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Gimnasia cerebral Hacia una vida plena Revista Escala No. 155, junio 2002 AeroMéxico Sección: Fresco para ver Texto: La Vaca Independiente Así como nuestro cuerpo necesita ejercicio para estar en mejores condiciones y rendir más, el cerebro puede ejercitarse para tener mayor agilidad, concentración, memoria y comprensión. Aunque el cerebro humano ha sido ampliamente estudiado, todavía existe un enorme potencial por descubrir, y se ha encontrado que es posible aprovecharlo más y desarrollarlo en diversas formas. Desde la antigüedad, algunas técnicas orientales, como el T’ai Chi y el yoga, han introducido prácticas en las que interactúan la mente y el cuerpo en la búsqueda de una vida más sana y armónica. En los años setenta el psicólogo norteamericano Paul Denison rescató estas enseñanzas y creó una rutina de sencillos movimientos que arrojaron excelentes resultados al tratar problemas de dislexia, deficiencias en el lenguaje, así como dificultades en la concentración y el aprendizaje. Sus efectos se han probado con éxito en personas con problemas de hiperactividad y estrés severo. Sintonizar mente y cuerpo La gimnasia cerebral consiste en movimientos coordinados en los que participan algunos músculos del cuerpo. Combinadas con señales que recibimos a través de los sentidos, estas acciones estimulan el cerebro y ayudan a sintonizar el cuerpo con la mente. El cerebro está constituido por dos lóbulos o hemisferios, izquierdo y derecho, cada uno encargado de distintos procesos mentales. El izquierdo es responsable de desarrollar funciones relacionadas con la lógica, las matemáticas, el lenguaje y otras funciones de razonamiento. El lado derecho tiene la visión holística (de la totalidad), la intuición y la emotividad. En cada persona domina más un lado que otro. Se ha demostrado que la práctica de ejercicios de gimnasia cerebral facilita la conexión entre ambos hemisferios del cerebro y fortalece los circuitos de comunicación entre las neuronas. De esta forma podemos motivar la elaboración de respuestas más coherentes y creativas. Al practicar estas sencillas rutinas ayudamos a oxigenar nuestro cerebro para recibir información y fortalecer sus diferentes partes como el ganglio basal y el cuerpo calloso. Crecen así las

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Gimnasia cerebral Hacia una vida plena

Revista Escala No. 155, junio 2002 AeroMéxico Sección: Fresco para ver Texto: La Vaca Independiente Así como nuestro cuerpo necesita ejercicio para estar en mejores condiciones y rendir más, el cerebro puede ejercitarse para tener mayor agilidad, concentración, memoria y comprensión. Aunque el cerebro humano ha sido ampliamente estudiado, todavía existe un enorme potencial por descubrir, y se ha encontrado que es posible aprovecharlo más y desarrollarlo en diversas formas. Desde la antigüedad, algunas técnicas orientales, como el T’ai Chi y el yoga, han introducido prácticas en las que interactúan la mente y el cuerpo en la búsqueda de una vida más sana y armónica. En los años setenta el psicólogo norteamericano Paul Denison rescató estas enseñanzas y creó una rutina de sencillos movimientos que arrojaron excelentes resultados al tratar problemas de dislexia, deficiencias en el lenguaje, así como dificultades en la concentración y el aprendizaje. Sus efectos se han probado con éxito en personas con problemas de hiperactividad y estrés severo. Sintonizar mente y cuerpo La gimnasia cerebral consiste en movimientos coordinados en los que participan algunos músculos del cuerpo. Combinadas con señales que recibimos a través de los sentidos, estas acciones estimulan el cerebro y ayudan a sintonizar el cuerpo con la mente. El cerebro está constituido por dos lóbulos o hemisferios, izquierdo y derecho, cada uno encargado de distintos procesos mentales. El izquierdo es responsable de desarrollar funciones relacionadas con la lógica, las matemáticas, el lenguaje y otras funciones de razonamiento. El lado derecho tiene la visión holística (de la totalidad), la intuición y la emotividad. En cada persona domina más un lado que otro. Se ha demostrado que la práctica de ejercicios de gimnasia cerebral facilita la conexión entre ambos hemisferios del cerebro y fortalece los circuitos de comunicación entre las neuronas. De esta forma podemos motivar la elaboración de respuestas más coherentes y creativas. Al practicar estas sencillas rutinas ayudamos a oxigenar nuestro cerebro para recibir información y fortalecer sus diferentes partes –como el ganglio basal y el cuerpo calloso–. Crecen así las

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redes que enlazan las áreas cognitivas, lo que facilita los procesos de análisis, reflexión y las asociaciones del pensamiento. Para recordar ¿Necesita recordar algo? Lleve las manos a las orejas y tómelas por las puntas; tire hacia arriba y un poco hacia atrás; manténgalas así por unos 20 segundos. Descanse brevemente y repita tres veces el ejercicio. Aprender mejor Póngase de pie con las piernas ligeramente abiertas. Abra totalmente los dedos de las manos y los pies hasta sentir un poquito de molestia. Sobre la punta de los pies estire los brazos hacia arriba lo más que pueda; tome aire y guárdelo por unos segundos en sus pulmones. Afloje de repente todo su cuerpo expulsando el aire. Repita este ejercicio tres veces. Motivar la actitud positiva Reconstruya varios momentos de su vida en que haya obtenido un gran triunfo y haya desplegado todo su talento y creatividad. Recuerde las sensaciones que experimentó. Repita varias veces este ejercicio e imagine que guarda esos momentos en su corazón. De este modo, cada vez que necesite de todas sus capacidades para lograr una meta, el recuerdo agradable le dispondrá positivamente para obtener lo que desea. Desarrollar atención y concentración Dibuje en una hoja un abecedario en mayúsculas. Trace las letras a un tamaño que le permita verlas a distancia. Debajo de cada letra escriba una de las siguientes letras “d”, “i”, “j”, al azar. Pegue la hoja en la pared al nivel de su vista. Lea en voz alta la letra mayúscula y, de acuerdo con la letra que haya quedado abajo, alzará: “d”, el brazo derecho;“i”, el brazo izquierdo; “j”, los dos brazos juntos. Cuando haya llegado a la “Z” a buen ritmo, empiece de nuevo pero ahora de la “Z” a la “A”. Integrar los hemisferios y favorecer el flujo de las ideas Con el brazo derecho ligeramente estirado cierre el puño dejando el pulgar hacia arriba. Siga con los ojos, sin mover la cabeza, el dedo pulgar mientras dibuja en el aire un ocho de manera horizontal, empezando hacia la derecha. Al terminar, hágalo hacia la izquierda. El centro del ocho debe quedar frente a la cara. Repita el ejercicio tres veces y después hágalo con el brazo contrario.