Grafologia Interpretacion de La Personalidad a Traves de La Escritura UD 1

GRAFOLOGÍA BASICA:

Interpretación de la personalidad a través de la escritura

Unidad Didáctica Nº 1

GRAFOLOGÍA BÁSICA: Interpretación de la personalidad... Unidad Didáctica Nº 1

Formación Sin Barreras Pág. 2/15

I Introducción a la Grafología

II Historia de la Grafología

III Fisiología

IV Metodología

V Terminología

VI Simbología: Las cinco leyes

A) Ley simbólica

B) Ley mímica

C) Ley profunda

D) Ley emocional

E) Ley inductiva alfabética



I Introducción a la Grafología

La Grafología es la ciencia que estudia la interpretación de la escritura para conocer la personalidad, la inteligencia y las aptitudes de los individuos. Es un método científicamente investigado, cada vez más utilizado en diversas áreas como la psicología, la psiquiatría, la pedagogía, la selección de personal o la orientación profesional. También es utilizada por la policía, jueces, bancos, detectives, entre otras.

Cuando escribimos sobre una hoja en blanco, plasmamos muchos de los secretos de

nuestra personalidad Proyectamos, a través de una serie de trazos perfectamente conformados, nuestra forma de ser.

“La escritura es el espejo encantado donde se refleja la faz misteriosa del alma”.

Matilde Ras

No hay dos personas iguales, no hay dos letras iguales y la escritura es una expresión

más, como la forma de andar, la gestualidad, la expresión verbal y no verbal, que muestran la particularidad del individuo. Existe una estrecha relación entre cada una de estas expresiones.

Por ejemplo, se ha visto que personas con mímicas inhibidas, tímidas, sin movimientos

de brazos exagerados o gestualidad notoria, suelen tener una letra pequeña, concentrada, simplificada. Y lo mismo sucedería al contrario: personas extrovertidas, con ademanes amplios y variados, presentarían una letra grande, extendida, etcétera. Sin embargo, lo que observamos en una persona no siempre concuerda con lo que nos presenta el escrito.

Esto así es porque la escritura representa una proyección de aspectos tanto

conscientes como inconscientes. En ocasiones, ni el propio individuo se conoce profundamente y puede comportarse de manera diferente a como es, pero la letra desvela la verdadera forma de ser.

Es importante tener en cuenta que la letra no es siempre igual. Evoluciona junto con la

personalidad y ésta con el desarrollo evolutivo en el tiempo. Lo mismo ocurre con la firma y la rúbrica. Pero no sólo observamos cambios con los años: también los estados de ánimo pueden manifestarse mediante diferentes escrituras, aunque generalmente en estos casos se mantendrán los rasgos fundamentales.

Cualquier alteración leve en el estado físico o psíquico de la persona quedará

registrado en el papel. Por lo tanto, una mayor seguridad en el análisis de la personalidad de una persona lo obtendremos tras observar escritos realizados en distintos momentos.

Por otro lado, analizar la escritura de una persona requiere observar e interrelacionar

todas las características de una forma de escribir, de un todo. Interpretar un signo aislado puede conducir a errores importantes. Otro aspecto fundamental es conocer las pautas de escritura culturales, saber el lugar de procedencia de la persona y el momento histórico en el que el escrito es realizado.



II Historia de la Grafología

Como ciencia, sus inicios se remontan a poco más de cien años. Sin embargo, se conoce que desde épocas antiguas ya se intuía y se investigaba la conexión entre la escritura y la personalidad.

El primer tratado de grafología que conocemos data del año 1622 escrito por el italiano

Camilo Baldo, pero no fue hasta 1871 cuando el abate francés Jean Hypollite Michon introdujo el término “grafología”. Así se creó la Escuela Francesa, pero sus estudios, centrados en las letras por separado, carecían de globalidad y de interpretación psicológica. Más tarde, su discípulo Crépieux-Jamin, rechazó algunas de las teorías de Michon: creía en la escritura como un todo. Así, el signo fijo, aislado, no poseía propiedad para otorgar un significado fiable. Esta línea se mantiene hasta nuestros días y es de suma importancia comprender que un signo aislado no es interpretable, hay que tener en cuenta todo el ambiente gráfico.

Otra autora de relevancia en la escuela francesa es Solange Pellat, quien estableció las

Leyes de la Escritura: 1. El gesto gráfico depende directamente del cerebro. 2. A medida que avanza el escrito la persona se concentra cada vez menos en la

acción de escribir y se va centrando en lo que se escribe. Esto “descuida” de alguna manera los rasgos de la grafía y nos permite observar los aspectos más inconscientes. Al principio de las palabras, las frases y los párrafos nos encontramos con el Yo consciente; al final, con el Yo inconsciente.

3. No se puede trampear o disfrazar el escrito. El grafólogo experto reconocerá los

esfuerzos realizados a tales efectos. La Escuela Alemana fue representada por Preyer, Meyer y Klages, quienes

comenzaron a realizar experimentos uniendo la escritura y los estudios psicológicos: el test sobre garabatos, el test del árbol, el de la familia, etcétera. Su objetivo fue demostrar que el gesto gráfico -cualquiera que fuera éste- expresa aspectos de la personalidad sin que se requiera la presencia de letras.

Otros autores destacados fueron Max Pulver -quien estableció el simbolismo de la

escritura (ver apartado Simbolismo del Espacio)- y Roda Wieser con sus aportaciones a la criminología.

En Argentina destacamos la labor de Augusto Honroth, creador de la “Grafología

Emocional”. La teoría sobre la que se basa la Grafología Emocional es la de que determinadas palabras tienen un correlato emocional para la persona pudiendo observarse el mismo en el escrito a través de los lapsus calami. Éstos consisten en escribir una palabra determinada más grande, o más pequeña, o tacharla, o saltarse una letra, etcétera. Por ejemplo, si existe una reacción emocional negativa frente a la palabra madre, al dictarla o escribirla aparecerán deformaciones o transformaciones en la escritura. Este método es muy utilizado en grafología aplicada a la psicoterapia.

En España, grafólogos destacados han realizado una importante labor de divulgación e

investigación: entre ellos Matilde Ras, Augusto Vels, Mauricio Xandró. Hoy existen numerosos centros especializados dedicados a impartir cursos de formación de esta ciencia, así como a la investigación y al desarrollo de trabajos profesionales en distintas áreas.



III Fisiología

Es bien sabido que la motricidad de los individuos tiene su localización en determinadas partes del cerebro, por lo tanto tras numerosas investigaciones se ha llegado a la conclusión de que los movimientos físicos realizados por la mano, dedos y brazo para escribir son una manifestación del funcionamiento del cerebro. En otras palabras, la escritura corresponde a un proceso neuro-muscular, es la manifestación muscular de nuestros centros cerebrales.



IV Metodología

Materiales y escritura del texto: Hace falta un escrito realizado sobre folio blanco, sin renglones ni cuadrícula, mejor si

es con bolígrafo y si ocupa más de una hoja para poder observar el margen inferior. Debemos obtener también la firma, si el individuo posee varias de ellas (para documentos, para firmar las cartas a los amigos, la firma resumida), deberá hacerlas todas.

No nos sirven los apuntes de clase ni los dictados debido a que eso modifica la

velocidad y otros aspectos de la letra. La postura debe ser cómoda y la superficie sobre la que se coloca el papel debe ser

lisa para que los movimientos ocasionados por las superficies rugosas no sean mal interpretados. Lo ideal es apoyar sobre varias hojas de papel.

No nos interesa el contenido del texto, no se tienen en cuenta, salvo en su aplicación

en psicología clínica, donde las diferencias observadas en algunas palabras o frases podrá dar información importante al terapeuta.

Los materiales necesarios son:

� Una lupa de amplio diámetro para observar con más detalle los movimientos, los enlaces y detectar las pequeñas particularidades como el temblor, las paradas, fragmentaciones, etcétera.

� Transportador de ángulos para medir la inclinación. � Papel vegetal milimetrado para medir el tamaño de las letras y en sus líneas

horizontales, la dirección de las y palabras y renglones. Para realizar el análisis: Lo primero que haremos será colocar la hoja escrita frente a nosotros, con la mayor

neutralidad y receptividad posible. Utilizaremos la intuición, nos dejaremos invadir por las impresiones. Simplemente eso. Dejaremos que nos lleguen las sensaciones para obtener una impresión del escrito en su conjunto.

Posteriormente comenzaremos a nombrar (y a apuntar) las características de los

gestos gráficos más dominantes (lo que se denomina grafonomía): por ejemplo, la letra es grande, inclinada a la izquierda, clara, etcétera. Al hablar de rasgos dominantes nos referimos a aquellos que saltan más a la vista, que se ven con mayor facilidad y que pueden ser observados a lo largo de todo el escrito, es decir, que son constantes. Con ellos construiremos el esqueleto del análisis. Los rasgos secundarios son aquellos que destacan menos o que no son tan constantes porque algunas veces se observan y otras no pero afectan también al escrito. Nos servirán para matizar el esqueleto realizado con los rasgos dominantes. Y por último observaremos los gestos-tipo que son letras o partes aisladas de algunas letras (punto de la “i”, barra de la “t”) que nos permitirán matizar aún más la individualidad y particularidad de la persona.

Una vez hecha la grafonomía, comenzamos el análisis ligando los datos obtenidos con

la interpretación que le corresponde a cada uno de ellos. (Esto lo estudiaremos en los próximos capítulos). El objetivo de realizar una primera aproximación simplemente describiendo objetivamente lo que observamos es el de impregnarnos del escrito como un todo, quedarnos con la totalidad de los elementos observados y, a partir de allí, comenzar la interpretación, pero ya con todos los datos en nuestra mente.

Atenderemos a los distintos aspectos de la escritura: orden, tamaño, forma, velocidad,

dirección, inclinación, presión, cohesión. Cada uno de estos aspectos se relaciona con determinados atributos de la personalidad y la psicología de la persona.



V Terminología

Estudiaremos cada uno de los términos aquí presentados con más profundidad y con ejemplos gráficos a lo largo del curso. En este apartado se presentan para que el alumno pueda ir familiarizándose con ellos y le resulte más fácil el aprendizaje posterior. El lector también puede remitirse al glosario, donde se amplía los conceptos de la terminología utilizadas a lo largo de las cuatro unidades didácticas.

Escritura armónica o positiva: Un escrito armónico se refiere a una regularidad en sus

características, letras bien formadas, que no existan grandes diferencias de forma, inclinación, de presión, de tamaño, velocidad y que esté cuidada. La impresión que tenemos al observarla es agradable, positiva, de armonía.

Escritura inarmónica o negativa: Presenta irregularidades, deformidades, diferencias en

la forma, inclinación, presión, velocidad, tamaño, las letras no están acabadas. Nos da una impresión negativa de inarmonía.

Trazos: Son los gestos gráficos esenciales y necesarios para la construcción de una

letra, sin los cuales la letra no estaría completa o se convertiría en otra. Por ejemplo, si a la letra R le quitamos el trazo inferior transversal, la convertiríamos en una P.

Rasgos: Son los gestos gráficos complementarios o accesorios, no necesarios para la

construcción de una letra. La existencia o ausencia de los rasgos no determinan la comprensión de una letra.

Por ejemplo: En esta figura inferior observamos 3 variantes de la letra R. La primera está formada

por tres trazos simples, cada uno de los cuales resulta necesario para formar la letra. Si quitamos alguno de ellos, cambia la letra o se convierte en una letra incomprensible. Luego, no hay rasgos. Las otras dos presentan, además de los trazos necesarios para su configuración y comprensión de la letra, otros accesorios que si fueran suprimidos por nosotros no se afectaría a la comprensión de la misma: por lo tanto estamos hablando de rasgos.

Cuerpo central: Como su nombre lo indica, es la parte central de la letra. Se encuentra

entre el hampa y la jamba. Algunas letras sólo se componen por una zona central, como la “m”, “n”, “r”. En la figura se representa en rojo.

Óvalos: Denominamos óvalos al círculo u óvalo central de las letras. Pueden estar

aislados (letras “a”, “o”) o formar parte de una letra (“g”, “d”, “q”).



Hampas o crestas: Las hampas o crestas son los trazos verticales que sobresalen por

encima del cuerpo central y que forman las letras “h”, “l”, “b”, “f”, entre otras.

Jambas o pies: Son los trazos verticales que sobresalen por debajo del cuerpo central y

que forman las letras j, p, f, q, entre otras.

Pleno y perfil: Se denomina pleno al trazo descendente y grueso de una letra

(movimiento en flexión). Perfil es el trazo ascendente y fino (movimiento en extensión). El grosor que observamos en los plenos se debe a que los movimientos efectuados hacia abajo generan una mayor presión del lápiz. La explicación es fisiológica y simple: los músculos flexores son más fuertes que los extensores.

Bucle: Son los ojos formados en las jambas y las hampas. También se denominan

bucles a efecto encontrado en la formación de algunas letras como la “n” y la “m” con la misma forma de ojo o de gota.

Parte inicial y parte final de la letra: El rasgo que existe al comienzo de la letra es la

parte “inicial” y el que se observa al terminar la letra es la parte “final”. Como hemos mencionado, son rasgos, por lo tanto no son parte esencial de la letra, sólo sirven para unir unas con otras.



A modo de repaso y para tener una idea global de algunos de los conceptos aquí esbozados presentamos la figura siguiente:

Parámetros que definen la escritura: A la hora de realizar un estudio grafológico se tendrán en cuenta distintos aspectos de

la escritura. Presentamos una breve descripción en este apartado para que el alumno se familiarice con los términos y con el fin de obtener una visión general de los géneros que influyen en un escrito. No obstante, cada uno de estos elementos será estudiados con detenimiento en los capítulos siguientes.



VI Simbología: Las cinco leyes Situarnos frente a un papel en blanco puede llegar a ser relativamente excitante. Nada

más ni nada menos que porque simboliza la vida aún sin comenzar, la nada, el vacío que deberá ser llenado y depende de nosotros darle vida, moldearlo y distribuir el espacio y el tiempo. La excitación puede ser angustiante para algunos, desafiante para otros, pero siempre hay unos instantes de movimiento emocional interno.

El texto sobre el papel representa a la persona que escribe en relación con los demás.

Es decir, la manera de comportarse en sociedad, lo que muestra, lo que conoce de sí misma de forma conciente. La zona escrita representa el espacio personal, mientras que los espacios en blanco (márgenes, espacios entre letras, palabras, líneas o párrafos) representan el espacio que cede a los demás, o su relación con ellos.

Las cinco leyes que estudiaremos a continuación rigen todos los criterios grafológicos.

Podemos aplicarlos en todos los escritos, nos permiten obtener una gran cantidad de información con una breve observación.

A) Ley Simbólica

La ley simbólica estudia la simbología de la ocupación del espacio y el tiempo. La

distribución del texto en el papel, la orientación de cada uno de los elementos gráficos, la ubicación de la firma, los márgenes, etcétera, tienen una base interpretativa en la simbología del espacio.

La parte superior simboliza lo intelectual, los ideales, la espiritualidad, la imaginación,

las aspiraciones, el éxito, la posición de dominio y de poder. La parte inferior simboliza la tierra, lo material, lo instintivo, el sexo, lo práctico, lo

concreto, la realidad, la estereotipia, la sumisión, el fracaso, La parte izquierda representa el pasado, la infancia, el hogar, el origen, la familia, la

madre, lo femenino, la experiencia, lo conocido, la introversión, la timidez, la inhibición. En la derecha está el otro, el futuro, el desarrollo, la sociedad, el padre, lo masculino, lo

nuevo, la sociabilidad, la extraversión, la realización de los proyectos. Nuestra escritura se escribe de izquierda a derecha, se dice que recorremos el camino

desde nuestro yo hacia los demás, desde el pasado hacia el futuro. El centro es el YO, el presente, se localizan las tendencias egocéntricas y el

autocontrol.



El análisis en esta esfera la realizamos comprobando:

� Si hay un predominio de jambas. � Si hay un predominio de hampas. � Si hay un predominio de jambas y de hampas. � Si hay un predominio de cuerpo central. � Si se utiliza prioritariamente la izquierda. � Si se utiliza prioritariamente la derecha. � La ocupación de la página en general: poco o muy ocupada, bien o mal

ocupada. Por ejemplo: Cuando observamos una letra que sobresale notoriamente en sus hampas pero no sus

jambas, podemos decir que estamos frente a alguien imaginativo, creativo, pero que no lleva a la acción sus ideas, no las concreta.



Si la letra es, al contrario, con jambas salientes y hampas cortas se trata de una persona práctica, concreta, trabajadora; un ejecutor, pero no es muy imaginativo ni creativo.

Cuando el escrito carece de ambas características y presenta un predominio del cuerpo

central estamos frente a una persona centrada en sí misma, puede que egoísta.

La ocupación primordial de la izquierda (A) habla de personas unidas al pasado, que

no les gusta viajar, ni los cambios, que tienen muy en cuenta las opiniones familiares. La ocupación principal del lado derecho (B) se interpreta como el escrito de una

persona sociable, que no le teme al futuro, le gusta viajar.

Como hemos mencionado en apartados anteriores, estos adjetivos deberán ser

corroborados con otros elementos del escrito. Por ejemplo, una persona que utiliza su espacio con predominio del lado derecho indica sociabilidad pero si la letra esta inclinada a la izquierda, hablamos de una persona inhibida, retraída. Es decir, podemos encontrarnos con elementos contrarios, lo que tendremos que tener en cuenta. De ahí, repetimos, la importancia de observar el escrito como un todo. Cuando encontramos contradicciones en los escritos deben ser interpretados como frenos, controles que la persona se pone en su vida.



B) Ley Mímica

La ley mímica habla de la orientación de los movimientos. Todo movimiento hacia arriba y hacia la derecha es POSITIVO y todo movimiento hacia abajo y hacia la izquierda es NEGATIVO.

Por ejemplo: Líneas ascendentes (hacia arriba) (C) se refieren a una persona optimista, alegre;

líneas descendentes (D) a una persona triste, pesimista.

Otro ejemplo de la ley mímica está en los finales de palabra o de letra: hacia la derecha

y hacia arriba es positivo.

Hacia la izquierda y hacia abajo es negativo.

El sentido positivo podemos observarlo en:

� Letra inclinada a la derecha. � Líneas de dirección ascendente. � Firma situada a la derecha de la página. � Finales de palabra o de letras hacia arriba o hacia la derecha. � Margen superior pequeño o normal. � Margen derecho pequeño o ausente. � Escritura progresiva: el gesto gráfico no retrocede (ver capítulo de cohesión). � Acentos, puntos y barras de letras situados a la derecha.

El sentido negativo podemos observarlo en:

� Letra inclinada a la izquierda. � Líneas de dirección descendente. � Firma situada a la izquierda de la página. � Finales de palabra o de letras hacia abajo o hacia la izquierda. � Margen inferior muy pequeño o ausente. � Margen izquierdo pequeño o ausente. � Escritura regresiva: el gesto gráfico retrocede (ver capítulo de cohesión). � Acentos, puntos y barras de letras situados a la izquierda.



C) Ley Profunda

La ley profunda hace referencia a la lucha entre el “Yo Ideal” y el “Yo real” de la persona, es decir, entre lo que quisiera ser y lo que realmente es.

Esto se observa en el escrito en el ángulo inferior derecho debido a que es la parte más

inconsciente y donde más claramente pueden observarse los rasgos de personalidad más reales. El principio del escrito siempre es más consciente que el final, lo mismo sucede con los principios de cada línea, de cada palabra y de cada letra. Al iniciar su escritura la persona está pendiente de realizarlo correctamente, de cumplir con su ideal (Yo Ideal), el control es mucho mayor. Pero, a medida que avanza, comienza a centrarse más en lo que escribe y deja a un lado el cómo lo hace. Hay menos control y más espontaneidad. Ahí es cuando los gestos gráficos se hacen más cercanos al Yo real.

Por lo tanto, lo consciente del individuo lo encontraremos en el principio de las letras,

de las palabras, de las líneas, de las frases y del escrito. Lo inconsciente en los finales de letra, de palabras, de líneas y del escrito. Luego, la mejor parte del escrito para realizar el análisis está en el ángulo inferior derecho y en los finales de línea.

Por ejemplo: La M mayúscula que presenta una prolongación hacia abajo se interpreta como interés

por lo material, por el dinero. Si la prolongación está situada a la izquierda nos indica que la persona es consciente de la importancia que tiene para ella el dinero, si la prolongación está a la derecha se refiere a que ese aspecto es, para ella, inconsciente: por lo tanto, no será capaz de reconocer que le importa mucho lo material.



D) Ley Emocional

La ley emocional relaciona la interferencia emocional que una palabra tiene para el individuo y cómo se plasma en el escrito. Utiliza para ello el “lapsus calami”, que son las equivocaciones, errores, tachaduras, diferencias en la forma de escribir determinadas palabras que tienen un eco emocional para la persona.

Honroth dice: “duda la mente, tiembla la mano” y la palabra que ha producido duda se

escribirá diferente al resto del escrito. Aquello que resulta agradable para la persona, que tiene una connotación emocional

positiva se escribirá más grande, más legible, ascendente, con más presión, inclinado hacia la derecha. Sin embargo, si tiene una evocación negativa se observará lo contrario: poco legible, más pequeño, tachado, retocado, tembloroso, con presión débil.

E) Ley Inductiva Alfabética

La ley inductiva alfabética es el estudio de cada una de las letras de nuestro alfabeto tanto en mayúsculas como en minúsculas y también los números. Esta ley se encuentra aún en investigación debido a que su comprobación estadística es muy complicada y laboriosa aunque hay avances importantes.

Roseline Crepy ha realizado una división primaria entre las metras Mayores o más

importantes y letras Menores o menos importantes, tanto en mayúsculas como en minúsculas. Estudiaremos más detenidamente las letras en la Unidad Didáctica Nº 4.

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