Gottfried Leibniz

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GOTTFRIED LEIBNIZ (1646-1716 D. C) Las sustancias individuales son infinitas en número y totalmente independientes de sí, unas de otras. "Cada sustancia individual o ser completo es como un mundo aparte, independiente de cualquier otra cosa que no sea Dios".

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GOTTFRIED LEIBNIZ (1646-1716 D. C)

Las sustancias individuales son infinitas en número y

totalmente independientes de sí, unas de otras.

"Cada sustancia individual o ser completo es como un mundo

aparte, independiente de cualquier otra cosa que no sea Dios".

DICE LEIBNIZ EN LA "MONADOLOGÍA" , AL COMIENZO:

Características de las mónadas:

a- Son fuerzas primitivas.

b- Son simples e inextensas.

c- No tienen ventanas. No interactúan entre

ellas.

d- La actividad monádica es interna:

percepción y apetición. La apetición determina

que se pase de una percepción a otra.

Las verdades: de razón, hecho y el principio de Razón

Suficiente.

1- Las verdades de razón son analíticas, es decir, basta con analizar el sujeto

de la proposición para encontrar que el predicado lo contiene. Por ejemplo,

en la afirmación “un todo es mayor que sus partes”

2- Las verdades de hecho no son analíticas, es decir, no basta con

analizar el sujeto para comprender que el predicado lo conviene.

Por ejemplo, la proposición “César pasó el Rubicón”

3- Para fundamentar las verdades de hecho, Leibniz, crea el

principio de “Razón Suficiente”: todo lo que existe o sucede tiene

una razón para existir o suceder.

«Dios y el principio de razón suficiente: la

razón suficiente debe hallarse también en las

verdades contingentes o de hecho, es decir, en

la serie de las cosas que se hallan repartidas

por el universo de las criaturas. Y la razón

última de las cosas debe estar en una

sustancia necesaria, en la cual el detalle de

los cambios no esté sino eminentemente,

como en su origen: y esto es lo que llamamos

Dios». Leibniz, Monadología.

La armonía preestablecida.

El mundo ha sido creado por Dios. En tal mundo

reina la armonía más perfecta. Todas las cosas están

ligadas unas a otras por la percepción que cada

mónada individual tiene del universo desde su peculiar

perspectiva. Cada mónada tiene percepción y percibe

desde sí al Universo entero.

Cada substancia es expresión de las demás y esto lo

posibilita la armonía preestablecida en el cosmos por

Dios. Él ha sincronizado todos los movimientos entre sí

como un gran relojero omnisciente y sabio.

La teodicea.

A la objeción del mal en el Mundo da Leibniz una

triple respuesta:

1- Si se trata del mal físico, es éste una consecuencia

de la composibilidad y un medio de mayor bien total;

2- Si se trata del mal moral, su posibilidad es

condición de la libertad, o consecuencia práctica de la

misma; de todos redunda en el mayor bien total;

3- El mal metafísico, o defectibilidad esencial de los

individuos, es una consecuencia de la finitud de la

criatura y de su limitación esencial.