Giménez, Pluralidad y Unidad de Las Ciencias Sociales

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Estudios Sociológicos ISSN: 0185-4186 [email protected] El Colegio de México, A.C. México Giménez, Gilberto Pluralidad y unidad de las ciencias sociales Estudios Sociológicos, vol. XXII, núm. 2, mayo-agosto, 2004, pp. 267-282 El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59806501 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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  • Estudios SociolgicosISSN: [email protected] Colegio de Mxico, A.C.Mxico

    Gimnez, GilbertoPluralidad y unidad de las ciencias sociales

    Estudios Sociolgicos, vol. XXII, nm. 2, mayo-agosto, 2004, pp. 267-282El Colegio de Mxico, A.C.

    Distrito Federal, Mxico

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    Pluralidad y unidad de las ciencias sociales

    Gilberto Gimnez

    Entrando en materia

    EL DEBATE CONTEMPORNEO SOBRE EL ESTATUTO EPISTEMOLGICO de las cienciassociales en Europa, particularmente en Francia, ha contribuido a clarificarcomo nunca antes la identidad de las mismas, as como tambin su ubicacindiferencial en el cuadro de las ciencias en su conjunto. Este debate est sien-do animado por dos figuras seeras en el mbito de la nueva epistemologa:Jean-Michel Berthelot (1990, 2000 y 2001), profesor de la Sorbona, quiendesde hace unos quince aos se ha dedicado a extraer con paciencia benedic-tina los esquemas de inteligibilidad contenidos en un vasto corpus de in-vestigaciones consideradas paradigmticas en el campo de las cienciassociales; y Jean-Claude Passeron (1991, 1994 y 2002), antiguo colaboradorde Pierre Bourdieu, quien a raz de una serie de seminarios que dirigi en laEscuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales, de Pars, entre 1988 y 1991(Grard-Varet y Passeron, 1995), y sobre todo a raz de la publicacin de suobra clave, Le raisonnement sociologique, figura como un interlocutor cen-tral en el debate al que nos estamos refiriendo.1

    Como resultado de este debate, los cientficos sociales tenemos hoy enda ms y mejores argumentos para reflexionar sobre nuestra identidad acad-mica y profesional, as como tambin sobre la especificidad de nuestra tarea,lo cual constituye una buena noticia en un momento en que en nuestro pas eincluso en nuestras universidades, las ciencias sociales tienden a serdevaluadas, no slo en trminos de apoyos presupuestales, sino tambin devalidez cientfica.

    1 El debate en torno a las propuestas de Passeron fue recogido, en su poca, por la revistaLe Dbat, editada por Gallimard. Vese particularmente AA. VV. (1994).

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    Planteamiento del problema

    El debate en cuestin parte de un dato perturbador: la pluralizacin y frag-mentacin a ritmo galopante de las disciplinas sociales, sobre todo a partirde los aos setenta. Esta pluralizacin se ha realizado en dos vas principa-les: la especializacin y la hibridacin o amalgama.

    La especializacin supone la segmentacin del objeto de estudio de unadisciplina segn diferentes criterios: escala, instituciones especficas, hechossociales particulares (v. g., sociologa de la escuela, sociologa del trabajo, so-ciologa de las organizaciones, etc.). Por ejemplo, a partir de 1970 la socio-loga crece espectacularmente, pero este crecimiento viene acompaado deun proceso tambin espectacular de fragmentacin a causa de la especializa-cin. Por eso, la sociologa aparece hoy como una disciplina heterognea ycentrfuga. Se pueden contar entre 30 y 40 sociologas sectoriales que apun-tan hacia todas las direcciones. Y dentro de la Asociacin Internacional deSociologa existen hoy 53 comits de investigacin, entre ellos uno dedicadoexpresamente a definir qu es la sociologa. En ciencias polticas y en cien-cias de la comunicacin, la especializacin se puede apreciar por el nmerode revistas temticamente especializadas que se presentan bajo estas dos r-bricas disciplinarias.

    La hibridacin o amalgama consiste en la fusin, recombinacin o cru-zamiento de especialidades o fragmentos de disciplinas vecinas. No abarcadisciplinas completas, sino slo sectores parciales de las mismas. No debeconfundirse con multidisciplinaridad o pluridisciplinaridad, que evocala mera convergencia de monodisciplinas en torno a un mismo objeto deestudio, siempre y cuando cada cual conserve celosamente sus presuntasfronteras. Segn autores como Dogan y Phare (1991), la pluridisciplina-ridad as entendida ha resultado ms bien estril para la investigaciny las supuestas virtudes que les suele atribuir la academia son mticas. Estosmismos autores sostienen que, por lo menos en las dos ltimas dcadas,la mayor parte de las innovaciones en el campo de las ciencias sociales haprovenido, no de la pluridisciplinaridad, sino de la amalgama, esto es, detrabajos realizados por pequeos equipos de investigadores en las fronte-ras entre disciplinas, en sus intersticios, en los puntos de cruce entre especia-lidades.

    En un trabajo ms reciente, Dogan (2000) sostiene que si consideramos12 de las disciplinas sociales ms consolidadas y las cruzamos entre s, ob-tendramos 144 celdas. Pues bien, hoy en da las tres cuartas partes de esasceldas ya estn ocupadas por especialidades hbridas que gozan de ciertaautonoma.

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    Hay recombinaciones de segunda, de tercera y hasta de cuarta gene-racin. Considrese, por ejemplo, los orgenes disciplinarios mltiples de laciencia cognitiva, la investigacin ambiental y la planificacin urbana. Ade-ms, la configuracin de los campos amalgamados vara constantemente: al-gunos se han estabilizado y han sido reconocidos incluso institucionalmente(v. g., psicologa social, sociologa poltica), pero otros no (v. g., psiquiatrasocial, antropologa cognitiva).

    La red de recombinaciones entre disciplinas y subdisciplinas ha sido tal,que parece haber borrado la vieja clasificacin de las ciencias sociales. Ade-ms, las amalgamas demuestran la permeabilidad de las fronteras discipli-narias, ya que implican la circulacin de conceptos y teoras de una disciplinaa otra. Un ejemplo tpico de disciplina totalmente amalgamada es la cienciapoltica, cuyo desarrollo y crecimiento ha sido una historia de continua se-leccin de conceptos y metodologas tomados de otras disciplinas sociales.Lo mismo puede decirse de una disciplina como la ciencia de la comunica-cin que, debido a su posicin de encrucijada entre todas las disciplinassociales, ha recibido el impacto simultneo o sucesivo de la mayor parte delos paradigmas y esquemas explicativos vigentes en otras disciplinas.

    Esquema 1

    El ciclo vital de las disciplinas sociales

    Formacin de un patrimonio cientfico originarioFase 1 (capital adquirido Momento de anclajefundacional o formacin de un ncleo disciplinario inicial)

    Fase 2 Enriquecimiento del patrimonio inicial mediantede expansin la contribucin de numerosos cientficos

    Fase 3 Fragmentacin de las disciplinas en numerosasde especializacin subdisciplinas segn criterios diversos

    Fase 4 Recombinacin de especialidadesde hibridacin y amalgama o de fragmentos de disciplinas vecinas

    Fuente: elaborado por el autor con base en Dogan y Phare (1991).

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    La cientificidad de las ciencias sociales en cuestin

    Pero si bien la pluralizacin de las disciplinas sociales ha provocado cierto ma-lestar entre sus cultores,2 entre otros motivos porque parece socavar la unidadde fondo de las mismas, en realidad no constituye un problema en s misma ypor s misma. Despus de todo, el doble movimiento de especializacin y deamalgama se da en todas las ciencias, y constituye una condicin necesariapara su desarrollo.3 Para las ciencias sociales el problema radica ms bien enel modo peculiar y distintivo en que ese doble movimiento se ha desarrolladoen su seno. En efecto, mientras que en las ciencias naturales la pluralizacinse produce grosso modo dentro de los mismos marcos explicativos bsicos,por enriquecimiento, afinacin, correcciones y rectificaciones sucesivas, en elcampo de las ciencias sociales se pluralizan tambin los paradigmas y los mar-cos explicativos.4 Y lo que es ms, stos se presentan no slo como diferen-tes, sino tambin como excluyentes o alternativos. De aqu la dificultad parasealar una acumulacin significativa de conocimientos en el campo referido.

    As, desde el momento mismo de su fundacin como disciplina cientfi-ca, la explicacin en sociologa ha oscilado entre dos polos aparentementealternativos: por un lado la razn experimental, representada por la socio-loga objetivista de Durkheim, y por otro la razn hermenutica, represen-tada por la sociologa comprehensiva de Max Weber. Esta bifurcacin inicialdio origen a la historia de la disputa por el mtodo (Methodenstreit), intro-ducida por el historicismo alemn, que posteriormente fue desbordada por laaparicin de un espectro ms amplio de paradigmas explicativos en compe-tencia: por ejemplo, paradigmas funcionalistas, estructurales, sistmicos, dia-lcticos, racionales, etc. Esta variedad de paradigmas circulan entre todas lasdisciplinas, coexisten a veces dentro de una misma disciplina, y hasta se apli-can a un mismo objeto de estudio en una misma disciplina.5

    2 As, la reunificacin de las ciencias sociales fue una de las preocupaciones bsicas de la do-cena de cientficos sociales que intervinieron en el famoso nmero del milenio de la British Jour-nal of Sociology, editado por la London School of Economics (vol. 51, nm. 1, enero-marzo, 2000).

    3 Para las ciencias naturales representa un proceso obvio. As, por ejemplo, existen cadavez menos tratados generales de qumica o de biologa. Lo que encontramos son disciplinas hbri-das, como bioqumica, neurofisiologa, neuroendocrinologa, biologa gentica, y as por el estilo.

    4 En otro trabajo (Gimnez, 2003:23-38) hemos intentado tipologizar esta pluralidad ba-jo la rbrica de estilos epistemolgicos, siguiendo una propuesta de Sparti (1995). Pero debetenerse en cuenta que se trata de una tipologa pedaggicamente til, y no de una herramientaanaltica. Como veremos ms adelante, la categora de programa de investigacin introduci-da por Berthelot permite trascender con ventaja cualquier tipologa de este tipo.

    5 Por ejemplo, la desviacin y la delincuencia han sido estudiadas en sociologa comodisfunciones de un determinado modo de organizacin social (teora durkheimiana del cri-

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    Justamente, esta pluralizacin de paradigmas que se presentan comoalternativos y excluyentes resulta extremadamente inquietante, porque per-mite dudar de la validez y de la cientificidad de los modelos explicativosutilizados en el mbito de nuestras disciplinas. De aqu la doble pregunta quehoy se plantea con respecto al estatuto epistemolgico de las ciencias socia-les: 1) frente a la pluralizacin ya descrita, es posible concebir algn principiode unidad, de convergencia o al menos de reduccin de esa pluralidad?; sepuede afirmar que el enorme archipilago de las ciencias sociales constituyeun solo pas?; es posible construir una cartografa racional de ese archi-pilago?; 2) y en caso de que todo esto fuera posible, cmo se puede susten-tar la validez cientfica del mbito as ordenado?

    La respuesta de Berthelot

    Jean-Michel Berthelot busca una respuesta a estas dos series de cuestionesrecurriendo, no a la filosofa de las ciencias (Popper, Nagel, Hempel), sino ala epistemologa del post-positivismo representado por Kuhn (1971), Lakatos(1986) y Laudan (1987), quienes introducen tres operadores de diferencia-cin que, aplicados al campo de las ciencias sociales, permitiran reducir ladiversidad de los enfoques, teoras, escuelas y corrientes:6 paradigmas, pro-gramas y tradiciones de investigacin, respectivamente. Nuestro autor des-carta el concepto de paradigma, por su carcter confuso e impreciso, y tam-bin por su virtual derivacin relativista, y prefiere utilizar el concepto de

    men); como comportamientos provocados por la situacin social de ciertos individuos o gru-pos que han acumulado desventajas (handicaps) (padres divorciados, desempleo, estudios in-terrumpidos, etc.); como efectos de estigmatizacin, resultantes de la carga simblica negativade etiquetas aplicadas a los individuos; en fin, como comportamientos racionales de estima-cin de costos y beneficios asociados a la transgresin de normas en un determinado mbito deactividades (Sparti, 1995).

    6 Berthelot ha estudiado la genealoga de las divisiones disciplinarias, tomando como ejem-plo la historia de la formacin de cuatro disciplinas: la sociologa, la antropologa, la demogra-fa y la psicologa social. Sus conclusiones a este respecto pueden resumirse as: las divisionesdisciplinarias no resultan de una segmentacin natural de los hechos sociales, ni de un planracional de divisin del trabajo para el conocimiento de los hechos sociales. Son herederas yproductos de una historia: de ideas, de produccin social de saberes y de construccin de dispo-sitivos prcticos de conocimiento. El desarrollo histrico de las disciplinas sociales ha estado con-dicionado por tres contextos: un contexto pragmtico relacionado con intereses prcticos; uncontexto metodolgico/programtico relacionado con la elaboracin progresiva de procedimien-tos tcnicos y esquemas de pensamiento; y un contexto normativo constituido por el conjuntode debates que acompaan siempre el desarrollo de una disciplina (Berthelot, 2001:206-207).

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    programa de investigacin de Lakatos (1986), mucho ms desarrollado entrminos lgicos y epistemolgicos que el de tradiciones de investigacinde Laudan.

    Los programas son orientaciones racionales de conocimiento definidaspor cierto nmero de axiomas (implcitos o explcitos) que precisan las mo-dalidades de construccin, anlisis y explicacin de un objeto de investiga-cin. El inters de este concepto radica en que, como lo sugiere el trminoprograma, introduce el factor tiempo en el proceso de construccin de teo-ras o cadenas de teoras, lo que permite superar el corte atemporal de lafalsificacin popperiana y obliga a considerar las teoras, no en su formaproposicional en un momento dado, sino en su dinmica de construccin yde rectificaciones sucesivas. Como se puede observar en la historia de lasciencias, un programa de investigacin es una especie de proyecto cient-fico a largo plazo que no se preocupa por las anomalas que inicialmenteparecen contradecirlo o falsificarlo. En consecuencia, el criterio de demar-cacin entre ciencia y no-ciencia no radica, segn Lakatos, en la falsabilidadde las proposiciones tericas, como postula Popper, sino en la presencia oausencia de programas racionales de investigacin. La validez de estos pro-gramas se mide por su coherencia interna, por su capacidad de ir descartan-do progresivamente las anomalas que parecen falsificarlos y por su capa-cidad de dilucidacin racional de fenmenos nuevos o en espera. Mientrasla balanza se incline a favor de problemas resueltos, el programa se conside-ra vlido y fecundo. En cambio, cuando las anomalas y las hiptesis adhoc se multiplican y van predominando, el programa se diluye y desaparecepor s mismo, sin necesidad de ser refutado desde el exterior. En resumen,los programas se mantienen activos en una disciplina mientras dure su capa-cidad heurstica, es decir, su poder de estimulacin y de invencin.

    Al aplicar el concepto analtico de programa al mbito de las ciencias so-ciales, Berthelot se percata de que en muchos casos existen verdaderas fami-lias de programas lgicamente unificadas por un punto de partida o postuladoinicial comn. As, por ejemplo, las teoras de la accin (rational choice, in-dividualismo metodolgico, interaccionismo simblico, etnometodologa, so-ciologa de los movimientos sociales y sociologa de las organizaciones) com-parten en conjunto un presupuesto comn: la intencionalidad de la accin, esdecir, la idea weberiana del comportamiento dotado de un sentido subjeti-vo. Este presupuesto o postulado inicial es lo que Berthelot denomina es-quema explicativo bsico. En consecuencia, la diversidad de las teoras,enfoques, escuelas y corrientes en las ciencias sociales puede reducirse a unnmero limitado de programas de investigacin, y stos, a su vez, a un nme-ro an ms limitado de esquemas explicativos bsicos.

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    Atenindose a los resultados de su investigacin, Berthelot (1990:43)sostiene que el estudio de las grandes corrientes en las ciencias sociales per-mite detectar no ms de seis esquemas explicativos bsicos:

    El esquema causal (si x, entonces y; o y = f (X)): explica un fenmeno(incremento de divorcios, desempleo) relacionndolo con otros fac-tores. Consiste en buscar correlaciones entre variables para aislar losfactores explicativos. Por ejemplo, Durkheim trata de relacionar la fre-cuencia de los suicidios con otras variables como la pertenencia religio-sa o la situacin familiar.

    El esquema funcional (S Y S): estudia la funcin de un fenmenodentro de un sistema dado. Para Malinowski, por ejemplo, los ritos reli-giosos (bautismo, comunin) tienen una funcin de integracin social.

    El esquema estructural (donde X resulta de un sistema fundado, como lalengua, sobre reglas disyuntivas de tipo A o no A) fue utilizado inicial-mente por Lvi-Strauss en antropologa y se propone revelar las estruc-turas profundas de la economa y de las relaciones sociales.

    El esquema hermenutico, donde X se asume como sntoma o expresinde un significado subyacente que debe descubrirse mediante la interpre-

    Esquema 2

    Teoras de la accinActor Intencin

    Motivos Interacciones

    Racionalidades Subjetividades Situacin Accin colectivaVisin del mundo(A. Schultz, Max Weber)

    Accinorganizada

    Sociologa de lasorganizaciones(M. Crozier,

    E. Friedvberg)

    Historicidad

    Sociologa de losmovimientos

    sociales(A. Tourraine)

    Regla

    Etnometodologa(H. Garfinkel,

    A. Cicurel)

    Sentido

    Interaccionismosimblico

    (E. Goffman,H. Becker)

    Racionalidadsubjetiva

    Buenas razones

    (R. Boudon,H. A. Simon)

    Lgica delclculo

    Utilitarismo(G. Becker,J. Coolman)

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    tacin. Se aplica sobre todo a hechos simblicos, como la cultura (CliffordGeertz). Para Freud, por ejemplo, los actos fallidos y los sueos sonreveladores de pulsiones inconscientes y reprimidas.

    El esquema actancial, donde X es la resultante, dentro de un espaciodeterminado, de acciones intencionales. Este esquema se utiliza frecuen-temente en historia y en ciencias polticas. Permite explicar un aconte-cimiento atribuyndolo a las decisiones de personajes estratgicos(Napolen y el bloqueo de Inglaterra, Lenin y el comunismo de guerra,etctera).

    El esquema dialctico, donde X es la resultante necesaria del desarrollode las contradicciones internas de un sistema. Es el esquema bsico utili-zado por el marxismo, pero no slo por l. Jean Piaget explica el desarro-llo de la inteligencia como resultado de una doble lgica de confronta-cin entre los esquemas mentales y las coerciones de la realidad.

    Estos esquemas, generalmente combinados segn sus afinidades electi-vas, circulan por todas las disciplinas, pueden estar presentes en cada una deellas y a veces se aplican a un mismo objeto de estudio en un mismo autor.De aqu la sensacin frecuente de que cuando pasamos de una disciplina aotra no atravesamos ningn umbral o frontera real.

    De este modo, Berthelot cree haber alcanzado los dos grandes objetivosque se haba propuesto frente a la pluralidad de las disciplinas sociales: 1) cons-truir una cartografa racional de esa pluralidad reducindola a un nmerolimitado de programas de investigacin y de esquemas explicativos bsi-cos; 2) sustentar la cientificidad de las ciencias sociales por la simple presen-cia de programas racionales de conocimiento, ya que ste es el nico crite-rio de demarcacin entre ciencia y no ciencia. No importan el nmero y lavariedad de estos programas dedicados al estudio de los fenmenos sociales.Todos tienen derecho a la coexistencia pacfica, y el debate cientfico consisteprecisamente en la competencia entre los mismos. Adems, no son necesa-riamente contradictorios entre s, y ninguno de ellos, tomados separadamen-te, puede agotar la explicacin de la sociedad. Lo que excluye de entradatoda pretensin de hegemona.7

    7 El mapa racional de las ciencias sociales presentado por Berthelot (2001:497-498) esun poco ms complicado. En efecto, por un lado distingue entre teora y programa, aunque steincluye a la primera, y por otro afirma que la diversidad de los esquemas explicativos tiende aser reagrupada por tres polos que reclaman la hegemona, aunque sin ningn sustento racional:el polo naturalista, el intencionalista y el simbolista. He aqu la definicin de los trminos:

    Teora: conjunto conceptual o proposicional destinado a explicar un mbito determinadode fenmenos.

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    La respuesta de Passeron

    Jean-Claude Passeron no busca un principio de unidad o de reduccin en elmbito de las teoras, sino en el objeto mismo de estudio de las cienciassociales. Su tesis central puede formularse del siguiente modo: a pesar de sudiversidad, los hechos sociales que constituyen el objeto propio de las cien-cias sociales comparten una caracterstica comn que los distingue radical-mente de los fenmenos empricos estudiados por las ciencias naturales: nopueden disociarse nunca de un determinado contexto espacio-temporal. Eslo que el propio autor denomina propiedad dectica de los fenmenos so-ciales, es decir, su referencia obligada a circunstancias de tiempo y de lugar.8El contexto puede ser de mayor o menor amplitud (micro-contextos, reas decivilizacin, periodos histricos), pero siempre estar presente implcita oexplcitamente en cualquier teorizacin o descripcin de los fenmenos his-trico-sociales. No se trata de una situacin provisoria destinada a ser supe-rada una vez que las ciencias sociales adquieran un mayor grado de desarro-llo, como suele decirse, sino de un rgimen conceptual ligado a la forma depresentacin de los fenmenos sociales.

    El objeto, as contextualmente definido, comporta una caracterstica pecu-liar: la complejidad cuantitativa y cualitativa. La complejidad cuantitativa sig-nifica que el nmero de variables que describen a un hecho social o las relacio-nes entre diferentes hechos sociales, es inagotable y, por lo mismo, difcilmentecontrolable. La complejidad cualitativa, en cambio, se refiere a la variedadde sentidos o de valores que esas mismas variables adquieren para los suje-tos y los grupos sociales en diferentes contextos (Fasanella, 1999:89).9

    Programa: orientacin de anlisis y de investigacin inscrita en un cuerpo definido deaxiomas o postulados, y susceptible de ser aplicada a mbitos muy diversos de realidad consi-derados como homlogos.

    Esquema: matriz de operaciones comn a diversos programas.Polo: reagrupacin de diferentes programas y teoras en torno a compromisos ontolgicos

    comunes o congruentes.8 El trmino dectico se aplica a elementos lingsticos que se refieren a la instancia de

    la enunciacin y a sus coordenadas espacio-temporales: yo-t-aqu-ahora.9 La raz de la complejidad cualitativa consiste, entonces, en el relativismo histrico,

    por un lado, y socio-cultural, por otro, propio del objeto de estudio de la sociologa. Lo cualsignifica que fenmenos formalmente semejantes e incluso idnticos, pueden resultar muydiferentes en funcin del valor dira Homans o, si se prefiere, del significado que les con-fiere el contexto histrico y cultural en el que esos mismos fenmenos se inscriben; contextohistrico que, por otra parte, define tambin el mbito temporal y espacial de la investigacincientfica. As, si queremos estudiar transnacionalmente el comportamiento de las huelgas enItalia y en Japn segn una prospectiva de generalizacin, buscando conexiones regulares

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    Esta doble complejidad inherente a los fenmenos sociales contextuali-zados nos permite entender la obligada multiplicidad de paradigmas o deprogramas de investigacin en las ciencias sociales, ya que, como veremosde inmediato, la realidad social es inabarcable desde una sola perspectivaterico-metodolgica.

    Pero volvamos a Passeron. La primera conclusin que este autor extraedel carcter contextualmente situado del objeto de las ciencias sociales esla de que stas se inscriben en el campo de las ciencias histricas.10 Es decir, lasciencias sociales y la historia pertenecen al mismo campo epistemolgico, por-que en ltima instancia manejan el mismo tipo de materiales de observacin.

    Passeron deriva de su tesis central una serie de consecuencias que con-ciernen a las teoras sociales, a su vocabulario, a su modo de argumentaciny al rgimen de la prueba.

    En lo que respecta a las teoras, hay que considerar dos consecuencias:

    1) No puede existir una sola teora general de la sociedad, ya que, debido asu complejidad cuantitativa y cualitativa, sta resulta inabarcable desdeuna sola perspectiva terico-metodolgica. Con otras palabras, la plura-lidad de paradigmas, esquemas y programas es connatural a las ciencias

    entre el fenmeno huelga y otras variables que describen el comportamiento de otros fenme-nos, deberamos preguntarnos si el fenmeno de las huelgas adquiere la misma valencia cultu-ral entre nosotros y en Japn, considerando, por ejemplo, la peculiar cultura del trabajo y de lasrelaciones sindicales operante en ese pas (Fasanella, 1999:90).

    10 A este respecto hay plena coincidencia con Pierre Bourdieu, quien afirma contunden-temente: La separacin entre sociologa e historia me parece desastrosa y desprovista de todajustificacin epistemolgica: toda sociologa debe ser histrica y toda historia sociolgica(1992:67). Adems, para Bourdieu, en las sociedades modernas altamente diferenciadas, elcontexto espacio/temporal se identifica con el campo dentro del cual se sitan obligadamentelos hechos sociales: No podemos captar la dinmica de un campo ms que a travs de unanlisis sincrnico de su estructura y, simultneamente, no podemos captar esta estructura sinun anlisis histrico o gentico de su constitucin (1992:67). De aqu se infiere que Bourdieutambin defiende, al igual que Passeron, la especificidad epistemolgica de las ciencias socia-les en relacin con las ciencias naturales, lo cual parece contradecir su posicin anterior enLe Mtier du sociologue (1972:18-19), donde pareca negar esa especificidad. Pero en su l-timo curso en el Colegio de Francia, publicado bajo el ttulo: Science de la science et reflxivit(2001), el propio autor explica el porqu de su anterior negacin: Al plantear el problema delconocimiento como lo he hecho, no he dejado de pensar en las ciencias sociales, cuya particu-laridad se me ocurri negar en el pasado, no por una especie de cientismo positivista, comopodra creerse o aparentar creer, sino porque la exaltacin de la singularidad de las cienciassociales frecuentemente no es ms que una manera de decretar la imposibilidad de comprendercientficamente su objeto. [] Contra esta resistencia multiforme a las ciencias sociales, LeMtier du sociologue afirmaba que las ciencias sociales son tan ciencias como las dems(2001:167-168).

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    sociales. Por eso deca Max Weber que se puede escribir la historia des-de perspectivas muy diferentes, pero igualmente vlidas.11

    2) Las teoras sociales no pueden enunciar leyes generales transhistricasen trminos de proposiciones estrictamente universales, es decir, bajoclusulas como sta: para toda sociedad conocida del pasado o del pre-sente, y para toda sociedad futura, es verdad que. En el campo de lasciencias sociales, las generalizaciones, casi siempre resultantes de la com-paracin de contextos bajo algn aspecto comparables (Mahoney y Rues-chemeyer, 2003), slo pueden ser relativas, tendenciales y estadstica-mente probables.12 Esta particularidad lgica de las teoras socialesdescarta la posibilidad de aplicar la contrastacin popperiana comocriterio de validez emprica, as como tambin la de predecir el curso delos acontecimientos.

    3) En cuanto al vocabulario, ya Popper (1973:60 y ss) haba sealado quela aplicacin de un sistema espacio-temporal de coordenadas comportasiempre una referencia a nombres individuales. Por eso dice Passeronque en las ciencias sociales los conceptos, adems de ser en su mayorparte tipolgicos, son tambin, o nombres comunes imperfectos, o semi-nombres propios, ya que frecuentemente remiten implcita o explcita-mente a determinados individuos histricos. Pinsese, por ejemplo, enconceptos como feudalismo, fascismo, clases sociales, carisma, Iglesia/secta, populismo, monaquismo, ascetismo, etctera.

    4) En lo que se refiere al modo de argumentar, Passeron sostiene que en lasciencias sociales slo se puede utilizar la argumentacin natural. En efec-to, la argumentacin en sociologa no sera ms que un caso especialde la argumentacin en las ciencias histricas. Ahora bien, en este tipo deciencias no se puede emplear un lenguaje total o parcialmente formali-zado que permita el clculo proposicional a la manera de los lgicos. Deaqu se infiere tambin la imposibilidad de recurrir a la metodologa

    11 En su polmica con Hayden White, el historiador Momigliano deca que toda historiasupone la eliminacin de otras historias alternativas.

    12 Se puede expresar esto mismo diciendo que los enunciados histrico-sociolgicos slopueden tener validez local. Philippe de Lara (1999:127) ilustra esta particularidad lgica delsiguiente modo: La nocin de validez local quiere decir que, por ejemplo, una explicacinvlida del desencadenamiento de la Primera Guerra mundial, por ms amplia y slida que sea,nunca podr ser exhaustiva ni podr proporcionar una ley acerca del desencadenamiento delas guerras en general, y ni siquiera una ley acerca del desencadenamiento de las guerras moder-nas, europeas, etc., y que esto no impedir que dicha explicacin sea verdadera. Ser verdaderoo falso para un contexto determinado no quiere decir ms o menos verdadero o no totalmentefalso.

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    de los modelos, como hace la econometra y la teora de los juegos. Lasciencias sociales son ciencias de encuesta y no ciencias de modelos,dicen Grard-Varet y Passeron (1995:15).

    5) Por ltimo, la propiedad dectica de los hechos sociales tambin entraaconsecuencias importantes para el rgimen de la prueba, es decir, de lavalidacin emprica. En efecto, si en las ciencias sociales no podemosrecurrir a la induccin emprica, ni a la verificacin experimental, ni a lacontrastacin popperiana en sentido estricto, slo nos queda la pruebapor la ejemplificacin. Pero esto no quiere decir que basta con amon-tonar constataciones empricas amorfas y dispersas, de valor probatorionulo. Se trata aqu de ejemplificaciones sistemticas y programadas, ba-jo elevados estndares de protocolarizacin (lo cual implica mtodosrigurosos de recoleccin, construccin y tratamiento de datos).

    Uno de los hechos ms sorprendentes en la revisin contemporneade la epistemologa de las ciencias sociales ha sido, precisamente, la re-valorizacin de los estudios de caso y, en consecuencia, de los trabajosde campo, tan devaluados por la concepcin positivista-nomolgica dela ciencia, que slo reconoce como cientficas las investigaciones basa-das en amplios muestreos de poblaciones de gran tamao. No es casualque el connotado epistemlogo escandinavo Bent Flyvbjer haya dedica-do un captulo especial al poder del ejemplo en su estimulante libroMaking Social Science Matter (2001:66-87), que en gran parte conver-ge con las posiciones de Passeron.

    Clasificacin de las ciencias

    fsica, qumica,biologa,etctera.

    historia,sociologa,antropologa,etctera.

    Ciencias

    Formales:

    Empricas:

    Matemticas,geometralgica

    (saber tcnico)

    nomolgicas

    de observacindel mundohistrico

    Cienciassociales,cienciashistricas

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  • GIMNEZ: PLURALIDAD Y UNIDAD DE LAS CIENCIAS SOCIALES 279

    De este modo Passeron desemboca en un fuerte dualismo epistemolgicoque no pasa por la dicotoma explicacin/interpretacin, caracterstica delprimer debate sobre el mtodo (Methodenstreit), sino por la dicotoma entreciencias nomolgicas, por un lado, indiferentes a todo contexto espacio-tem-poral, y ciencias histricas, por otro, en las que el contexto es determinante.Por lo tanto se descarta la epistemologa monista segn la cual el nico mo-delo vlido de ciencia sera el monolgico-predictivo. Tratndose de hechossociales, impregnados siempre de valores e intereses y penetrados por el po-der, el conocimiento contextual no slo es igualmente vlido como ciencia,sino tambin es el nico conocimiento posible.13

    Conclusiones

    A nuestro modo de ver, los planteamientos epistemolgicos de Berthelot yde Passeron, lejos de ser incompatibles o excluyentes, se complementan admi-rablemente. Ambos ofrecen una respuesta a la pluralizacin de los paradig-mas en las ciencias sociales y a la incertidumbre sobre su cientificidad.

    Asumiendo la perspectiva del objeto, Passeron define la unidad de lasciencias sociales por la necesaria inscripcin de su objeto de estudio dentrode coordenadas de tiempo y espacio. De acuerdo con esta posicin, las cien-cias sociales abordan siempre su objeto, implcita o explcitamente, desdeuna perspectiva geo-histrica.

    Asumiendo la perspectiva del sujeto, es decir, de los cientficos que elabo-ran teoras y dispositivos metodolgicos para aprehender y explicar su obje-to de estudio, Berthelot encuentra un principio de reduccin de la pluralidaden los programas definidos a la manera de Lakatos (1986). De acuerdo a es-ta posicin, la enorme pluralidad de perspectivas y corrientes en las cienciassociales pueden reducirse a un nmero limitado de programas, y stos, a suvez, a no ms de media docena de esquemas explicativos bsicos. Para estemismo autor, la simple presencia de programas racionales de conocimientoen operacin garantiza la cientificidad de las disciplinas sociales, ya que se-gn Lakatos, no existe otro criterio de demarcacin entre ciencia y no-cien-

    13 La cientificidad de las ciencias histricas y particularmente de la sociologa histri-ca ha sido cuestionada no slo por los que sostienen que el modelo positivista de ciencia esel nico vlido (monismo epistemolgico), sino tambin por la epistemologa postmodernasegn la cual los hechos histrico-sociales son una pura construccin discursivo-literaria, esdecir, una fbula carente de todo referente real. En un trabajo reciente, Joseph M. Bryant(2000) ha asumido, de modo brillante y convincente, la defensa del estatuto cientfico de lasciencias histricas frente a estos cuestionamientos.

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    cia. Y el debate cientfico consiste precisamente en la competencia entre pro-gramas en funcin de su mayor o menor grado de coherencia racional, fecun-didad y capacidad heurstica. Por eso Berthelot puede afirmar que su episte-mologa es monista, pero plural, en razn de la pluralidad de programas enel campo de las ciencias sociales.

    Pero Passeron aporta una correccin capital a esta epistemologa de losprogramas: cualesquiera que stos sean, en las ciencias sociales no puedenmenos que endosar las consecuencias lgicas derivadas de su radical histo-ricidad y espacialidad en el plano de la teora, de los conceptos, de la argu-mentacin y de la validacin emprica. As, debido a su complejidad cuanti-tativa y cualitativa, el objeto de estudio de las ciencias sociales exige por supropia naturaleza y no por debilidad o por insuficiente desarrollo unapluralidad de perspectivas y de programas de investigacin; y debido a sucarcter contextual, ese mismo objeto excluye las teoras y conceptos formu-lados en trminos estrictamente universales, y slo admite la ejemplificacinsistemtica y programada como rgimen de prueba.

    Esto quiere decir que las propiedades decticas del objeto de estudio delas ciencias sociales imponen cierto nmero de restricciones a los progra-mas de Berthelot, restricciones que funcionan como clusulas de excep-cin. En consecuencia, la epistemologa de Passeron es claramente dualista,no en el sentido de la vieja disputa historicista por el mtodo que distinguaentre explicacin e interpretacin, sino en el sentido de que postula una distin-cin radical, en razn de su objeto, entre ciencias nomolgicas predictivasy ciencias histricas.

    Podramos concluir entonces que la epistemologa de las ciencias socia-les es simultneamente dualista y monista-pluralista, segn la perspectivaque se adopte. En todo caso, las propuestas respectivas de Berthelot y dePasseron no son excluyentes sino complementarias, y constituyen hoy porhoy la mejor contribucin para dilucidar el estatuto epistemolgico de lasciencias sociales, y de rebote, nuestra propia identidad acadmica y profesionalcomo cientficos sociales. Podramos decir, para terminar, que pese a la di-versidad de nuestras disciplinas y especialidades, todos somos, en ltimainstancia, trabajadores del contexto.

    Recibido: noviembre, 2003Revisado: febrero, 2004

    Correspondencia: Instituto de Investigaciones Sociales/Universidad Nacio-nal Autnoma de Mxico/Circuito Mario de la Cueva/Ciudad Universitaria/C. P. 04510/tel. 56 22 74 00/correo electrnico: [email protected]

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    Scientifica.