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Desarrollo Econ6mico, v. 31, N? 122 (julio-setiembre 1991) LOS PROLEGOMENOSDEL CORDOBAZO: LOS SINDICATOS LIDERES DE CORDOBA DENTRO DE LA ESTRUCTURA DE PODER SINDICAL MONICA B. GORDILLO* Lo sucedido en C6rdoba en mayo de 1969, el llamado "cordobazo", tuvo tal reper- cusion poli'tica y social que desperto tambi6n hondo interes en el ambito acad6mico, desde donde se esbozaron distintas explicaciones. Algunos lo consideraron como una protesta de masas que pondr(a de manifiesto un alto grado de conciencia de clase, co- brando fuerza, en este sentido, la hip6tesis referida al surgimiento de una vanguardia obrera en los sectores de punta de la econom(a que -en el caso de Cordoba- estar(an representados en los sindicatos mecanicos y en el de Luz y Fuerza, principales protago- nistas de la movilizacion. Otros, en cambio, lo consideraron simplemente como una reacci6n popular, espontanea, ante una coyuntura pol(tica, el repudio a un gobierno impopular -como habrian sido el del general Juan Carlos Onganfa a nivel nacional y el de Carlos Caballero en el orden provincial-, capitalizado luego por una minori'a previa- mente ideologizada. Ahora bien, sin negar la incidencia que puede haber tenido una determinada coyun- tura hist6rica o la accion de una dirigencia combativa y esclarecida como precipitadores de esa movilizaci6n social, pareciera que las interpretaciones anteriormente senaladas no bastan por s( solas para comprender el "cordobazo" con las caracterfsticas que este tuvo y mucho menos para explicar por qu6 se dio en Cordoba con tal magnitud, ya que no aparece como un hecho casual que la ola de descontentos desatada en 1969 encon- trara su maxima expresion en esa ciudad. En efecto, si bien no se puede analizar el movi- miento como la culminaci6n de un proceso vivido exclusivamente all( desgajandolo de lo que ocurr(a en el resto del pa(s y del mundo, la explicacion puede encontrarse en el analisis de las condiciones especfficas dadas en C6rdoba que Ilevaron a la agudizacion del conflicto. De este modo, si bien el trabajo apunta a explicar el "cordobazo", tiene una pre- tension mas amplia que es la de analizar el proceso de conformacion de estrategias, de propuestas alternativas a las esbozadas por la burocracia sindical nacional que luego, en los setenta, saldr(an a la luz con tanta fuerza cristalizando en posiciones clasistas -con diferentes matices- en los sindicatos de la empresa Fiat y en el SMATA cuando Renee Salamanca es elegido secretario de la Seccional, en 1972. Lo anterior Ileva a la necesidad de precisar lo caracterfstico de los sindicatos Iideres de Cordoba, de su lucha y del con- texto cultural e ideologico donde se fueron conformando; porque mas alla de la rele- vancia nacional que adquirio el "cordobazo" por las consecuencias inmediatas que trajo * Investigadora del CONICOR y del CIFYH de la Universidad Nacional de C6rdoba.

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Desarrollo Econ6mico, v. 31, N? 122 (julio-setiembre 1991)

LOS PROLEGOMENOS DEL CORDOBAZO: LOS SINDICATOS LIDERES DE CORDOBA

DENTRO DE LA ESTRUCTURA DE PODER SINDICAL

MONICA B. GORDILLO*

Lo sucedido en C6rdoba en mayo de 1969, el llamado "cordobazo", tuvo tal reper- cusion poli'tica y social que desperto tambi6n hondo interes en el ambito acad6mico, desde donde se esbozaron distintas explicaciones. Algunos lo consideraron como una protesta de masas que pondr(a de manifiesto un alto grado de conciencia de clase, co- brando fuerza, en este sentido, la hip6tesis referida al surgimiento de una vanguardia obrera en los sectores de punta de la econom(a que -en el caso de Cordoba- estar(an representados en los sindicatos mecanicos y en el de Luz y Fuerza, principales protago- nistas de la movilizacion. Otros, en cambio, lo consideraron simplemente como una reacci6n popular, espontanea, ante una coyuntura pol(tica, el repudio a un gobierno impopular -como habrian sido el del general Juan Carlos Onganfa a nivel nacional y el de Carlos Caballero en el orden provincial-, capitalizado luego por una minori'a previa- mente ideologizada.

Ahora bien, sin negar la incidencia que puede haber tenido una determinada coyun- tura hist6rica o la accion de una dirigencia combativa y esclarecida como precipitadores de esa movilizaci6n social, pareciera que las interpretaciones anteriormente senaladas no bastan por s( solas para comprender el "cordobazo" con las caracterfsticas que este tuvo y mucho menos para explicar por qu6 se dio en Cordoba con tal magnitud, ya que no aparece como un hecho casual que la ola de descontentos desatada en 1969 encon- trara su maxima expresion en esa ciudad. En efecto, si bien no se puede analizar el movi- miento como la culminaci6n de un proceso vivido exclusivamente all( desgajandolo de lo que ocurr(a en el resto del pa(s y del mundo, la explicacion puede encontrarse en el analisis de las condiciones especfficas dadas en C6rdoba que Ilevaron a la agudizacion del conflicto.

De este modo, si bien el trabajo apunta a explicar el "cordobazo", tiene una pre- tension mas amplia que es la de analizar el proceso de conformacion de estrategias, de propuestas alternativas a las esbozadas por la burocracia sindical nacional que luego, en los setenta, saldr(an a la luz con tanta fuerza cristalizando en posiciones clasistas -con diferentes matices- en los sindicatos de la empresa Fiat y en el SMATA cuando Renee Salamanca es elegido secretario de la Seccional, en 1972. Lo anterior Ileva a la necesidad de precisar lo caracterfstico de los sindicatos I ideres de Cordoba, de su lucha y del con- texto cultural e ideologico donde se fueron conformando; porque mas alla de la rele- vancia nacional que adquirio el "cordobazo" por las consecuencias inmediatas que trajo

* Investigadora del CONICOR y del CIFYH de la Universidad Nacional de C6rdoba.

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aparejadas, lo ocurrido en Cordoba como proceso diferencial, como un tipo particular de sindicalismo, merece en sf mismo ser analizado aunque mas no sea para comprender sus contradicciones y limitaciones dentro del contexto nacional. De ahf que la expli- cacion deba ser necesariamente historica, en el sentido de reconstruir el proceso previo de conformacion de nuevos actores sociales con caracterfsticas especificas a partir de la radicacion de las empresas automotrices entre 1954 y 1955 y de la cafda de Per6n en ese mismo ano.

En efecto, el desarrollo automotriz en Cordoba propicio el surgimiento de un nuevo tipo de obrero incorporado al sistema de relaciones del gran capitalismo industrial. Pero, <qu6 era lo propio de estos trabajadores que los distinguir(a de los de otras empresas de punta que para ese entonces se establecieron en distintos lugares de America Latina? Es aquf donde se hace necesario incorporar en la explicacion la dimension pol(tico- ideologica. Efectivamente, este nuevo actor social que, en muchos casos, no provenfa de la ciudad de C6rdoba y carecer(a de tradici6n sindical, sf tenfa una identidad polf- tica previa que -podemos presumir- era mayoritariamente la peronista. Al organizarse en un ambito donde todo estaba por hacerse, se fue construyendo una nueva tradicion sindical, forjada en el marco de la "resistencia peronista", con lo que esto implic6 como nuevo tipo de relacion entre dirigentes y bases, donde se reforzaron las practicas de participaci6n y de conspiraci6n desde el interior del sindicato al estar vedada la acti- vidad polftica para amplios sectores y de donde surgieron tambien nuevos dirigentes. Por otro lado, esto fue posible porque si bien la inestabilidad del personal serfa un mal cronico en la industria automotriz, en los primeros anos de expansi6n la expulsi6n o reno- vacion de personal fue bastante insignificante, produciendose as( continuidad en los cuadros sindicales.

La constitucion de esa nueva tradici6n sindical se vio favorecida por el hecho de que luego del quebrantamiento inicial del aparato sindical tras la cafda de Per6n, comenz6 a partir de 1958 -con el restablecimiento del sistema de convenciones colectivas de trabajo y el reconocimiento legal de los sindicatos- un nuevo proceso de reacomodacin dentro del esquema de poder, dando lugar a lo que ha sido llamado como una dinamica de "resistencia-integraci6n"1. Sin embargo, a pesar de que durante la presidencia de Frondizi se afirmo el proceso de integracion de los sindicatos en el Estado y de burocra- tizacion, este proceso nunca habr(a Ilegado del todo a consumarse en los sindicatos mecanicos de Cordoba y en el de Luz y Fuerza.

En efecto, durante todo el perfodo esos sindicatos fueron adquiriendo una cre- ciente autonom(a frente a sus propios organismos centrales, favorecida por el sistema de organizaci6n interna adoptado y por el tipo de relaci6n ensayado con el sector empre- sario. Asf, de fundamental importancia serla la polftica de las grandes empresas trans- nacionales tendiente a descentralizar la negociacion de los convenios para mejor ade- cuarlos a las fluctuaciones del mercado; politica apoyada, a su vez, por el gobierno para debilitar al movimiento obrero. Por otra parte, mas alla de las diferencias ideologicas, la dirigencia de los sindicatos lfderes tuvo en comun la intencion de preservar dicha auto- nomfa, para lo que considero necesario recurrir a la intensa participacion de las bases como forma de legitimar sus posiciones. De esta manera, desde el ambito del trabajo se

Daniel JAMES: Resistance and Integration. Peronism and the Argentine Working Class, 1946-1976. New York, Cambridge University Press, 1988.

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habr(a ido afirmando una conciencia sindical y disciplina gremial sumamente combativa que jugar(an un rol fundamental en los momentos de conflicto al facilitar una rapida movilizacion.

En ese sentido y respecto a la forma en que la condicion obrera determina la acci6n sindical existen dos interpretaciones clasicas: una que considera que el tipo de sindicalismo surgido en las grandes empresas de punta es el t(pico de negociacion al estilo norteamericano, combativo en el plano de la lucha economica pero que reivindica un cierto apoliticismo; y la otra que considera que en esas empresas es posible el surgi- miento de una "vanguardia", sobre todo porque al luchar por la negociacion directa en el interior de los establecimientos se formulan formas mas autonomas de accion sindical. Sin embargo, en realidad pareciera que las dos hipotesis no son necesariamente contradictorias, ya que en una situacion de crisis, la reivindicacion economica puede alcanzar una dimensi6n poll'tica mas amplia y transformar al sindicato en una organiza- ci6n sumamente combativa con objetivos que trascienden al campo polftico2. De ahi que no se pueda limitar la reflexi6n a la simple condicion obrera como si esta en s( misma, en forma esencial, determinara siempre un curso de acci6n; mas bien el caracter de la accion sindical deber(a ser interpretado en el marco de las relaciones con otros actores sociales y dentro de un contexto politico-cultural que siempre es explicable hist6ricamente.

En efecto, es necesario considerar que durante el per'odo estudiado se fue confor- mando lo que he llamado una "cultura de resistencia" nutrida de diferentes practicas e imaginarios colectivos, que recogio las distintas vertientes del peronismo en la resistencia y las discusiones internas de la izquierda que, al calor de la luchas nacionales que para entonces teni'an lugar en el mundo, llevaron a cuestionar el sistema liberal de partidos y a privilegiar vfas de acci6n mas directa. Dentro de ese panorama general lo propio de esta "cultura" en Cordoba era la fuerza de la vertiente antiburocratica y antiportenista alimentada, en parte, por el predicamento de la corriente ortodoxa del peronismo que no aceptaba la li'nea negociadora del dirigente metalurgico Augusto Vandor y, tambien, por el de ciertos sectores de la izquierda sindical que, entre todos, habr(an hecho posible el fuerte apoyo prestado a la posicion combativa y opositora al gobierno sostenida por Raimundo Ongaro, secretario del gremio Grafico y de la CGT de los Argentinos, consti- tuida en marzo de 1968.

Dentro de ese contexto, el golpe militar de Onganfa del 28 de junio de 1966 actu6 como catalizador, como precipitador de las tendencias y posiciones radicalizadas que se definieron hacia finales de los sesenta; pero no fue esa coyuntura la causa originaria de las propuestas alternativas que desde Cordoba se gestaron, sino que estas se fueron con- formando a lo largo de todo un proceso historico que es necesario analizar para com- prender los movimientos sociales de finales de la decada.

El crecimiento industrial de C6rdoba

Cuando a partir de los primeros anos de la decada del cincuenta comenzo a des- arrollarse la industria automotriz en el pa(s, se oper6 un verdadero cambio cualitativo

2 Maria Herminia TAVARES DE ALMEIRA' "Desarrollo capitalista y acci6n sindical (A prop6sito de la experiencia de los metalurgicos de San Bernardo del Campo)", Revista Mexicana de Sociologia, vol. X L, N0 2, abril-junio 1978, p. 491.

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en el proceso de industrializacion donde un importante sector entro en el sistema de relaciones caracter(stico del gran capitalismo industrial. Al mismo tiempo, comenzaron a implementarse planes de racionalizacion y esquemas de incentivacion tendientes a aumentar la productividad del trabajo, aspecto especialmente promovido a partir del Congreso de la Productividad celebrado en 1955 3

Sin embargo, para entonces se inici6, a la vez, una desaceleraci6n en el crecimiento de las ramas tradicionales que llegaron, en el caso de algunas industrias, a verdaderas crisis en los sesenta. En realidad lo que se constituyo fue una especie de polo industrial moderno, muy concentrado en lo tecnico, en lo economico, en lo geografico y en cuanto a ramas de produccion.

Cordoba vivi6 hacia los sesenta una situaci6n muy particular. Fue la primera que sufrio los efectos del modelo de crecimiento industrial afianzado en el pa(s despues de 1955, impulsado cuando el presidente Arturo Frondizi propulso la sancion de la ley 14.780 y del decreto 3.963, en 1958 y 1959, que permitieron la inversion de capitales extranjeros en la industria metalurgica y automotriz en condiciones muy ventajosas y que llevaron a la radicacion de importantes firmas extranjeras en el Gran Buenos Aires.

En C6rdoba el origen de este proceso se remonta a los 61ultimos anos del gobierno peronista. La provincia contaba para esa epoca con una importante infraestructura en materia de energ(a hidroelectrica y de construccion vial y, ademas, funcionaba all( desde 1927 la Fabrica Militar de Aviones que hab(a ido preparando mano de obra especiali- zada. Estas consideraciones fueron tenidas muy en cuenta para autorizar en 1952 la radicaci6n de las Industrias Aeronauticas y Mecanicas del Estado (IAME), que instalo una serie de plantas dispersas por la ciudad, entre ellas una en Ferreyra que se dedicaba a la fabricaci6n de tractores; la planta principal tambien producfa algunos veh(culos comerciales, como el auto "Graciela" y la moto "Puma". Pero el desarrollo de la indus- tria automotriz en Cordoba que comenz6 a insinuarse entonces recien tomara impulso con la radicaci6n de las empresas Fiat y Kaiser, atra(das por la ley 14.222 del ano 1953 sobre inversiones extranjeras, que permit(a transferir las utilidades l(quidas obtenidas hasta un 8 por ciento anual sobre el capital registrado.

Dentro de esa nueva coyuntura fue que, en septiembre de 1954, la empresa ita- liana Fiat firm6 un acuerdo para el traspaso de la fabrica de tractores que el IAME ten(a en Ferreyra. En 1955 se acord6 con el norteamericano Henry Kaiser establecer en Cor- doba una fabrica de automotores. Esta aparecio6 como una empresa mixta -Industrias Kaiser Argentina-, en la que Kaiser aporto un capital inicial de $ 10.000.000 y el IAME de $ 5.700.000. Recibi6 capital y licencia de la "American Motors" y de Renault para fabricar algunos modelos, hasta que en 1967 Renault compr6 una parte muy impor- tante de las acciones de I KA y asumio la direccio6n de la empresa, conformandose enton- ces la empresa I KA-Renault4.

La radicacion de estas empresas provocara importantes transformaciones en la estructura economica y social de la provincia. El centro de la actividad economica girara en torno de ella, per(odo en el cual los sectores ligados a esta industria vivieron como

3 Daniel JAMES: "Racionalizaci6n y respuesta de la clase obrera: contextos y limitaciones de la actividad gremial en la Argentina", Desarrollo Econ6mico, vol. 21, N? 83, octubre-diciembre 1981, p. 323.

4 James Paul BRENNAN: Peronism, clasismo and labor politics in C6rdoba, 1955-1976, Har- vard University, tesis doctoral, 1988, pp. 86-87.

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en una isla de progreso. Sin embargo, este crecimiento acelerado encerraba sus limita- ciones, derivadas de las mismas caracter'sticas que present6 este proceso de monocreci- miento industrial que no respond(a al nivel alcanzado por la acumulacion interna de capital. Lo anterior traeri'a importantes consecuencias en el mercado de trabajo. Una fuerte demanda de mano de obra caracterizo a los primeros anos de la industria automo- triz, satisfecha, en parte, por un flujo de inmigracion interna hacia la ciudad de Cordoba proveniente de distintos departamentos provinciales. Esto fue posible debido a la meca- nizaci6n de la industria y a que el trabajo en las lineas no requeri'a personal calificado, ya que el plantel tecnico en los primeros anos habria venido con las empresas y la mano de obra calificada provista por el IAME. Luego las mismas empresas, como en el caso de I KA, se encargaron de instalar institutos para la preparacion del personal.

Ya para 1963 se evidencia claramente en la capital provincial la enorme concen- tracion de la poblaci6n activa en el sector automotriz, que representa el 47 por ciento del personal efectivamente ocupado en la industria, porcentaje que resulta mayor si se consideran las industrias subsidiarias del automotor dedicadas a la fabricacion de repues- tos y autopartes que ocupan el segundo lugar en cuanto al personal ocupado5.

En poco tiempo la ciudad creci6 notablemente con la caracterlstica -t(pica de las metr6polis, que se convierten en polo de desarrollo- de aumentar su poblacion joven6. A esto se sumo el hecho de que C6rdoba tradicionalmente nucleaba un importan- te volumen de poblacion estudiantil proveniente de diferentes puntos del pais, caracte- ristica que tambien debe ser tenida en cuenta al analizar los movimientos sociales que aqu( se produciri'an y la forma que estos adoptaron.

Los sindicatos I ifderes de Cordoba

Para la epoca en estudio era la industria automotriz uno de los sectores de punta de la econom(a argentina y dentro de ella Cordoba fue el centro mas dinamico hasta bien entrada la decada de 1960. Esto logicamente repercutira positivamente en la situa- cion del personal dedicado a esta actividad y los sindicatos que lo representan seran I'deres en cuanto a salarios y poder de negociacion, dependiendo este, no obstante, de la situacion espec(fica del mercado.

En el caso de Cordoba otro sindicato I fder era el de Luz y Fuerza que nucleaba al personal de la Empresa Provincial de Energfa Electrica de Cordoba (EPEC). En efecto, fue el sector energetico otro de los que se desarrollaron para entonces. La provincia ya contaba con una importante infraestructura cuando a fines de la decada del cuarenta la administracion y produccion paso a manos del estado provincial. A trav6s de la bolsa de trabajo, el sindicato controlaba el mercado de trabajo y, de esta manera, no sufria los vaivenes que pod ian ocasionarse en el.

Los datos sobre salarios de convenio muestran la superioridad en esta materia de los sindicatos senalados7. Ademas hay que tener en cuenta que los salarios basicos de convenio en el momento de ingreso a la actividad no incluyen lo que era muy impor- tante en el caso de la industria automotriz, los premios a la produccion u otro tipo de

5 Censo Nacional Econ6mico de 1963. 6 BRENNAN. op. cit., p. 109. 7 "Salarios basicos de convenio", anos 1960-1975, Boletin Estadistico del BCRA, enero 1976.

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bonificaci6n. Este sistema se utiliz6 especialmente en Fiat donde se mantuvieron mas bien bajos los salarios de convenio, representando los adicionales una parte sumamente importante del salario total.

Los sindicatos senalados como I(deres tambien lo eran por la cantidad de personal afiliado, que aumento continuamente durante toda la d6cada estudiada.

Estructura organizativa y relaciones internas

El presente es un aspecto no suficientemente analizado y que parece de funda- mental importancia para comprender ciertas actitudes de los dirigentes y el tipo de rela- cion establecido con sus bases. Pero mas que la estructura formal, interesa considerar el funcionamiento real, que refuerza la hip6tesis referida a la creciente autonom(a de los sindicatos I ideres de Cordoba frente a las cupulas sindicales nacionales.

a) Los sindicatos meca'nicos

El SMATA se organizo a nivel nacional en junio de 1945, obteniendo la personer(a gremial en noviembre de 1947. Para entonces nucleaba fundamentalmente al personal de los talleres de reparacion de automoviles, casas de comercializacion, importaci6n o montaje, fabricacion de repuestos o maquinas que tuvieran que ver con la actividad automotriz; la gran industria todav'a no se hab(a desarrollado.

En Cordoba la seccional del SMATA reci6n se constituy6 en 1956, luego del esta- blecimiento de I KA y, en ese anio, se acordo el primer convenio de trabajo. En cuanto a su organizaci6n interna, al igual que la Union Obrera Metalurgica (UOM), respondfa al modelo de sindicato centralizado por industria, segun lo establecido por la ley de asociaciones profesionales dada por el gobierno peronista. As(, la administracion de las seccionales estaba a cargo de una Subcomision Seccional presidida por un secretario seccional y cuyos miembros duraban dos anos, pudiendo ser reelectos. Su funcion era la de ser agente de la central. En cuanto a los fondos seccionales el Estatuto establecfa que las cuotas deb(an ser transferidas totalmente a la sede central desde donde se giraba la cantidad necesaria para atender los gastos autorizados. Los secretarios seccionales pod('an asistir a las reuniones de Comision Directiva nacional con voz pero sin voto, y pod('an ser removidos de sus cargos total o parcialmente por resoluci6on de esa Comision Directiva tomada por votacion de las dos terceras partes. Tanto en el Estatuto del SMATA como en el de la UOM se preve(a la existencia de delegados y comisiones internas de reclamos para que actuaran dentro de cada establecimiento representando al sindicato en primera instancia. Los primeros eran elegidos en cada secci6n o departamento en forma proporcional a la cantidad de personal; la segunda, en la Asamblea General de Delegados de cada turno del establecimiento 8

El personal representado en el SMATA Seccional C6rdoba era el de las empresas I KA, I LASA, Division Planta Matrices (Perdriel), vinculadas a I KA, TRANSAX y Thomp- son Raco; a partir de 1966 se incorpor6 tambi6n el de Grandes Motores Diesel del grupo Fiat.

8 Estatutos del SMATA: Boletin Oficial de la Republica Argentina, 5/1/1963, p. 2, col. 2.

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En 1962 el SMATA renovo su Estatuto especificando que agrupar(a a todos los obreros y empleados de las empresas dedicadas a la fabricacion o venta de automotores y de sus repuestos "sin distincion de categorias o medios de propulsi6n, tractores, maqui- naria agr(cola en general, equipos de caminos y todos aquellos veh(culos que teniendo medios de propulsi6n propia puedan considerarse comprendidos en la denominacion mas amplia de automotor"9. Estas precisiones fueron de mucha importancia ya que la ausencia de ellas hab(a posibilitado que el importante y numeroso personal de Fiat escapara a su ambito de actuacion en el momento de constituirse la seccional. En efecto, debido al tipo de produccion de Fiat que en el momento de su radicacion era de imple- mentos agricolas, se le dio a la UOM la representacion de este personal. En esto tuvo mucho que ver la pol(tica de la empresa que trataba de evitar la sindicalizacion y de aislar a sus obreros del resto de los de la misma rama de actividad para poder manejar mejor la situaci6n en sus plantas. Ante los ojos de la empresa el SMATA aparec(a ya como una organizacion fuerte en Cordoba y lo ser(a aun mas si consegu(a agrupar en su seno a todo el personal de la industria automotriz.

La disputa por la agremiacion de Fiat se convertirfa en un problema pendiente. Cuando en 1960 Fiat comenzo con la produccion automotriz, el SMATA volvio a soli- citar la representacion de su personal, pero fue entonces que la empresa propici6 la crea- cion de sindicatos por planta, apoyandose en ciertos activistas no peronistas y opuestos a la conduccibn del SMATA que para entonces presid(a Elpidio A. Torres, de esa ten- dencia. Hay que destacar que a pesar de la concentracion geografica no se constituyo un sindicato de empresa, sino organizaciones de planta que deb(an funcionar en forma independiente y sin contactos entre su personal. Se organizaron as( cuatro sindicatos: SITRAC (Sindicato de Trabajadores de Fiat Concord), SITRAM (Sindicato de Trabaja- dores de Fiat Materfer), SITRAGMD (Sindicato de Trabajadores de Grandes Motores Diesel) y SITRAFIC (Sindicato de Trabajadores de Fiat Caseros)1?. Pero fue recien en 1964, en el marco de la pol'tica del presidente radical Arturo lIlia tendiente a despoli- tizar al movimiento obrero, cuando estos sindicatos obtuvieron la personer(a gremial. De todas maneras, en lo referente a convenios, el personal de Fiat se siguio regulando por los de la UOM, con algunas adaptaciones.

La aspiracion de unirse al SMATA era de todos modos sostenida por un grupo importante de trabajadores de Fiat. Esto se puso en evidencia ya en 1958 cuando el personal de GMD pidio su afiliacion a el y, nuevamente, en abril de 1965 cuando una asamblea del SITRAGMD decidio renunciar a su personer(a gremial para solicitar la afi- liacion a ese sindicato. Sin embargo, la "gran huelga" que en julio de ese ano enfrento a la Fiat con sus sindicatos de planta por no aceptar esta el aumento salarial solicitado, Ilevo al descabezamiento de sus principales dirigentes y practicamente suspendio la acti- vidad sindical dentro de la fabrica ya que tanto el SITRAC como el SITRAM se convir- tieron en organizaciones proempresa con muy poca representatividad interna, llegandose a un verdadero distanciamiento entre una dirigencia que aparecia sujeta a los intereses de la empresa y su personal. Solo el personal de GMD conseguiria posteriormente que le fuera concedida la afiliacion al SMATA. La situacion en Concord y Materfer recien se revirtio a comienzo de 1970 cuando, en masivas asambleas, los dirigentes de estos sindi- catos fueron desconocidos, hacidndose cargo de ellos una nueva dirigencia con apoyo

9 Ibfdem. 10 Boletin Oficial de la Repdblica Argentina, 16/9/1964, pp. 4-7.

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masivo de las bases que, centrada en los problemas del trabajo, buscaba la efectiva parti- cipacion y representatividad obrera y que luego dar(a lugar a posiciones clasistas.

El tema del encuadramiento sindical del personal de Fiat era un problema sin resol- ver que trascend(a lo meramente gremial para encubrir una lucha por el poder sindical entre la UOM y el SMATA. Esta puja no se limitaba al hecho de conseguir mayor n6mero de cotizantes, sino que implicaba el sumar votos a una determinada tendencia, ya que ambas organizaciones apoyaban I lneas diferentes del peronismo sindical dividido en enero de 1966 luego de la reunion de las "62 organizaciones peronistas" en Avellaneda, en octubre de 1965. El gremio mecanico adher(a al grupo de las "62 Organizaciones de Pie junto a Peron", liderado por Jose Alonso y enfrentado abiertamente con el dirigente metalu6rgico Augusto Vandor. Fue entonces recibida con gran entusiasmo la resolucion de la Secretar(a de Trabajo que el 5 de setiembre de 1966 dispuso otorgar la representa- cion gremial de los afiliados del SITRAGMD al SMATA11.

A partir de la incorporacion del personal de GMD, el mas calificado de la empresa Fiat, el SMATA Cordoba desarrollo una intensa actividad para afiliar al resto de los obre- ros de esa empresa, pero el r(gido control que los dirigentes sindicales de la planta, ampa- rados por la empresa, ejerc(an sobre el personal reprimi6 todo intento de oposicion.

Es necesario analizar tambien las caracterlsticas espec(ficas de las bases represen- tadas en cada organizacion y el modelo especial de relaci6n que se establece entre 6stas y sus dirigentes, ya que ellas haran posible el surgimiento de un determinado tipo de liderazgo. Ya dijimos que la mayor(a del personal de las empresas automotrices estaba constituido por obreros jovenes, muchos provenientes de ciudades pequenas del interior, que no ten(an una tradicion sindical previa. En una epoca de proscripcion polftica esto habr(a generado, al comienzo, una apat(a en materia pol(tica sindical. Pero el SMATA tambien agrupaba a personal calificado, tecnicos de mas edad y experiencia en la vida sindical, que eran conscientes de la importancia y valor de su trabajo dentro de un sector de punta, y que ser(a el que habr(a aportado el mayor n6mero de votos a la lista de izquierda que gano el sindicato en 1956. Las bases la apoyaron porque se presentaron con un tinte apolltico, ofreciendo mejoras concretas que se materializaron en el primer convenio suscripto con la IKA en 1957 y que le dificult6 a Elpidio Angel Torres, de extraccion peronista, ganar el sindicato.

En los primeros anos este reunfa las caracterlsticas de la nueva dirigencia. Formaba parte de ese flujo de inmigrantes internos que hab(an llegado a la ciudad procedente del interior de la provincia, en su caso de Alta Gracia, ciudad distante 40 km de C6rdoba. A pesar de que Torres era peronista, su prestigio y reconocimiento dentro del sindicato lo consiguio prescindiendo de una postura partidaria. Dadas las caracterlsticas de las bases del SMATA, no conseguir(a desplazar a la dirigencia de izquierda con reivindicaciones de tipo politico, sino que era necesario presentar propuestas que pudieran superar los logros alcanzados en el convenio de 1957.

Torres fue elegido secretario de la seccional en las elecciones de 1958. Sin embargo, su posicion en el sindicato era todavia debil. El porcentaje de participacion en las eleccio- nes fue muy bajo; sobre 3.000 trabajadores solo votaron 1.000, y lo que ayud6 a Torres fue que la oposicion de izquierda se presento dividida en dos listas que, en conjunto,

" La VozdelSMATA, C6rdoba,ario III, NO 19, octubre 1966, p. 1.

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obtuvieron mas votos que 61: 685 contra 58812. Fue reelecto secretario en forma inin- terrumpida, salvo interinatos parciales, hasta 1971.

Luego del triunfo de Torres el sector de izquierda siguio constituyendo una impor- tante oposicion, presente en todo el perl'odo y que se manifestaba activamente, sobre todo a traves de algunos delegados, cada vez que una situacion de conflicto hac(a peligrar la posicion de aquel. Es de destacar la intensa actividad desplegada por la Fraccion Trotskista de Obreros Mecanicos, agrupaci6n del Partido Obrero Trotskista, por el Movi- miento de Unidad y Lucha adherido al MUCS y por la Agrupacion de Reorganizacion Sindical 13. Es interesante considerar esta permanente y consolidada, aunque todavfa minoritaria, oposicion de izquierda dentro del sindicato para comprender la difusion que tendr(an luego de 1972 posiciones verdaderamente "clasistas" en la epoca de Renee Salamanca 14

Con el correr de los anos la oposicion incluiri'a tambien a grupos de extraccion peronista que, posteriormente, conformar(an listas opositoras a Torres tales como la Lista Blanca de la Agrupacion 18 de Marzo, que reuni'a a varios jovenes delegados de base, o la Lista Azul que respondfa a la conduccion central del SMATA. Esta oposicion constante representaba un desafl'o para la conduccion de la seccional y la obligo a adop- tar una relaci6n basada en un contacto estrecho con los asociados. Desde un comienzo fueron muy frecuentes las visitas de Torres a la fabrica y las asambleas en la misma planta que, aunque por motivos secundarios, reforzaban su popularidad y servi'an para aumentar el sentido de identificaci6n de los obreros con el sindicato y, al mismo tiempo, afirmaban la posicion del dirigente ante la empresa.

En realidad existi'an varios canales para la participacion de las bases. Las comi- siones internas de reclamos por turno se reunian semanalmente, por lo general cada tres di'as, con la representacion empresaria; las comisiones paritarias para la renovacion de los convenios o para las actualizaciones salariales se constitu(an periodicamente cada cuatro meses. En esas oportunidades, o siempre que algun asunto preocupara al gremio, se convocaba a enormes asambleas en el Cordoba Sport Club donde la afluencia de los afiliados era masiva. La participaci6n de las bases se evidenciaba tambien en la que era una de sus principales obligaciones: la renovacion de sus autoridades, donde el porcentaje de participacion era bastante alto15. Esta elevada concurrencia se explica si consideramos que, en todo el per('odo se presentaron importantes listas opositoras. Esa oposicion habri'a contribuido tambien a impedir la consolidaci6n de un modelo verticalista y buro- cratico en el SMATA C6rdoba.

Los obreros de las empresas automotrices eran conscientes que representaban un estrato diferente y economicamente superior al de los obreros de las ramas mas tradi- cionales. Este hecho y la identidad poli'tica peronista de la mayori'a de las bases, las lleva- ron a desarrollar una gran combatividad y firmeza organizativa en el plano de las con- quistas economico-gremiales, lucha que al mismo tiempo servia para exteriorizar el

12 BRENNAN, op. cit., p. 146. 13 Volantes de agrupaciones internas del SMATA C6rdoba. 14 Secretario de la Seccional Cordoba del SMATA desde 1972 hasta agosto de 1974, fecha

en que esa seccional fue intervenida. 's En el perfodo 1962-1966 se mantuvo por encima del 85 por ciento. Ver Carlos E. SAN-

CHEZ: Estrategias y objetivos de los sindicatos argentinos, C6rdoba, Instituto de Economia y Finan- zas, FCE-UNC, 1973, p. 53.

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descontento y frustracion resultante de la proscripci6n del peronismo. Sin embargo, la distinta actitud asumida por las empresas ser(a de decisiva importancia en el desarrollo ideologico posterior y en las practicas asumidas por los obreros. I KA, al aceptar el funcio- namiento del sindicato que agrupaba a todos los obreros de la misma actividad, permi- tio canalizar institucionalmente los conflictos y, a la vez, dado el caracter nacional del SMATA, se reforzaba en sus asociados el sentimiento de integracion dentro del movi- miento obrero. Los sindicatos Fiat al ser organizaciones de planta se mantuvieron, en cambio, en una situaci6n de aislamiento con relacion al resto de la clase trabajadora llegando, incluso, a no adherir a la CGT. El hecho de encerrarse y concentrarse en los problemas especificos de la planta, del trabajo, dejando de lado todo planteo que apare- ciera con un tinte pol'tico, evit6 la participacion de los sindicatos dentro del aparato burocratico pero, tambi6n, los aislo de la lucha sindical impidiendo su participaci6n en casi todas las movilizaciones de la decada, a6n en el "cordobazo", donde mas alla de la concurrencia espontanea de algunos obreros de Fiat, el SITRAC y SITRAM no partici- paron en forma organica. Sin embargo, el sindicato de planta, organizado para aislar a los trabajadores, sirvio indirectamente para reforzar su autonomi'a frente a la burocracia sindical y cre6 ciertas condiciones de purismo gremial que hicieron posible luego, dentro de una especial coyuntura polftico-ideol6gica, el afianzarriento de posiciones mas radica- lizadas. Es comprensible, entonces, que las llamadas dirigencias "clasistas" del SITRAC y SITRAM -aunque habr'a que precisar el verdadero alcance y contenido del termino aplicado al caso de los sindicatos Fiat ya que no es igual al clasismo del SMATA, con mucha mas carga ideologica-, surgidas como una reacci6n a la polftica mas agresiva de la empresa y a sus planes de racionalizaci6n, se afianzaran dentro del marco de eferves- cencia abierto por el "cordobazo", con lo que este signific6 como cuestionador de la burocracia sindical, de su acci6n y de la legitimidad del gobierno.

b) El Sindicato de Luz y Fuerza

A diferencia de lo que ocurr'a con el SMATA o la UOM que eran seccionales, el Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba era una asociaci6n de primer grado afiliada a otra de segundo, la Federacion Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLYF) y tambien a la CGT. Esta situaci6n le dejaba un gran margen de autonom(a para determi- nados asuntos, por ejemplo en el manejo de las cuotas de sus socios, ya que la FATLYF imponfa una cuota fija que el sindicato deb'a pagar, pero no intervenfa en la adminis- traci6n de sus fondos. Tambi6n en lo que se referfa a medidas de fuerza, aunque deb an ser comunicadas a la Federacion, pod fan ejecutarlas aun sin la aprobaci6n de 6sta16. Este mayor grado de autonomi'a hacia mas fluida la comunicaci6n entre dirigentes y aso- ciados y permitfa una mayor participaci6n de 6stos en las decisiones del sindicato. Ade- mas, en caso de intervenci6n decretada por la FATLYF, el gremio dejaba de gozar de ciertos beneficios sociales como, por ejemplo las colonias de vacaciones, pero no se alte- raba en nada la administraci6n y el normal funcionamiento del sindicato.

A pesar de que el Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba fue organizado durante el gobierno peronista, sus dirigentes desde el comienzo representaron distintas tenden- cias pollticas. Quizas haya influido en esto la heterogeneidad del personal que nucleaba,

16 Estatutos de la FATLYF: Boletin Oficial de la Republica Argentina, 8/6/1963.

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que iba desde empleados y personal t6cnico especializado de clase media, hasta obreros y peones pertenecientes a sectores mas bajos. Ya antes de la ca(da de Peron hab(a surgido una nueva generacion de dirigentes jovenes que luego controlari'an el sindicato y le im- pondr(an un nuevo dinamismo; esta ser(a conocida como la "generacion del 53" a la que pertenecia Agust(n Tosco que, para esa epoca, llego a ocupar el cargo de prosecre- tario general, secretaria gremial de entonces17. Tosco fue elegido secretario de Luz y Fuerza de Cordoba por primera vez en 1956 y desempeno el cargo hasta 1975, a excep- cion de los perlodos en que estuvo detenido o perseguido por la justicia y entre 1966- 1968 en que Ram6n Contreras -del mismo grupo de Tosco- ocup6 ese cargo18. El primero representaba una tendencia de izquierda que aspiraba a un futuro socialista y senalaba permanentemente la necesidad de un cambio de estructuras, pero que consi- deraba necesario constituir un frente con todos los sectores populares progresistas. A pesar de que la mayor parte de las bases era peronista, en el momento de elegir sus autoridades posponia sus simpatfas polfticas y buscaba sus dirigentes entre aquellos que demostraran mayor capacidad para manejar el sindicato y pudieran mantener la unidad y participaci6n de todos los sectores por encima de divisiones ideologicas. Esto explica la permanencia de Tosco como lider del sindicato; todos coincid(an en la honra- dez, en la conducta intachable del "gringo", que aparec(a como la persona mas adecuada para mantener el pluralismo dentro del sindicato.

La participacion de los afiliados en la vida interna del gremio era muy alta. Esto en parte se deb(a a una actitud deliberada de la Comisi6n Directiva que mensualmente convocaba a asambleas de delegados; 6stos, junto con los militantes de diferentes agrupa- ciones, constitu(an la "minori'a activa". La combatividad del sindicato respondia a la fuerte conciencia y disciplina sindical de sus bases, que las llevaba a acatar las resolucio- nes de la Comisi6n Directiva en quien confiaban, movilizandose cada vez que les era solicitado, y a participar masivamente en las elecciones para renovaci6n de las autorida- des, donde se evidencio6 en todo el per(odo un alto grado de adhesion a la conduccion 19

Vemos entonces que los sindicatos analizados representan tres modelos distintos de organizacion formal y, por lo tanto, tambi6n del tipo de relaciones mantenidas con las dirigencias centrales nacionales: sindicato centralizado por industria como era el caso del SMATA, sindicato descentralizado en cuanto a su funcionamiento interno como era Luz y Fuerza y sindicatos de planta, totalmente autonomos que no respondi(an a nin- guna conduccion central y ni siquiera adher(an a la CGT. Pero, mas alla de su organiza- ci6n formal, interesa analizar el funcionamiento real de estos sindicatos que presenta como rasgo comun el alto grado de autonom a en su administracion interna y en cuanto a la resolucion de los problemas esenciales que afectaban a sus afiliados, aspecto que debe ser valorado profundamente al explicar la combatividad del SMATA y de Luz y Fuerza durante toda la decada.

Para aportar elementos a la afirmacion anterior, pasaremos ahora a analizar las relaciones mantenidas entre las dirigencias locales y las c6pulas sindicales nacionales.

7 I. M. ROLDAN: Sindicatos y protesta social en la Argentina. Un estudio de caso el Sindi- cato de Luz y Fuerza de Cordoba (1969-1974), Amsterdam, Centro de Estudios y Documentacion Latinoamericanos, N0 11 (s/f.), p. 119/20.

18 SANCHEZ, op. cit., p. 36. '9 Segun los resultados electorales, en todo el periodo, el porcentaje de adhesi6n a la conduc

cion nunca baj6 del 75 por ciento; ib(dem, p. 34.

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Relaciones con las autoridades centrales

a) El SMATA nacional y la Seccional Cordoba

Cuando en abril de 1966 tuvieron lugar las elecciones para renovacion de las auto- ridades nacionales del SMATA, el peronismo apareci6 dividido en dos listas, la Verde que apoyaba la lfnea de Jos( Alonso y que sostenfa a N6stor Vazquez como secretario general, y la Celeste que reuni'a a los seguidores de Vandor. El triunfo correspondi6 a la lista Verde con 8.392 votos contra 6.612 de la Celeste. Estos mismos resultados se repi- tieron en casi todas las secciones del pa(s, salvo en C6rdoba donde triunfo la lista Celes- te20. Este hecho insinuaba las diferencias entre la seccional y el organismo central, dife- rencia que ya se habi'a puesto de manifiesto cuando -a comienzos de ano- al producirse la division del sindicalismo peronista y ser expulsado Jose Alonso -secretario general de la CGT-, el SMATA C6rdoba habia apoyado esta medida contrariando lo dispuesto por su central.

Las discrepancias entre la seccional y la central se acentuaron hacia fin de ano con motivo del proyecto de la Comision Directiva nacional de aumentar la cuota sindical a un 2 por ciento y de establecer un aporte extraordinario de $ 1.000 destinados a la construccion de un edificio propio. Como en la seccional ya se abonaba el 2,5 por ciento en concepto de cuota sindical, la Comision Directiva nacional resolvi6 dejar en suspenso el aumento en esta hasta tanto se efectuara un estudio contable en la de Cordoba para determinar la forma en que se efectivizari'a. Fue entonces que Torres, apelando al senti- miento localista y antiportehista, muy fuerte en la seccional, consigui6 que la mayor(a de la asamblea reunida para considerar el tema se pronunciara en contra de cualquier aumento y aporte extraordinario sin que fuera previamente discutido en ella21. Entonces, la oposicion a Torres, que apoyaba la Ilnea de Buenos Aires, comenz6 a pedir directa- mente la intervencion de la seccional.

La ocasion propicia fue encontrada con motivo de las elecciones de la Comision Interna de Reclamos del segundo turno de Kaiser. All triunfo la Ifnea de Torres, pero los ex miembros de esa comision impugnaron la elecci6n recurriendo para ello a Buenos Aires. De esta manera, el 15 de mayo de 1967 se procedio a intervenir el SMATA Cor- doba, organizandose una "Comisi6n Auxiliar del SMATA" presidida por el hombre de Buenos Aires, Jose Rodr(guez. La ex Comisi6n Directiva, encabezada por Torres se traslado al local de la CGT Regional 22. De esta forma comenzaron a funcionar dos comi- siones directivas, una que ocupaba el local sindical pero con apoyo minoritario entre los afiliados y la Comisi6n Directiva seccional presidida por Torres, a la que respond(a la mayor(a.

En efecto, entre los afiliados la intervenci6n fue mayoritariamente repudiada, ya que a pesar de todas las cr(ticas que internamente le hacfan a Torres, vefan en la deci-

20 Informe, DI L N? 75, mayo 1966, p. 35. 21 La Voz del SMA TA, Co6rdoba, ano III, N? 20, noviembre 1966, p. 3. 22 La Comisi6n Directiva seccional destacaba la arbitrariedad de los dirigentes "porterios" y

reafirmaba el derecho de la seccional para decidir en lo relativo al funcionamiento interno en las fabricas, apelando a toda una trayectoria de vida aut6noma en este sentido. Ademas, destacaba que, incluso la CIR saliente que pretendfa impugnar la elecci6n, habia sido elegida con ese mismo proce- dimiento. La Voz del SMATA, Co6rdoba, ano II , N? 25, junio-julio 1967, p. 5.

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sion de la central un acto de arbitrariedad y de desconocimiento a la voluntad de los afiliados, que se hab (an pronunciado en elecciones limpias23.

Por su parte la Comision Directiva seccional estaba dispuesta a defender sus dere- chos legalmente y, en este plano, obtuvo un triunfo importante cuando en julio de 1967 el director general de Asociaciones Profesionales resolvio desconocer lo resuelto por la Comision Directiva nacional del SMATA. Se basaba en el art. 111 de los Estatutos, que establec(a como derecho de las seccionales elegir sus subcomisiones y, a pesar de que el art. 117 estatu(a como medida extraordinaria la posibilidad de la renovacion total o parcial por parte de la Comision Directiva nacional, no estaba prevista de ninguna manera la revocaci6n 24. La posicion de la Comision Directiva de Torres se vio afianzada cuando, en agosto, la empresa I KA le reconoci6 la representatividad gremial de su personal.

Los hechos senalados trascienden el aspecto anecdotico para poner de manifiesto el fondo del problema que, en definitiva, era la disputa por afirmar las atribuciones de cada organismo en lo referente a la administraci6n de la seccional.

Ante la presi6n de los afiliados y los problemas que comenzaron a suscitarse con las empresas por la aplicacion de sus ya caracter(sticas suspensiones, la intervencion finalmente acept6 realizar elecciones para renovar la Comisi6n Directiva. Estas tuvieron lugar el 16 de marzo de 1968 y en ellas fue reelegido E. Torres como secretario de la seccional.

En el orden nacional tambien se realizaron elecciones ese ano para la renovacion de Comision Directiva. Las nuevas autoridades trataron de agilizar la estructura interna del sindicato y de proceder a una descentralizacion administrativa, tal como era reque- rido por las seccionales del interior. Entre varias medidas tendientes a este objetivo, una de mucha importancia fue la referida al manejo de fondos, ya que no solo se redujo el aporte que mensualmente se abonaba a la central del 20 al 10 por ciento, sino que se estableci6 que serfan las seccionales las encargadas de recaudarlos y de manejarlos de acuerdo con sus necesidades25. El Plenario Nacional de Secretarios Generales, reunido a fines de 1968, aprob6 este proyecto y de ah( en mas, en el plano formal, fue recono- cida una mayor autonom(a para las seccionales. De esta forma el SMATA Cordoba contar(a con un nuevo elemento para robustecer su posicion y afianzar su ya larga trayec- toria de practica aut6noma en lo que al manejo del sindicato se referfa, como ya veremos al analizar la forma de negociar las reivindicaciones.

b) El Sindicato de Luz y Fuerza de Cordoba y la FATLYF

Al poco tiempo de asumido el gobierno de Onganfa, el sindicato de C6rdoba comenzo a manifestar su desacuerdo con la pol(tica oficial, encarando una posicion de

23 Este descontento provoc6 la reacci6n de los afiliados que, a poco de producida la inter- venci6n, trataron de tomar por asalto el local sindical, saliendo de un cami6n armados con piedras, palos y petardos. No pudieron concretar su objetivo porque, segun dijeron, la gente que respondfa a la iniervenci6n estaba armada dentro del local y, ademas, habr(a contado con apoyo policial. Los representantes de la Comisi6n Directiva nacional dijeron que el objetivo del asalto era evitar el peritaje contable, destruyendo las pruebas que pudieran existir. Circular de la Comisi6n Directiva Auxiliar, Cordoba, 13/6/1967.

24 La Voz del SMATA, C6rdoba, ano Il , N? 25, junio-julio 1967, p. 5. 25 La Voz del SMA TA, C6rdoba, ano IV, N0 32, noviembre 1968, p. 6.

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confrontaci6n justamente en el momento en que otros dirigentes de la FATLYF, como Juan Jos6 Taccone del Sindicato de Luz y Fuerza de la Capital Federal, habian iniciado una etapa de acercamiento al gobierno, que los llevarla incluso a conformar una nueva I(nea conocida como "Nueva Corriente de Opinion". Esta situacion lo6gicamente produjo los primeros choques. Las diferencias ya se pusieron de manifiesto en el Congreso de la FATLYF reunido en R(o Hondo en octubre de 1967, cuando la mocion de Cordoba, sostenida por Tosco, fue la de adoptar un pronunciamiento firme contra la politica de Ongan(a y elaborar un plan de lucha6.

Esas Il'neas divergentes volverian a manifestarse con motivo del Congreso Norma- lizador de la CGT de los dias 28, 29 y 30 de marzo de 1968. El Sindicato de Luz y Fuerza de Cordoba, contrariando lo dispuesto por la FATLYF, no s6olo apoy6 a la CGT de los Argentinos surgida de all( sino que fue uno de los bastiones mas importantes de la I(nea de Ongaro en el interior del pais, y el que mas trabajo6 en C6rdoba para conseguir el pronunciamiento de la Delegacion Regional de la CGT a favor de este sector. Esta actitud llev6 a que el Plenario de Secretarios Generales de la FATLYF dispusiera, el 8 de noviembre de 1968, la desafiliaci6n de los sindicatos de C6rdoba, San Nicolas y Perga- mino. Hay que senalar que la FATLYF no hab(a concurrido al Congreso Normalizador de CGT de marzo ni tampoco lo hizo al de fines de mayo convocado por otra I (nea -la CGT Azopardo-, aunque finalmente resolvio6 mantener su afiliaci6n a esta ultima pero sin concurrir a las reuniones ni sentirse obligada por sus resoluciones27.

Los tres sindicatos que hab'an sido separados de la FATLYF dieron a conocer una declaracion conjunta donde argumentaban que la Federaci6n habfa utilizado en su posi- cion ante la CGT el art. 54 de los Estatutos de la FATLYF, que establecfa que esta cum- plir(a las resoluciones organicas emanadas de la misma y de la CGT "siempre que no interfirieran su autonom(a y principios". Senalaban que ese mismo art(culo hab(a servido para sustentar la posicion de los firmantes frente a la Federacion, preservando de esta manera el principio de autonom(a previsto en los Estatutos y de libre decisi6n en defensa de sus principios28.

Esta actitud de la Federacion en un momento en que, como veremos, la posici6n de la EPEC se habla endurecido, reforzar(a en el sindicato de C6rdoba la idea de la nece- sidad de actuar solos y, desde Cordoba, emprender una lucha que apareciera como alter- nativa a los planes de la dirigencia nacional.

Tipo de reivindicaciones de los sindicatos lfderes

Es necesario considerar este aspecto para destacar c6mo, desde el ambito del tra- bajo, se fue constituyendo una conciencia y practicas sindicales muy combativas que apuntaban, fundamentalmente, a conseguir la participacion obrera en las decisiones empresarias y para comprender en que medida la situacion existente en ese ambito hacia finales de la decada influy6 en los movimientos sociales que para entonces tuvieron lugar. Al mismo tiempo este analisis permite comprender la consolidaci6n de una creciente

26 Documento de Agust(n Tosco titulado "El Congreso vot6 no, la Historia vot6 sf", en 0. LANNOT: Agustin Tosco, presente en la lucha de la clase obrera, p. 86.

27 Informe, DIL, 105, noviembre 1968, p. 42. 28 lb (dem.

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autonomia en estos sindicatos, a partir de la lucha por las reivindicaciones gremiales, caracterfstica que -entre otras- haria posible rapidas y masivas movilizaciones.

1. Los obreros del sector automotriz

La d6cada del sesenta comenzo con un estado generalizado de desmovilizacion obrera luego de la represion desencadenada el ano anterior frente a las huelgas realizadas con motivo de los planes de estabilizacion y racionalizacion del presidente Frondizi.

La utilizacion de esquemas de incentivacion y de bonificaciones o premios a la producci6n impulsados por la pol (tica desarrollista no era una novedad. En realidad estos sistemas fueron especialmente promovidos durante el segundo gobierno peronista; pero, a diferencia de lo que sucederfa despu6s, en esa epoca se habia reconocido la participa- cion obrera en la fijaci6n de esos esquemas y de salarios. Lo que aparece entonces como nuevo despues de 1960 es que los sindicatos aceptaran la decision de las empresas de revisar unilateralmente los planes de produccion, socavando as( el principio de "recipro- cidad" o sea la posibilidad de que los obreros participaran en la fijacion del monto de las bonificaciones y de los considerados niveles m(nimos de rendimiento. Poco a poco las grandes empresas fueron removiendo las clausulas de los convenios que se opon(an al aumento de la productividad y asf fueron limitando el poder de las comisiones internas de reclamos de fabrica y estableciendo la movilidad obrera de una seccion a otra. Esto qued6 claramente patentizado en los distintos convenios celebrados por la UOM desde 196029.

Los obreros mecanicos debieron enfrentarse a la misma polltica pero con algunas diferencias en cuanto al tipo de relaci6n con las empresas. Asf, mientras que las negocia- ciones en el sector metalurgico estuvieron fuertemente centralizadas, celebrandose los convenios con un alcance nacional entre la UOM y la Federacion Argentina de la Indus- tria Metalurgica, la polftica seguida por las empresas automotrices tendieron a la descen- tralizacion, concertandose los convenios por empresa para mejor adecuarlos a las condi- ciones particulares de cada una. Aun en el caso de la empresa Fiat, que segui'a en lineas generales el convenio de la UOM, esta arreglaba separadamente con la representaci6n sindical de la fabrica lo referido a salarios. Esta descentralizacion de las negociaciones servir(a para reforzar el poder del SMATA Cordoba que negociaba separadamente sus convenios. Ademas, por tratarse de una rama nueva en el pals, la Seccional Cordoba fue abriendo caminos en cuanto al tipo de reivindicaciones. As( se ira gestando, desde la lucha en el interior de la fabrica, una conciencia sindical combativa y autonoma.

Principales demandas

En un primer momento las reivindicaciones se referfan casi exclusivamente a la cuestion salarial y a tratar de afianzar condiciones de trabajo adecuadas. Asf, en el segun-

29 El articulo 8? del convenio de la UOM de 1960 establecia "El sistema de bonificacion y otras formas de incentivos no forman parte propiamente del convenio (...). La UOM y/o delegados en los distintos establecimientos no pueden oponerse a la revision de los esquemas existentes, cuando ya es evidente que si no se adoptan los sistemas de pago, los metodos de trabajo y la renovacion de los equipos, nunca se lograra el objetivo principal de dar incentivos a fin de optimizar la produccion". En el convenio de 1965 se repite lo mismo. JAMES: op. cit., p. 341.

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do convenio celebrado entre el SMATA Cordoba y la empresa IKA en marzo de 1960, se establecio la famosa clausula "gatillo" o de actualizacion cuatrimestral de los salarios segun el 'ndice del costo de vida, considerado un logro important('simo para el gremio ya que fue el primero dentro de la rama en conseguirlo. Pero a cambio de esto, el sindi- cato debio aceptar el exclusivo control de la empresa sobre los planes de produccion y distribucion del personal dentro de las plantas3?. No se manifesto en ese momento preocupacion por asegurar la estabilidad en el empleo, lo que es explicable en una etapa en que la empresa se encontraba en plena expansion con planes de produccion muy ambiciosos y diversificados que demandaban la continua incorporacion de mano de obra. Sin embargo, si bien estas reglas de juego eran aceptadas en epocas de expansion, esto no quiere decir que no se alcanzara a comprender las implicancias de la poliftica empresaria dispuesta a manipular la variable mano de obra en los momentos de recesion. Esta situacion se hizo patente a partir de 1962 cuando se iniciaron periodicas crisis en el sector, que pasarfan a ser comunes en la industria automotriz dentro de un mercado consumidor saturado por los altos niveles de produccion de las empresas, sobre todo a partir de la radicacion de distintas firmas en el gran Buenos Aires. En lugar de proceder a una distribucion y planificacion mas equitativa de la produccion, las empresas proce- dieron a disminuir su personal a traves de despidos, suspensiones y reduccion de horas de trabajo por semana. De este modo la reincorporacion de despedidos y la estabilidad en el trabajo junto con las actualizaciones salariales que, en estas circunstancias, debian negociarse en condiciones desventajosas pasaron a ser a partir de entonces y para el resto de la d6cada los principales motivos de conflicto.

La intencion del sindicato de participar en la administracion de la empresa para asegurar la estabilidad quedo evidenciada en el anteproyecto de convenio presentado en 1963 con motivo de la renovacion del de 1960. Es necesario tener en cuenta que este se presento luego del primer conflicto importante con la empresa, ocurrido a fines de 1962, y ocasionado por despidos y suspensiones de personal. Mientras en el proyecto se reproducia la clausula del de 1960 con respecto al control empresario sobre los planes de produccion, se aclaraba que el SMATA deb('a participar en la elaboracion de metodos y programas de trabajo, procedimientos de fabricacion, direccion, seleccion y transfe- rencias en las divisiones y departamentos, determinacion de categorfas e, incluso, en la gestion economica y financiera, participando en el proceso de venta de los productos31. Incluso se introdujo un cap(tulo especialmente dedicado a la "Estabilidad", donde se pedi'a que IKA asegurase 2.100 horas normales de trabajo al ano, previendo que los casos fortuitos o de fuerza mayor fueran analizados conjuntamente por la empresa y el SMATA. Ademas, la propuesta concreta de cogestion se manifesto en el proyecto de creacion de una "Comision Interna de Gestion" compuesta por representantes obreros de los tres turnos de la empresa I KA32.

Para esa misma epoca y, ante la situacion de crisis, tambien se levantaron voces

30 "(...) IKA establecera, administrara y rectificara programas y metodos de trabajo, deter- minara los productos a ser fabricados, procesos, facilidades y lugares de fabricacion, seleccion, direc- cion, reajustes, transferencias necesarias en los departamentos, divisiones y categorfas, de acuerdo con las necesidades reales. Dentro de lo posible y salvo circunstancias accidentales, IKA proveera el numero de personal estable necesario para (.umplir con los programas de produccion establecidos". Convenio de trabajo entre la empresa IKA y el SMATA C6rdoba, anfio 1960.

31 Articulo 15 del Proyecto de Convenio presentado por el SMATA Cordoba, junio 1963. 32 Ibfdem, art. 59.

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que directamente pedian el control obrero sobre la produccion. Esta era la posicion de la agrupacion interna del SMATA "Fraccion Trotskista de Mecanicos", rama del Partido Obrero Trotskista33. A diferencia de lo que ocurr(a con los sostenedores de la posicion anterior, la intencion de participar en la pol (tica empresaria manifestada por el sindicato, mas que una opcion ideologica era vista como una medida defensiva en 6pocas de crisis: lo importante era asegurar la estabilidad en el trabajo, no tanto por la magnitud de los despidos que no eran, para entonces, muy significativos sino porque las suspensiones y reduccion de horas de trabajo repercutfan negativamente en los salarios, ya que los dias no trabajados eran descontados. De todos modos, aunque la demanda de control obrero era sostenida por una minorfa que solo se robustec(a en los momentos de conflicto, sirvi6 para ir poniendo a los obreros en contacto con posiciones que cuestionaban las reglas de juego del capitalismo y que, luego de 1972, intentarian ser puestas en practica.

El proyecto presentado por el SMATA no fue aceptado por I KA y luego de la negociacion que puso fin al conflicto, el sindicato debio aceptar la prorroga del convenio de 1960. Sin embargo, la preocupaci6n por asegurar la estabilidad y una cierta participa- cion obrera en la conduccion empresaria volvio a manifestarse al ano siguiente con motivo de las negociaciones para renovar el convenio. En asamblea se decidio su renovacion integral en base al proyecto de 1963 e, incluso, se dispuso el quite de colaboracion y la suspension de las horas extras si la empresa se negaba a ello; pero tampoco en esta opor- tunidad el SMATA consiguio imponer clausulas que aseguraran la estabilidad en el trabajo.

Comenzo entonces a utilizarse un recurso que, por la fuerza, actuaba como regula- dor de los planes de produccion y limitaba la lo6gica capitalista: la manipulacion de las horas extras. Dada la gran disciplina sindical, el gremio acataba mayoritariamente las decisiones de las asambleas al respecto; en el caso de los que no cumplfan lo acordado, el sindicato no dudaba en aplicar sanciones severas que llegaron a varios meses de suspen- sion de su afiliacion con la obligacion de aportar la cuota sindical 34.

Un aspecto muy importante a tener en cuenta al analizar la conciencia sindical de los obreros mecanicos es el de los efectos de los recambios periodicos de personal en el sector automotriz. En efecto, los despidos o la misma percepcion de los obreros sobre la temporariedad en su trabajo en una empresa y la consiguiente disposicion a no descartar otras posibilidades de empleo, atentarfan contra la constitucion de una tradi- cion sindical estable3. Sin embargo, en el perfodo en estudio que coincidio con los anos de expansion y afianzamiento de las empresas automotrices en Cordoba, es posible observar bastante continuidad en el personal. En efecto, si bien la estabilidad era una de las principales demandas, los despidos masivos no adquirieron una dimension impor- tante en la primera epoca. Ademas, si se realiza un seguimiento de la dirigencia, tanto de la Comision Directiva como de los dirigentes intermedios, es posible observar en el SMATA Cordoba muy poca renovacion de su nucleo mas activo; lo que permite sostener

33 Volante de la Fraccion Trotskista de Obreros Mecanicos, fines de 1962. Es necesario des- tacar la gran cantidad de volantes de esta agrupaci6n que circularon por las plantas, con motivo de ese conflicto.

4 En setiembre de 1966 se aplic6 una suspensibn de tres meses a 53 afiliados por trabajar horas extras, porcentaje muy insignificante si consideramos que el total de afiliados en esa 6poca se acercaba a las 10.000 personas. Circular de la Comisi6n Directiva del SMATA Cordoba, 21/9/1966.

35 Jose NUN: "Despidos en la industria automotriz argentina: estudio de un caso de super- poblacion flotante", Revista Mexicana de Sociologia, vol. X L, N0 1, enero-marzo de 1978, pp. 55-106.

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la hip6tesis de la conformaci6n de una tradicion sindical a traves de la experiencia de lucha desde el interior de la fabrica.

A partir de 1966 una serie de conflictos enfrento al sindicato con las empresas, motivados fundamentalmente por la decision de reducir peri6dicamente las horas de trabajo del personal, llegandose, incluso, a suspensiones y cierres de fabrica. El gremio reacciono energicamente con medidas de fuerza que Ilevaron a la intervencion del go- bierno provincial 36.

El SMATA era consciente de que la ral'z de los problemas radicaba en el liberalismo con que se manejaban las empresas y que los males cronicos no se solucionar(an a menos que el sindicato, y tambien el mismo gobierno, participara en los planes de producci6n. El decreto 4.367 del ano 1965 hab(a intentado reglamentar el r6gimen automotriz al obligar a las empresas a no paralizar sus plantas, para lo que deber(an distribuir arm6ni- camente su produccion a lo largo de todo el ano. Sin embargo, la orientacion del gobier- no de Onganfa -autoritaria en el plano poll'tico-social pero liberal en lo econ6mico- dejo en la practica sin efecto esa resolucion y llev6 entonces a primer plano la ya tantas veces reiterada demanda de participacion obrera, sobre todo cuando la capacidad de negociacion de los salarios se vio afectada por los planes de estabilizacion lanzados a co- mienzos de 1967, que inclufan tambien la suspension de las comisiones paritarias. De ah(l que el SMATA insistiera en formar parte de la Comision Automotriz que se consti- tuyo6 en la Secretarfa de Industria.

Los conflictos por la estabilidad continuaron durante 1968 cuando tuvo lugar un intenso Plan de Lucha del SMATA a nivel nacional, por la amenaza de suspensiones, cierres de plantas y despidos de personal, que, en C6rdoba, motivaron una energica represion policial en los actos organizados por la seccional. En el marco de la pol(tica oficial de suspension de las comisiones paritarias las empresas automotrices dejaron de lado la practica de negociar separadamente sus convenios, limitando asi la base de poder propia de los sindicatos locales. A esto se sumo la intransigencia de las empresas metalur- gicas de Cordoba que no acataban la resolucioln de dejar sin efecto las quitas zonales, y la del propio gobierno nacional que cedio6 a la presi6n df deroqar la famosa ley provin- cial de "sabado ingles". Todo presagiaba que la lucha deber(a ser lrontal.

2. Los trabajadores de Luz y Fuerza

En el marco de una polftica desarrollista, los planes energeticos cumpli'an un rol estrategico; sin embargo, el gobierno de Frondizi intent6 tambien aplicar politicas de racionalizacion en el ambito de las empresas publicas. Pero estas ser(an mucho mas dif(- ciles de imponer aqul por la existencia de organizaciones sindicales fuertes, con una larga trayectoria en cuanto a las reivindicaciones obtenidas.

Dentro de este contexto es bien clara la posici6n adoptada por la FATLYF en su congreso de abril de 1960 que resolvio, con motivo de la renovaci6n de los convenios de Capital Federal y de Cordoba, resistir todo intento de implantar la incentivacion en el trabajo manifestado a traves de los proyectos de la Comision de Racionalizacion Thcnica y Laboral. Asimismo se pronuncio en contra del cercenamiento de conquistas ya adquiridas como lo eran la bolsa de trabajo, la estabilidad, promociones, regimen

36 Comunicado de prensa de la Comisi6n Directiva del SMATA Cordoba, 11/8/1966.

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salarial y conformacion de planteles basicos, entre otras 37. En efecto, el Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba hab(a conseguido asegurar su permanencia en el empleo a traves de la "clausula de estabilidad" del personal escalafonado, principio previsto al organi- zarse la EPEC y que ser(a luego reafirmado en los sucesivos convenios. La situaci6n ante- rior dejaba mayor margen de acci6n a sus dirigentes para preocuparse por problemas politicos. Por otra parte, al tratarse de una empresa del Estado, la orientacion de las polfticas oficiales tenfan consecuencias inmediatas en la situaci6n de la empresa, lo que llevaba a sus dirigentes a proyectar una vision global de los problemas. Una actitud cons- tante por parte del Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba fue la de defender la adminis- traci6n estatal de las fuentes de energfa, oponiendose terminantemente a la privatizaci6n de los servicios, al tiempo que rechazaba todo intento centralizador que limitara las prerrogativas de la empresa provincial.

Ademas, el Sindicato se dedic6 en todo momento a apoyar reivindicaciones pol(- ticas mas amplias. Asf, en junio de 1960 fue una de las pocas organizaciones sindicales que se pronuncio6 en contra de la intervenci6n a la provincia gobernada por Zanichelli, de la UCRI, acusado de haber protegido a elementos conspirativos contra el gobierno. El sindicato decidi6 encarar, entonces, una intensa acci6n en favor de los presos poli- ticos38

De igual modo, a poco de asumir el general Ongan(a, el sindicato de Cordoba fij6 una posici6n cr(tica en una solicitada dada a conocer a la prensa el 16 de agosto de 1966 titulada "Signos Negativos", donde el Consejo Directivo presidido para enton- ces por Ramon Contreras, puntualizaba los principales problemas que afrontaba el pals en ese momento39

La poli(tica de racionalizaci6n implementada por ese gobierno provoc6 los prime- ros enfrentamientos entre los trabajadores de Luz y Fuerza y las empresas. En efecto, el 28 de setiembre de 1966 se reunieron en Buenos Aires los secretarios generales de la FATLYF para considerar la vigencia de los tres convenios que regian a los trabajadores de Luz y Fuerza: el nacional, el de Capital Federal y el de Cordoba. Ante la negativa empresaria a considerar su renovacion, el Congreso de la FATLYF, reunido en Mar del Plata, decret6 el estado de alerta de todo el gremio y una serie de medidas de accion directa que inclufan paros de una hora de duraci6n en la segunda semana de diciembre, para aumentarse a dos horas en la semana siguiente. Tambien se decidi6 decretar un paro de veinticuatro horas para el 27 de diciembre si, para entonces, las empresas no habian accedido a considerar las propuestas salariales40. Finalmente, luego de una serie de trata- tivas, se firm6 en la primera semana de enero el convenio en el orden nacional sobre la base de un aumento del 21 por ciento pero con otras bonificaciones4Z.

Una vez definida la orientaci6n econ6mica del gobierno tras la designacion de Adalbert Krieger Vasena como ministro de Economia y Trabajo, el Sindicato de Luz y Fuerza de Cordoba se afirm6 en su defensa de las empresas estatales de servicios publi- cos y en contra de la centralizaci6n que el gobierno quer(a imponer. Esta posicion se pondr(a de manifiesto a mediados de 1968 a rai'z del problema de jurisdiccion surgido

37 Eldctrum, 6rgano del Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba, N? 3, abril de 1960, p. 5. 38 La Voz del Interior, Cordoba, 19/6/1960, p. 14, col. 8. 39 Los Principios, Cordoba, 18/8/1966. 40 Eldectrum, Cordoba, anio Ill, N? 95, 23/12/1966, p. 1. 41 Electrum, anio IV, N0 101, 15/1/1967.

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entre Agua y Energla de la Nacion y la EPEC con motivo de la construccion de la Central Nuclear en R(o Tercero. Este proyecto habfa sido estudiado con la participacion de la Comision Nacional de Energ(a Atomica y su construccion se encontraba entre los planes de la EPEC. Pero el secretario de Energfa y Minerfa de la Naci6n, Luis Maria Gotelli, siguiendo una polftica centralista, se oponfa a esa construccion por parte de la EPEC, lo que ocasiono un enfrentamiento entre esta y Agua y Energia42. El Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba apoy6 totalmente la postura de la EPEC; pero mas que una defensa de la empresa en s(, el sindicato se pronunciaba contra la pol ftica nacional del gobierno, ya que a su entender este no querfa defender el inter6s de la Nacion, sino privatizar la empresa nacional y convertirla en una sociedad anonima, para lo que buscaba acrecentar los mercados de consumo electrico que asi arrojarfan mayores dividendos a los inversio- nistas privados43.

Por otra parte, tambien a nivel provincial la actitud del gobierno se hab(a endure- cido. El sindicato sintio profundamente esos cambios y los efectos de una pol itica auto- ritaria, cuando en enero de 1969 tuvo que discutirse la conformaci6n de los planteles basicos. Sumado a esto, el gobierno de C6rdoba encabezado por Caballero, al que se acusaba de propiciar un sistema corporativo, resolvio eliminar el regimen de directorios en la EPEC, sustituyendolo por un administrador general y un subadministrador, direc- tamente designados por el poder ejecutivo provincial 44

Asi, a comienzos de 1969, el Sindicato de Luz y Fuerza de C6rdoba ten a motivos propios para considerar que la situacion de sus trabajadores podfa verse afectada por la politica del gobierno. A esto se sumaba la conviccion de encontrarse solo y aislado en su lucha dada la separacion de la FATLY F.

Estos problemas especificos deben ser tenidos en cuenta al analizar la accion que el sindicato desarrollo a comienzos de 1969 y en especial en las jornadas de mayo, ya que si bien parece evidente que en las decisiones de la dirigencia sobre la estrategia a se- guir predominaron consideraciones de tipo pol(tico-ideologico -en especial la predica de la CGT de los Argentinos-, existia tambien, y sobre todo para condicionar la adhesion en las bases, un terreno propicio sobre el cual asentar un discurso mas combativo.

Tendencias politico-ideologicas del sindicalismo cordob6s

La Delegacion Regional Cordoba de la CGT

Antes de que el gobierno nacional convocara al Congreso Normalizador de la CGT en agosto de 1957, el sindicalismo peronista constituyo una central en la resistencia. En sus declaraciones se evidenciaba una postura totalmente intransigente, que propicia- ba una accion violenta organizada a trav6s de comandos. Mostraba a la sociedad argen- tina dividida en dos fuerzas antag6nicas e irreconciliables, donde no habia posibilidad de dialogo45. Sin embargo, a partir del gobierno de Frondizi al abrirse nuevamente los

42 Jer6nimo, Cordoba, ano 1, N? 1, noviembre 1968, p. 17. 431 b fdem, p. 19. 4 Decreto provincial NO 5.069. Eldctrum, NO 213, 29/3/1969.

4S "Confederacion General del Trabajo. Manifiesto al pueblo argentino", junio 1957, en R. BASCHETTI: Documentos de la resistencia peronista 1955-1970, Buenos Aires, Punto Sur, 1988, pp. 61-64.

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canales institucionales para vehiculizar la protesta, gran parte de los sindicatos peronistas adoptaron un tono mas moderado y se dispusieron a aceptar una logica de resistencia- integracion.

No obstante, un importante sector del sindicalismo peronista se mantuvo en la posicion de intransigencia. Dentro de ella, fieles a la I nea sostenida en la "Declaracion de La Falda" de 1957, se encontraba la mayor parte de los sindicatos de Cordoba. En aquella localidad cordobesa se habia aprobado un programa de lucha que constituia un verdadero plan de gobierno, conocido como el "Programa de La Falda", y que represento el punto mas avanzado del sindicalismo peronista46.

Esa I inea que luego ser(a retomada por la "ortodoxia peronista", por el grupo de los "duros" de la resistencia, fue la que hizo posible el Plenario de las 62 Organizaciones Peronistas, reunido nuevamente en la provincia de Cordoba, en la localidad de Huerta Grande en junio de 1962.

El nucleo de dirigentes sindicales que mantenia en Cordoba una posicion ortodoxa encerraba distintos matices ideologicos, pero ten(an en comun su oposicion a la postura negociadora de Vandor. De esta manera, el sentimiento antiburocratico y conspirativo que recogi'a la tradici6n de la "resistencia peronista" se fue afirmando en las organiza- ciones del interior, sobre todo a medida que la logica de integracion en el Estado demos- tr6 que los beneficios de ella quedaban limitados a los dirigentes de la Capital Federal. Del mismo modo, esa situacion robustecfa el ya tradicional sentimiento antiportenista, aspecto que debe ser tenido en cuenta al considerar ciertos comportamientos diferenciales de los sindicatos de Cordoba, tales como que importantes seccionales siguieran linea- mientos diferentes a los de sus organismos centrales como fueron, entre los estudiados, los casos de la UOM, el SMATA y el Sindicato de Luz y Fuerza. En efecto, paradojica- mente, la misma Seccional Cordoba de la UOM, en el momento de dividirse las 62 Organi- zaciones en enero de 1966, en vez de apoyar la I nea de su secretario general -Vandor- se mantuvo dentro del sector de Alonso. A esto se sumaba el que organizaciones de mucha incidencia en la vida sindical de Cordoba, como el Sindicato de Luz y Fuerza y el de Graficos, entre otros, habian sido ganados por dirigentes de izquierda que instigaban a un continuo cuestionamiento de la realidad nacional y sostenfan criticas muy duras a la burocracia sindical.

Por otra parte, la Regional Cordoba tendio a apoyar la uni6n obrero-estudiantil. En efecto, dado el peso de la masa universitaria en la poblacion cordobesa, los conflictos creados en ese ambito no pod(an ser eludidos. Esta actitud fue Ilevando al sindicalismo cordobes, muchas veces sin proponerselo, a adoptar posiciones que trascendian el piano meramente reivindicativo gremial.

En Cordoba, la intervencion de la Universidad en agosto de 1966 desencadeno una intensa agitaci6n estudiantil. Los disturbios se agudizaron en setiembre con la toma del barrio CI(nicas47. Fue una de las primeras manifestaciones contra el r6gimen de Onganfa, que sin ningun resultado inmediato pasarfa a formar parte de la memoria colectiva junto con la tragica muerte de Santiago Pampillon. El estudiante de segundo ano de ingenier(a y subdelegado del personal del Departamento de Inspecci6n en la planta I KA, fue herido

46 Ibfdem, pp. 67-69. Aparece el texto completo del "Programa de La Falda". 47 Comunicado de la Federacion de Agrupaciones Universitarias Integralistas, Uni6n Reformista

Franja Morada, FUC, Agrupaci6n Universitaria de Liberaci6n, Centro de Estudiantes y Egresados de IMAF, Federaci6n Universidad Tecnolo6gica.

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de bala en el craneo cuando participaba en una manifestacion callejera el dia 7 de setiem- bre. Este hecho causo gran conmocion y, ademas, por ser tambien afiliado al SMATA implico a las organizaciones sindicales, obligandolas a pronunciarse. El 8 de setiembre un Plenario de Gremios Confederados resolvio repudiar la represion policial contra el estudiantado y disponer la realizaci6n de un paro general de una hora por turno para el d(a siguiente, convocando a un acto frente a la CGT para reclamar el cese de la vio- lencia represiva48. Cuando se conoci6 la noticia de la muerte de Santiago Pampillon, el dfa 12, la Regional decreto dfa de duelo "para todos los trabajadores de Cordoba" y se los invito a concurrir al funeral en la Iglesia del Pilar49

A comienzos de 1967, presionados por el problema de las suspensiones y despidos en IKA y, en el orden nacional, los conflictos portuarios, ferroviarios y las manifesta- ciones de los obreros azucareros violentamente reprimidas por la policfa, volvi6 a reunirse en C6rdoba un Plenario de Gremios Confederados, que el 17 de enero resolvio apoyar el pedido de las organizaciones en conflicto para que se procediera a convocar con suma urgencia al Comite Central Confederal y se adoptara una actitud energica contra el gobierno50. Esta presi6n, junto con la de la Delegaci6n Rosario, fue sumamente impor- tante para decidir la puesta en marcha del Plan de Accion de la CGT entre febrero y marzo de 1967.

Dentro de ese marco de movilizaci6n, en el mes de febrero se procedib a la reno- vaci6n de las autoridades de la Regional. Un analisis de la situaci6n del peronismo sindi- cal en Cordoba muestra que el sector mayoritario era el que respond (a a las 62 Organi- zaciones de Pie, o sea de una linea mas ortodoxa, mas verticalista y menos proclive a la tendencia negociadora, representada por Vandor51. Sin embargo, ninguna de las Ifneas por si sola consiguio formar quorum; de ahf la importancia que jugaba el sector indepen- diente. Finalmente predomino la li'nea que apoyaba a Vandor al ser reelecto Julio Petrucci, de SUTIAGA, como delegado regional, pero los independientes consiguieron poner un contrapeso a ese sector en la figura de Ram6n Contreras (Luz y Fuerza) como subdelegado.

El Congreso Normalizador reunido en marzo de 1968, que dio origen a la CGT de los Argentinos, marco una lfnea clara de oposici6n al gobierno manifestada en el "Programa del 10 de Mayo". Esta contrastaba con el pragmatismo que hab(a caracteri- zado a los dirigentes sindicales anteriores y fue, justamente, ese contenido ideol6gico el que hizo posible el acercamiento cada vez mas estrecho con otros sectores populares que se vefan reflejados en el discurso de Raimundo Ongaro que, en un tono atractivo, humanista y hasta mesianico, esbozaba la figura de una nueva dirigencia que aparecfa con una misi6n hist6rica que cumplir y cuyos principales enemigos eran la burocracia sindical y el imperialismo aliado al gobierno52. Desde el primer momento la CGTA conto con un apoyo importante en el interior del pa(s, donde su resolucion de descen-

48 Resoluci6n del Plenario de Gremios Confederados de la CGT C6rdoba, 8/9/1966. 49 Circular de la Comisi6n Directiva del SMATA, Cordoba, 15/9/1966. 5o Circular CGT C6rdoba, 19/1/1967. 5s Documento interno de la CGT C6rdoba (febrero de 1967), donde aparecen las organizacio-

nes agrupadas segun la Ifnea a la que respond fan. Sobre un total de 103 delegados, 40 apoyaban al sector de Alonso y 35 a ia Mesa Directiva de las "62" presidida en C6rdoba por E. Torres y que segufa la I lnea de Vandor.

52 Circular de la Comisi6n Provisoria Delegaci6n C6rdoba de la CGT de los Argentinos, 15/5/1968.

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tralizar ciertas decisiones para jerarquizar el rol de las regionales y permitir una real participacion, fue vista como una perspectiva muy alentadora frente a la ferrea centrali- zacion que siempre hab(an mantenido las cupulas sindicales nacionales. Esa pr6dica antiburocratica y combati",a encajaba muy bien con la tradicion sindical de Cordoba, donde un Plenario de Gremios Confederados, reunido el 10 de mayo, voto la adhesion a esa linea y procedio a elegir nuevas autoridades53. En esta decision fue fundamental la intensa actividad desarrollada por Agustin Tosco -secretario de Luz y Fuerza-, figura muy respetada en el ambito nacional. A pesar de que la dirigencia del SMATA Cordoba se mantuvo al margen de las dos CGT -ya que el sector minoritario constituyo otro Secretariado provisorio que respond(a a la CGT Azopardo-, realizando gestiones para conseguir la unidad, en sus bases el sentimiento contra la burocracia sindical y contra el gobierno fue creciendo, sobre todo a partir de los conflictos que se vivieron en el sector hacia mitad de 1968.

De este modo, dentro de la estrategia de la CGTA, C6rdoba paso a ocupar un lugar muy importante. En efecto, aqui se sentian las consecuencias de la polftica centralista de Ongan'a, dispuesto, por ejemplo, a ceder a las presiones del sector empresario, que ven(a bregando por la derogaci6n del "sabado ingles" -medida que de efectivizarse, repre- sentarfa una disminucion de un 9,1 por ciento en los salarios- y por mantener el regimen de quitas zonales en el sector metalurgico, a pesar de haberse establecido su derogacion en el convenio de la UOM de 1966. As(, el clima se fue tensionando en Cordoba y esto llev6 a que una vez fracasado el paro del 10 de diciembre de 1968 dispuesto por esa central, Ongaro -ya decidido a emprender una acci6n eminentemente politica- cen- trara su atencion en esta provincia, donde el 10 y 11 de enero de 1969 tuvo lugar el Congreso del Peronismo Combativo en la localidad de Unquillo, distante pocos kilometros de la ciudad de C6rdoba. Luego, la Delegacion Regional lanz6 la llamada "Declaracion de Cordoba", donde denunciaba la complicidad del participacionismo y llamaba a todos los sectores a emprender una acci6n en comun "contra la dictadura que subyuga a nuestra patria 54.

Todo hac(a pensar que s6lo faltaban los detonantes para que se pasara a medidas de acci6n directa, y estos aparecieron a comienzos de 1969, especialmente en el mes de mayo cuando a la agitaci6n estudiantil se sumo la sancion de la ley nacional que el 12 de mayo establecio un regimen de descanso uniforme en todo el pa(s, derogando asi la ley provincial de "sabado ingles". Entonces, la tensi6n acumulada en una larga practica de movilizacion por parte de sus sindicatos Il'deres dentro del marco de una cultura de resis- tencia y oposici6n, desembocarla en Cordoba bajo la forma de violentos conflictos.

Reflexiones finales

En el presente trabajo se ha tratado de analizar los aspectos que aparecen como condicionantes para la conformacion en C6rdoba de un tipo especial de sindicatos que liderari'an la lucha en la d6cada estudiada, representando, a la vez, alternativas al modelo

S3 Informe, DIL N? 100, junio 1968, p. 44. En Co6rdoba resultaron electos como secretario de la Regional Miguel Angel Correa, del gremio de la madera y de la ortodoxia peronista, y Ramon Contreras, del Sindicato de Luz y Fuerza y del sector independiente, como subsecretario.

s4 "Declaraci6n de C6rdoba" de la Delegaci6n Regional, 21/3/69.

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existente de poder sindical nacional donde parecfa predominar la vfa de negociaci6n con el Estado y donde se hab(a conseguido afirmar una dirigencia bastante distanciada de sus bases. La consideracion de las caracter(sticas y practicas de los sindicatos cordobeses permitio sostener la hip6tesis referida a la gran autonomfa con que, de hecho, funcio- naron las organizaciones estudiadas; autonom(a apoyada en parte en un especial sistema de organizacion interna pero, sobre todo, en una practica de lucha autonoma y en la constitucion, desde el ambito del trabajo, de una nueva tradicion basada en la ejercita- cion de la participacion y movilizaci6n de base.

Ademas se conjugaron en C6rdoba una serie de circunstancias derivadas, en espe- cial, de la pol(tica del gobierno de Onganfa que, al amparar una actitud mas agresiva por parte de los sectores empresarios, sobre todo en el automotriz y metalurgico, provoc6 reacciones contra las mismas reglas de juego del sistema que hac(an posible la inestabili- dad cronica y el deterioro objetivo del nivel de vida de los obreros. Por otra parte, la suspension de las convenciones paritarias habria contribuido a robustecer la conciencia sindical y la combatividad de los obreros del sector, en especial hacia 1969, cuando la polftica centralista del gobierno -manifestada por ejemplo en la derogaci6n de la ley del sabado ingles- comenz6 a atentar contra lo que hab(a sido una tradicion de gestion autonoma de parte de los sindicatos I deres de C6rdoba.

La misma experiencia de relativa autonom(a, de no insercion en el aparato buro- cratico nacional, debida en parte a las caracter(sticas especificas del nuevo tipo de obrero cordobes, al igual que el peso significativo de una dirigencia de izquierda como la de Agust(n Tosco, hicieron posible la existencia de un tipo especial de relacion entre diri- gentes y bases que llevaron a conformar una experiencia mas combativa en Cordoba y que, al mismo tiempo, se convertirfa en referente, en aglutinadora de los intereses y ex- pectativas de otros sectores sociales que vieron aquf la posibilidad de concretar una efec- tiva unidad con el movimiento obrero, justamente porque gran parte de la dirigencia sindical -a pesar de sus diferencias ideolo6gicas y por motivos diferentes- aparec(a tam- bien empenada en una lucha contra la burocracia sindical que se manifest6, por ejemplo, en el apoyo brindado aqu( a la CGT de los Argentinos.

Si bien en el per(odo los sindicatos estudiados se movilizaron por problemas espe- cfficos de cada rama industrial, a partir de esas practicas y dentro del contexto de pros- cripcion del peronismo, ya para el final de la d6cada las reivindicaciones fueron adqui- riendo un caracter cada vez mas politico, lo que permitir(a explicar movimientos sociales como el "cordobazo", que trascendieron lo meramente economico o sindical y deben ser comprendidos dentro del contexto creado por una conciencia y practicas colectivas fuertemente arraigadas para esa epoca en Cordoba, que apuntaban a una acci6n mas directa y a la movilizacion de base. La situacion creada a partir del gobierno de Onganfa precipito los acontecimientos; sin embargo, nuestra intencion ha sido precisar como a lo largo de todo el proceso previo se fueron creando las condiciones para que cierta coyun- tura Ilegara a provocar las reacciones que en los hechos sucedieron.

Dentro de esas condiciones, un aspecto no suficientemente tenido en cuenta es el de las caracter(sticas y marco de accion de sus sindicatos Ifderes que, si bien no basta por sf solo para explicar el "cordobazo", ya que este debe ser analizado dentro de un contexto mas amplio donde se inscriben otros movimientos contestatarios, esta inves- tigacion puede agregar una nueva perspectiva de analisis, una nueva entrada a un tema complejo, que permita comprender la especificidad del movimiento y su repercusi6n.

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En efecto, el "cordobazo" pronto se convirtio6 en una figura romantica; la realidad posterior mostr6 que si bien a nivel de militantes lievo6 a una radicalizacion, el compor- tamiento del conjunto no siempre siguio esos mismos lineamientos, agudizandose por el contrario los enfrentamientos dentro del movimiento peronista, tendencia a la que mayoritariamente segu fan respondiendo los trabajadores.

Para terminar, es posible senalar que a partir de la lucha por la reivindicacion econ6mico-gremial pero con un contenido mas amplio, fueron delineandose dos ver- tientes en C6rdoba: la de un peronismo combativo en el plano de la lucha sindical, que serfa la corriente mayoritaria, y la otra, minoritaria, con un tinte clasista que llega- ria a ser esbozada en el SITRAC y SITRAM de los setenta y afirmada en el SMATA -donde la oposicio6n de izquierda habia estado siempre presente- cuando Rened Sala- manca se hizo cargo del sindicato en 1972.

Sin embargo, el rapido declinamiento de esos picos de radicalizacion Ileva a pre- guntar sobre cuales eran las limitaciones de ese sindicalismo combativo de C6rdoba que impidieron que este se convirtiera en una verdadera alternativa en los setenta. Al parecer su mayoritaria identidad con el peronismo -que fue combativo pero dentro del marco de una "cultura de resistencia", donde fue posible una mayor radicalizacion e izquierdi- zaci6n del discurso y practicas como una estrategia para conseguir el retorno de Peron pero que no respondfa a lo que eran los presupuestos basicos del peronismo- aparece como una de las principales limitaciones, ya que su combatividad no podria sostenerse y aparecer legitimada posteriormente, cuando el peronisrno vuelve a ser gobierno y la predica contra el sistema deja de tener sentido.

RESUMEN

El objetivo del presente trabajo es el analisis de la conformacion, funcionamiento interno y accion reivindicativa de los sindicatos lideres de Cordoba en la decada del sesenta, intentando precisar las caracteristicas especfficas de los que seran los actores de un nuevo protagonismo social y del contexto que hizo posible su surgi- miento. Se intenta explicar en que medida y bajo que circunstancias, cierto sector del sindi- calismo de C6rdoba esbozo estrategias y pro- puestas alternativas al esquema de poder sindi- cal nacional al hacer efectiva una mayor auto- nom(a y democracia de base; caracteristicas que hacen m6s comprensibles las movilizaciones de finales de la decada y, en especial, el "cordo- bazo" de mayo de 1969.

El analisis se lieva a cabo dentro del contexto de desarrollo de la industria automotriz que hizo posible la aparici6n de un nuevo tipo de obrero industrial y donde una serie de circunstancias pusibilito la constituci6n de una nueva tradicion

sindical forjada en el marco de la "resistencia peronista". Se intenta precisar, entonces, la incidencia de la lucha econ6mico-gremial en la constituci6n de una fuerte conciencia sindical antiburocratica y combativa dentro del contexto de lo que la autora denomina "cultura" de resistencia y oposici6n.

Se considera centralmente la organ izaci6n interna y el funcionamiento real -mas alla de la estructura formal- de los sindicatos Ifderes de Cordoba, prestando atenci6n a las caracteristicas de las bases representadas, al tipo de relaci6n establecido con sus dirigentes y a su inserci6n en el aparato sindical local y nacional. Al mismo tiempo se analiza el tipo de reivindicaciones de los sindicatos l ideres para comprender en qu6 medida la politica mas agresiva de las empresas y del gobierno a partir de 1966, en especial cuando se suspendi6 el sistema de convenciones de trabajo, repercuti6 en el contenido de la protesta.