Gerencia Minera en los tiempos de Ollanta Humala

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Gerencia Minera en los tiempos de Ollanta Humala Adrián Cornejo Jorge - 20060255 Curso: Gestión de Empresas Mineras Profesor: Ing. Oscar Frías Martinelli

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Gerencia Minera

en los tiempos de

Ollanta Humala Adrián Cornejo Jorge - 20060255

Curso: Gestión de Empresas Mineras

Profesor: Ing. Oscar Frías Martinelli

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La situación actual de nuestro país es hoy un ambiente de incertidumbre y nerviosismo.

Ollanta Humala, virtual presidente de la República por los próximos cinco años, se ha

esforzado por cambiar su imagen, haciendo todo lo posible para generar un marco de

confiabilidad para con su próxima gestión, la cual, en algunos sectores industriales, y porque

no decir, también el minero; ha sido bien recibido en líneas generales.

En contraste con esta aparente ‘’luna de miel’’ que vive Ollanta Humala, la coyuntura social

y política en ciertas partes del país generan mucha preocupación y dudas sobre cómo

Ollanta Humala podrá resolver este gran problema que le deja el gobierno saliente. Sólo por

tomar un ejemplo, hablemos del caso de Puno, una región que se ha proclamado totalmente

antiminera, dirigida y tal vez azuzada por su autoproclamado líder Walter Aduviri. Puno

vive hoy más de 60 días de un paro indefinido hasta que no se encuentre solución a sus

petitorios, los cuales ya no se enfocan en un marco de entendimiento de las dos partes (el

gobierno y ellos), sino que simplemente piden la anulación de todos los proyectos existentes

y por aprobar en Puno, lo cual va contra todos los derechos que tienen estas empresas y

debilitan la imagen de este gobierno que no supo, o no quiso atender a los Aymaras.

Habiendo hablado un poco sobre la situación social que Alan García deja en manos de

Ollanta Humala, centrémonos en éste último y su planteamiento de lo que, para él, sería una

buena administración en temas mineros específicamente. El futuro Presidente dijo durante

la primera parte de su campaña, que su política iba en pro del beneficio de los más pobres, y

que haría todo lo posible para consolidar la tan esperada inclusión social. Con respecto a las

empresas mineras, Ollanta Humala propuso revisar todos los contratos, a fin de inclinar la

balanza lo más posible hacia el beneficio de la Nación y de sus habitantes más necesitados.

Lo que se critica no es la buena intención que tiene Humala de generar un cambio social en

el país, sino la forma en que planea hacerlo.

Entonces, yendo directamente al tema de cómo se gestionaría una empresa minera en el

futuro ambiente político, podríamos mencionar las siguientes propuestas:

Ante una posible estatización de las empresas mineras, lo que se buscaría, por

ejemplo, sería la diversificación de las inversiones en ámbitos no mineros (en caso

que sean rentables). Un ejemplo de esto es el Puerto de Minerales del Callao, el cual

es promovido por las mismas empresas mineras; otro ejemplo de diversificación es el

caso de Buenaventura y sus negocios hidroeléctricos.

Otra alternativa sería buscar la expansión de las inversiones hacia el exterior, en

países con un marco económico, legal y social estables, y que generen confianza en la

continuidad de las inversiones.

Frente a un ambiente político hostil se buscaría enfocarse en los mejores proyectos

de cada empresa, es decir, aquellos con menor riesgo, para así asegurar la

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continuidad de las inversiones, y dejar en pausa, o mejor dicho, detener las

operaciones en proyectos que entren en conflictos sociales y políticos. Es cierto que

con esta medida, las empresas perderían millones de dólares, pero sería una manera

de ‘’sobrevivir’’ a una hipotética coyuntura social y política hostil con la minería.

Para propiciar confianza entre la empresa minera y las poblaciones aledañas, se

buscaría trabajar más temas sociales. Hacerle ver a la población que la mina se

interesa por su bienestar y desarrollo, esto implica el desarrollo de proyectos que

generen desarrollo como la creación de infraestructura digna, telecomunicaciones,

etc. Esto haría que la gente también siente a la mina como parte de ellos y motor de

su desarrollo.

Finalmente lo que se espera del próximo gobierno, sea cual sea su forma de hacer las cosas,

tenga la sabiduría de encontrar un equilibrio y se dé cuenta que muchas cosas positivas se

pueden lograr con minería formal, sólo es cuestión de querer darse cuenta y ver a la minería

como motor de desarrollo, y no como un catalizador de tempestades inexistentes.