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UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO / EUSKAL HERRIKO UNIBERTSITATEA
GESTIÓN AVANZADA DE PERSONAS
Máster en Gestión de los Recursos Humanos y del Empleo
Maialen Corral Gómez
2014/2015
Director:
Roberto Ibarretxe Zorriketa
1
ÍNDICE
Resumen……………………………………………………………………………….. 2
Introducción…………………………………………………………………………… 3
1. La Gestión de personas como clave estratégica……………………………..... 6
2. La importancia de la Inteligencia Emocional en las organizaciones………….. 9
2.1. Competencias Intrapersonales…………………………………….....
2.2. Competencias Interpersonales…………………………………….....
10
11
3. Los Equipos de Trabajo……………………………………………………….. 12
3.1. Características de los equipos de trabajo……………………………. 13
3.1.1 Objetivo y sentimiento de pertenencia………………………. 13
3.1.2. Interdependencia, coordinación y comunicación…………… 13
3.1.3. Liderazgo……………………………………………............. 14
3.1.4. Resolución de conflictos……………………………………. 14
3.1.5. Gestión de Roles…………………………………………….. 15
3.1.5.1. Sociales………………………………………….... 16
3.1.5.2. Mentales………………………………………….. 16
3.1.5.3. De acción…………………………………………. 17
3.1.6. Mejora Continua…………………………………………... 17
4. Gestión del Talento…………………………………………………………...... 18
4.1. Creación del modelo de talento……………………………………… 20
4.2. Diagnóstico de talento……………………………………………...... 20
4.3. Gestión de GAP…………………………………………………….... 20
4.4. Feedback-Seguimiento……………………………………………..... 21
5. Desarrollo del Rol del Líder………………………………………………….... 22
5.1. ¿Por qué es importante desarrollar el rol del líder?................................ 22
5.1.1. Ser coherente………………………………………………... 23
5.1.2. Ser ejemplo…………………………………………………. 24
5.1.3. Ser gestor del cambio……………………………………….. 24
5.1.4. Ser Emocionalmente Inteligente……………………………. 25
5.1.5. Ser buen comunicador………………………………………. 25
Conclusiones…………………………………………………………………………… 27
Bibliografía…………………………………………………………………………….. 30
2
RESUMEN
Este trabajo recoge la principal actividad llevada a cabo en la empresa donde he
ejercido mis prácticas, que ha consistido en el diseño de un curso de Gestión Avanzada
de Personas dirigido a empresas, como continuación de un curso básico de gestión de
personas que se diseñó con anterioridad. Este trabajo, por lo tanto, persigue el objetivo
de desarrollar el contenido teórico del mencionado curso, que se ha diseñado con el fin
de ayudar a las organizaciones interesadas a mejorar, de alguna manera, la gestión del
factor humano, presentando los diferentes temas que se han trabajado en él y haciendo
manifiesta la importancia que tienen las personas en las organizaciones. El curso que se
va a presentar consta de cinco sesiones, tratándose en cada una de ellas un tema
diferente que se ha considerado importante para la gestión de personas en las
organizaciones. La primera de las sesiones hace referencia a la importancia de que la
estrategia empresarial y la gestión de personas vayan de la mano, en la misma dirección.
En la segunda sesión se trata de sensibilizar a las personas de la importancia que tienen
las emociones y la Inteligencia Emocional en el mundo empresarial ya que, las
organizaciones están compuestas por personas puramente emocionales que actúan
condicionadas por lo que sienten. A continuación se habla del trabajo en equipo, como
un aspecto que está ganando mucho peso en las empresas por las grandes ventajas
competitivas que aportan. En la cuarta sesión se recoge un planteamiento para orientar a
las organizaciones sobre cómo gestionar el talento en las empresas y se plantea aquí una
doble visión: la gestión del talento como desarrollo de personas y la gestión del talento
como desarrollo de perfiles clave dentro de las empresas. Por último, se habla de
algunos aspectos clave para el liderazgo en relación con el rol directivo en las empresas
ya que, no todo el mundo está preparado desde un principio para ejercer ese papel en
una organización, aunque puede ser entrenado y desarrollado.
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INTRODUCCIÓN
Este trabajo recoge la principal actividad llevada a cabo durante mi estancia en
prácticas en una consultoría situada en San Sebastián compuesta por trece consultores
profesionales y con una amplia experiencia en diversas líneas de actividad: innovación,
estrategia, personas.... Esta empresa crea respuestas a medida de cada cliente y les
acompaña a lo largo de su viaje, ayudándoles en la mejora de su actividad a través de un
trabajo minuciosa y profesionalmente realizado.
Mi trabajo durante este tiempo ha consistido en el diseño de un curso de Gestión
de Personas Avanzado. Previo a este curso se diseñó otro de Gestión de Personas a nivel
más básico y, teniendo en cuenta la gran complejidad y extensión de este tema, se
decidió diseñar un segundo curso que contuviera temas no impartidos previamente y
con la intención de que tuviera un contenido más avanzado que el curso anterior.
Por lo tanto, el objetivo que persigue este trabajo, es el desarrollo teórico del
curso, a través del cual se busca ampliar en las personas interesadas su visión y
conocimiento sobre la gestión del factor humano en las empresas, dando a conocer
cuáles son los temas que se han considerado más importantes para formar parte de este
nuevo curso y haciendo manifiesta la importancia que tienen las personas en las
organizaciones.
En el primer curso, al igual que en el segundo, se desarrollaron una serie de
contenidos, colocando a las personas como eje central y como motor que impulsa el
funcionamiento de las empresas. Es por ello que se comenzó haciendo hincapié en la
importancia de que las personas estén alineadas con la estrategia empresarial. También
se habló del desarrollo de las personas en las organizaciones, haciendo mención a temas
como la gestión por competencias, la evaluación del desempeño y la formación. La
comunicación interna fue otro de los aspectos considerados importantes en la gestión de
personas y, por último, se dedicó una sesión a hablar sobre los procesos de
comunicación correctos, la retribución y el conocimiento.
Para este segundo curso se han seleccionado una serie de temas mediante un
análisis de comparación de otros cursos y másteres profesionales de diversas academias
y universidades como la Universidad de Harvard, la Universidad Complutense de
Madrid, Universidad de Deusto, entre otras, y mediante una posterior valoración de la
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importancia de estos temas. Por lo tanto, se han contemplado aspectos no trabajados en
el curso anterior, aunque se ha vuelto a dedicar una sesión a recalcar nuevamente la
importancia de la alineación entre gestión de personas y estrategia, como sesión
introductoria del curso. Las sesiones diseñadas constan tanto de teoría como de práctica
para las personas asistentes, tratando de hacerlo lo más vivencial posible y de modo que
sirva para el aprendizaje, reflexión y futura aplicación en sus contextos
organizacionales, generando, además, muchas oportunidades para que las personas
compartan sus experiencias y puedan escuchar los diferentes casos de los demás
asistentes del curso. Además de esto, cada persona ha de desarrollar un proyecto
individual aplicado a su empresa en relación con los temas impartidos, con el
seguimiento y orientación de un profesional. Con el fin de respetar la confidencialidad
de algunos contenidos, únicamente se presentarán en este trabajo los contenidos teóricos
de los temas considerados importantes para formar parte de este curso, que consta de
cinco sesiones en las que se trabajarán los temas que se expondrán a continuación.
La primera sesión, como ya hemos dicho, tiene como objetivo destacar la
importancia de la gestión de personas como clave estratégica de la organización,
insistiendo en la importancia de que la estrategia y la gestión del factor humano han de
ir de la mano y dedicando también un apartado para hablar de la gestión del cambio en
las organizaciones. La segunda sesión busca transmitir la importancia de prestar
atención a las emociones en las organizaciones y de entrenar la Inteligencia Emocional
en las personas, tratando de hacer conscientes a los participantes de que las personas
somos puramente emocionales y que todos nuestros comportamientos están
condicionados por nuestras emociones, lo que quiere decir que también forman parte de
muchos procesos organizacionales como la toma de decisiones, la resolución de
conflictos, etc. La tercera sesión está dedicada a hablar de los equipos, como elemento
importante para el fomento de la participación de las personas en la empresa, y se
mencionan algunas ideas que se han considerado claves para el correcto funcionamiento
de los equipos de trabajo. La cuarta sesión recoge algunas ideas acerca de lo que se
conoce como la gestión del talento, un campo todavía poco conocido, y se plantea un
modelo para llevarlo a cabo. En la última sesión se habla de la importancia del
desarrollo del rol del líder en las organizaciones en relación con el rol directivo y de
algunas competencias importantes para estas personas.
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Pero antes de comenzar a desarrollar el contenido de las sesiones, deberíamos
introducir el tema principal de este trabajo: la Gestión de Personas. Si echamos un
vistazo atrás, se puede observar que, hasta hace no mucho tiempo, las prácticas en las
organizaciones estaban dirigidas a la acción y los procesos, en búsqueda de
competitividad y productividad, olvidándose de otros escenarios importantes
(Echevarría, 2000 citado en Calderón, 2004). Actualmente, ante la situación de
constante cambio que se lleva presentando en los últimos años, las organizaciones están
obligadas a adaptarse a las continuas alteraciones del entorno, lo que también les hace
verse obligadas a fomentar la innovación. Esto hace que actualmente sus prácticas estén
dirigidas al conocimiento y, como sabemos, las personas somos la fuente principal que
general este potencial. Por ese motivo, en este trabajo se ha colocado a las personas
como eje central dentro de las organizaciones.
En la actualidad se ha visto potenciada la búsqueda de nuevas formas para
gestionar el factor humano, entre otras cosas debido a ese constante cambio que
acabamos de mencionar, que ha llevado tanto a las empresas como a las personas a la
necesidad de adaptarse para conseguir sobrevivir en un entorno cada vez más
competitivo (Armijo y Moreno, 2013). En las empresas se tiene que entender que las
personas son las que hacen que ésta siga adelante, que funcione, que crezca, que se
diferencie de las demás. Tienen que entender que el ser humano “no es trabajador, es
colaborador” (Méndez, 2006 citado en Armijo y Moreno, 2013: 22). Por lo tanto, es
importante que la empresa persiga el bienestar de sus colaboradores, junto con su
desarrollo profesional. Las personas necesitan sentirse valoradas y encontrar opciones
de desarrollo personal y profesional que permita que se encuentren satisfechas en su
empresa. Como dicen Rodríguez y Sanz (2011) “la gente feliz es más productiva y
trabaja mejor” (Rodríguez y Sanz, 2011 citado en Moreno y Armijo, 2013: 22). De este
modo las personas que se sientan más cómodas y se desarrollen en un entorno
agradable, tendrán una mayor predisposición a compartir su conocimiento y a dar lo
mejor de sí mismas, por lo que supone un beneficio tanto para ellas como para las
empresas.
Por lo tanto, en este trabajo nos hemos centrado en analizar algunos aspectos
para conseguir mejorar la gestión del factor humano y la mejor forma de hacer esto es
colocándolas como prioridad en los procesos.
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1. LA GESTIÓN DE PERSONAS COMO CLAVE ESTRATÉGICA
La estrategia empresarial puede definirse como un conjunto de decisiones que,
para el logro de sus objetivos, la empresa pone en marcha en situación de competencia.
La estrategia empresarial está compuesta por una serie de elementos clave como son la
misión, visión, valores, líneas estratégicas, objetivos estratégicos, etc. Las
organizaciones, a su vez, están compuestas por personas que trabajan bajo esa estrategia
empresarial. Por lo tanto, si queremos que la empresa funcione en la dirección que nos
interesa, la estrategia empresarial debe ser el faro que ilumine la gestión de personas;
esto es, estrategia y gestión de personas deberán ir de la mano.
De entre los elementos que hemos mencionado como “claves” en la estrategia de
la organización, en este trabajo queremos destacar el de los valores de la empresa. Éstos
podrían definirse como normas o ideas fundamentales que rigen el pensamiento de la
cultura organizacional y que posibilita la creación de patrones de comportamiento en la
empresa. Estos valores empresariales generalmente se utilizan poco y mal, lo que puede
suponer un problema debido a que las organizaciones contemplan los valores como
elemento estratégico. No sirve solo con que los valores de una organización queden
escritos en alguna parte. La clave está en reducir al máximo el espacio entre la teoría
expuesta y la práctica.
Un problema añadido que surge en las organizaciones es el constante cambio
que se produce en el entorno y al que están obligados a adaptarse si no quieren “morir”.
Esto lleva muchas veces a cambiar la estrategia empresarial y, como hemos dicho, la
gestión de personas tiene que ir de la mano de la estrategia, lo que quiere decir que si la
estrategia cambia, probablemente tenga que cambiar la forma en la que gestionamos el
factor humano en la organización. Un problema que surge junto con el cambio, es que
las personas tenemos una respuesta natural de resistencia al mismo, hacia lo nuevo, lo
que desconocemos, que hay que saber manejar. El mayor cambio que se ha sufrido en
las organizaciones es el salto a la era del conocimiento, que nos lleva a centrar todo el
interés en las personas. En el libro Dinámicas de Gestión Basadas en las Personas,
publicado por Innobasque, se hace mención a una serie de conceptos guía para la
facilitación del tránsito de las organizaciones ante este cambio y mencionan que no han
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de considerarse como pautas a seguir, ya que podrían conseguirse resultados
desfavorables si se entendieran como tal
El primero de los conceptos guía es la “comunicación y la cooperación”,
haciendo referencia a la comunicación conjunta entre las personas de la organización de
una manera abierta y en todas las direcciones (verticalmente, horizontalmente, etc.). Es
interesante generar dinámicas organizativas con mucha comunicación a través, por
ejemplo, de estructuras físicas abiertas en el entorno de trabajo, reuniones, fomento de
la participación, etc., que facilite la comunicación entre las personas de la misma. Pero
no tenemos que confundir comunicación con información. El proceso de información
consiste en un emisor que envía un mensaje a un receptor a través de un canal. El
proceso de comunicación implica, además, un proceso de retroalimentación donde el
receptor pasa ahora a ser el emisor, y viceversa.
El segundo concepto hace referencia al “talento interdependiente” que va muy
ligado al anterior, ya que incita a la cooperación entre las personas de la organización
(siendo la comunicación fundamental para la cooperación). El concepto de talento
interdependiente se orienta principalmente a las interacciones entre equipos de
proyectos y a las relaciones interdependientes entre ellos.
El siguiente concepto es el de la facilitación de “contextos creativos” en las
organizaciones donde las personas puedan crear, pensar, activar e intercambiar el
conocimiento y la creatividad para propulsar la creación de procesos y las ideas
innovadoras y así, enriquecerse entre ellos.
La siguiente idea es la del “deseo” de las personas trabajadoras. Si echamos un
vistazo atrás, “en los orígenes de las formas de trabajo abstractas” (Innobasque, 2010),
podemos ver que la motivación de las personas no era un tema que preocupara
demasiado. A medida que el conocimiento se convierte en un factor masivo de
producción se empieza a generar interés por este aspecto, que se crea únicamente por las
personas. Es aquí donde empiezan a coger peso las teorías de la motivación. “Quizá sea
oportuno confrontar el concepto de deseo, como aquello que nos impulsa a aportar,
construir y cooperar, con el concepto de miedo, como aquello que nos frena a todo ello.
En todo camino de transformación, por ejemplo, el deseo de cambio, de crecer, de
mejorar, de liderar viene a menudo contrarrestado por el miedo a lo nuevo”
(Innobasque, 2010). En este apartado se habla de impulsar el deseo de las personas
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mediante la concepción de varios aspectos como la libertad individual, el aumento de
los niveles de participación, aumento del sentimiento del proyecto compartido, etc.
Sería el “quiero hacer” frente al “tengo que hacer”.
Otro aspecto que se contempla como concepto guía para el tránsito de las
organizaciones es el de “poder”, pero no referido al poder sobre los demás, sino al poder
de las personas para hacer y decidir. “Si queremos avanzar en el despliegue del
potencial del conocimiento de todas las personas, éstas requieren poder para definir su
actividad. Por tanto, solo en un contexto de poder distribuido se puede activar el
conocimiento” (Innobasque, 2010). Es decir, consiste en aumentar el poder de decisión
de quien lleva a cabo la acción.
El sexto concepto es el de “liderazgo”. Cierto es que las organizaciones
necesitan líderes definidos, pero aquí no se habla solamente de ese tipo de liderazgo. Se
defiende la idea de la distribución de muchos líderes por toda la organización y que sean
elegidos democráticamente por los compañeros, frente a lo contrario. Además también
hace referencia al liderazgo individual de las personas, intentando que cada uno
adquiera el máximo protagonismo sobre sus tareas, siendo él o ella su propio líder.
Por último, se contempla el concepto de la “propiedad”, es decir, un aumento del
sentido de pertenencia a la organización de las personas, mediante alianzas entre los
propietarios del capital y del conocimiento.
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2. LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL CONTEXTO ORGANIZACIONAL
Un aspecto fundamental y que generalmente tiende a ignorarse en las
organizaciones son las emociones. Antes de nada tenemos que saber por qué es
importante prestar atención a nuestras emociones, por lo que vamos a dar una breve
explicación biológica. Los seres humanos somos seres puramente biológicos. A lo largo
de los años el cerebro ha ido evolucionando de forma constante hasta adquirir la forma
y características que tienen hoy en día, desde una estructura con una gran simpleza,
hasta la complejidad que presenta en la actualidad. Podríamos afirmar que, a pesar de
esta estructura, el cerebro está dividido en tres principales partes (lo que llamamos
cerebro triuno): el cerebro reptiliano, el sistema límbico y el neocórtex. El cerebro
reptiliano es nuestra parte más antigua que ni piensa ni siente; únicamente regula las
funciones fisiológicas y se encarga de las respuestas reflejas. El sistema límbico gana
muchísima importancia en cuanto a emociones se refiere. Es el cerebro de los
mamíferos y se encarga de almacenar nuestras emociones y de sentirlas. Es muy
importante destacar aquí una idea clave: toda la información sensorial es filtrada por
este sistema emocional, es decir, todo lo que entra y sale se “mancha” con nuestras
emociones, lo que quiere decir que todos nuestros comportamientos están
condicionados por nuestras emociones. Por último, el neocórtex es la parte que se
encarga de dar sentido a esas emociones que sentimos, conforma la parte racional.
Ahora nos preguntamos ¿Por qué es tan importante prestar atención a las
emociones en las empresas? ¿Qué tiene que ver? Las emociones forman una parte
esencial en el entorno empresarial. Cada día llegamos al trabajo cargados de emociones,
nos resulten éstas agradables o desagradables y durante la jornada laboral vamos
generando más emociones aún. Por lo tanto, al final del día, nos vamos a casa con una
mochila llena de ellas. Las emociones, por lo tanto, acaban formando parte de todos los
procesos empresariales como la toma de decisiones, la resolución de conflictos, las
relaciones en el trabajo, etc., y desempeñan un papel clave para su éxito o su fracaso
(Fernández y González, 2007). Por lo tanto, saber gestionar emociones consideradas
agradables o “positivas” ayuda a generar un entorno motivador en todas las categorías
de la empresa. Es por ello que hemos considerado importante trabajar la Inteligencia
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Emocional (IE) para favorecer la gestión del factor humano. La IE aplicada al mundo
empresarial “es lograr una gestión inteligente de las emociones que se generan en ella,
cultivando las emociones positivas y “rentables” y reciclando continuamente las
emociones negativas o “no rentables”” (Fernández y González, 2007). Para trabajar
este aspecto, en este trabajo hemos considerado fundamental trabajar las habilidades y
competencias de la IE. La Inteligencia Emocional la podemos definir “como la
capacidad de comprender y gestionar adecuadamente las emociones propias y ajenas”
(Innobasque, 2010). Sallovey y Mayer, pioneros de la Inteligencia Emocional ofrecen
una definición más amplia y la describen como “la forma de inteligencia social que
implica la capacidad de supervisarse a uno mismo y a otros, sus sentimientos y
emociones para diferenciar entre ellos, y para utilizar esta información para conducir a
la vez el pensamiento y la acción” (Londoño, 2009: 22). Es necesario concienciar a las
personas de que la Inteligencia Emocional puede ser entrenada y utilizada para el
beneficio tanto personal como ajeno, para lo que es necesario que conozcan qué es y
qué habilidades y competencias lo componen.
Como hemos dicho, hemos considerado fundamental entrenar a las personas en
las habilidades y competencias de la IE. La Inteligencia Emocional está compuesta por
cinco habilidades que forman parte de dos competencias más generales: competencias
intrapersonales y competencias interpersonales. Dentro de las competencias
intrapersonales encontramos la autoconciencia de las emociones, la autogestión o
autorregulación emocional y la automotivación. Entre las interpersonales se encuentran
la empatía y las destrezas sociales.
2.1. Competencias intrapersonales
La autoconciencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones
propias y el modo en que éstas nos afectan. La conciencia de nuestras propias
emociones es la base de la Inteligencia Emocional, sin la que no pueden
funcionar el resto de habilidades. Primero tenemos que conocer nuestras propias
emociones para poder regularlas y ponerlas en interacción con las emociones de
los demás. La autogestión de las emociones, por su parte, consiste en la
regulación de nuestro estado de ánimo y emocional para dominar las emociones
y que éstas interfieran del modo en que nosotros queremos que lo hagan. La
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automotivación se basa en la actitud de manifestarnos ante la vida y ante todo lo
que nos pasa y, a pesar de vernos afectados por factores externos, la principal
motivación es la que producimos nosotros (motivación intrínseca).
2.2. Competencias interpersonales
Las habilidades interpersonales van un paso más allá. Ya no se centran en la
persona, sino que implican la interacción con los demás, la conciencia y la
gestión de las emociones ajenas. En cuanto a la conciencia de las emociones de
los demás, se encontraría la empatía que es, nada más y nada menos que “la
conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas”
(Goleman, 1999 citado en Londoño, 2009: 131). Es la capacidad de conectar con
los demás, involucrando nuestros sentimientos, es tratar de ponerse en los
zapatos de otra persona (Londoño, 2009: 131). Por otra parte, las destrezas
sociales “son una serie de conductas y gestos que expresan sentimientos,
actitudes, deseos y derechos del individuo, siempre de una manera adecuada y
de modo que resuelvan satisfactoriamente los problemas con los demás”
(Londoño, 2009: 153). En definitiva, se trata de la correcta gestión de las
emociones propias y ajenas en contextos de interacción con otras personas.
Dicho esto, cabe destacar que todas las personas sentimos emociones y
todas las personas estamos condicionadas por ellas, por lo que todas las personas
están implicadas en este asunto. Es por ello que hemos considerado interesante
crear conciencia de la estructura de la Inteligencia Emocional y de que ésta
puede ser entrenada y desarrollada, en todas las personas de la organización y no
únicamente en quienes se encargan de llevar a cabo la gestión de personas. Las
emociones van a formar parte de todos los procesos, van a estar presentes en los
cambios, para impulsarlo o para frenarlo. Por lo tanto, a través de la correcta
gestión de las emociones tanto propias como ajenas, podemos dar lugar a
mejores resultados tanto para la empresa como para las personas.
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3. LOS EQUIPOS DE TRABAJO
“Las organizaciones contemporáneas están sufriendo una profunda
transformación. Las presiones para una competición global, la necesidad de consolidar
modelos de negocio en ambientes dinámicos, inciertos y complejos y la necesidad de
innovación exigen modificar la estructura del trabajo tradicionalmente configurada
entorno a los individuos y adoptar diseños organizacionales orientados al cambio
basado en equipos” (West y Markiewicz, 2004 citado en Gil, Rico y Sánchez-
Manzanares, 2008: 25). Todos sabemos que un equipo es más que la suma de sus
miembros. Lo que una persona produce individualmente puede verse complementado
dentro de un equipo con lo que han producido/ideado otras personas, dando como
resultado algo mayor que la mera suma de esas ideas. Los equipos satisfacen las
necesidades actuales de las empresas y aportan disparidad de conocimientos que
permiten aportar respuestas eficientes e innovadoras a los retos planteados. Es por ello
que el éxito de muchas organizaciones depende de la eficacia de los equipos (Wichty,
Jones y Uzzi, 2007 citado en Gil, Rico y Sánchez-Manzanares, 2008: 25).
Pero ¿qué es realmente un equipo de trabajo? Según Acosta (2011) un equipo de
trabajo es un número de personas con un objetivo común, con habilidades que se
complementan, metas de rendimiento y un enfoque que les hace sentirse mutuamente
responsables.
Existe poca conciencia de la importancia del trabajo en equipo y generalmente
está poco valorado. Según un estudio, “el trabajo en equipo es una dimensión valorada
por debajo de la media de las dimensiones analizadas. En los casos en los que la
valoración del trabajo en equipo es alta (aprox. 20% de los casos) coincide en que se
trata de empresas de producto avanzado o de alto valor añadido y con un liderazgo
cuya eficiencia podría valorarse media alta”. (Albizu, et al., 2005).
Cabe mencionar también que los equipos de trabajo están considerados como un
factor que aumenta la participación de las personas en las empresas. El trabajo en
equipo “permitirá modificar las relaciones de poder en los grupos y en la organización
(…). Es importante que surjan múltiples sistemas de distribución del poder y toma de
decisiones. En este sentido destacamos la creación de estructuras organizativas que
fomenten la coordinación y la autoorganización” (Alcañiz et al., 2012). Como dice la
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cita el trabajo en equipo permite que surja una distribución del poder y la toma de
decisiones, de forma que todas las personas puedan ser parte de su propio trabajo y de
los procesos a la hora de tomar decisiones, lo que hace que las personas se sientan más
involucradas con el trabajo.
En este trabajo se presentan varias características que se han considerado claves
para un correcto y eficiente funcionamiento de los equipos de trabajo.
3.1. CARACTERÍSTICAS DE LOS EQUIPOS DE TRABAJO
3.1.1. OBJETIVO Y SENTIMIENTO DE PERTENENCIA
En primer lugar el objetivo de un equipo de trabajo es su razón de ser. Además,
es importante que el objetivo sea común a todos los miembros del equipo, es decir, que
persigan la misma meta. Este objetivo ha de mostrarse claro, realista, alcanzable y lo
más específico posible. En el caso de existir más de un objetivo, no deben ser
demasiados, además de ser compatibles y no contradictorios y estar coordinados a nivel
temporal. Es importante que las personas que forman parte del equipo se vean
identificadas por los objetivos y que los acepten como propios. Una forma interesante
de conseguir esto, es que los miembros del equipo establezcan los objetivos en la
reunión inicial, cuando se crea el equipo. Todo esto hace, además, que aumente el
sentido de pertenencia de las personas. Para que todos tengan claros los objetivos, es
importante que se entreguen por escrito al final de la reunión, de forma que todas las
personas puedan tenerlos presentes siempre que necesiten consultarlo. Otra forma de
hacer esto posible es escribiendo los objetivos en las zonas comunes de forma que las
personas puedan verlos y no se olviden de ellos.
3.1.2. INTERDEPENDENCIA, COORDINACIÓN Y COMUNICACIÓN
Para llevar a cabo el trabajo establecido tiene que existir una clara división de las
funciones de los componentes del equipo, lo que hace que exista una alta
interdependencia de sus miembros ya que, se entiende que su meta solo puede ser
alcanzada mediante la participación de todos y cada uno de los miembros; si uno falla,
el equipo está incompleto. Pero esta interdependencia no puede llevarse a cabo
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correctamente sin coordinación. Como dicen Rico et al. (2011) “aquella parte de
nuestra actividad diaria que transcurre en equipos debe en gran medida su efectividad
a que el grado de coordinación entre los miembros del equipo es apropiada”. Van de
Ven, Dalbecq y Koening (1976) dicen que la coordinación entre los miembros del
equipo está en la correcta comunicación. Aquí volvemos a destacar la importancia de
diferenciar bien comunicación e información. Recordamos que el proceso de
información consiste en un emisor que envía un mensaje a un receptor a través de un
canal y que el proceso de comunicación implica, a su vez, un proceso de
retroalimentación en el que emisor y receptor intercambian sus papeles. No debemos
olvidarnos tampoco de que “el resultado de la comunicación es lo que entiende el
receptor” (Acosta, J.M., 2011: 95), por lo que conviene asegurarse de que la persona
está entendiendo lo que le estamos diciendo, para que la coordinación sea efectiva.
3.1.3. LIDERAZGO
Cierto es que en muchos sitios nos encontramos con la idea de que un grupo es
un conjunto de personas con un líder definido, mientras que en el equipo el liderazgo
está distribuido entre todos los miembros. En este trabajo queremos destacar la idea de
que es importante que exista un liderazgo individual, es decir, que cada persona se
lidere a sí misma y se haga responsable de su trabajo, pero a su vez consideramos
importante que exista un líder para todos, que se ocupe de fomentar la participación y de
sacar partido de los componentes del equipo. Es importante que alguien asuma la
dirección del equipo, que lo encamine y que, mientras cada uno se ocupa de lo suyo, él
se ocupe de lo de todos.
3.1.4. RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
También destacamos la importancia de que los equipos sepan hacer frente a
posibles conflictos. Los equipos de trabajo están hechos para lograr objetivos mediante
la colaboración de un conjunto de personas, pero en ocasiones pueden sufrir conflictos
que hay que saber manejar, ya que su aparición puede entorpecer la consecución de las
metas del equipo. Un conflicto es una “divergencia percibida de intereses, o una
creencia de que las aspiraciones actuales no pueden ser alcanzadas simultáneamente”
(Rubin, Pruitt y Hee Kim, 1994).
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Ante estos conflictos tenemos que saber cómo reaccionar. La clave reside en las
creencias y actitudes que tenemos sobre el conflicto. Si percibimos un conflicto como
algo peligroso y creemos que hablando de los problemas solo se empeoran las cosas,
nos introduciremos en un ciclo negativo que nos llevará a dar una respuesta negativa
cuando se presente. Si, por el contrario, el conflicto se acepta como algo natural y lo
vemos como una oportunidad para crecer, daremos una respuesta favorable hacia la
resolución de conflictos cuando éste ocurra. Cuando el conflicto ocurre, tenemos que
vernos preparados para hacerle frente y solucionarlo de la forma más saludable posible,
procurando que interfiera lo menos posible en las tareas a llevar a cabo por el equipo.
Para ello puede seguirse un proceso de resolución de conflictos que se aplique cada vez
que éstos aparecen. Este proceso puede comenzarse con un análisis inicial del problema.
Para ello, se acuerda el lugar de la reunión y se identifican los intereses que se esconden
detrás de las posiciones que muestran las personas, mediante la exposición de las
preocupaciones personales sobre el conflicto. En segundo lugar, se establecen las
normas a seguir durante el proceso, como puede ser, mostrarse predispuesto a resolver
el conflicto a través de la expresión de intenciones positivas o mostrar que reconocemos
a la otra persona como parte de la solución. Una vez establecidas las normas
convenientes, comenzaría la discusión del problema, mediante la exposición de
pensamientos de cada persona. Cuando se hayan discutido las posiciones y se haya
definido el problema, se volvería a replantear la situación para dar lugar al
establecimiento de soluciones. A la hora de establecer medidas, se trata de que estas
sean satisfactorias para ambas partes, intentando establecer soluciones específicas y
analizando las ventajas y desventajas que pueden suponer. Por último, es importante
que se acuerde un momento futuro para contrastar la situación de conflicto.
3.1.5. GESTIÓN DE ROLES
También es bien sabido por todos que las personas ejercemos roles en los
contextos en los que nos manejamos. Según Meredith Belbin (2012-2014), los roles son
“nuestra particular tendencia a comportarnos, contribuir y relacionarnos
socialmente”. Se ha estudiado mucho acerca de este tema, aunque una de las teorías
más conocidas y en la que nos hemos centrado en este trabajo es la que propone Belbin.
Este autor, tiene una visión de los equipos como “un grupo de individuos donde cada
uno tiene un rol comprendido y aceptado por los demás”.
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Como se explica en la página web oficial de la Teoría de los Roles de Belbin
(http://www.belbin.es/), a través de un estudio, se propuso la hipótesis de que los
equipos formados por personas con un alto intelecto tendrían más éxito que los
formados por personas con menor intelecto. Sin embargo, este estudio no cumplió las
expectativas esperadas. De esta forma se descubrió que la clave del éxito de los equipos
era el equilibrio de roles. “Las compañías más exitosas tendieron a ser aquellas con una
mezcla de distintas personas” (Belbin, 2012-2014).
La Teoría de los Roles de Belbin contempla nueve roles de equipo, cada uno con
sus pros y sus contras, divididos en tres grupos: sociales, mentales y de acción. Los
roles y las características que se presentan a continuación, han sido obtenidas de la
página web oficial de Belbin (http://www.belbin.es/).
3.1.5.1. SOCIALES
Dentro de los sociales encontramos al investigador de recursos, al coordinador y
al cohesionador. Los investigadores de recursos tienden a ser personas inquietas que
buscan constantemente nuevas oportunidades y nuevos recursos en su trabajo. Podría
decirse que quizás son personas demasiado optimistas y, cuando perciben que va
desapareciendo el entusiasmo del principio, pierden el interés inicial que tenían. Las
personas coordinadoras se caracterizan principalmente por su seguridad y su capacidad
para delegar bien las tareas en otras personas. Es por ese mismo motivo por el que, en
ocasiones, se les puede llegar a percibir como personas un tanto manipuladoras. Por
último, los cohesionadores son personas muy cooperadoras que escuchan a las
personas del equipo y tratan de impedir que surjan enfrentamientos entre los demás
componentes. Estas personas pueden llegar a ser demasiado indecisas en situaciones
críticas.
3.1.5.2. MENTALES
Las personas cerebro son sujetos con la mente muy abierta y que dan pie a la
imaginación. Es por eso que son personas creativas y que generan grandes ideas,
además de resolver difíciles problemas. El problema de estas personas es que pueden
introducirse demasiado en sus pensamientos, llegando a distraerse, por lo que la
17
comunicación con ellos en ocasiones pude verse dificultada. El monitor-evaluador
tiende a ser una persona muy seria y una gran estratega. Suelen ser muy objetivas y
juzgan con exactitud. La parte negativa es que suelen carecer de iniciativa, debido a su
introversión, y de habilidad para ser fuente de inspiración para los demás. Por último,
los especialistas son personas entregadas al trabajo e independientes. Aportan grandes
cualidades al equipo y conocimientos específicos. El problema es que esa especificidad
que les caracteriza les limita a contribuir en áreas muy limitadas y hablar con
tecnicismos.
3.1.5.3. DE ACCIÓN
Las personas con el rol de impulsoras son personas con iniciativa y coraje para
superar los obstáculos y trabajan bien cuando se encuentran bajo presión, aunque
pueden ser propensos a provocar y llegar a ofender a las personas con su
comportamiento. Los implementadores son personas eficientes que tienden a llevar las
ideas a la acción. El problema de estas personas, es que pueden mostrarse inflexibles en
cierta medida. Para terminar, las personas finalizadoras son personas esmeradas,
concienzudas y ansiosas. Buscan los errores, pulen y perfeccionan. La parte negativa de
este rol, es que estas personas pueden llegar a preocuparse en exceso.
3.1.6. MEJORA CONTINUA
Por último, el análisis de la eficacia de los equipos se ha venido realizando de
forma general a partir del modelo Input-Procesos-Output (Gil, Rico y Sánchez-
Manzanares, 2008: 25). Los Inputs son los recursos que posee el equipo para llevar a
cabo su función. Los procesos son una serie de mecanismos que permiten convertir los
Inputs en Outputs. Por último, los Outputs son los resultados obtenidos (Gil et al, 2008).
Este modelo ha sido muy criticado por su estructura lineal, por lo que se propuso el
modelo IMOI (Input-Mediador-Output-Input) (Ilgen et al., 2005), con el que toma
forma cíclica y viene a presentar la idea de que los resultados supongan a su vez, nuevos
Inputs o recursos para el equipo. Esto hace referencia a la idea de mejora continua, que
permite al equipo celebrar los éxitos y aprender de sus fracasos para conseguir un
desarrollo continuo y, con ello, conseguir una máxima eficiencia.
18
“Puedo”
“Quiero” “Consigo”
4. LA GESTIÓN DEL TALENTO
Debido al constante cambio que se produce en el mundo de las organizaciones,
las empresas están empezando a apostar cada vez más por lo que se está haciendo
conocer como “la gestión del talento”. Éste es un tema que está despertando mucho
interés en los últimos años por lo que, debido a este creciente desarrollo, todavía parece
difusa en su definición y pautas de acción (González, Martínez y Pardo, 2009). Al igual
que es complicado encontrar una definición de lo que es la gestión del talento, también
parece dificultoso encontrar consenso en la definición de qué es el talento. Si buscamos
en la Real Academia Española de la Lengua, los primeros resultados que encontramos
son “inteligencia” y “aptitud”. En búsqueda de una definición más completa,
encontramos la que ofrece Chuai et al. (2008) que “define el talento como aquellas
personas dotadas de competencias adecuadas para los puestos que ocupan
entendiendo, por competencias que, desarrolladas y aplicadas, permiten a un sujeto
desempeñar un determinado papel de forma sobresaliente” (Chuai et al., 2008 citado en
González, Martínez y Pardo, 2009: 22). Si nos centramos en los componentes que
forman el talento, encontramos la idea que propone Jericó (2001), que considera que el
talento está compuesto por tres conceptos: capacidades, compromiso y acción.
Fuente: Jericó (2001). La nueva gestión del talento.
CAPACIDADES
ACCIÓN COMPROMISO
BUENAS INTENCIONES
DORMIDO DESMOTIVADO
TALENTO
19
Una vez analizado qué es el talento, cabe mencionar que el talento de las
personas es parte del desarrollo de las empresas y, por lo tanto, hay que saber
gestionarlo. Parece que de momento la información que existe sobre la gestión del
talento está un poco difusa. Según González, Martínez y Pardo (2009), “la gestión del
talento se ocupa de analizar la relación entre talento y estrategia, desde una
perspectiva de recursos y capacidades, según la cual, el talento de una empresa es un
recurso valioso, escaso y en ocasiones difícilmente imitable”. Como se menciona en
esta cita, el talento es un recurso de gran valor y no debe ser ignorado. Hay que saber
diagnosticarlo y potenciarlo para que, a través de una correcta gestión, forme parte de la
estrategia de la empresa ya que el talento, como hemos dicho, en ocasiones es
difícilmente imitable; es decir, dota a las organizaciones de características únicas y
diferentes de las demás. En cuanto a la gestión del talento, Huselid et al. (2005) “ponen
de énfasis en que las empresas deben centrarse en detectar los puestos de trabajo
claves para la organización y enfocar todos sus esfuerzos en ubicar en los mismos a
aquellos empleados con las mejores competencias y un historial de desempeño
competente”.
En este trabajo, enfocamos la gestión del talento desde dos visiones distintas:
1. Por un lado, la idea de Huselid et al. (2005) de la que acabamos de hablar. Esta
idea viene a decir que las empresas deben identificar los puestos clave de la
organización para situar en estos a los empleados con perfiles importantes.
2. Por otro lado, añadimos la idea de la gestión del talento como la gestión del
desarrollo de las personas de la organización y no únicamente de las personas
con perfiles importantes.
Para gestionar el talento, proponemos un ciclo compuesto por cuatro fases, válido para
los dos casos mencionados.
20
4.1. CREACIÓN DEL MODELO DE TALENTO
En el primero de los casos, en primer lugar, habría que definir los futuros
objetivos que va a querer alcanzar la organización. Una vez definidos, habría que
identificar qué puestos se van a necesitar cubrir y el talento que requieren las personas
que vayan a ocupar esos puestos para alcanzar los objetivos de forma eficiente; y
finalmente, identificar para cuándo se van a necesitar.
En el segundo caso, se comenzaría, al igual que en el primero, definiendo los
objetivos futuros de la organización. Una vez definidos se trataría de identificar qué
talento se requeriría para alcanzarlo de forma eficiente. Junto con esto, identificamos
dónde se necesita ese talento y, por último, para cuándo lo vamos a necesitar.
4.2. DIAGNÓSTICO DE TALENTO
Una vez hemos analizado y definido qué es lo que vamos a necesitar, pasamos a
identificar qué es lo que tenemos en nuestra empresa. En el primer caso se haría una
identificación de esos profesionales que reúnen los conocimientos, habilidades,
competencias, etc., que requiere la organización para cubrir los puestos clave que se han
identificado para la futura consecución de los objetivos.
En el segundo caso, se trata de identificar el talento interno de las personas de la
organización.
Una vez hemos obtenido la información suficiente hacemos una comparación
entre lo que queremos y lo que tenemos.
4.3. GESTIÓN DEL GAP
En esta fase, una vez analizada la comparación entre lo que tenemos en nuestra
empresa y lo que queremos conseguir, nos toca tomar una decisión en cuanto a cómo
vamos a obtener el talento que deseamos en nuestra empresa. En primer lugar, vamos a
optar por el desarrollo de las personas de la organización, bien sea a través de la
información, de la gestión por competencias, evaluación del desempeño, etc. En el caso
21
de no encontrar a ninguna persona que consideremos válida, entonces optaríamos por
identificar el talento externo y salir a buscarlo, mediante la selección de personal.
4.4. FEEDBACK-‐SEGUIMIENTO
Finalmente, una vez llevadas a cabo las prácticas consideradas para conseguir
los objetivos propuestos y, pasado un tiempo, se realiza una evaluación de seguimiento
para comprobar que se están alcanzando los objetivos o que, al menos, se está
avanzando en su consecución. En caso de no estar consiguiéndose o de haber aparecido
nuevos objetivos, se volvería al paso uno y volvería a comenzar el ciclo.
22
5. DESARROLLO DEL ROL DEL LÍDER
Cuando tratamos de definir lo que es un líder, parece que todavía nos
encontramos ante un término sin una definición exacta debido a su gran amplitud y
complejidad. Sin embargo, cuando preguntamos qué es un líder, encontramos que una
de las ideas que más se repite es que el líder tiene seguidores. La Real Academia
Española de la Lengua ofrece su definición de líder como “persona a la que un grupo
sigue, reconociéndola como jefe u orientadora”. Pero un líder, además de eso, tiene que
ser una persona con capacidad para influir en el grupo y ser “capaz de ilusionar,
movilizar y comprometer” (Urcola, 2010).
5.1. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE DESARROLLAR EL ROL DEL LÍDER?
Cada vez con más frecuencia se buscan directivos con capacidad de liderazgo y
es que, aunque estos dos términos nos parezcan lo mismo, dirección y liderazgo son
aspectos diferentes. Podría decirse que el directivo es quien impone mientras el líder es
quien convence. El líder es quien tiene las ideas y promueve el cambio, mientras que el
jefe es quien lo lleva a cabo. Por lo tanto, lo ideal sería que el jefe o directivo fuera, a su
vez, un líder. (Urcola, 2010)
Como hemos dicho, las personas siguen a los líderes. Son éstos quienes tiran de
los primeros, los guían, dan energía, ilusionan, movilizan y comprometen a las
personas. Ésta no es una tarea fácil y, quien ejerza este papel, tiene que estar capacitado
para ello. Existe una pregunta sobre la cual todavía parece existir debate: “¿los líderes
nacen o se hacen?”. Es cierto que una parte de la capacidad de un líder podría deberse a
factores innatos, aunque parecen tener un mayor peso las características adquiridas
mediante el aprendizaje y la experiencia. Un líder va formándose a lo largo de la vida a
través de su experiencia y junto con las características personales que va desarrollando a
lo largo de su vida. Dicho esto cabe mencionar que un líder “no es un superdotado, ni
un ente político o ser sobrenatural, es producto de un crecimiento personal, que lo lleva
a conocer y medir sus capacidades y debilidades para saber dónde y cómo contribuir al
logro de una meta establecida”. (Londoño, 2009: 193). Por lo tanto, las características
23
para ejercer un liderazgo competente pueden ser entrenadas y desarrolladas a través del
aprendizaje externo. Una vez dicho esto, en este trabajo contemplamos la idea de
entrenar a los directivos para que puedan ser, al mismo tiempo, líderes. Pero ¿qué
características tiene que tener un buen líder?
Se podría decir que existen casi tantos tipos de liderazgo como líderes (Londoño,
2009: 187) y no se puede decir que uno sea mejor que otro. Esto dependerá de cada
situación y de cada equipo o empresa y la actividad que lleven a cabo. Se han realizado
múltiples estudios para determinar posibles características comunes a todos los líderes,
aunque se ha llegado a la conclusión de que no existen características que puedan
considerarse comunes a todos ellos (Urcola, 2010). A pesar de ello, en este trabajo
contemplamos una serie de características que, aunque no sean comunes a todos los
líderes, sería importante que estuvieran presentes en la gran mayoría.
5.1.1. SER COHERENTE
Hales (1968) considera que “uno de los principales significados de ser efectivo
es el sentido o grado de congruencia entre lo que el directivo hace y lo que esperar
lograr con lo que hace” (Hales, 1968 citado en Carrero, Pinazo y Gimeno, 2002:
191). Existe una matriz llamada “Matriz de Decir y Hacer” (D’Aprix, 2004) que
presenta muy bien la idea de coherencia que queremos presentar.
Fuente: D’Aprix (2004): The face to face communication toolkit.
Siempre
Nunca Hacer Siempre
Decir mucho
Hacer poco
Decir mucho
Hacer mucho
Decir poco
Hacer poco
Decir poco
Hacer mucho
1 2
3 4
24
Esta matriz representa cuatro recuadros. Los que cruzan la línea (2 y 3) son los
que generan una mayor credibilidad y los otros dos (1 y 4) los que la reducen. El
líder que dice mucho pero después hace poco, al final acabará perdiendo la
credibilidad por falta de coherencia entre lo que ha dicho y lo que ha hecho después.
Decir poco y hacer mucho también sería motivo de pérdida de credibilidad por
existencia de incongruencia. Lógicamente, se aumentaría credibilidad diciendo
mucho y haciendo mucho. En el caso de decir poco y hacer poco (3), es posible que
la credibilidad no se vea aumentada como en el caso 2, pero esto tampoco hace que
se vea reducida. A la vez que se genera un aumento en la credibilidad (unido a la
obtención de resultados), también aumenta la seguridad y la confianza de las
personas.
5.1.2. SER EJEMPLO
Los líderes deben ser los primeros en vivir y hacer vivir la estrategia de la
empresa. Deben ser ejemplo de la misma y transmitirlos al resto de personas, generando
ilusión y entusiasmo en sus seguidores. Tienen que ser los primeros en estar ilusionados
para ilusionar a los demás. Si la estrategia, como hemos dicho al principio, tiene que ser
el faro que ilumine la gestión de personas, el líder tiene que ser quien se asegure de que
las personas vean esa luz.
5.1.3. SER GESTOR DEL CAMBIO
“Existe la idea generalizada de que las organizaciones actuales necesitan cambiar
continuamente para poder mantener su potencial competitivo” (Aritzeta, Gartzía y
Ramos, 2008). El problema es que en los seres humanos existe un comportamiento
natural de resistencia al cambio que muchas veces puede suponer un gran obstáculo
para hacer frente a esos cambios que se nos presentan. Esto puede compensarse
“promoviendo una actitud positiva en la organización, fomentando entusiasmo al
promover el cambio como posibilidad de mejora, de crecimiento o consolidación”
(Alonso, 2014: 26). Esta idea ha de ser transmitida por el líder. Un líder tiene que
mostrarse como una persona abierta al cambio, con visión de futuro, que no tenga
25
miedo y no se bloquee ante lo nuevo. Tiene que ser alguien proactivo ante estas
situaciones y que esté dispuesto a superar cualquier obstáculo que se le presente.
5.1.4. SER EMOCIONALMENTE INTELIGENTE
Como hemos dicho, existen casi tantos tipos de liderazgo como líderes (Londoño,
2009: 187), pero “se ha encontrado, sin embargo, que los líderes más efectivos están
igualados en un camino: todos ellos tienen un nivel de lo que se conoce como
Inteligencia Emocional” (Goleman, 2004). Como dice Goleman en un artículo
publicado en Harvad Bussines Review (2004), la Inteligencia Emocional es una
característica indispensable para cualquier líder. Sin la Inteligencia Emocional, ya
puedes tener el mejor entrenamiento del mundo que no serás un buen líder. Por lo tanto,
es importante que un líder posea las 5 características previamente descritas,
especialmente las interpersonales, ya que, los líderes tienen que mediar con muchas
personas y saber actuar correctamente ante diferentes situaciones. No por ello hay que
restar importancia a las habilidades intrapersonales que son imprescindibles para la
construcción de las interpersonales.
5.1.5. SER BUEN COMUNICADOR
En este sentido, nos referimos principalmente a que sepa comunicarse con las
personas de forma asertiva, pero además, que sepa ejercer correctamente la escucha
activa. La asertividad hace referencia a la forma a la que la persona se comunica con los
demás. La conducta asertiva es “aquella conducta que permite a la persona expresar
adecuadamente (sin distorsiones cognitivas o ansiedad y combinando los componentes
verbales y no verbales de la manera más efectiva posible) oposición y afecto, de
acuerdo con sus intereses y objetivos, respetando el derecho de las otras personas e
intentando alcanzar la meta propuesta” (Riso, 1988: 45). Las personas asertivas,
además, tienden a ser personas seguras de sí mismas, transparentes, honestas, etc. Esta
parte tiene mucho que ver con el punto anterior de Inteligencia Emocional. Por su parte,
la escucha activa tiene dos componentes: mental y físico. El mental, hace referencia a
estar escuchando y entendiendo lo que nos dice la otra persona. La parte física se refiere
a la orientación corporal y los gestos que dirigimos hacia la persona que nos está
hablando. Si falla una de estas dos formas, la otra persona no se sentirá escuchada.
26
Actualmente, en esta sesión todavía nos encontramos desarrollando diferentes
metodologías y/o actividades para entrenamiento de las competencias del rol directivo.
Entre ellas estamos trabajando sobre el aprendizaje a través de grupos de liderazgo,
donde se reúnen diferentes líderes para aprender los unos de los otros; y el coaching y el
mentoring.
27
CONCLUSIONES
Las personas somos el principal motor de las organizaciones, somos nosotras la
que hacemos que las empresas sigan adelante ya que somos la fuente principal de
conocimiento. Por lo tanto, la gestión de personas es un tema que hay que tener muy
presente si queremos que las personas estén cómodas y den lo mejor de sí mismas,
aprovechando al máximo las cualidades positivas de los seres humanos. Para ello es
imprescindible que la estrategia y la gestión de personas vayan en la misma dirección.
Si queremos orientar la estrategia hacia la consecución de determinados objetivos, no
podemos orientar la gestión de personas en el sentido opuesto, ya que son las personas
quienes van a llevar a cabo esa estrategia. También hay que ser conscientes de que el
cambio es lo único constante que existe, por lo tanto, su correcta gestión es fundamental
en el mundo de las organizaciones. No podemos ignorar el cambio ya que, quien no se
adapta, acaba “muriendo”. Por esto, es importante poner al frente a personas preparadas,
con visión de futuro, ilusionadas y que sepan ilusionar e implicar a las demás personas.
También hemos podido comprobar en la realización de este trabajo la
importancia que tienen las emociones, tanto a nivel personal como profesional.
Generalmente las emociones tienen a ignorarse en los contextos organizacionales y no
somos conscientes de la gran importancia que tienen. Absolutamente toda la
información que entra y sale de nosotros está “contaminada” por las emociones que
sentimos en ese momento. Por lo tanto, las emociones se ven implicadas en todos los
procesos organizacionales, ya sea resolución de conflictos, toma de decisiones, etc., lo
que quiere decir que si tratamos de ser conscientes de esto, podremos obtener resultados
favorables para nuestra organización. Además, está demostrado que la Inteligencia
Emocional es algo que se puede entrenar y desarrollar y que no es una característica
innata, por lo que dedicarle tiempo a esto, puede suponer grandes beneficios tanto para
las personas como para las empresas.
Por otro lado, los equipos de trabajo vienen pisando fuerte en las organizaciones.
Se ha encontrado que éstos aportan múltiples beneficios ya que, trabajando en equipo,
se obtienen resultados mayores que trabajando cada persona de forma individual. El
problema está en que hay que saber cómo llevar a cabo un equipo de trabajo, tenemos
que saber cómo establecer los objetivos, cuántos objetivos establecer, cómo seleccionar
a las personas, etc., y muchas veces, estos son aspectos en los que se falla y por los que
28
los equipos no terminan de funcionar tan bien como debieran. Si sabemos cómo
gestionar bien un equipo de trabajo, puede suponer una potente arma en el mercado.
También hemos podido observar la importancia de asumir que las personas
tienen talento y hay que saber gestionarlo bien. Las personas somos la fuente principal
de conocimiento de las empresas, algo difícilmente imitable por las demás
organizaciones, por lo tanto, hay que saber encontrar y desarrollar el talento de las
personas de nuestra empresa y, en el caso de no encontrar en nuestra organización las
características que consideremos necesarias, hay que saber cómo salir a buscarlas. Cabe
mencionar que esta sesión todavía se encuentra en desarrollo, por lo que no hemos
podido aportar demasiada información.
Por último, creemos muy importante que las personas directivas desarrollen el
rol de líder para sus organizaciones. La idea que hemos tratado de transmitir es que no
todos los líderes son directivos, pero sería interesante que todos los directivos fueran
líderes en sus empresas. Hemos podido ver que el rol de líder es algo que puede ser
entrenado, por lo tanto, habiendo visto que el líder ha de ser una persona con visión de
futuro, capaz de gestionar el cambio y de implicar a las personas, sería interesante que
los directivos o jefes de las organizaciones, fueran esa persona de referencia y que no
sean personas que únicamente se dedican a ejecutar acciones.
Con este trabajo se ha conseguido, por lo tanto, el diseño de un curso de gestión
de personas como complemento al curso que se había desarrollado con anterioridad, de
forma que se impartan algunos temas no vistos en el curso anterior y que servirán como
orientación para los asistentes, de modo que después puedan adaptarlo a sus
organizaciones de forma personalizada ya que, como sabemos, cada empresa es un
mundo totalmente diferente, por lo que no se pueden presentar pautas estandarizadas
para implantar de forma estanca en las organizaciones. Somos conscientes de que la
gestión de personas es un tema muy amplio y con muchos aspectos a tener en cuenta
pero, debido a que el contenido del curso debía adaptarse a cinco sesiones, era
imposible contemplar todos los aspectos. Es por esto por lo que realizamos una
selección de los temas que consideramos más apropiados.
Una vez se imparta este curso y se analice la satisfacción de los asistentes al
mismo, cabría la posibilidad de diseñar otro, con nuevos contenidos acerca de la gestión
de personas ya que, es un tema muy extenso y, en este curso, nos hemos visto muy
29
limitados por el número de sesiones y la duración de las mismas. Además, teniendo en
cuenta que con el tiempo van apareciendo conceptos nuevos, un nuevo curso con mayor
contenido podría ser clave para seguir orientando a las empresas que no consiguen
encontrar el camino correcto dentro de estos nuevos conceptos.
30
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