GILLO DORFLES, EL CENTENARIO DEL ARTE, DAVID DE LOS REYES

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    revista de arte y esttica contemporneaMrida - Julio/Diciembre 2009. Enero/Junio 2010

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    Resumen

    La concepcin esttica

    y filosfica del artista italiano

    Gillo Dorfles se plasma en sus

    teoras sobre la creacin y

    el gusto como elementos de

    continua transformacin, sobre

    el hombre kischt como uno de

    los problemas ms graves a

    los que se enfrenta la esttica,

    sobre la transformacin hacia

    una civilizacin signada por

    lo electrnico digital que

    genera en el individuo una

    dependencia ante los objetoscreados, sobre la diversidad creativa y las constantes en los lenguajes del arte a

    lo largo de su extensa vida, sobre la velocidad y el ritmo que se producen por la

    mecanizacin actual de nuestras vidas, sobre la prdida del lenguaje simblico y el

    consecuente menoscabo del sentido de la verdad, y sobre el intervalo perdido. En

    suma, la experiencia, comprensin y realizacin artstica solo es posible a travs de

    la accin y comprensin ante la vida.

    Palabras clave: esttica, lenguajes artsticos, mecanizacin.

    Abstract

    The Italian artist Gillo Dorfles aesthetic and philosophical conception is

    translated in his theories about creation and taste as elements in constant change,

    about the kischt man as one of the most problematic issues that the aesthetic has

    to deal with, about the transformation towards a digital and electronic civilization

    creating in a highly object dependent individual, about the diversity of the creative

    act and the constants in the art language along his extended life, about the speed

    and rhythm generated by the mechanical nature of our present lives, about the loss

    of the symbolic language and the consequent impairment of the sense of truth

    and the lost interval. In sum, the experience, comprehension and artistic realization

    is only possible through the action and life comprehension.

    Keywords: aesthetics, artistic languages, mechanization.

    GILLO DORFLES, EL CENTENARIO DEL ARTEDAVID DE LOS REYES

    *X Seminario Nacional de Esttica Modernidades y Nuevas Moderrnidades, Diciembre 2009

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    Una vida. Gillo Dorfles es el gran centenario del arte del siglo XX.Nacido en la ciudad de Trieste en 1910, lleva a cuestas lcidamente todauna experiencia de vida artstica, intelectual, cientfica y crtica.

    Mdico psiquiatra, interesado por el arte, la esttica y la ciencia,comienza a pintar en los aos 30 del siglo pasado, luego de una estada enDornach, donde va a escuchar una serie de conferencias en el mbito delSteinerian Goetheanum. Influenciado por la antroposofa, vendr a estudiarcon pasin, la compleja y multidisciplinaria estructura y expresin humana.Separado de las tendencias futuristas del ambiente italiano su cercanacon la vanguardia provienen de la Europa central, representada por elReiter Blaue, la Bauhaus, el psicoanlisis freudiano y algunos elementos delsurrealismo y la arquitectura moderna.

    Es fundador en 1948 del MAC, movimiento del arte concreto, juntocon Atanasio Soldati, Gianni Monnet y Bruno Munari. Como pintor haparticipado desde la dcada de los 50 constantemente en exposicionescolectivas en Italia y en el extranjero. Lienzos en acrlico y en aceite vendrna caracterizar sus propuestas pictricas; con estos materiales se introduciren un estilo sinuoso, ambivalente, de lneas perfectamente libres, de formasorgnicas y un uso cromtico contrastante y experimental.

    A partir de sus compromisos tericos y acadmicos, pasa a ocuparla ctedra de Esttica en la Universidad de Miln, luego en Cagliari y Trieste

    por varias dcadas, dejando de lado su actividad pictrica y retomandola crtica de arte. Con ello se abre a los estudios crticos sobre la estticadel arte contemporneo en sus diversos aspectos que van desde lo social,el fenmeno publicitario, el diseo industrial junto a la moda pasando porla msica, la fotografa y la arquitectura en especial. Sin dejar la atencin acualquier novedad expresiva (los graffiti, por ejemplo), sensibilidad creadoramanteniendo una original actitud formal crtica.

    Es como pasa a ser, por su larga obra, este centenario, uno de losprincipales exgetas del arte moderno, siendo en los aos 50 uno de losprecursores ms entusiastas de la visin semitica del arte.

    Creacin y gusto. Entiende al mundo de la creacin y las esferas

    del gusto ms que como posturas estticas, como elementos en continuatransformacin, como posibilidades de una modernidad de la que hayque reconocer, replantear, y si lo requiere, negar. No se puede partir decero.

    Comprende que el gusto del pblico cambia casi al instante desu aparicin. Eso es cnsono con el tipo de civilizacin en que vivimos,junto a su era de la informacin, por la que estamos atravesando. Si anteslos estilos duraban cien aos o por lo menos varias dcadas, hoy unatendencia artstica puede realmente durar pocas semanas y de ah que se

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    viva bajo la constante de un permanente cambio en las sensibilidades, laspercepciones y, sobre todo, del gusto por la obra artstica; casi un cmprese,selo y trela al basurero. Son cambios que se efectan con extremarapidez.

    Sin embargo, reconoce que en los tiempos que corren la nicaactividad en que encuentra cierta consolacin es la arquitectura. Lapintura est declinando rpidamente, la escultura no encuentra buenosmateriales ni un buen lugar, y todo impregnado por la persistenteimpronta crematstica del mercado del arte; el arte nunca haba tenido

    tanto paralelismo con el comercio en tanto objeto de consumo, siendodeterminado ms por sus salidas al mercado que a la calidad y significadode su creacin. Siente negativa esta mercantilizacin del arte. Su visin dela arquitectura, muy cerca de su concepcin moderna, es un arte ligado aexigirle un espacio social, una funcin cultural y una utilidad pblica y espor ello que la vislumbra con mayor fuerza que las dems artes centradaen las formas plsticas.

    Del hombre kitsch. Siendo uno de los primeros que teorizar sobre elkitsch en el arte, sostiene que la persistente cuestin del hombre sin gusto,el hombre kitsch, uno de los ms graves para el avance de la condicin y

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    calidad esttica del arte, pues de l depende la mirada a muchas de lasmanifestaciones sociales, incluida el arte, y la legitimacin y el desarrollodel arte al obligarle pasar por la estadstica aceptacin de la miradade la masa. Este hombre kitsch es propio del tiempo que atravesamos,constituido por la guerra y el terrorismo que son alimentados por bandasfundamentalistas de fanticos, siendo una seal nada prometedora parael desarrollo de la civilidad. Un pesimismo estoico activo esgrime ante elhorror pleni por la que atraviesa el planeta, manteniendo cierta esperanzade cara a los prximos siglos que se encuentren recursos necesarios parallevar a cabo esa vuelta de tuerca del mundo incivilizado actual. Estconsciente que en la naturaleza cultural del hombre habita una voluntadde embellecimiento, que no deja de estar presente hasta en las escazasculturas aborgenes del presente, como lo son los nativos australianos o enlos grupos amaznicos.

    De lo mecnico a lo electrnico y mitopoietico. El cambio de unacivilizacin mecnica a una civilizacin signada por lo electrnico digitalhace que sea una constante la desaparicin de muchos productos,hbitos, y formas industriales de objetos manufacturados, donde losartefactos han pasado a ser sustituidos por signos, seales, por latactilidad de botones y ahora el touch screen. Esto conlleva una prdidade consistencia sustancial y ganan, en cambio, la liquidez y el flujo digital

    representado en la consistencia semntica o sealtica, como el mismoafirma.

    Ante este hecho donde los signos y las seales, las ondas yla digitalizacin, la virtualidad y la transparencia son elementosconstitutivos de nuestras formas de vida inscritos a una globalidad delas comunicaciones, Dorfles considera que asistiremos si no lo estamosviviendo ya, en un futuro cercano, a una recuperacin de ciertas formasde artesanado, que tenan una apariencia agonizante o que haban sidopuestos de lado por no encontrar en sus momentos cierta utilizacin. Nospromete que a la preeminencia absoluta del objeto creado industrialmentepasar a ser sustituido por una nueva fase artesanal, manifestando vnculos

    con factores artsticos gracias al redescubrimiento de materiales naturalesdejado de lado en los ltimos tiempos pero vueltos a utilizar. Al igualasistiremos a una recuperacin de factores simblicos y mitopoiticos deotros tiempos, presentes en muchos objetos de la antigedad ms remota yms reciente. Por eso lanza la pregunta dejndola al aire para que nosotrosrespondamos cmo no advertir el valor simblico de un telfono, de unordenador personal, de un reloj swatch y de muchos electrodomsticos?

    Esos elementos mitopoieticos los encuentra al observar, por ejemplo,una flota de aviones en las pistas de los aeropuertos que parecieran queasistiramos a un reagrupamiento de pjaros de verdad; al igual la selva

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    de ordenadores frente al escritorio del empleado, como duendes deiconografas mviles puestos a su servicio; televisores retransmitiendo losmitos del presente en el saln durante la pausa para el almuerzo: en ellospasan las letanas mgicas de sombras que vienen del ms all electrnicocautivador. Todo eso no deja de reafirmarle que el hombre incrustado ala globalidad comunicacional se ha convertido en buena medida en unesclavo de los objetos creado por s mismo. El hombre crea la mquinapero la mquina termina dominando la atencin y la vida del hombre.Esta dependencia de los objetos creados no es menos que aquella denuestros antepasados apegados a las mscaras totmicas, a los tabesde animales, de talismanes y fetiches que rodearon al pensamiento salvaje,que ahora bajo la semntica de lo digital y el permanente flujo de ondasen el espacio invisible transforman nuestra condicin en un permanentesalvaje pensamiento de ansiedad cuando sentimos que nos separamos deellos. Nos podemos separar de nuestros queridos pero no hay nada msquerido que el blackberry que tenemos pegados permanente a mano y aojos.

    Dorfles siempre se propuso buscar amplios horizontes de significacinesttica. Advirti que slo mediante el estudio global de la creatividadhumana occidental (es decir, donde se incluyen todas las manifestacionesartsticas de nuestra poca) es que se puede llegar a obtener un

    mejor conocimiento de los valores del hombre y del mundo, propios deesa cultura; es su juvenil influencia antroposfica sterneiriana. La ideapermanente y directiva de comprender la obra de arte como producto deun impulso de vida nos lleva a una doble vertiente de comprensin, a unaracionalidad tcnica (en cuanto estructura, materiales y formato: elementos

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    que dan existencia a la obra) y como expresin irracional de la misma vida.Advirtiendo que el disfrute de una obra de arte consiste precisamente enel resultante de un proceso perceptivo especializado y de una valoracinaxiolgica de la misma pues toda percepcin comienza y termina en unconcepto. Y esto ltimo es lo que encontramos de forma permanente en suobra literaria.

    Testigo fiel del arte contemporneo. Ha sido un permanentedefensor de los lenguajes artsticos del siglo pasado. De darconstantemente una lectura y explicacin semntica de los mismos,obteniendo una postura original en la crtica del arte en relacin a ladiversidad creativa presenciada a lo largo de su extensa vida. Ha sidotestigo fiel de los rotundos cambios tcnicos, cientficos, artsticos y, sobretodo, estticos de nuestro tiempo, sin quedarse en el regodeo fagocitadode la ontologa esencialista del arte; prefiri dar una elaboracin de lasdiferentes significaciones en el terreno de la esttica por las que transit elllamado arte contemporneo.

    Es lo que podemos observar en una de sus primeras obras, merefiero al texto, Constantes tcnicas del arte, donde nos adentramos a unacercamiento y examen comparado de los paralelismo posibles de loslenguajes del arte, resaltando algunos comunes ejes axiales que puedenser referidos a cualquiera de las vertientes artsticas. Cules son esos

    elementos comunes tcnicos y conceptuales del arte contemporneo?Entre ellos est el ritmo, la perspectiva, la proporcin y la imagen. Perosi bien nos lleva al encuentro de los diversos puntos comunicativos yestilsticos de toda obra artstica, por otra parte tambin advierte lanecesidad de mantener por separado las categoras artsticas particularesrespecto a la diversidad de tcnicas y de estructuras, que vienen a resaltarla especificidad de la complejidad del acto creativo del artista de estos dosltimos siglos. Es como encuentra la relacin, por decir una, entre la ideade duracin, que viene a ser un elemento intrnseco a las artes netamentetemporales, como son la danza, la msica, la poesa, extendindola alcampo de la pintura, la escultura y, sobre todo, la escultura.

    Otra constante que encuentra en el arte, bien desde la antigedadgriega hasta la modernidad tarda, es que tienen la cualidad de lomensurable para establecer su logro pero su significacin esttica escapade ello. Sus palabras: Pero lo que me urge afirmar es que casi todas lasformas matemticas, algebraicas o fortuitas, no pueden convertirse eninspiracin de un principio lgico capaz de definir o de categorizar losfenmenos estticos1. Por nuestra percepcin del arte, su verdadero gozoesttico ha constituido, ms que someterse al canon esttico establecido

    1:Dorfles 1958:47

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    y oficializado, en transgredirlas en su construccin; para poder llegar aello no se puede dejar de conocer a los cnones clsicos, modernos opostmodernos, que queremos transgredir2.

    Del ritmo y la velocidad. Su apreciacin de los ritmos naturales yartificiales es de inters. Se detiene en observar los efectos producidos porla mecanizacin que rodea a nuestras vidas (hoy pudiramos hablar dela selva digital presente en los artilugios ms comunes del hombre actual,como lo son los celulares, las laptop, o los PC). El cambio ms palpablees la aceleracin del movimiento de nuestra existencia, llevndonos aconvertirnos en un permanente homo movilis. Tales alteraciones llevana mantener una postura activa o pasiva respecto a los eventos quepresenciamos. Lo pasivo o lo activo en tanto efecto se presenta encmo es vivido el movimiento del mundo al estar presente en nuestrapercepcin de la experiencia y de la actitud desarrollada ante ella. Lams constante es mantenernos con una actitud pasiva respecto a ladinmica de los eventos en relacin a la presencia ante nosotros, llevandoa un distanciamiento, entrando en una postura coartadora de nuestrasactividades perceptivas y cogitativas, hundindonos dentro de un hechizoonirizante.

    Tambin la velocidad, de todas maneras, han permitido nuevas

    2: Toda ley, toda norma, apenas codificada y aceptada siempre ha cado presa de una irremediabledecadencia y ha tenido una existencia efmera y precoz. Es lo que pas con los cnones que impuso lafilosofa platnica, los cuales fueron transgredidos varios siglos ms tarde; igualmente el modo ambrosianose transgredi con la intromisin de los modos plagales, gracias a Gregorio Magno; las leyes armnicasestablecidas en el siglo XVII se ampliaron en un par de siglos hasta llegar al dodecafonismo que quisoimplantar otra ley en la armona musical; y en ello se ha constituido la continuidad de los cambios en elarte; la msica siempre ha estado siendo alterada en todas las pocas, no slo armnicamente sinoformal, tmbrica, rtmica, socialmente. Esto, que fcilmente se puede notar en la msica, se puede extendertambin a las dems artes. Dorfles 1958:48/49.

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    experiencias perceptuales, como es la visin desde un tren o de unavin en movimiento, dando una dinmica a los diversos objetosque aparecen ante nuestra visin, donde se ha modificado su mismaestructura convencional para afrontar al movimiento mismo (ej.: un diseoaerodinmico).

    Esto ha llevado a ser ms cercano a la condicin humana delpresente los ritmos mecnicos que interfieren y alteran a nuestro ritmointerior, respecto a los cuales no puede extraarse, pero s extraarse antela presencia de los ritmos naturales (corpreos, telricos, csmicos), ante loscuales poca consciencia se tienen dentro de las mayoras. La pregunta quese hace Dorfles es qu beneficios positivos o influencias negativas ejerceestos movimientos, estas velocidades en relacin a la vida interna y externadel hombre dentro de nuestra poca? Nos encontramos ante un momentoen que muchos ritmos naturales no podrn adecuarse a los mecnicos oal flujo digital, necesitando alterar permanentemente los ritmos internos denuestros organismos, como los externos a nuestro espacio vital. El ejemploms claro que nos da Dorfles es la observacin del paisaje desde un trena gran velocidad, en el que los objetos y el paisaje se percibirn alterados;nuestra atencin se concentra en unos pocos elementos estticos o casiestticos colocados a lo lejos y en un segundo plano, pasando por altootros dinamizados por la velocidad. Ello proporciona un cambio de lectura

    en el paisaje dinamizado por el efecto de la velocidad en el aparto en quevamos. El ritmo abstracto y dinmico del artefacto humano implica unaamplia alteracin de nuestra natural percepcin del ritmo natural en quenos movemos sobre el mundo a partir de nuestros pies. El paisaje es algoesttico pero pasa a convertirse en una experiencia cintica, parcialmentesincrnica con la velocidad pasiva a la que estamos sometidos 3. Nuestroestadio civilizatorio lleva a alterar lo que fue la visualizacin de imgenesplenas y de absoluta claridad. Vemos al mundo por el rabillo del ojo.Nuestra atencin es llevada ms por imgenes cinticas sobre lapercepcin perifrica de nuestra retina.

    Prdida del sentido de la Verdad. Afirm que el lenguaje simblico

    ha cado en desuso. Ha perdido fuerza. Se ha consumido y carcomido.Esto es producto a la dejadez del hombre presente ante la idea de Verdad,como condicin por la que alguna vez quiso referirse con el smbolo algrupo humano. El hombre, nos dice, ya no siente la Verdad que se escondatras el pez, el guila, el cordero, el lingam4, la esfinge, la svastica, la cruz. Loque ms puede llegar a sentir es una vaga sensacin de malestar o de fra

    3:Dorfles 1969:141ss4:Smbolo flico bajo el cual se venera al dios Shiva.

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    percepcin; los smbolos se convierten en una curiosidad pasajera que nodeja huellas por el hecho de que ese tipo de smbolos ya no es capaz deservir.

    La conclusin que obtenemos de los distintos registros de nuestrocentenario esteta italiano es que nuestro mundo no puede encontraruna fcil conciliacin ni parangn tcnico-lingstico en relacin a lasconvenciones de una sola notacin, de un solo lenguaje, de un solocdigo, como llego a darse en otros tiempos. Eclecticismo, relativismo,diversidad creativa, posibilidades estilsticas, axiologa cambiante y difusa,son actitudes conceptuales que encontramos dentro del arte actual, msque corresponder a una modernidad tarda en nunca alcanzar el progresoy la utopa, o de una postmodernidad deconstructiva, tribal y del todo vale.Estamos sensibilizados por el signo de la incertidumbre, de la ambigedad,de lo arbitrario, de lo aleatorio, existiendo con total derecho de ciudadanaartstica dentro del uso de las tcnicas o cdigos usados y desusados,opuestos y contradictorios; en conjunto es una constante epocal, asentadaen la diversidad y en la hibridez de los usos, aciertos e (im)precisiones.

    Un halo asfixiante de iconocidad. Es por lo que podemos realizar unparalelismo entre la msica y otras artes como la arquitectura. En las ltimasdcadas del siglo pasado comenzaron a sufrir un hundimiento dentro deun halo asfixiante de iconicidad, propia de la tendencia sobresaliente en

    nuestra llamada civilizacin de la imagen. Es por lo que Dorfles advirtisobre este aspecto dentro de la esttica del arte, encontrando, adjuntoa ello, una marcada tendencia a la accin, a la espectacularidad y,para precisar, a la visualizacin cintica y objetiva (hoy el gran xito dela msica no est en su especificidad sino en ir acompaada del videoen su reproduccin, con ello se tiene una sensacin envolvente y realista,al imaginar estar en tiempo real en la ejecucin de la misma). Estavisualizacin cintica la encontramos por doquier en nuestra sociedadde consumo, es ms, la condicin del consumo es el cinetismo del flujoeconmico digital, donde encontramos su presencia en la tv., en el cine, enlos dibujos animados o comics, en la publicidad de las vallas con pantalla,

    etc.El intervalo perdido. Ante este abarrotado mundo dinmico Dorfles

    sale al encuentro con lo que llama el intervalo perdido. El cual se centra enreferencia al fenmeno diastemtico, que es el evento ausente en nuestrascondiciones de vida y tambin en gran parte de la creacin artstica.

    Este elemento diastemtico5procede de la palabra griega diastema,el cual significa el intervalo que separa a dos acontecimientos, entre la

    5:Dorfles 1984:13s.

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    emisin de dos notas (en el caso de la msica), la separacin presenteentre dos objetos. Sin embargo culturalmente nuestra situacin ante laque estamos acostumbrados es a una preponderancia adiestemtica,es decir, a la ausencia del intervalo, de calma, de separacin, de pausa,de interrupcin que nos lleva a la incapacidad de poder hacer resaltardeterminados elementos no slo artsticos- y que ha estado presenteen otras pocas diferentes a la nuestra. Esta ausencia significa embotarnuestra sensibilidad temporal por su continua estimulacin. En msica supresencia la podemos notar en la obra de Alban Webern, el cual introduceesa capacidad diastemtica.

    Nuestro cerco auditivo casi de forma permanente aunado alembotamiento de nuestra sensibilidad son promovidos al permanentecontacto con los artefactos emisores de sonidos e imgenes, sean laantigua radio, la casi pasada televisin, el ipod, los celulares, el picheocontinuo de sonidos por el blackberry y los celulares, y toda la proliferacinde nanoequipos porttiles, etc., donde en cada uno de ellos se hacepresente la sensacin de ocultamiento y prdida del referido intervaloperdido en nuestra vidas. Molestia, horror vacui al silencio, al espacio, ala calma. Vivimos dentro de una continua marea de sonidos como unpermanente encierro de construcciones citadinas que cercan el paso, elespacio, la experiencia vital del vaco; es el apego a lo pleno.

    Para Dorfles, por ejemplo, el peligro de toda esta condicin de nuestrassociedades informatizadas no reside en el dao que puedan surgir de esetipo de emisiones por parte de los mecanismos tecnolgicos que posibilitanuna reproduccin permanente, sino al uso indiscriminado, independientede cualquier parmetro temporal y espacial en su difusin adecuada.

    La pausa a la que refiere el esteta italiano es a la necesidad de unadetencin pasajera del flujo sonoro, visual, constructivo. La importancia dela insercin entre obra y obra, evento y evento estticos de ese intervalopara asumir una amplificacin de la percepcin, superar el embotamientocotidiano y pueda aparecer la significacin requerida de intimidad entrela obra y el espectador. De lo contrario la obra se sumerge dentro de

    una marea de sonidos, imgenes y ruidos anartsticos, a lo cual estamossometidos prcticamente en todo momento dentro de nuestras vidasurbanas; es lo que Adorno refera a una atencin distrada. Apartarsedel acontecer de la ola sonora visual cotidiana es una necesidad querequiere una toma de conciencia que desecha la pasividad ante larecepcin meramente sensorial continua, carente de todo elemento crticodiscriminador, especulativo y analtico6.

    6:Idem, p.23.

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    Para Dorfles nos adentramos a una poca donde tenemos que lidiarcon la ms colosal y ubicua de las contaminaciones imaginficas quehaya producido nuestra civilizacin7: el exceso de estmulos visuales yauditivos procedentes de los peridicos, los tebeos, los filmes, los cmics, lapublicidad, los videos, los ordenadores, etces decir, de todo el universomeditico a los que pareciera estar de forma permanente nuestro frgily sensible sistema nervioso adosado. Hay una proliferacin adictiva a laimagen. Conforma una red donde no deja nada sin su influencia, siendopermanentemente afectados por cualquier signo: sean seales visualeso sonoras (pudiramos decir toda la gama de sonidos electrnicosde nuestros aparatos personales), de conos (realmente casi un infinitopresente en las pantallas del ordenador) e ndices. Como hemos referidoantes, estamos sometidos y domesticados para negar persistente laexperiencia del horror vacui, en todo momento, , el cual est presente en laconcepcin de la vida oriental8.

    Esta zona neutral no debe afectar ni confundir ni identificarse con lanecesidad de atencin que requiere la informacin esttica de la obracomo a cualquier otro tipo de informacin semntica que contenga,incluso, una misma obra. La informacin que trasmite una obra de artepuede poseer un mensaje constituido no nicamente por un mensaje dedatos, o un masaje perceptual (referencia a McLuhan) significantes, sino

    a datos que pueden ser del contexto, irracionales, azarosos, difciles deconceptualizar, el cual es definido frecuentemente como la visual de unobra (o musical thinking). Toda obra obedece a una dimensin sensorialdistinta a la exigida a la recepcin de mensajes informativos cotidianos, loscuales obedecen a reglas diferentes y que gobiernan el desciframientode datos meramente cognoscitivos.

    Ante la carencia del intervalo, el elemento diastemtico, lleva adeducir que nos encontramos en una situacin urgente a eliminar, en lamedida de lo posible, ante todo exceso de signos de los correspondientessignificados. Una des-semiotizacin para restaurar as la posibilidad designos vrgenes, no catalogables, cdigos no descifrables, pginas en

    7:Idem, p.29.8: Dorfles ha repetido la estimulacin auditiva nos lleva a una dificultad de crear imgenesautnomas, libres del contagio de las que estamos expuestos. Nuestra sensibilidad musical yde una cierta aniquilacin de la imaginacin-, est condicionada por el tipo de msica tonalque procede no slo de las canciones folk o rock o del jazz, sino hasta por el tipo de msicaclsica que es interpretada continuamente. Para la mayora del pblico acostumbrado a ir aconciertos dominicales la msica clsica podra significar sinnimo de msica alemana delos siglos XVIII y XIX. De esta forma se conforma una sensibilidad embotada por los constantesy repetidos estmulos. Se habita alrededor de una hipertrofia sgnica (una proliferacinimpetuosa de signos), que llega al paroxismo.

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    blanco sin que tenga que ser captadas sin la referencia a significadoalguno previo.

    Tambin aboga por la tarea de separarse de la participacin deciertos ritos masivos, que impone un nuevo tribalismo contemporneodonde la vida comunitaria atrapa la personalidad del individuoeclipsndolo y colocndolo en una especie de inconsciente colectivo,transfirindose en s el yo del grupo. Es la bsqueda y cultivo de la atencinpersonal por una consciencia autnoma y la superacin grupal, enreconquistar el sentido de la propia individualidad. Denota ello unapreocupacin moderna por establecer una reaparicin de una autonomade la persona individual eclipsada doblemente por un modo de reduccin.La primera ejecutada por el positivismo haciendo del hombre nicamenteabstraccin donde lo nico que contaba es la mentada humanidad, sobretodo para el orden intelectual moral; es el ser humano reducido a nmero,despersonalizado, registrado como formulacin matemtica. Y segundo, enla tendencia al tribalismo digital postmoderno de tendencias de gusto yestilos de vida grupal, donde la emocin une ms que las ideas. Ante elloDorfles est convencido en la necesidad de reaparicin de la autonomade la persona frente a la mezcla confusa e indiferenciada, tpica deindistincin de la sociedad de individuos de masas, por las que tantosjvenes de las recientes generaciones se han dejado atraer y seducir9, en

    palabras del autor.En su ltima obra Horror pleni (2008: Ed. Castelvecchi. Roma), vuelve a

    remeter contra la incivilizacin que se acrecienta por todas partes y evalala desmesurada carencia de gusto.

    Para esta obra Dorfles nos declara que se dej guiar por unasensacin. Es la sensacin de terror que tuvo durante el tiempo inmediato ala postguerra, al aparecer las voces y sonidos estridentes de los transistoresque se oan a travs de los altoparlantes en la calle, en los cafs,saliendo por las ventanas y los patios invadidos por esas ondas hertzianasretrasmitidas. Una sensacin que ha crecido con la saturacin del teral saturarse por el flujo imparable de las comunicaciones en red de la

    televisin, computador y publicidad. Lo capta como ruido ensordecedor.Todo suena al son de la electrnica. Oscuridad snica presente hastaen las contestadoras automticas, los tonos de llamada y de mensajesde los celulares y la insoportable y continua msica popular presenteen todo espacio, sea este pblico (bares, tiendas, restaurantes, tiendasdepartamentales) o privado (en los pliegues de los hogares). Comprendeque no se requiere practicar y educar nuestra sensibilidad para abordar el

    9: Idem, p.37.

    Gillo Dorfles, el centenario del arteDavid De los Reyes

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    rechazo, basta la reaccin que todo individuo puede tener a la constantey avasallante estimulacin visual y auditivos por la que transitamosen todo momento. Una reaccin negativa debera surgir en cualquierfisiolgicamente. Es la plaga del mundo contemporneo.

    Ante esta sensibilidad patologizada no hay un remedio concertadosalvo un mecanismo de defensa inmune que termina siendo unadormecimiento sordo, ciego de la indiferencia de la sensibilidad y delintelecto para darse cuenta de todos los fenmenos. Vivimos en unasociedad narcotizada por la permanente alteracin snica y visual. Yesto no slo lo percibe en la calle sino tambin hasta en las personasque acuden a conciertos donde no es capaz de escuchar, mostrandoaburrimiento y somnolencia. Se va a exposiciones y no se tiene criteriopara juzgar, se ve la obra pero no se sabe mirar. Es un embotamiento delos sentidos por exceso de informacin. La paradoja de la civilizacin dela comunicacin conduce a una completa incapacidad para distinguir

    las seales y el contenido, o cualquier norma en su seleccin. La paradojacontina al observar que el aumento de informacin no amplia sinodisminuye la riqueza de conocimientos. Su aceleracin y multiplicacin deestmulos da entrada a una confusin mental permanente. Slo se llega apresenciar una gran emocin por el impacto de las noticias, es el masajecotidiano de tragedia, crisis y cambio del entorno local y global. Se piensaque el saber est al alcance de un click del mouse. Donde lo nico que secapta es la atencin pero emocional no intelectual ni de una comprensinms profunda.

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    Esto viene acompaado por la sobreproduccin econmica y elexceso de poblacin demogrfica. Es lo que hablamos antes. Se nos llevaa una prdida del individuo, de nuestra individualidad, de la persona ysu dignidad. Proporcionando prdida del gusto y valor en las mercancas.La caducidad de los objetos producidos slo es superada por loscambios de la moda y la tecnologa informtica. Esta obsolescencia delcomercio tambin toca las fronteras del arte respecto a sus productos, locuales tienen que renovarse continuamente el estilo de las creaciones.La invencin del artista ya no tiene el papel del momento en que el artedecida cambiar, revolucionando la expresin, imponiendo cambios en ladireccin de su lenguaje. Ahora vivimos los genios de la temporada.

    Su cura ante este mundo atiborrado de contaminacin sonora y visuales la ya planteada, es el mencionado encuentro con el intervalo perdidode este reencontrado centenario maestro de las artes y de la esttica denuestro presente.

    En la larga vida de este artista y pensador italiano nos encontramosque la vida esttica, y por cercana, filosfica, no est nicamente en laescritura o en la palabra sino en la accin y comprensin ante la vida y elmundo. Es un continuador de lo que ya conocieron Epcteto y Marco Aurelio.La vida de Gillo Dorfles hace honor a la mxima goetheana spinozista,(entrevista por otro maestro, el filsofo francs Pierre Hadot), me refiero al

    memento vivere, al Gedenke zu leben, al no olvidarnos de vivir. La viday obra de Dorfles se eleva como todo un monumento vital a la vivencia,experiencia, comprensin y realizacin artstica. En ella hay todo un Artede vivir, que abona la dignidad del individuo y se engrandece en toda suhumanidad.

    Poblacin de Carrizal 30 de noviembre de 2009

    Bibliografa de Gillo Dorfles:1958: Constantes Tcnicas de las Artes. Nueva Visin. Buenos Aires.1963: El Devenir de las Artes. F.C.E. Mxico.1965: Nuevos Ritos, Nuevos Mitos. Lumen. Barcelona.

    1972: Naturaleza y Artificio. Lumen. Barcelona.1973: Sentido e Insensatez en el Arte de hoy. Fernando Torres Ed. Valencia.1975: Del Significado de las Opciones. Lumen. Barcelona1976: ltimas Tendencias del Arte de hoy. Labor. Barcelona.1984: El Intervalo Perdido. Lumen. Barcelona.2008: Horror pleni. Ed. Castelvecchi. Roma.