Georgette Vallejo y la Critica

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GEORGETTE VALLEJO Y LA CRÍTICA “Vallejo y yo, práctica y sencillamente, formábamos una sola persona” Georgette Vallejo SI LA VIDA y la crítica fue implacable con Vallejo, no lo fue menos con Georgette, quien tuvo que salir al frente ante propios y extraños, a defenderse de tantos infundios. Estas críticas tendenciosas surgen cuando Georgette emprende con resolución y magnanimidad, el compromiso de hacer conocer a todo el mundo, de manera fidedigna, las obras póstumas de Vallejo. Entonces se inicia en esta empresa publicando con el apoyo de Raúl Porras Barrenechea, Poemas humanos. Esta obra publicada en 1939, logra situar a César Vallejo en la cúspide de la poética mundial y toma renombre fundamentalmente como el poeta más humano. Otras obras vallejianas publicadas bajo su lupa directriz y correspondiente autorización, son:

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GEORGETTE VALLEJO Y LA CRÍTICA

“Vallejo y yo, práctica y sencillamente, formábamos una sola persona”

Georgette Vallejo

SI LA VIDA y la crítica fue implacable con Vallejo, no lo fue menos con Georgette, quien tuvo que salir al frente ante propios y extraños, a defenderse de tantos infundios.

Estas críticas tendenciosas surgen cuando Georgette emprende con resolución y magnanimidad, el compromiso de hacer conocer a todo el mundo, de manera fidedigna, las obras póstumas de Vallejo. Entonces se inicia en esta empresa publicando con el apoyo de Raúl Porras Barrenechea, Poemas humanos. Esta obra publicada en 1939, logra situar a César Vallejo en la cúspide de la poética mundial y toma renombre fundamentalmente como el poeta más humano. Otras obras vallejianas publicadas bajo su lupa directriz y correspondiente autorización, son:

Novelas y cuentos completos. Lima, Moncloa Editores, 1967. Obra poética completa. Edición facsimilar. Lima Moncloa Editores, 1968.Teatro completo. Lima, Universidad Católica del Perú, 1979. 2 tomos. Prólogo, traducción y notas de Enrique Ballón Aguirre.Contra el secreto profesional. Lima. Mosca Azul. 1973.El arte y la revolución, Lima, Mosca Azul. 1973. Obra poética completa. Edición con facsímiles. Caracas. Biblioteca Ayacucho, 1979. Prólogo, traducción y notas de Enrique Ballón Aguirre.

Georgette realizó esta gran labor, plausible desde todo punto de vista, difundiendo y defendiendo la vida y obra de nuestro poeta universal, fue una labor constante, perseverante y firme durante toda su existencia. Cabe

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preguntarse entonces ¿`Por qué no fueron reconocidos sus grandes esfuerzos por autoridades e intelectuales de nuestro país? o ¿Por qué fue tan denostada y vilipendiada? Las respuestas a la leyenda negra que crearon a su integérrima figura, nació en París a través del poeta español Juan Larrea, quien ingenuamente osó demostrarnos que conoció más a Vallejo que su propia cónyuge, logrando posteriormente denostarla de manera indescriptible en aproximadamente 150 páginas de su Aula Vallejo Nº 11-12-13. Por otro lado, en nuestro país –tras su arribo en 1951–fue presa, sumados a las anteriores, de múltiples acusaciones, tales como:

a) Apropiarse de la obra de Vallejo.b) Manipulación cronológica de la obra poética vallejiana.

c) Destrucción de algunos manuscritos y libreta de apuntes, para ocultar dichas manipulaciones.

d) Diseminar los originales de las obras de Vallejo.

e) Inventar el Vallejo político.

f) Maltratadora de Vallejo.

g) Negarse a tener descendencia con el poeta y responsable de reiterados malogros.

h) Apropiarse del cadáver del poeta, no permitiendo que sus restos fueran repatriados al Perú.

i) Oponerse a la difusión de las obras de Vallejo.

j) Ignorante en materia literaria e incapaz de administrar la herencia vallejiana.

k) Explotar y parasitar a Vallejo.

l) Neurótica, intratable y vesánica.

m) No ser la esposa de Vallejo.

n) Poseer un doble conflicto por Vallejo: admiración-odio.

Sin embargo, Georgette luchó incansablemente con una flamígera espada en el aire, en contra de aquellos que intentaron, en primer término, tergiversar la vida y obra del autor de El arte y la revolución, y, en segundo término, en contra de quienes solo vieron en Vallejo la mejor forma de

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lucrar con su memoria. En otras y simples palabras, sin Georgette, quizás, conoceríamos actualmente un Vallejo como producto de vergonzosas manipulaciones; y escribe al respecto: “Jamás se ha visto autor más impúdicamente escarbado, más patológicamente disecado y triturado, más vorazmente comercializado que el autor Vallejo”. (1)

Georgette fue militante y consecuente con los ideales de su esposo, y jamás desmayó en demostrarnos una conducta de vida en el que refulgían de manera intachable la relación biunívoca entre la teoría y la praxis.

A continuación, permítanme absolver de manera sucinta, dos de las acusaciones mencionadas:

GEORGETTE Y EL MARXISMO DE CÉSAR VALLEJO

Una de las batallas más importantes que libró Georgette respecto a César Vallejo, fue el hacernos conocer la trascendencia de su rol social en el escenario político, tanto en Europa como en el Perú.

Retomando las propias palabras del escritor Vallejo, quien afirmó: “Voy sintiéndome revolucionario y revolucionario por experiencia vivida más que por ideas aprendidas”, nos permite lecturar de manera objetiva, su praxis política que fue una constante en su vida; cuya admirable honestidad y consecuencia con sus ideales, le significó destierro y veto a la publicación de muchas de sus obras.

Es ésta faceta fundamental del autor de Trilce, que Georgette se encargó de difundir y defender en nuestro país. Ello le significó, como era de esperarse, ser acusada de inventar el Vallejo político. Al respecto afirmó con acento de indignación: “Me han acusado de atribuir falsa y abusivamente a Vallejo un papel político exagerado, se puede leer por ejemplo: “…la viuda del poeta confirma no pocas veces la participación de Vallejo en la militancia comunista entre 1929 y 1938. Sin embargo nos preguntamos si Georgette de Vallejo no confunde o poetiza (sic) de un modo un tanto “romanesco” (sic) ─por los acostumbrados mecanismos del recuerdo─ la actividad militante del poeta”. Georgette responde con propiedad: “Entre Vallejo y yo, tácito era el acuerdo: no se pronunciaba nunca la palabra felicidad, personal o conyugal; vivíamos por y para la revolución mundial. Es para tal inepcia que Vallejo habrá aniquilado tan anónimamente su vida y que, por mi parte ─disculpen─he visto pasar toda mi existencia, de todo despojada y sin una hora propia”. El compromiso político─ideológico de Vallejo se ven traducidos en sus obras, citemos

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algunos: El arte y la revolución, Lock out, Rusia en 1931, Rusia ante el segundo Plan Quinquenal, Paco Yunque, Colacho hermanos, la piedra cansada, etc. Georgette enfatiza: “Todas estas obras están suscitadas por la solidaridad de Vallejo con la humanidad explotada y avasallada y salva la obra poética de Vallejo de caer en la poesía de propaganda, inevitablemente fabricada a base de una retórica ampulosa, barata y vacua…” (2)

Sin duda, el marxismo vallejiano, el Leitmotiv de su duro caminar existencial, se hace patente con su participación activa en la Guerra Civil española, como corresponsal y Delegado del Perú en el II Congreso de Escritores Antifascistas; luego visita el frente de batalla de la cual emerge una de sus obras cumbres, España, aparta de mí este cáliz. En estos momentos de fragor político, Georgette mostró un rol preponderante al lado del poeta, participando en dicho Congreso en circunstancias sumamente difíciles: Madrid estaba sitiado por los Franquistas. Al respecto, Fernando de Szyszlo recordó que su entrañable amigo, el poeta y escritor mexicano, Octavio Paz, le comentó que ante el bloqueo de Madrid, tomaron un taxi con Vallejo y Georgette rumbo a Valencia donde se llevó a cabo la reunión antifascista. (3) En el Perú, Georgette siempre mostró preocupación, hasta indignación, porque no se estudiaba esta importante faceta de Vallejo, aclarando que no se puede presentar a un Vallejo minimizado en el ángulo poeta, o un dogmático político-religioso a ultranza. En una oportunidad afirmó: “Para la casi totalidad del público (hasta para los profesores de literatura nacional, como he podido enterarme últimamente por personas informadas regresando de Ayacucho), Vallejo es aún siempre Los heraldos negros y “Me moriré en París…”. No mencionaremos los textos escolares que son una calamidad. ¿Quiénes son los responsables de semejantes publicaciones?” (4)

Según Max Silva Tuesta, en el prólogo testimonial del libro Georgette Vallejo al fin de la batalla, escribe: “En lo referente a Georgette, fui testigo de excepción de la militancia izquierdista de la viuda del poeta. Como todos saben, la edición facsimilar de la “Obra Poética” de Vallejo fue dedicada a Javier Heraud, pero lo que no todos saben es que, de esa edición numerada como fue la edición facsimilar, el ejemplar 001 Georgette se lo envió a Fidel Castro y el 002 a Hugo Blanco, que por entonces estaba preso por su acción belicosa en defensa de los campesinos del Cuzco. Pero el izquierdismo de Georgette no se agotaba en meras dedicatorias de libros, sino en cosas concretas. Tengo para mí que Georgette ayudaba materialmente a la izquierda alzada en armas los años sesenta, y que en ese

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afán César Calvo era el nexo. En este punto tengo que apelar a eso de que “es verdad aunque usted no lo crea”, pues nuestro caro amigo y gran autor de Diario de campaña tenía la bien ganada fama de ser un empedernido Casanova y, cargado de esa fama, ¿quién podría aceptar sin reparo alguno que César Calvo estuviera comprometido con acciones subversivas? Yo tuve la audacia de preguntar a boca de jarro a Héctor Béjar si era así y Béjar me confirmó que Calvo había colaborado con ellos, cosa que muchos años después me lo volvió a confirmar Walter Palacios Vinces…” (5)

Finalmente, de manera concluyente nos aclara a todos: “Vallejo fue un marxista encendido, combativo, intranquilo. Se puede discrepar con sus ideas, pero no cambiarlas. No se puede fabricar otro Vallejo” (6)

GEORGETTE: CONFLICTO ADMIRACIÓN-ODIO POR VALLEJO

Juan Fló, trata de ensayar una inverosímil teoría sobre los motivos que podrían explicar una “conducta contradictoria de Georgette”, cuando supone: “La única hipótesis que he podido construir que cuadre con estas desconcertantes actitudes de Georgette, es la que en Georgette existió siempre un doble conflicto, nunca resuelto: un conflicto entre su admiración por Vallejo, y, por otra parte, una suerte de odio o resentimiento por él. Y otro conflicto entre la admiración que por la poesía de Vallejo tuvieron sus amigos y luego el mundo entero — admiración que ella se vio obligada a compartir― y una profunda desconfianza acerca de la buena ley de una obra tan ajena a la idea convencional, que Georgette mantuvo siempre, de lo que es la poesía. Ambos conflictos, de ser cierto lo que digo, seguramente no estuvieron separados y se debe haber realimentado sobre todo en la medida en la que Georgette se erigió en custodio, interprete y médium de la obra y de la personalidad del poeta”. (7)

Fló intenta operar bajo la dualidad admiración–odio, ─conflicto según él, nunca resuelto─ y prácticamente nos induce a pensar que la pareja Georgette–Vallejo mantuvo una relación necesariamente tormentosa y que no se extinguió con la muerte del poeta, es más; cree que Georgette realimentaba estos sentimientos con el paso del tiempo, al asumir el control del legado vallejiano. Asumir como verdad este binomio planteado, nos obligaría a admitir aquella relación en la pareja Vallejo.

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Sin embargo, lamento confrontar en ideas con el ensayista uruguayo, considerando que entre Georgette y Vallejo existió más que admiración: el amor. Un amor que nos habló de inmensidades, traspasando las barreras infranqueables de la muerte. Gracias a Georgette conocemos de manera fidedigna la vida y obra del escritor–revolucionario y fundamentalmente, al Vallejo Hombre, aquel que luchó con sus nos, sus hambres y sus pedazos. Si habláramos del odio que sustenta Fló, simplemente la grandeza de la obra georgettiana no sería visible. El odio encarnado por Georgette en diversas circunstancias, obedece fundamentalmente, a la conducta cruel e inhumana de la que fue victima, sobre todo de algunos autodenominados “vallejistas” que sin escrúpulos se la enfrentaron, no importándole para nada el status de dama y esposa de un genio como Vallejo.

El conflicto nacido entre Georgette y “los amigos y el mundo que admiraba a Vallejo”, no tienen asidero bajo ninguna circunstancia, por cuanto, Georgette hizo todo lo posible para que el mundo se entere de la magistral obra vallejiana y ello incluye, indudablemente, a sus escasos amigos, dignos de toda su confianza; es falso por tanto, que fue obligada a compartir la grandeza de Vallejo. Y finalmente, aquello que Fló denomina desconfianza, no es nada más y nada menos, que el celo que siempre mantuvo Georgette en su lucha por difundir de la manera más fidedigna la memoria de Vallejo.

Para demostrar sus hipótesis, Fló cita una carta enviado por Georgette a Ángel Rama el 29-12-76, donde dice: “Cuando algo por fin se hace en ese continente, el tiempo transcurrido por la espera inmóvil, embrutecedora, ha disuelto y hecho tomar en horror su misma realización. Hasta nuestra edición había de ser una nueva tortura. Toda América Latina no es más que una red de argollas y sabemos lo que son las argollas. Han logrado hacerme odiar, execrar a Vallejo y su obra”. (8)

Y agrega Fló: “Esta declaración que tiene el tono tremendista y algo impostada propio de Georgette es, de todos modos, una confesión inquietante. Suena extraño que las dificultades para cumplir su misión ─dificultades que ella cree que le son impuestas por el medio─ terminen por hacerle odiar a Vallejo y su obra. Y es tentador suponer que el odio que tiene al medio se ha fusionado con un odio inconfesable a Vallejo que, al fin de cuentas, se revela en esas palabras terribles”. (9)

A diferencia de Fló, quien equivocadamente considera que esta nota representa en realidad, aquel odio de Georgette por Vallejo; pues contrariamente a ello, concibo en las desgarrantes palabras de Georgette, lo siguiente:

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Descubre lamentablemente aquel mundo intelectual, muy sensible a sus fuertes y esclarecedoras apreciaciones a las publicaciones sobre Vallejo; sus exigencias elementales para mostrar al Vallejo prístino, al lado de su fineza selectiva de quienes podrían ser dignos de prologar sus obras, generan una especie de rivalidad o rechazo a su encomiable labor. Esta atmósfera da origen a una actitud cerrada, hasta despreciativa sobre Georgette, la que ella conviene justamente en llamar argolla. Es esta atmósfera irrespirable en la que tiene que sobrevivir Georgette, por y para Vallejo, en el que solo tiene dos opciones: 1) Acceder y dejar que se haga de Vallejo todo un escarnio y cada quien saque provecho desmesurado, sin importar la integridad del autor, y 2) Continuar en su lucha pro-vallejiana, asumiendo no estar exenta de múltiples injurias.

NOTAS (1) Vallejo, Georgette de. Allá ellos, allá ellos, allá ellos, Lima, 1978, p. 151. (2) Ibídem. pp. 44-48. (3) Pachas, Miguel. Georgette Vallejo al fin de la batalla. Lima, 2008, p.334 (4) “Contra el secreto profesional” Oiga Nº 551. Lima, 16-11-73. (5) Pachas, Miguel. Georgette Vallejo al fin de la batalla. Lima, 2008, p.24 (6) “La viuda más triste del mundo” Correo, Lima, 18-09-66, p. 10. (7)Juan Fló. Hart Stephen. César Vallejo: Autógrafos olvidados, Editorial Rectorado Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, 2003, p. xvii. (8)Ibídem., p. xviii (9)Ibídem