Globalizacion y Agricultura Periurbana en La Argentina

181
1 GLOBALIZACIÓN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA Escenarios, recorridos y problemas Ada Svetlitza de Nemirovsky (coordinadora) Maestría en Estudios Sociales Agrarios Serie Monografías 1 ISSN 2218-5682

Transcript of Globalizacion y Agricultura Periurbana en La Argentina

  • 1

    GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA Escenarios, recorridos y problemas

    Ada Svetlitza de Nemirovsky (coordinadora)

    Maestra en Estudios Sociales Agrarios

    Serie Monografas 1I S S N 2 2 1 8 - 5 6 8 2

  • 2 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

  • 3

    GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA Escenarios, recorridos y problemas

    Ada Svetlitza de Nemirovsky (coordinadora)

  • 4 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Maestra en Estudios Sociales Agrarios, FLACSO Ayacucho 555, Buenos Aireshttp://www.acso.org.are-mail: [email protected]: Guillermo Neiman

    Serie MonografasISSN 2218-5682Publicacin semestral que da cuenta de las actividades acadmicas de la Maestra de Estudios Sociales Agrarios de FLACSO, fundamentalmente a partir de trabajos monogrcos de los alum-nos y recibe tambin aportes de especialistas externos. Su responsable editorial es el director -y tambin profesor- de la Maestra. Responsable editorial: Guillermo NeimanDiseo y diagramacin: Irene Brousse

    Ilustracin de tapa: Los tres imanes, del urbanista britnico Ebenezer Howard (1850-1928)

    Esta obra est licenciada bajo una Licencia Atribucin-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.org/li-censes/by-nd/2.5/ar/.

  • 5

    GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN ARGENTINAEscenarios, recorridos y problemas

    Tabla de contenidos

    Introduccin :: Ada Svetlitza de Nemirovsky, 7

    Parte I. Dimensiones conceptuales y metodolgicas del estudio de la agricultura periurbana, 13

    Captulo 1. La agricultura de cercanas a la ciudad y los ciclos del territorio periurbano.Reexiones sobre el caso de la Regin Metropolitana de Buenos Aires :: Andrs Barsky, 15

    Captulo 2. Aproximaciones metodolgicas al estudio de la agricultura periurbana :: Ada Svetlitza de Nemirovsky, 31

    Parte II. Estudios de caso, 39

    Captulo 3. El mundo global y la transformacin de las reas metropolitanas de Amrica latina :: Silvia Baudrn, 41

    Captulo 4. Barreras naturales. La conjuncin de lo urbano y periurbano en San Ramn de la Nueva Orn: ciudad encajonada y dispersa :: Matas Garca Rodrguez, 55

    Captulo 5. Inicios, consolidacin y diferenciacin de la horticultura platense :: Matas Garca, 69

    Captulo 6. Cambios poblacionales, uso del suelo y produccin agropecuaria en el partido bonaerense de Exaltacin de la Cruz :: Gabriel Bober, 87

    Captulo 7. Transformaciones y conictos en territorios de interfase rural-urbana. Los casos de Cauelas, Hurlingham y San Andrs de Giles : Fernanda Gonzlez Maraschio y Luciana Moltoni, 105

  • 6 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Captulo 8. El periurbano sampedrino: un espacio de viveros :: Silvana Babbit, 123

    Captulo 9. El Parque Pereyra Iraola, los pequeos productores hortcolas y la reconversin tecnolgica hacia una produccin sin agrotxicos :: Diego Chifarelli, 135

    Captulo 10.Conictos periurbanos por los usos del agua en Mendoza :: Natalia Milln, 151

    Captulo 11.Tensiones territoriales en un oasis ante el impacto de la globalizacin. Una aproximacin al caso de Mendoza, Argentina :: Facundo Martn, 171

  • 7

    El punto de partida de este libro son los trabajos nales presentados por los alumnos del seminario sobre Agricultura Periurbana que tuve a mi cargo en la Maestra de Estudios Sociales Agrarios en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, en el ao 2007. De los temas propuestos, el que gener mayor inters fue el anlisis de las transformaciones de la estructura productiva agraria en las reas periurbanas, en el contexto del proceso de rees-tructuracin econmica global desde la dcada del ochenta hasta nuestros das. La diversidad de procesos analizados constituyen sin duda nuevas resonan-cias si se quiere paradojales: heterogneas y novedosas por una parte, al mismo tiempo que aparecen claramente sintetizadas las bases de una homogeneidad en cuanto a la permanente dinmica del uso de la tierra, razn por la cual se consider que merecan su publicacin. Ciertamente, si bien los pequeos es-tudios empricos que aqu se ofrecen permiten reconocer procesos, estructuras y actores sociales, al mismo tiempo es necesario sealar que son slo una primera indagacin en el tema que nos interesa.

    Si dirigimos nuestra mirada al proceso de reestructuracin territorial de los partidos del rea Metropolitana de Buenos Aires, es posible reconocer tres rupturas. La dicotoma entre el mundo rural y el mundo urbano comenz a di-solverse a principios del siglo XX. Durante la primera dcada estamos frente a un periurbano ruralizado, con predominio de la produccin ganadera, pequeas localidades que nacieron alrededor de las estaciones del ferrocarril y quintas a lo largo del lmite con la ciudad capital, escenario que en el lapso de cuarenta aos habra de constituirse en un contexto urbano. La primera etapa del me-canismo de transformacin que se oper en la supercie agraria fue el proceso de periurbanizacin, entendido como la divisin de las explotaciones ganaderas en parcelas pequeas y medianas, para su venta posterior (Bozzano, 2000), en el que tuvieron un rol importante las casas de remate de tierras. Esta instancia responde a la necesidad de construccin de viviendas para satisfacer las deman-das del primer gran ujo migratorio europeo que arrib entre 1869 y 1914. En el anlisis de la estructura social del perodo, Germani (1971) arma que tuvo lugar una doble concentracin de inmigrantes, en razn de que se trataba de contingentes formados en su gran mayora por hombres jvenes, quienes rpidamente se concentraron en la franja de poblacin econmicamente acti-va y en determinadas regiones de Argentina, como el rea Metropolitana. El crecimiento demogrco se articul con el desarrollo econmico que en el caso

    Introduccin

    Ada Svetlitza de Nemirovsky

  • 8 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    de la ciudad de Buenos Aires y de algunos partidos circundantes, comienza a volcarse hacia la implantacin industrial. (Rapoport, 2000).

    Sin lugar a dudas ha sido la segunda etapa, que corresponde al proceso de urba-nizacin de mediados del siglo XX , la gran transformadora. Durante y despus de la Segunda Guerra Mundial, el rea Metropolitana recibi nuevamente una oleada de inmigrantes europeos, pero esta vez de un volumen menor al de prin-cipios de siglo. Por otra parte, a partir de 1930 comenz la llegada de migrantes procedentes de las provincias del interior de Argentina, al mismo tiempo que se acentuaron los ujos provenientes de pases limtrofes. La vinculacin entre migraciones, tanto internas como internacionales, y el proceso de urbanizacin, constituye una relacin positiva tanto desde el punto de vista econmico como espacial. (Miret, 2001).

    Para ilustrar el impacto del proceso de urbanizacin sobre el uso de la tierra con-sideremos el caso de La Matanza, contiguo a la ciudad de Buenos Aires, donde en la articulacin entre espacio y tecnologa, el progreso tcnico est vinculado con la nueva forma urbana. (Castells, 1974). Entre 1940 y 1960 tuvo lugar una veloz y desordenada instalacin de un nmero signicativo de establecimientos industriales, comerciales y de servicios, la construccin de viviendas, edicios administrativos, escuelas y centros de salud, que crearon las condiciones para una modicacin territorial profunda del partido. Este es el perodo en que desapare-ci el 66 % de la supercie destinada a actividades agroganaderas en un proceso que puede muy bien caracterizarse como poco frecuente en la historia agraria argentina. El factor desencadenante de este proceso debe buscarse en la necesidad de nuevas tierras para la construccin de viviendas y fbricas, al tiempo que el partido tuvo el mayor crecimiento en su historia demogrca, que alcanz el 308 %. Ubicadas en las cercanas de la Avenida Gral. Paz, que marca el lmite con la Capital Federal, las quintas de verduras y hortalizas se fueron trasladando hacia las localidades de Gonzlez Catn y Virrey del Pino, empujadas por la necesidad de nuevos espacios urbanos. A partir de la dcada del cincuenta comenz un veloz proceso de cada de la actividad ganadera, habindose perdido 14.000 animales en tan slo ocho aos. En la dcada del sesenta, La Matanza ya era considerada uno de los centros industriales ms importantes del pas. (Svetlitza A. de Nemi-rovsky, 2004).

    Detengmonos ahora en la tercera etapa transformadora de las reas periur-banas metropolitanas. Nos estamos reriendo al proceso de globalizacin. En el actual sistema internacional el planeta es ahora concebido como una nica ciudad, en el marco de una nueva etapa del modo de produccin capitalista, que Castells (1992) ha denominado la sociedad de la informacin.

  • El crecimiento de nuevos sistemas urbanos, las llamadas megaciudades o ciudades difusas que experimentan importantes procesos de expansin de sus territorios periurbanos y el desarrollo de tecnologas de la informacin en el marco del proceso de globalizacin, constituyen en la dcada del noventa una nueva proble-mtica como foco de inters en el campo de la sociologa urbana. (Cuenya, 2001), que trasciende adems los intereses de la sociologa agraria en razn que la aproxi-macin entre el mundo urbano y el mundo rural se territorializa en las formas que adopta la ciudad difusa. Tal como sostiene Aguilar (2002) es necesario intensicar los estudios sobre las reas periurbanas en razn que es en este territorio donde tiene lugar el mayor crecimiento metropolitano.

    Uno de los ejes centrales de la sociedad de la informacin es la transformacin de las grandes ciudades cuyas nuevas funciones, segn Sassen, se identican como puntos de comando altamente concentrados desde los que se organiza la economa mun-dial; como localizaciones claves para las nanzas y las empresas de servicios especializa-dos o del terciario avanzado que han reemplazado a la industria como sector econmico dominante; como lugares de produccin y de generacin de innovaciones vinculadas a esas mismas actividades, y como mercados para los productos y las innovaciones produ-cidas. (Sassen, 1999, p. 30).

    En su contribucin a este libro, Baudron presenta los rasgos y caractersticas principales que denen el impacto del proceso de globalizacin sobre las reas metropolitanas de Amrica Latina, condicionado por la economa global. En el plano de lo social, los sectores empobrecidos no pueden participar de las reglas de este nuevo modelo econmico, que se trasunta en su segregacin so-cial y espacial. Los proyectos inmobiliarios, como barrios cerrados, shoppings y centros de esparcimiento se construyeron en las mejores tierras y arrinconaron o destruyeron las pequeas explotaciones hortcolas de las que slo subsisten aquellas sucientemente rentables.

    Si se quiere poco frecuente, es el caso que en este libro presenta el trabajo de Garca Rodrguez en relacin con la situacin de la prctica de la agricultura periurbana en Orn, Salta, en condiciones que podran denirse como conic-tivas, ante la imposibilidad de expansin territorial de esta ciudad por razones naturales. Alrededor de Orn, a una distancia no menor, se encuentran peque-as localidades con escaso crecimiento, que se deriva de la introduccin del capitalismo y que podran ser consideradas como barrios alejados de la ciudad. En las zonas marginales se desarrolla una agricultura periurbana que Garca Rodrguez considera como el cinturn verde de la regin, en manos de pobla-dores aborgenes cuyo nivel de vida ofrece caractersticas de extrema pobreza.

    INTRODUCCIN 9

  • 10 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    El autor seala la necesidad de implementar un plan de desarrollo sustentable en este sector.

    Bober analiza la reestructuracin socio-territorial de Exaltacin de la Cruz que ofrece notorias diferencias con otros partidos de la Regin Metropolitana. La particularidad de Exaltacin de la Cruz es la instalacin de barrios privados, clubes de campo y residencias destinadas al turismo rural para poblacin de altos ingresos, que ocupan las mejores tierras con condiciones para la prctica agrcola. El uso residencial de la tierra no redujo la supercie agraria, que a su vez sufri la desaparicin de explotaciones pequeas en un proceso de concen-tracin de la propiedad junto con la adopcin de nuevas tecnologas.

    El trabajo de Gonzlez Maraschio y Moltoni est orientado a analizar los rasgos y caractersticas de los partidos de Cauelas, San Andrs de Giles y Hurlingham. con el objeto de denir las formas de la articulacin rural-urba-na en el marco del proceso de reestructuracin del uso del suelo de las reas periurbanas. Si bien ofrecen diferentes procesos productivos, es necesario des-tacar que los tres partidos han contribuido a detener la expansin urbana.

    Babbitt, por su parte, se detiene en el anlisis de la estructura econmica de San Pedro, provincia de Buenos Aires, que tiene su base en actividades in-dustriales, ganaderas, agrcolas y de carcter intensivo. Entre estas ltimas se destaca la produccin de frutas, hortalizas y plantas ornamentales. La autora sostiene la necesidad de aplicar polticas de desarrollo territorial que permitan poner freno a la expansin del cultivo de la soja y, al mismo tiempo, apoyar actividades agrcolas con alto empleo de mano de obra, como los viveros y los montes frutales.

    Un caso particular en el marco de la estructura productiva hortcola del cintu-rn verde de la ciudad de La Plata es el que ofrece Chifarelli en relacin con el Parque Pereyra Iraola. Despus de serias controversias y acciones judiciales de desalojo de los productores nalmente consiguieron que el estado provincial aceptara una propuesta de desarrollar una agricultura sin agrotxicos, organi-zndose en forma asociativa en la lucha por el uso de la tierra a n de defender sus intereses y detener los intereses de grupos econmicos e inmobiliarias,

    Garca analiza la dinmica de la horticultura periurbana de la ciudad de La Plata, que se desarroll en sus inicios gracias al aporte de la inmigracin italiana en la dcada del treinta. El proceso de urbanizacin de mediados del siglo XX no impact sobre el periurbano platense. La cada de la produccin hortcola en partidos del segundo cordn y la implantacin de la urbanizacin en el te-rritorio periurbano de ciudades del interior, han contribuido a un signicativo

  • 11

    crecimiento y expansin de la actividad hortcola en La Plata, considerada en la actualidad como la ms importante del Cinturn Verde Bonaerense y del pas.

    Finalmente, Milln y Martn abordan la problemtica del uso del agua en una provincia de tierras secas como es el caso de Mendoza, desde perspectivas di-ferentes. Millan centra su anlisis en las cosmovisiones y legitimaciones de los diferentes actores sociales usuarios del agua. Mientras los nuevos pobla-dores de origen urbano la utilizan sin respetar los turnos de riego, ha surgido la protesta de los productores agropecuarios, pobladores histricos, quienes se consideran a s mismos como los legtimos usuarios del agua. La autora sostie-ne que el origen de estas disputas est relacionado con la falta de polticas de ordenamiento territorial, que nalmente impactan en forma negativa sobre la produccin agraria.

    En cuanto a Martin, analiza las transformaciones del rea Metropolitana de Mendoza desde nes de la dcada del ochenta hasta nuestros das, cuyas carac-tersticas han congurado dos estructuras socioeconmicas diferenciadas. Los oasis verdes ofrecen el dinamismo de una economa vitivincola reconvertida por la globalizacin y se dispone de suciente agua para el riego de viedos y rboles, al tiempo que el sector desrtico adolece de condiciones de atraso y pobreza. Martin sostiene que la implementacin de proyectos de desarrollo en este sector no sera factible si no se producen modicaciones en el rgimen actual de acumulacin.

    Se desea destacar la colaboracin de Andrs Barsky, quien enfoca el periurba-no como un territorio de produccin alimentaria de proximidad, en el que se maniestan distintos ciclos. Ciclos migratorios, debido a que desde los aos setenta el productor boliviano ha pasado a desenvolverse como el actor social que sostiene el cinturn verde hortcola, habiendo tomado la posta de gene-raciones anteriores de portugueses, italianos y espaoles. Ciclos econmicos, dado que, en el marco del modelo neoliberal de los aos noventa y el escenario de la postconvertibilidad, se ha registrado en el periurbano una intensicacin del uso del suelo y una diversicacin de cultivos a campo y bajo cubierta. Y ciclos de urbanizacin, porque en la actualidad el periurbano se emplaza fun-damentalmente en los partidos de la tercera corona metropolitana, que son los que muestran mayor crecimiento demogrco relativo. En denitiva, recon-guracin del territorio periurbano interpela al modo de hacer ciudad en una regin metropolitana de las dimensiones de Buenos Aires y seala la necesidad de preservar la ruralidad en sus espacios de borde.

    INTRODUCCIN 11

  • 12 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Mi agradecimiento a Guillermo Neiman por su apoyo y sus sugerencias para llevar a buen trmino este proyecto. Hago extensivo mi agradecimiento a los alumnos de la Maestra en Estudios Sociales Agrarios de FLACSO por su decidido entusiasmo, su dedicacin y su perseverancia a lo largo del proceso de construccin de este libro.

    Bibliografa

    Abba, A.P. (2005), Nuevas lgicas de centralidad urbana en el siglo XXI. El rea Metropo-litana de Buenos Aires. Documento de trabajo CIHaM, FADU, UBA.

    Bozzano, H. (2000), Territorios reales, territorios pensados, territorios posibles. Aportes para una teora territorial del ambiente. Espacio Editorial, Buenos Aires.

    Castells, M. (1974), Problemas de investigacin en sociologa urbana. Editorial Siglo XXI, Mxico.

    Castells, M. (1992), La ciudad informacional. Alianza Editorial.

    Cuenya, B. (2001), Las cuestiones centrales de la investigacin urbana en cada poca. Mundo urbano. Revista electrnica.

    Germani, G. (1971), Sociologa de la modernizacin. Estudios tericos, metodolgicos y apli-cados a Amrica Latina. Editorial Paidos, Buenos Aires.

    Miret, N. (2001), Las aportaciones de la inmigracin al proceso de metropolizacin: el caso de Barcelona. En Scripta Nova. Revista electrnica de geografa y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona.

    Rapoport, M. (compilador) (1988), Economa e historia. Editorial Tesis, Buenos Aires.

    Sassen, S. (1999), La ciudad global. Nueva York, Londres, Tokio. Editorial EUDEBA.

    Svetlitza A. de Nemirovsky (2004), Desarrollo e inmigracin portuguesa en el rea Me-tropolitana de Buenos Aires. Transformaciones y continuidades agrarias en el partido de La Matanza. Tesis doctoral. Facultad de Humanidades, Universidad de Huelva. Espaa. Manuscrito.

  • 13 Parte IDimensiones conceptuales y

    metodolgicas del estudio de la agricultura periurbana

  • 14 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

  • 15 Captulo 1.La agricultura de cercanas a la ciudad y

    los ciclos del territorio periurbano. Reexiones sobre el caso de la Regin

    Metropolitana de Buenos Aires

    Andrs BarskyArea de Ecologa, Instituto del Conurbano, Universidad Nacional de General Sarmiento

    Introduccin

    El borde periurbano es un territorio productivo, residencial y de servicios que se desarrolla en el contorno de las ciudades. Se genera cuando un centro alcanza determinadas dimensiones, es decir, cuando conforma un mercado de alcance regional que requiere ser abastecido desde las cercanas (1). Una de las mani-festaciones paisajsticas y sociales ms caractersticas del periurbano es el tipo particular de agricultura que en l se practica: el entramado de explotaciones primario-intensivas que conforma el denominado cinturn verde. El mismo se emplaza en cuas, en intersticios, en reas vacantes caractersticas de estos es-pacios de interfase urbano-rural. Frente a otros mbitos agrarios extensivos que operan a mayor escala y manejan signicativos volmenes de produccin, su ventaja competitiva esencial radica en la proximidad a la ciudad.

    El presente trabajo se propone realizar una serie de reexiones acerca de los patrones de localizacin y especializacin que ha tenido la agricultura periur-bana en una regin metropolitana de las caractersticas de la de Buenos Aires (RMBA), considerando los ciclos econmicos, demogrcos y de urbanizacin que han afectado la expansin de su periferia. La intencin del autor es enfati-zar en la necesidad e importancia de sostener la ruralidad en los bordes a travs de polticas especcas. Se sostiene que cualquier iniciativa de ndole sectorial ser incompleta o parcializada si no se toma en consideracin la complejidad del escenario territorial. En denitiva, la produccin periurbana se desarrolla en la zona de inuencia de la ciudad, es decir, en los espacios de la metropolizacin (Tecco, 1999)

    (1) Para el caso argentino, en localidades de aproximadamente 250.000 habitantes en adelante se puede constatar la conformacin de bordes periurbanos.

  • 16 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    El periurbano, terra incognita ms all del suburbio

    En un trabajo anterior (Barsky, 2005), se ha denido al periurbano como un territorio de borde sometido a procesos econmicos relacionados con la va-lorizacin capitalista del espacio, como consecuencia de la incorporacin real o potencial de nuevas tierras a la ciudad. Es decir, que el periurbano presen-ta condiciones de territorio transicional. Tambin se ha sealado que diversas denominaciones geogrcas han intentado dar cuenta del espacio periurbano: periferia urbana, franja urbana, ciudad difusa, frontera campo-ciudad, ciudad dispersa, territorios de borde, borde urbano/periurbano, borde exterior de la ciudad, contorno de la ciudad, cinturn de especulacin inmobiliaria, extra-rradio, exurbia, interfase o ecotono urbano-rural, huella ecolgica de la urbe, hinterland de la ciudad, etc. En este sentido, resulta interesante sealar que ge-neralmente se considera al periurbano como un territorio de difcil conceptua-lizacin y delimitacin, pero muchos trminos han intentado caracterizarlo.

    Teniendo en cuenta que el suelo rural es el que no est funcionalmente inte-grado a la trama urbana y que el suelo urbanizado es que el que ha sido com-pletamente antropizado, el periurbano se dene como un complejo territorial que contiene elementos de ambos sistemas. Es decir, aquel espacio donde, par-tiendo de los bordes de la ciudad, se registra una secuencia de intensividades decrecientes en el uso del suelo: de un periurbano denso de contacto a un periurbano cada vez ms difuso y distante (2). Para el caso de Buenos Aires, el periurbano se ubica en la actualidad en la franja que est comprendida aproxi-madamente entre el kilmetro 30 y el kilmetro 90. Mientras que el cinturn verde ocupa unas 18.000 hectreas en zonas contiguas a la ciudad, el espacio productivo agropecuario total de la RMBA (el gran periurbano) abarca unas 600.000 hectreas (Benencia, 2004; Benencia, Quaranta y Souza Casadinho, 2009).

    (2) Johann Heinrich von Thnen (1826, en Benko 1999), el precursor de las teoras de localizacin, determin en el siglo XIX que en el primer cordn alrededor de la ciudad se localizan la horticultura y la produccin lechera; en el segundo cordn la produccin forestal; en el tercer cordn el cultivo de cereales; en el cuarto cordn un tipo de agricultura menos intensivo que rota con pasturas o est en barbecho; en el quinto cordn cultivos ms extensivos con rotacin trianual y en el sexto cordn, cra extensiva de ganado y produccin de manteca. Garca Ramn, Tulla Pujol y Valdovinos Perdices (1995: 42) lo clasican de otra manera: el espacio urbano propiamente dicho, el espacio periurbano o reas urbanas discontinuas, el espacio semiurbano (con alternancia de usos), el espacio semirural urbanizado, el espacio rural dominado por la actividad agraria pero con algunas inuencias urbanas (como las derivadas de la descentralizacin industrial) y, por ltimo, el espacio rural marginal.

  • 17

    El periurbano conforma una verdadera terra incognita ms all de los suburbios (Borello, 2000). Asume una condicin de doble periferia: se localiza en zonas de las afueras de la ciudad donde, a su vez, conforma la periferia de esos lu-gares. Por ejemplo, en los fondos de los partidos ms alejados del conurbano bonaerense. En las reas periurbanas los arreglos institucionales generalmente son muy fragmentados y dbiles, lo que diculta gestionar adecuadamente es-tos espacios (Butterworth, Bustamante y Ducrot, 2007).

    Caracterizacin geogrfica del territorio de la RMBA: Una ciudad central con cuatro coronas metropolitanas(3)

    La conformacin tentacular del tejido metropolitano de Buenos Aires, tal como lo conocemos hoy en da, tiene su origen en una serie de fenmenos urbanos que se incrementaron notablemente desde nes de siglo XIX. Sobre la base del parcelamiento colonial realizado por Garay en 1580 entre el pago de la Mag-dalena al sur y el pago de Las Conchas al norte (Otero y Boiry, 1997), se fueron sucediendo una serie de oleadas aglomerativas, verdaderas pulsiones urbanas que han ido desarrollando la urbe al comps de los procesos socioeconmicos. La RMBA constituye en la actualidad una extensa conurbacin polinuclear, cuyos espacios intermedios y perifricos se han ido urbanizando a gran veloci-dad debido a la intensidad de las comunicaciones. Durante todo este proceso, la ciudad central y los corredores ferroviarios cumplieron un rol estructurador, soporte de las principales centralidades y de los mayores volmenes de ujos (Abba y Laborda, 2004).

    Con el establecimiento del modelo agroexportador desde mediados del siglo XIX, complementado posteriormente por las migraciones de ultramar, la ciu-dad central se densic rpidamente. A principios de 1900, en su periferia, que se extenda hasta unos 20 kilmetros de distancia, se estaba formando un cordn industrial que responda a la demanda de ese mercado en crecimiento. A partir de la crisis capitalista de 1930 y el establecimiento del modelo de sus-titucin de importaciones por la va de la industrializacin, ese primer cordn termin de saturarse. Comenz entonces a desarrollarse un segundo cordn, cuyo crecimiento se aceler notablemente cuando el modelo pas a su fase madura pasada la mitad del siglo XX, momento en que se produce el fenmeno migratorio interno, inducido por el intenso desarrollo del sector industrial y el mercado, exponenciando as los fenmenos aglomerativos urbanos sobre una extensa periferia (Luduea, 2001; Bozzano, 2007). La intensa oleada poblacio-

    (3) Varias de estas reexiones han sido desarrolladas en Barsky (2010).

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 17

  • 18 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    nal que protagoniz la construccin de la segunda corona congur un amplio espacio de loteos populares que se ha caracterizado como la ciudad autocons-truida (Cuenya, Pastrana y Yujnovsky, 1984; Garay, 1995). A cincuenta aos de producido el inicio de este fenmeno, este espacio prcticamente no ha sido alcanzado por la cobertura de redes especialmente de cloaca y agua potable-, lo que evidencia la ausencia de una gestin integrada metropolitana, una pro-blemtica que Prez (1999) ha caracterizado como expansin metropolitana sin gobierno.

    Con la crisis del mercado interno de consumo y la desindustrializacin, acae-cidos desde mediados de los aos setenta en adelante, se pas a una etapa de desaceleracin relativa de los fenmenos de crecimiento urbano, especialmente a nes de esa dcada y durante la dcada del ochenta (Clichevsky, 2003). La situacin se revierte en los aos noventa cuando, por va de la consolidacin de un modelo aperturista sustentado en un nuevo rgimen de acumulacin comandado por los sectores nanciero y de servicios, con una importante pre-sencia del capital internacional, una serie de emprendimientos, tecnologas y servicios urbanos desembarcaron en el segundo y tercer cordn, hasta unos 90 kilmetros de distancia, recongurando y complejizando la periferia (Barsky, 2005). Con el advenimiento de un modelo econmico neodesarrollista a partir de la crisis de 2002, recientes indicios parecen conrmar que muchos de estos fenmenos han seguido potencindose. Determinados estudios han manifes-tado su preocupacin por el particular tipo de expansin urbana que, en los ltimos aos, est desarrollndose sobre la tercera y cuarta coronas metropoli-tanas (Torres, 2001; Garay, 2006; Vidal-Koppmann, 2000; Tella, 2000; Abba y Laborda, 2004; Fritzsche y Vio, 2005; Reese y otros, 2006; Subsecretara de Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires, 2007; Barsky y Vio, 2007; Bozzano, 2007; entre otros).

    En la actualidad, la primera corona incluye a los partidos ms cercanos a la Ciudad Autnoma (4) y lo que la distingue, al igual que la Ciudad Autnoma, es que el tejido urbano est consolidado, la densidad de poblacin es elevada, el crecimiento poblacional es bajo o est estancado, la poblacin tiende al en-vejecimiento y los sectores de clase media son amplios. La cobertura de redes es prcticamente del 100 %. Es el espacio de los centros comerciales de primer orden y de mayor densidad y complejidad en lo referido a localizaciones indus-triales

    (4) Avellaneda, Quilmes, Lans, Lomas de Zamora, La Matanza I, Tres de Febrero, Morn, Ituzaing, Hurlingham, General San Martn, Vicente Lpez y San Isi-dro.

  • 19

    Los partidos de la segunda corona (5) presentan las siguientes caractersticas (Barsky y Fernndez, 2004): son partidos con tejido urbano en consolidacin, presentan espacios vacantes entre corredores; el crecimiento demogrco es acelerado; poseen baja densidad de poblacin, pero los ndices de hacinamiento (tres o ms personas por habitacin) y necesidades bsicas insatisfechas son elevados, la poblacin es joven, los sectores de clase media-baja y baja son am-plios. La cobertura de redes es incompleta, nma especialmente en el caso de las redes cloacal y de agua potable. Generalmente no llegan a cubrir ni el 5 % de la poblacin de cada partido (suelen abastecer slo la zona cntrica de cada su-burbio). El agua para consumo domiciliario e industrial se obtiene de la extrac-cin de pozos y los desechos cloacales se vierten en pozos ciegos. En trminos demogrcos, este cinturn explica la mayor parte del crecimiento vegetativo absoluto de la RMBA. Es el espacio incompleto de la ciudad, el de la pobreza estructural profunda, el de los suburbios perifricos tradicionalmente concep-tualizados como ciudades-dormitorio, el que por sus agudas problemticas sociales requiere urgente intervencin urbanstica y econmica. La localizacin industrial tiene un patrn disperso en el territorio.

    En los partidos de la tercera corona (6) se registran una serie de transforma-ciones relacionadas con diversos procesos de periurbanizacin a los que est siendo sometido ese espacio: fraccionamiento del suelo, subdivisin y venta de campos, loteos para quintas, emprendimientos agroproductivos con tecnologas intensivas, establecimiento de parques industriales, urbanizaciones cerradas de distinto tipo, etc. Esta corona, donde se est llevando la transformacin del medio rural a semi-rural y de semi-rural a urbano, y que llega hasta unos 90 kilmetros de distancia del centro porteo, a su vez contiene a La Plata y una serie de ciudades satlite de entre 50 y 200.000 habitantes. Las mismas cum-plen determinadas funciones econmicas de acuerdo al nivel de jerarqua que presentan dentro del sistema de localidades. En denitiva, la tercera corona constituye la suma de esos centros y los espacios periurbanos, un espacio alta-mente heterogneo desde el punto de vista social, productivo y de usos del suelo (Barsky, 2005). All se registra el mayor crecimiento demogrco en trminos relativos: por ejemplo, Pilar y Cauelas han crecido un 500 % en poblacin en

    (5) Berazategui, Florencio Varela, Almirante Brown, Esteban Echeverra, Ezeiza, La Matanza II, Merlo, Moreno, San Miguel, Jos C. Paz, Malvinas Argentinas, Tigre y San Fernando.

    (6) Escobar, Pilar, General Rodrguez, Marcos Paz, Cauelas I, San Vicente, Presi-dente Pern, La Plata, Berisso y Ensenada.

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 19

  • 20 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    los ltimos 30 aos, liderando el ranking metropolitano. Los sigue Escobar (otro partido de tercera corona) con el 350 %.

    Finalmente, la cuarta corona se compone de partidos histricamente agro-pecuarios (7), con sus tradicionales ciudades cabecera, localidades, paradas y postas, pero que comienzan a ser alcanzados y reestructurados por incipien-tes fenmenos de periurbanizacin comandados por el capital inmobiliario e industrial. Jurisdicciones como Exaltacin de la Cruz o General Las Heras responden claramente a esta caracterizacin en la actualidad.

    Mapa N 1: Coronas metropolitanas de la RMBA.

    La evolucin del cinturn verde de Buenos Aires a lo largo del siglo XX

    La reconguracin del cinturn alimentario de la RMBA se relaciona con los ciclos econmicos, demogrcos y tecnolgicos a los que la misma ha sido

    (7) Zrate, Campana, Exaltacin de la Cruz, Lujn, General Las Heras, Cauelas II, Coronel Brandsen.

  • 21

    sometida. A su vez, los distintos censos nacionales agropecuarios dan cuenta de cmo ha ido cambiando la diversidad productiva del periurbano.

    Durante el modelo agroexportador (1880-1930), el cinturn se localizaba en espacios de la Capital Federal y de la primera corona. El Censo de 1914 mues-tra que se especializaba en vacunos, maz, leche, lino, batata y porcinos. Para la fase temprana del modelo de sustitucin de importaciones (1930-1952), el periurbano hortcola se desplegaba en la segunda corona y en 1937 produca frutales, vacunos, maz, leche y alfalfa. En la fase madura del modelo sustitutivo (1952-1975), cuando se produce una urbanizacin acelerada de la periferia, el cinturn ocupa espacios de la segunda corona y comienza su corrimiento hacia la tercera. De acuerdo al Censo 1969, se especializaba en alcaucil, apio, tomate, vacunos, aves, maz, zapallo y leche. Con la crisis del modelo mercadointernista y el viraje hacia el modelo neoliberal, el desarrollo del cinturn va a darse en cuas de la segunda corona y en espacios de la tercera. Los censos 1988 y 2002 muestran una gran intensicacin de la produccin con diversidad de cultivos a campo y bajo cubierta: acelga, alcaucil, apio, berenjena, brccoli, cebolla de ver-deo, chaucha, choclo, colior, escarola, espinaca, frutilla, hinojo, lechuga, perejil, pimiento, puerro, remolacha, repollo blanco y colorado, tomate y zapallito. En la actualidad, en el escenario emergente posterior a la crisis de la Convertibili-dad, el periurbano productivo se despliega principalmente en la tercera corona y en cuas remanentes de la segunda. Como se ha mencionado, comienzan a darse fenmenos de periurbanizacin incipientes en la cuarta corona.

    Con respecto a las dinmicas migratorias en las producciones periurbanas de la RMBA, se han producidos varios reemplazos generacionales, protagonizados por distintas colectividades. El cinturn de quintas fue desarrollado a princi-pios de 1900 por poblacin de origen italiano y espaol. A mediados de siglo los portugueses irrumpen con fuerza en horticultura (Svetlitza de Nemirovsky, 2005), as como los japoneses lo hacen en oricultura. En la dcada del setenta comienza un potente fenmeno de bolivianizacin, cuando trabajadores bo-livianos se incorporan en las quintas de los portugueses, reemplazndolos con el paso de los aos.

    En este sentido, vale sealar que el arribo de personas de nacionalidad bolivia-na, muchas de ellas de origen andino campesino, ha dotado a la periferia metro-politana de una particular impronta cultural. Lo interesante de este fenmeno es que se produce un cuarto de siglo despus de que nalizaran las migraciones campo-ciudad durante la etapa madura del modelo de sustitucin de importa-ciones (1952-1975). Buenos Aires, capital de un pas de ingresos medios cuya poblacin se haba urbanizado mucho antes que sus pares latinoamericanos,

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 21

  • 22 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    no protagoniz los fenmenos caractersticos de periurbanizacin relacionados con el arribo de una migracin campesina caracterstica que, incluso hoy en da, an pueden observarse en varias capitales latinoamericanas. El actor social bo-liviano no es el campesino tpico que, de acuerdo a la literatura sociolgica, re-produce su modo de vida en los alrededores o el interior de la ciudad hasta que se descampesiniza al comenzar a trabajar como asalariado urbano (Comerci, 2008; Ruiz Rivera y Delgado Campos, 2008), sino un agente social que opera en red y puede desempearse verstilmente en la construccin, en los talleres textiles o en la horticultura periurbana segn sea su conveniencia (8).

    En la actualidad, el ciclo de bolivianizacin est en una etapa de madurez y consolidacin, en el sentido de que los bolivianos controlan gran parte de la produccin y comercializacin hortcolas del periurbano y el medio urbano. Por otra parte, as como el avance de la urbanizacin inuye en la expulsin de agricultores periurbanos hacia espacios ms lejanos de la tercera corona, vale sealar que nuevas generaciones de bolivianos estn instalndose en partidos de la cuarta corona, protagonizando un ciclo ms joven de la actividad en el borde exterior del periurbano (9).

    A continuacin, en el siguiente mosaico de fotografas areas se pueden apre-ciar la diversidad de usos del suelo de la zona periurbana de Moreno (suburbio occidental del Area Metropolitana) y las colectividades a cargo de la oricultura (mayoritariamente japoneses) y la horticultura (bolivianos) en la actualidad, de acuerdo a la informacin que se desprende de los apellidos de los productores.

    (8) Esta armacin de ninguna manera minimiza las situaciones de vulnerabilidad a las que generalmente se encuentran expuestos los ncleos bolivianos. Al respecto, vase Pizarro (2009).

    (9) Relevamientos propios en el partido de Exaltacin de la Cruz durante 2009 con-rman estas apreciaciones.

  • 23

    Mosaico fotogrco N 1: Usos del suelo y actividades productivas en el periurbano del partido de Moreno

    Referencias:

    A: Colonia japonesa Los Molinos

    Productores orcolas: 1. Nomura Kazuhisa - Takata / 2. Nakasone Hiroyuki / 3. Ral Namioka / 4.

    Kawabata Kazuc / 5. Leonardo Andrs Nakasone / 6. Juan Ral Cceres / 7. Kikuo Kitayama / 8.

    Leandro Guibu / 9. Eduardo Martelli / 10. Alberto Hirai / 14. Elsa Yabiko / 15. Productor Fiorentino /

    16. Ishikame Yasushi / 19. Carlos Agostinelli / 21. Julio Shinzato / 22. Productor Kasatima / 27. Nilda

    Fermani / 28. Productor Kuroda / 29. Jorge Oscar Sol / 33. Vivero Di Carlo / 35. Eduardo Taira / 36.

    Marcelo Caporaietti / 37. Matsuo Teiji / 40. Productor Ogasawara / 41. Productor Yoshida

    Productores hortcolas: 11. Eliseo Choque / 12. Isidro Aguilas / 13. Francisco Nina Yucra / 17. Timoteo

    Rodrguez / 18. Productor Colque / 20. Nstor Gramajo / 23. Jorge Ponte Couaco / 24. Francisco

    Ponte Couaco / 25. Eusebio Oscar Chalco / 26. Javier Choque Calibaya / 30. Relo Mndez / 31. Sar-

    miento Mamani / 32. Sixto Chambi / 34. Gabriel Eduardo Honda / 38. Isidro Proenca

    Fuente: Elaboracin propia en base a relevamientos realizados por el Instituto Muni-cipal de Desarrollo Econmico Local (IMDEL) de la Municipalidad de Moreno (Barsky, 2002).

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 23

  • 24 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Conclusiones: la necesidad de sostener una agricultura de proximidad en la RMBA

    Con el advenimiento de esta dcada, la cuestin de la agricultura periurbana en la RMBA ha venido incorporndose paulatinamente en la agenda pblica. Se pueden mencionar diversas iniciativas que, enumeradas en orden de aparicin, muestran la creciente importancia de la temtica. Durante 1999, la Secreta-ra de Agricultura, Ganadera, Pesca y Alimentacin de la Nacin estableci, mediante la Resolucin 71/99, la necesidad de ir incorporando las Buenas Prcticas Agropecuarias (BPA) en toda la produccin agropecuaria nacional, comenzando por la horticultura y la fruticultura. En el ao 2000, se crea el Instituto Municipal de Desarrollo Econmico Local (IMDEL) en la Munici-palidad de Moreno, un instituto descentralizado que trabaja directamente con el sector hortcola periurbano del partido. En el ao 2002, la Municipalidad de Florencio Varela hace lo propio inaugurando el Instituto de Desarrollo Local (IDEL), con su Programa Tierras Productivas. Durante 2004, la Municipali-dad de Pilar realiza un convenio con Cambio Rural y mediante una ordenanza reglamenta el Programa de Buenas Prcticas Agropecuarias (PROAAS). Para el ao 2006, el INTA implementa el Programa Nacional de Apoyo al De-sarrollo de los Territorios (PNTER), que muestra el grado de apertura de la institucin hacia las temticas territoriales. Ese mismo ao, nancia un Pro-yecto Integrado de importantes dimensiones: el PNHFA 3141 Desarrollo de tecnologas de procesos y gestin para la produccin periurbana de hortalizas. En el ao 2007, la Provincia de Buenos Aires incluye en su organigrama una nueva Direccin de Agricultura Periurbana, dependiente de la Subsecretara de Asuntos Agrarios. Durante el ao 2008, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) realiza la apertura del Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA), enfatizando sus primeras acciones en horticultura. Ese mismo ao, Presidencia de la Nacin rma un convenio para subsidiar la agricultura periurbana de los partidos del periurbano norte y oeste de Buenos Aires fomentando el desarrollo del invernculo. Por ltimo, durante 2009 se lleva a cabo una iniciativa trascendente: la puesta en funcionamiento de la nueva Estacin Experimental del INTA especializada en Agricultura Urbana y Periurbana para el territorio del rea Metropolitana de Buenos Aires: la Estacin INTA AUPU AMBA. Tales iniciativas muestran que el Estado, desde diferentes niveles de intervencin, ha comenzado a gestio-nar con mayor especicidad sobre el cinturn verde de la RMBA.

    Sin embargo, resulta de inters realizar algunas reexiones acerca del rol que juegan los cinturones verdes periurbanos considerando la organizacin econ-

  • 25

    mica del territorio argentino. De acuerdo con Mundt (en Vigliola, 1991), en nuestro pas hay tres tipos de zonas hortcolas: 1) los cinturones verdes (quin-tas o huertas familiares que rodean a los grandes centros urbanos y producen verdura de hoja y hortalizas de estacin); 2) las zonas hortcolas especializadas (huertas especializadas en pocos cultivos, con presencia de mano de obra asa-lariada; generalmente extrapampeana: ajo y cebolla en la regin de Cuyo); y 3) las reas de horticultura extensiva (zonas con cultivos mecanizados donde se siembran supercies signicativas, se los rota con cultivos no hortcolas y el destino de la produccin puede ser industrial, como Balcarce en papa o San Pedro en batata).

    Como se ha mencionado, tanto las zonas especializadas como las ms extensivas generalmente manejan mayor escala y mayores volmenes de produccin. En un pas de las dimensiones territoriales y con la impronta agroalimentaria que tiene la Argentina, cabra preguntarnos si tiene sentido sostener la agricultura de proximidad en los cinturones periurbanos si otras reas pueden producir con mayor eciencia tcnica y eventualmente reemplazarlas. Si entendemos que planicar en forma sistmica la organizacin del territorio es prever la especia-lizacin de cada regin productora en coordinacin con las dems, seguramente vale la pena plantear este interrogante.

    En este sentido, y a los nes de brindar un argumento contundente, la FAO seala que la agricultura en reas urbanas y periurbanas proporciona actual-mente comida a cerca de 700 millones de residentes en las ciudades, es decir, a un cuarto de la poblacin urbana mundial. Y destaca que el crecimiento de la poblacin de aqu al ao 2030 se concentrar en las reas urbanas de los pases en desarrollo (FAO, 2002).

    En denitiva, de acuerdo a lo tratado en este trabajo se considera fundamen-tal:

    - Preservar la seguridad y soberana alimentarias de los habitantes de la ciu-dad.

    - Sostener la ruralidad en los bordes en funcin de los servicios ambientales, econmicos y culturales que el periurbano presta a la ciudad (Allen, 2003).

    - Mantener una agricultura de cercanas que contribuya a acortar las distan-cias simblica y geogrca entre los habitantes del campo y la ciudad.

    Por lo tanto, es necesario:

    - Seguir incorporando la dinmica del periurbano en la planicacin estatal.

    - Crear, para el caso de Buenos Aires, nuevas instancias institucionales regula-

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 25

  • 26 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    torias del suelo suelo (autoridad metropolitana del suelo, parlamento metro-politano, etc.) que puedan incidir en la toma de medidas de contencin para detener la urbanizacin difusa y sin infraestructuras en amplios espacios de la periferia (10).

    - Ajustar los instrumentos de intervencin en la periferia considerando la di-nmica y lgica de las redes de actores sociales presentes en el territorio y los ciclos econmicos de sus actividades.

    - Dar apoyatura a los sectores productivos desde distintos niveles de estatales de intervencin, coordinadamente, con nes de conservar el borde periurba-no (11).

    Bibliografa

    Abba, Artemio y Laborda, Maximiliano (2004). Centralidades urbanas. En: Atlas ambiental de Buenos Aires. Paulina Nabel y David Kullock (directores). www.atlasdebuenosaires.gov.ar

    Allen, Adriana (2003). La interfase periurbana como escenario de cambio y accin hacia la sustentabilidad del desarrollo. En: Cuadernos del CENDES, N 53, vol. 53, Caracas, mayo.

    Barsky, Andrs (2002). Agricultura periurbana: Diagnstico socio-ambiental del impacto de las actividades del sector primario del partido de Moreno. E-conference RUAF-CIP-SIUPA on urban agriculture methodologies, Resour-ce Centre on Urban Agriculture and Forestry (RUAF), vol. 1, AB Leusden (Holanda).

    Barsky, Andrs y Fernndez, Leonardo (2004). Qu diferencias hay entre Gran Buenos Aires, conurbano, rea y Regin Metropolitana?. En: Geo-Red, Buenos Aires, octubre. www.georedweb.com.ar

    Barsky, Andrs (2005). El periurbano productivo, un espacio en constante transformacin. Introduccin al estado del debate, con referencias al caso de Buenos Aires. En: Scripta Nova, N 194(36), vol. 9, Barcelona.

    (10) Una preocupacin desde la perspectiva de los pases desarrollados europeos por impedir el avance de la ciudad difusa puede consultarse en European Comission (2006).

    (11) Sobre experiencias recientes de ordenamiento de la actividad hortcola en el pe-riurbano norte de Buenos Aires, vase Barsky (2008) y Feito (2009).

  • 27

    Barsky, Andrs y Vio, Marcela (2007). La problemtica del ordenamiento te-rritorial en cinturones verdes periurbanos sometidos a procesos de valori-zacin inmobiliaria. El caso del Partido del Pilar, Regin Metropolitana de Buenos Aires. En: 9 Coloquio Internacional de Geocrtica, Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, mayo-junio.

    Barsky, Andrs (2008). La bolivianizacin de la horticultura y los instrumen-tos de intervencin territorial en el periurbano de Buenos Aires. Anlisis de la experiencia de implementacin de un programa de buenas prcticas agropecuarias en el partido de Pilar. En: Scripta Nova, N 270(81), vol. 12, Barcelona.

    Barsky, Andrs (2010). Buenos Aires y su organizacin espacial. Caracteriza-cin de las situaciones ambientales asociadas a la dinmica de las cuencas hidrogrcas que atraviesan un territorio metropolitano. En: Agua y te-rritorio en la Regin Metropolitana de Buenos Aires, UNGS-Prometeo, Buenos Aires, en prensa.

    Benencia, Roberto (2004). Produccin rural. En: Atlas ambiental de Buenos Aires, CONICET-FADU-Agencia-GCBA, Buenos Aires.

    Benencia, Roberto; Quaranta, Germn y Souza Casadinho, Roberto (2009). Cinturn hortcola de la ciudad de Buenos Aires. Cambios sociales y productivos. Ciccus, Buenos Aires.

    Benko, George (2000). La ciencia regional. Universidad Nacional del Sur, Baha Blanca

    Borello, Jos (2000). Buenos Aires y el interior. Nuevos textos sobre antiguos quiebres. En: Eure, N 79, Vol. 26, Santiago.

    Borello, Jos y otros (2000). La geografa de la industria en la Regin Me-tropolitana de Buenos Aires. Un anlisis de los datos de los dos ltimos censos econmicos (1985-1994). Documento de Trabajo, N 10, Instituto del Conurbano, UNGS, San Miguel, octubre.

    Bozzano, Horacio (2007). Buenos Aires desde sus orgenes. Transformacio-nes territoriales y mutaciones productivas. En: Aproximaciones al mundo productivo de la Regin Metropolitana de Buenos Aires. Jos Borello (coord.). Prometeo-UNGS, Buenos, Aires.

    Butterworth, John; Bustamante, Roco y Ducrot, Raphaele (2007). Las reas periurbanas, una apreciacin general. En: Proyecto Negowat, IRC, Delft (Holanda).

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 27

  • 28 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Clichevsky, Nora (2003). Cambios en el espacio metropolitano. En: La cues-tin urbana en los noventa en la Regin Metropolitana de Buenos Aires. Andrea Catenazzi y Juan Lombardo (organizadores), Ediciones Al Margen, Uni-versidad Nacional de General Sarmiento, Buenos Aires.

    Comerci, Mara Eugenia (2008). Debates en torno a conceptualizaciones so-bre los rasgos del campesinado. Pasado y presente, mmeo, Santa Rosa.

    Cuenya, B., Pastrana, E. y Yujnovsky, O. (1984). De la villa miseria al barrio autoconstruido. CEUR, Buenos Aires.

    European Comission (2006). Urban sprawl in Europe. The ignored challen-ge. European Environment Agency, Copenhague.

    FAO (2002). Seguridad alimentaria urbana. En: Enfoques, Departamento de Agricultura y Proteccin del Consumidor, Organizacin de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacin, Roma.

    Feito, Carolina (2009). Polticas sociales locales para productores hortcolas en el Municipio del Pilar, provincia de Buenos Aires. En: X Seminario de la Red Muni, Universidad Nacional de La Matanza, agosto.

    Fritzsche, Federico y Vio, Marcela (2000). Especializacin y diversicacin industrial en la Regin Metropolitana de Buenos Aires. En: EURE, N 79, vol. XXVI, Santiago de Chile, diciembre.

    Fritzsche, Federico y Vio, Marcela (2005). La huella del desarrollo urbano en la regin metropolitana de Buenos Aires. consideraciones acerca de las transformaciones recientes del espacio industrial. En: Scripta Nova, N 194 (113), Vol. 9, Universidad de Barcelona, agosto.

    Garay, Alfredo (1995). El borde periurbano (documento interno). Ministerio de Obras y Servicios Pblicos, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, La Plata.

    Garay, Alfredo (2001). Dimensin territorial del desarrollo local. Mdulo 2, Curso de Posgrado Desarrollo local en reas metropolitanas. Universidad Nacional de General Sarmiento, Los Polvorines.

    Garca Ramn, Mara Dolors y otros (1995). Geografa rural. Sntesis, Madrid.

    Luduea, Manuel (2001). Regin Metropolitana de Buenos Aires. Estructu-racin, problemtica y aspectos de cambio. En: Juan Roccatagliata (comp.), Geografa econmica argentina, Editorial Docencia, Fundacin Hernanda-rias, Buenos Aires.

  • 29

    Prez, Pedro (1999). Buenos Aires o la expansin metropolitana sin gobierno. En: Conferencia Internacional sobre el Control de la Expansin Urbana. Go-bierno del Distrito Federal-Secretara de Relaciones Exteriores-OCDE, Mxico, noviembre.

    Pizarro, Cynthia (2009). La vulnerabilidad de los inmigrantes bolivianos: los casos contemporneos de violacin de sus derechos en la regin metropoli-tana de la ciudad de Crdoba. En: VI Encuentro Interdisciplinario de Cien-cias Sociales y Humanas, Facultad de Filosofa y Humanidades, Universidad Nacional de Crdoba, Crdoba.

    Ruiz Rivera, Naxelli y Delgado Campos, Javier (2008). Territorio y nuevas ruralidades: un recorrido terico sobre las transformaciones de la relacin campo-ciudad. En: Eure, No. 102, Vol. XXXIV, Ponticia Universidad Ca-tlica de Chile, Santiago, agosto.

    Subsecretara de Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires (2007). Lineamientos estratgicos para la Regin Metropolitana de Buenos Aires, Alfre-do Garay (coord.), Direccin Provincial de Ordenamiento Urbano y Terri-torial, La Plata.

    Svetlitza de Nemirovsky, Ada (2005). Tradicionalismo y modernizacin. Las quintas portuguesas del partido de La Matanza. Documento de Trabajo N 134, Departamento de Investigacin, rea de Estudios Agrarios. Universi-dad de Belgrano, Buenos Aires.

    Tecco, Claudio (1999). Periurbanizacin y metropolizacin. Desafos y cues-tiones crticas en el Area Metropolitana Crdoba. En: V Seminario Inter-nacional de la RII. Toluca, 22 al 24 de septiembre.

    Tella, Guillermo (2000). La modernizacin tarda de una metrpolis semipe-rifrica: El caso de Buenos Aires y sus transformaciones territoriales recien-tes. En: Scripta Nova, N 69 (70), Universidad de Barcelona, agosto.

    Torres, Horacio (2001). Cambios socioterritoriales en Buenos Aires durante la dcada de 1990. En: Eure, N 80, Vol. 27, Santiago, mayo.

    Vigliola, Marta y otros (1991). Manual de horticultura, Editorial Hemisferio Sur, Buenos Aires.

    Vidal-Koppmann, Sonia (2000). Las urbanizaciones privadas: una innova-cin para la transformacin del territorio?. En: Scripta Nova, N 69, Uni-versidad de Barcelona.

    1. LA AGRICULTURA DE CERCANAS A LA CIUDAD Y LOS CICLOS DEL TERRITORIO PERIURBANO 29

  • 30 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

  • 31 Captulo 2. Aproximaciones metodolgicas al

    estudio de la agricultura periurbana

    Ada Svetlitza de Nemirovsky

    En los ltimos aos ha sido notorio un incremento de las publicaciones que giran alrededor de diferentes aspectos de las reas periurbanas latinoameri-canas. La segregacin urbana en el partido de San Martn, en el contexto del impacto del neoliberalismo (Alvarez, 2005); el planteo de la gobernabilidad del rea metropolitana de Caracas atendiendo a los procesos recientes de las reas metropolitanas tradicionales de concentracin a escala global y regional y al mismo tiempo, de dispersin urbana a escala metropolitana (Barrios, 2001); la coexistencia de diferentes tipos de actividades y polticas vinculadas con la agricultura periurbana y la necesidad de una poltica que permita regular el uso del suelo de la ciudad de Baha Blanca (Duvernoy et al. (2004); las experiencias de agricultura periurbana e intraurbana en Lima y Callao, que si bien tiene un impacto positivo para la poblacin, reejan problemas ambientales, de salud y comercializacin (Soto y Siura, 2008), ofrecen una multiplicidad de fenme-nos de caracteres diferenciados de un pas a otro, en el contexto de la ciudad expandida.

    Sin duda, la agricultura periurbana ha sido, y sigue sindolo, la estructura pro-ductiva ms vulnerable en el proceso de reestructuracin territorial que comenz en la dcada del ochenta. Teniendo en cuenta las caractersticas de esta actividad y la existencia de prcticas agrcolas en las periferias urbanas, dirigimos nuestra atencin a implicaciones tericas y metodolgicas para el estudio de la agricultura periurbana.

    Mientras quien est interesado en el anlisis e interpretacin de la dinmica de la produccin agroganadera de la regin pampeana a lo largo del siglo XX encuentra a su disposicin un bagaje ms que importante de trabajos de investigacin de diferente cobertura y origen, aquel que intenta lograr un panorama de la historia agraria de los partidos metropolitanos se enfrentar con cierta escasez de mate-rial bibliogrco. Es necesario reconocer que es justamente la falta de estudios anteriores una de las limitaciones para abordar el tema, si bien se cuenta con un importante nmero de aportes que tienen la particularidad de recortar en sus anlisis la dinmica agraria como foco de inters, utilizando en general slo fuen-tes censales para llevar adelante la investigacin. Desde nuestra perspectiva, los datos cuantitativos no son sucientes para la reconstruccin del proceso histrico de la produccin agraria periurbana, una regin altamente compleja en razn de

  • 32 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    las transformaciones del uso y distribucin de la tierra a lo largo del siglo XX. Girbal-Blacha arma que la historia agraria ya no es slo econmica, nanciera, social, legislativa; es tambin cultural, poltica, ideolgica, de mentalidades, porque es el producto de otras preguntas, de otros objetivos y, esencialmente, de un atractivo y suge-rente juego de escala(Girbal-Blacha, 2001, p. 10). El inters se va desplazando hacia los anlisis macro y micro, hacia los actores sociales, a la vez que se articulan redes y mercados.

    Veamos un estudio de caso. En el proyecto de reconstruccin de la historia agraria del partido de La Matanza, el objetivo general fue obtener una imagen de la di-nmica de su estructura productiva agroganadera entre los aos 1900 y 2000. En cuanto cabe al planteo terico de la cuestin, el punto de partida fue considerar que la historia agraria periurbana no puede estar disociada del desarrollo urbano, en razn que la ciudad, el rea periurbana, y la regin son elementos de un sis-tema complejo, interactivo y dinmico. En consecuencia, surgi la necesidad de articular bsicamente los procesos socioeconmicos, demogrcos y territoriales del rea Metropolitana y de La Matanza, con las transformaciones de la estruc-tura productiva agroganadera del partido, dada la incapacidad que han tenido los enfoques sectoriales de ofrecer una mirada totalizadora de la dinmica agraria en un universo complejo como es el rea periurbana de Buenos Aires. De esta mane-ra encontramos la posibilidad de relacionar estructuralmente entre s un conjunto de instancias productivas, sociales y territoriales que impactaron, condicionaron y transformaron las prcticas agrarias. A n de evitar circunscribirnos a una escala micro con claras reminiscencias de las falencias funcionalistas del contexto a es-cala reducida, el anlisis e interpretacin de los datos cuantitativos y cualitativos se realiz en una constante integracin dialctica entre los fenmenos de la ma-croescala , en este caso el rea Metropolitana; el partido en su totalidad, como la escala meso, y las estructuras y los procesos del sector productivo agroganadero de La Matanza, la escala micro. (Svetlitza A. de Nemirovsky, 2004).

    Ha tenido inuencia en esta propuesta el abordaje de la relacin entre espacio y sociedad que se abreva en autores del pensamiento crtico como Lefebvre (1972), Castells (1974, 1997), Topalov (1979) y Signorelli (1999), entre otros. Son los actores sociales quienes plasman, al decir de Signorelli (1999) la cons-truccin del espacio urbano a partir de las fuerzas productivas y las relaciones de produccin, y no a la inversa. Por su parte, Lombardo arma que en el proceso de urbanizacin de la Regin Metropolitana de Buenos Aires, tienen lugar el conjunto de acciones y prcticas que los actores realizan en un territorio espe-cco, con el n de resolver su vida material, entendida sta en su sentido ms amplio en un perodo histrico determinado. (Lombardo, 2007b, p. 13). Actores sociales,

  • 33

    acciones y prcticas constituyen un nuevo foco de anlisis del que emerge una sustantiva agenda de problemticas que lgicamente merecen reexiones y res-puestas. Se conceptualizan como actores sociales el Estado nacional, el capital y la fuerza de trabajo, a los que se suman aquellos que surgen de las relaciones de reproduccin, tales como empresarios, industriales, inversores, desocupados, obreros, comerciantes, docentes, productores agrarios y otras guras presentes en diferentes instancias productivas. A partir de sus acciones y prcticas, sostie-ne Lombardo, los actores sociales elaboran estrategias diferentes: econmicas, culturales, nancieras, polticas, entre otras, para reproducir su vida material, que estn presentes en sus diferentes campos de accin. Estos ltimos, estruc-turados entre s a partir de redes que incluyen convenios, acuerdos y circuitos, constituyen la escala de anlisis meso. Cuando en la reconstruccin del proceso de urbanizacin de La Matanza entre las dcadas del cuarenta y del sesenta, denimos el partido como la escala de anlisis meso, se analizaron los siguien-tes indicadores:

    - crecimiento demogrco y aporte migratorio europeo, rural-urbano y de pases limtrofes,

    - implantacin industrial, insercin de inmigrantes italianos y del interior en el sector industrial,

    - crecimiento del comercio,

    - el gobierno municipal, poltica de estmulo a la implantacin industrial en concomitancia con la poltica econmica a nivel nacional,

    - construccin de viviendas, rol del Estado, inmobiliarias y casas de remate de tierras,

    - transformacin de la vida cotidiana en el contexto urbano,

    - poblacin econmicamente activa por rama de actividad,

    - disposiciones legales provinciales sobren el uso y disposicin de la tierra,

    - supercie destinada a usos agrarios y ganaderos,

    - la reorganizacin territorial total del partido.

    Es necesario sealar que la etapa de anlisis de la escala meso, es decir, de los procesos del macrosistema a nivel local, fue demandante de un largo y complejo perodo de trabajo y de esfuerzos ante la necesidad de observar con detalle cada uno de los indicadores seleccionados. El abordaje, que se apoy en una encuesta semiestructurada a una muestra de productores, entrevistas a informantes cla-ves, historias de vida y observacin participante en estas y celebraciones en los

    2. APROXIMACIONES METODOLGICAS AL ESTUDIO DE LA AGRICULTURA PERIURBANA 33

  • 34 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    clubes portugueses de las localidades de Isidro Casanova y Gonzlez Catn, y en la consulta de fuentes histricas, censales y cartogrcas, demostr ser de un valor signicativo como contribucin a la indagacin en relacin con el impac-to del proceso de urbanizacin sobre la produccin hortcola, al mismo tiempo que arroj luz sobre el entramado social, econmico y poltico del perodo en estudio, a nivel local. (Pujadas Muoz, 1992; Mucchielli, 1996; Valles, 1999).

    Finalmente, teniendo en cuenta el proceso de urbanizacin de La Matanza es importante destacar que su viabilidad no estuvo asociada slo a caractersticas como la cercana con la metrpolis, la existencia de vas rpidas de comunicacin, su importante extensin, un ncleo de poblacin econmicamente activa sino, en lo fundamental, con proyectos polticos y econmicos que vislumbraban el proceso de industrializacin como el camino al desarrollo y cuyo eje central fue la reproduccin del capital. (Lombardo, 2007).

    Tal como se dijo anteriormente, una de las caractersticas de las reas periur-banas es que son un punto de constante tensin e incertidumbre a causa de las transformaciones en todos sus aspectos. Atendiendo a esta circunstancia, el tema de los actores sociales involucrados en la produccin hortcola cobr inters en nuestra investigacin ante las necesarias exigencias de adaptacin y reelaboracin de las prcticas productivas frente a los nuevos escenarios. En este cuadro de situacin, la presencia de inmigrantes portugueses ampli los objetivos iniciales del estudio en razn que surgieron interrogantes vinculados con la historia laboral de un grupo migratorio de escaso conocimiento en la sociedad nacional. (Caracciolo de Basco et al, 1981; Svetlitza de Nemirovsky y Gonzlez, 2005).

    Desde nuestra perspectiva, el estudio de los productores hortcolas en el rea periurbana metropolitana merece ciertas reexiones. Como en toda explota-cin familiar, la principal caracterstica de la quinta portuguesa que hemos es-tudiado es la conjuncin de la propiedad de la tierra y la organizacin de la produccin a cargo de una misma persona, el quintero. En relacin con las sociedades agrarias etnogrcas y en su carcter de explotaciones familiares, Mellassoux (1985) construy un cuerpo terico cuyos conceptos pueden adap-tarse al modelo productivo que aqu se est considerando. Segn este autor las explotaciones familiares constituiran en s mismas una particular forma de organizacin social, regida por leyes que le son propias, donde las obligaciones y derechos de los individuos emergen de las relaciones de produccin as como de las relaciones de reproduccin, presentes estas ltimas en la vinculacin vertical entre padres e hijos. En consecuencia, las relaciones de produccin en el m-bito de la familia constituyen sistemas estables, organizados, sobre la base del

  • 35

    rol del individuo en una clula productiva, y a su vez, de su lugar en el ciclo de la reproduccin biolgica. Esta situacin dual a la que est sujeto el individuo podra ser considerada como el mecanismo bsico del mantenimiento de este modelo. De esta manera es posible considerar el trabajo familiar como una condicin estructural denitoria, no carente de resistencia y plasticidad, capaz de elaborar estrategias de organizacin y reacomodacin frente al proceso de transformaciones a que ha estado expuesto el sector hortcola de La Matanza. (Cloquell et al, 2001; Svetlitza de Nemirovsky; Gonzlez, 2005).

    Anteriormente se ha sealado la presencia de continuos ujos migratorios como connotacin fundamental de las reas periurbanas. En este sentido, es importante considerar la experiencia laboral premigratoria de quienes estn insertos en la produccin hortcola. En la muestra de quinteros encuestados, el 67 % de los productores portugueses de La Matanza estuvieron vinculados con labores agrarias en explotaciones de tipo intensivo desde nios, y el 19 % desde jvenes, dado que el 95 % de los padres fueron quinteros en Portugal. De esta manera, fue evidente que la construccin de estrategias diferentes o combina-das en el proceso productivo no hizo sino reproducir las experiencias laborales en el pas de origen.

    Otra cuestin, si se quiere denitoria en el estudio de los productores del rea periurbana es que se corre el riesgo de no tener presentes a todos los involu-crados en la fuerza de trabajo, no por errores del investigador en el transcurso del proyecto sino por omisiones o poca informacin de los quinteros durante la etapa de recoleccin de datos, teniendo en cuenta la amplitud y uidez del movimiento migratorio, as como la existencia de tensiones en el mbito labo-ral. Tal fue el caso de los productores portugueses en relacin con los medieros que a nes de la dcada del noventa trabajaban en las quintas de La Matanza, con quienes mantenan una relacin teida de mutua desconanza y conic-tividad.

    Los casos de estudio disponibles hasta el momento en que esto se escribe sobre las caractersticas de la agricultura en las reas periurbanas ante el proceso de globalizacin, remiten a una pregunta si se quiere ambiciosa en cuanto a su alcance: es posible establecer una tipologa de explotaciones agrarias periur-banas?. Si bien los procesos han sido bsicamente similares, las respuestas son diferentes. Tal como sostiene Nieto Calleja (en Signorelli, 1999) en su anlisis del proceso de urbanizacin en Mxico, los pueblos que pasaron de una vida tradicional a un modo de vida urbano, construyeron nuevas formas de vida pro-pias e irrepetibles. Esta reexin constituye en s misma la respuesta al impacto de la globalizacin sobre la agricultura periurbana, en razn de que cada caso

    2. APROXIMACIONES METODOLGICAS AL ESTUDIO DE LA AGRICULTURA PERIURBANA 35

  • 36 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    responde a un fenmeno local atravesado por instancias histricas, polticas y econmicas.

    Conclusiones

    La breve reconstruccin de las formas de reestructuracin territorial correspon-diente a las reas periurbanas de diferentes regiones de Argentina y sus efectos sobre las prcticas agrcolas que se ofrece en este libro, presenta escenarios en los que si bien es posible apreciar situaciones que van desde la produccin de soja en anteriores explotaciones frutcolas o la lucha por el agua, se advierte que la produccin agraria periurbana se desarrolla en un estado de tensin perma-nente, cuyo aspecto ms relevante es la amenaza de la expansin urbana.

    Dado el acelerado impacto del proceso de globalizacin sobre las metrpolis, que contribuy a la expansin urbana, las fragmentaciones y las reestructura-ciones del uso del suelo, podra pensarse que dicho proceso proseguir a largo plazo hacia una tendencia declinante del nmero de explotaciones agrarias periurbanas. Sin duda, son las caractersticas generales propias de las reas pe-riurbanas, como la constante inestabilidad del sistema de propiedad y tenencia de la tierra, la llegada continua de ujos migratorios, las transformaciones del suelo agrario en reas industriales, residenciales y comerciales, las que generan dicultades para el desarrollo de la produccin agraria con pocas probabilidades de resolucin, tal como sostiene Van Veenhuizen (2001). Estos indicios poco alentadores para el futuro de la agricultura periurbana, resultan al mismo tiem-po estimulantes para la implementacin de nuevos proyectos de investigacin.

    En el marco de los casos analizados, cabe cuestionar la ausencia de control y de planicacin de los escenarios periurbanos por parte de los gobiernos munici-pales y provinciales frente a la desruralizacin que est en marcha.

    Bibliografa

    Aguilar, A.G. (2002), Las mega-ciudades y las periferias expandidas. Am-pliando el concepto en Ciudad de Mxico. En EURE, v. 28, n 85. Santiago de Chile.

    Alvarez, G. H. (2005), Gran Buenos Aires, Conurbano y partido de San Mar-tn: exclusin social y segregacin urbana. Scripta Nova, Revista Electrni-ca de Geografa y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona.

  • 37

    Astori, D. (1984), Controversias sobre el agro latinoamericano. CLACSO, Bue-nos Aires.

    vila Snchez, H., Jimnez Martnez, N. (2009), La interfase urbano-rural en la reestructuracin territorial. Procesos y expresiones contemporneas. XII Encuentro de Gegrafos de Amrica Latina. Montevideo.

    Barrios, S. (2001), reas metropolitanas: qu ha cambiado?. La experiencia de la Caracas Metropolitana. EURE, Vol. 27, N 80.

    Caracciolo M. de Basco, Tsakoumagkos, P., Rodrguez Snchez, C. y Borro, M. (1981), Esquema conceptual y metodologa para el estudio de tipos de esta-blecimientos agropecuarios con nfasis en el minifundio. Servicio Nacional de Economa y Sociologa Rural. Secretara de Agricultura y Ganadera de la Nacin.

    Castells, M. (1974), Problemas de investigacin en sociologa urbana. Editorial Siglo XXI, Mxico.

    Castells, M. (1992), La ciudad informacional. Alianza Editorial.

    Castells, M. (1997), La cuestin urbana. Siglo XXI Editores.

    Cloquell, S.; Albanesi, R.; De Nicola, M.; Preda, G.; Propersi, P. (2001), Trans-formaciones en el rea agrcola del sur de Santa Fe: las estrategias de los producto-res familiares capitalizados. Comentarios Breves, N 1. Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Rosario.

    Duvernoy, I.; Marenco, S.; Lorda, M.A. (2004), Agricultura periurbana en Baha Blanca. La intervencin de las agencias pblicas de desarrollo. En Bustos Cara, R. y Bulner, M, Estudios regionales Interdisciplinarios III, La cultura en cuestin. EDIUNS, Baha Blanca.

    Girbal-Blacha, N. (2001), La historiografa agraria argentina: enfoques micro-histricos regionales para la macrohistoria rural del siglo XX (1980-1999). En EIAL, vol.12, n.2.

    Lefevre, H. (1972), La revolucin urbana. Alianza Editorial, Madrid.

    Lombardo, J.D. (2007 a), (Compilador), Paradigmas urbanos. Universidad Na-cional de General Sarmiento.

    Lombardo, J.D. (2007 b), La construccin de la ciudad. Editorial Nobuko. Bue-nos Aires.

    Mellasoux, C. (1985), Mujeres, graneros y capitales. Editorial Siglo XXI, Mxi-co.

    2. APROXIMACIONES METODOLGICAS AL ESTUDIO DE LA AGRICULTURA PERIURBANA 37

  • 38 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Mucchielli, A. (1996), Diccionario en Mtodos Cualitativos en Ciencias Humanas y Sociales. Editorial Sntesis, Madrid.

    Nieto Calleja, R. (1999), A manera de eplogo. Cultura y antropologa urbanas en Amrica Latina: la experiencia mexicana. En Signorelli, A. (Compila-dora), Antropologa urbana. Anthropos y Universidad Autnoma Metropo-litana, Iztapalapa, Mxico.

    Pujadas Muoz, J.J. (1992), El mtodo biogrco: el uso de las historias de vida en Ciencias Sociales. Centro de Investigaciones Sociolgicas, Madrid.

    Signorelli, A. (Compiladora), Antropologa urbana. Anthropos y Universidad Autnoma Metropolitana, Iztapalapa, Mxico.

    Soto, N. y Siura, S. (2008), Panorama de experiencias de agricultura urbana en Lima Metropolitana y Callao. Cuadernos de Agricultura Urbana, Lima.

    Svetlitza A. de Nemirovsky (2004), Desarrollo e inmigracin portuguesa en el rea Metropolitana de Buenos Aires. Transformaciones y continuidades agra-rias en el partido de La Matanza. Tesis doctoral. Facultad de Humanidades, Universidad de Huelva. Espaa. Manuscrito.

    Svetlitza A. de Nemirovsky, Gonzlez R. (2005), Produtores hortcolas portu-gueses na regio metropolitana de Buenos Aires. Anlise Social, Vol. XL, N 175, Lisboa.

    Topalov, C. (1979), La urbanizacin capitalista. Editorial Edicol, Mxico.

    Valles, M. (1999). Tcnicas cualitativas de investigacin social. Editorial Sntesis, Madrid.

    Van Veenhuizen, R. (2001), The Rural Urban Interface. Conference Rural-Ur-ban Encounters: Managing the Environment of the Periurban Interface, RUAF, London.

  • 39 Parte II.Estudios de caso

  • 40 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

  • 41 Captulo 3.El mundo global y la transformacin

    de las reas metropolitanas de Amrica latina Silvia Baudrn

    Sociloga rural, Ministerio de Agricultura, Ganadera y Pesca de Argentina

    En este captulo se revisan algunas de las numerosas contribuciones acadmicas a la cuestin de cmo la incorporacin de las economas latinoamericanas a la globalizacin impacta en el surgimiento de un nuevo tipo de ciudad en la Re-gin. Desde diversas disciplinas y enfoques se acuerda en que los cambios que se registran en las reas metropolitanas de Amrica Latina pueden vincularse y compararse con las transformaciones de las grandes ciudades que, a nivel pla-netario, asumen el rol de ciudades globales(1), con la salvedad de que mientras las ciudades globales son el centro de comando de la economa mundial, las otras se integran a la red con funciones de menor escala y nivel. Siguiendo a de Mattos (2002) puede armarse que ms all de los rasgos identitarios que cada ciudad conserva, hay cambios que son consecuentes de la globalizacin y que son comunes a todas ellas.

    El tema cobra relevancia en el marco de este libro ya que los espacios rurales en transicin, las reas periurbanas que circundan las grandes ciudades argentinas y que son el eje de anlisis de los captulos que siguen, vienen experimentan-do procesos intensos y complejos de transformacin territorial, fuertemente condicionados por las dinmicas de sus respectivas metrpolis en el marco de la economa global. Un gran nmero de investigaciones da cuenta de la com-plejidad de estos cambios y de la dicultad de arribar a conclusiones estrictas ya que la urbanizacin es un proceso en curso, as como [lo son] la modernizacin y la globalizacin, pudiendo presentarse de manera diferente en algunos puntos del planeta y an en el interior de los continentes (Paviani, 2006: 103, trad. propia).

    (1) Entendiendo por stas a aquellas ciudades que concentran el control y organiza-cin de la economa mundial, son el centro de la industria nanciera y de servicios especializados, son los lugares donde se generan las innovaciones vinculadas con estas actividades y a la vez funcionan como mercado para los nuevos productos e innovaciones. (cfr. Sassen 1991 y 1998)

  • 42 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Globalizacin, territorios y redes urbanas

    Enfoques acadmicos actuales -crticos del paradigma de anlisis territorial ge-neralmente en uso- nos ayudan a iluminar el sentido de estas transformaciones al concebir a los territorios, sean urbanos, periurbanos y/o rurales, ms que como mbitos de cohesin social, identidades comunes y colaboracin entre actores, como espacios donde se maniestan y dirimen los conictos econmicos, sociales, polticos y culturales, donde se lucha por las conquistas de los respectivos inte-reses y donde se disputa el poder poltico y econmico (Manzanal 2006: 25). Desde esta perspectiva puede analizarse la evolucin de las grandes ciudades latinoa-mericanas, que en este ltimo perodo de modernizacin capitalista muestran por una parte una gran expansin urbana -con procesos intensos de suburbani-zacin, periurbanizacin y policentrismo- y por otra una tendencia creciente a la polarizacin, la exclusin y la segregacin social de la poblacin pobre que se expresa agudamente, aunque no solamente, en los territorios periurbanos. En lo que sigue se sintetizan algunos aportes que fundamentan este anlisis.

    Un punto de partida es reconocer que la globalizacin y la informatizacin han reorganizado la economa mundial y han recuperado la importancia de las aglomeraciones urbanas, que experimentan cambios radicales en sus formas, funciones, organizacin y apariencia. Heineberg (2005) plantea que en esta etapa el sistema mundial de produccin y mercados se articula bajo la forma de una red mundial de ciudades, ya que la internacionalizacin del capital requiere centros desde los cuales se coordinen y se controlen las actividades econmi-cas.

    El nuevo patrn territorial internacional que se acenta en las ltimas dos dcadas cambia las tendencias del crecimiento urbano y la relacin entre las ciudades y el mundo rural tradicional. Surgen redes urbano/rurales complejas, las actividades econmicas se relocalizan y se fragmentan y se constituye un nuevo modelo territorial exible (vila Snchez 2002). De Mattos en varios de sus trabajos (2002, 2004, 2006) profundiza con detalle para Amrica Lati-na esta nueva dinmica surgida luego del agotamiento del modelo fordista de acumulacin; nueva dinmica que, en sntesis, apunta a reasegurar el papel del mercado como mecanismo bsico de asignacin de los recursos y a garantizar al capital privado el control y los benecios de la acumulacin y el crecimiento.

  • 43

    Reestructuracin productiva y nuevas funciones de las metrpolis

    En el origen de las nuevas funciones y de la nueva morfologa que adquieren las reas metropolitanas est la conguracin productiva propia de esta fase del capitalismo. En efecto, un nuevo sistema tecnolgico centrado en las tec-nologas de informacin y comunicacin -TIC- y la aplicacin de polticas y arreglos institucionales de liberalizacin econmica, son los pilares de este nue-vo modelo global en el que se impone una forma nueva de producir que tiene como insumo bsico a la informacin. Esta economa planetaria globalizada asegura la dependencia estructural de la sociedad respecto al capital, es decir la subordinacin del inters comn a los objetivos de propietarios e inversores. Santos (2000) deni la globalizacin como la expresin ms acabada de la internacionalizacin del mundo capitalista y Coraggio (1994) por su parte, la caracteriz como un proceso en el que se combinan la nueva revolucin tec-nolgica, un nuevo balance del poder poltico internacional, la mundializacin de los mercados y la consolidacin del mercado como eje de la vida econmica del planeta.

    La nueva modalidad estratgica del capital que extiende sus fronteras hacia cualquier lugar del mundo va transformando algunas de las grandes ciudades latinoamericanas en espacios que, sin dejar de ser perifricos respecto a las ciu-dades globales, se integran al sistema global de acumulacin. A travs de estas grandes ciudades Amrica Latina se vincula con el mundo (Montes Rodrguez 2006). En este escenario, mientras el Estado resigna su papel como actor en la economa y deja paso a la consolidacin de las empresas multinacionales, las rmas globales se despliegan y posicionan territorialmente a nivel mundial, protagonizan el comercio internacional y la inversin extranjera directa y se constituyen como empresas red. Las nuevas empresas organizadas en base a nodos y redes replantean sus relaciones tcnicas de produccin, externalizan, tercerizan y sub-contratan crecientemente procesos y servicios y localizan sus nodos en las grandes ciudades (de Mattos 2006), cambiando la estructura pro-ductiva y la dinmica urbana de las metrpolis de Amrica Latina en proceso de globalizacin.

    Estas grandes reas metropolitanas atraen las localizaciones empresarias de manera diferencial gracias a sus ventajas respecto a las ciudades medianas o pequeas: su estructura productiva, su ubicacin en el contexto macroeconmi-co nacional y su nivel de competitividad. Este ltimo est determinado por la localizacin, las infraestructuras adecuadas para los ujos de bienes y servicios -bsicamente transporte y comunicaciones-, la disponibilidad de recursos hu-manos calicados y diversicados y, fundamentalmente, la capacidad para pro-

    3. EL MUNDO GLOBAL Y LAS TRANSFORMACIONES DE LAS REAS METROPOLITANAS DE A.LATINA 43

  • 44 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    ducir y procesar innovaciones tecnolgicas. (Vio 2002, Caravaca 2005). Estas ciudades pasan as a albergar un conjunto de actividades y a desempear fun-ciones que implican cada vez mayor concentracin relativa de riqueza y poder, funciones que a la vez retroalimentan su crecimiento: direccin y control de las principales empresas y rmas globales, servicios nancieros, jurdicos, de publi-cidad, comercio, educacin, esparcimiento, marketing, actividades vinculadas a las TIC, industrias innovadoras, distribucin y comercializacin de productos globales, etc. Se da una rejerarquizacin de las ciudades a escala global porque, como seala Sassen las nuevas tecnologas de la comunicacin favorecen la deslo-calizacin de las actividades de produccin; pero, en la medida en que esta dispersin se produce en un sistema econmico que se caracteriza por una concentracin siempre mayor del control, de la propiedad y de la apropiacin de la ganancia, las nuevas tecnologas otorgan tambin una importancia determinante a las funciones centrales de direccin de las grandes rmas mundiales (Sassen 2002:8).

    Estudios sobre la estructura productiva de esta nueva conguracin urbana a gran escala muestran que en las reas metropolitanas se produce una relativa desindustrializacin y una tercerizacin progresiva, y el motor principal de la actividad econmica pasan a ser los servicios. Lencioni (2006) constata en Bra-sil la desconcentracin territorial de la industria manufacturera tradicional y el paso de un patrn que vinculaba la industria manufacturera con la metrpoli, a otro en el que esa industria se ubica en los municipios prximos al centro metropolitano ms que en la metrpoli misma. Como consecuencia, el empleo industrial tradicional decrece en trminos absolutos en las principales ciudades y disminuye el salario de esos trabajadores. Janoschka (2003) registra similar fenmeno para Buenos Aires.

    En este proceso de reestructuracin productiva las metrpolis se transforman en espacios dispersos de ujos, de gran extensin territorial y con fuertes vncu-los internacionales. La nueva estructura industrial se caracteriza por las nuevas industrias, las industrias de la informacin, que producen bienes y servicios basados en la importancia del conocimiento, herramienta clave para participar de los mercados internacionales. Entre las nuevas industrias se incluyen la mi-croelectrnica, la informtica, las telecomunicaciones, la automatizacin indus-trial, etc. Estas actividades implican en s mismas la produccin de bienes, pero a la vez stos se aplican a los procesos productivos bajo la forma de servicios a la produccin, los llamados nuevos servicios: tecnologa productiva, servicios nancieros, legales, gestin de la produccin, diseo e ingeniera de proyectos, investigacin y desarrollo, informacin, administracin, comunicacin, publici-dad, etc. (Vio 2002, Ciccolella 2008).

  • 45

    Transformacin del empleo, aumento de la segmentacin y la exclusin

    Lgicamente esta reestructuracin productiva transforma la dinmica del em-pleo en las reas metropolitanas de la Regin y ello genera una creciente des-igualdad estructural. El mayor peso relativo del sector nanciero y de las nuevas industrias y servicios con respecto a la actividad industrial manufacturera tra-dicional produce la segmentacin del mercado de trabajo, la desestructuracin y reestructuracin de las relaciones laborales, la precarizacin, en denitiva la continuidad y profundizacin de las desigualdades sociales. Sassen (1991) mos-tr que la dinmica de la globalizacin determina una creciente demanda de personal altamente calicado con altos salarios y alto consumo, que coexiste en el mismo territorio urbano con el requerimiento de mano de obra para servicios no calicados, con bajo salario y alta precariedad laboral. En el mismo sentido J. Nun (cit. por de Mattos, 2006) alerta sobre el n del trabajo asalariado estable y bien remunerado en las grandes ciudades.

    En este marco de modernizacin excluyente slo una parte de los trabajadores tiene capacidad de consumo; para el resto se acenta el desempleo y se expanden las periferias metropolitanas con problemas cada vez ms graves de vivienda, saneamiento bsico, conictos y violencia. A. Paviani expresa: la situacin de desempleo, de expansin de la pobreza y la miseria que se observa en Amrica Latina tiene estrecha relacin con los procesos modernos de metropolizacin y de exclusin social (Paviani 2006:90, trad. propia). Santos (2000) se reere crudamente a la globalizacin como situacin perversa donde el desempleo se hace crnico, la pobreza aumenta, el salario medio baja y crecen el hambre y el desamparo de los ms desprotegidos. En relacin con la desigualdad laboral, Paviani (2006) encontr en las grandes ciudades de Brasil varios tipos de desempleo: desem-pleo abierto, desempleo oculto por precariedad laboral en cuanto a regularidad y remuneracin, desempleo oculto por desaliento, e inactivos. Pero adems pro-pone el trmino de trabajadores descartables para aqullos que nunca tuvieron un empleo, nunca participaron del mercado de trabajo y estn condenados a la exclusin. Paviani asocia esta situacin a lo que l llama lagunas de trabajo en los grandes centros urbanos, fruto de la no creacin de nuevos puestos o de la eliminacin de antiguos lugares de trabajo.

    3. EL MUNDO GLOBAL Y LAS TRANSFORMACIONES DE LAS REAS METROPOLITANAS DE A.LATINA 45

  • 46 GLOBALIZACIN Y AGRICULTURA PERIURBANA EN LA ARGENTINA

    Negocio inmobiliario, ausencia del Estado y gestin de la ciudad

    Otro aspecto decisivo en el proceso de globalizacin de las reas metropoli-tanas de Amrica Latina se vincula con el rol de la inversin inmobiliaria y los nuevos criterios urbansticos resultantes (de Mattos 2006). El abandono de la planicacin o al menos de la regulacin urbana por parte del Estado, propia de mediados del siglo XX, y la vigencia del principio de subsidiaridad y neutralidad estatal, promueven el protagonismo de la inversin privada y el consecuente predominio de los intereses de propietarios de inmuebles y dueos del capital. Por otro lado, la progresiva nanciarizacin de la economa mundial y la movilidad del capital ms all de las fronteras nacionales permiten un cre-ciente ujo de capitales hacia el negocio inmobiliario como canal privilegiado de valorizacin. A ello se suma la competencia entre ciudades por obtener la localizacin de la inversin externa, que pasa a ser un eje central de la gestin urbana moderna.

    En consecuencia el crecimiento de megaproyectos inmobiliarios inconexos y fragmentados que impactan en la estructura y el paisaje de las ciudades recep-toras es una constante en la Regin. Alessandri (2006) considera que la ciudad en s misma se transforma en una mercanca que, en funcin de su eciencia y atractividad de inversiones, es vendida al mercado mundial. As el territorio urbano se transforma en un instrumento de poder en manos del sector domi-nante y su apropiacin y uso se subordinan al mercado. En palabras de Briano y Fritzsche () el Estado neoliberal tiene ahora como prioridad slo garantizar las condiciones ptimas para la acumulacin c