Gevaert Joseph - El Problema Del Hombre. Introduccion a La Antropologia Filosofica

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JOSEPH GEVAERT EL PROBLEMA DEL HOMBRE Introducción a la antropología filosófica DECIMOTERCERA EDICIÓN REVISADA Y AUMENTADA EDICIONES SÍGUEME SALAMANCA 2003

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  • JOSEPH GEVAERT

    EL PROBLEMA DELHOMBRE

    Introduccin a la antropologa filosfica

    DECIMOTERCERA EDICIN

    REVISADA Y AUMENTADA

    EDICIONES SGUEMESALAMANCA

    2003

  • Cubierta diseada por Christian Hugo Martn

    Tradujeron Alfonso Ortiz y Jos Mara Hernndez sobre el original italiano Il problemadelluomo. Introduzione allantropologia filosofica

    Elle Di Ci, 10096 Leumann-Torino 1992 Ediciones Sgueme S.A.U., Salamanca 2003

    C/ Garca Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / EspaaTel.: (34) 923 218 203 - Fax: (34) 923 270 563e-mail: [email protected]

    ISBN: 84-301-1501-3Depsito legal: S. Fotocomposicin Rico Adrados S.L., BurgosImpreso en Espaa / UEImprime: Grficas Varona S.A.Polgono El Montalvo, Salamanca 2003

  • CONTENIDO

    Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    Introduccin. El problema antropolgico . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    I. Dimensiones fundamentales de la existencia humana . . . . 251. Ser hombre es ser con otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292. La existencia corprea del hombre . . . . . . . . . . . . . . . . 633. El mundo como dimensin fundamental del ser humano . 107

    II. La existencia humana como llamada y tarea . . . . . . . . . . . . 1434. El misterio del conocimiento y de la verdad . . . . . . . . . 1495. Accin humana, valores y libertad . . . . . . . . . . . . . . . . 1816. Historicidad de la existencia y sentido de la historia . . 227

    III. Los lmites de la existencia y la perspectiva de la esperanza . 2557. El fracaso y el mal como problemas bsicos del hombre . 2598. La muerte como problema fundamental de la existencia

    humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2879. La muerte y la perspectiva de la esperanza . . . . . . . . . . 309

    Propuestas bibliogrficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337

    ndice general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343

  • PREFACIO

    La presente antropologa filosfica representa una forma concre-ta de leer e interpretar la existencia humana, especialmente sensiblea los aspectos de la presencia cristiana en el mundo. A diferencia delas numerosas psicologas que estudian el comportamiento delhombre, describen sus facultades o analizan sus estructuras, estas p-ginas hacen un serio esfuerzo por situar en el lugar central el proble-ma del significado del hombre, esto es, el sentido de su existenciay la direccin en que tiene que realizarse.

    Esta especial consideracin del problema del hombre no pre-tende quitar importancia y validez a otros planteamientos antropo-lgicos que resaltan ms las estructuras: vida biolgica, vida sensi-tiva, conocimiento, etc. Desea ms bien asumir y desarrollar conmayor amplitud lo que a veces descuidan o tratan con parquedadmuchas antropologas de cuo tradicional.

    El lector deber tener presente que se trata de una iniciacina la antropologa filosfica, no de un tratado completo y exhausti-vo que por otra parte no existe y ni siquiera es posible. Se tratams bien de pinceladas que persiguen abocetar mejor los trminosde la problemtica y las lneas fundamentales de la imagen delhombre. La omisin de muchos problemas secundarios o de deta-lle que lleva quizs a una cierta esquematizacin tiene la venta-ja de ofrecer ms claridad y al mismo tiempo de invitar a participarpersonalmente en la reflexin sobre los problemas fundamentalesdel hombre.

    Este manual de Introduccin a la antropologa filosficaha sido totalmente revisado y puesto al da en su octava edicindel original italiano (ao 1992). Su estructura bsica, el mtodoy la preocupacin didctica coinciden con los de las edicionesanteriores. Se ha reducido notablemente la importancia que sedaba a las cuestiones relacionadas con el marxismo. Se ha hecho

  • lo mismo, aunque en menor medida, con la filosofa existencial.Hemos remozado casi por completo el captulo tercero, sobre lapertenencia del hombre al mundo. Tambin hemos cambiado no-tablemente el captulo sexto, que aborda la dimensin histricade la existencia.

    Agradezco al profesor Zelindo Trenti la atencin con que ha re-visado el texto en italiano.

    10 Prefacio

  • INTRODUCCIN

    El problema antropolgico

    1. Actualidad y urgencia del problema

    Qu es el hombre?, quin soy yo?, cul es el sentido de laexistencia humana? Estos y otros interrogantes por el estilo se im-ponen en el campo de la antropologa filosfica. En todas las po-cas y niveles culturales, bajo formas y desde perspectivas distintas,han acompaado al hombre en su caminar. Hoy se plantean ms ur-gentemente a todo el que quiere vivir su existencia de un modo au-tnticamente humano. Dichos interrogantes tienden a ocupar el lu-gar ms importante en el conjunto de la reflexin filosfica.

    A primera vista parece que la humanidad se encuentra en es-te momento histrico ms madura que lo estuvo en el pasado pa-ra responder a tales cuestiones. En efecto, nunca fue tan amplio yespecializado el desarrollo de las ciencias del hombre (biologa,fisiologa, medicina, psicologa, sociologa, economa, poltica,etc.), ciencias que tratan de explicar la enorme complejidad delcomportamiento humano y proporcionar los instrumentos nece-sarios y tiles para regular la vida del hombre. Cada uno de estossectores cientficos contiene un amplio programa de conocimien-tos concretos y precisos sobre el hombre, de manera que cuatro ocinco aos de estudios universitarios constituyen apenas una pri-mera iniciacin.

    Coincidiendo con el enorme aumento de los conocimientoscientficos y tecnolgicos, se plantea un difuso interrogante sobreel significado humano de esta gigantesca empresa cultural. Hoy yano se puede seguir soando con que el programa cientfico puedaconseguir casi automticamente una vida mejor o que la creacinde nuevas estructuras sociales pueda proporcionar la clave ltima ydefinitiva para superar las miserias humanas.

  • Las inmensas posibilidades positivas que la civilizacin tcnicae industrial ofrece al hombre no estn exentas de ambigedad. Unmundo dominado exclusivamente por la ciencia o la tecnologa po-dra incluso ser inhabitable no slo desde una perspectiva biolgi-ca, sino sobre todo desde el punto de vista espiritual y cultural.Tras dos guerras mundiales y despus de los campos de exterminiodonde fueron eliminados millones de hombres inocentes, no sepuede contemplar el proceso cientfico y tecnolgico con esa inge-nua superficialidad tan caracterstica del siglo XIX.

    Se advierte, sobre todo, que el aumento progresivo de los cono-cimientos cientficos y la creciente desorientacin en los laberintosde las especializaciones, van acompaados cada vez ms de unamayor incertidumbre respecto a lo que constituye el ser profundo yltimo del hombre1. Quizs estemos asistiendo actualmente a lamayor crisis de identidad por la que el hombre ha pasado y en laque se ponen en tela de juicio o se marginan muchos de los funda-mentos seculares de la existencia humana. Hace ms de medio si-glo pronunci Max Scheler unas palabras que no han perdido suvigencia:

    Tras una historia de ya ms de diez mil aos, estamos en una po-ca en que, por primera vez, el hombre es para s mismo un ser ra-dical y universalmente problemtico. El hombre ya no sabequin es y se da cuenta de que jams lo llegar a saber. Slo se vol-ver a tener juicios fundamentados si se hace tabula rasa de todaslas tradiciones relacionadas con este problema y se contempla conel mximo rigor metodolgico y con el ms grande estupor a eseser llamado hombre2.

    Martin Heidegger, hablando de la antropologa de Kant, haceeco a Scheler:

    Ninguna poca ha logrado tantos y tan dispares conocimientos so-bre el hombre como la nuestra Y, sin embargo, ninguna otra po-ca como la nuestra ha sabido tan poco sobre el hombre. Pues jamsha sido el hombre tan problemtico como ahora3.

    12 Introduccin

    1. Cf. G. Marcel, Lhomme problmatique, Paris 1955, 73s.2. M. Scheler, Philosophische Weltanschauung, Bonn 1929, 62; Id., Die Ste-

    llung des Menschen im Kosmos, Bonn 1928, 13 (versin cast.: El puesto del hom-bre en el cosmos, Barcelona 2000).

    3. M. Heidegger, Kant und das Problem der Metaphysik, Frankfurt 1951,189 (version cast.: Kant y el problema de la metafsica, Madrid 1993).

  • En este contexto de prdida de identidad, de incertidumbre ydesconcierto sobre el ser humano, que se manifiesta emblemtica-mente en la proclamacin de la muerte del hombre4, la reflexin fi-losfica, crtica y sistemtica sobre el ser y el significado del hom-bre, se convierte en una de las tareas ms urgentes de nuestrotiempo5. Es preciso recuperar la secular certeza del hombre, repen-sarla radicalmente y enriquecerla con todas las nuevas interpreta-ciones. El problema del ser del hombre o de la verdad humana ocu-pa el lugar central. Si redescubre las lneas fundamentales de su sery su orientacin dinmica, el hombre de hoy estar preparado denuevo para situar la gigantesca expansin de la cultura cientfica ytecnolgica contribuyendo as a su realizacin autntica. En estemomento histrico, la reflexin antropolgica sistemtica y la cla-rificacin de la existencia humana han de prestar un verdadero ser-vicio al hombre.

    2. Gnesis del problema filosfico del hombre

    Los interrogantes sobre la esencia del hombre y sobre el senti-do de su existencia, tanto hoy como en el pasado, no son productoen primer lugar de la curiosidad cientfica, que quiere saber ms.Los problemas antropolgicos irrumpen en la existencia, intervie-nen casi sin darse uno cuenta y se imponen por su propio peso. Di-chos problemas existen, no porque alguien se haya empeado enestudiar la esencia del hombre, sino porque la vida misma planteael problema del hombre y obliga a afrontarlo. Tal cosa no aconteceespordicamente en alguna persona privilegiada, sino que es lonormal al menos en cierto modo en la vida del hombre que seencuentra abierto y est vido de autenticidad6.

    La antropologa filosfica no se saca de la manga los proble-mas del hombre. Se los encuentra ya ah, los reconoce, los asume,los estudia crticamente y trata de hallar una respuesta que puedailuminar la problemtica concreta y existencial.

    El problema antropolgico 13

    4. Cf. M. Foucault, Le parole e le cose. Unarcheologia delle scienze umane,Milano 1967, 410 (versin cast.: Las palabras y las cosas: una arqueologa de lasciencias humanas, Madrid 21999).

    5. Cf. J.-Y. Jolif, Comprendre lhomme? I. Introduction une anthropologiephilosophique, Paris 1967, 19s.

    6. Cf. G. Hourdin, Quest-ce que lhomme, Paris 1954, 143.

  • La problemtica antropolgica aparece en la vida concreta demodos muy distintos, que se pueden reagrupar en torno a estos trestemas: estupor y admiracin, frustracin y desilusin, experienciade lo negativo y del vaco.

    a) Estupor y admiracin

    La reflexin sobre las dimensiones fundamentales del hombrepuede deberse al estupor: asombro ante el coraje que conquista lanaturaleza, los mares y los montes (vase el canto coral de la An-tgona de Sfocles), ante el genio artstico que se expresa en la m-sica, en la poesa, en la pintura, en la literatura y en la arquitectu-ra, etc., o ante la fascinacin de la amistad y del amor, de los ojosinocentes de un nio, de una obra noble, del sacrificio de la propiavida en aras de una gran causa; o a la admiracin que se siente an-te el universo y ante el hombre y sus creaciones.

    La experiencia religiosa tambin puede favorecer la apertura detales horizontes de admiracin. Es la experiencia que refleja sinadornos el salmo 8: Qu es el hombre para que te acuerdes del?. Estupor, pues, ante el valor y el misterio de la existenciahumana y bsqueda del centro misterioso de esa grandeza7.

    El estupor refleja de algn modo una actitud contemplativa,profundamente reprimida en la civilizacin contempornea, perono apagada, que persigue el reconocimiento de la grandeza miste-riosa que hay en el hombre, independiente de la obra humana y an-terior a ella.

    El fresco de la capilla Sixtina en el que Miguel ngel represen-ta la creacin de Adn, es quizs una de las mejores expresiones ar-tsticas de esta fuente de reflexin antropolgica: el espacio exis-tente entre el dedo de Dios y el de Adn es el centro invisible detodo el cuadro, esa grandeza misteriosa que convierte al hombre enun ser humano8.

    14 Introduccin

    7. Cf. S. Ben-Chorin, Der Dreidimensionale Mensch in Bibel und Moderne,Trier 1971, 28-37; Id., Was ist der Mensch?Anthropologie des Judentums, Tbin-gen 1986, 25-34.

    8. Cf. P. Landsberg, Einfhrung in die philosophische Anthropologie, Frank-furt 21960, 17-19.