdan

estratigráficamente, por tanto adquiere los errores que conlleva la fotointerpretación.

En este trabajo se elaboraron dos perfiles con orientación este-oeste, uno ubicado en la

zona norte (B-B’) y otro en la zona centro sur (A-A’) (ver apartado 3.2.4). Para la confección

de los perfiles se utilizó el método kink, considerando datos estructurales y mapeo de

superficie realizado en terreno. El perfil del sur (A-A’) considera una mayor densidad de

datos observados y medidos, siendo éste más fiel al mapeo de terreno. Por el contrario, el

perfil del norte (B-B’) contempla una menor densidad de datos observados y medidos,

donde la mayoría fueron extrapolados de los datos que se concentran hacia el sur del

mapa, de manera que este perfil es un resultado esencialmente esquemático. La razón de

por qué hay menos datos al norte es el difícil acceso que se tuvo en terreno a dichos

puntos.

4.2 Limitaciones

En particular, para la realización del mapeo geológico se tomaron en consideración solo los

datos recogidos en terreno, es decir, los contactos y unidades determinados durante este,

por tanto puede tener diferencias con otros trabajos que hayan determinado una mayor

cantidad de unidades (e. g. Giambiagi, 2003, Bustamante et al., 2010). Además, la

continuidad en la delimitación de las unidades fue realizada en base a criterios meramente

de fotointerpretación sin considerar los límites tomados en otros trabajos.

En cuanto al mapeo de glaciares, éste fue realizado bajo dos criterios: fotointerpretación y

base de datos de la DGA, por tanto es posible que sus dimensiones no correspondan

exactamente a las actuales, dependiendo de la antigüedad de los datos.

Una de las principales limitaciones de este estudio es no conocer los espesores reales de

las unidades, por lo que no es posible determinar los despegues con un alto nivel de

certeza. También existen estructuras internas en las unidades que repiten las secuencias,

aumentando considerablemente sus espesores visibles, dificultando la estimación de los

valores reales. Particularmente, se observa que la Fm. Lo Valdés presenta un espesor

altamente variable a lo largo del perfil.

Los cambios de espesor a lo largo del perfil representan el mayor problema para explicar la

evolución cinemática de la deformación en la zona de estudio. Lo anterior ha llevado a

69

pensar que existió una estructura de extensión dominante previa a la deformación

compresiva.

La falta de información sobre la geología de subsuperficie representa el límite principal para

el modelo, ya que este se encuentra acotado únicamente por la geología de superficie. Es

necesario mencionar también que los datos duros de geología de superficie están limitados

por la accesibilidad a ciertas locaciones en la zona de estudio, pues existen lugares

inaccesibles dadas las características de alta montaña y la logística necesaria, y por tanto

no fue posible obtener datos in situ de éstos. Además, la carencia de información hacia el

este de la frontera también representa una complicación para plantear un modelo de

deformación de gran escala.

4.3 Unidades

4.3.1 Formación Río Colina

La Formación Río Colina presenta gran similitud con lo descrito en trabajos previos. Dentro

de las diferencias encontradas, se destaca que Álvarez et al. (1997) la describen

sobreyacente en contacto concordante con la Formación Nieves Negras descrita por ellos,

mientras que para este trabajo esta última formación no fue descrita ni diferenciada de la

Formación Río Colina. Una posible forma de separar la Formación Nieves Negras de la

Formación Río Colina sería el análisis en detalle de la fauna fósil. Sin embargo, la falta de

precisión para la descripción y caracterización de los restos fósiles no permitió dar edades

más exactas para los especímenes. En este sentido, queda pendiente un estudio más

detallado de la Formación Río Colina, para lograr una separación con la Formación Nieves

Negras.

Otra característica que varía con respecto a Thiele (1980) es que este último describe

intercalaciones de lavas andesíticas en la secuencia, mientras que estas no se observaron

en las zonas estudiadas. Por último, respecto a ambos trabajos, Thiele (1980) estima un

espesor visible de no más de 800 m, mientras que en el presente se estima un espesor total

de al menos 1500 m para esta secuencia, esto último estimando la potencia a partir de los

manteos y del mapeo propuesto. Una explicación para esta discrepancia estaría asociada,

nuevamente, a la inclusión de la Formación Nieves Negras en esta formación.

4.3.2 Formación Río Damas

La Fm. Río Damas puede ser diferenciada de las demás por la ausencia de restos fósiles

marinos y su color rojizo característico, razones por las cuales se infiere que su deposición

está asociada a un ambiente continental subaéreo, como se mencionó en la descripción de

la formación. La cantidad de diques y filones intruyendo esta formación es mucho menor a

la cantidad observada en Formación Colimapu, por lo que éste es un criterio que permite

diferenciarlas. Sin embargo, no se lograron diferenciar las composiciones de estos

hipabisales en ambas formaciones. La Formación Río Damas concuerda con la definición

de Bustamante et al. (2010) en términos de litología y relaciones de contacto; sin embargo,

en la Hoja de Santiago el conjunto tiene una potencia aproximada de 3000 m y en terreno

70

fueron observados aproximadamente 900 m, por lo que es necesario un estudio más

detallado de la extensión de esta formación en la zona de estudio y en zonas aledañas.

El feldespato detrítico encontrado en esta formación puede ser un indicador de actividad

tectónica, dado que solo puede ser preservado cuando la meteorización es lenta, la tasa de

erosión es rápida y la sedimentación es alta.

El contacto inferior de la Formación Río Damas con la Formación Río Colina es destacado

por los niveles de yeso oxfordiano, lo que evidencia la somerización de la cuenca, asociado

a una regresión sostenida. Esta somerización estaría asociada más a un cambio en el nivel

eustático y en la tasa de sedimentación, más que un cambio tectónico en la cuenca a nivel

regional (Vicente, 2006). Se propone en la literatura un ciclo de transgresión-regresión para

las formaciones Río Colina y Río Damas. La edad de deposición de Río Damas coincidiría

con la transición entre las subetapas I y II del Ciclo Andino I (Charrier, 2007), asociado en

este caso a una regresión por relleno de cuenca y disminución del nivel eustático.

Finalmente, el yeso tiene una importancia aparte de ser un indicador de edad y de cambio

de ciclos, dado que sirve como un nivel de despegue para las estructuras de gran escala

que afectarán posteriormente a estas formaciones.

4.3.3 Formación Lo Valdés

Al comparar esta unidad con las definiciones de González (1963) y Bustamante et al.

(2010), existe concordancia en la variedad litológica, incluyendo las lavas andesíticas, que

sólo fueron encontradas en el sector central del área de estudio, y los depósitos

evaporíticos, correspondientes a niveles de yeso. Cabe destacar que al tener una litología

muy variada y debido a la escasez de marcadores estratigráficos, fue complejo reconocer si

existían o no repeticiones en las secuencias observadas. No obstante, el estudio en detalle

de la columna estratigráfica de la unidad, como por ejemplo el aumento de calizas hacia la

parte superior, sirvió como evidencia para hablar de heterogeneidad y asimetría en el

ambiente de depositación. Esta misma asimetría concuerda con el modelo planteado de una

cuenca asimétrica controlada por la Falla Vacas Muertas durante la depositación de Lo

Valdés.

La Fm. Lo Valdés y la Fm. Río Colina presentan litologías similares, tales como lutitas

intercaladas con areniscas y calizas, en el sector de las Termas del Plomo y al sur del

Antinclinal de Yeguas Muertas, respectivamente. Para diferenciar estas zonas se utilizó el

fósil Macrocephalites sp., de edad bathoniana-caloviana, presente al sur del anticlinal, que

da una época Jurásico Medio a Superior y que, por ende, asigna estos estratos a la Fm. Río

Colina, según fue definida en este trabajo, por lo que se descarta que pertenezcan a la

Formación Lo Valdés.

Esta formación representa el trasarco en la segunda sub-etapa del ciclo Andino II. Las

andesitas descritas en su base corresponden a actividad del arco al principio de esta sub-

etapa, y luego se empiezan a observar las facies de ambientes marinos someros y

profundos, mencionadas en la estratigrafía.

71

4.3.4 Formación Colimapu

La Fm. Colimapu se diferencia del resto de las unidades por presentar un enjambre de

diques y filones de composición intermedia que intruyen las areniscas rojas, generando

metamorfismo de contacto. Para discriminar Colimapu de Río Damas se utilizó la presencia

de clastos de calizas y areniscas fosilíferas pertenecientes a la Formación Lo Valdés dentro

de las rocas sedimentarias de la Fm. Colimapu.

Comparando con definiciones anteriores de la formación, existe congruencia tanto en el

origen continental de ésta, las diferentes litologías, la disposición preferentemente norte de

los afloramientos así como también en la relación aparentemente concordante con la

Formación Abanico. Una diferencia con respecto a la definición de Klohn (1960) es el

contacto transicional con los estratos de la Fm. Lo Valdés, lo cual no fue observado en el

sector estudiado.

La presencia de clastos con proveniencia de Lo Valdés sugieren un alzamiento tectónico o

una variación eustática para que esta formación pueda ser erosionada. Por su parte, las

intrusiones de Colimapu sugieren un incremento en la actividad magmática. Esto puede

asociarse al inicio de la Fase Peruana (Charrier et al, 2007), caracterizada por una inversión

tectónica que habría propiciado el aporte sedimentario por la exposición de Lo Valdés y

generado un ambiente magmáticamente activo.

4.3.5 Formación Abanico

De la Formación Abanico solo fue posible observar la sucesión de coladas de lavas

andesíticas, sin poder encontrar registros de sus componentes volcanoclásticos o

sedimentarios (Moreno et al., 1991) durante el desarrollo de este trabajo. Existe un hiato

temporal entre la Formación Colimapu y la Formación Abanico, incluyendo períodos de

deformación importantes descritos en la bibliografía, como la Fase Peruana o la Fase K-T

(Charrier et al., 2007). En este sentido, se habla de un contacto paraconcordante, no

obstante, no se puede definir con completa certeza la naturaleza del contacto debido a que

se observaron manteos aparentes. Así, la falta de depósitos entre la Fm. Abanico y la Fm.

Colimapu se puede asociar a un período de alta erosión que eliminó ese registro, o bien

ausencia de deposición, procesos relacionados con las fases compresivas anteriormente

nombradas.

4.3.6 Unidades Intrusivas

Los intrusivos observados y descritos en la zona, de acuerdo a la bibliografía, pertenecen a

la Franja Miocénica de intrusivos que afloran en la Cordillera Principal de Chile Central

(Jerez, 2007). Esta franja se subdivide internamente de acuerdo a la edad de los cuerpos

plutónicos que la componen en base a dataciones radiométricas realizadas por diversos

autores, además de características litológicas en común para los intrusivos de cada

subgrupo. De este modo, a las grandes unidades intrusivas observadas en terreno se les

asignó su pertenencia al subgrupo de Intrusivos del Mioceno Superior, cuyas edades varían

entre 13 y 8 Ma. Se realizó esta asignación en base a la ubicación de los intrusivos

estudiados en terreno y su litología, caracterizada principalmente por granodioritas,

72

monzonitas cuarcíferas y monzogranitos (Thiele, 1980; Cornejo y Mahood, 1997; Kurtz et

al., 1997). Para obtener una clasificación más precisa sería necesario realizar dataciones

radiométricas en los intrusivos observados.

4.4 Modelo Evolutivo

Para la elaboración del modelo estructural para la zona de estudio, se realizaron los perfiles

de la Figura 3.2.4.1-A y Figura 3.2.4.2-A, con los que se estableció una cronología de

deformación. A continuación se detalla cronológicamente el modelo de evolución tectónica

del área de estudio separado por períodos. La figura completa se adjunta en el Anexo 7.4.

4.4.1 Evolución tectónica de la zona

4.4.1.1 Triásico Tardío - Jurásico Temprano

La zona central de Chile fue sometida a procesos tectónicos extensionales, desarrollando

cuencas de orientación NNW-SSE, debido a la orientación de las estructuras pre-Triásicas

sobre las que se emplazaron los sistemas de rift. Por esta razón, la depositación se vio

controlada principalmente por el tectonismo del período.

La cuenca de Neuquén, ubicada entre los 35°-39°S (Figura 4.4.1.1-A), corresponde al

sistema de rift de mayor envergadura en la zona central, el que habría comenzado en el

Triásico tardío, bajo el supuesto de que no se ha perdido evidencia en el sector.

Corresponde a una cuenca de retroarco extensional, donde las formaciones depositadas

varían en su espesor.

Figura 4.4.1.1-A - Sistema syn-rift Triásico-Jurásico, entre los 31°30’ y 38°30’S. Se observa los

depocentros de Yeguas Muertas, Nieves Negras, Alvarado y Río Atuel – La Valenciana; de la Cuenca

de Neuqúen (Tomada de Giambiagi 2003, Modificada de Alvarez y Ramos, 1999).

73

4.4.1.2 Jurásico temprano - Jurásico Medio

En este lapso, se da inicio a la etapa post rift en el Bajociano (Giambiagi, 2003). Se

desarrolla una subsidencia termal regional (Figura 4.4.1.2-A), por lo que la cuenca de

Neuquén también se ve afectada, donde continúa la deposición caracterizada por lutitas

negras, que según Álvarez (1997) corresponden a la Formación Nieves Negras (en este

trabajo, parte de la Formación Río Colina), la cual se habría depositado principalmente

sobre hemigrabenes, debido a la asimetría del rift formado en el período anterior.

Durante el Caloviano medio y superior, un rápido descenso del nivel del mar produjo que la

cuenca se secara completamente (Giambiagi, 2003), generando fases continentales y

evaporíticas, estas últimas presentes en potentes capas de yeso, de edad oxfordiana, en el

techo de la Formación Río Colina.

Figura 4.4.1.2-A - Subsidencia termal. Depositación de la Formación Río Colina (celeste) en la

cuenca de Neuquén, controlada por estructuras de orientación NNW heredadas. Posterior

formación de capa de Yeso (naranjo) debido a un rápido descenso en el nivel del Mar (ciclo

regresión-transgresión).

4.4.1.3 Jurásico Tardío

Un nuevo período de deposición synrift controlado por la subducción en la parte occidental

de Sudamérica y la apertura del océano Atlántico se desarrolla en el Jurásico tardío (Figura

4.4.1.3-A). La zona este se caracteriza por los depósitos continentales de areniscas y

conglomerados rojos de la Formación Río Damas, correlacionada con la Formación Tardillo

en Argentina. La extensión se produjo en dirección este-oeste, desarrollando una serie de

estructuras con orientación N-S, que se ubican hacia el oeste de las estructuras formadas

previamente (Giambiagi, 2003).

Figura 4.4.1.3-A - Etapa synrift con extensión E-W controlada por la subducción en el margen

occidental de Sudamérica. Se deposita la formación Río Damas (azul).

74

4.4.1.4 Jurásico Tardío - Cretácico Temprano

En esta etapa de post-rift, un proceso de subsidencia termal se desarrolló durante el

Titoniano temprano - Neocomiano, reflejado en la atenuación de la corteza hacia el norte

(Giambiagi, 2003). A raíz de esto, al interior de la cuenca comienza la deposición de la

Formación Lo Valdés (ver Figura 4.4.1.4-A).

Figura 4.4.1.4-A - Etapa post-rift. Depositación de la Formación Lo Valdés (verde claro) y Colimapu

(verde oscuro) producto de un nuevo evento de subsidencia termal.

4.4.1.5 Cretácico Temprano - Tardío

Esta época marca el fin del régimen extensional de las cuencas marinas de intra-arco y de

retro-arco, y el inicio de la tectónica compresiva de la Fase Peruana hacia fines del

Cretácico Superior (Mpodozis y Ramos, 1989). Se originan depósitos continentales y

volcánicos correspondientes a la Formación Colimapu durante el Cretácico temprano

(Figura 4.4.1.4-A).

4.4.1.6 Eoceno Medio

Existe un vacío en el registro litológico para la zona de estudio, desde el Cretácico Superior

hasta el Eoceno Medio. En este último, se produce una exhumación general de las rocas

cretácicas (Figura 4.4.1.6-A) y hacia el oeste la depositación se ve controlada por una serie

de fallas normales, incluyendo la Falla El Diablo, límite oriental de este nuevo depocentro

(Fock, 2005).

75

Figura 4.4.1.6-A - Exhumación de rocas cretácicas. Comienza a conformarse la cuenca donde se

depositará la Formación Abanico, controlada hacia el este por la Falla El Diablo. Estructuras

controladoras de orientación N-S.

4.4.1.7 Eoceno Superior - Oligoceno

Se deposita la Formación Abanico dentro de una cuenca de intra-arco. Existe una

importante actividad magmática básica y, según datos de Muñoz (2005), el arco magmático

es bastante ancho. Se asocia un periodo de subsidencia regional (ver Figuras 4.4.1.7-A y

4.4.1.7-B) por adelgazamiento cortical (Fock, 2005).

Figura 4.4.1.7-A - Modelo de evolución paleogeográfica en el Eoceno-Oligoceno entre los 33º y 34º

S (Tomada de Fock, 2005).

Figura 4.4.1.7-B - Periodo de subsidencia regional. Se deposita la formación Abanico (amarillo).

76

4.4.1.8 Oligoceno Superior - Mioceno

En este período se inicia la inversión de la cuenca donde se depositó la Formación Abanico

(Figuras 4.4.1.8-A y 4.4.1.8-B) y se deposita el miembro inferior de la Formación Farellones,

la cual no está presente en el área de estudio. Disminuye la intensidad del volcanismo, se

produce engrosamiento cortical, reflejado en la afinidad progresivamente más calcoalcalina

de los magmas y se emplazan los intrusivos Miocenos (Fock, 2005). El acortamiento es

acomodado por pliegues en los bordes de la cuenca (Fock, 2005).

Figura 4.4.1.8-A - Modelo de evolución paleogeográfica en el Oligoceno-Mioceno entre los 33º y 34º

S (Tomada de Fock, 2005).

Figura 4.4.1.8-B - Inversión tectónica. En el borde de la cuenca se generan pliegues que acomodan

la deformación.

4.4.1.9 Mioceno Inferior - Mioceno medio

La inversión de la cuenca continúa (Figura 4.4.1.9-A), la deformación migra hacia el este y

se concentra en el límite oriental, lo que se ve reflejado en depósitos syn-orogénicos y syn-

tectónicos, prosigue el engrosamiento cortical y el arco se traslada hacia el este (Fock

2005).

Figura 4.4.1.9-A – Continuación de la inversión de la cuenca. Deformación se concentra en el borde

oriental.

W E

77

4.4.1.10 Mioceno Superior - Holoceno

La deformación se concentra en el límite oriental de anterior la cuenca de intra-arco (Figura

4.4.1.10-A), que corresponde a la Falla El Diablo, y en la Faja Plegada y Corrida del

Aconcagua, a través de la reactivación de fallas, retrocorrimientos y fallas fuera de

secuencia. El arco continúa su migración al este, se emplazan intrusivos en el Mioceno

Superior temprano y se produce el principal evento de alzamiento y exhumación (Fock,

2005).

Figura 4.4.1.10-A - Deformación se concentra en el E, y se desarrolla la Faja Plegada y Corrida del

Aconcagua (FPCA).

4.4.2 Discusiones e Interpretaciones

4.4.2.1 Retrocorrimiento en Falla El Diablo

Existe una estructura de falla, de vergencia oeste, que se puede apreciar al norte por el

estero de La Casa de Piedra y al sur del embalse El Yeso. Se interpretó esta estructura de

segundo orden como un retrocorrimiento de la falla de primer orden El Diablo, debido a su

cercanía geográfica y la elevación topográfica marcada entre ambas fallas, además de

considerar que el supuesto retrocorrimiento es posterior a la Falla El Diablo, esto en base a

la abundancia de conos de deyección a lo largo de su traza, a diferencia de lo que ocurre en

la Falla El Diablo.

4.4.2.2 Anticlinal Yeguas Muertas

Acorde a su geometría, se ha interpretado como un pliegue producto de un mecanismo de

propagación de falla, con un leve basculamiento que habría rotado el plano axial al W de su

posición original, probablemente debido a distintas estructuras que habrían acomodado

deformación posterior, lo que pudo evidenciarse en una serie de estructuras internas

observadas en terreno, como un conjunto de pliegues internos de segundo orden. Se

propone que la falla que da origen a este pliegue corresponde a una estructura heredada de

las cuencas triásicas, debido a su marcada orientación NNW.

W E

78

4.4.2.3 Falla El Yeso

Se ha interpretado como un retrocorrimiento de una estructura de primer orden de vergencia

este que provoca el alzamiento de la Formación Río Damas sobre Lo Valdés (Figura

3.2.3.1-A), provocando una repetición de la secuencia estratigráfica. Como alternativa a

esta teoría, la Falla El Yeso puede corresponder a una estructura heredada de las cuencas

triásicas, pero parece poco probable dada su orientación N-S.

4.4.2.4 Anticlinal del Pirámide

Se observó que la geometría del pliegue, de flancos casi simétricos y charnela pronunciada,

se podría explicar con un modelo de pliegue por propagación de falla, por lo que fue

interpretado como tal, aunque se propone realizar mayores estudios en la zona para

caracterizar de mejor manera su geometría y estructuras asociadas.

4.4.2.5 Nivel de despegue

Debido a la sistemática aparición de niveles de yeso altamente deformados asociados a las

fallas que conforman pliegues por flexura, se ha interpretado que estos niveles, ubicados en

el techo de la Formación Río Colina, corresponden al principal nivel de despegue,

permitiendo el desarrollo de este tipo de estructuras y el acomodo de la deformación. La

existencia del yeso es un control de primer orden de los procesos de deformación ocurridos

en la zona, propiciando de este modo la formación de la Faja Plegada y Corrida del

Aconcagua.

4.4.2.6 Hiato estratigráfico

En la zona de estudio existe un vacío en el registro estratigráfico, comprendido entre fines

del Cretácico Inferior hasta el Eoceno Medio. Este período está caracterizado por la

ocurrencia de dos importantes fases compresivas: la Fase K-T (Cretácico – Terciario) y la

Fase Incaica (Eoceno Medio), de las cuales no se observó un registro claro. Esto puede

deberse principalmente a las altas tasas de exhumación y erosión asociadas a estos

eventos, lo que se tradujo en la falta de depósitos de aquella época, dejando en contacto

discordante (Zapatta, 1995; Charrier et al. 1996, 2002a; Gana y Wall, 1997; Piquer, 2004;

Fock, 2005) rocas cretácicas (Colimapu) con rocas del Eoceno – Oligoceno (Abanico).

4.4.2.7 Porcentaje de acortamiento

Debido a la escasez de datos estructurales y estratigráficos que permitieran construir una

sección balanceada, no fue posible realizar un cálculo del porcentaje de acortamiento

asociado a los procesos de deformación en el área de estudio, dato que tampoco fue

posible encontrar en la bibliografía consultada para la realización de este trabajo.

79

4.5 Evolución Geomorfológica

El proceso de evolución geomorfológica para llegar a la morfología actual de la zona puede

ser descrito en términos de la relación entre los procesos tectónicos, de erosión y

generación de depósitos a lo largo del tiempo. La fase compresiva en la que se encuentra

actualmente la Cordillera de los Andes ha creado el perfil topográfico actual, generando una

cadena montañosa con dirección norte sur, determinando la dirección de drenaje fluvial

desde el este hacia el oeste para el lado chileno, debido al gradiente de elevación mayor en

el sector este de la cordillera.

Durante el Cuaternario, los procesos de erosión y deposición observados en el área de

estudio responden a la acción tanto del clima como de la tectónica. El clima generado por

las grandes altitudes en la cordillera se caracteriza por ser frío en una región semiárida,

asociada a montañas de gran elevación, características de la acción de un ambiente gélido,

que se evidencia por las distintas morfologías típicas de procesos glaciales, tales como las

morrenas, valles glaciales y presencia de glaciares de rocas y glaciares blancos en el área

de estudio.

En un principio, la gran era glacial (Würm) generó grandes masas de hielo en zonas

cordilleranas, masas que se mueven por los valles en relación a las condiciones climáticas

existentes durante el Cuaternario. En estudios anteriores (Grootes y Stuiver, 1997) es

posible visualizar al menos dos grandes fases frías, en las cuales las masas de hielo

avanzan por los valles, y dos cálidas, en donde el deshielo y el retroceso de los glaciares es

clave. Esto queda expresado en valles de tipo U con orientaciones principalmente NS que

confluyen a un gran valle de orientación EW, el que posteriormente conformará el valle del

río Yeso.

Debido al deshielo de estas grandes masas, el agua comienza a fluir tanto superficial como

subterráneamente, lo que genera la hoya hidrográfica que posteriormente construirá el

sistema fluvial asociado al río Yeso y sus tributarios. Los cambios climáticos posteriores son

los responsables de las alzas o descensos en los niveles de agua de los cauces, lo cual se

verá reflejado en al menos tres niveles de terrazas fluviales. (Ver Figura 3.3.2.1-B). El agua

que forma parte del acuífero será la responsable de generar zonas en donde es factible la

aparición de vegetación en terrazas y abanicos, y también alimentar quebradas aguas

abajo.

Paralelamente, el deshielo de estas grandes masas generó inestabilidades por

descompresiones súbitas en las rocas circundantes, e incluso sismos superficiales, los que

produjeron depósitos de remociones en masa con morfologías tipo hummock, muy

frecuentes en zonas de alta montaña. Por otro lado, la acción de la tectónica en la

geomorfología se aprecia claramente en la quebrada delimitada por las Fallas

Retrocorrimiento El Diablo – El Diablo y en el valle del glaciar Pirámide, donde se observa

que los depósitos cuaternarios consisten en depósitos coluviales y aluviales. Se plantea en

este trabajo que la formación de dichos depósitos se ve favorecida por la actividad de las

Fallas Retrocorrimiento El Diablo - El Diablo para el caso de la quebrada del cerro

Panimávida y de las Fallas El Yeso - Pirámide para el valle del glaciar Pirámide, acción que

sería la responsable de generar la cobertura de sedimentos del glaciar Pirámide,

transformándolo así en un glaciar cubierto y favoreciendo su preservación. Lo expuesto

80

anteriormente, genera un criterio para distinguir las fallas con actividad reciente, siendo, de

esta forma, las Fallas Retrocorrimiento El Diablo, El Diablo, El Yeso y Pirámide, las que

presentan actividad en el Cuaternario.

El aumento en el nivel freático o la cantidad de agua superficial juega un papel fundamental

en el nivel de saturación del suelo, lo que a su vez es un factor importante en flujos de

detritos, deslizamientos rotacionales de suelo y reptaciones, los cuales fueron observados

en distintas locaciones en la zona de estudio. El clima existente en el sector y las

condiciones de alta montaña promueven la formación de deslizamientos traslacionales y

caídas de rocas en las laderas rocosas, los que irán conformando el diverso e imponente

paisaje cordillerano existente.

Es importante mencionar que la información recopilada en terreno y a través de imágenes

satelitales coincide en su mayoría con los estudios anteriores de la zona (por ejemplo, Chiu,

1991). De manera adicional se agregaron depósitos recientes como abanicos y remociones,

y se pudieron evidenciar cambios mínimos en los caudales de los ríos y la actual planicie de

inundación del río Yeso.

4.6 Geología Económica

El yeso, dada su abundancia y fácil explotación, se reconoce como uno de los recursos

principales de la zona. Sin embargo, dado que su génesis y control estructural son

conocidos, no se considera necesario levantar nueva información geológica para

exploración.

En la Formación Colimapu podrían existir depósitos del tipo pórfido Cu-Au en profundidad,

depósitos exóticos o un sistema estratoligado asociado a los sills; por lo que representa un

potencial blanco de exploración a futuro. Tanto en la Formación Río Colina como en Lo

Valdés, que presentan litologías carbonatadas cortadas por intrusivos, pueden alojar

asociaciones de tipo skarn de Cu o Fe. En el Cajón del Bello no fue posible encontrar la

fuente de los rodados y se presume la existencia de intrusivos cubiertos asociados al skarn.

Los levantamientos en los alrededores de los distritos mineros del Mioceno-Plioceno en

Chile Central muestran que los principales centros de mineralización y alteración

hidrotermal se orientan según patrones estructurales NW-WNW, rasgos estructurales que

se postula son heredados de ciclos geológicos antiguos y obliterados durante el régimen

tectónico del Ciclo Andino (Rivera & Yáñez, 2007, 2009), los cuales podrían encontrarse

cubiertos en el sector del estudio, pero que podrían tener eventualmente expresión en

superficie; por ejemplo, el anticlinal de Yeguas Muertas presenta una orientación NW (ver

Mapa 1:25000 adjunto en Anexo 7.5). La presencia de estos patrones estructurales se

podría considerar un factor de primer orden para una potencial campaña de exploración.

Dado que esta zona es la principal fuente hídrica de la Región Metropolitana, se considera

delicado generar proyectos mineros a gran escala en el sector, pues el impacto podría

afectar no solo a los glaciares, flora y fauna locales, sino también la disponibilidad y calidad

de los recursos hídricos de la capital.

81

4.7 Avances respecto a trabajos previos

Distintos autores (Thiele (1980), Armijo et al. (2010), Farías et al. (2010), Giambiagi et al.

(2001,2003, 2014) han realizado estudios del frente cordillerano, de la Cordillera Principal,

Cordillera Frontal y Precordillera hacia Argentina.

Dos grandes modelos se han propuesto para el desarrollo de la Cordillera de los Andes. El

primero de ellos es el clásico modelo del alzamiento andino, donde las estructuras

principales se manifiestan como estructuras inversas de alto ángulo vergentes al este con

retrocorrimientos asociados (Ramos 1988; Fock 2005; Farías et al., 2010; Giambiagi 2001,

2003, 2014). Por otro lado, Armijo et al. (2010) proponen un modelo distinto para el

alzamiento del bloque andino, donde las estructuras principales tendrían una vergencia

opuesta con retrocorrimientos asociados, de igual manera cómo ocurre en los Himalayas.

Este trabajo propone que los modelos clásicos no son consistentes mecánicamente, pues

no existiría nada al oeste de la cordillera capaz de generar la energía suficiente para alzar la

cordillera y generar las estructuras vergentes al este, siendo de esta manera la Cordillera

Frontal el único soporte posible para generar la energía suficiente y un efecto de bulldozer

capaz de alzar la Cordillera Principal y el acortamiento registrado (Figura 4.5-B).

El presente trabajo muestra sin duda una porción pequeña de la Cordillera de los Andes,

asumiendo de esta manera las limitantes propias de la escala del estudio. Sin embargo,

pese a lo anterior, las evidencias e interpretaciones obtenidas sugieren un modelo similar al

clásico. Dos características de la zona soportan esta idea: por un lado, la zona comprende

parte del borde oriental de las cuencas jurásicas (Figura 4.5-A), siendo las estructuras

normales que mantean al oeste un factor de primer orden que controlaría la inversión

durante el Cenozoico. De esta manera las principales estructuras inversas estarían

fuertemente subordinadas a la reactivación de estructuras previas, que en su mayoría

mantean al oeste, siendo éste el mecanismo más sencillo y de menor energía para

propagar la deformación. Una segunda característica vendría a ser el nivel de yeso, que

representaría niveles ideales para generar despegues, permitiendo de esta manera la

generación de retrocorrimientos a partir de los niveles de yeso y/o crecimiento de las

estructuras invertidas.

Finalmente, el estudio realizado no presenta las suficientes evidencias para concluir un

modelo completo del alzamiento andino, sin embargo, detalla y profundiza en la

deformación en el bloque oriental de Cordillera Principal, proponiendo un modelo de

deformación de escama delgada con estructuras principales de vergencia este y

retrocorrimientos asociados, con un nivel de yeso que facilitaría la formación y propagación

de estas estructuras.

82

Figura 4.5-A - Modelo de evolución de la transecta 33° 40’S. del Cretácico Tardío al Mioceno

Temprano. Modificado de Giambiagi et al., 2014.

Por otro lado, el aporte más significativo desarrollado durante este trabajo se refiere a la

bioestratigrafía, donde el espécimen de ammonites encontrado en la Formación Río Colina

correspondiente al género Araucanites sp., de edad oxfordiana, no había sido anteriormente

documentado en dicha formación. El espécimen ha sido incorporado a una colección

paleontológica para la realización de una investigación más acabada por un grupo de

expertos, dado su valor tanto paleobiológico como bioestratigráfico.

Figura 4.5-B – Sección geológica simplificada a lo largo del margen de placas Sudamericana/Nazca

y de los Andes a la latitud de Santiago. Armijo et al. (2010).

83

5 Conclusiones

Las rocas que afloran en el borde oriental de la Cordillera Principal resumen la historia de la

evolución andina en los últimos 160 Ma, desde la formación de las cuencas de trasarco en

el Jurásico, hasta los últimos eventos de alzamiento del Orógeno Andino y la final

construcción de la Cordillera Principal. Dentro de las formaciones descritas en este trabajo

se observan cambios litológicos que se pueden asociar a diferentes ambientes

sedimentarios y dos episodios principales de transgresión-regresión, el primero de ellos

conformado por las Fms. Río Colina y Río Damas, y el segundo por las Fms. Lo Valdés y

Colimapu. Las formaciones observadas coinciden con el desarrollo de la etapa I del Ciclo

Andino, a excepción de la Fm. Abanico, asociada a una etapa posterior.

El primer evento registrado data del Jurásico Temprano al Jurásico medio, donde en el

margen occidental de Gondwana se habrían formado cuencas de trasarco a lo largo del

margen. A la latitud de Santiago, se habría formado la cuenca de Neuquén, con una

orientación NNW-SSE. Durante este período de extensión se depositan las lutitas negras de

la Formación Río Colina (Formación Nieves Negras). Luego, durante el Caloviano Medio y

Superior, un descenso del nivel del mar habría generado el vaciamiento de la cuenca,

generando las fases continentales y evaporíticas del techo de la Formación Río Colina.

Posteriormente, en el Jurásico Tardío, se habría desarrollado un nuevo período de

deposición synrift en donde se deposita la Formación Río Damas. La extensión se produjo

con orientación EW, desarrollando así estructuras con orientación NS. Durante fines del

Jurásico y el Cretácico temprano, tras la deposición de la Formación Río Damas, se habría

depositado en la fase final de extensión la Formación Lo Valdés (post-rift) asociado a una

subsidencia termal.

El régimen extensivo finaliza en el Cretácico temprano a tardío con el inicio de la Fase

Peruana, asociada a un régimen compresivo. Durante el Cretácico temprano se depositan

las fases continentales y volcánicas de la Formación Colimapu. Entre el Cretácico temprano

y el Eoceno Medio existe un vacío del registro estratigráfico producto del alzamiento

ocurrido durante este intervalo de tiempo, generando exhumación y erosión de las rocas

más antiguas y ausencia de deposición.

Entre el Eoceno Superior y el Oligoceno se desarrolla una cuenca de intra-arco producto de

una subsidencia regional, asociada a una importante actividad magmática, donde se

deposita la Formación Abanico. Luego, durante el Oligoceno Superior y Mioceno se inicia la

inversión tectónica de la cuenca de Abanico, sumado a una disminución del volcanismo y

engrosamiento cortical. Durante el Mioceno se emplazan los intrusivos pertenecientes a la

Franja Intrusiva Miocénica que aflora en la Cordillera Principal de Chile Central, con edades

que varían entre 13 y 8 Ma.

Desde el Mioceno Inferior hasta Mioceno Medio continúa la inversión de la cuenca, junto a

una migración de la deformación hacia el este, concentrándose en el borde oriental de la

cuenca de Abanico. El arco continúa su migración al este, se emplazan intrusivos en el

Mioceno Superior Temprano y se produce el principal evento de alzamiento y exhumación.

84

El nivel de despegue de las distintas fallas y pliegues asociados a la FPCA se encuentra en

nivel de yeso correspondiente al techo de la Formación Río Colina.

El régimen compresivo, el cual impera actualmente en la Cordillera de los Andes, ha sido el

responsable del actual relieve, generando una cadena montañosa de orientación N-S,

determinando la dirección de drenaje fluvial desde el este hacia el oeste. En la zona de

estudio, éste registra una fuerte influencia geomorfológica, siendo objeto de una intensa

acción glacial, con la presencia de sistemas fluviales superpuestos. El efecto de la tectónica

en la geomorfología se aprecia claramente en la formación de depósitos cuaternarios

coluviales y aluviales, la cual se ve favorecida por la actividad reciente de fallas como

Retrocorrimiento El Diablo - El Diablo y El Yeso - Pirámide. En cuanto a las remociones en

masa, el clima existente en el sector y las condiciones de alta montaña promueven la

formación de deslizamientos traslacionales y caídas de rocas en las laderas rocosas, los

que irán conformando el diverso e imponente paisaje cordillerano existente.

El yeso, dada su abundancia y fácil explotación, se reconoce como uno de los recursos

principales de la zona. Además, en la Formación Colimapu podrían existir depósitos del tipo

pórfido Cu-Au en profundidad, exóticos o un sistema estratoligado asociado a los sills. Tanto

en las Formaciones Río Colina como en Lo Valdés, que presentan litologías carbonatadas

cortadas por intrusivos, pueden alojar asociaciones de tipo skarn de Cu o Fe.

El modelo planteado en este trabajo explica de buena manera la geometría, estructuras y la

disposición de los estratos observadas en superficie, acomodándose además al contexto

regional. Por otra parte, constituye un aporte para la modelación del Antinclinal de Yeguas

Muertas, tema no ampliamente estudiado.

Los puntos que aún causan controversia y que podrían ser detallados en trabajos futuros en

la zona son el estudio en detalle de las Fms. Nieves Negras y Río Colina, con el fin de

determinar las diferencias entre ambas y discriminar un contacto claro, lo cual no fue

logrado en este trabajo. Adicionalmente, se requiere determinar con precisión los espesores

de las distintas formaciones para poder de ese modo estimar el acortamiento producido

durante la compresión a través de una restauración estructural balanceada.

Las limitaciones dadas por la escala del estudio, no permiten extender el análisis más allá

de de un modelo detallado local. Por esto, resulta necesario complementar con estudios en

sectores aledaños, con el fin de integrar y extender los modelos a escala regional.

Finalmente, un aporte significativo al enfoque de este trabajo, sería realizar estudios

geofísicos de la corteza en profundidad, con el fin de observar el comportamiento de las

distintas estructuras.

85

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88

7 Anexos

7.1 Tabla de ubicación y descripción de muestras

Ubicación (E-N) Unidad Fotografía Descripción

414836 6276866 Fm. Río

Colina

Arenisca calcárea

gris de grano

fino,buena

selección,presenta

restos fósiles de

Macrocephalites de

6 cm de diámetro.

414836 6276866 Fm. Río

Colina

Limolita calcárea

color gris

oscuro,presenta

moldes fósiles y

fisibilidad.

415048 6276550

Fm. Río

Colina

(Nieves

Negras)

Caliza gris oscuro de

grano fino, de forma

elipsoidal

encontrada

formando boudinage

entre capas de

areniscas de grano

medio.

409048 6279889 Fm. Río

Colina

Paraconglomerado

de matriz de arena

media color rojizo.

Polimíctica, mala

selección, con

clastos

subredondeados de

origen volcánico

(andesitas de

distintos colores) de

0,3 a 10 cm.

413440 6276381 Fm. Rio

Colina

Lutita negra masiva,

con una capa de

limonita calcárea.

Presenta ondulitas

lingüiformes.

89

413463 6276386 Fm. Rio

Colina

Lutita negra con

laminación paralela.

Presenta una capa

de arenisca con

estratificación

cruzada y texturas

de flujo.

414206 6275484 Fm. Río

Colina

Limonita negra,

ausente de clivaje,

de grano muy fino.

414486 6274755 Fm. Río

Colina

Contacto entre yeso

blanco, cristalino y

exfoliado y lutita

negra de grano muy

fino con presencia

de clivaje.

411974 6278776 Fm. Río

Colina

Limolita negra de

grano fino, sin clivaje

preferente, con

vetillas finas de

yeso.

411829 6279041 Fm. Río

Colina

Arenisca gris de

grano fino, buena

selección, sin

estructuras

413585 6280430 Fm. Río

Colina

rumbo 30 O, manteo

43°O)Lutita negra,

grano muy fino

410612 6279012 Fm. Río

Damas

Arenisca verde de

grano medio, de

buena selección y

clasto soportado.

Tiene vetillas de

calcita de 1 mm de

espesor.

410658 6278949 Fm. Río

Damas

Arenisca verde de

grano medio,

polimíctica, buena

selección, matriz

calcárea.

90

414833 6280450 Fm. Río

Damas

Arenisca roja de

grano medio a fino,

matriz soportado.

Presenta

estratificación

planar, gradación

inversa (con clastos

polimícticos y

angulosos) y

superficie de erosión

en la base que la

pone en contacto

con areniscas finas.

413188 6279849 Fm. Río

Damas (?)

(rumbo N30E,

manteo 90) Arenisca

gris grano fino,

buena selección,

pátina de óxidos de

Cu.

413450 6280134

Fm. Río

Damas

(rumbo 000(NS),

manteo 40°E) Lutita

negra calcárea,

grano muy fino, sin

fósiles

410602 6279012 Fm. Río

Damas

Arenisca roja de

grano fino, buena

selección y matriz

calcárea. Reacciona

levemente con el

ácido.

414748 6274781 Fm. Lo

Valdés

Arenisca roja de

grano fino, buena

selección, posee un

molde de cefalopos

91

407752 6279721 Fm. Lo

Valdés

Arenisca calcárea

color rojizo de

textura clástica,

grano fino y de

regular selección.

Reacciona

intensamente con el

ácido. Tiene matriz

calcárea y fósiles de

bivalvos.

407849 6280775 Fm. Lo

Valdés

Caliza color verde

grisácea de textura

cristalina y grano

muy fino. Tiene

cristales de granate

menor a 1 mm y

reacciona

intensamente con el

ácido.

409697 6280775 Fm. Lo

Valdés

Caliza gris oscura de

textura cristalina y

grano fino.

Reacciona

intensamente con el

ácido y tiene

cristales de granate

menor a 1 mm.

410602 6279012 Fm. Lo

Valdés

Arenisca roja de

grano fino y buena

selección. Tiene

matriz calcárea y

reacciona levemente

con el ácido.

409706 6279880 Fm. Lo

Valdés

Lava andesítica gris

oscuro de textura

afanítica y grano

fino. Tiene

plagioclasas de 1 a 2

mm.

92

410350 6279344 Fm. Lo

Valdés

Lutita calcárea negra

de grano muy fino.

Tiene una vetilla de

calcita de 1 cm de

espesor.

414821 6281085 Fm.Lo

Valdés

Arenisca roja de

grano medio-fino,

polimíctica , mala

selección, clasto

soportado. Contiene

clastos de 1 cm de

lutita roja.

410594 6279124 Fm. Lo

Valdés

Lutita calcárea gris

de grano muy fino.

Presenta un fósil de

ammonite de 4 cm

de diámetro.

Presenta fisibilidad.

415636 6279927 Fm. Lo

Valdés

Fósiles de

ammonoideos sp.

414305 6285610 Fm. Lo

Valdés

Rodado de posible

skarn por

metamorfismo de

contacto en caliza.

Se reconoce

granate, piroxeno,

hematita y calcita

como mineralogía

secundaria.

Fm. Lo

Valdés

Lutita negra, de

buena selección y

matriz soportada.

Presenta cemento

carbonatico y fósiles

de amonites. Sin

estructuras

sedimentarias

observables.

404103 6280113 Fm. Arenisca roja de

93

Colimapu

grano fino, selección

regular y matriz

soportada, con

estratificación plana.

Posee clastos de

cuarzo y feldespato

sub-redondeados

(<1mm), matriz

parcialmente

recristalizada por

presencia de dique.

404005 6280473 Fm.

Colimapu

Arenisca

feldespática gris de

grano medio, con

mala selección.

Matriz soportada, de

clastos angulosos

principalmente

plagioclasas. Matriz

parcialmente

recristalizada por

presencia de dique.

399568 6275223 Fm.

Abanico

Andesita basáltica

porfírica,

fenocristales

equigranulares de 3

mm.

399598 6274434 Fm.

Abanico

Andesita gris

verdosa porfírica.

Presenta 20% de

fenocristales de

plagioclasa y 10%

de cuarzo.

405733 6277057

Brecha de

falla

cercana a

Unidad

Intrusiva.

Brecha anaranjada

polimíctica

intensamente

alterada a arcillas,

con clastos

subangulosos

intrusivos y

sedimentarios (1-10

cm) y matriz

soportada (60%

matriz). Matriz de

salvanda,cemento

calcáreo.

94

414748 6274781 Intrusivo

Mioceno

Roca intrusiva de

color gris verdoso de

grano fino en la que

se reconocen

cristales de cuarzo,

plagioclasa y

minerales máficos

diseminados,

presenta patinas de

oligisto.

412280 6276023 Plioceno

Marmolejo

Andesita porfírica

con matriz oscura.

Presenta 15% de

fenocristales de

plagioclasa de 2 a 3

mm y hornblendas

de 1 a 2 mm.

95

7.2 Columnas estratigráficas

96

97

98

99

100

101

7.3 Bioestratigrafía

En el área de estudio existen numerosos afloramientos de niveles fosilíferos, esencialmente

conformados por fauna marina, que pertenecen a algunas de las formaciones de origen

sedimentario descritas en el capítulo de Unidades y Estratigrafía.

En este anexo se describen siete ejemplares de fauna fósil presentes en determinados

niveles de las formaciones Río Colina y Lo Valdés, que acotan las edades estas unidades.

Las siguientes descripciones se presentan en orden estratigráfico ascendente.

7.3.1 Formación Río Colina

Muestra “Río Colina 1”

Ammonites: Araucanites? sp.

Edad Oxfordiano

Formación Río Colina

Litología Presente en un nivel de areniscas

calcáreas grises de grano fino y con buena

selección.

Ubicación Quebrada Sur, frente al Cerro Panimávida,

Valle del Río Yeso, Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 414836 E /6276866 N

Muestra “Río Colina 2”

Ammonites: Nebrodites? sp.

Edad Oxfordiano

Formación Río Colina

Litología Presente en un nivel de areniscas rojas

calcáreas con gradación normal. Éste se

localiza en el techo de la Fm. Río Colina,

cerca de la Falla Vacas Muertas.

102

Ubicación Cerro Panimávida, Valle del Río Yeso,

Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 411385 E /6281385 N

7.3.2 Formación Lo Valdés

Muestra “Lo Valdés 4”

Ammonites: Neocomitidae? indet.

Edad Titoniano Medio - Valanginiano

Formación Lo Valdés

Litología Presente en un nivel de calizas.

Ubicación Termas del Plomo, Valle del Río Yeso,

Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 415512 E /6280316 N

Muestra “Lo Valdés 3”

Ammonites: Kilianella? sp.

Edad Titoniano Medio - Valanginiano

Formación Lo Valdés

Litología Presente en un nivel de calizas.

Ubicación Termas del Plomo, Valle del Río Yeso,

Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 415512 E /6280316 N

Muestra “Lo Valdés 5”

103

Ammonites: Aulacosphinctes? sp.

Edad Titoniano Medio - Valanginiano

Formación Lo Valdés

Litología Presente en un nivel de calizas.

Ubicación Termas del Plomo, Valle del Río Yeso,

Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 415512 E /6280316 N

Muestra “Lo Valdés 1”

Bivalvos (ostras): Aetostreon sp.

Icnofósiles: Gastrochaenolites isp. Este

último icnotaxón estaría representado por

dos perforaciones de gran tamaño

apreciables en los restos de concha de

una ostra, cuyo productor correspondería

a un bivalvo perforante.

Edad Indeterminada dentro del lapso Titoniano

Superior - Valanginiano.

Formación Lo Valdés

Litología Presente en un nivel de areniscas

calcáreas rojizas de textura clástica, grano

fino, selección regular y matriz calcárea.

Ubicación Camino zig-zag, ladera S del Valle del río

Yeso, Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 407752 E / 6279721 N

Muestra “Lo Valdés 2”

Ammonites: Neocomitidae? indet.

104

Edad Titoniano Medio - Valanginiano

Formación Lo Valdés

Litología Presente en nivel de areniscas calcáreas

rojas, con selección intermedia y clasto

soportado.

Ubicación Frente al camino zig-zag, ladera N del

Valle del Río Yeso, Región Metropolitana.

Coordenadas UTM, WGS 1984 407396 E /6280642 N

7.4 Modelo de Evolución Tectónica

N x

106

7.5 Mapa 1:25.000