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    El yo y los otros .Com unidado

    colectividad?*

    P TRICE

    GI SSON

    Esteartculo, elaboradoen elSeminariodetradicinoralmesoamericana,quedirigeel

    doctor

    JosAlejos, tiene como

    propsito

    reflexionar

    sobreun concepto muy generalizado en lasciencias

    sociales:

    lacomunidad. Intentamos aplicara

    un

    cuento cosmognico

    nahua(recopilado en San

    Miguel Tzinacapan)

    las

    teoras

    que

    Bajtn identifica relativamente

    al

    enunciado.

    En especial se

    hace

    un

    cuestionamientosobre

    el

    grado

    de

    c reatividad

    que

    tiene realmente

    un

    contador

    frente

    al

    dado cultural

    que la

    colectividad

    le

    promueve. Esto

    nos

    lleva

    a

    considerar seriamente

    la

    pertinencia

    deltrm nocomunidad,

    ya que

    sta

    no se presenta

    como

    un

    todo

    aglomerante

    sino como

    una

    pluralidad

    devocesin-

    dividuales.

    Toltecayotl

    teaya ninemiz yenican.

    Por el arte yo v ivir aqu siemp re.

    Monlogo de Cinteotl

    JlLl

    objetivo

    del

    presente estudio tiene como

    fin

    dem ostrar una f or m a posible de aplicacin de las

    teoras sobre el enunciad o elaboradas por Bajtn

    al

    princip io de este siglo. A p artir del anlisis de

    un

    cuento cosmognico nhuatl, veremos

    que el

    autor deLa

    esttica

    de la

    creacin

    verbalnos pro-

    porciona un enfoque muy valioso, no slo para

    lacom pren sin del cuen to en s, sino para la eva-

    luacin

    del

    papel

    qu e

    ocupa

    el

    mismo contador:

    elgrado de creativida d que alcan za en el relato

    e,

    implcitamente, de independencia que obtiene

    frente a la comunidad y latradicin.Esto nos

    llevar a cuestion arnos sobre la validez misma del

    terminocomunidad, en cua nto al espacio que tie-

    ne previsto para el individuo.

    A lo

    largo

    de su

    obra,

    Bajtn

    manipula dife-

    rentes conceptos tericos

    que

    podran ofrecer

    al-

    gunasrespuestas a ciertas preocup aciones que sur-

    gen

    a ctualm ente en las ciencias sociales y p ermi-

    tir la reevalu acin de ciertas palab ras claves :

    qu

    se

    entiende

    por

    comunidad ? Es posible

    hablar

    de

    comunidad

    sin

    perjudicar

    al

    individuo?

    N odeberamos o ptarencambiopor un concep-

    to ms

    abiertocomo

    el de

    colectividad?

    Las tres diferentes caractersticas que Bajtn

    identifica relativamente al enunciado, lo dado, lo

    planteado

    y lo

    creado,

    1

    nos

    llevan

    a

    entender

    la aportacin individualcomo el elemento esen-

    ciald el

    discurso,

    y

    hasta

    la voz

    fundamental que,

    sumada a lasvoces de los otros , ya que esta-

    mos

    poblados

    de

    otros ,como dice Bubnova,2

    nos

    permitira concebir

    la

    existencia

    de una

    colecti-

    vidad particular.

    Pero

    condemasiada frecuencia

    se

    usa la palab ra

    comunidad,

    que no tien e e mis-

    mo alcance que la decolectividad.Una de las con-

    diciones fundamentales para hablar

    de

    comuni-

    dad

    sera

    la de

    considerar esta ltima

    no

    como

    un

    todo aglomerante sino

    m s

    bien como

    una

    conjuncin

    de

    diferentes voces individuales,

    de

    diferentes yo , que estableceran entr e s un di-

    Estudios

    Mesoamericanos

    Nm. 1 enero-junio

    2000

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    PATR IC EGIAS S ON

    57

    logo. Enesta perspectiva

    dialgica,

    la

    existencia

    de

    un

    dado ,

    de unaidea,de un fundamento, en

    fin, detodo lo que

    podra presentarse como

    un

    legado dado por la com unidad , o por las

    aglo-

    meracionesde

    otros ,

    correspondera alestable-

    cimiento de una comunicacin bilateral, de una

    relacin diacronica

    (ya que

    preten de establecerse

    con un dado anterior) entre el hablante, conta-

    dor, escritor, artista, etctera (puesto

    que

    todos

    corresponden

    a un

    yo individuo),

    y la

    comu-

    nidad .

    Pero

    la palabracomunid d (que el diccionario

    traduce como: Calidad com n

    o

    general. Com n

    de algn pueblo o Estado. Con gregacin de per-

    sonas que

    viven

    bajo

    con stituciones

    yreglas.

    Cor-

    poracin,

    asociacin )

    3no da cuenta de esta mul-

    tiplicidad, sino que tiende a disminuir la aporta-

    cin individual, reducindola a la merced de un os

    falsos

    denominadores comunes y creando a ve-

    ces

    hasta

    la

    ilusin

    de que

    exista

    una tal

    comuni-

    dadoasociacin.

    El

    mismo fenm eno ocurre con la tradicin ,

    qu e supuestamente se interpreta como laheren-

    ciade un legado, de una actitud predeterminada

    que se

    repite

    de

    generacin

    en

    generacin. Pero

    aqu tambin el concepto surge como algo pro-

    blemtico

    frenteal

    yo individuo.

    Woody

    Alien

    califica irnicamente la tradicin como la ilu-

    sin de laperpetuidad .4Ya no se

    puede entender

    latradicin como una simple herencia fortuit a y

    pasiva, sino

    ms

    bien

    como un

    dilogo entre

    el

    yo presente

    y los

    yos

    pasados.

    De

    igual modo

    se

    podra co ncebir la nocin de lo planteado

    (segunda caracterstica relativa

    al

    enunciado):

    co-

    mo el establecimiento de una comunicacin en-

    tre el yo y los

    otros ,

    sloque ya no setratara

    de una relacin diacronica sino de una relacin

    sincrnica,

    con losdiferentes

    yos juntados

    qu e

    constituyen lasotras

    voces

    a las

    cuales

    la ma se

    jun ta

    para crear algo que se

    podra, pero

    ni-

    camente

    bajo 'estos

    criterios fundamentales de

    dialogismo,

    calificar

    de comunidad .

    El

    elemento quizs

    ms

    interesante

    de

    estas tres

    caractersticas relativas al enunciado que presen-

    ta

    Bajtn

    es el de lo creado ,5porque se

    referira

    a la parte creativa de l yo , a su aportacin al

    nivelpersonal,a lacultura, algrandiscurso,a las

    voces ajenas; el yo no se considerara como

    una voz silenciosa, com o una vctim a del largo

    discursoelaborado

    por

    los

    otros ,

    sino

    ms

    bien

    como

    la voz de

    alguien

    qu e

    acta,

    juega y

    rein-

    terpreta constantemente.

    Pero apesarde que sepresenten como catego-

    ras

    separadas, lo dado , lo planteado y lo crea-

    do

    constituy en ante todo categoras superpue s-

    tas. Ya que las tres surgen inevitablemente del

    dilogo, y dialogan entre s, parece imposible con-

    siderarlas individualmente; ms que aisladas,es

    unidas,

    conjuntas,

    como

    las

    percibiremos.

    Las propuestas de

    Bajtn

    t ienen algo m uy

    innovador en elsentidode que lacultura, latra-

    dicin, la comun idad , ya no ocultan al yo

    presente, o al otro , sino que se aceptan como

    el resultado de este necesario dilogo entre las

    unidades y eltodoque resulta del hecho consti-

    tuido por la multitud de estas unidades mismas.

    Lasdiferentes

    voces operan

    en un

    crculo donde

    se

    aaden constantemente otras voces cada vez

    ms

    innovadoras.

    Tal

    como

    las

    unidades

    que ca-

    racterizan conjuntamentea latotalidadde laobra,

    como Bajtn apun ta en su artculo titulado Au-

    tor y

    personaje

    en la

    actividad

    esttica ,6las vo-

    cesindividuales responden alconjuntode voces

    que

    crean

    la

    comunidad ,

    y la

    comunidad

    de

    igual modo les responde, estableciendo entre s

    un discurso. De hecho , la com unidad , si quere-

    mos hablar de comunidad, debe su misma exis-

    tencia a la

    aportacin

    de los

    yos sucesivos.

    Pa-

    rece entonces justo afirmar que la

    comunidad

    es

    plural

    y por eso

    p ro p o n emo s

    el uso ms

    abarcador

    d e

    colectividad .

    Veremos a continuacin hasta qu grado se

    pueden identificar estas tres categoras del acto

    narrativo en un mito

    contemporneo nhuatl

    de

    la

    sierra norte de Puebla.7 Se trata de un cuento

    cosmognico,

    y que por

    esta misma razn

    nos

    permitir

    evaluar

    en qu

    medida

    y de qu

    forma

    elcontador

    reinterpreta

    el

    legado,

    ya que el

    cuen-

    to, por ser de origen mtico, sepresenta

    como

    algo dado .

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    EL Y O Y LOS OTROS .

    C O M U N I D A D

    O

    COLECTI VI DAD:

    El inicio mismo deeste relato, con la afirma-

    cin Pues dicen , anun cia

    que se

    trata

    de

    algo

    que

    sobrepasa al contado r, que pertenece a los

    otros ,

    pero del mismo modo anunciaun acier-

    ta

    derresponsabilizacin

    del

    yo-contador

    fren-

    te a lo que se

    prepara

    a

    contar, creando

    de

    este

    modo un a cierta distancia entre l y lacolectivi-

    dad. Esto confirma

    a la vez la

    posicin privilegia-

    da del que cuenta, ya que momentneamente se

    separa

    de los que cuentan , inaug urand o un cier-

    to espacio

    donde podr

    expresarse.S inembargo,

    la

    utilizacin

    de la

    forma impersonal para

    refe-

    rirse

    a los

    otros

    sirve en otras ocasiones al con-

    tador para afirmar

    su

    pertenencia

    a la

    colectivi-

    dad.

    Hallamos

    un ejemploen el segundo rengln,

    dond e aade: Les decan

    tsitsimimej:

    eran los an-

    teriores ,

    lo que

    conf i rma

    el

    hecho

    de que la pa-

    labra

    tsitsimimej

    tiene

    un

    significado

    que se

    ubica

    enel conocim iento de todos, incluyen do su pro-

    pia

    person a, ya que estipula que eran los ante-

    riores y no los anteriores de ellos .

    De hecho, numerosos son loselementos qu e

    pueden

    identificarse

    como

    parte

    del bagage

    cul-

    tural que constituye justamente lo

    dado .

    Pri-

    mero, y obviamente, lalengua.,que representa el

    vehculoprincipal de expresin colectiva; despus

    laestructuraexterna

    (forma) misma

    del

    relato,

    que

    responde aciertoesquem a identificable en varios

    cuentos nahuas; luego

    el

    mito

    en s y lasfiguras

    mitolgicas, que se pueden reconocer como he-

    rencias

    prehispnicas

    o

    mexican as antiguas, etc-

    tera.

    Sin embargo, parece necesario evaluar de

    nuevo estos legados en fun cin de su relacin con

    el yo .

    Comenzaremos

    entonces

    con la

    lengua.

    A pe-

    sar

    de queesta pertenezca a lo dado no implica

    que

    el

    mismo locutor

    no

    tenga

    una

    cierta liber-

    tad

    frente

    a

    ella; este relato

    fue

    contado original-

    mente en nhuatl por alguien qu e eligi perso-

    nalmente el idioma de la narracin, ya queotros

    contadores

    en la

    misma recopilacin prefirieron

    contar

    en

    espaol. Este hecho revela

    su

    actitud

    haciala lengua; m s que un simple

    dado

    anni-

    mo, ellocutordem uestra su voluntad de identifi-

    carse

    personalmente

    con algo que le parece ser

    suyo, la lenguase transforma entonces en veh-

    culo identitario.

    El

    hecho

    de

    hablar nhuatl pre-

    supone tambin a quin elcontadorse est diri-

    giendo y con quin se quiere l identificar, esta-

    bleciendo

    tambin, implcitamente,

    una

    cierta

    fronteracon los hablantes no-nh uatl, ya que para

    llegaral cuento tendrn que pasar por la traduc-

    cin alespaol, con los posibles desvos de este

    pasaje.

    8

    Es impor tante notar que el locutor-contador

    est

    tambin condicionado

    no

    slo

    por lo

    dado

    que

    lo provee con un m odelo sobre el cual elabo-

    ra

    y crea, pero tambin por lo planteado , que

    supone

    u n

    pblico,

    una

    condicin particular:

    so -

    cial,

    poltica, econmica o lo que sea. Expresio-

    nes

    como:

    s

    seor ,

    aja ,

    entonces

    ya

    como

    te digo , as es ese cue nto , etctera, no slo ha-

    cen presentir la presencia de un otro inter-

    locutor u

    oyente ,9

    sino que tambin dan cuen-

    ta de la

    actitud

    del

    contador;

    en un

    cierto

    mo-

    mento

    l

    sinti

    la

    necesidad

    de dar

    verosimilitud

    al

    cuento, de confirmar y acentuar lo que deca.

    La

    presencia

    de

    pasajes

    en

    forma

    de

    discurso

    di-

    rectolibre como: algn

    d a

    hemos

    de

    comereste

    hom bre , dnde dejaron

    los

    huesos

    de mi pa-

    dre? , etctera, demuestran lavoluntad del con-

    tador de enfocar en ciertos aspectos del cuento.

    Las formas retricas o poticas,

    como

    la repeti-

    cin:

    maana,maana

    vamos atrabaja r , Este

    hombre erahijo de

    Dios. Todava

    no

    haba

    sacer-

    dotes,

    todava no haba nada,

    pero

    era hijo de

    Dios ,

    hacen

    lo

    mismo

    y

    demuestran adems

    el

    vnculo

    que se establece entre el

    locutor

    y el p-

    blico, que constituyen lasituacin de l enuncia-

    do, osea:lo planteado .

    La

    estructura externa (forma) tambin consis-

    te , como dijimos, en un esquema dado y pro-

    pio a los nahuas de la Sierra

    Norte.

    Se observa,

    por ejemplo, unafrmuladeinicioqueaquem-

    pieza

    con

    Pues dicen

    y que

    revela

    una

    multi-

    tud de voces. Si anteriorm ente vimos que esto

    revelabauna

    actitud,

    que

    hemos calificado

    de

    de-

    rresponsab ilizacin del contad or hacia el cuen-

    to ,

    tenemos

    que

    subrayar,

    sin

    embargo,

    que

    hace

    tambin partede uncierto cdigo dado ,deunas

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    PATR IC E

    G I A SSO N

    59

    frmulas oesquemasque serepitenenvarios cuen-

    tos,

    lo que

    demuestra

    la

    superposicin absoluta

    de lo

    dado (esquema)

    y de lo

    creado (actitud).

    Lo podemos observar tamb in en la frm ula tra-

    dicional

    de

    cierre:

    Y

    este

    cuento

    all

    termi-

    na (p. 6), o en la reca pitula cin del cue nto, otra

    caracterstica de la literatura nhu atl: Lo que

    les

    cuento

    es que ese hom bre vino del chupam ir-

    to... ,o en ciertas funciones implcitas, muy fre-

    cuentes en los cuentos nahuas, como la funcin

    moralizadora10

    y la

    presencia

    de un pasaje en -

    tero moralizador

    que

    empieza

    con el

    enunciado:

    Sentiopil

    hizo

    un

    trabajo

    muy

    grande ,

    y que

    termina justo antes

    de la

    frmula

    de

    cierre:

    y

    este cu ento term ina all . Sin emba rgo, todas es-

    tas caractersticas tradicionales que menc ionam os

    aqu son tambin dirigidas en cierta medida por

    elcontador

    mismo,

    que no las

    reproduce mec-

    nicamente sino

    q ue

    dispone

    de

    ellas

    segn

    su

    elec-

    cin.

    El

    contador tiene,

    por

    ejemplo,

    la

    libertad

    de

    comenzar

    el

    cuento donde quiera

    y de

    termi-

    narlo cuando quiera, resumiendo unos pasajes y

    dando ms

    nfasis

    a

    otros

    atravsde unamorale-

    jaque organizaa sum anera:elpasaje moralizador

    en este relato, por ejem plo, no se halla, como suele

    ir, al final del cuento, sino que se integra en va-

    rios

    puntos

    del

    relato.

    El

    contador goza tambin

    de la posibilidad de dar suopininde lo que con-

    sidera jus to

    o de lo que juzga

    condenable, como

    observamos

    en el

    caso donde habla

    de l

    canibalis-

    mo: Coman carne cruda, se coman a los cris-

    tianos [...]

    a suspropios

    hermanos .

    Del mismo modo, loselementos mitolgicos

    del relato resultan pertenecer

    a lo

    dado ,

    ya que

    se

    pueden

    identificar

    filiacioneshasta

    con

    elemen-

    tos que

    datan

    de la era prehispnica.

    Primero

    y

    entreotros,

    la

    naturaleza m isma

    de

    Sentiopil. Dios

    del maz ( hijo del maz ,

    como

    dice el ttulo)

    y de

    todos

    los animales que se

    nutren

    de este ali-

    mento, Sentiopil (cew/z=maz, y/>z //z=

    hijo)

    est

    ligado a la figura prehispnica de la deidad del

    maz Centeotl

    (centli'=

    maz,

    teo/=dios), consi-

    derada a veces hembra y a vecesvarn.

    11

    Varios

    cuentos modernos,

    y otros ms

    antiguos, cuen-

    tan una

    historia

    muy

    similar

    a la

    nuestra, donde

    Sentiopil tiene todas

    las

    caractersticas

    de

    Centeotl

    y

    que, como

    en

    nuestra historia, aparece

    como

    un h ur fan o que nace de las plantas y que da luz

    a lahumanidad.12

    Hay

    otros

    elementos

    que concretizan la posi-

    bilidad de un legado nocional prehisp nico,

    como

    por

    ejemplo

    la

    nocin misma

    de

    sacrificio

    (lostistsimimej

    sonaqusacrificadosparaqueocu-

    rra la aparicin de los humanos), o, an ms no-

    torio,la superposicin de tiempo s d iferente s, re-

    cordando el tiempo cclico: Sentiopil,comodice

    el

    contador, viva

    en

    otro tiempo superpuesto

    al

    delos hom bres: Peroera otro tiempo , dicen que

    era

    de

    noche .

    13

    Sentiopil cruza tam bin el tiem -

    po de los

    hombres, como cuando recupera

    los

    huesos de supadre con el fin dehacerlo vivir de

    nuevo (implcitamente, para conocer

    sus

    pro-

    pios orgene s). Este episodioessimilaralviaje de

    Quetzalcatl en el Mictlan donde recupera los

    huesos

    de los

    hombres

    con el fin de

    reincarnar-

    los ,como secuentaen laLeyendade los

    soles.

    La

    presenciadel chupam irto como fun dador del pue-

    blo,

    14

    de los tsitsimimej, de

    diferentes animales

    mitolgicos (aqu animados) como

    las

    tortugas

    que salvan a Sentiopil, o la vbora que Sentiopil

    captura, constituyen, del mismo modo, elemen-

    tos que

    confirman

    la

    existencia

    de un

    rico

    dado .

    Sin embargo, ms

    all

    de los eleme ntos da-

    dos

    y de sus

    variaciones hallables

    en

    otrosrela-

    tos sobre Sentiopil, este cuento tiene su propia

    originalidad en la man ipulac in de las figura s. Di-

    ramos

    que lo

    dado

    sirve

    de

    alguna manera

    de

    tela de

    fondo sobre

    la

    cual

    el

    contador

    va

    bordan-

    dootrocue nto. La voz del yo se aad e a las de

    lo s otros ,

    pasados, presentes

    y

    futuros, creando

    as

    un constan te renuevo de los elementos tradi-

    cionales.Enotras palabras podramos decirque

    [...] la memoria se renueva constantemente y [...]

    esterenuevo no se

    efecta

    por m edio del olvido sino

    por el

    m antenimiento

    d el

    sistema

    de

    representacin,

    es

    decir, dotando

    de

    nuevos

    significados los

    siste-

    mas de representacin preexistentes o, en algunos

    casos, creando n uevas repres entacio nes, quienes,

    obligatoriamente, sern integradas

    al

    sistema

    de in-

    terpretacin

    qu ecaracterizaa l

    grupo.

    13

  • 7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf

    5/10

    60

    EL YO Y LOS O T R O S . C O M U N I D A D O C O L E C T I V I D A D0

    Este fenmeno de creatividad ( lo creado ,

    como diceBajtn) es muy notorio en el uso que

    sehacede las

    figuras

    dadas .Como

    ejemplo

    en-

    contramos

    en

    nuestro cuento

    un pasaje de ma-

    yor importancia que demuestra con claridad la

    intervencin del contador. Es el pasaje mora-

    lizador

    qu e vimos anteriormente, dondese ve a

    Sentiopil regresar a la ciudad y pedir limosna

    a los nuevos ciudadanos que all habitan. Resu-

    mamos los hechos: los hombres niegan la limos-

    na

    a

    Sentiopil

    y le

    dicen

    que

    debe marcharse

    con

    la amenaza

    de que le van a

    pegar; par a vengarse

    de esta

    falta de

    respeto, Sentiopil, creador

    de la

    ciudad, decide inundar el lugar hasta que los ha-

    bitantes

    se

    arrepientan

    de

    haberlo ofendido.

    Po-

    dramos decir,muy grossomodo,qu ehastaallel

    contador parece rendir el cuento tal como se lo

    hubieran hecho contar, que su accin todava

    reposa en lo dado . Peroluego el contador

    afir-

    ma lo siguiente: Ento nces [Sentiopil] hizo pen-

    sara loskoyomej . Esta afirmacin constituye un

    comentario

    muy

    personal, haciendo aparecer

    en

    el

    cuento cosmognico (que se quiere, por decir-

    lo as, de carc ter a-histrico ) un elem ento ple-

    nam ente contemp orneo, a saber: los

    koyomej

    (quesignifica

    mestizos).

    De repente, irrumpe una

    figura que no

    tiene

    su

    origen

    en el

    relato tradi-

    cional , sino que to ma for ma a par tir de la reali-

    dad

    social existente.

    Si la

    primera parte

    de

    este

    pasaje sepuede leer como elcastigode loshom-

    bres por su arrogancia hacialosdioses,16hay que

    enten der la segunda parte de man era mucho ms

    imbricada en los hechos co ntemp orneos al con-

    tado r, que se ubic a, como en el enunciado en-

    tonces hizo pensar a los

    koyomej ,

    en lo plantea-

    do . Efectivamente,

    el

    establecimiento

    de los

    koyomej (mestizos) en la regin represen t, como

    lo menciona Pierre Beaucage,

    una fuerte

    amena-

    za para los maseualmej (indios nahuas):

    [...]

    la

    sierra

    constituy para los

    indgenas

    una zona

    de refugio frente a laexpansinde las

    haciendas

    en

    lossiglos

    XVII

    y

    XVIII,

    pero a

    partir

    de l finaldel si-

    gloXIXvieron llegara losmestizos hispanohablan-

    tes de las altas mesetas que

    tomaron

    el

    control

    de

    las

    ms grandes

    aglomeraciones, establecieron

    co -

    mercios y seapropiaronde una

    parte

    de lastierras,

    introduciendo

    culturasde

    exportaciones.17

    En este sentido, la venganza de Sentiopil, que

    inunda laciudad, personifica tam bineldeseode

    justiciaquecultivanlosmaseualmejacercade los

    mestizos,quienes alter aron el modo tradicional

    de cultura y transformaron a muchos campesi-

    nos, antiguam ente autosuficientes,entrabajado-

    resjornaleros.

    18

    En suma,elcontador puede dar lavueltaque

    quiera a lo que pretende rendir fielmente:si los

    que

    dicen que le proporciona n una historia pre-

    cisa,

    no

    implica

    que l no

    pueda tambin afirmar

    algo

    que le

    concierne directamente,

    y a su

    vez,

    enriquece r lo dado de sus aportaciones, a la luz

    delasituacin(de lo planteado ).

    Elcontador de mu estra que ningu na situacin

    ser jams igual a lasanteriores, y ascrea sus

    relatos.

    La

    presencia

    de

    frases como este hom-

    bre

    era hijo deDios

    (p.

    5), o

    tena milagros

    (p. 5),

    referindose

    a

    Sen tiopil,

    dan

    cuenta

    de la

    presenciade un fuertesincretismo entre lo mito-

    lgicoprehispnico

    y e l

    cristianismo, demostran-

    do que

    cada nuevo vector, sostenido

    por

    cada

    nuevo creador , puede mezclarsecon lo dado

    yenriquecerlo.

    Lo creado es muy visible en lasfunciones

    implcitas delcue nto. Aparte,en lafuncin mora-

    lizadora que acabamos de ver predo min a una fun-

    cin emin entem ente identitaria que se desprende

    de

    lasdiferentes partesdel relato. El hecho, por

    ejemplo,de que lacreacinde lmundo sehagaen

    torn o al pueblo donde vive el contador, de que

    se mencionen varios topnimos

    como

    Cuesco-

    matepec (donde se guard el maz), Xochicaltenco

    (donde los nios fueron encarcelados), Tecuan-

    tepec

    (dondeseguardaron losperros), San

    Pedro,

    Mazapn, etctera, participa simblicam ente, ya

    que estas ideas son integradas al relato mitol-

    gico

    para delimitar

    el

    territorio habitado

    por los

    nahuas;de alguna ma nera , el contador expresa su

    identificacin

    conesteterritorio.

    A la luz de lo que acabamosdedecir, concor-

  • 7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf

    6/10

    PA TRICE

    GIASSON

    61

    damos entonces con Bajtn cuando afirma que

    "lo

    creado siempre

    se

    crea

    de lo

    dado"

    y

    que,

    de la

    mism a forma, "todo lo dado se transfo rm a en lo

    creado".

    19Lasreflexiones

    adelantadas

    en

    este tra-

    bajo

    nos llevan tambin a diversos cuestiona-

    mientos acerca

    de la

    nocin misma

    de

    comuni-

    dad,

    de

    cultura

    y de

    tradicin.

    Los

    cuentos,

    o

    cual-

    quier otraobra

    de

    arte,

    ya sea una

    composicin

    musical, un cuadro, unglifo , en lamedida que

    constituyen un acto innovador, no son simples

    resultados

    de un

    proceso histrico

    fijo.

    Esto

    nos

    lleva a considerar a la comunidad como plural,

    puesto

    que en s no es

    nada

    m s que una

    aglome-

    racin de voces. Postulamos entonc es que a pesar

    de que el contador pretendiera ser, o que preten-

    dieran que fuera, el representante de un cierto

    grupo, l es antetodo el

    portavoz

    de su propia

    voz.

    20

    La

    obra de arte no es el resultado de tal in-

    fluencia

    artstica,

    de tal

    corriente,

    de tal

    ideolo-

    ga,sino

    que su

    misma existencia depende

    del

    gra-

    do de

    autonoma

    y de

    originalidad.

    Lo que

    plan-

    tea

    Bajtn

    contienela

    fuente

    de una nueva visin

    de las

    fuerzas

    hegemnicas de

    ciertos conceptos,

    como

    el de comu nidad, que an siguen condicio-

    nando

    el

    pensamiento

    en las

    ciencias sociales

    en

    su

    conjunto. En suma, Bajtn nos proporciona

    una nueva visin del individuo y de su relacin

    con los

    otros ,

    la concepcin de un nuevo espa-

    ciodialgico donde la voz de uno seaadeallar-

    go enunciado colectivo. Las limitaciones del tr-

    mino

    comunidad

    sonmanifiestas, especficamente

    cuando se trata de rescatar el acto creativo, y en

    este

    sentido

    la

    palabra

    colectividad

    representa,

    como

    pudimo s observar aqu,unaopcin mucho

    ms apta para dar cuenta de la heterogeneidad

    de lassituacionesen lascualesuna obra toma su

    camino.

    Anexo

    Sentiopil,

    elHijo

    del Maz 21

    [p. 44]

    "Pues d icen

    que

    ste

    era un

    hombre

    que se

    llamaba Sentiopil. l vino de un pajarito,vino

    del colibr, del chupamirto.

    A ese

    hombre

    lo

    hicieron

    con la

    hija

    de una

    anciana.

    Ella

    tena

    una

    hija.

    Les

    decan, como

    ya les

    dije...

    coman carne cruda,

    se

    coman

    a los

    cris-

    tianos, comanavecesalcristiano,a sus propios

    hermanos. Les decan tsitsimim ej. Eran los ante-

    riores.

    Y el

    chupamirto conoci

    a la

    hija

    de la

    ancia-

    na canbal y se la llev; se llev a la muchacha

    tsitsimit.

    Entonces

    el

    chupam irto hizo

    suhijo,pero no

    lo

    hizo cristiano sino slo hizo una bola de san-

    gre.

    Entonces

    lo fue a

    enterrar

    a la

    orilla

    de una

    fuente.

    Al lado del manantial brot una mata de

    maz rojo, del que llamam os tsikat. Ah creci.

    Unos ancianos , los que despus

    criaron

    a

    Sentiopil,

    fueron

    a ver en qu se

    haba converti-

    do esa mata de maz. La mata tena un fruto, lo

    cortaron y vieron que segua siendo una bola

    de

    sangre.

    L a

    planta haba nacido

    de la

    sangre

    y

    haba

    dado un frut o de sangre. Entonces lo tira-

    ron al

    manantial.

    Por all seator,

    all estaba,

    all

    estaba dando v ueltasen elagua, haciendo una

    rueda.

    Los ancianos regresaronalm anantialy vieron

    que

    ah adentro estaba llorando un recin naci-

    do .

    Luego cuentan

    que se lo

    trajeron

    a su

    casa

    y

    lo criaron.

    Lo

    mantuvieron como pudieron.

    Entonces Sentiopil creci. Aprendi atocar.

    Cuando los

    tsitsimim ej

    y sus vecinos queran que

    hiciera

    bailar

    a la

    anciana,

    a sus

    hijos

    y a sus

    hijas,

    hacanque l les tocara m sica y bailab an.

    Hasta

    el anciano bailaba.

    Con eso se

    alegraban.

    Decan:

    Algndahemos decomer aestehombre.

    Ellos queranqueS entiopil muriera.

    Queran

    comrselo.

    [p. 45] Un da los canbalesya pensaron co-

    merse

    a

    Sentiopil.

    Le dijeron:

    Ahora

    muchacho, estas ancianas quieren

    darte un bao en el temazcal.

    Bueno, entonces prepararon el

    horno

    con lum-

    bre

    y

    all metieron

    a ese

    hom bre. Que ran asarlo

    porque

    as

    com an asados

    a sus

    herm anos, asados.

    S

    seor.

  • 7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf

    7/10

    62

    EL "YO"Y LOS"OTROS " .

    C O M U N I D A D

    O

    C O L E C T I V I D A D ?

    Ese

    hombre era hijo de

    Dios

    aunque nunca

    habasido bautizado ,era

    hijo

    de

    Dios. D ios

    le dio

    poder.Ycuando lometieronalhornofue atraer

    dos tortuguita s y las ech adentro. Las tortugas

    hicieron

    una

    laguna chiquita. Sentiopil

    se

    meti

    a

    esa

    laguna,

    se

    ba dentro

    del

    horno, pero

    no se

    as. Cua ndo fu eron aabrire ltemazcal parasacar-

    lo y comrselo ya, vieron que segua vivo.

    Segua

    mirando a su alrededor, aja. Entoncessesali.

    Ahora les

    dice

    ya me

    baaron. Ahora

    ustedes

    van a

    entrar

    al

    temazcal

    a

    baarse.

    El mismo volvi

    a

    partir lea,

    y

    volvi

    a ha-

    cer la

    lumbre

    en el

    horno.

    Los

    tsitsimimej tenan

    un

    horno.

    Prendi elhorno, localenty

    all

    ech

    a

    toda lamata de tsitsimim ej, desdeel

    viejo

    y la

    vieja

    y un as muchacha s. A todos los quem.

    Sen tiopil quem a todos los tsitsimim ej, lue-

    go recogi

    las

    cenizas

    en una

    olla grande

    y la ce-

    rr. Despusse laentreg alsapo paraque la

    fue-

    ra a

    tirar

    al agua. El sapo quera saber qu era eso

    y aunque le haba dicho que no abriera la olla,

    l

    por

    tonto

    la abri y entonces salieron muchos

    bichos que lo l lenaron de piquetes . Adentro

    haba

    moscos, avispas y muchos otros animales.

    Los piquetes de esos bichos dejaron al sapo con

    lapiel spera, por eso el sapose ve con el lomo

    rasposo porque lo picaron esos bichos. S seor.

    Entonces Sentiopil seenoj.

    Cuando quem

    a los

    tsitsimimej, slo

    dej

    a

    dos nios

    y a dos

    perros para preguntarles dnde

    haban tirado los huesos de su padre, el que lo

    haba

    criado. Los tsitsimimej[p. 46]habanma-

    tado

    al que le

    haba dado

    la

    vida,

    lo

    haban mata-

    do y se lo haban comido.

    Sentio pil pens reunir los hueso s de su padre.

    Los perros se lo haban comido. Entonces pens

    juntar

    los

    huesos

    de su

    pap.

    El

    mismo

    los iba a

    bendecir para q ue otra vez se volviera cristiano.

    Para hacer eso, pregunt a los nios:

    Dndedejaron loshuesosde mipadre?

    Le contestaron:

    Nosotros no lo sabemos, deben de saberlo

    los perros porque ellos se lo llevaron.

    Bueno,

    pues rale , que los perros renan

    los huesos. Ustedes saben dnde

    fueron

    a dejar-

    los.

    Vayan

    a

    traerlo

    todoy me lo

    entregan. Aqu

    yo lo voy apegartodo.

    Los

    perros juntaron

    todos lo s

    huesos. Sen-

    tiopil, como

    hijo

    de

    Dios

    que era, arm el esque-

    leto

    de su padre. Lo hizo enter o c om o de un cris-

    tiano

    y fue a

    decirle

    a la

    anciana

    que lo

    cuid

    de

    nio.

    Esa

    anciana

    era una

    vecina:

    Mam le

    dijo,

    voy a

    venir pero

    no

    vol-

    tees

    a

    ver.

    Voy a ir a

    traer

    al que era mi

    pap.

    Voy a

    abrir

    la

    puerta p ara traerlo.

    No

    voltees

    a

    ver hasta que no lo hay a puesto aqu junto al fo-

    gn. Aqu

    voy a

    poner

    a mi

    padre

    y en ese mo-

    m ento lo podrs ver. Yo te voy a llamar para que

    lo veasy as, ya te podrs voltear. No voltees

    antes.

    Entonces Sentiopil

    ya

    haba hecho eso.

    Pero

    la

    anciana no aguant estar de espaldas. Al or

    queSentiopil empezabaaabrir lapuerta, sevol-

    te para ver si de veras ya lo traa y entonces se

    desarm todo el esqueleto. Se descompuso.

    Sentiopil

    se

    enoj

    y

    dijo:

    Ahora

    ya no sirvi m am , por q u volteas-

    te haciam ? Yo teordenque novoltearas aver.

    Ahora me voy a ir

    lejos,

    no s por dnde me

    voy a ir sin rumbo . Y o quera tener a mi pap. El

    que

    me dio la

    vida.

    Sentiopil

    decaqueelloslehaban dado lavida,

    pero

    no

    saba

    si era la

    anciana

    la que le

    haba dado

    lavida o cmo haba sido aquello. E l no lo saba.

    [p. 47]Bueno mam, ahora voy a sembrar

    dijo.Le voy a preguntar a alguien o yo mismo

    voy a

    pensar cm o

    le

    dijo.

    Voya

    sembrar

    en

    siete valles, siete laderas

    y

    siete

    caadas.

    Hizoun trabajo muy grande.

    Llvanos una

    jicara

    de

    tortillas

    dijo a su

    mam, pero pequea.

    La

    anciana empez

    a

    llena r una, dos, tres

    jica-

    ras de tortillas. Apenas las poda cargar para le-

    vrselas.Y pas medioda y no llegaba. Entonce s

    Sentiopil dijo:

    Ir a

    encontrar

    a la

    anciana.

    La

    fue a encontrar. Ella apenas poda aguan-

    tar lastortillasquellevaba. Sentiopil ledijo:

    Peromam,

    te

    dije

    qu e

    debas

    de

    traer slo

  • 7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf

    8/10

    P ATRI CE GIASSON

    63

    una

    jicarita

    as de

    tortillas.

    Mis

    mozos

    no

    comen.

    Lesdar

    de a un

    pedacito

    y ya.

    Sentiopil hizotrabajara todos los animales que

    ahora comen maz.Hizo trabajar a la ardilla,a

    los

    tejones,

    a l

    mapache.

    Hizo

    trabajar

    a los

    pja-

    ros. S,ellos tamb in tra bajaron , aja.

    Y por eso, pues vio como tont a a la anciana

    porque lehaba dichoque llevarauna jicaritad e

    tortillas. Parta en cuatro una tortilla y daba un

    pedazo

    a

    cada

    uno de los

    animales.

    Entonces ledijo:

    Maana,m aana vamosatrabajar.

    Sentiopil tena mucha gente pero no coma,

    una tortilla la divida en cuatro partes.

    Entonces

    le

    dice:

    Maana le

    dice

    haz como te dije, trae

    slouna jicar ita de tortillas y les alcanz ar.

    Entonces dijo laanciana:

    Pues

    bueno.

    Al da siguiente le ma nd a Sentiop il slo una

    jicarita

    de tortillas.

    [p. 48] El trabajo ya se estaba term inand o. Ya

    mero

    acababan.

    Yo

    lo

    arregltodo.

    Unoscortaban lea,otros tumbaban rboles,

    otros hacan otras cosas.

    Todoslos

    animales

    que

    comen maz estaban trabajando.

    Entonces

    ya

    como

    te

    digo,

    esa

    mazorca

    que se

    dio,

    la

    guard all

    en ese

    lugar

    que

    nombran Cues-

    comatepec. A ll guard

    la

    cosecha, guard

    el

    maz.

    No guard mazorca, guard maz

    puro.

    Por eso

    ven que los arribeos traen el maz alargado por-

    que ese

    maz estaba apilado as. Estaba bien

    apilado. Los arribeos se adelantaron cuando lo

    supieron. Ellos se adelantaron a traer el maz.

    Nosotros los de por

    aqu, fuimos

    atraerla

    semi-

    lladel maz p ero despus. Ya hab an pisado y res-

    balado con ella, por eso la semilla de aqu es an-

    cha, porqu e la pisaron. Se estuviero n resbaland o

    sobre ella nuestros herm anos arribeos.

    Sentiopil guard

    ese

    alimento

    y ya no

    volvi

    a

    sembrar. Sentiopil viva solo.

    A los nios tsitsimimej losapres y losguar-

    d en un lugarque se llama Xochicaltenco. All

    viven esos nios que eran hijos de los tsitsimim ej.

    Alos perros los guard en Tecu antepec, por eso

    sellama

    as ese

    lugar, Tecuantepec.

    Sentiopil pens hacer una ciudad. Viva solo

    cuando pen s hacer la ciudad. Entonces la iba a

    hacer

    aqu por San Pedro. Este lugar est por

    abajo

    de

    T ecuantepec.

    Ese hombre erahijo de Dios. Todava no ha-

    basacerdote, todava no hab a nada, pero era

    hijo

    de

    Dios.Pensabay hacalascosas, luegolasben-

    deca

    y

    tambin daban frutos.

    As

    como cuando

    Jessvino

    a

    vivir

    en la

    tierra,

    as era

    tambin

    ese

    hombre, era igual.As fue esehombre que naci

    en

    la

    tierra. H aba nacido

    en la

    tierra.

    Y despusya haban amarrado lavbora

    all

    en SanPedro all seralaciudad, pero se leesca-

    p. La

    haba atrapado otra

    vez en

    M azapn,

    otra

    vez se leescap. Entonc es lasiguiy la atrap a

    donde hasta ahora la tiene amarrada, en Mxico.

    All cre la ciudad de Mxico y despus [p. 49]

    hizo laciudaddePuebla.

    Hizo

    esaciudad,laciu-

    dad de

    Sentiopil.

    As es ese

    cuento.

    Y entonces hizo esa cosa.Hizo las dos ciuda-

    des: Puebla y M xico. Fue l quien trab aj.

    Pero

    era

    otro

    tiemp o, dicen

    que era de

    noche. Sentiopil

    trabaj en laoscuridad. Y cmo trabaj siendo

    noche?

    Sentiopil tena milagro.

    El era

    as.

    Entonces cuando sinti que ya mero iba a

    llegar este tiempo en el que vivimos

    nosotros

    los cristianos, dijo que no se iba adejar

    morir

    porque todos los que bamos a amanecer tena-

    mos que m orir despus. Y l no iba a am anec er

    con lagente para no morirse nunca y as poder

    ver qu iba a pasar con su trabajo. Sentiopil pen-

    s

    esconderse de la luz.

    Ese

    hombre sigue viviendo hasta

    ahora.

    Sen-

    tiopil vive con la vbora . Vive all donde la ama-

    rr. All vive Sentiopil. Tambin viveen medio

    delmar. Anda

    en las

    profundidades. A ll est.Aja.

    Esehombre vive hasta ahora.

    Sentiopil hizo

    un

    trabajo

    muy

    grande.

    Pobre

    hombre Un dahaba venido avisitara los que

    emp ezaron a poblar Mxico. Los habitantes de la

    ciudad se sentan m uy grande s. Se crean

    mucho.

    La

    gente estaba ocup and o las casas

    pero

    no saba

  • 7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf

    9/10

    64

    EL "YO" Y LOS "OTROS". CO MU NID AD O COL ECTIV IDAD?

    quinhaba construido laciudad. Entonce s pen-

    s

    venir

    un

    da.

    Y les

    peda

    un

    favor,

    que si po-

    dan dar unos cuantos centavos.Esclaro, l no

    necesitabadinero.En elaguano senecesita nada.

    l

    peda

    ese

    dinero.

    Y le dijeron:

    Tno. Esmejorque tevayas,porquesi no,

    te vamos a pegar.

    Sentiopil les

    contest:

    Me

    van a

    pegar?

    Yo

    constru este lugar

    les

    dijo.

    Yo lohice.

    T?

    Qu hiciste?

    Hiceesta ciudady laciudaddePuebla.

    Ah

    Y

    cmo

    lo

    hiciste

    t

    solo?

    [p. 50]Puespude hacerlo.Si no locreen, aho-

    ra lo van a

    creer.

    Fue

    perall

    a

    hacer

    un

    hoyo

    en el

    suelo. Como

    l era quien haba construido, conocaellugar.

    Fue a abrir un hoyo y all empez a brotar mu-

    chaagua.En una hora haba mu cha agua, as.El

    pueblo

    empez

    a

    inund arse. Mucha gente

    ya se

    iba a los lugares altos donde no llegabaelagua.

    Algunos

    andaban montados

    a

    caballo.

    No

    haba

    sealesde que se

    fuera

    adetenerelchorrodeagua.

    Entoncesempezaron arogarle.Ledecan:

    Vea

    cerrarotra

    vez elhoyoque

    abriste, por-

    que si no, nos vas amatar.

    Perosi

    ustedes mismos

    han

    dicho

    que yo no

    snada.

    No, si yo

    constru este lugar

    y

    constru

    la

    otra ciudad. Ustedes

    ven a

    alguien dijo

    como

    si no

    valiera nada. Pero todos valemos.

    Entonces hizo pensar

    a los

    koyomej. Empe-

    zaron a decir:

    Puesahoralevamosa dartodoeldineroque

    quiera.Le vamos a dar lo que pida.

    Pero

    acaso queraalgo?

    No, l no

    quera nada.

    Eldinero no lo voy a llevar. No llevar nada.

    Slo los

    vine

    a ver

    porque

    se

    creen mucho.

    Se

    creen

    mucho porque ustedessevinieron avivir

    aqu. Ustedes llegaron cuando

    las

    casas

    ya

    esta-

    ban

    hechas,

    no las

    hicieron.

    Y

    este cuento

    all

    termina.

    Lo que lescuentoes que esehombre vinodel

    chupamirto.De allvinolamatade esecristiano.

    As naci Sentiopil.Lo haban tirado al aguay

    de all tom laformadecristiano. Y mat a los

    tsitsimimej.

    Esosquedicenquecom an c arne cru-

    da, que se

    coman

    a sus

    hermanos.

    Se

    coman

    a

    loscristianos. Ellos mataron al que ayud acre-

    cer a

    Sentiopil.

    Lo

    mataron

    y se lo

    com ieron. sos

    eran los tsitsimimej".

    Notas

    * Este artculo fue escrito durante el Sem inario de tra-

    dicin oral mesoamericana dirigido

    por eldoctor

    Jos

    Alejos (UNAM).

    ' Estos conceptos aparecen mencionados en su ar-

    tculo titulado:"Elproblema deltextoen lalingstica,

    la

    filosofa

    y otras ciencias humanas. Ensayo de anli-

    sis

    filosfico"(M. M. Bajtn,

    Esttica

    de

    la

    creacin ver-

    bal

    pp .

    294-324).

    Lo

    menciona

    en un artculo an no

    publicado.

    3

    DiccionarioPorra p. 184.

    4

    Esta frase, que yo traduzco aqu, viene de su lti-

    ma pelcula tituladaLo

    enredos

    de Harry.

    5

    Michel

    Foucault distingue

    d os

    tipos

    de

    discursos:

    "Los discursos que 'se dicen' en elcurso de los dasy

    de las

    conversaciones

    y que

    desaparecen

    con el

    acto

    mismoque los hapronunciado; y losdiscursos que es-

    tn en el

    origen

    de un

    cierto

    nmero

    de

    actos nue-

    vos de palabras que los reanudan, lo s transforman o

    hablan

    de

    ellos,

    en

    resumen, discursos que, indefinida-

    mente, ms all de su formulacin, son dichos perma-

    necen dichos,

    y

    estn todava

    por

    decir"

    (M .

    Foucault ,

    El orden del discurso

    p. 21).

    6

    M. M.

    Bajtn, op.

    cit. pp. 13-191.

    7E lmitofue

    recopilado

    en los

    aos ochentas

    y

    est

    publicado

    en una

    recopilacin

    de

    relatos

    nahuas de la

    Sierra

    Norte,

    titulada:Les oamos

    contara

    nuestros

    abue-

    los. La

    referencia

    se

    encuentra

    en la

    bibliografa bajo

    CEPEC

    y el lector encontrar el

    relato

    en el anexo a

    este ensayo.

    8Puesto que no trabajamossobregrabaciones, no

    podemos hablar

    del

    "rendimiento"

    del

    cuento: tono

    vocal, pausas, gestos, actuacin, etctera,

    peroes ms

    que evidente

    que

    todas estas "posiciones" hacen parte

    de lo

    creado ,

    y no de lo

    dado ,

    ya que el

    contador

    escoje

    personalmente

    su

    modo

    de

    expresividad.

    9 Ms que pasivo, elinterlocutor afecta, interviene

    y

    participa directamente

    en el

    cuento.

    Y

    muc has veces

    lo que

    dice

    o no

    dice

    el

    contador

    es en

    funcin

    de lo

    qu e sabe o no sabe el pblico, los otros presentes.

    Comprenderemos adems

    que el

    locutor est tambin

    condicionado

    por

    estos otros .

    La funcin moralizadora estambin una caracte-

    rstica

    del

    cuento,

    como

    gnero literario,

    y de las

    fbu-

  • 7/24/2019 Giasson, Patrice - El yo y los otros. comunidad o colectividad.pdf

    10/10

    PATR IC EGIASSON

    65

    las. Danielle Dehouvehizo un trabajo interesanteso-

    bre la posible influencia de la

    fbula

    en laliteratura

    nhuatl

    delCentro.

    11 C. A. Rbelo,

    Diccionario

    de

    mitologa nhuatl,

    vol. 1, p. 10.

    S. de

    Pury Toumi,

    Sur les

    traces

    des

    indiens nhuatl,

    mota

    mot

    p.

    155.

    3 Notaremos tambin las similitudes qu e tiene el

    ambiente oscuroyhmedo donde vive Sentiopilen

    elcuento con elTlalocan de los

    mexicas.

    4 En muchos cuentos nahuas el chupamirto (coli-

    br) aparece asociado a lafundacinde l mundo.

    15

    P. Petrich, Les contentieux de la

    mmoire ,

    en

    Mmoire

    de la

    tradition

    p.200.

    La

    traduccin

    es

    ma.)

    16

    Caracterstica tradicional,

    ya que se

    sabe

    que la

    arrogancia constitua en los tiempos prehispnicos

    uno de losviciosms

    ofensivos

    y quepoda

    causar hasta

    la

    destruccin de lmundo K.Taube,

    Mythes

    azteques

    et

    mayas,

    p. 125).

    17

    P.

    Beaucage,

    Anthropologe

    conomique

    de s

    communauts indignesde laSierra

    Norte

    dePuebla

    (Mexique), partie 1 , en La Revue

    Canadienne

    de

    Sociologie et

    d anthropologie, vol. 10 ,nm. 2, p. 125.

    La

    traduccin

    es

    ma.)

    18 dem.

    19

    M. M. Bajtn,

    op .cit.,

    p. 312.

    20

    D e hecho,

    Fierre

    Beaucage (quien particip en la

    recoleccin decuentos nahuas)mecomentabaq uecuan-

    doquisieron grabar relatos sobre laactualidad result

    imposible encontrar unacuerdo general entre lo s

    dife-

    rentes contadores: todos tenan

    una

    versin propia

    de

    lo shechos. Estodiosupuestamente lugaravarias pol-

    micasinterpersonales.

    21 Este cuento seencuentra en el libro de relatos

    nahuasLes

    oamos contar

    a

    nuestros abuelos,

    menciona-

    do bajo

    CEPEC

    en labibliografa,lleva aqu lasindica-

    ciones

    de la

    paginacin original(pp.44-50).

    Referencias

    Bajtn, M. M., Esttica

    de la

    creacin

    verbal.

    Mxico,

    Siglo

    XXI,

    1997.

    Beaucage, P., Anthropologe conomique des com-

    munauts indignes de laSierraNorte de Puebla

    M exique), partie 1 , en La Revue Canadienne de

    Sociologie

    e t

    d anthropologie,

    vol. 10,nm. 2. 1989,

    pp. 114-123.

    CEPEC,Les

    oamos contar

    a

    nuestros abuelos.

    (Taller de

    tradicin oralde laSociedad Agropecuaria.) Mxi-

    co,Instituto

    Nacional de

    Antropologa

    eHistoria,

    1994.

    Foucault,M.,El orden del

    discurso.

    Barcelona, Tusquets,

    . 1980.

    Petrich,P., Les contentieux

    de la

    mmoire ,

    en

    M -

    moire

    de la

    tradition,dir.

    por A.

    Bquelin, 1993,

    pp.

    187-202.

    Pury Toumi, S. de, Sur les

    traces

    de s

    indiens nhuatl,

    mot amot.

    Pars,L aPense sauvage, 1992.

    Rbelo,C.A.,

    Diccionario

    de

    mitologa nhuatl.

    Mxi-

    co,

    Innovacin, 1980.

    Schutte,O., Cultural

    Identity

    and Social

    Liberation

    in

    Latn American

    Thought.

    Nueva York, State

    University of NewYork Press, 1993.

    Taube, K.,

    Mythes azteques

    e t

    mayas.

    Pars, Le Seuil,

    1995.